Está en la página 1de 5

TALLER DE LECTURA

EDINSON ROLAN BALAGUERA DIAZ

COD. 1005024238

UNIVERSIDAD DE PAMPLONA

VILLA DEL ROSARIO

2019
TALLER DE LECTURA
SEMANA 3-4
1. ¿La Democracia la definimos como?

R/ La palabra democracia proviene de las palabras griegas “demos”, es decir, las personas, y
“kratos” que significa poder; por lo que la democracia pueda ser definida como “el poder del
pueblo”: una forma de gobernar que depende de la voluntad del pueblo.

La democracia se puede definir a partir de la clasificación de las formas de gobierno realizada


por Platón, primero, y Aristóteles, después, en tres tipos básicos: monarquía (gobierno de
uno), aristocracia (gobierno «de los mejores» para Platón, «de los menos», para Aristóteles),
democracia (gobierno «de la multitud» para Platón y «de los más», para Aristóteles).

Hay tantos modelos diferentes de gobierno democrático en todo el mundo que a veces es más
fácil de entender la idea de democracia en términos de lo que definitivamente no es. La
democracia, entonces, no es la autocracia o la dictadura, donde una persona gobierna; y no es
oligarquía, donde lo hace un pequeño segmento de la sociedad. Bien entendida, la democracia
incluso no debe ser la “regla de la mayoría”, si eso significa que los intereses de las minorías son
ignorados por completo. La democracia, al menos en teoría, es el gobierno en nombre de todo el
pueblo, de acuerdo con su “voluntad”.

Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas


reconocidas por el pueblo como sus representantes. Hay democracia participativa cuando se
aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de
tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a
la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios consultivos. Finalmente, hay democracia
directa cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo, mediante
plebiscitos y referéndums vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa
popular y votación popular de leyes, concepto que incluye la democracia líquida. Estas tres formas
no son excluyentes y suelen integrarse como mecanismos complementarios en algunos sistemas
políticos, aunque siempre suele haber un mayor peso de una de las tres formas en un sistema
político concreto.

2. La ciudadanía implica una tarea activa en su defensa y en la ampliación de sus límites, en


el ejercicio mismo de sus atributos ¿por qué?

R/Sí, debido a que el ciudadano es un ser político, pero también está conformado por una
dimensión social y moral. Lo anterior indica que la construcción de la ciudadanía no es el
aprendizaje mecánico de unas normas (jurídicas, legales y políticas), sino la realización efectiva de
una forma de vida y de convivencia entre los seres humanos en sociedad.

Hemos dicho que la democracia es una construcción cultural. Por tanto, ejercer la ciudadanía
implica conocer y poner en práctica las denominadas competencias ciudadanas. La educación
formal debería completarse con otros procesos educativos, especialmente con procesos que
favorezcan la participación y el compromiso.
Habría que concluir que, para el ejercicio de la ciudadanía, ya no es el Estado quien determina las
pautas, sino la misma sociedad, pues la existencia del vínculo social y cultural debe ser la base para
la convivencia de todos.

3. A partir de qué momento histórico se empiezan a reconocer los derechos de las mujeres.

R/Surgió en el siglo XVIII, momento en el que las ideas ilustradas acerca de la igualdad entre todos
los seres humanos calaron en las mentes de algunas mujeres, las cuales comenzaron a reivindicar
sus derechos.

En 1791, la literata francesa Olympe de Gouges escribió la Declaración de los Derechos de la Mujer
y de la Ciudadana al considerar que la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano
proclamada por la Revolución Francesa no amparaba a la mitad de la humanidad, es decir, a las
mujeres.

De modo general, las mujeres del siglo XVIII reivindicaron el derecho a la educación, el derecho al
trabajo, los derechos matrimoniales y el derecho al voto. Sin embargo, con el advenimiento del
Código de Napoleón, las mujeres fueron de nuevo obligadas a obedecer a sus maridos sin poder
ejercer una profesión. Al siglo XVIII se le denomina “la primera ola” del feminismo.

La segunda ola del feminismo comenzó en el siglo XIX y finalizó a mediados del siglo XX. Uno de
sus objetivos principales fue la reivindicación del derecho al voto, llevada a cabo por las
sufragistas. Las sufragistas eran unas mujeres norteamericanas que ya tenían experiencia política,
ya que habían defendido la abolición de la esclavitud y que después reivindicaron el sufragio
femenino.

En 1848 sesenta y ocho mujeres y treinta hombres firmaron la Declaración de Seneca Falls o
Declaración de sentimientos en la que se reivindicaban los derechos de las mujeres. Este texto es
considerado uno de los primeros programas políticos feministas. Gracias a él, Wyoming se
convirtió en el primer estado de los EEUU que reconoció el voto a las mujeres. Fue en 1869,
veintiún años después de la declaración de Seneca Falls.

4. ¿En qué modelo de ciudadanía nace la idea principal de que el ciudadano -demócrata no
nace, sino que “se hace”?

R/En la ciudadanía republicana: Este modelo ha ido adquiriendo más relevancia debido a algunos
problemas del modelo liberal, en la segunda mitad del siglo XX. De todas formas, aunque se
plantee como una alternativa al citado liberalismo, no pocos autores consideran que es inevitable
un acuerdo entre una y otra opción, un modelo mixto. Enlaza con el republicanismo clásico,
aunque ha sabido adaptar en muchas ocasiones sus tesis a la modernidad. Sus autores más
representativos son Habermas, Hannah Arendt, J.G.A. Pocock, Quentin Skinner o Philip Pettit.

En la educación del ciudadano es preciso una educación formativa en este sentido. Se trata de que
el ciudadano se instruya en lo que hace referencia a sus deberes cívicos y políticos, y a que
mantenga una referencia al ideal cívico.
5. Dentro de los modelos de ciudadanía ¿cuál privilegia fuertemente los derechos
individuales?

R/En la ciudadanía liberal, esta defiende la libertad, el uso instrumental de la moral pública, El
individualismo, la participación política y la neutralidad del estado. El individuo es visto como
portador de derechos, pero no de deberes. La libertad del liberalismo es comprendida como una
libertad negativa; derechos y deberes incluidos en una comunidad política entendida desde una
visión instrumentalista. Es el lugar donde el individuo tiene la posibilidad de desarrollar sus
capacidades.

El liberalismo defiende una igualdad entre todos los individuos, pero esta igualdad no es real, sino
una igualdad como punto de partida: todos los individuos tienen una igualdad de oportunidades,
lo que quiere decir que nadie puede ser discriminado (en teoría) por motivos de sexo, religión o
cualquier otro tipo de creencias o particularidades personales.

6. A quienes privilegia la Ciudadanía Comunitaria y ¿por qué?

R/El comunitarismo, privilegia la comunidad al individuo, poniendo por delante los vínculos de
adhesión grupal con respecto a la libertad individual, y quedando el bien común por encima del
pluralismo. Por lo general, el comunitarismo no parte, como sí hacen el republicanismo y el
liberalismo, de unos principios definidos de lo que se entiende por justicia, sino que estos se dejan
a la dinámica del consenso grupal.

El comunitarismo acusa una “tendencia estructural a priorizar las razones de la comunidad sobre
las razones de la libertad” (también el ejercicio de la pura voluntad antes que la razón misma),
mientras que el liberalismo iría en la dirección contraria. En su versión maximalista, vendría a ser
una especie de religión civil, en el sentido de que el término religión procede del latín religare, que
significa ‘reunir’, y aquí nos encontramos con un tipo de unión de base excluyente y con tendencia
a la unanimidad.

Todas las formas de comunitarismo plantean, bajo las reticencias al liberalismo individualista, una
crítica severa y total de la modernidad, a la que ven como la responsable de la mayor parte de los
problemas sociales existentes (desarraigo, violencia, etc.). La idea de fondo consiste en una
recuperación de valores y vínculos que, se dice, ya no están vigentes.También se defiende una
activa participación política, aunque al servicio de la identidad colectiva y sus intereses
correspondientes. Políticamente, pues, el Estado no puede ser en este caso neutral (como es la
finalidad del caso liberal), sino que debe intervenir en defensa del bien común de cara a preservar
los valores y principios comunitarios.

7. ¿Cuáles son los Derechos que aborda la condición de ciudadanía?

R/ La condición de ciudadanía abarcaría una serie de derechos, concretamente de tres tipos: los
derechos civiles (concedidos en el siglo XVIII), los derechos políticos (siglo XIX) y los derechos
sociales y económicos (siglo XX), que los individuos han obtenido al ser reconocidos por el Estado,
ente que ha regulado legalmente estos derechos. Es por ello que la ciudadanía consiste
básicamente en la forma de pertenencia de los individuos a una determinada comunidad política.
Los derechos civiles son los reconocidos por todos los ciudadanos por la ley; y en ello se
distinguen de los derechos humanos y de los derechos naturales. Los derechos civiles son
concedidos dentro de un Estado, mientras que los derechos naturales o los derechos humanos son
internacionales, y, se tienen, o bien por el mero hecho de nacer, según la teoría iusnaturalista, o
bien por la mera constitución de la sociedad, según la teoría contractualista (el positivismo, que
separa moral y derecho, no se plantea la existencia de derechos naturales). John Locke sostuvo
que los derechos naturales a la vida, la libertad y la propiedad debían ser convertidos en derechos
civiles y protegerse por el Estado soberano como aspecto del contrato social (derechos
constitucionales).

Los derechos políticos constituyen la primera porción de la Declaración Universal de Derechos


Humanos de 1948 (así como los derechos económicos, sociales y culturales comprenden la
segunda parte). La teoría de las tres generaciones de derechos humanos considera a este grupo de
derechos como los "derechos de primera generación", y la teoría de los derechos negativos y
positivos (libertad negativa y positiva) los designa como derechos negativos. No obstante, en
cuanto los derechos sociales o positivos se justifican en la reparación de deficiencias que
obstaculizan gravemente el ejercicio de la plena condición de ciudadano, son también "civiles", al
tener su correspondiente definición precisa en la contrapartida de una obligación establecida por
parte de los poderes públicos.

Los derechos económicos, sociales y culturales (siglas DESC) son los derechos
humanos socioeconómicos, que se diferencian de los derechos civiles y políticos. Los derechos
económicos, sociales y culturales se incluyen en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 (DUDH) y se desarrolla su protección en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales(PIDESC) de 1966. Ejemplos de estos derechos incluyen
el derecho a la alimentación, el derecho a la vivienda, y el derecho a la salud. El Protocolo
Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales permite la
reclamación por incumplimiento de cualquiera de estos derechos ante el Comité DESC con sede
en Ginebra.

8. ¿Por qué se caracteriza la ciudadanía multicultural y cuáles son sus privilegios?

R/Este modelo precisa la naturaleza de los rasgos diferenciales de cada grupo implicado,
abogándose por políticas de reconocimiento fuerte de la diferencia. Uno de sus problemas es el
que hace referencia a la casi completa absorción del individuo por parte de su grupo de
pertenencia (en este caso, el punto en común también lo tendría con el modelo comunitarista); de
esta manera, la dinámica de grupo coartaría de forma importante el desarrollo autónomo de los
individuos particulares. Paradójicamente, es un modelo que apela al reconocimiento de la
diferencia, a los miembros del grupo se les restringiría precisamente ese derecho.

El modelo invoca la tolerancia (atributo del pluralismo), el multiculturalismo acabaría con el


principio de tolerancia mismo, pues, en lugar de integrar en la diferencia (es decir, una integración
que no significara una homogeneización absoluta), se defendería en la práctica una desintegración
multiétnica, una sociedad partida en mil fragmentos que no guardarían relación los unos con los
otros, y en cuyo blindaje se perdería precisamente la idea del auténtico pluralismo. Una sociedad
presidida por este modelo, además de ingobernable, difícilmente podría ser una sociedad
democrática que contara con una ciudadanía saludable.

También podría gustarte