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Apunte Obligaciones PDF
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BOLILLA 1 INTRODUCCIÓN
Si el derecho encuentra su fundamento en las relaciones que unen a los hombres el desarrollo de la
actividad de cada uno, las relaciones de obligación tienen como objetivo la cooperación entre
quienes viven en sociedad.
Según Betti, en las relaciones de derechos reales sólo existe atribución de bienes, en cambio en las
relaciones de las obligaciones existe una cuestión de cooperación o de reparación de daños en las
hipótesis de responsabilidad extracontractual.
La cooperación se dirige siempre al interés de otro sujeto, pero en interés de todo el grupo social.
Esta cooperación está garantizada por los bienes del deudor, por el principio universal que dice que
“los bienes del deudor constituyen la garantía común de los acreedores”.
En resumen, podemos decir que las obligaciones regulan todas las relaciones entre las personas
(sujetos), contribuyen a la paz social, regulan la circulación de bienes y servicios, tienen importancia
económica ya que las relaciones jurídicas promueven la riqueza.
CONCEPTO DE OBLIGACIÓN
Nuestro Código Civil no define a la "obligación", y el propio Vélez Sársfield en su nota al artículo 495
aclara el por qué de la abstención.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Ahora bien, la palabra obligación deriva del latín obligare, que significa "atar en derredor", o sea que
alude a una suerte de ligadura que sujeta a alguien.
La palabra obligación implica una idea de sometimiento, de restricción a la libertad; desde que en la
misma medida en que nos encontremos obligados habrá de resultar disminuida o limitada nuestra
libertad.
Pero en el Derecho Civil, se lo utiliza como una expresión técnica precisa, que alude a una particular
categoría de situaciones, por las cuales un sujeto se encuentra vinculado a un comportamiento
frente a otro. Se han propiciado diferentes conceptos de obligación, pero bien puede decirse que
todavía hoy en día resulta válida la definición clásica contenida en el Título XIII del Libro Tercero de
las Institutas de Justiniano:
La obligación es un vínculo jurídico que nos constriñe a la necesidad de pagar algo a otro, según el
derecho civil; aunque se ha señalado la conveniencia de la supresión de su última parte, la que dice
"según el derecho civil", referida a la aplicabilidad del derecho de la ciudad sólo a los ciudadanos
romanos, que por lo tanto carece de vigencia en la actualidad.
En tal definición ya concurren en efecto los tres elementos básicos de toda relación obligacional:
los sujetos ligados por dicho vínculo: de una parte el que debe pagar y de otra el que tiene derecho
al cobro, y finalmente,
el objeto, consistente en la prestación que debe cumplir el deudor en favor del acreedor.
Empero otros autores han pensado en la conveniencia de modificar tal definición, efectuándole
algunos agregados o sustituciones e inclusive complementando el concepto clásico con el añadido
de que en caso de incumplimiento el deudor será responsable ante el acreedor con todo su
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
patrimonio; siendo en este sentido la fórmula quizá más completa la propuesta por Roca Sastre y
Puig Brutau:
"La obligación es una relación jurídica en virtud de la cual un sujeto (o varios) tiene el derecho a
exigir (pretensión) a otro sujeto (o varios) una determinada prestación (consistente en dar, hacer o
no hacer) y en su defecto a procurarse una congrua satisfacción equivalente (el interés contractual
positivo) a base de la responsabilidad patrimonial del deudor".
"Es obligación aquella relación jurídica en virtud de la que una persona determinada, llamada
deudor, está vinculada a un comportamiento patrimonialmente valorable, para satisfacer un interés
aunque no sea patrimonial de otra persona determinada, llamada acreedor, que tiene derecho al
cumplimiento por parte de la primera",
Concepto éste que destaca la diferencia entre el valor pecuniario de la prestación y el interés del
acreedor en ella, que puede no ser pecuniario.
Esta definición de Giorginianni apunta a tener como base de apoyo el comportamiento del deudor, o
sea, su conducta (corriente subjetivista). Analizando esto tenemos que el deber del deudor es un
típico deber jurídico específico, que la prestación debe tener contenido patrimonial y que el interés
del acreedor no necesariamente tiene que se económico.
Definición de Compagnucci:
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
“la obligación es una situación jurídica instrumental por la cual un sujeto activo (acreedor) tiene
derecho de ver satisfecho su interés mediante el cumplimiento de una prestación por parte de otro
obligado (deudor) o un tercero”.
En primer lugar se observa el vínculo que une a dos personas. Uno con interés en la prestación
(acreedor) y el otro unido al cumplimiento (deudor). A ello se suma la posibilidad legal que tienen los
terceros, generalmente para cumplimientar el interés del acreedor.
El deber jurídico responde a un sentido de obediencia a la ley. Se tiene en cuenta el aspecto pasivo
de la relación jurídica. los deberes jurídicos generales que corresponden a la totalidad de los
habitantes son aquellos que imponen respetar ciertas situaciones jurídicas legítimamente
constituidas. El deber exige una conducta de obrar.
Para Giorgianni hay que distinguir entre el deber jurídico general (el obbligo u obblighi) y la
obligación civil (obbligazione). Se da una relación género-especie donde el deber jurídico es el
género y la obligación es una especie o tipo.
El "deber jurídico" constituye un concepto genérico, habiendo sido definido como "la necesidad de
ajustar una conducta a los mandatos contenidos en una norma jurídica", o sea que alude a la norma
que con carácter general impone un comportamiento, a veces sin contenido económico, sin
determinación de los sujetos destinatarios del mismo. No se individualiza al obligado, como por
ejemplo el deber general de respetar los derechos ajenos. Se tiene en cuenta el aspecto pasivo de la
relación jurídica.
O sea, el deber jurídico es una conducta impuesta por la ley a toda la sociedad o a una amplia parte
de ella, como por ejemplo votar, vacunarse, el examen prenupcial, la cohabitación entre cónyuges,
etc.
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El obbligo u obblighi es una clase de deber jurídico en el cual la norma impone una conducta carente
de contenido patrimonial a sujetos determinados y en favor de otros, también individualizados, a los
que atribuye el poder jurídico de exigir aquel comportamiento; tal como sucede habitualmente en el
Derecho de Familia, como verbigracia con los deberes de fidelidad y de convivencia entre los
esposos (arts. 198 y 199), o el de los padres de educar y corregir a sus hijos (arts. 264 y 265),
etcétera.
De ahí resulta con claridad la diferencia existente entre los conceptos de deber jurídico general y
obligación, atento a que, como bien se ha dicho, toda obligación importa un deber jurídico, pero no
todo deber jurídico es una obligación.
la patrimonialidad de la prestación
Cuando el interés del acreedor que debe satisfacer el deudor, se halla individualizado se trata de
una verdadera obligación. Este interés puede no ser patrimonial, pero es necesario que siempre el
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acreedor mantenga interés en la prestación (ej. estipulación a favor de terceros y donación con
cargo).
En el deber jurídico, el sujeto puede no estar determinado ab initio. En la obligación deben existir dos
sujetos determinados: acreedor y deudor.
En el Derecho Romano importaban mucho las formas y prevalecía la voluntad absoluta. El deudor
pagaba hasta con su cuerpo. Luego el Derecho Romano evoluciona pero el vínculo sigue siendo de
carácter personal. Formalismo e individualismo eran los principios rectores.
Con el Derecho Canónico pierden importancia las formas. Aparece la causa. Se atenúa la situación
del deudor. Aparece el favor debitoris y el principio de la buena fe. De todas formas, el derecho
romano continúa siendo básico y supletorio de todo lo no regulado por el derecho canónico.
Individualismo: Con la Revolución francesa surge el renacimiento del individualismo pero como
voluntad autónoma, sin intervención del Estado. Se pacta entre privados. Hay gran libertad para
contratar. La ley presupone igualdad entre las partes contratantes. Se equipara el contrato a la ley.
Actualmente prima la autonomía de la voluntad pero limitada por el Estado (tendencia socializadora)
como por ejemplo nulidades, cláusulas abusivas, atenuación de la responsabilidad del deudor, la
socialización de los riesgos, aparece el derecho social o derecho del trabajo, etc.
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Técnica legislativa del Código Civil Argentino:
Nuestro C.C carece de una parte general. Vélez, colocó a las obligaciones en el Libro II, Sección
1ra, donde colocó a “las obligaciones en general” para tratar de separarar el tratamiento de las
obligaciones con el tratamiento de sus fuentes, especialmente de los contratos, como dice en las
notas a los arts. 495 y 499.
Así, trata de mejorar el Cód. francés que las confundía, aunque lo logró sólo en parte ya que varios
artículos como el 500, 501, 502, 504, 505, 507, etc, sólo se entienden si se los considera referidos a
contratos.
(495 a 2310)
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Libro IV. De los derechos reales y Tít. preliminar. De la transmisión de derechos en
En este Libro Segundo se incluye la parte general de las obligaciones y sus dos fuentes más
importantes: los contratos y los hechos ilícitos (delitos y cuasidelitos)
Derecho comparado
Cód. civil francés de 1804. Siguió la metodología de las Institutas de Justiniano y sirvió de ejemplo a
los códigos de Italia de 1865, España, Uruguay, Colombia, etc.
Se critica a este código porque no nombra a las obligaciones, sino que directamente menciona a los
contratos.
El Cód. civil alemán que entró en vigencia en 1900 tiene 2385 artículos dividido en 5 libros. El
primero es una parte general que abarca las personas y los negocios jurídicos. El segundo sobre las
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obligaciones, el tercero de los derechos de cosas, el cuarto del derecho de familia y el quinto del
derecho hereditario.
El libro segundo está dividido en 7 secciones pero no contiene una parte general.
El Cód. civil italiano de 1942 es abarcativo no sólo del derecho civil sino también comercial, laboral y
agrario.
Compuesto por 6 libros, el libro IV habla sobre las obligaciones civiles y comerciales integrado por
una parte general y disposiciones sobre contratos, títulos de crédito, gestión de negocios y pago
indebido. Al final del libro trata de los actos ilícitos.
Esta unificación entre las oblig. civiles y comerciales ha sido ambicionada por juristas de todo el
mundo. Aparece plasmada en el código Federal suizo de 1911, en el derogado código polaco. El de
Paraguay y el cubano.
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El derecho real es una relación jurídica inmediata entre una persona y una cosa.
Antecedentes:
Esta diferencia no fue advertida por el derecho romano. Sólo se produjo en relación a las acciones,
entre actio in rem(acciones reales) y actio in personam(acciones personales).
Teorías:
Existen 4 criterios para analizar los derechos reales y los derechos personales.
Teoría clásica
Posiciones intermedias
Teoría Clásica:
Los derechos reales constituyen siempre un vínculo jurídico directo e inmediato entre una persona y
una cosa. Son absolutos y se ejercen erga omnes. Importan siempre un tener.
Los derechos personales, en cambio, relacionan a dos personas o más. Son relativos ya que en
principio carecen de efectos frente a terceros e implican un deber tener (ver cuadro de diferencias).
Existen sólo los derechos personales. Las relaciones jurídicas sólo pueden establecerse entre
personas. Sostienen que el derecho de propiedad no consiste en lo que el dueño pueda hacer con la
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cosa sino en que los demás deben respetar lo que él haga (un no hacer), por lo que el derecho real
sería una obligación pasivamente universal donde el sujeto pasivo estaría constituido por el resto de
las personas.
Cuando alguien es titular de un derecho real y le quitan la cosa objeto de ese derecho, tiene acción
para reclamarla a quien en ese momento posea el bien. O sea que ejerce una acción reipersecutoria
en el caso de la acción reivindicatoria.
Por otra parte, si alguien promete la venta de una casa, el comprador sólo podrá demandar
válidamente a quien la enajenó y carece de acción contra otros, porque la acción es personal y
carece de efectos hacia terceros.
Los derechos reales son limitados y los particulares deben respetar los creados por la ley.
Los derechos personales pueden ser creados por las partes casi ilimitadamente.
Se critica esta postura ya que el respeto a los derechos por parte de los demás también se aplica a
los derechos creditorios.
Existen sólo los derechos reales. La relación no es entre personas sino que siempre se refiere a las
cosas. El contenido de las prestación se dirige a objetos, ya que ante el incumplimiento voluntario, el
acreedor arremete los bienes del deudor y así satisface su derecho creditorio. La relación es entre el
sujeto titular y los bienes del obligado.
Ihering sostenía que la relación se da entre 2 patrimonios y no entre 2 personas. Así entonces, los
derechos personales no existirían, siendo siempre las relaciones jurídicas de carácter real.
Posiciones intermedias:
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Giorgianni: existen situaciones jurídicas calificadas como derechos reales donde el titular no tiene un
poder inmediato sobre la cosa (derechos reales de garantía), en cambio, en ciertos derechos
creditorios el acreedor consigue su interés mediante un poder inmediato sobre la cosa
(arrendamiento, comodato).
Así serían derechos reales, el de propiedad, los que recaen sobre la cosa ajena, los de utilización,
de disfrute, y los derechos a obtener la prestación del propietario (oblig. propter rem).
Según la función económica se los puede agrupar en: de disfrute y de obligación. Los primeros dan
un poder directo sobre la cosa. Los segundos deben dirigirse contra otra persona a la que se
reclama una conducta.
Otorgan poder sobre una cosa determinada. Crean una relación jurídica que vincula a 2 o
Ej. derecho de propiedad. más personas y por la cual el acreedor puede
exigir la prestación debida.
Elementos: el titular del derecho y la cosa Elementos: sujeto activo (acreedor), sujeto
pasivo (deudor), objeto (prestación, cosa
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sobre la que se ejerce el derecho. debida), y las causa.
Son absolutos. Se ejercen erga omnes Son relativos. Sólo se ejercen entre acreedor
y deudor.
1) dominio y condominio
2) usufructo
3) uso y habitación
4) servidumbres activas
5) derecho de hipoteca
6) prenda
7) anticresis
8 superficie forestal
Confieren el ius preferendi por el cual el En principio existe igualdad entre partes,
titular del derecho tendrá preferencia si salvo la existencia de privilegios.
concurren varios acreedores sobre la cosa.
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Entre los derechos reales y personales existen situaciones jurídicas de dudosa naturaleza y son
el ius ad rem,
Ius ad rem (derecho a la cosa): es un derecho que corresponde a quien, teniendo título para adquirir,
carece de la posesión de la cosa. Es un derecho mayor que el personal, pero disminuido como
derecho real.
Es el derecho que asiste al acreedor de una obligación de dar, antes de que la cosa le sea
entregada por el deudor. Por ejemplo el comprador tiene derecho a solicitar medidas cautelares que
aseguren la entrega, como embargo, secuestro, etc.
Vocaciones al derecho real: son especies actualizadas de las primeras. Cuando para constituir un
derecho real es necesaria la inscripción en los registros, y alguien recibe la promesa de transmitir
hasta su inscripción, tiene para sí la vocación al derecho real. Ese virtual derecho puede ser
amparado mediante una inscripción provisional.
Obligaciones reales (Propter rem o ambulatorias): Son situaciones que se dan por ejercer un
derecho real. consisten en imponer el cumplimiento de una prestación al titular de ciertos derechos
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de señorío sobre una cosa. El deudor es el poseedor de la cosa, y el acreedor es otro titular de un
derecho real. Tienen como característica que si se modifica la relación con el derecho real, cambia la
persona del deudor, que es posible liberarse de la obligación haciendo abandono de la cosa y son
siempre impuestas por la ley y no convencionales. Salvat niega la existencia de las obligaciones
reales.
Como ejemplos tenemos una deuda por expensas comunes en la PH, los gastos de conservación de
la cosa en condominio, el alambrado de un campo, etc.
Son obligaciones que no gravan a una persona determinada, sino indeterminadamente al poseedor
de una cosa determinada (art. 2416 CC). Ab initio hay indeterminación del sujeto, pero es sólo
temporal pues esto termina cuando se exige el cumplimiento de la obligación. (ver arts. 497, 2416,
2685, 2736, 3268 CC).
El art. 497, refiriéndose expresamente a las obligaciones reales, niega su inclusión en la legislación
civil.
Nota al art. 497. Aubry y Rau, - El Cód. Francés distingue las obligaciones en personales y reales,
como distingue los derechos. Sus comentadores dicen que una obligación es real, cuando incumbe
al deudor, no relativamente a su persona, sino sólo en su calidad de poseedor de una cosa cierta; en
otros términos, cuando el deudor, obligado al cumplimiento de la obligación, no lo es personalmente
o con su patrimonio, sino sólo como poseedor de ciertas cosas; y que así la obligación de un tercer
poseedor de un inmueble hipotecado, de pagar, o hacer entrega del inmueble, es una obligación
real.
Toullier, Zachariæ,. Nosotros decimos que el derecho puede ser un derecho real, como la hipoteca;
pero la obligación del deudor es meramente personal con el accesorio de la hipoteca, pero ésta no
es una obligación accesoria. Cuando la cosa sale del poder del que la obliga, y pasa a otro
poseedor, éste se halla en la misma posición respecto del acreedor, que tiene un derecho real, que
cualquiera otra persona, a quien se prohíbe impedir el ejercicio de los derechos reales; pero no le
constituye la posición de deudor. Marcadé dice, respecto a esto: "Cuando me habéis vendido vuestra
casa, estáis obligados a no molestarme en el goce del inmueble; pero esto no es una obligación de
no hacer, pues no os priváis de ningún derecho. Esta necesidad nada tiene que os sea personal: ella
es común a todos; es para vos, como para los otros, la consecuencia y correlación de mi derecho
real existente erga ommes. Esta necesidad general y común a todos, que corresponde a un derecho
real, forma un deber que cada uno está sin duda en el caso de respetar, como una obligación
personal, mas no constituye una obligación". - Sobre el art. 1101, nº 387.
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Ortolan dice: "Derecho personal es aquel en que una persona es individualmente sujeto pasivo del
derecho. Derecho real es aquel en que ninguna persona es individualmente sujeto pasivo del
derecho. O en términos más sencillos, un derecho personal es aquel que da la facultad de obligar
individualmente a una persona a una prestación cualquiera, a dar, suministrar, a hacer o no hacer
alguna cosa. Un derecho real es aquel que da la facultad de sacar de una cosa cualquiera un
beneficio mayor o menor". - Generalización, .
Es norma que tuvo su origen en Freitas, niega su inclusión en el Derecho Civil, pero lo dispuesto en
los arts. 3266 y 3268 viene a dar base para sostener la existencia de estas obligaciones reales en el
C.C
Art. 3266. Las obligaciones que comprenden al que ha transmitido una cosa, respecto a la misma
cosa, pasan al sucesor universal y al sucesor particular; pero el sucesor particular no está obligado
con su persona o bienes, por las obligaciones de su autor, por las cuales lo representa, sino con la
cosa transmitida.
Art. 3268. El sucesor particular no puede pretender aquellos derechos de su autor que, aun cuando
se refieran al objeto transmitido, no se fundan en obligaciones que pasen del autor al sucesor, a
menos que en virtud de la ley o de un contrato, esos derechos deban ser considerados como un
accesorio del objeto adquirido.
Casos
Se citan algunos casos de obligaciones propter rem en la legislación civil, ya sea para ejemplificar y
sostener su virtualidad o para negar su existencia.
Ellos son las obligaciones inherentes a la posesión (arts. 2416, 2417, 2418), el derecho del tercer
poseedor del inmueble hipotecado (arts. 3162, 3165, 3167, 3169 y 3179), el derecho del condómino
a hacer pagar los gastos que demande el condominio (art. 2685), el derivado de la condición de
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susfructuario (arts. 2846, 2881, 2883, 2887 y 2894), las obligaciones del acreedor prendario (art2.
3225 y 3228), el deber del propietario de exhibir la cosa (art. 2417), etc.
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Los elementos de las obligaciones son los componentes necesario, indispensables, y ellos son:
El vínculo jurídico
El objeto o prestación
Los sujetos
VINCULO
Es la relación jurídica que une a las partes de la relación obligacional. Encierra un deber de carácter
primario y otras situaciones jurídicas secundarias. El primero está constituido por la necesidad que
tiene el deudor de cumplir, y a su vez el derecho del acreedor a exigir dicho cumplimiento de manera
coactiva.
Estos derechos-deberes hacen que los contratos o las obligaciones se cumplan tal como las partes
lo han querido, o bien lo imponen la ley o los usos y costumbres, y tienen como finalidad lograr el
cumplimiento exacto de la prestación, la protección d determinadas situaciones en que se encuentra
el obligado, y la satisfacción del interés del acreedor.
Para explicar sobre qué recae el vínculo obligatorio, se han formulado diversas teorías, subjetivas y
objetivas.
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Teorías subjetivas
Derecho Romano
Postura neoclásica
Consideradas como las más tradicionales, han intentado caracterizar la naturaleza de la obligación
como un estado de sometimiento del propio deudor al poder jurídico del acreedor.
Derecho romano:
El objeto del vínculo era la persona del deudor. Se unificaban en sus consecuencias tanto el delito
como el incumplimiento contractual. El deudor quedaba sometido con su cuerpo al poder del
acreedor. El nexum y la sponsio son 2 ejemplos de ello.
Afirmaba Savigny que la obligación es un señorío sobre determinados actos de la conducta del
deudor, que quedan entonces sustraídos a su arbitrio y sometidos a la voluntad del acreedor;
aunque si se tiene en cuenta que los actos del deudor son una exteriorización inmediata de su
personalidad, que no pueden objetivarse separándose de ella para convertirse en objeto de señorío
por parte de otros, resulta entonces mucho más aceptable la tesis de De Ruggiero, quien aclara que
en realidad el que se obliga vincula su libertad relativamente al acto comprometido, en cuanto se
autoimpone cumplirlo, máxime atento a que de no ser por ese vínculo obligacional, ninguna norma
imperativa o prohibitiva lo constreñiría al cumplimiento; vale decir que en la limitada esfera en que
aquel acto se mueve, la actividad y voluntad del deudor ya no es libre, sino que pertenece al
acreedor.
El obligado ve disminuidas su voluntad y libertad, las que en cierta medida pasan a los deseos del
acreedor. En la relación de obligación el dominio no se ejerce sobre la totalidad de la persona, sino
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solamente sobre algunos de sus actos. El deudor se encuentra en un estado de sujeción y
constreñimiento.
Tesis neoclásica:
Seguida por la mayoría de los juristas argentinos. Sostiene que el objeto del vínculo está dado por la
actividad del deudor, su comportamiento y su conducta. Así se humaniza y moraliza la relación
jurídica.
Se considera a la conducta del deudor como objeto del vínculo y no habrá un sometimiento de su
persona sino que dicha conducta obraría siempre como medio instrumental para el cumplimiento de
la obligación.
Sostienen que el vínculo debe considerarse no en relación al sujeto sino al objeto de la prestación.
La obligación es siempre una relación entre patrimonios.
(Ihering), caracteriza a la relación obligacional desde el punto de vista del sometimiento del
patrimonio del deudor a la acción del acreedor, a quien sólo le interesaría la realización de un
resultado objetivo de transferencia de valores a su propio patrimonio; de tal forma el vínculo
obligatorio importaría principalmente una relación entre dos patrimonios, siendo inclusive secundaria
la determinación de las personas que sean titulares de ellos.
Débito y la Responsabilidad
Dentro de las teorías objetivas, la que distingue entre el débito y la responsabilidad ha venido a
efectuar una disociación de la obligación en dos elementos distintos, tomando en cuenta diferentes
momentos de su desarrollo. Para este entendimiento, la obligación no es una relación jurídica
unitaria, sino una relación compleja compuesta de dos elementos o etapas: el debitum o deuda
(Schuld en el Derecho alemán) y la responsabilidad o garantía (Haftung), los que pueden
presentarse juntos o separados.
El débito o deuda es el estado de puro deber que se inicia con el nacimiento de la obligación y se
extingue con el cumplimiento voluntario del obligado, lapso durante el cual el débito se define como
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un estado de presión psicológica en el cual se encuentra el deudor, quien debe cumplir, por cuanto
así lo dispone el ordenamiento jurídico, en tanto que correlativamente el acreedor se halla en un
estado de legítima expectativa, de confianza en que por esa misma razón se le habrá de pagar. No
pudiendo realizar en ese ínterin más que un "control de gestión" sobre el patrimonio del deudor,
mediante algunas medidas cautelares.
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Finalmente, para la teoría del deber libre de Binder, las obligaciones no son subespecies de los
deberes jurídicos. La norma jurídica no impone un determinado obrar al deudor, no le manda que
pague, sino que establece un efecto jurídico supeditado a dicha conducta:
si el deudor no cumple, el acreedor tendrá derecho a pedir la ejecución de los bienes de aquél, o sea
que el deber jurídico recae sólo sobre los órganos del Estado, que deben sancionar a quienes no
ajustan su proceder a lo que establecen las normas.
Tesis subjetiva:
Conducta del deudor. La prestación se integra con lo que debe cumplir el deudor, y ello es siempre
su comportamiento o conductas prometidas.
Así, el derecho del acreedor tiene como punto de referencia el comportamiento del deudor, y resulta
irrelevante la satisfacción de aquel.
Cuando nos referimos a que el objeto del derecho de propiedad es la cosa, en realidad significa que
la cosa es el instrumento necesario a satisfacer el interés del propietario, y de ahí que la cosa no es
el objeto del derecho de propiedad sino el medio de satisfacer el interés como propietario, mientras
que el objeto del crédito lo constituye el comportamiento del deudor como instrumento con el que se
deberá obtener la cosa.
Tesis objetiva:
Bien debido. Para esta postura, el llamado bien debido no es de ninguna manera lo que el deudor
debe cumplir sino que es un bien útil de la vida que puede satisfacer el interés del acreedor. Esta
tesis se explica analizando las etapas de la vida de la obligación.
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En un primer momento tanto el acreedor como el deudor se encuentran en un estado de interinidad.
Existe el deber jurídico para el deudor y una situación de expectativa de prestación para el acreedor.
Así se explica el principio de que “el patrimonio es garantía común de los acreedores”, que tanto
puede cumplir el deudor como los terceros y con ello satisfacer el interés de los acreedores.
Requisitos
Posibilidad: el objeto debe ser posible materialmente y jurídicamente. La imposibilidad puede ser
material o jurídica. dicha imposibilidad debe ser originaria y no sobreviniente. O sea que debe ser
anterior o coetánea al momento de celebración del contrato. Son los supuestos de entrega de cosas
como existentes cuando aún no existían o hubieran dejado de existir.
La imposibilidad que hace ineficaz la relación debe ser objetiva y absoluta, que hace al contenido de
la prestación, prescindiéndose de las condiciones particulares del obligado. Por ejemplo si un pintor
profesional se obliga a pintar un cuadro y accidentalmente se rompe un brazo, no es posible pensar
que deba indemnizar por el incumplimiento.
Licitud: el objeto de la prestación debe ser conforme a la ley y las buenas costumbres (art. 953). No
se puede contratar sobre cosas que no estén en el comercio, hechos imposibles, ilícitos, contrarios a
las buenas costumbres, libertad de las personas, libertad de conciencia, etc.
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Determinabilidad: el objeto de la prestación está determinado cuando se encuentra identificado e
individualizado desde el nacimiento de la obligación, así no puede ser confundido con otro. Ej.
obligación de dar cosas ciertas (arts. 574 a 600).
Los objetivos pueden darse en función, por ejemplo de los precios de mercado, cotizaciones, etc.
Los criterios subjetivos son más complejos. En principio si tuviera que ser fijado por uno de los
contratantes, la obligación sería nula. Es posible que se deje al arbitrio de un tercero, ya sea por
equidad o mero arbitrio.
Patrimonialidad: la prestación debe ser susceptible de apreciación económica. Esto dio lugar a
controversias donde se destacan 3 posiciones:
Crítica a la Teoría Clásica (Ihering) sostiene que el derecho protege además valores
extrapatrimoniales y que por tanto también pueden ser objeto de las obligaciones los valores
morales, éticos, culturales, etc. Basta que la prestación represente para el acreedor un interés serio
y legítimo para que su derecho sea tutelado.
Respecto a las obligaciones generadas por un contrato, su objeto debe ser susceptible de
apreciación pecuniaria (conf. Arts. 1167 y 1169).
Respecto a las generadas por un hecho ilícito, la prestación es patrimonial porque el responsable
debe indemnizar pagando una suma de dinero. No obstante, los intereses morales o
extrapatrimoniales también están amparados, ya que para graduar la indemnización el juez debe
tenerlos en cuenta. (art. 1078).
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LOS SUJETOS
Los sujetos o Partes. El vínculo obligacional requiere, por lo menos, dos sujetos: el activo o
acreedor, y el pasivo o deudor, pudiendo ser tanto uno como otro singulares o plurales: un acreedor
y un deudor, un acreedor y varios deudores, varios acreedores y un deudor, o pluralidad tanto de
acreedores como de obligados.
Y pueden ser sujetos de la obligación tanto las personas físicas, como las jurídicas.
Los sujetos deben también reunir ciertos requisitos: ser capaces, distintos y determinados o
determinables.
Capacidad. Los sujetos han de tener capacidad de derecho o de goce para poder ser titulares de la
posición jurídica que pueda corresponderles en la relación obligacional; no siendo preciso en cambio
que también posean capacidad de hecho para ejercitar por sí mismos sus derechos, ya que ésta es
subsanable por medio de la representación.
Ser distintos. Acreedor y deudor deben ser personas distintas, ya que nadie puede ser acreedor y
deudor de sí mismo. Tan así es que, cuando se da en los hechos tal situación, la obligación se
extingue por confusión (art. 862).
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a) Las de sujeto plural disyunto, cuando varios acreedores o deudores aparecen vinculados entre sí
con la conjunción disyuntiva "o", lo que provoca una inicial indeterminación entre tales sujetos, dado
que en definitiva sólo resultarán ser los únicos sujetos de la obligación: el acreedor elegido para el
cobro y el deudor indicado para el pago, con exclusión de los otros integrantes de los respectivos
grupos que resultaron descartados en la elección y que por ello quedaron en situación de nunca
haber sido tenidos como acreedores o deudores;
b) Los títulos al portador, en los cuales la legitimación activa se apoya en la posesión regular del
título, el cual como sólo indica la persona del deudor, deja a la vez indeterminada la persona del
acreedor, que en definitiva resultará ser quien posea el documento, transmisible por la simple
tradición manual, al tiempo de la exigibilidad de la deuda.
d) las ofertas al público, dirigidas a una pluralidad indeterminada de personas, entre las cuales se
habrá de precisar después, mediante la aceptación, quién será el titular del crédito. Esta figura no
era antes creadora de obligaciones en nuestro país, en razón de lo dispuesto por el artículo 1148, en
el sentido de que: "Para que haya promesa [vinculante] ésta debe ser a persona o personas
determinadas", y en el concordante artículo 454 del Código de Comercio que reza: "Las ofertas
indeterminadas, contenidas en un prospecto o en una circular, no obligan al que las ha hecho". Pero
la situación ha variado con la entrada en vigencia de la ley 24.240 y sus modificatorias, de protección
y defensa de los consumidores, en la cual se establece entre otras cosas que: "La oferta dirigida a
consumidores potenciales indeterminados, obliga a quien la emite durante el tiempo en que se
realice, debiendo contener la fecha precisa de comienzo y de finalización..." (art. 7), y que "Quienes
presten servicios de cualquier naturaleza están obligados a respetar los términos, plazos,
condiciones, modalidades, reservas y demás circunstancias conforme a las cuales hayan sido
ofrecidos, publicitados o convenidos" (art. 19);
f) el contrato por persona a nombrar o electio amici de los artículos 1401 a 1405 del Código Civil
italiano de 1942, en el cual uno de los contratantes puede reservarse la prerrogativa de designar a
un tercero, quien cumplidos ciertos requisitos pasará a ocupar el lugar de aquél en dicha relación
jurídica, adquiriendo sus derechos y asumiendo sus obligaciones, mientras que en caso contrario
será el propio estipulante quien quedará como parte contratante. En este supuesto existe una
autorización alternativa subjetiva, habida cuenta de que si bien las dos partes están ab initio
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
determinadas, una de ellas, el estipulante, tiene la autorización alternativa que se traduce en su
facultas amicum eligendi, que le permite proseguir en la relación contractual o salir de ella mediante
la designación de un tercero; todo lo cual introduce la nota de incerteza que tipifica a los casos de
indeterminación de sujetos.
En nuestro Derecho positivo existen algunas instituciones que presentan cierta similitud con esta
figura, como la "comisión" regulada en los artículos 232 y siguientes del Código de Comercio, y
mucho más aún la "compra en comisión en remate judicial", de los artículos 571 del CPCCN, y 582
del CPCCBA, que disponen que el comprador deberá indicar, dentro del plazo previsto en el artículo
anterior (tres días desde la aprobación del remate), el nombre de su comitente, en escrito firmado
por ambos. En su defecto, se lo tendrá por adjudicatario definitivo. Y
g) el contrato por cuenta de quien corresponda, sobre varios de cuyos supuestos también legislan el
Código Civil italiano de 1942, en sus artículos 1513, 1690 y 1891. En nuestro Derecho positivo
tenemos lo dispuesto en el artículo 205 del CPCCN y CPCCBA, en el sentido de que: "Si hubiere
peligro de pérdida o desvalorización de los bienes afectados [por un embargo u otra medida cautelar
similar] o si su conservación fuere gravosa o difícil, a pedido de parte y previo traslado a la otra por
un plazo breve que fijará según la urgencia del caso, el juez podrá ordenar la venta en la forma más
conveniente..." Y a su turno en la Ley de Seguros (decreto-ley 17.418/67) se contempla la
contratación de seguros por cuenta ajena con o sin designación del tercero asegurado, añadiéndose
que: "Cuando se contrate por cuenta de quien corresponda o de otra manera quede indeterminado si
se trata de un seguro por cuenta propia o ajena se aplicarán las disposiciones de esta sección
cuando resulte que se aseguró un interés ajeno" (art. 21); e igualmente se establece sobre el seguro
de vida que: "Se puede pactar que el capital o renta a pagarse en caso de muerte, se abone a un
tercero sobreviviente, determinado o determinable al momento del evento" (art. 143). Existiendo en
estos casos una inicial indeterminación del acreedor a la "indemnización", quien podrá ser el tercero
que teniendo en su poder la póliza invoque el contrato aun a posteriori del siniestro (arts. 22 y 24), o
en su caso el propio tomador si hubiese conservado en su poder dicha póliza (arts. 23 y 25).
Pero de otra parte también puede ocurrir que una obligación se constituya ab origine con un
acreedor y un deudor ciertos, pero que por estar ella unida a una relación con la cosa y no arraigar
en determinada persona, pueda cambiar incesantemente de sujetos cada vez que en dicha relación
aparezca un nuevo titular, tal como sucede con las llamadas obligaciones propter rem, ambulatorias
o reales, de las que habremos de ocuparnos con más detalle en el comentario del artículo
subsiguiente.
Concepto:
Las fuentes son los hechos jurídicos que resultan causa eficiente y dan nacimiento a la obligación.
Es un elemento esencial ya que no se concibe obligación alguna sin un hecho que la origine. Así lo
establece el art. 499: no hay obligación sin causa.
Clasificaciones
Derecho Romano
La primera clasificación es la de Gayo en las Institutas donde originariamente fueron causa eficiente
el contrato y el delito. Luego agregó a los cuasicontratos y a los cuasidelitos.
Contrato: es el acuerdo de voluntades destinado a reglar sus derechos, o sea, crear, modificar o
extinguir obligaciones (art. 1137 CC).
Cuasicontrato: hecho voluntario lícito al cual la ley le otorga los mimos efectos que al contrato
aunque no exista acuerdo de voluntades. (ej. gestión de negocios).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Delito: art. 1072 CC. Hecho ilícito cometido a sabiendas y con intención de producir daño (dolo).
Cuasidelito: hecho ilícito cometido sin dolo pero con culpa o negligencia (art. 1109 CC).
Ley: es la norma general establecida por la autoridad competente mediante la palabra escrita. Es la
expresión más importante de un órgano o funcionario de la comunidad mediante la cual se establece
una relación general entre ciertos hechos y ciertas conductas que deben ser aplicadas.
Es tomada como fuente residual. Todo lo que no está comprendido dentro de las antes enumeradas,
está dado por la ley.
Clasificaciones modernas
Planiol
Para Planiol, en el contrato es la voluntad individual la que hace nacer las obligaciones. En cambio la
ley es fuente en los casos en que hay que reparar un daño injusto o prevenir un perjuicio, o bien dar
solución a supuestos donde no hubo voluntad. O sea, que no existiendo contrato, las obligaciones
sólo pueden provenir de la ley.
Diez-Picazo
Autonomía privada: el negocio jurídico basado en voluntad de las partes o individual. Contrato,
relaciones contractuales fácticas, testamento, etc.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Soberanía del Estado: el vínculo jurídico es creado por un poder ajeno e independiente de los
sujetos que intervienen como poder administrador del poder. Son los “contratos forzosos”. Por ej.
subasta pública, administración judicial, fianza, caución, etc.
La ley: creadas para indemnizar o restituir un equilibrio patrimonial desviado(ej. reparación de daño,
enriquecimiento sin causa) y las que se originan en un estado social determinado (ej. oblig.
alimentaria)
Voluntad unilateral
Pago de lo no debido
Voluntad unilateral: cuando una persona por su exclusiva voluntad crea una obligación y se
constituye en deudor de una prestación a favor de otra persona desconocida en ese momento. Por
ejemplo la promesa de recompensa.
Abuso del derecho: alguien ejerciendo un derecho que le corresponde, lo hace en forma abusiva
ocasionando un perjuicio en otra persona (art. 1071 CC)
Enriquecimiento sin causa: una persona incrementa su patrimonio en detrimento de otra sin que
exista causa jurídica que lo justifique.
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Pago de lo indebido: alguien creyéndose deudor, efectúa un pago a quien cree su acreedor.
CAUSA
Se habla de la causa como elemento del negocio jurídico, de las obligaciones o de los contratos.
También se hace referencia a la causalidad normativa o a la relación de causalidad como requisito
de la responsabilidad civil.
La causa como elemento del negocio jurídico, es la razón misma del negocio. Si el objeto responde
a la pregunta ¿qué se debe?, la causa responde al ¿por qué se debe?. Así se intenta establecer la
razón que determinó el negocio.
CAUSA-FIN: Como finalidad de la obligación. Es la finalidad perseguida por las partes al crearse la
obligación.
Evolución:
La causa no aparece en los textos romanos. Las formas suplían la ausencia de voluntad de las
partes.
Con los canonistas, aparece el principio por el cual todas las promesas resultan exigibles cuando
tienen como fundamento una causa.
En el siglo XVII, Domat introduce la idea de causa diciendo que “no hay obligación sin causa”, y que
en los contratos bilaterales, la obligación de cada parte constituye la causa de la obligación del otro.
En los contratos donde sólo una parte se encuentra obligada (ej, depósito), la causa de la obligación
es la entrega que ha precedido, y en los gratuitos (donación), la causa está dada por un motivo
razonable para efectuar una liberalidad.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Siguiendo las ideas de Domat, en el siglo XVIII, Pothier sostiene que en los contratos onerosos, la
causa está dada por lo que la otra parte da o está obligada a dar.
TEORÍAS
Tesis causalista:
Tesis subjetiva
Sostiene que la causa se vincula con las razones que tiene cada uno de los intervinientes para la
concreción del negocio. Se basa en la autonomía de la voluntad. Son intenciones personales las que
llevan a los individuos a buscar la concreción y el perfeccionamiento de las obligaciones (no
confundir con los motivos).
Así, en los contratos bilaterales la causa se da por la efectiva contraprestación prometida. En los
contratos unilaterales la causa es el fin que determina la voluntad de obligarse.
Para esta tesis, la causa forma parte integrante de la manifestación de la voluntad(subjetiva). El acto
de voluntad se integra con dos componentes: el consentimiento, el hecho de obligarse y el fin
propuesto.
Tesis objetiva
La causa es un fin práctico típico y abstracto de los negocios jurídicos. Así, la causa es la función
objetiva y abstracta del negocio que el ordenamiento reconoce y sanciona. Ello es su razón y su
porqué. Según Betti es su razón económico social.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La causa sería una armonía entre voluntad específica y concreta, y un esquema establecido por la
norma, o bien que entre la ley que prevé fines abstractos y los propósitos de las partes, se forma una
unidad que tiene categoría de causa.
Tesis anticausalista
La noción de causa es falsa y superflua porque la noción de causa fin se confunde con el objeto en
los contratos sinaglamáticos y en los gratuitos con el consentimiento. Existiría una especie de círculo
vicioso, pues si una prestación es causa de la otra, se da como resultado una imposibilidad lógica ya
que las dos nacen al mismo tiempo y ambas derivan del mismo contrato.
Neocausalismo
Marca diferencias entre causa-fin y el objeto. Además diferencia entre causa-fin y los móviles.
Causa-fin mediata: son los motivos que dependen da cada persona y pueden variar. Son
irrelevantes. La validez de la obligación no se afecta.
Derecho francés
En el art. 1108 se fijan los requisitos de validez de los contratos (causa lícita)
El art. 1131 dice que tanto la obligación sin causa como la fundada en causa falsa o ilícita hacen
ineficaz a la obligación.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El art. 1132 confirma la obligación aunque la causa no se encuentre expresa.
El art. 1133 dice que es ilícita la causa cuando es prohibida por la ley o contraria a las buenas
costumbres o al orden público.
Estas normas originadas en Domat y Pothier fueron receptadas por Vélez Sarsfield para el CC
argentino.
El CC argentino dedica 4 artículos al tema de la causa además de otros que también hacen
referencia a ella (689, 722, 792, 793, 802, 813, 926, etc).
Los causalistas o neocausalistas afirman que excepto el art. 499, los otros se refieren a la causa fin
(Borda, Alterini, Machado, Lafaille)
Art. 499. No hay obligación sin causa, es decir, sin que sea derivada de uno de los hechos, o de uno
de los actos lícitos o ilícitos, de las relaciones de familia, o de las relaciones civiles.
Art. 500. Aunque la causa no esté expresada en la obligación, se presume que existe, mientras el
deudor no pruebe lo contrario.
Art. 501. La obligación será válida aunque la causa expresada en ella sea falsa, si se funda en otra
causa verdadera.
Se entiende en función de una realidad oculta por una situación aparente o ficticia. Por ejemplo en la
simulación, donde en un caso de donación por venta estamos ante la presencia de una causa
falsa.(la simulación debe ser relativa y lícita)
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Art. 502. La obligación fundada en una causa ilícita, es de ningún efecto. La causa es ilícita, cuando
es contraria a las leyes o al orden público.
Claramente refiere a la causa fuente. Basado en lo que establece el art. 953 CC. Por ejemplo un
contrato para ejercer la prostitución.
El Cód. Francés y los demás Códigos que lo han tomado por modelo, han confundido las causas de
los contratos con las causas de las obligaciones.
Como éstas nacen, a más de los contratos y cuasi-contratos que son los actos lícitos, de los actos
ilícitos, delitos y cuasi-delitos, y de las relaciones de familia, la causa de ellas debe hallarse en estas
fuentes que las originan, y no sólo en los contratos.
Ortolan, después de hablar de las causas de las obligaciones que nacen de los contratos, continúa
así: "Si una persona ha causado perjuicio a otra ya voluntariamente, y con mal propósito, ya
involuntariamente, pero por culpa suya, el principio de la razón natural, de que es preciso reparar el
mal que se ha causado, nos dice que aquí hay un hecho productor de obligación. Si una persona
encuentra que tiene por una circunstancia cualquiera lo que pertenece a otra; si aparece enriquecido
de un modo cualquiera en detrimento de otra, ya voluntaria, ya involuntariamente, el principio de la
razón natural de que ninguno debe enriquecerse con perjuicio de otro, y de que hay obligación de
restituir aquello con que se ha enriquecido, nos dice también que hay en esto un hecho causante de
obligación. Así, por un lado el consentimiento de las partes, los contratos por otro, los innumerables
hechos que son productos ya de la voluntad o actividad del hombre, ya de causas que son
independientes de él, por efecto de las cuales puede una persona haber ofendido por culpa suya a
otra, o haberse enriquecido con perjuicio de alguno, nos ofrecen diariamente innumerables y
repetidas causas de obligaciones. Añádanse a esto, en la constitución de la familia, ciertas
relaciones entre personas, que deben producir vínculos de derecho, obligaciones de unas con
respecto a otras, por ejemplo, produciendo el hecho de la generación, obligación entre el padre y la
madre por una parte, y los hijos por otra, por la causa de que unos han dado la existencia y los otros
la han recibido, tenéis otra fuente de obligaciones según los principios de la pura razón filosófica".
Tomo 2, pág. 160.
Por todo esto, el artículo dice que la causa de las obligaciones debe derivarse de uno de los
hechos o de uno de los actos lícitos o ilícitos, de las relaciones de familia o de las relaciones civiles.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Los negocios jurídicos pueden ser unilaterales o bilaterales. Por ejemplo el testamento y el contrato.
La diferencia con el contrato radicaría en que éste hace nacer la obligación en el momento de la
aceptación de la oferta, mientras que en la declaración unilateral de la voluntad, la obligación surgiría
cuando se emite la declaración.
Una postura sostiene que esta teoría puede sustituir a la idea de formación del contrato ya que en el
contrato, la conjunción de voluntades no es simultánea sino sucesiva, que quien emite una oferta
queda ya obligado por su sola voluntad, independientemente de la aceptación o consentimiento del
otro.
Opuestamente, los clásicos han sido contrarios a esta teoría, ya que sostienen que al aceptar el
acreedor, impide la retractación del oferente y así nace la obligación. Además sostienen que para
adquirir un derecho es necesario manifestar la voluntad, que la promesa no aceptada es revocable.
Entre estas 2 posturas surge una intermedia, que acepta la tesis pero solamente en casos de
excepción pero no en la generalidad, fundado en razones de interés social y en el principio de buena
fe contractual.
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Como supuestos aceptados están la promesa de recompensa pública, el concurso con premio, la
promesa de fundación, las obligaciones al portador, la aceptación de la delegación, la estipulación a
favor de terceros, y el reconocimiento de una obligación natural.
Oferta de contrato: Art. 1150 prevé la posibilidad de retractar la oferta o bien la obligación de
mantenerla durante un cierto tiempo. Y el art. 1156 da derecho a la reparación para quien se vea
perjudicado al aceptar la oferta e ignorar la muerte, incapacidad o retracción del ofertante.
El CC legisla sobre la promesa de recompensa por restitución de la cosa perdida en el art. 2536.
Promesa de fundación: es una asignación de bienes para un fin determinado. Puede ser realizada
por actos entre vivos o mortis causa. Tanto la donación como el testamento son revocables además
de ser necesaria la aceptación de la otra parte. Esto no constituiría un ejemplo de declaración
unilateral de la voluntad.
Títulos al portador: tampoco constituirían una declaración unilateral de la voluntad ya que el acreedor
es quien posee el documento y su titularidad puede transferirse. Para otros (Borda, Trigo, Spota.
Alterini) si son una especie de declaración unilateral, ya que la obligación nace prescindiendo de la
voluntad el acreedor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
2. ABUSO DEL DERECHO
Teorías negatorias: Algunos autores (Planiol, Ripert) sostenían que la fórmula “abuso del derecho”
es una especie de falacia ya que ningún derecho puede tener una cualidad de abusivo ya que si no,
no sería un derecho, sería un acto ilícito y por lo tanto se actuaría sin derecho. Todo acto abusivo es
ejecutado sin derecho. El acto abusivo no puede ser contrario a la ley y a la vez conforme a derecho.
Estas eran posturas objetivas a las que se les respondió con la relatividad de los derechos.
No desde el punto de vista filosófico pero sí desde el punto de vista práctico debemos analizar si un
derecho puede ser utilizado sin límite alguno. Esto ha sido motivo de una evolución histórica desde
el punto de vista legislativo, doctrinario y jurisprudencial.
La doctrina del abuso del derecho ha nacido y se ha desarrollado como una reacción al concepto
absoluto del derecho subjetivo propio del liberalismo individualista de los códigos del siglo XIX. En
principio fundamentalmente por obra de la jurisprudencia, luego sistematizada por la doctrina, y ha
encontrado más tarde recepción legislativa en numerosos países.
Fue particularmente por obra de la jurisprudencia que comenzó la reacción contra el criterio
absolutista de los derechos subjetivos. Es necesario hacer referencia a la jurisprudencia francesa
que, al principio en forma fragmentaria y quizá inconsciente, aplicó la idea a algunos casos
particulares, señalándose como un verdadero hito en este desarrollo, una sentencia de la Corte de
Apelaciones de Colmar por la cual se condenó al propietario de un inmueble a eliminar una falsa
chimenea que había construido sobre el techo de su casa con la sola finalidad de impedir la vista de
su vecino.
Velez Sarsfield quien preparó el proyecto de código Civil, propio de su pensamiento y época liberal
tenía un gran respeto por los derechos de las personas y por la autonomía de la voluntad de las
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
personas, o sea que mientras que no cometan ningún ilícito, que las personas que hagan lo que
quieran.
1071. (Derogado por ley 17.711.) El ejercicio de un derecho propio, o el cumplimiento de una
obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto.
Según el artículo 1071 derogado, en tanto una persona esté ejerciendo un derecho subjetivo
reconocido por ley, no cometerá ningún tipo de acto que sea reprochable jurídicamente y por lo tanto
no deben ponerse límites a ese ejercicio.
Antes de la ley 17711 se hacía referencia al art. 35 de la Constitución del año 1949: “los abusos de
derechos y garantías constitucionales que perjudique a la humanidad o que lleven a cualquier forma
de explotación del hombre por el hombre, configuran delitos que serán castigados por las leyes”.
Esta constitución fue suprimida por el gobierno de facto de 1955.
En 1968, con la reforma del CC, con la ley Nº 17711, surge la figura del abuso del derecho.
Para detallar la evolución legislativa del abuso del derecho, debemos tener en cuenta algunas
precisiones. Hoy ya no se habla del ejercicio de un derecho sino de un ejercicio regular de un
derecho, y esa palabra que marca un antes y un después en la teoría del abuso del derecho.
De todas formas, antes de la reforma de 1968, los tribunales comenzaron a cuestionar el tema del
abuso del derecho opinando sobre los casos en los que- según su opinión- existía ejercicio abusivo
del derecho, y ahí comienzan a dividirse las opiniones y las teorías en Teorías Objetivas y Teorías
Subjetivas.
Naturaleza jurídica
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Teorías Subjetivas:
Esta concepción vincula el ejercicio abusivo de los derechos con la idea de culpa. Existe abuso del
derecho cuando el titular lo ejerce con intención de dañar, de perjudicar a otro(dolosamente), y aún
cuando lo haga sólo culpablemente, inclusive sin dolo y cuando el perjuicio ocasionado podría
haberse evitado obrando con cuidado y previsión (Rivera).
Ejemplos. El tema de los intereses usurarios es el típico caso. Está bien que el acreedor quiera
cobrar su deuda y ejecutar al deudor si éste no paga. Entonces el acreedor ejecutaba el bien donde
tenía constituido su domicilio el deudor, aunque éste tuviera otros bienes que ejecutar. Entonces,
además de querer cobrar la deuda, existía el sentimiento de causar mal, de dañar).
Teorías Objetivas:
En contraposición, aparecieron quienes explicaron el abuso del derecho, pero desde el punto de
vista objetivo. De hecho, la reforma de 1968 (ley 17711) tomó este criterio. Es el criterio de mayor
repercusión tiene en la doctrina, la legislación y la jurisprudencias actuales.
Entonces para estos autores, habrá abuso del derecho cuando el ejercicio está contrariando el fin de
este derecho, cuando se exceden los límites establecidos por la ley, independientemente de su
intención, y cuando se contrarían los límites impuestos por la moral, las buenas costumbres y la
buena fe.(art. 1071 CC nuevo).
Tenemos entonces que los derechos no son absolutos sino relativos y existen límites impuestos por
la regla moral y el equilibrio de intereses.
Ejemplo. Los contratos fueron hechos para cumplirse. Supongamos una compraventa a plazo y en el
contrato se estipula que el incumplimiento de 2 cuotas, automáticamente resuelve el contrato.
Supongamos que el comprador ya pagó el 80% de un inmueble en forma regular, y en la última parte
del compromiso, el comprador tuvo problemas financieros.
En este caso, los tribunales han fallado a favor del deudor ya que no apunta a lo que fue la esencia
de ese derecho, y se deberá otorgar un plazo para poder frenar la pretensión del acreedor.
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Los tribunales no contaban en ese momento con el art. 1071 del CC, y por lo tanto se basaban en
una norma que representa el paradigma moral del CC. Es el art. 953 que fue el argumento utilizado
para poner un poco de equilibrio en estas cuestiones.
Art. 953. El objeto de los actos jurídicos deben ser cosas que estén en el comercio, o que por un
motivo especial no se hubiese prohibido que sean objeto de algún acto jurídico, o hechos que no
sean imposibles, ilícitos, contrarios a las buenas costumbres o prohibidos por las leyes, o que se
opongan a la libertad de las acciones o de la conciencia, o que perjudiquen los derechos de un
tercero. Los actos jurídicos que no sean conformes a esta disposición, son nulos como si no tuviesen
objeto.
Es por eso que hoy, toda esa tarea doctrinaria, esa tarea jurisprudencial, se vio plasmado en 1968
con la ley 17711 que reformó el CC.
Art. 1071. [El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no
puede constituir como ilícito ningún acto.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considerará tal al que contraríe los fines
que aquélla tuvo en mira al reconocerlos o al que exceda los límites impuestos por la buena fe, la
moral y las buenas costumbres.] (Texto según ley 17.711.)
Algunos autores proponen el resarcimiento económico, otros, además añaden la invalidez, nulidad o
ineficacia del acto cometido.
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1º) El abuso configura un acto ilícito y comprende la responsabilidad del titular del derecho
exhortándolo al resarcimiento del daño.
2º) El abuso es una causa legítima de paralización del derecho. Mediante acción judicial se
procederá para que el titular cese en el ejercicio irregular, o bien deducir la excepción que permita
bloquear el intento abusivo de tal derecho.
Derecho comparado
Hay 4 corrientes
Tesis objetiva: toman en consideración moral, buenas costumbres, usos sociales o función de la ley.
Cód portugués de 1966, venezolano, italiano, mexicano y nuestro Cód. Civil.
Se produce cuando una persona incrementa su patrimonio en perjuicio de otra sin que exista una
causa jurídica que lo justifique.
Cuando esto sucede, se debe restituir a quien sufrió el empobrecimiento. Este es un principio
jurídico que prohíbe enriquecerse sin razones en desmedro de otra persona. La acción que se
otorga a quien resultó perjudicado es consecuencia de la aplicación de este principio y tiene como
finalidad la restablecer el equilibrio patrimonial alterado.
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Este enriquecimiento injusto no es tolerado por la ley y por ello en estos casos el perjudicado puede
ejercer la acción in rem verso para volver las cosas al estado anterior.
Antecedentes históricos
El derecho romano tuvo varias acciones para combatir el enriquecimiento sin causa. A fines de la
República aparece el concepto. Para contrarrestar esas situaciones aparecen las condictios o
acciones de repetición para lograr la restitución de una cosa cierta o una cantidad de dinero.
causa data causa non secuta para reclamar la devolución de lo que había sido dado atendiendo a
una causa que luego no se cumplía. Ej. dote entregada pero el matrimonio no se realiza.
Contemplada en el art. 793 CC (tercer supuesto) como un caso de pago sin causa.
ob causam cuando alguien entregaba algo en miras de un resultado o causa que n se producía. Art.
793 (segundo supuesto)
ob turpem vel iniustam causa cuando se entregaba algo con un fin ilícito o inmoral o contrario al
orden público. Actualmente previsto en arts. 792 y 794 CC.
Indebiti presupone un pago efectuado por error. Arts. 784, 790 y 791 CC.
Actio in rem verso era la acción dada ante el enriquecimiento indirecto de un pater familia por el
contrato realizado por un esclavo o un hijo. Se fundamentaba en que si el pater se había enriquecido
por ese acto, y las víctimas carecían de acción contra los contratantes, podrían reclamar en la
medida del enriquecimiento
NATURALEZA JURÍDICA
El enriquecimiento sin causa puede entenderse como un principio general del derecho pero de
carácter excepcional, que ordena restituir a quien obtiene un provecho injustificado.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Puede considerarse fuente de obligaciones(doctrina francesa), como deber que se tiene el
enriquecido de restituir, como una verdadera obligación.
Es la acción que nace para sancionar el enriquecimiento sin causa. Significa volver las cosas al
estado anterior.
Es una acción personal y genérica que le corresponde ejercitar a quien se ve perjudicado por el
desplazamiento patrimonial. Es siempre una acción de reembolso en busca de condena pecuniaria.
Esta acción prescribe a los 10 años.
Los legitimados para ejercitarla son el empobrecido o sus sucesores e incluso sus acreedores
mediante la subrogación.
Subsidiariedad: esto significa que si existe otra acción para reclamar por el empobrecimiento sin
razones, debe ejercerse esa y no la actio in rem verso. Habiendo otra acción pendiente o fracasada,
no es posible promover esta acción.
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Requisitos
Ausencia de causa: la causa está dada por la ley. Si no hay causa, no hay derecho.
Efectos
Nuestro código no trata expresamente esta institución como fuente de obligaciones, pero afirma el
principio del enriquecimiento sin causa o injustificado al tratar distintas instituciones, como por
ejemplo aparece en las notas a los arts. 499 y 784.
Quien contrata con un incapaz de hecho no puede pedir la restitución de lo entregado salvo que lo
entregado permanezca en poder del incapaz o redundará en beneficio manifiesto de éste. Art. 1165.
Si un tercero realiza un pago contra la voluntad del deudor, tiene derecho a cobrarle aquello en que
le hubiera sido útil el pago al deudor. (art. 728).
En principio no se responde por un hecho involuntario, salvo si con ese hecho se dañó y se produjo
un enriquecimiento (art. 907).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Empleo útil (art. 2306 al 2310)
Casos jurisprudenciales
4. PAGO DE LO INDEBIDO
El pago siempre tiene una función solutoria y se apoya en un precedente de validez que le da
justificación legal
El solvens (pagador) acompaña la atribución patrimonial para otro con el ánimo de extinguir la
obligación. Es el sujeto activo
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
resulta de la aplicación del principio de enriquecimiento sin causa.
Llambías incluye
Trigo Represas
En el pago sin causa, al no existir nexo obligacional, el error no interesa y será el accipiens, si es
que pretende retener lo pagado, quien deberá acreditar la existencia de una causa legitimante.
En un extremo, la doctrina clásica argentina considera que sólo hay pago sin causa en los supuestos
de los arts. 793 a 795 (por ejemplo, suma dada en dote por casamiento que no se producirá, en el
caso de una sociedad que se formase para fines ilícitos).
En el otro extremo, está la tesis de Borda que señala que todos los supuestos de pago indebido son
casos de pago “sin causa”.
En el medio de las 2 anteriores, la corriente intermedia sostiene que el pago sin causa es el
realizado cuando la obligación no existe precisamente por no tener causa. El solvens no es deudor
con relación al accipiens, quien a su vez carece del título de acreedor. Según esta tesis, el pago sin
causa se extiende más allá de los supuestos previstos en el art. 793.
El principio se encuentra enunciado en el art. 784: “El que por un error de hecho o de derecho se
creyere deudor y entregare alguna cosa o cantidad en pago, tiene derecho a repetirla del que la
recibió”.
Los requisitos que debe reunir para ser tal son: que sea un verdadero pago, que sea indebido y que
haya mediado error.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Verdadero pago: el pago debe ajustarse a lo que dispone el art. 725 CC, pues se trata del
cumplimiento de una prestación, ejecutado con el animus solvendi.
Error: El art. 784 CC exige error en el solvens. El error es una falsa noción de una cosa, por haber
desarrollado y manifestado una idea equivocada. Si el solvens sabía que estaba pagando mal, no es
posible alegar el vicio de error para invalidar el incumplimiento.
Error de hecho y de derecho: aunque se suponía contraria a la letra de los arts. 20 y 923 del CC, el
art. 784 admite alegar ambos tipos de error como una excepción basada en el principio de equidad,
o para evitar un enriquecimiento sin causa.
El error de derecho es invocable cuando por ignorancia de la ley o una interpretación errónea, se
exterioriza una declaración que de otra forma no se hubiese hecho.
Por lo tanto, el art. 784 CC no es contrario a los art. 20 y 923, ya que en este caso el solvens ha
pagado ante el falso conocimiento de una situación jurídica.
Excusabilidad: el art. 929 exige que quien comete el error argumente razones fundadas para
equivocarse, y no se da protección al negligente o al que obra con culpa.
Esencialidad: el error debe ser esencial (art. 790). Por ejemplo, pago realizado antes del
cumplimiento de la solución suspensiva, el deudor da en pago algo que no debe, cuando existe una
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
obligación alternativa y paga todo, cuando cree que la elección de pago correspondía al acreedor y
no era así, cuando hay una obligación de hacer y el deudor realiza un acto distinto, etc.
Prueba
Los dos primeros objetos probatorios resultan de simple demostración. El pago se demuestra con
cualquiera de los medios admitidos, siendo el más idóneo el recibo.
El mayor problema se presenta con la demostración del vicio del error. Para ello se deberá acudir a
todo tipo de pruebas, incluso presunciones y testigos, y será fundamental la conducta que adopte el
accipiens durante el proceso.
Si niega haber recibido el pago, o dice que el solvens pagó con pleno conocimiento la deuda de otro,
o que se trató de una dación de pago, y luego se descubre su incerteza, implicarán presunciones
graves contra el interés del demandado accipiens, que prueban el error.
El primero se produce cuando el pago ha tenido lugar en consideración de una causa futura, a cuya
realización se oponía un obstáculo legal, o que de hecho no se hubiese realizado. Ej. entrega de
dinero dado en dote en miras de un matrimonio legalmente imposible o que de hecho no se hubiese
celebrado.
El segundo caso se da cuando se paga teniendo en mira una causa existente pero que hubiese
dejado de existir. Por ejemplo, el seguro contra robo, cuando luego de recibida la indemnización, se
recupera la cosa robada. El pago deviene sin causa y la compañía tiene derecho a repetir.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Cese del derecho a repetir
El derecho del solvens a recuperar lo pagado tiene un límite dado por el art. 785 CC. Es cuando el
acreedor de buena fe ve perjudicado u obstaculizado su derecho a percibir del verdadero deudor el
objeto de la prestación. O sea, este derecho nace en todos los supuestos en los que se perjudique el
derecho del accipiens para reclamar a su deudor. Por ejemplo, si dejara transcurrir el término y la
acción prescribiese, o si no se reinscribió la hipoteca, o no renovó la prenda, etc.
Legitimación activa
El solvens es quien se encuentra legitimado para reclamar la repetición de lo pagado (art. 784). Es
una acción patrimonial transmisible a los herederos, cesible a terceros y ejercitable por vía de la
acción subrogatoria (Art. 784, 1195, 3417, 1196 CC). Si es representante el que paga, la cuestión no
varía. Como excepción puede ejercer la acción como derecho propio cuando se pagó con dinero o
cosa propia, cuando se exceden los límites del mandato y queda como responsable.
Legitimación pasiva
La acción debe dirigirse contra quien recibió el pago (accipiens). Si se pagó a un mandatario,
igualmente la acción va contra el mandante. Si se pagó a un tercero no autorizado, contra él debe
dirigirse la demanda, salvo que el acreedor ratifique la gestión (art. 1935 y 1936 CC).
5. EFECTOS
Para analizar los efectos que produce la sentencia de condena a la restitución del pago indebido es
necesario antes, diferenciar el accipiens de buena o mala fe.
Será de buena fe, cuando por razones serias y fundadas, está convencido de su carácter de
acreedor, o de tener derecho a percibir el bien o servicio que le fue prestado. De todas formas, la
buena fe se presuma (art. 2362).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Será de mala fe cuando tiene conciencia de la ilegitimidad de su título y carencia del derecho a
percibir.
El art. 786 establece que si el accipiens obró de buena fe, debe ser considerado como poseedor de
buena fe, y si recibió una cosa cierta o cantidad de cosas debe restituir la misma cosa, o la misma
cantidad, con los frutos pendientes pero no los percibidos.
Si el accipiens obró de mala fe, debe considerárselo como poseedor de mala fe, por lo que
devolverá la cosa o cantidad recibidos más los intereses o frutos incluidos los ya percibidos desde el
momento del pago.
Los frutos que devenga la restitución y los costos que debió soportar en juicio donde pagó
indebidamente serán soportados por quien reclama.
RESPECTO A TERCEROS
Cuando el accipiens enajena la cosa recibida a un tercero, es necesario distinguir si se trata de cosa
mueble o inmueble.
Si es cosa mueble, el tercero de buena fe que adquirió la cosa no robada ni perdida está protegido y
repele cualquier acción reivindicatoria (art. 2412cc).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si la cosa es inmueble procede la reivindicación contra el tercero, haya sido el accipiens de buena o
mala fe (art. 3270), aunque el art. 1051 protege a los terceros adquirentes de buena y a título
oneroso, se trate de un acto nulo o anulable.
Art. 1051. [Todos los derechos reales o personales transmitidos a terceros sobre un inmueble por
una persona que ha llegado a ser propietario en virtud del acto anulado, quedan sin ningún valor y
pueden ser reclamados directamente del poseedor actual, salvo los derechos de los terceros
adquirentes de buena fe a título oneroso, sea el acto nulo o anulable.] (Texto según ley 17.711.)
Cabe recordar que antes de la reforma de 1968, el art. 1051 derogado, no protegía al tercero de
buena fe y a título oneroso quien podía ser desposeído del bien que hubiese adquirido.
Acción indemnizatoria o subsidiaria: el solvens siempre puede reclamar contra el accipiens que
enajenó la cosa a un tercero, la indemnización por daños y perjuicios. El art- 2779 establece que el
ejercicio de este camino queda al arbitrio del reivindicante. La procedencia de la acción
reivindicatoria impide la procedencia de esta.
Si bien el art. 792 refiere entre sus supuestos previstos, al pago dado por una causa contraria a las
buenas costumbres, las normas al respecto son los art. 794 y 795 que indican la repetición del pago
cuando se realiza en virtud de una causa contraria a las leyes o al orden público o a causa contraria
a las buenas costumbres.
Todos estos casos se cuentan como pagos repetibles por ser incluidos genéricamente como “sin
causa” y vinculados a las prohibiciones que el código establece en los art. 502 y 953. Para posibilitar
la repetitividad se exige que el solvens haya obrado correctamente, ya sea en el campo ético como
en de la ley. Por ello solamente debe haber existido torpeza de quien recibió el pago (art. 795).
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Torpeza bilateral
En la nota al art. 794, Vélez da un ejemplo de o que significa torpeza bilateral diciendo que si se
horma una sociedad para realizar operaciones de contrabando, y alguna de las partes intentara
repetir pagos, le alcanzaría la prohibición de la ley. Lo mismo si se hubiere pagado a una persona
para que se abstenga de realizar un delito o una acción inmoral. En estos casos es improcedente la
acción de repetición.
Repetición de impuestos
Si el contribuyente paga un impuesto o tasa que sea contrario a la ley o la Constitución, puede
reclamar la repetición en virtud de los principios precedentes, pero según la jurisprudencia de la
CSJN estableció que para hacer efectivo el reclamo judicial es necesario que al pagar o antes de
hacerlo, el solvens realice una protesta, dejando constancia de ello ante autoridad correspondiente
(o escribano que certifique la protesta)
El art. 792 ordena su repetición. Tiene como fuente al Derecho Romano. Se da como ejemplo el
caso de un acreedor que actuando con dolo o violencia, obliga al deudor. Se trata de un acto
delictivo que precede a la entrega de la cosa. Aun en caso de que se obligue al verdadero deudor y
éste entregue lo que debía, el pago deviene irrepetible pues se cumplen dos requisitos del objeto
que son: identidad e integridad.
El acreedor será responsable de los daños patrimoniales y extrapatrimoniales que pudo causar con
su comportamiento reprochable.
Sólo serán repetibles los pagos así efectuados cuando se trate de obligaciones naturales, u
obligaciones sometidas a condición suspensiva o a plazo inicial.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La obligación es putativa cuando por un lado, alguien se cree deudor y asume esa calidad sin serlo,
y por otro, quien se cree acreedor de éste, no tiene ese título.
Se trata de estados erróneos en los que las partes actúan de buena fe.
Art. 796. Lo dispuesto en este Capítulo es extensivo a las obligaciones putativas, aunque el pago no
se haya verificado; y así, el que por error se constituyó acreedor de otro que también por error se
constituyó deudor, queda obligado a restituirle el respectivo instrumento de crédito, y a darle
liberación por otro instrumento de la misma naturaleza.
Esto es, si alguien suscribió un documento, le deberá ser devuelto y además se lo liberará
expresamente por otro documento de igual tenor.
Pero, la liberación putativa es la que hace por error el verdadero acreedor a su verdadero deudor
(art. 797).
Art. 797. El que por error aceptó una liberación de su acreedor, que también por error se la dio,
queda obligado a reconocerlo nuevamente como a su acreedor por la misma deuda, con las mismas
garantías y por instrumento de igual naturaleza.
Aquí, el deudor debe reconocer la existencia de la deuda y reestablecer todas las garantías con la
misma calidad del instrumento original. Importa la buena fe del acreedor sin importar la actitud del
deudor.
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1- Efectos entre las partes y con relación a terceros. Cumplimiento por un tercero, a favor de tercero
y a cargo de tercero.
Como todos los institutos jurídicos, la obligación produce efectos, o sea que tiene como finalidad la
satisfacción del interés del acreedor y como consecuencia, la liberación del deudor.
Estudiar los efectos de las obligaciones es realizar un análisis sobre la dinámica de la obligación, ya
que por juzgar que se está ante una coincidencia o una discrepancia entre lo debido y lo prestado, lo
primero importará el incumplimiento y lo segundo el incumplimiento.
El cumplimiento corriente se sintetiza con el pago, ya que la función solutoria hace concluir a la
mayoría de las obligaciones.
Las consecuencias normales y anormales de las obligaciones se refieren en primer lugar a quienes
se hallan vinculados jurídicamente: acreedor y deudor, y también según el art. 503 a los sucesores,
que son los continuadores en los derechos de las partes originarias, ya sea a título universal o
singular.
En las obligaciones que por ser intuitu personae deben cumplirse personalmente por el obligado.
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Efecto con respecto a terceros
Cumplimiento por tercero: los terceros están legitimados para cumplir sin ser verdaderamente
deudores ni representantes de estos. Nuestro CC admite esa posibilidad en los arts. 726, 727 y 728.
la excepción a esta regla está prevista en el art. 730 y se vincula a la obligación de hacer intuitu
personae.
Cumplimiento a favor de un tercero: legislado en art. 504. la promesa a favor de un tercero es una
contratación donde las partes deciden atribuir un derecho a un tercero. En esta relación existen 3
partes: estipulante, promitente y el tercero.
Cumplimiento a cargo de tercero: también llamado promesa del hecho del tercero. Consiste en una
situación jurídica por la cual el deudor se obliga a que un tercero haga efectiva una prestación a
favor del acreedor. En principio, el único obligado es el deudor, ya que su promesa no puede obligar
a terceros. La obligación que asume el deudor puede ser de medios o de resultados.
Es de medios cuando sólo promete realizar todas las diligencias y medidas necesarias para que el
tercero quede obligado.
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Cumplimiento e incumplimiento
Hay incumplimiento cuando una persona infringe el deber jurídico que le atañe. Si el deber jurídico
fue establecido convencionalmente, el incumplimiento es contractual y la responsabilidad
consiguiente sigue ese rumbo.
Por el contrario, si el deber jurídico fue la obligación genérica que tiene de no dañar a los demás y
no existe una ligazón previa, la responsabilidad es extracontractual.
El deudor incumple cada vez que violenta el deber jurídico que se le impuso, pero también desde el
punto de vista del acreedor, se lesiona el derecho creditorio.
Medios de Ejecución
Ante la lesión al derecho de crédito, el acreedor dispone de varias vías de ejecución para satisfacer
el interés violado. Es el denominado cumplimiento forzoso, que regula el art. 505 al mismo tiempo
que da derecho al deudor que paga a ser liberado de la obligación.
Art. 505. Los efectos de las obligaciones respecto del acreedor son:
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Darle derecho para emplear los medios legales, a fin de que el deudor le procure aquello a que se
ha obligado.
Es importante el orden de prelación del artículo, ya que primero se intenta lograr el cumplimiento
aunque sea forzado por parte del deudor. Si esto no es posible, se intenta que un tercero cumpla
con la prestación, y como última alternativa queda el resarcimiento económico ante el
incumplimiento.
Consiste en lograr que el acreedor vea satisfecho su crédito de la misma manera que si el deudor
hubiese cumplido voluntariamente. Al ser forzosa implica utilizar el auxilio de los órganos del Estado
para el logro de dicha finalidad. Así en el inciso 1ro. del art. 505 se consagra esta posibilidad al darle
derecho al acreedor para emplear los medios legales, a fin de que el deudor le procure aquello a que
se ha obligado.
Este es el primer camino que debe tomar el acreedor a la hora de reclamar, aunque esto no siempre
es posible ya que debe evaluase la posibilidad de forzar el cumplimiento según la naturaleza de la
obligación: de dar, de hacer o de no hacer.
En las obligaciones de dar, para lograr el cumplimiento, el acreedor puede usar los órganos
judiciales y la fuerza pública. Por ejemplo puede solicitar el embargo y el eventual secuestro del
objeto debido. Los requisitos son que exista la cosa, que se encuentre en poder del deudor y que el
deudor sea el poseedor de la cosa.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si el bien no existe o no se encuentra en el patrimonio del deudor, la solución legal dependerá de
cuál haya sido la causa de dicha imposibilidad. Los efectos difieren según sea por culpa del deudor o
por caso fortuito.
En las obligaciones de hacer la ejecución es menos rigurosa. Es factible pero tiene como límite la
imposibilidad legal de ejercer violencia contra la persona del deudor, aunque es viable utilizar todos
los medios legales para ello. Ejemplo, la obligación de escriturar.
Obligaciones de no hacer: la solución varía según como sean estas obligaciones. Si son de no hacer
intuitu personae se aplican las mismas reglas que a sus homónimos de hacer. Si es posible su
ejecución sin violentar la persona del deudor, la ley admite el uso de la fuerza. Por ejemplo, la
revelación de cierta fórmula química (responderá sólo por daños y perjuicios). La prohibición de
ejercer el comercio en determinada zona (debe cerrar el negocio inclusive hasta usando la fuerza
pública).
Otra persona puede cumplir con la prestación como consecuencia del pedido del acreedor, que hace
ejecutar la prestación por ésta, a costa del deudor.
Es el acreedor quien debe valorar la posibilidad de que sea otro quien cumple el objeto de la
prestación pero teniendo en cuenta el juez que siempre debe pretenderse, mediante esta
subrogación personal, cumplir con una de las características del pago: la identidad.
Esta ejecución puede darse en obligaciones de dar cosas inciertas no fungibles, fungibles y de dar
sumas de dinero pero que no se encuentran en poder del deudor.
Cuando se obtiene con la previa autorización judicial, difiere en sus efectos del que se realiza a
simple pedido del acreedor y luego se hace conocer judicialmente. En el primer caso, el acreedor
puede reclamar al deudor responsable, todo lo que se hubiera pagado al tercero.
En cambio en el segundo caso, el juez debe revisar la procedencia de las expensas y gastos que se
requieran y hacer lugar a lo más equitativo que corresponda.
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Los jueces podrán imponer en beneficio del titular del derecho, condenaciones conminatorias de
carácter pecuniario a quienes no cumplieron deberes jurídicos impuestos en una resolución judicial.
Las condenas se graduarán en proporción al caudal económico de quien deba satisfacerlas y podrán
ser dejadas sin efecto o reajustadas si aquél desiste de su resistencia y justifica total o parcialmente
su proceder (Artículo agregado por ley 17.711).
Concepto
Las astreintes son condenaciones pecuniarias aplicadas por el juez a fin de vencer la resistencia de
un deudor recalcitrante, inclinando su voluntad al cumplimiento de la sentencia.
Caracteres
judiciales, o sea que sólo las pueden imponer los tribunales de justicia;
conminatorias, por cuanto importan una presión sobre la voluntad del deudor.;
accesorias, ya que siempre están vinculadas a un deber fijado en una decisión jurisdiccional, por lo
que se las califica de medida instrumental, que tiende a obtener la realización de una prestación a la
cual tiene derecho el acreedor;
arbitrarias o discrecionales, porque su monto no tiene por qué guardar proporción con la prestación,
pudiendo el juez en cualquier momento aumentarlas o disminuirlas, de acuerdo con la conducta
observada por el obligado, siendo éste uno de los caracteres que las vuelven más eficaces.;
provisorias, en cuanto el juez puede prolongarlas o hacerlas cesar y aun dejarlas sin efecto, según
las exigencias del caso;
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
pecuniarias, lo que vale decir que consisten en el pago de una suma de dinero;
subsidiarias, o sea que solamente se las puede aplicar cuando no hay otros medios previos para
lograr el cumplimiento de la prestación, y
ejecutables, porque si no lo fuesen se trataría de una figura por completo inútil, carente de toda
fuerza y eficacia.
Naturaleza jurídica
Los autores antiguos confundían a veces este instituto con los daños y perjuicios. No obstante
existen diferencias esenciales entre ambos:
los daños y perjuicios tienen por objetivo reemplazar el cumplimiento in natura de la obligación; las
astreintes tienden por el contrario a lograr dicho cumplimiento;
los daños y perjuicios son definitivos y se limitan exactamente al monto de la pérdida sufrida y la
ganancia dejada de percibir por el acreedor; las astreintes son provisorias y arbitrarias, en el sentido
de que pueden ser dejadas sin efecto y no tienen por qué guardar relación con el daño causado.
Los autores más modernos han dejado en cambio de vincular este instituto con los daños y
perjuicios, considerándolo una vía de ejecución (Josserand) o una medida de coerción patrimonial
(Planiol y Carnelutti), pudiendo decirse que entre nosotros constituyen, en realidad, una medida
procesal de ejecución.
Fundamento
El fundamento de esta figura debe buscarse en el concepto de jurisdicción, que se integra, entre
otros elementos, con el poder de ejecutar las decisiones, es decir, con el imperio de los jueces. La
jurisdicción, sin el poder de ejecución de sus mandatos, convertiría a sus resoluciones en simples
consejos.
Las mismas deben aplicarse una vez producido el incumplimiento del deber impuesto por una
resolución judicial firme; no como una mera amenaza para la eventualidad de un futuro e hipotético
no acatamiento a aquélla.
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Sujeto activo
La norma se ha pronunciado en el sentido de que estas condenaciones deben imponerse a favor del
propio acreedor; lo cual empero puede provocar problemas más o menos difíciles de resolver,
cuando aquél también peticiona por daños y perjuicios.
El artículo ofrece un amplio margen para su aplicación, ya que no se refiere a las partes del proceso
y puede por lo tanto alcanzar a otras personas que deban cumplir obligaciones impuestas en un
procedimiento.
Por ejemplo, un tercero que, en razón de un embargo ordenado, no debe pagar directamente a su
acreedor, sino consignar en el expediente.
Por lo demás, de existir discrepancia entre las distintas normas, deben prevalecer los términos
amplios del Código Civil, pues el tema de la legitimación activa está más estrechamente vinculado al
Derecho de fondo que al procedimental, y además debe respetarse la escala jerárquica de las
normas jurídicas, conforme a lo dispuesto por el artículo 31 de la Constitución Nacional.
Conforme a esta norma, las astreintes se gradúan en proporción al "...caudal económico de quien
deba satisfacerlas...", o sea conforme a su "capacidad económica", atento a que se trata de
presionar al deudor para que cumpla una resolución judicial. En cambio, no se tiene en cuenta, en
principio, el valor del interés en juego en el pleito, por cuanto las astreintes no son daños y
perjuicios.
Tanto el artículo en comentario como el artículo 37 del CPCCN permiten al juez dejar sin efecto o
reajustar la multa, si quien debe satisfacerla "...desiste de su resistencia y justifica total o
parcialmente su proceder".
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Pero evidentemente, para hacer cesar la astreinte, el juez debe verificar si efectivamente se ha dado
cumplimiento a lo debido por el obligado o se encuentra fehacientemente demostrado que se está en
vías de hacerlo, o se ha justificado razonablemente el anterior proceder.
Ya antes del decreto-ley 17.711/68, la jurisprudencia había admitido la posibilidad de aplicar multas
conminatorias a quienes desobedecían una orden judicial, fundándose en la necesidad de que los
tribunales contasen con medios idóneos para hacer cumplir sus decisiones.
Fundamento
Su fundamento radica en una actitud recalcitrante del obligado, que se obstina en su negativa a
cumplir, no obstante la existencia de un pronunciamiento judicial que lo urge a ello; es decir, a
doblegar la voluntad renuente de quien deliberada y culpablemente se sustrae al cumplimiento de su
obligación.
Procedencia
Sólo proceden cuando no existe otro medio legal o material para evitar una burla a la autoridad de la
justicia, o impedir que el pronunciamiento se torne meramente teórico.
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Aunque por un aspecto formal, no son aplicables las astreintes cuando sólo medió intimación al
cumplimiento de una orden judicial so pena de aplicarlas, pero no hubo pronunciamiento expreso
que las impusiera, haciendo efectivo el apercibimiento, ya que es de la esencia de este tipo de
sanción que las personas a las que se dirigen conozcan de antemano las consecuencias
económicas que se derivarán de no cumplir con el mandato judicial.
Las sanciones conminatorias no se relacionan en absoluto con el perjuicio sufrido por el acreedor
por la inejecución, porque no se pretende mediante ellas la reparación del interés afectado, sino que
se persigue constreñir al obligado al cumplimiento que adrede evade.
En cambio, la proporcionalidad de las mismas, debe intentársela con relación al caudal económico, a
la fortuna de quien debe satisfacerlas.
Provisionalidad
Las astreintes constituyen una medida compulsoria provisional, y no se ven afectadas por el principio
de la cosa juzgada, ni el de la preclusión procesal. Siendo por ello que se pueden aumentar,
disminuir o dejar sin efecto en vista de las particularidades de la causa.
Por ello, vencida la resistencia opuesta por el contumaz, queda el juzgador libre para reducir su
monto, si lo estima procedente.
Devengamiento
Las astreintes sólo comienzan a devengarse cuando está firme la sentencia que las impuso.
Extinción
Casos
Se han aplicado multas conminatorias a la demora en cumplir la sentencia que condenaba a otorgar
una escritura traslativa de dominio, o a hacer desaparecer las causas que provocaban humedad en
una pared medianera o a devolver un inmueble en el que se asentaba un edificio demolido por la
Municipalidad, así como a entregar al propietario los comprobantes pertinentes que éste debía hacer
valer ante otros organismos administrativos. Los astreintes van más allá del deudor. Se han fijado
astreintes en el caso de las monjas que habiendo desobedecido una orden judicial, impedían el
ingreso a la escuela a una alumna embarazada.
Con esto no se consigue el cumplimiento tal cual estaba originalmente establecido en la obligación
sino un equivalente de la misma.
Se prevé de esta manera, satisfacer el interés del acreedor de acuerdo con lo que dispone el inciso
3ro. del art. 505 CC, o esa, mediante el pago de indemnizaciones de daños y perjuicios.
El reclamo por el resarcimiento surge cuando el cumplimiento in natura (forzoso específico) deviene
imposible ya porque el bien prometido no se encuentra en el patrimonio del deudor, por la
imposibilidad de las obligaciones de hacer y de no hacer, ya porque el mismo obligado contribuyó
con su accionar a imposibilitar en especie o por retardo imputable a culpa del deudor (mora).
Antijuricidad o incumplimiento
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El daño
Garantía patrimonial
Se fundamenta en el principio universal que indica que el patrimonio del deudor es garantía común
de los acreedores, que en nuestra legislación no está contemplado expresamente pero surge de las
figuras que rodean, protegen y hacen efectivo el crédito.
La ejecución indirecta logra la reducción del patrimonio del deudor a sumas dinerarias aunque éstas
difieran del objeto originario debido.
Limitaciones
No todos los bienes del deudor son ejecutables para afrontar el pago
En lo referente al punto 1, el art. 3878 CC establece que el privilegio del acreedor no podrá ejercerse
sobre el lecho cotidiano del deudor y de su familia, las ropas y muebles de su indispensable uso y
los instrumentos necesarios para su profesión, arte u oficio.
Lo mismo ocurre en el art. 219 del CPC y CN que impide embargar esos bienes y los sepulcros.
Tampoco pueden embargarse las jubilaciones, pensiones y salarios hasta determinado porcentaje.
Se establece la protección del bien de familia, de las cuotas alimentarias, las indemnizaciones por
despido o por accidentes de trabajo.
En cuanto al punto 2, la ley dispone que hay acreedores quirografarios (comunes) y acreedores
privilegiados. Si bien la regla es que cada no concurre en proporción al crédito, a veces se
consagran privilegios para que alguno perciba con anterioridad a otros su crédito.
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4- Ejecución Forzada Colectiva: el proceso concursal (ley 24522). Situación del concursado.
Ejecuciones individuales. Intereses. Obligaciones a plazo. Embargos. Casos de obligaciones no
dinerarias.
La ejecución forzada colectiva se integra con el llamado proceso concursal que es un juicio de
característica universal donde se afecta todo el patrimonio del deudor y son convocados todos los
acreedores, pues deben someterse a un procedimiento impuesto por la ley.
Está vinculada directamente a la insolvencia del deudor o al estado de cesación de pagos, como un
estado de impotencia patrimonial para hacer frente a las obligaciones exigibles. Es una situación
fáctica que puede llegar a convertirse en una situación jurídica mediante la sentencia de quiebra o
concurso.
Con la sentencia de quiebra, el deudor queda desapoderado de sus bienes, no pudiendo disponer
de su patrimonio ni administrarlo. Este desapoderamiento dura hasta su rehabilitación. Con ello se
pretende impedir que disponga de sus bienes en perjuicio de sus acreedores (fraude a los
acreedores).
Quedan excluidos de esta medida entre otros, los derechos extrapatrimoniales, los bienes
inembargables, la administración de los bienes del cónyuge, las indemnizaciones por daños físicos,
etc.
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Ejecuciones individuales
El concurso tiene fuero de atracción sobre las acciones de contenido patrimonial que se hubieren
promovido contra el fallido, por lo que deben radicarse en el juzgado donde tramita el proceso
universal, todas las ejecuciones individuales.
Intereses
Con la quiebra se suspende el curso de los intereses de todo crédito que no se encuentre
garantizado con prenda o hipoteca.
Obligaciones a plazo
La sentencia que declara el concurso produce de pleno derecho el vencimiento del plazo inicial o
suspensivo de todas las obligaciones del fallido.
Así lo dispone el art. 753 del CC que es coincidente con el art. 128 de la ley 24522. Si el crédito cuyo
vencimiento opera anticipadamente, no opera intereses compensatorios. Igualmente deben ser
descontados los legales por el plazo en que se anticipa el pago.
Embargos
Los embargos trabados sobre los bienes del deudor y las demás medidas cautelares que fueron
ordenadas y cumplimentadas con anterioridad deben mantenerse (art. 24 ley 24544). En caso de
necesidad y urgencia se admite el levantamiento de medidas cautelares para permitirle al deudor el
uso de la cosas gravada (art. 21 ley 24544).
El art. 127 de la ley fija un sistema de conversión de las obligaciones no dinerarias, ya sea por
haberse contraído en moneda extranjera, o porque el crédito debe ser calculado con relación a otros
bienes.
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En estos casos, el acreedor tiene la opción de calcular dichos créditos en la moneda nacional a la
fecha del decreto de quiebra, o a la del vencimiento de la obligación si fuese anterior.
5- Acción directa: Noción, fundamentos, requisitos, efectos. Defensas oponibles. Cosa juzgada y
prescripción. Casos.
La acción directa se le confiere a ciertos y determinados acreedores para que puedan accionar
contra terceros que son deudores de su deudor hasta el importe de su propio crédito.
Es un medio de ejecución. Se ejercita por derecho propio (no a nombre del deudor. No hay
subrogación) y para que los bienes ingresen directamente al patrimonio de quien reclama.
Es de carácter excepcional pues se otorga ante casos concretos y definidos por la ley.
Comparada con la acción subrogatoria, tiene la ventaja de que los bienes ingresan directamente en
el patrimonio del acreedor, mientras que en aquella los bienes pasan al patrimonio del deudor.
La acción pauliana necesita la prueba de insolvencia y fraude del deudor. Con la acción directa esto
no es necesario.
Fundamentos
Requisitos
que el deudor sea a su vez acreedor de un tercero por otra obligación exigible
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
No es necesario que el deudor sea citado a juicio ni que se lo constituya en mora, ni probar su
insolvencia, desidia o interés.
Efectos
La notificación de la demanda produce el embargo del crédito a favor del acreedor demandante, por
lo que si después de ello el tercero pagara al deudor, ese pago sería inoponible al acreedor, no es
válido (art. 736 CC).
El pago que realice el tercero lo libera frente a su propio acreedor si es por la totalidad de su propia
deuda. Si es por una suma menor, adeudará el saldo restante.
De esto se desprende que el límite para esta acción es el importe de lo adeudado por el tercero.
Si con esta acción no se logra saldar la totalidad de lo adeudado, el acreedor lo sigue siendo por la
diferencia restante.
El tercero demandado (deudor del deudor principal) puede oponer al acreedor todas las defensas y
excepciones que tuviera contar su propio acreedor.
También puede el tercero, excepcionarse contra el demandante, ya que podría ser titular de un
crédito para con el acreedor principal y así hacer valer la compensación.
El tercero también podrá alegar la prescripción de la acción de su propio acreedor, y más aún, podrá
defenderse si la prescripción se hubiese producido en la relación de deuda principal.
Cosa juzgada
La sentencia que recaiga en el juicio entre el acreedor principal y el tercero no surte los efectos de la
cosa juzgada con respecto al deudor principal que es acreedor del tercero, ya que no puede ser
opuesta a quien no tuvo participación en la litis.
Esa sentencia hace cosa juzgada con respecto al acreedor que tiene acción directa. Esto es porque
no se puede perjudicar a quien obtuvo una ejecutoria que le fue favorable, donde se declaró no
procedente la acción y la no obligatoriedad del cumplimiento por parte del tercero.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Casos legislados
La que corresponde al mandante contra el mandatario sustituido por las obligaciones que éste
hubiere contraído en la sustitución. También el sustituido tiene acción contra el mandante.
En la locación de cosas procede la acción del locador contra el sublocatario por lo que éste adeuda
al locador principal.
En las costas judiciales, el abogado patrocinante del vencedor en juicio, tiene acción directa por sus
honorarios contra el condenado en costas.
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RESPONSABILIDAD CIVIL
Incumplimiento o antijuricidad
daño
contractual
extracontractual
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El incumplimiento puede ser relativo o absoluto
Será absoluto cuando no hay posibilidades de cumplir con la prestación con posterioridad al plazo
vencido. Por ejemplo, contratar un catering o un viaje para una fecha determinada y no otra.
Será relativo cuando existe la posibilidad de cumplir útilmente con posterioridad a la fecha
estipulada. Existen defectos de modo, tiempo o lugar.
1- INCUMPLIMIENTO RELATIVO
Una de las formas de hacer relevante el incumplimiento temporal imputable es mediante la mora del
deudor.
La mora puede definirse como el estado de incumplimiento relativo por retraso culpable.
No debemos confundir mora con el retardo o demora. Esta tiene un contenido material y de
temporalidad, mientras que la mora tiene un criterio jurídico. Para que haya mora ex necesario que
este retardo sea imputable al deudor ya sea por culpa o dolo.
Clases de mora
Según s ujeto
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
M o r a d e l acr ee d o r
Según f uente
Se puede prescindir de
Mor a ex re interpelación
Según i nterpelación
Requisitos de la mora
Posibilidad de cumplimiento
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El retardo es un elemento objetivo y material. Es necesario que la obligación se haya hecho exigible,
ya sea por el vencimiento del plazo o por el cumplimiento de la condición suspensiva.
La imputabilidad es la calificación del comportamiento del deudor, ya que la mora siempre encierra
una acción u omisión dolosa o culposa del obligado.
INTERPELACIÓN
Constituye el elemento formal de la mora. También llamada intimación, es una manifestación formal,
unilateral y recepticia1 por el cual el acreedor reclama el cumplimiento de la obligación.
Naturaleza jurídica: la doctrina nacional se divide entre quienes sostienen que es un acto jurídico
unilateral (la mayoría) y los que piensan que es un simple hecho jurídico.
La interpelación debe ser realizada por el acreedor o su representante, ya sea legal o voluntario. El
mandatario no necesita poder especial siempre y cuando esté dentro de sus atribuciones.
Debe ser dirigida al domicilio del deudor o al de su representante legal. No hace falta que el
documento sea recibido directamente por su destinatario.
1
Recepticia: tien e efectos recién cuando el deudor se notifica.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Esta interpelación puede ser judicial o extrajudicial.
Interpelación judicial
Interpelación extrajudicial
Puede realizarse mediante cualquier forma, por acto privado o público, pero debe reunir estas
características:
ser categórico
ser coercitivo
ser apropiado
ofrecer cooperación
Sistema ex re. La mora se constituye por el sólo trascurso del tiempo. Automática.
El CC en el art. 509 derogado establecía que para que el deudor incurriera en mora era necesaria la
interpelación del acreedor, excepto si la mora automática era establecida entre las partes, y cuando
de la naturalezas y circunstancia de la obligación resulte que la designación del tiempo en que debía
cumplirse la obligación, fue un motivo determinante por parte del acreedor (plazo esencial). Esto no
se encuadraría entonces en incumplimiento relativo sino en uno absoluto, y por lo tanto no habría
mora.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Art. 509.
Si no hubiere plazo, el juez a pedido de parte, lo fijará en procedimiento sumario, a menos que el
acreedor opte por acumular las acciones de fijación de plazo y de cumplimiento, en cuyo caso el
deudor quedará constituido en mora en la fecha indicada por la sentencia para el cumplimiento de la
obligación.
Para eximirse de las responsabilidades derivadas de la mora, el deudor debe probar que no le es
imputable.] (Texto según ley 17.711.)
En el primer párrafo aparece la mora ex re por el vencimiento del plazo (plazo expreso ya sea cierto
o incierto).
En el segundo párrafo se refiere a las obligaciones sujetas a un plazo tácito. Por ejemplo, si alguien
se compromete a realizar un traslado de mercaderías de una ciudad a otra. Esto insume un plazo
tácito, por lo que será necesaria la interpelación.
En el último de los párrafos, se alude a las obligaciones de plazo indeterminado, o sea, aquellas en
las que las partes han postergado su fijación para un momento posterior. Por ejemplo, otorgaré la
escritura tan pronto como pueda, o cuando el Banco Hipotecario lo indique, etc.
En estos casos, es necesario que el juez fije un plazo, y que si se incumple el mismo, sólo ahí
surgirá la morosidad.
En este caso, el acreedor debe solicitar la fijación del plazo. La mora se producirá a partir de la fecha
que ordene la sentencia.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Supuestos
confesión de mora
imposibilidad de interpelación
incumplimiento imputable
En la confesión de mora, la confesión que haga el deudor de su estado de mora es un hecho virtual
para tenerlo por constituido. Por ejemplo, cuando el deudor solicita prórrogas.
Si las partes pactaron que el solo vencimiento del término o cumplimiento de la condición produce la
mora automática del deudor, será innecesario que el acreedor interpele.
En la imposibilidad de interpelar al deudor debe haber culpa o malicia del obligado (ej. si el deudor
se ausenta de su domicilio sin dar la nueva dirección ni dejar representantes, etc). En estos casos se
considera como si la interpelación se hubiese efectuado.
Cuando el incumplimiento es imputable a dolo o culpa, se entiende que carece de sentido que se
reclame, y la mora se produce sin intimidación. Por ejemplo, el incumplimiento de una obligación
sometida a plazo esencial, o en el caso de no hacer, o los hechos ilícitos extracontractuales, etc.
CASOS DUDOSOS
Obligación líquida: (sumas de dinero no precisadas). Hay discrepancia sobre si el deudor puede
quedar constituido en mora por su negativa a cumplir. Una postura dice que si el deudor desconoce
el importe a pagar, y él no es responsable de esa situación, no puede quedar constituido en mora.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Otra corriente, sostiene que si la iliquidez no impide el cumplimiento del deudor, éste incurre en mora
por el sólo transcurso del tiempo, o bien mediante interpelación.
En las obligaciones puras (carecen de modalidad – sin plazo, condición o cargo), la mayoría de la
doctrina opina que estos créditos son exigibles desde el momento de su nacimiento.
Cuando el acreedor debe prestar su cooperación para el cumplimiento pero no lo hace por su culpa
o dolo, el deudor no puede quedar constituido en mora.
EFECTOS DE LA MORA
Riesgos de la cosa: Por las cosas que se deterioran o pierden, el deudor moroso responderá
inclusive en los casos fortuitos o por fuerza mayor, a no ser que éste demuestre que si las cosas
hubiesen estado en poder del acreedor hubiesen seguido la misma suerte. (art. 889 y 892)
Pacto comisorio: La mora permite el ejercicio del pacto comisorio expreso o tácito. Esta mora es un
presupuesto necesario para reclamar la resolución contractual por incumplimiento, ya se trate de un
pacto comisorio expreso, es decir previsto contractualmente, o bien del ejercicio del pacto comisorio
tácito o establecido en la ley.
Teoría de la imprevisión: El art. 1198 modificado prevé alegar la teoría de la imprevisión (onerosidad
sobreviniente) a fin de impedir los efectos del incumplimiento. Pero en uno de sus párrafos dice No
procederá la resolución, si el perjudicado hubiese obrado con culpa o estuviese en mora, se impide
al deudor moroso invocar la teoría de la imprevisión.
Duración de la mora: durante el tiempo en que se produce la mora se mantiene el principio de inercia
jurídica.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
CESACIÓN DE LA MORA
La mora se prolonga hasta que ocurra algún hecho que la haga cesar. Estos hechos pueden ser:
El pago: El pago hecho por el deudor moroso ya sea voluntario o no. A lo debido, se deberá
adicionar el daño moratorio.
La imposibilidad del cumplimiento: Los hechos impedientes producidos con posterioridad al estado
de mora hacen que concluya dicha situación.
La renuncia del acreedor: la renuncia puede ser expresa (por acuerdo entre partes) o tácita (por
ejemplo el acreedor recibe solamente el capital sin reserva sobre los intereses.
Constitución en mora del acreedor: cuando el deudor, mediante una oferta real de pago, logra
transferir el estado de incumplimiento temporario a la otra parte de la obligación.
Por una parte se lo utiliza para establecer si el sujeto demandado tiene suficiente discernimiento o
capacidad para atribuírsele el resultado (Imputabilidad de 1er. Grado)
Por otra parte, se lo indica como vinculación fáctica entre el hecho y su consecuencia, lo que se
sintetiza en la “relación de causalidad”.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Por último, se habla de la imputabilidad moral como un reproche al comportamiento (Imputación de
2do. Grado), ya sea por haber querido el incumplimiento (dolo) o por omitir la diligencia necesaria
(culpa).
En este contexto, sólo tendremos en cuenta a la imputabilidad de primer grado, o sea la del hecho
efectuado con discernimiento, intención y libertad.
La de segundo grado la vinculamos con los factores de atribución, y la vinculación fáctica con la
relación de causalidad.
Imputabilidad legal
Por regla, para atribuir las consecuencias a su autor, los actos deben ser voluntarios (art. 897) ya
que según el art. 900, los ejecutados sin discernimiento, intención y libertad no producen obligación
alguna. Todo gira alrededor de la voluntad de quien ejecuta el acto.
Factores de atribución
Culpa
Dolo
Riesgo
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Hay causas que hacen que el incumplimiento de la obligación no sea imputable al deudor, ya sea
porque se rompe la cadena causal, como en el caso fortuito o la fuerza mayor, o porque la
prestación se vuelve excesivamente onerosa, o bien porque haya existido legítima defensa, estado
de necesidad, etc.
Se los puede definir como acontecimientos que interrumpen y desvían la cadena causal de tal
manera que el resultado dañoso no puede ser imputado al deudor.
El art. 514 define al caso fortuito como el que no ha podido preverse, o que previsto no ha podido
evitarse.
También el art. 513 hace referencia el caso fortuito y la fuerza mayor teniendo en cuenta sus
efectos.
Art. 513. El deudor no será responsable de los daños e intereses que se originen al acreedor por
falta de cumplimiento de la obligación, cuando éstos resultaren de caso fortuito o fuerza mayor, a no
ser que el deudor hubiera tomado a su cargo las consecuencias del caso fortuito, o éste hubiere
ocurrido por su culpa, o hubiese ya sido aquél constituido en mora, que no fuese motivada por caso
fortuito, o fuerza mayor.
UNIDAD O DUALIDAD
También se los ha analizado desde diferentes ángulos: para algunos el caso fortuito es lo que
siempre proviene del azar, la suerte o la casualidad. La fuerza mayor presupone una potencialidad
extraña que impide una actuación voluntaria.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
REQUISITOS
Inevitable
Imprevisible
Actual
Inimputable
Extraordinario
CASOS
Hechos del hombre: son manifestaciones en las que interviene la actividad humana en diferentes
variantes y situaciones.
Hecho del príncipe: ordenes que pueden provenir del Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial, que a
veces adquieren carácter de fortuito, y eximen al demandado del incumplimiento y del consiguiente
perjuicio.
Medidas administrativas: por ejemplo, un decreto que impide entregar determinada mercadería que
el deudor prometió en venta, o el impedimento de comercializar en moneda extranjera, etc.
Guerra o revolución
En el caso del ordinario, se trata de hechos que resultan poco acostumbrados, o que no se sepa
bien cuándo se producirían.
Exner
Distinguió entre fuerza mayor y el caso fortuito, considerando que la primera es la única que puede
ser causa de liberación del deudor, debiendo darse en ella dos elementos: uno cualitativo
(exterioridad del hecho) y uno cuantitativo (notoriedad y publicidad).
O sea, que para Exner, la fuerza mayor es causal de exculpación solamente cuando se trate de
acontecimientos extraordinarios, externos, inevitables e imprevisibles (Terremoto).
El caso fortuito no libera al deudor por tratarse de un suceso interno, aún cuando adquiriera los
caracteres de imprevisible e inevitable.
Josserand
Siguiendo las ideas de Exner sostuvo que solamente la fuerza mayor exonera de responsabilidad,
apoyado en la exterioridad del hecho, pero no en la mera exterioridad material, sino intelectualizada,
o sea, la circunstancia ajena y extraña al riesgo creado.
Entonces Josserand distingue que el caso fortuito, por ser interior, se halla dentro del campo del
riesgo creado por el mismo ofensor, y no lo libera. Existe una íntima conexidad entre el hecho
(casus) y la actividad (riesgo), prescindiéndose de toda idea de culpa, que lo obliga a responder.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
...[En los supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o guardián, para eximirse de
responsabilidad, deberá demostrar que de su parte no hubo culpa; pero si el daño hubiere sido
causado por el riesgo o vicio de la cosa, sólo se eximirá total o parcialmente de responsabilidad
acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder...
EFECTOS
Tanto en el caso fortuito como en la fuerza mayor, existe una interrupción en la cadena causal, y por
ello las consecuencias del hecho dañoso no pueden ser atribuidas al deudor o al demandado.
Larenz distingue entre contratos unilaterales y bilaterales diciendo que en el primer caso se deben
cumplir, y en el caso de los bilaterales, ambas partes deben darse la oportunidad de disolver la
obligación, siempre aplicando el principio de la buena fe contractual.
CLAUSULA DE RESPONSABILIDAD
Esa cláusula es lícita, ya que está dentro de la órbita de la autonomía de la voluntad (art. 1197), pero
como importa una renuncia a un derecho debe ser interpretada restrictivamente (art. 874 “La
intención de renunciar no se presume, y la interpretación de los actos que induzca a probarla debe
ser restrictiva.”)
El deudor puede hacerse responsable por ciertos hechos, pero si acaece algún hecho similar, no es
posible pretender la aplicación de la cláusula, y por lo tanto se exime de responder. Por ejemplo, se
hace cargo por una inundación y sucede una nevada.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Esta cláusula es diferente al pacto de garantía, ya que en éste, el deudor que no cumple debe una
cierta cantidad de dinero al acreedor aunque la causa sea un hecho fortuito.
CLAUSULA DE IRRESPONSABILIDAD
También es posible convenir que el deudor se exima de responder ante un hecho azaroso o fortuito.
En principio parecería innecesario hacerlo, ya que se repite algo que está en la propia ley, pero esta
cláusula permite juzgar con certeza ciertos hechos dudosos. En Francia se denominó cláusula de
guerra o de huelga.
El art 513 establece la no responsabilidad por el caso fortuito “..a no ser que el hecho hubiere
ocurrido por su culpa, o hubiese ya sido aquél constituido en mora, que no fuese motivada por el
caso fortuito..”.
Entonces, cuando el deudor, por su culpa o estando ya en mora produce el hecho fortuito, será
responsable.
El actor debe probar los hechos constitutivos que integran los presupuestos normativos, y el
demandado los impeditivos o extrintivos.
El casus es el hecho típico que impide atribuir la consecuencia al deudor, y por lo tanto
corresponderá que sea éste quien cargue con la prueba respectiva, a no ser que la probanza sea
innecesaria por la notoriedad del suceso.
La doctrina sostiene que ante el incumplimiento existen 3 escalones: dolo, culpa y caso fortuito.
En las obligaciones de medios, el acreedor debe demostrar la culpa del deudor para hacerlo
responsable, y éste se libera por su sola falta de culpa.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si la obligación es de resultado, la sola prueba del incumplimiento lleva a la condena. El deudor
debe demostrar el caso fortuito para exonerarse.
En la responsabilidad extracontractual por el hecho de las cosas inanimadas, el art. 1113 dice que si
el daño es causado con las cosas, basta la prueba de la falta de culpa, en cambio, si lo es por el
riesgo o vicio de las cosas, es necesario demostrar el casus para no responder.
Otra base más firme para su diferenciación es que el caso fortuito importa siempre una ruptura en la
cadena de causalidad.
En la ausencia de culpa, hay una relación de causa adecuada entre el hecho y su resultado, pero no
hay actuación negligente del demandado.
El CC establece el valor de la palabra empeñada, que como tal debe cumplirse (art. 1197), pero a
veces, las condiciones previstas o presupuestas por las partes, sufren cambios que no pudieron
preverse, o cierto estado de cosas que hacen imposible el cumplimiento. Esto se llama
genéricamente “teoría de la imprevisión”.
EVOLUCION Y FUNDAMENTO
Recién con los posglosadores, aparece la cláusula que dice que el contrato obliga mientras así las
cosas sigan siendo.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Esta teoría tuvo su influencia hasta fines del siglo XVIII y es tomada por el derecho prusiano y la
escuela racionalista de derecho natural.
Los códigos del siglo XIX entre ellos el argentino no se ocupan del tema.
Esta teoría se basa en principios discutibles y estructuralmente débiles. Tiene apoyo en la voluntad
implícita de las partes, por lo que fue rechazada (Diez-Picazo).
En nuestra doctrina ha sido la denominación más difundida, y tiene un parentesco cercano con la
fuerza mayor, diferenciándose en que en esta el cumplimiento es posible pero arruinaría
económicamente al deudor.
Marty, que sostenía la tesis de la autonomía de la voluntad, postulaba que los contratantes
convienen según las circunstancias económicas existentes en el momento o que previsiblemente
podían continuar en el futuro. La alteración notoria hace que ya no les obligue el contrato, sino una
regulación diferente.
Otra postura, originada en la doctrina italiana, más objetiva, se refiere a la excesiva onerosidad
sobreviniente.
Así, Pino señala que la onerosidad está integrada por el esfuerzo que debe realizar el sujeto para
cumplir la prestación, y valorándola desde la contraprestación, habría un verdadero desequilibrio
entre prestación y contraprestación.
Larenz, perfeccionando y depurando teorías subjetivistas de Oertmann, dijo que la base del negocio
tiene un carácter objetivo y consiste en un conjunto de circunstancias y estado general de cosas que
son necesarias para que el contrato subsista.
RECEPCIÓN EN EL CC ARGENTINO
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Art. 1198. (Derogado por ley 17.711.) Los contratos obligan no sólo a lo que esté formalmente
expresado en ellos, sino a todas las consecuencias que puedan considerarse que hubiesen sido
virtualmente comprendidas en ellos.
Art. 1198. [Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y de acuerdo con
lo que verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender, obrando con cuidado y previsión.
La otra parte podrá impedir la resolución ofreciendo mejorar equitativamente los efectos del
contrato.] (Texto según ley 17.711.)
La fuente de este artículo es el Cód Civil italiano de 1942. así, permite en ciertos contratos, reclamar
la resolución ante circunstancias extraordinarias que tornen de casi imposible cumplimiento la
prestación de una de las partes.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Los tipos de contratos contemplados son los bilaterales conmutativos, los unilaterales onerosos y los
conmutativos de ejecución diferida y continuada. También los contratos aleatorios cuando la
excesiva onerosidad se produzca por causas extrañas al riesgo propio del contrato.
Como regla, se contemplan a todos los contratos onerosos conmutativos, quedando excluidos los
gratuitos.
La excesiva onerosidad
A su vez, estos hechos deben ser extraordinarios e imprevisibles, ya que si fueron previsibles, no es
posible invocar la teoría de la imprevisión.
Acciones y legitimación
El art. 1198 dispone que quien resulte damnificado podrá demandar la resolución del contrato, y el
demandado podrá intentar impedirla ofreciendo mejorar equitativamente los efectos del contrato.
Pero si el contratante es moroso (con mora anterior al hecho), o ha obrado con culpa, no puede
alegar la imprevisión.
Efectos
El demandado puede adoptar diferentes posturas ante el reclamo del otro contratante.
Ofrecer una mejora equitativa para mantener el vínculo jurídico ya sea proponiendo mejorar los
términos o dejándolo a criterio judicial.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si el contrato se resuelve sin haber cumplido con ninguna de las prestaciones, las partes nada se
deben.
Si el damnificado cumplió, puede pedir la restitución, y el demandado no debe hacer efectiva la suya.
ESTADO DE NECESIDAD
Se puede definir a esta figura como la situación de aquel que para evitar un mal mayor a su persona
o bienes, causa un daño a otro que no es autor del peligro (por ejemplo, romper una puerta para
salvar a alguien de un incendio).
En nuestro derecho es el derecho penal que sirve como guía para delinear la figura, sus requisitos y
naturaleza.
Como ejemplos: alivianar un buque o avión para evitar un accidente, el hurto famélico, etc.
En ambas alguien reacciona para salvar a otro o a sí mismo, de un mal inminente y grave.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El estado de necesidad no exonera totalmente de responsabilidad, siendo un supuesto de
responsabilidad limitada, y plantea además un supuesto de conflicto de intereses donde se sacrifica
el de menor entidad.
Situación extrajurídica
Esta tesis sostuvo la irrelevancia jurídica del estado de necesidad. Para esta corriente esos hechos
no pueden ser valorados por el derecho, no son lícitos ni ilícitos, se encuentran fuera de la previsión
legal.
Acto lícito
Esta corriente considera que el acto es conforme al ordenamiento, y por lo tanto lícito, pero
corresponde indemnizar a la víctima del daño.
Acto antijurídico
Otros autores, creen que se trata de un acto antijurídico objetivo, sin imputabilidad subjetiva. O sea,
que el acto mismo es contrario al ordenamiento, pero el comportamiento se encuentra justificado por
el obrar del sujeto sin culpa ni dolo.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Resarcimiento
Una postura casi abandonada sostenía que el daño causado en estas circunstancias no es
indemnizable ya que se trata de un acto lícito, o porque siendo aún ilícito, adquiere los caracteres del
caso fortuito o la fuerza mayor.
La mayoría de la doctrina entiende que el perjuicio debe resarcirse. Esta postura se basa en razones
de equidad.
Todas estas reglas se alteran cuando el comportamiento del agente fue para proteger y preservar la
persona o los bienes de un tercero. Si el tercero provocó el peligro deberá resarcir, y si el peligro le
fue extraño, resarcirá el agente que causó el daño.
El estado de necesidad puede compararse con un obstáculo insalvable que sólo puede ser vencido
mediante una actividad ilícita o sacrificando la integridad personal u otros bienes. La cuestión asimila
la noción de imputabilidad objetiva al estado de necesidad, que liberará al deudor ante la
involuntariedad del peligro.
Como ejemplo, el caso del locatario que no puede cumplir con la entrega de la cosa locada en
tiempo pactado por una grave enfermedad, o el transportista que se niega a viajar ante el
conocimiento de la presencia de bandas armadas, etc.
LEGÍTIMA DEFENSA
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En la sociedad actual, es el derecho quien organiza y reglamente los medios de defensa de los
derechos. De allí que quien los ve menoscabados debe acudir a esos órganos para evitar la
violencia y contribuir a la paz social. Pero eso no impide que a veces y en forma excepcional, el
derecho se ejercite por autoridad propia.
La defensiva es propia de la defensa que se realiza para mantener un estado existente y la ofensiva
o justicia por mano propia o autoayuda, quien actúa lo hace para configurar un estado jurídico
acorde con su derecho.
La legítima defensa es el supuesto en que alguien causa daños a otro usando medios racionales a
fin de repeles una agresión ilegítima.
El problema surge a raíz de los daños causados por quien se defiende, lo que exige determinar si
dicho daño admite o no una justificación jurídica, pues el agresor debe soportar civilmente los
perjuicios que son resultado de su propio accionar.
Agresión ilegítima: el ataque debe ser contrario a la ley. Si el que lo hace ejercita regularmente un
derecho propio(por ejemplo, desalojo por el oficial de justicia), no puede caber legítima defensa. El
concepto de ilicitud para calificar la agresión es el criterio objetivo. Entonces, un menor de 10 años o
un demente pueden cometer un hecho antijurídico, por ser contradictoria su conducta a lo previsto
en el ordenamiento civil.
Actualidad: la agresión debe ser actual. La actualidad no significa inminencia del daño. No es
suficiente la mera amenaza y mucho menos el daño consumado.
La agresión debió dirigirse contra la persona o los bienes del ofendido (cónyuge, padres, hijos).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Racionalidad del medio empleado: la racionalidad hace a la proporción entre el ataque, los derechos
llamados a proteger, y los medios utilizados para su defensa.
La desproporción o irracionalidad de los medios utilizados con relación a los usados para la
agresión, hacen caer en “exceso de defensa”(art. 35 C.Penal). en ese caso, tanto el agresor como el
agredido, deben asumir la carga de la responsabilidad que les corresponda.
Falta de provocación suficiente: para que haya provocación suficiente es necesario analizar que las
actitudes o comportamiento del defendido no hayan sido la causa adecuada de la agresión.
El sujeto actuante está amparado por la ley, y aún cuando cause daños al otro, no resulta
responsable. La legislación admite excepcionalmente este tipo de actuación, sólo para cuando los
auxilios de la justicia pudieran no llegar a tiempo, o fuera peligrosa la espera.
Por ejemplo, el art. 2517 CC permite al propietario de un predio remover sin previo aviso las cosas
puestas sin su permiso, y el art. 2470 faculta al poseedor desposeído a recuperar la posesión por
mano propia, sin exceder los medios de la legítima defensa, y cuando los auxilios de la justicia
podrían retardarse en demasía.
Requisitos:
que exista un peligro cierto de que el derecho se pierda o frustre o dificulte su ejercicio
que no exista tiempo razonable y suficiente para acudir a órganos del Estado.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Una causal natural de justificación de la actividad humana constituye el ejercer legítimamente un
derecho subjetivo.
A veces, en uso del derecho propio se lesionan intereses ajenos, y ello –en principio- no le
acarrearía ninguna responsabilidad.
El tema se encuentra vinculado con el principio del abuso del derecho, que pone una limitación: que
el ejercicio sea regular, o sea conforme a la ley, legítimo, así cuando cause daños, no se
responsabiliza a su titular.
El cumplimiento de una obligación legal, o ejecución de actos ordenados por la ley, resultan causas
justificantes y ambos están previstos en el art. 1071 CC.
Los deberes deben ser legales, porque los morales o sociales exceden la órbita de lo jurídico y están
fuera de estos presupuestos.
Obediencia debida: la diferencia radica en si la orden es dada por la ley (no admite análisis) o por
una autoridad. La cuestión debe observarse en la relación entre el superior jerárquico y la
consiguiente responsabilidad que le pudiera corresponder al subordinado al seguir las órdenes y
causar daños a terceros.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Medios de garantía. El patrimonio como garantía común de los acreedores. Bienes excluidos. Clases
de acreedores.
La tutela jurídica del crédito implica la manera de hacer eficaz y asegurar el objetivo del derecho
creditorio tomando en cuenta la parte activa de la obligación. Son medidas en vista o en prevención
de la ejecución forzada.
La forma de realización coactiva del interés del acreedor siempre tiene como objeto los bienes que
componen el patrimonio del deudor. Esa es la base de la lamada “garantía patrimonial”.
El CC no tiene una norma que lo diga en concreto, pero el principio se infiere de los institutos que
protegen y aseguran la percepción del crédito.
Así lo dispuso el art. 505 en relación a los derechos de los acreedores para reclamar el cumplimiento
de la obligación, en los arts. 955 a 960 sobre la simulación y la acción correspondiente, en los arts.
961 a 972 sobre ación subrogatoria, en los arts. 3433 a 3448 sobre separación de patrimonios, en
los arts. 3875 a 3938 sobre preferencia en los créditos, en los arts. 3939 a 3946 sobre el derecho de
retención.
Desde el nexum en Roma hasta nuestros días donde se sostiene lo dicho por Pothier “quien se
obliga compromete lo suyo”, por lo cual todos los bienes presentes y futuros del deudor están para
asegurar el derecho de los acreedores, han pasado varias etapas.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Cuando al guien se obliga, es porque ofrece al areedor una cierta seguridad en el cumplimiento, ya
sea por su solvencia económica o por su conducta moral.
Si bien el deudor puede disponer de sus bienes, los acreedores también pueden controlar y recabr
algunas medidas para proteger sus derechos. Estas son las medidas cautelares o precautorias.
No todos los bienes quedan comprometidos en la garantía, y no todos los deudores concurren en pie
de igualdad para percibir sus créditos, ya que existen los acreedores privilegiados y los
quirografarios o comunes.
La ley establece que ciertos bienes queden fuera de la acción de los acreedores.
El beneficio de la competencia
El bien de familia
Los comunes o quirografarios carecen de prioridad de cobro, por sobre otro acreedor y por lo tanto
percibirán el crédito a prorrata.
Los privilegiados tienen un mejor derecho y obtienen el crédito con prelación a los acreedores
comunes. Esta preferencia puede estar dada por la ley o la voluntad (derecho real de garantía como
prenda o hipoteca).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
2. Privilegios. Concepto. Naturaleza jurídica. Caracteres. Fundamento. Clases. Asiento del privilegio.
Alcance de la preferencia. Extensión y límites. Extinción. Clasificación en el CC y en la ley de
Quiebras.
La cuestión de los privilegios, surge cuando los bienes del deudor resultan insuficientes para
cumplimentar la totalidad de los créditos. Por ello, la ley organiza un sistema de prioridades y
preferencias para el cobro.
El CC trata el tema en el título “Concurrencia de los derechos reales y personales contra los bienes
del deudor común” arts. 3875 a 3938.
El centro de la legislación sobre privilegios está hoy dado en la ley de concursos y quiebras (Nº
25422), por lo que en todos los procesos universales deben aplicarse sus disposiciones, en lo que
sería una especie de derogación parcial de la normativa del CC en el tema preferencia.
Art. 3875. El derecho dado por la ley a un acreedor para ser pagado con preferencia a otro, se llama
en este Código privilegio.
Esta preferencia la da la ley para satisfacer ciertos créditos antes que otros, y puede ser sobre todos
los bienes del deudor (privilegio general), o sobre algunos bienes solamente (privilegio especial).
Estos privilegios se diferencian de los derechos reales de garantía, en que éstos nacen de la
voluntad de las partes, pero los privilegios sólo de la ley (art. 3876).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
FUNDAMENTO
Razones de equidad
CARACTERES
Indivisibles
Excepcionales. La regla es que los acreedores concurren en pie de igualdad. En caso de duda, debe
interpretarse restrictivamente que no hay privilegio.
NATURALEZA JURÍDICA
¿Son una cualidad del crédito o se refieren a las acciones que lo protegen?
Si se los considera como parte del mismo crédito, la doctrina se divide entre quienes sostienen que
son derechos reales y los que dicen que son derechos personales.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Derechos reales
Doctrina francesa clásica. Salvat. Sostienen que son verdaderos derechos reales porque se ejercitan
por medio de acciones reales sobre las cosas afectadas a ese privilegio. Se asimilan a los derechos
reales de garantía, como la prenda o la hipoteca. (notas arts. 3928 y 3878).
Las críticas a esta postura señalan que los privilegios no se ejercen sobre las cosas, que no dan
acción reipersecutoria, que las notas de Vélez no obligan al intérprete y que son cosas diferentes a
los derechos reales.
Derechos personales
Para esta postura, el crédito es una relación jurídica entre personas (Compagnucci, Trigo, Llambías).
Si es accesorio al crédito participa de la naturaleza puramente personal que tienen los créditos.
Borda, Llambías. Han sostenido que es una mera cualidad del crédito porque las prerrogativas o
preferencias no son para oponérselas al deudor, ni ejercerlas contra éste, sino que son
características propias del crédito que le permiten tener alguna prioridad en el cobro.
Esta tesis sostiene que entre el deudor y el acreedor todos los créditos son igualitarios, pues la
diferencia radica en su tratamiento judicial.
Los privilegios recaen sobre las cosas o sobre el resultado económico de su venta?
Algunos autores (Compagnucci) consideran que el privilegio es sobre las cosas ya sean muebles o
inmuebles.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Otros autores creen que el asiento consiste en el resultado económico de la subasta de los bienes,
ya que después de su venta se puede efectivizar el derecho a cobrar con antelación.
Además del asiento principal se pueden dar ciertos casos llamados asientos secundarios
(subrogación real), o sea, cuando un bien ocupa el lugar de otro y sigue su suerte.
Esto es, que si el objeto sobre el cual recae el privilegio es sustituido por una indemnización, o por
otro objeto, el privilegio subsiste sobre ésta o sobre el nuevo. La ley de concursos y quiebras
establece que el privilegio esencial se traslada de pleno derecho sobre los importes que sustituyan
los bienes sobre los que recaía.
LIMITES O EXTENSIÓN
Se sumarían los intereses y demás gastos necesarios para percibir el crédito (criterio amplio)
La ley 25422 dispone como regla que los privilegios se extienden sólo al capital, salvo las
excepciones que taxativamente prevé el art. 242 (intereses y costas).
EXTINCIÓN
Por ser accesorios, los privilegios se extinguen cuando concluye el crédito, que es lo principal (art.
523 y 525 CC)
En cambio, en algunos casos, termina el privilegio pero subsiste el crédito sin preferencia, o sea
como quirografario. Estos casos son:
Por adquisición, por el mismo acreedor, del dominio de la cosa sometida al privilegio.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
CLASIFICACION EN EL CC
Art. 3878. Los privilegios son sobre los muebles y los inmuebles, o sólo sobre los muebles, o sólo
sobre los inmuebles. Los privilegios sobre los muebles son generales o particulares. Los privilegios
sobre los inmuebles son todos particulares, con excepción de los que se designan en el artículo
siguiente, y solo se ejercen sobre inmuebles determinados, a no ser que los privilegios generales
sobre los muebles no alcancen a cubrir los créditos privilegiados.
[Cualquiera sea el privilegio del acreedor, no podrá ejercerse sobre el lecho cotidiano del
deudor y de su familia, las ropas y muebles de su indispensable uso y los instrumentos necesarios
para su profesión, arte u oficio. Sobre estos bienes tampoco podrá ejercerse el derecho de
retención.] (Párrafo agregado por ley 12.296.)
Los generales se ejercen sobre la totalidad del patrimonio, o una porción del mismo, o sobre todos
los bienes muebles.
Privilegios generales
inmuebles
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Privilegios especiales
La ley 25422 de concursos civiles y comerciales organiza el régimen de privilegios y los clasifica de
la siguiente forma:
acreedores del concurso (arts. 239 a 250), que cobran con prioridad a todos y son “acreedores de la
masa”. Tenemos aquí, los honorarios del síndico, los del abogado y procurador del deudor en su
concurso preventivo, los que surgen con motivo de la continuación de la empresa, las costas
judiciales por actuación del síndico, etc. Estos créditos no surgen como consecuencia de la actividad
del deudor, sino del ejercicio de la misma masa de acreedores que, mediante la tarea que cumplen
otros, se beneficia con ello. (créditos que surgen de la conservación).
acreedores con privilegio especial (art. 240). Tienen privilegios especiales los gastos hechos para la
construcción, mejora o conservación de una cosa mientras la tenga el concursado, los créditos
laborales de los últimos seis meses y los debidos a indemnizaciones por accidente, despido u otra
causa, los impuestos y tasas sobre determinados bienes, los créditos con garantía real.
acreedores con privilegio general (art. 246). Tienen privilegios generales los debidos al trabajador
por su salario y subsidios familiares por los últimos seis meses y las demás indemnizaciones, el
capital adeudado por aportes jubilatorios, los gastos funerarios, los de última enfermedad durante
últimos seis meses de vida. Estos créditos sólo alcanzan a la mitad del producto de los bienes,
después de agotados los de privilegio especial. De lo que quede, se servirán los quirografarios a
prorrata.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
acreedores quirografarios. Sin privilegios.
Concepto:
Art. 3939. El derecho de retención es la facultad que corresponde al tenedor de una cosa ajena, para
conservar la posesión de ella hasta el pago de lo que le es debido por razón de esa misma cosa.
Nota al art. 1547. El derecho de retención, es el derecho de rehusar la entrega de una cosa que
poseemos por otro, hasta ser pagados por aquel a quien la cosa pertenece o le es debida, de una
obligación de que nos es deudor, por razón de esa misma cosa. La posesión actual es el
antecedente indispensable para el derecho de retención; pero es preciso que esa posesión se funde
en otro título que el solo hecho de la posesión.
El derecho de retención es de una naturaleza particular, pues no se puede hacer valer en juicio, sino
por vía de excepción. Cuando se ha perdido el hecho de la retención, cuando ya no se tiene la cosa,
no se puede reivindicar por vía de acción, porque entonces el derecho está confundido con el hecho.
Respecto a este derecho, se puede decir que nuestro dinero, nuestra propiedad se confunde
con la cosa de otro, y que reteniendo ésta, no hacemos sino retener nuestra propia cosa, con un
derecho igual al que autoriza a nuestro adversario a retirar la suya.
Un crédito (cierto y exigible) del acreedor, originado en razón de la cosa, contra el dueño ésta.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La relación de posesión de la cosa debe ser lícita.
Naturaleza jurídica
Para algunos como Salvat, Spota, es un derecho real, ya que se establece una relación entre una
persona y la cosa retenida, puede ejercerse contra ciertos terceros y confiere limitadamente el ius
persequendi, pero esta tesis no es acertada ya que los derechos reales están dados taxativamente
por la ley y éste no figura en la lista (art. 2503)
Una tercera postura indica que es una excepción procesal dilatoria, que posterga la entrega de la
cosa hasta que el acreedor cobre lo adeudado.
Caracteres
Cesible. Si se cede el crédito principal, lo accesorio acompaña. Por lo tanto puede cederse el crédito
principal y la cosa retenida se entregará al cesionario.
Facultativo. No es propio del ejercicio de un derecho subjetivo, sino una mera potestad de algunos
acreedores frente a quien reclama la restitución de la cosa.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Casos contemplados en el Código Civil
Comprador con pacto de retroventa (art. 1366). Quien enajena un bien inmueble con pacto de
retroventa puede recuperar la cosa devolviendo el precio recibido, en más o en menos, conforme lo
pactado. El comprador puede retener la cosa hasta que se le pague lo acordado, los gastos el
contrato, las mejoras(excepto las voluntarias).
Mandatario. El mandatario puede ejercer este derecho sobre los bienes del mandante hasta que se
le abonen los adelantos, gastos, comisión o retribuciones que se le deban por la tarea(art. 1956).
Locatario. El locatario puede retener la cosa locada hasta que el locador le haga efectivo pago de las
mejoras realizadas en el bien alquilado (art. 1618).
Depositario. Se ejerce el derecho sobre la cosa objeto del contrato y que debe ser la razón del
depósito.
Poseedor. Tanto el de buena fe, como el de mala fe, tienen derecho de retención por el valor de las
mejoras necesarias o útiles que hubiesen realizado en la cosa.
Usufructuante. Quien da en usufructo no está obligado a realizar mejoras, pero si las hace tiene
derecho a retener la cosa objeto del derecho real, hasta que el usufructuario le pague dichas
mejoras.
Condómino. El copropietario puede retener la cosa común, objeto de mejoras, hasta que los otros
copropietarios le abonen las erogaciones.
Supuestos prohibidos
Comodatario. Dice Vélez: sería injusto si prestó gratuitamente la cosa, que el comodante tenga que
pagar gastos.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Prohibidos por jurisprudencia: encargados de edificios de renta (porteros) sobre el inmueble que
ocupan una vez finalizado su contrato de trabajo.
Es admitido que el arquitecto retenga los planos y títulos de propiedad de su cliente hasta tanto le
paguen.
EFECTOS DE LA RETENCIÓN
Retenedor:
Tiene todos los derechos que surgen de su carácter de acreedor y poseedor de la cosa ajena hasta
tanto el dueño de la cosa haga efectivo el pago.
El retenedor debe conservar la cosa con todos los gastos y diligencias que esto implica, con el
consiguiente derecho a reembolso.
El retenedor no puede usar la cosa ya que en ese caso, el propietario puede solicitar el secuestro.
No hace suyos los frutos, pues son del propietario.
Producida la extinción del crédito, concluye el derecho de retención (que es accesorio al crédito), y
por lo tanto, la cosa debe restituirse.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
No se modifica su titularidad del dominio sobre la cosa. Sólo existe una imposibilidad temporal de
ejercer la posesión de la cosa. Puede venderla sin alterarse el derecho del acreedor (tenedor).
El propietario deudor, puede solicitar la sustitución del derecho de retención, dando garantías
suficientes, o dando un bien o dinero a embargo.
Código Civil
Separa los efectos según los acreedores sean quirografarios, con privilegio general o con privilegio
especial
Quirografarios (art. 3942): pueden embargar los bienes sometidos al derecho de retención, y hacer
realizar la venta judicial de ellos, pero deben entregar los fondos obtenidos al acreedor retentista. O
sea, se produce una subrogación real.
Con privilegio general: Los privilegios generales desplazan al retentista. El derecho de retención
cede ante estos acreedores. El derecho de retención no impide el ejercicio de los privilegios
generales. Art. 3946 primer párrafo.
Con privilegio especial: antes de la ley 17711, existía controversia sobre el tema. Luego de la
reforma se agregó el párrafo siguiente al art. 3946
[El derecho de retención prevalece sobre los privilegios especiales, inclusive el hipotecario, si ha
comenzado a ejercerse desde antes de nacer los créditos privilegiados.
Ahora se considera que los privilegios (generales o especiales) prevalecen sobre el derecho de
retención. Como excepción se otorga prioridad al derecho de retención con relación a los privilegios
especiales, cuando éste comenzó a ejercerse antes de que nacieran estos últimos.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Modifica el régimen que había instituido la anterior ley, sobre el grado que tenía el derecho de
retención entre los privilegios. El privilegio general desplaza al derecho de retención. Se debe
rematar el bien y se cobrará de esa venta.
Ahora se mantiene como un privilegio especial reglado en el art. 241, pero pasa a encontrarse en el
inc. 5º, y como según el art. 243 tienen el rango que resulta del orden de sus incisos, el derecho de
retención cede ante los establecidos con anterioridad y especialmente ante la hipoteca, la prenda, el
warrant y los correspondientes a los debentures y obligaciones negociables.
Extinción
Por ser accesorio, la extinción sucederá cuando se extinga el derecho principal de crédito.
Renuncia expresa
Renuncia tácita
Abandono de la cosa
Destrucción de la cosa
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
ACCION SUBROGATORIA
El deudor puede intentar burlar la acción de sus acreedores, ya sea realizando actos que impidan el
ingreso de bienes en su patrimonio, o bien disponiendo que éstos egresen de él.
Como defensa ante estos actos, la ley le otorga a los terceros, las acciones subrogatoria y Pauliana
respectivamente.
La acción subrogatoria tiene como fin mantener la incolumidad del patrimonio del deudor.
También se la llama “oblicua” o indirecta ya que el acreedor se va a dirigir hacia los terceros por
intermedio del propio deudor y así hacer ingresar los bienes al patrimonio de éste.
Es una acción que la ley concede a los acreedores quirografarios para hacer valer derechos o
acciones de su deudor, ante la incuria, inercia o desidia de este último.
A B
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Acreedor Deudor
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
C
Deudor de B
En el Código Civil solamente es tratado en el art. 1196, y sólo indica la posibilidad que tienen los
acreedores para promover las acciones de sus deudores.
Art. 1196. Sin embargo los acreedores pueden ejercer todos los derechos y acciones de su deudor,
con excepción de los que sean inherentes a su persona.
Los Códigos procesales civiles y comerciales han regulado suficientemente esta figura (arts. 111 a
114 CPCyCN).
Así surgen, la tramitación necesaria para su iniciación, la obligatoriedad de citar al deudor subrogado
y los efectos de la cosa juzgada que adquirirá la sentencia.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El fundamento básico para permitir a los acreedores entrometerse en la vida jurídica de su deudor y
promover acciones o ejercer derechos que éste mantiene inactivos, es el principio que asegura el
derecho de rédito: “el patrimonio es la garantía común de los acreedores”.
Acción Conservatoria:
Es la tesis con mayor arraigo en nuestra doctrina. El acreedor sólo logrará la incolumidad del
patrimonio de su deudor, ya sea ingresando bienes o impidiendo su egreso, pero no pudiendo hacer
efectivo su crédito de manera directa.
Acción Ejecutiva:
Diez-Picazo. Indica su carácter ejecutivo, pues ya el acreedor persiguió los bienes del deudor, y al
hacer uso de esta acción está siguiendo igual camino.
Acción mixta:
En una primera etapa se limita a conservar bienes en el patrimonio del deudor, para más tarde
promover la ejecución.
Carácter propio:
Planiol, Llambías, Borda. Entienden que esta acción tiene un carácter propio que impide su
identificación con alguna de las características señaladas. Para Llambías es una acción
instrumental, incolora y carente de contenido propio, teniendo un carácter abstracto y neutro.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Representación:
Cesión de Derechos:
Ya desestimada. Según esta idea, el deudor subrogado, cedía sus derechos. Esto no es así ya que
el deudor sigue siendo el titular del derecho y no hay una cesión voluntaria. El subrogante va por
derecho propio en nombre de su deudor.
Acción autónoma:
Solamente la ley sería la que da derecho a proteger los intereses de los acreedores, y por eso esta
acción posee características propias y autonomía absoluta.
Sustitución procesal:
Trigo Represas, Compagnucci. Han asimilado este derecho a la sustitución procesal, cuando un
tercero interviene por derecho propio, ejercitando derechos de otros.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Quienes se pueden subrogar?
El acreedor que pretenda el ejercicio de la acción debe ser titular de un crédito que no esté
controvertido o contradicho.
Es necesario que el derecho del acreedor haya nacido con anterioridad a la abstención del deudor.
Se sostiene en general, que todos los acreedores (privilegiados o quirografarios) tienen derecho a
utilizar la acción oblicua.
El art. 1196 habla de todos los derechos, con excepción de los inherentes a la persona. Aunque no
es ese el único caso de excepción.
Son excepciones:
Derechos extrapatrimoniales: no es posible subrogarse para ejercer una acción de estado, o las
derivadas de la tutela o la curatela, la de divorcio o separación, nulidad de matrimonio, etc.
Derechos patrimoniales: no puede ejercerse la acción sobre algunos derechos que a pesar de ser
patrimoniales son inembargables, como la acción por alimentos, las indemnizaciones derivadas de
leyes laborales, salarios hasta cierto porcentaje. Tampoco puede ejercerse en los casos en que
queda en conciencia del titular del derecho, o éste no es cesible o transmisible, como por ejemplo
revocar una donación por inejecución de cargos, la acción de exclusión de herencia por indignidad
del heredero, la de separación de bienes por disolución de la sociedad conyugal, etc. Las
indemnizaciones por daños, se discute si pueden ser objeto de esta acción.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Todos los demás derechos patrimoniales pueden ser objeto de la acción subrogatoria como por
ejemplo aceptar la herencia en nombre de su deudor, promover el juicio sucesorio o continuarlo (lo
más frecuente en la práctica), pedir partición de bienes o nulidad de testamento, accionar por
cumplimiento o resolución de contrato, pedir indemnizaciones por incumplimiento contractual, pedir
la división de la cosa común, ejercer acciones reivindicatorias y reclamar créditos del deudor.
• Carácter de acreedor
• Inactividad del deudor
Requisitos para ejercerla • Interés legítimo para accionar
De fondo
Interés legítimo en la acción. Dado por la ausencia de bienes suficientes en el patrimonio del deudor
para satisfacer el crédito.
Siempre debe ser citado (10 días) el deudor subrogado (art. 112 CPCyCN). Esto es importante por el
efecto de cosa juzgada.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Deudor de B
Entre A y B: si el deudor no fue citado a juicio, la sentencia no hace cosa juzgada a su respecto. Si
fue citado pero no compareció, la sentencia lo alcanza. Los bienes o las utilidades obtenidas siguen
perteneciendo al subrogado (B), y no puede el acreedor (A) hacerse de ellos. El acreedor
subrogante trabaja para todos los acreedores. Gracias a él, cobrarán todos, por eso deberá tomar
medidas precautorias.
Entre el acreedor subrogante y los terceros acreedores: Como esta es una acción conservatoria, el
acreedor subrogante carece de un mejor derecho que el resto de los acreedores del deudor
subrogado, y como los bienes se incorporarán al patrimonio del deudor, habrá que ver quién
embargó primero, o quien tiene privilegio. Reitero: el subrogante trabaja para todos.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Entre deudor subrogado y deudor directo: los efectos entre ambos difieren si el subrogado fue o no
citado al juicio. Si lo fue, y fue parte del proceso, la sentencia hace cosa juzgada y tanto la condena
como la absolución le son oponibles.
2. Acción Pauliana
El fraude a los acreedores tiene su esencia en el principio “el patrimonio es prenda común de los
acreedores”.
Esto presupone una circunstancia fáctica. La de enajenar un bien por parte del deudor, burlando a
los acreedores o también no activar la incorporación de un bien. Por uno o por otro camino, el
deudor termina llegando al estado de insolvencia.
La acción Pauliana procede entonces en estas circunstancias. Los acreedores pueden demandar la
“revocación” de los actos celebrados por el deudor en perjuicio o en fraude a sus derechos.
Art. 961. “Todo acreedor quirografario puede demandar la revocación de los actos celebrados por el
deudor en perjuicio o en fraude de sus derechos”.
Esta norma sólo menciona a los acreedores quirografarios, ya que los otros acreedores
(privilegiados, el que tiene garantía real tiene la hipoteca, etc) tienen otras acciones para defenderse.
Entonces con este artículo, se intenta equiparar al quirografario con los otros acreedores.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
1. Que el deudor se halle en estado de insolvencia. Este estado se presume desde que
se encuentra fallido.
2. Que el perjuicio de los acreedores resulte del acto mismo del deudor, o que antes ya se
hallase insolvente.
3. Que el crédito, en virtud del cual se intenta acción, sea de una fecha anterior al acto del
deudor”
Existen 3 recaudos como presupuesto para interponer acción pauliana. Además procede la acción
revocatoria cuando la insolvencia ya venía de antes, pero se agrava ahora por las enajenaciones
que el deudor haga.
A estos 3 recaudos se les agrega la MALA FE, si el tercero adquirió a título oneroso y si es a título
gratuito no interesará si es de buena o mala fe.
El CC legisla sobre la acción revocatoria en los art2. 961 a 972 en la parte destinada a los actos
jurídicos, en el título “Del fraude a los acreedores”.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
El derecho romano perseguía el fraude de los deudores mediante una serie de medidas que
permitían revocar los actos de enajenación y hacer ingresar los bienes directamente en el patrimonio
de los acreedores.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El primer remedio fue el interdictum fraudatorium, de tipo posesorio que permitía accionar contra el
adquirente cómplice (de mala fe) del deudor que enajenaba cosas.
Otra era la actio de restitutio in integrum ob fraudem, por la que se rescindían los actos de
enajenación hechos en fraude a los acreedores.
La acción penal actio ex delicto condenaba a los deudores y cómplices a indemnizar si había fraude.
NATURALEZA JURÍDICA
Es una acción personal de inoponibilidad. O sea, que el acreedor puede pedir que ciertos actos no le
sean opuestos aunque ellos mantengan su eficacia entre los intervinientes y los terceros no
demandantes.
La acción no persigue directamente los bienes, sino que tiende a atacar el acto en la medida del
perjuicio que cause al acreedor. Sólo quien demanda se beneficia con el éxito del reclamo. El deudor
puede ofrecer garantías o pagar directamente para neutralizarla.
CARACTERES
Es una acción
Personal. El acreedor actúa en su propio nombre y directamente contra los partícipes del acto que
se pretende impugnar.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
LEGITIMACIÓN ACTIVA
Según el art. 961, sólo los acreedores quirografarios con un crédito de fecha anterior al acto
fraudulento.
LEGITIMACIÓN PASIVA
El at. 962 menciona que se deberá demostrar la insolvencia del deudor y el perjuicio del acreedor
debe surgir de ese acto o que esa insolvencia se haya agravado con el.
El acreedor que se ve perjudicado interpone esta acción por la cual logra la inoponibilidad del acto.
Este error puede surgir de una mala interpretación del art. 971.
Art. 971. “Revocado el acto fraudulento del deudor, si hubiere habido enajenaciones de propiedades,
éstas deben volverse por el que las adquirió, cómplice en el fraude, con todos sus frutos como
poseedor de mala fe.”
La diferencia con la acción subrogatoria radica en que si se tuvo éxito en esta, el tercero tenía que
devolver los bienes al deudor, estaríamos casi en lo mismo de “volver las cosas al estado anterior”,
equiparándose esto con la nulidad. Aquí hablamos de inoponibilidad.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Entonces, un acto inoponible es el que tiene efecto entre las partes que lo celebraron, pero que no
puede hacerse valer frente a aquellos terceros que resultaron perjudicados por el acto fraudulento
(acreedores).
Lograda la inoponibilidad del acto, el acreedor tiene abierta la vía para ir en contra de ese tercero
comprador.
Si el tercero es de mala fe, la mala fe basta porque fue cómplice del deudor. La acción prospera y el
acreedor ejecuta el bien, sin importar si fue a título gratuito u oneroso.
Si el tercero es de buena fe, o sea que no conocía la maniobra del deudor, y si adquirió a título
oneroso, la acción revocatoria no prospera.
Si el acto fue a título gratuito, la acción prospera aunque el tercero sea de buena fe.
La acción revocatoria tiene un límite, que está dado por el crédito que tiene. si el acreedor ejecuta
por $ 100, pero el bien que el deudor le vendió al tercero vale $ 200, ¿qué pasa con los $ 100
restantes?. El remanente queda en poder del tercero adquirente.
Si la acción revocatoria prosperó, se supone que es porque el tercero actuó de mala fe si fue un acto
a título oneroso. El art. 2106 dice que el adquirente de cualquier modo (título gratuito u oneroso,
buena o mala fe) nada puede reclamar, a no ser que ésta hubiere sido expresamente convenida si
conocía el peligro de la evicción antes de la adquisición.
Este artículo habla de la garantía de evicción, que es accesoria a la compraventa y por la cual, el
vendedor garantiza que el adquirente nunca va a ser turbado de la posesión
Pero si fue una donación recibida de buena fe, el donante debe indemnizar al donatario de todos los
gastos que la donación le hubiere ocasionado (art. 2147), pero no podrá reclamar nada si al tiempo
de la donación conocía el vicio (art. 2148).
Título oneroso
Título gratuito
Buena fe
Título gratuito Prospera acción El tercero de buena debe ser indemnizado por
donante (art. 2147)
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
CARGA DE LA PRUEBA:
¿Habrá que probar también un dolo por parte del deudor, una conducta maliciosa por parte del
deudor? No es necesario.
La carga de la prueba está en el acreedor quien deberá demostrar la complicidad del tercero, a
través de cualquier medio de prueba. Son importantes aquí las presunciones.
Además existen las “cargas probatorias dinámicas”, por las cuales el tercero si dice que es de buena
fe, deberá aportar datos que apoyen su postura, para despejar cualquier duda.
El art. 969 establece una presunción de connivencia para el aso de que el tercero conozca la
insolvencia del deudor o sepa que dicho acto la agrava. Como es una presunción iuris tamtum,
admite prueba en contrario del tercero.
EFECTOS
Si prosperó la acción, es inoponible. Ese acto no puede tener efectos contra el acreedor
demandante. Si el crédito es menor al valor del derecho impugnado, deberá ejecutarse el bien. Lo
que reste le queda al adquirente.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Con respecto a adquirente y subadquirente, si la acción triunfa, el adquirente perderá todo o parte
del derecho recibido.
El adquirente de buena fe debe restituir, pero hace suyos los frutos. No responde por el deterioro o
la pérdida en caso fortuito y tiene derecho a indemnización por mejoras, pudiendo incluso retener la
cosa.
El adquirente de mala fe responde por el caso fortuito, debe restituir los frutos percibidos o los que
pudo percibir. Será responsable por daños y perjuicios. Sólo será indemnizado por gastos en el
mantenimiento de la cosa.
PRESCRIPCION
Art. 4033 CC establece el plazo de 1 año a partir del momento en que nace el derecho de los
acreedores de impugnar el acto.
Similitudes
Diferencias
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En la revocatoria, se ejercita por derecho propio ante la insolvencia del deudor. Beneficia sólo al
demandante y tiene su propio plazo de prescripción.
La acción de simulación tiene como objetivo dejar al acto como inexistente o bien mostrar el
verdadero. Se ejerce ante negocios ficticios o reales.
La acción de simulación puede ser promovida por los acreedores o aún por los mismos intervinientes
del acto. De su éxito, se benefician todos los acreedores por igual.
Además de las ya analizadas, existen otras medidas cautelares o precautorias que son útiles para la
protección del crédito. La mayoría de ellas, como el embargo, la inhibición de bienes, el secuestro,
etc, pertenecen al estudio del derecho procesal civil.
EMBARGO
Medida cautelar ordenada por el juez, que individualiza e inmoviliza uno o varios bienes del deudor
para asegurar el resultado de un proceso judicial. Puede ser preventivo o ejecutivo, según sea para
asegurar un futuro cobro o que se decrete en un proceso ejecutivo.
Los bienes muebles no registrables deben ser dejados en poder de un depositario judicial.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En nuestro derecho, quien primero embarga, tiene prioridad de cobro, salvo que hayan acreedores
privilegiados con mejor derecho.
Se hace efectiva cuando el acreedor declara no conocer bienes del deudor, mediante la inscripción
en los registros de propiedad. Sólo impide disponer de bienes inmuebles, ya que los muebles no
registrables no pueden ser afectados por esta medida.
PROHIBICIÓN DE INNOVAR
Implica no modificar una situación jurídica existente. Se exige que el reclamante demuestre a priori
que el derecho alegado es cierto, que existe un verdadero peligro en que se altere la situación y que
no es posible resguardar el crédito con otra medida cautelar.
PROHIBICIÓN DE CONTRATAR
Tiene como finalidad proteger la ejecución forzosa de ciertos bienes y por ello se prohíbe contratar
sobre ellos. Esta medida debe ser inscripta en los registros, si las cosas son registrables.
Esto es, hacer saber a los terceros, la existencia de un pleito. Tiene como efecto informar que en
ese proceso se solicita la modificación de un determinado derecho real que está inscripto en el
registro respectivo. La medida se inscribe en los registros de propiedad aunque no afecta la
disponibilidad del bien.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
SECUESTRO
Cuando el embargo no alcance para asegurar debidamente el derecho que se reclama, se podrá
ordenar el secuestro de los bienes muebles o semovientes. Deberá demostrarse el peligro que corre
el derecho que se quiere garantizar. Así se dan en guarda o conservación las cosas que
eventualmente puedan desaparecer o desvalorizarse.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Las obligaciones se pueden mutar tanto en su parte activa como en su faz pasiva, la primera
mediante la transmisión del crédito (cesión de crédito), la segunda por la llamada transferencia de
deudas.
Transmisión de créditos
Significa trasladar, transferir, enajenar, ceder o dejar a otro un derecho o una cosa.
Transmitir un crédito es trasladar el derecho que tiene el titular activo de la obligación, o sea el
acreedor.
La transferencia puede ser mortis causa o inter vivos ya sea por muerte o convención
respectivamente.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En el antiguo derecho romano los derechos eran intransferibles, pero a fines de la República el
sistema está consolidado. Su origen se vincula a las necesidades de culto y la ficción de
continuación de las personas.
La evolución fue gradual. Primero se aceptó la sucesión de los derechos creditorios y luego en las
deudas. El continuador de la persona del fallecido recibía los derechos de éste.
La sucesión está definida en el art. 3279, y esa transmisión puede operarse en virtud de lo que
ordena la ley o bien por voluntad del causante, y las transferencias se dan a título universal o a título
singular.
Art. 1444. Todo objeto incorporal, todo derecho y toda acción sobre una cosa que se encuentra en el
comercio, pueden ser cedidos, a menos que la causa no sea contraria a alguna prohibición expresa
o implícita de la ley, o al título mismo del crédito.
Pero, algunos derechos o relaciones jurídicas se extinguen juntamente con la persona titular. Son los
derechos personalísimos.
Art. 498. Los derechos no transmisibles a los herederos del acreedor, como las obligaciones no
transmisibles a los herederos del deudor, se denominan en este Código: derechos inherentes a la
persona, obligaciones inherentes a la persona.
Art. 1196. Sin embargo los acreedores pueden ejercer todos los derechos y acciones de su deudor,
con excepción de los que sean inherentes a su persona.
Art. 1445. Las acciones fundadas sobre derechos inherentes a las personas, o que comprendan
hechos de igual naturaleza, no pueden ser cedidas.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Estas prohibiciones lo son con respecto a transmisiones entre vivos o mortis causa.
La cesión de créditos es un contrato por el cual el titular del crédito (cedente), se obliga a transferir la
parte activa de la obligación a otro (cesionario). El deudor de la obligación (que no es parte del
contrato!!!) recibe el nombre de deudor cedido.
Art. 1434. Habrá cesión de crédito, cuando una de las partes se obligue a transferir a la otra parte el
derecho que le compete contra su deudor, entregándole el título del crédito, si existiese.
Evolución histórica
En el derecho romano primero no se admitió por acto entre vivos debido al formalismo y el respeto al
vínculo personalísimo de la obligación.
La necesidad del tráfico y la evolución de las ideas impusieron algunas formas indirectas de cesión.
Aparece así la “novación subjetiva por cambio de acreedor”, por lo cual se transmite el derecho
creditorio mediante la extinción de la obligación primitiva y el nacimiento de una nueva. Esto
implicaba la necesaria conformidad del deudor.
Posteriormente, por practicidad, se recurrió a la ficción de no ceder el crédito sino el ejercicio de las
acciones (procurador in rem suam).el acreedor daba a favor de un tercero, un mandato para
demandar al deudor, y lo facultaba para obrar por sí y en su propio favor.
La evolución concluye con la codificación francesa del siglo XIX donde ya se trata el tema de la
cesión de los créditos.
Diferentes criterios han juzgado la naturaleza jurídica de la cesión como negocio abstracto, o
negocio de causa variable o asimilación a la traditio, o efecto de otros negocios jurídicos.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Lo que debemos tener en cuenta es que detrás de toda cesión de créditos, existe una especulación.
En general no importa la causa por la cual se hace, por lo que sería un acto abstracto.
Como acto abstracto: la doctrina germana la consideraron como un negocio abstracto, ya que se
encuentra independizado de su causa. Esto no es posible en nuestro derecho ya que según el art.
499CC plantea la necesidad de que todos los actos tengan causa, pero si se toma la letra del art.
500 como presunción de causa, podría permitirse la existencia de este tipo de negocios
Negocio de causa variable o fungible: se considera que la causa donde se asienta el negocio de
cesión semita y cambia para completar el esquema incompleto. Así, hay cesiones onerosas basadas
en una compraventa, o en una permuta, o gratuitas apoyadas en una donación.
Asimilación a la traditio: algunos autores sugieren la similitud entre la tradición (modo de adquirir los
derechos reales) y la cesión, que importa la transmisión del derecho que resta inmutable entre el
acreedor primitivo y el nuevo. Para completar la idea es necesaria la entrega del título del crédito
(art. 1434)
Efecto de negocios jurídicos dispositivos: También se sostiene que la cesión sería un efecto de otros
negocios de disposición. Su carácter y contenido patrimonial y su traslación se puede realizar tal
como se lo hace con los objetos corporales y tendría igual naturaleza.
Metodología
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Supuestos de cesiones impropias o de causalidad contractual
Hay casos de cesiones que no encuadran estrictamente en la concepción dada por la ley ya que la
relación causal que vincula a las partes es razón básica y directa con efectos sobre el negocio.
Cesión en pago: el cedente resulta ser deudor del cesionario y paga el crédito debido mediante la
cesión. Debe distinguirse.
La cesión en pago pro soluto, donde el cedente paga y se libera entregando el crédito que tiene
contra un tercero (su deudor), a favor del acreedor. No asume garantía ni riesgo alguno ante la
insolvencia del tercero.
La cesión en pago pro solvendo, el cedente no se libera respecto de su acreedor con la simple
cesión, pues responde por la insolvencia de su propio deudor.
Cesión fiduciaria: se transmite la titularidad del crédito, pero sus fines van más allá de la simple
transmisión, y tiene como objeto la garantía o bien una transferencia posterior a un tercero.
Cuando se da en garantía es porque entre las partes existe un vínculo jurídico anterior. La fiducia
cum amico se realiza con fines administrativos, o a veces para eludir la acción de acreedores.
Prenda de créditos: el art. 3204 admite que además de las cosas muebles se pueden prendar
créditos, y exige como condición la entrega al acreedor prendario del título de donde surja el crédito
respectivo, y la notificación al deudor cedido para que tome conocimiento y no pague al acreedor
originario.
Usufructo de créditos: el derecho real de usufructo también puede recaer sobre los créditos. Así, se
puede transmitir un crédito para que otra persona disfrute sus beneficios sin alterar la esencia del
mismo. Por ejemplo si el cesionario es acreedor nuestro por determinado monto, le cedemos el
crédito en usufructo para que se sirva de los intereses hasta completar el pago. El deudor debe ser
notificado de esta situación para saber quien es su acreedor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
CARACTERES DE LA CESIÓN
Este contrato es
Unilateral o bilateral
Formal
Conmutativo o aleatorio
Consensual o real
Unilateral: cuando se trata de una cesión sin contraprestación. Se aplican las disposiciones sobre
donación.
Bilateral: cuando se realiza a título oneroso, mediante un precio en dinero (cesión compraventa) o
bien por la entrega de otra cosa u otro rédito (cesión permuta).
Formal: según lo ordenado en art. 1454, debe ser formal, bajo pena de nulidad. Puede hacerse por
instrumento público, y podrá oponerse a terceros; o por instrumento privado (no puede oponerse a
terceros). Existen excepciones a la forma escrita como son el cheque o pagaré que se firma
solamente, o la escritura pública que debe hacerse de determinada forma sí o sí como marca la ley.
Conmutativo o aleatorio: en el conmutativo, cada parte sabe de antemano lo que va a recibir como
contraprestación. En el aleatorio, las partes no conocen las ventajas o desventajas. Puede depender
de una cuestión azarosa (por ej. Apuestas).para la opinión mayoritaria es un contrato conmutativo.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Consensual o real: será de una u otra forma según su perfeccionamiento se produzca con el solo
consentimiento de las partes o sea necesaria la entrega de una cosa. La mayoría de la doctrina
indica que es consensual.
Sujetos. Capacidad:
Los sujetos que intervienen en la relación jurídica son el CEDENTE (acreedor anterior) y el
CESIONARIO (acreedor nuevo).
Incapaces de hecho: el art. 1440 impide a los menores emancipados ceder inscripciones de la deuda
pública nacional, acciones de compañías y créditos que pasen de 500 pesos. Pero por otra parte el
art. 135 les brinda una capacidad casi plena. Por lo que se sostiene que el art. 1440 queda derogado
por el principio general del art. 135, pero para otros sucede lo opuesto. (vale el 135)
Incapaces de derecho:
No pueden ceder
Los abogados o procuradores, las acciones deducidas en los procesos que intervienen.
Los funcionarios de la justicia, las acciones judiciales que fuesen competencia de su juzgado.
Los funcionarios y empleados del Estado, los créditos contra la Nación, provincia o municipalidad
donde ejercen funciones.
El objeto de la cesión es el crédito o derecho , cuya titularidad pasará del cedente al cesionario.
Transmisibles
La regla del art. 1444 es que todo derecho y toda acción sobre una cosa que se encuentra en el
comercio, pueden ser cedidos. Y así tenemos los créditos tradicionales, eventuales, aleatorios, a
plazo, o litigiosos, o los que se tienen sobre cosas futuras y convenciones aún no concluidas.
Intransmisibles
Del mismo art. 1444 surge que no son cesibles los derechos y créditos cuya causa sea contraria a
alguna prohibición expresa o implícita de la ley, o a sus títulos, o si existe cláusula expresa entre
partes.
Aquí tenemos entonces los derechos personalísimos, el derecho de uso y habitación, las esperanzas
de sucesión, las pensiones, el derecho a alimentos futuros, las indemnizaciones, el bien de familia y
en general todos los derechos inembargables.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
PACTO DE NON CEDENDO
Es un acuerdo entre partes por el que se impide la cesión de algún derecho. La prohibición de ceder
a una persona determinada e identificada es válido y eficaz.
FORMA
La forma escrita es establecida por el art. 1454. la ausencia de esta formalidad hace ineficaz al acto,
ya que es bajo pena de nulidad que debe ser escrito.
Excepciones:
Acciones litigiosas, deben ser hechas mediante escritura pública o acto judicial.
Entre partes:
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El crédito se transmite con todos sus accesorios como por ejemplo fianza, hipoteca, prenda,
intereses, privilegios, etc.
Es posible que el crédito sea cedido parcialmente reservándose el cedente una parte del mismo, y
en ese caso ambos quedarán como acreedores del deudor cedido.
En cuanto a las garantías por la cesión, el cedente responde ante el cesionario por la evicción, o
sea, por la existencia y legitimidad del crédito.
El cedente no responde por la solvencia del deudor cedido, por ello no asegura la percepción del
crédito al momento de su cumplimiento, salvo que la insolvencia del deudor fuese anterior y notoria.
El deudor cedido
Para que el acto de cesión produzca efectos con relación al deudor cedido, es necesario que sea
noticiado por cualquiera de las partes, o bien que el mismo deudor preste su asentimiento. Hay
libertad de formas para esto. Puede notificarse en cualquier momento excepto en caso de quiebra,
ya que entonces deberá ser notificado antes de la sentencia de la misma. Los efectos contra
terceros sólo surten efecto luego de la notificación.
Para que la cesión surta efectos con relación a los terceros, es necesario que se notifique al deudor
o que éste acepte la transferencia. La notificación debe ser hecha mediante un acto público o
privado de fecha cierta.
Con ello se intenta evitar la maledicencia del deudor en connivencia con alguna de las partes para
perjudicar los derechos de los terceros.
Notificación de la cesión
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En principio puede ser hecha en cualquier momento, aún después de muerto el cedente, el
cesionario o el mismo deudor cedido. Hay 2 excepciones: el concurso del cedente y el embargo del
crédito cedido.
En el caso del concurso o quiebra del cedente, para que la notificación produzca efectos, puede
hacerse aun después de la fecha de la cesación de pagos, pero no antes de la sentencia que
declare el estado de insolvencia.
Cuando el acreedor del cedente hace trabar un embargo sobre el crédito, la notificación o aceptación
no le es oponible, pero produce sus efectos con relación al resto de los acreedores que no
solicitaron medida alguna.
Con relación al deudor: el deudor notificado tendrá debido conocimiento de quién es su nuevo
acreedor, quedando establecida la nueva relación jurídica entre ambos. Cualquier pago que realice
el cedente será sin ningún efecto cancelatorio, y por ende no lo desobligará.
El deudor podrá oponerle al cesionario todas las acciones de defensa que tenía contra el cedente,
como pago, novación, prescripción, transacción, etc, sin necesidad de hacer reserva alguna al ser
notificado.
Luego del anoticiamiento o de la aceptación, será el cesionario el nuevo acreedor. Esto corre para el
deudor cedido y para los terceros (acreedores y otros cesionarios).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si el cedente, obrando con malicia, ha hecho cesiones a varias personas, pasará a tener mejor
derecho quien primero notifique la cesión o logre la aceptación.
Cuando un acreedor del cedente traba embargo sobre el crédito lo hace mediante una orden judicial
que es notificada al deudor para que se abstenga de pagar a su acreedor.
El problema queda planteado si con posterioridad a ello se hace saber que el crédito fue cedido.
Salvat, siguiendo la doctrina francesa, considera que la oposición producida por el cesionario lo pone
en igual situación que el embargante, por lo que ambos concurrirán a prorrata al cobro del crédito.
Otro criterio sostiene que es necesario efectuar un distingo previo entre la fecha de la cesión y el
momento de su anoticiamineto o aceptación. Dicen lo siguiente:
El art. 1465 es aplicable cuando el embargo es anterior a la fecha de la cesión, y por o tanto
prevalecerá el derecho del acreedor.
El art. 1471 será aplicado en el caso que el embargo sea posterior a la cesión, pero anterior a la
notificación.
En el caso del concurso civil y comercial sólo resulta aplicable lo dispuesto en el art. 1471.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La transferencia de la parte pasiva de la obligación es la acción por la cual, alguien transmite sus
deberes a cumplir, y otra persona los asume y los toma a su cargo.
Recién en el Codigo civil alemán apareció esta figura a título singular, no novatoria.
La cesión de deuda implica la transferencia del derecho-deber del deudor a un tercero que lo toma a
su cargo.
El CC no regula la transmisión de deuda a título particular, y solamente se ocupa de ello como una
especie de novación subjetiva por cambio de deudor en dos institutos: la delegación y la
expromisión.
La novación es un medio de extinción de las obligaciones mediante el cual se concluye una relación
jurídica para dar vida a otra y ello trae como consecuencia la extinción de todo lo accesorio.
La asunción privativa de deudas es un contrato por el cual un nuevo deudor asume el lugar del
anterior en una deuda existente. El deudor anterior se libera, se subroga un nuevo deudor y la
obligación sigue siendo la misma. Se efectúa mediante contrato entre el que asume y el acreedor o
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
entre aquel y el deudor. En el primer caso no es necesario el concurso del deudor originario. En el
segundo resulta imprescindible la conformidad del acreedor.
La asunción acumulativa (de refuerzo, o cumulativa, o consunción) consiste en que el nuevo deudor
queda colocado junto al primitivo deudor, quien mantiene su calidad y se crea así una relación
conjunta de deuda. O sea que el acreedor pasa a serlo de dos obligaciones.
La delegación es una forma de transmisión de deudas a título particular mediante la cual el primitivo
deudor (delegante) asigna al acreedor (delegatario) un nuevo deudor (delegado).
Privativa o acumulativa
De pago o de crédito
Perfecta o imperfecta
Activa o pasiva
La de pago, consiste en una orden que da el delegante al delegado para que haga efectiva la
prestación prometida. Se supone que la obligación se encuentra en estado de cumplimiento y su
efectivización se realizará por el delegado.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En la imperfecta o simple, no hay novación. Se mantiene la obligación originaria y puede o no ser
acumulativa.
Se trata de un pago que da lugar al cambio de un acreedor por otro, y de esa manera se produce la
sucesión entre vivos de la parte activa de la relación obligatoria.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Está legislado como una de las formas de pago (arts. 767 a 772 CC), pero es evidente que sus
efectos van más allá y son más amplios que los del simple cumplimiento.
Art. 767. El pago con subrogación tiene lugar, cuando lo hace un tercero, a quien se transmiten
todos los derechos del acreedor. La subrogación es convencional o legal. La subrogación
convencional puede ser consentida, sea por el acreedor, sin intervención del deudor, sea por el
deudor, sin el concurso de la voluntad del acreedor.
Es una forma especial de pago que realiza un tercero que, si bien extingue la obligación con relación
al acreedor, convierte a quien paga en acreedor del originario deudor. Ese solvens se coloca como
acreedor del deudor subrogado.
Antecedentes
En el derecho romano aparece con el “beneficio de cesión de acciones” por el cual los que están
obligados con otros (codeudores), o por otros (fiadores) pueden pedir al acreedor la transmisión del
crédito, antes de pagar; si el acreedor se niega a ello y reclama el cumplimiento, los deudores
pueden oponer la excepción del beneficium mediante la exceptio doli.
La succesio in locum creditoris (sucesión en lugar del acreedor), se daba a favor de un tercero que
paga al acreedor hipotecario y se coloca en lugar de aquel, sin que sea necesaria manifestación de
voluntad alguna.
METODOLOGIA
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El CC argentino lo trata como un mero capítulo del pago, pero en la nota al art. 767 hace notar los
efectos de la subrogación y se alude a una de las concepciones sobre la naturaleza de la figura.
Nota al art. 767. La subrogación es, en verdad, una ficción jurídica admitida o establecida por la ley
en virtud de la cual, una obligación extinguida por medio del pago efectuado por un tercero, o por el
deudor con los dineros que un tercero le ha dado a ese efecto, es considerada como que continúa
subsistiendo a beneficio de este tercero, que está autorizado para hacer valer en la medida de lo que
ha desembolsado, los derechos y acciones del antiguo acreedor.
NATURALEZA JURÍDICA
Existen tesis extremas que van desde considerarlo un verdadero pago hasta verlo como una manera
de transmisión del crédito, además de las posturas intermedias.
a) ficción legal;
b) doble operación;
La primera es la que la ficción estaría dada en que, por un lado, con el pago se extingue la
obligación, pero, por otro, se mantiene a favor del tercero que pagó.(Aubry y Rau).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Se ha sostenido que constituye una doble operación, ya que con el acreedor hay un verdadero pago,
y con relación al deudor, se produce una transmisión del crédito que inviste al tercero en el nuevo
acreedor (Demolombe, Llambías).
Se ha intentado asimilar a la figura con la cesión de créditos, ya que los efectos son semejantes. La
idea es seguida por los autores germanos (Enneccerus-Lehmann, Von Tuhr, Larenz, Medicus). De
conformidad a lo que el mismo Código Civil legisla (arts. 1434 y ss.) sobre la cesión de créditos, es
posible observar las importantes diferencias entre ambas figuras.
También se indica que la extinción de la obligación es relativa en virtud de que este tipo de
cumplimiento no concluye con la relación jurídica (Hartmann), si bien se satisface el interés del
acreedor, pero restan otros fines a cumplir, como el reembolso al tercero y la liberación posterior del
deudor.
Y, por último, la mayoría de los autores sostiene que es una sucesión del crédito a título singular
(Borda, López Cabana, Alferillo, Trigo Represas, Cazeaux, Lafaille, Brebbia, Pascual Estivil y Rubio
Garrido). Aquellos que a su vez consideran que el cumplimiento por tercero no es un verdadero
pago, se identifican en esta corriente. El acreedor resulta satisfecho, pero la deuda resta íntegra
sobre el deudor; el principal efecto se brinda mediante la transferencia a título singular de la parte
activa de la obligación.
Para esta idea, en el pago con subrogación nunca hay extinción de la obligación, y sólo se transmite
el derecho creditorio.
La mayoría de la doctrina argentina entiende que el pago con subrogación no es más que una forma
de transmisión del crédito a título singular. Tiene diferencias con la cesión, y siempre opera un
cambio en la figura del acreedor, restando inmutable la obligación. Nada se modifica para el deudor.
Sólo cambia la titularidad del derecho a la prestación.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
CLASES
Subrogación convencional: a instancias del acreedor (art. 769) o del deudor (art. 770)
Art. 769 La subrogación convencional tiene lugar, cuando el acreedor recibe el pago de un tercero, y
le transmite expresamente todos sus derechos respecto de la deuda. En tal caso, la subrogación
será regida por las disposiciones sobre la "cesión de derechos".
Es un supuesto muy especial en el cual el acreedor originario recibe el dinero de un tercero, sea
interesado o no, y por su voluntad lo subroga en el crédito, mediante una transferencia voluntaria.
Poco importa la actitud del deudor, ya que sea mediante su asentimiento, ignorancia o contra su
voluntad, el derecho igualmente se transfiere. Para que produzca efectos respecto de terceros,
resulta imprescindible notificar al deudor o la aceptación por parte de este.
Requisitos
Para que se produzca la subrogación convencional por el acreedor, aun cuando la ley no lo exija, es
necesario:
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
a) que la voluntad se manifieste en forma expresa, y
b) que se lo indique con anterioridad (oportunidad) al momento del cumplimiento, o en el mismo acto
del pago.
Estas condiciones se encuentran previstas en el artículo 1250, inciso 2º del Code Civil francés.
La última parte del artículo indica que la subrogación convencional efectuada por el acreedor "será
regida por las disposiciones de la cesión de derechos". Y sobre ello se han sostenido dos corrientes
de opinión:
Algunos autores entienden que deben aplicarse todas las normas que el Código tiene para el
contrato de "cesión de créditos", asimilando este tipo de subrogación a esa figura, en cambio, el
resto de la doctrina entiende acertadamente que las disposiciones sobre la cesión de derechos (o de
créditos) son de utilización subsidiaria y no alteran las normas particulares, como, por ejemplo, lo
dispuesto en los artículos 771 y 772.
La subrogación por el acreedor al tercero que le realizó el pago no puede ser hecha con
posterioridad a ese acto, debe ser hecha siempre con anterioridad.
Condiciones de forma
Para la apreciación de las formas de la cesión convencional por el acreedor, debe tenerse en cuenta
lo dispuesto en el contrato de cesión de créditos. Su omisión trae aparejada la nulidad del acto.
Art. 770 La subrogación convencional puede hacerse también por el deudor, cuando paga la deuda
de una suma de dinero, con otra cantidad que ha tomado prestada, y subroga al prestamista en los
derechos y acciones del acreedor primitivo.
Es una situación anómala que tiene antecedentes en el antiguo Derecho francés y ha sido receptada
en casi todos los códigos del mundo.
El deudor toma la iniciativa y paga su propia deuda, con fondos que le facilita un tercero prestamista,
a quien va a favorecer subrogándolo en lugar de su acreedor. No es necesario el consentimiento del
acreedor.
Requisitos
b) que la subrogación se haga mediante instrumento público o privado de fecha cierta, porque ello le
sirve al prestamista para oponerla a otros acreedores, y
Además, es necesario para poder oponer el pago a otros acreedores, que el instrumento donde
conste el mismo sea público o privado de fecha cierta. Además se deberá acreditar que los fondos
con los que se pagó provienen del tercero subrogado.
Estos requisitos son importantes, ya que con ellos se intenta evitar el posible fraude cuando el
deudor pague con dineros propios, e incluya a un tercero – que obra en conciliación fraudulenta – en
el grado de prioridad del acreedor desinteresado.
SUBROGACION LEGAL
Art 768. La subrogación tiene lugar sin dependencia de la cesión expresa del acreedor a favor:
2. Del que paga una deuda a que estaba obligado con otros o por otros.
3.Del tercero no interesado que hace el pago, consintiéndolo tácita o expresamente el deudor, o
ignorándolo.
4.Del que adquirió un inmueble, y paga al acreedor que tuviese hipoteca sobre el mismo inmueble.
5.Del heredero que admitió la herencia con beneficio de inventario, y paga con sus propios fondos la
deuda de la misma.
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Principio general
Sin diferenciar entre la subrogación convencional o legal, el enunciado del artículo dispone que el
efecto principal es el de la transmisión a favor del tercero de todos "los derechos, acciones y
garantías del antiguo acreedor".
Como la propia denominación lo indica (subrogación) el solvens queda en lugar del originario
acreedor, y el deudor pasa a tener un nuevo acreedor.
En cuanto a "todos los derechos" significa que las prerrogativas y situación jurídica anterior se
traspasan al nuevo acreedor; así: los privilegios, el continuar percibiendo intereses compensatorios,
beneficiarse con la garantía de evicción o la de los vicios redhibitorios, etc.
También se mencionan a "las acciones", y al igual que en el supuesto anterior, el solvens puede
promover las que hacen al ejercicio de los derechos, como: la de rescisión, la resolución, la pauliana
o revocatoria y, por ende, la acción principal o de cumplimiento de la obligación.
Las garantías de que gozaba el primitivo acreedor que le facilitaban el cobro del crédito, también se
trasladan; de esa manera el nuevo pretensor puede beneficiarse con una hipoteca, prenda, fianza
personal, etc.
Inciso 1º Pago de un acreedor a otro que le es preferente: cuando uno de los acreedores hace
efectivo el pago a otro acreedor que tiene un grado mayor de preferencia para el cobro, y la ley lo
pone en lugar de quien recibe la prestación. Como ejemplo, quien paga su propio abogado en el
juicio y luego subrogándose, acciona contra los deudores por las costas.
Inciso 2ª Deudor que paga una deuda a la que estaba obligado con otros o por otros: ya sea en
obligaciones solidarias o indivisibles. Si uno de los deudores paga la totalidad, desinteresa al
acreedor y pasa a ser él acreedor de los restantes deudores.
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Inciso 3º. Pago por tercero no interesado: el pago de este tercero, lo subroga en el crédito cuando el
deudor consiente o ignora el cumplimiento, aún contra su voluntad. El solvens tendrá distintas
acciones según sean las circunstancias como pagó.
Inciso 4º. Adquirente de un inmueble hipotecado que paga al acreedor: suponiendo que el inmueble
tiene sobre sí, más de una hipoteca, que quien adquiere hace el pago a un acreedor con prioridad, y
en ese caso que otro solicite la enajenación judicial forzosa, la subrogación le coloca en mejor grado
para percibir el crédito. Una vez pagada la hipoteca, le cobrará al acreedor original.
Inciso 5º. Heredero que acepta la herencia con beneficio de inventario: Si el heredero aceptante, con
fondos propios paga una deuda del sucesorio. Ello lo coloca en lugar del acreedor y pasa a investir
ese carácter.
EFECTOS
Los efectos subrogatorios del pago hecho por el tercero se producen en forma plena y perfecta, sin
necesidad de otros actos.
Importe
Si el tercero satisfizo el interés y desinteresó al acreedor pagándole una suma de un importe menor
a lo adeudado, sólo tiene acción contra el deudor por lo efectivamente abonado.
Intereses
Si el crédito que pagó el tercero devengaba intereses compensatorios, éste tiene derecho a
reclamarlos del deudor, pero solamente desde que efectivamente hizo efectiva la obligación.
Privilegios
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El pago con subrogación le transfiere, al tercero que paga, todas las garantías y especialmente el
privilegio que tenía el crédito.
Acciones
El tercero que paga, por efectos de la subrogación, puede continuar el juicio iniciado por el acreedor
o "promover una acción revocatoria o pauliana", o solicitar un embargo sobre los bienes del deudor.
Prescripción
La prescripción de la acción comienza a correr a partir de que la acción originaria se hizo exigible; en
nada se modifica por el pago con subrogación.
SUBROGACIÓN PARCIAL
Ante la insuficiencia de bienes del deudor para afrontar los dos créditos, ambos pretendientes a la
percepción concurren con igual derecho y en forma proporcional a la parte que les corresponde.
Similar situación a la cesión parcial de créditos.
En el pago con subrogación sólo se transmite a favor del subrogante el importe efectivamente
pagado, mientras que en la cesión, onerosa o gratuita, el cesionario recibe la totalidad del crédito
objeto del negocio.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Hay otras diferencias, como que el pago con subrogación puede ser convencional o legal, y no se
garantiza la evicción; en cambio, la cesión de créditos es siempre convencional y se garantiza la
evicción; en la onerosa se responde por la existencia y legitimidad del crédito y es siempre necesaria
la conformidad del acreedor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La mora del acreedor sucede cuando este omite cumplir los deberes de colaboración impidiendo el
cumplimiento en tiempo por parte del deudor.
Es la propia conducta del acreedor la que hace retardar la efectivización de la prestación o la impide,
ya sea por no aceptarla o por no obrar de conformidad a los principios de buena fe y participar en el
cumplimiento.
Si bien el estado de morosidad del acreedor no se encuentra definido en el CC, Vélez, en la nota al
art. 509 hace expresa referencia:
... El acreedor se encuentra en mora toda vez que por un hecho o por una omisión culpable, hace
imposible o impide la ejecución de la obligación, por ejemplo, rehusando aceptar la prestación
debida en el lugar y tiempo oportuno, no encontrándose en el lugar convenido para la ejecución o
rehusando concurrir a los actos indispensables para la ejecución, como la medida o el peso de los
objetos que se deban entregar, o la liquidación de un crédito no líquido....
Fundamento
Está dado por el incumplimiento de los deberes de cooperación que se exigen a ambas partes de la
obligación, y el acreedor no queda exento de esto. Está ligado a la buena fe negocial.
Las análogas de la mora del deudor. Hay que constituir en mora al acreedor, hay que interpelarlo y
hacerle una oferta real de pago. A su vez el deudor no debe estar en mora.
Requisitos
• Existencia de obligación válida en estado de efectivización
• Oferta real de cumplimiento
• Conducta culposa del acreedor 162
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Obligación válida que se encuentre vencida y en estado de efectivización. Así, si hubiese estado
sometida a una condición suspensiva, que ésta se hubiese cumplido (art. 528 y 545), o si se trata de
un plazo inicial, que haya perecido (art. 566).
Oferta real: Significa que el deudor debe hacer saber fehaciente y materialmente su voluntad de
cumplir. Es necesario que ofrezca la prestación de manera idéntica a la que se obligó, al igual que el
lugar (domicilio del deudor), tiempo y forma de pago. El camino para entregar debe ser poniendo la
cosa a disposición del acreedor mediante hechos concretos y notorios, no bastando una intimación
formal.
Cuando de trate de obligaciones facultativas, donde el acreedor debe efectuar una elección, una
opción, o concurrir al domicilio del deudor a cobrar, o efectuar una liquidación, el deudor debe intimar
y realizar todas las tareas que estén a su alcance para lograr el cumplimiento.
Culpa del acreedor: para que le sea imputable su comportamiento debe ser culpable, y esa culpa
emerge de su propia conducta, por no contribuir a la liberación del deudor y omitir los deberes que la
ley le impone.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
• Daños y perjuicios
• Posibilidad de pago por consignación
• Cese de los intereses
• Transferencia de los riesgos
• Conclusión de la mora del deudor.
Daños y perjuicios
Rigen los principios sobre responsabilidad civil. Si el acreedor con su comportamiento le ocasiona
daños al deudor debe afrontar el resarcimiento correspondiente.
Producida la mora del acreedor, el deudor se mantiene en una especie de interinidad, pues no
cumplió, y por lo tanto no se liberó. El haber constituido en mora al acreedor le abre la vía para
pagar por consignación y así concluir la relación jurídica.
Con la mora del acreedor cesa el curso de los intereses que debía pagar el deudor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Los riesgos de la cosa, la pérdida, el deterioro por caso fortuito o fuerza mayor, quedan a cargo
exclusivo del acreedor moroso.
El acreedor no puede negarse a la recepción de la prestación, aún cuando el deudor sea moroso,
pues este puede válidamente pagar siempre que cumpla con los requisitos del pago. Ello lleva a que
mediante la mora del acreedor, el deudor hace cesar su estado jurídico de incumplimiento imputable.
CESACIÓN
Concluye el estado de mora del accipiens cuando el mismo acreedor acepta la prestación, pues
desiste de su actitud reticente o bien presta la colaboración necesaria para que el deudor pueda
cumplir.
También concluye si el mismo deudor renuncia a mantener ese estado o acuerda con el acreedor
postergar o modificar el cumplimiento.
En la relación jurídica obligacional, el deudor es quien carga con la mayor parte de los deberes, pero
como contraparte, tiene derechos que le permiten hacer efectiva la obligación. El CC en el art. 505 in
fine, establece expresamente el derecho del deudor a obtener su liberación.
Cuando el deudor, actuando diligentemente, se ve imposibilitado de cumplir por razones que le son
ajenas, no se justifica que mantenga la relación indefinidamente.
El pago por consignación es una forma de concretar la llamada “liberación coactiva del deudor”, ya
que éste puede llegar a cumplir la prestación utilizando los órganos judiciales.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Es por esto que a la oferta real de pago, le sigue el pago mediante vía judicial o por consignación.
La consignación es procedente en las obligaciones de dar, pues en las de hacer, donde es necesaria
la colaboración del acreedor, se concluye mediante resolución. En las obligaciones de no hacer no
hay necesidad de colaboración del acreedor, por lo cual esta vía no es procedente.
Concepto y método
Se ubica dentro de ls modalidades del pago. En el derecho francés y español se lo vincula con la
previa oferta real.
El art. 756 dice “Págase por consignación, haciéndose depósito judicial de la suma que se debe”.
De ahí que se lo podría definir como un pago mediante la intervención de la justicia, o un pago
judicial.
Caracteres
• Excepcional
• Facultativo
• Judicial
Excepcional: lo normal y corriente es que el deudor le pague a su acreedor. Tener que recurrir a los
estrados judiciales para cumplir es la excepción y no la regla.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Facultativo: el deudor puede usar o no este medio de liberación. Es algo redundante, ya que es una
característica que comparte con todos los derechos.
Judicial: siempre se realiza mediante un proceso judicial contencioso. No existe otro tipo de
consignación en pago que no sea mediante juicio contradictorio. Los depósitos realizados ante un
notario, en oficinas públicas o ante un tercero, no son ni se asimilan a una consignación. Los lugares
para el depósito serán las sucursales autorizadas del Banco de la Nación Argentina, Bancos
Provinciales, Banco de la Ciudad, dependiendo el caso.
Requisitos
Existencia de una obligación: una obligación a cumplir. Por ello no cualquier depósito judicial
significa una consignación, sino solamente aquel que tiene como destino el cumplimiento de un
ligamen obligacional previo.
Cumplimentar los recaudos necesarios para el objeto del pago: previsto en el art. 758 CC. Debe
haber concurrencia de sujetos, objeto, tiempo, modo y lugar.
Todos quienes puedan pagar, pueden consignar. El deudor y los terceros interesados son los que se
encuentran en esa situación. Los terceros no interesados también están legitimados, salvo oposición
del acreedor y el deudor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Quien consigne debe tener capacidad suficiente para pagar y para estar en juicio civil.
La legitimación pasiva está dada por el acreedor, por lo que la consignación debe promoverse contra
éste.
El objeto de la consignación debe reunir los requisitos de identidad e integridad. El acreedor no está
obligado a recibir una cosa diferente, ni entregas parciales o menores a lo prometido. (capital e
intereses si correspondieren, o la totalidad de los arriendos adeudados, o los daños moratorios, etc)
El lugar: por regla general es donde el deudor debía pagar. Además, el juez de ese lugar será el
competente para entender en la cuestión.
Imposibilidad de realizar un pago válido: si el deudor que quiere cumplir y liberarse de su obligación
tuviere dificultades para realizar un pago que lo llevara a lograr esos fines, puede tomar el camino de
la consignación.
El art. 757 hace una ejemplificación de casos en los que se puede pagar por consignación:
2. Cuando el acreedor fuese incapaz de recibir el pago al tiempo que el deudor quisiere hacerlo.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
4. Cuando fuese dudoso el derecho del acreedor a recibir el pago, y concurrieren otras personas a
exigirlo del deudor, o cuando el acreedor fuese desconocido.
5. Cuando la deuda fuese embargada o retenida en poder del deudor, y éste quisiera exonerarse del
depósito.
7. Cuando el deudor del precio de inmuebles adquiridos por él, quisiera redimir las hipotecas con
que se hallasen gravados.
Depósito.
Antes de la demanda judicial, el consignante debe efectuar el depósito de la suma de dinero, sólo en
los bancos autorizados a recibirlos.
Este depósito debe tener alguna forma propia o requisitos que lo van a caracterizar como tal y hacen
viable la consignación
De la boleta que el banco entrega surgirán la fecha, el importe, el nombre y el domicilio del
depositante; el nombre del acreedor o carátula del juicio, a la orden de qué juez queda hecho y el
carácter con que se hace.
Una de las copias de dichas boletas deberá adjuntarse a la demanda como prueba y constancia de
haber efectuado el depósito.
Debe ser hecho a iniciativa del deudor con animus solvendi, con la intención de cancelar su deuda y
concluir la obligación.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Entre el depositante y el banco depositario se establece una relación bilateral asimilable al contrato
de depósito, sólo que está dirigida a un tercero (acreedor).
Entre el depositante y el acreedor. Es una relación unilateral, pues configura una especie de oferta
donde el deudor o el tercero que promueve la consignación manifiesta su voluntad para que el otro
acepte o no. Mediante ese acto no hay transmisión dominial de lo depositado que
momentáneamente queda en patrimonio de quien deposita.
Juicio de consignación
Presentada la demanda, el juez ordenará que se corra traslado al demandado por el término que
corresponda para que la conteste y comparezca a estar a derecho bajo apercibimiento de decretar
su rebeldía.
El deudor puede retirar el depósito y para ello debe desistir de la pretensión procesal. Si lo hace
antes del traslado de la demanda, no le acarreará ninguna consecuencia, pero si lo hace después de
trabada la litis, aún cuando el acreedor no acepte el depósito, el demandante cargará con las costas
del juicio.
El desistimiento hará volver las cosas tal como estaban antes del proceso.
No impugnar la consignación, allanarse a la demanda y pedir el retiro del depósito haciéndose cargo
por las costas.
Puede oponerse a la procedencia de la pretensión del actor y pedir el retiro del depósito por
considerar que la suma depositada es la correcta, pero que no corresponde soportar las costas del
juicio. En tal caso quedará en discusión a quien corresponde soportar las costas del juicio.
El concurso del deudor no altera la situación siempre que el depósito se hubiere realizado antes de
la declaración de falencia. El deudor queda desapoderado y el síndico, como representante de la
masa y funcionario de la quiebra, deberá, con la autorización judicial correspondiente, decidir si
prosigue con la consignación o solicita el retiro del depósito. Los fondos depositados pueden ser
embargados. El embargo es siempre resultado de una orden judicial que individualiza e inmoviliza al
bien y tiende a la protección y garantía del crédito.
EMBARGO DEL DEPOSITANTE: Para que el deudor pueda conseguir el embargo de los mismos
fondos por él depositados, tendrá que promover otro juicio contra el acreedor por un crédito que
tenga contra él y allí solicitar la medida precautoria. Ese embargo sólo surtirá efectos cuando la
sentencia haga lugar a la procedencia de la demanda, o el acreedor acepte el depósito.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En un juicio ordinario, los pasos a seguir son: Demanda, contestación de la demanda, presentación
de pruebas y sentencia.
Hay gene que sabe que va a ser demandada, entonces inicia por otro lado un juicio de pago por
consignación para lograr complicar la situación y sacar algún provecho
El proceso de pago por consignación puede tener efectos sobre otros juicios en que intervienen las
mismas partes y tienen conexidad causal. Por ejemplo, cuando el deudor promueve la consignación
mientras en otro juzgado, el acreedor reclama el cumplimiento de esa misma obligación.
Efectos:
Hay que distinguir el supuesto en que no es impugnada por el acreedor, del que resulta rechazada
por el acreedor.
Si la consignación fue impugnada por el acreedor: se ha entendido que el efecto se produce dese
que se realiza el depósito de la suma dineraria. Cuando el demandado formula oposición será
necesaria la sentencia judicial que declare procedente la consignación y válido el pago. El art. 759
parte 2 establece que si fuese impugnada, por no tener todas las condiciones debidas, surte los
efectos del pago, desde el día de la sentencia que la declare legal.
GASTOS Y COSTAS
¿quién debe afrontar los gastos y costas que origina el proceso de consignación?
El art. 760CC dice que quien pierde es el obligado. Dice que son a cargo del acreedor si no impugna
o es vencido en la impugnación que hizo, y recaen sobre el deudor si retira el depósito, o la
consignación es ilegal.
El Cód de procedimiento organiza el sistema de otra forma. Los jueces pueden eximir de costas al
vencido si encontraren mérito como el allanamiento o la falta de morosidad, permitiendo repartir las
cargas.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Cuando se adeudan cosas ciertas, o mejor dicho, la obligación sea de dar cosas ciertas, el CC
regula la manera de efectuar el pago por consignación y distingue las cosas que se encuentran en el
lugar donde deben entregarse, de la que no lo están.
En el caso de que las cosas se encuentren en el lugar donde deben entregarse, el art. 764 CC
determina que el obligado debe hacer una intimación judicial al acreedor para que reciba la cosa, y
ello surtirá los efectos de la consignación. A partir de la intimación hay que asimilar al deudor a una
especie de “depositario” especial por el régimen del CC. Como consecuencia de ello hay traslación
de los riesgos. El acreedor deberá hacerse cargo de los gastos y daños que cause la tenencia
material de la cosa y el deudor sigue obligado a la entrega. Ante la negativa, el deudor puede
efectuar el depósito en un lugar adecuado donde quedarán a disposición del juez competente.
Si las cosas se hallan en un lugar distinto al del pago, el art. 765 establece que el deudor debe
hacerse cargo del traslado y continuar con el trámite como lo dispone el art. 764. el deudor que se
encuentra obligado a pagar en determinado lugar debe tenerla cosa en dicho lugar.
Si se trata de cosas inmuebles, algunos fallos han aceptado una especie de consignación ficta
mediante el depósito de las llaves y la escritura en la sede del juzgado.
La ley prevé el caso en que la elección le corresponda al acreedor y dispone que el deudor deba
intimarlo judicialmente para que realice dicho acto. En caso de negativa, el mismo deudor debe pedir
autorización judicial para elegir. Después debe volver a intimar.
Si la elección le corresponde al deudor, deberá elegir y hacerlo saber al acreedor juntamente con la
intimación para que reciba el pago.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Cuando las letras de cambio, o los pagarés, no son presentados para el cobro, el decreto ley
5965/63 dispone de un procedimiento que establece que el deudor originario de la obligación
(girado) tiene la facultad de depositar el importe adeudado ante la autoridad judicial competente. Con
esto hace cesar el curso de los intereses, los riesgos se trasladan al acreedor y no se promueve
juicio contencioso.
El reconocimiento es un acto por el cual una persona admite estar obligada, o que otro es titular de
un derecho real.
Art. 718. El reconocimiento de una obligación es la declaración por la cual una persona reconoce
que está sometida a una obligación respecto de otra persona.
Según la doctrina, el reconocimiento de la obligación es un acto jurídico por el cual alguien admite
ser deudor con respecto a otra persona.
La figura del reconocimiento de la obligación es útil en los casos en que se ha perdido el instrumento
original de la obligación o en el supuesto en que se halla próximo el cumplimiento del término de la
prescripción, actuando como una interrupción.
Antecedentes
El reconocimiento tiene sus antecedentes históricos en el antiguo derecho francés, en los desarrollos
de Demoulin y Pothier.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Demoulin aplicó la teoría canonista de la “confirmación” a la renovación de las investiduras dadas
por los señores feudales a los siervos, como una confesión de obligación de los siervos hacia los
señores, como plena prueba.
Con conocimiento de causa, que era irrefrenable, eximiendo de presentar el título original. El
príncipe confirmaba y perfeccionaba el acto.
Pothier extendió los efectos de la confirmación a todos los títulos de reconocimiento, y diferenció
entre 2 formas de reconocimiento: ex certa ciencia donde el título original releva al acreedor de la
prueba de la obligación primitiva, pudiendo exigir el cumplimiento al deudor o a sus sucesores.
Ex forma communii, donde sólo confirma el original si es verdadero, pero no prueba su existencia y
el acreedor debe presentar el título primordial.
DERECHO COMPARADO
Derecho francés
Derecho alemán
Derecho argentino
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Especial: que reproduce la sustancia del título primitivo, prueba por sí, y excusa en caso de pérdida
o extravío del original de la obligación de presentarlo. Se reconoce todo. Los efectos surgen desde el
comienzo de la obligación reconocida.
Común: no contiene la esencia del acto, no lo reemplaza ni prueba por sí mismo. Los efectos surgen
a partir de este reconocimiento.
En el derecho alemán, el reconocimiento de deuda es considerado como acto abstracto y por ello
queda independizado y tiene pleno valor por sí.
Conforme a este régimen, al acreedor le basta con fundar su reclamo en la promesa abstracta de
deuda.
Existen 2 opiniones
Según el art. 719 (sujeto a todas las condiciones y formalidades de los actos jurídicos) se trata de un
acto jurídico negocial, ya que el que reconoce busca como fin inmediato producir consecuencias
jurídicas (art. 944). La mayoría de la doctrina apoya esta tesis.
La opinión minoritaria dice que es un simple hecho jurídico (no un acto) cuando obra como causa de
interrupción de la prescripción, y un acto jurídico en los casos de reconocimiento expreso.
Para la doctrina moderna es una declaración de certeza (ciencia), ya que se reconoce una situación
anterior.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
CLASES
Art. 720. El reconocimiento puede hacerse por actos entre vivos o por disposición de última voluntad,
por instrumentos públicos o por instrumentos privados, y puede ser expreso o tácito.
En realidad, la única clasificación que tiene trascendencia e importancia práctica es la que distingue
entre reconocimiento expreso o tácito.
El reconocimiento expreso está previsto en el art. 722 “El acto del reconocimiento debe contener la
causa de la obligación original, su importancia, y el tiempo en que fue contraída”. Si no se consignan
dichos requisitos las opiniones se dividen entre los que opinan que el acto es nulo, anulable, o que
sólo produce dificultad probatoria.
Para reconocer expresamente, el sujeto debe ser capaz de obligarse y manifestar su voluntad sin
vicio alguno (error, dolo, violencia) que la haga ineficaz.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Teniendo en cuenta el texto del at. 723, el reconocimiento sólo es un medio probatorio sin autonomía
y siempre referido a una obligación anterior.
Si ese reconocimiento agrava la obligación original, o la modifica en perjuicio del deudor, debe
estarse siempre al título original. O sea, cuando ambos títulos son iguales no hay dificultad. En caso
de diferencia prevalece el original por el principio del favor debitoris. Como excepción, cuando por el
reconocimiento se produce una novación, ahí puede estarse al título nuevo.
El acto de reconocimiento es un medio probatorio de la obligación: quien mejor que el propio deudor
para declarar que debe. El acreedor podrá alegar la teoría de los propios actos en el proceso.
Art. 3989. La prescripción es interrumpida por el reconocimiento, expreso o tácito, que el deudor o el
poseedor hace del derecho de aquél contra quien prescribía.
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180
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Civiles
Por el
Vínculo
Naturales
Puras y Simples
Por la Suspensiva
Modalidad • Condicionales
Modales • A plazo
• Con cargo
Cosas Ciertas
No Fungibles
De Dar Cosas Inciertas
Fungibles
Sumas de dinero
Según su
Naturaleza
De Hacer
De No Hacer
Por el Objeto
o Prestación Objeto Continuo
Según su Alternativas
Complejidad
Objeto Disyunto
Facultativas
De Resultado
Según su
Finalidad
De Medio
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
De Sujeto
Simple
Por el
Sujeto
Disyunto
Según objeto
debido Indivisibles
Conjunto
Simplemente
Según forma de Mancomunadas
Obligarse
Solidarias
Principales
Por su
Interdependencia
Accesorias
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Legales
Por su Contractuales
Fuente
*Obligaciones de Dar cosas ciertas: Clases. Efectos comunes. Para constituir derechos reales:
Derecho romano, francés, alemán y nuestro Código Civil. Sistema legal anterior y posterior a la
reforma de la ley 17.711.Efectos: adquirentes sucesivos; riesgos, mejoras y frutos.
*Obligaciones de Dar cosas ciertas para restituir a su dueño: Promesa o transferencia de cosa
mueble e inmueble a un tercero. Efectos entren las partes: Mejoras, riesgos y frutos.-
*Obligaciones de dar cosas ciertas para transmitir el uso o la tenencia. Nuestro régimen legal
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CONCEPTO Y GRADOS
El CC intenta clasificar en al art. 495 al decir que las obligaciones son de dar, de hacer o de no
hacer.
Algunas, como las de dar cosas ciertas, las de hacer o las de no hacer, se encuentran determinadas
en su objeto ab initio. En cambio, existen otras que van identificándose a medida que transcurre la
vida da le relación jurídica, como las facultativas, las alternativas o las de dar cosas inciertas.
Esto significa que existe cierta gradación que va desde la total determinación desde el momento del
nacimiento (obligación determinada), a cierta indeterminación que hasta puede llegar al momento
mismo del cumplimiento (obligación indeterminada), como por ejemplo, entregar sumas de dinero.
Dar cosa cierta significa tener como objeto una cosa individualizada, precisa, concreta e infungible.
Tanto el acreedor como el deudor conocen desde el nacimiento de la obligación, qué es lo que
deberá entregarse. P.Ej. “me obligo a dar el automotor marca volkswagen, modelo bora, patente
FGH 079. Es ese vehículo y no otro. No es posible que el deudor pueda desobligarse e intentar la
entrega de otro vehículo.
En el caso de un automóvil 0km, será primero una obligación de dar cantidad de cosas porque
puede ser cualquier auto que responda a marca, modelo y color. Cuando se individualizó con N° de
chasis, motor, etc., será ese y no otro, y pasará a ser obligación de dar cosa cierta.
Las obligaciones de dar, según el art. 574 pueden tener como finalidades:
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Art. 574. La obligación de dar, es la que tiene por objeto la entrega de una cosa, mueble o inmueble,
con el fin de constituir sobre ella derechos reales, o de transferir solamente el uso o la tenencia, o de
restituirla a su dueño.
Por ejemplo, la obligación del locador de dar la cosa locada al locatario, y con respecto a la tenencia,
la obligación que asume el depositante en favor del depositario.
Restituir al dueño
Por ejemplo, devolver la cosa locada que toma el locatario al vencimiento del término contractual.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Deberes comunes
Conservación
Entrega
Anexar lo accesorio
Conservación
El deber, a cargo del deudor, de conservar la cosa debida resulta implícitamente del art. 576 que lo
responsabiliza "por falta de las diligencias necesarias para la entrega de la cosa". Si el deudor es
responsable por esa omisión de diligencias, es indudable que el contenido de su deber de prestar se
refería a la conservación de la cosa.
Por lo demás, el contrato de compraventa, que es la causa más frecuente de esta clase de
obligaciones, impone al vendedor o deudor el deber de conservar la cosa "tal como se hallaba el día
del contrato" (art. 1408). He ahí una norma que puede ser generalizada por analogía a toda hipótesis
de obligación de dar cosa cierta.
Entrega
El deudor deberá entregar la cosa al acreedor en el lugar y tiempo propio. Lo expresa el art. 576 en
los siguientes términos: "El deudor de la obligación es responsable al acreedor, de los perjuicios e
intereses, por falta de las diligencias necesarias para la entrega de la cosa en el lugar y tiempo
estipulados, o en el lugar y tiempo que el juez designare, cuando no hubiese estipulación expresa".
En suma, la entrega deberá efectuarse en el lugar y tiempo propio. Lo será, por lo pronto, el que
hubieren convenido acreedor y deudor. A falta de convención, aunque el precepto parece dejar el
punto a la discrecionalidad del juez, no hay tal, ya que el magistrado no puede apartarse de la
directiva señalada por el art. 747, cláusula 2ª, según la cual el lugar de pago es donde la cosa
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
estaba al tiempo de contraerse la obligación. Y en cuanto a la fecha de entrega de la cosa, siempre
a falta de convención al respecto, será la que el juez determine (conf. arts. 618 y 751 ), en función de
las circunstancias del caso .
No ha de pensarse, por el modo de la redacción del art. 576, que la única sanción aplicable al
deudor por falta de entrega de la cosa, sea la indemnización de daños y perjuicios. Siempre podrá el
acreedor recabar el cumplimiento específico de la obligación, mediante el auxilio de la fuerza
pública, que por orden del juez desapoderará al deudor de la cosa a fin de entregarla al acreedor .
Sólo cuando ello no sea factible, o la entrega ya no consulte el interés del acreedor, entrarán a jugar
las "indemnizaciones correspondientes" contempladas por el art. 505, inc. 3º, lo que no había
menester recalcar con relación a esta clase de obligaciones, como lo hace el art. 576 ,
impropiamente.
Anexar lo accesorio
En el art. 575 menciona la obligación de dar junto a lo principal, lo accesorio aunque esté
circunstancialmente separado en ese momento. Lo accesorio sigue la suerte de lo principal. Carece
de vida propia.
Deberes accesorios
Son los necesarios para que se pueda cumplir cabalmente con la obligación. El deudor deberá
prestar la suficiente colaboración. En el ejemplo de la venta de un auto, el vendedor no sólo deberá
hacer la efectiva entrega del mismo, sino que además deberá entregar el título y suscribir la
documentación necesaria para perfeccionar su inscripción registral.
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Cuando alguien se obliga a transmitir un derecho real a favor de otro, está permitiendo un cambio de
sujeto en la relación jurídica. El transmitente dispone del derecho. El adquirente es el sucesor del
acto de adquisición derivada y el derecho se recibe en la misma situación jurídica en la que se
encontraba anteriormente.
Art. 3270. Nadie puede transmitir a otro sobre un objeto, un derecho mejor o más extenso que el que
gozaba; y recíprocamente, nadie puede adquirir sobre un objeto un derecho mejor y más extenso
que el que tenía aquel de quien lo adquiere.
La obligación de dar una cosa cierta, con el fin de transferir sobre ella derechos reales, alcanza la
plenitud de su eficacia cuando se consuma la constitución del derecho real previsto. De aquí la
importancia de conocer en qué momento pasa el acreedor, mero titular de un derecho personal, a
convertirse en dueño de la cosa debida, o titular del respectivo derecho real, si no se tratara del
dominio.
"Antes de la tradición de la cosa, el acreedor no adquiere sobre ella ningún derecho real".
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Consagra el sistema de la tradición, por el cual es necesaria la entrega material de la cosa para que
pueda concluirse la constitución del derecho real. En Roma, la traditio se realizaba en las plazas
públicas ante la presencia de un escribano o testigo, con la finalidad de dar publicidad al acto y que
fuese por todos conocido.
La tradición resulta de actos materiales, no siendo suficiente para realizarla la mera declaración de la
voluntad, a ese respecto (conf. art. 2378). Empero, el principio no es absoluto, pues se admite la
tradición ficta en los supuestos de traditio brevi manu y de constituto posesorio, en los cuales la
tradición se tiene por cumplida sin necesidad de actos materiales relativos al desplazamiento de la
posesión.
Trigo Represas
Este sistema exigía la tradición, es decir, la entrega material de la cosa para consumar la
transferencia del dominio.
La constitución de derechos reales por actos entre vivos surgía de dos hechos generadores: uno, el
título, el acto jurídico de donde nace la obligación de entregar, y el otro, el modo, a través de la
tradición de la cosa. Cabe recordar que el Código Civil argentino en su artículo 2377 expresa que
"Habrá tradición, cuando una de las partes entregare voluntariamente una cosa, y la otra
voluntariamente la recibiese", entrega o recepción que puede darse instantáneamente o en
momentos distintos.
La tradición para los romanos constituía una forma de transmisión del derecho real y su publicidad.
190
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En un pueblo pequeño, la tradición o entrega de la cosa puede ser un modo de publicidad del
traspaso del derecho: todos se enteran de lo ocurrido, porque quien ha visto ese hecho lo comenta
en un medio social de escasas transacciones. Pero en la populosa ciudad de nuestro tiempo, la
tradición es un hecho que la sociedad ignora y que transcurre en la más rigurosa clandestinidad: es,
pues, todo lo contrario de un sistema de publicidad.
Por otra parte, la tradición es un hecho fugaz, que no deja rastros, y que discutido queda librado a
comprobaciones testimoniales dudosas. Es también un hecho equívoco, pues la entrega de la cosa
puede corresponder a la transmisión del dominio, a la desmembración de ese derecho por la
constitución de un usufructo o de un derecho de uso o habitación, o también de un derecho personal
originado en una locación, depósito, comodato, cesión, sublocación, etcétera.
Todo ello explica que el derecho moderno haya sustituido la tradición, como medio de transmisión de
los derechos sobre inmuebles y muebles valiosos e identificables, por la inscripción en registros
públicos.
DERECHO FRANCES
Es suficiente el acuerdo de partes (convención) para que se produzca la transmisión del derecho
real. Por ello se afirma que el acreedor es el titular del derecho, ya que la propiedad se traslada por
el simple consentimiento.
En el norte, se generalizaron las cláusulas declarativas que consistían en que alguien decía
despojarse de la propiedad y comenzar a tenerla otro. Con la codificación triunfó este principio para
la transmisión de un derecho real.
El sistema era deficitario ya que no se contemplaba el conocimiento que podían tener o no los
terceros de las diferentes transferencias del dominio de una cosa.
En el año 1855 se sancionó en Francia la ley que obligaba a inscribir en registros las modificaciones
en las hipotecas, y en 1955 se consagró el sistema de inscripción registral para todas las
modificaciones sobre los bienes inmuebles. No se registran los inmuebles sino las transacciones
efectuadas.
191
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Trigo Represas
El antiguo Derecho francés siguió el sistema romano de la tradición, pero la situación cambió con el
dictado del Código Civil francés, que preceptuó que la propiedad de los bienes "se adquiere y se
transmite [...] por el efecto de las obligaciones" (art. 711, Cód. francés), principio que recepta el 1138
del mismo Código, que dice que la obligación de entregar la cosa "es perfecta por el solo
consentimiento de las partes contratantes". Este sistema, basado en el acuerdo de voluntades para
la adquisición o transferencia del dominio, recibió duras críticas de los doctrinarios franceses, en
especial en las relaciones con terceros, que llevó a la introducción de posteriores reformas.
Actualmente, en el Derecho francés corresponde hacer una distinción: si se trata de bienes
inmuebles el derecho real se transmite por el consentimiento, cuyos efectos alcanzan a las partes y
terceros que conocieron el acto; pero con respecto a terceros, el acto produce efectos cuando se
realiza la inscripción registral, que es declarativa. Si se trata de bienes muebles: también es
consensualista entre partes, pero para que sea oponible a terceros es necesaria la tradición, ya que
la posesión vale por título (art. 2279, Cód. francés).
DERECHO ALEMAN
192
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
SISTEMA ARGENTINO
El CC argentino en su primera redacción, propone que tanto para los bienes muebles como para los
inmuebles, la constitución de derechos reales se perfecciona mediante la tradición. Así lo establece
el art. 577 cuando dice “antes de la tradición de la cosa, el acreedor no adquiere sobre ella ningún
derecho real”.
La tradición es el modo o forma para arribar al resultado y consiste siempre en “actos materiales de
entrega y recepción o adquisición”. La sola declaración de darse por desposeído el tradens, o de dar
el accipiens, no es suficiente.
El sistema instituido por Vélez tiene como objeto la publicidad y los efectos se dirigen a los terceros.
En varios artículos se aplica la tradición con respecto a la transmisión de derechos reales entre
vivos. Por ejemplo, derecho real de dominio, el usufructo, la prenda y en la anticresis.
En la época moderna, la tradición ha sido sustituida por los registros, especialmente en el caso de
los inmuebles.
Antes de 1968
En cada provincia y en la capital existían registros creados por leyes locales en ejercicio del poder
de policía. Se establecía que hasta tanto no se inscribieran las modificaciones de los derechos
reales, éstas no podían producir efectos con relación a terceros.
Reforma de 1968
La ley 17711 modificó el art. 2505 que quedó de la siguiente manera: “ la adquisición o transmisión
de derechos reales sobre inmuebles solamente se juzgará perfeccionada mediante la inscripción de
193
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
los respectivos títulos en los registros inmobiliarios de la jurisdicción que corresponda. Esas
adquisiciones o transmisiones no serán oponibles a terceros mientras no estén registradas”.
En nuestro derecho la inscripción se realiza para que produzca efectos con relación a terceros. Para
las partes es suficiente la escritura pública y la tradición.
Existen algunos bienes muebles registrables, por ejemplo automotores, embarcaciones, ganado
mayor, etc.
Es posible separar los efectos que se producen entre las partes (riesgos y mejoras) de los que se
producen con respecto a terceros (adquisiciones sucesivas o conflictos de adquirentes).
Adquirentes sucesivos
Se trata del supuesto en que alguien promete constituir un derecho real de dominio a favor de varias
personas. ¿Quién tendrá mejor derecho a la cosa?
Si hubo tradición: el conflicto queda resuelto según lo establecido en arts. 3269, 592 y 594, dándose
prioridad al acreedor de buena fe que recibió la tradición de la cosa.
En el caso de inmuebles, ¿qué sucede si un acreedor recibió la tradición pero otro acreedor inscribió
su título en el registro?
La solución pasa por la buena o mala fe. Se exige la buena fe. No interesa la fecha cierta de los
títulos. La mala fe consiste en el conocimiento que hubiere tenido el tercero de la obligación anterior
hecha por el deudor que prometió la misma cosa a varios acreedores.
El acreedor que alegue y pruebe la mala fe, puede reclamar la cosa con una acción de nulidad del
acto jurídico (ni acción pauliana ni reivindicatoria).
194
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si no hubo tradición: la cuestión se dirime por el principio prior in tempore potior in iure, ya que quien
acredite primero en el tiempo la promesa hecha por el deudor, tiene mejor derecho a la cosa. Si los
títulos son similares se priorizará al de fecha anterior. Si uno es un instrumento privado y el otro
público se le dará prioridad al que tenga fecha cierta anterior.
El
F e c h a c i e r t a e s a q ue l l a q u e o t o r g a c e r t e z a d e q u e e l i n s t r u m e n t o p r i v a d o y a e s t a b a f i r m a d o a l m o m e n t o acree
de su producción, o no pudo ser firmado después de su acaecimiento. dor
burla
do
Utilidad y efectos
que
• Esto se vincula fundamentalmente con el principio prior in tempore, potior in jure, aplicable en materia de derechos reales, y no
que significa que el primero en el tiempo es mejor en derecho.
• Pero también tiene trascendencia en materia de derechos personales. Tal el caso de colisión del derecho del cesionario de un pued
crédito con el del tercero embargante del cedente, situación que se dilucida según que la fecha cierta de la notificación de la
cesión al deudor cedido sea anterior o posterior a la traba del embargo. e
En este ejemplo se advierte claramente la importancia de la fecha cierta, porque —como en materia de instrumentos privados rige
prete
el principio de libertad de formas— nada obstaría a que el cedente, para intentar burlar la actividad de su acreedor embargante,
antedatase la notificación que efectuó al deudor cedido. De allí la necesidad de que esa fecha resulte indubitable. nder
la
cosa por haber sido transmitida a un acreedor anterior de buena fe tiene en su favor una acción por
daños y perjuicios contra el deudor.
Riesgos de la cosa
La regla que nos rige es la de que las cosas se pierden para su dueño (al contrario del derecho
romano).
destrucción material
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
pérdida o extravío
En ambos casos debe observarse la conducta del deudor, ya que dependerá de su medió culpa o no
para determinar quien soporta los riesgos.
Si hay pérdida, la obligación queda sin efecto y la obligación se extingue para ambas partes.
Si hay deterioro, el acreedor puede reclamar la disolución de la obligación o bien recibir la cosa
deteriorada con una disminución proporcional del precio.
Si hay pérdida, es responsable para con el acreedor al equivalente más los daños y perjuicios (art.
579).
Si hay deterioro, el art. 581 sostiene que el acreedor tiene un derecho a elegir entre una cosa
equivalente. Mas los daños y perjuicios, o recibir la cosa en el estado en que se encuentre con más
la indemnización.
Mejoras
Mejoras naturales
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El art. 582 establece que el deudor favorecido por el incremento, puede pretender un valor mayor,
pero a su vez permite que el acreedor deje sin efecto la obligación si no hay acuerdo sobre la
diferencia.
Mejoras artificiales
Utiles: resultan de provecho para cualquier poseedor de la cosa. Instalar el gas natural
Voluntarias o suntuarias: son de mero lujo o recreación. Sólo aprovechan a quien las hizo. Construir
una piscina.
Mejoras necesarias: si las hizo el acreedor, debe ser indemnizado por el deudor.
Frutos
Los frutos son definidos por Vélez como aquellos que la cosa produce regular y periódicamente sin
alteración ni disminución de su sustancia.
• Naturales
Existen 3 clases de frutos • Industriales
• Civiles
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Los civiles (art. 2330) son los salarios u honorarios o las rentas por el uso de una cosa.
Los frutos naturales y los industriales mientras se mantienen adheridos forman un todo con la cosa
fructífera y sólo se adquieren por percepción, por lo que se puede diferenciar entre frutos pendientes
y frutos percibidos.
El art. 583 establece que los frutos (naturales o civiles) que se hayan percibido antes de la tradición
pertenecen al deudor, y los pendientes le corresponden al acreedor.
A diferencia de lo anterior, aquí el dueño de la cosa es el acreedor, no obstante ello, los principios
que se aplican en caso de conflicto son similares a los ya vistos.
Los artículos 584 a 591 se ocupan de la obligación con la finalidad de restituir la cosa a su dueño,
comprendiendo:
c) sus frutos.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
A diferencia de los casos anteriores, aquí la solución es a la inversa, por aplicación del principio res
perit domino, donde el acreedor, por ser dueño de la cosa, es quien asume los riesgos por la pérdida
o deterioro de ella. (las cosas crecen, decrecen y perecen para su dueño).
Quien soporta aquí la pérdida fortuita de la cosa es su dueño, es decir, el acreedor. La solución
alcanza al deudor de buena fe, quedando disuelto el acto jurídico que dio origen a la obligación de
restituir, sin perjuicio de poder reclamar el acreedor los derechos que le correspondiere hasta el día
de la pérdida.
Cuando el deudor que debe restituir la cosa a su dueño la promete a un tercero, es necesario
distinguir si hizo o no la tradición, y cuál fue la conducta del tercero (buena o mala fe).
El art. 597 establece que si el deudor hizo la tradición de la cosa mueble, el propietario carece de
acción reivindicatoria contra los terceros poseedores de buena fe, si la cosa no fue robada ni
perdida.
Si se trata de cosas inmuebles, las controversias siempre se resuelven a favor del propietario titular
del dominio del bien.
199
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Art.599. Si la cosa fuere inmueble, el acreedor tendrá acción real contra terceros que sobre ella
hubieren aparentemente adquirido derechos reales, o que la tuvieren en su posesión por cualquier
contrato hecho con el deudor.
Todo conflicto entre el propietario de una cosa inmueble que procura su recuperación y otro
acreedor, carente del derecho real para oponerse al primero, se resuelve a favor del dueño de la
cosa. Cabe recordar que el art. 3270 establece: "Nadie puede transmitir a otro sobre un objeto, un
derecho mejor o más extenso que el que gozaba".
1) del dueño del inmueble con terceros que fueren titulares de derechos reales constituidos
(aparentes) por el deudor. Son aparentes por provenir de alguien que no tenía poder para
transmitirlos a un tercero, por no tenerlos, y
2) del dueño del inmueble con terceros a quienes el deudor hubiere hecho entrega de la posesión de
la cosa, donde el acto no sería apto para conceder la posesión a terceros, ya que el deudor que les
hizo la tradición carecía del derecho.
En ambos casos el dueño del inmueble tiene acción real contra esos terceros. Resulta irrelevante
aquí la buena fe del poseedor actual.
Como ejemplo tenemos el inquilino que enajena el inmueble locado a favor de un tercero
incumpliendo la obligación de restitución al dueño.
En este caso puede no resultar aplicable el art. 1051 CC in fine “…salvo los derechos de los terceros
adquirentes de buena fe a título oneroso, sea el acto nulo o anulable”.
200
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Mejoras
Naturales (aumentos)
Artificiales
1. Mejoras indemnizables
a) Mejoras y expensas necesarias: son siempre indemnizables, aunque se haya prohibido al deudor
su realización, sea de buena o mala fe, con fundamento en el enriquecimiento sin causa por parte
del acreedor.
No es recuperable una mejora antieconómica, que no guarde proporción con el valor de la cosa
conservada. Las expensas necesarias se rigen por el mismo argumento de las mejoras necesarias,
ya que el propietario es quien se beneficia por el pago realizado que mantiene la existencia de la
cosa y su conservación.
b) Mejoras útiles: son indemnizables al deudor de buena fe y siempre que no se le hubiere prohibido
efectuarlas. Llambías considera que fallando la buena fe-creencia del deudor sobre la legitimidad del
título por el que detenta la cosa y en la persuasión de estar habilitado para efectuar la mejora útil, o
mediando tal prohibición, caso particular de mala fe, no procede la indemnización. Aquí la buena fe
refiere a la creencia del deudor de poder realizar dicha mejora.
La mejora puede ser retirada por el deudor, si no deteriora la cosa, o ser pagada por el acreedor.
Si la mejora útil no fuese retirable, dará derecho al acreedor a solicitar su destrucción y reclamar por
los daños y perjuicios ocasionados.
2. Mejoras no indemnizables
a) Mejoras suntuarias o voluntarias: en ningún caso son indemnizables, sea el deudor de buena o
mala fe. Puede retirarlas si no daña la cosa, caso contrario, no.
b) Las mejoras útiles realizadas de mala fe: por los motivos antes expuestos.
201
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El art. 589 establece que el deudor debe "ser indemnizado del justo valor de las mejoras necesarias
o útiles, según la avaluación que se hiciere al tiempo de la restitución". Autores como Borda y Colmo
expresan que la norma debe interpretarse literalmente, por lo que las mejoras deben valuarse al
tiempo de la restitución, pagándose dicho importe.
Busso y Galli opinan que la indemnización no debe incluir lo invertido por el deudor, ni superar el
mayor valor que la cosa ha cobrado a raíz de la mejora, tomándose el menor valor por aplicación del
principio del enriquecimiento sin causa.
Riesgos
Si la pérdida o deterioro se produce sin culpa del deudor, el acreedor propietario debe soportar el
perjuicio (res perit domino).
Si la pérdida es por culpa del deudor, El deudor es responsable de los daños y perjuicios sufridos
por el acreedor, propietario de la cosa. Son aplicables los artículos 508, 511, 519 y 520.
Si se trata de deterioro con culpa nos remitimos a lo que dice el art. 581 “…el acreedor tendrá
derecho de exigir una cosa equivalente con indemnización de los perjuicios e intereses, o de recibir
la cosa en el estado en que se hallare, con indemnización de los perjuicios e intereses”.
Si hay deterioro existiendo mora, se responde por los daños aunque no tenga culpa.
202
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Frutos
Los frutos percibidos, naturales o civiles, pertenecen al deudor, poseedor de buena fe. El deudor que
hubiese poseído de mala fe, está obligado a restituir la cosa con los frutos percibidos y pendientes,
sin tener derecho a indemnización alguna.
El régimen del presente artículo es parecido al del 583, con la diferencia de que ese artículo refiere a
la tenencia de la cosa por el deudor, de buena o mala fe, para restituirla a su dueño.
Resulta impropio el término posesión, ya que el deudor no es un poseedor que reclama para sí el
derecho de propiedad de la cosa (ver arts. 2351 y 2352). El deudor es un mero tenedor de la cosa
con la obligación de restituirla a su dueño.
Para conocer a quién pertenecen los frutos debe tenerse en cuenta la buena o mala fe del deudor en
la tenencia de la cosa. La buena o mala fe refiere a la virtualidad del título del que surge la tenencia,
autorizando la percepción de los frutos.
El deudor, tenedor de buena fe, hace suyos los frutos, naturales, industriales o civiles percibidos
hasta el momento de la restitución de la cosa y debe los pendientes a ese momento.
En cambio, si el deudor hubiese "poseído" de mala fe la cosa, está obligado a restituirla con los
frutos percibidos y los pendientes, sin tener derecho a indemnización alguna. Debe también aquellos
que, por su negligencia, la cosa debió de producir, por remisión a los artículos 2438 y 2439.
La doctrina considera que debe reconocerse al deudor, de buena o mala fe, la recuperación de las
expensas realizadas para la producción de frutos, por aplicación del principio de enriquecimiento sin
causa.
203
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Estas obligaciones se pueden sintetizar en transmitir la tenencia, ya sea con o sin goce. Como
ejemplo de lo primero es la obligación del locador de cosas que se obliga a dar el uso y goce de
ellas al locatario, quien las recibe como mero tenedor.
El CC no da una regulación para estos casos pero los remite al contrato de arrendamiento (con
goce) y al depósito (sin goce).
"Antes de la tradición de la cosa, el acreedor no adquiere sobre ella ningún derecho real".
Art. 625. El obligado a hacer, o a prestar algún servicio, debe ejecutar el hecho en un tiempo propio,
y del modo en que fue la intención de las partes que el hecho se ejecutara. Si de otra manera lo
hiciere, se tendrá por no hecho, o podrá destruirse lo que fuese mal hecho.
204
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
A veces es difícil la diferenciación entre las obligaciones de dar y las de hacer, ya que rara vez
ambas existen en forma pura.
Como ejemplo tenemos el contrato de compraventa inmobiliaria, donde el enajenante se obliga a dar
la cosa y además a suscribir la correspondiente escritura de dominio, que es una obligación de
hacer.
El hecho debe ser cumplido en tiempo propio, de la manera que fue intención de las partes hacerlo,
y ninguna de ellas puede pretender sustituir ese objeto con una reparación dineraria. (art. 631)
En tiempo propio significa que debe hacerse en el plazo que las partes establecieron, ya sea
expreso o tácito.
Si la obligación es sin plazo o pura deberá ser cumplida ante el requerimiento del acreedor, o a
requerimiento del juez si el plazo es indeterminado.
En cuanto al modo, esto significa que la obligación debe cumplirse tal como fuera la intención de las
partes. Debe hacerse aplicación del principio de buena fe.
El deudor no puede sustituir la prestación prometida por el pago de los daños y perjuicios ya que no
es una obligación facultativa ni alternativa, y además es necesario cumplir con la identidad del pago.
205
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Incumplimiento
El art. 625 in fine establece que si el hecho se realiza de otra manera se tendrá por no hecho o
podrá destruirse lo que fuese mal hecho. Esto es así en el caso de que las diferencias sean muy
notables, caso contrario, no se aplica la disposición legal.
Prestaciones Fungibles
Clases
Prestaciones Infungibles
Prestaciones infungibles: son necesarias las cualidades personales del deudor para realizar el hacer,
objeto de la obligación (intuitu personae). El deudor es un elemento esencial de la obligación. Ej.
Contratar a un artista famoso para pintar un cuadro.
Prestaciones fungibles: no importa quien lleve a cabo la prestación. Puede ser hasta un tercero. Este
tipo de prestaciones constituyen la regla. Ej. Construcción de un muro, etc.
Obligaciones de No Hacer
Ejemplo de las obligaciones negativas ya que siempre consisten en abstenciones de actos o hechos
para los cuales se tiene aptitud personal y legal.
206
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Clases
Las convencionales (emergen del acuerdo de partes) o las legales (dadas por la ley)
Cumplimiento e incumplimiento
No hay responsabilidad del deudor ante el caso fortuito o la fuerza mayor (art. 632).
Obligaciones facultativas
Dentro de las obligaciones de dar cosas inciertas de objeto plural disyunto tenemos las obligaciones
facultativas y las alternativas.
En las facultativas el deudor debe una prestación principal, pero para cumplir puede cambiarla por
otra accesoria, según el art. 643 que dice
“ Obligación facultativa es la que no teniendo por objeto sino una sola prestación, da al deudor la
facultad de substituir esa prestación por otra.”
207
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Existe un solo objeto (prestación principal) y dan al deudor la facultad de liberarse cumpliendo otra
prestación (accesoria).
Estas obligaciones ya existían en el derecho romano. Puede mencionarse como antecedente el del
abandono noxal, por el cual cuando un esclavo cometía un ilícito, la víctima se hallaba dotada del
derecho de perseguirla (persecución que debía ser respetada por el amo, quien debía entregarlo a la
víctima), pero existía para el amo la facultad de evitar ello mediante el pago de una indemnización
por el daño sufrido.
Sin embargo esa antagonía no es tal, puesto que lo facultativo refiere a la posibilidad de sustitución
de un objeto por otro, y no a la facultad de pagar o no la obligación contraída. Por estas razones se
ha buscado alguna otra locución que defina con mayor justeza a esta clase de obligaciones,
proponiéndose otras denominaciones como: "obligaciones de pago facultativo", "obligaciones con
facultad de sustitución" u "obligaciones con facultad alternativa".
Objeto de la obligación
Pueden constituirse como objeto de las obligaciones facultativas la entrega de una cosa, una acción
positiva (la ejecución de un hecho) o una acción negativa (la no ejecución de un hecho). Por otra
parte, la facultad sustitutiva puede recaer en las circunstancias y modalidades de la ejecución de un
acto o comprometer resultados y medios respectivamente.
Esto se condice con las normas que regulan las obligaciones alternativas y, es requisito que ambas
prestaciones guarden equivalencia entre sí, ya que cualquiera de ellas podría darle satisfacción a la
pretensión acreedora.
Naturaleza
Determinada únicamente por la prestación principal (art. 644) y a diferencia de las obligaciones
alternativas, lo está desde el principio del nacimiento de la obligación.
No es necesario esperar a que el deudor elija cumplir con una de las dos prestaciones, no debe
tenerse en cuenta el carácter divisible o indivisible, mobiliario o inmobiliario, etcétera, de la in
facúltate Solutions para concluir acerca de la naturaleza de la obligación.
Las obligaciones facultativas pueden tener como fuente a los actos jurídicos, sea por contrato o por
vía testamentaria, y a la ley.
Por ejemplo en el contrato con “arras” donde el deudor se puede liberar perdiendo la seña (art.
1202).
En cuanto a las obligaciones facultativas que tienen origen en la ley, puede mencionarse el art. 1837
cuando da la posibilidad al donatario obligado a prestar alimentos a favor del donante cuando éste
no tuviere medios para subsistir, de liberarse de esa obligación devolviendo los bienes donados, o
su valor si los hubiere enajenado, y el art. 1854 al establecer que en la donación con cargo el
donatario puede optar por no cumplir el cargo mediante el abandono de la cosa donada.
Para una parte mayoritaria de la doctrina , la opción que haga el deudor sólo queda consumada al
momento del pago. Los sostenedores de este criterio le restan relevancia a cualquier comunicación
o notificación efectuada previamente por el deudor.
Otros autores (Compagnucci, Galli, Lafeille) consideran que la opción puede efectuarse en cualquier
momento de la vida de la obligación, haciéndole saber al acreedor cuál de las prestaciones hará
efectiva. Una vez elegida será esa y no otra.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El deudor es quien está legitimado para elegir.
El art. 645 aplica el principio general que sostienen que “la nulidad de la cosa principal deja sin
efecto toda la obligación”, pero la nulidad de lo accesorio no invalida lo principal.
El acreedor sólo podrá reclamar la prestación principal, ya que la sustitución sólo es facultativa para
el deudor (art. 646).
Como excepción a la regla, el art. 648 dispone que en caso de sobrevenir imposible la prestación
principal por causas imputables al deudor, el acreedor está habilitado para reclamar el valor de la
cosa que hubiere perecido o la cosa que era objeto de la prestación accesoria.
Incumplimiento inimputable
El art. 647 establece que si la prestación principal se hace imposible sin culpa del deudor, se
extingue la obligación, siempre y cuando éste no se hallase en mora. No interesa si lo accesorio
pueda o no cumplirse. Extinguido lo principal, lo accesorio sigue su misma suerte.
Con respecto al estado de mora y como excepción, según el artículo 892, el deudor se libera de
responsabilidad aunque la imposibilidad de pago se produzca posteriormente a ser constituido en
mora, si prueba que el objeto hubiese perecido igualmente si se encontrara en poder del acreedor.
Por otra parte, si el objeto de la prestación perece por culpa exclusiva del acreedor, el deudor podrá
reclamar los daños y perjuicios por la pérdida de la posibilidad de elección.
Si la prestación principal se pierde por culpa del deudor, el art. 648 produce una alteración al
régimen y permite elegir al acreedor entre reclamar el valor de lo principal o bien la prestación
accesoria.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Los juristas critican la solución que brinda el Código, ya que entienden que al conferírsele al
acreedor la posibilidad de elegir la prestación accesoria, estaríamos frente a una desnaturalización
de las obligaciones facultativas. Salvat encuentra como justificación a la excepción que el Código
pretende penalizar al deudor por su actuar culposo, penalidad que de todas maneras desnaturaliza
la obligación. Algunos autores encuentran fundamento en la solución que da el legislador en caso de
que la imposibilidad haya sido producto de su actuar doloso, ya que impide al deudor lucrar con su
propio dolo.
En virtud de ser ésta una norma de excepción, no procede su aplicación analógica, siendo de
aplicación restrictiva.
Obligaciones alternativas
Art. 635. Obligación alternativa es la que tiene por objeto una de entre muchas prestaciones
independientes y distintas las unas de las otras en el título, de modo que la elección que deba
hacerse entre ellas, quede desde el principio indeterminada.
Importancia práctica
Por ejemplo, te pago con $ 10.000 o entregándote el auto, te pago en Buenos Aires o en Córdoba.
211
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En la actualidad las obligaciones alternativas pueden constituir un elemento útil para receptar la
voluntad de los consumidores. Esta modalidad se utiliza frecuentemente en los contratos de
adhesión a condiciones generales. En este ámbito de contratación en masa, son las empresas,
como, por ejemplo, las aseguradoras o las empresas de turismo, las que se obligan
alternativamente, pero con la particularidad de que el principio del favor debitoris cede ante el de
protección de los derechos del consumidor, puesto que es la parte débil de la relación y se adhiere a
las reglas que la empresa ha estipulado.
Naturaleza jurídica
Tesis intermedias
Pluralidad de obligaciones
Para esta tesis, la obligación alternativa consta de tantas relaciones jurídicas como cosas
alternativamente debidas, pero sólo una se realiza. Las demás se extinguen cuando se cumple una
de ellas.
La mayoría de los autores avalan esta tesis que sostiene que en la alternatividad no hay varias
obligaciones sometidas a condición, ni es solidariamente objetiva, ni se descompone en pluralidad
de débitos con pluralidad de responsabilidad, ni carece de objeto hasta su elección. La existencia de
un único objeto o su pluralidad no altera su naturaleza de unidad obligacional.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Objeto único indeterminado: parecería que es la que el CC ha receptado en el art. 635 ya que se
trataría de “un solo objeto” cuya indeterminación cesa al producirse la elección.
Objeto plural: (Compagnucci). Esta tesis sostiene la idea de que son varias prestaciones en la
obligación pero una sola en el cumplimiento, como si existiese una especie de “condición resolutoria”
que se efectiviza con la elección.
Tesis intermedias
Winscheid sostiene casi lo contrario, ya que si es el acreedor quien elige, debe hacerlo de entre las
prestaciones posibles presentes en la obligación por lo que todos los contenidos se encuentran en
una sola obligación. Pero si elige el deudor, el objeto de cumplimiento recién se manifiesta cuando
se elige y no antes.
Características
Único vínculo. Hay un solo vínculo obligacional, y por lo tanto una sola relación jurídica que une a las
partes. La obligación se extingue con el cumplimiento de una sola de las prestaciones debidas.
Objeto plural. Debe existir pluralidad de prestaciones sin importar que una sea de dar y otra de
hacer, o con modalidades diferentes o una divisible y otra indivisible.
Indeterminación relativa. Las cosas que se integran en la alternatividad deben haber sido
individualmente determinadas, y no pertenecer a un género.
213
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Objetos independientes. No debe existir subordinación entre las prestaciones, y así si una prestación
es nula o imposible no impide que se cumplan las otras. Se encuentran en pie de igualdad todas las
prestaciones contempladas como objeto obligacional desde el principio de la relación.
De género Alternativas
Rige el principio de calidad media en la Puede elegirse libremente entre todas las
elección de las cosas del género. prestaciones contempladas en la obligación.
Facultativas Alternativas
Se debe una sola prestación pero el deudor Siempre son debidas 2 o más prestaciones.
puede sustituirla por otra.
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Disparidad jurídica entre las distintas Paridad entre las prestaciones objeto de la
prestaciones. Se encuentran subordinadas obligación.
entre ellas y sólo una se manifiesta como
objeto de la obligación.
Condicionales Alternativas
Elección
Es el derecho potestativo por el que se decide en cuál de las prestaciones quedará concentrado el
objeto de la prestación. Esto se hace mediante una declaración de voluntad expresa y recepticia.
Cuando el deudor paga creyendo que la elección correspondía al acreedor, puede ejercer la acción
de repetición del pago indebido por error esencial (art. 490, inc 4º).
El acto de elección puede ser realizado por el deudor, por el acreedor o por un tercero.
Efectos de la elección
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Como consecuencia del denominado principio de concentración en las obligaciones alternativas que
se da al momento de la elección, la prestación queda individualizada, convirtiéndose en una
obligación pura y simple, pasando a ser regulada por las normas de las obligaciones de dar, hacer o
no hacer, según cuáles fueran.
Efectuada la elección y después de notificada la otra parte, la misma es irrevocable. Aquí es dable
mencionar la existencia de las dos distintas concepciones que se conocen, la de la tradición, que
sitúa la elección al momento de la entrega, y la de la declaración, que la ubica en el momento en que
la declaración llega a conocimiento de la otra parte.
Esta característica de irrevocabilidad brinda seguridad jurídica, constituyendo una garantía para la
contraparte.
Art. 637 En las obligaciones alternativas, corresponde al deudor la elección de la prestación de uno
de los objetos comprendidos en la obligación.
Cuando la elección corresponde al deudor, la obligación se denomina regular. Sin embargo, las
partes pueden, en ejercicio de la autonomía de la voluntad, acordar que la elección la efectúe el
acreedor, designar a un tercero para realizarla o, incluso, colaborar ambas partes para
materializarlo.
La norma tiene un carácter subsidiario y es aplicación del principio favor debitoris de origen romano.
Lo que equivale a decir que en caso de duda sobre la interpretación debe estarse por la más
favorable al deudor; en el supuesto de las obligaciones alternativas, corresponde entender que si la
facultad de elección no fue atribuida a otro, se conserva en cabeza del deudor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Forma: ¿cómo debe ser hecha la elección por el deudor?
El sistema de la declaración sostiene que es suficiente una manifestación de la voluntad del deudor
hacia el acreedor.
La nota al art. 637, expresa que la sola declaración verbal no obliga al deudor y que éste mantiene la
potestad de elegir hasta el momento del cumplimiento efectivo, no basta la simple declaración de
elección de una de las prestaciones, pero basados en el principio de la buena fe (at. 1198 CC), no
sería posible desdecirse de una declaración hecha al acreedor por un acto posterior.
Tiempo de la elección
El deudor debe elegir antes del vencimiento de la obligación de modo de no perjudicar al acreedor
con su inactividad.
Algunos autores, entre ellos Busso, Llambías y Cazeaux han criticado esta solución expresando que
de esa manera se desvirtúa lo querido en el contrato y se impone una pena civil sin justificación
alguna, y proponen la siguiente solución:
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
- Que el juez realice la elección con sentido social para que la prestación signifique el menor
derroche económico posible, escogiendo la prestación más favorable al deudor, ya que está
reemplazando su voluntad. Lo que es independiente de que se impongan por separado los daños y
perjuicios moratorios correspondientes según los principios generales.
Cuando la elección fuese dejada al acreedor (art. 641) por acuerdo de partes, un acreedor del
acreedor podrá subrogarse y efectuar la elección.
Puede efectuarse la opción en cualquier momento pero no postergarse más allá del vencimiento, lo
que generaría mora creditoris habilitando al deudor a elegir.
Por acuerdo de partes. El tercero lo hará mediante acto que notificará a las partes. La negativa del
tercero a cumplir habilita a que sea un juez quien decida, caso contrario la obligación quedaría sin
efecto.
Prestaciones periódicas
Cuando la obligación alternativa consista en prestaciones que deben cumplirse por períodos, pueden
efectuarse elecciones en cada uno de ellos, según lo establecido en el art. 640.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Art. 640. Cuando la obligación alternativa consista en prestaciones anuales, la opción hecha para un
año no obliga para los otros.
Subsidiariedad de la norma
Coinciden los autores al considerar aplicable esta norma sólo en los casos en que las partes no
hayan acordado lo contrario (subsidiaria).
La norma no es imperativa, las partes pueden derogarla expresa o tácitamente, aclarando que la
elección realizada en la primera entrega periódica obliga para las subsiguientes, y se aplica tanto
cuando la elección corresponde al deudor, al acreedor o si esa tarea fuera delegada a un tercero.
Hay unanimidad acerca de la desinteligencia de la letra del artículo al decir prestaciones anuales,
cuando en realidad debió referirse a cualquier tipo de prestaciones periódicas, sean mensuales,
semanales, etc, siempre que se trate de pagos autónomos y no de diversas cuotas de un objeto
único.
Frutos y mejoras
En lo referido a los frutos de los objetos de las obligaciones alternativas, pertenecen al deudor los
devengados antes del cumplimiento, pero deben ser entregados al acreedor con los frutos
pendientes al momento del cumplimiento.
Por otra parte, las mejoras se rigen por el artículo 582 referido a las obligaciones de prestación
cierta, ya que el legislador no ha previsto solución específica para esta situación.
Fundamento
La norma pretende que se mantenga vigente el derecho de elección, y que éste no se agote con el
primer cumplimiento. Las diversas prestaciones son consideradas por el Codificador como
obligaciones independientes y diferentes una de otra. Sobre este particular se ha dicho que las
alternativas prestacionales renacen al finalizar cada período.
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Derivada
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SI ELIGE EL DEUDOR
Art. 639. Si uno de los objetos prometidos no pudiese realizarse aunque sea por culpa del deudor, o
por otra causa cualquiera, debe prestarse el que ha quedado (concentración).
Si ninguno de ellos puede prestarse, y el uno ha dejado de serlo por culpa del deudor, éste tiene la
obligación de entregar el valor del último que hubiese dejado de poder ser prestado.
Imposibilidad de todas las prestaciones por culpa del deudor: opera el principio de concentración y la
obligación se concentra en el último objeto con posibilidad de ser prestado, además al tener culpa el
deudor deberá reparar por la responsabilidad contractual (daños y perjuicios).
Imposibilidad de una de las prestaciones por culpa del acreedor: el deudor puede considerar
extinguida su obligación por frustrarse la prestación por culpa del acreedor, o bien puede pagar con
la prestación restante si ello es posible. Puede reclamar por daños y perjuicios ya que la posibilidad
de elegir no se frustra por su culpa sino por la del deudor.
Imposibilidad de una de las prestaciones por culpa del deudor y de otra por caso fortuito: mantiene el
deudor la facultad de liberarse eligiendo cualquiera de las prestaciones devenidas imposibles, más
daños y perjuicios, y puede demandar la contraprestación del acreedor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Imposibilidad de todas las prestaciones por culpa del acreedor: El deudor tiene la posibilidad de
considerarse liberado de la obligación eligiendo cualquiera de las prestaciones que por culpa del
acreedor se hayan frustrado, además de los daños y perjuicios que puede exigir.
SI ELIGE EL ACREEDOR
Art. 641. Cuando la elección fuere dejada al acreedor, y una de las cosas se hubiese perdido por
culpa del deudor, el acreedor podrá reclamar, o la cosa que ha quedado, o el valor de la que se ha
perdido. Si se han perdido las dos por culpa del deudor, el acreedor puede reclamar el valor de la
una o de la otra. Lo mismo se observará si las prestaciones que comprende la obligación no fuesen
de entregar cosas, estimándose entonces por el juez el valor de la que, elegida por el acreedor, no
puede prestarse.
Imposibilidad de una prestación sin culpa del deudor: Como la elección corresponde al acreedor, se
entiende que es él, como titular de la facultad, quien debe soportar el caso fortuito. La obligación se
concentra sobre la prestación que subsiste.
Imposibilidad de todas las prestaciones, una sin culpa del deudor: La doctrina ha entendido que
sería justo que el deudor deba el valor de la cosa que se ha hecho imposible por su culpa.
Pero si la primera de las prestaciones perdidas lo fue sin culpa del deudor, éste debe responder por
la que subsiste, porque no corresponde responsabilizarlo por el caso fortuito. El acreedor podrá
optar por recibir el valor de una de las prestaciones pero, no sería apropiado responsabilizar al
deudor por una pérdida que no le es imputable.
Imposibilidad de una prestación por culpa del acreedor: El acreedor puede reputar a la obligación
como ya cumplida con la prestación que ha devenido imposible o seleccionar cualquiera de las
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restantes prestaciones indemnizando al deudor los perjuicios sufridos. Otra parte de la doctrina
discrepa con esta teoría, y afirman que en este caso el acreedor ve perder su derecho de elección,
por lo cual la obligación se reputa extinguida.
Imposibilidad de todas las prestaciones, una de ellas por culpa del acreedor: Hay que diferenciar
aquí el caso en el que la prestación que se frustre por responsabilidad del acreedor sea la última, en
el que el objeto queda concentrado en esa prestación y el supuesto en el que la primera prestación
se frustre por responsabilidad imputable al acreedor y la restante por caso fortuito: aquí el deudor
queda liberado, pudiendo reclamar el valor de la primera.
Imposibilidad de todas las prestaciones por responsabilidad del acreedor: El deudor se libera con el
cumplimiento de la prestación que el acreedor elija, siendo procedente el reclamo por daños y
perjuicios por la imposibilidad de cumplir con las restantes prestaciones.
Art. 642 Si las prestaciones se han hecho imposibles sin culpa del deudor, la obligación queda
extinguida.
Por otra parte, podemos diferenciar entre la imposibilidad de cumplimiento de todas las prestaciones
que sucede de manera simultánea, la que ocasiona la extinción directa de la obligación, y la que
ocurre de forma sucesiva, que provoca que, en primer lugar, la obligación se transforme en pura y
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simple para posteriormente extinguirse. De todas maneras esta diferenciación no reviste mayor
importancia práctica.
Falta de culpa
Según el artículo, a los casos de ausencia de culpa en general, débase ésta a caso fortuito o fuerza
mayor, o aun en los que no se manifieste ninguna de estas condiciones y es aplicable tanto si la
elección corresponde al deudor como si le compete al acreedor, o incluso a un tercero. El sentido
que este artículo le otorga al concepto de culpa es amplio, comprensivo de la mora y el dolo.
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Las cosas son fungibles, o no fungibles, según que son susceptibles de ser reemplazadas por otras
cosas de la misma especie y calidad.
Legisladas en los arts. 601 a 605 CC. Se denominan también obligaciones de género.
Las cosas pertenecen a un mismo género cuando tienen caracteres que les son comunes. Por
ejemplo, un automóvil pertenece al género vehículos automotores donde también hay camionetas,
camiones, etc.
Un caballo pertenece al género animal, pero la especie es caballo. La obligación de dar cosas
ciertas entonces, lo es en cuanto a la especie, y resulta “no fungible” en consideración del género.
En el caso del caballo, no es fungible por otro del mismo género (cualquier otro animal), pero es
incierto en cuanto a que no se sabe cuál de los de su especie (caballo) será el que se preste.
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La cosa elegida debe ser de calidad media
Esta particularidad las somete, hasta que se produzca la determinación de la cosa, a un régimen
jurídico diferente de las obligaciones de prestación determinada.
A estas obligaciones se las denomina también "obligaciones de género", para diferenciarlas de las
"obligaciones de cantidad", que, resultando también de prestación indeterminada, tienen como
particularidad la fungibilidad de la cosa debida, es decir que cada uno de los individuos del género
es reemplazable por otro de la misma calidad y en idéntica cantidad (art. 2324).
Concepto.
Su cantidad también debe haber sido determinada o, al menos, resultar determinable, por ejemplo,
por su delegación a un tercero (arts. 1170 y 1171).
La noción de género implica la existencia de una categoría de cosas que presentan elementos
comunes entre sí, aun cuando no resulten intercambiables o fungibles porque, a su vez, tienen
particularidades.
Géneros son, por ejemplo, las distintas categorías elaboradas por las ciencias naturales que,
agrupando individuos en función de diferentes caracteres comunes, distinguen diversos órdenes de
generalidad creciente (en zoología: vertebrados e invertebrados, ovíparos y vivíparos, etc.). Sin
embargo, la noción de género no es exclusivamente científica, sino que queda configurada
fundamentalmente por la voluntad de las partes.
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En este orden la obligación será de género tanto cuando el deudor se obligue a entregar un naranjo
como si se compromete a dar uno de los individuos de su colección de estampillas.
En las obligaciones de género limitado, el deudor o el acreedor debe elegir una cosa dentro de un
grupo de cosas ciertas, (un cachorro entre los de cierta camada de una perra). Estas obligaciones se
asemejan así a las obligaciones alternativas, tanto que algunos autores sostienen que son una
especie de ellas. En realidad no es así, porque en las primeras quien elige lo hace teniendo en
cuenta la singularidad de cada una de las cosas, que pueden no tener nada en común entre sí,
mientras que en las de género limitado debe hacerlo entre cosas que son homogéneas.
La generalidad no debe ser tan grande que implique la indeterminación de la especie. En este caso
el género sería remoto y el vínculo obligatorio, inválido por la imposibilidad de determinar el objeto.
Las obligaciones de dar cantidades de cosas inciertas no fungibles son frecuentes en materia
comercial, como contenido del contrato de compraventa de mercaderías al por mayor, aun cuando
no exclusivas de él (sería admisible su presencia en el contrato de locación de cosas) y teniendo por
objeto cosas muebles.
Elección de la cosa
Todas las obligaciones de prestación indeterminada dejan de serlo cuando se produce la elección de
la cosa o la opción de acreedor, deudor o un tercero, momento en el que al individualizarse la cosa
trasmutan su naturaleza.
a) Legitimación
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La elección de la cosa corresponde al deudor de la obligación, si no se hubiere pactado lo contrario.
Que la facultad corresponda al deudor no exime al acreedor de su deber de cooperación para que
ella pueda ser ejercida, de conformidad con el principio de buena fe (art. 1198).
La norma tiene naturaleza supletoria y puede ser librada al acreedor o a un tercero, en ejercicio del
principio de autonomía de la voluntad (art. 1197).
Como prueba de ello los artículos 602 y 603 admiten la posibilidad de que la elección sea efectuada
por el acreedor.
La facultad de elegir es transmisible por causa de muerte o por acto entre vivos, de modo que
producido el fenómeno de sucesión los herederos o cesionarios podrán ejercerla. Es ésta una
consecuencia del principio general de transmisibilidad de los derechos subjetivos patrimoniales (art.
1195), y de que el poder de elección forma parte del contenido de la relación obligatoria.
b) Tiempo de la elección
Nada dice el código al respecto. Debe estarse, en principio, a lo dispuesto por la autonomía de la
voluntad.
Ante el silencio de las partes, el tiempo de la elección dependerá de las circunstancias del caso y las
particularidades de la obligación.
Así, si la prestación tuviere como objeto una cosa incierta no fungible de naturaleza perecedera, ni el
pago ni la elección, que necesariamente es previa, pueden ser efectuados más allá del plazo
implícito que surge de tal condición de las cosas.
Si el plazo no surgiere tácitamente de las circunstancias del caso, el deudor podrá elegir libremente
el momento de la elección, siempre y cuando lo haga antes de caer en mora.
En caso de que la elección hubiere sido deferida al acreedor, la facultad no podrá nunca ejercerse
antes del vencimiento del plazo para el pago, porque de lo contrario se cercenaría indebidamente el
derecho del deudor a disponer de los diferentes bienes que conforman su patrimonio dentro del que,
eventualmente, se encontrará la cosa elegida.
Al respecto no existe coincidencia en doctrina, habiéndose vertido al menos tres posturas principales
sobre el tema.
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2) Teoría de la tradición. Para sus sostenedores la elección se produciría cuando el deudor pone a
disposición del acreedor la cosa realizando todas las acciones necesarias para ello, lo que no
implica, necesariamente, su tradición. En una variante de ella, la elección se concretaría cuando el
deudor remite o envía la cosa (art. 352 del Código de Comercio alemán). Adolece de los mismos
defectos que la anterior, en tanto no resulta aplicable al caso en que la elección no corresponde al
deudor y, además, superpone el momento de la elección con el del pago.
3) Teoría de la aceptación por el acreedor. Se sostiene que la elección es un acto bilateral, es decir
que la selección de la cosa por el facultado debe ser seguida por la aceptación de la otra parte.
El acto consiste en una declaración unilateral de voluntad, recepticia. Como tal, sólo producirá
efectos cuando ha llegado a conocimiento del destinatario y, además, hasta que ello se produzca es
susceptible de ser revocada. Es la postura mayoritaria en doctrina nacional y, a nuestro juicio, tiene
la ventaja de constituir un único sistema para los casos de elección por el deudor, el acreedor o un
tercero y, además, la de distinguir adecuadamente los momentos de elección y cumplimiento.
Art. 603 Después de individualizada la cosa por la elección del deudor o del acreedor, se observará
lo dispuesto respecto a las obligaciones de dar cosas ciertas.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La individualización de la cosa tiene como efecto producir la novación de la obligación, que tiene
origen legal y es de naturaleza objetiva.
2. Naturaleza de la elección
Esta particularidad se observa, sobre todo, cuando la facultad de elección está puesta en cabeza del
deudor o el acreedor. En este caso, la elección constituye uno de los deberes incluidos dentro del
contenido de la relación obligatoria indispensable para el cumplimiento del deudor.
La cosa elegida debe ser de una calidad media. Si la elección la hace el acreedor no podrá elegir la
de mayor calidad como así si la elección era por parte del deudor, entregar la de peor calidad.
El género es inagotable por definición. Como lo que se adeuda es una cosa dentro de un grupo
indeterminado, la extinción de un individuo, aun cuando sea el que se hubiere tenido en vista para
elegir, no constituye un hecho que torne imposible el pago, ya que siempre existirá otro individuo de
la misma especie para hacerlo. La obligación recae, en realidad, sobre el género todo, no sobre un
individuo en particular.
Como el caso fortuito por definición causa la imposibilidad de cumplimiento de la obligación, puede
afirmarse que es impensable en materia de obligaciones de género en las que el cumplimiento es
siempre posible.
Los riesgos de la cosa pesan sobre el deudor hasta que se efectúe la elección.
Como lo dispone el art. 603, después de la elección la obligación se transforma en una obligación de
dar cosa cierta.
Resultado de la novación objetiva y legal que se produce es la traslación de los riesgos de la cosa y
el contrato a la esfera jurídica del acreedor, y
Si la cosa se pierde, el deudor se libera de las consecuencias del vínculo (art. 890).
En el caso que el deudor incumpla, la ley le otorga al acreedor el derecho a optar entre el
cumplimiento específico o la resolución de la obligación. (art. 605).
Puede resultar que las partes hubieren acordado un plazo para la elección y otro para el pago. En
este caso, vencido el plazo para la elección sin que el deudor proceda a individualizar la cosa, el
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
acreedor puede intimarlo bajo apercibimiento de hacerlo por él, previa autorización judicial, eligiendo
una de las cosas que estén en el patrimonio del deudor, de la calidad media del género.
Si no hubiere plazo expreso o tácito para la elección, debe entenderse que el deudor podrá proceder
a la elección hasta el momento de la mora en el cumplimiento de la obligación.
Si el deudor cae en mora antes de elegir la cosa, el acreedor puede optar por dos caminos.
Individualizar una de las cosas que integren el género y estén en el patrimonio del deudor, y exigir su
cumplimiento forzado, con autorización judicial, con más los daños y perjuicios derivados de la mora.
Podría también requerir el cumplimiento por otro y obtener la cosa de un tercero (art. 505, inc. 2º -
Para hacérselo procurar por otro a costa del deudor.) -con las mismas condiciones de calidad media-
a costa del deudor, con más la correspondiente indemnización de daños y perjuicios.
Resolución
Frente a la mora del deudor el acreedor puede elegir resolver la obligación y, además, exigir la
indemnización de los daños moratorios sufridos.
Antes de la reforma de la ley 17.711 esta disposición era un caso singular de pacto comisorio
implícito, no permitido por el CC.
Luego de la reforma de 1968, se contempla en el art. 1204 y la previsión se ha vuelto una aplicación
particular de la regla general del pacto comisorio implícito para los contratos con prestaciones
recíprocas.
Este esquema sólo tiene justificación cuando se trata de la elección a cargo del deudor. Si fuere el
acreedor el facultado para elegir, una vez que lo hizo se determinó el objeto de la prestación y se
convirtió en una obligación de dar cosa cierta (art. 603). Si el acreedor no cumplió con su deber de
elegir la cosa, su propio incumplimiento le impedirá invocar el del deudor que, por otra parte, con su
propia conducta habría provocado.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Obligaciones de dar cantidad de cosas (arts. 606 a 615)
Art. 606. La obligación de dar cantidades de cosas es la obligación de dar cosas que consten de
número, peso o medida.
Concepto
Las obligaciones de dar cantidades de cosas son aquellas obligaciones cuyo objeto es entregar
cosas fungibles, por lo tanto individualizables a través de una determinada especie y calidad, y que
deben contarse, pesarse o medirse.
Aquí las cosas que deben entregarse sólo son individualizadas por su género y especie, y no
individualmente.
Como ejemplo la nota del art. 606 señala que el deudor puede obligarse a entregar 50 toneladas de
maíz o 50.000 litros de cerveza.
Los códigos modernos no regulan disposiciones especiales para este tipo de obligaciones y se
aplican las normas previstas para las obligaciones de dar cosas inciertas no fungibles.
Pero en las obligaciones de dar cantidades no hay en realidad elección que hacer, sino que basta
con pesarlas, medirlas o contarlas. En cambio, en las de dar cosas inciertas hay una elección que
hacer entre cosas que son de la misma especie pero de distinta calidad.
La venta en masa
Los arts. 1339 a 1343 definen las denominadas “ventas por conjunto o en masa”, o sea cuando las
cosas son vendidas formando “un solo todo”, sin necesidad de contarlas, pesarlas o medirlas, y por
un único precio, o bien por su propio peso, donde es necesario realizar el pesaje, o contarlas o
medirlas.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Individualización
Para su determinación es necesario individualizar las cosas a entregar. Así lo establece el art. 609
Art. 609. Las cantidades quedarán individualizadas como cosas ciertas, después que fuesen
contadas, pesadas o medidas por el acreedor.
La operación de la individualización de las cosas que serán entregadas produce una verdadera
novación legal de la obligación, que de ser de dar cantidades de cosas se transforma en una de dar
cosas ciertas. En virtud de dicha transformación estas obligaciones comienzan a regirse por la
normativa legal aplicable a las obligaciones de dar cosas ciertas, con la salvedad de las soluciones
que proponen de manera expresa los artículos 610 a 615.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Después de la individualización, en la obligación ya convertida en una de dar cosas ciertas, el
régimen de los riesgos por el cual se rige es el mismo que en las obligaciones de esa clase, de allí
que la doctrina entienda que los artículos 610 a 615, referidos a los riesgos, devienen innecesarios.
Al ya haberse efectuado la individualización, y por aplicación del artículo 607, "el deudor debe dar,
en lugar y tiempo propio, una cantidad correspondiente al objeto de la obligación, de la misma
especie y calidad".
Estas obligaciones pueden tener como objeto restituir las cosas a su dueño o constituir derechos
reales. Sus efectos se regulan en los arts. 610 a 615.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Acreedor puede exigir la
cantidad no deteriorada más
Acreedor puede optar entre
una cantidad igual a la
recibir lo no deteriorado o
PARCIAL perdida o deteriorada, o
disolver obligación. (art. 611)
disolver la obligación. (art.
612)
El art. 608 se ocupa del supuesto de incumplimiento y permite al acreedor requerir del deudor
moroso otra cantidad equivalente de cosas con más la reparación de los daños, o solicitar la
resolución contractual.
Art. 608. Si la obligación tuviere por objeto restituir cantidades de cosas recibidas, el acreedor tiene
derecho a exigir del deudor moroso otra igual cantidad de la misma especie y calidad con los
perjuicios e intereses, o su valor, según el valor corriente en el lugar y día del vencimiento de la
obligación.
Hay que diferenciar aquí también si la pérdida o deterioro son totales o parciales y si hay culpa o no
del deudor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
PARCIAL no sufrió daño. (art. 614) indemnización (valor), o
dejar sin efecto la obligación.
(art. 615).
Concepto de dinero
Jurídicamente el dinero deber ser considerado como un medio de pago. El dinero importa en la
medida que sea el objeto de prestación o contenido de la relación jurídica.
Cosa valiosa a la cual la autoridad pública le ha atribuido la función de unidad de medida del valor de
todos los bienes.
Naturaleza jurídica
Para algunos es una cosa material ya que es un objeto jurídico vinculado al signo monetario.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Otros consideran que el dinero tiene una naturaleza ideal, ya que constituye un poder patrimonial
abstracto. (Compagnucci).
Una corriente intermedia considera que el dinero puede tener una acepción amplia, como cosa que
se usa como medida de valor, y a la vez como cosa a ser admitida y reconocida en las
transacciones.
Caracteres
• Cosa
• Genérico
• Fungible
• Consumible
• Divisible
• Curso legal
• Curso forzoso
Cosa mueble
Genérico
Siempre aparece identificado mediante una cantidad, pero no se confunde con las obligaciones de
género.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Fungible
La fungibilidad del dinero no es exacta a la dispuesta en art. 2324. Aquí cada unidad monetaria es
intercambiable por otra de igual valor.
Consumible
En la nota al art. 616 así lo indica, pero no se trata de un agotamiento físico sino que su extinción se
produce por el traslado mediante un cambio en la tenencia de las especies monetarias. Para su
poseedor desaparece con el primer uso.
Divisible
No es una división física. La divisibilidad es ideal o abstracta, apoyada en un sistema decimal. Puede
ser fraccionado.
De curso legal
En cuanto su valor nominal está certificado por el Estado en cada pieza no pudiendo discutir los
particulares ese valor: así fijado un alquiler en $ 1000 no podría el locador sostener que el dinero con
que se le intenta pagar ya no tiene el valor de antes, y que por ello debe incrementarse en cierta
medida el alquiler anterior. Se trata de una deuda de dinero y a ello se opone el principio nominalista
que las rige, según el cual un peso es igual a otro peso.
De curso forzoso
En cuanto los particulares están obligados a recibir la moneda legal, como medio de pago. Es un
carácter íntimamente relacionado con el anterior.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Económica
Es un medio de cambio con carácter general, y ser cambiado por bienes o servicios. Sirve como
medida de valor, y así caracteriza a todo lo que es patrimonialmente valorable.
Jurídica
Es una forma irreductible de pago ya que con el dinero se cancelan obligaciones. Aunque no se
cumplan en especie, siempre podrá el acreedor obtener una suma de dinero de valor semejante a la
prestación incumplida. He ahí un cumplimiento por vía de equivalente. Esto está vinculado con la
potestad del Estado para imponer su obligatoriedad y su recepción por los acreedores (curso
forzoso).
Si bien el art.616 establece que “es aplicable a las obligaciones de dar sumas de dinero, lo que se
ha dispuesto sobre las obligaciones de dar cosas inciertas no fungibles, sólo determinadas por su
especie, y sobre las obligaciones de dar cantidades de cosas no individualizadas”, esto debe ser
tomado solamente con carácter subsidiario, ya que en principio deben utilizarse las normas de los
arts. 617 a 624.
Cronológicamente la primera ley es la 733, de 1875, cuyas disposiciones conservan vigor en tanto
no hayan sido derogadas por la posterior ley 1130 (art. 17 de ésta), la que instituyó como unidad
monetaria el peso fuerte, que era una moneda de oro de 1 y 2/3 de peso y 900 milésimos de fino
(art. 1º).
La ley 1130 de 1881 sigue siendo ley monetaria vigente. Establece como unidad monetaria el peso
de oro de 1.624 gramos de peso y 900 milésimos de fino, o de plata de 25 gramos y 900 milésimos
de fino (art. 1º); disponiendo la acuñación de monedas de oro con un valor de pesos cinco
("argentino") y dos y medio ("medio argentino") y piezas de plata de un peso y cincuenta, veinte, diez
y cinco centavos (art. 2º). En cuanto a la especie a utilizarse en los pagos resuelve que: "Las
monedas de oro y plata, acuñadas en las condiciones de esta ley, tendrán curso forzoso en la
Nación, servirán para cancelar todo contrato u obligación, contraída dentro o fuera del país y que
deba ejecutarse en el territorio de la República, a no ser que se hubiera estipulado expresamente el
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
pago en una clase de moneda nacional" (art. 5º). Asimismo prohibió la circulación legal de toda
moneda extranjera de oro o plata.
El sistema bimetalista de esta ley tuvo una duración limitada, pues dos años después se dictó la ley
1354, que dispuso que los Bancos de Emisión (del Estado, mixtos o particulares), sólo podrían
"emitir billetes pagaderos en pesos moneda nacional oro", negando curso legal a los que no se
ajustaran a dicha preceptiva.
Como la ley 1130 no excluyó la circulación fiduciaria ya existente, emitida por los diversos bancos, ni
las emisiones posteriores a cargo de la Nación, ni estableció tampoco ninguna vinculación entre
ambos tipos de moneda, y como a raíz de la crisis del '85 la ley 1734 declaró la inconversión de los
billetes emitidos por el Banco Nacional y otros de la República, la Nación (Pellegrini 1890) se vio
entonces obligada a convertirlos en moneda nacional de curso legal, siendo éste el origen del peso
papel moneda nacional de curso legal. Y desde entonces hasta hoy han venido coexistiendo de
hecho y de derecho dos monedas de curso legal:
La metálica de la ley 1130 y el peso papel inconvertible a cargo de la Nación (que se denominó
"austral" en un interregno que va desde junio de 1985 hasta el 1º de enero de 1992), fijándose la
relación entre ambas de acuerdo al valor corriente en plaza.
La ley 23.928, de 1991, dictada con la finalidad de lograr una moneda estable y terminar con la
inflación en el país, impuso un cambio sustancial en el régimen monetario imperante hasta entonces,
pues dispuso: "la convertibilidad del austral con el dólar a partir del 1º de abril de 1991, a una
relación de diez mil australes (A 10.000) por cada dólar, para la venta..."; a pesar de que nuestra
moneda siguió siendo de "papel", aun cuando la masa monetaria en circulación debía representar la
cantidad de reservas disponibles del Banco Central en divisas extranjeras y oro. Pudiendo decirse
entonces que existió una moneda representativa de un valor dólar y no ya simplemente una
fiduciaria.
Finalmente, la ley 25.561 y sus modificatorias, juntamente con el decreto 214/2002 y demás normas
complementarias, dispusieron la transformación a pesos de todas las obligaciones de dar sumas de
dinero expresadas en moneda extranjera, en general a la relación cambiaría de un peso por cada
dólar estadounidense o su equivalente en otra moneda extranjera, salvo en el caso de los depósitos
en moneda extranjera existentes en el sistema financiero, los cuales se convirtieron a pesos a razón
de $ 1,40 por cada dólar. De forma tal que suprimida la "convertibilidad" de nuestro peso, nuestra
moneda ha vuelto a ser, lisa y llanamente, de "papel".
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Clases de moneda
Moneda metálica
Es la que contiene metales nobles y su valor sería equivalente a la cantidad de ese metal.
Moneda de papel
Constituye un título representativo de la cantidad de oro depositada en el banco emisor que califica a
la moneda como “representativa o fiduciaria”, y cuya característica reside en que se puede exigir al
emisor su equivalente en oro. Es convertible.
Papel moneda
Es una moneda sin respaldo, no convertible, y que tiene el poder que el Estado emisor le imprime.
Tiene curso forzoso.
El curso legal se caracteriza por la convertibilidad. El emisor está obligado a reemplazar su importe
por oro u otro metal precioso, lo que no ocurre en el curso forzoso.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Metalismo
No interesa el valor estampado en la moneda, ya que ésta vale por el metal que contiene. En la
actualidad esta concepción se mantiene para monedas que no circulan corrientemente, pero que
sirven como ayuda a la estabilidad y para confianza de los particulares.
Nominalismo
Es la tesis opuesta al metalismo. El dinero vale por la cantidad establecida con relación a la unidad
ideal sin considerar las demás cualidades. Así, una unidad es siempre igual a sí misma. Un peso es
igual a un peso.
Según Knapp, el dinero tiene una naturaleza abstracta e ideal, como creación del Estado su valor
intrínseco es irrelevante porque la esencia de la moneda no es su materia sino la norma que la
legitima. El dinero como medio de pago tiene el valor que le da la ley sin interesar la relación entre el
dinero y bienes. Las deudas deben ser consideradas nominalmente. Debe siempre considerarse el
valor abstracto que se le ha impreso al dinero. La ley de convertibilidad consagraba expresamente la
teoría nominalista.
Valorismo
Valor de la moneda
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Obligaciones de dar dinero y obligaciones de valor
Diferencia conceptual:
La deuda de valor, en su inicio está constituida por un valor abstracto, que debe ser solventado
mediante un importe dinerario. Aquí se debe un quid o valor abstracto, que debe ser relacionado
comparativamente con los bienes apreciables económicamente (el acreedor tendría la expectativa
de que se le entregue lo necesario para adquirirlo en el mercado o para conservar igual aptitud
patrimonial que si tuviera ese valor "X" en su patrimonio).
Tienen en común que ambas deben cancelarse con dinero, pero difieren en su nacimiento.
Desde 1952 hasta la sanción de la ley de convertibilidad en 1991 esta diferencia se consideró,
entendiendo que la “deuda de valor” era aplicable en casos de indemnizaciones por daños en
incumplimiento contractual, indemnización por hechos ilícitos, obligaciones que nacen del
enriquecimiento sin causa, etc.
La indexación en principio era solamente hasta la sentencia, pero debido a los procesos
inflacionarios se legó a prolongar hasta el momento del cobro.
Había que hacer el distingo entre las "obligaciones de dinero" y las "obligaciones de valor".
Con arreglo al mismo, el nominalismo regiría sólo para las deudas originariamente pecuniarias o
monetarias, es decir, las determinadas desde su constitución en una suma de dinero como tal y
abstracción hecha de su valor intrínseco; pero no resultaría de aplicación a las "deudas de valor", en
las cuales la moneda no constituye en rigor el objeto de la deuda, sino que sólo sirve de medio para
restaurar en el patrimonio del acreedor un valor o utilidad comprometido por el deudor: un valor
abstracto a ser determinado en algún momento en una suma de dinero, pero cuya expresión habrá
de cambiar, hasta tanto eso no ocurra, a tenor de las oscilaciones del poder adquisitivo de la
moneda.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La ley de convertibilidad estableció el principio nominalista impidiendo el reajuste del capital en las
obligaciones dinerarias.
Art. 619.* [Si la obligación del deudor fuese de entregar una suma de determinada especie o calidad
de moneda, cumple la obligación dando la especie designada, el día de su vencimiento.] (Texto
según ley 23.928.)
La anterior redacción del art. 619 había previsto la posibilidad de existencia de más de una moneda
de curso legal, lo que ocurrían antes de 1991, y por ejemplo si la obligación era facultativa, el deudor
podía elegir la moneda. En principio se debía cumplir con la especie pactada. La ley de
convertibilidad modificó eso. El deudor debe cumplir exactamente con la moneda pactada y el
acreedor está obligado a recibirla.
Antes de la ley de convertibilidad, el art. 617 estipulaba que si se había pactado en moneda que no
era de curso legal, la obligación debía considerarse como de dar cantidades de cosas. La doctrina al
respecto no fue unánime.
La ley 23928 modificó el art. 617 terminó por dar la razón a los que consideraban estas obligaciones
como de dar sumas de dinero.
Cláusulas de estabilización
Podía convenirse el pago en moneda “fuerte” (dólar), o tomando algún valor de equivalencia como
por ejemplo kilos de carne, litros de leche, quintal de soja, etc.
Por eso es que si variaban los valores de referencia también cambiaba la cantidad de dinero que
debía pagar el deudor.
Clases
Cláusula oro
Para algunos estas cláusulas no tienen valor ya que es el Estado quien fija el valor de la moneda y le
impone curso forzoso por lo que es imposible mutar el valor nominal del dinero nacional.
Argumentan que esto genera desconfianza y destrucción del valor de la moneda nacional.
La ley 23928 de “convertibilidad” declaró nulas a todas estas cláusulas, prohibiendo la actualización
monetaria por indexación de precios, variación de costos, etc. Quedaba la obligación como de dar
sumas de dinero.
El cambio fue pues radical, dado que con esta modificación, la moneda extranjera, que no era
"dinero" en nuestro país desde que carece de curso legal, debia sin embargo ser tratada como si
fuese dinero nacional, siempre que las partes la hubiesen incorporado voluntariamente en sus
contratos. Ello implica, ante todo, que se legitimó plenamente el uso de la moneda extranjera en
todos los contratos, aun en los "internos" que se celebran y deben ser cumplidos dentro del país, y
en segundo lugar quedó derogada la admitida regla de cumplimiento por equivalente en moneda
nacional, reafirmándose en esta materia el principio de "identidad" del pago, atento a que según los
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
citados nuevos textos legales del artículo en comentario y del 619, también las obligaciones en
moneda extranjera deben cumplirse "dando la especie designada" en la cantidad debida.
Con la ley 25.561, sigue siendo válida y posible la contratación de nuevas obligaciones en moneda
extranjera, atento a que conforme al artículo 5o de aquélla continúa en vigencia el texto del artículo
617, según la redacción que le diera el artículo 11 de la ley 23.928; máxime teniendo en cuenta que
únicamente fueron pesificadas las deudas en moneda extranjera ya existentes con anterioridad al
momento de comenzar a regir la ley 25.561.
De tal forma, hoy se puede recurrir perfectamente a monedas de otros países, en todas las nuevas
contrataciones celebradas o a celebrarse después de haber entrado en vigor la mencionada ley
25.561.
Intereses
Son un precio o remuneración que se debe pagar por el uso y disfrute del capital ajeno.
Son aumentos que las deudas pecuniarias devengan en forma paulatina durante un tiempo dado,
sea como precio de uso de un dinero ajeno o como indemnización por el retardo en el cumplimiento.
Además, para los hechos ilícitos, aseguran al acreedor la reparación integral a la que tiene derecho.
Características
Son accesorios.
Son pecuniarios.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Constituyen un fruto civil del capital.
Clases
Convencionales Compensatorios
Legales Moratorios
Según origen Según función
Convencionales
Así lo establece el art. 621 “La obligación puede llevar intereses y son válidos los que se hubiesen
convenido entre deudor y acreedor”.
No se suponen. Deben pactarse expresamente, caso contrario el mutuo se supone gratuito (art.
2248).
Legales
Son un tipo de interés compensatorio impuesto por la ley, y se adeudan aunque no haya convención
alguna que los imponga. Por ej. El art. 466 (pupilo s tutor por saldo de cuenta), el 1054 (anulación de
acto, el 1950 (mandato), 2030 (fiador subrogante de acreedor).
Compensatorios
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Son estrictamente los que se pagan por el uso y disfrute del capital ajeno. Se diferencian de las
cuotas de amortización (pago para cubrir importe de capital) y de los dividendos (pago cuando hay
beneficios). Estos pueden ser convencionales o legales.
Moratorios
El deudor moroso debe los intereses que estuviesen convenidos en la obligación, desde el
vencimiento de ella.
Si no hay intereses convenidos, debe los intereses legales que las leyes especiales hubiesen
determinado. Si no se hubiere fijado el interés legal, los jueces determinarán el interés que debe
abonar.
[Si las leyes de procedimiento no previeren sanciones para el caso de inconducta procesal maliciosa
del deudor tendiente a dilatar el cumplimiento de la obligación de sumas de dinero o que deba
resolverse en el pago de dinero, los jueces podrán imponer como sanción la obligación accesoria de
pago de intereses que, unidos a los compensatorios y moratorios, podrán llegar hasta dos veces y
media la tasa de los bancos oficiales en operaciones de descuentos ordinarios.] (párrafo agregado
por ley 17.711).
Son una forma de indemnización de los daños y perjuicios ocasionados por el no cumplimiento
moroso de una obligación dineraria. Sustituyen a los daños y perjuicios que se deben resarcir en los
otros tipos de obligaciones.
Pueden ser pactados por las partes, establecidos por la ley o por los jueces. Algunos fallos han
tenido en cuenta la tasa activa y la tasa pasiva para esto.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Intereses sancionatorios de inconducta procesal maliciosa
El párrafo final agregado al art.622 establece el pago de intereses acrecidos ("hasta dos veces y
media la tasa de los bancos oficiales") para el supuesto de inconducta procesal maliciosa del
deudor, tendiente a dilatar el cumplimiento de la obligación de dar sumas de dinero. Esta sanción,
según lo señala Llambías, tiene un doble carácter, dado que es represiva al sancionar la conducta
maliciosa del obligado, y a la vez, resarcitoria, por cuanto compensa al acreedor los perjuicios que
esa conducta le causara. Empero, lo dispuesto en esta normativa opera sólo en forma subsidiaria,
para el caso de que las leyes locales de procedimiento no hubiesen previsto algún tipo de castigo
para tal proceder malicioso del deudor, siendo que en general existen previsiones de ese tipo en los
distintos códigos de procedimiento provinciales, tal como ocurre con el artículo 45 del CPCCN,
donde se establecen penas determinadas para ese tipo de inconductas procesales.
Anatocismo
Régimen legal
El anatocismo, prohibido en el Derecho Romano desde los tiempos de la República, estaba también
vedado en principio en el art. 623 original.
Antes de la ley de convertibilidad el art. 623 no permitía el pacto de intereses sobre intereses
argumentando desprotección del deudor explotándose su necesidad y por razones de orden público.
Aquella norma contemplaba igualmente dos excepciones a tal prohibición, en las que aceptaba la
capitalización de intereses. La primera correspondía cuando mediaba una "obligación posterior,
convenida entre deudor y acreedor, que autorice la acumulación de ellos (los intereses ya
devengados) al capital".
La segunda versa sobre "cuando liquidada la deuda judicialmente con los intereses, el juez mandase
pagar la suma que resultare, y el deudor fuese moroso en hacerlo"; supuesto que, se dijo, exige la
concurrencia de tres requisitos: que medie una liquidación aprobada judicialmente, que se haya
intimado su pago y que el deudor hubiese sido moroso en verificarlo.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Luego de la reforma por la ley de convertibilidad, se reformó el art. 623, lo cual fue ratificado más
adelante por el artículo 5º de la ley 25.561. Ahora bien, pese a que el nuevo texto del art. 623
mantiene ab initio la primitiva redacción en modo negativo: "no se deben intereses de los intereses",
lo cierto es que ahora se ha permitido el convenio anticipado de capitalización de intereses, pues no
otra cosa puede significar que: por "convención expresa" sea factible autorizar la "acumulación [de
los intereses] al capital con la periodicidad que acuerden laspartes'"; como así que inclusive sean
"válidos los acuerdos de capitalización de intereses que se basen en la evolución periódica de las
tasas de interés de plaza", según resulta del párrafo final de dicha norma.
Resumiendo: antes de 1991 el anatocismo estaba prohibido salvo había 2 excepciones. Luego de
1991 es admitido.
Extinción de intereses
Art. 624. El recibo del capital por el acreedor sin reserva alguna sobre los intereses, extingue la
obligación del deudor respecto de ellos.
El pago de lo principal y la no reserva expresa del reclamo posterior de los intereses al momento de
recibir el pago.
Quedan comprendidos en su alcance tanto los intereses compensatorios como los moratorios, en
razón de que el precepto no efectúa ninguna distinción.
Habiéndose señalado, asimismo, que el principio de esta norma es sólo aplicable en materia de
pagos extrajudiciales, no comprendiendo a los efectuados dentro de un proceso judicial.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Además de tener pluralidad de sujetos debe contener una única prestación y única causa. La
prestación puede ser divisible o indivisible, pero es siempre una.
La pluralidad de sujetos puede ser originaria o derivada, ya sea porque la obligación se haya
formado de esa manera, o como consecuencia de transmisiones mortis causa donde existe
transmisión de bienes o créditos a varios, o en el caso de la cesión de créditos, etc.
Clases
Conjuntas
Todos los sujetos concurren a la misma obligación. Todos mantienen el crédito o la deuda. Los
sujetos están unidos por la conjunción copulativa “Y”, o sea que ninguno queda excluido. No hay
alternatividad. Estas obligaciones están contempladas en el CC, y a su vez pueden ser simplemente
mancomunadas o mancomunadas solidarias.
Disyuntas
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
determinarse el sujeto, los demás desaparecen de la obligación. El nexo entre los intervinientes es la
conjunción disyuntiva “O”.
Disyunto
Conjunto
Obligaciones disyuntivas
a) Inicialmente hay una pluralidad provisional de sujetos (vinculados por la partícula “o”) que se
excluyen entre sí. Indeterminación inicial.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
d) Hay unidad de objeto y prestación debida, cuyo pago cancela la deuda liberando a los sujetos
inicialmente obligados, o extingue todo el crédito, según sea el caso.
e) Los sujetos que integran el nexo obligacional se encuentran sometidos a una condición
resolutoria; su hecho condicionante es que sea elegido para recibir el pago otro acreedor si la
disyunción es activa, o que sea elegido otro deudor para satisfacer la deuda si la disyunción es
pasiva.
Efectos: régimen legal. A falta de régimen específico que regule las obligaciones disyuntivas, les son
aplicables las reglas atinentes a las obligaciones solidarias en todo lo que sea compatible con su
propia naturaleza jurídica. En consecuencia, si hay varios acreedores, el deudor se libera pagando a
cualquiera de ellos. Si hay varios deudores, cualquiera de ellos puede pagar al acreedor, quedando
los demás excluidos de la obligación.
En la disyunción activa, la elección del acreedor que percibirá el crédito correspondiente al deudor,
quien la puede efectuar aun en el supuesto de que sea demandado por otro acreedor, no rige el
principio de prevención propio de las obligaciones solidarias. Si se ha pactado que los acreedores
decidan entre ellos, el deudor, si la determinación no es practicada en tiempo propio, debe intimar a
los acreedores a realizar la elección y, en caso negativo, tiene derecho a consignar en pago lo
debido (art. 757, incs. 1º y 4º).
En la disyunción pasiva, la elección del deudor que tendrá a su cargo el pago de la deuda
corresponde al acreedor. Si el acreedor no realiza la determinación en tiempo propio, cualquiera de
los deudores tiene derecho a pagar la deuda, por cuanto todos disfrutan del ius solvendi, y en caso
de negativa del acreedor, tienen derecho a pagar por consignación.
Si las partes convinieron que la determinación del sujeto pasivo debía ser efectuada por los
deudores y éstos no la realizaron oportunamente, el acreedor tiene derecho a intimar a todos para
que lleven a cabo la elección; si no lo hacen, procede su demanda por cobro contra cualquiera de
ellos.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Naturaleza jurídica
Al no tener régimen propio son asimilables a las obligaciones solidarias (Borda, Salvat)
Otros piensan que son autónomas. Por un lado son alternativas en cuanto a los sujetos y por otro
están sometidas a condición resolutoria. Si es elegido uno de los sujetos, los demás quedan
excluidos.
Si hay varios deudores no rige el principio de contribución. El deudor que pagó no puede pedirles
nada a los otros deudores ya que éstos han quedado fuera de la obligación.
Si hay varios acreedores no rige el principio de participación. El acreedor que cobró retiene todo
para él, porque el resto ha quedado fuera de la obligación.
Hay un fraccionamiento de la prestación. Cada deudor debe una parte y cada acreedor recibe su
porción del total. Pero la prestación sigue siendo única al igual que la causa. Hay tantos vínculos
como partes haya.
Cualquiera de los acreedores tiene derecho a la totalidad de la prestación. Cada deudor debe el
total.
Los efectos de la obligación simplemente mancomunada se parecen a los que les corresponde a los
de objeto divisible, y el CC prácticamente los asimila.
Diez-Picazo. Además de los oros dos tipos existe un tercero: las obligaciones en mano común o
también llamadas comunes.
Se las clasifica así porque los créditos o las deudas resultan comunes al grupo o consorcio. Los
sujetos en mano común son acreedores o deudores de la totalidad.
El origen del tipo se da por lo objetivo e indivisible de la prestación, del hecho que el crédito
pertenezca a un patrimonio colectivo o aun interés perseguido por las partes.
Se excluye la idea de cuota y todo gira en torno a la idea de grupo conjunto. Por ejemplo en el
derecho suizo es tomada la comunidad hereditaria, la comunidad conyugal de bienes, la sociedad
civil, etc.
Obligaciones divisibles: arts. 667 a 678 Libro II de las obligaciones con relación al objeto
Simplemente mancomunadas: arts. 690 a 698 de las oblig. con relación a las personas
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Vélez siguió los principios del derecho romano, las ideas de Marcadé, Aubry y Rau y Savigny.
Se le criticó que no está bien agrupar las obligaciones en divisibles e indivisibles entre aquellas que
tienen relación con el objeto, aislándolas de las solidarias y mancomunadas.
Otra crítica es que se considera innecesaria una duplicidad de regulación de las obligaciones
divisibles y mancomunadas ya que ambas tienen idénticos efectos auque sean de naturaleza
diferente.
CC alemán y el portugués han agrupado a las obligaciones en divisibles e indivisibles entre las
obligaciones mancomunadas simples y han dado un tratamiento independiente a las solidarias.
Parecería ser el método más adecuado.
Derecho romano
El tema fue tratado con poca claridad. En el Digesto, se hablaba de una indivisibilidad natural y de
una pactada. En cuanto a la ejecución. Mencionaba 4 causas: percibir las partes, percibir todo sin
dividir, otras se puede por parte pero no se puede pagar sino el todo y las que se puede todo pero
admite separación en el cumplimiento.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Clasificación de Dumoulin
Obligationem, prestación en sí misma divisible, pero que las partes convienen como indivisible.
Solutione, que corresponde a la forma en que se debe cumplir la obligación (los deudores no pueden
efectuar pagos parciales.
Absoluta
Relativa
Accidental
Clasificación de Pothier
Sigue las enseñanzas de Dumoulin. Considera que si bien las cosas pueden dividirse materialmente,
no es esa la partición que debe interesar al jurista, sino la que el llama división civil, que consiste en
la que se hace en partes reales, o bien en porciones intelectuales.
Si un campo de divide en 2 es real pero si muere su dueño y deja dos herederos que pasan a ser
condóminos en unidades indivisas, su división es intelectual.
Entonces para Pothier, las cosas indivisibles son las que no se pueden separar, ni en partes reales
ni en partes intelectuales, como por ej. Servidumbre predial, y así llega a 3 tipos de subdivisión:
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Del pago. Por ejemplo la deuda del causante que pasa a los herederos.
Absoluta
Real
Indivisibilidad
De la obligación
Intelectual
Del pago
El código francés de 1804 siguió a Pothier en la temática de la divisibilidad. La crítica que se le hace
es que es un sistema heterogéneo donde es difícil encontrar un pensamiento uniforme.
Divisibilidad material: resultan divisibles aquellos objetos que pueden cumplirse parcialmente sin que
se desnaturalice su esencia o su sustancia y además mantengan su homogeneidad con relación al
todo.
No hay artículo del CC que la trate. La doctrina discute si es posible crear la indivisibilidad de la
prestación mediante voluntad de las partes en un contrato, o hacerlo el testador. Es la llamada
indivisibilidad subjetiva.
Vélez en la nota al art. 670 da una precisa explicación de cómo un hecho divisible pasa a ser
indivisible en función de los fines y deseos de los contratantes (Aunque un terreno considerado en sí
mismo sea divisible, cesa de serlo cuando viene a ser el objeto de una obligación en la cual es
considerado como un lugar destinado a una construcción, o a otro uso que exija la totalidad de ese
terreno).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Esta clase de indivisibilidad puede convenirse en forma expresa o tácita como cualquier
manifestación de la voluntad.
Aquella que impide que la prestación pueda ser fraccionada. Exige la pluralidad de sujetos y cada
acreedor puede reclamar toda la deuda. Cada deudor debe pagarla íntegra.
Indivisibilidad impropia
Por ejemplo en la “obligación de escriturar” que surge del cumplimiento de un boleto de compraventa
suscrito por varios vendedores no es posible exigir a uno solo el cumplimento pleno. Otro ejemplo,
los deudores que se comprometen a escribir una ópera. Uno de ellos la música y otro la letra. Es
imposible exigir la totalidad a cada uno por separado. El reclamo debe hacerse a ambos deudores
conjuntamente.
Casos de indivisibilidad en el CC
Obligaciones de dar
Las de dar cosas inciertas no fungibles (género) son indivisibles, salvo que el número de cosas sea
igual al número de acreedores o a sus múltiplos.
De todas formas, esta regla puede quedar sin efecto por acuerdo de partes.
Obligaciones de hacer
La obligación de hacer es indivisible cuando la prestación tiene una finalidad de concreción. Por
ejemplo, si 2 personas se obligan a hacer un determinado muro, no es posible pensar que cada
deudor se desobliga demostrando que hizo su parte. Lo que no está totalmente hecho no está
hecho.
Obligaciones de no hacer
Hay posiciones encontradas. Por un lado los que sostienen que es indivisible, y otros admiten su
divisibilidad (omisión parcial). La nota al art. 671 se refiere a esta última.
La obligación facultativa tiene un régimen que se determina por la prestación principal (644) y será
divisible o indivisible según lo sea dicha prestación.
Cláusula penal
En las obligaciones de sujeto plural que llevan cláusula penal es necesario considerar lo dispuesto
en los arts.661, 662 y 698.o sea, importa la naturaleza de la obligación que opera como cláusula
penal y no la de la prestación principal.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si la prestación principal es divisible y la cláusula penal también, el deudor incumplidor debe su
parte.
El problema surge cuando la prestación principal es indivisible y la cláusula penal es divisible. Hay 2
corrientes doctrinarias y jurisprudenciales.
Una corriente dice que si uno de los deudores incumple, los demás no pueden cumplir en virtud de la
indivisibilidad. El acreedor tiene derecho a reclamarle a los inocentes y a los culpables la totalidad de
la pena.
La otra corriente (mayoritaria) entiende que sólo debe la pena el deudor que no cumple por su culpa,
siendo aplicable lo dispuesto en el art. 661 que ordena la división de la pena.
Si la pena es indivisible y la obligación principal divisible debe recurrirse a lo dispuesto en el art. 662
(cada deudor debe la pena entera).
Efectos de la divisibilidad
Los arts. 674 y 691 regulan los efectos de las obligaciones divisibles entre el grupo de acreedores y
el de deudores. Aquí rige el principio del fraccionamiento.
Art. 674. Si la obligación se contrae entre muchos acreedores y un solo deudor, o entre muchos
deudores y un solo acreedor, la deuda se divide entre ellos por partes iguales, si de otra manera no
se hubiese convenido.
Art. 691. En las obligaciones simplemente mancomunadas, el crédito o la deuda se divide en tantas
partes iguales como acreedores o deudores haya, si el título constitutivo de la obligación no ha
establecido partes desiguales entre los interesados. Las partes de los diversos acreedores o
deudores se consideran como que constituyen otros tantos créditos o deudas distintos los unos de
los otros.
Se estudian conjuntamente los efectos que corresponden a las divisibles y a las mancomunadas, ya
que si bien tienen naturaleza distinta, jurídicamente las consecuencias son asimilables.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Por ejemplo, si 2 deudores le deben a su acreedor $ 1000, cada uno cumple pagando $ 500, y si 2
personas son acreedoras de $ 1000, el deudor está obligado a pagar $ 500 a cada uno.
Si 4 deudores les deben $ 40000 a 2 acreedores, cada deudor deberá pagar a cada acreedor $
5000.
Cada acreedor puede exigir sólo su parte y cada deudor está obligado solamente a su porción.
Si el deudor paga la totalidad de la prestación a un acreedor no queda liberado con relación a los
demás acreedores (art. 675), y sí podrá repetir todo lo demás que hubiese pagado. Se aplican las
normas del pago de lo indebido y además debe verse si el pago se hizo a sabiendas o en ignorancia.
Si se pagó sabiendo no es posible repetir. El solvens tendrá acción contra sus codeudores
asimilándose el caso al pago por tercero (art. 727). Podrá reclamar por acción de mandato, gestión
de negocios o la in rem verso.
El art. 676 prevé la posibilidad de que un deudor quede obligado al pago total ya sea por el título
constitutivo de la obligación o por convención con los otros codeudores.
El deudor que pagó la totalidad dispone de la acción de regreso contra los otros deudores por la
parte de cada uno que él hubiese pagado.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Obligación divisible y “Exceptio non adimpleti Contractus”.
Por ejemplo en los contratos bilaterales, donde concurren varios obligados a una prestación divisible
son, a su vez, acreedores de una prestación indivisible.
Por ejemplo, A y B compran un bien a C por $1000. A y B deben cada uno $ 500, y C debe la
totalidad del bien (por ejemplo una casa). Si alguno de los deudores del precio reclama como
acreedor el bien, el vendedor (C), podrá válidamente oponer la exceptio non adimpleti (excepción de
incumplimiento- art. 1201) si el otro deudor del precio no cumplió aún.
Los acreedores son quienes deben soportar la insolvencia de alguno de los deudores (arts. 677 y
694)
Art. 677. Si uno o varios de los codeudores fueren insolventes, los otros codeudores no están
obligados a satisfacer la parte de la deuda que a aquéllos correspondía.
Art. 694. La insolvencia de uno de los deudores debe ser soportada por el acreedor, y no por los
otros deudores.
Otros efectos
Deben ser atendidos en relación a la autonomía de cada obligación con respecto de las otras y el
principio de fraccionamiento:
Prescripción
Cosa juzgada
Transacción
267
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Prescripción
Cosa juzgada
Los efectos de la sentencia sólo hacen cosa juzgada entre los intervinientes del pleito.
Son personales. El deudor que incumple mediando dolo, culpa o mora es el único responsable de
las consecuencias.
Transacción
La realizada por un acreedor con un deudor extingue parcialmente la obligación (art. 851). No puede
ser opuesta al resto de los deudores ni invocada por éstos contra los acreedores.
Novación
Entre deudor y acreedor extingue la obligación sólo con relación a esos dos sujetos. Los demás
deudores siguen obligados, y el acreedor mantiene su derecho contra ellos.
Remisión
Compensación
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Efectos de la Indivisibilidad
En nuestro derecho la mancomunidad se presume, o sea que si nada se ha dicho, son obligaciones
mancomunadas por presunción. (art. 701 Para que la obligación sea solidaria, es necesario que en
ella esté expresa la solidaridad por términos inequívocos...)
El pago hecho por cualquier deudor a cualquiera de los acreedores libera a los demás y extingue la
obligación, pero esto tiene una excepción que es el principio de prevención (art. 731 inc 2ª).
Este principio establece que si bien el deudor puede pagarle a cualquiera de los acreedores, pero
cuando uno de ellos ya lo hubiera prevenido (demandado y notificado) deberá pagarle a ese.
La mora de un deudor es personal. Sólo afecta a ese deudor y no afecta al resto. Los intereses
moratorios serán sólo para ese deudor moroso.
Culpa y dolo son también personales, por o que si la cosa se pierde por culpa del deudor sólo este
es responsable. Cuando la obligación no se cumple por conducta dolosa o culpable de un deudor,
269
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
éste debe el valor del objeto de la prestación más los daños y perjuicios. Los otros deudores quedan
liberados o pagarán su parte y el doloso además de la parte adicionará los daños y perjuicios.
Insolvencia
La insolvencia de uno de los deudores, no perjudica al acreedor, el cual podrá exigir a otro deudor el
cumplimiento íntegro de la obligación (art. 686), pero si la obligación se transforma en pago por
daños y perjuicios se aplican las reglas previstas para las obligaciones mancomunadas con objeto
divisible quedando la insolvencia a cargo del acreedor.
Cosa juzgada
Una fundada en la doctrina francesa. La sentencia entre acreedor y uno de los deudores o entre uno
de los acreedores y el deudor, hace cosa juzgada para todos, en razón de la identidad del objeto e
identidad de partes, ya que cada deudor o acreedor representa a los demás.
Otra opinión entiende que la cosa juzgada sólo alcanza a quienes aprovecha, pero no a los que no
fueron parte en el juicio.
La postura mayoritaria niega los efectos de la cosa juzgada a quienes no intervinieron en la litis, pero
no hay que olvidar que se trata de una obligación indivisible, y si por ejemplo el acreedor fue
rechazado en su pretensión, no es posible admitir que otro coacreedor renueve la misma pretensión.
Prescripción
La prescripción de la deuda indivisible beneficia a todos los deudores y perjudica a todos los
acreedores.
Si el curso de la prescripción es interrumpido por uno de los acreedores, se benefician todos y sus
efectos se propagan a todos los deudores. La suspensión opera igual.
Art. 688. Prescripta una deuda indivisible por uno de los deudores contra uno de los acreedores,
aprovecha a todos los primeros, y perjudica a los segundos; e interrumpida la prescripción por uno
de los acreedores contra uno de los deudores, aprovecha a todos aquellos y perjudica a todos estos.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Remisión
Cada acreedor es titular de una parte pero puede reclamar el todo. Cuando hay varios acreedores y
un deudor, y uno de estos remite la deuda, el deudor sigue obligado con relación a los demás.
Si hay un acreedor y varios deudores, y se remite la obligación a uno de los deudores, esta remisión
no alcanza a los demás deudores. El acreedor mantiene el derecho íntegro contra los demás. (la
Transacción funciona igual: Art. 851. La transacción hecha por uno de los interesados, ni perjudica ni
aprovecha a tercero ni a los demás interesados, aun cuando las obligaciones sean indivisibles).
Novación
Acreedor único con uno de los deudores: art. 810. Extingue la obligación plenamente. Libera a todos
los obligados.
Uno de los acreedores y el deudor común: no prevista por CC, pero no altera el derecho de los otros
acreedores no intervinientes.
Compensación
Si uno de los deudores compensara con uno de los acreedores, debe asimilarse ese hecho al pago,
y por lo tanto se extingue totalmente la obligación.
271
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Relaciones internas entre ambos grupos. Acción de distribución y acción de contribución.
Art. 689. Las relaciones de los acreedores conjuntos entre sí, o de los deudores conjuntos entre sí,
después que uno de ellos hubiese cumplido una obligación divisible o indivisible, se reglarán de la
manera siguiente:
1. Cada uno de los acreedores conjuntos debe pagar una cuota igual o desigual, designada en
los títulos de la obligación, o en los contratos que entre sí hubiesen celebrado.
2. Si no hubiere títulos, o si nada se hubiese prevenido sobre la división del crédito o de la deuda
entre los acreedores y deudores conjuntos, se atenderá a la causa de haberse contraído la
obligación conjuntamente, a las relaciones de los interesados entre sí, y a las circunstancias de cada
uno de los casos.
3. Si no fuese posible reglar las relaciones de los acreedores o deudores conjuntos entre sí, se
entenderá que son interesados en partes iguales, y que cada persona constituye un acreedor o un
deudor.
En las obligaciones indivisibles, el pago efectuado por un deudor a un acreedor extingue totalmente
la deuda y el crédito, pero al mismo tiempo abre un nuevo orden de relaciones de "contribución"
entre el deudor que pagó y sus coobligados, y otro de "distribución" entre el acreedor accipiens y sus
propios compañeros.
Tratándose la obligación de dar un cuerpo cierto, el pago realizado a uno de los acreedores tendrá
como consecuencia convertir a todos en condóminos del objeto, ya que la entrega al acreedor que
recibió la cosa provoca la "tradición" traslativa del dominio a favor de todo el grupo creditor
(argumento del art. 2394). De forma tal que quien cobró deberá después permitir a cada uno de los
restantes acreedores la correspondiente participación en el uso y goce de la cosa, y el ejercicio de
aquellas facultades que sean compatibles con su condición de condómino y los derechos de los
demás (doctrina del art. 2684). Acción de distribución
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El deudor que pagó la totalidad de la deuda puede exigir de sus coobligados el reintegro de sus
respectivas cuotas partes, sea en virtud de la acción(contribución), fundada en el título de la
obligación o en las circunstancias que determinaron a los codeudores a obligarse en forma conjunta,
sea mediante la acción de pago con subrogación del artículo 768, inciso 2º. Todo lo cual exige
previamente la reducción de la prestación a una suma de dinero, sobre la base de la cual se habrá
de practicar luego la división.
En cuanto a la proporción de cada acreedor o del deber de contribución de cada deudor, si ello no
surgiere de los títulos de la obligación o no hubiese títulos, la ley prevé que habrá que atenerse: a la
causa de haberse contraído la obligación, a las relaciones internas de los interesados entre sí y a las
circunstancias de cada uno de los casos. Y si no obstante todavía no se pudiese establecer en qué
medida concurren unos y otros en el crédito o en la deuda, se entenderá que "son interesados por
partes iguales y que cada persona constituye un acreedor o un deudor".
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Obligaciones Solidarias
Estas obligaciones se caracterizan porque cualquiera de los acreedores puede reclamar a cualquiera
de los deudores la totalidad de la prestación.
Art. 699. La obligación mancomunada es solidaria, cuando la totalidad del objeto de ella puede, en
virtud del título constitutivo o de una disposición de la ley, ser demandada por cualquiera de los
acreedores o a cualquiera de los deudores.
Entonces, debe ser probada por quien la invoque. Si no hay prueba es simplemente mancomunada.
Acá sucede lo mismo que en las obligaciones indivisibles: el deudor debe la totalidad de la
prestación, pero mientras en las indivisibles ello se produce por la naturaleza de la obligación, en las
solidarias se debe a la voluntad de las partes o de la ley.
Caracteres
Pluralidad de sujetos
Unidad de objeto
Unidad de causa
Pluralidad de vínculos
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La solidaridad se fundamenta en la representación recíproca que existe entre todos los deudores o
acreedores.
La solidaridad pasiva es la más frecuente y tiene por finalidad asegurar al acreedor el cobro de su
crédito, ya que podrá reclamar a cualquier deudor la totalidad de la deuda. Otorga seguridad al
acreedor y lo protege de la insolvencia de algún deudor.
La solidaridad activa facilita el cobro ya que permite a cualquier acreedor demandar el pago total
beneficiando a todos. Funciona como un tipo de poder recíproco para cobrar.
Antecedentes históricos
Obligaciones in solidum: fueron producto de creación pretoriana ajena a la voluntad de las partes. Se
imponía a los autores de un delito o de un incumplimiento contractual, el deber total y la reparación
de daños. El que pagaba carecía de acción recursoria contra los demás deudores.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Por ejemplo en el caso de daño causado por autores plurales, el art. 1081 los hace a todos deudores
solidarios o in sólidum de la reparación.
La víctima podrá entonces "elegir", seleccionar de entre los varios a quien demandar, conforme a su
conveniencia y, las más de las veces, posibilidades de cobro.
La solidaridad perfecta requiere, en doctrina, una "causa única", que en el caso del daño esta causa
única no existe: a cada uno se le imputa "su obrar", propio y diferente. De ahí que deba hablarse de
solidaridad imperfecta o in sólidum o de una obligación en mano común. Y, por tratarse de un obrar
intencionado, doloso, no hay acción de reintegro o recupero en la relación interna. No se les permite
"invocar su propia torpeza", accionar con base en un obrar contrario a Derecho.
Existen además ciertos supuestos legales en los que cada deudor responde por el todo a su
acreedor, pero no son obligaciones solidarias ni indivisibles, y que pueden ser confundidas con las
solidarias.
Si bien son de sujeto plural y los deudores deben el total al acreedor, tienen diferente causa pero
mantienen la unidad de objeto o prestación.
Responsabilidad del comitente por el hecho de sus dependientes, el de los padres por sus hijos
menores, la del propietario por las cosas inanimadas, etc.
Además, por ejemplo el derecho que tiene como acreedor el dueño de la casa incendiada o el auto
robado que puede reclamar por el daño tanto a la aseguradora como contra el delincuente.
Características
Unico acreedor
Pluralidad de deudores
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
No existe contribución
Existe repetición si el que pagó indemnización no fue el causante material del daño
Se discute si en estas obligaciones solidarias existe un solo vínculo o varios entre los acreedores y
deudores unidos por la relación jurídica.
Existe unidad. Cada uno debe cumplir por el todo. La pérdida de la unidad bifurca a la obligación y
tiende a asimilarla con las mancomunadas divisibles.
La variedad de relaciones aparecen vinculadas y unidas mediante un enlace que ordena los vínculos
singulares.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Clases de solidaridad
Impuesta por la ley para proteger a los acreedores o bien por ejemplo estableciendo sanciones más
graves ante delitos y cuasidelitos (1081).
La mayoría de la doctrina sostiene que la sentencia es declarativa pero a veces, ante situaciones no
previstas el juez impone la solidaridad pasiva sin violentar el principio general de mancomunación
simple presunta.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Solidaridad activa
No presunción de solidaridad
Para nuestro derecho civil, en caso de duda, la mancomunación simple se presume. Quien alegue
solidaridad debe probarla.
El art. 701 establece que “para que la obligación sea solidaria, es necesario que en ella esté expresa
la solidaridad por términos inequívocos”.
Efectos de la solidaridad
Los efectos hay que analizarlos teniendo en cuenta la solidaridad sea activa o pasiva, y por otra
parte debemos analizar los efectos que se producen en la relación interna entre los dos grupos.
Recordemos: los efectos son consecuencia de la unidad del vínculo y el interés común que origina la
obligación.
Vélez en la nota al art. 706 sostiene que “Cada uno de los acreedores solidarios, como cada uno de
los deudores, es representante y mandatario de los otros.”
Se producirán efectos
Principales o necesarios
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Secundarios o accesorios.
Efectos Principales
Secundarios
Interrupción de la prescripción
Art. 705. Éste es el más importante de los efectos de la solidaridad. La parte acreedora (cualquiera
de ellos) puede optar entre demandar el pago de la totalidad de la deuda, contra todos los deudores
conjuntamente o contra cualquiera de ellos.
Art. 706 se refiere al derecho del deudor a pagar todo a cualquiera de los acreedores con la
excepción del principio de prevención. Para ejercitar el derecho de prevención, la demanda debe ser
judicial y notificada al deudor. Es una especie de embargo del crédito por el acreedor que promueve
el juicio. Si el deudor, estando notificado de la demanda, paga a otro acreedor, ese pago es
inoponible a quien promovió, y el deudor deberá pagar nuevamente (el que paga mal, paga dos
veces), sin perjuicio que pueda repetir lo pagado al acreedor no demandante.
280
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Medios de extinción
En las obligaciones solidarias, los efectos que se produzcan con respecto a uno se extienden a los
otros.
Novación: art. 707. Si un acreedor hace novación con un deudor, la obligación primitiva se extingue
para todos y nace una nueva obligación que une solamente al deudor y acreedor que realizaron la
novación.
Remisión: art. 707. Si uno de los acreedores remite total o parcialmente la obligación al deudor, éste
queda liberado y el resto de los acreedores nada le pueden reclamar.
Para el derecho francés, la remisión de un acreedor sólo libera al deudor de la parte que le
corresponde a dicho acreedor y así se evitan fraudes y componendas en perjuicio del resto de los
acreedores.
Para el derecho argentino, la remisión es una disposición del crédito, por lo tanto si la obligación
solidaria se extingue con el pago, lo mismo sucede con la remisión. Luego se podrán reintegrar lo
recibido o remitido.
Art. 707. [La novación, compensación o remisión de la deuda, hecha por cualquiera de los
acreedores y con cualquiera de los deudores, extingue la obligación.] (Texto según ley 17.711.)
281
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
De tal forma, de producirse cualquiera de esos medios extintivos entre uno o algunos de los
acreedores solidarios y uno o algunos de los deudores, se habrá de extinguir la obligación en su
totalidad.
Transacción: la transacción extingue los derechos y obligaciones que las partes hubiesen
renunciado. Este efecto es relativo a las partes y tiene para ellas efecto de cosa juzgada. Este efecto
no alcanza a las personas que no han intervenido en el acto como los codeudores o los
coacreedores.
Confusión: el art. 707 derogado incluía a la confusión. El actual la excluye. Luego de la reforma,
cuando en una misma persona se reúnen las calidades de acreedor y deudor, la obligación se
extingue en relación al acreedor que obró la confusión (art. 866).
Efectos Secundarios
Estos no atañen a la esencia de obligación solidaria, ya que pueden ser modificados sin alterarla.
Art. 709. Si la cosa objeto de la obligación ha perecido sin culpa del deudor, la obligación se extingue
para todos los acreedores solidarios.
Prescripción:
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La interrupción. Cualquier acto que interrumpa la prescripción a favor de los acreedores aprovecha a
los demás.
La suspensión no traslada los efectos hacia los demás acreedores y sólo paraliza el curso de la
prescripción entre los sujetos intervinientes. Por ejemplo, un acreedor se casa con una deudora, o el
acreedor constituye en mora al deudor. Esos actos no benefician a los demás acreedores contra
quienes sigue corriendo el curso de la prescripción.
Intereses
Si uno de los acreedores reclama intereses por efecto de la representación, los demás también
podrán hacerlo.
Cosa juzgada
La cosa juzgada recaída en juicio, es invocable por los coacreedores, pero no es oponible a los
codeudores que no fueron parte en el juicio. Los codeudores pueden invocar la cosa juzgada contra
el coacreedor que fue parte en el juicio (Párrafo agregado por ley 17.711/68).
Al igual que para la activa, en la solidaridad pasiva hay que diferenciar entre efectos principales y
secundarios. Tomemos como ejemplo un acreedor y varios deudores.
Efectos Principales
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Medios extintivos como Novación, Compensación, Confusión, Remisión
Art. 705 así lo dispone. Por entero, contra todos los deudores solidarios juntamente o contra
cualquiera de ellos.
El acreedor puede elegir a quién demandar pero es aconsejable demandar a todos los deudores de
una vez.
Si se demanda a uno solo, debe ser por el total y se limita la posibilidad de reclamo a los demás
deudores ya que si se quiere demandar al resto, deberá demostrarse la insolvencia del primer
deudor demandado.
Medios de Extinción
Novación:
La novación entre el acreedor y uno de los deudores extingue la obligación para todos.
Compensación:
Remisión:
La remisión que haga el acreedor a uno de los deudores extingue la obligación, salvo que hiciera
reserva y declare que la remisión es parcial (perdón parcial de deuda limitado a uno solo), y en ese
caso se mantiene el crédito con el resto de los deudores.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Confusión:
Efectos Secundarios
Mora y Culpa:
Art. 710. Si la cosa ha perecido por el hecho o culpa de uno de los deudores, o se hallase éste
constituido en mora, los otros codeudores están obligados a pagar el equivalente de la cosa.
Art. 711. La indemnización de pérdidas e intereses en el caso del artículo anterior, podrá ser
demandada por cualquiera de los acreedores, del mismo modo que el cumplimiento de la obligación
principal.
Una hace una interpretación literal de los artículos y es mayoritaria en nuestra doctrina.
La otra, basada en la doctrina francesa diferencia entre el valor de lo debido, que debería ser
afrontado por todos los deudores, y los demás daños que sólo corresponde indemnizar a quienes
obraron con culpa o dolo o fueron morosos.(Compagnucci)
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En las obligaciones solidarias, la constitución en mora de uno de los obligados se hace extensible a
los demás. Por tal razón, tratándose de una obligación solidaria la asumida por los coejecutados,
colibradores del pagaré base del juicio, la mora en que incurriera uno de los firmantes del documento
afecta al otro obligado por igual.
De todas formas, recurriendo a los arts. 520 y 521, puede sugerirse la siguiente solución: todos los
codeudores habrán de responder por el valor de la prestación y por los daños y perjuicios que sean
consecuencia inmediata y necesaria del incumplimiento (art. 520), pero sólo el codeudor que
incumplió dolosamente deberá responder, además, por las consecuencias mediatas previsibles (art.
521).
Entonces, si hay dolo, la situación de los deudores no dolosos no se afecta ya que el dolo es
personal, y sólo quedan obligados por el valor de la cosa.
Prescripción:
Cualquier acto que interrumpa la prescripción en favor de uno de los acreedores o en contra de uno
de los deudores, aprovecha o perjudica a los demás.
El principio general (art. 713 y 3994) establece que cualquier acto interruptivo de la prescripción en
contra de uno de los codeudores solidarios es oponible a los demás.
La cuestión es clara y no ha generado dudas cuando la interrupción resulta de una demanda judicial
o de compromiso hecho en escritura pública (arts. 3986 y 3988), en cuyo caso la fecha en que
ambos han tenido lugar es indudable también para los terceros.
Suspensión de la prescripción:
Cosa juzgada:
Art. 715. la cosa juzgada recaída en juicio no le es oponible a los deudores que no fueron parte del
juicio, pero estos podrán invocarla contra el deudor.
a) las causas de nulidad que afectan intrínsecamente a la obligación: falta o ilicitud de la causa;
objeto prohibido o contrario a la ley; el error, dolo o violencia que involucren a todos los obligados; la
falta de formas solemnes, etc.
b) las causas de extinción de la obligación, como el pago, novación, compensación, remisión, etc.
d) las modalidades (plazo, condición, etc.), que comprendan a todos los deudores en conjunto.
Transacción:
Igual situación que para solidaridad activa. El deudor que no participó en la transacción, puede
invocarla, pero no puede oponérsele a él. Así se favorece la situación del deudor que no participó del
acto contractual de transacción.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Intereses:
Art. 714 La demanda de intereses entablada contra uno de los deudores solidarios, hace correr los
intereses respecto de todos.
Se reafirma lo establecido en el art. 710, los codeudores incumplidores que no fueron demandados o
reclamados, también son deudores de intereses moratorios. El deudor demandado debe ser
previamente interpelado para su constitución en mora.
Cuando uno de los acreedores recibió la totalidad del pago, compensó o hizo quitas o remisión,
queda deudor de los demás acreedores (art. 708). El art. 689 establece el orden de distribución: 1º
de acuerdo a título de la obligación, 2º según los contratos celebrados, 3º la causa de la obligación,
4º las relaciones de los interesados entre sí y las circunstancias del caso, 5º si de todo ello no surge,
se entenderá que es por partes iguales.
Si un deudor pagó la totalidad de la deuda, los demás deudores deben hacerle reintegro, cada uno
por su parte (principio de contribución).
Para exigir el reintegro, el deudor que pagó (solvens) puede subrogarse en los derechos del
acreedor o ejercer la acción de regreso o de gestión de negocios.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Insolvencia de un deudor:
La insolvencia de uno de los deudores no perjudica al acreedor, pues la pérdida se repartirá entre
los otros deudores y el que hizo el pago (art. 717).
Si el acreedor ha demandado a un deudor y éste resultó insolvente, podrá demandar a los demás
deudores, pero previamente deberá acreditar la insolvencia del anterior.
Se plantea la cuestión que uno de los deudores es insolvente y otro deudor fue dispensado de la
solidaridad por el acreedor. ¿quién soporta la parte del insolvente?
No olvidar el principio que dice que la insolvencia de uno de los deudores debe ser soportada por el
resto, y que los actos del acreedor no pueden recaer en perjuicio de terceros a esa obligación.
Pothier sostiene que es el acreedor quien debe soportar la parte del dispensado.
Nuestra doctrina opina que aún el deudor dispensado de la solidaridad debe aportar su parte
correspondiente al deudor insolvente, ya que el acreedor no puede sufrir por la insolvencia del
deudor (nota al art. 717).
Art. 712 Si falleciere alguno de los acreedores o deudores, dejando más de un heredero, cada uno
de los coherederos no tendrá derecho a exigir o recibir, ni estará obligado a pagar sino la cuota que
le corresponda en el crédito o en la deuda, según su haber hereditario.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
precisamente se le podía exigir a su causante, en su condición de coobligado solidario; en tanto que
a cada heredero, separadamente, sólo se le podrá reclamar el pago del porcentual de la prestación
total, que corresponda a su parte en la herencia.
La limitación de los efectos de la solidaridad en cuanto a los coherederos del codeudor fallecido trae
aparejadas las siguientes consecuencias:
la interrupción de la prescripción operada con respecto a uno de los herederos no propaga sus
efectos con relación a sus coherederos y, en cuanto a los demás originarios codeudores, tal efecto
sólo se produce en proporción a la parte que aquel heredero tenía en definitiva en la deuda solidaria
(art. 3995), y b) la demanda de intereses instaurada contra uno de los coherederos se rige, en
cuanto a sus alcances, por análogos principios a los indicados precedentemente.
Si el sujeto activo quiere reclamar el pago íntegro del crédito a tales herederos, es imprescindible
que los demande a todos en forma conjunta, mientras que nada impediría, en cambio, la demanda
de la totalidad del crédito a uno solo cualquiera de los otros codeudores solidarios sobrevivientes.
Defensas oponibles
Comunes (art.715). pago, novación, prescripción, imposibilidad de cumplimiento, nulidad del acto por
razones de forma, vicios, etc.
Personales: nulidad por vicio de la voluntad personal (violencia o dolo), incapacidad o falta de
representación necesaria para el acto, dispensa de la solidaridad, remisión parcial, etc.
Extinción de la solidaridad
Pueden extinguirse tanto la pasiva como la activa. El CC sólo contempla la extinción total y parcial
de la pasiva.
La extinción de la solidaridad activa puede darse porque el deudor acordó con los acreedores que
esa obligación se transforme en mancomunada simple (autonomía de la voluntad).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La renuncia a la solidaridad pasiva está prevista en el art. 704. se da cuando el acreedor conviene
con todos los deudores en dividir la obligación (extinción plena o absoluta). Esta renuncia puede ser
expresa o tácita. (arts. 917 y 918).
En ambos casos, el deudor beneficiado queda como deudor de obligación mancomunada simple y
los otros siguen siendo solidarios y se les debe deducir la parte del liberado.
Semejanzas
Pluralidad de sujetos
El pago y otros medios de extinción entre un acreedor y un deudor extinguen toda la obligación.
291
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La interrupción de la prescripción entre un acreedor y un deudor propaga sus efectos al resto.
Diferencias
En las indivisibles, el objeto de la prestación no puede ser cumplido sino por entero (las solidarias es
por el título constitutivo o la ley).
En las solidarias, la mora y la culpa de uno de los deudores trasladan sus efectos a todos los
deudores, lo que no sucede en las indivisibles.
La novación extingue en las solidarias, pero no en las indivisibles a no ser que haya un solo
acreedor.
La suspensión de la prescripción en las indivisibles afecta a todos los sujetos. En las solidarias sólo
a los vinculados.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El art. 527 trae implícitamente aparejada la clasificación de las obligaciones en "puras" o modales",
atendiendo a la circunstancia de que el vínculo se encuentre o no afectado por la presencia de un
elemento accidental, cual es la condición. Y aunque se alude solamente a la condición, la doctrina
predominante considera también modales a las obligaciones que estén supeditadas a un plazo o a
un cargo.
En suma: las obligaciones "puras" son las que no están sometidas a ninguna modalidad, y "modales"
las que sí lo están, se trate de una condición, plazo o cargo.
Importancia
El valor práctico de tal clasificación reside en que las modalidades no se presumen, por lo que deben
ser probadas por quien las invoque.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Concepto de obligaciones "puras"
Obligaciones condicionales
Concepto de condición
Condición:
El hecho condicionante es el supuesto fáctico que debe suceder para dar vida a la condición.
Caracteres de la condición
a) es una modalidad voluntaria del acto jurídico en cuestión, por cuanto debe ser acordada o
convenida por las partes del acto, siendo distinta de la conditio iuris, que tiene su origen en la ley;
b) es un elemento accidental de tales actos que puede o no existir, o sea que no hace ni a la esencia
ni a la naturaleza de los mismos, aunque una vez introducida en un determinado acto se torna tan
importante como cualquiera de sus elementos esenciales;
d) es indivisible como lo establece el artículo 585, por lo que "cumplida en parte la condición, no
hace nacer en parte la obligación",
e) es accesoria de la obligación o del acto jurídico de que se trate, pues en ellos encuentra su razón
de ser.
Prueba
Aunque las condiciones que se relacionan con actos a los que la ley exige una forma especial tienen
que ser probadas por medio de dicha forma (art. 1184), y tratándose de condiciones anejas a
contratos que excedan de diez mil pesos, queda descartada la prueba testimonial (art. 1193).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Forma
La condición puede ser convenida entre las partes si se trata de un acto bilateral, o impuesta por el
otorgante de un acto jurídico unilateral, todo con ajuste a los principios generales que rigen la
manifestación de la voluntad en los actos jurídicos (arts. 915, 973 y ss.). Puede ser fijada de manera
expresa o tácita.
a) ser futuro;
b) ser incierto;
a) Futuro. El hecho condicionante debe suceder con posterioridad a la celebración del acto jurídico.
La exigencia de que se trate de un evento futuro asegura la incertidumbre objetiva de la condición.
Se ha planteado, asimismo, el problema acerca de cuál es el momento que debe tomarse como
punto de partida para establecer el carácter futuro del acontecimiento. En materia de actos entre
vivos, el hecho deberá ser posterior al tiempo de la celebración del acto (doctrina del art. 951), y si
se trata de actos de última voluntad, el hecho condicionante deberá suceder con posterioridad a la
muerte del testador, momento en el que tales actos recién devienen eficaces (doctrina del art. 952).
b) Incierto. Esto significa que el hecho condicionante debe ser contingente, es decir, que podrá o no
suceder. Tratándose de una incertidumbre objetiva, sobre que tal acontecimiento pueda o no llegar a
acontecer en la realidad, y no una mera ignorancia de las partes sobre si sucedió o no tal evento.
Cabe insistir, además, en que en esta situación de incertidumbre se tiene en cuenta si el hecho
ocurrirá o no, o sea que lo incierto se vincula con la existencia misma del evento, pero no si la
incerteza versa sólo sobre el tiempo en que pueda llegar a suceder un acontecimiento necesario,
que es lo que caracteriza a la modalidad del plazo incierto, que versa sobre un hecho que
necesariamente habrá de suceder, pero que no se sabe cuándo: certus an, incertus quando.
296
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Clases de condiciones
Suspensivas o resolutorias
Positivas y negativas
Simples y complejas
Suspensivas y resolutorias
Positivas y negativas
Clasificación doctrinaria.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La negativa implica que el evento no se produzca.
Permitidas y prohibidas
En las primeras no existe ningún obstáculo natural o legal para hacer depender de ellas la eficacia
de la obligación, por lo que pueden ser libremente convenidas.
Las segundas son las que traen aparejada la invalidación de la obligación, sea por existir a su
respecto una imposibilidad natural o jurídica, o por estar vedadas por las leyes, o por ser contrarias a
la moral y a las buenas costumbres.
Contrarias a las buenas costumbres: las del art. 531 (habitar siempre en lugar determinado, o sujetar
la elección de domicilio a la voluntad de un tercero, o no casarse, etc. Son hechos que en sí mismos
son lícitos y permitidos por las leyes, pero puestos en la cláusula condicional, tornan inválida la
obligación. El art.531 es sólo enunciativo.
Casuales:
Potestativas:
el cumplimiento se vincula a alguna de las voluntades. Pueden ser propias (condición “si quiero”)
que dejan sin validez al acto, e impropias que no afectan la virtualidad del negocio. Su logro implica
un sacrificio y no un mero capricho (art. 542)
Mixtas:
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
combinación de las 2 anteriores.
Simples y complejas
Compleja: varios hechos condicionantes. Será conjunta si deben producirse todos o alternativa
cuando sólo es necesario que se produzca uno.
Cumplimiento efectivo.
Cuando el hecho acontece (en las positivas) o se frustra (en las negativas).
Hay que tener presente el contenido del art. 533: “Las condiciones deben cumplirse de la manera en
que las partes verosímilmente quisieron y entendieron que habían de cumplirse.”
Cumplimiento ficto.
Dolo del interesado. Quien pretende que la condición no se cumpla, lo impide dolosamente. La ley
declara como cumplida la condición.
Negativa del tercero. Sólo aplicable a testamentos. La condición que depende del acto voluntario de
un tercero, dispone que si éste se niega o rehúsa su consentimiento, debe tenerse a aquélla por
cumplida, argumentándose para justificar tal solución con el respeto a la libertad humana.
La condición no se cumple por la ocurrencia de un caso fortuito o fuerza mayor, o se cumple pero
merced a la acción ilegítima de la parte interesada en que aquélla aconteciera.
En esta materia, si en razón de un evento fortuito no acontece el hecho al que las partes supeditaron
la eficacia del vínculo, ésta será la realidad que habrá de tenerse en cuenta y, por lo tanto: si la
condición era suspensiva la obligación habrá de quedar sin efecto, y a la inversa, si aquélla era
resolutoria, la obligación adquirirá su plena eficacia.
Cuando la condición se cumple merced a la ilegítima actividad del interesado en que ello ocurra, la
doctrina coincide en que debe tenerse por fracasada la condición.
Tiempo de cumplimiento
Las partes pueden haber establecido un término para que el acontecimiento se cumpla o no, o bien
pudieron no haberlo acordado.
Cuando las partes han señalado un plazo dentro del cual debe cumplirse la condición, tenemos en
realidad reunidas dos modalidades: una condición sometida a un plazo.
Nuestro Código distingue al respecto según se trate de una condición positiva o de una negativa.
En la condición positiva,
300
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Caducidad de pleno derecho
La caducidad de la condición se habrá de producir de pleno derecho, lo que significa que: el fracaso
del evento condicionante o el vencimiento del plazo fijado sin que el acontecimiento se hubiese
realizado va a privar al acto de su eficacia, sin necesidad de constitución en mora o acción judicial
alguna.
debe aplicarse lo establecido en el art. 541. En el tiempo que es verosímil que las partes entendieron
que debía cumplirse. Se tendrá por cumplida cuando fuere indudable que el acontecimiento no
sucederá.
Los efectos del negocio jurídico condicional pueden ser retroactivos al momento del nacimiento o
bien ex nunc¸ o sea al momento en que se cumplió la condición.
El sistema ex nunc es tomado por las legislaciones modernas (BGB, suizo, portugués).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si se trata de una condición suspensiva, se la entiende como no puesta y su efectivización significa
un negocio pleno dese su nacimiento.
Pendiente.
Estando pendiente, el derecho se encuentra en estado potencial. El acreedor puede solicitar actos
de conservación del crédito: embargos, separación de patrimonios, inscripción en los registros, etc.
El acreedor carece de derecho para reclamar el cumplimiento, y el deudor no está obligado a
efectivizar la prestación.
Frustrada.
Art. 548. si la condición no se cumple, es considerado como si la obligación nunca hubiese existido.
El acreedor debe restituir la cosa recibida haciendo suyos los frutos.
Si el acreedor dispuso de las cosas recibidas y éstas son muebles, los 3º de buena fe y a título
oneroso están cubiertos y no hay acción reivindicatoria. Si son transmitidos de mala fe o a título
gratuito, procede la acción reivindicatoria.
Si son bienes inmuebles, la acción procede ya que no se puede alegar la buena fe (registros).
Cumplida.
Cumplida la condición suspensiva, la obligación queda como pura y simple y con plenos efectos. El
acreedor puede exigir y el deudor debe cumplir.
Si el deudor que quedó en posesión de la cosa hizo actos de disposición habrá que ver si son
inmuebles, se hizo la tradición y es de buena fe, no hay acción posible (pero argumentar el tema de
los Registros).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si son bienes muebles fungibles, la retroactividad sólo se aplica en el supuesto de fraude y si son no
fungibles se extiende a los terceros de mala fe.
Pendiente.
Es posible exigir el cumplimiento y pedir medidas cautelares. Los derechos son transmisibles.
Cumplida.
Si se cumple la condición, la obligación se tiene como no sucedida, los derechos quedan revocados
y la relación jurídica queda sin causa. Las partes deben restituirse las cosas entregadas, pero los
frutos no se adeudan. Los bienes que perecen por caso fortuito no se reclaman. Si hubo actos de
disposición sobre inmuebles se aplican las normas sobre dominio revocable y el deudor que era
propietario anterior recibe el bien libre de gravámenes y tiene acción real contra terceros quienes no
podrán alegar la buena fe porque el título anterior estaba limitado por la condición.
Si se dispone sobre muebles, si los terceros adquirieron a título oneroso y de buena fe, están
protegidos.
Frustrada. Art. 544. ante la frustración de la condición, el derecho queda irrevocablemente adquirido
por el acreedor como si hubiese sido una obligación pura y simple.
303
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
También llamadas condiciones impropias o legales. No son verdaderas condiciones.
La condictio iuris consiste en uno o varios hechos que cumplimentan requisitos legales a fin de dar
validez o eficacia a los actos. TIENEN SIEMPRE ORIGEN EN LA LEY y las partes carecen de
potestad para intervenir en su creación.
Ejemplos: el nasciturus, (Art. 70), la compensación legal como medio de extinción siendo necesario
que la oponga el acreedor (art. 818), la vigencia de la fianza que exige una obligación principal válida
(art. 1994).
Siempre son ex nunc (desde que el negocio se perfecciona). Nunca son retroactivas.
Plazo o término
Art. 566. La obligación es a plazo, cuando el ejercicio del derecho que a ella corresponde estuviere
subordinado a un plazo suspensivo o resolutorio.
El plazo es una cláusula que subordina la producción de efectos jurídicos, a un acontecimiento futuro
y cierto, desde el cual comienza o hasta el cual dura la eficacia de un negocio jurídico.
El plazo se diferencia de la condición en que es siempre cierto y los efectos del plazo son hacia el
futuro, nunca retroactivos.
Clases de plazo
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Cierto e incierto
Determinado e indeterminado
Expreso o tácito
Esencial y no esencial
Inicial o suspensivo: supedita la PRODUCCIÓN de efectos jurídicos a un hecho futuro y cierto. Hasta
que no se cumpla no puede exigirse el cumplimiento de la obligación o el ejercicio de un derecho.
Final o resolutorio. Supedita el CESE de los efectos jurídicos a un hecho futuro y cierto.
Incierto. Hecho futuro que necesariamente ocurrirá pero no se sabe cuando. Ej. Muerte.
Determinado. Las partes supeditan, establecen, determinan a un hecho que conocen con antelación
y que necesariamente ocurrirá,
No esencial. Permite le efectivización con posterioridad al vencimiento del plazo. P.e pago de una
suma de dinero.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Plazo inicial pendiente. Los efectos quedan postergados. Mientras transcurre el plazo, la obligación
no es exigible. El acreedor no puede exigir el cumplimiento pero está facultado a transmitir el
derecho, solicitar medidas cautelares o reclamar judicialmente el reconocimiento de su derecho. El
pago hecho antes del vencimiento NO es repetible (no es un error esencial).
Plazo inicial vencido. Nace el derecho a exigir los efectos propios. No hay efecto retroactivo.
Plazo resolutorio (te presto el auto hasta el lunes próximo, un contrato de alquiler)
Pendiente. La obligación debe considerarse como pura, y el acreedor puede pedir el cumplimiento, y
el deudor se encuentra obligado a cumplir.
Pero las partes, en ejercicio de la autonomía de la voluntad, pueden convenir libremente en beneficio
de qué parte se instituye el plazo.
Como principio general, la obligación debe pagarse el día del vencimiento del plazo, ni antes ni
después, salvo común acuerdo de partes, o que lo contrario surgiera, expresa o tácitamente, de los
términos del negocio.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Cuando el plazo es interpretado como puesto a favor del deudor, se puede producir el decaimiento
del término y la pérdida del supuesto beneficio que éste tenía para postergar el cumplimiento.
(aunque la voluntad del comprador está muy restringida, porque se trata de un contrato de
adhesión): alguien va a comprar una heladera en cuotas. El contrato que se celebra con el vendedor
establece que las cuotas se pagarán del 1 al 5 de cada mes y si no se paga por dos cuotas
consecutivas (o 3 alternadas) se produce la caducidad del plazo: se deberá pagar el resto al
contado.
2) Subasta del bien prendado o hipotecado. Cuando se ordena la subasta judicial de un bien que a
su vez estuviera prendado o hipotecado en favor de otro u otros acreedores, estos últimos trasladan
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
su garantía en virtud de una subrogación real a lo producido por la venta forzosa. Y en ese supuesto
el art. 754 establece que, si hubiera plazo suspensivo, los acreedores no están obligados a respetar
ese término y pueden pedir la efectivización de su crédito.
Modo o cargo
Es una obligación accesoria que se impone al adquirente de un derecho, en favor de quien impuso
esa obligación (instituyente) o de un tercero.
El deudor se obliga a transmitirle un derecho al acreedor, con el cargo de que el acreedor realice un
acción en favor de un 3ero o del mismo instituyente (deudor). "Te dono una casa con el cargo de que
me la pintes o te dono una casa con el cargo de que se la pintes a mi vecino".
El cargo siempre se impone en los actos a título gratuito.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El beneficiario puede no aceptar la donación, si no quiere cumplir con el cargo. Si ya la aceptó y
posteriormente no quiere cumplir con el cargo, puede abandonar la cosa, es decir, devolverla al
donante.
"Te dono con el cargo de que cumplas algo ilícito": la obligación principal cae por nulidad.
¿Y si el cargo es posible al momento de celebrarse la obligación pero después se convierte en
imposible, sin que medie culpa del deudor? "Dono un inmueble a X, con el cargo de que X me pinte
un cuadro (porque era un pintor famoso) y X se queda ciego: no podrá cumplir con el cargo, por caso
fortuito. En este caso, la obligación quedará como pura y simple, sin el cargo.
Si no fuera un pintor famoso, sino uno de brocha gorda, se cumplirá la obligación por un 3ero.
Naturaleza jurídica
Obligación accesoria que sólo se puede imponer en los negocios a título gratuito y puede ser
considerado como una condición suspensiva, una presuposición o motivo, y una causa.
No se puede asimilar a la condición. El cargo no suspende los efectos del acto ni tiene efectos
retroactivos.
Clases de cargo
Simple
Condicional suspensivo
Condicional resolutorio
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Simple: el imponente o el beneficiario sólo puede exigir el cumplimiento. Carece de efectos
resolutorios.
Condicional suspensivo. Previsto en el art. 558 de manera indirecta. Implica que es necesario
cumplir con el cargo para obtener el derecho a exigir lo principal. Estrictamente no sería un cargo
sino más bien un acto sometido a condición, porque si no el derecho no puede quedar en suspenso
hasta que se cumpla el mismo.
Condicional resolutorio. El art. 559 dice que si el cargo impuesto no se cumple, hace que el
beneficiario pierda el derecho adquirido, y para ello es necesaria una sentencia judicial. Esto sí es un
verdadero cargo y no una condición. Siempre es necesario el reclamo ante la justicia.
Voluntario
Posible y lícito
Accesorio
De cumplimiento obligatorio
Tiempo de cumplimiento
Art. 561. Si no hubiere plazo para cumplir los cargos, deberán cumplirse en el plazo que el juez
señale.
Transmisión
La obligación de cumplir con los cargos se transmite a los herederos quienes pueden liberarse
haciendo abandono de la cosa, o haciéndolo por un tercero salvo que fuese un cargo personal. Si el
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
obligado muere sin cumplir la adquisición queda sin ningún efecto, volviendo los bienes al imponente
o a sus herederos.
Efectos de la resolución
El art. 1855 trata este tema con respecto a los terceros adquirentes como un supuesto de dominio
revocable con efecto retroactivo a la fecha de la liberalidad. El tercero puede impedir el efecto
cumplimentando el mismo el cargo de ser posible.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Las obligaciones perfectas son las civiles, que contienen en sí mismas todos los elementos y
fundamentalmente permiten al acreedor exigir el cumplimiento.
Las naturales o imperfectas carecen de eficacia con el derecho positivo, y no dan acción.
Obligaciones civiles son las que "dan derecho a exigir su cumplimiento", es decir para poder
requerirlo compulsivamente.
"Obligaciones naturales" son, en cambio, las que carecen de acción para exigir y forzar su
cumplimiento, aunque producen un efecto mucho más atenuado, cual es el de legitimar los actos de
cumplimiento que el deudor hubiese podido realizar por exclusiva decisión suya, sin coacción de
ningún tipo, ya que tales pagos no podrán luego ser repetidos (art. 516), dado que la norma autoriza
"para retener" lo que se hubiese "dado por razón de ellas"; confieren, podría decirse, una excepción
o defensa para impedir que el deudor que las hubiera cumplido pueda después obtener la repetición
de lo pagado.
Derecho romano
El primer antecedente lo encontramos en las relaciones entre esclavos o entre los sometidos a patria
potestad, y que contrataban con otro. Se les negaba acción civil y sólo les quedaba la obligación
natural. Todo esto basado en el derecho de gentes o derecho natural. Eran relaciones de hecho
usadas para sortear las formalidades del derecho civil.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En la época de Justiniano, se borra la situación fáctica para transformarse en una obligación casi de
plenos efectos, salvo la acción de exigir.
No concedían acción pero podían ser opuestas como excepción mediante exceptio doli y además
tenían otros efectos: no se podía repetir lo pagado, eran compensables, novables, el acreedor tenía
derecho a ejercitar el ius retentionis y podían servir de garantía a un derecho accesorio como una
prenda o una hipoteca.
Los casos más notables eran los de los esclavos, los fili famiae y las mujeres casadas, que
negociaban con un pater familiae. Eran tomados como fuente de una obligación natural.
Luego se agregaron otros supuestos: sentencia que absolvía injustamente al deudor o que no se
dictaba. Obligación que se extinguía por prescripción, actos del pupilo realizados sin autorización,
etc.
Derecho francés: dedica un solo artículo sosteniendo que se trata de una excepción a la repetición
del pago de lo indebido.
Derecho argentino: las normas sobre obligaciones naturales fueron tomadas del C.C chileno y el
uruguayo. El proyecto de Bibiloni de 1936 las eliminaba al igual que otros posteriores.
Derecho alemán: el BGB las define en un único artículo como simples deberes morales o de
conciencia que impiden retractabilidad.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Deber jurídico
Tratan de encontrar la justificación a una relación que produce el importante efecto de la solutio
retentio, con el antecedente de que el acreedor carece de acción para reclamar el crédito. Dentro de
esta corriente han surgido 2 posturas.
Quienes sostienen que la obligación natural es una categoría jurídica con características especiales
y por lo tanto son perfectas.
Otros sostienen que el fundamento está dado en el mismo art. 515 fundado en razones de equidad
y el derecho natural. Esta postura acepta al derecho natural como integrante del OJ válido.
Deber moral
Otros autores (Compagnucci) consideran a las obligaciones naturales como simples deberes
morales o de conciencia y nada tienen de jurídico. Es un caso en que por convicciones íntimas o por
costumbre, se puede llegar al cumplimiento aunque no se esté obligado jurídicamente a hacerlo.
Naturales son las que, fundadas sólo en el derecho natural y en la equidad, no confieren acción para
exigir su cumplimiento, pero que cumplidas por el deudor, autorizan para retener lo que se ha dado
por razón de ellas, tales son:
1. (Derogado por ley 17.711.) Las contraídas por personas que teniendo suficiente juicio y
discernimiento, son sin embargo incapaces por derecho para obligarse, como son la mujer casada,
en los casos en que necesita la autorización del marido, y los menores adultos.
2. Las obligaciones que principian por ser obligaciones civiles, y que se hallan extinguidas por la
prescripción.
3. Las que proceden de actos jurídicos, a los cuales faltan las solemnidades que la ley exige para
que produzcan efectos civiles, como es la obligación de pagar un legado dejado en un testamento, al
cual faltan formas substanciales.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
4. Las que no han sido reconocidas en juicio por falta de prueba, o cuando el pleito se ha perdido,
por error o malicia del juez.
5. Las que se derivan de una convención que reúne las condiciones generales requeridas en materia
de contratos; pero a las cuales la ley, por razones de utilidad social, les ha denegado toda acción;
tales son las deudas de juego.
El primer inciso se refiere a personas con discernimiento pero sin capacidad. Fue derogado en 1968,
por tener la mujer casada a partir de ese momento, capacidad plena, pero resta el caso del menor
adulto y el del demente declarado que actúa durante un intervalo lúcido.
El menor adulto (14-21 años) puede contratar. Si paga siendo aún menor, el pago puede repetirse,
pero si lo hace siendo mayor de edad, el pago actúa como confirmación del acto nulo relativo, aún si
el pago es parcial.
2º inciso. Obligaciones prescriptas son las que comienzan siendo civiles y se extinguen por la
prescripción, quedando la obligación como natural. Esta prescripción debe ser declarada por
sentencia judicial. Para esto, el deudor tiene que haber interpuesto la “excepción de prescripción” ya
que si así no lo hace, la sentencia lo obliga a cumplir, pero si la sentencia rechaza la demanda, la
obligación se convierte en natural.
Para otros autores, el sólo transcurso del tiempo convierte a la obligación en natural, y es la que
adoptó la mayoría de la jurisprudencia.
3º inciso. Ausencia de solemnidades. Cuando en esos actos falta alguna de las formalidades
exigidas absolutamente y no han sido realizados de esa manera. Una postura dice que si esta
ausencia de formalidad constituye un error esencial, entonces no hay acto alguno. La postura
contraria y mayoritaria dice que a falta de las formalidades requeridas, el acto civil, pasa a ser un
acto natural.
4º inciso. Deudor absuelto en sentencia judicial. Si el deudor que obtuvo una sentencia definitiva que
lo libera de su obligación y le asegura una posición jurídica inconmovible, quiere pagar, la ley decide
legitimar los efectos de tal pago, considerándolo como el acatamiento a un vínculo natural. Y el solo
hecho de que el obligado pague una deuda de la que había sido liberado por pronunciamiento
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
judicial, permite suponer que concurre alguno de los supuestos previstos en la norma, sin que sea
necesario demostrar que la misma no fue reconocida enjuicio "por falta de prueba" o que el juicio se
perdió "por error o malicia del juez".
5º inciso. Deudas de juego. La mayoría de los autores nacionales considera que el pago de una
deuda de juego prohibido sería el supuesto que prevé este artículo (“deuda de honor” por ejemplo,
quiniela clandestina)
Irrepetibilidad
Art. 516. El efecto de las obligaciones naturales es que no puede reclamarse lo pagado, cuando el
pago de ellas se ha hecho voluntariamente por el que tenía capacidad legal para hacerlo.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El efecto primordial e indiscutido de las obligaciones naturales es el de que "cumplidas por el deudor
autorizan para retener lo pagado por razón de ellas" (art. 515), o que "no puede reclamarse lo
pagado”.
Otros efectos
Novación
Confirmación
Transmisión
Reconocimiento
Pago parcial
Art. 517. La ejecución parcial de una obligación natural no le da el carácter de obligación civil;
tampoco el acreedor puede reclamar el pago de lo restante de la obligación.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El pago que haga el deudor de una obligación natural puede ser parcial, aceptándose pacíficamente,
conforme a lo establecido en esta preceptiva, que tal pago parcial es irrepetible, pero que no
acuerda al acreedor el derecho de reclamar la diferencia.
Algunos autores franceses sostuvieron que el pago tiene como efecto secundario el reconocimiento
de una obligación, pero que ello no importa una revalidación del título. La obligación conserva igual
naturaleza.
Garantías de terceros
Art. 518 Las Fianzas, hipotecas, prendas y cláusulas penales, constituidas por terceros para
seguridad de las obligaciones naturales, son válidas, pudiendo pedirse el cumplimiento de estas
obligaciones accesorias.
Las obligaciones naturales pueden ser aseguradas mediante garantías de terceros. Estos terceros
son “deudores principales”, y se comprometen con plena conciencia de que la obligación es natural.
El acreedor puede accionar contra estos terceros garantes.
Se debate en la doctrina, si la obligación natural puede producir más efectos, tales como la novación
o la compensación.
Con respecto a la novación, ésta sólo es posible entre obligaciones civiles. La obligación civil tiene
origen autónomo y vida propia. No puede una obligación natural ser el antecedente necesario para
que se produzca la novación.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Compensación. No es posible oponerla a la obligación natural porque carece del requisito de
exigibilidad.
En una obligación (o contrato) unilateral existe un solo vínculo, ya que una persona se obliga con
respecto a otra.
Hay un acreedor que asume su derecho a exigir y un deudor que debe cumplir.
Las obligaciones bilaterales producen algunos efectos que les dan cierta peculiaridad:
Simultaneidad en el cumplimiento
La compensatio mora
El cumplimiento de ambas partes debe ser simultáneo, ya que una prestación está condicionada a la
ejecución de la otra (salvo plazo).
La existencia de un plazo a favor de una de las partes permite que una prestación quede postergada
mientras que la otra se paga, de lo contrario deben cumplirse “toma y daca”. Esta mecánica,
posibilita la oposición de la exceptio non adimpleti contractus.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Constituye una defensa cuyo objeto es no ser condenado a cumplir la obligación asumida en una
obligación bilateral si la otra parte no cumplió de manera imputable, no cumple, no ofrece cumplir o
no demuestra que tiene a su favor un plazo suspensivo. (conf. Art. 1201).
Basta con que se oponga la excepción. No se debe probar nada. La otra parte debe probar que
cumplió o que existe plazo para cumplir.
Art. 1201. En los contratos bilaterales una de las partes no podrá demandar su cumplimiento, si no
probase haberlo ella cumplido u ofreciese cumplirlo, o que su obligación es a plazo.
Es que en las obligaciones bilaterales cada contratante sólo está obligado a cumplir en la medida en
que lo haga el otro.
Frente a un contrato en el cual una de las partes ha cumplido o está dispuesta a cumplir –
contratante in bonis- y la otra ha incurrido ya en un incumplimiento imputable.
Dejar de cumplir, no pagar, manteniendo la situación negocial. Es lo que expresa el art. 510 del C.C.
No se incurre en mora, retardo imputable, por estar justificada esa actitud.
Demandar el cumplimiento forzado, ejerciendo la acción pertinente, por la vía ordinaria o sumaria,
según los casos (art. 505 inc 1º). El incumplidor ha incurrido en responsabilidad contractual y, por
tanto, debe "responder", compensando la prestación incumplida con más los daños por el retardo,
los perjuicios materiales y, en su caso, los inmateriales nacidos de la frustración o insatisfacción.
Optar por la resolución del contrato, la extinción como sanción por el hecho sobreviniente del
incumplimiento.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Naturaleza: es una excepción suspensiva dilatoria ya que permite posponer la pretensión del
contratante que reclama el cumplimiento, y su éxito no produce la extinción del derecho, sino que
solamente lo posterga o retrasa.
- Total, invocando que ninguna prestación ha sido satisfecha; que el contrato permanece en su
integridad incumplido, o bien,
- Parcial, alegando la parte requerida que se han cumplido solamente algunas prestaciones; que
otras permanecen insatisfechas, o bien, que se ha cumplido con vicios o defectos, o de una manera
irregular.
Esto es, aplicando analógicamente lo dispuesto en el art. 1201 CC, ya que el Código Civil no lo
contempla directamente.
Por ejemplo, el art. 1525 faculta al locatario a no abonar los alquileres o pedir disminución ante los
vicios o defectos graves en la cosa locada.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Efectos
La diferencia entre ambas está dada por la carga de la prueba. En la exceptio non rite adimpleti
contractus, quien se defiende debe alegar y probar que ha cumplido parcialmente y que la otra parte
tampoco ha cumplido en forma total.
Articulación procesal
La exceptio non adimpleti contractus regulada en el artículo 1201 del Código Civil es una defensa o
excepción que debe ser opuesta por la parte a quien se le reclama el cumplimiento e incumbe al
demandado plantear el incumplimiento del actor como defensa de fondo que implica sostener la falta
de acción del demandante, o bien plantearla por vía reconvencional.
Debe probar que se encontraba en condiciones de cumplir la prestación por él adeudada, esto es
realizar la conducta solutoria debida.
Por ello cuando la demandada ofrece cumplir con todas las obligaciones a su cargo aunque sin
depositar lo adeudado, no cabe acoger la excepción fundada en el artículo 1201 del Código Civil.
Instantáneas
Son las que se realizan en un momento determinado en un solo acto. Ej. Entregar una cosa cierta.
Se llaman también contratos de ejecución única (un único pago). Los efectos se producen hacia el
pasado. Si se resuelve la relación ambas partes deberán restituirse lo recibido.
Su ejecución se prolonga en el tiempo. Sus efectos son siempre hacia el futuro. El deudor debe
probar el pago.
Continuas
Su prestación es única e ininterrumpida. Por ej. En el uso y goce del locatario, el locador está
obligado a respetarlo todo el tiempo que dure el contrato. El recibo de pago de un período, no
significa que el período anterior esté pago.
Periódicas
Se cumplimentan a prorrata temporis, o sea, por períodos ya previstos, y donde cada prestación
tiene vida propia. Cada prestación es distinta de la anterior. Por ej. Cada período de alquiler, las
cuotas por alimentos, los impuestos, etc.
Esta diferenciación tiene su origen en la doctrina francesa. Demogue en 1924 fue quien comenzó el
distingo.
Conceptualización
La base de esta clasificación está dada por los deberes que debe cumplir el deudor de la prestación
donde existen 2 aspectos:
El aspecto subjetivo, que tiene como contenido la conducta que se le exige al deudor.
El aspecto objetivo, que se integra con la utilidad que satisface el interés del acreedor.
Cuando el deudor se compromete a realizar una actividad que tiende al logro de un resultado, pero
sin asegurar que éste se cumpla. O sea, el deudor sólo pone los medios, actuando diligentemente,
para lograr algo que puede o no darse. Quien alega culpa debe probarla.
Ejemplos: la obligación del abogado, la del médico, la del profesor, del empleado, locación de
servicios, comodato, depósito.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Cuando el deudor se compromete a concretar un objetivo, o sea, a logra un resultado.
En estas obligaciones, se presume la culpa del deudor ante el incumplimiento (no logra el resultado).
Ante el incumplimiento, no es necesario probar la culpa.
Por ejemplo en un contrato de transporte, el resultado es el traslado seguro del pasajero. Si ocurre
un accidente, el factor de atribución objetivo, implica una responsabilidad objetiva.
Eximentes de responsabilidad: hecho de la víctima, hecho del tercero, caso fortuito o fuerza mayor.
Otros ejemplos: compraventa, permuta, locación de cosas y de obra, cesión de créditos, etc.
Art. 1113. La obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que causaren los que
están bajo su dependencia, o por las cosas de que se sirve, o que tiene a su cuidado.
[En los supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o guardián, para eximirse de
responsabilidad, deberá demostrar que de su parte no hubo culpa; pero si el daño hubiere sido
causado por el riesgo o vicio de la cosa, sólo se eximirá total o parcialmente de responsabilidad
acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder.
Si la cosa hubiese sido usada contra la voluntad expresa o presunta del dueño o guardián, no será
responsable.] (Párrafos agregados por ley 17.711.)
327
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Art. 523. De dos obligaciones, una es principal y la otra accesoria, cuando la una es la razón de la
existencia de la otra.
Hay 2 tipos de accesoriedad: legal y voluntaria. Ambas son utilizadas como medio para asegurar el
efectivo cumplimiento de la prestación principal.
Accesoriedad legal
Para algunos, es la que corresponde a los daños y perjuicios por el incumplimiento de la prestación.
Accesoriedad voluntaria
Es la que han acordado las partes. Por ej. Cláusula penal, fianza, etc. Este es el criterio del CC. Por
ej. En las obligaciones facultativas existe una principal y otras accesorias.
Clases de accesoriedad
Objetiva
Es con relación al objeto. Son accesorias las obligaciones que se contraen para asegurar el
cumplimiento de la obligación principal. Por ej. La cláusula penal, donde el deudor se obliga a
cumplir una pena o multa si no se hace efectiva la prestación principal o si cae en mora.
Subjetiva
Es con respecto a la persona obligada. Se da cuando al deudor se le une otra persona que es
tercera a la relación originaria y asume el carácter de fiador (garante) del cumplimiento. si el fiador
es el que paga, se subroga y luego podrá reclamar al deudor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Efectos
Si se extingue la obligación principal, también lo hace la accesoria (art. 525), pero a la inversa no
sucede lo mismo.
329
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Medios de extinción son todos los hechos o actos que traen como consecuencia la conclusión del
vínculo obligatorio.
Enumeración legal
Por el pago.
Por la novación.
Por la compensación.
Por la transacción.
Por la confusión.
Condición resolutoria
Plazo resolutorio
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Medios indirectos
Abandono de la cosa
Son excepcionales
Clasificaciones
En Roma
Autores italianos
Moderna
Españoles
Pago
Art. 725. El pago es el cumplimiento de la prestación que hace el objeto de la obligación, ya se trate
de una obligación de hacer, ya de una obligación de dar.
Tiene como consecuencia la extinción de la obligación. Puede ser hecho por el mismo deudor o por
un tercero (art. 726, 727)
Si bien el art. 725 no las incluye, las obligaciones de “no hacer” quedan tácitamente incluidas.
Posturas divididas
Acto jurídico
Acto debido
Hecho jurídico
332
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Los elementos del pago coinciden con los enunciados en el art. 944 (voluntario, lícito y fines
propuestos). el art. 726 agrega la capacidad exigida y el animus solvendi. El pago es siempre
bilateral.
Es tomado como acto no negocial. Sería un acto debido porque es una conducta impuesta por una
relación jurídica anterior. El deudor carece de posibilidad de optar entre cumplir o no. Está obligado a
hacerlo, pero en los negocios jurídicos sí puede optar.
Suponer esto implica que el solvens es un sujeto capaz, que el pago se haya hecho con animus
solvendi y animus praestandi. El que paga no necesita capacidad, no es necesario el animus
solvendi (intención de pagar). Pero el pago hecho por incapaz es de nulidad relativa y puede ser
confirmado. Tesis sostenida por Salas y por Trigo Represas.
Legitimación activa
Art. 726. Pueden hacer el pago todos los deudores que no se hallen en estado de ser tenidos como
personas incapaces, y todos los que tengan algún interés en el cumplimiento de la obligación.
333
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Art. 727. El pago puede hacerse también por un tercero con asentimiento del deudor y aun
ignorándolo éste, y queda la obligación extinguida con todos sus accesorios y garantías. En ambos
casos, el que hubiese hecho el pago puede pedir al deudor el valor de lo que hubiese dado en pago.
Si hubiese hecho el pago antes del vencimiento de la deuda, sólo tendrá derecho a ser reembolsado
desde el día del vencimiento.
El propio deudor, sus sucesores o representantes. No solo puede sino que tiene derecho a hacerlo.
El solvens debe tener capacidad de hecho para pagar. Si paga un incapaz el acto es nulo de nulidad
relativa.
Terceros interesados (art. 726). Sin ser deudores pueden sufrir el menoscabo de un derecho propio
si no se paga, por ej. El garante o fiador de la obligación. Pueden pagar aún contra la voluntad del
deudor o el acreedor.
Terceros no interesados. No tienen ningún interés en la obligación. Pueden pagar pero carecen de
derecho (ius solvendi). Este tercero puede pagar por ignorancia y aún en contra de la voluntad del
deudor, pero no puede pagar si el acreedor se opone a recibir el pago.
La naturaleza jurídica del pago por 3º implica decidir el porqué la ley admite la posibilidad de que un
3º pague en lugar del propio deudor.
Una postura sostiene que el pago tiene siempre una función de satisfacer el interés del acreedor.
El primer efecto es que el acreedor está obligado a recibir el pago del tercero (si es interesado) y así
queda desinteresado, siempre y cuando se cumplan los requisitos del objeto del pago (identidad,
integridad, localización, puntualidad, etc.).
Si el 3º paga con conformidad del deudor es una situación asimilable a la del mandato y tiene
entonces dos acciones: la del mandato y la de subrogación.
Si el 3º paga en ignorancia del propio deudor, tiene 2 acciones: gestión de negocios y pago con
subrogación.
Si el 3º pagó contra la voluntad del deudor, sólo general la actio in rem verso (por el enriquecimiento
sin causa).
El 3ero solvens tiene posibilidad de elegir cualquiera de las 2 acciones: elegirá la que más le
convenga.
La gestión de negocios es como un mandato al que le falta algo (es un cuasicontrato): solamente se
cobrarán los gastos.
Para que el cumplimiento sea válido y quede liberado el obligado, especialmente cuando paga el
deudor, es necesario que se reúnan los siguientes requisitos:
Art. 736 establece que el pago no es válido cuando la deuda está pignorada (prendada) o
embargada. El embargo puede ser en virtud de una obligación contraída por el acreedor con un
tercero, quien solicita una orden judicial para hacer saber al deudor principal que no le pague a su
propio acreedor y que debe depositar lo adeudado a la orden del juez embargante.
Si el deudor no acata, deberá pagar 2 veces independientemente de las acciones que luego pueda
ejercitar contra su propio acreedor.
Los créditos pueden ser prendados. La prenda debe constar por escrito. Si el acreedor da a un
tercero (acreedor prendario), un crédito que tiene contra otro como garantía, debe notificarse al
deudor. La prenda nunca transfiere la titularidad del crédito, y ante el incumplimiento debe solicitarse
la subasta judicial.
336
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Insolvencia del deudor
El pago es también ineficaz cuando el deudor es insolvente y paga defraudando a los demás
acreedores. (art. 737)
Es una insolvencia de derecho (por quiebra o concurso) los pagos son nulos, anulables o
inoponibles y por ende ineficaces.
El solvens debe ser titular de la cosa con la que paga solamente cuando se trate de constituir
derechos reales. (art. 738).
En el caso de que se pague con cosa ajena deberá observarse la actitud tanto del solvens como del
accipiens.
El accipiens que recibió la cosa, puede pedir la nulidad del acto devolviéndola.
Es necesario que haya obrado de buena fe, desconociendo la no pertenencia de la cosa a quien
pagó.
El accipiens carece de acción cuando es de mala fe, o cuando se convierte en propietario de la cosa
o media ratificación del propietario.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El verdadero propietario que perdió la posesión puede iniciar la acción reivindicatoria contra el
acreedor. Si es mueble adquirido de buena fe a título oneroso, la acción no prospera. Si es inmueble
o mueble registrable siempre será de mala fe.
Legitimación pasiva
En principio (art. 731) es el acreedor o quien hubiera sido indicado en el título, o excepcionalmente
un tercero.
Es importante conocer quién está legitimado para recibir el pago, ya que si el pago del solvens es
inválido, se expone a tener que pagar 2 veces la misma deuda.
3. A cada uno de los coacreedores, según la cuota que les corresponda, si la obligación fuese
divisible, y no fuese solidaria.
4. Si el acreedor o coacreedor hubiese fallecido, a sus legítimos sucesores por título universal, o a
los herederos, según la cuota que a cada uno perteneciere, no siendo la obligación indivisible.
6. Al que presentase el título del crédito, si éste fuese de pagarés al portador, salvo el caso de hurto
o de graves sospechas de no pertenecer el título al portador.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
7. Al tercero indicado para poder hacerse el pago, aunque lo resista el acreedor, y aunque a éste se
le hubiese pagado una parte de la deuda.
Acreedores y representantes
Si la obligación es mancomunada simple de objeto divisible se paga a cada acreedor la parte que
corresponda.
También puede hacerse el pago al representante legal (padre, tutor, curador) o al representante
convencional (mandatario).
Incapacidad absoluta: los del art. 54, los inhabilitados (art. 152 bis y los concursados desapoderados
de sus bienes.
Incapacidad relativa: los menores adultos (art. 55), los menores de 21 pero mayores de 18, los
emancipados por el matrimonio en relación a los bienes adquiridos a título gratuito.
El pago realizado a estos incapaces es nulo de nulidad relativa (art. 1048). La acción de nulidad
debe ser promovida por el representante del incapaz o el mismo accipiens cuando adquiera
capacidad suficiente.
Pago al incapaz
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En principio, el pago al incapaz es nulo pero hay 2 excepciones:
Si el deudor hubiere reconocido la incapacidad, el pago será ineficaz, pero si el acreedor deviene
incapaz y el deudor, desconociéndolo, obra con diligencia y buena fe, el pago es válido.
Otra excepción es cuando el pago efectuado sea de utilidad para el incapaz. La prueba de esta
utilidad debe ser aportada por quien pagó. Como modo de validar el pago efectuado que en principio
era nulo.
Singulares: son los cesionarios del crédito o quienes se han subrogado al acreedor. Por transmisión
del derecho adquieren legitimación.
Art. 731 inc. 6. la posesión del título presume la titularidad del dominio. Si el deudor paga a quien
exhibe el título, cumple debidamente.
Excepciones: título robado y conocimiento del deudor, o cuando el presentante del título sepa o
sospeche que éste no le pertenece al poseedor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Tercero indicado para recibir el pago (“adiectus Solutionis gratia”)
Ambas partes de la obligación pueden convenir que sea un tercero habilitado para recibir el pago. Es
el llamado adiectus Solutionis gratia, figura del derecho romano receptada por legislaciones
posteriores. Hoy ha perdido trascendencia ante la posibilidad de cesión de crédito.
El adiectus debe tener un derecho pleno a percibir la prestación. Para algunos sería una especie de
mandato irrevocable o un simple gestor de negocios.
El adiectus tiene un verdadero derecho subjetivo para exigir al deudor el cumplimiento, siendo el
título irrevocable unilateralmente. Puede recurrir a los medios legales para hacer efectivo el
cumplimiento en forma coactiva.
Pago al tercero
El pago que se haga a un tercero, en principio, y salvo los supuestos vistos, carece de validez y
eficacia para oponerse al verdadero acreedor.
Hace nacer en el solvens el derecho a repetir fundado en el enriquecimiento sin causa, y más
efectivamente en un pago sin causa.
Cuando el pago se convierte en utilidad para el acreedor. Debe ser probado por quien pagó.
Cuando el propio acreedor ratifica el pago hecho al tercero. La ratificación que haga al acreedor
equivale al mandato y tiene efectos retroactivos al momento del acto.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Art. 732
También se puede pagar al poseedor del crédito. Los títulos de crédito son necesarios (quien tiene el
título puede ejecutarlo y habrá que ejecutar lo que dice el título), literales y autónomos.
Hay personas que se comportan como si fueran poseedores: heredero aparente (alguien que se
hace pasar por heredero). ¿Será válido el pago hecho al heredero aparente? Habrá que ver si es de
buena o mala fe, si el estado de apariencia surge de un error de hecho excusable.
Aquí se altera la regla que afirma que el pago es siempre para satisfacer el interés del acreedor, ya
que en estos casos se trata de un tercero que al recibir el pago, extingue la obligación del deudor. La
disposición viene a proteger al deudor que obra bien.
Para que el pago sea liberatorio del deudor es necesario que confluyan los siguientes requisitos:
La buena fe del solvens cuando esté persuadido de que al accipiens era el verdadero acreedor.
El estado de apariencia debe ser convincente, como para hacer creer que está legitimado para
recibir el pago.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Requisitos sustantivos
Identidad
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Hace a la esencia del cumplimiento. art. 740 habla de que el deudor debe entregar la misma cosa
por la cual se obligó. El acreedor no está obligado a recibir otra que no sea esa. Si se cumple con
otra cosa sería un supuesto de dación en pago.
Si alguien debe $1000, ¿se cumple con el requisito de identidad del pago si entrega un cheque por
$1000?
No, porque las obligaciones pecuniarias se tienen que cumplir con la moneda pactada. Ejemplo: un
cheque puede no tener fondos. Te pagan con un cheque a las 3 y un minuto el viernes, por lo que el
acreedor, hasta el lunes, no podrá comprobar si el cheque tiene fondos.
Si el acreedor se niega a recibir el cheque certificado, habría abuso del dcho o mala fe, según
distintas doctrinas.
Integridad
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El solvens no puede nunca pretender realizar pagos parciales desobligándose de a poco, a no ser
que haya acuerdo de partes previo. (742 y 744).
La integridad tiene algunas excepciones ya sea por acuerdo de partes o por la ley.
Pluralidad de obligaciones
Prestaciones periódicas
Pluralidad de fiadores
Compensación
Deudas parcialmente líquidas. El deudor puede pagar solamente lo líquido y el acreedor sólo puede
reclamar esa parte. Por ejemplo, pago el capital, y los intereses no calculados puedo pagarlos
posteriormente.
Pluralidad de obligaciones: si existe más de una obligación que vincula a los mismos sujetos, el
deudor puede cancelar una. (no sería una verdadera excepción).
Prestaciones periódicas: son obligaciones que nacen a pro rata temporis. Cada obligación conserva
su independencia en razón de nacer por períodos temporales. (no sería excepción).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Compensación: sería un supuesto de pago parcial de la deuda por importe mayor.
Requisitos circunstanciales
En cualquier otro caso, el lugar del pago será el del domicilio del deudor al tiempo del cumplimiento
de la obligación.
Obligación de dar cuerpo cierto: el pago se debe hacer donde éste exista al momento de contraerse
la obligación.
Obligación de dar sumas de dinero: art. 618. si no está designado el lugar debe pagarse donde se
contrajo la obligación. Si es un pago por responsabilidad extracontractual, elpago será en el domicilio
del deudor.
Domicilio del deudor (al momento del pago): como efecto residual, aplicando el principio del favor
debitoris.
Ante la inexistencia del plazo (obligación pura y simple), el momento del pago lo establece el
acreedor.
Si hubiere plazo, el CC regula estos efectos en los arts. 750 a 755 disponiendo que debe pagarse el
día del vencimiento (plazo suspensivo).
El art. 618 establece que si no hay plazo, debe reclamarse la fijación del mismo.
Ante la falta de acuerdo en la fijación, puede lograrse la misma en los términos del art. 509 (Si no
hubiere plazo, el juez a pedido de parte, lo fijará en procedimiento sumario).
Caducidad de plazo
Como regla general, el plazo se establece a favor de ambas partes. Ni el deudor está obligado a
pagar antes ni el acreedor puede pretender recibir la prestación antes del vencimiento.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Insolvencia el deudor: art. 753. ante la insolvencia declarada del deudor (concurso) os acreedores no
están obligados a respetar el plazo inicial para reclamar el cumplimiento de la obligación.
Actos de disposición del deudor hipotecario: (art. 3157 a 3161). Ante estos actos, puede el deudor
solicitar se declare el plazo como vencido.
Plazos de gracia
Es un remedio o medida individual que puede conceder el juez a fin de dilatar el cumplimiento de la
obligación. Es propio de la benevolencia judicial.
Esta potestad judicial nace con el derecho romano (Justiniano). Razones de humanidad.
En el actual derecho francés, se conceden plazos graciables teniendo en cuenta la posición del
deudor y su situación económica.
Moratoria legal
Impuestas por ley que prorroga los plazos para cumplir una obligación. Hubo diferentes leyes
moratorias: hipotecarias, de prórroga de arriendos rurales, de locaciones urbanas, etc.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Efectos principales: liberación del deudor y extinción de la obligación con todos sus accesorios.
Efectos accesorios:
Confirmatorios, cuando se está ante un acto nulo o anulable relativo es posible purgar esa situación
en virtud de la confirmación. (Reconocimiento tácito).
Consolidatorios, el pago parcial importa un principio de ejecución que impide dejar sin efecto el
vínculo por arrepentimiento.
Nuestro CC nada establece acerca de la prueba del pago, salvo lo dispuesto en el art. 746
(cumplimiento en cuotas).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La carga de la prueba recae siempre sobre el deudor.
A veces el acreedor puede estar interesado en demostrar el cumplimiento por ejemplo si se trató de
un pago parcial que implica un reconocimiento y por ende se interrumpe la prescripción de la
obligación.
Recibo
Es el medio más idóneo y relevante. Es la declaración que hace el acreedor, por escrito, de haber
recibido la prestación que se le debía.
Si la obligación principal fue hecha por escritura pública, el recibo de pago debe realizarse de igual
forma. En los demás casos puede usarse instrumento privado.(ver fecha cierta).
El solvens tiene derecho a exigir la entrega del recibo. Si el acreedor no lo entrega, el solvens puede
constituirlo en mora y realizar el pago mediante consignación judicial.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Supuestos particulares
Recibo por capital, sin reserva de los intereses, extingue el derecho a reclamarlos posteriormente.
Prestaciones de pago parcializado (cuotas). El recibo de la última hace presumir el pago de las
anteriores.
La lay prevé la posibilidad de que entre el acreedor y el deudor preexistan varias prestaciones con
objeto de igual naturaleza. Por ejemplo
Si se paga la totalidad no surge inconveniente, pero si paga por ejemplo $ 1500 habrá que
establecer a cuál de las obligaciones se imputa el pago.
Las obligaciones deben ser de la misma naturaleza, entre las mismas partes, y que el importe
entregado no alcance la totalidad del importe.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Por el deudor
Si el deudor no imputa, puede hacerlo el acreedor, que deberá hacer conocer al deudor a qué
obligación fue imputado del pago parcial.
Por el acreedor
El deudor puede impugnar el acto del acreedor cuando demuestre haber mediado algún vicio de la
voluntad (dolo, violencia, “sorpresa”).
La figura de la sorpresa fue tomada del CC francés. Es una especie de dolo o acción dolosa, que por
su celeridad le impide al deudor discernir suficientemente. Son las circunstancias hechas de
improviso, que impiden pensar y reaccionar con naturalidad.
Por la ley
Art. 778. Entre las de plazo vencido, debe imputarse a la más onerosa al deudor.
El CC nada regula sobre quien carga con los gastos del pago. La opinión común indica que
corresponde al deudor para conservar el principio de integridad del pago.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si es pago de cuerpo cierto, es el deudor quien corre con los gastos de traslado de la cosa al lugar
de entrega.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Novación
Hay novación cuando acreedor y deudor dan por extinguida una obligación pendiente y convienen
en sustituirla por una nueva obligación.
Evolución histórica
Muy importante en el derecho romano. Ante la imposibilidad de transferir derechos activos o pasivos
sin alterar la obligación, se buscó la forma de hacer morir la primitiva relación mediante esa vía
extintiva.
Con Justiniano se impone la necesidad de animus novandi o sea la declaración de las partes de su
intención de novar.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En épocas de la codificación se comienza a admitir la existencia de la novación tácita, mediante la
presunción del animus.
En ciertas legislaciones modernas. Como el CC alemán, la novación ha sido sustituida por otras
instituciones que cumplen con sus fines: cesión de créditos, transferencia de deudas, dación en
pago, etc.
Objetiva
Subjetiva
Elementos
Obligación anterior
Obligación nueva
Obligación anterior
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si la obligación anterior es nula no produce ningún efecto y no hay novación. Si es de nulidad
relativa (nota al art.802) susceptible de confirmación puede ser objeto de novación.
Cuando la primera obligación está sometida a condición suspensiva o resolutoria, habrá que estar a
los efectos de la misma. Si se frustra la condición suspensiva no es posible que sea novada
(desaparece el vínculo).
Las obligaciones naturales no son deberes jurídicos y por lo tanto no pueden producir efectos. La
mayoría de los autores nacionales consideran que pueden novarse (???), excepto las de deuda de
juego.
Obligación nueva
Si la nulidad es relativa podrá ser confirmada mediante la renuncia de quien puede declararla
ineficaz.
En los casos de obligación anulable, hay novación hasta que se declare la nulidad de la segunda
obligación.
Animus novandi
Es la intención de novar que las partes manifiestan expresa o tácitamente, pero de manera
inequívoca. (art. 812). La novación no se presume.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Capacidad
Art. 805. sólo pueden novar quienes tengan capacidad para contratar y para pagar.
Representantes
El representante voluntario (mandatario) debe tener un poder especial para poder novar
Acuerdo concursal.
Modificación de modalidades
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Agregar o suprimir una condición es un elemento que altera gravemente el vínculo obligacional y
produce novación. Prometo pagar a otro $ 100, pero si luego le digo que le pago cuando llueva, la
relación queda debilitada y como una mera expectativa jurídica.
Alteración en el importe
La litis constestatio no cambia la causa de la vinculación anterior y por lo tanto no hay novación.
Desde hace bastante tiempo, doctrina y jurisprudencia entienden que la sentencia no puede ser
novatoria porque es una consecuencia natural de la obligación demandada.
El transporte de valores a la cuenta corriente bancaria produce novación de las obligaciones en tanto
sea cumplimentada con el pago al vencimiento, pues ello obra como una condición suspensiva al
hacer ingresar a dichos valores en caja. Hay entrada y salida de dinero. Hay extinciones y
creaciones de nuevas obligaciones.
Acuerdo concursal
Es novatorio de las obligaciones anteriores. Hay acuerdo entre acreedor y deudor. Por ejemplo, si se
paga más del 40% de la deuda. Todo acuerdo concursal es novatorio (ley 25422)
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Novación subjetiva (delegación y expromisión)
Perfecta (art. 814) cuando el acreedor declara expresamente su voluntad de exonerar al deudor
primitivo. Se extingue la obligación originaria y nace una nueva con el deudor delegado. La voluntad
de novar no se presume.
Imperfecta. El acreedor no libera al primer deudor y pasa a tener 2 deudores (art. 814), ambos
obligados por el todo. Puede iniciar acciones contra cualquiera de ellos.
Expromisión
Es un convenio que realiza el acreedor con un tercero a pedido del primero o del tercero por el cual
se sustituye al deudor originario. (art. 815).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Existen 2 formas
Expromisión simple: el acreedor mantiene a ambos deudores y tiene una duplicidad de acciones.
Los requisitos son: el tercero asuma la obligación en ignorancia del deudor originario, que el
acreedor manifieste expresamente que libera al primitivo y que el nuevo deudor no adquiera
subrogación en el crédito.
Insolvencia del deudor sustituido: en ambas, la insolvencia del deudor sustituido no da derecho al
acreedor a renovar la obligación y exigirle al primitivo deudor el cumplimiento (art. 816). Teoría de
los propios actos.
Si la insolvencia es anterior y pública a la novación, puede el acreedor pretender la nulidad del acto.
Le corresponde al acreedor demostrarla.
Art. 817. Habrá novación por substitución de acreedor en el único caso de haberse hecho con
consentimiento del deudor el contrato entre el acreedor precedente y el que lo substituye. Si el
contrato fuese hecho sin consentimiento del deudor, no habrá novación, sino cesión de derechos.
El art. prevé el acuerdo entre acreedor precedente y el que lo sustituye para la transmisión del
derecho creditorio, y para que exista novación, exige la conformidad expresa o tácita del deudor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En la novación se extingue una obligación y nace otra nueva.
La cesión se opera, por el contrario, sin su consentimiento, y aun cuando se hubieran empleado los
términos de cesión, habiendo concurrido y consentido el deudor es una delegación. Y esta diferencia
es importante, porque en la cesión el crédito se traspasa con todos sus accesorios, como son las
fianzas, privilegios y excepciones que no fueren personales; mientras en la delegación, al extinguirse
la primera obligación, no deja subsistente sino la nueva.
Se trata de transmitir deudas sin que se extinga la obligación anterior conformando a su vez al
acreedor.
La transmisión particular de deudas implica la sustitución del deudor originario por uno nuevo y la
consiguiente liberación del primero. En la cesión de deuda se transmite el carácter de deudor a un
sujeto que toma a su cargo ese deber, quedando intacta la estructura de la obligación. Es necesaria
la conformidad del acreedor. Para algunos importa un acto triangular.
Esto está receptado en los códigos modernos como el alemán (asunción privativa) o el italiano
(delegación)
Delegación
El delegante asigna al acreedor un nuevo deudor, denominado delegado. La iniciativa del acto es
siempre del delegante. Tiene como finalidad que el delegado asuma la deuda.
363
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Pura o abstracta: las partes prescinden de las relaciones de cobertura y de valuta para la relación
final. En el nuevo negocio jurídico ninguna implicancia pueden tener las relaciones previas entre
delegante y delegado, o entre delegante y delegatario. El delegado no puede oponer al delegatario
las excepciones que podría hacer valer contra el delegante.
Delegación titulada o causal: las relaciones anteriores entre delegante y delegado pueden estar
presentes en la relación final. El delegado puede oponer al delegatario las excepciones que tenía
contra el delegante.
Delegación privativa: se produce una verdadera sucesión particular en las deudas, mientras que en
la acumulativa el delegante indica un nuevo deudor que se adiciona al delegante.
En la delegación de pago, el delegante ordena al delegado para que este cumpla con la prestación
prometida, lo que presupone que la obligación es exigible.
En la delegación de crédito, el delegado se coloca en el lugar del deudor originario para “prometer el
pago” y no para cumplir inmediatamente.
El deudor originario contrata con un tercero para que éste tome sobre sí la deuda.
Posteriormente el acreedor puede adherir a la convención y de esta forma enlaza al tercero, quien
sólo queda obligado en la medida de la contratación hecha con el deudor primitivo.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Efectos de la novación
Cuando la nueva obligación está sometida a una condición suspensiva que no se cumple o a una
resolutoria que se hace efectiva. (art. 807).
La otra es la prevista en el art. 816 “La insolvencia del deudor substituido, no da derecho al acreedor
para reclamar la deuda del primer deudor, a no ser que el deudor substituido fuese incapaz ya de
contratar por hallarse fallido.”.
Fianza
La novación hecha entre el acreedor y el fiador extingue la obligación del deudor principal (artr. 811).
Si los mismos fiadores pueden pagar por el deudor y concluir la obligación, la novación produce un
efecto similar.
Confusión
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Confusión de límites
Como medio de extinción cuando se reúnen en una misma persona acreedor y deudor.
Antecedentes históricos
Derecho romano. Confusión era la mezcla de cosas líquidas que una vez fundidas alcanzaban el
estado sólido. Era una forma de adquirir la propiedad.
También tenía como significado a la integración en el mismo sujeto de dos titularidades jurídicas
distintas, activas o pasivas, que producían como consecuencia la extinción de una de ellas. Por
ejemplo, se extinguía el derecho de servidumbre cuando una misma persona tenía el dominio y la
titularidad del derecho real.
También se llamó confusión a la reunión en la misma persona de dos cualidades pasivas: deudor y
fiador.
Los códigos del siglo XIX como el francés le dan el sentido que hoy conocemos.
Definición y elementos
Art. 862. La confusión sucede cuando se reúnen en una misma persona, sea por sucesión universal
o por cualquier otra causa, la calidad de acreedor y deudor; o cuando una tercera persona sea
heredera del acreedor y deudor. En ambos casos la confusión extingue la deuda con todos sus
accesorios.
Naturaleza
En su esencia es un simple hecho jurídico en los supuestos de transmisión mortis causa o como un
acto cuando surge de una cesión de crédito.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Se discute si la confusión es un medio extintivo pleno y definitivo o solamente paraliza la acción
pudiendo renacer cuando se disocien otra vez ambos polos de la obligación: crédito y deuda.
La tesis de la paralización (Trigo Represas, Borda, etc) considera que la confusión no extingue a la
obligación que subsiste, ya que se trata de un crédito inútil e ineficaz ya que el deudor contra quien
se puede ejercer se confunde con el acreedor. Esta tesis puede sostenerse interpretando el art. 867
“Si la confusión viniese a cesar por un acontecimiento posterior que restablezca la separación de las
calidades de acreedor y deudor reunidas en la misma persona, las partes interesadas serán
restituidas a los derechos temporalmente extinguidos, y a todos los accesorios de la obligación”.
Otros autores (Alterini, Compagnucci) defienden la idea de que la confusión es un medio extintivo
pleno de la obligación (así se legisla en el art. 724) y además no tendría sentido mantener una
obligación cuando su estructura carece de virtualidad. A ello se suma que con la confusión se
extinguen las garantías accesorias, como la fianza.
Requisitos
a) Debe existir una relación obligatoria, con sus extremos opuestos de crédito y deuda.
Causas de confusión
Según el art. 862 es posible que se produzca por causa de muerte (sucesión a título universal), y
entre vivos por cesión de crédito o transferencia de deuda.
No interesa la vía por la cual se produce la confusión. Lo importante es que se trata en todos los
casos de un hecho que impide el mantenimiento de la relación jurídica.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Efectos
Principal. Extinción de la obligación con todos sus accesorios. La extinción es completa por
confusión de patrimonios.
Hay supuestos de extinción parcial en que la relación obligatoria continua subsistiendo, salvo en la
parte que se confunde, por ejemplo en las obligaciones mancomunadas simples y solidarias. Lo
mismo ocurre cuando hay varios herederos y uno de ellos es acreedor o deudor del acusante: el
efecto extintivo es parcial en relación a la porción que le corresponde al sucesor.
La confusión puede tener efecto, o respecto a toda la deuda, o respecto sólo a una parte de ella.
Cuando el acreedor no fuese heredero único del deudor, o el deudor no fuese heredero único del
acreedor, o cuando un tercero no fuese heredero único de acreedor y deudor, habrá confusión
proporcional a la respectiva cuota hereditaria.
La confusión así considerada ha sido algunas veces confundida con la compensación, sin duda
alguna, partiendo de la base de que la extinción de la deuda tiene como correlativa la extinción del
crédito.
Pero existe entre ambas esta diferencia fundamental: la compensación opera la extinción de dos
obligaciones recíprocas, en tanto que la confusión da lugar a la extinción de una sola obligación.
Fianza
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Confusión del derecho del acreedor con la obligación del fiador
La segunda parte de la norma se refiere al supuesto inverso de confusión del derecho del acreedor
con la obligación accesoria de la fianza, el cual no envuelve la extinción de la obligación principal
(art. 525, infine). Las situaciones de deudor y acreedor permanecen intactas, pero desaparece la
garantía y la obligación queda como pura y simple, ya que frente al acreedor resta un único
responsable: el deudor.
Lo que el Código no trata es el caso de confusión de las calidades de deudor y fiador, en cuyo
supuesto, quien resulte sucesor queda obligado en ese doble carácter. Pero si el fiador hubiese
otorgado seguridades reales o personales (hipotecas, prendas, etc.), éstas subsistirán inalterables
pese a la reunión en la misma persona de ambas calidades de deudor y fiador, con arreglo a lo
dispuesto en el artículo 2048.
Si es mancomunada de objeto indivisible, la confusión entre acreedor y uno de los deudores impide
que se mantenga la obligación con respecto a ese deudor, pero el resto de los deudores sigue
obligado por el total.
En las obligaciones solidarias la confusión entre uno de los coacreedores solidarios y el deudor, o
entre uno de los codeudores solidarios y el acreedor, sólo extingue la obligación correspondiente a
ese deudor o acreedor, y no las partes que pertenecen a los otros acreedores y deudores. Como se
ve, aun en el caso de solidaridad, la confusión tiene efectos estrictamente limitados a la porción en
que el crédito y la deuda han quedado confundidos en una sola persona.
En el Código Civil existía una contradicción entre el art. 866 y el art. 707.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Mientras la primera establece la extinción parcial de la obligación, el artículo 707 establecía que la
novación, la compensación, confusión o remisión de deuda, hecha por cualquiera de los acreedores
y con cualquiera de los deudores, extinguía la obligación; es decir, establecía la extinción total en el
mismo supuesto de confusión.
Ante la contradicción de las normas, la doctrina interpretó que debía preferirse la solución dada por
este artículo.
Para evitar dicha contradicción, el decreto-ley 17.711/68 suprimió del artículo 707 la palabra
"confusión". El art. 866 habla de las partes que los acreedores o deudores tengan en la obligación, y
es de acuerdo a esas partes que opera la extinción.
Los efectos de la confusión como medio extintivo de la obligación tienen algunas limitaciones para
favorecer la situación de acreedores y terceros.
Ya vimos que la confusión no opera sus efectos ante la aceptación de herencia con beneficio de
inventario, o cuando los acreedores del causante reclaman mediante acción de separación de
patrimonios, y tampoco a los embargantes del crédito o quienes tengan un derecho de usufructo o
prenda sobre ese crédito.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
COMPENSACIÓN
Es otro de los medios por los que se extinguen las obligaciones. Significa poner en la balanza
simultáneamente a dos obligaciones y extinguirlas en la medida en que una se integre con la otra.
Se trata de un modo de extinción simultánea, hasta la misma cuantía de quienes son acreedores y
deudores recíprocamente, de manera tal que sin importar cuáles son las causas de una y otra
obligación, lo cierto es que alcanza hasta la menor de ellas.
De todo ello se infiere que es necesaria la existencia de dos obligaciones diferentes entre los
mismos sujetos que reúnen la condición de acreedor y deudor recíprocamente.
Para que exista compensación se requiere que dos personas, por derecho propio, reúnan calidad de
acreedor y deudor recíprocamente, cualesquiera sean las causas de una y otra deuda. La condición
de acreedor y deudor debe resultar cabalmente acreditada o reconocida sin controversia, así como
el crédito y la deuda de uno y otro, las obligaciones que se pretenden compensar deben tener
reciprocidad y las prestaciones ser fungibles entre sí, líquidas y exigibles.
A diferencia del pago, no supone el cumplimiento de aquello que es debido, sino que opera de
manera estática, mediante la neutralización de deudas en sentido opuesto. Para poder
compensarse, los créditos en cuestión deben emanar de títulos diferentes, no pudiendo pues
extinguirse de ese modo las obligaciones emanadas de una misma relación.
Es decir, aquéllas deben ser recíprocas, aunque no correlativas, debiendo las obligaciones
responder a distinta causa.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El derecho que posee el acreedor del ejecutado de compensar en la mentada subasta, no debe
hallarse condicionado a la existencia de otros acreedores con preferencia.
La compensación solicitada es una facultad judicial admitida por la práctica y procederá a concederla
según las circunstancias del caso; estando condicionada a que no existan otros acreedores que
puedan verosímilmente invocar derecho preferente al pago.
Art. 818. La compensación de las obligaciones tiene lugar cuando dos personas por derecho propio,
reúnen la calidad de acreedor y deudor recíprocamente, cualesquiera que sean las causas de una y
otra deuda. Ella extingue con fuerza de pago, las dos deudas, hasta donde alcance la menor, desde
el tiempo en que ambas comenzaron a coexistir.
EVOLUCION HISTORICA
En época de Marco Aurelio se acepta la exceptio doli por aquello de que comete dolo quien reclama
lo que está obligado a pagar.
NATURALEZA JURIDICA
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Tesis clásica: Se ha considerado a la compensación como un modo de pago al calificarlo como
"doble pago recíproco y ficticio" o "pago abreviado o simplificado". Parecería que cada uno de los
intervinientes hubiera entregado al otro el objeto de la prestación, cuando en realidad nada de eso
sucedió. No es posible asimilarla al pago ya que no existe acto de cumplimiento.
Saleilles ha sostenido que se trata de un medio efectivo de garantía acordado a un acreedor que a la
vez es deudor de su deudor.
La corriente más moderna considera justamente que la compensación es la contracara del pago,
puesto que precisamente se busca suprimir el efectivo cumplimiento recíproco de ambas
obligaciones; en tal sentido Trigo Represas se adhiere a esta corriente alejando a la compensación
de la naturaleza del pago en el entendimiento de que "aunque haya cierta similitud entre los efectos
liberatorios de uno y otro instituto, ya que la compensación es en efecto un medio satisfaciente de
extinción de las obligaciones, pues pese a que no importa cumplimiento y deja las cosas en su
anterior status, de todas formas acuerda a cada parte la ventaja de no deber la prestación a su
cargo, sacrificando en su lugar su derecho a percibir sus respectivas acreencias".
Muy pocos juristas ven en la compensación una "dación en pago", porque cada deudor paga con su
propio crédito, criterio que no ha tenido demasiada adhesión.
La última postura -que comparto- considera que este modo de extinción es un supuesto de
"recíprocas abstenciones" con equivalencias económicas con el pago. (Compagnucci).
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DERECHO COMPARADO
Sistema francés:
Compensación legal. Es el que adopta nuestro CC. Considera que el efecto extintivo se produce
desde el momento en que ambas deudas coexisten y se dan los requisitos legales. En el derecho
argentino la compensación debe ser opuesta en juicio y no puede ser declarada de oficio por el juez.
Sistema suizo-alemán:
Compensación por declaración. Cuando se dan los presupuestos para su alegación, cada parte
puede imponerla a la otra efectuando una declaración en ese sentido.
Sistema inglés:
Compensación judicial. Sólo puede establecerla el juez cuando es opuesta por la parte interesada.
Los efectos se producen a partir de la sentencia.
UTILIDAD. FUNCIONES
El legislador pensó en la utilidad práctica que brindaba este modo extintivo de las obligaciones.
Facilita la extinción de deudas y créditos recíprocos, ya que evitaría "recibir con una mano y pagar o
devolver con la otra a la misma persona".
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Es decir que el fundamento de la compensación es su practicidad, tanto en permitir la extinción
propiamente dicha como también en brindar una función de garantía y seguridad recíproca, ya que
un deudor que paga -y que es a la vez acreedor de esa misma persona- podría verse perjudicado al
no poder cobrar –en su oportunidad- ante la insolvencia de su deudor-acreedor, en cambio la
compensación permite que ambas obligaciones se extingan a la vez.
Borda explica que la utilidad del instituto es evidente en razón de eliminar la necesidad de un doble
cumplimiento con el consiguiente transporte de numerario o de cosas fungibles y los gastos y
molestias consiguientes. Sirve de garantía a las personas que, teniendo créditos
y deudas recíprocas con otras, no se verán expuestas, luego de haber pagado, al riesgo de no
recibir lo que les corresponde.
Importancia práctica
La cuenta corriente mercantil y la cuenta corriente bancaria son claros ejemplos de ello, ya que entre
el "debe" y el "haber" sólo es reclamable el "saldo" que resta efectuada la operación; idéntica
situación se plantea en el denominado clearing bancario manejado por el Banco Central de la
República Argentina, mediante el cual se resuelven diversas operaciones bancarias a través de la
compensación. A lo largo de cada jornada las entidades bancarias son acreedoras y deudoras
recíprocamente en virtud de los numerosos cheques, giros, letras de cambio, etcétera, que
presentan sus clientes, permitiendo el clearing que todas esas operaciones queden compensadas
sin movilizar dinero alguno.
CLASES DE COMPENSACIÓN
Convencional
Legal
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Facultativa
Judicial
Convencional:
Legal:
Es el tipo básico. Regulada por CC. Se define en el art. 818. Requisitos en 819, 820 y 822. debe ser
opuesta por la parte demandada. Nunca es declarada de oficio y sus efectos son retroactivos al
momento en que ambas deudas comenzaron a coexistir.
Facultativa:
Se da cuando una de las partes reúne para sí todos los elementos de la compensación legal y la otra
parte no, ya sea porque su crédito no es líquido y a raíz de la concesión que hace la otra parte se
permite la extinción de las obligaciones. Ejemplo. Me deben un toro de raza y soy deudor de un toro
común. Invoco la compensación, renuncio a mi mejor situación y permito concluir ambas relaciones.
Sus efectos son ex nunc (desde ese momento).
Así como la compensación legal tiene lugar "hasta donde alcance la menor", la facultativa, en
cambio, exige la igualdad de ambos créditos en razón de que no puede el acreedor verse obligado a
recibir un pago parcial conforme a lo establecido en el artículo 742, por lo que mal podría
compensarse por importes menores.
Judicial:
Declara de por los jueces en sus sentencias. En estos casos generalmente ocurre que falta el
requisito de la liquidez y es necesario, en consecuencia, que a través de un procedimiento judicial se
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
proceda a su determinabilidad. Será el magistrado quien, luego de cumplidos todos los recaudos, así
la ordene bajo su imperium.
Cuando es opuesta al contestar la demanda, el que la invoca no reúne todos os requisitos de una
compensación legal. La doctrina no se pone de acuerdo sobre el momento en que surte efecto. Para
Salvat a partir de la sentencia, para la mayoría, al momento de trabar la litis.
Salvat se pregunta cuál de las dos clases de compensación es preferible, si la legal o la judicial, y al
respecto señala que la legal presenta dos grandes inconvenientes: a) funciona en forma
excesivamente mecánica, sin tener en cuenta todas las exigencias de la equidad, y b) exige una
serie de condiciones que no siempre están dadas y que la hacen fracasar, mientras que en la
compensación judicial hay menor rigorismo en sus condiciones y responde a las necesidades de la
práctica.
En estos casos no concurren los requisitos de la compensación legal ni se producen todos sus
efectos. En algunos supuestos no se exige ni la reciprocidad, ni la homogeneidad, ni la identificación
de valores ni la invocación por la parte interesada.
Por ejemplo el art. 1053 ordena la compensación de intereses devengados con los frutos percibidos
hasta el día de la demanda.
Es la que expresamente contempla nuestro Codificador siguiendo al modelo francés y es, de todas
las clases, la de mayor trascendencia. Exige seis requisitos:
a) reciprocidad;
b) fungibilidad u homogeneidad;
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
c) liquidez;
d) exigibilidad;
f) embargabilidad, y
g) subsistencia civil.
a) Reciprocidad. Es uno de los presupuestos básicos e imprescindibles para que pueda configurarse
el instituto, ya que debe haber dos obligaciones y en cada una de ellas ser acreedor y deudor a la
vez del otro sujeto que también es deudor y acreedor de uno. A ello debemos sumarle que la
reciprocidad debe serlo "por derecho propio", es decir que debemos ser los titulares del crédito y de
la deuda y no puede oponerse en representación de otro; de modo tal que el padre no puede oponer
en la compensación con su acreedor una deuda que tiene su hijo para con él, ni tampoco podría
hacerlo el tutor o curador o una persona jurídica que pretendiera compensar por un crédito contra el
deudor y que éste tuviere con algún miembro de la misma. Concretamente el art. 1712
expresamente prohibe a los deudores de la sociedad compensar un crédito de ésta con otro crédito
particular contra alguno de los socios, y el art. 1713 también impide que la sociedad oponga contra
su acreedor la compensación con lo que éste adeude particularmente a alguno de los socios, al decir
que "Los acreedores de la sociedad son acreedores, al mismo tiempo, de los socios. Si cobraren sus
créditos de los bienes sociales, la sociedad no tendrá derecho de compensar lo que les debiere con
lo que ellos debiesen a los socios, aunque éstos sean los administradores de la sociedad. Si los
cobrasen de los bienes particulares de algunos de los socios, ese socio tendrá derecho para
compensar la deuda social con lo que ellos le debiesen, o con lo que debiesen a la sociedad".
Llevado al instituto de la sucesión, en similar sentido, el art. 3376 impide compensar créditos que se
tuvieren contra la sucesión a los deudores personales del heredero que aceptó con beneficio de
inventario, partiendo en todos estos ejemplos del principio de la independencia de los patrimonios.
b) Fungibilidad u homogeneidad. Este presupuesto lo exige el art. 819, primera parte, al decir que
"Para que se verifique la compensación, es preciso que la cosa debida por una de las partes, pueda
ser dada en pago de lo que es debido por la otra", y el art. 820 completa que "Para que la
compensación tenga lugar, es preciso que ambas deudas consistan en cantidades de dinero, o en
prestaciones de cosas fungibles entre sí...", es decir, que la prestación adeudada por uno debe ser
fungible con relación a la debida por el otro, pudiendo intercambiarse ambas.
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Para Borda no es indispensable que la fungibilidad exista desde el primer momento, ya que puede
producirse por el hecho de que uno de los créditos o ambos se conviertan posteriormente en
créditos de indemnización.
En la obra de Aubry y Rau se expresa que "No basta que las cosas sean fungibles separadamente.
Es preciso que lo sean la una con relación a la otra. Las cosas son fungibles, o no fungibles, según
que sean o no susceptibles de ser reemplazadas por otras cosas de la misma especie y calidad. Una
pipa de vino de Burdeos de 1846 que formase el objeto de un préstamo de consumo, sería
ciertamente una cosa fungible, entre tanto, ella no podría ser compensada con otra pipa igual de
vino de Burdeos de 1866, igualmente fungible, considerada aisladamente, porque estas dos pipas de
vino de calidad o de valor diferente no son fungibles entre sí".
Las obligaciones de dar cosa cierta no son en principio compensables, a excepción de que se deba
en ambas una misma e idéntica cosa y el acreedor fuese al mismo tiempo deudor de la restitución
de la cosa recibida en pago (Llambías) y también se excluyen las obligaciones de hacer aun cuando
ambas prestaciones tengan objetos idénticos de conformidad con lo establecido en el artículo 825,
máxime pudiendo alguna de ellas haber tenido especial interés en el cumplimiento personal de la
obligación.
Muchos autores han explicado que no se configura la fungibilidad si una de las partes debe dos
cosas en alternativa, siendo una de ellas fungible y la otra no. Ello así en razón de que la otra parte
podría ser obligada a recibir en pago la cosa no fungible a cambio de lo que se le debe. También
sería impedimento de compensar la existencia de una obligación facultativa (conf. art. 643).
c) Liquidez. El C.C exige la liquidez de ambas deudas para que pueda efectivizarse la compensación
(conf. art. 819). Pothier expresa que se llama "deuda líquida aquella cuya existencia es cierta, y cuya
cantidad se encuentra determinada", es decir que la liquidez deviene frente a la certeza de la deuda
(existencia y determinabilidad en cuanto a su monto).
Las dos deudas son líquidas cuando es cierta su existencia y están determinadas en su cantidad.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Si sólo una es clara y líquida, y la otra está sujeta a discusión, no pueden compensarse.
Parte de la doctrina ha sostenido que debe flexibilizarse el concepto de iliquidez cuando está referido
a la indeterminación del monto de la obligación, ya que debe ser admitida la compensación cuando
ello depende de una mera operación contable o pericia realizable al efecto. En tal sentido, la doctrina
y la jurisprudencia han ido aceptando que no sería impedimento la iliquidez del monto cuando éste
es fácilmente determinable y muchos Códigos modernos, como el alemán o el suizo, han suprimido
tal exigencia.
Colmo explica que "por ilíquida que sea una deuda no deja por eso de ser una deuda y si la
compensación se opera de pleno derecho, aun en la ignorancia de los interesados ¿por qué no
admitirla aunque no haya liquidez, si ésta puede reducirse a un asunto secundario de pericia o de
contabilidad? De otra suerte, se puede llegar a situaciones abusivas. Debo a A $ 500 por una deuda
líquida y soy acreedor del mismo por un servicio o por una indemnización que hasta prima facie
pueden importar 5 o 50 mil pesos; la compensación no se produce porque mi crédito es líquido, por
ende, yo puedo verme obligado a pagar lo que adeudo y tener que exponerme a todo un juicio
ulterior, en que puedo ir a pura pérdida contra un deudor trapacero, para establecer su liquidez.
De ahí que los Códigos alemán y suizo, lo propio que el japonés, no exijan tal requisito".
Borda justifica la exigencia de este requisito al decir que "...Por más que la compensación sea un
medio muy práctico e importante de extinguir obligaciones, no deja de tener carácter excepcional, ya
que las obligaciones deben extinguirse normalmente con su cumplimiento.
Sólo se justifica, pues, como un remedio de excepción, que debe funcionar en condiciones bastante
rigurosas.
Si cualquier crédito, aun eventual, dudoso o incierto, pudiera dar lugar a la defensa de
compensación, probablemente ésta se convertiría en un recurso en manos de los malos pagadores
para lograr dilaciones en el pago de sus deudas. Se explica así que, no obstante la influencia del
Código alemán, legislaciones posteriores hayan insistido en exigir este requisito (Cód. italiano, art.
1243; mexicano, art. 2188; brasileño, art. 1010; venezolano, art. 1333; peruano, art. 1288)" (Borda).
d) Exigibilidad. Ambas deudas deben ser exigibles, es decir, que pueda ser reclamado civilmente su
cumplimiento por parte de su titular, en consecuencia quedan exentas las obligaciones a plazo no
vencido, las condicionales y las que no subsisten civilmente.
Las obligaciones con plazo resolutorio, en cambio, serían compensables hasta que concluya el
tiempo fijado, y las condicionales, sólo de haberse cumplido la condición. Trigo Represas considera
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
que en el caso poco importa distinguir si se trata de una condición suspensiva o resolutoria, ya que
el principio debe regir para ambas.
Respecto a las naturales, también se encuentran excluidas de la compensación (art. 515), como
también los actos declarados nulos o anulables (art. 1050) y las deudas de juego (art. 2057) por
idéntico fundamento.
No es posible, entonces, compensar un crédito civil con un crédito natural, tampoco uno que nació
de un acto nulo de nulidad absoluta (el otorgado por la persona declarada judicialmente incapaz, por
quien tiene prohibido su realización, los actos efectuados en fraude o con simulación, entre otros).
Borda señala que en el caso de las obligaciones prescriptas hay que distinguir si la prescripción ya
fue declarada o no. Obviamente en el primer supuesto se está frente a una obligación natural y no
exigible, por ende, no compensable. Si, en cambio, aún la prescripción no se declaró, el titular del
crédito puede oponer la compensación, la que operará en tanto y en cuanto el titular de la deuda
prescripta no se oponga a la compensación invocando la prescripción. Es decir, que para este caso
la compensación no opera de pleno derecho y depende de su invocación.
e) Créditos expeditos o libres. Los créditos -y también las deudas deben hallarse expeditos, sin que
un tercero hubiera adquirido derechos respecto de los cuales pueda oponerse legítimamente, es
decir que los mismos deben encontrarse libres de traba legal. Así lo establece el art. 822,
excluyéndose de la posibilidad de compensar a aquellos créditos que se encuentran embargados o
prendados. En tal caso la extinción operada en estas condiciones sería inoponible al tercero
acreedor embargante o pignoraticio (conf. art. 736).
f) Embargabilidad. No aparece escrito en los textos legales. Surge del juego de los arts. 825 y 374,
ya que el primero de ellos establece que las deudas de alimentos no son compensables y el
segundo habla de su inembargabilidad, a lo que se suma el principio general de que los créditos no
embargables se encuentran fuera de la garantía común de los acreedores.
De modo tal que al no ser compensables las deudas de alimentos, ni las obligaciones de ejecutar
algún hecho, se desprende la necesidad de excluir aquellos créditos que no son susceptibles de
embargo, haciéndose ello extensivo a todo crédito cualquiera sea su naturaleza.
Sabemos que el embargo es una medida procesal destinada a lograr la indisponibilidad del bien
afectado para asegurar que el monto adeudado pueda realmente ser exigido y así satisfacer el
interés del acreedor. El embargo impide el pago y si tenemos en cuenta que la compensación es un
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
modo de extinción de las obligaciones, es obvio que también el embargo impide la compensación: si
Pedro embarga a Pablo por una suma que éste le adeuda, el embargo va a impedir la compensación
ipso iure de la suma embargada con el crédito que Pablo pudiere tener contra Pedro, en
consonancia con lo estipulado en el artículo 736.
Art. 821. Cuando ambas deudas no son pagaderas en el mismo lugar, sólo puede oponerse la
compensación abonando las costas del pago en el lugar en que deba verificarse.
Esto significa que un deudor que debe pagar determinada deuda a su acreedor en la ciudad de La
Plata, por ejemplo, a su vez debe cobrarle otra en la ciudad de Tres Arroyos. En este caso es
posible compensar siempre y cuando quien la alegue satisfaga los gastos del pago: podría ser,
verbigracia, la suma que en estos casos cobran las entidades bancarias por el interdepósito o bien el
desembolso del transporte.
Esta norma se hace extensiva al caso en el cual haya "diferencias de cambio o de precio": si tengo
que pagar 10 kilos de trigo en Buenos Aires y debo recibir idéntica cantidad en Tres Arroyos, quien
alegue la compensación deberá soportar la diferencia de precio del cereal.
Las deudas que deben cumplirse en lugares distintos no pueden extinguirse ipso iure por
compensación, salvo el caso indicado de que consistan en dinero nacional.
CREDITOS NO COMPENSABLES
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Art. 823.* Las deudas y créditos entre particulares y el Estado no son compensables en los casos
siguientes:
1. Si las deudas de los particulares proviniesen de remates de cosas del Estado, o de rentas
fiscales, o si proviniesen de contribuciones directas o indirectas, o de alcance de otros pagos que
deban hacerse en las aduanas, como derechos de almacenaje, depósito, etcétera.
3 En el caso que los créditos de los particulares se hallen comprendidos en la consolidación de los
créditos contra el Estado, que hubiese ordenado la ley.
El principio general es que las deudas públicas no son compensables, como lo establecen los 3
incisos del art. 823.
Art. 824. No es compensable la obligación de pagar daños e intereses por no poderse restituir la
cosa de que el propietario o poseedor legítimo hubiese sido despojado, ni la de devolver un depósito
irregular.
Con esto se trata de evitar la justicia por mano propia de aquel que siendo acreedor, toma por la
fuerza una cosa de su deudor para luego pretender compensar los consecuentes daños con su
crédito.
El mismo art. 824 hace extensiva la imposibilidad de compensar al deudor obligado a restituir el
objeto de un depósito irregular (cosas no fungibles). Se trata de una deuda de honor en la cual el
depositante tuvo muy especialmente en consideración a la persona del deudor; impedir esa
devolución sería frustrar la confianza.
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COMPENSACIÓN
Art. 818 dos personas por derecho propio reúnen calidades de acreedor y deudor recíprocamente.
Extinguen con fuerza de pago hasta el monto de la menor desde el tiempo en que ambas
comenzaron a coexistir.
HISTORIA
NATURALEZA JURIDICA
Dación en pago: se modifica el objeto y cada acreedor-deudor da para pagar su propio crédito.
DERECHO COMPARADO
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Sistema francés: Compensación legal. Adoptado por nuestro CC. El efecto extintivo es desde el
momento en que ambas deudas coexisten y se dan los requisitos legales. En nuestro sistema es
necesario invocarla por las partes y declararla judicialmente.
Sistema suizo-alemán: Compensación por declaración. Al darse los requisitos, cada parte puede
imponerla a la otra efectuando la declaración.
Sistema inglés: Compensación judicial. Sólo puede declararla el juez cuando es opuesta por parte
interesada. Efectos a partir de sentencia.
FUNCIONES. UTILIDAD
En derecho mercantil.
CLASES DE COMPENSACIÓN
Convencional
Legal
Facultativa
Judicial
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Convencional: surge del acuerdo de partes. Principio de autonomía de la voluntad. No está regulada
en CC.
Legal: regulada por CC. Definida en art. 818. Requisitos en arts. 819, 820 y 822. Debe ser opuesta
por la parte demandada. Nunca se declara de oficio. Efectos retroactivos al momento en que ambas
deudas comenzaron a coexistir.
Facultativa: una de las partes reúne todos los requisitos para legal y la otra no (ej. Crédito no
líquido). Efectos ex nunc (a partid de ese momento).
Judicial: declarada por jueces en sentencia. Cuando es opuesta al contestar la demanda, el que la
invoca no reúne todos los requisitos para compensación legal.
Automática o por imperio de la ley: no concurren los requisitos de la legal ni se producen todos sus
efectos. En algunos casos ni se exige la reciprocidad ni la homogeneidad, ni la invocación por la
parte interesada. Ej. Art. 1053: compensación de intereses devengados con los frutos percibidos
hasta el día de la demanda cuando se decide la anulación de un acto viciado.
Reciprocidad
Liquidez
Homogeneidad
Exigibilidad
Créditos libres
Embargabilidad
Subsistencia civil
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Reciprocidad: art. 818. deben ser acreedor y deudor por derecho propio y no como representantes.
P. ej. No puede compensar la esposa contra un tercero que a su vez tiene un crédito contra el
marido.
Homogeneidad: o fungibilidad implica que las cosas que integran las prestaciones deben ser
fungibles entre sí, o sea, intercambiables por pertenecer al mismo género y especie.
Ej. Ambas partes se deben dinero o cantidades de cosas de igual especie y calidad. No se puede
compensar dar soja por dar vino.
Exigibilidad: Los créditos deben ser exigibles, reclamables civilmente. No son compensables si están
sometidos a condición suspensiva, o si son obligaciones naturales. Ambas deudas deben estar
vencidas y en estado de cumplimiento.
Créditos libres: no deben estar embargados o prendados. Art. 822. si no se puede pagar, no se
puede compensar.
Embargabilidad: no surge de los textos legales pero los créditos a compensar deben ser
embargables. Si son inembargables no puede existir compensación por quedar excluidos de la
garantía común de los acreedores. Alimentos futuros, derivados de relaciones laborales,
jubilaciones, pensiones, etc.
Subsistencia civil: art. 819. Ambas deudas deben subsistir civilmente. No son compensables las
obligaciones naturales, las prescriptas, las derivadas de las deudas de juego, y las que son nulas o
anulables.
388
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Art. 821. cuando ambas deudas no son pagaderas en el mismo lugar, sólo puede oponerse la
compensación abonando las costas del pago en el lugar en que deba verificarse.
CREDITOS NO COMPENSABLES:
Relación con el Estado: en principio, las deudas públicas no son compensables. Art. 823. no se
compensan deudas derivadas de remates de cosas del Estado, las que provienen de impuestos, las
de tasas, las de distintos departamentos o ministerios, la deuda consolidada (la que no se puede
exigir judicialmente)
Daños producidos por el despojo: no se puede compensar el importe dinerario que sea
consecuencia de indemnización por daños derivados del despojo para evitar la justicia por mano
propia.
Devolución de depósito irregular: es una deuda de honor. Se espera la devolución de la cosa a fin de
no frustrar la confianza. Según algunos también se podría hacer extensiva al depósito regular.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Efecto principal: extinción de ambas obligaciones con fuerza de pago hasta el importe de la menor y
desde que ambas comenzaron a coexistir.
El efecto de pleno derecho significa que en el momento en que se dan los requisitos, se produce la
conclusión de las obligaciones junto con las accesorias.
Según arts. 819 y 822 los créditos deben ser libres y exigibles, y que puedan ser disponibles. Si hay
concurso o quiebra de alguna de las partes no habrá compensación.
La ley 24522 (Quiebras) establece que sólo se podrá compensar si se ha operado antes de la
declaración de la quiebra. Lo mismo establece el CC en el art. 828.
FIANZA
El fiador simple o solidario puede oponer al acreedor todas las defensas y excepciones que tiene el
deudor principal, aún contra la voluntad de este último. El art. 829 permite la compensación del
crédito afianzado (el fiador es el verdadero deudor y por eso se coloca en el mismo lugar que el
afianzado).
SUJETOS PLURALES
Art. 830. En la solidaridad pasiva, el deudor puede invocar la compensación del crédito del acreedor
con el crédito de él o de otro de sus codeudores solidarios.
390
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
CESIÓN DE CREDITO
Con relación al deudor cedido, los efectos de la cesión se producen a partir de la notificación o
aceptación, y entonces se pueden oponer al cesionario todas las defensas que tenía el cedente,
excepto la compensación.
Según el art. 826 no son compensables entre deudor cedido y el cesionario, los créditos contra el
cedente que sean posteriores a la cesión notificada. O sea que para que pueda haber
compensación, la deuda del cedente debe ser anterior a la notificación o aceptación ante la ausencia
de reciprocidad.
PAGO Y RENUNCIA
Si el deudor que sabe y conoce la posibilidad de compensar, hace efectivo el pago del crédito, está
renunciando tácitamente a oponer tal defensa.
Si el deudor paga ignorando algunos autores lo consideran “pago por error” y podría el solvens
recuperar lo pagado.
Para otros sería un “pago sin causa” por estar ya extinta la obligación.
TRANSACCIÓN
Art. 832. La transacción es un acto jurídico bilateral, por el cual las partes, haciéndose concesiones
recíprocas, extinguen obligaciones litigiosas o dudosas.
391
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Origen en el DR.
D. francés: Domat la define como un contrato por el cual las partes ponen fin a un litigio o evitan uno
por nacer.
METODOLOGIA
CAUSAS Y FINES
Timor litis
Negocio de fijación
Timor litis: se transa para evitar un pleito judicial. Vale más un mal arreglo que un buen juicio.
Excesiva lentitud del sistema judicial, gastos del juicio, incertidumbre de resultado.
392
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Autocomposición del litigio: Son los propios interesados quienes asumen la solución
voluntariamente. Es la composición de la litis mediante una renuncia parcial de las propias
pretensiones. Las partes evitan o concluyen así un pleito.
Negocio de fijación: para algunos sería un típico negocio de fijación extrajudicial, ya que lo incierto
deviene cierto por voluntad de las partes. Tendría así carácter declarativo, tal como la sentencia, ya
que se basa en una situación anterior que declara y fija sin crear una situación nueva. Sólo se trata
de eliminar el estado de duda.
Necesidad de concluir la controversia: son las relaciones jurídicas inciertas o que se suponen
inciertas, las que dan presupuesto suficiente para la transacción. Esta sería la causa real de la
transacción.
ELEMENTOS DE LA TRANSACCIÓN
Acuerdo de partes
Concesiones recíprocas
Concesiones recíprocas: sacrificios mutuos sobre los derechos afirmados. Es necesario que haya
renuncia y reconocimientos recíprocos condicionados. No es necesaria la equivalencia en las
prestaciones, ni en los sacrificios o reconocimientos recíprocos.
393
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Cosa dudosa y litigio: la existencia de la res dubia significa saber si una relación jurídica está
regulada o no por el derecho, en qué forma y con qué límites. Pueden adoptarse dos criterios:
Criterio objetivo: si la controversia surge en razón del contenido de la norma, mala redacción,
elección de aplicabilidad al caso.
Criterio subjetivo: (Compagnucci). Las partes dudan, quieren dar certeza y equilibrar sus intereses.
El juez no puede juzgar la duda, sino conforme a lo que las partes quisieron.
NATURALEZA JURÍDICA
Determinar si es o no un contrato
Sin duda es un contrato pero establecer su carácter declarativo o atributivo se relaciona con sus
efectos. Para el CC tiene carácter declarativo (art. 836 “Por la transacción no se transmiten, sino
que se declaran o reconocen derechos que hacen el objeto de las diferencias sobre que ella
interviene. La declaración o reconocimiento de esos derechos no obliga al que la hace a garantirlos,
ni le impone responsabilidad alguna en caso de evicción, ni forma un título propio en qué fundar la
prescripción”.
CARACTERES
394
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Bilateral(art. 1138)
Onerosa(art. 1139)
Indivisible(art. 834)
395
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
De interpretación restrictiva (Art. 835. Las transacciones deben interpretarse estrictamente.
No reglan sino las diferencias respecto de las cuales los contratantes han tenido en realidad
intención de transigir)
CAPACIDAD Y REPRESENACIÓN
Todos quienes pueden contratar (excluidos art. 1160) y disponer de sus bienes se
encuentran facultados para transar.
En cuanto a la capacidad de hecho, son incapaces los del art. 54 y 55. los menores
emancipados en principio pueden transar (art. 135). Lo mismo los menores que tienen título
habilitante, y los habilitados para ejercer el comercio.
El Estado no puede transar cuando actúa como persona de derecho público, pero cuando lo
hace como persona privada puede hacerlo.
OBJETO DE LA TRANSACCIÓN
Coincide con el objeto de los contratos y con el de los actos jurídicos en general.
396
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Por lo tanto pueden ser objeto de transacción toda clase de derechos incluidos los
personales, los reales y los intelectuales, y aunque estuviesen subordinados a una condición
(art. 849).
Se excluyen las cosas que están fuera del comercio y los derechos no susceptibles de
convención (art. 844).
No se puede transar sobre la acción penal que tiene como fin acusar y querellar al autor de
un delito. Los delitos de acción privada pueden transarse.
Tampoco puede transarse sobre los derechos eventuales a una sucesión o sobre la
sucesión de una persona viva.
FORMA Y PRUEBA
La forma se rige por lo que el CC establece para los contratos. No está sujeta a formalidades
extrínsecas. La transacción es un acto no formal, puede ser realizada por instrumento
privado, público, oralmente, etc.
Existen 2 excepciones:
Debe ser hecha por presentación judicial firmada por los interesados. Se trata de
transacciones sobre derechos que están sometidos a decisión del juez y se encuentran
controvertidos por las partes.
La ausencia de cumplimiento del requisito de presentación en autos hace que el acto sea
calificado como nulo absoluto no sujeto a confirmación.
En este caso debe ser efectuada por escritura pública (art. 1184 inc 4), caso contrario será
nula de nulidad relativa ya que puede ser confirmado posteriormente por las partes.
Para el resto de las transacciones extrajudiciales hay libertad de formas, ya sea por
instrumento público o privado, o verbal.
EFECTOS DE LA TRANSACCIÓN
Es obligatoria
Es extintiva
Obligatoriedad: obliga a las partes a sujetarse a sus condiciones. Produce sus efectos tanto
para las partes como para terceros. Por ser un acto bilateral puede oponerse la exceptio non
adimpleti contractus y la compensatio mora, también puede hacerse valer una cláusula
resolutoria expresa o un pacto comisorio tácito.
398
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Cosa juzgada: para algunos autores es equiparable a la sentencia firme. No pueden ser
atacadas por causa de error de derecho o de lesión.
Extintividad: art. 850. se extinguen derechos y obligaciones que las partes hubiesen
renunciado. El carácter extintivo es relativo, ya que los derechos reconocidos quedan con
plena eficacia. Con la transacción se extingue la obligación accesoria del fiador.
En obligaciones dudosas, se extingue la parte dudosa pero queda pendiente la parte segura,
no dudosa. Es un medio parcial de extinción.
Solidaridad activa: la transacción extingue los derechos y obligaciones que las partes
hubiesen renunciado. Este efecto es relativo a las partes y tiene para ellas efecto de cosa
juzgada. Este efecto no alcanza a las personas que no han intervenido en el acto como los
codeudores o los coacreedores.
399
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Solidaridad pasiva: Igual situación que para solidaridad activa. El deudor que no participó en
la transacción, puede invocarla, pero no puede oponérsele a él. Así se favorece la situación
del deudor que no participó del acto contractual de transacción.
EXCEPCIÓN DE TRANSACCIÓN
Quien pretenda oponer esta defensa debe demostrar que se dan los requisitos del objeto,
sujeto y causa.
INEFICACIA DE LA TRANSACCIÓN
Los supuestos de nulidad para los contratos son los mismos que para la transacción.
Art. 857. Las transacciones hechas por error, dolo, miedo, violencia o falsedad de
documentos, son nulas, o pueden ser anuladas en los casos en que pueden serlo los
contratos que tengan estos vicios.
400
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Este principio es el mismo que para los actos jurídicos en general pero se agrega el miedo
como una especie de violencia moral o intimidación.
Siempre será posible alegar el error siempre y cuando este sea esencial y excusable.
Si, hecha la transacción, una de las partes puede demostrar que los documentos
presentados por la otra son falsos, tiene derecho a demandar la nulidad. Si los falsificó la
parte se permite la impugnación, si los falsificó un tercero debe alegarse error.
Art. 860. Debe tratarse de sentencia firme con autoridad de cosa juzgada y que sea ignorada
por la parte que reclama. Esto hace rescindible la transacción.
El título se refiere al antecedente o causa del obrar. La nulidad se funda en que alguna de
las partes fundó su reclamo en un título ineficaz.
Art. 954. [Podrán anularse los actos viciados de error, dolo, violencia, intimidación o
simulación.
401
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
También podrá demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos cuando una
de las partes explotando la necesidad, ligereza o inexperiencia de la otra, obtuviera por
medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
Se presume, salvo prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable
desproporción de las prestaciones.
Los cálculos deberán hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción deberá
subsistir en el momento de la demanda. Sólo el lesionado o sus herederos podrán ejercer la
acción cuya prescripción se operará a los cinco años de otorgado el acto.
El accionante tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio,
pero la primera de estas acciones se transformará en acción de reajuste si éste fuere
ofrecido por el demandado al contestar la demanda.] (Texto según ley 17.711.)
Algún fallo ha demostrado que si la ausencia de equivalencia era total sumado a un abusivo
aprovechamiento de la situación de uno de los contratantes, era viable alegar lesión.
DACION EN PAGO
Acto por el cual el deudor voluntariamente hace efectiva al acreedor una prestación distinta
de la prometida originalmente y este último la acepta voluntariamente.
402
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Hay una mutación en el objeto de la prestación por voluntad de ambas partes. Se altera el
principio de identidad (arts. 740 y 741) basado en el principio de autonomía de la voluntad.
Antecedente histórico: datio in solutum del DR que además de convencional era legal.
Requisitos
CAPACIDAD Y REPRESENTACIÓN
La capacidad de hecho y de derecho serían las que se necesitan para los actos de
disposición.
Los representantes del acreedor no están autorizados para aceptar estos pagos.
A los apoderados se les debe dar un poder especial y los representantes legales requieren
autorización judicial.
Naturaleza jurídica
Convención liberatoria
403
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Contrato oneroso de enajenación, ya que mediante un acuerdo solutorio se produce la
separación de un derecho a un apersona y atribución a otra.
REGLAS SUPLETORIAS
En la transacción existe una verdadera transmisión de las cosas que se dan en pago.
Deben ser aplicadas supletoriamente las normas de la compraventa.
EFECTOS
Si el deudor hace dación en pago por error (hecho o derecho) puede repetirla de quien la
recibió.
404
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El deudor hace entrega al acreedor de bienes o créditos para que éste los venda o haga
efectivos y se cobre. El crédito no se extingue con la sola entrega sino al liquidar el objeto y
en la medida de lo obtenido.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
COMPENSACIÓN
Art. 818 dos personas por derecho propio reúnen calidades de acreedor y deudor
recíprocamente. Extinguen con fuerza de pago hasta el monto de la menor desde el tiempo
en que ambas comenzaron a coexistir.
Art. 818. La compensación de las obligaciones tiene lugar cuando dos personas por derecho
propio, reúnen la calidad de acreedor y deudor recíprocamente, cualesquiera que sean las
causas de una y otra deuda. Ella extingue con fuerza de pago, las dos deudas, hasta donde
alcance la menor, desde el tiempo en que ambas comenzaron a coexistir.
Es otro de los medios por los que se extinguen las obligaciones. Significa poner en la
balanza simultáneamente a dos obligaciones y extinguirlas en la medida en que una se
integre con la otra.
De todo ello se infiere que es necesaria la existencia de dos obligaciones diferentes entre los
mismos sujetos que reúnen la condición de acreedor y deudor recíprocamente.
HISTORIA
406
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
DR clásico aceptaba la convencional.
NATURALEZA JURIDICA
DERECHO COMPARADO
407
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Sistema francés: Compensación legal. Adoptado por nuestro CC. El efecto extintivo es
desde el momento en que ambas deudas coexisten y se dan los requisitos legales. En
nuestro sistema es necesario invocarla por las partes y declararla judicialmente.
Sistema suizo-alemán: Compensación por declaración. Al darse los requisitos, cada parte
puede imponerla a la otra efectuando la declaración.
Sistema inglés: Compensación judicial. Sólo puede declararla el juez cuando es opuesta por
parte interesada. Efectos a partir de sentencia.
FUNCIONES. UTILIDAD
En derecho mercantil.
CLASES DE COMPENSACIÓN
Convencional
Legal
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Facultativa
Judicial
Se acuerda extinguir ambas prestaciones por la propia libertad y autonomía de los sujetos.
Legal: regulada por CC. Definida en art. 818. Requisitos en arts. 819, 820 y 822. Debe ser
opuesta por la parte demandada. Nunca se declara de oficio. Efectos retroactivos al
momento en que ambas deudas comenzaron a coexistir.
Ejemplo. Me deben un toro de raza y soy deudor de un toro común. Invoco la compensación,
renuncio a mi mejor situación y permito concluir ambas relaciones.
Los efectos de este tipo de compensación operan recién a partir del momento en que es
opuesta o invocada (ex nunc).
Así como la compensación legal tiene lugar "hasta donde alcance la menor", la facultativa,
en cambio, exige la igualdad de ambos créditos en razón de que no puede el acreedor verse
obligado a recibir un pago parcial conforme a lo establecido en el artículo 742, por lo que mal
podría compensarse por importes menores.
409
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Judicial: Declara de por los jueces en sus sentencias. En estos casos generalmente ocurre
que falta el requisito de la liquidez y es necesario, en consecuencia, que a través de un
procedimiento judicial se proceda a su determinabilidad. Será el magistrado quien, luego de
cumplidos todos los recaudos, así la ordene bajo su imperium.
Cuando es opuesta al contestar la demanda, el que la invoca no reúne todos los requisitos
de una compensación legal. La doctrina no se pone de acuerdo sobre el momento en que
surte efecto. Para Salvat a partir de la sentencia, para la mayoría, al momento de trabar la
litis ya que la sentencia no es constitutiva sino meramente declarativa de derechos.
a) funciona en forma excesivamente mecánica, sin tener en cuenta todas las exigencias de
la equidad, y
b) exige una serie de condiciones que no siempre están dadas y que la hacen fracasar,
mientras que en la compensación judicial hay menor rigorismo en sus condiciones y
responde a las necesidades de la práctica.
En el art. 1383 el pacto de retroventa le permite al vendedor recuperar la cosa vendida y los
frutos de ésta ser compensados con los intereses del precio de la venta y también el art.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
2430, que compensa por imperio legal los gastos del poseedor de buena fe que ha
conservado la cosa en buen estado, con los frutos percibidos.
Reciprocidad
Homogeneidad
Exigibilidad
Créditos libres
Embargabilidad
Subsistencia civil
Reciprocidad:
Art. 818. Deben ser acreedor y deudor por derecho propio y no como representantes. P. ej.
No puede compensar la esposa contra un tercero que a su vez tiene un crédito contra el
marido, el padre no puede oponer en la compensación con su acreedor una deuda que tiene
su hijo para con él, ni tampoco podría hacerlo el tutor o curador o una persona jurídica que
pretendiera compensar por un crédito contra el deudor y que éste tuviere con algún miembro
de la misma.
411
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
El art. 1713 también impide que la sociedad oponga contra su acreedor la compensación
con lo que éste adeude particularmente a alguno de los socios, al decir que "Los acreedores
de la sociedad son acreedores, al mismo tiempo, de los socios. Si cobraren sus créditos de
los bienes sociales, la sociedad no tendrá derecho de compensar lo que les debiere con lo
que ellos debiesen a los socios, aunque éstos sean los administradores de la sociedad. Si
los cobrasen de los bienes particulares de algunos de los socios, ese socio tendrá derecho
para compensar la deuda social con lo que ellos le debiesen, o con lo que debiesen a la
sociedad".
El art. 3376 impide compensar créditos que se tuvieren contra la sucesión a los deudores
personales del heredero que aceptó con beneficio de inventario, partiendo en todos estos
ejemplos del principio de la independencia de los patrimonios.
Liquidez:
El C.C exige la liquidez de ambas deudas para que pueda efectivizarse la compensación
(conf. art. 819). Pothier expresa que se llama "deuda líquida aquella cuya existencia es
cierta, y cuya cantidad se encuentra determinada", es decir que la liquidez deviene frente a
la certeza de la deuda (existencia y determinabilidad en cuanto a su monto).
Las dos deudas son líquidas cuando es cierta su existencia y están determinadas en su
cantidad.
Si sólo una es clara y líquida, y la otra está sujeta a discusión, no pueden compensarse.
Parte de la doctrina ha sostenido que debe flexibilizarse el concepto de iliquidez cuando está
referido a la indeterminación del monto de la obligación, ya que debe ser admitida la
compensación cuando ello depende de una mera operación contable o pericia realizable al
efecto. En tal sentido, la doctrina y la jurisprudencia han ido aceptando que no sería
impedimento la iliquidez del monto cuando éste es fácilmente determinable y muchos
Códigos modernos, como el alemán o el suizo, han suprimido tal exigencia.
Colmo explica que por ilíquida que sea una deuda no deja por eso de ser una deuda y si la
compensación se opera de pleno derecho, aun en la ignorancia de los interesados ¿por qué
no admitirla aunque no haya liquidez, si ésta puede reducirse a un asunto secundario de
pericia o de contabilidad? De otra suerte, se puede llegar a situaciones abusivas. Debo a A $
500 por una deuda líquida y soy acreedor del mismo por un servicio o por una indemnización
que hasta prima facie pueden importar 5 o 50 mil pesos; la compensación no se produce
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
porque mi crédito es líquido, por ende, yo puedo verme obligado a pagar lo que adeudo y
tener que exponerme a todo un juicio ulterior, en que puedo ir a pura pérdida contra un
deudor trapacero, para establecer su liquidez.
De ahí que los Códigos alemán y suizo, lo propio que el japonés, no exijan tal requisito".
Borda justifica la exigencia de este requisito al decir que "...Por más que la compensación
sea un medio muy práctico e importante de extinguir obligaciones, no deja de tener carácter
excepcional, ya que las obligaciones deben extinguirse normalmente con su cumplimiento.
Sólo se justifica, pues, como un remedio de excepción, que debe funcionar en condiciones
bastante rigurosas.
Si cualquier crédito, aun eventual, dudoso o incierto, pudiera dar lugar a la defensa de
compensación, probablemente ésta se convertiría en un recurso en manos de los malos
pagadores para lograr dilaciones en el pago de sus deudas. Se explica así que, no obstante
la influencia del Código alemán, legislaciones posteriores hayan insistido en exigir este
requisito (Cód. italiano, art. 1243; mexicano, art. 2188; brasileño, art. 1010; venezolano, art.
1333; peruano, art. 1288)" (Borda).
Homogeneidad: o fungibilidad
Implica que las cosas que integran las prestaciones deben ser fungibles entre sí, o sea,
intercambiables por pertenecer al mismo género y especie.
Ej. Ambas partes se deben dinero o cantidades de cosas de igual especie y calidad. No se
puede compensar dar soja por dar vino.
Este presupuesto lo exige el art. 819, primera parte, al decir que "Para que se verifique la
compensación, es preciso que la cosa debida por una de las partes, pueda ser dada en pago
de lo que es debido por la otra", y el art. 820 completa que "Para que la compensación tenga
lugar, es preciso que ambas deudas consistan en cantidades de dinero, o en prestaciones
de cosas fungibles entre sí...", es decir, que la prestación adeudada por uno debe ser
fungible con relación a la debida por el otro, pudiendo intercambiarse ambas.
Para Borda no es indispensable que la fungibilidad exista desde el primer momento, ya que
puede producirse por el hecho de que uno de los créditos o ambos se conviertan
posteriormente en créditos de indemnización.
413
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
En consecuencia, el objeto de ambas obligaciones debe ser la entrega de cosas de
naturaleza fungible, que sean de igual especie y calidad, como se presenta en las
obligaciones dinerarias.
Podrían incluirse también aquellos supuestos en los cuales las partes no tuvieron en cuenta
la individualidad del cuerpo cierto, sino una unidad de género susceptible de ser
reemplazada por otra de la misma especie (obligaciones de género), siempre que a la
elección la tengan ambos deudores: ambos entregarán caballos o cereal, por ejemplo. Hay
doctrinarios que entienden que este caso sería un supuesto de compensación facultativa y
no legal.
En la obra de Aubry y Rau se expresa que "No basta que las cosas sean fungibles
separadamente. Es preciso que lo sean la una con relación a la otra. Las cosas son
fungibles, o no fungibles, según que sean o no susceptibles de ser reemplazadas por otras
cosas de la misma especie y calidad. Una pipa de vino de Burdeos de 1846 que formase el
objeto de un préstamo de consumo, sería ciertamente una cosa fungible, entre tanto, ella no
podría ser compensada con otra pipa igual de vino de Burdeos de 1866, igualmente fungible,
considerada aisladamente, porque estas dos pipas de vino de calidad o de valor diferente no
son fungibles entre sí".
Las obligaciones de dar cosa cierta no son en principio compensables, a excepción de que
se deba en ambas una misma e idéntica cosa y el acreedor fuese al mismo tiempo deudor
de la restitución de la cosa recibida en pago (Llambías) y también se excluyen las
obligaciones de hacer aun cuando ambas prestaciones tengan objetos idénticos de
conformidad con lo establecido en el artículo 825, máxime pudiendo alguna de ellas haber
tenido especial interés en el cumplimiento personal de la obligación.
Muchos autores han explicado que no se configura la fungibilidad si una de las partes debe
dos cosas en alternativa, siendo una de ellas fungible y la otra no. Ello así en razón de que
la otra parte podría ser obligada a recibir en pago la cosa no fungible a cambio de lo que se
le debe. También sería impedimento de compensar la existencia de una obligación
facultativa (conf. art. 643).
Exigibilidad:
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Los créditos deben ser exigibles, reclamables civilmente. No son compensables si están
sometidos a condición suspensiva, o si son obligaciones naturales. Ambas deudas deben
estar vencidas y en estado de cumplimiento.
Ambas deudas deben ser exigibles, es decir, que pueda ser reclamado civilmente su
cumplimiento por parte de su titular, en consecuencia quedan exentas las obligaciones a
plazo no vencido, las condicionales y las que no subsisten civilmente.
Las obligaciones con plazo resolutorio, en cambio, serían compensables hasta que concluya
el tiempo fijado, y las condicionales, sólo de haberse cumplido la condición. Trigo Represas
considera que en el caso poco importa distinguir si se trata de una condición suspensiva o
resolutoria, ya que el principio debe regir para ambas.
No es posible, entonces, compensar un crédito civil con un crédito natural, tampoco uno que
nació de un acto nulo de nulidad absoluta (el otorgado por la persona declarada
judicialmente incapaz, por quien tiene prohibido su realización, los actos efectuados en
fraude o con simulación, entre otros).
Borda señala que en el caso de las obligaciones prescriptas hay que distinguir si la
prescripción ya fue declarada o no. Obviamente en el primer supuesto se está frente a una
obligación natural y no exigible, por ende, no compensable. Si, en cambio, aún la
prescripción no se declaró, el titular del crédito puede oponer la compensación, la que
operará en tanto y en cuanto el titular de la deuda prescripta no se oponga a la
compensación invocando la prescripción. Es decir, que para este caso la compensación no
opera de pleno derecho y depende de su invocación.
Créditos libres:
Los créditos –y también las deudas deben hallarse expeditos (libres), sin que un tercero
hubiera adquirido derechos respecto de los cuales pueda oponerse legítimamente, es decir
415
Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
que los mismos deben encontrarse libres de traba legal. Así lo establece el art. 822,
excluyéndose de la posibilidad de compensar a aquellos créditos que se encuentran
embargados o prendados. En tal caso la extinción operada en estas condiciones sería
inoponible al tercero acreedor embargante o pignoraticio (conf. Art. 736).
Embargabilidad:
No aparece escrito en los textos legales. Surge del juego de los arts. 825 y 374, ya que el
primero de ellos establece que las deudas de alimentos no son compensables y el segundo
habla de su inembargabilidad, a lo que se suma el principio general de que los créditos no
embargables se encuentran fuera de la garantía común de los acreedores.
De modo tal que al no ser compensables las deudas de alimentos, ni las obligaciones de
ejecutar algún hecho, se desprende la necesidad de excluir aquellos créditos que no son
susceptibles de embargo, haciéndose ello extensivo a todo crédito cualquiera sea su
naturaleza.
Sabemos que el embargo es una medida procesal destinada a lograr la indisponibilidad del
bien afectado para asegurar que el monto adeudado pueda realmente ser exigido y así
satisfacer el interés del acreedor. El embargo impide el pago y si tenemos en cuenta que la
compensación es un modo de extinción de las obligaciones, es obvio que también el
embargo impide la compensación: si Pedro embarga a Pablo por una suma que éste le
adeuda, el embargo va a impedir la compensación ipso iure de la suma embargada con el
crédito que Pablo pudiere tener contra Pedro, en consonancia con lo estipulado en el artículo
736.
Subsistencia civil:
art. 819. Ambas deudas deben subsistir civilmente. No son compensables las obligaciones
naturales, las prescriptas, las derivadas de las deudas de juego, y las que son nulas o
anulables.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Art. 821. cuando ambas deudas no son pagaderas en el mismo lugar, sólo puede oponerse
la compensación abonando las costas del pago en el lugar en que deba verificarse.
Esto significa que un deudor que debe pagar determinada deuda a su acreedor en la ciudad
de La Plata, por ejemplo, a su vez debe cobrarle otra en la ciudad de Tres Arroyos. En este
caso es posible compensar siempre y cuando quien la alegue satisfaga los gastos del pago:
podría ser, verbigracia, la suma que en estos casos cobran las entidades bancarias por el
interdepósito o bien el desembolso del transporte.
Esta norma se hace extensiva al caso en el cual haya "diferencias de cambio o de precio": si
tengo que pagar 10 kilos de trigo en Buenos Aires y debo recibir idéntica cantidad en Tres
Arroyos, quien alegue la compensación deberá soportar la diferencia de precio del cereal.
Las deudas que deben cumplirse en lugares distintos no pueden extinguirse ipso iure por
compensación, salvo el caso indicado de que consistan en dinero nacional.
CREDITOS NO COMPENSABLES:
Art. 823. Las deudas y créditos entre particulares y el Estado no son compensables en los
casos siguientes:
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
1. Si las deudas de los particulares proviniesen de remates de cosas del Estado, o de rentas
fiscales, o si proviniesen de contribuciones directas o indirectas, o de alcance de otros pagos
que deban hacerse en las aduanas, como derechos de almacenaje, depósito, etcétera.
El principio general es que las deudas públicas no son compensables, como lo establecen
los 3 incisos del art. 823.
Con esto se trata de evitar la justicia por mano propia de aquel que siendo acreedor, toma
por la fuerza una cosa de su deudor para luego pretender compensar los consecuentes
daños con su crédito.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
otro depósito que él hubiese hecho al depositante, aunque fuese de mayor suma o de cosa
de más valor".
Los efectos de la compensación legal se producen de pleno derecho, es decir, que ambas
obligaciones se extinguen desde el momento en que comenzaron a coexistir en situación de
ser compensadas, reuniendo todos los requisitos exigidos por los artículos 818, 819, 822 y
825.
Por su parte, en la nota del artículo 828 establece que "es el efecto legal de la
compensación, dar las deudas por pagadas, desde el tiempo en que los créditos fueron
líquidos y exigibles, como queda establecido en el artículo 818", de manera tal que la
compensación se produce automáticamente sin necesidad de que alguna de las partes
manifieste su voluntad de querer compensar y aun en ignorancia de las partes, aunque por
supuesto fácticamente es necesario que alguien la alegue y pruebe, no siendo posible que
sea declarada de oficio por los jueces (Colmo).
Ello condice con la redacción de los artículos 821, 822 y 831, que establecen la necesidad
de ser "opuesta", y de los artículos 828 y 830, que hablan de "invocación" o "alegación" del
instituto.
De todo lo expuesto inferimos que en rigor de verdad la compensación nace desde que
ambas obligaciones coexisten y se encuentran en condiciones de compensabilidad por
reunir todos los requisitos legales, pero se halla en un estado latente hasta tanto la parte
interesada la invoca.
Como cualquier otro medio extintivo de las obligaciones, la compensación produce los
siguientes efectos:
b) Dejan de correr los intereses desde el mismo momento en que ambas obligaciones
comenzaron a coexistir en condiciones de compensabilidad. Para el caso de darse una
compensación parcial, el saldo que aún una de las partes adeuda seguiría devengando
intereses desde esa fecha en adelante,
e) Ninguno de los deudores puede luego ser constituido en mora, al quedar extinguidas
ambas obligaciones.
Según arts. 819 y 822 los créditos deben ser libres y exigibles, y que puedan ser disponibles.
Si hay concurso o quiebra de alguna de las partes no habrá compensación.
La ley 24522 (Quiebras) establece que sólo se podrá compensar si se ha operado antes de
la declaración de la quiebra. Lo mismo establece el CC en el art. 828.
Art. 828 El deudor o acreedor de un fallido sólo podrá alegar compensación en cuanto a las
deudas que antes de la época legal de la falencia ya existían, y eran exigibles y líquidas;
mas no en cuanto a las deudas contraídas, o que se hicieren exigibles y líquidas después de
la época legal de la quiebra. El deudor del fallido en este último caso, debe pagar a la masa
lo que deba, y entrar por su crédito en el concurso general del fallido.
Este artículo se vincula con lo dispuesto en el artículo 130 de la ley 24.522, que dispone: "La
compensación sólo se produce cuando se ha operado antes de la declaración de la quiebra".
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
La cuestión es clara, si las obligaciones reunían todos los requisitos antes de esa fecha son
compensables; en caso contrario, el deudor del quebrado debe pagar y concurrir al concurso
a verificar su crédito y de esa manera integrar la masa de acreedores (Trigo Represas,
Llambías, Rivera, Fassi, Borda-, Compagnucci de Caso, López Cabana, Rezzónico).
FIANZA
El fiador simple o solidario puede oponer al acreedor todas las defensas y excepciones que
tiene el deudor principal, aún contra la voluntad de este último. El art. 829 permite la
compensación del crédito afianzado (el fiador es el verdadero deudor y por eso se coloca en
el mismo lugar que el afianzado).
La primera de ellas es la del fiador que puede compensar la obligación que le nace de la
fianza respecto de lo que el acreedor le deba.
Las dos primeras soluciones son lógicas, ya que la compensación entre acreedor y deudor
principal extingue también la fianza que reviste carácter de accesorio, conforme a lo
establecido en el artículo 2042, pudiendo el fiador invocarla y haciéndola extensiva a la
obligación que nace de la fianza con lo que el acreedor le deba al fiador, ya que ello está en
armonía con el artículo 2020, que le permite oponer todas las excepciones propias (Bueres,
Compagnucci de Caso).
Le está vedado al deudor invocar la compensación respecto a la deuda que el acreedor tiene
con el fiador, pues aquí falta el requisito de la reciprocidad (Borda, Lafaille, Rezzónico).
SUJETOS PLURALES
Art. 830. En la solidaridad pasiva, el deudor puede invocar la compensación del crédito del
acreedor con el crédito de él o de otro de sus codeudores solidarios.
No toda la doctrina argentina se adhiere a Vélez Sársfield, ya que muchos -como Bibiloni- la
consideran una solución inapropiada, pues cada deudor es dueño de sus bienes. Sostenía:
"Puede éste no necesitar de la garantía. Puede no tener inconveniente en que su crédito
continúe.
El pago es libre. ¿Por qué no lo es la compensación? Cuestiones éstas que sólo interesan a
las partes. La ley no tiene motivo para abandonar el principio de la libertad de gestión. El
orden público no está en juego. Los terceros interesados ya sabrán usar de sus derechos si
les conviene. Con este sistema de la extinción forzosa se perjudican graves y respetables
relaciones económicas. En la industria fabril, en el comercio, principalmente en el bancario,
las mismas personas tienen cuentas diversas, depósitos a la vista, en cuenta corriente, a
término.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Coexisten con independencia. ¿Por qué declararlos extinguidos desde el día que el
accidente modifica los saldos en cada rubro? El propio Código Civil francés no habría
conservado su principio, según se infiere de sus artículos 1295 y 1299, inspirados en el de la
libertad que tienen las partes de renunciar, tácita o expresamente, al beneficio de la
compensación legalmente cumplida. Tal sería el caso del deudor que pagase una obligación
compensada o que delegase otro deudor al acreedor para que con su aceptación le pague lo
que le debe. También el deudor que ha aceptado pura y simplemente la cesión que un
acreedor ha hecho de sus derechos a un tercero, renuncia tácitamente a los beneficios de la
compensación legal: no podría oponer al cesionario la compensación que pudo oponer al
cedente. Es lo que también dispone el artículo 1474. En el mismo orden de ideas, previene
el artículo 1299 del Código Civil francés que 'el que ha pagado una deuda que de derecho
estaba extinguida por la compensación, no puede, al ejercer el crédito, al cual dejó de
oponer la compensación, prevalerse, en perjuicio de terceros, de los privilegios e hipotecas
que le garantizaban, a menos de haber tenido justa causa de ignorar el crédito que debía
compensar su deuda'. Mas como bien dicen los impugnadores de este sistema, «si la
compensación se ha operado ipso iure por la sola coexistencia de ambos créditos, y aun sin
saberlo las partes, no se ve cómo puede existir el crédito a que se refiere el artículo 1299, ni
que la aceptación de la cesión pueda hacer revivir lo extinguido»". También entre los
detractores suele citarse la famosa frase de Dernburg, al decir que "admitir la compensación
con lo ajeno es como pagar con el bolsillo de los otros" (Bibiloni).
En definitiva este autor afirma, a lo que se adhiere De Gásperi: si el deudor -que es acreedor
al mismo tiempo- paga lo que debe pese a haberse extinguido la obligación por
compensación, y por ello está tácitamente renunciando a los beneficios de ella y puede
hacer revivir su crédito contra el cedente -aunque sin perjuicio de terceros- es obvio que la
compensación es facultativa y no imperativa, por lo que debiera la ley haber sólo admitido la
compensación, en tanto los deudores pueden invocarla si les conviene (Bibiloni).
CESIÓN DE CREDITO
Con relación al deudor cedido, los efectos de la cesión se producen a partir de la notificación
o aceptación, y entonces se pueden oponer al cesionario todas las defensas que tenía el
cedente, excepto la compensación.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Según el art. 826 no son compensables entre deudor cedido y el cesionario, los créditos
contra el cedente que sean posteriores a la cesión notificada. O sea que para que pueda
haber compensación, la deuda del cedente debe ser anterior a la notificación o aceptación
ante la ausencia de reciprocidad.
PAGO Y RENUNCIA
Si el deudor que sabe y conoce la posibilidad de compensar, hace efectivo el pago del
crédito, está renunciando tácitamente a oponer tal defensa.
Si el deudor paga ignorando algunos autores lo consideran “pago por error” y podría el
solvens recuperar lo pagado.
Para otros sería un “pago sin causa” por estar ya extinta la obligación.
Art. 831 Para oponerse la compensación, no es preciso que el crédito al cual se refiere se
tenga por reconocido. Si la compensación no fuere admitida, podrá el deudor alegar todas
las defensas que tuviere.
La doctrina coincide en que la ley no exige a quien alega la compensación tener que admitir
el crédito de la otra parte (Lafaille, Llerena, Trigo Represas).
Segovia afirma que la primera parte del artículo 831 se refiere a que el hecho de oponer la
compensación no importa un reconocimiento de deuda y que, no obstante poderse oponer, o
hay inconveniente alguno en que también se deduzcan todas las defensas y excepciones
que el deudor pudiere invocar en su favor.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Salvat expresa que "...la circunstancia de que el deudor que opone la compensación no
tuviera anticipadamente la prueba de su crédito, no bastaría por sí sola para hacerla
improcedente. La compensación sería siempre posible, toda vez que él pudiera producirla
fácilmente y sin retardo. Pero la ley es más severa y exige, para que la excepción de
compensación pueda prosperar, no sólo que el crédito opuesto por el deudor sea líquido,
sino también que resulte de un documento que traiga aparejada ejecución" (Salvat).
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
TRANSACCIÓN
Art. 832. La transacción es un acto jurídico bilateral, por el cual las partes, haciéndose
concesiones recíprocas, extinguen obligaciones litigiosas o dudosas.
Origen en el DR.
D. francés: Domat la define como un contrato por el cual las partes ponen fin a un litigio o
evitan uno por nacer.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Definición
La transacción es un contrato en virtud del cual las partes efectúan sacrificios recíprocos a
fin de extinguir una situación jurídicamente incierta (Carnelutti, Valsechi, Gullón Ballesteros).
METODOLOGIA
CAUSAS Y FINES
Timor litis
Negocio de fijación
Timor litis: se transa para evitar un pleito judicial. Vale más un mal arreglo que un buen
juicio. Excesiva lentitud del sistema judicial, gastos del juicio, incertidumbre de resultado.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Autocomposición del litigio: Son los propios interesados quienes asumen la solución
voluntariamente. Es la composición de la litis mediante una renuncia parcial de las propias
pretensiones. Las partes evitan o concluyen así un pleito.
Negocio de fijación: para algunos sería un típico negocio de fijación extrajudicial, ya que lo
incierto deviene cierto por voluntad de las partes. Tendría así carácter declarativo, tal como
la sentencia, ya que se basa en una situación anterior que declara y fija sin crear una
situación nueva. Sólo se trata de eliminar el estado de duda.
Acuerdo de partes
Concesiones recíprocas
Es ésta la finalidad perseguida y sobre la cual recae el consentimiento expresado por las
partes, la de extinguir derechos y obligaciones.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
Consentimiento que deberá regir además todos y cada uno de los diversos aspectos del
negocio, inclusive los secundarios (Llambías).
Concesiones recíprocas: sacrificios mutuos sobre los derechos afirmados. Es necesario que
haya renuncia y reconocimientos recíprocos condicionados. Así, mediante tal
reconocimiento, una de las partes contendientes declara que la pretensión de la parte
adversa es fundada, en razón de lo cual la última hace lo propio respecto de la primera. No
es necesaria la equivalencia en las prestaciones, ni en los sacrificios o reconocimientos
recíprocos.
Cosa dudosa y litigio “res dubia”: Cualquier acuerdo que verse sobre derechos u
obligaciones ciertas -no dudosas ni litigiosas- no es transacción. Ahora bien, las obligaciones
son litigiosas cuando son objeto de un proceso judicial.
El carácter dudoso ofrece un matiz: puede tener un alcance subjetivo u objetivo. El primero
se da cuando las mismas partes del negocio consideran inciertas sus obligaciones, aunque
para un abogado o un juez no lo fueran. Este carácter subjetivo es suficiente para conformar
la res dubia y validar el negocio transaccional.
La existencia de la res dubia significa saber si una relación jurídica está regulada o no por el
derecho, en qué forma y con qué límites. Pueden adoptarse dos criterios:
Criterio subjetivo: (Compagnucci). Las partes dudan, quieren dar certeza y equilibrar sus
intereses. El juez no puede juzgar la duda, sino conforme a lo que las partes quisieron.
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Derecho Civil II Bolilla 19 Claudio Ruben Raffone
NATURALEZA JURÍDICA
Sin duda es un contrato pero establecer su carácter declarativo o atributivo se relaciona con
sus efectos. Para el CC tiene carácter declarativo (art. 836 “Por la transacción no se
transmiten, sino que se declaran o reconocen derechos que hacen el objeto de las
diferencias sobre que ella interviene. La declaración o reconocimiento de esos derechos no
obliga al que la hace a garantirlos, ni le impone responsabilidad alguna en caso de evicción,
ni forma un título propio en qué fundar la prescripción”.
Descartaron calificarla como contrato, pues concebían a éste como fuente de obligaciones, y
en tanto la transacción ponga fin a las mismas, no correspondía a ella tal denominación.
CARACTERES
Art. 833 Son aplicables a las transacciones todas las disposiciones sobre los contratos
respecto a la capacidad de contratar, al objeto, modo, forma, prueba y nulidad de los
contratos, con las excepciones y modificaciones contenidas en este Título.
Con este artículo Vélez ha intentado aclarar que pese a ser la transacción un contrato
extintivo de obligaciones, le son aplicables, en principio, las disposiciones referentes a los
contratos en general, que incluidas en la Sección Tercera del Libro Segundo, trata "De las
obligaciones que nacen de los contratos".
Así, en cuanto a la capacidad, son de aplicación los artículos 54, 55, 839 a 841, 1160 y
1361.
Y en orden a los eventuales vicios, los artículos 857 a 861: régimen específico de nulidad en
la transacción.
No hay posibilidad de decretar una nulidad parcial. En la transacción las partes han dado su
consentimiento para el todo, y no podría esa expresión de la voluntad sufrir fraccionamiento
por la acción del otro, sin que se resista el negocio en su conjunto. A pesar de ello, cuando
la cláusula objetada no incide sobre la sustancia del negocio, podría ser materia de
anulación (Llambías, Trigo Represas, Rezzónico).
CAPACIDAD Y REPRESENACIÓN
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Todos quienes pueden contratar (excluidos art. 1160) y disponer de sus bienes se
encuentran facultados para transar.
En cuanto a la capacidad de hecho, son incapaces los del art. 54 y 55. los menores
emancipados en principio pueden transar (art. 135). Lo mismo los menores que tienen título
habilitante, y los habilitados para ejercer el comercio.
El Estado no puede transar cuando actúa como persona de derecho público, pero cuando lo
hace como persona privada puede hacerlo.
El acreedor subrogante que promueve acciones de su propio deudor estaría legitimado para
transar, si se coloca en lugar de su deudor para hacer ejercicio amplio de ese derecho.
OBJETO DE LA TRANSACCIÓN
Coincide con el objeto de los contratos y con el de los actos jurídicos en general.
Por lo tanto pueden ser objeto de transacción toda clase de derechos incluidos los
personales, los reales y los intelectuales, y aunque estuviesen subordinados a una condición
(art. 849).
Se excluyen las cosas que están fuera del comercio y los derechos no susceptibles de
convención (art. 844).
No se puede transar sobre la acción penal que tiene como fin acusar y querellar al autor de
un delito. Los delitos de acción privada pueden transarse.
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Tampoco puede transarse sobre los derechos eventuales a una sucesión o sobre la
sucesión de una persona viva.
FORMA Y PRUEBA
La forma se rige por lo que el CC establece para los contratos. No está sujeta a formalidades
extrínsecas. La transacción es un acto no formal, puede ser realizada por instrumento
privado, público, oralmente, etc.(art. 837 primera parte).
Este principio de libertad de formas cede respecto de la transacción judicial, que recae sobre
derechos litigiosos (art. 838) y respecto de las que recaen sobre bienes inmuebles. Así, las
transacciones sobre bienes inmuebles deben ser hechas bajo escritura pública (art. 1184,
inc. 8º), y las efectuadas en relación a derechos litigiosos deben observar la forma
establecida en el artículo 838.
Las 2 excepciones:
Son los que están judicialmente controvertidos por constituir materia de un proceso. Hasta
que la demanda no haya sido notificada, no existe propiamente un derecho litigioso.
Debe ser hecha por presentación judicial firmada por los interesados. Se trata de
transacciones sobre derechos que están sometidos a decisión del juez y se encuentran
controvertidos por las partes.
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
analizar la existencia de los elementos formales y sustantivos poniendo fin al proceso, y da
al caso efecto de cosa juzgada.
La ausencia de cumplimiento del requisito de presentación en autos hace que el acto sea
calificado como nulo absoluto no sujeto a confirmación.
En este caso debe ser efectuada por escritura pública (art. 1184 inc 8º), caso contrario será
nula de nulidad relativa ya que puede ser confirmado posteriormente por las partes.
Para el resto de las transacciones extrajudiciales hay libertad de formas, ya sea por
instrumento público o privado, o verbal.
EFECTOS DE LA TRANSACCIÓN
Es obligatoria
Es extintiva
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Obligatoriedad: obliga a las partes a sujetarse a sus condiciones. Produce sus efectos tanto
para las partes como para terceros. Por ser un acto bilateral puede oponerse la exceptio non
adimpleti contractus y la compensatio mora, también puede hacerse valer una cláusula
resolutoria expresa o un pacto comisorio tácito.
Cosa juzgada: para algunos autores es equiparable a la sentencia firme. No pueden ser
atacadas por causa de error de derecho o de lesión.
c) la transacción puede ser impugnada por los vicios que invalidan los contratos; la sentencia
está regida por otras reglas;
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
El otro contratante no queda obligado a garantizar la evicción. Las partes de la transacción
no se deben recíprocamente la garantía de evicción por los derechos que se reconocen.
Como nada se transmite, no nace deber alguno de asegurar ni la existencia, ni la legitimidad
de los derechos.
Extintividad: art. 850. se extinguen derechos y obligaciones que las partes hubiesen
renunciado. El carácter extintivo es relativo, ya que los derechos reconocidos quedan con
plena eficacia. Con la transacción se extingue la obligación accesoria del fiador.
En obligaciones dudosas, se extingue la parte dudosa pero queda pendiente la parte segura,
no dudosa. Es un medio parcial de extinción.
Art. 853 La transacción hecha con uno de los deudores solidarios aprovecha a los otros,
pero no puede serles opuesta: y recíprocamente, la transacción concluida con uno de los
acreedores solidarios puede ser invocada por los otros, mas no serles opuesta sino por su
parte en el crédito.
Solidaridad activa: la transacción extingue los derechos y obligaciones que las partes
hubiesen renunciado. Este efecto es relativo a las partes y tiene para ellas efecto de cosa
juzgada. Este efecto no alcanza a las personas que no han intervenido en el acto como los
codeudores o los coacreedores.
Solidaridad pasiva: Igual situación que para solidaridad activa. El deudor que no participó en
la transacción, puede invocarla, pero no puede oponérsele a él. Así se favorece la situación
del deudor que no participó del acto contractual de transacción.
EXCEPCIÓN DE TRANSACCIÓN
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
El Cód. procesal Civil y Comercial Nacional establece que la defensa o excepción de
transacción puede ser opuesta tanto en los procesos de conocimiento como en los
ejecutivos.
Quien pretenda oponer esta defensa debe demostrar que se dan los requisitos del objeto,
sujeto y causa.
INEFICACIA DE LA TRANSACCIÓN
Los supuestos de nulidad para los contratos son los mismos que para la transacción.
1. Los agentes del Ministerio Público, tanto nacionales como provinciales, ni los
procuradores de las municipalidades.
5. Los tutores con los pupilos que se emanciparen, en cuanto a las cuentas de la tutela,
aunque fuesen autorizados por el juez.
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Principio general (art. 857)
Art. 857. Las transacciones hechas por error, dolo, miedo, violencia o falsedad de
documentos, son nulas, o pueden ser anuladas en los casos en que pueden serlo los
contratos que tengan estos vicios.
Siendo aplicables a la transacción todas las disposiciones sobre los contratos, rigen para
este negocio las causas que tornan ineficaz el contrato.
Este principio es el mismo que para los actos jurídicos en general pero se agrega el miedo
como una especie de violencia moral o intimidación.
Siempre será posible alegar el error siempre y cuando este sea esencial y excusable.
Si, hecha la transacción, una de las partes puede demostrar que los documentos
presentados por la otra son falsos, tiene derecho a demandar la nulidad. Si los falsificó la
parte se permite la impugnación, si los falsificó un tercero debe alegarse error.
Art. 860. Debe tratarse de sentencia firme con autoridad de cosa juzgada y que sea ignorada
por la parte que reclama. Esto hace rescindible la transacción.
Dicho error debe ser excusable para que sea alegable, es decir, tiene que haber habido
razón para errar (art. 929). En virtud de este error se transigió sobre una obligación o
derecho que por la sentencia firme había dejado de poseer la calidad de litigioso. La
sentencia que no está firme no obsta a la transacción por más que se ignorara el dictado de
la misma (Salvat-Galli, Llambías, Trigo Represas).
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Puede plantearse una dificultad si la transacción fue realizada con anterioridad al dictado de
la sentencia y se la agrega una vez que aquélla pasó en autoridad de cosa juzgada.
Para alguna doctrina es válida la transacción (Borda). Para otra, cuadra distinguir si la
presentación tardía se la efectuó en conocimiento o ignorancia del dictado de la sentencia:
El título se refiere al antecedente o causa del obrar. La nulidad se funda en que alguna de
las partes fundó su reclamo en un título ineficaz.
Art. 954. [Podrán anularse los actos viciados de error, dolo, violencia, intimidación o
simulación.
También podrá demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos cuando una
de las partes explotando la necesidad, ligereza o inexperiencia de la otra, obtuviera por
medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
Se presume, salvo prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable
desproporción de las prestaciones.
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Los cálculos deberán hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción deberá
subsistir en el momento de la demanda. Sólo el lesionado o sus herederos podrán ejercer la
acción cuya prescripción se operará a los cinco años de otorgado el acto.
El accionante tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio,
pero la primera de estas acciones se transformará en acción de reajuste si éste fuere
ofrecido por el demandado al contestar la demanda.] (Texto según ley 17.711.)
Algún fallo ha demostrado que si la ausencia de equivalencia era total sumado a un abusivo
aprovechamiento de la situación de uno de los contratantes, era viable alegar lesión.
Las concesiones pueden realizarse, sin que necesariamente exista equivalencia entre los
renunciamientos. Para ciertos autores, y particularmente para el Código de los franceses,
este rasgo -la indiferencia en la equivalencia de los renunciamientos- impide atacarla por
lesión. No es justa la solución. La lesión la alcanza como a todo negocio cuya voluntad ha
sido viciada en su nacimiento. Una cosa es la innecesariedad de la equivalencia en los
renunciamientos, y muy otra que el sacrificio haya sido aprovechándose de la ligereza,
inexperiencia o necesidad del otro (art. 954) (Ripert-Bollanger).
“Es anulable el acto atacado que revela la existencia de una desproporcionada e injustificada
ventaja en los beneficios que le significó a la sociedad aseguradora el acuerdo concretado
por el actor. Ello teniendo en cuenta el alcance del perjuicio que supone la muerte de una
persona y la indemnización dinerada otorgada al reclamante. Y si, a su vez, ha concurrido el
estado de inferioridad del actor respecto de la otra parte, al enfrentarse con una organización
ampliamente especializada, compuesta por gente capaz y experimentada en este tipo de
negocios, que a no dudarlo estaba en mejores condiciones desde todo punto de vista para
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
negociar con ventajas el monto de la indemnización solicitada por el perjudicado inexperto y
de escasa cultura, lo que le permitió a la aseguradora arreglar un convenio extremadamente
abusivo e injusto para el perjudicado, cabía estimar la nulidad por el vicio de lesión, en los
términos del artículo 954 del Código Civil.”
Art. 779 El pago queda hecho, cuando el acreedor recibe voluntariamente por pago de la
deuda, alguna cosa que no sea dinero en sustitución de lo que se le debía entregar, o del
hecho que se le debía prestar.
Acto por el cual el deudor voluntariamente hace efectiva al acreedor una prestación distinta
de la prometida originalmente y este último la acepta voluntariamente.
Hay una mutación en el objeto de la prestación por voluntad de ambas partes. Se altera el
principio de identidad (arts. 740 y 741) basado en el principio de autonomía de la voluntad.
Antecedente histórico: datio in solutum del DR que además de convencional era legal.
Requisitos
Capacidad y representación
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
La capacidad de hecho y de derecho serían las que se necesitan para los actos de
disposición.
Los representantes del acreedor no están autorizados para aceptar estos pagos.
A los apoderados se les debe dar un poder especial y los representantes legales requieren
autorización judicial.
Naturaleza jurídica
Convención liberatoria
REGLAS SUPLETORIAS
En la transacción existe una verdadera transmisión de las cosas que se dan en pago.
Deben ser aplicadas supletoriamente las normas de la compraventa.
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EFECTOS
Si el deudor hace dación en pago por error (hecho o derecho) puede repetirla de quien la
recibió.
El deudor hace entrega al acreedor de bienes o créditos para que éste los venda o haga
efectivos y se cobre. El crédito no se extingue con la sola entrega sino al liquidar el objeto y
en la medida de lo obtenido.
El acreedor deberá rendir cuenta del resultado y entregar al deudor el saldo remanente.
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Responsabilidad Civil
Art. 1109. Todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia ocasiona un daño a
otro, está obligado a la reparación del perjuicio. Esta obligación es regida por las mismas
disposiciones relativas a los delitos del derecho civil.
La obligación tiene origen a partir de la circunstancia dañosa que origina ese tipo de vínculo
jurídico.
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
Luego se van mitigando las sanciones. La víctima, como resultado de un acuerdo acepta
sumas de dinero para perdonar al adversario y así nacen las composiciones voluntarias que
luego se convierten en obligatorias y así se transforman en reparación.
En el Derecho Romano se distinguió entre los daños por delito público y los de delito
privado.
La ley Aquilia establece la noción del daño (como atentado material contra una cosa) y el
criterio del perjuicio.
Con Justiniano surge la figura del cuasi delito como fuente de obligaciones.
Derecho germano:
Domat separa nítidamente la sanción penal (asegurada por el Estado) y la reparación civil
(interesa a los particulares).
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Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Así se va elaborando el principio que sostiene que existe un compromiso general de no
causar daño, y quienes lo ocasionen por su culpa se encuentran obligados a repararlo.
Pothier distingue entre delito (daño causado con dolo o malicia) y cuasidelito (sin malicia
pero con culpa o negligencia).
Codificación francesa:
Universalismo: Todo aquel que por su culpa o negligencia causa daño debe repararlo.
La responsabilidad civil extracontractual está legislada en arts. 1066 a 1136 (libro II cap 8)
tratando todo lo relativo a delitos y cuasidelitos por el hecho propio, ajeno, por las cosas; y
las acciones y relación entre sentencia penal y civil.
446
Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Daño causado
Relación causal
Imputabilidad
ILICITUD (antijuricidad)
Acto contrario a derecho objetivo. Surge por la disconformidad entre el accionar humano y el
ordenamiento jurídico pleno, ya que algunos actos pueden estar prohibidos por una norma
(no matar) y permitidos por otra norma (legítima defensa), y de ahí que no sería posible
calificarlos como antijurídicos.
Antijuricidad formal: muy propia del derecho penal. Acción u omisión contraria a la norma
predeterminada. O sea, sólo cuando exista norma que imponga una conducta u omisión se
estará en presencia de ilicitud formal.
Algunos doctrinarios siguen esta tesis basándose en el derecho constitucional (nadie está
obligado a hacer lo que la ley no manda, ni privado de lo que no prohíbe) identificando así
antijuricidad con ilegalidad.
447
Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
1. Daño
Art. 1068 Habrá daño siempre que se causare a otro algún perjuicio susceptible de
apreciación pecuniaria, o directamente en las cosas de su dominio o posesión, o
indirectamente por el mal hecho a su persona o a sus derechos o facultades.
Consideraciones generales
Sin daño no hay sanción, de ninguna índole, a diferencia de lo que ocurre en el Derecho
Penal. Debe haber, necesariamente, un menoscabo que justifique una condena a reparar.
Un detrimento en la persona o en el patrimonio.
El daño es otro de los elementos de la responsabilidad civil. Sin daño no hay responsabilidad
civil (art. 1067 C.C).
El daño que nos ocupa es fundamentalmente el daño resarcible o daño jurídico, ya que es
ese el que la ley sanciona.
Debe tener origen en un hecho humano contrario al derecho y ser pasible de sanción legal.
Debe haber lesión a un interés ajeno, ya que el daño causado a un bien propio carece de
categorización jurídica.
448
Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Cuando la ley manda indemnizar, está estableciendo una situación de equivalencia.
La reparación del daño no puede hacer más rico al reclamante, ni producirle mayores
ventajas.
Concepto
El daño es siempre la consecuencia de una acción humana que lesiona un interés privado
(ajeno) jurídicamente protegido.
Personalidad
Certeza
Interés legítimo
Subsistencia
Pueden presentarse casos dudosos como por ejemplo en el art. 1079 donde se contempla
el supuesto de los damnificados indirectos, que son aquellos que no han sufrido el hecho
dañoso pero deben demostrar haber sido lesionados en un interés legítimo.
En el art. 1080 se contempla el caso de las injurias producidas a la mujer y a los hijos,
otorgando la ley acción al cónyuge y a los padres.
Certeza:
Las meras amenazas de daño no pueden ser objeto de una demanda de reclamo.
No interesa que sea actual o futuro. Entre el daño cierto (siempre indemnizable) y el daño
eventual (que no lo es) existe una zona intermedia que es la llamada “pérdida de chances”.
Estas pérdidas de chances implican que el hecho dañoso produjo una imposibilidad del logro
de ganancias probables, o impedimento de evitación de daños de esas mismas
características.
Hay 2 ejemplos clásicos: la responsabilidad del abogado que no apela la sentencia y pierde
el juicio, o bien la lesión al caballo de carrera ya inscripto para correr.
La jurisprudencia aplica este criterio en los supuestos de reparación del daño patrimonial a
favor de los padres por la muerte de sus hijos menores, lo que impediría la chance de ayuda
económica en el futuro.
450
Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Interés legítimo:
Este interés legítimo al que hace referencia el Derecho Civil es el contenido de un derecho
subjetivo. Aquí no hay que determinar si para poder reclamar la reparación de un daño es
necesario demostrar la lesión a un verdadero “interés jurídico” incorporado al derecho
subjetivo, o es suficiente un mero interés.
Se refiere a la posibilidad de utilizar un bien para satisfacer una necesidad y ese bien está
debidamente contemplado en el ordenamiento jurídico. Si no está contemplado, pero
tampoco prohibido, será un interés simple.
El problema se plantea cuando hay que determinar quiénes son las personas que pueden
reclamar la reparación de un daño, cuyo hecho afectó a otra.(damnificados indirectos art.
1079 C.C).
Subsistencia:
No sería necesaria la subsistencia del daño para que éste sea resarcible, atento a que la
lesión al interés protegido ya se produjo y el derecho a ser indemnizado nació con
anterioridad en cabeza de la víctima. Por ejemplo rotura de un vidrio, pero antes de la
sentencia, se repone el roto por uno nuevo.
451
Derecho Civil II Bolilla 22 Claudio Ruben Raffone
Clases de daños
452
Daño patrimonial y moral. El patrimonial abarca lesión a los intereses económicos de una persona
(bienes o cosas) que componen su patrimonio, o como reflejo al alterar sus aptitudes, derechos o
facultades para producir dichos bienes. Este daño patrimonial puede apreciarse económicamente.
Directo e indirecto. Según el art. 1068, el daño será directo cuando recae sobre las cosas o bienes
que componen el patrimonio y será indirecto en el caso que afecte a la persona misma en sus
derechos o facultades (cuerpo, honor, etc). Otro criterio vincula a los sujetos que reciben el daño.
Así, cuando es la misma víctima quien reclama la reparación será directo, y si son terceros que
reclaman por la lesión de otro (art. 1079, 1084 y 1085) configura daño indirecto.
Daño emergente y lucro cesante. El daño emergente es aquel que configura un menoscabo en el
patrimonio de una persona y produce un empobrecimiento, ya sea por privación de uso y goce de
bienes o su destrucción, o gastos efectuados por la víctima. Tiene una base certera en su
determinación, ya que su referencia es sierre hacia el pasado (ex tunc). El lucro cesante o
frustración de ganancias, es siempre el impedimento del incremento patrimonial que produjo el
hecho. Aquí, hay falta de seguridad para establecer cómo hubiesen ocurrido las cosas, que deberán
ser juzgadas con un criterio objetivo y según el común del curso de los acontecimientos.
Daño moratorio y compensatorio. Los primeros están previstos en el art. 508 C.C y surgen a
consecuencia del estado de mora del deudor por su retardo imputable. Son reclamables aún ante el
cumplimiento voluntario de la prestación principal por el deudor. Los compensatorios se integran por
la reparación ante el incumplimiento pleno de la prestación, y se corresponden con el valor del
objeto. Pueden acumularse a los moratorios.
Actual y Futuro. El actual es cuando las consecuencias del hecho dañoso se agotaron y produjeron
con anterioridad al dictado de la sentencia judicial que ordena su reparación. El futuro comprende las
consecuencias perjudiciales que seguramente se producirán con posterioridad al pronunciamiento
judicial.
RT 453
Intrínsecos y extrínsecos. Los daños intrínsecos son los que corresponden a la prestación prometida
por el deudor. Los extrínsecos son aquellos que se producen en otros bienes del acreedor. Por
ejemplo, venta de vaca enferma. Intrínseco es el valor del animal si se muere, daño extrínseco será
si ese animal enfermo contagia al resto.
Daño antijurídico y no antijurídico. Como no antijurídico, por ejemplo el art. 2553 que establece que
quien denuncia tesoro en terreno ajeno puede buscarlo aún sin consentimiento del dueño, debiendo
garantizar la indemnización de los daños. El art. 2627 permite colocar andamios en inmueble ajeno
para realizar las obras propias ordenando la indemnización de los daños que con ellos se
produzcan. Podrían incluirse los daños hechos en estado de necesidad, por la expropiación, etc.
2. Daño Moral
Otros sostienen que el daño moral es aquel que hiere afecciones legítimas, la lesión al honor, el
dolor, la angustia, la aflicción espiritual o física, etc.
RT 454
Para Compagnucci, el daño moral no se identifica con el hecho ni con el derecho afectado, sino con
la consecuencia que la ley prevé.
Naturaleza jurídica
Tesis negatoria relativa: solamente procede repararlo en ciertas circunstancias. Para algunos será
sólo procedente en la medida en que se tratara de un hecho grave que diera lugar a una sentencia
criminal condenatoria. Así quedó plasmado en el art. 1078. para Llambías, el daño moral es sólo
reparable cuando el sujeto demandado hubiera obrado dolosamente.
Tesis Amplia: Es la tesis mayoritaria. Cree en la procedencia en todos los supuestos donde hay y se
puede probar dicho perjuicio tanto contractual como extracontractualmente. Esto da origen a
diferencias si se trata de una pena privada o bien de una reparación.
Pena privada: No se mira compensar el daño sino castigar al autor del daño. Sería una especie de
pena civil o sanción ejemplar. Tiene un valor práctico ya que el demandado se libera de la
indemnización y queda exento de reclamos posteriores.
Reparación: Algunos autores dicen que el daño moral se resarce y no se repara porque existe
imposibilidad de volver al estado anterior. Para gran parte de la doctrina, el resarcimiento del daño
moral tiene un eminente carácter reparatorio o compensatorio y no constituye una pena civil.
RT 455
Tesis intermedia o sincrética: Para el autor del daño sería una penalidad. Para la víctima constituye
una reparación.
Prueba
Vélez consagró en el art. 1078 la posibilidad de resarcir el daño moral dentro del ámbito de la
responsabilidad extracontractual, cuando se cometa un delito que a su vez sea un delito del derecho
criminal.
Una tesis restrictiva establecía que sólo era procedente el daño moral cuando se trataba de un delito
civil que a su vez fuera delito penal, o un cuasidelito civil que derivara de un delito criminal.
Art. 1078. (Derogado por ley 17.711.) Si el hecho fuese un delito del derecho criminal, la obligación
que de él nace no sólo comprende la indemnización de pérdidas e intereses, sino también del
agravio moral que el delito hubiese hecho sufrir a la persona, molestándole en su seguridad
personal, o en el goce de sus bienes o hiriendo sus afecciones legítimas.
RT 456
La reforma de 1968 zanjó las diferencias y modificó el art. 1078 para la responsabilidad contractual e
introdujo una nueva redacción al art. 522, que ahora prescribe la posibilidad de un reclamo en la
órbita contractual.
Art. 1078. [La obligación de resarcir el daño causado por los actos ilícitos comprende, además de la
indemnización de pérdidas e intereses, la reparación del agravio moral ocasionado a la víctima.
La acción por indemnización del daño moral sólo competerá al damnificado directo; si del
hecho hubiere resultado la muerte de la víctima, únicamente tendrán acción los herederos forzosos.]
(Texto según ley 17.711.)
Art. 522. [En los casos de indemnización por responsabilidad contractual el juez podrá condenar al
responsable a la reparación del agravio moral que hubiere causado, de acuerdo con la índole del
hecho generador de la responsabilidad y circunstancias del caso.] (Texto según ley 17.711.)
Legitimados activos.
RT 457
Luego de la reforma de 1968, el art. 1078 2º parte establece que la acción compete sólo al
damnificado directo.
Solamente la víctima del hecho dañoso puede reclamar por el daño extrapatrimonial.
Si se produce la muerte, la ley acepta una excepción y extiende la legitimación a los herederos
forzosos, quienes deben reclamar este perjuicio mediante la actio iure proprio, no como herederos.
La indemnización dineraria tiene la ventaja que el dinero es un medio idóneo para dar equivalencia a
la reparación. Cuando hay que indemnizar daños pecuniarios hay que recurrir al dinero, lo mismo
que en la frustración de ganancias o lucro cesante.
RT 458
La reparación en especie puede no satisfacer debidamente el interés del acreedor.
El dinero tiene como riesgo su propia depreciación por la inflación, que puede perjudicar al acreedor.
El Código Civil consagró el sistema romanista de reparación dineraria. Así lo establecía el art. 1083
previo a la reforma.
Art. 1083. (Derogado por ley 17.711.) Toda reparación del daño, sea material o moral, causado por
un delito, debe resolverse en una indemnización pecuniaria que fijará el juez, salvo el caso en que
hubiere lugar a la restitución del objeto que hubiese hecho la materia del delito.
Art. 1083. [El resarcimiento de daños consistirá en la reposición de las cosas a su estado anterior,
excepto si fuera imposible, en cuyo caso la indemnización se fijará en dinero. También podrá el
damnificado optar por la indemnización en dinero.] (Texto según ley 17.711.)
El nuevo artículo 1083 señala 2 excepciones: en el supuesto en que no sea posible la reparación
específica y cuando la víctima opte por el reclamo dinerario.
RT 459
Reparación por equivalente no dinerario
Una de las formas más comunes de indemnización en especie es la obligación que se puede
imponer al deudor de entregar al acreedor una cosa que sea equivalente a la que era objeto de la
prestación.
En el ámbito contractual, el C.C lo utiliza en varios artículos (579, 581, 587, 608, 610, 612, 615, etc)
y se hable de cosas “de la misma especie y calidad”.
Si se trata de obligaciones de dar cosas ciertas, es imposible hablar de “equivalentes” y por lo tanto
ello se traduce en indemnización dineraria.
Cuando se debe sustituir cosas usadas, que ya han sido objeto de aprovechamiento y han reducido
su valor intrínseco, el deudor debe pagar con una cosa nueva. El deudor deberá deducir el valor
diferencial entre nuevo y viejo o el juez utilizará la “equidad”. Es por lo complicado de lo anterior que
estas indemnizaciones se simplifican con $$.
Criterio objetivo: el valor reclamable es el valor de cambio, el que la cosa puede tener en el mercado
(valor venal).
Criterio subjetivo (de interés). Es el que adquiere la cosa para el damnificado por algunas
circunstancias especiales en su uso o aplicación, por ejemplo porque daba mayor rendimiento en su
explotación, etc., pero cuando el valor subjetivo requerido sea muy elevado, el juez debe regularizar
la indemnización, objetivándola.
RT 460
De afección: es el valor que corresponde a lo emotivo. Queda fuera de lo entendido como daño
patrimonial y por lo tanto es resarcible. Puede ingresar dentro del daño moral.
El problema que plantea el tiempo de evaluación del daño surge cuando dicho perjuicio sufre
alteraciones intrínsecas o extrínsecas en su valor.
Las intrínsecas son aquellas que modifican los elementos del mismo daño, por ejemplo, una persona
es lesionada pero con el tiempo mejora y las lesiones que en principio eran graves, ahora son leves,
o viceversa.
Las alteraciones extrínsecas son las que hacen a la desvalorización monetaria, pues la cifra
necesaria ara la indemnización cambia en su poder adquisitivo. Por ejemplo, un hecho dañoso que
se produce hoy, la demanda se promueve el año próximo y la sentencia se dicta dentro de 3
años:¿cuál es la fecha que debe considerar el juez como valor del perjuicio?, ¿la del hecho, la de la
demanda, o la de la sentencia?.
Nuestra jurisprudencia establece que debe ser al momento del fallo e inclusive se ha reajustado
“hasta el momento del efectivo pago” a fin de evitar la desvalorización del dinero.
Los daños sobrevinientes como por ejemplo el agravamiento dado por una circunstancia ajena al
hecho dañoso no son resarcibles.
Pero cuando los daños sobrevinientes son posteriores a la sentencia definitiva, para la mayoría de la
doctrina es necesario abrir un nuevo proceso. Para Spota es posible modificar el pronunciamiento a
favor de la víctima.
RT 461
Extensión del resarcimiento y exclusión de daños. Situación económica del deudor
El resarcimiento de los daños debe ser integral, o sea, producir una verdadera indemnización, lo que
significa que debe repararse el daño causado. La medida está dada por la relación de causalidad y
la conducta del responsable.
La ley 17711 amplió el art. 1069 C.C y agregó un párrafo que permite a los jueces, el uso de una
“equidad” para que puedan atenuar el importe de la reparación teniendo en cuenta solamente la
condición económica del deudor.
Se dan como condiciones para atenuar el importe de la reparación: la situación económica del
deudor, la de la víctima, la inexistencia de dolo y debe ser siempre pedida por el interesado, nunca
de oficio.
La compensación de beneficios es una pura y concreta aplicación del concepto jurídico del daño. Su
objetivo es que la víctima sea “reparada” sin que ello implique un empobrecimiento o un
enriquecimiento de la situación anterior al hecho dañoso.
El hecho que origina el daño puede también producir algún incremento patrimonial en el perjudicado.
Entonces habrá que enfrentar perjuicio/beneficio causados por el mismo hecho, lo que llevará a una
compensación.
RT 462
Para poder efectuar esta compensación de beneficios es necesario que la ventaja y el perjuicio
deriven del mismo hecho del que nace la responsabilidad, aún cuando sean causa mediata. Por
ejemplo, la destrucción de un objeto debe compensarse en todo su valor, pero es compensable con
la utilidad que puede quedar para el dueño damnificado de los restos de la cosa.
Pero no es posible pretender la compensatio si el dañado recibe otra indemnización por un seguro
que contrató.
En los casos de daños continuados como por ej los derivados de la incapacidad laboral o
indemnizaciones derivadas de la muerte de otra persona, algunos códigos como el alemán, el suizo,
el italiano y el portugués, plantean la posibilidad de que la reparación se haga bajo la forma de renta
periódica a la víctima.
En nuestro C.C no existe una norma que regule esta posibilidad pero tampoco una que la prohíba,
pero la jurisprudencia ha ordenado casi siempre la entrega del capital global.
Algunos tribunales sostuvieron que para fijar el daño moral había que considerarlo en proporción al
daño patrimonial inferido. Algunos autores dicen que para una compensación justa hay que
considerar la capacidad económica del responsable.
Para Compagnucci, la existencia o no e daños materiales no tiene nada que ver con la reparación
del daño moral. Lo importante es satisfacer y compensar a quien sufrió el perjuicio extrapatrimonial.
Es posible dar algunas pautas para determinar el importe como el hecho dañoso, su entidad, la
importancia o “gravedad objetiva”, los padecimientos o perjuicios sufridos por la víctima, etc.
RT 463
Cláusula penal
Las partes de un contrato, en honor a la autonomía de la voluntad, pueden prefijar el importe de los
daños y perjuicios que genere el incumplimiento en sus diversos aspectos. Eso es la cláusula penal,
mediante la cual, si el deudor no cumple la prestación principal, se compromete a dar alguna cosa al
acreedor para compensarle la falta de ejecución.
Sirve además para reforzar el vínculo contractual en locaciones de cosas, venta en cuotas, realizar
un trabajo, etc. En caso de incumplimiento se le impone una sanción económica.
El art. 652 del C.C da una definición de cláusula penal: “es aquella en que una persona, para
asegurar el cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena o multa en caso de retardar o de
no ejecutar una obligación”.
Es una obligación accesoria que las partes agregan a una obligación principal para asegurar su
cumplimiento.
Para Llambías es una estipulación accesoria a una obligación principal por la cual el deudor deberá
satisfacer una cierta prestación si no cumple lo debido o lo cumple tardíamente.
Arts. 652 a 666 (clasificación de las obligaciones con relación a su objeto). Es una estipulación
anticipada de los daños por lo que su metodología debió acercarse a las formas de estimar el
perjuicio.
RT 464
Antecedentes históricos:
D. Romano: stipulatio poenae era una obligación de tipo condicional que se hacía exigible ante la
frustración de la principal. Podía ser propia cuando nacía con la principal e impropia cuando
aseguraba obligaciones no exigibles como las naturales o nulas.
Con Justiniano, cuando el deudor pagaba la cláusula, disponía de una exceptio doli si el acreedor le
reclamaba la prestación principal. Ambas acciones se excluían.
Funciones;
Secundaria: resolutoria
Resarcitoria: la cláusula sirve para predeterminar el importe de los daños y perjuicios que derivan del
incumplimiento.
Resolutoria: el contratante cumplidor puede optar entre el pedido de cumplimiento o la resolución del
contrato.
Cláusula penal.
Clases
RT 465
Moratoria: se pacta para el supuesto de mora del deudor, e integra los daños moratorios (art. 654 y
655). El acreedor puede acumular la pretensión por el importe de la pena con más lo que
corresponda por el incumplimiento de la prestación principal.
Objeto:
El contenido puede ser cualquiera de los objetos de la prestación, ya sea de dar, de hacer o de no
hacer. La corriente es que se trate de una obligación de dar sumas de dinero aunque esto no es
excluyente (art. 653)
Caracteres:
Accesoria
Condicional
Subsidiaria
Inmutable
De interpretación restrictiva
La cláusula penal puede ser accesoria a una obligación natural, haciendo exigible la pena en caso
de incumplimiento.
RT 466
Luego de pactada la cláusula, no puede eliminarse ni cambiarse aunque para evitar el “abuso del
derecho”, en aras de la equidad, la moral y las buenas costumbres (art. 953) se han reducido
equitativamente algunas cláusulas penales desproporcionadamente gravosas.
Luego de la reforma de 1968 se agregó un párrafo al art. 656 que permite a los jueces disminuir el
monto de las penas cuando éstas fueran desproporcionadas, surgiendo dos elementos, uno
subjetivo (el aprovechamiento abusivo de la situación del deudor) y otro objetivo (la desproporción
entre prestación y pena). La prueba de estos extremos corre por cuenta de quien la invoca, salvo
que sean notorios.
Cede también el carácter de inmutable ante el incumplimiento parcial, irregular o fuera de tiempo de
la prestación principal, y ahí la penalidad debe ser proporcional.
El principio del favor debitoris debe ser aplicado de manera restrictiva, no siendo posible extender
una cláusula compensatoria para sancionar la mora del deudor o hacerla más gravosa de lo
pactado.
Exigibilidad. Condiciones
Cuando se hace exigible la cláusula penal, la mayoría de los autores considera que son condiciones
las siguientes:
El incumplimiento
La morosidad
El incumplimiento debe ser imputable a título de culpa o dolo del deudor. El deudor para eximirse no
puede invocar hechos menores ni cuestiones personales ni su buena fe, etc.
El problema de la morosidad ¿es necesario para reclamar la penalidad que el deudor sea moroso y
además interpelarlo?
RT 467
La duda surge de la aparente contradicción surgida entre los arts. 654 y 655, la que en definitiva no
es tal.
Art. 654 Incurre en la pena estipulada, el deudor que no cumple la obligación en el tiempo
convenido, aunque por justas causas no hubiese podido verificarlo.
Art. 655 La pena o multa impuesta en la obligación, entra en lugar de la indemnización de perjuicios
e intereses, cuando el deudor se hubiese constituido en mora; y el acreedor no tendrá derecho a otra
indemnización, aunque pruebe que la pena no es indemnización suficiente.
Mientras que el primero habla sólo del incumplimiento, el segundo en apariencia exige la
constitución en mora.
Lo que sucede es que el Código exige que el deudor sea moroso para que se pueda reclamar la
cláusula, y al estado de mora se llegará según lo dispuesto en el art. 509.
Art. 509. [En las obligaciones a plazo, la mora se produce por su solo vencimiento.
Si no hubiere plazo, el juez a pedido de parte, lo fijará en procedimiento sumario, a menos que el
acreedor opte por acumular las acciones de fijación de plazo y de cumplimiento, en cuyo caso el
deudor quedará constituido en mora en la fecha indicada por la sentencia para el cumplimiento de la
obligación.
Para eximirse de las responsabilidades derivadas de la mora, el deudor debe probar que no le es
imputable.] (Texto según ley 17.711.)
Efectos
RT 468
La cláusula penal extiende sus efectos hacia ambas partes de la relación contractual.
Según el art. 658 el deudor debe pagar lo principal. No puede optar por pagar primero el objeto de la
cláusula, salvo que así se hubiese convenido.
El acreedor puede optar entre exigir la prestación principal o la penalidad cuando ésta sea
compensatoria (art. 659).
Si la pena es moratoria, o el acreedor hizo reserva para reclamar ambas, puede acumular la
prestación y la cláusula.
El acreedor no necesita demostrar la existencia de daño alguno para hacer efectivo su derecho y el
deudor no se exime del pago de la pena aunque pruebe que no hubo perjuicio.
Sujetos plurales
Ya sean varios acreedores y un solo deudor o viceversa, si la prestación principal tiene el mismo
género que la cláusula penal no habrá mayores dificultades. Por ej una prestación divisible y
cláusula penal igual: si el deudor incumple sólo debe la proporción de la cláusula.
Si la prestación principal es solidaria, la pena debe cumplirse íntegramente por cualquiera de los
deudores.
Pero si la pena es indivisible y la principal divisible, el C.C establece que cada deudor está obligado
a satisfacer la pena entera, aunque parte de la doctrina opine que solamente deben la prestación de
la cláusula penal aquellos que incumplieron ya que la culpa o el dolo en las obligaciones
mancomunadas es personal y no traslada efectos.
RT 469
Arras o señal
En el Derecho Civil Argentino las arras consisten en la entrega de una cosa que puede o no ser
dinero y que permite el arrepentimiento para ambas partes.
Si la entrega se hizo para asegurar una promesa de contrato serán “confirmatorias” (Cód. Comercio
art. 475).
Las arras pueden darse antes, juntamente o después de la celebración del contrato.
Las cosas que integran su objeto deben “entregarse”, lo que algunos equiparan con el “depósito”.
Para Compagnucci, los objetos se dan y quedan en una especie de propiedad o dominio fiduciario.
Naturaleza jurídica:
RT 470
Confirmatoria. Impide retractarse y asegura la ejecución del contrato reforzando el vínculo. Es un
supuesto de iniciación en la ejecución del contrato.
Penitencial: permite a ambas partes desligarse de la relación. Si hay arrepentimiento, el que entregó
pierde y el que recibe debe devolver el doble. La seña penitencial funciona hasta que se produce un
principio de ejecución del contrato o la mora de alguna de las partes.
La seña funciona antes de que comience la ejecución, y el pacto comisorio lo hace cuando una de
las partes ha incumplido culpablemente.
Si sólo se indica que la cosa o suma se entrega en concepto de señal o seña, la misma funciona con
carácter penitencial.
Si es “como seña y a cuenta de precio” debe entenderse como si fuesen 2 etapas diferentes.
Funciona como seña penitencial hasta el momento de cumplir, y como seña confirmatoria luego de
cumplida la prestación.
Cuando además de “seña y a cuenta de precio” se agrega “y principio de ejecución” significa que no
se autoriza el arrepentimiento y debe entenderse como confirmatoria.
RT 471
RT 472
BOLILLA 23 Responsabilidad Extracontractual
Noción
El hecho propio o personal es el accionar humano llevado a cabo sin la intervención de fuerzas
extrañas al ejecutante, ni la colaboración de terceros.
Para que surja responsabilidad deben sumarse a todos los requisitos: la culpa del agente y su
demostración por la víctima, y se debe apreciar con toda claridad la vinculación causal entre el
hecho y el resultado dañoso.
El Código Civil trata esta responsabilidad en los arts. 1072 y 1109 y pueden dividirse en delitos y
cuasidelitos.
Art. 1072. El acto ilícito ejecutado a sabiendas y con intención de dañar la persona o los derechos de
otro, se llama en este Código delito.
Art. 1109. Todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia ocasiona un daño a otro,
está obligado a la reparación del perjuicio. Esta obligación es regida por las mismas disposiciones
relativas a los delitos del derecho civil.
[Cuando por efecto de la solidaridad derivada del hecho uno de los coautores hubiere indemnizado
una parte mayor que la que le corresponde, podrá ejercer la acción de reintegro.] (Párrafo agregado
por ley 17.711.)
RT 473
Delitos y cuasidelitos
El delito civil está definido en el art. 1072. Se distingue por la ejecución a sabiendas y la intención de
dañar lo que configura una acción u omisión dolosa.
Se diferencia del delito penal en que éste puede ser doloso o culposo, y es siempre producto de una
tipificación legal. Entonces no son coincidentes ya que hay delitos penales que no son civiles, y
viceversa.
El Título IX sección II libro II hace referencia a los “hechos ilícitos que no son delitos” ubicándolos
por descarte.
Luego de la reforma de 1968 son pocas las diferencias que existen entre los efectos de delitos y
cuasidelitos.
En cuanto a la solidaridad para los copartícipes o cómplices de un delito previstos en el art. 1081, se
encuentra limitada o es “impropia” pues impide la acción de regreso por el que paga hacia el autor
(art. 1082), lo que no ocurre en los cuasidelitos, ya que el agregado al art. 1109 da acción de regreso
a los coautores a los que hace solidariamente responsables.
Pero algunos otros supuestos de cuasidelitos están expresamente excluidos de la solidaridad como
los previstos en los art. 1121 (hoteleros, capitanes o patrones responden proporcionalmente y no
solidariamente) y art. 1135 (responsabilidad por ruina. Los condóminos responden según porción de
propiedad).
RT 474
El otro supuesto es el previsto en el art. 1069 2º parte. La posibilidad de solicitar la reducción de la
indemnización sólo es posible si el ilícito es culposo (contractual o extracontractual).
Imputabilidad
Para que un obrar pueda ser calificado de doloso o culposo es necesario que sea la consecuencia
de un comportamiento deliberado del sujeto actuante, y para poder atribuir el acto a un determinado
sujeto, deberá demostrarse previo a toda imputación, que sea obra de su propia determinación (acto
voluntario).
Art. 1076. “Para que el acto se repute delito, es necesario que sea el resultado de una libre
determinación de parte del autor. El demente y el menor de diez años no son responsables de los
perjuicios que causaren”.
Se exige que se haya obrado con discernimiento para comprender la licitud o ilicitud de los actos y
determinar sus propias acciones.
La regla es que todas las personas son imputables (la capacidad es regla), caso contrario deberá
probarse.
Los dementes pueden ser imputables si el acto ilícito fue realizado durante un intervalo lúcido (el que
deberá ser probado) o si el que lo causa llegó al estado de inconsciencia por su propia voluntad ya
sea por embriaguez, drogas, hipnosis, etc (art. 1070)
Menores
RT 475
Arts. 921 y 1076 consideran inimputables para los actos ilícitos a los menores de 10 años.
Esto no impide que esos actos realizados por el menor tengan una ilicitud objetiva, ni que la víctima
pueda reclamar contra los padres o tutores (art. 1114 y 1117).
Dementes y enajenados
Acto de omisión
Los penalistas diferencian entre actos de comisión consistentes en una pura actividad positiva del
agente, actos de comisión por omisión donde el delito se produce por una abstención que obra como
medio, y los actos de simple omisión donde la abstención es la causa adecuada del perjuicio, o sea
que el delito es la omisión misma.
En el derecho civil, sólo se contemplan los casos de omisión pura o simple. Así lo establecen los
arts. 1073 y 1074
Art. 1073. El delito puede ser un hecho negativo o de omisión, o un hecho positivo.
Art. 1074. Toda persona que por cualquier omisión hubiese ocasionado un perjuicio a otro, será
responsable solamente cuando una disposición de la ley le impusiere la obligación de cumplir el
hecho omitido.
RT 476
En base a estas 2 normas se han dado dos interpretaciones
Por un lado Salvat, Machado, acercándose a la tesis francesa, sostienen que nadie puede asumir
una obligación civil por el hecho de no actuar. Para que haya responsabilidad debe existir una
disposición legal que le imponga obrar (conforme art. 19 C.N). Asimismo, el art. 1066 establece que
no hay ilicitud sin una norma específica que mande cumplir el hecho (p.e se prende fuego un auto y
no le aviso a nadie o no hago nada para evitarlo). Para esta postura, no existiría responsabilidad ya
que no hay relación causal adecuada entre la omisión y el resultado.
Por otra parte, Borda, Trigo Represas, Spota, sostienen que no es necesaria una norma expresa que
imponga obrar. Esto se deduce del C.C donde es posible inferir que cuando se impone la obligación
de obrar, el sujeto puede ser responsable por la abstención, y así si se abstiene puede ser calificado
como culpable, ya que la obligación de actuar emergería de forma implícita.
Se trata de un análisis comparativo entre la conducta que asumiría un hombre probo y diligente y la
obrada en el caso concreto. Por eso se ha considerado que la omisión puede constituir un delito o un
cuasidelito.
Dentro de esta misma corriente, Llambías sostiene que la omisión debe ser juzgada a la luz de los
principios del abuso del derecho (art. 1071) teniendo en cuenta lo establecido en el art. 953, lo que
engendraría la responsabilidad consiguiente.
HOMICIDIO
RT 477
Desde el punto de vista del derecho civil el homicidio engloba a todo acto ilícito por el cual se causa
la muerte de una persona.
Los distingos que se dan en el derecho penal entre homicidio simple, culposo, doloso, etc, en el D.C
no interesan. Su tipificación penal en nada modifica el resarcimiento económico.
El daño mayor que puede causarse a una persona es la privación de su vida. La anticipación del fin,
con la producción de la muerte.
Homicidio penal y homicidio civil, a la vez, sancionado con pena de prisión y con un resarcimiento a
favor de quienes han padecido las consecuencias, patrimoniales y extrapatrimoniales, de esa
desaparición.
Como la persona muerta ya no es persona y por tanto no es la titular de derecho alguno, originado
en su desaparición, las acciones resarcitorias se otorgan a quienes la continúan, sus sucesores
universales o herederos, a título de derecho hereditario, y también a quienes sin serlo han sufrido un
perjuicio, devenido de esa muerte -iure proprio-.
A los fines de la indemnización, es indiferente que la muerte sea un delito civil o un cuasidelito civil,
causada por un obrar doloso o culposo; en ambos casos, como también cuando la muerte se
produce a partir de un riesgo creado, con cosas o conductas, la reparación debe ser integral, en el
sentido de cubrir los daños que el homicida pudo prever, que se encuentren en relación causal
adecuada.
La legitimación activa
RT 478
Art. 1084. Si el delito fuere de homicidio, el delincuente tiene la obligación de pagar todos los gastos
hechos en la asistencia del muerto y en su funeral; además lo que fuere necesario para la
subsistencia de la viuda e hijos del muerto, quedando a la prudencia de los jueces, fijar el monto de
la indemnización y el modo de satisfacerla.
Asistencia: son gastos ocasionados como consecuencia del hecho que levó a la muerte (honorarios
médicos, medicamentos, etc).
Funeral: gastos de velatorio, entierro, y gastos de costumbre del lugar, teniendo en cuenta
condiciones de fortuna de la víctima.
Medios para subsistencia: No es una regla inflexible ni recibe interpretación literal. La mayoría de los
falos jurisprudenciales han determinado que la indemnización nunca puede deducirse de fórmulas
matemáticas y no es posible hacer cálculos sobre lo que hipotéticamente podría haber ganado el
occiso durante el resto de su vida. Habrá que adecuarlo a lo que proponen los art. 1068, 1069, 1077
y 1078 que adicionan al daño emergente el lucro cesante y el daño moral. Los jueces evaluarán
cada caso en particular.
Así, se establece un importe global que permita mantener una situación similar a la que se tenía
antes del hecho, tomándose en consideración los antecedentes de la víctima y sin descuidar la
condición de los damnificados indirectos.
RT 479
En lo sustancial se origina en decidir si desde el punto de vista jurídico, del Derecho, la vida humana,
tiene o no un valor económico, estimable en dinero. Y, por ende, si frente a su pérdida puede
reclamarse o no, en todos los casos, una reparación dineraria.
Para un sector, toda vida humana tiene un valor económico y es susceptible de ser estimada en
dinero y, por tanto, reparada su desaparición.
Se alude, claro está, no a un equivalente dinerario de la vida sino a la "productividad de toda vida", a
su capacidad de generar bienes, o de exteriorizar conductas valiosas. Se ha llegado, por los
partidarios de esta postura, a procurar determinar un valor-piso, mínimo. Aun para vidas
improductivas, como las de las personas por nacer, o los niños de corta edad, o los ancianos de muy
alta edad.
Para estos casos se menciona la "chance" de hacer o producir, que se mantiene mientras haya vida.
Aun, insistimos, para las vidas vegetativas, o para el anciano cuadripléjico, etcétera.
Para otro sector, (Mosset Iturraspe), la respuesta debe ser realista y no sentimental. Debe ser actual
y no con el pensamiento puesto en los tiempos en que no se indemnizaba el daño extrapatrimonial y,
como compensación, se acentuaba el patrimonial. Y con esa visión debe negarse el valor económico
de las vidas "demostradamente improductivas", terminadas, sin posibilidad de recupero; de los
denominados enfermos terminales, incapacitados, paralíticos, privados de discernimiento, etcétera.
No deben aceptarse chances meramente imaginarias, sin base real. No es razonable colocar pisos
ni poner techos al valor de la vida humana, per se, en abstracto, sin atender al caso concreto
juzgado.
No debe olvidarse que quienes reclaman no son los que sufrieron el hecho, sino los que se han visto
perjudicados materialmente por el suceso.
La jurisprudencia viene sosteniendo que ante la muerte de niños o ancianos debe ser resarcido el
daño.
Legitimación:
RT 480
¿quién tiene derecho a reclamar?
Todo aquel que resulte damnificado y reúna los requisitos antes vistos puede solicitar el
resarcimiento de los daños, ya sea damnificado directo o indirecto.
Los indirectos son los únicos que pueden aparecer en el homicidio, y así serían legitimados quienes
recibían alimentos, amigos o socios de la víctima (sist. Italiano). El sistema francés, a pesar de
proclamarse amplio es mucho más acotado y hasta niega legitimación a concubina o novia del
muerto.
En nuestro derecho el tema quedó circunscripto a los arts. 1084, 1085 y 1079 (toda persona que
hubiese sufrido por el hecho, viuda e hijos del muerto, cónyuge sobreviviente y herederos
necesarios)
Art. 1079. La obligación de reparar el daño causado por un delito existe, no sólo respecto de aquel a
quien el delito ha damnificado directamente, sino respecto de toda persona, que por él hubiese
sufrido, aunque sea de una manera indirecta.
Art. 1084. Si el delito fuere de homicidio, el delincuente tiene la obligación de pagar todos los gastos
hechos en la asistencia del muerto y en su funeral; además lo que fuere necesario para la
subsistencia de la viuda e hijos del muerto, quedando a la prudencia de los jueces, fijar el monto de
la indemnización y el modo de satisfacerla.
Art. 1085. El derecho de exigir la indemnización de la primera parte del artículo anterior, compete a
cualquiera que hubiere hecho los gastos de que allí se trata. La indemnización de la segunda parte
del artículo, sólo podrá ser exigida por el cónyuge sobreviviente, y por los herederos necesarios del
muerto, si no fueren culpados del delito como autores o cómplices, o si no lo impidieron pudiendo
hacerlo.
RT 481
El art. 1079 se refiere de manera genérica a “quienes hubieran sufrido en forma indirecta” el daño, y
el 1085 otorga acción al cónyuge sobreviviente y a los herederos necesarios.
Se considera que los herederos forzosos gozan de una “presunción de daño”, pero los terceros
ajenos, si pretenden un resarcimiento deberán demostrar debidamente que han sufrido un perjuicio
ante el homicidio.
Acciones
Ya sea ejercitándola como heredero (actio iure hereditatis), o por invocación de un derecho propio
(actio iure proprio).
Ambos tipos de acciones presentan ventajas e inconvenientes que vale la pena tener en cuenta.
Actio iure hereditatis: para invocarla debe probarse el carácter de heredero y que quien reclama lo
hace como causahabiente del muerto, lo que implica que todos los derechos de éste se transmiten y
deberán dividirse las indemnizaciones en proporción a la cuota sucesoria de cada heredero.
Actio iure proprio): por derecho propio. Es necesario demostrar el verdadero perjuicio sufrido. La
ventaja que presenta es que es una pretensión no sujeta a división hereditaria y alegable por todo
aquel que se encuentre entre los legitimados de derecho. Si son varios los demandantes, el juez
establecerá la parte de cada uno.
RT 482
Casos particulares de legitimación
Cónyuge
Tiene para sí una presunción de daño. La mujer separada de hecho pero no divorciada puede
reclamar la indemnización. Si está divorciada o fue declarada culpable no goza de esta presunción,
por lo que si pretende recibir indemnización deberá probar el perjuicio.
Hijos
Los hijos menores están amparados por la presunción legal de daño. Si son hijos mayores de edad o
casados, parte de la doctrina los asimila a los menores (Trigo Represas, Borda) por pérdida de la
chance de ayuda. Otros autores los excluyen, y por lo tanto deberán demostrar el perjuicio efectivo.
Padres
No son herederos forzosos y no encuadran en los art. 1084 y 1085. Se considera viable la
indemnización si ya recibían alimentos.
Acreedores y socios
Sólo podrán reclamar según el art. 1079 debiendo demostrar que la muerte ha sido causa adecuada
por la que se impidió recibir el crédito.
Concubina
RT 483
Se ha negado acción fundándose en que no se encuentra en los supuestos del art. 1085 y en la
precariedad de la relación sin vínculo jurídico y por lo tanto carece de interés jurídico.
Parte de la doctrina ha hecho lugar al reclamo basándose en el daño cierto que la priva de recibir
ayuda económica y espiritual.
Lesiones
El delito de lesiones consiste en los daños inferidos en el cuerpo o en la psiquis de una persona.
El C.C lo denomina “heridas u ofensas físicas” pero se extienden también a los psíquicos y establece
las formas de indemnización en el art. 1086.
Art. 1086. Si el delito fuere por heridas u ofensas físicas, la indemnización consistirá en el pago de
todos los gastos de la curación y convalecencia del ofendido, y de todas las ganancias que éste dejó
de hacer hasta el día de su completo restablecimiento.
Se incluyen en este artículo, los gastos de atención hospitalaria, las ganancias dejadas de percibir
(lucro cesante), las lesiones permanentes, el daño estético cuando produce un menoscabo
económico.
Privación de la libertad
Art. 1087. Si el delito fuere contra la libertad individual, la indemnización consistirá solamente en una
cantidad correspondiente a la totalidad de las ganancias que cesaron para el paciente, hasta el día
en que fue plenamente restituido a su libertad.
RT 484
Esta norma contempla tanto la privación de libertad en la que se utilizan medios psíquicos o físicos,
ya sea llevada a cabo por particulares o por autoridad pública.
Se indemnizan solamente las ganancias frustradas, pero también deberá tenerse en cuenta el daño
moral (art. 1078).
Art. 1088. Si el delito fuere de estupro o de rapto, la indemnización consistirá en el pago de una
suma de dinero a la ofendida, si no hubiese contraído matrimonio con el delincuente. Esta
disposición es extensiva cuando el delito fuere de cópula carnal por medio de violencias o amenazas
a cualquier mujer honesta, o de seducción de mujer honesta, menor de dieciocho años.
En todos los casos, el matrimonio posterior con acuerdo de ambos, produce la extinción de la figura
delictual y resulta una especie de renuncia tácita al resarcimiento.
Calumnias e injurias
Art. 1089. Si el delito fuere de calumnia o de injuria de cualquier especie, el ofendido sólo tendrá
derecho a exigir una indemnización pecuniaria, si probase que por la calumnia o injuria le resultó
algún daño efectivo o cesación de ganancia apreciable en dinero, siempre que el delincuente no
probare la verdad de la imputación.
El reclamo puede ser rechazado por el demandado usando la exceptio veritatis, o sea, demostrando
la veracidad del hecho atribuido, cosa simple en las calumnias pero complicada en las injurias donde
la cuestión se rige por lo dispuesto en el art. 111 C.Penal donde solamente se admite la prueba
cuando la imputación hubiere tenido por objeto defender o garantizar un interés público actual, o el
hecho atribuido al ofendido hubiere dado lugar a un proceso penal o el querellante pide la prueba de
la imputación dirigida contra él.
Los daños a resarcir están previstos en el art. 1089 como daños efectivos y cesación de ganancias
(daño emergente y lucro cesante).
Legitimación
Art. 1080. El marido y los padres pueden reclamar pérdidas e intereses por las injurias hechas a la
mujer y a los hijos.
O sea, que el marido puede reclamar las hechas a la mujer y ambos padres sobre sus hijos.
Si los cónyuges estaban divorciados, la acción no procede. Lo mismo si los hijos mayores han
formado su propio hogar y son independientes.
RT 486
Acusación calumniosa
Art. 1090. Si el delito fuere de acusación calumniosa, el delincuente, además de la indemnización del
artículo anterior, pagará al ofendido todo lo que hubiese gastado en su defensa, y todas las
ganancias que dejó de tener por motivo de la acusación calumniosa, sin perjuicio de las multas o
penas que el derecho criminal estableciere, tanto sobre el delito de este artículo como sobre los
demás de este Capítulo.
Hurto o robo
Art. 1091. Si el delito fuere de hurto, la cosa hurtada será restituida al propietario con todos sus
accesorios, y con indemnización de los deterioros que tuviere, aunque sean causados por caso
fortuito o fuerza mayor.
Art. 1092. Si no fuere posible la restitución de la cosa hurtada, se aplicarán las disposiciones de este
Capítulo sobre la indemnización del daño por destrucción total de la cosa ajena.
RT 487
Se ordena la restitución de la cosa hurtada si ésta está en poder del delincuente y la reparación de
los perjuicios sufridos.
El art. 1094 parecería obligar a la víctima a recibir la cosa deteriorada y pedir la diferencia de valor,
pero la mayoría de la doctrina entiende que si la cosa tuviese deterioros que hagan imposible su uso
normal, el damnificado puede optar por el reclamo indemnizatorio por el valor total.
Usurpación de dinero
Art. 1093. Si el delito fuere de usurpación de dinero, el delincuente pagará los intereses de plaza
desde el día del delito.
La doctrina civil critica el uso del vocablo "usurpación" con respecto al apoderamiento del dinero
ajeno. Acota que usurpar es "arrogarse como propio el derecho, estado o función perteneciente a
otro" (Llambías), y, en consecuencia, supone la "identificación" de aquello sobre lo cual recae. Se
puede usurpar un inmueble, un título, honores, pero no el dinero, habida cuenta de su calidad de
cosa eminentemente fungible y, por tanto, inidentificable.
La mal llamada "usurpación de dinero" civil se corresponde con el delito penal de "defraudación",
que es la acción genérica por la cual alguien obtiene dolosamente un enriquecimiento ilegítimo a
expensas de otro -artículo 173 del Código Penal-.
RT 488
El art. 1093 obliga a pagar los daños que corresponden a los intereses desde el día del delito hasta
el momento de la restitución, más obviamente el capital y afrontar los daños causados.
Daño
El art. 183 C.Penal sanciona a “quien destruye, inutilizare, hiciere desaparecer, o de cualquier modo
dañare una cosa mueble o inmueble o un animal, total o parcialmente ajeno”.
Establece “Si el delito fuere de daño por destrucción de la cosa ajena, la indemnización consistirá en
el pago de la cosa destruida; si la destrucción de la cosa fuere parcial, la indemnización consistirá en
el pago de la diferencia de su valor actual y el valor primitivo”.
Penalmente es un delito doloso, pero civilmente puede ser doloso o culposo (delito o cuasidelito
respectivamente).
Cuando el daño es parcial, el código ordena pagar la diferencia entre el valor actual y el primitivo.
Art. 1095. El derecho de exigir la indemnización del daño causado por delitos contra la propiedad,
corresponde al dueño de la cosa, al que tuviese el derecho de posesión de ella o la simple posesión
como el locatario, comodatario o depositario; y al acreedor hipotecario, aun contra el dueño mismo
de la cosa hipotecada, si éste hubiese sido autor del daño.
RT 489
Art. 1110. Puede pedir esta reparación, no sólo el que es dueño o poseedor de la cosa que ha
sufrido el daño o sus herederos, sino también el usufructuario, o el usuario, si el daño irrogase
perjuicio a su derecho.
Puede también pedirlo el que tiene la cosa con la obligación de responder de ella, pero sólo en
ausencia del dueño.
El propietario debe demostrar el carácter de tal, lo mismo que el usuario, usufructuario o poseedor,
como titulares de derechos reales.
También los simples tenedores (locatario, comodatario, depositario) pueden pretender resarcimiento
por los daños ocasionados en sus derechos como tales.
Acción indemnizatoria
Es importante determinar quienes son los sujetos responsables ya que así se determina hacia
quiénes debe dirigirse la acción para el resarcimiento del daño.
El art. 1081 dice que la obligación es solidaria sobre todos los autores, consejeros o cómplices.
Y el art. 1082 establece: “Indemnizando uno de ellos todo el daño, no tendrá derecho para demandar
a los otros, las partes que les correspondieren”.
RT 490
En cuanto a los copartícipes en un cuasidelito, la reforma de la ley 17711 amplió lo dispuesto en el
art. 1109 estableciendo la responsabilidad solidaria y permitiendo el ejercicio de la acción de
reintegro, por parte de quien afrontó el pago contra el resto de los intervinientes.
La acción por el daño material se transmite mortis causa a los herederos, pero no se transmite la
que surge del daño moral, a no ser que la misma ya hubiese sido iniciada por el fallecido.
Por acto entre vivos y como una cesión de créditos puede transmitirse la pretensión de la reparación
de daños.
Extinción
La acción indemnizatoria concluye por cualquiera de los medios de extinción de las obligaciones.
Renuncia, transacción, prescripción, etc.
Cuando ocurre un hecho ilícito que origina un daño resarcible, y es a la vez un delito tipificado
penalmente, se abre la instancia de 2 acciones independientes:
RT 491
La penal que busca castigar al autor
A la reparación del daño puede arribarse por 2 vías: la del proceso penal o la del juicio civil.
El Código Civil instituyó un régimen propio basado en que la reparación del daño sería reclamada
ante los jueces civiles.
Pero con la sanción del Código Penal en 1921, la cuestión cambió al establecerse en su art. 29 que
los jueces penales podrían fijar en sus sentencias las indemnizaciones por los perjuicios que hubiese
ocasionado el delito.
En forma paralela, la víctima del delito puede reclamar la reparación del daño ante los jueces civiles
o bien ante el mismo juez penal, además de poder presentarse en sede criminal como querellante o
particular damnificado.
Si bien el art. 29 C.P puede ordenar la indemnización, la jurisprudencia ha ido en camino contrario.
La costumbre por un lado, y la cuestión de que en sede penal no se podría ir por ejemplo contra la
compañía de seguros (sólo contra el autor del daño) han hecho que todo se reclame en sede civil.
Por otra parte, el art. 29 sólo habla de “sentencia condenatoria” por lo que si no hay condena no se
repara el daño.
Al producirse un hecho ilícito que es delito penal y a la vez delito o cuasidelito civil, la víctima puede
optar para pedir la reparación tanto ante el juez penal o el civil.
Art. 1097. La acción civil no se juzgará renunciada por no haber los ofendidos durante su vida
intentado la acción criminal o por haber desistido de ella, ni se entenderá que renunciaron a la
acción criminal por haber intentado la acción civil o por haber desistido de ella. Pero si renunciaron a
la acción civil o hicieron convenio sobre el pago del daño, se tendrá por renunciada la acción
criminal.
En apariencia, la única vía para reclamar sería la civil pero esto no es así.
Cuando se da un delito penal que a su vez genera perjuicios ¿la víctima tiene acción para reclamar
sólo en sede civil?, o ¿puede hacerlo también penalmente?
El art. 29 del C. Penal establece “la indemnización del daño material y moral causado a la víctima, a
su familia o a un tercero, fijándose el monto prudencialmente por el juez en defecto de plena
prueba”.
Hay pena y resarcimiento del perjuicio formando parte de todo el sistema punitivo.
Antes de la sanción del C. Penal la mayoría de la doctrina entendía que la acción civil había de
ejercitarse siempre ante los jueces civiles.
Hoy se considera que el sistema es mixto, ya que el juez penal puede agregar el pago de daños y
perjuicios.
RT 493
Acción civil en sede penal
Fijación de oficio: la mayoría de la doctrina entiende que el juez penal no puede establecer de oficio
el resarcimiento del daño. El juez carece de facultades para fijar por sí la indemnización. La doctrina
minoritaria (Soler) sostiene que los jueces penales sí pueden fijar de oficio el resarcimiento del daño
si fuese ello posible.
También la probation (suspensión del juicio a prueba) deja abierta la puerta para la acción civil
Algunos códigos procesales sostienen que la absolución criminal no impide la demanda ante el juez
civil, porque el fundamento de ambos reclamos es diferente, y así no sería incompatible la
absolución criminal con la condena civil.
Legitimados:
RT 494
Pasivos: el acusado (penalmente). El tercero responsable (padres, directores de colegios,
comitentes, etc) NO puede ser traído a sede penal para ese reclamo, excepto en pcia. Córdoba.
La indemnización acordada en sede penal hace cosa juzgada y por lo tanto no puede prosperar
luego civilmente. Sólo puede darse en los casos de solicitud de otros daños no incluidos en la
primera y que son consecuencia del mismo hecho.
Si en sede penal, la demanda por daños civiles es rechazada, aún condenando penalmente al
acusado, NO se puede pretender reclamar civilmente, excepto en los casos de sobreseimiento o
absolución del imputado por falta de culpabilidad, ya que en sede civil el régimen de culpabilidad es
diferente.
Independientemente de la acción penal, puede reclamarse por los daños en sede civil.
No existe en nuestro derecho una independencia absoluta entre ambos regímenes, ya que lo que
ocurra en el proceso penal tiene marcada influencia en el civil.
El reclamo en sede civil puede interponerse en cualquier momento, aunque haya suspensión de la
prescripción. Sólo deberá esperarse que el juez penal dicte sentencia para que su par civil haga lo
propio.
Art. 1101. Si la acción criminal hubiere precedido a la acción civil, o fuere intentada pendiente ésta,
no habrá condenación en el juicio civil antes de la condenación del acusado en el juicio criminal, con
excepción de los casos siguientes:
1. Si hubiere fallecido el acusado antes de ser juzgada la acción criminal, en cuyo caso la acción
civil puede ser intentada o continuada contra los respectivos herederos.
RT 495
2. En caso de ausencia del acusado, en que la acción criminal no puede ser intentada o
continuada.
Entonces, para que proceda la paralización de la acción civil será necesario que:
Así, se intenta proteger el principio de cosa juzgada penal y así evitar una eventual contradicción de
pronunciamientos sobre un mismo hecho.
Si un juez civil falla descartando la cuestión penal, ese fallo es nulo absoluto.
En nuestro derecho, sólo se suspende el dictado de la sentencia, por lo que nada impide la iniciación
y tramitación del juicio civil con la salvedad que el juez civil no podrá dictar sentencia hasta tanto se
resuelva la cuestión penal.
En rigor, lo que el art. 1101 C.C dispone -más allá del desacierto de mencionar sólo una "condena"-
es que el juez civil debe aguardar la decisión del penal, que es previa; cualquiera sea ella. Ésa es la
regla. Una vez que "ha hablado la sentencia penal" puede hablar la civil.
RT 496
Y esa regla, que otorga prioridad a la decisión penal, y que adquiere importancia indudable en orden
a la existencia del hecho que se investiga y a la autoría del imputado, reconoce, como excepciones,
las mencionadas en la última parte del artículo.
La muerte del imputado o procesado pone fin a la causa penal. Ya no puede continuar. De donde
carece de sentido esperar su resolución.
Queda expedita, de este modo, la vía civil. Y algo similar acontece con la "ausencia del acusado"
que obsta a la prosecución de la causa penal. Y posibilita la decisión sobre reparación, sin más.
Cuando funciona la regla -de la prejudicialidad penal- el juez civil debe detener el proceso, paralizar
la causa, una vez llegada la misma al estado de dictar sentencia, con el llamamiento de "autos" para
sentencia.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de la doctrina y jurisprudencia ha considerado a esta norma
del artículo 1101 como de orden público y así lo han decidido diversos fallos de los tribunales
superiores de provincias y las cámaras, el que se encontraría recogido en la doctrina del caso
"Duarte" de la C.S.J. de la Nación, donde se señaló implícitamente que la violación de la aplicación
del artículo 1101 implicaría la nulidad de la sentencia, por supuesto siempre que sea una materia
donde deba aplicarse la norma de la prejudicialidad.
Atendiendo al carácter de orden público del principio de prejudicialidad, algunos tribunales se han
expedido señalando que debe ser aplicado aun de oficio cuando el tribunal conoce de la existencia
de un proceso penal, y que su inobservancia produce la nulidad de la sentencia civil que se dicte.
Criterio que Mosset Iturraspe considera adecuado si se quiere respetar el principio que pretendió
consagrar el legislador.
No impide iniciar y proseguir el trámite del proceso civil, sino sólo la sentencia.
RT 497
Procesos a los que se aplica
Existe una corriente de doctrina jurisprudencial, que consideramos acertada, que interpreta que el
artículo 1101 se aplica a cualquier clase de proceso civil donde la sentencia penal pueda tener
influencia importante.
En defensa de esta interpretación amplia, se ha dicho que el artículo 1101, no obstante su ubicación,
se aplica a todos los supuestos en que el pronunciamiento en lo civil se encuentra estrechamente
vinculado a la sentencia a dictarse en el proceso criminal, pues en ellos existe la misma razón de
orden público que inspira la regla, la cual reside en asegurar el respeto al principio de autoridad de
cosa juzgada en lo criminal.
Por ejemplo en los juicios laborales muchas veces se prescinde de la cuestión penal, también en los
juicios ejecutivos, en el proceso concursal, etc.
Sobreseimiento provisional
El sobreseimiento provisional no cierra el proceso penal. Parte de la doctrina sostiene que sólo su
conversión a definitivo resuelve la cuestión, pero la doctrina mayoritaria indica que el sobreseimiento
provisional tiene el efecto de retrotraer la situación al inicio de la acción penal y por lo tanto el juez
civil podrá dictar sentencia.
En el primer supuesto, se paraliza la acción penal y permite que continúe la civil contra los herederos
del acusado.
RT 498
En el segundo caso, debe primero declararse la rebeldía del acusado.
La cuestión se vincula con el principio de la “cosa juzgada”, que si es una sentencia firme pasa a
constituir un acto imperativo y obligatorio que debe ser acatado por las partes y respetado por los
terceros.
¿el efecto de la sentencia penal debe ser pleno?, o sea ¿si hay condena penal necesariamente debe
haber sentencia civil en el mismo sentido y viceversa?
Vélez en la nota a los arts. 1102 y 1103 cita a Merlín y Toullier que debatieron sobre la cuestión.
Para Merlín, la sentencia en lo penal hace cosa juzgada en lo civil (delito-autoría-culpa), además de
identidad de objeto, identidad de causa y de partes.
Toullier en oposición, sostenía que no es posible hablar de cosa juzgada cuando luego de decidirse
la cuestión penal, se demanda nuevamente en la civil. Para este autor faltan 2 objetos esenciales:
identidad de partes e identidad de objeto.
RT 499
Sentencia penal condenatoria
Art. 1102 Después de la condenación del acusado en el juicio criminal, no se podrá contestar en el
juicio civil la existencia del hecho principal que constituya el delito, ni impugnar la culpa del
condenado.
a- La existencia del hecho principal. O sea, el delito tipificado que se le imputa al procesado, y a ese
hecho principal debe atenerse el juez civil.
b- La culpa del condenado es otro de los elementos de la sentencia condenatoria que impiden al
juez civil modificar la cuantificación, y es por eso que en el juicio civil, la víctima ya no tiene que
probar sobre esa cuestión sino solamente sobre los perjuicios sufridos.
La sentencia penal condenatoria extiende sus efectos a los terceros, cosa importante cuando se
demanda por la responsabilidad indirecta o por el hecho ajeno donde ni los padres ni el comitente
podrían dejar de lado en la instancia civil, la existencia del hecho principal ni la culpa del condenado
penalmente.
Salvo los dos puntos anteriores, el resto de las cuestiones resueltas penalmente no producen efecto
sobre el pronunciamiento civil. Así ocurre con los daños, la relación de causalidad, los hechos
conexos o accesorios del principal, el damnificado por el delito y la culpa concurrente de un tercero.
Daños: carece de vinculación la sentencia criminal, salvo que el delito se integre con el mismo daño,
ya que de ser así, no puede ser ignorada en sede civil.
RT 500
Relación de causalidad: igual que el daño. Si el vínculo causal constituye un requisito necesario del
delito, su existencia y reconocimiento penal no puede ser contradicho civilmente.
Hechos accesorios al principal: sólo obligan al juez civil los hechos que hacen a lo principal del
delito. Los accesorios no tienen incidencia sobre la sentencia civil ni hacen cosa juzgada.
Damnificados por el delito: por más que el juez penal afirme que alguien ha sufrido un daño, esto no
obliga al juez civil.
Culpa concurrente de un tercero: si la sentencia penal considera que además del demandado, otras
personas han concurrido a provocar el delito, esa determinación no se le impone al juez civil, sin
perjuicio de que en la instancia indemnizatoria pueda demostrarse la concurrencia del tercero.
Art. 1103 Después de la absolución del acusado, no se podrá tampoco alegar en el juicio civil la
existencia del hecho principal sobre el cual hubiese recaído la absolución.
Aquí solamente se habla del hecho principal quedando excluido todo lo vinculado con la culpa.
El único efecto que se expande, que el juez civil debe aceptar y no contradecir, es el relativo a la
"existencia del hecho" o, a su "inexistencia".
Por "hecho principal", ha dicho una calificada doctrina debe entenderse "aquel que se refiere
exclusivamente a la existencia o inexistencia de los elementos que tipifican el delito que se imputaba
al procesado". Y también se ha decidido (Creus) que las consecuencias de la sentencia absolutoria
RT 501
son las mismas -cosa juzgada sobre el hecho principal-, se base en una "prueba fehaciente" o en el
principio in dubio pro reo.
Entonces tendremos por ejemplo que si en el juicio penal se estableció que las barreras estaban
bajas y por ello fue absuelto el maquinista del tren, no puede juzgarse en instancia civil que las
barreras estaban abiertas. Hace cosa juzgada.
Si penalmente se declaró la autoría del demandado o su no autoría, en razón de haber sido la propia
víctima o un tercero el responsable, la sentencia hace cosa juzgada.
Pero la calificación penal del hecho, no obsta a que el juez civil considere responsable al
demandado para una condena civil y así por ejemplo la absolución del depositario por el delito de
incendio no impide la responsabilidad civil por la pèrdida culpable del automotor entregado para un
arreglo.
En cuanto a los daños, si la instancia penal consideró que no existían y que de haber existido eran
un elemento configurante del delito, la sentencia penal hace cosa juzgada en lo civil.
Si la justicia penal declaró que no existe relación causal entre el sujeto y el daño por no ser éste el
autor, esto hace cosa juzgada para el juez civil, pero diferente es la situación si se absuelve al
acusado por entender que no hay nexo entre el hecho y los daños. Aquí el juez no queda obligado.
La sentencia penal puede ser absolutoria por haber obrado el acusado sin dolo o culpa.
Si el acusado es absuelto de un delito doloso, ello permite al juez civil a considerar al demandado
culpable.
Pero si el juez penal dice que el acusado obró sin culpa, el juez civil puede considerarlo “culpable
civilmente”. La culpa penal no es igual a la culpa civil.
RT 502
La doctrina mayoritaria entiende que la declaración del juez penal absolviendo por ausencia de culpa
no hace cosa juzgada para el juez civil que puede condenarlo civilmente.
La culpa penal y la civil son diferentes, siendo esta última más rígida y estricta.
Sobreseimiento definitivo
En principio, cabe dejar sentada una primera precisión: absolver no es lo mismo que sobreseer,
ontológicamente considerado, etimológicamente manifestado y jurídicamente expresado.
El artículo 1103, no contempla el sobreseimiento sino la absolución. De manera tal que en principio
el sobreseimiento no impone ninguna clase de efectos sobre la sentencia civil.
Absolver, que proviene del latín absolvere, significa dar por libre de algún cargo u obligación, o sea,
es la idea de proceso final cuando se llega al convencimiento definitivo de que la persona no es la
responsable de la obligación que se le imputaba.
En cambio, sobreseer, del latín supersedere, que significa cesar o desistir, da una clara idea de que
se está desistiendo del proceso penal, se está cesando en el proceso penal, por distintas causas, y
en una etapa absolutamente diferente.
RT 503
Con el sobreseimiento definitivo el juez penal clausura la etapa del sumario y termina el trámite
procesal.
La tesis mayoritaria admite que el sobreseimiento definitivo hace cosa juzgada en lo civil.
Una última postura señala que si bien el sobreseimiento definitivo no obliga al juez civil, crea a favor
del demandado una presunción de no responsabilidad
Sobreseimiento provisional
Aunque no impide que continúe la causa criminal ante nuevas pruebas, carece de influencia en la
sentencia civil.
Art. 1105 Con excepción de los dos casos anteriores (del art. 1104), o de otros que sean
exceptuados expresamente, la sentencia del juicio civil sobre el hecho no influirá en el juicio criminal,
ni impedirá ninguna acción criminal posterior, intentada sobre el mismo hecho, o sobre otro que con
él tenga relación.
Algunos autores fundan esta solución en que el proceso civil se actúa a pedido de parte, con una
sentencia por pedido del interesado.
Son las llamadas cuestiones prejudiciales que son casos de sustancia extrapenal que deben
resolverse por otro juez.
Art. 1104 Si la acción criminal dependiese de cuestiones prejudiciales cuya decisión compete
exclusivamente al juicio civil, no habrá condenación en el juicio criminal, antes que la sentencia civil
hubiere pasado en cosa juzgada. Las cuestiones prejudiciales serán únicamente las siguientes:
2. Las que versaren sobre la calificación de las quiebras de los comerciantes.(derogada por ley
24.522)
Entonces, en el C.C no existen otros supuestos por los que se deba postergar la sentencia penal.
Pero nada impide que por ley -el Código Civil es una ley- se creen otras cuestiones prejudiciales; así
como, también por una ley, ha desaparecido una de las mencionadas en el texto: la calificación de la
quiebra por el juez comercial.
En cuanto al matrimonio, la cuestión pasa por los delitos de bigamia o de adulterio, pero este último
fue derogado como delito penal, quedando sólo la bigamia.
Aquí debe primero anularse civilmente el matrimonio antes de cualquier sentencia penal.
RT 505
En ambos casos, el proceso penal queda paralizado hasta la sentencia solamente. Nada impide que
se inicie y prosiga.
Lo normal y corriente es que se responda por los hechos propios o personales. La responsabilidad
por el hecho ajeno es de excepción. Es una responsabilidad refleja por la que se le impone a alguien
la obligación de reparar los daños que oro ha causado.
La relación causal aparece como desdibujada. Habría una especie de vinculación mediata entre el
responsable y el resultado.
Por su carácter excepcional, solamente a los casos previstos en la ley les puede aplicar la
responsabilidad indirecta.
RT 506
Otros autores clasifican estas situaciones según un fundamento objetivo que impide al obligado
probar la ausencia de culpa para exonerarse de la responsabilidad (comitente, hoteleros, patrones
de buque y jefe de familia), y otra categoría por la que aquellos que demostrando que actuaron sin
culpa, se eximen de toda responsabilidad (padres, tutores, curadores, directores).
Antecedentes históricos
En la Edad Media, el jefe de familia es responsable por los delitos que causaba alguno de los
integrantes.
La evolución va desde la responsabilidad colectiva hasta la que corresponde a quien tiene a cargo a
todo el grupo y un poder de mando sobre ellos.
Esta clase de responsabilidad tiene gran importancia práctica y es aplicable a supuestos privados,
hechos de los particulares, personas jurídicas incluido el Estado por hechos de sus agentes.
Art. 1113. La obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que causaren los que
están bajo su dependencia,...
RT 507
Lo normal, lo corriente, es responder por el hecho propio. Lo excepcional es responder por el hecho
de otro o por las cosas. Esta norma fue tomada del CC francés en su art. 1384.
Evolución histórica
Este tipo de responsabilidad es elaborada por Domat en el siglo XVII. No existía en el D Romano y
sólo había algunos ejemplos puntuales de responsabilidad contractual (armadores de barcos,
posaderos, esclavos). Eran obligaciones nacidas de contratos.
En el siglo XVIII Pothier establece que no solamente la persona que ha cometido el delito o
cuasidelito está obligada a la reparación del daño que ha causado, sino que aquellos que tienen bajo
autoridad a dichas personas (padres, tutores, preceptores) son responsables de esta obligación.
Así nace el principio que indica que además de la responsabilidad por el hecho propio, es posible
tener que responder por los actos de las personas bajo su dependencia.
Fundamentos
Fundamentos subjetivos
El principal debe responder por haber obrado con culpa, o sea, sin la diligencia debida, ya sea en la
elección de sus dependientes o en la vigilancia de los mismos, y así tenemos:
Culpa en la elección (Culpa in eligendo): El principal es responsable por no haber tomado los
recaudos necesarios al designar a sus dependientes, en base a los antecedentes. Fue la tesis de
RT 508
Pothier. Hoy ya no puede sostenerse ya que en la mayoría de los casos quienes responden no
eligen a sus dependientes.
Culpa en la vigilancia (Culpa in vigilando): la ausencia de un debido control en las tareas que debe
realizar el dependiente podría dar lugar a que se le impute esta culpa al comitente. El perjuicio
causado, estaría dado por la falta de vigilancia y esa culpa hace responder al principal.
Culpa en general: El fundamento sería la culpa a secas, sin arreglar ni quitar nada. Esta corriente
aceptaba una presunción de culpabilidad y en el derecho nacional tuvo adhesiones de Acuña
Anzorena, Salvat, Lafaille, Machado, etc).
Fundamentos Objetivos
Tesis del Riesgo: para muchos autores resulta aplicable para fundar responsabilidad indirecta del
principal. Así, para esta teoría, si para obtener ganancias una persona le encarga a otra trabajos que
superan su fuerza personal, y esta última causa daños, aquel que aprovechó la energía ajena,
creando peligro de perjuicios y recibiendo por ello los beneficios, debe responder ante las víctimas.
(Spota, Borda, etc). Se critica esta tesis porque no es posible que la base de la responsabilidad sea
el riesgo provecho, y además que permite al comitente, después que pagó, reclamar al dependiente
(art. 1123).
Tesis intermedias
RT 509
Presunción de culpa (iure et de iure): La culpa es el fundamento de la responsabilidad del principal,
pero con una característica particular: a la culpa se la presume de pleno derecho (no se admite
prueba en contrario). Llambías adhiere a este criterio que se sustenta en una generalización
realizada por el legislador. La culpa estaría dada por una ineficiente organización de la función que
permitió que ocurriera el daño. La crítica que se hace a esta tesis es que no es conveniente que por
un lado la ley presuma la culpa y por otro impida destruir esa presunción.
Requisitos
Relación de dependencia
RT 510
RT 511
BOLILLA 25 RESPONSABILIDAD Continuación
Introducción
…A los padres de familia, inquilinos de la casa, en todo o en parte de ella, en cuanto al daño
causado a los que transiten, por cosas arrojadas a la calle, o en terreno ajeno, o en terreno propio
sujeto a servidumbre de tránsito, o por cosas suspendidas o puestas de un modo peligroso que
lleguen a caer; pero no cuando el terreno fuese propio y no se hallase sujeto a servidumbre de
tránsito. Cuando dos o más son los que habitan la casa, y se ignora la habitación de donde procede,
responderán todos del daño causado. Si se supiere cuál fue el que arrojó la cosa, él solo será
responsable.
La última parte del art. se ocupa de un tema que la doctrina moderna ha desarrollado, a partir del
derecho romano: de las cosas arrojadas o que caen de inmuebles habitados por varias personas, de
una manera anónima, sin conocerse quién las arrojó o de dónde cayeron.
La discusión más seria, a partir de la versión tradicional del supuesto específico, es la relativa a
interpretar la expresión "responderán todos del daño causado", puesto que un sector de la doctrina
entiende que responden de manera mancomunada simple y otro (Mosset Iturraspe), de manera
solidaria -cualquiera de los padres de familia, o de los inquilinos, cuando media anonimato-, por el
total de la indemnización.
RT 512
Es obvio que si se conoce quién arrojó el objeto a la calle o a un terreno, dañando, ése será el único
responsable; o si se sabe de dónde se desprendió.
Vale decir que del "caso" del Código se salta a otros casos, muy variados, donde también
encontramos a "un grupo actuante" –a varias personas que lo componen-, a un dañado por un
miembro anónimo de entre esos integrantes, y, en consecuencia, un debate sobre solidaridad o
mancomunación.
En este tipo de responsabilidad, no interesa quién fue el autor, ya que las personas que deben
responder, deben hacerlo en carácter de “jefes de familia” y nunca como causantes directos del
daño.
Es por eso que esta responsabilidad se encuentra en una zona gris, ya que las opiniones se dividen
entre quienes piensan que es una responsabilidad de tipo colectiva, o por autor anónimo, o por el
hecho propio, o por el hecho extraño, o por el hecho ajeno (Compagnucci), pero si se establece
quién fue el autor del daño, cesa la responsabilidad del jefe de familia.
Legitimados pasivos
Los responsables son los jefes de familia e inquilinos de la casa, aunque Trigo Represas dice que no
quedan de ninguna manera excluidos los propietarios, ni los solteros, ni los casados, ni los viudos
sin descendencia.
Pluralidad de responsables
RT 513
Existiendo pluralidad de “jefes de familia” en el mismo edificio pueden plantearse diferentes
situaciones jurídicas ya que no siempre es posible individualizar el lugar de donde se arrojó o cayó el
objeto y diferenciar el ámbito que ocupa cada grupo familiar, y ello arrastra como consecuencia que
todos son responsables.
Relacionando esto con lo dispuesto en el art. 1121 (pluralidad de jefes de familia), surgen 2
problemas a resolver: establecer si la norma es una excepción al principio de la solidaridad entre
copartícipes y determinar cuáles son las pautas para fijar la proporción de la parte que le
correspondería afrontar a cada uno.
Se ha dicho con razón que la parte final del artículo 1119 ofrece una hipótesis de responsabilidad
colectiva que requiere de la individualización del grupo dentro del cual se ubica al autor desconocido
o de donde proviene la cosa productora del daño. En estos casos, por razones que conciernen al
amparo de la víctima, es posible responsabilizar colectivamente a todos los integrantes del conjunto.
El claro fundamento del art. 1119 el principio protector de la víctima, que se aplica a los daños
causados colectivamente mediante técnicas de imputación colectiva que responsabilicen por la
pertenencia al grupo, aunque se desconozca la clase o medida de intervención de cada componente
en el daño conexo a la actividad grupal; hay entonces una acentuación de lo social en la atribución
de responsabilidad.
Se reitera que esta responsabilidad colectiva o anónima posibilita una justa solución reparadora del
daño que sufren los damnificados ajenos al accionar de los grupos si no es dable determinar su
autor, pues lo decisivo es que frente a las víctimas, totalmente extrañas a la conducta que provocara
las muertes, todos los que fueron protagonistas son responsables, pues los mismos coparticiparon
en la producción de las desgraciadas consecuencias, surgiendo una obligación mancomunada de
RT 514
reparar el daño. Se está frente a una categoría de responsabilidad colectiva, que se denomina de
"causalidad alternativa".
La misma se tipifica cuando se ha producido por una u otra persona del grupo o grupos, y no resulta
posible probar quién fue el autor del hecho. Y he aquí que en este caso de responsabilidad grupal el
hecho dañoso de uno o algunos de los integrantes del grupo hace responsable a todos, lo cual
encuentra sustento en la idea de solidaridad, inspirada en el posible criterio de proteger a quienes
necesitan como damnificados que se repare el daño.
La responsabilidad colectiva nace de la existencia de un autor anónimo del daño, donde los
miembros del grupo participan de la "comunidad de peligro" o de "riesgo", pero la misma no opera si
se ha demostrado por los demandados una causal de exclusión, cual es la justificación acabada de
que ninguno de ellos ha podido causar el daño, o sea que se requiere demostrar que el interesado
no participó en el grupo o demostrar quién fue el que realmente causó el daño".
Naturaleza y fundamentos
Para una parte de la doctrina se trata de una presunción iure et de iure de culpa (Llambías,etc), no
admitiendo prueba contraria.
Para otra parte más actualizada, se entiende que se trata de una “garantía” que permite a los
perjudicados lograr la indemnización de los daños sin quedar sometidos a prueba de la culpa.
Requisitos
Cosas: ya sean arrojadas o que cayeron, sean estas sólidas o líquidas. La víctima es quien debe
demostrar la vinculación causal entre el objeto y el perjuicio.
RT 515
Sujeto responsable: jefes de familia, titulares de la autoridad doméstica. Cuando se conoce quien fue
el que arrojó la cosa, se plantea la cuestión de establecer si el jefe de familia deja de ser
responsable o bien mantiene su carga. Algunos sostienen que la víctima puede optar por la acción
que más le beneficie, ya sea contra el jefe de familia o contra el autor.
Víctimas: son quienes circulan por la vía pública (calle o acera de circulación general).
Causales de exoneración
Genéricas: culpa de la víctima (art. 1111), caso fortuito o fuerza mayor (art. 513 y 514),y el hecho de
un tercero por quien no se responde.
Otras causas: cuando son varios los jefes de familia y alguno de ellos puede demostrar de donde
partió el objeto que causó el daño, sólo será responsable el que habite ese lugar.
No existe en nuestro derecho una norma que hable específicamente del tema de responsabilidad
colectiva.
RT 516
En el caso de faltar la prueba, cuando no es posible determinar cuál de varios individuos es el autor
de un daño que intrínsecamente reúne los requisitos necesarios para que sea resarcible. Esa
dificultad probatoria obstaculiza, por ende, la reconstrucción de la relación de causalidad.
Hoy, la reiteración de daños producidos por grupos de personas no individualizadas actuando en las
más diversas circunstancias y el concepto cada vez más generalizado de que no debe dejarse a la
víctima sin resarcimiento del daño sufrido.
Pluralidad de sujetos
RT 517
A) Intervención conjunta o común: cuando son varias las personas que cooperan a la producción del
mismo resultado dañoso, existe intervención conjunta o común en el acto ilícito, ya sea delito o
cuasidelito. Hay coautoria cuando los hechos que intervienen conciben en común la ejecución
conjunta de un hecho, sea de intención dolosa de causar un daño, sea de realizar actos imprudentes
de los que resulte a un tercero.
C) Intervención disyuntiva o alternativa: cuando el hecho aparece atribuirle a una u otra persona de
manera excluyente, la intervención es disyuntiva o alternativa. En este supuesto es imposible probar
la relación causal.
a) Una primera tesis presenta la responsabilidad colectiva como una prolongación de la teoría de la
personalidad moral. De acuerdo con ella, el grupo se encuentra obligado como una persona de
hecho, por que constituye una realidad sociológica que el derecho no puede desconocer. El grupo
demandado debería responder a ciertas condiciones de cohesión y de estabilidad que permitiesen
atribuirles ese embrión de personalidad.
Esta tesis es criticable, pues no en la calidad del grupo la que determina le régimen jurídico, sino una
circunstancia accidental, la imposibilidad de identificar al autor.
RT 518
B) Otra teoría da una explicación más sutil. Se refiere a los accidentes de caza, pero son
susceptibles de generalización. Los fusiles no han provocado materialmente el accidente pueden sin
embargo ser considerados como teniendo una intervención causal, pues, ¨ellos no han concurrido
menos por la simultaneidad de los disparos, a la desaparición de los medios de prueba que la
víctima hubiese tenido a su disposición ¨cada cazador es el autor del hecho que han producido la
confusión de los medios de prueba, llegando de hecho, a su total desapariciones.
C) Ripert propone imponer a todos los cazadores la prueba de que la intención de sus respectivos
fusiles ha sido pasiva, pues le corresponde al guardián demostrar que la cosa ha tenido una
intervención pasiva en el hecho dañoso.
Prueba de la participación de todos los autores posibles en la acción riesgosa de tal grupo, sea esta
ilícita o licita.
RT 519
VENTAJAS DE SU APLICACIÓN
No dejar sin reparación el daño sufrido por una víctima ajena a la acción de un grupo.
La repartición del daño entre todos los miembros del grupo menos pesada para todos de la carga
que, de otro modo, soportaría uno solo: la víctima.
En la doctrina tradicional, Lopez Cabana y Lloveras han adherido a las tesis de la responsabilidad
objetiva por riesgo como fundamento de la presunción de causalidad en los casos de la llamada
responsabilidad colectiva.
Refiriéndose al articulo 1119 CC, expresan los autores citados que en la situación fáctica allí
contemplada, frente a un grupo de individuos vinculados con el evento dañoso en virtud de habitar el
edificio desde el cual cayo o fue arrojada la cosa, se los hace responsables sobre la base de
presumirlos a todos los causantes del perjuicio, con prescindencia de cualquier investigación sobre
la culpa, el esquema es entonces de índole objetiva.
RT 520
En nuestra doctrina también se considera que la responsabilidad por los daños causados por un
miembro no identificado de un grupo determinado se halla perfectamente perfilada en los
presupuestos comunes del sistema unitario de la responsabilidad civil.
Conclusión:
Como aplicación a la teoría del riesgo creado, la responsabilidad colectiva nos presenta una
responsabilidad sin culpa. El deber de responder no nace de una culpa en la actuación de los
sujetos responsables que se vinculen directamente con el daño causado.
En la responsabilidad colectiva, el autor del daño no resulta individualizado, y por ello deben
responder todos los que participaron en el hecho o integraron simplemente el grupo donde se origino
el perjuicio.
Esta responsabilidad colectiva de carácter objetivo, halla fundamento en el riesgo creado por la
acción del grupo, sea esta lícita o ilícita. Todos los que integran el grupo contribuyen con su sola
participación en él a crear el riesgo que se traduce en el daño anónimo a un tercero.
RT 521
Corresponde analizar el articulo 95 del Código Penal y el artículo 1119 del Código Civil. La primera
de esas disposiciones inserta la operatividad de aquella noción en la temática civil por una vía
indirecta.
Supónganse la hipótesis de que, en sede penal, más de dos personas intervinientes en una riña o
agresión son tenidas por autoras y, por ende, condenadas por la muerte de la víctima o las lesiones
a que alude el artículo 95 del Código Penal, sólo por haber ejercido violencia sobre el ofendido, pues
no ha podido ser identificado al autor material del hecho.
Tal sentencia hace cosa juzgada en el fuero civil, tanto sobre la existencia del hecho principal que
constituye el delito como sobre la culpa de los condenados (art. 1102 Cód. Civ.), razón por la que
ninguno de los partícipes en la riña o agresión podrá argüir útilmente no haber sido el autor de la
muerte o de las lesiones.
De ahí que todos los condenados en el juicio criminal queden sujetos a la obligación de indemnizar
el daño producido, aunque no se haya probado a quién corresponde la autoría del delito.
Los demás incriminados sólo tienen ante sí el cuarto elemento del ilícito civil: el daño, que se verán
obligados a reparar quizás en ausencia, no sólo de culpa o de dolo, sino también sin que medie
conexión causal entre la violencia que hayan ejercido sobre la víctima y las lesiones o la muerte
sobrevenidas.
RT 522
Es así como, por virtualidad de la cosa juzgada criminal sobre la sentencia civil, se introduce —en el
caso específico del artículo 95 del Código Penal— la responsabilidad colectiva en el Derecho
común. Cabe advertir, en cuanto a ese precepto del Código Penal, que la reparación del daño,
cuando es ordenada en virtud de su artículo 29, inciso I-, comporta una obligación solidaria entre
todos los responsables del delito (art. 31, Cód. cit.).
El artículo 1119 del Código Civil consagra en forma clara —aunque inadvertida por la doctrina
clásica— la viabilidad de la responsabilidad colectiva en el ámbito jurídico privado.
Está fuera de duda que cuando se acredita que "el daño causado a los que transiten, por cosas
arrojadas a la calle, o en terreno ajeno, o en terreno propio sujeto a servidumbre de tránsito, o por
cosas suspendidas o puestas de un modo peligroso que lleguen a caer" proviene del hecho de
alguno de los moradores a quien se identificó, o por los dependientes de los padres de familia
aludidos en el artículo, la responsabilidad está regida por el juego de los principios comunes (arts.
1113, párr. le ,y 1114, Cód. Civ.).
El problema consiste en dilucidar cuál es el factor sobre cuya base cabe responsabilizar a "todos del
daño causado" si "dos o más son los que habitan la casa, y se ignora la habitación de donde
procede" la cosa productora del perjuicio.
El artículo 1119 del Código Civil, frente a un grupo de individuos vinculados con el evento dañoso en
virtud de habitar el edificio desde el cual cayó o fue arrojada la cosa, los hace responsables sobre la
base de presumirlos a todos causantes del perjuicio, con prescindencia de cualquier investigación
sobre la culpa: el esquema es, entonces, de índole objetiva.
Para liberarse de responsabilidad, los habitantes deben acreditar que alguien en particular es el
causante del daño ("si se supiere cuál fue el que arrojó la cosa, él solo será responsable"), con lo
cual destruyen la presunción de causalidad a nivel de autoría establecida por el Código —que
alcanza al conjunto— mediante la comprobación de un nexo causal diferente, que relaciona al hecho
RT 523
de ese individuo identificado con el perjuicio producido. Asimismo, la presunción queda desvirtuada
si se acredita que sólo alguno de los individuos es el dueño o guardián de la cosa que origina el
daño (art. 1113, Cód. Cív.), supuesto en el cual la responsabilidad le es adjudicada exclusivamente.
En ambos casos ha sido demostrada una causalidad diversa a la presumida.
Para Alterini, el riesgo fundamenta esta responsabilidad, aun cuando pueda ser argumentada,
forzando los conceptos, la existencia de una culpa que seria previa a la producción del daño y no
coetánea con él, consistente —en el caso— en vivir en el inmueble, con un vecino desaprensivo. La
culpa así concebida carece de sustento para generar responsabilidad, pues no adecúa a los
términos del artículo 512 del Código Civil.
Ausencia de solidaridad
El artículo 1121 del Código Civil, que repudia la solidaridad, resulta aplicable al supuesto de
responsabilidad colectiva del articulo 1119.
Quienes deben reparar el daño causado de modo colectivo no responden solidariamente sino en la
"proporción a la parte que tuvieren" (art. 1121, Cód. Civ.)
La ley no dice a qué proporción alude pero, en el caso de responsabilidad colectiva, atenta su
singularidad en cuanto a la razón de ser del resarcimiento, debe entenderse que la indemnización ha
de ser dividida en partes iguales entre todos (art. 691, Cód. Civ.).
Esta división igualitaria alcanza tanto a quienes se les imputa el daño colectivo, no habiendo
intervenido en su producción, como a quien o quienes —por hecho propio o por ser dueño o
guardián de la cosa— son responsables del perjuicio causado.
RT 524
El C.C dividió la responsabilidad por el hecho de las cosas entre las animadas (animales) y las
inanimadas.
En cuanto a los animales, se tomaron los antecedentes del DR y la antigua legislación española.
Por las cosas inanimadas, la ley 17711 produjo un gran cambio en el sistema original, haciendo al
art. 1113 el eje de este tipo de responsabilidad.
Antecedentes históricos
Leyes de Manú: multas a propietarios de animales que causaban daños e incluso llegaron a castigar
a los mismos animales.
El D. Romano diferenciaba los actos en que los animales actuaban como herramienta del hombre,
de aquellos daños causados por un animal que actuaba con autonomía.
Así se estableció la actio de pauperie que se otorgaba ante el perjuicio causado sin culpa.
La lesión debía ser producida por un cuadrúpedo doméstico y que además hubiera actuado contra
las costumbres de su especie.
Otra acción por el doble del daño era la actio de pasto pecorum, por daños ocasionados por
animales que pastaran en terreno ajeno.
Los daños producidos por los mansos debían pagarse o entregar el animal.
Con los feroces, la pena era del doble del perjuicio ya que las bestias bravas debían permanecer
presas para no hacer daño a nadie.
RT 525
El art. 1124 establece “El propietario de un animal, doméstico o feroz, es responsable del daño que
causare. La misma responsabilidad pesa sobre la persona a la cual se hubiere mandado el animal
para servirse de él, salvo su recurso contra el propietario.”
Pero si el animal dañador es feroz, la responsabilidad tiene un carácter objetivo que exige la
demostración de la causa ajena para exonerarse.
Los daños pueden ser a las personas o a las cosas (incluidos otros animales) y surge de ellos el
deber de resarcir.
Fundamentos
Si es un animal feroz, el fundamento está dado en el riesgo creado (objetivo), ya que la ley impide al
obligado salvar su responsabilidad con la sola prueba de una buena diligencia.
De ahí la "benignidad" ante el propietario o guardador de un animal doméstico que daña -supuesto
excepcional-, y la "rigurosidad" ante el daño originado por los feroces o violentos. En el primer caso
acepta que el eventual responsable se libere con la prueba de la "no culpa", del cuidado puesto en la
guarda; en el segundo, imputando la creación de riesgo, no acepta la liberación con base en
cuidados y exige, a esos fines, la eximición de responsabilidad, la prueba del "hecho ajeno", ya sea
de la víctima o de un tercero.
RT 526
Responsables
Entre los legitimados pasivos, el primer responsable es el dueño (art. 1124). Se presume que quien
tenga el animal es el dueño, y aunque se encuentre en guarda de sus dependientes, éste sigue
siendo responsable.
Otro posible responsable es el guardián, que es a quien se hubiese mandado el animal para servirse
de él.
Una parte de la doctrina opina que ambos sujetos son responsables en forma acumulativa o
indistinta, pues el desplazamiento de la guarda no exonera al propietario, y así se asegura mayor
protección al damnificado. (Borda, Spota, Mosset Iturraspe).
Otra corriente, mayoritaria, (Trigo Represas, Compagnucci, Llambías, Salvat, etc.) dice que la
responsabilidad es excluyente. Si el propietario pierde el carácter de guardián, solo éste queda para
asumir la carga de los daños ya que es quien puede controlar y vigilar al animal, y por ende se
transforma en el único responsable.
Salvajes o no, son calificados como res nullius. Por ej. Daño sufrido por un cazador de pumas. La
responsabilidad no puede imputarse a nadie, puesto que no hay dueño ni guardián. Pero,
¿qué acontece con los animales, como los perros, vagabundos en pueblos y ciudades -no en la
selva-, cuando causan un daño -muerden en un ataque de rabia, por ejemplo-? En semejante
hipótesis aparece como responsable quien debe procurar la "seguridad ciudadana", la municipalidad,
cuyo control sobre tales animales es indudable.
RT 527
Cabe distinguir, así mismo, el daño causado por el animal del daño originado en el hecho del
hombre usando o empleando animales. Por ejemplo, dueño que provoca o azuza a su animal para
que ataque, o bien que embiste a otra persona con el caballo que monta, etcétera. En tales casos el
animal es un "medio", como otro cualquiera –aunque animado-, para perjudicar.
Acciones recursorias
El guardián que afronta la indemnización tiene acción de recurso contra el dueño para reclamarle la
suma que pagó. Para ello deberá probar que el propietario obró con culpa al no darle aviso y
atención sobre los hábitos extraños del animal o sus vicios o defectos.
Asimismo podrá recurrir contra el tercero que excitó al animal y fue culpable en el hecho dañoso. En
todo caso, el guardián deberá cargar con la prueba.
Eximentes
RT 528
Daños entre animales
Será responsable el dueño del animal dañador y deberá indemnizar al dueño del otro animal, pero si
el animal ofendido provocó al ofensor, el dueño de aquel no tendrá derecho a indemnización alguna
(art. 1130).
En el punto anterior, dije que el C.C dividió la responsabilidad por el hecho de las cosas entre las
animadas (animales) y las inanimadas.
Por las cosas inanimadas, la ley 17711 produjo un gran cambio en el sistema original, haciendo al
art. 1113 el eje de este tipo de responsabilidad.
La obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que causaren los que están bajo
su dependencia, o por las cosas de que se sirve, o que tiene a su cuidado.
Y los supuestos especiales estaban dados en los derogados arts. 1133 y 1134.
Art. 1133. (Derogado por ley 17.711.) Cuando de cualquier cosa inanimada resultare daño a alguno,
su dueño responderá de la indemnización, si no prueba que de su parte no hubo culpa, como en los
casos siguientes:
RT 529
1. Caídas de edificios o de construcciones en general, en el todo o parte.
7. Obras nuevas de cualquiera especie, aunque sea en lugar público y con licencia, si causaren
perjuicio.
Art. 1134. (Derogado por ley 17.711.) Tiene lugar la indemnización del daño causado por ruina de
edificio, probándose que hubo negligencia de parte de su dueño, o de su representante, en hacer las
reparaciones necesarias, o en tomar precauciones oportunas, aunque la ruina provenga de vicio en
la construcción.
En resumen. Antes de la reforma, en los daños causados por el hombre con las cosas, se aplicaba
el art. 1109 y la víctima debía siempre demostrar la culpa del demandado, pero si el daño era
ocasionado por las cosas, jugaba una presunción de culpa (artr. 1133 contra el dueño o el guardián
(art. 1113), que éstos debían destruir mediante la prueba contraria.
Criterios para diferenciar “hecho del hombre” con daño causado “por las cosas”.
RT 530
Cosas viciosas: a fines del siglo XIX se distinguían las cosas viciosas (posibles de causar daño), de
las que no lo eran. Si era una cosa viciosa, el daño se entendía que era causado por la cosa, y si no
era un hecho del hombre.
Cosas peligrosas: Ripert. Este distingo fue desechado posteriormente y señalaba que una cosa era
peligrosa cuando estaba cercana a dañar (juzgamiento a priori). Hoy importa más la manipulación
que se haga de la cosa que la calidad intrínseca de la misma.
Cosas que merecen guarda: había cosas que debían ser guardadas y oras que no. Si había culpa en
la guarda, se consideraba que el daño era causado “por las cosas”.
Intervención activa de las cosas: cuando la cosa juega un papel preponderante en ocasionar el
daño.
Esta ley deroga los arts. 1133 y 1134 y agrega 2 párrafos al art. 1113.
1113. La obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que causaren los que
están bajo su dependencia, o por las cosas de que se sirve, o que tiene a su cuidado.
[En los supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o guardián, para eximirse de
responsabilidad, deberá demostrar que de su parte no hubo culpa; pero si el daño hubiere sido
causado por el riesgo o vicio de la cosa, sólo se eximirá total o parcialmente de responsabilidad
acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder.
RT 531
Si la cosa hubiese sido usada contra la voluntad expresa o presunta del dueño o guardián, no será
responsable.] (Párrafos agregados por ley 17.711.)
Ahora la ley diferencia a los daños causados “con las cosas” de los ocasionados “por el riesgo o
vicio de las cosas”. En el primer caso, para exonerarse de responder debe probarse la falta de culpa,
en el segundo, hay que demostrar la “causa ajena”, o ruptura del nexo causal.
Contemplada en la primera parte del párrafo agregado post reforma. El propietario o guardián debe
responder siempre, a no ser que pueda demostrar ausencia de culpabilidad.
La mayoría de la doctrina entendió que el daño con la cosa se ajusta a la antigua denominación de
“hecho del hombre”, o sea que se produce cuando alguien utiliza un objeto y el mismo le sirve como
medio para causar daño. (Ej. Golpe dado a una persona con un bastón). Según ese criterio, cada
vez que un objeto usado por el hombre causara un daño a un tercero, habría una presunción de
culpa contra el responsable.
Otra parte de la doctrina entiende que los “daños con la cosa” son aquellos de los cuales se puede
inferir una cierta intervención autónoma y activa de las cosas que merecen guarda y una relación
causal adecuada entre ese accionar y el daño.
Riesgo significa proximidad de sufrir o causar un daño. Vicio implica que algo es de mala calidad y
tiene un defecto que lo hace impropio para cumplir su propio destino. De allí surgen las tesis de la
unidad y de la dualidad.
Tesis te la unidad: corriente que indica que el riesgo de la cosa resulta omnicomprensivo de todo
supuesto en que el objeto ha incrementado, por acción del hombre, su potencialidad de daño. Así, la
víctima, para lograr el resarcimiento deberá demostrar el nexo causal entre el riesgo creado y el
daño acaecido.
RT 532
Tesis de la dualidad: considera que se está ante dos casos diferentes. Uno dado por la creación del
riesgo en virtud de los medios usados o la actividad desarrollada. Aquí no interviene la culpa.
En el otro caso, o sea el vicio existiría siempre en el fondo una culpabilidad que se atribuye al
propietario o guardián, o al constructor del objeto deficiente.
RT 533
BOLILLA 26 RESPONSABILIDADES ESPECIALES
Los automotores son cosas, y como tales, deben encuadrarse en lo dispuesto en el art. 1113.
Según este artículo, los daños pueden ser ocasionados “con la cosa” o por el “riesgo o vicio de la
cosa”.
Habrá que ubicar estos casos entre los producidos por el riesgo o vicio de la cosa, donde se hace
más rígida la responsabilidad y son más escasos los eximentes.
Concepto—. Conforme al artículo 64 de la ley 24.449, "se considera accidente de tránsito a todo
hecho que produzca daño en personas o cosas como consecuencia de la circulación", abarcándose
"la circulación de personas, animales y vehículos terrestres en la vía pública, y a las actividades
vinculadas con el transporte, los vehículos, las personas, las concesiones viales, la estructura vial y
el medio ambiente, en cuento fueren concausa del tránsito", con exclusión de los ferrocarriles.
Antes de la reforma introducida por la ley 17.711 a ese texto legal, la jurisprudencia sostenía el
afinamiento del concepto de culpa, y aplicaba la disposición de la ley 13.893 según la cual el
conductor debía conservar en todo momento el pleno dominio del rodado. Como se ha visto, esa
exigencia de una conducta especialmente diligente aproximaba la causal de liberación del conductor
RT 534
al caso fortuito; y, por ello, se ha podido afirmar que, antes de dicha reforma, la jurisprudencia había
incorporado por su cuenta la teoría del riesgo (BORDA).
El peatón estaba prácticamente inerme ante este peligro que constantemente lo acecha. Desde el
punto de vista de la responsabilidad civil, no estaba debidamente protegido por textos que, como los
de nuestro Código, no fueron pensados en función de este problema, inexistente a la época de su
sanción. Pero el art. 1113 reformado ha resuelto el problema estableciendo la responsabilidad
objetiva por los daños ocasionados por las cosas riesgosas o peligrosas, como es el automóvil.
En relación a los accidentes de tránsito, es necesario distinguir dos hipótesis, en que la cuestión de
la responsabilidad debe resolverse sobre bases distintas: el caso de que la víctima sea un peatón y
el supuesto de que el accidente haya resultado de la colisión de dos automóviles.
Era principio admitido en forma prácticamente unánime por nuestra jurisprudencia, que la víctima de
un accidente de tránsito debía probar la culpa del conductor del vehículo agresor si pretendía ser
indemnizada.
RT 535
Esta solución se fundaba en una razón legal elemental: la responsabilidad del conductor no tenía en
nuestro derecho otro fundamento que el art. 1109 del C.C.
Sin culpa probada no había indemnización. Pero este sistema, que sin duda era el del Código, no se
compaginaba con la realidad actual.
La reparación de los daños sufridos por los peatones no puede ya juzgarse a la luz de la culpa
aquiliana.
Lo cierto es que los automovilistas crean un riesgo constante para los peatones; y es enteramente
justo que si ellos gozan y aprovechan económicamente de la máquina que conducen, respondan
luego por los daños derivados de la cosa peligrosa que ponen en circulación. Por otra parte, el
contacto permanente con el peligro, hace que los peatones descuiden muchas veces las
precauciones que sería razonable adoptar, y no es justo que un descuido común, propio del
acostumbramiento con el peligro, lo prive de su derecho a la indemnización.
Esta evolución comenzó declarando que en materia de accidentes de tránsito es necesario afinar la
apreciación de la culpa del conductor, que la más leve negligencia o culpa es bastante para hacer
lugar a la acción de daños y perjuicios. Esto permitió admitir cualquier indicio, cualquier prueba, por
débil que sea, como suficiente para tener por acreditada la culpa del conductor.
Pero los tribunales fueron más lejos: declararon que el conductor de una máquina peligrosa como es
el automóvil, debe tener en todo momento el control de su vehículo, de modo de poder detenerlo
cuando se presenta una de las frecuentes contingencias del tránsito, para evitar daños a terceros;
importando la omisión de tal deber de vigilancia, culpa suficiente para hacer lugar a la acción.
Aquí ya la presunción de culpa del conductor, derivada del accidente en sí mismo, es neta: si el
accidente se produjo es porque el conductor faltó al deber de vigilancia que le imponía estar en
condiciones de detener en cualquier momento el vehículo. En sentido concordante se ha resuelto
que la velocidad del automóvil es excesiva cuando no permite detenerlo en el momento oportuno.
Por consiguiente, desde el momento que el accidente se produjo, ello significa que la velocidad ha
sido excesiva.
RT 536
Hoy estas soluciones jurisprudenciales han recibido consagración legal, puesto que el art. 1113 (ref.
por ley 17771 ) ha consagrado la teoría del riesgo creado al prescribir que tratándose del daño
ocasionado por una cosa riesgosa o viciosa, el dueño o guardián sólo se libera de responsabilidad
probando la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder.
Más aún: los tribunales absuelven a los peatones de su culpa leve y no por existir ella rechazan su
demanda de daños y perjuicios; pues se ha declarado que no cabe exigirles igual atención que al
conductor del automóvil, por ser distintas las consecuencias que para terceros pueden derivar de
una omisión culposa, por lo que, en ciertas circunstancias, la atención del conductor debe suplir la
del peatón.
Este sistema legal y jurisprudencial se completa con una serie de presunciones de culpa, algunas
legales, otras pretorianas, que estudiaremos a continuación.
RT 537
a) Cruce de calles.— El peatón tiene en las zonas urbanas prioridad de paso en las sendas de
seguridad señaladas en la calle; si no existiera señalamiento, se considerará zona reservada para el
peatón la parte de la calzada que prolonga la acera en sentido longitudinal. En todo accidente
producido en dicha zona se presume la culpa del conductor (art. 64).
La prioridad de paso del peatón cesa si los vehículos tienen vía libre por indicación del agente de
tránsito o de los aparatos mecánicos de señales.
¿Qué ocurre si el peatón cruza la calle a mitad de cuadra, o, mejor dicho, fuera de la zona que le
está reservada para el cruce? Sin duda hay culpa de su parte, pues no se sujetó a la reglamentación
que prescribe el cruce por las esquinas. Pero la jurisprudencia se inclina a considerar que también
media culpa concurrente del conductor del automóvil que lo embistió, pues éste, a su vez, ha omitido
su obligación de tener en todo momento el contralor de su vehículo.
b) Velocidad.— La ley 24449 considera límites a la velocidad máxima en las zonas urbanas, en
zonas rurales, en autopistas, en la proximidad de establecimientos deportivos o con gran afluencia
de gente, etc.
Pero sería un error creer que la observancia de los límites legales exime de responsabilidad al
conductor; ello permitiría arribar a la conclusión de que el conductor, mientras observe los límites
legales de velocidad, no está obligado a detener el vehículo si se cruza un peatón, porque de todas
maneras el respeto de aquellos límites lo pondría fuera del alcance de todo eventual
responsabilidad.
La jurisprudencia ha resuelto que en los accidentes de que son víctimas los peatones, la velocidad
debe considerarse excesiva cuando no ha permitido detener oportunamente el vehículo. En sentido
concordante, se ha resuelto que una velocidad inferior a la máxima reglamentaria puede ser
imprudente cuando las circunstancias imponen una mayor lentitud, como ocurre si era lógico
extremar las precauciones por falta de visibilidad o por encontrarse húmedo el pavimento o debido a
la presencia de menores que salían de un colegio.
RT 538
La velocidad (aunque siempre dentro de límites razonables) no es causa de imputación si se trata de
una ambulancia o autobomba, siempre que haga las señales sonoras características y vaya a
prestar servicio y no sea de vuelta de él.
c) Luces.— El uso de luces de largo alcance sólo está permitido en las zonas rurales y en las zonas
urbanas deberá usarse la luz de alcance medio. El conductor que omite cumplir esta regla incurre en
culpa.
PRESUNCIONES JURISPRUDENCIALES
a) Contramano.— Se presume la culpa del conductor que marcha a contramano; es natural, pues se
trata de una contravención gravísima que lógicamente debe tomar desprevenido al peatón. Esta
presunción no queda destruida por el hecho de que el vehículo fuera a marcha moderada.
b) Marcha atrás.— Debe presumirse la culpa del conductor que dio marcha atrás, pues se trata de
una maniobra generalmente imprevisible, para efectuar la cual es necesario adoptar todas las
precauciones tendientes a evitar daños a terceros, tanto más, si se trata de una calle de tránsito
intenso o si había menores en las proximidades.
c) Falta de registro habilitante.— Se presume la culpa del conductor si carece de registro habilitante,
pues ello constituye un fuerte indicio de que se carece de la destreza o la experiencia necesaria para
sortear las dificultades de un tránsito intenso. Claro está que cabe prueba en contrario, la que
deberá demostrar que el accidente se debió a culpa de la víctima.
RT 539
d) Omisión de toques de bocina o de señales con la luz.— Se presume la culpa del conductor que ha
omitido los toques de bocina o las señales de luz para prevenir el peligro al peatón; bien entendido
que haber hecho dichas señales no basta para excluir su responsabilidad.
e) Mal estado del vehículo.— Se presume la culpa del conductor de un vehículo que está en mal
estado, particularmente si sus frenos son deficientes o no lleva las luces reglamentarias.
f) Maniobras sorpresivas.— Se presume la culpa del conductor que realiza maniobras sorpresivas o
audaces o bruscas.
g) Accidentes ocurridos en lugares reservados para los peatones.— Se presume la culpa del
conductor si el accidente se produjo en circunstancias en que el peatón se hallaba en lugares que le
están reservados, tales como veredas o refugios.
Algunos fallos han declarado que la prueba de la culpa exclusiva de alguno de los conductores
puede hacerse en el mismo juicio en que la víctima demanda de ambos la reparación; otros, por el
contrario, han decidido que este problema es ajeno a dicho juicio y que debe ventilarse entre ambos
conductores (o sus principales o los dueños de los vehículos) en juicio aparte. Adherimos a la
primera doctrina; y recordamos en apoyo de esa opinión lo dicho por la Sala A de la Cámara Civil de
la Capital, que luego de insistir en el principio de que la víctima no tiene porqué investigar la
mecánica del accidente y puede dirigir su acción contra cualquiera de los conductores, ello no ata las
manos a la justicia para decidir bien la causa si se demuestra la culpa exclusiva de uno de ellos.
RT 540
RESPONSABILIDAD DEL PROPIETARIO DEL VEHÍCULO.
que la cosa ha sido usada en contra de la voluntad expresa o presunta del dueño.
Ocurre con mucha frecuencia que el vendedor de un automóvil no inscribe la transferencia del
dominio a nombre del comprador, pero en cambio hace la tradición del vehículo y recibe el pago del
precio. Supongamos que el comprador provoca un daño a terceros con el vehículo. Ninguna duda
cabe de que el comprador y poseedor del vehículo es responsable. ¿Pero responde también el
vendedor que se ha desprendido de la guarda del automóvil al hacer la tradición?.
Pero conforme con lo dispuesto por dicha ley, el vendedor que no ha registrado la transferencia,
para eximirse de responsabilidad, debe comunicar al Registro del Automotor, que ha transferido la
propiedad. No obstante ello, algunas Salas de la Cámara Civil de la Capital han resuelto que la
RT 541
comunicación al Registro es una prueba suficiente pero no necesaria, de modo que si la
transferencia se acredita suficientemente de otro modo, el que transfirió el vehículo, queda
exonerado de responsabilidad; otros tribunales, en cambio, han ajustado sus decisiones a lo
preceptuado por la ley 22977. Este ha sido el criterio segundo por la Cámara Civil de la Capital
reunida en tribunal plenario.
Cuando el daño lo sufre un peatón, el juzgamiento del automovilista debe ser aún más estricto dada
la situación de desamparo e inferioridad de condiciones en que se encuentran los peatones.
A veces la acción de la víctima puede llevar a considerar que hubo concurrencia de culpabilidad, o
bien llegarse a excluir la responsabilidad del reclamado. No obstante, el automovilista debe
conservar en todos los casos el pleno dominio del coche y hacer todo lo posible para evitar la
colisión. No sería posible alegar que el peatón cruzó con luz verde, o distraído, etc.
Hasta el año 1986 cuando 2 vehículos se embestían, era unánime la jurisprudencia que entendía
que el hecho debía juzgarse según el art. 1109 CC ya que se producía una especie de
“neutralización” del riesgo y el análisis se basaba en la culpabilidad de cada conductor.
Pero en ese año, la SC de la Pcia de Bs As dictó un fallo apartándose de ese criterio y resolviendo
que en ese supuesto, cada uno de los conductores (y propietarios) responde por los daños
ocasionados al otro, y debe ser analizada y considerada a la luz de “presunciones de
responsabilidad o causalidad”, y por lo tanto corresponde aplicar la tesis del riesgo creado, salvo que
se pruebe alguna de las eximentes del art. 1113, o sea, la culpa de la víctima o de un tercero por el
cual no se debe responder. Poco tiempo después, la Corte Suprema Nacional adhirió a ese criterio,
que hoy está imperante en todos los tribunales del país.
Este principio no es aplicable cuando es uno solo de los vehículos el dañado, o bien cuando se trata
de vehículos de diferente entidad y porte, ya que la peligrosidad se mide en función de la masa que
ocupa cada uno y del riesgo que encierra.
RT 542
CARÁCTER DE LAS PRESUNCIONES LEGALES.
Las presunciones legales de culpa no tienen carácter absoluto, sino iuris tantum, de modo que
pueden ser destruidas por prueba en contrario que demuestre la culpa concurrente o exclusiva del
damnificado. Basta considerar que en un mismo caso suelen jugar presunciones opuestas (por
ejemplo, un vehículo tiene prioridad de paso pero marcha a velocidad excesiva), para llegar a la
inevitable conclusión que ellas tienen carácter relativo y que el juez debe apreciar prudentemente las
circunstancias del caso para decidir el problema de la culpabilidad.
IMPORTANCIA DE LA CUESTIÓN
La tendencia a ampliar cada vez más el círculo de responsables, no está exenta de inconvenientes.
Se ha señalado que esa tendencia conduce a elevar desmedidamente los costos de los seguros
contra la responsabilidad civil, a que tales seguros entren en crisis y a que haya numerosos rubros
que las compañías se nieguen ya a asegurar, con lo cual muchas víctimas dejarán de obtener la
indemnización de los perjuicios sufridos.
RT 543
Pero estas críticas no han podido detener la tendencia universal a extender cada vez más la
responsabilidad por daños al consumidor, que una razón de justicia impone.
Por productos elaborados deben entenderse todos los bienes muebles de consumo, tales como
alimentos, medicamentos, electrodomésticos, automóviles, etc.
LA LEY 24.240.
Tal como fue promulgada, la ley 24.240 de defensa del consumidor y del usuario, no atiende a la
nueva realidad económica y social planteada, ya que ha sido vetada en sus aspectos mas
esenciales, tomándose una ley prácticamente ineficaz.
La parte vetada establecía la responsabilidad objetiva del fabricante, del importador, del distribuidor,
del proveedor y de quien hubiese puesto su marca en la cosa o servicio.
De esta manera se otorgaba una mayor protección a la victima, al quedar relevada de la difícil
prueba de la culpa, y al mismo tiempo permitía demandar en forma indistinta tanto al fabricante
como a los demás integrantes de la cadena de comercialización de los productos, sin perjuicio de las
acciones de regreso entre los coobligados.
Vetada esa parte de la ley, queda nuevamente sin resolver la compleja problemática de los daños
provocados por productos elaborados, lo cual constituye, además, un grave retroceso en la
evolución que lentamente había experimentado la doctrina en esta materia.
RT 544
No obstante, es conveniente efectuar algunas precisiones terminológicas en cuanto a que se debe
entender por producto elaborado y que significa defecto.
Tampoco es necesario que los productos sean fabricados en serie, sino que puede tratarse de
productos elaborados en forma artesanal.
Por ultimo, pueden ser bienes inmuebles, aun citando algunas legislaciones limitan esta categoría a
los bienes muebles cuando están incorporados a un inmueble. Por nuestra parte, entendemos que
no hay razón alguna para excluirlos, teniendo presente lo dispuesto por el art. 1º, inc. c, de la ley
24.240, y la finalidad teleológica de esta norma, que es la de proteger a los consumidores.
RT 545
Por producto defectuoso, se entiende que es el que no ofrece la seguridad que legítimamente puede
esperarse. El carácter defectuoso de un producto no se identifica exclusivamente con su falta de
aptitud para el uso previsto (vicio redhibitorio), sino más bien con la seguridad que el consumidor
puede esperar. Un producto puede cumplir adecuadamente su función y, sin embargo, ser
defectuoso; es lo que sucede con ciertos medicamentos que, aunque eficaces o elaborados de
acuerdo con las especificaciones técnicas, no informan la forma correcta de uso, los efectos
colaterales, etc., lo cual puede generar un daño a quien lo ingiere.
Entre las causas más comunes que hacen que un producto sea defectuoso, pueden citarse:
a) DEFECTOS DE DISEÑO. Son aquellos que afectan las características del producto como
consecuencia de un error en su concepción (elección de un material inadecuado).
RT 546
Asume de este modo un deber de seguridad sobre la base de las reglas de la buena fe que
consagra el art. 1198 del C.C, que obliga al contratante no solo a lo que este expresamente
establecido, sino a todo lo que las partes pudieron entender obrando con cuidado y previsión.
Se advierte aquí las importantes diferencias que existen con respecto a los vicios redhibitorios.
Mientras la responsabilidad por vicios redhibitorios rige exclusivamente en el caso de los vicios
ocultos que afecten la cosa en si misma, y por lo tanto no cubre los daños a las personas (salvo que
se pruebe la culpa o dolo), la obligación de seguridad comprende todo tipo de vicio —redhibitorio o
no—, tales como defecto de fabricación, falta de información, etc., e incluye el daño extrínseco.
"Las cosas y servicios deben ser suministrados o prestados en forma tal que, utilizados en
condiciones previsibles o normales de uso, no presenten peligro alguno para la salud o integridad
física de los consumidores o usuarios". La C.N, reformada en 1994, ratifica en igual sentido ese
derecho en el art. 42.
El problema estriba en que el consumidor no se vincula directamente con el fabricante, sino a través
de otros intermediarios, lo que impide que esta obligación de seguridad debida por el fabricante
alcance a terceros no contratantes.
Sin embargo, este obstáculo puede en algunos casos ser sorteado mediante los arts. 7° y 8°,
relativos a la oferta y publicidad.
En el nuevo texto legal, la publicidad cumple una función de oferta contractual, y como tal vincula a
quien la formula en los mismos términos manifestados en la publicidad. De manera que cuando el
fabricante ofrece sus productos valiéndose de la publicidad queda directamente obligado
(contractualmente) hacia el consumidor, habida cuenta de la confianza que este deposita en los
datos consignados públicamente desde la oferta misma.
RT 547
A su vez, la doctrina contractualista entiende que la victima tiene una acción contractual contra el
fabricante, fundada básicamente en que las nuevas modalidades de fabricación y comercialización
conforman una estructura contractual plurilateral integrada por una sucesión de contratos con el
objetivo de que los productos lleguen al consumidor. Coincidimos con quienes sostienen que la
cadena de contratos de compraventa, que comienza en el fabricante y termina en el consumidor, por
pretender la colocación o salida de las mercaderías, tiene un fin unitario que priva de autonomía a
los contratos intermedios, de modo que las consecuencias naturales del contrato que arranca del
fabricante es lógico y legal que recaigan sobre este, y que puedan hacer efectivas esas
consecuencias no solo quienes le compren directamente a el, sino el ultimo comprador, o sea el
consumidor.
Quienes emplazan la cuestión en el ámbito extracontractual se fundan en que el art. 1113 establece
la responsabilidad objetiva por el riesgo o vicio de la cosa.
El fabricante es responsable de los daños que causan los productos defectuosos y que pone en
circulación en el mercado en tanto estos puedan ser generadores de riesgos, siendo ello suficiente
para imputar responsabilidad objetiva a quien por un lado los crea y por otro los aprovecha o utiliza
en su interés, obteniendo beneficios económicos. Como lo hemos explicado, el fundamento no es ya
la negligencia en la conducta, sino que el daño que jurídicamente se le imputa se produce en el
área, círculo o esfera que constituye su propio riesgo. Por eso se afirma que la responsabilidad por
riesgo —y de ahí su carácter objetivo— implica una responsabilidad por esferas o áreas y no por
conductas.
El problema que presenta esta postura es que el art. 1113, parr. 2°, solamente podría ser aplicado
con relación a las personas que menciona dicha norma, es decir, al dueño o guardián de la cosa;
pero en el momento de producirse el daño, el fabricante ya ha dejado de serlo por haberse
desprendido de ella. No obstante, constituye actualmente la postura mayoritaria.
Una postura minoritaria emplaza la cuestión en el ámbito del art. 1109 del Cod. Civil, pero, dada la
dificultad de la victima en probar la culpa, recurre a las presunciones, invirtiendo la carga de la
RT 548
prueba. La ocurrencia del daño crea una presunción de culpa del fabricante, quien para liberarse de
responsabilidad puede acreditar su falta de culpa.
El elevado grado de tecnificación de los productos, su fabricación y consumo masivo, las agresivas
técnicas publicitarias que inducen al consumo, la deficiente información acerca de las características
y riesgos de los productos, etc., han contribuido a que los daños por productos elaborados sean
cada vez mas frecuentes.
Se suma a ello la estructura atomizada de los procesos de fabricación y comercialización, que hace
que los productos sean el resultado de la actividad de varios fabricantes distintos (elaboración,
fraccionamiento, etiquetado, etc.) y que luego sean colocados en el mercado a través de diversos
canales (importador, distribuidor, etc.), que distorsionan cada vez mas la relación productor-
consumidor.
Aparecen así en escena algunas empresas subordinadas y vinculadas entre si con la finalidad de
defraudar o limitar su responsabilidad; que operan como pantalla protectora para evitar la relación
directa entre el fabricante y el tercero adquirente; que impiden hacer efectiva la responsabilidad
RT 549
contractual de quienes realmente se encuentran detrás de los sujetos que se interponen. Se logra de
esta manera minimizar los riesgos empresarios, que por esta vía son desplazados hacia el
consumidor.
Frente a este panorama, nuestro derecho, anclado todavía en presupuestos individuales impuestos
por el liberalismo económico y jurídico, ha demostrado su insuficiencia y disfuncionalidad para poder
atender a esta problemática.
El esquema de nuestro Código Civil, estructurado sobre la base de la culpa como presupuesto de la
responsabilidad civil, ha resultado inadecuado dada la dificultad que encuentra el damnificado para
probar la culpa del fabricante.
Por otro lado, dadas las nuevas técnicas de fabricación y comercialización de productos, ni siquiera
la responsabilidad contractual resulta aplicable para poder atribuir responsabilidad al fabricante,
debido a la inexistencia del vínculo contractual, ya que difícilmente el consumidor contrate en forma
directa con el fabricante, distribuidor o importador.
Ello ha impulsado una nueva orientación en materia de responsabilidad por productos elaborados, y
la tendencia actual a nivel mundial es la adopción de un régimen objetivo de responsabilidad que
prescinda de la culpa como factor de atribución, y que atienda a la peligrosidad del uso de algunas
cosas o del desarrollo de ciertas actividades, imponiendo un deber de responder por el mero hecho
de haberlas introducido en la comunidad.
El daño causado por un producto defectuoso debe recaer sobre la persona física o jurídica que ha
creado el riesgo (fabricante), quien además se encuentra en mejor situación que el consumidor para
controlar la calidad y la seguridad del producto. El riesgo es creado mediante la puesta en el
comercio del producto defectuoso; el consumidor no debe soportar los danos que por tales vicios,
defectos de fabricación o construcción, de información, etc., sufra en su persona o en sus bienes.
La idea del riesgo empresario es invocada también para fundar la responsabilidad del fabricante, y
se basa en que son riesgos previsibles inherentes a la actividad empresarial, por la que se obtienen
beneficios económicos que, a su vez, imponen correlativamente la obligación de asumir las
consecuencias nocivas que esa actividad genera.
La aeronave es un aparato del género locomóviles ya que se desplaza con su propia energía en el
espacio aéreo y sirve para trasladar personas y cosas.
Los daños o accidentes que pueden causarse en el transporte aéreo tienen su propia identidad y
características muy particulares.
Las normas que rigen esa actividad se encuentran en conexidad inmediata con tratados y convenios
internacionales.
Todo el sistema de la responsabilidad civil aérea está legislado por el Código Aeronáutico (ley
17.285) y comprende 2 aspectos:
RT 551
En este caso la responsabilidad es contractual y es materia del derecho aeronáutico (arts. 139 a 154
de la ley 17.285).
Cuando los perjuicios los sufren personas o cosas en la superficie terrestre esto es parte de la
responsabilidad extracontractual y aparece como materia del Derecho Civil.
El nuevo Código Aeronáutico tuvo como antecedente la Convención de Roma de 1952 y sus normas
se aplican a toda aeronavegación de cabotaje ya sea onerosa o benévola en aparatos privados o
públicos, excepto los aparatos militares que quedan fuera de esta normativa pero que a los fines de
la responsabilidad civil quedan dentro de las disposiciones del C. Aeronáutico.
Para que los daños causados a los terceros o cosas en la superficie se les apliquen las reglas del
derecho aeronáutico es necesario que se den una serie de circunstancias:
Que el daño sea consecuencia directa de la aeronave que impacte en vuelo o caiga
RT 552
Aeronave en vuelo (art. 156 C. Aer): “una aeronave se encuentra en vuelo desde que se aplica la
fuerza motriz para despegar hasta que termina el recorrido de aterrizaje”. No lo estará cuando se
encuentre en un hangar, o si se traslada por su propia fuerza para otro fin que no sea el despegue.
Daños sufridos por una persona o cosa en la superficie: El perjuicio lo debe sufrir cualquier persona
física o jurídica, con la condición de que se encuentre en la superficie, y puede ser producido en su
cuerpo o en sus bienes.
Daño como consecuencia directa de impacto de aeronave en vuelo o que caiga: los daños
indemnizables son únicamente aquellos que resultan consecuencia “directa” del hecho. Nunca se
indemnizan los hechos que resultan conectados en doble lazo de causalidad (p.e ruido de avión
espanta animales y éstos causan destrozos a los vecinos).
Impacto entre aviones y los daños entre ellos se rigen por las disposiciones sobre “abordaje aéreo”
del C. Aer y tienen régimen propio ajeno al D.C.
Persona o cosa arrojada o caída de aeronave en vuelo: es también indemnizable el daño que
produzca una cosa arrojada o caída de una aeronave en vuelo, ya sea algo del aparato o cualquier
otro elemento que se arroje o caiga.
En cuanto a las personas caídas o arrojadas, se trata de un hecho objetivo donde no importan las
motivaciones. Una persona puede caer por suicidio, accidente u homicidio, arrojarse en paracaídas,
etc.
Si la persona muere durante la caída, en el aire, se lo debe entender como “cosa” ya que en el aire
deja de ser persona.
Ruido anormal de la aeronave: se integra con el derecho ambiental. Se producen ruidos sobre todo
en vuelos a baja altura, cuando un avión atraviesa la barrera del sonido, etc. Quien pretenda ser
damnificado deberá probar el daño y la incidencia del sonido en ese perjuicio.
RT 553
Personas responsables
El art. 157 de la ley 17285 dispone que el responsable es el explotador de la aeronave que haya
causado el daño o de donde partió la cosa o persona arrojada o caída.
Resulta explotador quien utiliza la cosa en forma legítima, en su propio interés, aún sin fines de
lucro, y así tenemos dentro de esta figura a quien utiliza el aparato para comerciar con transporte de
personas o cosas, tareas de fotografía, fumigaciones, etc., o cuando es usado simplemente por
placer o ejercicio. El explotador puede actuar por sí o por medio de dependientes, alquilar la nave
(con contrato inscripto en el registro).
Si un tercero utiliza la nave sin permiso del dueño y aún contra su voluntad, obrando con todas las
medidas de cuidado para que esto no suceda, el único responsable será el tercero, pero si no tomó
todos los recaudos, la responsabilidad será solidaria entre ambos ante la víctima.
Régimen indemnizatorio.
Según el art. 155 de la ley, se indemniza el daño causado como “consecuencia inmediata”,o sea
sólo el daño emergente de la conexidad directa al hecho.
Nunca son reparables las consecuencias mediatas y menos aún las remotas.
Además, el C. Aer fija límites de importes máximos indemnizatorios según pero de la aeronave, y el
valor del “argentino oro” creado por la ley 1130 y aún con vigencia legal en el país.
Espeso de las aeronaves va de los 1000 kg a los 50000 kg y los valores van desde los 2000 arg. Oro
hasta 43.600 arg. Oro, más 0,37 por cada kilo de excedente.
La muerte o lesiones o lesiones tienen un máximo de 2000 arg. Oro por persona.
RT 554
Estas limitaciones ceden ante el dolo del explotador o de sus dependientes, ya que la actuación u
omisión dolosa de éstos permite extender los valores indemnizables.
El dolo del dependiente debe darse en exclusivo “ejercicio de sus funciones” (no corre aquí la
“ocasión”).
Todos los sistemas objetivos de responsabilidad prevén causales de exención cuando aparece la
denominada causa ajena que rompe el vínculo de causalidad entre la actividad riesgosa y el
perjuicio ocasionado.
El hecho del tercero usurpador es otra causa de exculpación siempre y cuando se hayan tomado las
medidas necesarias para que no hubiese apropiación ilegítima.
El aprovechamiento económico de la energía nuclear encierra enormes peligros, aún cuando esta
sea utilizada con fines pacíficos.
Luego de la reforma de la ley 1711, el art. 2311, incorporó al concepto de cosa la denominación de
objetos materiales y lo extendió a las fuerzas naturales susceptibles de apropiación.
En cuanto a la responsabilidad civil, la ley 17.048 de 1966, ratificó la Convención de Viena de 1963
sobre “responsabilidad civil por daños nucleares.
RT 555
Causas y daños indemnizables. Limitaciones
Comprende la reparación de todos los daños patrimoniales a las personas (muerte y lesiones) y a
las cosas, que sean causados directa o indirectamente, por las propiedades tóxicas, explosivas o
peligrosas de los combustibles nucleares o productos o desechos radiactivos que se encuentran en
una instalación nuclear.
Acá no interesa la producción, elaboración, fallas humanas, defectos del material, etc. Nada excusa
de responder.
El daño moral deberá ser reparado según la legislación local. Art. 1078 C.C en nuestro caso.
La Convención de Viena autoriza a los Estados miembros a poner un techo indemnizatorio no menor
a 5 millones de dólares por cada accidente nuclear, excluyendo intereses y gastos de juicio,
prorrateados entre todas las víctimas del accidente.
Fundamentos y responsables
La responsabilidad por daños nucleares tiene un claro fundamento objetivo (teoría del riesgo
creado).
Al responsable se le obliga a tener seguro, y en forma subsidiaria el Estado debe también responder
ante la insolvencia del demandado, o de su aseguradora.
La autorización dada para la explotación, las finalidades sociales y la necesidad de proteger a las
víctimas, imponen una especie de “socialización de los riesgos”.
Causales de exoneración
RT 556
La primera causa de exención es el dolo o la culpa grave de la misma víctima. También cuando el
daño es originado por un conflicto armado, hostilidades, guerra civil o insurrección.
Emplazamiento de la cuestión
Actualmente tiene amplia difusión —en el saber popular y en la ciencia jurídica— la temática atinente
a la ecología (del griego oikos, lugar para vivir, y lagos, conocimiento, ciencia). La opinión pública
expresa preocupación por la contaminación del aire, el agua y el suelo, y reclama soluciones, porque
la cuestión concierne no sólo a la calidad de vida, sino a la propia supervivencia de la especie
humana. Las IX Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Mar del Plata) predicaron en 1983 que "el
derecho a la conservación del medio ambiente es una de las garantías implícitas de nuestra
Constitución Nacional" (conf. II Jornadas Marplatenses de Responsabilidad Civil y Seguros, Mar del
Plata, 1992).
Va de suyo que algunos de los factores contaminantes son incontrolables por el hombre (p. ej. las
erupciones volcánicas) pero otros dependen directamente de su acción (ej. El cromo de las
curtiembres). Estos últimos han tenido expansión a partir de la denominada Revolución Industrial
(hoy postindustrial), contribuyendo a ello el rápido incremento de la población mundial, y el reclamo
generalizado de un mejor nivel de vida, que produce un notorio incremento en los desechos;
FRIDMAN denomina a este fenómeno "demanda de contaminación". Sin embargo, sus causas no
pueden ser atribuidas exclusivamente al progreso tecnológico: una usina nuclear, verbigracia,
contamina menos que las chimeneas que antes eran necesarias para generar igual cantidad de
energía, y en los países subdesarrollados suele haber mayor contaminación que en los centrales.
Pero, sin embargo, como la producción limpia suele ser más onerosa, muchas veces el propio
público prefiere electricidad más barata a aire más puro.
En esta cuestión la ley suele ser insatisfactoria cuando no provee "suficientes incentivos para la
conducta eficaz, porque las víctimas de los daños son demasiado pequeñas o demasiado grandes".
a) Desde un enfoque economicista es dable proclamar que hay que reducir al máximo el costo
comercial, despreocupándose del costo social, y el mensaje para el contaminador será contamine y
no pague; pero este criterio, groseramente individualista, no condice con las actuales expectativas
de la comunidad, que tiende a poner el acento en la calidad de vida.
b) Otro punto de vista se dirige al depredador proclamando contamine y pague, con lo cual prescinde
de la prevención, aunque le impone asumir un costo social, que puede resultar de tributos
diferenciales aplicables a quien no respeta al medio ambiente, o de la exención de ellos para quien
lo resguarda; o de la indemnización impuesta a quien causa daños.
c) Como alternativa se ofrece el modelo ético de justicia, que enaltece esa prevención, en orden a
respetar exigencias de calidad de vida, cuyo lema es no contamine: los mecanismos del mercado
pueden bastar para estos logros en tanto la demanda privilegie esa calidad. Pero con frecuencia
pueden resultar insuficientes, caso en el cual "es deber del Estado proveer a la defensa y tutela de
los bienes colectivos, como son el ambiente natural y el ambiente humano".
RT 558
El 14 de junio de 1992 fue firmada en Río de Janeiro la Carta de la Tierra, o Declaración de Río, que
contiene importantes y atinadas directivas:
(2) Privilegia especialmente a la prevención: "Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados
deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya
peligro de daño grave o irreversible, la falta de una certeza científica absoluta no deberá utilizarse
como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costes para impedir la
degradación del medio ambiente" (Principio 15).
(3) Asume un criterio de realidad económica, al encargar a las autoridades nacionales que procuren
"asegurar la internalización de los costes ambientales y el uso de instrumentos económicos,
teniendo en cuenta el criterio de que el que contamina debe, en principio, cargar con los costes de la
contaminación, teniendo debidamente en cuenta el interés público y sin distorsionar el comercio ni
las inversiones internacionales" (Principio 16).
Régimen
En cuanto a la responsabilidad por daños, las IX Jornadas Nacionales de Derecho Civil, ya citadas,
sentaron estas directivas:
a) La idea de normal tolerancia del artículo 2618 del Código Civil "no es aplicable en los casos de
degradación del medio ambiente que sean susceptibles de afectar a la salud".
b) Hay responsabilidad objetiva, con fundamento en el artículo 1113 del Código Civil.
e) "Cada uno de los miembros de la comunidad" tiene legitimación activa para obtener la
preservación del medio ambiente.
RT 559
Las II Jornadas Marplatenses de Responsabilidad Civil y Seguros (Mar del Plata, 1992) sostuvieron
que:
e) de lege lata se aplica el factor de atribución "subjetivo u objetivo, según los casos", pero de lege
ferenda "debe ser objetivo", tendiéndose al "seguro forzoso y a la constitución de fondos de
garantía",
f) son legitimados pasivos "quienes degradan el medio ambiente [y] el Estado cuando autoriza o
consiente la actividad degradante u omite ejercer el poder de policía correspondiente".
Las PYMES.— Conforme al texto constitucional de 1994, son reconocidos los "derechos humanos"
que conciernen "al ambiente", y el "defensor del pueblo" está legitimado para su "defensa y
protección".
En la ley 24.467 sobre PYMES (pequeñas y medianas empresas) se enfatizó que la reconversión de
ellas deberá ser hecha "en consonancia con la preservación del medio ambiente y los estándares
internacionales que rijan en la materia, estimulando la utilización de tecnologías limpias compatibles
con un desarrollo sostenible" (art. 24).
RT 560
6. Responsabilidad de los profesionales
PROFESIONAL
Todo aquel que ejerce una actividad con un grado importante de intelectualidad, mediante una
habilitación y obtención de un título universitario(actualmente el título no es requisito imprescindible).
Se entiende esta responsabilidad por aquellos que tienen una profesión liberal. Donde hay
autonomía técnica, sujeta a normas éticas, y colegiada. (que tiene la característica de la habitualidad
que es el ejercicio efectivo de la misma).
e) Presunción de onerosidad.
Las características anteriores corresponden a cualquier profesional; así, por ejemplo, a un plomero o
a un médico.
Pero hay un sector limitado (sentido estricto del concepto) que concierne al profesional liberal, cuya
actividad tiene ciertas singularidades:
RT 561
f) Autonomía técnica, propia del saber especializado. Verbigracia un abogado empleado de un banco
no está precisado a seguir las instrucciones jurídicas de sus jefes.
i) Colegiación, en un órgano que lleva la matrícula y aplica sanciones por inconducta, como por
ejemplo el Colegio de Escribanos.
Culpa profesional
La culpa emerge de la definición del art. 512, pero en consideración a los profesionales se ha dicho
que incurrirán en culpa cuando violaran las reglas que les impone su propia actividad, en la
ignorancia o desconocimiento de la ciencia o el arte que ejercen.
Se ha concluido que no puede diferenciarse la culpa común de la culpa profesional, y es por eso que
la jurisprudencia ha señalado que el profesional, al igual que el común de las personas debe asumir
la carga de reparar cuando incurra en negligencia profesional o no, que lo hace asumir las
consecuencias de su obrar errado. Cabe observar que tal duda sólo puede plantearse si se
encuadra a la responsabilidad profesional en el marco contractual, pues en el extracontractual se
responde hasta por la culpa levísima, como Jo tiene decidido una constante jurisprudencia sobre el
punto.
En el régimen general de la responsabilidad civil las directivas sobre esa cuestión son
particularmente claras: mayor es la responsabilidad "cuanto mayor sea el deber de obrar con
prudencia y pleno conocimiento de las cosas" (art. 902, Cód. Civ.), y "en los contratos que suponen
una confianza especial entre las partes" el grado de responsabilidad se estima "por la condición
especial de los agentes" (art. 909, Cód. Civ.).
RT 562
Si existe vínculo contractual entre el profesional y quien pretende el resarcimiento, la responsabilidad
es contractual, pero en la mayoría de los supuestos se la considera una obligación de medios donde
el demandante debe probar la culpa del profesional.
La jurisprudencia ha considerado que la responsabilidad de los profesionales debe ser regida por lo
dispuesto en el art. 1109 porque entre éstos y sus clientes o pacientes no podía celebrarse contrato
alguno
Art. 1109. Todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia ocasiona un daño a otro,
está obligado a la reparación del perjuicio. Esta obligación es regida por las mismas disposiciones
relativas a los delitos del derecho civil...
Sólo se los hacía responsables cuando incurrieran en culpa aquiliana que debía ser demostrada por
el reclamante.
Entre los profesionales, hay casos de responsabilidad extracontractual como la del médico que
atiende a una persona lesionada en la vía pública, o el abogado que debe asistencia gratuita a los
pobres como obligación impuesta por leyes reglamentarias de su profesión, etc.
frente a terceros;
La responsabilidad se basa en la culpa de cualquier intensidad —sin perjuicio del distinto tratamiento
que corresponde a sus diversos grados—, y es apreciable in concreto, vale decir, con relación al tipo
determinado al que pertenece el propio profesional. Asimismo, en cualquier supuesto, la actuación
RT 563
como tal lo compromete mayormente porque ella genera, por sí, la confianza especial del cliente que
recibe sus servicios.
Responsabilidad de abogados
Su obligación es, según los casos, de medios, o de resultado; de esta última categoría es,
verbigracia, la obligación de redactar un contrato de sociedad anónima, que debe adecuar a los
requisitos típicos de la figura, aunque —claro está— ello no implica que haya de asegurar la eficacia
de esta sociedad para los fines negóciales perseguidos por los celebrantes del contrato (eficacia del
resultado).
Le alcanzan, así, los deberes que la ley citada pone a cargo de los procuradores (art. 11) como, por
ejemplo, interponer los recursos legales contra toda sentencia definitiva adversa a su parte y contra
toda regulación de honorarios que ella deba abonar, salvo el caso de tener instrucciones por escrito
en contrario de su respectivo comitente, etc.
RT 564
Letrado patrocinante.— En este supuesto el abogado se limita a aconsejar a su cliente sobre la
cuestión encomendada, pero sin ejercer su representación. Cuando el abogado actúa en este rol no
es alcanzado por las obligaciones derivadas del contrato de mandato, ni por los deberes que impone
la ley 10.996.
Deberes profesionales.
Entre otros deberes comunes a todos los profesionales, el abogado, en el ejercicio de su profesión,
debe ajustar su cometido a las disposiciones de la ley 23.187, en el ámbito de su aplicación.
En consecuencia debe:
(1) guardar hacía su cliente la necesaria lealtad, salvo cuando el cliente pretenda que el abogado lo
defienda violando otros deberes profesionales. No debe, sin embargo, en ningún caso, abandonar a
su cliente intempestivamente, ni apartarse injustificadamente de las instrucciones recibidas; también
debe respetar a sus colegas actuando con lealtad, probidad y buena fe;
(2) conservar en secreto las revelaciones que su cliente le haya hecho con motivo del pleito o de la
defensa encomendada, salvo que, a posteriori, sea objeto de persecuciones por parte del cliente. En
este caso podrá revelar los secretos confiados sólo en la medida en que contribuya a su defensa;
(3) aceptar y ejercer los nombramientos de oficio que le hicieren los jueces, salvo justa causa de
excusación;
(4) atender a sus clientes habitualmente en su estudio, e informar todo cambio de domicilio al
Colegio Público;
(5) en definitiva, actuar siempre de conformidad con las normas de ética profesional que los colegios
de abogados de la República han sancionado de modo esencialmente coincidente.
Prohibiciones.—
Además, la ley 23.187 prohíbe a los abogados patrocinar, representar o asesorar en forma
simultánea o sucesiva a quienes tengan intereses opuestos, intervenir en proceso en cuya
procurarse clientela por medios indecorosos, efectuar publicidad engañosa, autorizar indebidamente
el uso de sus nombre o firma, o participar sus honorarios con quienes carezcan de título habilitante.
RT 565
Extensión del deber de reparar.
Escribanos
Funciones.— La función notarial "es una actividad realizada por un profesional que, en la esfera de
las relaciones privadas, se encamina al asesoramiento y ulteriormente a la legitimación,
autenticación y encuadramiento de hechos humanos, que adquieren fuerza ejecutiva, en virtud del
ejercicio de la fe pública".
El artículo 10 de la ley 12.990 (ley 14.054) lo caracteriza como funcionario público a quien compete
exclusivamente el ejercicio del notariado.
La X Convención Notarial de la Capital Federal (1981) advirtió que la responsabilidad del notario
surge como profesional del Derecho que tiene a su cargo una función pública. En las V Jornadas
Rioplatenses de Derecho (San Isidro, 1989) también se consideró al escribano como "un profesional
que ejerce una función pública por delegación del Estado".
Las notarías están a cargo de un titular (regente), quien puede tener adscriptos. Por lo demás, hay
escribanos autorizados a realizar diversos actos extraprotocolares, que son escribanos sin registro
conforme a la ley 12.454 (dec. 2593/62).
(1) para algunos la responsabilidad del escribano es extracontractucd, como derivación del carácter
de funcionario público que la ley le asigna literalmente, regida por el artículo 1112 del Código Civil;
(2) para otros el régimen es dual; extracontractual cuando actúa como funcionario público y
contractual si lo hace como locador de servicios a favor del cliente;
RT 566
(3) conforme a otra opinión, el cliente podría sustituir a su arbitrio y en su beneficio el sistema
extracontractual por el contractual;
(4) también se estima que la responsabilidad notarial es siempre contractual: atento a que si para el
cliente tal responsabilidad es contractual, no podría ser distinta la que corresponde al escribano.
En nuestro criterio deben ser formuladas estas precisiones: (1) en principio, frente al cliente, la
responsabilidad del escribano es contractual, a menos que se den los presupuestos de la opción
aquiliana que autoriza el articulo 1107 del Código Civil; (2) frente a terceros, la responsabilidad es
extracontractual.
Se trata de una obligación de resultado, aunque no está en compromiso la eficacia de tal resultado.
Por ejemplo, cuando otorga una escritura traslativa de dominio, ella debe servir de título al
adquirente, no bastando con el mero cumplimiento de las formalidades de la celebración.
Para las V Jornadas Rioplatenses de Derecho (San Isidro, 1989) "el escribano promete un resultado:
un instrumento público válido".
Deberes notariales.— El artículo 11 de la ley 12.990 (ley 14.054) prevé diversos "deberes
esenciales" de los escribanos: conservación y custodia de instrumentos, mantenimiento del secreto
profesional, intervención profesional en los límites autorizados por las leyes etc. Esos deberes
genéricos aparecen concretados en la relación singular con el cliente y su transgresión —según
vimos— deriva en responsabilidad contractual.
Con relación a terceros, son civilmente responsables por los daños ocasionados en virtud de la
violación de tales deberes (art. 13, ley cit.), o de otros (art. 1066, Cód. Civ.).
Caso de los adscriptos.— El escribano adscripto actúa dentro del registro, bajo la "total
dependencia" del titular, quien "es el responsable directo" (art. 23, ley 12.990) y a cuya propuesta se
lo designa (art, 21).
En virtud de esta preceptiva, se ha decidido que los actos del adscripto, en cuanto sean susceptibles
de "la apreciación y cuidado" del titular (art, 23 cit.), comprometen la responsabilidad concurrente de
éste.
RT 567
Médicos
Naturaleza de la responsabilidad.
El criterio prevaleciente en nuestra doctrina asigna naturaleza contractual al vínculo que une al
médico con sus pacientes.
Frente a ellos responde contractualmente, al igual que otros profesionales respecto de sus clientes,
salvo el caso en que sea viable la opción aquiliana que autoriza el artículo 1107, Cód. Civ.).
a) en ámbito contractual, por la obligación tácita de seguridad; del Código Civil". En los supuestos en
que la cosa empleada por el profesional médico tiene un vicio, esta conclusión coincide con la
jurisprudencia, que aplica la responsabilidad objetiva a los daños causados a un neonato por una
incubadora, a los derivados de la explosión de un aparato de anestesia, a los resultantes de un
bisturí eléctrico, a los provenientes de un aparato de rayos, o de un intensificador de imágenes con
desperfectos, a los causados por el desprendimiento de una pieza de un torno dental, etc.
Pero la vigencia del factor de atribución objetiva, en los términos del artículo 1113 del Código Civil,
no procede por la sola circunstancia de que el daño haya sido causado mediante el empleo de una
cosa cuya utilización genera riesgo de daños. No habrá responsabilidad objetiva del médico "cuando
el riesgo de la cosa empleada en el tratamiento sea propio de la situación planteada, y en la decisión
RT 568
se haya actuado conforme a las reglas de esa ciencia que indicaban la necesidad de su empleo
pese a la existencia de riesgo de daño, y la cosa riesgosa se haya empleado en el exclusivo interés
del paciente". Es el caso en que el obstetra ha tenido que valerse de un fórceps para llevar adelante
el parto.
El artículo 1113 del Código Civil tampoco rige en cuanto involucra al daño causado con las cosas, en
tanto las empleadas por el médico no hayan tenido un papel activo en su producción. De tal modo,
por ejemplo, el daño que resulte causado con cosas como bisturíes, o gases o inyecciones para
anestesia, empleados conforme a las reglas del arte, quedan sujetos al régimen general del artículo
1109 del Código Civil.
Estamos lejos de los tiempos en que, por vía de la exigencia de que promediara culpa grave, o una
especial culpa profesional, el médico quedaba, en los hechos, parapetado en la irresponsabilidad.
Contenido de la obligación.
La ley 17.132 prohíbe a los profesionales que ejercen la medicina anunciar o prometer la curación
fijando plazos, o anunciar o prometer la conservación de la salud.
Las I Jornadas Provinciales de Derecho Civil señalaron que "en ciertas hipótesis de prestación
médica es exigible el buen resultado de la actividad",
RT 569
Tradicionalmente la cirugía estética ha sido señalada como ejemplo de obligación médica de
resultado.
(1) Se distingue entre cirugía estética, que tiende al embellecimiento, y cirugía reparadora, mediante
la cual se procura reparar o prevenir una afección en la salud.
(3) La cirugía estética también está sujeta a esos criterios comunes. A lo sumo, se sugiere que la
obligación del médico podría ser apreciada con un criterio de mayor severidad, pero es inapropiado
calificarla genéricamente como de resultado, puesto que, al igual que cualquier cirugía, está
expuesta a fracasos. No obstante, el resultado puede versar sobre una circunstancia determinada,
por ejemplo si una paciente requirió que su nariz quedara respingada, y el cirujano la hace aguileña.
Profesionales de la construcción
Naturaleza de la responsabilidad
Frente a terceros, los daños que causa el constructor están regidos por las normas relativas a la
responsabilidad extracontractual (art. 1647, Cód. Civ.).
Distintos supuestos.
Conforme al artículo 1647 del Código Civil, el empresario responde de los daños causados a los
vecinos; su responsabilidad se extiende a los causados a otros terceros, y aun al propio dueño.
RT 570
La jurisprudencia ha aplicado ese criterio en casos de daños producidos en cables subterráneos al
efectuar excavaciones; de los provenientes de filtraciones; etc.
(2) Vicios. Cuando el comitente recibe la obra con vicios o defectos ostensibles, carece de derecho a
reclamar del empresario (art. 1647 bis), porque se produce una situación asimilable a la dación en
pago (art. 779).
Si, en cambio, el vicio es oculto, hay responsabilidad contractual del empresario. El comitente
dispone de acción contra aquél —por restitución del precio y aun por cumplimiento de contrato
(BORDA)—, la cual está sometida a un plazo de caducidad de sesenta días a partir de que el vicio,
que estaba oculto, se hace ostensible (art. 1647 bis).
(3) Ruina del edificio. El artículo 1646 del Código Civil prevé la responsabilidad por ruina: ésta
consiste no sólo en el derrumbe —total o parcial— del edificio, sino también en la degradación que
pone en compromiso su aptitud como tal.
Son responsables concurrentes (núm. 1350), frente al dueño y los terceros, el constructor, el director
de la obra y el proyectista, sin perjuicio de las ulteriores acciones de regreso.
Como promedia una obligación de resultado, el actor sólo tiene a su cargo la prueba de la ruina; y la
responsabilidad es de orden publico, por lo cual el artículo 1646 prohíbe su dispensa.
La acción por ruina está sometida a un plazo de caducidad de diez años a contar desde la
aceptación de la obra, pero —producida la ruina en ese plazo decenal— rige el plazo de prescripción
de un año para ejercitar la acción resarcitoria.
Los vicios generadores de la ruina —de construcción, del suelo, derivados de la mala calidad de los
materiales empleados— pueden ser ocultos o aparentes.
“Los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones, por no
cumplir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas, son
comprendidos en las disposiciones de este título”.
RT 571
Ante el acto ilícito del funcionario público se abren dos acciones:
(1) Una, contra el Estado, conforme a las pautas que se han examinado. Una vez que indemniza a la
victima, el Estado tiene derecho a demandar al funcionario por repetición de lo pagado (art. 1123,
C.C)
(2) Otra contra el funcionario personalmente, que la víctima puede optar por deducir simultánea o
separadamente (art. 1122, C.C).
Responsabilidad conjunta del Estado y del funcionario. Su razón de ser. Las acciones de que
dispone la víctima. Faltas personales y faltas del servicio. Objetividad o subjetividad.
En esta cuestión de la "irregularidad" reside uno de los temas difíciles o polémicos de la temática del
funcionario. La función del agente del Estado puede estar o no específica y detalladamente prevista,
y con regulación o sin ella puede aludirse al ejercicio regular. En primer lugar tenemos, obviamente,
la causación de un daño. Y la función pública, por lo normal, deja de lado la dañosidad. Es tarea
para el bien común. La obediencia debida queda descartada, pues el agente no puede justificar en
ella su actuar perjudicial. Ésa es la regla fuerte.
Queda pendiente el distingo, entre los actos erróneos o equivocados -y dañosos- cumplidos por el
agente con base en su desidia o su abandono y aquellos otros atribuibles a "la complejidad del
servicio", a su "mala organización". Ocurre con los "errores judiciales" en cuya comisión puede
intervenir tanto la ignorancia del juez como la "abundancia y complejidad del despacho", el cúmulo
de tareas, la poca colaboración de los dependientes, etc.
Empero, es una excusa a favor del funcionario que debe juzgarse con extrema prudencia y con
carácter restrictivo. No puede ser la regla en la apreciación de la irregularidad.
RT 572
Mientras el funcionario responde de culpas y dolor en su actuar, el Estado lo hace de manera
objetiva, por ser tal, por el riesgo que crea el recurrir al accionar de terceros.
Cuando decimos Estado nos referimos tanto al nacional como al provincial y al municipal. Y cuando
hablamos de funcionarios aludimos tanto a los de la administración -el Poder Ejecutivo- como a los
del Poder Judicial y a los legisladores.
Otro de los debates rispidos es el del alcance de los textos del Código -"principales" para los
civilistas y "subsidiarios" o "accesorios" para los iuspublicistas- frente a las provincias federadas.
Vale decir:
¿qué pueden disponer las provincias en materia de responsabilidad del Estado y de sus
funcionarios? ¿Regulación delegada al Código Civil o reservada? Mientras un sector mayoritario, se
expresa a favor de la "regulación de fondo", en normas del Código Civil, que respetan la "unidad" del
"fenómeno resarcitorio", frente al caos de 24 normas diferentes, otro sector, básicamente del
Derecho Público provincial, pregona el "respeto al federalismo".
Es normal que, decidida la acción por la víctima, se demande al Estado, por razones de solvencia -
desmentidas en el presente y que fuerzan al pago con bonos-, acompañadas, muchas veces, por la
posibilidad cierta de una defensa endeble, por los abogados del Estado.
Pero, además de ello, la acción contra los funcionarios tiene, en pluralidad de casos, el escollo de la
inmunidad -verdadero escudo protector- que debe ser previamente removida, cuando no de la
necesidad de un "sumario administrativo" previo, para habilitar la vía judicial.
La demanda sólo contra el funcionario tiene el inconveniente de su real insolvencia, y, por lo demás,
tampoco hará cosa juzgada frente al Estado. De allí que, por lo normal, la acción se dirige contra
ambos: funcionarios y Estado, responsables in sólidum.
RT 573
Las acciones y las omisiones "irregulares". Las cuestiones prejudiciales: el sumario administrativo.
La pérdida de la inmunidad
El Estado que paga, demandado por el obrar del funcionario -"objetivamente" (Gordillo) dentro de la
función, conforme a la "apariencia"-, puede y debe cobrar al funcionario, en una acción de repetición,
lo abonado por su actuación dañosa - irregular- que se presume imputable (Borda). La omisión en el
ejercicio de esta acción es una "mala costumbre" del Estado, una ligereza, cuando no una cierta
complicidad.
7. Responsabilidad deportiva
la actividad deportiva consiste en “la aplicación de la energía física o mental, con intensidad superior
a la normal, en un juego o competición, conforme a reglas preestablecidas”.
En general, esta responsabilidad es similar a las estudiadas aunque tiene algunas características
propias.
RT 574
Dentro de los accidentes deportivos habrá que diferenciar:
Cuando un jugador es lesionado por otro, la doctrina mayoritaria sostiene que en tanto se haya
obrado conforme a las reglas establecidas o conocidas del deporte específico, no puede traer
ninguna consecuencia, ya que sería una actividad lícita. Parte de la doctrina lo da como un supuesto
de asunción de los riesgos, por lo cual no existe responsabilidad.
Pero si se violan los reglamentos, algunos autores sostienen que ese actuar culposo hace a la
responsabilidad, mientras otros exigen un actuar doloso (Trigo, Compagnucci).
No debe confundirse la mera infracción deportiva, que sólo acarrea sanción deportiva, con la
situación en que con una conducta dolosa se lesiona a otro jugador.
Llambías, Borda, Colombo sostienen que es contractual, ya que se violan reglas preestablecidas. Lo
mismo sucede en el derecho comparado.
Caso del jugador profesional.— Cuando una entidad contrata un deportista, y éste se convierte en
un jugador profesional, sus relaciones se hallan regidas por un contrato de trabajo, y por lo tanto
RT 575
surge la responsabilidad contractual. Así lo decidió, con respecto al jugador de fútbol, la Cámara
Nacional de Apelaciones del Trabajo en pleno {"Ruiz c/Club Atlético Platense", 15-X-69).
Dada la especial vinculación entre ambos, la entidad deportiva está obligada a observar los deberes
de seguridad que le impone el artículo 75 de la ley 20.744, y el jugador tiene derecho a accionar
contra la empleadora para resarcirse de los daños sufridos "por el hecho y en ocasión" del trabajo
(arg. art. 76, ley ).
Le cabe también la acción derivada del accidente de trabajo con la opción, a su favor, de recurrir a
las normas del Derecho común.
Es extracontractual cuando el jugador daña a otro, violando las reglas de juego aceptadas en el
deporte que se trate.
La responsabilidad no puede ser contractual en este caso, habida cuenta que en el asentimiento a
participar en la contienda deportiva no hay, por lo pronto, ningún acto jurídico.
Entre los organizadores y los espectadores funciona un contrato atípico denominado “de espectáculo
deportivo”. Quien paga tiene derecho a presenciar el espectáculo y a mantener su integridad física.
El empresario es responsable por su hecho personal (art. 1109) y por el de sus dependientes y por
el de las cosas (art. 1113).
Si han ingresado gratuitamente o han ingresado subrepticiamente, sin vínculo contractual, salvo que
incurran en su propia negligencia, se encuentran amparados también.
En todos los casos se trata de una obligación de seguridad o garantía que ofrece el empresario para
con los espectadores, que es una obligación de fines y admite su exclusión total o parcial ante la
ruptura del nexo de causalidad (hecho culposo de la propia víctima, caso fortuito extraño a la
actividad y el hecho extraordinario e imprevisible de un tercero por quien no se debe responder.
RT 576
Responsabilidad del empresario para con el deportista
Si son jugadores no profesionales el club o empresario organizador no tiene relación contractual con
ellos, y por lo tanto la única responsabilidad posible es la extracontractual.
Si son profesionales donde media contrato de trabajo o locación de servicios hay responsabilidad
contractual.
RT 577