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Por otro lado la enzima α-glucosidasa ácida, (llamada también α-1,4- glucosidasa o maltasa
ácida) es una enzima que hidroliza el glucógeno produciendo glucosa dentro del lisosoma
celular. La enzima α-glucosidasa ácida está determinada genéticamente. Su deficiencia se
produce por mutaciones (cambios estables y hereditarios) en el gen GAA que codifica para
esta proteína enzimática.
Por todo lo anterior, lo que ocurre en la enfermedad de Pompe generalmente consiste en que
el glucógeno que llega al lisosoma procedente del citoplasma celular, no puede ser
hidrolizado a glucosa correctamente debido a la deficiencia de α-glucosidasa ácida, por lo
que se acumula en el lisosoma y causa la rotura del mismo. Se desconoce el proceso exacto
por el que se afecta la función muscular, pero en el estadío inicial se acumulan pequeñas
vacuolas en las fibras musculares. Los lisosomas se agrandan y fusionan interfiriendo en la
estructura de la fibra muscular (célula muscular) y además, se acumula material de desecho
rodeado de membranas (autofagosomas), y mitocondrias aberrantes, por lo que se cree que
la autofagia también está alterada en esta enfermedad.
Las personas que heredan un gen de la enfermedad, no tendrán la dolencia porque el otro
gen es suficiente para la producción de la enzima y, por lo tanto, se consideran personas
sanas. Sin embargo, por tener un gen mutado, se les considera “portadoras” de la enfermedad
y, en caso de unirse a otra persona con el mismo gen mutado, tienen mayor probabilidad de
transmitirles el gen defectuoso a sus hijos y de tener un bebé con la patología.
Cuando dos portadores se unen, heredarán al hijo los dos genes mutados que no funcionan
correctamente, esto significa una pérdida de información esencial para la producción de la
enzima y entonces el niño nacerá con una enfermedad genética con un patrón de herencia
recesiva. Vemos entonces que la mutación puede aparecer por primera vez en un niño con
enfermedad de Pompe, pero puede venir de generaciones atrás, escondida entre los genes
normales de las “familias portadoras”. (3)
DISCUSIÓN
Por otro lado, la edad del paciente es un punto a tener en cuenta, debido a que según el
Instituto Americano de Genética Médica, esta enfermedad se presenta en dos variantes
clínicas importantes, la temprana o clásica y la tardía, en el caso de la primera clasificación
se presenta en los primeros 12 meses de vida con infecciones respiratorias recurrentes, falla
en el medro, poca movilidad e hipotonía. La afección cardiaca es severa y en la mayoría de
las ocasiones provoca la muerte. (4) Cómo se puede observar en el caso del este paciente,
puesto que falleció 8 días después de la primera consulta por un cuadro de dificultad
respiratoria aguda sin control. (3)
Las últimas dos pueden estar aumentadas por su liberación del músculo afectado.
Para un buen tratamiento, se plantea la terapia de reemplazo enzimático como una estrategia
de vital importancia para mejorar las funciones cardíacas al reducir la cardiomegalia; las
funciones respiratorias, al disminuir los requerimientos de apoyo ventilatorio; y las funciones
motoras. De este modo se puede aumentar la supervivencia cuando esta terapia se instaura
oportunamente. (1)
Estos elementos ayudan a mejorar la calidad de vida; sin embargo, aunque todavía no hay
una cura para la misma, existe un tratamiento efectivo llamado Myozyme, que se comercializa
principalmente en Estados Unidos con dos nombres Myozyme (160 L) y Lumizyme (4000 L).
El principio activo de este fármaco, es la glucosidasa alfa, esta es una copia de la alfa-
glucosidasa humana, producida por un método conocido como "tecnología del ADN
recombinante". La enzima es producida por una célula que ha recibido un gen (ADN) que le
permite producirla. La enzima de sustitución contribuye a descomponer el glucógeno y
detiene su acumulación anormal en las células. (8)
CONCLUSIONES
También, a modo de conclusión se puede decir que en lactantes con esta afección, es muy
necesario iniciar la terapia de reemplazo enzimático lo antes posible, para de este modo
obtener el máximo beneficio terapéutico, por ello un diagnóstico temprano es demasiado
importante. En adultos, al ser una enfermedad de acumulo, y por lo tanto en la que el daño
fisiopatológico es progresivo, un retraso en el diagnóstico supone un aumento del deterioro
orgánico que podría llegar a ser irreversible. Por ello, también para esta forma de la
enfermedad es de vital trascendencia establecer un diagnóstico correcto de manera rápida,
e iniciar el tratamiento inmediatamente.
Por otro lado es de gran importancia tener un conocimiento acerca de los diferentes tipos de
marcadores enzimáticos que se ven alterados de acuerdo a varias enfermedades, como en
este caso, puesto que estos ayudan a esclarecer sospechas acerca de una patología
conduciendo a un diagnóstico acertado.
BIBLIOGRAFÍA