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Ley Orgánica del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, Ley Nº 26497.

Ley Orgánica de Elecciones, Ley N° 26859

Ley Orgánica de la Oficina Nacional de Procesos Electorales, Ley Nº 26487.

Ley Orgánica de Municipalidades, Ley Nº 27972.

Ley Orgánica del Jurado Nacional de Elecciones, Ley Nº 26486.

Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, Ley Nº 27867.

Resolución legislativa del congreso de la república que incorpora el artículo 15-a


Leyes orgánicas 16772 COMPARTIR 0 VALORAR ARTICULO Indignado 137 Triste 3 Indiferente 4
Sorprendido 6 Contento 16 En los últimos tiempos ha prosperado el concepto de “las leyes
orgánicas”. En efecto, toda suerte de normas laborales, societarias, financieras, sociales,
tributarias, etc. se han expedido bajo tal categoría. No conozco las razones de los legisladores para
proceder de tal forma, más allá de algunas hipótesis de orden político que intuyo; tampoco se
advierte una solución a los conflictos que empiezan a presentarse entre tales disposiciones, ni cuál
será la suerte de un ordenamiento legal saturado de leyes de esa categoría, que están en la
cúspide de la pirámide normativa, inmediatamente después de la Constitución, disputándose la
primacía sobre las demás. Caben algunas reflexiones sobre tan fértil empeño legislativo. 1.- ¿Qué
son las leyes orgánicas?.- La Constitución de 2008, en el artículo 133, establece las siguientes
clases de leyes orgánicas, en una enumeración, al parecer, taxativa, y estas son: (i) las destinadas a
la organización y funcionamiento de las instituciones creadas por la Constitución (la Asamblea
Nacional, el CNE, los organismos de planificación, la Función Judicial, etc.); (ii) las que regulan el
ejercicio de los derechos y garantías constitucionales (La ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales
y Control Constitucional); (iii) las relativas a la organización, competencias, funcionamiento de los
Municipios); (iv) las relativas a los partidos políticos y al sistema electoral. En suma, como la
palabra lo dice, leyes orgánicas deberían ser las que estructuran y organizan al Estado y a sus
instituciones, y aquellas que constituyen el fundamento jurídico de los derechos individuales. Así,
pues, tal categoría, doctrinariamente al menos, debería ser excepcional en un ordenamiento
jurídico que responda a los principios del Estado de Derecho, ya que son su sustancia legal. Son la
primera concreción de la Constitución y de los instrumentos internacionales. La generalización del
concepto de leyes orgánicas y la extensión de tal categoría a normas más bien ordinarias, las
desnaturaliza, las vulgariza y genera conflictos o “antinomias” entre reglas, a veces de difícil, o de
imposible solución. Otra consideración tiene que ver con el hecho de que la simple designación de
una norma como orgánica no cambia necesariamente su verdadera índole y naturaleza, tal es el
caso, por ejemplo, del Código Orgánico de la Producción de diciembre de 2009. En realidad, ¿es
una ley orgánica? Otra situación se plantea cuando un código, que no tiene la condición de
“orgánico”, por ejemplo, el Código del Trabajo, sufre una reforma, como la del 20 de abril de 2015,
que consta en una ley orgánica. ¿Se transformó, entonces, la Ley Laboral, por ese solo hecho, en
orgánica, o conviven reformas orgánicas en una ley ordinaria? 2.- La devaluación de la ley
ordinaria.-Esta tendencia legislativa genera la impresión de que la ley ordinaria habría sufrido
peligrosa devaluación, y que cualquier norma que merezca importancia debería tener la
calificación de orgánica, una especie de “santificación” de la norma, que no responde
necesariamente a la lógica jurídica, ni se compadece con la estructura racional del ordenamiento
legal. Al parecer, más bien, la idea que explicaría este fenómeno es la de que tal calificación
dificulta la reforma, derogatoria o interpretación legislativa, ya que tales leyes, para cambiarlas,
requieren de mayorías legislativas especiales. Al parecer, la razón política de la proliferación de
esta categoría de leyes sería la de asegurar su inamovilidad, condicionar su suerte futura a
mayorías legislativas difíciles de obtener. El artículo 133, inciso final de la Constitución dice: “La
expedición, reforma, derogación e interpretación con carácter generalmente obligatorio de las
leyes orgánicas requerirán mayoría absoluta de los miembros de la Asamblea Nacional”. Así pues,
la proliferación de leyes orgánicas apuntaría a sellar o a inmovilizar a la legislación. 3.- Los
conflictos de leyes orgánicas.-En todo ordenamiento jurídico se producen conflictos de leyes,
oposiciones entre normas, lo que se conoce como “antinomias”. Para resolverlas hay tres
“lógicas”: (i) la de la jerarquía, prevalece la norma de mayor jerarquía, esto es, la orgánica sobre
las ordinarias; (ii) la de la especialidad, la norma general queda desplazada por la especial; y, (iii) la
de la cronología, la nueva prevalece sobre la antigua. ¿Cuál es la solución si el conflicto normativo
se produce entre dos normas calificadas como orgánicas? No es posible aplicar la lógica de la
jerarquía, que es la que corresponde naturalmente a esta clase de normas. Ante tal dificultad,
habría, entonces, que darle a la orgánica el tratamiento interpretativo propio de las leyes
ordinarias, esto es asumir que la especial prevalece sobre la general, pero ¿puede haber leyes
orgánicas “especiales”? Habría, en tal evento, que acudir a la lógica de la cronología? El Art. 425 de
la Constitución no soluciona este problema, porque no prevé el caso de conflictos de normas
orgánicas entre sí. Ese texto constitucional profundiza la complejidad del tema cuando, a
propósito a un asunto de técnica jurídica, hace mención a un tema político-municipal. En efecto,
resulta extraña la alusión, en ese texto, a las competencias de los municipios. Cabe preguntarse,
¿qué tiene que ver en el tratamiento de los conflictos normativos, como recurso jurídico, aquello
de que, en caso de conflicto entre normas de distinta jerarquía, los tribunales y jueces deberán
resolverlo según el principio de titularidad de las competencias municipales? ¿Están los municipios
fuera del sistema, tienen categoría excepcional sus leyes y ordenanzas? Temas para pensar.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección:

PERÚ
Artículo 106.- Mediante leyes orgánicas se regulan la estructura y el
funcionamiento de las entidades del Estado previstas en la Constitución, así como
también las otras materias cuya regulación por ley orgánica está establecida en la
Constitución.

Los proyectos de ley orgánica se tramitan como cualquiera otra ley. Para su
aprobación o modificación, se requiere el voto de más de la mitad del número
legal de miembros del Congreso.
Leyes orgánicas

Las leyes orgánicas tienen un sentido ordenador y autolimitante de las funciones


ejercidas por el Congreso de la República. Una ley orgánica es "un mandamiento al
Congreso en orden a regular su función legislativa, señalándole límites y
condicionamientos"1.

Conforme al artículo 151 de la Constitución Política el Congreso expedirá leyes


orgánicas a las cuáles estará sujeto el ejercicio de la actividad legislativa y le ordena
dictar las siguientes normas mediante ley orgánica:

- Reglamentos del Congreso y de cada una de las cámaras:

- Normas sobre preparación, aprobación y ejecución del presupuesto de rentas y ley


de apropiaciones y del plan general de desarrollo.

- Normas relativas a la asignación de competencias normativas a las entidades


territoriales.

Como aplicación de este precepto se dictaron en Colombia las siguientes leyes: la Ley
orgánica del Congreso (ley 5ª de 1992, la cual fue modificada por las leyes 186 de
1995, 273 de 1996 y 475 de 1998); el Estatuto Orgánico del Presupuesto (Ley 38 de
1989, modificada por las Leyes 179 de 1994 y 225 de 1995, compiladas en el Decreto
111 de 1996) y la Ley Orgánica del Plan de Desarrollo (Ley 152 de 1994).

Las leyes orgánicas requieren para ser aprobadas de la mayoría absoluta de los votos
de los miembros de cada cámara.

1Gaceta Constitucional No. 79, V, 1991, p. 13.

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