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OBLIGACIONES

Los hombres crean obligaciones. Los actos más comunes y ordinarios del diario vivir, como
la compra de víveres o el transporte de pasajeros constituyen contratos que a su vez son
actos de donde nacen obligaciones por ello el hombre crea así a su alrededor una suerte de
múltiples obligaciones que le permiten subsistir y desenvolverse en el medio ambiente.
Toda persona está necesariamente comprendida en esa red económica del derecho de
obligaciones y aun cuando se limitara a mendigar ya irrumpe en el campo de este derecho
bajo la forma de donación. Por ello es que, con acertado criterio, el eminente tratadista
Ascoli, ha podido decir, en ajustada síntesis, que el derecho de las Obligaciones, «el derecho
del cotidiano comercio de la vida», tomando al vocablo comercio en su sentido de
intercambio de servicios y valores.

Por Otro lado, también se ve obligado, pese y aún contra su voluntad, Por un sin número de
otras obligaciones, tales como las que nacen de la responsabilidad civil, deber de indemnizar
en determinadas circunstancias el daño ocasionado a otras personas, que hoy en día Por el
avance tecnológico adquiere mayor trascendencia por la multiplicación actual de los
accidentes.

Otros autores han calificado a la obligación como la geometría del espacio jurídico y otros
como la expresión "Económica del Derecho".

En suma se puede decir, sin incurrir en exageración que el concepto de «Obligación»


constituye la armazón y el subtratum del derecho y hasta de un modo más general, de todas
las ciencias sociales.

DISTINTAS ACEPCIONES DE LA OBLIGACIÓN.

La materia ha sido denominada con diferentes expresiones: derecho de las Obligaciones,


derechos creditorios y derechos personales, cada una de las cuales ha merecido la
correspondiente crítica, así se tiene por ejemplo que para algunos autores, la designación
de derechos creditorios, tiene el inconveniente de circunscribirse al lado activo de la jurídica
considerada; otros señalan, que la nomenclatura derechos personales se presta a confusión
con los derechos inherentes a la persona.

Sin embargo, es utilizada la primera de las expresiones enunciadas, porque en criterio de


una gran mayoría de autores del Derecho Civil, es la que ofrece la ventaja de abarcar con
más precisión el fenómeno jurídico a que la misma se refiere.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS.

En el primitivo Derecho Romano la obligación era considerada como un vínculo


estrictamente personal que acordaba al acreedor poderes efectivos sobre la persona del
deudor. El derecho del acreedor tenía bastante parecido con el derecho de propiedad, sólo
que no se ejercía sobre una cosa, sino sobre la persona del deudor, el cual más que sujeto
pasivo de la relación jurídica era conceptuado objeto de ella.

Por eso, cuando el deudor no cumplía la prestación debida, era pasible del procedimiento
de la manus injectio, por la cual el acreedor era autorizado por el pretor para poner la mano
sobre aquél con el fin de hacer efectiva su prenda, la «pignorís capio». Convertido el deudor
en cosa del acreedor, podía ser privado de su libertad para hacerle trabajar en su favor y
aún venderlo del otro lado del Tíber. Aún este esquema, persistió en la ley de las XII Tablas
que permitía cuando varios acreedores ejerciesen simultáneamente sus derechos, que se
distribuyeran el cuerpo del deudor, «in partís secanto».

Como no podía perdurar este rigor tan inhumano, el año 428 de la fundación de Roma,
aparece la Ley Paetelia Papiria, que impidió se esclavizara al deudor, por lo que Tito Livio, la
llama «aurora de una nueva libertad para los plebeyos». Desde entonces el acreedor sólo
pudo requerir del deudor la prestación de servicios para imputarlos al pago de la deuda. Por
tanto, el derecho del acreedor se traducía en una agresión patrimonial: eran los bienes del
deudor y no su cuerpo, lo que respaldaba el pago de la deuda.

En el derecho moderno, la evolución ha quedado enteramente completada. La Obligación


ha dejado de ser como lo era en su origen un vínculo personalísimo para pasar a ser,
preeminentemente, un valor económico Lo que el derecho ampara y protege no es la
sujeción de la persona del deudor respecto del acreedor, sino la intangibilidad y efectividad
del valor patrimonial que la obligación representa.

DEFINICIÓN.

La palabra obligación, en un sentido lato, implica una idea de sometimiento de sujeción de


restricción de la libertad: En la misma medida en que estamos obligados, tenemos
disminuida nuestra libertad. Este no resulta ser, sin embargo, el significado de la obligación
en el Derecho Civil, donde se lo usa con un sentido técnico más estricto.

La mayor parte de los autores emplean para definir a la obligación la fórmula de las
Institutas de Justiniano: «La Obligación, es un vínculo Jurídico que nos constriñe a pagar
algo al otro, según el derecho civil»

Según los hermanos Mazeaud, la definición de las Institutas, es aún valida.

Otros autores sin embargo, han creído necesario modificarla e introducirle algunos
agregados, sea sustituyendo la expresión vínculo jurídico por otras más significativas, tales
como necesidad jurídica, relación jurídica, facultad de compeler o situación jurídica.

Existe una gran variedad de definiciones en las cuales se encuentran siempre como
elementos constantes primero: «La relación Jurídica entre acreedor y deudor»; segundo, el
objeto de esa relación jurídica que puede ser un dar, hacer o no hacer. Finalmente en las
definiciones sobre Obligación encontramos la tendencia llamada «patrimonial», que
considera que el objeto debe ser siempre valorizable en dinero, contrariamente existen
otros autores entre los que se puede citar a Rodolfo Ihering que consideran que no es de la
esencia de la prestación o de la abstención el hecho de ser valorizables en dinero, ya que
existen prestaciones o abstenciones de carácter moral o espiritual en las que el acreedor
sólo tendrá un interés jurídico sin importar que dicho interés trasunte una estimación
pecuniaria necesariamente.
Prescindiendo de este aspecto que es objeto de polémica, podríamos decir que es tan
grande la cantidad de definiciones, que puede afirmarse como principio que hay casi una
por autor, las que difieren entre sí en más de las veces, por un pequeño cambio en las
palabras con mantenimiento del contenido conceptual, por lo que el análisis de cada una de
ellas solo nos permitiría penetrar en detalles sutiles, razón por la cual nos obliga a pasar
revista a las más importantes:

 Pothier Robert Joseph nos dice: «La Obligación. Es un lazo de derecho que nos restringe
a dar a otro alguna cosa, o bien, a hacer o no hacer tal o cual cosa»

 Aubry et Rau la definen como: «la necesidad jurídica por cuya virtud una persona se
halla constreñida con relación a otra, a dar, a hacer o no hacer alguna cosa»

 Los Hermanos Mazeaud dicen:... «Es un vínculo de derecho entre personas, en virtud del
cual una, el acreedor, tiene derecho a una prestación valorable en dinero efectuada por
el otro, que está obligado, a ella»

 De Ruggiero indica: «...es la relación jurídica en virtud del cual una persona (deudor)
debe una determinada prestación a otra (acreedor) que 'tiene la facultad de exigirla,
constriñendo a la primera a satisfacerla»

Se podría decir de la Obligación que es: Una relación jurídica por virtud de la cual un sujeto
llamado acreedor, está facultado por la norma legal, para exigir de otro sujeto denominado
deudor, una prestación o una abstención patrimonialmente valorable.

Según el Código Civil Boliviano vigente a partir del 2 de abril de 1976 se abstiene de dar una
definición, posiblemente porque, como decía Augusto Texeira de Freitas: «... las definiciones
son impropias de un código porque no son textos de doctrina, sino de reglas»
temperamento que es adoptado por la mayoría de los cuerpos legales vigentes en
Latinoamérica. El artículo 291 de nuestro Código Civil preceptúa «... El deudor tiene el deber
de Proporcionar el cumplimiento exacto de la prestación debida» la que debe ser
susceptible de valoración económica indispensablemente, aspecto que es complementado
en su artículo 292.

El Precedente Legislativo es el Código Civil de 1831 en su artículo 717 preceptúa ". . . Todo
contrato tiene por objeto una cosa, que una persona se obliga a dar, o que una persona se
obliga. Hacer o no hacer... "

NATURALEZA JURÍDICA DE LA OBLIGACIÓN. Tres son las teorías que han caracterizado la
naturaleza jurídica de la Obligación, Ellas son a saber:

a) El crédito como Potestad: Autores que participan de esta concepción, entre ellos Von
Savigny, sostienen que la Obligación consiste en un señorío del acreedor sobre los actos
de conducta del deudor que este ha comprometido a favor de aquel. A diferencia del
derecho real en que se ejerce un señorío sobre la cosa, acá se lo ejerce sobre una
actividad del deudor.

Se ha criticado esta teoría porque confunde el sujeto pasivo de la obligación con el


objeto de la misma, además que no existe analogía con el derecho real porque en la
actualidad no es coercible la actividad personal del deudor sobre quien no puede
hacerse violencia personal para urgirlo al cumplimient0 de la obligación, no existiendo
en consecuencia un derecho sobre los actos del deudor. La idea de señorío resulta falsa.

b) El Crédito como título a una prestación: Según esta tesis, lo esencial de la Obligación es
el Interés del acreedor en el cumplimiento de la prestación. Este interés es lo que el
ordenamiento jurídico protege, y por eso la obligación es útil en cuanto es un título hábil
para lograr la satisfacción de aquel interés. De ahí que la obligación resulte como una
relación entre dos patrimonios, porque el interés del acreedor de satisfacer, en última
instancia, por una transferencia de valores que saldrán del patrimonio del deudor e
ingresarán en el del acreedor.
Esta tesis ha sido criticada porque subestima el elemento personal que la anima toda vez
que el elemento personal de la conducta del deudor está presente aún en su
responsabilidad por incumplimiento.

c) La Obligación como Vínculo Jurídico complejo: Teoría originada en Alemania y es la que


al presente ha ganado mayores adeptos. Sostiene que la Obligación es un vínculo
complejo que se integra con dos virtualidades, compenetradas entre sí. Existe en la
Obligación un primer momento vital que se caracteriza por el deber de satisfacer la
prestación que pesa sobre el deudor: es el schuld de la terminología germana o deuda,
que se traduce para el acreedor en la expectación de la conducta debida que actúa
como una «presión psicológica» sobre el deudor. Cuando el deudor infringe la conducta
debida entra a actuar la segunda virtualidad de la obligación. Para reducir al deudor al
comportamiento adecuado el acreedor dispone de los medios que le provee el
ordenamiento jurídico, que ya no consiste una agresión física, sino en una «agresión
patrimonial» mediante la cual el acreedor será satisfecho con los bienes del deudor que
sean suficientes para cubrir el daño experimentado por el acreedor a causa del
incumplimiento del deudor. Es el haftung de los alemanes o garantía, que también suele
denominarse responsabilidad.

Ambas virtualidades de la obligación son concomitantes.

Esta garantía existe potencialmente desde el nacimiento de la obligación, puesto que es un


aspecto de ella, pero requiere pasar de la potencia al acto, que ocurra el presupuesto de
(fattispecie) que condiciona ese tránsito, a saber: el incumplimiento del deudor. .

Esta teoría ha sido sustentada principalmente por Barassi quien la defiende a ultranza y por
otros como Messineo, Rocco, Von Thur constituyendo al presente como la más aceptable
para la justificación de la naturaleza jurídica de la Obligación.
LA FACULTAD Y EL DÉBITO.

En orden a que toda relación jurídica implica la existencia necesaria de dos elementos
correlativos que hacen al acreedor y al deudor, cabe el análisis de las dos situaciones
jurídicas diversas y contrapuestas que se configuran con la Facultad y el Débito.

a) La facultad: La relación jurídica obligatoria origina dos facultades de orden distinto en el


acreedor: Facultad de recibir u obtener y facultad de exigir. La primera resulta ser
distinta de la segunda. En efecto puede existir relación jurídica por la simple facultad de
obtener, sin que necesariamente exista la facultad de exigir, tal el caso de las
Obligaciones Naturales en las que el acreedor puede recibir, pero no puede exigir su
cumplimiento por que estas carecen de acción en juicio. De ello resulta que la
protección jurídica al acreedor puede ser total o absoluta cuando tiene la doble facultad
de recibir y exigir, o bien puede ser relativa y parcial cuando solo tiene la facultad de
recibir el pago pero no exigirlo. En ambas situaciones existe relación jurídica en sentido
técnico y específico.

De ello se desprende la facultad que la norma legal confiere al acreedor, no es otra cosa,
que una de las manifestaciones del Derecho Subjetivo que trasunta un poder jurídico
actuar para: Crear, modificar o extinguir obligaciones, derechos o situaciones jurídicas
como para exigir u obtener un cierto acto positivo o negativo de conducta ajena como
también provocar la intervención coactiva del Estado para obtener la pena o la ejecución
forzada de la obligación. Estas formas de manifestación del Derecho Subjetivo
constituyen precisamente la materia de estudio de la Teoría General de las Obligaciones.

b) El débito y la Responsabilidad Patrimonial: Analizando el lado pasivo de la relación


Jurídica, encontramos como elementos entre sí, el deber jurídico del deudor y la
responsabilidad para el caso de incumplimiento en el deudor o en tercera persona. Estos
elementos no son necesariamente correlativos o indisolublemente ligados, ya que
puede existir el deber jurídico sin responsabilidad patrimonial y esta, sin aquel. Es lo que
precisamente acontece en las Obligaciones Naturales que se configuran como Deberes
Jurídicos, en lo que está ausente la responsabilidad patrimonial en razón de que carecen
de acción en juicio. Lo propio ocurre en aquellas obligaciones constituidas al solo efecto
de garantizar deudas futuras, llámese —fianza, prenda o hipoteca en las que solo existe
la responsabilidad patrimonial sin que exista el deber jurídico del deudor, toda vez que
estas obligaciones son por su naturaleza accesorias y cumplen una función meramente
garantizadora.

Lo relevante de este aspecto, radica en la demostración de que el Deber Jurídico es


atingente exclusivamente a la persona del deudor en tanto que la responsabilidad
patrimonial puede afectará dicho sujeto pasivo o a un tercero como se tiene demostrado.

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