Está en la página 1de 2

ORL salud

bienestar ÁREA PACIENTE

Roncopatía:
el enemigo en el dormitorio
Los ronquidos figuran entre las
experiencias más molestas que tiene
que sufrir a diario un gran porcentaje
de la población. La roncopatía
crónica, como se define médicamente
al hábito de roncar, no tiene mayor
importancia desde el punto de vista
de la salud si se trata de simples
ronquidos; sin embargo, empeoran la
calidad del sueño del propio roncador.
Asimismo, roncar se convierte en un
gran problema para quienes tratan de descansar al lado de dicha fuente sonora
de ruido nocturno, llegando a empeorar las relaciones familiares y, a veces, al
extremo de arruinar las relaciones de pareja.
La roncopatía se produce por una obstrucción de la vía respiratoria durante el sueño, que es consecuencia de
una mala ventilación nasal y de un paladar elongado, caído y flácido. Al respirar no hay un adecuado paso de aire,
por lo que el paladar se colapsa y, en función de la presión que el aire ejerce sobre las paredes de la garganta
para entrar en la faringe, se produce una vibración que da lugar al sonido característico que todos identificamos
como ronquido.
Para dormir necesitamos que nuestro organismo entre en un estado de relajación que mantiene en modo auto-
mático las funciones vitales, como el pulso cardiaco y la respiración. Durante el sueño se relajan también los
músculos de la faringe y disminuye su diámetro, lo que representa un desafío añadido para las personas que
tienen una faringe estrecha o cualquier otra alteración de la vía respiratoria superior, como vegetaciones, desviación
del tabique nasal o aumento del tamaño de las amígdalas. Debido a la obstrucción, la persona tratará de respirar
abriendo la boca, con lo que se reseca la mucosa que protege la garganta. Además, si el roncador duerme boca
arriba, la lengua cae hacia atrás, de modo que se encadenan uno tras otro los factores que llevan al ronquido.
Hay dos tipos de roncadores, como explica el doctor Carlos Mercadal Tallada, jefe de la Unidad de Otorrinolarin-
gología del Instituto Madrileño de ORL (IMORL), en el Hospital San Francisco de Asís. «Por un lado, el roncador
simple, que es la persona que cuando duerme produce una sonoridad que reconocemos como el típico ronquido.
Por otro lado, el roncador con apnea del sueño. La gran mayoría de las personas que roncan no tienen apnea del
sueño, pero casi la totalidad de los que tienen apnea del sueño son roncadores».
El Dr. Mercadal aclara lo siguiente: «Todo el mundo presenta apneas durante el sueño, que son pequeñas inte-
rrupciones de la respiración sin alteración de la saturación de oxígeno en la sangre; es normal presentar aproxi-
madamente 5 apneas por hora. Sin embargo, cuando una persona presenta más de 10 apneas por hora, se
considera que tiene una patología que definimos como apnea del sueño, que produce una interrupción en el
aporte de oxígeno a los tejidos».
La roncopatía crónica es más frecuente en hombres, pero a medida que la edad aumenta, este balance se va
equilibrando con las mujeres, particularmente en aquellas que tras la menopausia aumentan su peso. Normal-
mente, la relación de roncadores hombre/mujer suele ser de 2:1. También es un problema que afecta a los niños,
la mayoría de las veces relacionado con trastornos obstructivos de la rinofaringe, un tamaño aumentado de los
cornetes nasales o, en mayor medida, la presencia de tejido adenoideo (vegetaciones) e hipertrofia de las amíg-
dalas.

www.orlsaludybienestar.es   ©2016 Ediciones Mayo, S.A. 1


ORL salud
bienestar ÁREA PACIENTE

La roncopatía crónica es, por tanto, un trastorno pre-


sente en la población infantil y adulta, con una frecuen-
cia que aumenta con la edad hasta el punto de que, al
pasar de los 50 años, 1 de cada 4 personas ronca.
El Dr. Mercadal, como experto en este tipo de trastor-
nos, explica que el diagnóstico de la roncopatía se efec-
túa mediante «la realización de un estudio distinto al que
se hace para el síndrome de la apnea del sueño. Gra-
cias a ese estudio del ronquido podemos observar
cuándo y con qué intensidad ronca un paciente; se ob-
tiene la media, los máximos y los mínimos en decibelios,
así como su relación con la postura que adopta esa
persona cuando ronca. La mayoría ronca con más in-
tensidad cuando están en posición de decúbito supino
(boca arriba)».
La roncopatía simple, bien diagnosticada, tiene en la actualidad un tratamiento quirúrgico que ofrece unos resul-
tados excelentes, en opinión del Dr. Mercadal. «Normalmente, la cirugía implica corregir el problema funcional
nasal y abordar la cirugía del paladar, que se denomina faringoplastia y presenta unas características diferentes
según el problema anatómico que tenga el paciente. Nosotros empleamos habitualmente una técnica que tiene
tres variantes según la anatomía del paladar de la persona, y consiste en retirar la parte distal mucosa de la úvu-
la o campanilla, que se gira hacia delante y arriba, y la suturamos más arriba en el paladar, con lo que conseguimos
que el músculo tire del paladar hacia arriba y adelante, deja de hacer tope en la pared posterior de la faringe y ya
no se produce el ronquido».
La obesidad tiene una relación muy directa con la roncopatía, aunque también hay personas delgadas que roncan.
Cuando una persona obesa pierde peso, el problema disminuye e incluso puede dejar de roncar. La grasa tiende
a acumularse en las paredes laterales submucosas de la faringe y el paladar, de forma que cuando se pierde
grasa, aumenta el espacio para el tránsito del aire.
Como explica el Dr. Mercadal, «a los roncadores obesos los derivamos en primer lugar al endocrino para lograr
que pierdan peso, y si de esta forma dejan de roncar, no tienen que operarse. Nuestra primera recomendación es
que pierdan peso, pero si lo pierden y a continuación lo vuelven a ganar, seguirán roncando. No es necesario
tener un peso ideal, pero si hay 20 kg de más y logramos quitar 10, nos acercamos a la solución de este proble-
ma».
El Dr. Mercadal explica que hay una serie de «trucos» para atenuar el problema de los ronquidos. Hay que evitar
la utilización de almohadas grandes o 2 a la vez, ya que obligan a dormir flexionando en exceso la columna cer-
vical. Ese gesto echa para atrás la base de la lengua y comprime la laringe, lo que facilita el ronquido. Son reco-
mendables las almohadas no demasiado gruesas.
Por el contrario, resulta de utilidad elevar unos 8-10 cm la cabecera de la cama, utilizando unos topes en los
apoyos de la cabecera o elevando el somier si es articulado. La posición ligeramente elevada de la cabeza y el
tronco facilita una mejor ventilación.
También es importante que la persona que ronca trate de dormir de lado, en lugar de boca arriba, ayudándose si
es necesario de algún tipo de cuña para impedir que se gire mientras duerme.
Además, hay que tener presentes las recomendaciones generales sobre los factores que favorecen la roncopatía,
como el sobrepeso y el consumo de sustancias tóxicas e irritantes (p. ej., el alcohol y el tabaco).

www.orlsaludybienestar.es   ©2016 Ediciones Mayo, S.A. 2

También podría gustarte