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SOUTHERN DISTRICT OF NEiF-YOHK y ss.

B E I T R E M E M B É f t E D , That on (he second day oí' Ocío-


ber, in the.fór.ty-six^li»year ~of Ihe Independence of the
(L. S.) United States of America,'Jos KÍ'H C E H N E A U , of thc said
District, hath dcpd'sited in this office Ihe, title of a book,
the right whereóf he claims as aulhor; in^the words and figures
followingjto w i t : „
" La Senda de las Siüc.es Masónicas. Sit L u x et L u x F u i t :
Por Dn. J. O E R N E A U . ' ; ' § ó b . \ G . \ C . \ del 3 3 . - . G . \ "
In conformity to the Act of the Congressof the United States,
entitled " A n A c t for" the en^uraggjfi^ígf of Learning, by secu-
ring the copies of Maps, Charts^-'Iñd J?ooke, to the authors and
proprietors of sjuch copies, during the time therein mentioned,"
A n d also to an' A c t . en,titled-" an Act, supplementary to an
t

A c t , entitled an Act'for the encouragement of Learning, by se-


curing the copies of M a p s , Chantó,'and -Books, to the authors
and proprietors of such copies, during the times therein mention-
e d , and extending the.ben'efits-thercof to tile arts of dcsigning,
engraving, and etching bistofio&l-eKd other prínts."
> ~ ' . JAMES DÍLL,
Clcrk of Íbcj$óutíicmX)i$h'ict of Nevo-York.
Stutra ir* las
LUCES

NEW-YORK:
EN LA IMPRENTA DE J. KINGSLAND íc CO.

A.'. L . \ 5821.
A

Los M M.-. II.-. G.-. M.\,

G . \ O F . \ Y MIEMBROS

DE LA

M . \ R E S P . - . G . \ L \ . ESPAÑOLA.

MM.: 11: y MM.: Resp.: HH.:

Ocupado hace mas de 20 años en buscar


la verdad, con todo anhelo, y con los mas ar-
dientes deseos, no he reparado nunca, ni en el
tiempo que consumía en ello, ni en trabajos ni
dificultades, con tal de conseguir mis deseos;
pues atendiendo siempre al de instruirme pa-
ra hacer participes á mis H H . \ de mis des-
cubrimientos ; no he perdonado medio algu-
no en mis perquisasMas.*. para llegar al fin.
vi

Si cada Mas.*, está obligado á comunicar


á sus H H . \ los conocimientos que ha ad-
quirido en los principios sagrados, y en sus
deberes para con el orden; el mió me im-
pele á depositar en el seno de las luces ma-
sónicas, los que he sacado de los mas acredi-
tados autores de la antigüedad, cuya noble
emulación, ha servido para agotar la verda-
dera moral que hará feliz y esclarecida nues-
tra posteridad.
Elegidos por el voto unánime de nuestros
Resp.*. H H . ' . al Supremo Gob.\ Mas.',
en la isla de Cuba, á vosotros és, és á vuestra
M.". Resp.\ G . \ L . . á quien pertenece el
-

derecho de proteger esta recopilación Mas.*.,


que tengo el honor de poner bajo vuestra
salvaguardia, y que asegurada de vuestra pro-
tección, y ayudada de las luces de esa M . \
R e s p . \ G.'. L . \ , servirá á ilustrar á los
Mas.'., en los principios sagrados, y en los
deberes que les imponen los preceptos de
nuestra sublime é inmortal institución.
Vil

Dignaos acceptar M . \ Resp.'. G.'. L.-.


este pequeño tributo y homenage de mi amis-
tad y amor fraternal, y creer,
M M . \ II.-. y M M . \ Resp. H H . - . a l a
alta consideración con la cual tengo el G . \
D.-. S . \ por los S.-. yN.-. Q.-.O.-. S.-. C.-.
y con T . \ los. H H . - . Q.-. O.-. S . \ D.-.
V.-. M.-. D.-. y M.-. Af.-. H.-.
J. C E R N E A U .
Ex VEN.-. FUNDADOR DE LA R E S P . - . L.-.
DEL TEMPLO DE LAS VIRTUDES TEOLOGA-
LES, EN LA HABANA.
INTRODUCCIÓN.
" E l orden de los F r a . \ Mas."- es una
" asociación de hombres sabios y virtuosos,
"cuyo objeto es vivir en una igualdad per-
" fecta, ser íntimamente unidos por los vín-
" culos de la estimación, de la confianza, y
" de la amistad; bajo la denominación de
" H E * , y de no existir los unos y los otros
" sino por la práctica de las virtudes."
¡ Mas. , penetrémosnos de nuestra digni-
-

dad ! L a rectitud de nuestros votos, la unión


de nuestros trabajos, la armonia de nuestros
corazones, alimenten sin cesar el fuego sa-
grado cuya claridad resplandeciente ilumina
el interior de nuestros Templos. Si el sol
calienta la naturaleza material, nuestros co-
razones no menos ardientes que él, abrigan
la naturaleza moral; si echa en su carrera
X

torrentes de luz sobre sus viles enemigos,


millones de luces inundan nuestros atrios
sagrados, y cada dia se abren ojos profanos
á esta claridad celeste, cuyos benéficos in-
fiuxos son comunes á todos, sin distinguir á
nadie, ni á sus calumniadores.
ORIGEN Y PROGRESOS

DE LA

MASONERÍA E N GENERAL.

L a M . \ y la Filosofía, sin ser la misma


cosa tienen el mismo intento y caminan á
un mismo fin. El culto del G.". A . , del-

Universo, el conocimiento de las maravillas


de la naturaleza, y la dicha de la humanidad
por la práctica constante de todas las virtu-
des : estos son sus principales obgetos.
Un F . - . M . \ es un filósofo práctico, que
bajo emblemas religiosas adoptadas en todos
tiempos por los sabois, construye sobre pla-
nos trazados por la naturaleza y la,razon el
edificio moral de sus conocimientos.
El M . ' . debe encontrar en la producción
simétrica, todas las partes de este edificio ra-
cional, el principio y la regla de sus deberes,
y la fuente de todos sus placeres: en el ejer-
cicio de sus mismos deberes perfecciona su
moral, se hace mejor, y halla en esta asam-
blea de hombres virtuosos, con los sentimien-
12

tos mas puros, los medios de. multiplicar los


actos de beneficencia.
La quintaesencia filosófica, es el néctar
con el cual los P . \ M . \ se embriagan, y la
ambrosia con que se alimentan. L a escala
misteriosa de las criaturas, cuyo pie está en-
terrado, y cuya cabeza elevándose hacia el
cielo se pierde en la inmensidad de los aires,
les sirve de escalón y de grado para salir
desde el*lodo donde se arastran las otras
criaturas, hasta la esfera Sub.*. donde brilla
el triángulo luminoso cuya imagen decora
nuestros templos.
Los simbolos de la sabiduría adornan los
mismos templos donde todo es alegórico y re-
lativo al intento secreto de la M . . #

Es solo para la sabiduría el incienso que


arde sobre nuestros altares, y asi debe arder
en nuestros corazones el fuego sagrado de la
verdad.
H a n nacido los hombres para vivir en so-
ciedad: si la intención d e l G . . A . \ d e l U . \
-

hubiera sido que este viviera aislado y separa-


do de los demás individuos de su especie, cada
uno de ellos tendría las calidades proprias á
13

este genero de vida ; pero no es así: la ma-


yor parte de las facultades físicas y morales
del hombre, sus inclinaciones naturales, su
flaqueza, sus necesidades ; enfin, todo, sirve
á manifestar las intenciones del gran princi-
pio de los seres, que es, el que todo concurra
á acercar el hombre, al hombre; abandonado
sobre la tierra, desnudo, débil y desarmado;
el interés y la necesidad le obliga á unirse
con otros, para defenderse, conservarse y me-
jorar su existencia.
Como si no hubieran sido sufisciente, to-
do esto ordenó Dios á los hombres, el pre-
cepto de amarse, de socorrerse, y de ayu-
darse mutualmente.
" Ama á tu prójimo como á tí mismo. N o

hagas á los otros lo que no quieras que te
" hagan á tí. Eres hombre, y con esta calidad
" nada de lo que puede interesar á los demás
" te debe ser estraño."
De aqui aquella santa y antigua ley de la
hospitalidad; ley que desde el origen del
mundo era religiosamente observada en todo
él: entre los Hebreos Dios mismo se presen-
taba á sus servidores bajo la apariencia de un
2
14

caminante. En tiempos posteriores los mi-


tologistas para dar mas sanción á esta ley;
fingieron que Júpiter, Mercurio y los demás
Dioses viajaban cubiertos de andrajos ; por-
que querían con esto probar la humanidad de
los hombres. L a observación de esta ley
se recompensaba con magnificencia y su
infracción se castigaba con severidad.
De estas relaciones generales que unen
todos los hombres y que hace de ellos como
una sola é inmensa familia, derivaron des-
pués las sociedades particulares. Unos que
estudiaban con atención la sabiduría, y otros
cuyos corazones estaban acalorados, y cuyas
cabezas se exaltaban con el sublime entu-
siasmo de la virtud, se asociaron y se ligaron
para resistir al choque de los vicios que em-
pezaban á corromper el fundamento de las
virtudes primitivas. Esos mortales genero-
sos y respetables, se dedicaron al bien de la
humanidad haciendo con valor la guerra al
vicio, esforzandose para restablecer entre los
hombres, la caridad fraternal casi borrada de
la memoria y del corazón ; defendiendo los
derechos del débil y oprimido, contra las in-
15

justas usurpaciones y asechanzas del ambi-


cioso poderoso.
Pero como la ejecución de un proyecto tan
vasto y grande exigia almas libres, animosas,
constantes, desinteresadas, é inflamadas del
noble deseo de ser útiles, los fundadores de
las primeras sociedades particulares, cuida-
ron de separar toda alma débil que estubiera
entregada al vicio y á la molicie, que enbrien-
dose con la máscara de la hypocresia desea-
ra participar de las asociaciones, y gozar de
las ventajas que procuran, sin contribuir en
nada al bien común, al mismo tiempo que
las corromperian con la depravación de sus
costumbres ; imaginaron signos, y palabras,
símbolos misteriosos para el vulgo, las que
se usaban para reconocerse en todas las
partes del universo. Solian someter los can-
didatos á rigorosas pruebas para asegurarse
de su firmesa y constancia, y para conocer
si tendrían bastante poder sobre sí para con-
servar inviolable el secreto de los misterios
que les iban á ser confiados.
A esta época, comenzó el espíritu M.*. á
sujetarse á reglas particulares pues aunque
16

Supongan que el nombre de M . \ es moderno,,


y aunque los detractores de la M . \ hayan
dicho para envilecerla que habia sido insti-
tuida por un tirano cruel, el espíritu M . ' .
tan antiguo como el mundo, fué constante-
mente el alma de aquellas graves sociedades
que bajo diferentes denominaciones se forma-
ron succeci va mente en todas las partes de él.
En Egipto apareció en todo su lustre : aquel
suelo hermoso, propio para cultivar las cien-
cias y las artes, vio salir de su seno una
multitud de genios superiores, que se pueden
considerar como los reparados, y los bienhe-
chores de la humanidad degradada. Menfis
fué el hogar de donde surgió la luz que en
poco tiempo disipó las tinieblas de la ignoran-
cia y de la barbarie que obscurecían las fa-
cultades intelectuales del espíritu humano.
El origen de la M . \ marcha de frente con
la filosofía religiosa porque le debe su naci-
miento y es su hija amada. Se vio desapa-
recer de la tierra en siglos bárbaros y llenos
de falsa filosofía y cuando un ateísmo estúpido
arrojó de sí la madre y la hija, y con ellas
Jas ciencias, las artes y las virtudes. El res--
tablecimiento de la M . ' . se debe al mercurio
de Egipto, mas conocido bajo el nombre de
Trismegisto : (que quiere decir, tres veces
grande.) este antiguo soberano de Tebas,
que ha dado su nombre á la filosofía Hermé-
tica, fué al mismo tiempo gran filósofo, gran
sacerdote y gran político: este hombre que
debió su deificación al reconocimiento, era
de la familia de los Atlantes que trajeron á
los paises meridionales del Asia y á las ribe-
ras del Nilo las reliquias de las artes y cien-
cias, de un mundo sumergido por las aguas,
y que yacían en un profundo olvido. Este
Hérmes fué el institutor de la sabiduría Egip-
cia famosa en otro tiempo; es él en fin el
verdadero restaurador de la M . \ y de la an-
tigua ciencia de los sabios.
Hérmes cuyos doctos escritos están mira-
dos por la antigüedad, como el origen primi-
tivo donde todos los sabios se ilustraron en
las ciencias y artes, fundó una sociedad de
magos (palabra que significa arquitecto. Estos
trabajaban sobre los planos que el G.'. A r q . \
del Universo ha señalado) los hizo deposita-
rios de varios principios de la Mas.', y de sus
2*
18

conocimientos sublimes escritos en caracteres


sagrados, de los quales ellos debían ser los
únicos interpretes.
Les obligó á reunir en masa todos sus bi-
enes, á vivir c o m o H H . \ , y á prometerse
y jurarse que no confiarían la explicación é
inteligencia de los misterios M . . sino á los
-

que mereciesen este favor; después de ha-


berse asegurado, con el tiempo y las prue-
bas, de la fidelidad y constancia de ellos.
Tubo la fortuna de poseer una de las colu-
nas que habían erigido los hijos de Enoc
inventor de las artes antes del diluvio;
este hombre deseando conservar sus inven-
ciones para el bien de la posteridad grabó
sobre monumentos de aquella especie los
principios de las artes que habia inventado,
los nombres de los inventores y la fecha de
la invención. Para la inteligencia de esta
historia es menester volver á tiempos mas
remotos. Enoc era el sesto de la genera-
ción de Adán, vivía en el temor de Dios;
y Dios le apareció un dia en un sueno y le
habló de esta manera.
" Pues tu deseas saber mi nombre, según
19

parece, sigúeme que yo te lo daré á cono


cer."
Le pareció al mismo tiempo á Enoc que
se hallaba sobre una alta montaña y que
Dios le mostraba una lámina de oro de forma
triangular muy resplandeciente, con los ca-
racteres que declaraban su verdadero nom-
bre, y que Dios le prohibia que lo profiriese
j a m a s : luego se halló Enoc como trans-
portado á un lugar subterráneo donde tuvo
que bajar por nueve arcos, y en el noveno
que era el mas profundo, vio brillar la misma
lámina de oro.
Enoc convencido de la voluntad de Dios,
fabricó un Templo subterráneo compues-
to de nueve arcos los unos bajo de los otros,
como lo habia visto en su sueño : Matusa-
lem su hijo dirigía esta obra sin saber los de-
signios de su padre : este edificio fué fabri-
cado en la tierra de Canaan, que fué des-
pués la de promisión, luego Jerusalem, y
ahora la tierra santa. (Estas circumstancias
son pruebas bien claras que este debia ser
el lugar donde habia de imprimirse el sello
de la santa alianza.)
26

Enoc hizo construir una lámina de oro


de forma triangular de un codo de alto en
cada ángulo, la enriqueció con las piedras
mas preciosas, la embutió sobre una ágata
de forma cúbica, y habiéndola llevado al no-
veno arco grabó sobre ella los mismos carac-
teres que Dios le habia mostrado, colocando
todo sobre un pedestal de marmol blanco:
Dios le dijo cierese la entrada de los arcos
con una gran piedra, con una abrazadera de
hierro, y que su trabajo serviría un dia para
indicar á los hombres mas sabios el lugar mas
sagrado de la tierra; que este tiempo llega-
ría después de un diluvio universal con el
cual debia castigar sus crímenes é impie-
dades.
Asi fueron cerrados los nueve arcos y nin-
guna criatura podia penetrar en ellos. E -
noc solo-sabia el tesoro precioso que con-
tenían y la pronunciación del nombre sagra-
do. L a depravación de los hombres aumen-
taba todos los días, y Dios amenazó el mun-
do entero de una ruina próxima é inevitable.
Enoc, temiendo que el conocimiento de
las artes fuese destruido por un diluvio uni-
•21

versal quiso conservarlos principios de ellas?


á la posteridad de los que Dios por su bondad
perdonase, y salvase, con este intento man-
dó construir dos grandes colunas sobre la
mas alta montaña de la tierra que habitaba,
la una de bronce para resistir al agua, y la otra
de piedra para resistir al fuego; dejó gra-
bado con geroglfficos sobre la coluna de
piedra que en los arcos subteraneos del Tem-
plo que habia erigido al señor, estaba un te-
soro muy precioso, y sobre la de bronce gra-
bó los principios de las artes liberales y par-
ticularmente los de la M . \
Matusalem fué padre de Lamet que fué
el de Noé, á quien Dios habló de esta ma-
nera.
" Quiero castigar á los hombres con un
diluvio universal, te ordeno que construyas
una arca, que pueda contener á tí y á tu fa-
milia, porque quiero salvaros de este diluvio."
Y dios le mostró el lugar donde queria que
se fabricase la arca, Noé estuvo un año con-
struyendo dicha arca, su edad entonces era
de 600 anos, la de su hijo Sem de 99, y ha«
22

bia poco tiempo que su padre Lamet habia


muerto en la de 777.
De todos los patriarcas que habian vivido
después de Adán, Matusalem abuelo de
Noé era el solo que quedaba: tenia entonces
969 años, no se hace mención de él, después
de este tiempo, por lo que se cree que pereció
en el diluvio.
Dios mandó á Noé que entrase con toda
su familia en el arca que habia construido ;
é inmediatamente principió el diluvio, cuyo
acontecimiento sucedió en el año 1656 de la
creación del mundo. Todo fué destruido
por las aguas, los mas soberbios monu-
mentos desaparecieron, la coluna de piedra
que Enoc habia erigido no se pudo conser-
var ; pero la de bronce resistió á las aguas:
por este medio las artes liberales han llegado
á nosotros, y la M . \ le debe el título de su
antigüedad. Esta coluna que se encontró
en el año 2076 de nuestra era, fué para el
grande Hérmes, un hallazgo que le procuró
una multitud de conocimientos y de combi-
naciones científicas; halló medio de obser-
var las maravillas de la naturaleza con el
23

arte de la astronomia: hizo ver con el re-


sultado de sus combinaciones que solo habia
un Dios. Dividió los dias en doce horas, y
el zodiaco en 12 signos ; é inventó la escri-
tura geroglífica tal qual la hemos conservado.
Esta M.*. como se deja ver, era el depo-
sito de los conocimientos del mundo antes
del diluvio, y escrita en las lenguas primi-
tivas ; unida á la arquitectura moral, se con-
servó porlos patriarcas, que la reestableoie-
ron en su primera pureza: fué en aquellos
siglos de paz y de inocenzia cuando la ¡VI. \
tomó una forma constante y determinada:
aquellos patriarcas ó magos, aquellos anti-
guos filósofos religiosos que el vulgo consi-
deraba como adoradores del fuego celes-
te, porque adoraban al autor del univer-
so, bajo de este brillante emblema, ellos,
y ninguna otra persona, eran los depositarios
de las ciencias divinas y humanas, y los solos
que poseian el conocimiento de los sim bo-
los y de la lengua sagrada, en la cual esta-
ban escritas. Los magos establecieron la
M . \ en Egipto; estos con los sacerdotes y
los filósofos formaban una sola comunidad
24

vivían como H H . \ y solo admitían á al-


gunos en sus misterios después de una larga
y penosa prueba. Ellos solos estaban en-
cargados de la educación de los hombres
destinados á gobernar, porque eran los que
conocían las ciencias, las artes y lá natura-
leza.
L a doctrina de estos hombres era una
teología natural, fundada sobre el culto y la
adoración de una divinidad suprema. Las
historias de Abraham, de Jacob, de Joseph,
y particularmente la de Moyses, prueban
que estos patriarcas debían muchas de sus
luces á los magos.
L a magia degeneró poco á poco por el olvi-
do de los símbolos geroglíficos de la lengua
sagrada, y de las grandes verdades conteni-
das en los emblemas. Los errores que arras-
tra la ignorancia, cubrieron el mundo; pero en
medio de este desorden, algunos colegios de
sacerdotes, y principalmente los de Menfis y
Heliopolis conservaron la magia y la franca
M . \ en todo su explendor.
En aquellos tiempos tan remotos, cuando
la mayor parte de. los hombres vivía errante
25

y sin leyes: el que se sentia con bastante


valor para ser útil á sus hermanos, iba á
instruiré á Egipto, y á hacerse iniciar en los
misterios de Menfis : volvía después lleno de
todas aquellas sabias instituciones que civili-
zan las comarcas mas salvages, persuadía á
los hombres, á que se juntaran y erigieran
ciudades; y les enseñaba el arte de preve-
nirse contra las invasiones de un vecino am-
bicioso : también les convidaba y persuadia
á que rindiesen al G.*. A.', del U.'. el mas
profundo homenage, ¡tributo de reconocimi-
ento que le deben todas las criaturas! enfin,
no formaban estas asociaciones otra cosa que
un conjunto de sistemas filosóficos, militares
y religiosos.
Allí dicen que fué Orfeo á aprender los
medios de formar una patria : allí sacó Li-
curgo la severidad de costumbres y diciplina,
que hizo de los Espartanos una nación de
guerreros valerosos, llenos de virtud heroica:
Solón sacó de allí mismo, las leyes que pu-
blicó en Atenas, y Pitagoras penetró el dog-
ma de la inmortalidad del alma bajo del in-
genioso emblama de la metemsieopsis. El
26

conocimiento de todos estos misterios, inspiró


al genio de Platón aquellas sublimes ideas de
la divinidad que le valieron el sobrenombre
de divino ; enfin, Tales, Solón y los demás
sabios de Grecia fueron al Egipto á buscar
las luces y conocimientos filosóficos con que
instruyeron entonces á sus conciudadanos,
y lian servido de antorcha para la ilustración
presente. Esos misterios no tardaron mucho
en pasar á Grecia, y se establecieron en
Eleusis, bajo el nombre de misterios de
Ceres. Poetas, filósofos, guerreros, todos
procuraron ser iniciados en ellos, pero los
grandes principios de moralidad sacados de
Egipto mudaron de naturaleza al instante
que pasaron por la imaginación brillante de
los Griegos : de símbolos, hicieron divini-
dades; los vicios, los seres metafísicos, toma-
ron un cuerpo; y de allí nació el politeísmo :
así las ideas mas sanas, las mejores institu-
ciones, vienen- á quedar regularmente alte-
radas y corrompidas.
Salomón, aquel rey filosófico, tan instruido
en todos los secretos de la naturaleza, fué el
restaurador de la antigua ciencia de los sa-
27

bios ; la simbolizó en los grados que compo-


nían el primer templo; y habiéndole Dios
reservado, la gloria de hallar en las entra-
ñas de la tierra, el tesoro precioso que Enoc
habiaocultado supo el verdadero, nombre del
Eterno, y se lo comunicó á los M . \ á qui-
enes condecoró con el grado de la Sub.".
perfección M . \ Luego, esta asociación, que
en su principio habia sido de tanta utilidad á
la humanidad, fué dividida en diferentes ra-
mos, y se formaron sociedades religiosas, mi-
litares, y filosóficas. Las religiosas se ocu-
paban en arreglar lo que tocaba al culto de la
divinidad. Las guerreras se consagraban á
la defensa de la patria, 6 iban de una parte
á otra de la tierra, para destruir tiranos y
bandidos : así el reconocimiento de los mor-
tales no tardó en erigirles estatuas que la
superstición comensó luego á incensar. Las
filosóficas instruían el mundo, desplegando
los grandes principios de la moral, ense-
ñando á los hombres á arreglar sus cos-
tumbres, á buscar la felicidad en la prác-
tica y en el amor de su prójimo; pesaron
en la balanza de la equidad y la jus-
28

íicia, los derechos de las naciones y los de


cada hombre en particular; en fin hicieron
lo posible para hacer concurrir á un mismo
fin, el interés particular con el bien general.
En el tiempo que las heregias se multi-
plicaban en todas partes, la M . \ , como la re-
ligión, tuvo sus revoluciones. Los M . ' .
viendo con dolor que los infieles habian inva-
dido los lugares en donde los mas grandes
misterios se habian practicado, erigieron los
grados contenidos en la M.*. conocidos con
el nombre de renovados. Estos grados son
alegóricos á los succesos que acaecieron
para restablecer el culto.
En tiempo de las cruzadas, los christianos
mezclados con los infieles, se vieron forzados
á reunirse en secreto para poder celebrar sus
misterios bajo emblemas. Cada secta reli-
giosa juzgó serle conveniente establecer una
compatibilidad entre su opinión religiosa
yM.-.
Corrian los fines del 13 siglo, cuando Go?
fredo de Bouillon conducia los Cruzados á la
conquista de la Tierra Santa: para ocultar
y cubrir los misterios de la religión christia-
29

ua bajo de figuras alegóricas, instituyó el


S u b . \ grado de la R . \ +.•., éhizode él, el
punto perfecto de la M . \ , que nombró M . ' .
christiana. Allí establecieron los diversos
ritos bajo la denominación de la M . ' . gene-
ral de Heredon, Christiana, Escosesa, Ado-
niramita, de San Adres, de York, Prusiana
y filosófica.
Dichosamente en medio de estos desorde-
nes algunos II. . M . \ de los primeros siglos,
-

siempre habian conservado algunas partícu-


las del fuego sagrado de la primera M . ' . :
unos de estos, cerca del año 926 recibieron
de Adelstan rey de Inglaterra, el derecho de
tener en su reyno asambleas para celebrar
sus misterios y para iniciar á aquellas perso-
nas que les pareciesen dignas; también les
concedió algunas franquicias y el derecho de
juridiccion.
L a G.*. L . ' . de los verdaderos F.". M.'.
fué establecida en York", donde se mantuvo
hasta 1422 que Jacob 1, G . \ M . \ entonces
de todas las L L . ' . , la hizo transferirá He-
redom, que distaba seis millas de Edinburgo;
de este lugar principal ha vuelto á salir toda
3*
30

la dependencia directa y absoluta del cuer-


po M . \
Consideremos ahora nuestra antigua ca-
ballería, cuyo carácter y distinctivo era la
integridad, el valor, la franqueza y la lealtad.
Este espíritu de constancia, de firmeza en
los peligros, este espíritu de afición á su pa-
tria, de fidelidad en guardar inviolablemente
la palabra dada aun que fuera á un enemigo
perjuro, este espíritu de liberalidad, de fra-
ternidad, les hizo héroes amables en la paz,
terribles en la guerra, y el objeto de la admi-
ración del universo. Eran al mismo tiempo,
la defensa de la Europa, los protectores de la
inocencia, los defensores del oprimido y los
bienhechores de la humanidad, sin distin-
guir pais ni religión.
¿Que espectáculo tan hermoso no se pre-
senta á mi vista! ¡ que triunfo no consigue
hasta sobre sus enemigos el espíritu Mas.*.!
Hechemos la vista sobre un campo de ba-
talla : se verán soberanos mezclados entre el
horror y encarnizamiento de la pelea, levan-
tan su espada, y ya pronta á atravesar el co-
razón de su adversario, reconocerlo p o r H . \ .

dexarla caer de repente de su mano, correr


hacia él, deponer todo orgullo, olvidarse de
la distancia que hay de una diadema á un
simple caballero, abrazarle, regarle con sus
lágrimas, y formar con su pecho un antemu-
ral que le defienda !
Esos C a b . \ Templarios cuya existencia
fué tan ilustre como su fin desgraciado (la
causa de su destrucción será siempre un pro-
blema) ¿cual era el objeto de su estableci-
miento 1 i quales eran sus institutos ? escol-
tar los peregrinos que iban de todas las partes
del mundo christiano á visitar los lugares
santos, protegerlos, defenderlos contra los
ataques, vexaciones é insultos de los Musul-
manes ; y derramar hasta la ultima gota de
su sangre por mantener la religión de su pais;
haciendo una guerra leal á los enemigos
de este y de aquella, y guardando fiel y reli-
giosamente sus tratados hasta con los detrac-
tores de su fe.
Este sublime motivo fué también el que
animó los valientes caballeros de Malta : sa-
crificaban sus fortunas y vidas peleando con-
tra infieles : ellos eran un baluarte insupera-
32

ble entre la Europa y sus enemigos: limpia-


ban los maresde ladrones y piratas, y por este
medio aseguraban la libertad del comercio.
Sus piadosos trabajos eran tan necesarios
en aquel tiempo á los imperios como á la re-
ligión.
Los de los verdaderos Mas.', aunque sean
menos brillantes, no son menos útiles. Los
medios de que se han valido otros para hacer
obrar las diferentes sociedades que se han
formado en el universo, están unidas en sí
para dirigir las acciones de los verdaderos
Mas.'. Constantes y firmes en toda circun-
stancia no encuentran dificultad cuando hay
que arrostrar los mayoros peligros para sal-
var á sus H H . ' . T a n fieles a su palabra co-
mo firmes en su creencia, nada puede hacer-
les olvidar intereses tan caros. Aunque sean
amigos de todos los hombres y ciudadanos
del mundo entero, su patria siempre posee el
primer lugar en su corazón. Se creen obli-
gados á ser afables y benéficos, para con to-
dos los hombres, modestos y corteses en el
comercio de la vida, y procuran hacer el
bien sin aspirar á la gloria de haberlo hecho.
Semejante á la naturaleza que nos oculta
sus operaciones, el Mas. , rompe (sin darse
-

á conocer) las cadenas de los encarcelados y


alivia la indigencia. Insensible al placer
de asistir á la humanidad doliente ¿ seria po-
sible que pudiese vivir en una tranquila indi-
ferencia ? l podria estar satisfecho con deplo-
rar las miserias del genero humano ? ¿Podria
entregarse á aquella austera filosofía, á aquel
orgulloso egoísmo que endurece el corazón é
impide el trabajar al bien de sus semejantes
y á los intereses de la socieadad ? al contra-
rio, el espíritu Mas.*, que le anima le hace
tener una satisfacción muy dulce en ser el
bienhechor de los miserables, en consolar
las almas afligidas, en animar, á el que ha
caido en alguna falta para que vuelva á la vir-
tud y en corregirle con indulgencia y sin se-
veridad. Cuan suprema es la dicha del que
puede triunfar á la vez de la miseria y del
vicio, aliviando é instruyendo criaturas se-
mejantes á nosotros, inclinándolas al bien
con sabias lecciones y buenos ejemplos que
son mas eficaces que aquellas !
Dichoso el mortal que posee las virtudes
34

M . ' . ¡ siempre está contento de sí mismo; la


pureza de sus costumbres, y su vida inocente:
hacen callar la maledicencia que quisiera dar
que sospechar en contra de una sociedad cu-
yo objeto és la práctica de las virtudes y el
bien de la humanidad; inspira la paz y el
gozo á todos los corazones, todos aman y
desean su sociedad, porque guiada á la ca-
ridad fraternal, nunca ofende el amor propio
de persona alguna.
En fin, estrechamente unidos por los vín-
culos de la franqueza, de la cordialidad y de
la igualdad mas perfecta, los verdaderos
Mas.', traen á la memoria en sus reuniones
ocultas á los ojos del vulgo profano la ima-
gen de aquella edad de oro tantas veces can-
tada por los poetas; cuando todos los hom-
bres iguales en derechos y prerogativas no
conocian ni a grandes ni á pequeños, ni ricos
ni pobres y cuando en fin las virtudes Mas. ,-

hacian de ellos una familia fraternal dichosa


con la dicha de sus H H . .-
3.5

DE LA CARIDAD.

Siendo la. caridad la primera virtud social,


y la que mas acerca el hombre de la divini-
dad, es la que debe distinguir en todas las
circunstancias de la vida humana el carácter
del F . \ M . \ ; tan satsfactoria es esta virtud
para el que la practica, como útil para el que
de ella se aprovecha; lleva con sigo su re-
compensa por los puros y dulces placeres que
goza el hombre que la exerce: ella, contiene
tiernas emociones para el sabio admirador é
imitador de las bondades del Criador y Señor
del Universo : imprime en los corazones,
caracteres sagrados, con los cuales se mani-
fiesta á todas las criaturas; se presenta siem-
pre á nuestros ojos, bajo las formas mas agra-
dables ; y sentimos por medio de sus divinas
emanaciones, los efectos deliciosos de aque-
llos sentimientos que llenan las almas de una
verdadera é inalterable satisfacción que no
podemos comprehender, y que solo Dios
puede explicar.
36

¡ Quien pudiera expresar la felicidad de


que goza el que, teniendo solo á Dios y a su
corozon por testigos de sus tiernas afecciones,
puede acordarse de sus acciones benéficas,
oir las bendiciones patéticas de los desdi-
chados, á quien ha socorrido en sus infortu-
nios, y recibir las muestras cinceras del agra-
decimiento, renovadas cada dia con las con-
solaciones que verterá en las almas oprimi-
das de desdicha, de miseria, y de dolor !
L a caridad es la piedra angular de nues-
tras obras místicas, esta amable virtud, mas
llena de gloria que el primer rayo de luz que
viene á aclarar un hermoso dia, es el princi-
pio vital de nuestra I I . s o c i e d a d ; ella forma
la base de todas nuestras acciones por lo que
toca á nuestros H H . \ ; ella es el gnomon
que arregla nuestro zelo y afán por el bien del
genero humano, porque aunque las necesida-
des de nuestros H H . \ nos interesan parti-
cularmente, el mérito y la virtud en la indi-
gencia, en cualquiera clase que se halle, me-
rece nuestros beneficios y atenciones.
L a caridad M.*. tiene placeres que no son
conocidos del vulgo, solo el verdadero M . \
37

puede conocer y practicar este tierno senti-


miento con la delicadeza y consideración que
realza el mérito y el precio de una buena
obra. Cuantas ocasiones halla él de cum-
plir con lo que debe á su prójimo, procuran-
do á los infelices, todo genero de consola-
laciones, escuchando con paciencia y sensi-
bilidad, la relación de las penas del afligido :
cuidando de enjugar sus lágrimas, de aliviar
sus necesidades, de animar y sostener su va-
lor, y de mostrarle la esperanza. En una
palabra, la ocupación continua de un M.*.,
debe de ser la de apropiarse los trabajos de
su prójimo. El alma verdaderamente be-
néfica, siente un gusto divino en anticipar
sus auxilios á los que los han menester.
L a caridad fraternal, es también una vir-
tud que procura al que la practica, el agra-
decimiento, la estimación, la amistad, y aun
la admiración de los hombres.
Podremos pues negar estos sentimientos á
el que se ha hacho una obligación y un há-
bito de perdonar las debilidades y errores de
sus hermanos, de cubrir sus faltas, de ense-
narles á vencer sus pasiones, á conocer la
38

paz del corazón y del alma, de conservar la


amistad, de fortalecerles con ejemplos y bue-
nos consejos, en los principios sagrados de
la sana moral, de instruirlos de sus yerros
y á perdonar sus injurias. Tales son los mo-
vimientos deliciosos y sublimes de un cora-
zón tierno, que practica esta preciosa virtud
en todas sus ramificaciones; en silencio, sin
orgullos ni ostentación; hace el bien solo
por gusto, y se esfuerza siempre por llegar á
la pureza y perfección adquiriendo nuevas
virtudes.
39

SECRETO.

Una de las calidades mas eminentes del


verdadero M . \ es saber guardar un secreto.
Los antiguos filósofos y los sabios, (la mayor
parte eran M.'.) miraban el saber guardar
un secreto, como una virtud esencial, y así
era la primera lección que daban á sus discí-
pulos y sectarios. En las escuelas de Pita-
goras se prescribia á los novicios el silencio
por un cierto tiempo, prohibiéndoles el ha-
blar, avnenos que no se le hiciesen algunas
preguntas; afin que el secreto importante
que debian comunicarles fuese mas bien
guardado.
Del mismo modo, esta gran calidad ó vir-
tud se manda y se prescribe á los M . \ bajo
las penas y obligaciones mas fuertes : pues
en su modo de pensar, poco caso hacen ni se
debe hacer de un hombre desprovisto de fuer-
za intelectual y do la habilidad necesaria
1

para encubrir y guardar los honrados secre-


tos que se le han confiado comj también
los negocios mas serios. L a historia sagra-
40

da y la profana, nos enseñan que muchas


empresas que la virtud autorisaba, han tenido
mal suceso por falta de secreto.
L a virtud del secreto nos es recomendada
por los mayoresfilósofosy legisladores sagra-
dos y profanos: los santos Patriarcas ponen el
don precioso del secreto y silencio entre los
principales fundamentos de la virtud: y el
sabio rey Salomón, miraba al hombre que no
podría guardar sus propios secretos, como in-
digno de tener ninguna autoridad sobre los
demás ; un hombre indiscreto puede ser trai-
dor é infame; nada puede legitimar una in-
discreción. Una disputa seguida de una
pelea en la cual se hubiese derramado san-
gre puede terminarse allí, y producir una
reconciliación perfecta; pero el abuso de la
confianza y la bajeza de vender un secreto,
imprime para siempre el mas justo y mas
profundo menosprecio sobre el iniquo que
ha sido capaz de tal crimen.
41

NÚMEROS MAS/.

Los números Mas.*, se deben á Euclides,


ú Pitliagoras, y á Arquimedes, es decir á los
tres primeros Geómetras de la antigüedad.
Adoptados por los M . \ se han impuesto la
obligación de estudiar las causas que deter-
minaron á los antiguos á considerarlos como
sagrados y á atribuirles propriedades de mu-
cha consideración.
L a unidad no teniendo partes, debe menos
pasar por un número que por el principio ge-
nerativo de ellos; es, decia Pitagoras, el ar-
tributo escencial y el sello de la divinidad :
es, dicen los Mas.*., el número que compre-
hende el Gran principio de todo, el Arq.\
del Un.*. J.*.
El número tres es el pendón del primer ser
perfecto, representa la esencia divina que for-
mó la parte mas principal y perfecta del uni-
verso, la muestra en su origen y la da á cono-
cer en sus efectos ; enlin es el de la Trinidad,
el de las virtudes teologales, y de muchas
épocas interesantes de la vida de Christo. Si
4*
42

buscamos este número en la mitología Griega,


Egipcia &c. encontraremos que es el de las
tres Gracias; si consultamos la Iconologica,
veremos que los antiguos esperaban de estas
Divinidades benéficas los mayores bienes.
Su poder se extendía sobre todos los placeres
de la vida. Ellas dispensaban á los hom-
bres, no solamente la gracia, la alegría, el
buen humor, la facilidad de insinuarse y to-
das aquellas calidades que esparcen mil en-
cantos en la sociedad sino también la libe-
ralidad, la eloquencia y la sabiduría. L a
mas bella de sus prerogativas era el presidir
á las buenas obras y al reconocimiento.
Hombres instruidos en las ciencias antiguas
nos han transmitido lo que creian los sabios
de aquel tiempo sobre sus atributos, desun-
briendonos los misterios que encerraban es-
tos.
" Llamaban estas diosas Chantes, nombre
" derrivaolo de la voz griega que significa
" Gozo, para darnos á entender que debemos
" tener el mismo gusto en hacer favores
" que en el reconocer los que se nos hacen.
" Eran jóvenes para ensenarnos que la memor
43

" ría de un beneficio nunca debe envejecer;


" vivas y ligeras, para hacernos conocer que
" se ha de dar luego; porque el socorro que
" se hace esperar pierde mucho de su mérito.
" Los Griegos solían decir también que una
" gracia que se hace lentamente deja de ser
" gracia. Eran vírgenes para dar a enlen-
" der, l . \ que haciendo el bien debemos tener
" intenciones "puras, pites faltando estas, se
" destruye todo lo que se haya hecho de bueno.
" 2 . \ que la inclinación benéfica debe ser
" acompañada de prudencia y de circunspec-
" don. 3 . . Se tenían por la mano para sig-
-

" nificar que debemos con beneficios recíprocos


" serrar y reunir de mas en mas los vínculos
" fraternales que nos unen. Enfin danzaban
" en corro para ensenarnos que debe haber en-
" iré los hombres una circulación de beneficios,
" y ademas que por medio del reconocimiento
" deben volver estos al centro de donde salie-
11
ron.'''' E l número tres es también el de
los jueces infernales, de las parcas y de las
furias: el Júpiter troyano tenia tres ojos, uno
observaba el cielo, otro que fijaba la tierra,
y el tercero que miraba hacia los infiernos.
•14

Los Griegos tenían su Mercurio tricéfalo, su


triple Hócate, su Cerbero con tres cabezas
y su Hérmes trimegisto. Los indios tienen
su dios Trimurti, que reúne en sí los tres po-
deres, de criar, conservar, y destruir.
El número cinco fué estimado también
por los Antiguos, que le miraban como el
número favorecido de Juno, porque está com-
puesto de dos primer número par, y de tres
primer número impar, lo cual según ellos es
el emblema ó imagen del matrimonio.
Empero ningún número fué tan venerado
como el siete : parece que está intimamente
unido a todos los sistemas y que pertenece
á todas las sectas. Philon de Alejandria
decia a Caligula. Todo cuerpo activo está
compuesto de tres dimensiones, largura, an-
chura y espesor, y de cuatro extremos que
son, el punto, la linea, la superficie, y el soli-
do ; he aquí siete calidades que son la perfec-
ion de todo cuerpo; y esta perfección está jus-
tificada por muchas virtudes ; a los siete anos
principian los dientes de los niños á mudar-
se y crecer, a los siete doblados viene el po-
der generativo & c . Sigue así todos los años
45

visiestos tiempos aciagos que los antiguos nos


han hecho mirar como épocas constantes, en
las cuales la economía animal tiene que su-
frir una revolución. El número siete es el de
las Pléyades, el de los planetas semanarios,
de las maravillas del mundo, de los tonos de
la música, de las artes liberales, y el de las
faces de la luna. Los Hebreos advierten que
el Arca de Noé, se detuvo después de siete
meses de inundación, y que la paloma trajo
el ramo al caso de siete dias. Moyses, prohi-
be á su pueblo recoger mana el séptimo dia.
Joseph predijo siete años de fertilidad y siete
de esterilidad. El candelero colocado delante
del arca tenia siete brazos y siete sacerdotes
tocaban la trompeta delante de ella. En el
Apocalipsis se ven siete candeleras; el libro
cerrado con siete sellos; y el Omnipotente
que tiene en su mano siete estrellas. Des-
pués del Apocalipsis hemos tenido los siete
dones del Espíritu Santo y los siete sacra-
mentos &c. Existe pues en todas las mito-
logías una predilección por el número siete,
y cuando los Mas.', lo escogieron por su
número perfecto, quisieron sin duda que los
46

Neofitas, buscasen lo que habia dado á los


números 1, 3, 5, 7, tanta veneración, amor
y respeto en la antigüedad.
El número nueve no se respeta menos que
todos los otros: representa la harmonía per-
fecta de la naturaleza humana, es el término
de la generación, de la producción de todos
los seres organisados, es el número de aber-
turas dadas por la naturaleza para nuestras
necesidades indispensables. Es el número
de las Diosas que presiden á las ciencias y á
las artes ; y es enfin el número completo de
los cifras arithméticas, y la triple batería de
los M . \ Mas.-.
47

Deberes comunes á todos los 31.'. en general


y en particular.

Adorar un Dios Criador y conservador


del U . \ , evitar todo lo que pueda manifestar
alguna relaxacion en el culto que se le debe,
confesar la santidad de la fé por una reli-
giosa y constante practica de los preceptos
que ella nos enseña ; probar que su alma está
penetrada de la sublimidad de los dogmas
del evangelio, y hacer de la ley moral el único
regulador de sus acciones ; tales son las pri-
meras obligaciones de los M . \
El verdadero M.*. se debe distinguir por su
fidelidad y afición á su patria, por su sumi-
cion á las leyes y respeto á los que son los
órganos de ellas. Nunca entrará en una
maquinación que fuese prejudicial al estado;
evitará todo lo que pudiera dar lugar á la for-
mación de ellos, sease juzgando temeraria-
mente de las intenciones de los gefes, ó cen-
surando indiscretamente de sus operaciones
ó bien de sus personas.
Si alguna vez descubriere una L . ' . que
48

uno de sus miembros ha faltado á las obli-


gaciones sagradas del ciudadano, tomando
una parte activa ó indirecta en las maquina-
ciones formada contra la patria, este miem-
bro convencido de su delito, debe ser inme-
diatamente excluido de l a L . \
Todo M . \ juzgado y convencido de un
crimen de cualquier clase que sea, deja de
ser M . \ y será excluido de la sociedad.
Deseando conservar la buena reputación
que la M . \ ha sabido merecer y que pone
todo su celo en conservar, la entrada de las
L L . \ se prohibirá a todo miembro citado
delante de un tribunal civil, por causa crimi-
nal intentada contra él. Volverá, á entrar en
todos sus derechos, inmediatamente que su
inocencia sea reconocida, y esta interdicion
no se considerará como una pena, porque le
procurará nuevos derechos á la amistad de
sus H H . \
Si se le prohibe á los M a s . , el violar sus
-

promesas por ligereza, inconsideración, ó con


propósito deliberado, con mas justa razón no
le es permitido revelar en el vulgo profano
los misterios del orden, comunicarles las lu-
49

ees Mas.*, ni promover un H . \ de un grado


inferior á uno mas elevado, faltando á los es-
tatutos de su Rito. El Mas. , que quedare
-

convencido de haber quebrantado este artí-


culo será suspendido ó excluido de la L . \
según lo requiera el caso.
Debe ser tan inviolable la palabra de un
M . . como el juramento mas sagrado: el que
-

faltare á ella, será considerado y tratado pol-


las leyes M a s . , como perjuro.
-

E l Mas. trabaja para la gloria y prosperi-


dad del orden en general, y particularmente
para el bien de la L . . de que es miembro.
-

Como la reputación y honor de su L . \ de-


ben ser sus mas ardientes deseos, cuando se
le justifica á un H . \ haberla ajado con dis-
cursos calumniosos é infamatorios, debe ser
castigado según lo requieran las circumstan-
cias bien sease con apercebimientos ó por sus-
pensión ó exclusión.
Importa mucho que los H H . \ asistan re-
gularmente á las L L . \ y ningún zeloso
M a s . , debe faltar á ellas sin tener graves im-
-

pedimentos ; si acaso le fuese imposible asis-


tir, está obligado á someterse á los decretos y
5
50

decisiones que hubiese ella formado sobre sus


faltas.
L a Mas.*, teniendo por base la moralidad
y la virtud, practicando esta y estudiando
aquella, la conducta del Mas.*, será irrepre-
hensible. El desinterés es una virtud nece-
saria á qualquiera miembro de una sociedad
cuyo intento principal es el bien de la hu-
manidad ; esta virtud es la fuente de la jus-
ticia y de la beneficencia.
N o basta al Mas.', ser circunspecto, tam-
bién debe ser discreto, pues á esta calidad
que creen que posee debe él su iniciación á
los misterios, y al orden su organización.
A la intrepidez, á la perseverancia en el
bien, á la constancia en sus designios, á sus
costumbres honestas y á su modestia, debe
unir el Mas. ., la cortesía, y hacer justicia al
-

mérito de los demás.


Huyendo la osiosidad no le faltará tiempo
suficiente para cumplir escrupulosamente con
las obligaciones que le imponen sus funcio-
nes civiles; sabio distribuidor de las horas
del dia, tendrá no solamente lugar para culti-
var su entendimiento adquiriendo conocí-
51

mientos útiles sino que tampoco le faltará


tiempo sobrado para consagrarse á los cuida-
dos que exige el puesto que ocupa en la L . ' .
el que le ha sido conferido por su mérito.
Libre de las preocupaciones vulgares to-
dos sus pasos se dirigirán al santuario de la
verdad, sin ahorrar ninguno que pueda ayu-
dar á mantener el orden y tranquilidad pú-
blica y particular.
Teniendo orden y exactitud en sus nego-
cios dará con ello pruebas de su aptitud para
el trabajo; sin mostrar una curiosidad in-
discreta, debe procurar instruirse en lo que
puede hacerle mas sabio y mas virtuoso.
Dará á conocer sus progresos en las sublimes
ciencias favoreciendo según sus medios, las
instituciones cuyo objeto es el bien de la hu-
manidad; protegiendo el mérito obscurecido
y animando el genio perseguido.
El cuidado que debe tener en hablar y
obrar á propósito le hará observarse asimismo
que es el medio deque nunca le falte uquellti
presencia de espíritu y firmeza necesaria en
todas las circunstancias de la vida.
Cuando el Mas.*, tenga que cumplir con
52

su obligación no debe detenerse e'n respetos


ni consideraciones de rangos ni calidades, si-
no arrostrar el peligro con la mayor firmeza.
El amor fraternal siendo el principal funda-
mento de nuestra antigua y R e s p . \ socie-
dad, el verdadero Mas.', dará á conocer
siempre, cuanto aprecia sus encantos, destru-
yendo ó ahogando si estubiere á su alcanse
toda semilla de disencion que pueda intro-
ducirse entre los H H . \ N o solamente se
abstendrá de calumniar á ninguna persona y
de tener discursos ofensivos contra nadie, sino
que todas las veces que otros quisiesen en su
presencia dañar la reputación de un H . \ to-
mará su defensa y le servirá con el mayor
fervor, siempre que no se exponga a compro-
meter su honor.
Cuando un Mas.', ha sido ofendido por
otro Mas.', se quejará á su L . ' . ó á aquella
en donde sea miembro el agresor, y si no ob-
tiene de ella la reparación correspondiente
que debe esperar tiene derecho de elevar su
queja á la G.". L . \ apelando de la injusticia
con que ha sido tratado: absteniéndose de
impetrar los auxilios de los tribunales civiles,
53

Ínterin que vea algún otro medio de terminar


la contienda.
Si la disputa ha sobrevenido entre dos
Mas.', por objetos que conciernen á la
Mas.', los Of.\ liaran lo posible para termi-
narla por medio de una reconciliación; los
dignitarios mismos intervendrán en esta com-
posición, ó algún H . ' . investido con la con-
fianza general conocido como mas á propósi-
to para terminar semejantes contiendas.
Pero si las diligencias de los arbitros son in-
fructuosas, si el asunto se lleva al fin ante de
los tribunales civiles, los dos H H . \ en ques-
tion mientras dure el pleyto, se abstendrán de
todo acto y discurso que manifieste animosi-
dad, y que por consiguiente seria contrario al
espíritu de concordia y unión que debe rey-
nar en la sociedad. Prestándose una asis-
tencia mutua y no interrunpiendo el curso de
sus buenos oficios, mostraran la influencia
de la Mas.', y obraran en esto como los ver-
daderos Mas.', han obrado en todos tiempos
y lugares.
Es deber de todo Mas.', el guardar muy
cuidadosamente todo escrito que pueda dar á
5 *
54

conocer algún misterio de la Mas. ., y deposi-


-

tarlos en los archivos de la L . \ , afín que en


caso de muerte ningún documento caiga en
manos de personas que no deben tener cono-
cimiento de ellos.
L a elevación á las dignidades como el fa-
vor de ser admitidos á la participation de las
ciencias M a s . , siendo las mas brillantes re-
-

compensas que las L L . \ pueden otorgar al


zelo y al mérito, todo H . . que no observe
-

las leyes, probando por este medio su indife-


rencia para con la orden, nunca podrá aspi-
rar á semejantes recompensas.
Todas las L L.". deben velar escrupula-
mente á que no se introdusca en ellas algún
miembro que por sus malos ejemplos, pueda
alterar los principios de la humanidad y de
la moral, que reynan en el santuario de la
Mas.-.
Si una L . \ tiene la desdicha de conocer
entre algunos de sus miembros, semejantes
individuos los tratará con todo el rigor de las
leyes, y si los halla incorregibles, los excluirá
sin consideración alguna.
L a memoria de los M . . que la muerte ha
-
desatado de la cadena fraternal que nos une
sobre la tierra, reclama un homenage solem-
ne. Se les debe tributar este recuerdo todos
los años en una L . \ fúnebre, consagrada
únicamente á este piadoso deber.
Los Mas.*, por el acto de iniciación ofre-
cen fidelidad á la L . . de que se hacen miem-
-

bros ; no pueden, pues dejarla sin tener razo-


nes muy poderosas, que están obligados á
expresar por escrito á su L.*. cuando están
determinados a cubrirla. Cumplida esta for-
malidad, la demanda será acordada y la abdi-
cación proclamada. Todo miembro activo
puede cubrir su L . \ para siempre ó por un
tiempo indeterminado. En el último caso
conserva el derecho de volver á entrar cuan-
do le de gana y sin estar sometido á la prue-
ba del escrutinio. Debe ser dispensado de
pagar la contribución anual si su ausencia
se extiende mas de doce meses, pero nada le
puede dispensar de pagar su censo á la G . \
L.'., es decir que debe integrar el estipendio
á la suya. N o obstante las L L . \ tienen el
derecho de negarse á la demanda de cubrir
por tiempo indeterminado sin tener obligj^»--.
SG

cion de dar motivos, pero cuando tal negati-


va llega al conocimiento del H . \ y deja de
instruir la L . \ en los que ha tenido para
ello, prefiriendo él quedar como miembro, mas
que cubrirla enteramente, tal silencio debe
ser tomado por la L.*. como un acto de re-
nuncia á la sociedad.
Cuando un Mas.*, emprende un viage de
larga duración, ó cambia de domicilio por un
tiempo ilimitado no se le puede rehusar el
cubrir su L . \ aun puede quedar miembro
activo si consiente en pagar su contribución
anual. Pero si prefiere ver su nombre escrito
sobre el cuadro de los individuos ausentes;
no puede ser activo sino cuando vuelva á su
O.*, y debe pagar el tributo anual si su au-
sencia no excede de doce meses.
Cualquiera que haya cubierto su L . \ por
tiempo indeterminado y que se quede tres
años succesivos en el lugar donde ella traba-
ja, sin haber vuelto á entrar, debe perder
el derecho de contarse para lo succesivo en
el número de sus miembros, sin haber sido
propuesto y sorteado de nuevo.
Ningún Mas.*, puede ser al mismo tiempo
57

miembro activo de dos L L . \ Todo M a s . ' ,


que se hace adoptar en otra L . ' . sin haberse
despedido de la suya, debe ser borrado de la
plancha de los miembros, y su cancelación
publicada en todas las L L . \ de la unión.
Semejante pena se debe imponer á todo M.'.
que lejos de su O.', se hace recibir miembro
de otra L . ' . , sin hacerlo saber inmediata-
mente á la suya.
L a regularidad de los trabajos exige la mas
grande decencia en las asembleas Mas.'.,
para la perfecta execucion de lo que está
prescrito en los rituales. Por consiguiente la
obediencia al mallete del Ven.', en L . ' . está
mandada observar con todo rigor, y ningún
Mas.', puede hablar sin haber pedido y ob-
tenido permiso para ello.
Toda discusión religiosa, política y civil,
es prohibida en el local de las asembleas.
Los H H . \ que quieran hacer prosélitos,
solo eligeran personas que se distingan por
sus costumbres puras y honestas, y por un
espíritu solido y esclarecido que puedan dar
á los mas modernos el ejemplo de las virtu-
des y guiarlos en las sendas de la luz y de ht
58

ciencia. Pero estos nunca propondrán nin-


gún sujeto para ser iniciado a menos que no
esté reconocido por hombre de bien y de una
moralidad á toda prueba.
Entrando en la sociedad, todo miembro
se obliga á contribuir con numerario á las
nececidades comunes, de proveer al pago de
los diversos gastos que ocurren; y debe
poner con, exactitud su contribución anual
en la caja de la L.*.
Los derechos de recepción, de promoción
y filiación se deben pagar de antemano ; los
que estén adeudados, no pueden ser iniciados,
filiados, ni promovidos á ningún grado mas
elevado, sin haber antes de todo cumplido
con esta condición.
Todo Mas.*, establecido ó avecindado
en el O.*, donde está s u L . \ que deja pasar
todo el ano sin haber pagado su contribución
ó sin haber pedido la gracia ó rebaja, debe
ser borrado de la plancha de los miembros y
notificado á todas las L L . \
Desde que han sido elevados á la Maes.*.
todos los miembros activos de una L . \ tienen
59

los mismos derechos y deberes, mientras no


exercen algún, oficio en el Taller.
Los H H . \ de la harmonía que forman
una clase distinta en los Talleres gozan los
mismos derechos que los otros miembros de
la L . \ con tal que paguen la contribución
anual dado caso que no se les haya excep-
tuado del pago con las formalidades prescri-
tas. En virtud de un uso muy antiguo estos
mismos H E " , se reciben y promueven gra-
tuitamente ; pero para recibir tal favor, están
obligados á contribuir con sus talentos á la
solemnidad de los trabajos y sobre todo á las
fiestas y banquetes Mas.*. , tienen pues, los
mismos derechos que los miembros activos.
Aunque pertenece á cada L . \ fijar la con-
tribución anual y los derechos de iniciación
filiación, y promoción, no pueden, sin em-
bargo levantarla mas allá del máximum, ni
reducirlas á menos del mínimum, fijados pol-
la G . \ L . \ sin una autorización formal de
esta corporación.
Cuando las necesidades de una L.*. exi-
gen una aumentación de contribuciones, ó
permiten la diminución de ellas, está obliga-
60

da á elevar á la sanción de la G. . L . ' . la


1

resolución tomada sobre este asunto.


Se debe expresamente prohibir á todo
M a s . , el grabar ó imprimir nada de lo que
-

pertenece á los trabajos de su L . \ , de cual-


quiera clase que sean, ni si quiera, la plan-
cha de los miembros de ella, sin la autori-
zación de su L . \ ó la de la G . \ L.*. To-
do H.*. que contraviniere á este artículo in-
currirá en las penas decretadas contra los
infractores de las leyes, las que pueden ex-
tenderse hasta la exclusión de la sociedad.
61

Privilegios Prerrogativas y Obligaciones de los


O/.'. Dignatarios en las LL.\

EL VEN.-.

El Ven.*, se hace gefe de su L . ' . por el


escrutinio anual y libre voluntad de sus
H H . \ El es el órgano de las leyes con las
cuales se gobierna el Taller, cuyo represen-
tante es él, en todas ocasiones, pero particu-
larmente en la G.*. L . . , á cuyas sesiones no
-

puede dejar de asistir (si la distancia de la


L . \ no lo impide) para dirigir los trabajos al
bien de su L . \ , y para participar de las de-
ciciones de la G . \ L . \ dirigidas siempre á
la prosperidad del orden en general.
El tiene no solamente el derecho de con-
vocar los miembros de su L . \ los dias seña-
lados para las asambleas pero también todas
las veces que él crea su reunión necesaria ó
útil al bien de la sociedad.
Cuando otras causas mayores á las referi-
das, le impidan presidir á los trabajos deter-
minados, avisará anticipadamente al 1er.*.
62

Z.'. y le encargará le reemplace. Ningún


impedimiento personal le autorisa a deferir
. una asamblea regularmente convocada, ni si
qiuiera puede mudar los dias señalados para
las sesiones ordinarias, sino con el consenti-
miento de los miembros de la L . . , y en el
-

caso perentorio que los trabajos puedan ser


interrumpidos ; pues la L . \ debe esperar esta
resolución de la sanción de la G . \ L . \
Los Ven. , enteramente consagrados á la
-

prosperidad del orden, deben tener á lo me-


nos cuatro L L . ' . de instrucción en el curso
del año, para alguno de los tres grados sim-
bólicos, y deben mandar que se prevenga á
todos los miembros de ella.
El. Ven.', está autorizado á mudar los
trabajos convenidos enteramente para tal
grado, pero al mismo paso está obligado á dar
aviso de ello á los H H . \ que no tienen de-
recho de asistir. Sin embargo, no puede
hacer votar para iniciación, y adopción, ame-
nos que no sea en una L . ' . convocada para
el 1.*. grado.
Antes de tomar asiento, el Ven.', debe
hacer una nota de los diversos objetos que
63

van á ser tratados, afín de que nada se omi-


ta, y si él no puede presidir á los trabajos,
mandará la misma nota al Z . \ que ha de
ocupar su lugar.
Los Ven.*, no pueden mandar otros traba-
jos que los que le están ordenados por los
rituales aprobados en la G«\ L . ' . y tienen
que conformarse á las leyes generales y re-
glamentos particulares de su L . \
Sometido él mismo á la estricta observan-
cia de las leyes, el Ven.', debe conocerlas
perfectamente, afin de velar á su execucioñ,
cuidando que ninguno de los miembros de su
L . ' . se aparte de ellas; su ignorancia en esta
parte esencial de sus obligaciones sena una
prueba convincente de su indiferancia en sos-
tener el orden, y de su ingratitud para con
sus H H.*. que le han elevado á el primer pu-
esto del honor, y confianza.
Los Ven.', nunca deben admitir un H . \
visitador sin haberle hecho tejar primera-
mente.
El Ven.', tiene derecho de imponer si-
lencio con un golpe de mallete á cualquiera
H . \ , que con un discurso ó con palabras in-
64

consideradas pueda alterar el orden y harmo-


nía que deben reynar entre todos los Mas.*.
El mallete en las manos del Maestro en G.*.
es el signo representativo de la voluntad y
de la autoridad general de la L . \ El
Ven.*, debe hacerlo respetar dando ordenes
justas y legales, ó suavisando los consejos y
amonestaciones que puedan humillar un H . \
6 inclinarle á la desobediencia. Pero si su-
cediese que un miembro de la L.*. rehusase
obedecer al orden emanado del O.*, el Ven.*,
le ordenará que cubra los trabajos inmedia-
tamente y sino le obedece debe cerrar él
mismo la L.*.
El Ven.*, debe conciliar las disputas que
se eleven entre los miembros de su L . \
cuando le tomen por mediator. Debe tam-
bién hacer participes de las recompensas
otorgadas por las leyes á los H H . \ que le
hayan ayudado ó advertido en su obligación.
Con discursos instructivos, debe llenar el
tiempo desocupado que haya en los trabajos
de recepción ó promoción, debiendo convidar
á los H H.*. mas instruidos, á asistirle y ayu-
darle en este asunto.
65

Inmediatamente después déla abertura de


la L . \ el Ven.', hará leer el resumen de la ul-
tima sesión sobre el grado en que se está tra-
bajando, y lo firmará después que los H H.'.
lo hayan aprobado. Antes de cerrar los tra-
bajos, debe hacer leer también el plan ó cere-
monial de la sesión y si está conforme y rec-
tificado según el dictamen de los H H . \ pre-
sentes debe entonces firmarlo. Para mostrar
el derecho que tienen todos los miembros de
una L . \ de dar libremente su voto, el Ven. , -

debe hacer inscribir en el protocolo, todas las


proposiciones hechas en la sesión, no le es
permitido omitir ninguna de su propia auto-
ridad.
El votar con bolas por escrutinio, siendo
un acto de equidad en el cual cada miem-
bro obra según su convicción íntima, el Ven. , -

debe abstenerse de manifestar su satisfacción


.ó descontento cualquiera que sea el resultado
de esta operación.
Los Ven. , no son responsables de su mala
-

dirección ni de las faltas y negligencia de


que pueden ser culpable, sino solo á la G. . -

L ' . ; pero si han ofendido un H. . en la cali-


- -

6*
66

dad de M.*., están obligados á comparecer


ante la junta de comisión compuesta á los
dignatarios y oficiales de su L. .
-

Los Ven.*, tienen el derecho de corregir


las irregularidades, y reprimir todo lo que
pudiera causar turbación en su L . \ , repre-
hendiendo los autores con prudencia y consi-
deración, absteniéndose particularmente de
hacer amonestaciones públicas para cosas
indiferentes. Estos consejos se deben reci-
bir en silencio sin dar á mostrar despecho ni
mal humor.
Como los Ven.*, no deben rehusar el pei>
miso de hablar á ninguno de los Maestros ;
amenos de tener un motivo justo, nunca pue-
den interrumpirles cuando hayan obtenido el
permiso para ello, amenos que se aparten
del punto de la qüestion ó falten á las reglas
de la decencia. En este último caso, los
Ven.*, les impondrán silencio con el golpe de
su mallete.
Como el respeto que se debe á la autoridad
del mallete no permite acusar á un Ven.*,
cuando se halle presidiendo á la L . \ es in-
digno también de su dignidad que él aparesca
67

allí como acusadar de uno de sus H H . ' .


El maestreen G.'.está obligado á velar so-
bre los Of.\ para que cumplan con sus obli-
gaciones exactamente. Tiene derecho de
reprehender amistosamente, sea verbalmente
ó por escrito á aquellos que se hubiesen he-
cho culpables de alguna negligencia, mas
debe darles una reprimenda delante de los
Z . \ ó en junta plena de oficiales, si el reo
no se enmienda se debe proceder contra él
según las leyes.
El Ven.', tiene derecho de reemplazar en
L . . á los oficiales ausentes por maestros
-

capaces y bien instruidos para que puedan


cumplir con las obligaciones de sus oficios.
Los Ven.', de todas las L L . \ están obli-
gados á dar todos los años á la G . \ L.'., una
cuenta exacta de su administración, de los
progresos, de los trabajos, y del estado de la
L . \ Pueden añadir á estas noticias, las no-
tas, observaciones y proposiciones echas pol-
los miembros de su L . ' . cuyos conocimientos
puedan procurar algunas ventajas al orden
en general ó á su L.-. eii particular.
En la ausencia del Ven.*, el 1.-. Z . ' . entra
68

en todos los derechos y obligaciones impues-


tas á este primer dignatario.
A los Z . \ pertenece el derecho de denun-
ciar á la Junta de los Dignatarios y oficiales
de la L . \ ó á la G . \ L . . , según la urgencia
-

del caso lo requiera, el maestro en C . \ que


obrare con arbitrariedad y sin legalidad,
abusando de su poder.
El 1.'. Z . \ se debe considerar como el
1.'. ayudante del Ven. , y bajo este con-
-

cepto debe asistirle con todo su poder en la


multiplicación de sus trabajos, y ayudarle
á cargar el peso de su dignidad.
El Ven. , á su instalación debe j u r a r :
-

1.*. De ser hombre de honor y de verdad,


y de obedecer estrictamente á la ley moral.
2 . . De ser Cuidadano pacífico, y de con
-

formarse gustosamente á las leyes del esta-


do en el pais que reside.
3 . . De no tomar parte en las maqui-
-

naciones y conspiraciones que se tramen


contra el gobierno del pais que habita, y de
someterse conpaciencia á las decisiones de
las leyes y de las autoridades constituidas.
4 . \ De respectar á los magistrados ci-
69

viles, trabajar con diligencia, vivir honesta-


mente y obrar honradamente con todos los
hombres.
5.*. De tener la mayor veneración para
con los Gefes, ancianos y bienhechores del"
Orden M . \ sus succesores supremos, y sub-
ordinados, según sus dignidades ; de some-
terse á las sentencias y resoluciones de sus
H H . \ congregadosen Capítulo General con
tal que ellas sean conformes á las leyes ge-
nerales del Orden.
6. De evitar toda contienda particular
y de estar vigilante contra la intemperancia
y los excesos.
7.'. De ser circunspecto en su conduc-
ta y acciones, afable con sus H H . \ y fiel á
su L.*.
8.\ De respetar sus verdaderos HH.*. de
chazar los impostores y los que deroguen los
principios de la Mas.*.
9.*. De trabajar constantemente al bien
genera] del orden, de cultivar las virtudes so-
ciales, de propagar las luces del entremístico
conforme á los estatutos.
10.*. De rendir homenage al G.'.M.*..
70

por el tiempo de su exercisio así como á


los G . \ Cv. debidamente instituidos y con-
formarse estrictamente á todas las decisiones
de la G.-. L.*. que no sean contrarias á los
principios de la Mas.*.
11.*. De asistir regularmente á las asam-
bleas y sesiones de la G . \ L . \ después de
haber recibido de ella una convocación re-
gular y de cumplir entodas las circunstancias
con todas las obligaciones de su Dignidad
Mas.-.
12. De oponerse á que ninguna L . \ se
forme de nuevo sin el permisio de la G.-. L . \
y á que ninguna protección sea atorgada á
las L L . - . irregulares, ni á las personas que
hayan sido clandestinamente iniciadas allí,
por ser todo contrario á las instituciones y le-
yes de la orden.
1 3 . Que ninguna persona será admitida á
los misterios de la Mas.-, sin ser regular, ni
recibir á miembro de ninguna L . . , ni a nin-
-

gún individuo que no aya pedido el permiso


de serlo en las formas requeridas, y sin que
se ayan tomado sobre él las mas rígidas, in-
formaciones de su vida y costumbres &c.
71

14. Que no admitirá ningún visitador ea


su L . \ antes de haberle examinado en las
formas requeridas.
15. Que se opondrá á todas las inovacio-
hes que quisiesen introducir en las instrucci-
ones, estatutos y reglamentos generales de
la Mas.-.

DE LOS ZELADORES.

L a primera obligación de los Z . ' . en la


L . \ es la de sostener la autoridad del Ven.',
y de hacer respetar y executar sus ordenes.
Ellos deben velar sobre la conservación
del orden en sus Col.', particulares, á la ob-
servancia 'del pacto fundamental, y á que se
guarden y cumplan las leyes Mas.'., orde-
nar el silencio y decoro mientras duran los
trabajos y están vigilentes sobre la conducta
de sus H H . \
Aunque ellos tienen derecho de recordar
al Ven.', la ley que trata quebrantar con sus
operaciones ó discursos, deben sin embargo
hablar con toda aquella delicadeza y respetó
72

que es debiela á la autoridad del primer ma-


llete.
Todos los H H . ' . tienen obligación de res-
petar y obedecer á los malletes de los Z . .-

Los Z . \ tienen el derecho de hablar sin


pedir licencia al Ven. , les basta manifestar
-

su deseo con un golpe de mallete.


Obligados algunas veces á reemplazar al
Ven. , en la dirección de los trabajos de la
-

L . . , y á velar en que los oficiales cumplan


-

exactamente con sus obligaciones; deben


los Z . \ perfeccionarse en el estudio que es
necesario para llenar las funciones de sus
empleos; quando se vean obligados á repre-
hender á un oficial, lo deben hacer con aque-
lla consideración y deferencia que caracteri-
za el hombre honrado.
Representantes de su Tall. ., los Z . \ es-
-

tan obligados á asistir á todas las Sesiones


de la G . \ L . \ para atender á los intereses
particulares de su L . . y á los del orden en
-

general.
Los Z . . pueden denunciar en sesión ple-
-

na á todos los H H . . , por echos cometidos


-

contra la orden, excepto al Ven. ., pudien-


-
73

do ellos serlo únicamente por los G.*. Ofi-


ciales-
L a primera obligación de los Z . \ es la de
velar á la conservación de la igualdad que
debe siempre reinar entre los Mas.*.; es una
base necesaria á nuestra orden, y sin duda
que á ella es á quien debemos su duración,
su explendor y su prosperidad.
Deben cuidar que las penas y recompen-
sas, sean distribuidas entre nuestros H H . \
según el mérito y circunstancias de cada
uno. Tienen que atender particularmente
á conocer las calidades personales de los
M . \ que solicitan el favor de la Res.*. L . \ y
á dar al simbolo de la equidad, aquel exacto
equilibrio que nunca debe inclinarse sino en
favor del verdadero mérito. Las riquezas,
los talentos y el nacimiento, no deben distin-
guir un M.'., la virtud sola debe publicar sus
derechos á los favores de sus H H.*.
DEL SECRETARIO.
Ademas de la relación verbal que el secre-
tario hará, de las proposiciones, de las deli-
braciones y de todo lo que haya sido tratado
7
74

en las asambleas, sease en la L . ' . ó en la


Junta de los Dignatarios y oficiales; está
ademas encargado de la correspondencia, de
los anuncios, de los carteles, y de los ex-
tractos en los protocolos.
Antes de cerrar la L . \ , el S e c . entregará
al examen de los miembros de ella, el bos-
quejo que haya hecho de los trabajos del
dia. E n caso que haya cometido algún er-
ror, ú omitido alguna cosa, lo rectificará in-
mediatamente, y lo hará firmar por el Ven.*.
En la Sesión siguiente luego que hayan co-
menzado los trabajos, dará orden el Ven.*,
para que se lea el resumen que tenga echo
de ellos; y entonces el H . ' . orador juzgará,
viendo el borrón, si todo está exacto y fiel-
mente estractado.
Si el Ven.', se olvidase de mandar al S e c .
que lea el prospecto ó relación, este oficial
está obligado á proponer la lectura de él.
El resumen de la relación se hará con cui-
dado y en ningún caso podrá el S e c . hacer
mudanza alguna en él: tampoco sufrirá que
ningún H . \ ó Dig.\ haga la menor alteraci-
ón en lo escrito.
75

El S e c . \ debe tener libros de Árq.\ para


cada grado en particular; nunca inscribirá
ni sentará la relación de una Sesión en otro
libro que aquel á cuyo grado pertenezcan los
trabajos que se han tenido y que deben cons-
tar en él.
Después de haber sido leido y aprobado el
resumen; le dará asiento en el libro de Arq.\
del grado que pertenezca, y se firmará por
los tres primeros oficiales y el S e c . \ El
S e c . \ guardará los borradores para deposi-
tarlos en los Archivos de la L . \ al fin del
año.
En un libro particular se debe escribir la
correspondencia. En un lado se inscribirán
los papeles recibjdos, y en el opuesto la res-
puesta, de suerte que á primera vista se pue-
da dar cuenta de lo que se ha hecho ó que-
da por hacer.
Las Cartas leidas y la minuta de sus res-
puestas, deben ser anotadas según sus fechas
y unidas en un volumen ó legajo que se guar-
daran en fin de cada año ; las planchas de
las L L . \ que están en correspondencia se
7G

deben también anotar por orden alfabético,


enlegasar y unir del mismo modo.
El S e c . recogerá y guardará separada-
mente las diferentes proposiciones de leyes y
reglamentos que se hayan comunicado á la
L,*.. las opiniones sobre los mismos objetos,
y las respuestas dadas por la L.*. sobre las
qüestiones propuestas; los discursos pronun-
ciados en L.'., las relaciones de vida y otras
memorias; y después de haberlas anotado
y enlegajado las depositará en los archivos.
Los papeles que exijan una pronta respuesta
ó que sean necesarios para acelerar algún
trabajo, se podran confiar por muy corto
tiempo al Ven.*.
Todos los papeles descachados por el
Sec*. deben tener antes de su firma, algunas
de estas expresiones: Por orden del Ven.'.
Por orden ó mandato de la junta de D/¡¿.\ y
Ofr. de. la Re.sp.: L.\ ó por orden de la L. \ ;
ó según sea la autoridad Mas. , de la cual
-

emanare aquella.
Si la custodia del sello está confiada al
Sec*. pondrá el grande sobre los certifica-
dos, ú en los sobreescritos á la G.\ L.-., y
sobre los despachos importantes : el pequeño
77

está destinado á la correspondencia diaria :


debe firmar todos los despachos según su ca-
lidad. Si la L . . ha instituido un guarda-
-

sellos, este Of.\ firmará bajo este concepto


todas las piezas en las cuales tenga que po-
nerse el G. . sello de la L . \ En qualquier
-

peligro el Sec/. está obligado á salvar todo


lo que pertenezca á su Taller y que esté en
sus manos depositado.
Tiene obligación de formar y conservar
una plancha exacta de los miembros de su
L . . ; y la inscribirá en el libro de Arq.\
-

de los trabajos del 1.*. grado simbólico.


En la plancha debe contener el nombre, el
apellido, la fecha de la recepción y el grado
que tenga asi como la dignidad v!.\ de cada
miembro. Después se inscribirán losH H.'.
nuevamente recibidos. Los miembros au-
sentes deben estar sentados sobre una lista
particular.
Si un H.\ pidiere su diploma al Sec. . se
-

lo dará este (después de haber tomado cono-


cimiento el Tesorero) firmado por él y por
los Dignatarios.
Cuando un H . . pidiere algún certificado,
-

9*
78

exigirá antes los diplomas ó certificados de


los grados inferiores que el demandante aya
obtenido aunque pertenescan á otra L.'. y
los depositará con las demás piezas que es-
ten en los archivos. Todos los certificados
entregados se inscribirán sobre un registro
separado, y se numeraran. Cada Lv. tiene
derecho de fijar los derechos del Sec.\ pol-
los certificados que despache.
El secretario visará los certificados ó di-
plomas de los H H.*. visitadores después que
lo hayan hecho las tres L u c . \ de la L.'.. y
se los entregará al M . \ de Cer.\ para que los
devuelva á sus dueños.
N o basta que el S e c . esté versado en el
conocimiento de las leyes Mas.', debe
también conocer el modo con que se de-
ben conducir los negocios; por lo mismo
debe hacer un estudio particular de ello al
ver que el afecto y sufragio de sus H H . . le
-

han elevado á lal puesto.


En las asambleas, el Sec*. cuidará de te-
ner á mano todos los reglamentos de la L.*.
y las piezas necesarias al ejercicio de sus
funciones.
79

Se le prohibe expresamente al S e c . \ to-


mar para sí ninguna copia de los asuntos
Mas.*, que tenga que despachar, de cual-
quiera genero que sean, también le es prohi-
bido entregar los originales á nadie sin per-
miso del Ven.*., y en caso que la entrega les
sea ordenada, dará cuenta de ella á l a L . .
-

El S e c . guardará bajo buena custodia to-


dos los papales que tocan á su oficio, como
también los que se hallen en los archivos
de la L . \ Tendrá un registro exacto, desti-
nado solamente á contener todo lo que entre
en dichos archivos, y cuando cese en sus
funciones y vaya á hacer la entrega en ma-
nos de su sucesor, se le dará en el mismo re-
gistro un descargo completo.
Todas las L L . \ tienen facultad de insti-
tuir un archivero, pero este H . ' . no puede
gozar de los derechos otorgados á los oficiales
regulares, quiero decir que no puede asistir
bajo tal denominación á la junta de los Dig-
natarios y oficiales de la L . \
El S e c . por sus conocimientos Mas.*,
debe fijar la opinión de las L L . \ que estén
en correspondencia con la suya, reuniendo á
30

sus funciones todo el zelo de que es capaz, y


aumentar con la pureza de su estilo la her-
mosura de los trabajos de su L.*.
Está ademas encargado de un empleo de
la mayor importancia. Depositario de todas
las deliberaciones de su L.-. en él reposa toda
la confianza de sus H H.*., para la distribu-
ción de los signos característicos que dan
fuerza de ley, é imprimen la regularidad de
los trabajos de su Resp.-. L . \

D E L ORADOR.

El oficio de un orador es uno de los mas


importantes en las L L . \ Para llenar el lu-
gar á que ha sido elevado, no debe figu-
rarse que va á brillar en él con discursos
pomposos llenos aparatos, ni tratar de agra-
dar con una locución luminosa y realzada:
Debe pues valerse de los talentos que le ha-
ya prodigado la naturaleza, con razonamien-
tos sólidos y llenos de la mas buena y sabia
moral, que al mismo tiempo que agrade, in-
struya á sus H H . \ en los deberes que les
81

impone el derecho de ser partes de la Sub.\


Mas.-.
Velará como los Z . \ tanto á sostener los
reglamentos, como al orden y regularidad
que deben reynar en los asuntos de la L . \
cuyos reglamentos debe tener siempre á la
vista asi como los principios generales de la
Mas.-.
En las discusiones complicadas compen-
diará y resumirá las opiniones de todos y pro-
curará fijar el verdadero motivo que mueve
la qüestion, y hará que se siente clara y ter-
minantemente el punto de la disputa en el
borrador de seciones antes de proceder al
escrutinio que se ha de hacer para decidir la
controversia.
El orador, está obligado no solamente á
pronunciar discursos análogos a cada una de
las funciones que celebre su L.'. sino tam-
bién cuando se lo indique el Ven.-.; ademas
de esto tiene que atender al examen de las
perzas de arquitectura que otros H H . \ ha-
yan trazado para ser presentadas y pronun-
ciadas en L.-.
Está obligado á comunicar ó entregar una
82

pieza de Arq. . en todas las L L . ' . de ins-


-

trucción. Si sus atenciones públicas le im-


piden el cumplir con este deber procurará
con tiempo que la haga otro H.*.
Debe asistir al Ven. , en todo lo que toca
-

á la instrucción. Cuando asista á las L L . .-

de iniciación ó de promoción debe llevar con-


sigo una pieza de arquitectura análoga al
grado en que se trabaja, afin de llenar el va-
cío que queda entre los mensages del prepa-
rador, cuando no esté él mismo encargado
de esta función.
Invitado el Orador por el Ven.*, debe exa-
minar los candidatos destinados á ser pro-
movidos á mayores grados; cuando se halle
cumpliendo con esta obligación tan difícil co-
mo importante para el bien del orden, tiene
que atenerse á las instrucciones, aprobadas y
seguidas en su rito. En las diputaciones so-
lemnes puede el Ven. , encargarle que tome
-

la palabra.
El Orador está sobre todo destinado por su
misma vocación á mantener la buena inteli-
gencia y concordia entre los H H . \ y á pres-
tar sus buenos oficios é influxos al Ven. , ó á
-
83

la junta de los Dig.\ cuando se trate de reu-


nir H H . . divididos y de establecer la buena
-

harmonía entre ellos.


Las funciones honrosas que le están seña-
ladas al Orador son por conclusión, las de
imprimir en nuestros sentidos y corazones la
moral de los emblemas y geroglificos de
nuestro orden sublime.
Depositario sagrado de las leyes generales
de la Mas. , y de las particulares de la Resp. .
- -

L . . sus H H . . fian en la integridad que debe


- -

caracterizarle, el derecho de explicarlas.


Órgano de la verdad debe rasgar el velo
que la oculta y presentarla desnuda á los
ojos de los Mas. , débiles y fáciles de sedu-
-

cir ; ocuparse en instruir a sus H H. . en la


-

práctica de las virtudes sin las cuales el M. .


-

no puede existir.
¡ Que empleo mas precioso que el de gra-
bar en el alma de sus H H . \ las bondades
del Criador! recordarles á menudo las máxi-
mas Evangélicas, y volver á la viña del Señor
aquellas ovejas que han tenido la desgracia
de alejarse de su rebaño.
Debe recomendar continuamente el respe-
84

to que se debe tener á las autoridades Mas.'.;


y sus sabias lecciones no deben respirar sino
la paz, harmonía y beneficencia.

DEL TESORERO.

Los fondos y economias de la L . \ están


confiados especialmente al tesorero. El
debe pagar todos los gastos de la L . \ y tener
cuenta y razón de todas las recaudaciones
que se hagan, á excepción de los fondos con-
sagrados á los actos de beneficencia.
El manejo de caudales y todas las opera-
ciones de su administración no podran ser
otras que las que á la L.*. le parezca conve-
niente establecer sobre los principios genera-
les del orden.
El empleo del tesorero tiene dos atribu-
ciones una la recaudación de fondos y otra
la data de ellos, para lo que tendrá que llevar
dos libros formales que solo tengan relación
á estos dos objetos.
L a recaudación proviene de las tasaciones
ordinarias, de los derechos de recepción, de
85

adelantamiento, de adopción, de los dones


gratuitos y de los impuestos extraordinarios.
Estos ramos de cargo se sentaran en cuen-
ta separada y clara, que el tesorero tendrá
que llevar exactamente, y los pasará á el libro
que corresponda en diferentes secciones.
El tesorero recibirá los censos anuales de
cada miembro activo de la L . \ en el térmi-
no prefijado por los reglamentos particulares.
Sin embargo cada miembro puede libremen-
te si quiere anticipar la paga de un año en-
tero.
En fin de cada semestre se pedirá al S e c .
la plancha de los miembros activos de la
Ros.'. L . \ con la cual formará una coluna,
transcribiéndola á su diario. Ademas de la
división destinada al cobro efectivo que se
haga á su debido tiempo, tendrá que llevar
otra para los atrasados ; al lado de los nom-
bres se pondrá el dia que se pagó, y la suma,
de modo que a primera vista se puede saber
los que han pagado y los que están sin ha-
cerlo. Dejará bastante lugar bajo de la co-
luna para sentar los nombres de los miem-
bres que se reciban adopten ó en el curso del
8
86

semestre siguiente. Dos veces en el año


debe el tesorero presentar a la L . \ un estado
de las contribuciones recibidas y otro de todos
los atrazos que haya.
Al expirar el termino fijado por los regla-
mentos de la L . \ para el pago de contribu-
ciones, el tesorero invitará (en L . \ ) a los
miembros de ella á pagar su contribución;
pudiendo renovar esta instancia todas las
veces que lo juzgue necesario.
El tesorero está obligado á dar noticia á la
junta nombrada para este objeto del nombre
de los miembros que tengan nueve meses de
atrazo, y estén aun sin pagar su contribución.
Entonces la junta les señalará un plazo de
tres meses, haciéndoles saber que espirado
este término y no cumpliendo con pagar, la
Resp.". L . ' . hará rayar sus nombres de la
plancha de sus miembros.
Solo por decisión particular de la L . \ fun-
dada sobre motivos justos y solidos se podrá
exceptuar á algún miembro presente de pa-
gar las contribuciones ordinarias, pues todos
están obligados á cumplir con ellas.
Los de iniciación, y de adopción y de pro-
87

moción, establecidos por los estatutos del or-


den se recibirán adelantados por el tesorero
de mano delosMiem.*. que hayan propuesto
el iniciado ó filiado; pero en las promociones,
toca al candidato satisfacerlos por sí mismo.
El tesorero ó su colega está obligado á
protestar contra toda recepción filiación, y
promoción, hecha antes de percibir los dere-
chos. Si dejase de cumplir con este artícu-
lo á ellos toca el responder de la suma á que
ascinda la deuda.
Aunque l a L . \ pueda reducir los derechos
de iniciación de filiación y de promoción
cuando lo tenga por conveniente, no debe
otorgar este favor sino al mérito distinguido,
ó á un hombre que pueda ser muy útil á la so-
ciedad, y se halle falto de recursos.
Tal dispensa debiendo siempre preceder á
la recepción, anotará el tesorero la fecha del
dia en que se decidió el asunto.
Toda suma puesta en la caja del tesorero
se pasará al diario, y se hará mención en él
del dia y de la causa que la motivó.
Cuando el tesorero no pueda asistir á una
asemblea, está obligado á remitir su diario.
83

pero no se permite á ninguno de los miembros


ni siquiera á su socio el sentar recaudacio-
nes ni menos hacer observaciones: se anotará
sobre una hoja suelta lo que loca al oficio
del tesorero, y después de haberla firmado,
se depositará en su diario.
Como los artículos de entrada deben estar
puestos debajos de un No. y contener la
fecha del dia de la recepción, el nombre del
que ha pagado, y la causa de la entrega : los
recibos que el tesorero debe dar al pagador
llevaran igualmente las mismas indicaciones.
El diario del tesorero debe presentar en
una página el estado de la entrada y en otra
en frente el de los gastos. Detallará por
menor los artículos, los cuales se pondrán
debajo de nn No. con indicación y fecha del
dia del recibimiento, ó del gasto, del nombre
del que ha pagado, ó saldado, y lo que ha
motivado esta entrada ó salida, y cuando ar-
regle sus cuentas hará el balance con cargo
y data por menor.
El libro de Arq.*. del tesorero rubricado y
sellado con el de la L.*. se debe colocar so-
89

bre la mesa de este Of. . Solo los miembros


-

de ella tienen derecho de ojearlo.


Todos los metales de la L»\ están bajo la
guardia y responsabilidad del tesorero, ame-
nos que los reglamentos particulares de ella
contengan otras disposiciones.
Cuando se halle en caja alguna suma bas-
tante considerable, toca al tesorero proponer
los medios de colocar estos fondos con las
mayores ventajas y seguridades posibles.
Los gastos de la L.". son ordinarios ó extra-
ordinarios. Los gastos ordinarios son alqui-
ler al Tall.'. luces, lena, salario de l o s H H . ' .
sirvientes, vestidos y ornamentos Mas.', y
el papel y otros objetos de consumación dia-
ria y que se arreglan y determinan de una
vez. Todos otros gastos que no sean de las.
clases arriba mencionadas pertenecen á los
extraordinarios.
Las L L . ' . tienen libertad pafa aumen-
tar ó diminuir el presupuesto de sus gastos
ordinarios.
Los tesoreros están autorizados para pa-
gar todos los gastos ordinarios ya aprobados,
sin esperar por orden especial de la L . \ ;
3*
90

pero se les prohibe pagar los extraordinarios


aunque estén autorizados por el Ven.*, ó al-
gún otro Of.\ Dig.\ Para pagar cuales
quier gasto de esta clase, debe estar facul-
tado por una resolución al intento de toda
la Resp.*. L . \
El tesorero exigirá una carta de pago de
todas las cuentas de gastos que vaya entre-
gando y formando un legajo de ellas bien
cohordinado por orden de fechas lo deposita-
rá en los archivos en fin de año.
Concluido el ano Mas.*, el tesorero arre-
glara sus cuentas y entregándolas se sujetará
á la aprobación de la junta de revisión ó á la
L . \ acompañando á ellas el sobrante que
se pondrá en caja con todas las piezas rela-
tivas á su administración, dándosele un re-
cibo en el mismo libro ; porque cuando con-
cluya su oficio ha d(3 sor uno especial y se
parado sobre la rendición de cuentas.
91

MAESTRO DE CEREMONIAS.

L a primera obligación del M . \ de Ceiv.


es entrar en el templo antes de todos los
oficiales para asegurarse si todo está pron-
to y dispuesto para los trabajos que van
á hacerse, y si las salas están bien ilumina-
das.
Es él el que acoje los visitadores, los exa-
mina, recoje s¡-s certificados y los entrega á
las Luces de la L . \ para que los comprue-
ben.*
Atenderá que todos los H H . \ visitadores
se coloquen en el lugar que les está señalado
por los reglamentos generales.
Si entre los visitadores hay un Ven.', de
L . ' . ó una diputación de alguna, ó uno de

* E s n e c e s a r i o q u e los M H.*. v i s i t a d o r e s p o n g a n sus


n o m b r e s e n un p e d a z o d e papel p a r a p o d e r c o m p a r a r sus
firmas c o n l a s q u e d e b e n estar sobre sus c e r t i f i c a d o s : el
V e n . - , los c o m p r u e b a y los p a s a al M . . d e C . . para e n t r e -
- -

g a r l o s a los Z . . , los q u e avisan al T a l l . . q u e las firmas e s -


- -

tan c o n f o r m e s . E n el caso c o n t r a r i o , los p o r t a d o r e s d e


los certificados n o p u e d e n ser a d m i t i d o s .
92

lus tres G . \ Of.\ del orden, ó algunos Of.\


de honor, ó en exercisio del G . \ O.*, se intro-
ducirán de la manera siguiente.
Para un Ven/., para una diputación de
L.*. ó para un G.*. Of. . de la G.\ L.*. se en-
-

viará un Of.*. de la L.*. para hacerles compa-


ñía hasta el momento, de su introducción;
se diputará para recibirles á la puerta del
templo, tres Of.*. precedidos del M.*. de C * .
y los recibirán espada en mano bajo de la
boreda de acero.
Para un G.*. M . \ la diputación será de
nueve M.*. dos de los cuales llevaran una
estrella, el JVL*. d e C * . precede el acompaña-
miento.
Para los G.*. Z.*. será de cinco M . \ dos
llevaran una estrella.
Para un D i p . \ G.*. M . " ha de ser de-
siete M.*., dos de estos llevaran también una
estrella.
Paro un G.*. M.*. de un G.\ O.*, extran-
gero la comisión será de siete maestros, dos
con estrellas.
Todas estas diputaciones ó comisiones
deben ser siempre presididas por el M . \ de
i)3
C . \ el que introducirá estos y Resp. .
-

M. . en la Kesp.-. L . . por la boreda de


- -

acero, con todos los honores pompa y mag-


nificencia, que les corresponda.
Cuando á los trabajos de la L. . siga un
-

banquete. El M. . de C . \ debe cuidar que


-

todo esté dispuesto de manera que los H H . \


visitadores estén con comodidad, mientras
duren los trabajos. Depositario de las joyas
de los Dignitarios y Of.*. de la L. . las debe
-

poner sobre el Altar antes que se abra la


sección y volverlas á tomar al momento que
se concluya.
El és el que executa las instrucciones pú-
blicas y secretas del Ven. , presenta el escru-
-

tinio á todos los H H. . en los casos en que


-

es necesario para fijar una deliberación ó


proceder á una elección. Ayuda al Neófita
á vestirse con los adornos que recibe del
Ven. , y hace observar en todas sus partes el
-

ceremonial prescrito por la L . \ Tiene el


derecho y aun está obligado á avisar con
cortesía y dulzura los H H . \ que se separen
de él.
Ademas es miembro nato de todas las di-
94

putaciones de la L.*. de cualquiera naturale-


za que sean; y para las otras obligaciones
que son anexas'á su empleo, ocurrirá al ritu-
al que es donde le están demarcadas.
Si la urbanidad y la cortesía es lo que mas
liga y reúne la sociedad profana, con mas
razón deben ser practicadas estas virtudes
por los Mas.*. Todos los cultos adquieren
dignidad por su ceremonial y atraen con él
al respeto y veneración : el nuestro debe te-
ner uno. Encargados de este precioso em-
pleo los M.\ de C . \ deben tener los modales
mas atractivos para con los Resp.*. M . \ que
vienen á visitar sus L L.*. Deben con el aco-
gimiento urbano que les hagan prepararlos
para el que van á recibir en el seno de sus
H H.*. y dejarlos satisfechos, y llenos de de-
seos para que vuelvan á renovar sus visitas.
Una L . \ debe siempre contar con la afa-
bilidad amenidad y zelo con que un M . de
O. , llene todos sus deberes y funciones.
-
95

LIMNOSNERO Ú HOSPITALARIO.

El limosnerio ú Hospitalario, es el minis-


tro de los actos de beneficencia de la L . \
Su obligación no solamente es de asegu-
rarse si los indigentes que reclaman los be-
neficios de la L.". los merecen realmente sino
también el indicar los medios mas eficaces
para que los socorros que se les puedan dal-
les sean de mas utilidad.
Antes de cerrarse los trabajos presentará
la caja de pobres á todos los H H . \ Tam-
bién es él el que recibe las ofrendas volunta-
rias destinadas á la beneficencia.
Cuando la caja de pobres no baste para
las urgencias y. atenciones de la L . \ el limos-
nero debe excitar la caridad de sus H H . \
En estos deberes que la humanidad reco-
mienda debe emplear el mayor zelo é inteli-
gencia dando á mostrar con ello cuanto le in-
teresa el bienestar de sus semejantes.
Bajo su direction, y de acuerdo con la
junta que la L.-. haya nombrado al intento,
estará todo el numerario destinado al socorro
96

y alivio de la indigencia, y del mismo modo


se arreglará en los pedidos y qüestas particu-
lares.
En un libro firmado y sellado con el de la
L . \ sentará con mucha exactitud y claridad
el cargo y data. Cada tres meses dará cuen-
ta á la L. . del estado de su caja y en fin del
-

año hará concluir y finiquitar sus cuentas por


los miembros de la junta que las legitimaran
con sus firmas.
Ademas una de las principales obligaciones
del L . \ es la de visitar los H H. ., luego que
-

sepa que están enfermos, dando cuenta de su


estado á la L . \ Si se agraban y los cree en
peligro no debe descuidarse un momento en
sacar de sus manos todos los papeles, cua-
dernos, libros, y efectos JV1.\ que tenga el
enfermo, para depositarlos en lugar seguro y
en caso de que llegue á sanar de volvérselos.
Si muere se pasará todo á la L . \ ó á los que
les pertenezca de derecho si se conoce que
los nuevos propietarios no harán mal uso de
ellos. Debe pues conformarse como un de-
ber muy grato á todo lo que prescriben los
97

reglamentos generales y particulares de su


L. . sobre el exercicio de su empleo.
-

Esta noble dignidad debe excitar el zelo y


la emulación de las almas sensibles y virtuo-
sas. Así es que no hay un Mas.'., en ningu-
na L.'. que no desee llegar á aquel lugar, para
practicar las virtudes y actos de beneficencia
que trae consigo tal dignidad. Es uno de
los mas hermosos gages, y la pensión mas
dulce de nuestra sublime 6 inmortal institu-
ción : y que nos preceptuó como primer de-
ber el G.'. Arq.\ del Universo.
Los profanos la respetan y veneran, y el
Supremo autor de nuesrro ser, esliendo su
mano protectora sobre el que la practica, re-
cibiendo su homenage con dulce sonriza.
¡ Que cuadro tan brillante no presenta á
nuestros ojos el exercicio piadoso de un Li-
mosnero !
¡ Aprended profanos! abrid vuestros ojos
á la luz, y venid en nuestro seno a practicar
virtudes reales y verdaderas—derramareis
con generosidad vuestros dones sobre el des-
graciado y recebireis las bendiciones que
dicta el agradecimiento. Órgano y fiel exe-
o
98

cutor de la voluntad y deseos de la Resp.v


L.'. el limosnero recibe de antemano gracias
por el cuidado con que ha procurado ocultar
á los indigentes y enfermos hasta el nombre
de los que les han asistido. Su silencio debe
siempre acompañar al fervor caritativo y lle-
no de sensibilidad que debe tener para con sus
H H. - vertiendo el balsamo saludable de la
-

amistad fr iternal sobre las llagas de los seres


infelices; respira un gozo puro y duradero
que es la escencia de la primera y mas sub-
lime de las virtudes.

MAYORDOMOS.

Entre los ritos hay algunos que admiten


dos mayordomos entre los oficiales ; sus obli-
gaciones son asistir al Limosnero en todas
sus funciones acerca de los pobres y enfer-
mos.
Deben también ayudar al M . \ de C . \ á
ordenar y arreglar los banquetes y fiestas, y
son miembros de las diputaciones solemnes
decretadas por la L . \
99

Todas las L L . \ pueden arreglar los de-


beres de los mayordomos según sus intereses
particulares ; y pueden aumentar el número
de Of.\ si sus ritos lo exigen, fijando sus
atribuciones y obligaciones por leyes particu-
lares á su L.*.

HH.-. SIRVIENTES.

Para ser recibo H.*. sirviente debe ser el


aspirante, hombre libre, honesto, honrado y
bastantemente civilizado para que pueda ser
propio á sus futuras ocupaciones.
Un individuo propuesto para ser recibido
H . \ sirviente será del mismo modo que los
profanos sorteado por bolas: pero cuando se
reciba se podran omitir muchas de las cere-
monias y costumbres usadas conforme á las
circunstancias; pero debe jurar obediencia,
discreción y fidelidad.
Todo H . \ sirviente está obligado á exe-
cutar estrictamente las ordenes del Ven.*, y
de los Dignatarios y Of.\ relativos á la L . \
Dichos H H . * . presentarán con la mas
100

rigurosa exactitud las circulares que se les


den al intento por el Ven.*, y los Dig.*. y Of.*.
de la L . \ que son los que tienen el derecho
de despacharlas; y evitaran presentarlas en
tiempo que los H H . \ no las puedan leer.
Si un H . \ se tomase la libertad de escri-
bir en la circular, notas y observaciones so-
bre lo que contiene; el H.*. sirviente la vol-
verá á llevar inmediatamente á el que lá ha
despachado so pena de reprimenda en L . \ ,
si se atreve ni aun sequiera á enseñarla á
otro H.*.
El H . \ sirviente que diere á leer ó á co-
piar un papel que le ha sido confiado para
entregar á un H . \ áotro que no le pertenez-
ca por no irle dirijido, ó á un miembro de
otra L . \ , será despedido del servicio como
perjuro, su exclusión como los motivos de
la expulsión serán por circular comunicadqs
á todas las L L . \
Los H H . \ sirvientes recibirán circulares
solo del Ven.*. 6 del Z.*. que le reemplaza,
del Sec.*., del Tesorero, del Limosnero y de
sus substitutos legales. El que aceptare una
circular de otro miembro de la L.*. que no
101

sea de los arriba mencionados, é inmediata-


mente no vaya á entregarla, (antes de mos-
trarla á persona alguna) á uno de los H H . \
que tienen el derecho de expedirlas, será
despedido incontinente del servicio.
Un H . ' . sirviente que por abandono, negli-
gencia ó descuido no cumpla con sus fun-
ciones, faltara al respeto y cortesía que debe
tener á los H H . \ como si se acostumbra á
los excesos de bebidas fuertes; si su falta
queda probada, se reprehenderá publica-
mente por la primera vez pero si reincidiere
en ella, se despedirá del servicio.
I i O S dias de asamblea los H H . \ sirvien-
tes se hallaran temprano en el local de la
L . \ para preparar todo lo que fuere necesa-
ria : y cuidaran especialmente de guardar
bien la puerta del T . \ para que ningún pro-
fano se pueda introducir,
Ellos son los que sirven en los banquetes;
pero si la necesidad lo exigiere entóneos es
cuando se permitirá el que les auxilien cria-
dos de los miembros de la L . ' . que dado caso
que sean necesarios nunca serán admitidos
en ella con librea.
9*
102

El detalle de las funciones y obligaciones


de l o s H H . * . Sirv. . y la recompensa que
-

pueden algún dia merecer, serán fixados por


la L.". respeto á sus necesidades. Recibien-
do desde luego del Sec. . que corresponda
-

una instrucción por escrito de las obligacio-


nes que les están impuestas por su L . . -

Si llegare á prenderse fuego en la casa don-


de está establecida la L . . ó en su vecindad,
-

los H H . . Sirv. . acudirán á salvar los efec-


- -

tos de la L . \ y sobre todo los papeles, dando


prontamente aviso deste acontecimiento á
los Of. . y miembros delTall. . que vivieren
- -

mas cerca.
EJ título de H . \ que se da á estos servido-
res les hace con razón esperar que ninguno
de los miembros de la L . . los tratará grose-
-

ramente ni con menosprecio. Nadie tiene


derecho de exigir de ellos como obligación un
servicio que no sea peculiar á los negocios de
la L . . y si hacen otros que no Jo sean á al-
-

gunos H H,?. que se los hayan pedidos, da-


rán con esta conducta una prueba de su cor-
tesía y de que tienen derecho al agradeci-
miento de los H H . . -
103

Si un H . . olvidando las atenciones que se


-

deben á los H H . \ Sirv. los tratase nial, el


H . \ Sirv. . puede quejarse al Ven. , ó á la
1 -

junta de Dig. . y Of. . los que están obliga-


- -

dos á examinar el asunto y si la queja es


justa ampararlo y ponerlo al abrigo de seme-
jantes insultos, y aun de procurarle satisfac-
ción.
Cuando una L . \ esté satisfecha de la
buena conducta de un H . \ Sirv. ., debe este
-

esperar con fundamento, que no le faltará


ningún cuidado ni socorro que se juzgue ne-
cesario si viene á caer enfermo : y si muere,
la L . \ debe pagar los gastos del entierro.
104

Derechos, Privilegios, y Obligacimies de los


HH.\ relativos á su Estado Mas.'.

Atribuciones y obligaciones de los Apren.'.


l . \ G.'. Simb.'.

La iniciación dá á los Apren.*. los dere-


chos y privilegios de los Mas.*, á excepción
de los que están reservados á los Comp.*. y
M.*.; porque á estos grados pertenecen pre^
rogativas y conocimientos mas estensos.
Los Apren.*. tienen derecho de asistir á
todas las asambleas de su grado, y de. dar su
sufragio cada vez que el escrutinio circule
para la iniciación de un profano á los miste-
rios del orden, ó para la filiación de un H . \
Cada vez que vayan a. la L.*. tienen el de-
recho de repasar los borradores de los asien-
tos de su grado, y de leer el catecismo y el
código de las leyes, que el H.-. secretario está
obligado á confiarles, y que le devolverán
antes de salir del local. Por su deseo de ins-
truirse con el conocimiento de las leyes y en
105

todo lo que sea concerniente á su grado se-


ñalarán su zelo y su amor por la Mas.', los
Apren.\
El grado de Apren.'. siendo un estado de
prueba el nuevo iniciado debe hallar en las
L L . \ de este grado, poderosos motivos para
inclinarlo á la practica de las obligaciones
impuestas al Mas. , tanto en la L . \ como
-

entre los profanos. Debe también reflexio-


nar maduramente sobre la Mas.', en gene-
ral, y particularmente sobre el intento mo-
ral de su grado; resumiendo entonces sus
reflexiones sobre el papel se las comunicará
á su padrino ó al Orad.", de la L . \ En di-
cho resumen evitará emplear una vana os-
tentación de ciencia, y se contentará con ex-
plicar sus ideas con claridad y precisión, para
probar con ella que estaba bien penetrado
del asunto que trataba.
Los Apren.'. están obligados á asistir á
todas las sesiones de su grado, y particular-
mente á las L L.\ de instrucción, amenos
que obligaciones importantes no se lo impi-
dan y en este caso dará sus descareos á la
106

Privados los Apren.*. del derecho de pro-


poner por simismo profanos á la iniciación
aunque los considere muy dignos de ser ad-
mitidos en la sociedad, no lo están pai a dar-
los á conocer á un M . \ el que consideran-
do y atendiendo, á las buenas qualidades del
sugeto propuesto se encargará de la propo-
sición y de la responsabilidad.
Si ha cumplido exactamente con sus de-
beres en el tiempo fijado por los reglamentos
generales para todo Apren.\, puede estar
bien persuadido que conseguirá sin dificultad
el segundo grado Simbo.\
Aunque los Apren.*. están privados del de
hablar en la L . \ no obstante se les permite
hacer propociciones, por medio de segunda
persona, que será un Mas.* en que tenga con-
fianza.

DISCURSO PRELIMINAR.
Para la recepción al 1.*. GV.

La moral de los Fia.*. Mas.*, es la escuela


de las mas bellas virtudes; todo Mas.*, que
haya recogido toda la pureza que encierran
107

las máximas esenciales del orden deseando


hacer de ellas la regla constante de sus ac-
ciones y de su conducta, podrá sin fana-
tismo y sin que se le tenga por aluciando
asegurar que si todos los hombres fueran
Mas.*, renacería de nuevo el decantado siglo
de oro, en la belleza y amenidad de las cos-
tumbres y en las obras de beneficencia que
el amor fraternal construiría. En una pala-
bra : la institución Mas. , no esotra cosa que
-

una sociedad de hombres que procuran ha-


cer feliz á los que les rodean haciéndolos
mejores de lo que son.
N o basta el ser introducido en una L . . ni
-

el conocer las palabras, el signo y el toca-


miento de un grado para llamarse propia-
mente Mas. , lo que constituye sobre todo el
-

Mas. , es el convencimiento y conocimiento


-

de sí mismo, y solo por un trabajo constante


podrá llegar á concebir con el desarrollo de
sus ideas lo que es un verdadero Mas. , por
-

esto en nuestros Tall. . nos hablan continua-


-

mente de trabajar, y todos nuestros emble-


mas no son sino instrumentos ú obras maes-
tras que no pudieron executarse sin los mis-
IOS

mos instrumentos que han servido para tra-


zar sus justas proporciones»
La ociosidad se debe tener en horror entre
los Mas.*.; pero el trabajo es nada sino le
precede el estudio y la meditación. El nue-
vo Mas. , se debe penetrar de la obligación
1

que contrajo cuando se recibió como tal


acordándose á todas horas que la sociedad
no busca miembros inútiles porque corrom-
perían todo lo bueno de ella. Semejante á
la abeja industriosa, cada uno debe llevar á
su Tall.\ que es el panar ó centro común, el
fruto de su labor. Trabajando para todos
trabaja también para sí, pues participa al
mismo tiempo del producto recogido por to-
dos sus H I I . ' . si su poca experiencia, no le
permite elevarse á lo mas alto del edificio
del corte R.'. le basta al principio estudiar y
meditar sobre los misteririos que se le han
hecho vislumbrar, examinando con cuidado
todo lo que le han hecho hacer, leyendo, es-
tudiando con asiduidad y meditando el cate-
cismo de su grado. Cada palabra, cada ar-
ticulo, cada número, contiene un sentido
oculto que son otros tantos eslabones que
109

se deben unir para formar una sola cadena;


poco á poco con el estudio y la meditación
levantará el velo que cubre nuestros miste-
riosos emblemas y los principios de moral
que descubrirá en ellos, le servirán de base
para las virtudes que debe ptacticar, para
poder un dia tener el justo y verdadero título
de Mas.'.

INSTRUCCIONES EN FORMA DE
CATECISMO.
Para el 1.'. G.\ Simó.-.

P . \ i Sois M a s . ' . ?
— R . \ Mis H H . \ me reconocen por tal.
P . \ ¿ De donde vénis ?
—R.'. De la L . \ San Juan.
P . \ ¿ Que se hace allí ?.
— R . \ Construir calabozos para los vicios y
erigir templos á la virtud.
P . \ i Que es un Mas.;. ?
—R.'. Un hombre libre, tan amigo del po-
bre como del rico, cuando son virtuosos.
P . \ ¿ Que venis á hacer en L . ' . ?
—-R.'. Vencer mis paciones, someter mis
10
110

voluntades, y hacer nuevos progresos en la


Mas.-.
P . \ ¿ Adonde fuisteis recibido Mas.'. ?
—R.-. En una L . \ justa y perfecta.
P . ' . i Cuantos miembros son necesarios
para que una L . ' . sea justa y perfecta.
— R . \ Siete: tres la gobiernan, cinco la
componen, y siete la hacen justa y perfecta.
P . ' . ¿ Desde cuando sois Mas.'. 1
— R . \ Desde que vi la luz.
P . \ ¿ Por que medio conoceré que sois
Mas.'. 1
—R.'. Por mis signos, palabras y tocamien-
tos.
P . \ i Como se hace el signo de losMas.'. ?
— R . \ Por esquadra, nivel, y perpendicu-
lar.
P . \ j Dadme el signo de Apren.'. ?
Se dá.—*

* — E n I i . - . e l V e n . , m a n d a al H . \
-
á d a r e l s i g n o át
2.-. Z.\, e s t e se l o dá al 1 . - . el q u e a n u n c i a al Ven.-,
q u e el s i g n o es j u s t o , se d e b e n o b s e r v a r las m i s m a s forma-
l i d a d e s p a r a el t o c a m i e n t o y l a s p a l a b r a s d e F . \ y S a g . \
111

P . \ ¿ Como se llama ese signo '?


— R . \ Gutural.
P . \ ¿ Que significa ?
—R. . Que prefiero tener la G.'. cortada
-

antes que revelar los secretos de mis H H . \


P . ' . ¿ Dadme el tocamiento.
Se dá.
P . \ ¿ Dadme la palabra S a g . \ ?
— R . \ Os la daré como la he aprendido:
porque no me es permitido sino deletrear,
dadme la primera letra y os daré la segun-
da, comenzad y os seguiré.
P . \ ¿ Que significa esta palabra?
— R . \ L a Sabiduría está en Dois. Era el
nombre de una Col.", de Bron. . puesta al
1

N . \ en el Templo de Salomón, en la cual se


reunían los Apren.*. para recibir sus sala-
rios.
P.*. i Dadme la palabra de P a s . \ ?
Se dá.
P . \ i Que significa esta palabra?
— R . . El nombre de uno de los hijos de
-

Lamet, que inventó el arte de trabajar los


metales.
112

P . \ i Porque os habéis hecho recibir


Mas.-. ?
— K . \ Porque estaba en las tinieblas y de-
seaba ver la luz.
P . \ ¿ Quien os procuró el favor de ser re-
cibido Mas.*. ?
— R . \ Un amigo virtuoso que después re-
conocí por H.*.
P . \ ¿ En que estado habéis sido presenta-
do en Lv. ?
—R.\ Ni desnudo ni vestido,para represen-
tarme el estado de inocencia, y para recor-
darme que la virtud no necesita ornamentos
no obstante en una postura decente. Des-
proveidode metales, porque son el emblema
del vicio que el Mas.*, debe huir-
P . \ i Como habéis sido introducido en
L.-.?
—R.\ Por tres grandes golpes.
P . \ ¿ Que significaban estos golpes ?
— R . \ Corresponden á las tres palabres del
Evangelio : Pedid os darán, Buscad encon-
trareis, Tocad os abrirán.
P . \ ¿ Que os produjeron estos tres gran
golpes ?
113

—R.-. Me preguntaron mi nombre, mi ape-


llido, el lugar de mi nacimiento, mi oficio, y
si me presentaba de mi propia voluntad para
ser recibido Mas.*.
P.-. i Que hizo de vos el E x p . \ que os
preparó para ser recibido Mas.*. ?
— R . \ Me introdujo en la L . \ entre los
dos Z . \ y me hizo viajar como Apren.*., afin
de hacerme conocer las dificultades que se
encuentran para llegará ser Mas.*.
P . \ ¿ Que habéis visto cuando entrasteis
en L.*. ?
— R . \ Nada que el espíritu humano pueda
comprehender, un velo espeso me cubría
los ojos.
P . \ 'i Porque os han hecho viajar 1
— R . \ M e dijeron que por este medio halla-
ría lo que buscaba y deseaba.
P . \ ¿ Que esperabais hallar en aquel viage
tan penoso ?
—R.*. L a luz.
P.*. ¿ L a encontrasteis 1
—R.\ No.
P . \ ¿ Quien os procuró lo que buscabais ?
— R . \ El M . \ Resp.*. M . \ de la L.*. me
10*
114

recibió con el consentimiento de todos los


H H . \ después de haberme sometido á las
pruebas necesarias, y haber recibido de mi
un juramento y promesa inviolable de guar-
dar fielmente los secretos del orden, y me
dio enfin la luz.
P . \ i Como estabais cuando hicisteis esta
promesa ?
—R.-. En un cuadrado perfecto; tenia la
Rod. . D . \ desnuda sobre la Esq.'. la Ma. .
- -

D . \ sobre el Sto.". Ev. ., y en la I.*. tenia


-

un Comp.v con la Pun.*. Apo.'. sobre mi


Cor.*., y de este modo contrarié mi obliga-
ción.
P . \ ¿ Que visteis cuando os quitaron el ve-
lo que os cubría los ojos ?
—R.". Tres grandesJuces que representa-
ban el sol, la luna y el JVL*. Resp.-. M . \ de
laL.-.
P . \ ¿ Que relación hay entre aquellos
astros y el M . \ de la L. . ?
-

—R.-. Como el sol preside al dia y la luna á


la noche, del mismo modo el M . \ de la L . ' .
preside allí dia y noche para aclararla con
sus luces.
115

P . ' . l Porque os introdujeron en un cuarto


obscuro ?
— R . \ Para dejarme entregado á mis reflex-
iones y pensamientos ; porque todo hombre
que quiere adoptar un estado no puede re-
flexionar demasiado sobre las conseqüencias
del empeño que va á contratar, y en seme-
jantes circunstancias debe siempre sondar lo
interior de su corazón en el silencio.
P . \ ¿ Porque os despojaron de todos meta-
les ?
— R . \ Porque tratándose de hacer revivir
entre nosotros aquellos tiempos felices, de-
bemos apartar todo lo que tenga relación á
estos perniciosos metales, que son el simbo-
lo de todos los vicios, y en el dia el objeto de
la avaricia y codicia de los hombres que se
ligan con ellos : despojándome pues de me-
tales, han querido prepararme á un despren-
dimiento de mi mismo y hacerme comprehen-
der que debo abandonar todas mis preocupa-
ciones : en una palabra dejar de ser hombre
mundano y cambiarme en hombre nuevo, es
decir hombre Mas. . -
116

I V . ¿ Porque os pusieron un velo sobre los


ojos?
— R . \ Para darme á conocer que como una
imagen sensible de las tenieblas de mi espí-
ritu, del error y de la superstición cuyo jugue-
te era yo, debia procurar librarme de ellas,
buscando la L u . \ entre ellos, es decir hacién-
dome Mas.*.
P . \ ¿ Porque teniais el brazo desnudo y
el pecho izquierdo descubierto ?
—R. . Para recordarme que mi primera ob-
-

ligación es la de consagrar mi brazo á la pa-


tria, y mi corazón á mis H H . \
P . \ ¿ Sobre que trabajan los Apren. . ? -

—R. . Sobre la piedra Biv.


-

P . . ¿ En donde reciben su paga ?


-

—R. . En la Col. . J. .
- - -

P . . j Como la reciben ?
-

— R . \ Dando el signo, el tocamiento y la


palabra.
P . . i Adonde está situada la Col. . J . \ ?
- -

— R . \ En la parte septentrional del Tem-


plo, y en esta Col. , es donde se reúnen los
-

Apren. . -
117

P . \ j Porque están los Apren. . solo en la


-

parte septentrional del Templo 1


—R.\ Porque no habiendo adquirido aun la
fuerza y conocimiento necesario de los traba-
jos Mas. , se quedan allí para acostumbrarse
-

á él y recibir sus instrucciones.


P . \ ¿ Cuantas ventanas hay en el templo ?
—R.\ Tres, situadas al Oiv., al Oc. . y al -

Mediod. .-

P . . i Porque no hay en el septentrión ?


-

—R.\ Porque el sol alumbra muy poco en


esta parte.
P . \ ¿ Para que sirve la llana en los tem-
plos?
—R.\ Para ocultar los defectos de nuestros
HH.-.
P . \ i Cual es el deber de los Z . \ en L . \ ?
—R.\ El de asegurarse si el Templo está
cubierto.
P. . ¿ E n donde se pone el Ven. , en L. . ?
- - -

—R. . A e l O . r .
-

P.-. ¿Porque?
—R. . Así como el sol principia su carrera en
-

esta parte del mundo del mismo modo el


118

Ven. , se pone al O.*, para abrir la L . \ , di-


-

rigirla en sus trabajos, y aclararla con sus


luces.
P . ' . ¿ Donde se ponen los Z . \ ?
—R.\ A l O c .
P . ' . ¿ Porque ?
—R.'. Porque así como el sol termina su
curso en esta parte del mundo, los Z . \ se
ponen al mismo lado para ayudar al Ven.', á
cerrar la L . \ , pagar los Of.'., y despedirlos
satisfechos y contentos.
P . ' . i Aque hora se abre la L . ' . ?
— R . \ A las doce del dia.
P . \ ¿A que hora se cierra ?
— R . \ A las doce de la noche.
¿ P . \ Que edad tenéis ?
— R . \ Tres años.
P . \ ¿ Que debe huir un Mas.'. ?
—R.'. L a murmuración, la calumnia y la
ociosidad.
P . \ ¿ Que debe observar ?
— R . \ El silencio, la prudencia y la cari-
dad para con sus H H . \
P . \ ¿ Cual es la obligación del Mas.'. ?
— R . \ Trabajar, obedecer, y callar.
119

Discurso Para la Recepción de un Aprenr.


Mas.'.

H . \ Mío.

Cuando abristeis vuestros ojos á la luz, una


infinidad de objetos nuevos para el entendi-
miento humano se presentaron delante de
vuestra vista: las diversas circunstancias de
vuestra recepción, las pruebas á que os ha-
béis sometido,*los viages que habéis hecho,
y los adornos del Templo en que os halláis,
son emblemas que necesariamente deben ha-
ber exitado vuestra curiosidad: voi H . \ mió
á hacer lo posible para satisfaceros haciéndo-
os ver una parte de nuestros misterios.
Entregado á manos desconocidas y puesto
en un lugar donde la imagen de nuestra
disolución está por todas partes repetida, de-
béis haberos penetrado de la nada de las
grandezas humanas; el orgullo y la ambi-
ción, esas fantasmas tras las cuales corren
todos ciegamente, deben haber perdido en
vuestro corazón todo su aliciente, descornen-
120

do de vuestra razón el velo con que cubren sus


defectos, y dejando en cambio sus esqueletos
descarnados por los vicios, para daros á mos-
trar el escollo que debéis evitar cuidadosa-
mente por ser adonde vienen á estrellarse
todas nuestras pasiones y deseos desordena-
dos. ¿ En aquella obscura y silenciosa mora-
da, habéis reflexionado profundamente H . \
mió ? ¿ Habéis concentrado vuestro espíritu
en sí mismo? ¿Habéis pensado en vuestra
existencia desde el momento en que habéis
comenzado á figurar sobre la tierra, y en el que
tendréis que desaparecer de su serperficie ?
¿ L a reflexión y la meditación os ha inclina-
do á creer, que cuando dexeis vuestro mortal
despojo, tendréis que abandonar para siem-
pre vuestros parientes, vuestros amigos y to-
do lo que mas amáis en el mundo ? ¿ N o vino
la dulce,la alhagüeña idea de la inmortalidad
del alma á derramar en vuestros sentidos
un balsamo salutífero y consolatorio? ¿ N o
os ha penetrado el G . \ Arq.'. del U . . con
-

un rayo de su benéfica luz? Si H . . mió-

queremos creerlo, vuestras virtudes, la re-


gularidad de vuestras costumbres en vuestra
121

conducta pasada, vuestra firme resolución de


ver la L u . ' . nos es un garante seguro que el
Supremo Hacedor os ha mirado con benevo-
lencia. Debéis haber sentido que existia en
vos una pequeña partícula del principio ge-
nerativo, que pronto 6 tarde se debe unir al
gran todo, del cual es una parte. Sobre esta
profunda verdad H.'. mió, debéis dirijir to-
das vuestras reflexiones para que meditando
sobre ella os procuréis la luz que ha de aca-
bar de ilustraros.
La Mas.*, cuyo origen se pierde en los
siglos mas remotos tiene por intento el reunir
á todos los hombres, que penetrados de la
necesidad de ocuparse en la virtud y en los
medios de propagar la dulce y sana moral
que nos enseña, quieran trabajar en esta obra
meritoria, con toda la tranquilidad, calma y
recogimiento que merece; para apartar los
profanos cuya ceguedad, ignorancia y vicios
hubieran necesariamente embarazado nues-
tros augustos trabajos, hemos tenido que en-
volvernos en misterios, símbolos y signos, que
ningún sentido presentará á los que no están
admitidos en ellos, pero que pueden traer
11
122

siempre á la memoria de los verdaderos


Mas. , su conducta y su deber.
-

Recorriendo los objetos representados en


quadro que tenéis bajo de la vista, voy á
descubriros parte de nuestros emblemas; con
perseverancia, zelo y exactitud, podréis un
dia conocer lo que no puedo revelaros en este
momento.
El conjunto de este cuadro, representa el
Templo de Salomón. Bien sabéis que aque-
lla obra maestra de las artes, aquella mara-
villa del mundo, ha sido considerada como
un monumento perfecto; sobre semejante
modelo debemos elevar el Templo de la vir-
tud : parahacernos dignos de ella, no debemos
solamente valemos de cuidados y precauci-
ones, sino trabajar asiduamente con zelo y
ardor, esforzándonos en hacernos perfectos,
que és el único medio de lograr nuestro in-
tento.
L a copa amarga con que habéis sido re-
frigerado, os anuncia que no llegareis sin
obstáculos; pero como la amargura no os ha
impedido bebería hasta la hez, lograreis
también con la fuerza y perseverancia ven-
123

cer los obstáculos que puedan deteneros un


momento.
El Ven.*. M . \ confiriéndoos el grado de
Apren.'. M . \ que habéis merecido por la
constancia con que habéis soportado las 1

pruebas necesarias á vuestra recepción, os


ha dado ya á conocer la Col.-. J.\ que debéis
percibir al Sept.\ : este es el punto de reu-
nión de los Apren.". Las granadas que co-
ronan el chapitel y cuyas numerosas pepitas
veis, os designan claramente la fecundidad
de la naturaleza. Todavia no os es permi-
tido subir las cinco gradas que preceden el
enlosado mosayco, pero presumim( 'S bastante
de vuestro zelo por el trabajo, para creer que
con vuestra inteligencia llegareis á él un dia,
debéis ahora deteneros en la tercera grada
para los tres pasos de Apren.*. que os han
sido enseñados. El número ternario debe
presentar a vuestra imaginación diversos ob-
jetos que han de ocupar siempre el espíritu
del verdadero Mas.*., los tres signos de la
naturaleza, las tros Col.*, inmobles que sos-
tienen el edificio Mas.*., la Sabiduría, la
Fortaleza, y la Hermosura ; las tres L u c * .
124

del Templo, las tres palabras del Evangelio,


tocad, buscad, y pedid. Enfin H . \ mió, la
Divinidad, la Naturaleza, y el Hombre.
Ved hai pues, una parte de la mina fecunda
que este número simbólico os dá á examinar
y profundizar. Este trabajo, se os ha indi-
cado solamente: semejante ala piedra bruta
que estáis viendo, no sacareis de él ningún
fruto, si por el trabajo y el bruñido no le das
la forma que debe tener.
Debéis fácilmente divisar en lo alto del
cuadro, los dos astros que se presentan uno
en pos de otro para iluminar el planeta
que habitamos: el uno con su luz propia, y el
otro por reflexión. De este modo veréis que
el Mas.*, nunca está en las tinieblas: siem-
pre fixos los ojos sobre el G . \ Arqui.*. del
U . \ , le mira como su guia, y se dirige por él.
Esos globos resplandecientes nos presentan
el mas bello ejemplo que debemos seguir;
si la verdad de sus luces benéficas nos pene-
tra con sus rayos, hagamos de modo que nu-
estras almas á imitación del astro de la no-
:he, reflecten sobre los H H . \ que están en
las tinieblas, una porción de aquellas, luces
125

que ha prodigado con nosotros. Para esto


H . ' . mio.es menester que la dulce amistad
nos una; que la igualdad representada por
el nivel, sea una de las verdades que sintáis
fuertemente. Aquí todos somos iguales, hi-
jos de la misma madre, es decir de. la natu-
raleza fecunda, no se reconocen ninguna de
aquellas distinciones profanas que solo enso-
berbecen á los fatuos y á Jos que no saben ó
no pueden decorarse con sus propias virtu-
des; en una palabra: si traíais de encontrar
entre nosotros al mas grande, buscad al mas
virtuoso.
El compás, emblema de la precisión y
de la exactitud, prescribe á los verdaderos
Mas. ., (por el circulo que traza,) el no em-
-

prender nada que no sea justo, sino después


de haber reflexionado maduramente su pro-
yecto, y haberle examinado desde la super-
ficie, hasta el centro, afin de estar casi seguro
de lograr el intento propuesto.
El flueco dantelado que decora el remate
del cuadro, es el emblema de los vínculos
que deben unir y estrechar Alertamente todos
los Mas.*, esparcidos sobre la tierra, para
11*
í 20

dirigirles hacia el mismo intento ; examinad


la perpendicular, que ella os indicará clara-
mente por el punto adonde vá dirigidas; que
todo viene de arriba.
Ved aqui H . •. mió la base y fundamento
de la M a s . . : queremos erigir templos á la
-

virtud, pero nuestros trabajos se perderán


quedando sin efecto, si no tenemos mucha
indulgencia para con nuestro prójimo. El
Mas. , que construye edificios materiales, se
-

sirve, de la llana para igualar y encubrir los


defectos de su obra. Así nosotros elevando
el Templo dedicado á la virtud debemos ha-
cer uso de la llana para ocultar los defectos de
l o s H H . * . que puedan deslucir este lugar sa-
grado ; por este medio purificaremos nuestros
corazones para que cuando llegue el dia de la
disolución del hombre mortal, pueda el hom-
bre inmortal deshacerse sin trabajo de su des-
pojo terrestre, para unirse puro y sin tacha al
primer principio de donde dimana. Entre
tanto elevemos nuestros corazones con tran-
quilidad y fervor hacia la Divinidad y repi-
tamos por tres veces ; gloria al G. . Arqui. .
- -

del fJ. . !
-
127

Atributos y Obligaciones de Comp.'.


2 . \ Gr. Simb.'.

Los Comp.'. tienen derecho de asistir á


todas las asambleas de su grado, y de dar su
sufragio en las deliberaciones que tienen por
objeto la promoción de un Apren.*. al grado
de Comp.'. Ademas de esto; tienen el de-
recho de tomar conocimiento de los proto-
colos de los trabajos de su grado, y de leer
las instrucciones de los Comp.*.
Con profundas meditaciones sobre las ca-
lidades que caracterisan al Mas.', consoma-
do, y sobre el arte de bien gobernar una L . \
se prepara para la Maes.'. Descorren el
velo que cubre los misterios que contiene el
segundo Gra.'., explicándolos: tal debe ser
el objecto de su estudio. Deben entregar
sus reflexiones por escrito á su Pad.'. ó al
O r . \ sugetandose á su aprobación seguro
que miraran como una obligación el ayudar-
les en sus trabajos.
Los Comp.'. están obligados á freqüentar,
con aplicación asidua las L L . \ de Apren.*.
128

y las suyas propias ; y cuando obligaciones


importantes se lo impidan, están obligados á
hacerlo presente á la L . ' .
Si uu Comp.\ descubriese entre sus ami-
gos un hombre digno de ser recibido Mas.'.,
y que este le manifieste un gran deseo de
serlo; como no tiene derecho para propo-
nerlo, lo hará presentar por un M.*., el cual
tomando su lugar responderá del prosélito.
Después de haber cumplido el tiempo fija-
do por los reglamentos generales con el
zelo que requiere su grado, todo Cornp.'.
puede aspirar á obtener la Maes.'.; ademas,
tiene derecho de pretenderla anticipada-
mente cuando con escritos sabios discurridos
y meditados profundamente, dé pruebas su-
ficientes de haberse ocupado seriamente en
los principios y dogmas del orden. El fruto
de tal trabajo será presentado á laL.'. por el
P a d . \ ó por el Ora.'.
Estando los Comp. . privados de la pala-
-

bra, como los Apren.'., ocurrirán á su P a d . \ ,


ó á otro M . \ cuando tengan algo que propo-
pnner á la L . \
129

PRÓLOGO.

Fl Apren. . que se ha penetrado del primer


-

grado con que ha sido condecorado, debe sen-


tir una gran satisfacción cuando por premio de
su aplicación y zelo, por el trabajo ha llegado
á subir las cinco gradas del Templo, y á re-
cibir el grado de Comp. . Una nueva L n . .
- -

brilla á su vista, su esfera se engrandece, y sus


ojos pueden recorrer un horizonte mas vasto
sin temor de lastimar su vista con los faces
luminosos que parten del O. . Puede con
-

seguridad fijar la estrella resplandeciente


cuyo resplandor vivo y brillante viene á ilu-
minarle. Esta estrella misteriosa que es el
principal emblema del grado de Comp. ., -

debe particularmente atraer toda su aten-


ción. Esta estrella que separa de sus ojos
las densas tinieblas que rodean al profano
ignorante é incrédulo, le servirá de norte pa-
ra dirijirse en el estudio de la sabiduría. Le
dará á conocer el fuego generativo é invisible
que no solamente esparce la vida y la ani-
mación sobre los tres reynos de la natura-
130

leza, sino también, que dá el movimiento á


todo el Universo y arregla el curso de los
orbes luminosos que se mueven majestuo-
samente sobre nuestras cabezas; cuyo es-
pectáculo sublime renovado cada dia, nos dá
una idea de la grandeza y del poder del G.'.
Arq.\, cuya sola y única voluntad ha fijado
la magnitud de ellos con su soplo divino.
N o obstante: aunque le es permitido me-
dir con la vista el inmenso espacio que tiene
que recorrer, no debe esperar lograrlo sin
dificultad, si no llama en su socórrala quinta
ciencia cuya letra inicial que brilla en el cen-
tro de la estrella flamígera la está indicando.
Quiero hablar de la geometría, cuyos pro-
blemas siempre producen resultados, verda-
deros, luminosos é invariables. Con la asis-
tencia de esta ciencia, podrá andar con un
paso mas firme en la carrera Mas.*.; por
medio de ella, pasará succesivamente de lo
conocido á lo por conocer; y estudiando y
comparando entresí la cadena de los seres
cuyo primer escalón es él, llegará al conoci-
miento de aquella estrella misteriosa que es
el punto fixo del grado de Comp.'. Sonde-
131

andose y estudiándose á sí mismo, es como


puede llegar á obtener con presteza, el S u b . \
grado de M . \ que es el complemento de la
M a s . . Simb.'. con el cual acabará, de cor-
-

rer el velo que todavía le impedirá descu-


brir nuestros emblemas, y le hará conocer
claro y palpable el verdadero intento de
ellos, que debe ya presumir, si corrigiendo
sus costumbres y practicando la virtud se ha
penetrado su alma de nuestros misterios, y
de los principios morales que se le han dado
á conocer.
132

INSTRUCCIONES.
Del 2 . \ 2 . \ G.\ Simb.;

P . \ ¿ H . \ mió sois Comp.*. ?


- ~ R \ ' Si lo soi.
P . \ ¿Como habéis llegado á este grado?
— R . \ Con el trabajo, y la prudencia.
P . \ ¿Que os ensenaron cuando os reci-
bieron Comp. . ?-

— R . \ L a significación de la letra G.".


P . \ ¿ Que significa ella ?
— R . \ Geometría quinta de las ciencias y
la mas útil á los Mas.".
P.". ¿ Adonde fuisteis recibido ?
— R . \ En una L.". perfecta.
P . \ ¿Como se compone una L . \ per-
fecta ?
— R . \ Con siete miembros, llamados L u c . \ ,
que son un Ven."., dos Z . \ , tres M a e s . \ , y
un Comp.".
P.". ¿ Como os recibieron ?
— R . \ Haciéndome pasar de la Col.'. J.".
á la Col.". B . \ y subiendo cinco gradas del
133

Templo; después me dieron un signo, un


tocamiento y dos palabras.
P . \ ¿ Dadme el signo ?
Se dá.
P . ' . ¿ Como le llamáis ?
—R.'. Pectoral.
P . \ ¿ Que significa ?
— R . \ Que guardo el secreto de mis H H . \
en mi Cor.', y que preferirla vérmelo arran-
car antes que revelarlo á los profanos.
P . \ ¿ Dad me el tocamiento ?
Se dá.*
P . \ ¿ Dadme la palabra ?
Se dá como se ha aprendido.
P . ' . ¿ Que significa esta palabra ?
— R . \ L a fuerza está en Dios. E s el nom-
bre de la Col.', que estaba al Medio.', de
la puerto del Templo donde se juntaban los
Comp.'.

* E n L . \ se o b s e r v a en l o q u e t o c a á l a s p a l a b r a s s i g n o y
t o c a m i e n t o s las m i s m a s f o r m a l i d a d e s q u e e n l a s instrucci
o n e s del g r a d o d e A p r e n . .
-

12
134

P . \ ¿ Habéis trabajado desde que sois


Comp.-. ?
—R\* Si M . \ Ven.*, en el Templo de Sa-
lomón.
P . \ ¿Porque puerta entrasteis en él?
— R . \ Por la del Occidente.
P . \ ¿Que encontrasteis cerca de esta
puerta ?
— R . \ Dos grandes Col.", de Bron.".; hue-
cas de dies y ocho codos de alto, cuatro de-
dos de espesor, y doce codos de circunferen-
cia ; hojas de acanto adornaban los chapite-
les que estaban dominados por lirios y grana-
das.
P . \ ¿ Cuantas habia ?
—R.*. Ciento y mas.
P . \ ¿ Porque decis ciento y mas?
— R . \ Para indicar que los buenos M a s . ' ,
no deben tener número.
P . \ ¿Para que servia lo interior de esas
Col.-.?
— R . \ Para guardar los instrumentos de
Geometriay, el tesoro para pagar] os obreros.
P . \ ¿A quien estaba dedicada la L.".
donde os recibieron ?
135

— R . \ A San Juan Bautista.


P . \ ¿ Porque ?
—R. . Porque en el tiempo de las guerras de
-

Palestina los caballeros Mas. , se unieron á


-

los de San Juan de Jerusalem para combatir


contra los infieles ; y como se habían puesto
bajo la protección de este Santo, y ganaron
la victoria, le dieron gracias, conviniendo
entre sí, que todas las L . . le serian dedica-
-

das, en adelante.
P . \ ¿ En que lugar está situada vuestra
L. . ?
-

— R . \ Al O. , del Valle de Josaph. ., en un


- -

lugar donde reyna la paz, la verdad y la


unión.
P . . ¿ Que forma tiene ?
-

—R. . Un cuadrilongo.
-

P.". ¿ Que largo ?


—R. . Del O . , al O c . \
- -

P . \ ¿ Que ancho ?
— R . \ Del S. . al N . .
- -

P . . ¿Su alto?
-

— R . \ Codos sin número.


P . . ¿ Su profundidad ?
-
i 36

— R . \ De la superficie de la tierra á su
centro.
P . \ ¿ De que está cubierta ?
— R . \ De un dosel celeste sembrado de es-
trellas.
P . . ¿ Quien sostiene un edificio tan vasto ?
1

— R . \ Dos grandes pilares.


P . \ ¿ Como los llamáis?
— R . \ Sabiduría y fuerza.
P . \ ¿ Explicadme esto ?
— R . \ Sabiduría para inventar, y fuerza
para sostener.
P . \ ¿ Tenéis ornamentos en vuestra L . \ ?
— R . \ Si, tres: que son, el enlosado Mo-
sayco, el flueco dantelado, y la estrella fla-
mígera.
P . \ ¿Que representan esos ornamentos?
— R . \ El enlosado Mosayco, significa el
umbral del gran pórtico del Templo; el flue
co dantelado, los ornamentos exteriores, y
la estrella flamígera, el centro de donde vie-
ne la verdadera luz.
P . \ j No contienen estos ornamentos al-
guna moralidad ?
— R . \ Si, el enlosado Mosayco, formado
137
de diferentes piedras unidas por el cimiento;'
indica la unión estrecha que rey na entre los
Mas.*., porque están unidos por la virtud :
el flueco dantelado que es el emblema del.
adorno exterior de una L . \ , por las costum-
bres de los H H.*. que la componen ; y la
estrella flamígera es el simbolo del sol en e}
universo.
P . \ ¿ Tenéis también algunas joyas ?
—R.*. Si seis, tres movibles y tres inmóviles.
P . \ ¿Cuales son las tres movibles ?
—R.*. L a esquadra, el nivel, y la perpendi-
cular.
P . \ ¿ Porque los llamáis movibles 1
— R . \ Porque pasan de un H . \ á otro.
P.*. ¿ Para que sirven ?
— R . \ L a esquadra sirve para formar cua-
dros perfectos, el nivel para igualar las su-
perficies, y la perpendicular para elevar edi-
ficios sobre sus bases.
P.*. ¿ Cuales son lastres joyas inmóviles ?
—R.*. L a piedra bruta, la piedra cúbica
con punta, y la tabla para trazar de los
Maestros.
P . \ ; Cual es su uso ?
12*
136

— R . \ La piedra bruta le sirve á los Apren.'.


para trabajar, la cúbica con punta es el so-
lido mas perfecto ; como que contiene todos
los números sagrados, los Comp.'. la em-
plean para extender sus conocimientos, y la
tabla de trazo sirve á los M . \ para levantar
sus planes.
P . \ ¿ No tienen todas estas joyas alguna
significación simbólica ?
— R . \ Si, la esquadra nos anuncia que todas
nuestras acciones deben ser arregladas sobre
la equidad, el nivel que todos 1 s hombres
son iguales, y que una perfecta unión reyna
entre los H H . \ ; y la perpendicular nos de-
muestra la estabilidad de nuestra orden, es-
tando erigida sobre las virtudes; la piedra
bruta en la cual trabajan los Apren.'. es el
emblema de nuestra alma, suceptible de bue-
nas ó de malas impresiones; la piedra cú-
bica que sirve á los Comp.',, nos hace recor-
dar que solo velando sobre nosotros mismos
podemos guardarnos de los vicios, y la tabla
para trazar de los Maestros, es el buen ejem-
plo que nos facilita la práctica de las mas
eminentes virtudes.
139

P . \ ¿ Cuantas especies do Mas.*, hay f


— R . \ Dos; Mas.*, de práctica, y Mas.',
de teoría.
P . \ ¿ Cuales son los Mas.', de teoria ?
—R.'. Aquellos de nuestra orden, que ele-
van Templos á la virtud, y construyen cala-
bozos para el vicio.
P . \ ¿ Quales son los Mas.', de práctica?
— R . \ Los oficiales que construyen edificios
materiales.
P . \ ¿ Para que sirve la M a s . ' , de teoria
—R. . Para purificar nuestras costumbres,
-

y hacernos útiles al estado y á la humanidad,


por los principios de la Subí.', moral que
enseña.
P . \ ¿Cuales son las leyes de la Mas.'.?
— R . \ Castigar el crimen y honrar la virtud.
P . \ ¿ Que debe evitar el Mas.". ?
— R . \ La envidia, la calumnia, y la intem-
perancia.
P . \ ¿ Que debe observar?
— R . \ El silencio, la prudencia, y la cari-
dad.
P.". ¿ Podriais decirme cuantos puntos
hay en la Mas.'. ?
140

— R . \ Son inunierables; pero se reducen


á cuatro principales que son, el gutural y el
pectoral para recordarnos nuestra obliga-
ción, quando los hacemos, el Manual quan-
do se dá el tocamiento para reconocerse, y
el pedrestre que nos demuestra que todo
buen Mas.*, debe andar en la viade la equi-
dad cuyo símbolo es la esquadra.
P.*. ¿Como viajan los Comp.*. ?
— R . \ Del O.*, al Mediod.*. del M . \ al
N . \ y del N.*. al O.*.
P . \ ¿ Que significa esto?
— R . \ Que un Mas.*, debe volar al socorro
de sus H H . \ aunque estén en las extremi-
dades de la tierra.
P . \ ¿Donde se ponen los Comp.*. en
L.\ ?
— R . \ Al M.*. para recibir las ordenes de
los M . \
P.*. ¿ Qual es su lugar en L . \ ?
-

— R . \ En la Col.*. B.*.
P.*. ¿ Cual es la palabra de Pas.*. de los
Comp.*. ?
Se dá.
P . \ i Que significa esta palabra ?
141

— R . \ Numeroso como las espigas del tri-


go. Era la palabra de resena dada á la
guardia del campo, ó exercito de Jephté,
quando este marchó contra los Efraímitas
que se habian sublevado.
P . \ ¿ Habéis visto vuestro maestro hoy ?
—R.-. Si.
P . \ ¿Como estaba vestido ?
— R . \ De oro y azul.
P . \ ¿ Que significan estas dos palabras ?
—R.". Que un Mas.", debe conservar la.
sabiduría en medio de las grandezas
P . \ ¿ Que edad tenéis ?
— R . \ Cinco años.
P . \ i Que hora es ?
— R . \ Las doce de la noche.*

* E s t a L . \ se abre y s e cierra c o m o la p r e c e d e n t e : s o l o
el n o m b r e , el s i g n o , y l o s aplausos s e d e b e n c a m b i a r .

>l®l»l«®]®l«l<
142

Discurso para la recepción de un Comp.:

H . \ Mío.
Con un trabajo constante y asiduo hemos
logrado dar una forma regular á la piedra
bruta, emblema del grado de Apren.*. Guia-
dos por esta primera luz que se representa
en la estrella flamígera, hemos penetrado
hasta el centro de la piedra misteriosa, para
descubrir desde ella, el principio de nuestros
trabajos, que aunque muy simples, ofrecen
á los espíritus mas ilustrados, un objeto dig-
no de su admiración, meditación, é investi-
gaciones.
En vano el hombre se elevaría hasta lo
mas eminente de la naturaleza si no recapa-
cita todos los puntos que ha recorrido, para
conocerse á sí mismo. Desconociendo este
principio, merece nuestra piedad, porque en-
tregado á la orgullosa presunción, irá con su
deliria, hasta olvidarse de las leyes mas sa-
gradas.
Este cuadro representa H . \ mió, casi
los mismos emblemas que el del grado de
143

Apren.*.; la diferencia que percibis en él


consiste en las cinco gradas que os conducen
á las puertas del Templo, á la entrada del
cual veis una piedra cúbica en lugar de una
bruta, que en vuestro primer grado os repre-
sentaba el Caos ; enfin, ya veis todo el cir-
cuito del Templo iluminado por los rayos bri-
llantes de la estrella flamígera. Estos nue-
vos emblemas serán para vos, de un precio
inestimable, si con profundas meditaciones
llegáis á comprehender los verdaderos prin-
cipios de la grande obra de la sabiduría.
Como el arte mecánico que sirve de em-
blema á nuestros trabajos, requiere que el
que lo profese tenga el conocimiento necesa-
rio de la Geometría práctica ; así és, que no-
sotros no podemos executar el plan de arqui-
tectura que se nos ha confiado, sin el cono-
cimiento de la quinta ciencia, esto és la geo-
metría simbólica ; por ella sacareis en claro
que nuestro Templo no se puede elevar sino
bajo la reunión de las proporciones mas ex-
actas en todas las partes del edificio; y ve-
réis por fin, que las piedras cúbicas y simbó-
licas que están destinadas á formarle, deben
144

ser exactamente examinadas por nuestros


Arquitectos, antes de sentarlas; por temor
de que conteniendo irregularidades, puedan
causar la ruina total del Templo.
Con la geometría ignorada de los profanos
hemos sondado la profundidad del Templo, y
medido su alto y todas sus dimenciones; por
sus leyes, han guardado simetría todos los or-
namentos con que se ha decorarlo cada una
de sus partes, con los emblemas propios pa-
ra descubrir al sabio meditador el intento
de nuestros trabajos; por este arte se han
levantado las Col.*, de Bron.'.; con los nú-
meros que contiene, se han adornados sus
chapiteles de granadas y embellecido el con-
junto de olorosos lirios. Enfin, por la geo-
metría se conoce la medida y el peso de las
palabras de la sabiduría.
Subid con confianza las cinco gradas que
os conducen al Templo donde todo profano
tiembla al llegar ; y ayudado de nuestra
Subí.'. Geom.\, apurad todos vuestros re-
cursos para llegar á conocer con perfección
el número ; porque sin este conocimiento tan
145

necesario, J.'. y B.*. serán para vos un mis-


terio impenetrable.
Por nuestros institutores se nos ha ense-
nado que el número cinco es el de la unión
y del matrimonio, compuesto de 2 y 3 núme-
ros par é impar. En efecto, acordaos que
nuestro Templo es el emblema del universo,
y que dos substancias constituyen todos los
seres por medio de tres principios. Estas dos
substancias son el cielo y la tierra; que es-
tas, teniendo por agentes los tres principios,
forman un conjunto armonioso, en la produc-
ción de todos los mixtos ó compuestos de la
naturaleza. Enfin estos tres principios cons-
titutivos de los seres están representados por
las tres Col.*., Sabid.*., Fuerz.*., y Bell.*.,
que sostienen el Templo.
Este número cinco aumentado en dos
porciones iguales, forma el 10, que es el
complemento de toda perfección: el 1, re-
presenta al G.*. Arq.*. del U . \ , y el 0, la
inmensidad de su poder; porque el círculo
no tiene ni principio ni fin.
L a cifra X de los Romanos, representa del
mismo modo un emblema muy precioso para
13
146

los Mas.".; porque descorrí poniéndola y anali-


sandola, forma un sentido distinto. Sepa-
rando los dos brazos y levantando uno de
ellos perpendicularmente y sentando el otro
orizontal en su extremidad, se forma la
letra L ; unidos en ángulos, la letra V ; y
cruzados, la letra X , las que unidas, forman
la voz latina L V X , Luz. Así pues, por el
arte Geométrico obtendréis el conocimiento
de esta luz increada que dá la inteligencia y
la vida: pero estos números, son números ra-
cionales, nunca los profanéis considerándo-
los materialmente, pues como tales pueden
servir solo á usos profanos. Esta demostra-
ción será inútil si nos limitamos á el conoci-
miento abstracto de la luz : pero volvamos
á su principio y sigámosle en sus progresos,
afín de poder recoger toda su sabiduria que
és el último y mas perfecto resultado de sus
producciones.
Esa estrella resplandeciente es el emble-
ma de la luz que procede del G . \ A r q . \ del
U.*.; para darnos á conocer su principio, se
ha puesto en su centro la letra G, que indica
el nombre de Dios, Gibor Elshim, cuyo sig-
147

nificado és, Dios fuerte, criador de los ele-


mentos y de lo mas perfecto.
Sin la Geom.\, en vano principiaríais la
obra de la sabiduria que debéis perfeccionar;
en vano intentaríais erigir un templo simbóli-
co, pues todo quedaría sin efecto: para con-
seguirle tomad la perpendicular y elevaos
hacia al verdadero principio de la luz, esto
és hacia el G . \ Arq.*. del U.*. del cual re-
cibimos la inteligencia que nos hace pene-
trar todos los secretos de la naturaleza.
Esta estrella es pues, la luz que aclara to-
do hombre que viene al mundo, y luce en
medio de las tinieblas, no como fuego fastuo,
sino como el centro de donde dimana toda.
Ella hermosea y adorna toda la naturaleza;
á ella debemos el fuego de la imaginación,
los dichos agudos, la sublimidad de los pen-
samientos, la profundidad del juicio; en una
palabra, todo lo que caracterisa la inteligen-
cia del hombre. Es el principio del movi-
miento y de la vida; compone todos los
cuerpos, los perfectua, los multiplica y los
destruye, para darles una forma nueva y mas
perfecta que la primera; como se ve en el
148

gusano de seda, cuando le saca de la tumba


donde estaba sepultado, para hacerle gozar
segunda vez, del beneficio de sus rayos. En
su primer estado era un animal vil, pesado
y proscripto con inclinaciones terrestres, con-
denado al trabajo, reducido á arrastrarse y
á ramonear con ancia los alimentos mas gro-
seros, ofreciendo á la vista un exterior feo y
asqueroso. Llega el momento de su reger
neracion: convertido en Mariposa, es la
agilidad misma, no le detiene la tierra, pues
parece que la mira con desprecio. Adorna-
do con los mas bellos colores, no se alimenta
sino de miel y roció: este dulce licor con el
cual se embriaga, la hace mas ligera, fuerte,
atrevida y alegre; agita blandamente sus
alas, y con vuelo rápido y sinuoso, anda de
un cabo á otro, llanuras inmensas, vergeles
y piados semblados de flores; se columpia
en el aire, donde la influencia de la luz es
mas abundante, y parece cuando desplega
sus alas brillantes y ligeras, que quiere ele-
vais'' hasta el santuario del Ser Supremo pa-
ra rendirle homenage por la vida que recibió
de él.
149

Parece que la abeja industriosa no va á


sacar su alimento del cáliz aromático de las
flores sino para producir la materia que per-
petua la claridad de la luz, cuando la noche
quiere ocultárnosla. Esta materia tan pura
como la esencia de las flores de donde saca
su existencia, que se emplea en el culto de
los templos de los Dioses, y que alimenta la
llama que se reduce en vapor; se confunde
con el humo del incienso que se ofrece á la
Divinidad en holocausto, para volver á la
región de la luz, como su primer origen.
Cuando después del invierno aparece la
hermosa primavera, ostenta á nuestra vista
los mixtos, cuerpos y substancias que ha ido
preparando silenciosamente debajo de los
yelos. En cada flor desplega sus libreas en
Jos colores que las embellecen y que nos
presenta en su arco Lis. La modificación
de sus rayos produce el lustre y el olor de
la rosa, el sabor de los frutos, la blancura del
lirio, y la púrpura del amaranto. Esta mis-
ma modificación aparece en las piedras pre-
ciosas, pues en algunas de ellas la luz ha
concentrado su resplandor. En una palabra,
13*
150

es ^ fuente de la vida y de la salud ; y si os


dedicáis al bien de la humanidad, debéis
hacer un estudio particular de ella.
Cuando nos pintan la sabiduria, le ponen
sobre la cabeza una lengua de fuego y en el
pecho un sol resplandeciente. Pero la sa-
biduria según dice Salomón no gusta array-
garse sino con los hijos de los hombres; en
vosotros mismos tenéis la obra de la luz,
¡ H H . ' . mios! elevemos nuestros espíritus
hacia su criador, y démosle las debidas gra-
cias por el don tan precioso con que nos ha
dotado. A la luz debe toda la naturaleza
su existencia; por ella se hacen las combi-
naciones cuyo resultado es la harmonía de
todos los cuerpos existentes, Esta luz es-
tá combinada con una esencia subtil que se
evapora, y sin la cual nada opera : esta esen-
cia es la humedad radical de los cuerpos.
Sea pues esta esencia el objeto de nues-
tras observaciones; ocultas bajo la corteza
de la piedra bruta, se libra de sus prisiones
por el trabajo asiduo de obreros laboriosos y
sufridos, que forman de ella la piedra cúbica
con punta. Informe en el primer grado, se
151

prestaba á todas las formas y figuras que se


le quisieran dar; pero ahora con la asisten-
cia de la luz, se ofrece á vuestros ojoS bajo
una forma regular, como recompensa debida
á vuestros trabajos.
El orden os acaba de conferir H . \ mió
un nuevo grado, que en los tiempos primiti-
vos solo se otorgaba después de cinco años
de Apren.'. Sin hacer valer este favor
como una gracia, se lisongea este Resp.'.
cuerpo que no olvidareis nunca que el
Comp.'. debe dar prueba de su adhesión á
nuestra sociedad; bien sea comunicándole
sus luces, ó viniendo á agotar en sus fuentes
los principios y conocimientos que ignoréis;
sin que padezca vuestro amor propio creyén-
doos superior á aquellos mismos principios y
conocimientos.
Redoblad vuestro zelo y actividad H . \
mió; meditad con madurez los emblemos de
nuestro arte; acordaos que la parábola no
tiene sino un verdadero sentido, pero que se
puede interpretar de diferentes maneras.
L a explicación que os damos de nuestros
emblemas os pareserá quiza errónea, porque
152

estamos obligados á ocultaros en parte su


verdadera interpretación cuyo descubrimien-
to debe ser el fruto de vuestro trabajo, de
vuestra inteligencia y sobre todo de vuestra
veneración por todo lo que lleve el carácter
augusto de aquella sabiduría, cuyo sanctua-
rio es este Templo, y nosotros sus verdade-
ros ministros.
Exercitad nuestro espíritu, buscando la
verdad. El atleta solo adquiere fuerza y
vigor con un exercicio continuo: así mismo
no se desenvuelve el espíritu de un sabio, no
se enriquese de conocimientos, sino á fuerza
de un trabajo infatigable. El hilo que ha
de serviros de guia en el laberinto confuso
de vuestro entendimiento ya se os ha puesto
presente para que por su medio podáis llegar
al conocimiento de esta estrella misteriosa,
que os guiará, como guiaba á los magos
quando buscaban al Señor de la naturaleza,
al conocimiento de sus obras, y de vos mis-
mo.
J53

Atributos y obligaciones de los M.\


3.: Gra.: Simbólico.

El H . \ que ha alcanzado la M a e s . \ debe


conocer perfectamente las calidades que el
orden exige del Mas.', perfecto y consuma-
do, como á símismo el orden que se debe
seguir en la administración de las L L . \
Tiene voz consultiva y deliberativa en to-
das las asambleas de su L . \ y aun está obli-
gado á dar su parecer en todos los negocios
M a s . . Este voto solo será consultativo en
-

G.'. L . \ cuando se trate de leyes y negocios


generales.
Para poder cumplir dignamente con los
encargos que la L . \ pueda confiarles, tienen
obligación los M a e s . \ de saber y conocer á
fondo los reglamentos generales del orden y
los particulares de su L . \ ; pues elevado á
la Maes.*. está elegible para todos los em-
pleos Mas.'.
N o debe solicitar honores ni dignidades,
pero tampoco los rehusará sin motivos po-
derosos.
154

Los Maes.*. tienen obligación de visitar


las L L . \ de todos los grados, y de contri-
buir con todo su poder a hacerlas agradables
é instructivas.
Como las obligaciones del Mas.', deben
ceder el paso á los deberes del ciudadano,
será para un H . \ suficiente excusa el hacer
ver que por ocupaciones inherentes á su es-
tado civil, no ha podido presentarse en L . \ ;
pero el que se dispense de concurrir bajo el
frivolo pretexto de imposibilidad (sin dar otras
razones convincentes) procediendo solo de
poca voluntad y ninguna adhesión por el or-
den, nadie sino su conciencia le impondrá la
pena que meresca.
El derecho de proponer personas que soli-
citen su recepción en una L . \ pertenece ex-
clusivamente á los M a e s . ' . : solo deben fa-
vorecer en este caso á los que sean dignos
de pertenecer á la sociedad, pues son respon-
sables á ella de la conducta de aquellos.
El derecho de expedir circulares perte-
nece exclusivamente á los Ven.'., Z . \ ,
S e c . , Tesoiv. y Limosn.'.; cualquiera
otro H.*. que se arrogase tal facultad, se le
155

suspenderá por un tiempo limitado, según lo


requiera la naturaleza del caso. Si el in-
tento de su circular fuere para favorecer
una promoción, procurando los votos de los
H H . \ ó para hacer abolir una ley ó deter-
minación, hecha legalmente en L . \ , sele de-
clarará por rebelde y perturbador del orden
y se le juzgará con todo el rigor de las leyes.

M I M . \ Q . \ H.-.

Vuestros ojos recorren con asombro este


recinto lúgubre donde creíais encontrar la
mas profunda y mas perfecta obra de la sa-
biduría, y una morada de paz y de luz que
debia ser el asilo inviolable de la felicidad,
ilusiones facticias, j no nos lisongee con
vanas esperanzas ! no hay sobre la tierra
H . - . mió, retiro seguro contra los vicios y
las pasiones desenfrenadas. L a ambición y
la avaricia son los enemigos crueles que nos
acometen para robarnos las recompensas de
la virtud. Clamores impíos hacen resonar
las bóvedas sagradas del Templo: las ma-
156

nos del parricidio manchan sus pórticos; la


sangre de la inocencia corre sobre sus mar-
moles ; y las autorchas fúnebres con su páli-
da luz alumbran los atentados del crimen y
los tristes cendales de la muerte. Tal es
H . \ mió el espantoso cuadro que nos pre-
senta la muerte de H h v . cuya memoria está
consagrada para el 3.*. grado de la Mas.'.
L a historia no la ha conservado en los mo-
numentos sagrados que nos quedan sobre
la construcción del Templo, y su tradición
no se ha guardado sino entre los M a s . ' . :
sease que el tiempo ó motivos que no cono-
cemos la haya echo olvidar al resto de los
demás hombres, ó que esta historia no nos
presente sino una alegoría figurativa de
acontecimientos mas recientes y no menos
horribles. Respectemos, aumentemos síes
necesario, el velo que la sabiduría ha exten-
dide sobre estos melancólicos objetos, para
contentarnos con las lecciones útiles que
presenta á los Mas.*, las circunstancias de
la narración que se ofrece a nuestra medita-
ción.
H h v . fué escogido por Salomón para diri-
gir todas las obras del Templo que erigía al
Señor. Su habilidad, su zelo, y su justicia, le
habian- hecho digno de esta elección que acre-
ditaba con su conducta; todos los buenos
obreros le aplaudían y todos procuraban me-
recer por su trabajo las recompensas á que se
juzgaban acrehedores, y que eran repartidas
con dicernimiento y equidad.
Este Gefe virtuoso tenia bajo sus ordenes
muchos M . \ que habia escogido para tra-
bajar con él : en un lugar separado practicado
en lo interior del Templo se reunían, y de este
consejo, salian los doctos planes del edificio,
el orden de los pagos, y el adelantamiento
de la obra. Para prevenir los abusos en la
distribución de salarios, habia Salomón es-
tablecido grados y palabras para distinguir-
les, como hacemos nosotros. Los Apren.'.
se juntaban en la Col.', del N . ' . , los Comp.'.
en la del Med.-., y los M . \ en la sala del
medio : allí recibian los salarios señalados á
sus grados, y proporcionados á sus servicios.
El zelo y emulación que nacian de un or-
den tan bello, animaba los trabajos, y mos-
traba en todas sus obras la noble animación
14
158

del genio. Así reunió en un instante el


Templo en su seno, las obras maestras de
las artes, y las riquesas de las tres partes del
mundo. El oro de sus soberbios techos dis-
putaba su brillo con el resplendor del sol; el
Ser Supremo veia con complacencia elevar-
se hasta las nubes, el magnífico edificio que
habia escogido para su morada ; y la tierra
contemplaba con admiración una de sus mas
grandes maravillas.
El orgullo y la avaricia destruyeron esta
dichosa harmonia. Tres Comp.'. empren-
dieron usurpar por medio de la industria,
preferencias que una justa autoridad les re-
husaba. Solicitaron, se quejaron, y á las
murmuraciones de la cabala reprimida, suc-
cedieron el despecho, la rabia, y el odio,
abrazó al fin el crimen como su último recur-
so ; y estos indignos obreros conspiraron en-
tre sí, para arrancar con violencia, la pala-
bra de M . \ que habia de saciar su ambición,
y salvarles de trabajos penosos.
Los negros velos de la noche cubrían ¡í
Jerusalem, el Templo, y las tramas de la
perfidia : los oficiales y Arquitectos, olvida-
159

ban las fatigas del dia en un profundo sueno;


pero la vigilancia no puede dormir—Hir. . -

entra en el Templo por la puerta del O.*,


examina los trabajos hechos en el dia, dispo-
ne los del siguiente, y cuando hubo recorrido
todas las partes del edificio, dirijió sus pasos
para buscar su reposo : va.á salir por la puer-
ta del Med. . ¡ O crimen! ¡ O traición!
-

Uno de los conjurados le detiene, y le pre-


gunta con arrogancia la IV. S . \ de los M . \
Una ojeada de indignación es la única res-
puesta del intrépido M . . Al instante se sien-
-

te herido; pero el cobarde asesino espantado


de la enormidad de su crimen, deja caer de
sus manos sacrilegas el instrumento de muer-
te, tiembla, y aprovechándose de la confusi-
ón en que quedaba Hir. . huye lejos de aquel
-

sitio, sin pensar en perseguir su victima !


Hir. . quiere salir por la puerta del O. ., pe-
- -

ro otro traidor le agarra y pregunta imperio-


samente por la palabra de cuya conserva-
ción depende la gloria y el suceso del Tem-
plo. Hir. . inalterable, recibe otra herida
-

mas cruel que la primera, que le derriba al


¡;uelo, y mientras el asesino que le crcia muer*
160

to, se disponía á juntarse á sus cómplices, el


desgraciado Hir.*, bañado en su sangre.se le-
vanta con trabajo, y se encamina ala puerta
del Otv. esperanzado en que podrá salvarse
por allí; pero encuentra en ella el mas cruel
de sus enemigos bajo del pórtico : este asesi-
no esperando vencer su fidelidad ; se vale de
la astucia, la mentira, y la amenaza, para
moverle y seducirle; pero encontrándolo fir-
me en su resolución, llevado el bárbaro de
cólera, al ver la inutilidad de sus esfuerzos, se
quita enfin la máscara, y con una mano furi-
osa agarra los cabellos sangrient.es de su des-
dichado M.*. le arrastra sin piedad sobre las
gradas del Templo ; le dá una herida mortal
y le ve expirar á sus pies !
Los asesinos de H h v . se juntaron para
despojar el cadáver lívido y sangriento de su
victima, pero aquel rostro cárdeno, aquellos
ojos apagados, parecían aun amenazarlos y
anunciarles el suplicio que les esperaba : se
pidiéronla P . \ S . \ de M.*., y ninguno la
sabia. El espanto y la vergüenza, helaron
sus corazones feroces; no se podian mirar
los unos á los otros sin estremecerse, y ere-
161

hian el cielo y la tierra armados contra ellos :


para ocultarse quisieran aniquilar los vesti-
gios y testigos de su crimen, destruyendo to-
do el edificio con el cadáver que los acusaba,
pero viendo que todo era inútil, lo sacan se-
cretamente del Templo, y lo llevan sobre
una montaña lejana : lo cubren de tierra ; y
con algunas ramas de Acá. , recargan aque-
-

lla indigna tumba, para ocultarla mas. Va-


nas precauciones : velos engañosos que pue-
den esconder por algún tiempo los crímenes
;'i los ojes de los hombres, pero nunca asegu-
rar el reo contra la flaqueza é infidelidad de
sus cómplices, contra los remordimientos de
su propio corazón y las justas venganzas del
cielo irritado.
L a obscuridad de la noche se disipa, el
fuego brillante de las estrellas desaparece, la
Aurora se muestra en el O.*, desplegando
sus velos de púrpura y oro, la hora del tra-
bajo se acerca y llama á los obreros en el
Templo ; pero H h v . no parece, y los traba-
jos se atrazan ; le llaman, no responde, le
esperan mas en vano: siete dias se pasaron
en inquietud y temores ; en fin viendo &ác(jK
M* 0 Í
1G2

món que no venia, nombró nueve M . \ para


hacerla perquisa mas exacta cíe su paradero.
Condujo la suerte á estos fieles servidores
sobre la montaña donde los reos se lisongea-
ban haber sepultado para siempre las tra-
zas y memoria de su delito. Una rama de
Acá.', plantada sobre una tierra nuevamento
movida, parecía indicarles la desdicha que
temian; con pasos apresurados se acercan
de aquella tierra, y la mueven ; ¡ Mas do-
lor ! ¡ O consternación! En un montón in-
fecto de carnes, huesos, y podredumbre, re-
conocen á su Resp. . M . \ L a expresión
-

del horror es la primera señal; y el espanto-


so objeto que se les presenta á la vista, se
convierte en palabra de reunión; exhuman
el cadáver y lo conducen á Jerusalem, con
un santo respeto, llorando amargamente so-
bre aquellos deplorables restos, como un de-
pósito caro y precioso, triste ^prueba de su
zelo, constancia y firmeza.
¡ Quien podrá expresar la desolación del
Templo á vista de tal espectáculo ! ¡ L a nías
terrible indignación y el dolor mas acerbo se
imprimieron en el semblante del Monarca !
Rasgó sus vestidos, y juró no descansar
mientra no descubriera los infames cómpli-
ces de tal atentado. Bañado en lágrimas y
lleno de congoja, ordenó la pompa fúnebre
de su digno servidor. En medio del Tem-
plo, delante del Santuario mismo, mando
construir una soberbia Tumba. El circuito
del Templo se cercó de una triple muralla
para libertarlo de las maquinaciones del cri-
men, y ocultarlo á las miradas indiscretas
del mundo profano. Los fieles obreros cu-
biertos de ceniza y vestidos de luto, seguían
el cuerpo de su desgraciado y Resp.". M . \
haciendo resonar el aire con sus llantos y ge-
midos lamentables. De este modo se depo-
sitaron en la tumba aquellos restos tan ama-
dos, y desapareció para siempre de la tierra
su alegría, su esperanza, y el mas tierno de
los amigos y de los padres: hubieran querido
todos ellos sepultarse con él, para participar
de una misma suerte ; pero su zelo por el
templo, y el deseo do vengar sus ultrages,
fué lo único que les pudo hacer consentir en
ronservar sus vidas.
Tal es mi M . ' . Q.'. H . ' . el principio de
164

este aparato que os admira. El objeto mis-


terioso del grado que se os acaba de dar, el
fundamento de las ceremonias lúgubres que
han acompañado vuestra recepción, y la his-
toria de la muerte de H h v . , todo nos ofrece
la imagen de los excesos donde nos arrastra
por grados la lisongera seducción del vicio,
y hasta donde puede elevar el heroísmo á una
alma pura, y bien firme en el cumplimiento
de sus deberes. Que la firmeza de Hir.'.
sea vuestro modelo H . \ mió: que su zelo os
anime para con el Templo del Dios vivo; y
que imitándola en un todo, os dispongáis á
guardar como él, á costa de vuestra sangre ;

el inviolable depósito de su gloria y de sus


secretos. ¿ N o tendrán por ventura estas
instrucciones otro objeto que el de alucinar-
os? ¿ N o será mas que una ficción, la apli-
cación, de los tristes acontecimientos que
acabáis de oír ?—¡ No H . ' . mió! L a Histo-
ria de Hir.'. es la nuestra ; y no solamente
debe ser él, nuestro modelo, sino que fué re-
almente nuestro Gefe y nuestro padre. Su-
cumbió bajo manos paricidas, y su muerte
es la época de nuestras desgracias y el prin-
cipio de nuestros respetos. El templo esta
destruido, manos traidoras lo han derribado
hasta los cimientos, las crramieutas se han
roto, las palabras se han perdido, los obreros
se han dispersado, el Gefe ha sido asesinado,
y la augusta habitación del Todo Poderoso
no es mas que un vasto teatro de ruinas y
desolaciones. A nuestros triumfos le han
reemplazado los gemidos y los llantos, y á
nuestros cantos de alegría los gritos del do-
lor y de la venganza. ¡ Que es lo que digo
H H . \ mios ! ¿ Cual será el indigno Mas.*,
que no envidiará la muerte de H h v . - mue-
?

re, pero lleva consigo su inocencia, su glo-


ría, su secreto, y la veneración de sus H H.*.
¿ Y que muerte mas cruel que la misma vida
que conservan sus cobardes asesinos? Llo-
remos al malvado, H H . \ mios, hasta en
sus sucesos dichosos, ellos tendrán un tér-
mino, y los de la virtud durarán tanto como
el mismo Dios que debe ser el renumerador
y el premio.
¡ Subí.*, emanación de la Esencia Divina !
¡ Espíritu, inmortal que constituyes mi ser!
i Limitarías tú tus deseos y tus esperanzas á
mover esta débil máquina, esta miserable
porción de materia que te envilece y enca-
dena ? ¿ Triste juguete del error y de la in-
justicia, avasallado por las necesidades, ti-
ranizado por las pasiones, humillado sóbre-
la tierra á la vil condición de los brutos, te-
mería yo ver aproximarse el instante que de-
be disolver estas ligaduras indignas ? ¿ M e
atemorizaría la voz que me llamara á la vida
gloriosa de los Angeles? N o : la tierra no
me encadenará. Que los hombres me persi-
gan y me desgarren, que el mundo se des-
plome, ó que los elementos se confundan ;
nunca mi alma se anonadará, porque si la
justicia me acompaña la vida no me abando-
nará.
G.". Arq.\ del U.*. los males que nos afli-
gen son tus beneficios : redóblalos, si deben
purificar nuestros corazones y elevarlos has-
ta tí. Si quieres experimentarlos con las
falsas prosperidades del siglo, aparta de no-
sotros las inclinaciones viciosas, la dureza,
el orgullo y la seguridad engañosa que las
acompañan. Sed enfin nuestro J uez y nues-
tro guia, para que en todos los momentos de
167

nuestra vida, tengan nuestros H H . \ la se-


guridad de encontrarnos entre la esquadra y
el compás.
166

INSTRUCCIONES.

P . \ ¿ De donde venis H . \ mió ?


— R . \ Déla sala del medio H . \ R e s p . \
P . \ ¿ Que haceti allí ?
— R . \ Honrar la memoria de nuestro
Resp.*. M . \ Hir.*.
P.*. ¿ Como llegasteis allí?
— R , \ Por una escalera que se sube por 3.*.
5 . \ y 7.*.
P . \ ¿Que significan estos números?
—R.*. Que es menester tres anos para hacer
un Apren.*. cinco para un Comp.'. y siete
para un M . \
P . \ ¿ Donde habéis sido recibido M . \
— R . \ En una L . \ perfecta.
P . \ ¿ Quanto son los que componen uhíf*
L ' . ' perfecta ?
—R.'. Siete; un Resp.*. M.*., dos Zel.'. y
cuatro M.*.
P . ' . ¿ Que visteis quando os permitieron
entraren la L . ' . ?
— R . \ Horror, luto, y tristeza.
P . \ ¿ Nada mas habéis percibido '•
169

— R . \ Si, una luz obscura que alumbraba


la tumba de nuestro Resp\* M.'.
P . \ ¿ De que tamaño era ?
— R . \ De tres pies de ancho, cinco de pro-
fundidad, y siete de largo.
P.*. ¿ Que tenia encima ?
— R . " Una rama de Acá.'.; y en la parte
superior, un triángulo de oro puro con el
nombre del Eterno grabado en el centro.
P . . ¿ Que os sucedió ?
-

— R . \ Me acusaron de un crimen horrible.


P . \ ¿ Quien os confortó. ?
— R . \ Mi inocencia.
P . \ ¿ Como fuisteis recibido M.*. ?
— R . \ Pasando de la Escuadra al Compás.
P ¿ Que buscabais en a ¡uel camino ?
— R . \ L a palabra de M.*. que estaba per-
dida.
P . \ ¿ Como se perdió?
—R.". Por tres grandes golpes, bajo los
cuales sucumbí.
P . \ ; Quien os socorrió ?
— R . \ L a misma mano que me habia he-
rido.
P . \ ¡ Como es eso?
1.5
170

—R.'. Nunca lo diré sino en secreto á uno


de mis iguales, y quando se me obligue á
ello.
P.*. ¿ Que habéis aprendido ?
--^R. . Las circunstancias de la muerte de
-

nuestro Resp.*. M . \ H u v . que fué asesi-


nado en el Temp.'. por tres Comp.\ que
querían arrancarle por fuerza la palabra de-
M . ' . ó la vida.
P . \ ¿Como supieron que hablan sido tres
Comp.'. los que cometieron el crimen?
— R . \ Por la llamada general que hicieron
de todos los obreros, por lista, y por la falta
que se encontró de los tres Comp. . -

P • ¿ Que hicieron los M . \ para recono-


cerse después de la muertede nuestro R e s p . \
M.-. Hir.-.f
— R . \ Sospechando los M M . ' . el asesina-
to de H i r . \ , y temiendo que á fuerza de
tormentos le hubieran obligado á declarar
sus secretos, convinieron entres!, que la
primera palabra que se pronunciara cuando
lo encontrasen, les serviría en adelante para
reconocerse. Lo mismo fué de la seña, y
del tocamiento.
171

P . \ ¿Quale's fueron los indicios de la


descubierta del cuerpo de nunestro Resp.".
M.". Hir.-. ?
—R.'. Vapor, tierra nuevamente movida, y
un ramo de Acá.*.
P.". ¿ Que hicieron del cuerpo después de
haberle hallado ?
— R . \ Salomón le hizo enterrar con la ma-
yor pompa en el santuario del Templo.
P . \ ¿ Cuales son las señales distinctivas
de los M M . \ ?
— R . \ Una seña, un T o e . dos Pal.", y los
cinco Pun.\ perfectos de la Maes.\
P . \ i Hacedme la seña ?
Se hace.
P . \ ¿ Dadme el tocamiento.
—Se dá.*
P . \ i Dadme la palabra ?
— — S e dá.

* V é a n s e l a s instrucciones de A p r e n . ' . para la m a -


n e r a d e d a r l a s S e n . - , , P a l a b . - . y Tocara.', c u a n d o e s t á n
pn L . \
172

P . \ ¿Cuales son los C i n c . P u n t . \ Per-


f e c . de la Maes. . ? -

—R. . El Pedest.*. la inflexión de las Ro-


-

dill. . la unión de las dos M a . \ De. ., el


- -

Br. . lzqui. . sobre el Omb. ., y el B . . de


- - - -

paz.
P . \ ¿ Dadme su explicación ?
—R. . El Pedest. . significa que siempre
- -

estamos prontos en socorrerá nuestros H H . \ ,


la Inílex. . de las Rod. ., que debemos hu-
- -

millarnos á cada momento ante del que nos


ha dado el ser. L a Junción de las M a . \
Der. ., que debemos asistir á nuestros H H . \
-

en sus necesidades. El Br. . que le pasa- -

mos sobre el Omb. ., que debemos darles-

consejos dictados por la Sabiduría y la Ca-


ridad. Enfinel B . . de paz, anuncia la dul-
-

zura y la unión inalterable que forma la base


de nuestro Orden.
P . . ¿ Sobre que se sostiene la L . . de los
- -

M. . ?
-

—R.\ Sobre tres grandes pilares triangula-


res, nombrados, Sabid. ., Fuer. ., y Bell. .
- - -

P . \ ¿Tienen alguna significación estos


tres nombres?
173

—R.\ Si, su forma significa la Divinidad en


toda su extencion; L a Sabid.\, Simbolisa
su esencia ; la Fuer, su poder infinito, y la
Bell.'., lo perfecto y sublime de sus obras.
P ¿ Cuales deben ser las calidades de un
M.\ ?
—R.'. Sabid.-., Fuer.-., y Bell.-.
P.*. ¿Como puede reunir calidades tan
raras ?
—R.-. L a Sabid.-., en sus costumbres, la
Fuer.-., en la unión con sus H H . - . , y la
Bell.-., en su carácter.
P . \ ¿ Hai algunos muebles ó joyas en la
L.-. ?
—R.-. Si, tres; el Evangelio, el Compás y
el Mallete.
P . \ ¿ Quales son sus significaciones ?
—R.-. El Evangelio demuestra la verdad,
el Compás la Justicia, y el Mallete que sir-
ve para mantener el orden, nos indica que
debemos ser dóciles a las lecciones de la Sa-
biduría.
P.-. ¿ Porque se sirven de malletes los tres
primeros Of.-. de la L.-. ?
—R.-. Para darnos á entender que así como
15*
174

la materia suena cuando la chocan, del mis-


mo modo el hombre á quien Dios ha dado un
corazón y la facultad de conocer y juzgar,
debe ser sensible al grito de la virtud, y ren-
dir homenage á su criador. .
P . \ ¿ Cual es el nombre de un M.'. ?
—R.\ Gabaon, es el nombre del lugar don-
de los Israelitas depositaron el Arca del Tes-
tamento, en los tiempos de insurrección.
P.*. ¿ Que significa eso ?
— R . \ Que el corazón de un Mas.*, debe
ser bastante puro para formar con él un
Templo agradable á Dios.
P . . ¿ Sobre que trabajan los M.*. ?
-

—R.\ Sobre la tabla de trazar.


P.'. ¿ Donde reciben su recompensa ?
— R . \ En la sala del medio.
P . \ i Que significan las nueve estrellas
que iluminan al Templo ?
—R.*. El número de los M JVI-*. enviados en
busca de Hir.\
P . \ ¿ Como viajan los M M.-. ?
—R.\ Por toda la superficie de la tierra.
P.'. ¿Porque?
•—R.r. Para distribuir la luz.
175

P. . Si se perdiera uno de vuestros H H. .


1 1

donde lo encontraríais ?
—R.'. Entre la esquadra y el compás.
P . \ l Explicadme esta respuesta?
— R . \ Yo os lo diré, la escuadra y el com-
pás son los símbolos de la sabiduría y de la
justicia, de los que un buen M.*. jamas de-
be separarse.
P . \ j Que haríais si estuvieseis en algún
peligro ?
— R . \ L a seña de socorro.
P . \ i Como se hace ?
— R . \ Así—(se hace.)
P . \ i Cual es la edad de un M . \ ?
—R. . Siete años.
1

P . \ ¿ Que significan esos siete años ?


— R . \ El tiempo que Salomón empleó en
construir el Templo.
P . \ ¿ Que ora es ?
— R . \ Medio dia.

>i»l«|®$!«l«i<
176

DISCURSO AL GRADO
D E M.-.

Cuando los Emblemas del grado de A-


pren.\ se os esplicaron, H . \ mió, los resul-
tados de sus preceptos morales, debieron
grabarse en vuestro corazón, con tanta mas
facilidad, cuanto, que es la misma moral
adoptada umversalmente por todas las so-
ciedades, es decir sectas ó religiones; amar
á Dios y al prójimo como asimismo, no ha-
cer á los demás hombres lo que no quisiéra-
mos que nos hicieran, ser buen padre, buen
hijo, buen hermano, buen amigo, buen es-
poso, y buen ciudadano, son deberes que de-
bemos llenar indispensablemente, tanto en
la sociedad civil como en la Mas.*.; pero la
práctica de esta virtud aunque es el objeto
del grado de Apren.*., se recomienda siem-
pre muy particularmente al Mas.', porque
si es vicioso en vano se entregará al estudio
de la sabiduría, porque no produciría efecto
alguno.
En el grado de Comp.'. que se os dio des-
177

pues, debíais saber que aquellos emblemas-


tienen un sentido moral, y otro físico, el uno
para disponer el corazón á detestar el vicio,
construyendo en él sus prisiones, elevando al
mismo tiempo templos á la virtud; y el otro
para arrojar las tinieblas del espíritu, ilus-
trándolo en los principios generativos de to-
das las cosas naturales; por este respecto
hicisteis un viage misterioso, y se os hizo
marchar hacia atrás; volviendo sobre vues-
tros pasos encontrasteis la estrella flamíge-
ra, cuyos maravillosos efectos percibiríais
claramente en la explicación del segundo gra-
do. En el hombre, es decir en vos mismo,
si habéis meditado profundamente sobre todo
lo que se os ha comunicado, encontrareis la
luz que representa la estrella misteriosa.
El grado sublime de M . \ que acabamos
de daros, abre una nueva carrera de medi-
taciones al M . \ estudioso que trata de co-
nocer los verdaderos principios de las cosas
materiales que le rodean en este mundo enig-
mático, que siempre será mirado como tal
por los que dudan de todo, ó que ven sola-
mente movimiento y materia; pero todas las
178

partes de este gran enigma se disuelven fá-


cilmente al conocer el hombre la palabra
principal. Esta gran palabra, es Dios: es
el G . \ Arq.'. del U . \ principio de todas
las cosas criadas. Lo mas necesario para
el hombre es conocerle : para llegar á este
conocimiento, es sufisiente abrir los ojos á la
luz; el espectáculo del Universo que se les
presenta delante, atesta su existencia, y todos
los seres publican su gloria. Los planetas cu-
yo centro y antorcha es el Sol, las estrellas
sin número, que la noche descubre á vuestras
miradas, todo lo que vive ó vegeta sobre la
tierra, todo lo que sus entrañas encieran de
suco y minerales, son otras tantas voces que
lo divulgan, y cuyo unánime concierto ha
rendido homenage á la Divinidad desde el
principio del mundo. L o proclamaron des-
de entonces, y no cesarán de anunciarlo á
los siglos venideros: es un libro vivo cuyos
caracteres indelebles llevan la gran marca
de su inmortal autor, y su estilo está al abri-
go de todas las revoluciones. Este libro en-
sena la verdad á los hombres en todos los si-
glos y en todas las naciones, y los sabios de
179

la antigüedad no conocían cosa ninguna mas


á propósito para sacar las instrucciones mas
importantes.
Vamos á procurar enseñaros en este dis-
curso de instrucción, que los principios de
esta grande obra de la naturaleza han sido
criados, porque no es dado ni á la naturale-
za ni al hombre, el criar principios. Quien
dice principio, dice cosa existente por sí mis-
ma. Añadiremos, que los principios de las
cosas naturales, no son los solos criados por
elG.*. Arq.*.; sino que también son ema-
naciones suyas los de la razón, de la justi-
cia y de la verdad; y que el M . ' . estudioso
halla en estos principios naturales y morales
ocultos por nuestras emblemas y ceremo-
nias, los medios de conocer la luz que brilla
en medio de las tinieblas ; de que resultará,
que la Mas.*, está cimentada sobre funda-
mentos verdaderos; no obstante, cada uno
quiere establecer otros nuevos, y formar sis-
temas de moral y física, según la pureza ó
corrupción de su corazón. El hombre justo
que padece en este mundo tiene á lo menos
la esperanza de hallar en el otro, la recom-
180

pensa de sus virtudes, pero el perverso que


no teme la recompensa ni el castigo, cree
que el Alma muere con el cuerpo, conside-
rándola como material y que debe volver á
su primer principio : por consiguiente, está
interesado en dudar todo lo que pueda disi-
par su error.
Si fuera posible que este hombre degene-
rado estubiese delante de nosotros, le diria-
mos, ¿ Conoseis por ventura las funestas
consecuencias que resultan del pretendido
principio que tratáis establecer ? Si todo
muere con el cuerpo, las máximas de equi-
dad, y amistad, la buena fé, y reconocimien-
to, no son mas que fantasmas y errores popu-
lares, puesto que nada debemos á esos hom-
bres que no nos pertenecen en ningún grado,
y para con los cuales no tenemos ningún nu-
do ni vínculo de esperanza que nos u n a :
que mañana volverán á caer en la nada de
donde salieron, y que ya no existen ? Si
todo muere con nosotros, los dulces nombres
de hijo, padre, amigo, y esposo, no son sino
nombres de farsa y de Teatro, títulos vanos
que nos engañan ; pues que la amistad mis-
131

ma, que viene de la virtud, ya no es vínculo


durable; que nuestros padres que nos prece-
dieron, ya no son nada ; que la sociedad sa-
grada del matrimonio no es mas que una
unión brutal, de donde por una reunión ca-
prichosa y casual, salen criaturas, que ríos
semejan; pero que nada tienen de común
con nosotros si no es la nada; si todo muere
con el cuerpo, las cenizas de nuestros padres
y nuestros amigos, ya no son otra cosa que
un polvo vil y despreciable, que es menester
echar al viento por que no pertenece á nin-
guna persona: las últimas intenciones de los
moribundos, tan sagrada aun entre los bár-
baros, no son pues sino los últimos sonidos de
una máquina que se disuelve ; y para decir-
lo todo de uno vez, si todo muere con noso-
tros, la justicia es pues una usurpación sobre
la libertad de los hombres; la ley del matri-
monio, un vano escrúpulo; el pudor, una
preocupación; y la probidad, una chimera :
los incestos, los parricidios y las negras per»
fídias, juegos de la naturaleza, y nombres
que los institutores de las primeras socieda-
des inventaron para mantenerlas.
16
182

A esto se reduce la filosofía licenciosa y


soberbia de los Ateas, cuyos sofismas tan
ponderados, no son propios sino para inocu-
lar el crimen en nuestro corazón. ¡ Ved allí
la pureza y la sabiduría que ellos están exa-
gerando eternamente ! Si convenimos con
sus máximas, el universo entero volverá á
caer en un horrible caos : todo se confundirá
sobre la tierra, y las ideas del vicio y la vir-
tud se trastornarán ; las leyes mas inviola-
bles de la sociedad se desvanecerán; y la
disciplina de costumbres perece : el género
humano no será mas que una reunión de in-
sensatos bárbaros, impúdicos, furiosos, enga-
ñosos, traidores é inhumanos, que no,ten-
drán otra ley que la de la fuerza, otro freno
que el de las pasiones y el temor de la auto-
ridad, otra ligadura, que el desenfreno des-
arreglado, ni otro amigo sino ellos mismos.
Esta es la sociedad de los Ateas; ¡ Horrible
sociedad, si acaso pudiera existir alguna en
el universo, enteramente compuesta de tales
monstruos, y endonde ninguno pudiera me-
recer el derecho de ser admitidos en ella, si-
no por la impiedad! Así es que por la cor-
183

nipcion de costumbres, se precipita insensi-


blemente el hombre en las tinieblas del ma-
terialismo ; donde se desvanecen la buenafé,
la probidad, y todas las" virtudes que carac-
terizan el hombre honrado. Pero es aquí;
es en la sala del medio, es en el punto cen-
tral, ó mas bien, en el alma, que ocupa el
centro del cuerpo ; en donde debemos reco-
nocer las verdades eternas como ellas son.
¡ Corrupción del corazón ! ¡ Descarrio del
espíritu! ¡ Materialismo insensato, principio
de nuestros errores! ¡ Apartaos de este sa-
grado lugar! ¡ Salid de entre nosotros! ¡ Vu-
estros sistemas impios son los verdaderos
profanos!
L a tumba es el límite que separa el mun-
do visible del invisible; y el hombre exterior
del interior ; el Mas.*, debe pues, bajo este
principio, aprender á conocerse exterior é
interiormente; las tinieblas del cuerpo no
perciben la luz del Alma; pero la que luce
en las tinieblas, las dá á conocer, y no debe
dejarse obscurecer por ellas.
El hombre nace y se cria libre, por consi-
guiente, arbitro de su destino; conoce el
mal y el bien, si hace el primero y no el se-
1S4

gundo, es doblemente culpable. ¿ Pero don-


de está esa luz que debe darle á conocer el
mal para evitarlo, y el bien para practicarlo ?
H . \ mió en vos mismo la tenéis.
Salido del sepulcro, en este instante, vos
mismo sois el emblema de esta luz. Vues-
tra alma no se considera ya como cautiva en
la prisión de su cuerpo. Desprendida de las
ligaduras que la oprimian, y de su masa gro-
sera é informe, contemplará en este momen-
to el Arq.'. que la crió, y le reconocerá por
el primer principio de la existencia del Uni-
verso. Libre, inmortal, é inalterable, sobre-
vive al cuerpo, porque toda substancia indi-
visible y sin partes, es por ella misma indiso-
luble, y no puede ser destruida por ninguna
fuerza natural. ¡ Hombre nuevo, hombre
regenerado! Debéis conocer que la razón
es tan natural á el alma, como los sentidos
lo son á el cuerpo; el hombre no ha formado
ni los órganos que nos unen á los objetos ex-
teriores, ni estos objetos. Inmediatamente
que se presenta alguno, el sentido con quien
tiene relación, se ampara de él, y con la
mayor rapidez hace pasar su impresión has-
185

ta el alma, por medio de una estrecha cor-


respondencia, de cii3>a obra portentosa no
puede ser autor el hombro. Tampoco lo es
de la razón, ni de la verdad que una har-
monía tan perfecta une á aquella, y que la
comprchende fácilmente quando se pre-
senta; también, todo lo que ve, siempre es
tal como le parece, y lo que es evidente para
ella en aquel momento, lo era antes de.
ofrecerse á su vista. Sin esta realidad de
verdad, sin esta infalibilidad de la razón, se-
riamos eternamente el jugóte de la mentira,
y nuestras ideas jamas tendrían un objeto
solido. Demasiadas veces nos sucede, (lo-
confiezo y el hombre regenerado no lo igno-
ra,) caer en el error, pero nada se puede
concluir contra la razón, pues no es ella
quien nos engaña. Nunca se engaña el
hombre sino por haber precipitado su juicio
sin consultar á su oráculo, que es él mismo:
el germen de la verdad, está en el espíritu,
y el corazón lleva grabado dentro de sí mis-
mo la ley que debe seguir; el mismo rayo de
luz hace brillar á nuestros ojos, las reglas de
nuestra conducta, v los principios de nues-
"IG*
186

tros conocimientos, en fin, del mismo modo


lo justo, que lo verdadero. Si la razón nos
extraviase en uno de estos dos caminos, mal
nos guiaría en el otro; pero ella nunca enga-
ña. Ved pues como se eleva un edificio re-
gular : la esquadra forma cuadros exactos,
de todas las piedras que deben entrar en su
composición ; el nivel guia la mano que las
junta, é indica la perpendicular; el arqui-
tecto inspecciona y recorre con una mirada
la obra entera ; de otra ojeada examina, y
juzga las diferentes partes de ella, velando
siempre sobre su resultado final: de este
modo, el orden y la perfección responde á
sus ideas. Pero este arbitro de tantas ope-
raciones, está sugeío á leyes inalterables;
porque su arte se funda sobre reglas invaria-
bles, que subsistían antes que él. Tal es la
naturaleza de los principios, tanto de nues-
tras acciones como de nuestros conocimien-
tos : no es dado pues al hombre el criarlos;
(quien dice principio, dice cosas existentes
por ellos mismos ; eternas; inmutables ;) son
independientes de nuestra voluntad, la que
no puede hacerles perder su naturaleza : e!
J87

hombre no estaría sugeto á errores, ni seria


criminal si no tubiera verdades que creer, ni
deberes que practicar ; amenos que por fal-
ta de luces dejará de conocer sus obligacio-
nes.
El alma tiene delante de los ojos una ley
fija, un arquetipo invariable; cuando ella
guia bien nuestro corazón en sus afectos, ó al
espíritu en sus juicios; debemos concluir que
anterior a todo sistema humano, hai cosas
que deben ser hechas, y son las que se lla-
man justas; y otras que deben ser creidas, y
es lo que llamamos verdades, estos dos prin-
cipios, que tienen un mismo origen uno y
otro, dependen del hombre, ó son indepen-
dientes de él. Hai pues una justicia primiti-
va, como una verdad.
¿ Dudaríais en tratar de insensato á qual-
quiera que os dijera que la noche es mas
clara que el dia ? no lo creo; ¿ pero porque ?
porque la razón os instruye que lo que él
niega, es contra la mas grande evidencia : y
porque estamos interiormente ilustrados pol-
la luz que nos conduce á las verdades de es-
to genero ; si el mismo hombre, para llegar
188

al nacimiento de un rio, tomara el camino


de su enbocadura, ó si obligado por una sed
ardiente, quisiera sacar agua en una red, ¿ no
volveríais á tacharle de locura ? ¿ porque ?
porque obraría abiertamente contra la ley de
la razón, que quiere que se llegue al punto
de la dificultad por el camino conveniente, y
no por medios opuestos; conoced pues, den-
tro de vos mismo una luz que os dicta estos
principios.
L a justicia, y la verdad, no son invencio-
nes de los hombres ¿ serían estas dos virtudes
recomendables únicamente por las ventajas
que producen ? no, H.". M . \ no nos impo-
nen con su sola autoridad, la veneración y
respeto que les debemos : su origen refluye
al G.'. A.*.; sabemos muy bien, que mu-
chos de los reglamentos establecidos son fru-
tos de la sabiduría humana-, pero hai una
sabiduría superior, una ley que desde su
principio imprimió en el corazón de todos los
hombres el G . \ A.*, del LV. Aunque esta
ley no se desenvuelva con la misma rapidez
en todos, hai entre ellos una harmonía tan
perfecta, que haciendo hablar á los unos.
189

obedecen los otros su voz con docilidad; es-


ta ley suprema es la que reyna en el santua-
rio del alma; es la que nos hace conocer lo
malo para evitarlo, y lo bueno para practi-
carlo; es la que nos inspira cuando pensa-
mos bien, la que nos reprehende cuando
obramos mal. Así se os ha explicado en el
grado de Apren.'.
Hablando de los principios de las cosas
creadas, pasaré en silencio los que sirven á
la formación del cuerpo ; no os haré la des-
cripción de las partes que forman este edifi-
cio maravilloso, que es un tejido de piezas
relativas, cuya reunión ofrece pruebas muy
multiplicadas, de designios y de genio para
no anunciar en su autor una ciencia profun-
da ; si queréis saberlo, interrogad á aquellos
H H . \ que entre nosotros han adquirido el
conocimiento de ellas povun estudio particu-
lar de su profecion.
Os dirán que no hai una parte en el cuer-
po humano que por su forma y sus funciones,
no sea una maravilla digna de admiración ;
sin embargo no puedo dejar de hablar del
corazón, la mas noble de todas ellas.
190

El corazón en que los M . \ guardan la lla-


ve de sus secretos, es el centro y el origen de
la sangre ; distribuidor de este precioso flui-
do, está suspendido en el centro del edificio,
como el sol en medio del mundo planetario
para aclarar su vasta circunferencia.
L a construcción de este templo vivo, es
portentosa; ¡ pero cuantas veces mas grande
no es la luz que lo habita ! admiramos un
navio á la vela que surca los mares hendien-
do las olas ; ¿ pero cuanto mas digno de ad-
miración no es el capitán que lo manda ?
Aunque la instrucción relativa á la glorifica-
ción del alma, está especialmente unida á
los grados superiores ; tiene no obstante, su
principio en el Subí. . G. . de M . \
- -

En este punto central, en esta sala del


medio, es donde lo puro se separa de lo im-
puro, y por consiguiente, donde el hombre
regenerado abandona sus despojos terrestres.
El templo del cuerpo está destruido, y habéis
marchado sobre sus tristes restos pasando de
la esquadra al compás. Perdiéndoos en el
camino que debia llevaros al centro de la
verdad, tres H H . \ con tres golpes, os han
191

vuelto á poner en la via recta, adquiriendo


sobre ellos el mismo derecho. Todo M . \
debe andar entre la esquadra y el compás, y
si persive á alguno de sus H . ' . fuera de es-
tos dos puntos, está obligado á volverle á
traer; las reliquias de la impureza que ha-
béis hollado con vuestros pies han despare-
cido, como el vicio, y el error que ellas os
causaban ; ya tenéis en vuestras manos el
ramo de Ac.; la blancura de sus flores,
es el emblema de una alma bella que sobre-
vive á una separación mortal, para elevarse
al seno del Arq.\ Todo Poderoso. El cuer-
po, ese companero que ella misma se dá, y
al que debe siempre mandar, se subleva con-
tra ella por la violencia de sus apetitos sen-
suales y desordenados, y llega á ser su ase-
sino : entonces es cuando las tinieblas obs-
curecen la luz. Bienaventurada el alma
que manda al cuerpo: y bienaventurado el
M.*. que halla docilidad en su compañero.
Os estimulamos H . \ mió, para que entre-
gándoos totalmente al estudio y conocimien-
to de esta alma divina, sepáis responder cu-
192

ando se os pregunte si sois M . \ , conosco la


Ac.
L a escala que está sobre el cuadro, es el
emblema de la escala misteriosa invisible á
los ojos del cuerpo, por donde suben y bajan
los espíritus celestes, tal como apareció á
Jacob cuando se quedó dormido sobre la pie-
dra de Betel, sobre esta piedra cúbica, con
punta, que reconoció al despertar, ser el
Templo del G.". Arq.\, y un lugar terrible.
L a serpiente enroscada mordiéndose la
cola, es un emblema de los antiguos sabios
que representa el mismo sentido que la esca-
la misteriosa; su circunferencia demuestra
que el G . \ Arq.\ no tiene principio ni fin ;
porque él, es el principio y fin de todas las
cosas. De todos los emblemas, el compás
es el que, por la simplicidad de sus opera-
ciones, nos lleva mas fácilmente á los ver-
daderos principios de las artes, y de la natu-
raleza. Su mecanismo, es hacer un punto,
formar una linea cuando se abre, y trazar
una circunferencia cuándo se gira sobre el
primero. Nos dá en estas tres figuras (cuya
simplicidad no se admira demasiado;) los
193

primeros elementos de geometría: todas las


que se pueden inventar participan de aque-
llas tres primeras ; porque siempre son pun-
tos, lineas, y partes de círculo. Así se os
enseñó en el grado de Comp.\, que la letra.
G, independiente del G . \ A.*, significaba
también geometría.
Si el Compás, emblema que pertenece al
Subí. . G . \ de M . \ está siempre puesto so-
1

bre el altar, es para que su punto central


nos recuerde el G . \ Arq.\, aquella luz cre-
ativa é inteligente que al tiempo de la forma-
ción del hombre, le animó especialmente
coa su soplo inmortal. De ella provienen
las causas segundas, y su poder es una lla-
ma invisible cuya extrema pureza se intro-
duce en todas las cosas, sin que nada pueda
penetrarla: es la misma que se manifestó á
Moyses en las zarzas del monte Sinaí, y es
en fin la vida de todos los cuerpos celestes
que embellesen el firmamento. Esta luz
crcatriz fué llamada H e r m . \ por nuestros
sabios institutores.
L a linea que sale del centro, nos recuerda
!a luz que habita en el Sol, y que este astro
17
194

brillante, como un mediador entre Dios y la


naturaleza, derrama en el universo sus lucos
benéficas, y hace producir con un solo rayo
de ella las semillas de todo lo criado ; es de-
cir, las hace nacer, y multiplicarse, como
las vemos, por la atracción geométrica de el
magnetismo que contiene cada mixto, y la
recibe por peso, número y medida, según la
fuerza magnética que constituye la especie
del ser que la atrae. Esta luz fué llamada
por el mismo Salomón Sabid, . -

L a tercera luz es la de los cuerpos opacos


que están en la circunferencia de la luz cén-
trica : el globo terráqueo y su atmosfera, es-
tan llenos de ella, es un fuego oculto, y dur-
miente que estaría siempre en reposo, si no
se excitara con la luz celeste. Inmediata-
mente que se pone en movimiento, se eleva
con las nubes hasta la altura del atmosfera,
donde no podiendo despasar el círculo que
el G.'. Arq.\ le ha delineado en el firma-
mento, del mismo modo que ha señalado otro
á las agua^ del océano, sobre la tierra, se re-
vienta, y bajo la forma del rayo cae en el seno
de la tierra, que es su receptáculo natural; co-
mo lo pruebanlos efectos de la máquina eléc-
195

trica: no-hallando su fuerza esta lux, sino en-


tre losdosastros, fuénombradafuerzadeDios.
Estas tres luces, son las tres colunas que
sostienen esta grande Log. . de S n . \ J.".
-

cuya longitud se estiende desde el Or. . hasta


-

el O c . . ; su ancho, desde el Ñor. , hasta el


- -

M e d . \ ; y su profundidad, desde la superfi-


cie, hasta el centro; su altura, codos sin nú-
mero ; y su techo, un dosel sembrado de es-
trellas.
Con justa razón se llaman estas tres luces
las tres colunas que sostienen el edificio del
universo; porque son los grandes principios
que clan á la naturaleza los medios de ejecu-
tar la ley de la reproducción. Por la llana
eterna se ha construido el edificio, y ella es
la que lo conserva, y la que hace continua-
mente desaparecer los accidentes que pudie-
ran destruirlo. Así pues, la llana, en ma-
nos de los M . \ , es el Emblema de la cari-
dad que les hace cubrir y sostener los defec-
tos de sus hermanos. También es por su
forma el emblema del Delta ó triángulo,
en cuyo centro está el nombre del Eterno
Jeli.*. esta triple luz, tan amenudo recorda-
196

da en nuestras baterías, penetra todos loa


cuerpos, y deja donde quiera que pasa, las
señales de su existencia en los tres cuerpos
que contiene, aun después de su destrucción.
Esta verdad se hace ver diariamente á nues-
tros ojos, en los resultados de las substancias
de los vegetales que el fuego descompone ; la
parte mercurial se escapa en el humo, la
oleosa ó sulferea, se manifesta en las llamas,
y la salina se extrae fácilmente de las ceni-
zas que restan : estas tres substancias no son
mas que una materia inerte, incapaz de pro-
ducir por sí sola ; en conclusión, no es mas
que un vaso vacio que debe ser adornado de
nuevo por otras influencias y germines pro-
ductivos, para ser útil.
El compás es ademas, el emblema de la
sencillez, y por consiguiente de la naturale-
za; entendemos por la palabra naturaleza,
la causa segundaria que hace nacer las se-
millas criadas, porque cada una tiene su na-
turaleza distinta. Esta no cria nada, {jor-
que no produce por sí sola, ni es mas que un
agente fiel del Creador, que deposita en su
m í o todas las plantas, fluidos, y minerales
197

que existen cíesele el origen del inundo, y


ella las perpetua por medio de sus semillas y
reproducciones que siguen unas en pos de
otras invariablemente ; si por causas segun-
das ó acesorias, qnebranta las leyes que el
G.'. Arq.\ le ha prescrito, no produce en-
tonces otra cosa que monstruos que no se
pueden reproducir. De donde resulta, que
la ley de la reproducción se observa extric-
tamentu por la naturaleza, cuya sencillez en
operar es el portento mas admirable ; abrir
y cerrar, atar y desatar, ved ahí sus miste-
rios. Es la G.". Log.*. de S n . \ J . \ que se
abre á mediodía, y que se cierra á mediano-
che ; es decir que por el calor del dia, se di-
lata y enrarece, y con la frescura de la no-
che, se vuelve á reducir y condensar. Tam-
bién esta magnífica Log.'. se abre en el ve-
rano para desplegar las maravillas que cu-
bren entonces la superficie de la tierra, y se
cierra en invierno para volver á guardar den-
tro de sí, los germines y semillas que ha pro-
ducido.
Si estas dos acciones que por su extrema
simplicidad producen tan diversos efectos, no
17*
190

se presentan a la vista del hombre, es porque


el ha dejado de ser simple como ella. Con-
siderando el principio de los astros, vendre-
mos en conocimiento, que el músico mas há-
bil no trata de establecer los de su arte, por-
que ya existen en los siete tonos naturales,
que el órgano del hombre encuentra cu el
elemento del aire, y sin los cuales no exis-
tiría aquel. E s verdad que puede modificar-
los y establecer una multitud de armonías,
en una serie de octavas; pero el oído que
juzga los sonidos, fué organizado al intenta
por su Creador. El pintor posee el arte de
variar los colores, pero estos no existirían
sin la luz: ella se los dá en los siete Herma-
nantes del arco iris.
El hombre estudioso que se ocupa en co-
nocer el origen de todo lo que existe no- debe
ignorar nada de lo que pertenece á la forma-
ción de nuestro cuerpo; si este edificio ad-
mirable, del cual no se ha hecho mas que
una leve descripción, no hubiera sido en su
principio, sino un feto informe en el seno de
su madre, el G . \ Arq.\ que primero ha cre-
ado este cuerpo, y que ha dado á la natura-
199

íeza eí poder de unir y desunir las simientes


de todo, no lo tendría para desunir un alma
del cuerpo de un hombre, siendo esta la obra
mas hermosa de su creación. Si hai alguno
que piense de distinto modo, no es M.*. sino
en el nombre; y seria un profano, indigno
de conocer la verdadera luz.
Solamente el hombre formado á la imagen
de Dios, tiene el poder de mandar á la na-
turaleza ; provisto de todas las simientes
creadas por él, ha hecho que la naturaleza
las perpetuo á su antojo desde el momento
en que salió del Caos, y las hace crecer al-
ternativamente sobre un mismo terreno : si
un árbol dá malos frutos, lo arranca y lo re-
emplaza con otro de distinta especie; hace
mas, aprovechándose del rayo de luz divina
que posee exclusivamente, y con el cual pe-
netra en todos los arcanos de la naturaleza .-
transforma por medio del enxerto, un cirue-
lo en alberchigo, un manzano en peral, y
cambia una especie mala en buena; por es-
te medio no solamente manda á la naturale-
za, sino que la dirige á su perfección.
i O hombre l profundiza tu poder, y cuan-
¿00

do lo conoscas te pasmarás al ver las mara-


villas que el G.'. Arq. . del U.*. te ha dado
-

facultad de obrar: la raiz de todas ellas


está en la sabiduría; si os queréis deleitar
con el néctar que produce, sacadlo de vos
mismos, porque la sabiduría ni se compra ni
se vende, dice Salomón, ni tampoco se em-
presta : porque no puede ser sino el resulta-
fio, y la recomponía de nuestras propias
obras. Esta verdad se indica por una ley
fundamental de nuestra institución, que nos
prohibe servirá nuestros H H . \ en los ban-
quetes, obligándonos á servirnos nosotros
mismos, cuando amenizamos esta misma sa-
biduría por triples fuegos.
Nuestros sabios institutores han puesto
algunas veces una aparencia contradictoria
entre las leyes que nos han proscripto, sin
duda para hacernos adivinar con re/leccio-
nes, el verdadero origen del arte M a s . . ; en
-

efecto, como conciliar las consideraciones,


los servicios que nos debemos mutuamente
en calidad de H . \ , con la ley que prohibe
expresamente el servirnos el néctar mutua-
mente, y la extricta obligación de hacerlo
1201

nosotros mismos. ¡ O I I H . " . míos! que al-


ta lección nos dá esta aparente contradic-
ción ; i queréis gozar los encantos de la so-
ciedad í sin duda los hallareis entre los
H H . \ que el culto de la sabiduría os ha da-
do : pero si queréis gustar el delicioso sabor
de este precioso don, no lo encontrareis sino
en vos. Deseáis gozar de la verdadera di-
cha, en vos mismo la tenéis, porque no pue-
de ser sino vuestra propia obra. N o se os
vendaron los ojos la primera vez que entras-
teis en nuestro templo, sino para dar os á co-
nocer, que la luz que buscabais la trahiais
consigo. Dentro de vos, encontrareis la
luz, y la sabiduría que nos puede dejar gozar
la verdadera dicha ; nadie puede aspirar ni
respirar, por vos el triple fuego Mas. , que
1

purifica el eslabón ó anillo precioso que repre-


sentáis, y que añadimos á esta cadena miste-
riosa, cuya pureza debe ser semejante á la del
oro de Ofir. Esta cadena es la expresión de
ra dulce agradable y estrecha unión que debe
reinar entre los M M . \
Sobre esta unión santa está cimentado el
verdadero amor del prójimo, y el G . \ Arq.\
202

derrama sus bendiciones sobre el que la ob-


serva recibiendo en cambio, por su boca las
alabanzas de su honor y gloria.
Los tres grados que esta Res. . L . \ os ha
-

conferido, son como tres antorchas puestas


de distancia en distancia para iluminar la
entrada del santuario de la verdad, dichoso
el Mas.*, que firmamente apoyado sobre J.*.
y B . \ no se deja descarriar de la via de per-
fección ; que llegado al santuario, medita si-
lenciosamente en el retiro, las parábolas de
la Escritura, y las alegorías de los sabios, y
que interiormente satisfecho del salario que
recibe por su trabajo y vigilias, dá gracias al
G.*. Arq.*., esforzandose tanto cuanto le es
posible, para contribuir á la dicha de sus
H H.\
Así es como el Mas.*, ilustrado sobre la
verdadera luz é inmóvil en sus principios, po-
ne en práctica la moral sublime del 1.*. gra-
do, corrige sus faltas, procura la perfección,
y no hace con sus semejantes lo que no qui-
siera que le hiciesen á él, y en fin, que no
goza con tranquilidad del tiempo desocupa-
do, mientras halla modo de hacer el bien, y
adquirir conocimientos nuevos.
203

REGLAS GENERALES SOBRE LOS PRINCIPIOS


SAGRADOS DE LA MASONERÍA, PARA SER
PRONUNCIADAS AL CANDIDATO DESPUÉS
DE SU REGULAR ADMISIÓN.

PRÓLOGO.

¡ O vos que acabáis de ser iniciado en las


lecciones de la Sabiduría! Hijo de la Vir-
tud y de la Amistad escúchanos con atenci-
ón, y que vuestra alma se abra á los fuertes
preceptos de la verdad: os dirigiremos por el
camino que ha de conduciros á la vida feliz
y dichosa; os ensenaremos á agradar á vues-
tro Creador, y a desenvolver con energia y su-
ceso, todos los medios que la providencia os
ha confiado para haceros útil á los hombres,
y gozar de los placeres de la beneficencia.

A R T . \ I.-.

Deberes para con Dios y la Religión.

Vuestro primer homenage pertenece á la


Divinidad ; adorad la Magestad que crió el
204

Universo por un acto de su voluntad, que le


conserva por el efecto de su acción continua,
que llena vuestro corazón, pero que vuestro
espíritu limitado, ni puede concebir ni definir.
Compadeced el triste delirio del que cierra
los ojos á la luz, y camina en las densas
tinieblas del error. Que vuestro corazón,
enternecido y agradecido de los beneficios de
vuestro Dios, desliedle con desprecio, esos
vanos sofismas que prueban la degradación
del espíritu humano, cuando se aleja de su
origen. Levantad vuestra alma freqiientc-
mente mas allá de las cosas materiales que la
rodean, y mirad con ansia, hacia las regiones
superiores, que son vuestra herencia y vuestra
verdadera patria. Sacriíicadle á Dios vuestra
voluntad y vuestros deseos; haced lo posible;
para ser digno de sus influencias vivificantes,
cumpliendo con las leyes que os ordenó obser-
var en el curso de vuestra vida. Dando gusto
á Dios, seras feliz: uniros á él debe ser toda
vuestra ambición, y el norte de vuestras ac-
ciones. ¿ Pero como osaríais sostener su
presencia, ser frágil, que desobedeces sus
leyes á cada instante y ofendes su santidad 7
205

¡ Si una bondad paternal no os hubiese


concedido un reparador infinito, abandonado
á los desearnos de vuestra razón, que con-
suelo hallarías en lo por venir ?
¿Entregado á la justicia de vuestro Dios,
donde estaría vuestro refugio ? Dad gracias
á vuestro Redentor, prosternaos delante del
verbo encarnado, y bendecid la providencia
que os hizo nacer entre los christianos; pro-
fesad en todas partes la divina religión de
Christo, y nunca os avergonzéis de pertene-
cerle. En todas vuestras acciones anunciad
una piedad esclarecida y activa sin hipocresía
ni fanatismo; el christianismo no se limita á
verdades de especulación; practicad los de-
beres morales que enseña, y serás dichoso,
vuestros contemporáneos os bendecirán, y
pareceréis sin temor delante del trono del
Todo Poderoso.
Penetrados profundamente de estos princi-
pios, la caridad y el amor nos unirá estre-
chamente haciendo desaparecer de entre no-
sotros toda preocupación que sea capaz de
alterar, nuestra concordia fraternal.
18
iOG

ARTV. II.-.

Inmortalidad del Alma.

¡Hombre! ¡Señor del mundo! Obra


maestra de la creación cuando Dios te ani-
mó con su aliento; piensa para lo que estas
destinado. Todo lo que vegeta al rededor de
tí, y que no tiene masque una vida animal,pe-
rece con el tiempo, y está bajo de tu imperio;
tu alma inmortal, sola emanada del seno de
la Divinidad, sobrevive á las cosas materia-
les, y no perecerá. Este es tu verdadero
título de nobleza; siente vivamente tu dicha,
pero sin orgullo; este perdió á tu raza, y te
volvería á precipitar en el abismo si reinci-
dieras en él. ¿Criatura degradada; no obs-
tante tu grandeza primitiva y relativa, que
eres tu delante del Todo Poderoso ? Adóralo
en el polvo, y separa con cuidado, el princi-
pio celeste é indestructible de las relaciones
mundanas, cultiva tu alma inmortal y propia
para ser perfeccionada, y hazla capaz de ser
unida al principio del bien ; cuando esté des-
207

prendida de los vaporas groseros de la mate-


ria. De este modo estarás libre entre los
hierros, dichoso en el infortunio, inmóvil en
medio de las borrascas mas fuertes, y mori-
rás sin temor.
Mi M . \ Q . \ í í . \ , si llegareis á dudar de
la inmortalidad del alma y de vuestra alta
destinación, vuestra admisión á nuestros mis-
terios, seria sin frutos para vos: cesaríais de
ser el hijo adoptivo de la sabiduría, y seríais
confundido entre la multitud de criaturas
materiales y profanas que andan á atiento en
las tinieblas.

A R T . \ III.-.

Deberes para con el Soberano y la Patria.

Confió el Ser Supremo de una manera


mas positiva, su poder sobre la tierra, al So-
berano que la gobierna: respetad y amad su
autoridad, en donde habitéis; el primer ho-
menage pertenece á Dios, el segundo á la
Patria.
El hombre errante en medio de los bos-
208

ques, sin cultura, huyendo de los demás sé-


res sensibles y pensadores, seria nada apro-
pósito para cumplir con las intenciones de la
providencia, y para comprehender toda la
dicha que se le reserva. Su sor se engran-
deze en medio de sus semejantes, su espíritu
se fortifica con el choque de las opiniones ;
pero ya reunido en sociedad, tendrá sin sesar
que combatir el interés personal, y las pasio-
nes desordenadas, y sostendrá la inocencia
que falta de conocimientos se dejaría vencer
por la fuerza y la astucia. Leyes pues, eran
necesarias para guiarle, y también gefes pa-
ra mantenerlas.
Hombre sensible, volvereis á ver á vues-
tros parientes, honrad igualmente á los pa-
dres de la Patria, y dirigid vuestros fervien-
tes votos por su conservación ; ellos son los
representantes de la Divinidad sobre la tier-
ra. Si se extravian, tendrán que responder
al Juez de los reyes, vuestro propio senti-
miento puede engañaros, pero nunca os pue-
de dispensar de obedecer. Si faltáis á este
deber sagrado, si ya vuestro corazón no se
entremese á los dulces nombres de patria y
209

de sus defensores ; los Mas.', os echaran de


su seno como enemigo del orden público, co-
mo indigno de participar de las ventajas de
una asociación que merece la confianza y la
estimación de los gobiernos, (pues, uno de
sus principales móviles es el patriotismo,) y
deseoso de formar los mejores ciudadanos,
exije que sus hijos cumplan con la mayor
pureza, y con particular distinción, con to-
das las obligaciones de su estado civil. Él
guerrero mas animoso, el juez mas integro,
el amo mas suave, el criado mas fiel, el pa-
dre mas tierno, el esposo mas constante, el
hijo mas obedeciente, este debe ser el ver-
dadero Mas.*., ya que las obligaciones ordi-
narias y comunes del ciudadano, han sido
santificadas y aumentadas por los votos libres
y voluntarios del Mas."., y que no cumplién-
dolas, juntaría la flaqueza, la hipocresía y el
perjuro.

18*
210

ART.-. I V . v

Deberes hacia la humanidad en general.

Si el círculo patriótico que os abre una


can era tan fecunda, y tan satisfactoria, no
llena todavía vuestra actividad; si vuestro
corazón sensible quiere despasar los límites
de los imperios, y abrazar con el fuego eléc-
trico de la humanidad, todos los hombres, y
todas las naciones; si subiendo al principio
común, tenéis placer en amar tiernamente
todos los que poseen los mismos órganos, las
mismas necesidades de amar, el mismo de-
seo de ser útil, y una alma inmortal como la
vuestra ; venid entonces á nuestros templos,
para ofrecer vuestros homenages á la santa
humanidad; el universo es la patria del
Mas.'., y nada de lo que pertenece al hom-
bre, le es estrano.
Ved con respeto este edificio magestuoso
destinado á estrechar los vínculos desunidos
de la moralidad; amad una asociación de
almas virtuosas, capaces de ecsaltarse; es-
parcidas sobre todos los paises, donde la ra-
211

•ion y las luces lian penetrado, reunidos bajo


la bandera del amor fraternal, regidos por
leyes simples y uniformes, sentid pues, el fin
sublime de vuestra orden, consagrad vuestra
vida á la beneficencia; enobleced, purificad
y fortificad estas resoluciones generosas, tra-
bajando sin descanso á vuestra perfección, y
os uniréis mas estrechamente con la Divini
dad.

A R T . - . V.-.

La Beneficencia.

Criado á la imagen de Dios que tubo abien


comunicarse á los hombres, y derramar so-
bre ellos la felicidad ; acercaos á este mode-
lo infinito; por una voluntad constante de
hacer participar á los demás, de toda la di-
cha que gozáis : todo lo que puede concebir
de bien el espíritu, es el patrimonio del
Mas.-.
Ved la miseria sin amparo en la infancia,
ella reclama vuestro apoyo; considerad la
falta de experiencia en la juventud, ella so-
212

licita vuestros consejos, poned vuestra feli-


cidad en preservarla de los errores que la a-
menazan, exitad en ellos el amor al trabajo
de las artes y de la humanidad, conducién-
dolos á la verdadera luz, para el bien del ge-
nero humano.
Toda criatura que sufre ó gime, tiene de-
rechos sagrados sobre vos ; guardaos de des-
conocerlos, no esperéis que el grito de la mi-
seria venga á solicitaros; prevenid y asegu-
rad al desgraciado y tímido; no envenenéis
con la ostentación de vuestros dones, las
fuentes de agua viva donde se han de refri-
gerar los sedientos; no busques los vanos
aplausos de la multitud por la recompensa de
vuestros beneficios; el Mas.*, la halla en el
sufragio tranquilo de su conciencia, y en la
sonriza alagüeña de la Divinidad, bajo cu-
yos ojos siempre está presente.
Si la providencia liberal, os ha dado mas
bienes de los que necesitáis, no uséis de ellos
con frivolidad criminal; quiso esta providen-
cia que por un movimiento libre y esponta-
neo de vuestra alma generosa, hicieseis me-
nos sensible la desigual distribución de ellos.
que entraba en sus planes. ¡ Gozad de esta
bella prerrogativa ! Que jamas la sórdida
avaricia ni las pasiones envilescan vuestro
carácter, y que vuestro corazón se niegue á
los cálculos interesados que ella sugiere. Si
alguna vez llegare á marchitar en vuestro
corazón los deseos de ser útil con generosi-
dad á vuestros semejantes, huid nuestros ta-
lleres de caridad, todo estaría sin atractivos
para vos, y no podríamos reconoceros como
la verdadera imagen de la Divinidad. Que
vuestra beneficencia sea ayudada por la reli-
gión, la sabiduría y la prudencia; vuestro
corazón- querrá abrazar las necesidades de
toda la humanidad; pero vuestra penetra-
ción debe escoger las mas perentorias é im-
portantes. Instruid, dad consejos, proteged,
dad, aliviad sucesivamente; nunca creáis
haber hecho bastante,- y no dejéis vuestras
obras, sino para hacer ver una nueva ener-
gía. Librándoos asía las ansias grandes de
esta pasión sublime, un gozo sin «fin se os
prepara ; tendréis sobre esta tierra, el gusto
anticipado de la felicidad celeste, se engran-
214

tlecerá vuestra alma, y todos los instante*


de ella estarán bien empleados.
En fin, cuando sintáis desfallecer vuestras
fuerzas físicas y morales, ó que no pudiendo
por vos solo, ser suficiente á lo que deseáis
hacer, os agobie el pezar, venid á nuestros
templos, ved el simulacro sagrado y bien-
hechor que nos une, y concurriendo eficaz-
mente según vuestras facultades á los pla-
ceres y establecimientos útiles que la asocia-
ción M a s . , os presenta, y hace efectivos,
-

felicitaos de ser ciudadano de este mejor


mundo, gustad de los dulces frutos de nues-
tras fuerzas combinadas, y concentradas á
un mismo objeto; y entonces veréis multipli-
carse vuestros recursos : ayudareis á hacer
mil dichosos, en vez de uno, y veréis vues-
tros votos coronados con el suceso.
215

AltTV. VI.-.

Oíros deberes inórales acerca de los hombres.

Amad á vuestro prójimo, tanto como á


vos mismo, y jamas hagáis lo que no quisie-
rais que os hicieran; servios del don de la
palabra, seña exterior de vuestra dominación
sobre la naturaleza, para socorrer las nece-
sidades agenas, y para cesitar en todos los
corazones, el fuego sagrado de la virtud:
sed afable y oficioso, edificad por vuestro
ejemplo á los demás ; participad de la felici-
dad agena sin envidia, nunca permitáis á es-
ta furia que se levante en vuestro pecho;
porque turbarla para siempre vuestra tran-
quilidad interior que es el manantial inago-
table de vuestra felicidad, dejándoos en cam-
bio entregado á la tristeza mas desoladora.
Perdonad á vuestro enemigo, nunca os
vengáis de él sino con vuestros beneficios;
este generoso sacrificio, cuyo sublime pre-
cepto debemos á la religión, os procurará los
placeres mas puros y deliciosos 5 imitareis á
la Divinidad, que perdona con una bondad
21C

paternal, las ofensas del hombre, y le colma


de gracias á pezar de su ingratitud ; acorda-
os que este es siempre el triumfo mas bello
que la razón pueda obtener sobre sí misma,
y que el Mas.*, olvida las injurias pero nun-
ca los beneficios.

A R T . VIL*.

Perfección moral de sí mismo.'

Dedicándoos asi al bien ageno no debéis


olvidar vuestra propia perfección ni descui-
daros en satisfacer las necesidades de vuestra
alma inmortal, recogeos freqiientemente en
vuestro corazón para sondar sus mas recón-
ditos arcanos. El conocimiento de sí mismo
es el gran fundamento de los preceptos
Mas.*, vuestra alma es la piedra bruta que
es menester tallar; ofreced á la Divinidad el
omenage de vuestras acciones arregladas,
como la victoria sobre vuestras pasiones do-
minantes.
Que unas costumbres castas y severas os
acompañen inseparablemente, y os hagan
respetable á la vista de los profanos: que
vuestra alma seapurarecta y humilde. Eloiv
gulloes el mas peligroso enemigo de la huma-
nidad, y el que sostiene al hombreen una con-
fianza ilusoria: no miréis hasta, donde habéis
de llegar, porque detendríais vuestra carrera,
fijaos en aquel punto á que debéis aspirar el
llegar un dia : la corta duración de vuestro
pasage os deja apenas la esperanza de llegar
á él; quitadle á vuestro amor propio el ali-
mento peligroso de la comparación con los
que están detrás de vos, mejor seria sentir
el aguijón de una virtuosa emulación, viendo
unos modelos mas perfectos. Estudiad en
fin los geroglificos y emblemas que el orden
os presenta. L a naturaleza que encubre
la mayor parte de sus secretos : debe ser ob-
servada, comparada y atacada amenudo en
sus efectos. De todas las ciencias, cuyos
bastos campos presentan los resultados mas
felices á la industria del hombre, y la ventaja
de la sociedad, esta es la que os ensenará
las relaciones entre Dios el universo y vos ;
colmará los deseos de vuestra alma inmortal,
v os ensenará á cumplir mejor con vuestras
obligaciones.
10
218

A R T . VIH.-.

Deberos hacia los hermanos.

En la inmensa multitud de criaturas que


pueblan el universo, habéis escogido por un
deseo libre, á los Mas.', para vuestros H H.*.
Así pues, nunca olvidéis que todo Mas.*,
de cualquier religión ó secta á que perte-
nesca ó de cualquier pais ó condición que
sea, presentándoos su mano derecha, sim-
bo)o de la sinceridad fraternal, posee dere-
chos sagrados sobre vuestra asistencia y amis-
tad. Fiel al deseo de la naturaleza, que es
la igualdad, el Mas.*, volvió á establecer en
en sus Templos los derechos originales de la
familia humana; jamas sacrifiquéis alas preo-
cupaciones populares, pues el nivel sagrado
iguala a!!í toda?, l a s ciases y estados. Res-
petad e n l a s o c i e d a d civil las distancias
e s t a b l e c i d a s ó toieredas por la providencia :
¡í veces la vanidad las imagina, el criticarlas
y el querer desconocerlas seria orgullo. Pero
sobre t o d o , guardaos de establecer entre n o -
,sotros distinciones facticias que no recono-
cemos. Dejad las dignidades y decoraciones
profanas á la puerta y entrad solo con la es-
colta y acompañamiento de las virtudes, cual-
quiera que sea vuestra rango ó calidad en el
mundo, y ceded el paso en nuestras L L.*.
al mas virtuoso y al mas instruido. Nunca
os abochornéis al encontrar en publico á un
hombre de calidad obscura pero de principios
honrados que en nuestros asilos abrazabais
poco antes como H . \ , entonces se avergon-
zaría el orden de teneros en su seno y os
pondría á la puerta con ignominia, para que
fueseis á hacer ostentación de vuestro necio
orgullo en el teatro profano del mundo.
Si vuestro H . ' . está en peligro, volad á su
socorro; y no temáis esponer vuestra vida
por servirle. Si se halla en necesidad, ayu-
dad le con vuestras tesoros, y alegraos de po-
derlos emplear de una manera tan satisfac-
toria ; habéis jurado practicar la benefi-
cencia para con los hombres en general, la
debéis con preferencia á vuestro H . \ que
gime. Si está en el error y se extravia acer-
caos á el con las luces del entendimiento, de
220

la razón y de la persuaciqn; volved á su re-


dil la oveja descarriada y dad siempre, la
mano al infeliz caido para que se levante.
Si vuestro corazón ulcerado por ofensas
verdaderas ó imaginarias, alimenta en su in-
terior alguna enemistad ú odio contra algu-
ino de vuestros H H . * . , desechad al momento
semejantes ideas, deponed todo rencor, lla-
mad á vuestro socorro algún arbitrio desin-
teresado y leal, reclamad su mediación fra-
ternal ; pero jamas paséis el umbral del
Templo, antes de haber arrojado de vuestro
corazón todo sentimiento de odio y de ven-
granza : invocaríais en vano el nombre del
Ser inmutable, pues no se dignaría habitar
nuestros Santuarios si no estubieran puri-
ficados por las virtudes de nuestros H H . * .
y santificados por su concordia.

>l®l*|«®|®l«l<
A R T . IX.-.

Deberes hacia le Orden.

Cuando fuisteis admitido á participar de


ias ventajas que resultan de la asociación
M a s . . , le abandonasteis tácitamente una
-

parte de vuestra libertad: cumplid pues es-


trictamente con las obligaciones morales
que os impone, conformaos á sus sabios re-
glamentos y respetad á los que la confianza
pública ha designado para ser los guardianes
de las leyes y los interpretes de los votos ge-
nerales. Vuestra voluntad en el orden está
sometida á la de la ley y á la de los superi-
ores : seriáis un mal H . \ si alguna vez des-
conocieseis esta subordinación necesaria en
toda sociedad; y la nuestra quedaría obli-
gada á excluiros de ella.
Hay sobre todo una ley cuya escrupulosa
observancia habéis prometido cumplir en
presencia de los cielos: esta es la del se-
creto el mas inviolable sobre nuestros ritu-
ales, ceremonias, senas, y la forma de nuestra
19*
222

asociación. Guardaos de pensar que este


empeño es menos sagrado que los juramen-
tos que se hacen en la sociedad civil, fuisteis
libre en pronunciarlo pero no lo sois de des-
cubrid el secreto que os une con nosotros.
El Todo Poderoso que habéis invocado como
testigo, lo ha ratificado, temed las penas co-
munes al perjuro, jamas escaparíais al supli-
cio de vuestro corazón, y perderíais la esti-
mación y la confianza de una sociedad nume-
rosa que os declararía sin fé y sin honor.
Si las lecciones que el orden os dá para
facilitaros el camino de la verdad y de la di-
cha se grabasen profundamente en /uestra
alma sensible, dócil y abierta á las impre-
siones de la virtud; si las máximas saluta-
rias que señalarán cada paso que deis en la
carrera Mas.*, llegaren á ser vuestros propios
principios, y la regla invariable de vuestras
acciones, ¡OH.*, mió, que gusto será el vues-
tro ! llenariariais vuestro Subí.*, destino, y
os acercarais á la perfección de la seme-
janza divina que fué la porción del hombfe
en su estado de inocencia y que la admicion
Mas. , hace su objeto principal, volvereis
-
íí ser la criatura amada del cielo, sus bendi-
ciones fecundas os harán prosperar y mereci-
endo el glorioso título de sabio, siempre libre,
dichoso y contento, caminareis sobre la tierra
en igual con los reyes, como el bienhechor.de
los hombres, y el modelo de nuestros H H«".
De los principios Mas.*., resulta que tod©
Mas.", debe ser dotado de un corazón noble,
generoso, sensible y compasivo. Compa-
decer los infortunios de otros, ser humilde
sin bajeza, abjurar todo sentimiento de odio
y de venganza, mostrarse magnánimo y li-
beral, sin ostentación y disipación, ser ene-
migo del vicio ; hacer homenage á la sabidu-
ría, y á la virtud, respetar la inocencia, ser
Gonstante y sufrido en la adversidad, mo-
desto en la prosperidad; sobrio y templado
en sus obligaciones, combatir sus pasiones;
huir todo desorden que ensucie el alma y
marchite el cuerpo, siguiendo estos princi-
pios el Mas.", será buen ciudadano, esposo
fiel, padre tierno, hijo sumiso y verdadero H . \
Honrará él la amistad y cumplirá con mas
ardor con las obligaciones que le imponen
las virtudes y las relaciones sociales..
10**
224

Pieza de Arquitectura trazada para


la Instalación de una L.'\ por el V.-. A. P.

L a admirable estación de la primavera


comenzaba á reanimar la naturaleza; los
árboles volvían á engalanarse con sus visto-
sos y variadas hojas, nuestros prados estaban
esmaltados de flores, y los ecos vecinos re-
petían los dulces y melodiosos conciertos de
las aves. Me paseaba yo á prrilla de un ar-
royuelo cuyas plateadas olas corrían serpen-
teando á hacer todos sus esfuerzos para ven-
cer la resistencia, que les oponía un montón
desigual de pedernales. E n este lugar mis
pensamientos se succedian unos á otros rá-
pidamente : sin embargo todos iban á reunir-
se al mismo centro, terminándose todos en
el sentimiento de admiración de la bondad,
de la sabiduría, del poder del Soberano Ar-
quitecto del Universq.
Un desconocido se presenta repentina-
mente á mi vista. L a serenidad estaba pin-
tada sobre su rostro, y la regularidad de sus
facciones anunciaba la tranquilidad de su
225

corazón. Sus miradas dulces y penetrantes


me atrajeron irresistiblemente hacia él.
T ú eres mi hermano; le dije yo, arrebata-
do de un primer movimiento, que no dio ni
un instante de tiempo á la reflexión.
Lo era en efecto. Trabamos conversación
fraternal, y le referí como me habia separado
de los profanos, para venir á este retiro á pro-
fundizar sóbrelos misterios de laMas.*.; pero,
añadí yo, queriendo evitar un inconveniente
conozco ahora que he caido en otro. Este es-
pectáculo encantador de la naturaleza rena-
ciente me eleva sobre mí mismo, apoderán-
dose de todas mis potencias. Llegado aquí
para meditar sobre la esencia y propiedades
de nuestro arte, me hallé obligado á ocupar-
me en otros objetos. Ah ! replicó él, con
una viveza templada con la mas agradable
dulzura, hay acaso un objeto mas análogo á
la Mazonería que el que fija aquí nuestra
atención? L a naturaleza despojada de sus
gracias y adornos, seca y árida en el corazón
del invierno, es el profano sumergido en las
tinieblas, ignorante del camino de la virtud,
19***
226

sin fuerza, y sin vigor para el bien, que na


puede conocer sino inperfectamente.
Renace la primavera; el profano es admi-
tido á la luz. Los impetuosos aquilones re-
tienen su aliento: el M a s . , recientemente
-

iniciado contiene el ímpetu de sus pasiones.


El sol es victorioso de la nieve y del hielo :
el Mas.*, aprende á sugetar su voluntad.
L a naturaleza vivificada de nuevo ostenta
por todas partes el brillo de sus produccio-
nes ; el alma ilustrada por la verdadera luz,
siente crecer dentro de sí el germen de todas
las virtudes. La savia reanimada en lo in-
terior de los árboles arroja al exterior nuevos
tallos ; el nuevo ardor de que está animada
el alma, se manifiesta por actos de benefi-
cencia. Todo está lleno de vida en la na-
turaleza, todo crece sensiblemente cada dia;
el Mas.', hace también diariamente nuevos
progresos en la Mas.'. ¿ No es pues, este
orden encantador que admiráis en esta va-
riedad de objetos, una imagen de la Sabidu-
ría del Mas.". ? ¿este vigor activo de todas
las producciones naturales, el símbolo de su
fortaleza; esta multitud de flores tan diver-
227

sámente matizadas, el emblema de su her-


mosura? j Que vivacidad en la forma, en el
talle, en el plumage de esas aves recogidas
bajo las alas del amor! L a reunión de
su canto forma el concierto mas seductivo.
¡ Que diferencia entre las profesiones, las
costumbres, las inclinaciones de los M a s . ' ,
refugiados bajo las banderas de la amistad
fraternal ! L a armonia de sus corazones es
el milagro de nuestro a r t e : y los hermosos
dias que la primavera vuelve á traernos, son
una muy débil figura de las deliciosas horas
que ellos pasan en el seno de la paz y en los
brazos de la dulce concordia.
Así habló Phüireno* (Este era el nombre
de mi hermano.) "Vais, añadió él, á inau-
gurar un nuevo taller; haced que sea verda-
deramente consagrado á la amistad; á aque-
lla amistad celestial que en el hermano no
ve mas que á su hermano; que pasa la llana
de la caridad sobre sus defectos; que le ticn-

* Pliilircno, p a l a b r a t o m a d a del G r i e g o , y significa El


amigo ile. la pnz.
228

Je una mano socorredora si le ve en peligro


de precipitarse; que en todo procura preve-
nir, adivinar y satisfacer completamente sus
deseos, aun antes de que él mismo haya te-
nido tiempo de manifestarlos : á aquella uni-
ón perfecta que de muchos corazones sabe
formar uno solo; que no nos propone otro
objeto que el de animarnos mutuamente á la
práctica de las virtudes, que algunas veces
emplea la sal de la amonestación, pero tem-
plándola sabiamente con la miel de la amis-
tad."
H e procurado, hermanos mios, aprove-
char los consejos de Philireno, y creo tener
motivo de lisongearme de no haber sembra-
do en un terreno ingrato. Vuestros corazo-
nes me parecen formados para amarse. De-
jad á los profanos la triste ventaja de ator-
mentarse á sí mismos con el remedio inútil
de algunos ligeros enredos, que débilmente
pueden haberlos ofendido. Vuestros Her-
manos lo serán siempre vuestros. Si la ju-
ventud de algunos de ellos, los hubiere he-
cho presa de pasiones bastante imperiosas,
[as reflecciones Mas.*., el ejemplo de las de-
229

mas hermanos, las sabias instrucciones'del


Venerable que os habéis escogido, amorti-
guarán esta fogosa impetuosidad. Vuestro
zeloso Fundador os afirmará en los verdade-
ros principios de la Mas. ., el Real Arte se
-

hará respetar en este oriente, y vuestra res-


petable Logia será propuesta por modelo á
todas las logias regulares esparcidas sobre la
superficie dé uno y otro emisferio.
230

SONETO

Por el H.: S. T- M. G. á las


virtudes Teolog.'. de la Hab.'.

Como las rosas en su primavera


L a s virtudes* en Cuba descollaban,
Y aunque en solo botón ya perfumaban
De benéfico aroma la isla entera:
Tembló del despotismo la cruel fiera
Y evocó al fanatismo, y desolaban
El plantel de las rosas que brotaban,
Qual el cierzo feroz las destruyera.
Ellas se unieron y se levantaron
Hacia el cielo que al cabo conmovieron :
Los dos monstruos al Cócito bajaron :
Multiplicáronse ellas y crecieron.
Union, fraternidad, beneficencia,
Siempre atraen del Cielo la clemencia.

* L a s virtudes T e o l o g . . d e la H a b . - . , q u e fueron perse-


-

g u i d a s , d e s d e su i n s t a l a c i ó n , por el d e s p o t i s m o y f a n a t i s m o
r e u n i d o s , h a c i e n d o salir d e la isla al a u t o r d e e s t a o b r a , p o r
institutor d e a q u e l T a l l . - . ; el q u e tubo q u e a b a n d o n a r sus
i n t e r e s e s , por s a l v a r s e de la tiranía inquisitoria], que 1c
a m e n a z a b a con sus negros c a l a b o z o s , y tormentos.
231

OTRO A LA AMISTAD.
por el H.'. J. G. C.

Viva por siempre la amistad sagrada


Vínculo el mas estrecho de la vida,
Que sirve de alimento y de comida
A el alma virtuosa y desgraciada :
Juré observarte en la tercera grada ;*
Juro tenerte de mi alma asida,
Y primero mi vida sea perdida
Que olvidarte ni un punto, en nada, nada.
Tú, ¡ emanación divina! á los Masones
Reúnes desde uno á otro Polo :
Con tu sana moral, sus corazones
Detestan el engaño, intriga y dolo;
Y nos das á mostrar en sus modales,
El poder de los lazos fraternales.

* L a s fres G r a d . \ q u e s u b e al A p r e n . - . p a r a h a c e r su J u -
rara.-, a n t e s d e v e r l a luz,
332

Otro Soneto por el mismo,


AL DESENGAÑO

Desde que vi la luz de mil engaños*


¡ Institución Divina! yo te adoro,
Y á los ciegos profanos mas les lloro
Viendo cual nos persiguen tantos años:
Lloro las desventuras y los daños
Que causa un fanatismo que deploro
Y en mi retiro al Ser Supremo imploro
Por su felicidad y desengaños.
O tu gran Arqui.\ que alimentas
Con tu soplo Divino nuestra esencia,
Convierte el Ateísta, y no consientas
Que nos venga á turbar con su demencia.
Porque no és dado á la inmoralidad
Erigir templos á la Divinidad.

* C u a n d o v é l a l u z u n p r o f a n o , y s e le a d m i t e c o m o
Apren.*. á p a r t i c i p a r de l o s m i s t e r i o s del o r d e n , n o p u e d o
m e n o s de a d m i r a r s e al ver en l u g a r de t a n t a falsa ó i g n o -
rante suposición, (con que quieren alucinarnos y engañar-
n o s l o s viles d e s t r a c t o r e s d e n u e s t r a i n m o r t a l institución,)
brillar la moral m a s p u r a en t o d o s los discursos y a l e g o r í a s
M a s . . , y las virtudes m a s e m i n e n t e s e n su m o d o d e obrar.
1
233

OCTAVA.
Por el mismo.

E l Venerable en Logia es un Lucero


Que brilla como el astro refulgente,
Que dictando sus leyes placentero
Recorre nuestro globo diariamente.
Es el origino fiel y verdadero
De nuestro orden sublime y eminente :
Todo masón, debe pues respetarlo,
Y con mallete en mano Venerarlo.

OTRA. ÍDEM.

La autoridad que exerce el Venerable


Sostiene el Zelador con su mallete,
Y hace reinar un orden admirable
Hasta en el placer vivo de un banquete :
Es para sus hermanos siempre afable,
Con los profanos dulce en su retrete :
La luz, por él reflecta en su coluna,-
Así como el sol hace con la luna-
234

ADVERTENCIA DEL EDITOR.

Lleno del vivo deseo de ayudar á mis


H H . * . en sus trabajos Mas.*.; y conocien-
do que por el Despótico fanatismo que harei-
nado sobre la España ilustrada, no se han
podido dar al público obras de esta especie;
me tomo la libertad de imprimir las cortas
tareas de mi limitado entendimiento, seguro
que mis R R.*. H H . \ dispensarán las faltas
que noten en su estilo ó precisión, quando se-
pan que extrangero al Idioma y en un pais
endonde apenas se conoce, he tenido que va-
lerme de arbitrios extraordinarios para con-
seguir su traducción.
Confiado en la benevolencia y buena aco-
gida que todos los R R . \ MM.*. Españoles
darán al trabajo de un H . \ que cifra doda su
gloria en llamarse tal; les suplico encareci-
damente, y les invito con el mayor ardor,
para que se sirvan comunicarme sus luces en
todo lo que pueda servir de adorno á la se-
gunda edición de esta obra : como son Dis-
235

cursos, Orlas, Cánticos, y qualesquiera otras


piezas en verso ó prosa que correspondan al
objeto Sagrado de la Mas.'.; seguros que
darán con ello una prueba no pequeña de su
amor al orden, y á mi otra mayor del apre-
cio que les he merecido.

FIN.
N O T A D E L IMPRESOR.

Quando se me. propuso la impresión de la


presente obra ojebté con fundamento el no
saber el idioma Español; y que por mucho
cuidado y exactitud que quisiera llevar no
podría salir exenta de errores de ortografía
y otras faltas que es imposible precaver quan-
do no se posee un idioma. H a sucedido co-
mo temiá, á pezár de mis desvelos; pero con-
vencido de la generosidad y benevolencia de
los Lectores Españoles, les suplico dispen-
sen estas faltas involuntarias, que en la re-
impresión, hallarán corregidas completamen-
te ; esperando que tendrán la bondad de
ocupar mis prenzas con las obras que quieran
dar al público, seguro del puntual desempe-
ño exactitud, y limpieza con que se ejecuta-
rán en lo subcesivo.
ERRATA.

Página. Linca. Dice. Léase.


11 13 Sabois Sabios
12 9 grado grada
13 15 mutualmcnte mutuamente
17 9 trajeron llevaron
20 i) cierese ciérrese
35 8 con sigo consigo
37 22 hacho hecho
40 10 podría podia
43 15 serrar cerrar
45 11 caso cabo
50 14 al el
51 22 uquella aquella
57 19 asemblea asamblea
58 \ 7 de proveer y á proveer
8 oceurren oceurran
2 deferir diferir
621 3y4 siquiera siguiera
63 16 indiferancia indiferencia
65 24 culpable culpables
68 17 ciudadano ciudadano
69 19 chazar rechazar
71 17 vigilentcs vigilantes
75 9 grado que grado á que
76 2 ' enlegasar enlegajar
81 22 perzas piezas
83 16 ocuparse y ocuparse
11 ascinda ascienda

i
25 asemblea asamblea
89 13 al Tall.-. del Tall.-.
92 11 boreda bóveda
93 2 boreda ídem
96 20 de volvérselos desvolvérselos
97 14 nuesrro nuestro
100 11 siguiera siquiera
14 d«-l de del derecho de
106 $ Maes.-.
17 Mas.\
Página. Linea. Dice. léase.
panar panal
108
{ 18 corte arte
111 14 Dois Dios
122 3y 4 en quadro en el quadro
127 S lOy 11 consomado consumado
X 12 Descorren Descorrer
129 1 FI EL
134 23 pagarl os pagar los
139 1 do de
142 20 deliria delirio
( 14 fastao fatuo
147 perpetua
\ 23 perfectua
149 25 resplendor resplandor
151 20 emblemos embiemas
152 9 nuestro vuestro
155 14 lisongee lisongees
156 3 autorchas antorchas
158 5 resplendor resplandor
162 10 y 11 ! Mas dolor! ¡ Mas ó dolor!
168 3 ¿ Que haced alli ? ? Que se hace allí ?

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