Gestionar el riesgo

en un mundo inestable
por Ian Bremmer

Junio 2005
Reimpresión r0506b-e

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to Nov 2018.
 A medida que los mercados emergentes generan una
mayor participación de la oferta y demanda globales,
las empresas necesitan mejores métodos para contrapesar
el riesgo político y las recompensas financieras.

Gestionar el riesgo
en un mundo inestable
por Ian Bremmer

L
os países en crisis se suceden unos
a otros en las primeras planas a
un ritmo vertiginoso: primero
es el Líbano, luego es Ucrania, luego
Sudán o Argentina. Las empresas, por
su parte, temen a los cambios impre-
visibles, incluso cuando buscan benefi-
ciarse de las oportunidades que genera
el cambio: un sector recientemente pri-
vatizado en Turquía, un bloqueo de una
oferta de petróleo en Libia, un nuevo
gobierno pro-occidental en la ex repú-
blica soviética de Ucrania. Para sopesar
las amenazas con las oportunidades, las
corporaciones que ponderan la posibi-
lidad de invertir en países extranjeros
consultan frecuentemente a analistas
de riesgo económico. Sin embargo, fun-
damentar las decisiones sobre inver-
siones globales en datos económicos
sin comprender el contexto político, es
como basar las decisiones de la nutri-
ción en la contabilización de calorías sin
estudiar la lista de ingredientes.
Los tranquilizadores datos acerca del
ingreso per cápita, el crecimiento y la
inflación de los países –elementos esen-
ciales del análisis de riesgo económico–
con frecuencia obscurecen las amena-
zas potenciales provenientes de otras
fuentes. El año pasado, por ejemplo, el
parlamento iraní aprobó una ley que
complica las posibilidades de las empre-
sas extranjeras para ingresar al sector de
las telecomunicaciones. La revolución
de 2003 en Georgia alteró el cálculo es-
tratégico para la inversión energética
en el Mar Caspio; el enjuiciamiento del
magnate de los negocios Mikhail Kho-
dorkovsky, motivado políticamente por
parte del Kremlin, produjo un estreme-
cimiento en el mercado petrolero ruso,
y el gobierno de Brasil está presionando
tanto a sus propias agencias y a sus ciu-
dadanos para que adopten software de
fuente abierta, política que podría per-
judicar seriamente a Microsoft y a otras
empresas de tecnología.
Éstos son ejemplos de riesgo político,
entendido en un sentido amplio como
el impacto de la política en los merca-
dos. El riesgo político se ve afectado por
la aprobación de leyes, las debilidades
de los líderes y la aparición de movi-
mientos populares, es decir, por todos
los factores que pueden estabilizar o
desestabilizar políticamente a un país.
La relevancia de un riesgo determinado
depende del contexto de la decisión de
inversión. Al administrador de un fondo

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de cobertura de riesgos le preocupan los
acontecimientos que puedan modificar
los mercados el día de mañana, mien-
tras que el líder de una corporación que
construye una planta química en el ex-
terior debe adoptar una visión de largo
plazo. Los estrategas que evalúen mer-
cados emergentes deben estar especial-
mente alertas (de hecho, un mercado
emergente puede ser definido como un
estado en el que la política es tan im-
portante como la economía). Pero in-
cluso las empresas que sólo actúan en
países desarrollados deben considerar
el riesgo político en sus planificaciones
de escenarios.
La mayoría de las empresas ya nave-
gan las agitadas aguas de la globaliza-
ción, y puede presumirse que ninguna
lo hace a ciegas. Pero los líderes corpo-
rativos puede que carezcan de la capa-
cidad de comprensión que requiere este
tema complejo. El análisis del riesgo
político es más subjetivo que el econó-
mico y exige que los líderes descifren no
sólo tendencias marcadas y fácilmente
observables, sino también sutilezas de
la sociedad y hasta rasgos peculiares
de ciertas personalidades. Y, constan-
temente, estos factores tan difíciles de
cuantificar deben articularse de manera
que conformen un contexto histórico y
regional.
Este artículo ayudará a los líderes cor-
porativos a convertirse en mejores exa-
minadores de la información acerca de
la multitud de influencias cambiantes
que afectan a las inversiones globales.
Una vez que lo hayan logrado, los estra-
tegas de negocios podrán minimizar los
riesgos y sacar provecho de las oportu-
nidades mucho más allá de su terruño.
La política es cosa de todos
Las empresas que invierten en países
como Zimbabwe, Myanmar y Vietnam
comprendieron hace mucho tiempo el
efecto que el riesgo político tiene en sus
balances. De hecho, históricamente, al-
gunos de los mejores analistas de riesgo
Ian Bremmer es el presidente de Eurasia
Group, una firma de consultoría en riesgo
político, y es miembro senior del World
Policy Institute en Nueva York.
4 harvard business review
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político del mundo de los negocios vie-
nen de corporaciones multinacionales,
como Royal Dutch/Shell y American In-
ternational Group (AIG), las cuales tie-
nen departamentos enteros dedicados
al tema. Hoy, sin embargo, cualquier
empresa que tenga exposición en mer-
cados extranjeros necesita información
temprana y precisa sobre los desarrollos
políticos, por cuatro motivos principa-
les.
En primer lugar, los mercados inter-
nacionales están más interconectados
que nunca. En 1997, la fuga de capitales
del sudeste asiático crispó los mercados
del mundo. Si la economía china, en rá-
pida expansión, no logra un aterrizaje
apacible y cae en recesión, el impacto se
sentirá en Chile, Rusia, India y en Esta-
dos Unidos. Las decisiones políticas que
hoy se toman en China tendrán efectos
drásticos y de largo plazo en sus merca-
dos, y las empresas con exposición en
cualquier lugar del mundo con el que
China haga negocios corren serios ries-
gos si deciden no prestar atención a esas
decisiones.
Segundo, para bien o para mal, EE.UU
está haciendo del mundo un lugar más
volátil, y esto ha cambiado los cálculos
de riesgo en todas partes. Los atentados
al World Trade Center en Nueva York
convirtieron a las relaciones exteriores
y a la seguridad en la máxima priori-
dad del gobierno federal. Washington
demostró su voluntad de prevenir agre-
sivamente cualquier amenaza a su segu-
ridad e intereses nacionales. Las fuerzas
militares de EE.UU. exhibieron una ca-
pacidad inédita de responder a shocks
internacionales, y también de crearlos.
Tercero, la tendencia a operar en el
extranjero es cada vez mayor. Las em-
presas mudan algunas operaciones a
países en los que los costos laborales
son bajos, pero ellos son bajos por un
motivo. En países como India (un des-
tino tradicional de operaciones en el ex-
terior) y Kenia (un destino emergente),
las condiciones de vida de las clases
trabajadoras pueden ser muy duras, y
existe una mayor amenaza de descon-
tento que en los países desarrollados,
en los que la clase media es numerosa
y próspera. La operación en el extran-
to Nov 2018.
jero presenta, además, otros riesgos. El
gobierno chino, por ejemplo, ya es arro-
gante con respecto a los derechos de
propiedad intelectual y hay señales de
que ello se está profundizando. Las em-
presas que se mudan allí pueden verse
muy presionadas a proteger parte de
sus activos intelectuales más valiosos.
En cuarto lugar, el mundo depende
cada vez más de la energía proveniente
de estados afectados por un riesgo polí-
tico considerable, como Arabia Saudita,
Irán, Rusia, y Venezuela. Dado que la
oferta global lucha por no quedarse
atrás de la creciente demanda, la ines-
tabilidad política de los estados produc-
tores de petróleo puede provocar rápi-
damente schocks en todo el mundo.
Es difícil imaginar una empresa que
no se vea afectada por, al menos, uno o
dos de estos factores. Además, la exposi-
ción en el extranjero de las corporacio-
nes seguirá creciendo a medida que las
cadenas de abastecimiento se vuelvan
más globales y que aumente la partici-
pación de los países en desarrollo en el
comercio internacional.
Lo que la economía no
revela
El análisis de riesgo económico y el
análisis de riesgo político intentan res-
ponder dos preguntas distintas: el aná-
lisis de riesgo económico les dice a los
líderes corporativos si un determinado
país puede pagar su deuda; el análisis de
riesgo político, en cambio, les dice si un
determinado país pagará su deuda. Esta
distinción puede ilustrarse mediante
dos ejemplos.
Cuando Sergei Kiriyenko, de 35 años,
reemplazó a Viktor Chernomyrdin
como primer ministro en marzo de
1998, la economía rusa parecía emerger
de la confusión de la era post-soviética.
La inflación se había reducido a un dí-
gito, la economía crecía y el gobierno
parecía estar comprometido con un
rumbo reformista moderado. Los ana-
listas económicos pronosticaban cielos
despejados.
Pero los analistas políticos compren-
dieron que un parlamento obstruccio-
nista trabaría los intentos del Kremlin
de endurecer la política fiscal y la re-
 Rie sgo y re comp e ns a e n los me rcados mundiale s

Un vistazo al riesgo político

El riesgo político mide la estabilidad individual de los países, sobre la base de factores arraigados en el gobierno, la sociedad,
la seguridad y la economía. Los mercados emergentes están por lo general en el rango de estabilidad moderada a alta. El mapa
muestra cómo algunos países fueron calificados en marzo de 2005.

ALEMANIA RUSIA

HUNGRÍA
BOSNIA HERZEGOVINA
COREA DEL NORTE
EE.UU. ESPAÑA COREA DEL SUR
CHINA
IRAK JAPÓN
AFGANISTÁN
EGIPTO PAKISTÁN
MÉXICO
HAITÍ
ARABIA
SUDÁN SAUDITA INDONESIA
COSTA
DE MARFIL SOMALIA

NIGERIA
BRASIL

MOZAMBIQUE

AUSTRALIA

NIVEL DE ESTABILIDAD
MÁXIMA [80–100]: Australia, Alemania, Japón, España, EE.UU.
ALTA [60–79]: Brasil, China, Hungría, India, México, Corea del Sur
MODERADA [40–59]: Egipto, Indonesia, Pakistán, Rusia, Arabia Saudita
BAJA [20–39]: Afganistán, Bosnia Herzegovina, Mozambique, Nigeria, Corea del Norte
FALLIDA [0–19]: Haití, Irak, Costa de Marfil, Somalia, Sudán

Anatomía del riesgo político en India INDIA

Las calificaciones nacionales de estabilidad se calculan a lo largo del tiempo y comprenden decenas
de mediciones, que van desde la información económica dura sobre crecimiento e inversión hasta evaluaciones más imprecisas
como la desafección juvenil y la corrupción. A comienzos de este año, India se movía entre estabilidad moderada y alta (las
cifras usadas para obtener cada promedio han sido redondeadas).

FACTORES QUE AFECTAN LA ESTABILIDAD CALIFICACIÓN DE ESTABILIDAD (0–100) COMENTARIOS

Ene 2005 Feb 2005 Mar 2005
GOBIERNO (tales como fortaleza del actual go- Errores políticos del gobierno llevaron a un mal resultado en las
bierno, estado de derecho y nivel de corrupción) 67 64 62 elecciones estatales y fortalecieron a los partidos de oposición.

SOCIEDAD (tales como tensión social, desafec- 58 58 58 El bajo ingreso per cápita y los bajos niveles de alfabetización se
ción de los jóvenes y servicios de salud, educa- tradujeron en un bajo índice de desarrollo humano. Tensiones
ción y otros) sociales latentes mantienen baja la calificación de la sociedad.

SEGURIDAD (tales como nivel de globalización, si- 53 48 48 Conversaciones de paz con Pakistán y China han mitigado los te-
tuación geoestratégica y emergencias y desastres) mores de seguridad. Pero una insurgencia maoísta en Nepal y la
continua violencia en Cachemira mantienen baja la calificación.

ECONOMÍA (tales como situación fiscal, creci- 75 75 76 El crecimiento económico y la expansión del comercio man-
miento e inversión, y sector y deuda externos) tienen positivas las cifras. El déficit fiscal sigue siendo una
preocupación.

Calificación acumulada de estabilidad nacional 63 61 62

Fuente: Deutsche Bank Eurasia Group Stability Index (DESIX), Marzo de 2005

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caudación tributaria. Se dieron cuenta
de que la falta de consenso estaba ge-
nerando políticas monetarias incohe-
rentes y que el Presidente, ausente y
alcohólico, no impondría disciplina.
Cuando cayeron los precios del petró-
leo, los analistas políticos subrayaron la
falta de disciplina fiscal del país como
una causa de preocupación inmediata.
En síntesis, los analistas políticos ela-
boraron un retrato más oscuro –y más
exacto– de la inestabilidad del mercado
ruso en el período que llevó a la cri-
sis de 1998. Cuando finalmente Rusia
entró en la cesación de pagos y deva-
luó el rublo, las empresas que habían
analizado tanto el riesgo económico
como el político capearon el temporal
con menos repercusiones que aquellas
que se habían basado sólo en análisis
económicos.
En otras instancias, los analistas de
riesgo político han sido capaces de de-
Por qué China nos quita el sueño
tectar aspectos positivos en donde los
economistas sólo veían problemas. El
valor de los bonos y la moneda de Brasil
cayó drásticamente en 2002, cuando se
hizo evidente que Luis Inácio Lula da
Silva sería electo presidente. En cam-
pañas anteriores, Lula había criticado
al Fondo Monetario Internacional y a
los brasileños partidarios de políticas
fiscales conservadoras, por profundi-
zar la brecha entre ricos y pobres. Las
comparaciones entre Lula y el cubano
Fidel Castro y el presidente venezolano
Hugo Chávez espantaron a los analistas
de riesgo económico, que temían que
la primera elección de un presidente
“izquierdista” en Brasil produciría una
crisis de mercado de origen político.
Pero muchos analistas políticos con-
sideraban improbable ese resultado. No
veían a Lula como un ideólogo, sino a
una persona que había construido su
reputación como un negociador sindi-
cal, duro y pragmático. Percibían en
su campaña una estrategia electoral
inclusiva y conciliatoria. En sus discur-
sos, escucharon su determinación de
no permitir que Brasil cayera en el tipo
de crisis financiera que tanto daño le
había hecho a Argentina. Por ello argu-
mentaban que la victoria de Lula trae-
ría estabilidad política y económica. Si
Lula ganaba, anticipaban, su gobierno
representaría a los pobres y cumpliría
su promesa de reservar un porcentaje
de la recaudación tributaria, establecido
por el FMI, para el pago de la deuda, en
vez de gastarlo en programas sociales
y proyectos para la generación de em-
pleos transitorios.
Los analistas políticos no se equivoca-
ron: Lula ganó las elecciones y cumplió
su promesa de disciplina fiscal. En sólo
unas semanas, los bonos brasileños mos-
traron una recuperación dramática.
Fortaleza ante los shocks
Tanto en Rusia como en Brasil, los ana-
listas políticos centraron su atención en

C
hina se yergue sobre el mundo del riesgo político como un coloso. cómo un cambio específico en el lide-
Muchos expertos le proclaman como la gran oportunidad de inversión razgo afectaría la estabilidad del país, la
del nuevo milenio, pero también es una gran incógnita. Algunas de unidad de medida del riesgo político. La
las preguntas que se hacen los analistas de riesgo político: ¿Puede el explosivo estabilidad de una nación es determi-
crecimiento económico de China sobrevivir al corrupto e ineficiente sistema nada por dos aspectos: la capacidad de
político? ¿Concuerdan los líderes políticos del país en que es necesario prepa- los líderes políticos de implementar las
rarse para un aterrizaje suave que evite una recesión? Una reforma que abriera
políticas que desean aun en medio de
su proceso político, ¿haría a China más o menos estable?
un shock, y su capacidad para evitar un
La continuada expansión china depende de la capacidad del gobierno para
shock generado por ellos mismos. Un
manejar transiciones económicas complejas y evitar la inestabilidad. Al mismo
tiempo, debe barajar grandes desafíos de seguridad, demográficos y políticos. país con ambas capacidades será siem-
Las inminentes reformas en la agricultura y el sistema bancario probablemente pre más estable que uno que cuenta con
producirán problemas administrativos aún más complejos. sólo una de ellas. Los países en los que
China parece avanzar lentamente hacia la inestabilidad a medida que las no se da ninguno de estos elementos
reformas tensionan las relaciones entre los líderes nacionales y regionales, au- son los más vulnerables al riesgo polí-
mentando la probabilidad de un shock económico seguido de un shock político. tico.
Para complicar las cosas, la burocracia china carece del control administrativo En sí mismos, los shocks son otro con-
necesario para modular el ritmo de una desaceleración económica. cepto importante del riesgo político.
Los analistas de riesgo económico tienden a basar sus proyecciones para las
Pueden ser internos (manifestaciones
tasas de crecimiento de China en su desempeño pasado. Pero son pocos los
en Egipto) o externos (miles de refu-
países en los que el desempeño pasado constituye un pronosticador tan malo
giados que huyen de Corea del Norte
de los resultados futuros. Salvo algunas excepciones, como las protestas de 1989
en la Plaza de Tiananmen, el descontento social en la China moderna ha sido a China). No obstante, la sola presencia
escaso. Pero el riesgo de descontento popular está aumentando como resultado de un shock no constituye un signo de
de la creciente desigualdad del ingreso, del más lento –aunque todavía intenso– inestabilidad. Arabia Saudita, por ejem-
crecimiento económico, y de los abusos y corrupción gubernamentales. Los plo, pasó por innumerables shocks lo
líderes chinos podrían entonces poner una mordaza a los medios y a grupos re- largo de los años y hasta ahora los ha
ligiosos, limitar el uso de Internet y otras formas de expresión y comunicación. superado todos. Y probablemente con-
La probabilidad de que estos eventos ocurran en el corto plazo es baja, pero tinúe haciéndolo, al menos en el corto
los indicadores de riesgo de China sugieren que está aumentando. plazo: la nación se erige sobre líneas
divisorias políticas y religiosas, pero su

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fuerte control autoritario y riqueza le
permiten a la elite saudita adaptarse a
cambios drásticos.
La relativa estabilidad de Arabia Sau-
dita se funda en su capacidad de tolerar
los shocks; otros países dependen más
de su capacidad de no provocarlos. La
estructura política de Kazajstán, por
ejemplo, es menos flexible y adaptable
que la de Arabia Saudita. Pero, al mismo
tiempo, el país está mucho más alejado
del epicentro de terremotos políticos.
Por lo tanto, es evidente que cada
país reaccionará de manera distinta
ante los shocks, dependiendo de cuán
estables son. Imaginemos que en un
país se celebran elecciones y se elige un
jefe de estado, pero un gran número de
votantes cuestiona la victoria y el más
alto cuerpo judicial de la nación debe
decidir sobre un recuento. Esto ocurrió
en Estados Unidos en 2000, sin que hu-
biera consecuencias significativas para
la estabilidad del país ni de sus merca-
dos. Cuando se dieron casos similares
en Taiwán, en 2003, y en Ucrania, en
2004, sin embargo, las manifestaciones
bloquearon calles, surgió la amenaza de
la violencia civil y los observadores es-
pecularon acerca de la viabilidad de las
economías de esas naciones.
Las elecciones estadounidenses de
2000 señalan otro factor de complica-
ción en el contexto del riesgo político:
la relación entre estabilidad y apertura.
Estados Unidos es estable porque es
abierto: la información fluye, la gente
se expresa con libertad y las institucio-
nes pesan más que las personalidades.
Por ello superó la controversia de sus
elecciones sin que cundiera el pánico
en Wall Street; los inversores sabían
que el problema se solucionaría y que
la mayoría percibiría el resultado como
legítimo.
Pero otros países –como Corea del
Norte y Cuba– son estables porque
son cerrados. Es más, el menor atisbo
de apertura podría conducir a los más
frágiles de estas naciones a territorios
peligrosos. Bastaría veinte minutos de
exposición a la CNN, para que los ciu-
dadanos de Corea del Norte compren-
dieran cómo su gobierno les miente
flagrantemente. Y, si bien hay una con-
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Riesgo y recomp ensa en los mercados mundiales
Por qué Arabia Saudita nos quita el sueño
L
a estabilidad de Arabia Saudita está amenazada por fuerzas religiosas y
seculares. Los extremistas islámicos buscan socavar la legitimidad de la
familia real. Se estima que el desempleo efectivo está entre 20% y 25%;
frustrados y sin empleo, los jóvenes acuden en masa a las mezquitas, donde los
líderes religiosos braman contra los infieles. Las naciones occidentales, mientras
tanto, apelan a la realeza para que avance hacia la liberalización política.
Esta volatilidad complica los acuerdos financieros, especialmente los que re-
quieren años para completarse y con el tiempo extiende la exposición al riesgo
político.
Pero, si bien las empresas con inversiones a largo plazo deben preocuparse,
los inversionistas a corto plazo en Arabia Saudita tienen menos motivos para
temer. Esto se debe a que los petrodólares estabilizan el sistema político, y la
familia real puede contar con esos ingresos por muchos años. Es cierto, las reser-
vas de petróleo son un blanco tentador para los terroristas, pero la infraestruc-
tura petrolera del país está aislada de los centros poblacionales, y la duplicación
de componentes en el sistema de oleoductos hace casi imposible infligir un
daño permanente. Además, la compañía petrolera nacional tiene la tecnología,
los ingenieros entrenados y la capacidad excedente para seguir produciendo
más de 9 millones de barriles por día.
Evidentemente, cualquier proyecto en Arabia Saudita que necesite una dé-
cada para empezar a dar ganancias es sumamente problemático. Pero es posible
que aquellos que estén dispuestos a desafiar la volatilidad a corto plazo se bene-
ficien de oportunidades de las que se privan las empresas más adversas al riesgo.
siderable presión mundial para que está abriendo a un paso acelerado y sus
los países cerrados se abran, la transi- diplomáticos viajan por el mundo en
ción desde un estado estable porque busca de nuevas relaciones comerciales
es cerrado hacia uno estable porque es que alimenten el crecimiento nacional.
abierto está inevitablemente marcada Cuando un país está políticamente
por la inestabilidad. Algunas naciones, cerrado pero económicamente abierto,
como Sudáfrica, sobreviven esta transi- una de las dos tendencias prevalecerá
ción; otros, como la Unión Soviética, se necesariamente sobre la otra. La inte-
derrumban. rrogante de si el sistema político chino
Es difícil establecer en qué lugar del seguirá la tendencia económica del país
espectro apertura-estabilidad se ubica o viceversa es un tema fascinante y de
cada país, y en qué dirección se mueve. acalorado debate en la comunidad de
Y, en este sentido, ningún país consti- analistas políticos (vea el recuadro “Por
tuye un desafío mayor que China, que qué China nos quita el sueño”).
internamente aparece al mismo tiempo Los ejecutivos, por otra parte, suelen
instalado en dos puntos diferentes. Po- enfocarse en preocupaciones más in-
líticamente, China es estable porque es mediatas cuando evalúan la madurez
cerrado: es un estado policial con un de un país para invertir en él. En líneas
control absoluto de la expresión pública. generales, quienes toman las decisiones
Por ejemplo, las fuerzas de seguridad deben saber tres cosas: ¿Qué probabili-
restringieron la cobertura mediática de dades hay de que ocurra un shock? Si es
la reciente muerte de Zhao Ziyang, un probable, ¿cuándo ocurrirá? Y, por úl-
político relativamente progresista, para timo, ¿cuánto está en juego si ocurre?
prevenir revueltas como las provocadas Como es de esperar, las situaciones
por los fallecimientos de Chou En Lai más riesgosas son aquellas en las que
en 1976 y Hu Yaobang, en 1989. Eco- los shocks son probables, inminentes,
nómicamente, sin embargo, China se y tienen consecuencias generalizadas.
7
to Nov 2018.
 G e s t i o n a r e l r i e s g o e n u n m u n d o i n e s ta b l e
Las tres condiciones se dan en Corea del
Norte, la cual permanece estable por-
que se resiste a moverse hacia una eco-
nomía de mercado y hacia un gobierno
más abierto. La estabilidad de Corea
del Norte es tan dependiente de Kim
Jong Il y de la elite militar que cualquier
amenaza a su seguridad podría destruir
al régimen y desestabilizar a toda la re-
gión. Y es mucho lo que está en juego,
porque los productos más valiosos que
Corea del Norte puede vender –compo-
nentes militares y nucleares– tienden a
producir shocks políticos.
En otros países, los shocks son pro-
bables y se espera que ocurran pronto,
pero lo que está en juego para los mer-
cados mundiales es mucho menor. Por
ejemplo, Fidel Castro tiene 78 años, y
no está clara la suerte que correrá la
revolución luego de su muerte. Su her-
mano menor Raúl, de línea dura, po-
dría asumir el poder, pero él también
es septuagenario; si reemplaza a Cas-
tro, la incertidumbre política se acu-
mulará hasta el siguiente traspaso del
poder. Similarmente, si un reformista
como Carlos Lage da un paso adelante
para iniciar un proceso de apertura
gradual, la liberación del disenso lar-
gamente reprimido podría alimentar
la violencia. Por lo tanto, es probable
que cualquiera de los resultados ge-
nere inestabilidad. No obstante, dado
que Cuba no exporta tecnología nu-
clear, petróleo ni ningún recurso vital,
las consecuencias de este shock sobre
los mercados serán menores.
El riesgo, paso a paso
En numerosas publicaciones se espe-
cula sobre los resultados de estos y otros
escenarios; pero las empresas que ven
la posibilidad de invertir en operacio-
nes o en infraestructura en el exterior
necesitan evaluaciones más objetivas y
rigurosas que aquellas de las páginas
editoriales. Las empresas pueden com-
prar el servicio de análisis de riesgo po-
lítico a consultoras o bien, como Shell y
AIG, desarrollar esa capacidad interna-
mente. En todo caso, para lograr un cua-
dro completo del riesgo de un país, se
necesitan analistas capaces de elaborar
informes sólidos, información puntual
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y precisa acerca de diversas tendencias
sociales y políticas y un marco para eva-
luar el impacto de riesgos específicos
sobre la inestabilidad.
Los analistas. La política está en con-
tinuo movimiento, y los analistas de
riesgo deben seguir la historia de una
nación en su desarrollo. Con frecuen-
cia, esto significa estar en terreno en ese
país. Y en el caso de un régimen opaco,
eso puede significar permanecer por un
período prolongado. Algo de informa-
ción se publica en los reportes oficiales
y en los medios, pero los analistas reco-
gerán la mayor parte de ésta de fuentes
primarias: periodistas bien conectados
ubicados en la prensa local y extranjera,
actuales y ex funcionarios de segunda
línea, y especialistas de centros de es-
tudios.
Las empresas deberían tener presente
que el análisis político es más subjetivo
y más vulnerable al sesgo que el econó-
mico. Un peligro es que los analistas,
que tienen sus propias opiniones polí-
ticas, vean su investigación a través de
una lente filosófica en particular. Ade-
más, el analista político probablemente
tenga experticia en una materia y en
un país específico, lo cual puede teñir
sus informes. Un analista de Taiwán con
experiencia en seguridad, por ejemplo,
puede enfatizar con exceso variables de
riesgo tales como las tensiones a lo largo
del estrecho y el creciente desequilibrio
militar entre Taiwán y China. Cuando
los encargados de tomar las decisiones
leen cuidadosamente los informes de
los analistas, deben estar alertas para
identificar y corregir los posibles ses-
gos.
Los datos. Debido a su naturaleza,
las variables de riesgo político son más
difíciles de medir que las variables eco-
nómicas (aunque en algunos países,
como China y Arabia Saudita, también
puede cuestionarse la confiabilidad de
los datos económicos elaborados por el
gobierno). Después de todo, la política
se ve afectada por el comportamiento
humano y por la confluencia repentina
de acontecimientos, para los cuales no
existen calibraciones directas. ¿Cómo
asignarle cifras a conceptos tales como
estado de derecho?
to Nov 2018.
Para cuantificar correctamente el
riesgo político, los analistas necesitan
sustitutos para sus variables. En lugar
de intentar medir la independencia del
poder judicial de un país, por ejemplo,
los analistas pueden determinar si los
jueces de ese país reciben un salario que
cubre sus necesidades y si son blanco
de atentados. Los analistas de riesgo
político también estudian el porcentaje
de niños que concurren a la escuela re-
gularmente, comparan los salarios de
militares y policías con las oportunida-
des de delinquir y cuánto es el acceso
disponible a los servicios de salud. Y,
por supuesto, incluyen variables econó-
micas en la mezcla, tales como: ingreso
per cápita, balanza de pagos y deuda
nacional.
Tomada en su conjunto, esta infor-
mación, a menudo anecdótica, puede
revelar mucho acerca de las fuentes
subyacentes de fortaleza y debilidad
de un país. Comparar datos de países
vecinos ofrece una buena noción de en
qué casos los shock de países inestables
pueden retumbar en países estables.
La comparación de datos de un mismo
país en diferentes momentos permite
al analista saber si una nación se está
tornando más o menos estable, y a qué
velocidad.
El marco. Distintas empresas y con-
sultoras tendrán métodos diferentes
para medir y presentar información
sobre estabilidad. En Eurasia Group
hemos desarrollado una herramienta
que consta de 20 indicadores de riesgo
en mercados emergentes. Distribuido
como parte de una relación estratégica
con el Deutsche Bank, el Índice de Esta-
bilidad Deutsche Bank Eurasia Group
(DESIX, por sus siglas en inglés) califica
las variables de riesgo según sus compo-
nentes estructurales y temporales. Las
calificaciones estructurales subrayan las
condiciones subyacentes a largo plazo
que afectan la estabilidad. Ellas sirven
como línea base para las calificaciones
temporales que reflejan el impacto de
políticas, acontecimientos y cambios
que ocurren cada mes.
Los indicadores se organizan en cua-
tro subcategorías con igual pondera-
ción: gobierno, sociedad, seguridad y

la economía. Las calificaciones para las
cuatro subcategorías son agregadas en
una única calificación de estabilidad, la
cual se expresa como un número en una
escala de cero a 100, que va desde un
estado fracasado hasta una democracia
completamente institucionalizada y es-
table (vea la ilustración “Un vistazo al
riesgo político” y la tabla “Anatomía del
riesgo político en India”).
Con frecuencia, las cifras que com-
ponen la calificación de estabilidad son
tan interesantes como la calificación
de estabilidad en sí misma. Tomemos
el caso de Turquía, cuya calificación de
estabilidad de marzo de 2005 era de 60,
cinco puntos más abajo que la de Bra-
sil y dos puntos más arriba que la de
Rusia. Dentro de esa cifra compuesta,
los componentes se mueven en direc-
ciones contrarias.
Específicamente, la calificación del
gobierno de Turquía subió como con-
secuencia del acuerdo de la Unión
Europea de iniciar conversaciones con
Ankara para la admisión del país, en
octubre de 2005. Ahora, el gobierno
del Primer Ministro Recep Tayyip Er-
dogan tiene un mayor incentivo para
continuar las reformas que fortalecen
la independencia de las instituciones,
profundizar la libertad de los medios
y proteger los derechos de las minorías
–como los kurdos turcos– que, de otro
modo, podrían provocar conflictos so-
ciales.
Sin embargo, la calificación de la
seguridad en Turquía baja a causa de
la presencia del Partido de Trabajado-
res de Kurdistán en el norte de Irak.
La preocupación de Ankara es que los
kurdos –autorizados por las elecciones
iraquíes– intenten recuperar el control
de Kirkuk, ciudad del norte de Irak rica
en petróleo, lo cual les proporcionaría
la base financiera para un estado kurdo
independiente. Un estado kurdo en las
fronteras de Turquía, con toda probabi-
lidad, agitarían los ánimos separatistas
entre los kurdos de ese país.
Cuando las probabilidades
se conocen
Obviamente, la forma en que las em-
presas aplican estos análisis depende
junio 2005
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Riesgo y recomp ensa en los mercados mundiales
de su sector, su estrategia y su perfil
de tolerancia al riesgo. Por necesidad,
las empresas en el sector energético
han demostrado una gran tolerancia al
riesgo confiando en técnicas de mitiga-
ción para manejar su exposición. Por el
contrario, industrias livianas y empre-
sas medianas en las cadenas de abas-
tecimiento industrial suelen tomarse
su tiempo para ver cómo evoluciona la
situación.
Las empresas que toman compromi-
sos prolongados en países inestables
deben priorizar el riesgo a largo plazo
–por ejemplo, cuestiones relacionadas
con las características demográficas y
los recursos naturales– al tomar deci-
siones. En mayo de 2004, Sumitomo
Chemical, de Japón, acordó un joint
venture por US$ 4.300 millones con
Saudi Aramco para construir una gran
planta petroquímica en Rabigh, Ara-
bia Saudita. Según los planes, la planta
abrirá recién en 2008, de modo que Su-
mitomo es particularmente vulnerable
a tendencias demográficas perniciosas
como el éxodo de talento técnico y des-
empleo juvenil.
La tolerancia al riesgo de Sumitomo
ya está siendo puesta a prueba por la
campaña de extremistas islámicos con-
sistente en secuestros y decapitaciones
de extranjeros que hacen negocios en el
país. Si bien la violencia y la corrupción
dominan en los titulares, estos riesgos
de corto plazo están siendo muy exage-
rados (vea el recuadro “Por qué Arabia
Saudita nos quita el sueño”). De hecho,
aunque Arabia Saudita –y también
China– pueden constituir jugadas ries-
gosas para las empresas comprometi-
das en operaciones que no verán ren-
tabilidades hasta dentro de una de una
década, a corto plazo pueden resultar
un buen negocio. Entre otros, General
Motors, Kodak, y una serie de bancos de
inversión ya han aprovechado la opor-
tunidad, aunque han tenido algunos
tropiezos.
Una vez que las empresas determinan
que una inversión en particular vale la
pena correr el riesgo, pueden utilizar
técnicas tradicionales para mitigarlo,
como incorporar socios locales o limitar
la investigación y desarrollo en países
to Nov 2018.
con una protección deficiente de la pro-
piedad intelectual. Además, existe un
número cada vez mayor de organizacio-
nes comerciales y gubernamentales que
ofrecen seguros contra riesgos políticos,
tales como la expropiación, la violencia
política, la inconvertibilidad de la mo-
neda y el incumplimiento de contratos
(sin embargo, se trata de un seguro caro,
ya que los riesgos son difíciles de esti-
mar). Por lo demás, es esencialmente
una cuestión de cobertura; ubicar una
fábrica en México así como otra en Ve-
nezuela, por ejemplo, para no apostar
toda la estrategia para Latinoamérica
en sólo un régimen opaco.
Por último, vale la pena recordar
que, si bien la inestabilidad se traduce
en mayor riesgo, el riesgo no siempre
es algo malo. El riesgo político en paí-
ses subdesarrollados casi siempre con-
lleva una ventaja, porque tales nacio-
nes son tan inestables que es poco el
daño adicional que los shock negativos
pueden generar. Países como Afganis-
tán y Camboya simplemente están tan
bajos en la escala de estabilidad que
no tienen mucho lugar para caer; sólo
condiciones externas favorables –como
la reducción de deuda por parte de los
países desarrollados o los préstamos de
instituciones internacionales– pueden
tener un efecto importante en la esta-
bilidad política. Para algunas empre-
sas, esto puede hacer que las inversio-
nes en tales países sean un elemento
atractivo en una cartera de riesgo em-
presarial.
La política es, desde siempre, inse-
parable de los mercados; las primeras
organizaciones comerciales transna-
cionales del mundo fueron impulsadas
por las corrientes políticas de su tiempo.
Hoy día, los bienes, los servicios, la in-
formación, las ideas y las personas cru-
zan las fronteras con una velocidad in-
édita, y esta tendencia es cada vez más
profunda. Para los líderes empresariales
que buscan ganancias en lugares cuyas
sociedades, culturas y gobiernos les son
ajenos, las visiones complementarias de
los analistas de riesgo político y econó-
mico son vitales.
Reimpresión r0506b–e
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