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INTRODUCCIÓN

La enfermedad de Pompe, también llamada enfermedad de depósito de glucógeno tipo II o


déficit de ácido maltasa, es un trastorno neuromuscular, progresivo debilitante que llega a ser
mortal, está causado por la disminución de la enzima lisosomal alfa-glucosidasa ácida (1), la
cual provoca una acumulación creciente de glucógeno en el lisosoma que afecta
principalmente al tejido muscular, provocando insuficiencia cardiaca, motora y respiratoria.(2)

El glucógeno es un polímero, encargado de liberar glucosa cuando el organismo necesite


energía, principalmente se encuentra en grandes cantidades en el hígado donde se produce
un proceso de glucogenólisis, el cual libera la glucosa al torrente sanguíneo y en menores
cantidades en el músculo esquelético, para lo cual la glucosa es la encargada de la
contracción de las fibras musculares.

Por otro lado la enzima α-glucosidasa ácida, (llamada también α-1,4- glucosidasa o maltasa
ácida) es una enzima que hidroliza el glucógeno produciendo glucosa dentro del lisosoma
celular. La enzima α-glucosidasa ácida está determinada genéticamente. Su deficiencia se
produce por mutaciones (cambios estables y hereditarios) en el gen GAA que codifica para
esta proteína enzimática.

Por todo lo anterior, lo que ocurre en la enfermedad de Pompe generalmente consiste en que
el glucógeno que llega al lisosoma procedente del citoplasma celular, no puede ser
hidrolizado a glucosa correctamente debido a la deficiencia de α-glucosidasa ácida, por lo
que se acumula en el lisosoma y causa la rotura del mismo. Se desconoce el proceso exacto
por el que se afecta la función muscular, pero en el estadío inicial se acumulan pequeñas
vacuolas en las fibras musculares. Los lisosomas se agrandan y fusionan interfiriendo en la
estructura de la fibra muscular (célula muscular) y además, se acumula material de desecho
rodeado de membranas (autofagosomas), y mitocondrias aberrantes, por lo que se cree que
la autofagia también está alterada en esta enfermedad.

Si la deficiencia enzimática es total, la acumulación se produce ya prenatalmente y las fibras


musculares se dañan por la acumulación masiva de glucógeno, mientras que si la deficiencia
enzimática es parcial o no tan grave, la enfermedad se manifiesta más tardíamente y de forma
menos severa, lo que determina la heterogeneidad clínica de la enfermedad.

La enfermedad de Pompe se considera una afección de herencia autosómica recesiva. Esto


quiere decir que, para expresar clínicamente el padecimiento, el individuo afectado debe
heredar dos copias alteradas del gen responsable de la producción de la enzima GAA el cual
se encuentra en el cromosoma 17.

Las personas que heredan un gen de la enfermedad, no tendrán la dolencia porque el otro
gen es suficiente para la producción de la enzima y, por lo tanto, se consideran personas
sanas. Sin embargo, por tener un gen mutado, se les considera “portadoras” de la enfermedad
y, en caso de unirse a otra persona con el mismo gen mutado, tienen mayor probabilidad de
transmitirles el gen defectuoso a sus hijos y de tener un bebé con la patología.

Cuando dos portadores se unen, heredarán al hijo los dos genes mutados que no funcionan
correctamente, esto significa una pérdida de información esencial para la producción de la
enzima y entonces el niño nacerá con una enfermedad genética con un patrón de herencia
recesiva. Vemos entonces que la mutación puede aparecer por primera vez en un niño con
enfermedad de Pompe, pero puede venir de generaciones atrás, escondida entre los genes
normales de las “familias portadoras”. (3)
DISCUSIÓN

En este artículo se presenta el caso de un paciente masculino de 7 meses de edad el cual


ingresó a consulta externa de genética en Caracas por problemas respiratorios repetitivos
desde los 3 meses. Al momento de realizar los exámenes de rutina se observó que
presentaba retraso del sostén cefálico e hipotonía generalizada, y gracias a un
ecocardiograma realizado tiempo después se detecta cardiomiopatía hipertrófica del
ventrículo izquierdo (3). Estos dos últimos síntomas según (4) hacen parte de la triada clásica
que caracteriza la enfermedad de Pompe, junto con la hepatomegalia la cual no se presenta
en este caso.

Por otro lado, la edad del paciente es un punto a tener en cuenta, debido a que según el
Instituto Americano de Genética Médica, esta enfermedad se presenta en dos variantes
clínicas importantes, la temprana o clásica y la tardía, en el caso de la primera clasificación
se presenta en los primeros 12 meses de vida con infecciones respiratorias recurrentes, falla
en el medro, poca movilidad e hipotonía. La afección cardiaca es severa y en la mayoría de
las ocasiones provoca la muerte. (4) Cómo se puede observar en el caso del este paciente,
puesto que falleció 8 días después de la primera consulta por un cuadro de dificultad
respiratoria aguda sin control. (3)

Los síntomas mencionados anteriormente se pueden detectar desde el momento del


nacimiento y los dos meses, por lo que el tratamiento debe comenzar en los primeros días
después del nacimiento y no meses después, pues entre más temprano inicie tratamiento,
mayores ventajas se pueden contemplar (5). Por consiguiente cuando se presenta un caso
clínico sugestivo y se tienen indicios de esta patología, se debe tomar una muestra de 2
marcadores enzimáticos que se nombraran a continuación:

1. Creatina fosfocinasa (CPK): este es un tipo de marcador inespecífico, el cual en esta


enfermedad alcanza valores de 2000, siendo normalmente de 32 a 211 UI/L. (6) Por
lo que sí resulta positivo, se deberá tomar una radiografía de tórax y complejos QRS
de alto voltaje para diagnosticar un síntoma de esta triada.
2. Enzimas Aspartato y Alanina Aminotransferasa: por encima de los valores
normales que son de 7 y 56 u/litro.
3. Deshidrogenasa láctica: por encima de los valores normales que son de 105 a 333
unidades internacionales por litro (UI/L).

Las últimas dos pueden estar aumentadas por su liberación del músculo afectado.

Para un buen tratamiento, se plantea la terapia de reemplazo enzimático como una estrategia
de vital importancia para mejorar las funciones cardíacas al reducir la cardiomegalia; las
funciones respiratorias, al disminuir los requerimientos de apoyo ventilatorio; y las funciones
motoras. De este modo se puede aumentar la supervivencia cuando esta terapia se instaura
oportunamente. (1)

Igualmente, se puede plantear un enfoque de posible mejoramiento por sistemas de la


siguiente manera:

Cardiológica: Para fallas cardiacas se recomienda acompañamiento con cardiología,


electrocardiogramas y si tiene disfunción ventricular se puede usar digoxina, el cual es un
inhibidor potente y selectivo de la subunidad alfa de ATPasa; posibilitando el transporte sodio-
potasio (ATPasa Na+/K+) a través de las membranas celulares. Esta unión es de
características reversibles. (7); también se pueden utilizar inotrópicos y diuréticos. Se ha
reportado muerte súbita con el tratamiento con betabloqueadores, por lo que su uso debe ser
cuidadoso.
Pulmonar: Se evalúa fatiga, dificultad de respirar y cantidad de O2 y CO2 en el paciente.Al
ser propensos a infecciones pulmonares se debe utilizar antibióticos y broncodilatadores y
terapia pulmonar para mantener la vía aérea limpia, se debe tratar la hipoxia o hipoventilación
diurna y nocturna con oxígeno suplementario o considerar el uso continuo de presión positiva.

Gastrointestinal/nutricional: Se debe asegurar una ingesta adecuada de calorías, vitaminas y


minerales con una dieta rica en proteínas, baja en carbohidratos y ejercicio aeróbico con el
objetivo de disminuir el acúmulo de glucógeno y compensar la oxidación de aminoácidos.

Neurología: revisión de la función motora periódicamente (ya que el acúmulo de glucógeno


afecta al cerebro), estudios de timpanometría, audiometría, potenciales evocados auditivos o
emisiones otoacústicas.

Osteomuscular: Inicio oportuno de rehabilitación física, respiratoria ocupacional. (1)

Estos elementos ayudan a mejorar la calidad de vida; sin embargo, aunque todavía no hay
una cura para la misma, existe un tratamiento efectivo llamado Myozyme, que se comercializa
principalmente en Estados Unidos con dos nombres Myozyme (160 L) y Lumizyme (4000 L).
El principio activo de este fármaco, es la glucosidasa alfa, esta es una copia de la alfa-
glucosidasa humana, producida por un método conocido como "tecnología del ADN
recombinante". La enzima es producida por una célula que ha recibido un gen (ADN) que le
permite producirla. La enzima de sustitución contribuye a descomponer el glucógeno y
detiene su acumulación anormal en las células. (8)

Los Investigadores siguen estudiando otras vías para ralentizar la progresión de la


enfermedad o curarla. Sin embargo, estas terapias pueden ofrecer cierto confort y alivio a
estas personas e incluso llegar a ralentizar la enfermedad, encontrando casos de pacientes
con más de 7 años con la enfermedad tipo (9)

CONCLUSIONES

Finalmente, el análisis hecho al caso clínico de la Enfermedad de Pompe, especialmente al


factor bioquímico nos deja varios puntos por concluir, principalmente que se debe a la
alteración de Ia enzima alfa glucosidasa, teniendo este trastorno origen hereditario.

También, a modo de conclusión se puede decir que en lactantes con esta afección, es muy
necesario iniciar la terapia de reemplazo enzimático lo antes posible, para de este modo
obtener el máximo beneficio terapéutico, por ello un diagnóstico temprano es demasiado
importante. En adultos, al ser una enfermedad de acumulo, y por lo tanto en la que el daño
fisiopatológico es progresivo, un retraso en el diagnóstico supone un aumento del deterioro
orgánico que podría llegar a ser irreversible. Por ello, también para esta forma de la
enfermedad es de vital trascendencia establecer un diagnóstico correcto de manera rápida,
e iniciar el tratamiento inmediatamente.

Por otro lado es de gran importancia tener un conocimiento acerca de los diferentes tipos de
marcadores enzimáticos que se ven alterados de acuerdo a varias enfermedades, como en
este caso, puesto que estos ayudan a esclarecer sospechas acerca de una patología
conduciendo a un diagnóstico acertado.
BIBLIOGRAFÍA

1. Arias S, Gómez M, Fernández I, Celis L. Enfermedad de Pompe: reporte de caso.


NOVA. 2016; 13: 1-8

2. EcuRed. Enfermedad de Pompe. [Internet]. [Citado el día 28 de septiembre del 2018].


Disponible en: https://www.ecured.cu/Enfermedad_de_Pompe

3. Infogen. Enfermedad de Pompe, Glucogenosis tipo II. [Internet]. [Citado el día 29 de


septiembre del 2018]. Disponible en: http://infogen.org.mx/enfermedad-de-pompe/

4. Bravo A, Cortez B, Molina A, Díaz V, Leyva, I Sánchez M. Diagnóstico y tratamiento


en la enfermedad de Pompe. [Internet]. [Citado el día 29 de septiembre del 2018].
Disponible en: http://www.medigraphic.com/pdfs/imss/im-2013/im135i.pdf

5. Oliveros J, Zumárraga S, Ríos R. Enfermedad de pompe de inicio temprano en hospital


andino ecuatoriano: presentación de un caso. Revista CONAREC. 2017; 33: 1-4

6. Lemos M. Para qué sirve el examen Creatinfosfoquinasa (CPK). [Internet]. [Citado el


día 29 de septiembre del 2018]. Disponible en: https://www.tuasaude.com/es/creatin
fosfoquinasa/

7. Vademecum.es Digoxina. [Internet]. [Citado el día 29 de septiembre del 2018].


Disponible en: https://www.vademecum.es/principios-activos-digoxina-c01aa05

8. Myozyme [Internet]. Ema.europa.eu. 2014 [citado el 30 de septiembre de 2018].


Disponible en: https://www.ema.europa.eu/documents/overview/myozyme-epar -
summary-public_es.pdf

9. Amartino H y CavagnarI B. Terapia de reemplazo enzimático en la forma infantil de la


enfermedad de Pompe: experiencia de un caso con 7 años de seguimiento en
Argentina. Arch. argent. pediatr. vol.110; 4 [Internet]. [Citado el día 29 de septiembre
del 2018]. Disponible en:

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