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S E C R E T A R IA D E ED U C A C IO N P U B L IC A
Secretario: V íctor Bravo Ahuja
Subsecretario de Cultura Popular y educación Lxtraescolar: Gonzalo Aguirre Beltrán
IN ST IT U T O N A C IO N A L D E B E L L A S A R T E S Y L IT E R A T U R A
Director General: Sergio Gal indo
Subdirector General: Alejandro A!arcén Nava
Subdirector Técnico: Fernando Gamboa
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ARTCS
Dirección: Oscar Oliva
Redacción: Aurelio González
Administración: Rossina Larrañaga
TIERRA TA APARECIO
ADENTRO CAMBI0 2
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Un ih0di*ú .ti Ju lio C ta r& iu r
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ESCO M O
No. 2
CAMBIO $29.00Ej.
m m < ran » w iib r o u m , p o t a o s ra
Revista del consejo 'KtlOWI DS í TIMBAS OE AUTOilBVlCIO
2 José Revueltas
F O R E IG N C L U B (Cuento)
9 José Revueltas
C O M E N T A R IO S A L V I C A P IT U L O
D E E L C A P IT A L
13 José Revueltas
D IA R IO
19 José Revueltas
A C U A R IU M , SIG N O DE EM A
20 Raquel Tibol
L A IN F A N C IA D E JO S E S E G U N C O N S U E L O
25 Jaime Labastída
C O N V E R S A C IO N E S CON R E V U E L T A S (Poesía)
29 Rodrigo Moya
E L P A IS A JE D E L H O M B R E (arte fotográfico)
37 V ID A C U L T U R A L Y A R T IS T IC A
N A C IO N A L E IN T E R N A C IO N A L
42 Andrea Revueltas
P L A T IC A CON A R T U R LO N D O N
S O B R E MI P A D R E
56 Dolores Bravo
LOS E R R O R E S D E JO S E R E V U E L T A S :
P A R A L E L IS M O DE U N IV E R S O S M A N IQ U EO S
61 José Agustín
E L LU T O H U M A N O
F O T O G R A F IA S D E Jesús M artínez
m á « » n X f á e m* í r c a N ,A f e U L T A
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cigarrillos, nuestros rostros se sien vo, más cerca de la muerte. iQue
te n sup erio res, trascendentales, hoy mismo hiciéramos todo, en
unidos por una fuerza grande hasta este instante, ya! Pero hay que
lo sobre-humano, a quien sin em esperar. H ay que esperar a que se
bargo se ignora en concreto, en sus desarrollen lentam ente, como la
dimensiones exactas, en su cabal gartos tibios veinticuatro horas
proporción, y vagamente se le im a grandes, redondas, desoladas.
gina como una linfa cálida y om ni Nuestros rostros son duros, co
presente, que todo lo penetra mo tallados en piedra. Las últimas
como substancia fabricada con palabras que pronuncia definitiva
materias infinitas. Fuerza sim mente el Presidente de Debates,
plemente propuesta, a quien nadie nos suenan reales hasta lo físico,
alude, a quien nadie puede aludir, hasta [as entrañas:
pero a quien se sabe nuestra y - ¿Están todos de acuerdo?
e te rn a , prescindiendo siempre, Sírvanse demostrarlo. . .
uniéndonos siempre, dando razón Levantam os las manos, con una
al gesto, al ademán, a ia palabra, nimidad conmovida, y hacemos un
a todas las menudas acciones que bosque trém ulo, humano, noble,
hoy nos ocupamos de eslabonar angustioso y grande como H uni
aquí. verso.
Por esto tienen las palabras una
significación extraña como si ellas H
mismas en sí, no fueran otra cosa
que una referencia, un puente ha Su gran calva, redonda y relucien
cia lo desconocido. Parece como si te, responde con exactitud a los
hubiesen sido pronunciadas desde reflejos de las luces, exactamente
muy lejos, y sin embargo se oye igual como responden las perillas
ran aquí' cerca, echando un aliento niqueladas de las grandes escaleras,
cálido. O mejor, como si no salie inmóviles y eternas. Ei no es ah í
ran de la garganta, sino de lo otra cosa que una habitual perilla
profundo, del vientre, de regiones más, que contem pla, sonríe y bebe
obscuras y llenas de sangre caliente un high bafi de licor perfumado y
y cuerpos infinitos luchando. penetrante. Junto a él, en la mis
Se comprende fácilm ente qué es ma mesa, frente al mismo high
la Revolución. bo/l, con la misma indiferencia,
Que nosotros no estamos ah í arrastrando la misma vida, está la
más que para eso. Que eso podrá dama a quien, por razones anti-lfri
ser mañana en la noche una simple cas a las cuales son tan afectos los
escaramuza, pero que de cualquier personajes que se mueven en este
manera es una parte de todo lo mundo, no podemos dar el dulce y
que da razón a nuestra vida. añorador nombre de "dam a de sus
Pensamos en el mañana de las ilusiones” , aunque a fuerza de ser
11.40 de la noche, en una forma exactos éste es el calificativo que
objetiva, material, exterior. Se tra corresponde. Ilusiones de un día,
ta de tener la cabeza fría, de no pero no por eso menos difíciles de
vacilar — iPor Cristo! — De obrar ser logradas. El caballero luchó
rápidos y serenos. Pero ai mismo dramáticamente durante todo el
tiem po nos circula una angustia día, valiéndose de todos aquellos
prim itiva, atávica, irracional. No es recursos que poseen los de su clase
el miedo. No. (Aunque puede ser para apropiarse una bella sonrisa, o
que precisamente éste sea el mie un simple lunarcillo: rosas de Mad
do.) Una pasión subconsciente por íame por la mañana. Un coltarcillo
com pleto, fuera del radio de ac de ‘‘La Princesa” al mediodía.
ción de la voluntad, dominadora Mensajes apremiantes a todas ho
tanto más cuanto menos la dirije ras, en que a falta de sesgos poéti
el cerebro, de todos modos claro y cos, siempre infructuosos en estos
dispuesto siempre a obrar. En fin, casos, se mostraba una telegráfica
qué será mañana? ¡Si al menos redacción, convincente y rotunda,
todo fuera de día, bajo la luz del muy propia, por otra parte, det
s o l.. .í ¡Pero en la n o ch e.. .! N o caballero: ‘T o d o garantizado. Dis
se verá ni la sangre misma. Nada creción y largueza. No faltará Ud.
más será un correr cálido por el ¿verdad? ”
cuerpo, un correr ignorante de sí II c’ue no- A hr está
m¡sn>o, emboscado, mudo, definiti- tA C O H A C ULTA
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©
Pero no se sabe que ha ocurrido compensarse piensa en otras muje
en el espíritu del caballero. Des res a quienes ha dominado por
pués de todas sus luchas y ya con com pleto. Pasa revista a las rubias,
la pieza en sus manos, se siente a las morenas, a las azafranadas, a
enormemente solo y hastiado. Se las vírgenes y a las que no lo
aburre miserablemente. La conver fueron nunca, que han pasado por
sación la parece lenta, fabulosa sus manos regordetas y prácticas.
mente lenta. Cuando de los labios No se le escapa una ligera sonrisi-
de la dama sale una palabra, a él te Ila. Embriagado ya por el grato
parece que tiene que esperar media recuerdo del triunfo, examina sus
hora para o ír la siguiente, y esto le éxitos en todos los órdenes de la
hace abrir la boca con aspecto de vida. Sus admirables negocios. Su
tonto, y preguntar todo azorado; últim a y genial proposición, apro
¿qué, qué? Y le pregunta también bada unánimememnte, en el seno
lentamente, como una pesadilla. ¿Es de! Consejo Petrolero, sobre el me
real todo aquello? ¿Qué hace esa dio más práctico de subir el precio
mujer frente a él, un tanto descon de los productos. A estas alturas
certada, pero dirigiéndole miradas eufóricas, no se resiste a lanzar
intencionadamente íntim as, como una mirada por los amplios salones
si entre elfos existiera un lazo su donde danza la joven pareja. Al
perior al que supone la relación mirarlos tan jóvenes, tan elegantes,
accidental y com ercial de este al sentirse él, en contraste, tan
d ía? “ iDecididam ente hoy estoy aburrido y tan sin entusiasmos, la
indispuesto! ” piensa con algo de murria lo amenaza nuevamente,
terror. La dama por su parte se pero reuniendo todas sus fuerzas,
impacienta, y exclama, al fin, con exclama olím picam ente:
una puntíta de indignación en los - 1Bah !
ojos y sin recatar el obligado den
gue: III
— iA y ! Pero s í que está Ud.
fastidioso. ¡So lo dentro de un cuarto de
E l caballero se sintió confundi hora!
do. La reluciente perilla que es su Desde lo alto parece como si se
cabeza, se perla de un sudor fino y tratara de una reunión de mons
transparente. Busca una frase ade truos mecánicos, que después de
cuada, que no menoscabe su pres aproximarse entre s í cautelosamen
tigio de hombre de mundo y ame te, se olfatearan y reconocieran.
no conversador. Pero ¡qué dia La ancha plaza apenas si tiene
blos! , nada. A l fin explica, torpe cabida para todos ellos, negros y
mente : brillantes, silenciosos, relucientes,
fantásticos. Se reúnen aquí por
— Es que siempre me preocupa
acuerdo expreso del Com ité de
de todos modos eso de la huelga
Huelga de los Choferes. Diferentes
de choferes por lo de la gaso
lina. ,. marcas y tipos: Buick, Chevrolet,
Lincoln, Ford. Pero todos unidos
Después de la frase se siente
por algo de común que tos ata.
más confundido aún. La dama ya
Dan la impresión de que no se
está notoriam ente incómoda y
trata precisamente de una protesta
aburrida. ¿Qué va a im portarle la
en que intervenga el hombre, quien
huelga de choferes? ¿Por qué será
desde la altura se logra apenas
tan im portuno él, que siempre se distinguir, sino de una sublevación
muestra ingenioso y divertido?
de los automóviles, de una rebe
Las cosas han llegado a un gra lión de máquinas ciegas y precisas
do tal que otro caballero, joven y como una fatalidad mecánica so
de buenas maneras, se ha perm iti bre-humana y monstruosa.
do aproximarse a la dama, solicitar Llegan de todas partes con dis
de su acompañante la venia necesa cip lin a inexorable, que anuncia
ria y ponerse a valsar por los am una potencia destructiva e invenci
plios salones encerados. ble, superior a los hombres como
El caballero solo mira triste el rayo o la tormenta. El cielo está
mente su high balI consumido ape poblado de estrellas que se pren
nas a ta mitad. Indiscutiblem ente den y se apagan, indiferentes. ¿Qué
hoy fue un d ía de fracaso, al sabe este cielo de todo? ¿Qué co-
menos en las cosas del amor. Para
c r f'íic O lÑ ACULTA
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0
cielo lim pio y lejano, y estas má y obra por nosotros, superior, im gados. En un momento queda la
quinas puntuales, fervientes, mate personal, avizora, autoritaria, histó carretera bloqueada por los nues
máticas en la hora de la muerte y rica, eterna. tro. Los carros del Foreign son
de la lucha? Bañado de luz, esbelto y bruñi volteados sin misericordia. Las pie
Se antoja imaginar la indescifra do, único, aparece el Foreign ante dras principian a llover sobre los
ble magnitud del universo, con sus nuestros ojos. Hay que detenerse. cristales del Palacio donde los se
siglos dim inutos, pasajeros e insig A l detenernos ya sólo somos un ñores bailaban y bebían tan tran
nificantes, y com pararla con esta solo haz alucinante y fantasmagó quilamente.
realidad lacerante, presente, inme rico de sombras cinematográficas. — i Abajo el alza de la gasoli
diata y concreta, donde los m inu En el bolsillo la pistola suda en na! ¡Abajo el im perialismo!
tos son entidades individualizadas, nuestras manos que han querido — ¡V iva la huelga!
solemnes, inmensas, apretadas de separarse de ella. E l Foreign está Acá, en la línea, en la barrera
m ateria donde la vida y la muerte rodeado de lujosos y enormes au que impide todo acceso a la carre
tiene realidad de cinco sentidos. tom óviles bruñidos, quietos y apa tera, un rostro grave —trastornado,
i Solo dentro de un cuarto de
hora!
Y la frase quiere decir mil co
sas. Quiere decir que nos movere
mos vertiginosamente, que entrare
mos en acción, que habrá sangre y
gritos, y rostros feroces y ique
todo esto ocurrirá en unos cuantos
minutos, será cuestión de instan
tes, de instantes asombrosamente
largos y decisivos, como siglos!
De pronto, a una vez, la reu
nión de monstruos se descongestio
na. Como ciegos que caminan fir
memente para virar de súbito ante
el obstáculo percibido con el sexto
sentido, esquivando los cuerpos, se
desenvuelven saliendo hacia la ave
nida punteada de fosforecen cías.
Ahora caminan en parejas por
la am plia vía, sin separarse, sintién
dose m u tu a m e n te , hermanos.
¿Quién puede adivinar desde lo alto?
Desde lo alto no puede decirse que
esto sea cosa de los hombres. Pero
sí. Dentro de cada reluciente vehí
culo hay un hombre que guía,
seguro, firm e, cauteloso. A q u í ca
minamos. A q u í saludamos a nues
tro compañero que marcha junto,
produciendo un fru-fru tibio y se
dante con las ruedas de su coche.
Las casas grises y manchadas de
la ciudad nos abandonan violenta
mente huyendo por los lados. Apa
rece la blancura insolente y envi
diable de los bungalows de las
colonias residenciales. A llá arriba
el cielo indiferente. El mismo que
veremos mañana o que ya no vere
mos nunca.
Después ya es un correr sin
sentido y furibundo. Un correr
em briagado ya, definitivo para
siempre, dispuesto, inhumano, en
que no intervenimos para nada, ni
siquiera con la leve presión del pie
sobre el acelerador. Una carrera en
que sólo actúa la clase, el conjun
to, la masa a ía cual pertenecemos
o
sin em bargo- que corresponde a de un ejército de abejas enloqueci
un cuerpo débil embutido en un das, furiosas y sin piedad. Poco a
smoking brillante, acicalado, quiere poco se hace más claro, más distin
imponer el orden con frases llenas to, hasta que en la obscuridad,
de cordura. Después ya no pide como rasgaduras feroces, los reflec
tanto. Demanda tan solo poder tores nos hieren en la propia carne
salir hacia ia carretera, hacia M éxi poniéndonos sombras por delante,
co. inutilizándonos. Es la policía. Pero
i , . .Ha estallado la huelga gene no ella solamente. También los
ral! i S í, la huelga genera!. . A i La bomberos. Y los soldados.
huelga general! S í, sí, sí. ¿Qué Con un ronquido cortante se
quiere usted? Respeto, señores, soy detienen los carros inmensos. En
el M inistro de Guatem ala! tre las sombras se perciben los
Rumores sordos. Gritos vio destellos de las fornituras y el lu
lentos, salidos de muy de noso bricado ruido de los cerrojos al
tros, yo creo, del corazón, en cortar cartucho.
modo alguno de una parte tan ¡Pase, jijos de tal!
circunstancia! como la garganta. Se hace un gran silencio, y nin
Las órdenes son precisas, muy cla guno nos movemos. Y o no me
ras para aquella masa que ve par muevo si mi camarada no lo hace.
padear el valle de México a lo E l, lo mismo. Y los demás tam
lejos, como un “ nacim iento" de bién, en una cadena recíproca de
Navidad. solidaridad, de espanto común, de
“ . . .¿ M in is tr o de dónde? valor común, de esfuerzo común,
¡Atrás! ¡Abajo la dictadura de de corazones comunes que laten al
Ubico! ” mismo tiem po dispuestos a lo he
Nos sentimos como aligerados roico, a lo imponderable, por ca
de algo que pesaba mucho. Las minos bien distintos y contradicto
sensaciones físicas son muy remo rios: por el valor, por el miedo,
tas, como si no fuéramos dueños por la sangre, por la dase, por el
de nuestros cuerpos. Sólo la gar hombre, por ta muerte.
ganta, un poco seca, y la voz, E l cielo sigue ajeno, im perturba
demasiado ronca. Las cosas adquie ble. Ajeno a inm ortal. No ha pasa
ren un perfil claro, perfectamente do media hora acá, abajo. A llá no
delim itado, y las acciones se perci ha pasado un milésimo de segun
ben completas desde su origen has do.
ta sus últimas consecuencias. Hay E ! o ficial, congestionado, mie
algo, sin embargo, animal y supe doso, feroz —después se asombrará
rior. Por animal, superior todavía a el m ism o- grita y gesticula.
nuestras fuerzas y a nuestro cere — ¡Pasaremos. . .! ¡Abranse, ji
bro razonador y prevenido. Las jos. ..!
voces roncas son sólo su expresión, Contestamos con viva la huelga,
y sólo quieren ser aturdim iento, con mueras al gobierno, con vivas
sensación de que hay vida, de que a los soldados, y esto es sólo una
existe algo y no está uno solo en manera insólita, contradictoria, re
medio de toda esta congestión hu confortante y violenta de manifes
mana, arrebatadora y brutal. Mi tar nuestro instinto de conserva
camarada está aquí, y mientras él ción.
esté todavía, seguiremos (? ) gri E l oficial estalla. Explica:
tando, accionado, sin miedo a la — ¡Traigo órdenes de no andar
muerte. Si doy un ingenuo salto me por las ramas. . A
para librarme de un proyectil —ya — ¡Pues éntrele, esbirro jijo de
del Foreign principian a sonar ios veinte. ..!
primeros, tiros- alcanzo todavía a E l ciclo, parpadeante, azul, de
sentir vergüenza y me repongo in obscuro razo, se nos nubla. Mi
mediatamente porque mi camarada camarada ya no está conmigo. Yo
está aquí, junto, conmigo, dispa estoy en tierra, mojada mi camisa
rando alegremente. El siente lo en un liquido espeso, caliente, aco-
mismo. E l brinca igualmente, pero jedor, m óvil y puro.
al advertirm e,tam bién se repone, y
grita y se envuelve en ademanes
valientes y heroicos.
Un ruido nos hace contener el
aliento. Es un rumor sordo como
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COMENTARIOS
AL VI
CAPITULO
DE
“EL CAPITAL”
José R evueltas
Cárcel Preventiva
abril 6, 1971
Digitalizado por
cosas que et sentido común consi Unidos. A q u í en Cuba, eso se me guardia, vemos a Fidel y escucha
dera de escasa trascendencia. No hacía increíble, fabuloso, aunque mos su discurso en T V sobre el
debe crecer nunca del todo. Debe la gente lo tomaba con naturalidad canje de billetes. Me preocupa gra
interesarse hasta el fin por asuntos (a causa de la prolongada influen vemente. Según pienso de lo que
que no son ya de su edad.” cia yanqui respecto a tales atuen se trata, en el fondo, e$ de restrin
Aunque lo anterior podría to dos). E l tipo hablaba de "servir a gir el consumo en una forma d iri
marse como un consuelo, tampoco la Revolución” con sus aparatos, gida, enérgica y sin escapatoria po
está dicho respecto a la vida perso sin entender nada de nada y con sible para nadie (prim ero el canje
nal, privada, biográfica, del escri tan evidente interés comercial (co de billetes y en seguida la estricta
tor. Se refiere a la actitud literaria, m o se puede hablar ante los lim itación del retiro de fondos)
a la actitud ante los materiales de o los habitantes de Ho como una medida previa al racio
trabajo, pero no a la que un nove nolulú), que la cosa resultaba fran namiento. Combate de hoy (agosto
lista de 47 años debe tener ante camente cóm ica y no inducía a 9) desliza una iniciativa del barrio
sus propios asuntos. Mi tragedia que se le tomara con exagerada de , en La Habana, para
radica en que yo no quiero crecer inquina o molestia siquiera. que se generalice una propuesta
y me sigo conduciendo infantil para racionar la carne, y se dan
mente ante situaciones dentro de noticias de las cantidades de trigo,
las cuales es evidente que ya no m aíz, jamón ( i 100 tonelad as!),
soy el mismo personaje por quien que llegan en un barco proveniente
___La Internacional, que antes ape
yo me tom o, o por ei que no me de los países socialistas, la situa
nas se tocaba, ahora está de moda.
doy cuenta que me tom o. ción debe ser más dura de lo que
Con motivo y sin él, a cada mo
(Recordar esto para describir la podem os percibir. Comienza la
mento se escucha por la radio, se
psicología de Jacobo en Los erro parte dolorosa que tiene que reco
silba por la calle, la cantan los
res.) rrer toda revolución y en la cual
milicianos, la tararean los camare
ios dirigentes deben cuidarse más
ros al servir y se cuban iza: tam
que nunca de conservar todo el
bién la bailan en conga.
dom inio de sus nervios y una saga
cid a d p o lítica a toda prueba.
.. .A propósito de . Su
(Ahora hay que permanecer más
carnet no puede ser más útil para
que nunca firm es junto a Cuba.)
un e s c rito r. Tengo numerosas
. , .Los marinos finlandeses borra
observaciones qué escribir sobre
chos de El Universo, la cantina del
esas notas inteligentes, llenas de
muelle.
claridad -tan lejos de las "co n fe
siones m ías” donde el escritor se
...H o ib e in , que tam bién es pintor
desnuda y m artiriza ante las mira
(Departam ento de "anim ación” del
das aienas— y que plantean de un
Agosto . Parece ser que la buena IE A IC ), es mi ¡efe de pelotón en
modo tan simplemente honesto
suerte ya ha comenzado a "tra icio las M ilicias. Conversamos de todo,
problemas técnicos y observaciones
n a rm e ” . L o a d iv in é d esd e que cada vez que hacemos la guardia
de las que un buen escritor siem
hablamos de su viaje a Santa Clara juntos. Se me ocurre hablar del
pre sacaría provecho.
(la semana pasada, en vísperas de "sentido trágico” de la Cuba revo
la Ley sobre Canje de Moneda del lucionaria. La juventud que se lan
4 de agosto). A llá debía reunirme za por entero a la lucha clandes
con Eduardo (la inform ación sur tina contra la dictadura no tiene
. . .Olvidaba describir a u n tipo ex ninguna otra m ira que un sentido
gió sin querer). Ahora me habla
traordinario con quien me encon trágico del im pulso: sabe que irre
—hoy— dándome ciertas
tré hace ¿más de un mes? , en la mediablemente va a m orir; si al
sospechosas y divertidas (por el
feria del Reparto de Diezmero (día guien queda vivo, esto será un
desenfado con que pretende dar
de San Juan; bastará recordarlo regalo: la vida será sobrevivida. Por
las). La cosa —en el fondo, malig
para situar la fecha). Se trataba del tal causa la Revolución triunfa (es
namente - me libera y me descarga
dueño de los aparatos de la feria, to lo hago decir en a uno
la conciencia de algo que podría
quien los alquilaba en concesión a de los personajes), pero la Revolu
haber llegado a pareccrmc a m í
los compañeros de la localidad. ción triunfante no asume la nueva
una sensación de rem ordim iento.
Rubio, de ojos azules, de com ple existencia sino com o dilema: pa
(De cualquier modo es un buen
xión robusta, alto. Vestía un traje tria o muerte; sigue predominando
material para cargárselo a la cuenta
que era una mezcla de gaucho y biográfica de Jacqbo en Los erro~ el patrón de lo trágico y, en mi
vaquero del Oeste, Botas relucien res iDios m ío! , si algún d ía liego opinión, m uy justificadam ente. C u
tes, a media pierna, con bordados a continuar esa lejanísim a y amada ba no está en condiciones de que
de oro; camisa de seda, abierta; novela.) darse en un térm ino medio: vida o
"bom bachas'’ argentinas y una es un vago novio muerte; sólo puede ofrecérsele una
pecie de sombrero de es de las dos alternativas. Perecerá del
tilo californiano, Es así como se modo más com pleto, a que no que
presentan en las ferias de Nueva den de ella sino las cenizas (y
Orleans y de todos los Estados Agosto 9. Por la noche, en la
Digitalizado por
§Éf E ® ’ÜÉse&fltféui.TA
Bellas Artes
que está listo para devolver instan
tánea (o casi sim ultáneam ente) el
golpe. Esto puede producir una
cierta indecisión en E E U U , pero
me temo que sea de esas indecisio
nes relampagueantes que preceden
apenas en un segundo a la tempes
tad .
EEU U no ha propiciado la
conferencia de Punta del Este para
fracasar. Un fracaso norteamerica
no en él será, en todo caso, relati
vo. Por lo pronto —y de cualquier
modo por cuanto a los gobiernos
burgueses de Am érica Latin a-
retaguardia latinoam ericana
de los E E U U , no será peligroso
para éstos sino por cuanto a Cuba.
Cuba está, pues, en el cráter de un
volcán. Estos tres meses tal vez
sean los decisivos. Bien; personal
mente se trata de saber ocupar
uno su puesto y cum plir sin des
canso, sin vacilaciones. Ante todo
m orir con decencia.
0
. . .Acudo a Prensa Latina para re
será fecunda y ejem plar), o vivirá melancólicos sentenciados a muer
coger unos envíos de M éxico (car
en la forma más espléndida y mag te que adoptan las personas -des
ta de Andrea y una preciosa lata
nífica. conocidas instantánea cuando ven
de chiles jalapeños que me manda
H olbein me escucha y me vuel en el elevador
Dolores de la M ora). La m iliciana
ve a m í. Con su rostro enmaraña puede producir una cierta indeci
de la mota en P L —una negrita - ha
do en las barbas que lo circundan sión
colocado una blanca camelia en
y que le dan un vago aire de
la boca del cañón de su fusil, y no
semejanza a ciertos rostros de
parece darse cuenta de la infinita
Rem brandt. Sus ojos vivos y ne
gracia que encierra este gesto pro
gros, de nutridas pestañas, resplan
digioso.
decen brillantes por algo que está Agosto 11. A cada momento me
a punto de convertirse en lágrimas. siento más alarmado y también
Su voz tiene una entonación extra más pesimista. Los discursos de
ñamente conmovida y cálida, en agosto 7 y el de hoy, ante la
que se traduce una desesperación Delegación rumana, indican hasta Agosto 14. Agosto 14 y aú n no se
animal, prim itiva y solitaria, “ iEs qué grado la U R S S trata desespera me invita al Congreso de Escritores
cierto! —dice— así es, así hemos damente de presionar hasta lo últi Cubanos, que comenzará el 18.
vivido mi mujer y yo en la lucha mo, para que la Tercera Guerra no Son capaces de no hacerlo, lo cual
clandestina y nuestra disposición a e s ta lle e ste añ o . E l lenguaje será extraordinario desde el punto
m orir es la misma ahora, después de no puede ser ya más de vista de la temible desaprensión
del triunfo. iTienes que ayudarme, enérgico ni su tono puede ser ya de los escritores cubanos, por una
Revueltas! ¡Quiero aprender có menos revelador de lo inminente parte, y por la otra del estúpido
mo se puede vivir para la vida! " del desencadenamiento de un con dogmatismo, del miedo, de la igno
- N o encuentro ninguna respuesta flicto armado. En ese tipo de len rancia y el espíritu burocrático
a la mano. Me toma por sorpresa. guaje prem onitorio, brusco, grave e que reina (o ha de reinar) entre los
Creo que le doy una respuesta inequívoco que se usa en las víspe dirigentes. Por supuesto yo no me
burocrática, estúpida, casi una con ras, cuando los jefes de Estado ya haré presente de ningún modo,
signa estereotipada, algún slogan saben que se está en el últim o aparte de que no me he preparado
de locutor de radio. {Agosto 7-8) momento, y que ya es cuestión de para participar (y luego la inmensa
{S í; tres, o cuatro de la maña grados para que las cosas se preci pereza de ver, tratar y hablar con
na). . . piten de una vez. Tal es la sensa los colegas, que en su conjunto
ción que, a mi parecer, trata de cada vez me parecen -los de aquí
infundir tam bién a los jefes de y los de todas partes— una repug-
Estado capitalistas para hacerles sa nante banda de f steos y oportu-
. . .Con esa resignada actitud de ber que ya no se hace ilusiones y
!f&
ación ai (A C O N ACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
©
. . .Las tempestades en la bahía se acariciantes, cada vez más innobles Sep. 2 2 - 1 9 6 1 - 3 : 1 0 om.
han venido produciendo estas tar sin conceder un segundo de tregua Debo poner en orden mis notas a
des entre las tres y tas cuatro.La a su divinidad. partir del 27 de agosto, precisa
am plitud del horizonte y el inmen Jamás creí que pudiera yo com mente en que Omega y yo enta
so espacio que ofrece el cielo, per partir con radie estas tempestades, blamos relaciones. D io la casuali
miten verlas en toda su intensidad. pero de pronto -aunque después dad que yo había interrum pido
Son unos desplazamientos de ma de sonarlo, de anhelarlo tan to - mis actividades del Taller Cinem a
sas compactas que se desgarran so estamos ella y yo ¡untos, en medio tográfico y del Curso de Marxis
bre el mar, dentro de un horizonte de la tormenta, sobre el malecón, mo, en espera de una reorganiza
y un cielo cambiantes, que a un unidos y mirándonos, con todo mi ción dd IC A IC con motivo del
mismo tiem po ofrecen distintas y amor puesto en sus ojos serenos, regreso de Alberto Guevara de
contrapuestas calidades de color y en esa elocuencia negra y atónita Moscú, Hemos dispuesto, pues, O
de consistencia. El mar se encrespa de sus ojos quietos, fijos, atorm en y yo, de tiem po (para nuestro
con una calma interior, profunda, tados por la extraña profundidad rom ance). Ella es una muchachita
insensata y a la vez im potente, solitaria y desesperada con la que llena de talento y de un egoísmo
coma de animal vencido. Inm edia miran. Por ei sur la tempestad se que no parece tener lím ites (escri
tamente después vuelve a su calma, aproxima y ¡a esperamos abrazados biré m ás). Acaso —y sin el acaso,
igual que un gigante que hubiese con un deseo palpitante de que muy joven para m í, aunque a ella
despertado de una pesadilla y co nos envuelva, de que nos fustigue, no le im porta nada en absoluto de
menzara a sonreír. Un barco tenaz de que nos haga suyos salvajemen nada mientras se siente feliz.
y lento ha traspuesto hoy (agosto te, de que le pertenezcamos sin El tiem po pasa aquí en Cuba de
14) la tempestad. Era indevorable y misericordia. “ Sin nuestros un modo vertiginoso: O y yo cum
m agnífico bloqueado por las masas d io ses” , decimos. E lla también pliremos en unos días más, todo
de agua gris. Enfilaba directamente acepta que éstos sean dioses de los un mes de habernos relacionado.
al canal de La Habana y por mo dos. A h í estábamos en nuestra ¡lia
mentos se hacía invisible por com da mientras los dioses llegaban con
pleto. Poco después se escuchaba sus escudos , hasta caer so
su sirena ronca, trém ula y vence bre nosotros y mezclarse a nues Escribir notas de B e rlín - !a casa
dora, en la que parecía adivinarse tros besos, entre nuestros rostros que habité, cerca del teatro y la
una especie de em oción, como en fervientes, su mirada abier Universidad.
las voces de los viejos com batien ta y sin lím ites de ella en esa E l Hotel N E V A (? )
tes cuando narran la aventura re soledad donde nos enlazábamos so E l Prostíbulo de Huehuetenan-
cién pasada, y se siente como si las bre la superficie vacía del malecón, go, G u atem ala.. .
matizara una leve hum edad.. . sin nadie, de amor en esa - Lena, la m iliciana
tempestad donde parecíamos estar Personales (M artucha, la mucha
en un lecho furioso, perteneciéndo- cha de Cien Fuegos —D iana-,
nos como si nos hubiéramos dado Gama, y la tempestad en el male
mutuamente los ojos, como suicidas cón).
devueltos, como pedazos de mar.
Agosto 27 (1961). Nada más bello Sobre el libro de Tuchm an:
No acabo de com prenderlo, pe
que las tempestades en la bahía. E l telegrama E ! diario de
ro ha ocurrido así, increíble, pas
Es la ilíada -una guerra de las moso y verdadero.
nubes, pura, de donde están ex .. .Encuentro una fabulosa cita de
cluidos los hombres y en la que Goethe: " E í ser humano jamás com
sólo los dioses tienen acceso a la Semana del 10 al 15 de octubre de
prende cuán antropomógico es."'
batalla. Dioses ebrios y roncos que 1961 (probablemente)
combaten como ciegos parsim onio Entre una y otra lectura de El
sos, unánimes y , maidi Desafío, de , escribo las
ciándose con gravedad, con acom líneas que siguen. (Tom arlas en
pasada resonancia, dignos y majes Septiembre 18. Holbein otra vez. cuenta para el personaje de Jacobo
tuosos, sin odio pues no se les Su ternura es increíble. En la guar en Los errores.)
permite la grandeza de la lucha, dia me muestra los dibujos de su Escribir es una comunicación
advertidos como se encuentran por próxima película animada para ni absolutamente individual entre un
las armaduras con que se ños (la historia de cómo un gusano yo y otro yo entra nadie más,
cubren y desde donde parecen más se transforma en mariposa). Luego aunque ese yo sean muchos; el
temibles y bellos. Hermanos dioses llama a su hijo por teléfono. Es número no es aquí lo que importa.
borrachos y severos dentro de su maravilloso cóm o habla y qué dul Es un acto privado, particular y
olím pica ebriedad, que descargan zura tan conmovedora, con su as secreto como el de quien se pone
el gris y furioso de sus pecto tremendo y sus barbas. i conversar con las estrellas. De
espadas ciclónicas sobre el mar co este modo también leer se convier
mo si castigaran a una bestia tre te en un acto idéntico, entiéndase
menda de la cual son dueños y que, digamos, como hacer el amor:
esclavos, pero también con una ira Sep. 21. En espera de que mañana es individual y recatado -entre
temblorosa y delicada, amorosos y venga Román a visitarm e. ■ Clt C]
Nacional de i á c Ó Ñ Á é u L T A
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especie. Leer, así, no viene a ser
sino la realización del escribir: al
guien escribe y alguien lee y cada
quien comprende las cosas, inevita
blemente, a su manera. Pero aquí
es cuando se entrometen los sacer
dotes con aquello del pulpito, de
la redención de ios pecados y de
"escribir para las masas” . Es decir,
quieren que se predique. Que to
dos hagamos moral, escritores y
lectores, que nadie se contam ine ni
nadie contam ine a otros, iA y !, sin
duda todo eso es rigurosamente
necesario, pero no atañe ni al que
escribe ni al que lee y también, sin
duda, ni al que predica ni al que
escucha a ese sacerdote que está
en el pulpito. Alguien escribe algo
y, o puede no ser entendido en
absoluto ni por su país ni por su
tiem po, o lo que resulta más
frecuente— será entendido de otra
manera a como quiso darse a en
tender. A l teatro griego, por ejem
plo lo estamos entendiendo cada
vez —y esto desde el siglo A de
C-- siempre en una form a nueva y
distinta. A q u í me parece que radi
ca el principio de nuestro trabajo
literario.
Noviembre 14.
Reconstruyendo —hacia atrás- el
últim o periodo, a partir de lo más
reciente. Mi últim a actividad (el
día 10) una conferencia sobre los
problemas del arte (E l M aterialis
mo Dialéctico y los problemas de
la expresión estética), en la Unión
de Escritores. Los escritores b rilla
ron por su ausencia, pero a cam bio
de eso, una nutrida juventud de
diferentes escuelas de arte. Me pre
senta al público, Baraguño —de las
nuevas generaciones literarias cuba
nas. No conozco su trabajo, pero
se me dice que es de las gentes
que valen. Opinaré más adelante.
©
ción de sobrecogimiento que nun nunciable —y ese pánico me cauti
ca había experim entado: no es po va, me tienta, y reanudo entonces
sible que yo pueda ver a este el juego tres, cuatro veces más,
hombre en tales proporciones; ocu hasta darme cuenta que me estoy
pa la mitad de la bahía. Adelanto aventurando a trasponer una fron
el cuerpo hacia la ventana y en mi tera sin nombre. Cierro los ojos y
ángulo visual entran El Mono, a lo permanezco largo tiem po con la
le}os, y aquí, abajo, en un primer cabeza entre las manos, en el vérti
térm ino, el malecón. Estos puntos go de una extenuación que parece
de referencia me servirán para re haber agotado la últim a de mis
cobrar la magnitud real de lo que reservas. Es natural. La alucinación
sin duda he visto a causa de una ha sobrevenido a los cinco días de
extraña distorsión. Lo extraordina no dorm ir y de no separarme de la
rio es que aqud cuerpo sigue ahí, mesa, mientras escribo, escribo co
ahora descomunal, inmenso, a la mo un desesperado.
orilla de la bahía: es un titán, un
gigante que flota en las aguas del
mar, y cuyos brazos extendidos,
sueltos, podrán tener tal vez más II
de quinientos metros. Lo observo
hechizado y atemorizado a un
tiempo, mientras se adueña de m í . . .Bueno. La conferencia, con to
un miedo extrahum ano, increíble, do, no resultó absolutamente mal
una especie de miedo cósmico que aunque no pude aprovechar, por
no acierto a describir —algo como falta de desarrollo, numerosos ma
sentirme en el in finito, ante una teriales, de los que me serviré más
cosa sobrenatural y nunca revela adelante.
da. E l gigante logra levantar peno
samente la cabeza que tenía caída
8 o 9 de noviembre de 1961. sobre el pecho y la mantiene ergui
Echado hacia atrás sobre el respal da por unos instantes; conserva los
do de la silla contem plo por la ojos cerrados y hay en su rostro
ventana un trozo de mar, durante un profundo rictus de dolor silen
una pausa, mientras escribo mi cioso y sujeto. Nunca, he visto una En México.
conferencia para eí d ía 10. E l tro tristeza más profunda, letal y terri 21 de septiembre de 1963. Hago
zo de mar que contem plo no tiene ble, reflejada en ningún rostro hu una pausa en mi trabajo serán las
ningún punto de referencia: es un mano, nunca algo tan callado, tan 11 pm .— para descansar mientras
mar aislado, un mar abstracto, noble y tan espantosamente sin escucho Radio Universidad. Comu
como dentro del marco de una amparo, ni esperanza ni tan lleno nica una voz: Paulino Macip ha
pintura. Un hombre flota bocabajo de angustioso y digno sufrim iento. muerto. Me causa una pena enor
sobre las olas, apenas ligeramente Me paraliza una sensación cósmica me. No sé por qué me pongo en
cubierto por una delgada superficie de pánico, un pavor de la inteli pie y así permanezco varios minu
de agua, y se mece, los brazos gencia - n o un pavor de los senti tos, en que se reproducen en mi
extendidos com o, si con la cabeza dos ni del instinto sino el pavor, mente escenas donde Paulino apa
inclinada, buscase algo en el fon el terror de las revelaciones. Com rece en nuestros encuentros últi
do. La figura del hombre tiene esa prendo entonces que sufro una mos. Busco entre mis libros el
precisión Irreal de Jas imágenes vis alucinación y con un esfuerzo con Otario de Ham iet G arcía para re
tas a través de unos prismáticos: centrado del cerebro, la imagen leerlo y sentir que Macip no ha
ese decoloram iento que sufren ios desaparece y con ello ese terror m uerto y que puedo encontrarme
cuerpos cuando la lente los aproxi único y abismático. Pero aq u í ini con él cuantas veces lea un libro
ma desde enormes distancias. Pero cio un juego diabólico: sé que suyo. Las palabras con que me
hay en el hombre una especie de puedo atraer la alucinación otra dedica Ham iet G arcía me llenan de
abandono y laxitud, como si hu vez, que puedo invocarla nueva una profunda nostalgia y una tris
biese entregado al mar su cuerpo y mente, con un im pulso cerebral en teza amarga y desconsolada. Pauli
lo dejase a la deriva, sin voluntad ese sentido. Repito entonces la no escribió para m í en la primera
alguna de darle movimiento, es experiencia y el titán agonizante página de su libro:
fuerzo, dirección, impulso, perdido aparece de nuevo. Y de nuevo ese *' A José Revueltas,
su viejo poder de pelea. Permanece terror cósmico, que me reduce y escritor y hombre de fe robusta,
bocabajo, los brazos en cruz y las que cuando está a punto de llegar dedico esta historia del máximo
palmas vueltas hacia el fondo, a su clím ax no puedo resltír un con mi admiración y mi
mientras los hombros se mecen en segundo más, hasta que, tem blan amistad cordial
un suave balanceo. do, angustiado, en el vacío, recha
Pero de pronto me doy cuenta zo la visión hasta hacerla desapare Paulino M acip”
de to que ocurre con una sensa cer. No obstante, esto parece irre- Nacóna! de 'ta e c íftM íu L TA
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©
A C U A R IU M .
S IG N O D E E M A
Comencemos por decir algo trivial-
mente triste: el acuarium es e!
agua, mas el agua dispersa que no
tiene contorno hasta que el hom
bre la vuelve una pila de agua, pila
de agua bendita para justificarse,
para darse nom bre o para aprisio
nar peces. Y he aquí* que los pe
ces, esos hermosos y eternos pri
sioneros del agua, necesitan otro
elem ente vivo y contradictorio co
mo ellos que es el aire* Se manejan
entonces estos prisioneros eternos,
los prim eros prisioneros de la tie
rra porque antes de que c| hom bre
fuera prisionero, antes de que el
hom bre emergiera en la tierra, ya
los peces estaban prisioneros en su
cam po de concentración que era el
acuarium. Y aq u f viene entonces
ese desorden cósm ico, esa protesta
cósmica de la constelación acua
rium que no quiere permanecer en
su sitio, que se quieTe rebelar con
tra nuestra galaxia y queda ahf
como constelación alterada, proba
blem ente donde exista un otro y
horrible yo semejante a nosotros.
Prim ero fue el agua y en el agua
no los peces, sino los pieses de la
mujer que amamos, a veces llam a
da tú*
be d* A Vb « C Í J L T A
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Durango eran la sensación de nues^
tras amigas, los dos muy bien ves
tidos y hablando inglés. Entonces
era una novedad que los mucha
chos estudiaran en el extranjero.”
Después de esta breve introduc
ción entramos a los años de infan
cia de José,
— Era un niño m agnífico, muy
obediente, muy sumiso. Cuando vi
víam os en las caites de Uruguay
debe haber sido un chamaco de
siete u ocho años, cuando mucho,
y con frecuencia salta de la casa a
ver a un "C risto ” , un santón que
traía una túnica blanca, una barba
muy crecida y hablaba mucho de
comunismo. A l regresar escribía
con todo cuidado lo que et santón
aquel decía. Blanca es un decir,
porque la túnica estaba bien sucia
y el santón bien greñudo. Explica
ba la igualdad entre los hombres.
José hacía sus apuntes en unos
papelilos que guardaba con verda
dero esmero. Influido por lo que
oía solía decirle a mi mamá: “ La
voy a entrevistar.” Agarraba pape!
y lápiz y comenzaba las preguntas:
“ ¿Cree usted en D ios? , ¿Cree us
ted que algún día seremos todos
iguales, que no habrá ricos ni po
bres y todos tendremos de qué
vivir? ” Esas entrevistas también
me las hacía a m í y a la prima
Margarita que vivía con nosotros.
Como si dudara de mi creduli
dad, Chelo insiste: “ 3Vieras qué
niño tan bueno era! ” y vuelve a
escarbar en sus recuerdos.
Antes habíamos vivido en la
planta baja de una casa en las
caites de Guanajuato. Arriba vivía
la dueña que seguido veía a José
con los íibritos que vendían en tas
iglesias con la vida de los santos,
“ ¿Qué estás leyendo? M, íe pregun
taba. “ La vida de los santos.”
"¿Q u é santos? ” "San ta Margarita
de Alocoque, Santa Margarita de
Cortona, de San Pablo que lo irió
un rayo y que entonces vio a
Dios.”
Chelo insiste en la bondad.
Era bueno, se conformaba
con lo que se le daba, no exigía
más de comida, de zapatos; el mu
chachito más conforme que quieras
ver. Lo que no le gustaba era que
teníam os muchos pretendientes.
Una mañana muy temprano le de
jó a mamá una carta en un florero.
D ecía así: “ Me voy de la casa
porque mis hermanas son muy no-
LTA
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¿i vieras,” La apuración de mi mamá E l prim ero en tener ideas de
y de toda la fam ilia fue muy gran- izquierda en el hogar de los Re
de. Lo buscamos por un íado y vueltas fue Silvestre.
u f ilie n IfA doc);i por otro* A los dos días llegó más
pálido que un lim ón. Habla estado
— Silvestre no ejerció una in
fluencia directa en los demás. No
todo el tiempo en la Alam eda sin nos influíam os unos a otros. Cada
¿w *|« ¿«I comer. De ah í se curó para siem quien hacía sus experiencias, sus
pre de los celos. Tenía entonces lecturas y tenía su modo de vida.
unos doce años. Lo que nos influyó es que veíamos
Quiero saber cuándo comenzó las injusticias con los pobres. Mi
Pepe a trabajar. padre tenía su buena biblioteca y
— Cuando vivíam os en ías calles desde muy chicos empezamos a
11> tu « p 'i i x z ü t * de Rcvillagigedo y Pescadlos, jun leer a V alle Inclán, M artínez Sie
to al jardín Pacheco. Tenía más o rra, Ricardo León, Balzac, Em ilio
menos trece años. La casa se lla Zolá, Dostoievski, Iván Bunin. ..
&*.HA ^(UtC 6 jW*AÍ maba Ricoy y Tru jillo , ah í tuvo Desde muy chicos nos enseñaron a
compañeros que eran absolutamen leer todo eso. Los libros influye
te de izquierda, según lo que yo ron en nuestras ideas.
díd 3¿ 5¿'.2d6= íl« iíí sé. O tros dicen otras cosas, tal vez Muere el padre y las mujeres,
sepan más que yo. Te digo lo que sobre todo las m ayorcitas, se pu
tM&V/A vi, sentí y pase. Cuando trabajó en
Ridoy y Tru jillo empezó a tener la
sieron a trabajar para sostener la
casa. No recibieron ayuda de na
cabeza llena de esas ideas. Como die.
d Q ^ k h i^ ^ jo |t¡ lo veían chiquillo, lo mandaban — Ocupados en sus cosas los
con el bote de engrudo y una hermanos mayores no se preocupa
que se quiso escapar, pero ios en esa cuerda; pero qué doloroso fue
Ojph¿.Cftí¿a contraron. Eran tres y cuando ya ver a ios pobres muchachos en ca
estaban en el agujero del techo un rros de ganado, dándoles un jarro
¿ ¿ - íS fc ^ E T b ie í* chiquillo les dijo: "Llévenm e, no
sean malos.” Conm ovidos lo qui
de comida. No lo vimos, después
nos avisaron que de Tam au’ipas le
sieron sacar y les cayeron. llevarían a Mazatlán y de ah í a las
la caí> luoiukíSút, José Revueltas Gutiérrez, el pa islas. Dicen que cuando llegaron a
dre de Pepe, murió el lo . de d i Mazatlán para embarcarse, se en
)— t i tife¿éi
ÍWfJj |ÍA»!(6 ltUM j
Va í hija de españoles. Los abuelos ma
ternos se llamaron Edel mira Arias
y Ferm ín Sánchez. A don Ferm ín
íe encantaba el trago, pero era tan
Alfonso V ertier, que enamoraba a
Lucha, mi hermana. Al ver a José
lo conoció y le dijo: “ ¿Qué andas
haciendo por aquí, chamaco? ¡M i
hábil como gambusino que siempre ra nomás! ” Como respuesta aga
la libación. Era afinador de meta zas tienen que poner estas cosas
M - les y en su casa tenfa peroles, tan feas! ”
fuelles y fraguas. Le pagaban bien, En el libro Materiai de sueños,
m pero botaba el dinero y no tenfa editado en 1974, Revueltas puso
un centavo; por eso desde muy esta dedicatoria: “ Para la gran
pequeñito ya estuvo mi papacito C onsuelo, hermana, consuelo e
t Cu «S 5Í) en una tienda despachando, cuan
do apenas alcanzaba el mostrador
imagen de bondad y de talento. Su
hermano Jó s e ." Mientras hojeo el
para dar los quintos de azúcar. De libro C helito recuerda:
a h í su afición al comercio. — Cuando regresó por primera
Las relaciones familiares. vez de las Islas Marías llegó a la
%.it w ) (1 Ccuí<untftnW — Nos hemos querido mucho
todos. Cuando Rosaura tenía dine
casa con paludismo. Vivíam os en
Las Delicias y San Juan de Letrán.
ro ayudaba a Silvestre y a José Se pasaba tem blando, consumido.
ei rtott» ctii»*» fi (¡lito cuanto podía. Cuando no en una
cosa o en otra, todas tas hermanas
¡Pobre! Cuando tenía cuatro o
cinco años le gustaba jugar a los
i A ttkgd , 4 los ayudábamos. Nunca supieron si toros. T en ía una muleta chiquita y
^bflí'íe^Oí lo> dzt>#<U éramos santas o pecadoras, si te un capote. Alguna vez le sacamos
níamos para com er o no teníamos. una foto. Entonces le gustaba lle
, u» - Para la educación tanto de los narse las bolsas de sapos, ranas,
i» && W tliO ltoVW hombres como de las mujeres mí abejas. ‘T e va a picar algún animal
papá no se puso lím ites. Siempre ponzoñoso", le decían las veci
nos ponía a estudiar, nada de que nas. . .
haceres en la casa. Todas estuvie Los Revueltas cambiaban mu
de und wi*W C4tkv¿ ron en el Colegio Alemán, a h í
hicieron primaria y secundaria. Mi
cho de casas.
- Cuando llegamos de Durango
papá quería que siempre estuviéra vivim os en las calles de Guanajua-
{
i . mos estudiando. En Durango, Ro to, después mi papá com pró casa
saura, Em ilia y yo teníam os maes en las calles de Querétaro, después
U\ tra de piano. Mi padre se asoció
con don Jesús Gutiérrez en las
vivim os en las calles de Uruguay.
Cuando mi papá murió nos fuim os
»(Uu¿ IX Oki C tiendas “ Las M ariposas" y “ E l Na
ran jo ". Nos tenían por gente rica
a vivir a Revil lagigedo y Pescadi-
tos. No nos gustaban los barrios
pero ranchera. La maestra de pia tan pobres y tan feos, se nos ha
no nos pedía las sillas prestadas cían muy sórdidos esos mundos.
para los conciertos, pero no nos Mí papá había luchado por algo
invitaba. Sentíam os muy feo que mejor. Mi papá era muy bonito.
nos discrim inaran, y más cuando Mi mamá era bajita, rosada y de
estaban sentadas en nuestras sillas.
tfdiPKl ttd H l <U MA& ¡Cóm o me pudo doler tanto!
cutis muy fino. Cuando enamoró a
O livia Peralta le describió nuestra
La fam ilia y las ideas de José.
ij W«u lu /leu - T o d as estábamos al pendiente
casa como algo miserable; ella se
imaginó que la traería a una vecin
de sus cosas. “ ¿Por qué mejor no dad y al llegar de la sorpresa se
mw a VfcJ&i¿feaL &u escoges algo distinto? ", le decía quería salir. Silvestre y José se
mos mientras podíamos hablar con adornaban diciendo que eran muy
él. Siem pre tuvim os un respeto pobres. Pero no era de pobres edu
absoluto a su vida, a su fam ilia, a carse en el Instituto de Chicago,
su casa, a sus ideas, a su com porta como lo hicieron Silvestre y Fer
Im 'jf&tx ¿¿JivAK'a miento. Que si tomaba, que si
dejaba a la mujer, eran cuestiones
m ín.
Para la últim a mujer de Pepe,
JAIME LABASTIDA
Esta tarde, y desde hace cinco días,
pienso que sólo la lluvia podría llegar
hasta tu cuerpo endeble, averiado por una
y otra destrucción de cirugía, reducido
a cuarenta y tres kilogramos minutos
antes de tu muerte. ¿Cómo hablarte,
entonces, con qué lengua de calr
y así no acida, encender las dos o tres
palabras que nos reconozcan? Nunca
te vi junto al mar, sino en los sótanos,
frente a cinco camaradas o entre
la multitud de octubre. No importa
ahora esta forma sorda y sórdida
del diálogo: siempre estuviste
encerrado, hoy un sarcófago,
una cáscara antes, las prisiones
o un cuarto, la botella de ron,
las discusiones ásperas y largas
en las que jamás nos oíamos, siempre.
La lluvia, aguda espada de ruina, entra
tan espantosamente como un alfiler de ponzoña
en el corazón. Llueve, José, lo mismo
que otras veces. Lo mismo que otras
veces, el hueso ya destruido, el árbol
y su tórax congelado. Otra vez, igual
que ahora, otamos a mitad de la lluvia
un oboe y un lamento.
4ACON ACULTA
los árboles dulcemente cansados,
como huérfanos que buscaran, igual
que tú, calor. Igual que tú, en los tranvías
y en las calles, los árboles se derrumbaban,
dormidos. "L a muerte es maravillosa.
En el momento de morir presenciamos
la transición de una frontera a otra frontera
increíble. La muerte es privilegio
por excelencia de la materia humana.”
“ Me mataría, sí no me detuviera
el dolor que provocaría en los seres
que me aman." Bebías entonces
para destrozarte. Horas enteras
luchábamos para darte dos cucharadas
de caldo, un puñado de arroz, un pedazo
de queso y tú te gastabas en silencio.
“ El acto sexual es un acto típicamente
mortal” , o sea, una destrucción. ¿Acaso
tenías miedo de dar alguna parte de ti
y en el acto de amar se desprendía
un tóxico y la vida?
IA C O N A C U L TA
“ La nueva contradicción aparece
de modo necesario como una correlación
entre superestados nucleares en su conjunto.
No distinguimos entre la Unión Soviética,
China o los Estados Unidos.” Apenas
puedo escuchar entre tantos acentos
uno tuyo. Aquí ya no opomas la clase
obrera a su enemigo, sino ia humanidad
contra el estado nuclear. No podíamos
comprendernos más. Cualquier punto tocado
era como una llaga purulenta, un muro
seco, un polvo duro, más pesado que el viento;
como si la garganta, el esófago, la lengua
fueran sólo de yeso y produjeran
sonidos blandos pero ni una frase
que tocara en verdad el oi'do del otro.
Agosto de 1976
Digitalizado por
EL PAISAJE DEL HOMBRE
A rte fotográfico de
RODRIGO MOYA
E l hombre, de cualquier edad y en el personaje, sino de la nueva reali llevado a la categoría de virtuosis
todas sus actividades, siempre ha dad creada que im pacta al observa mo en todos sus aspectos técnicos.
sido, como es lógico, un tema que dor de las fotografías. Los hombres y las mujeres cap
ha ejercido especial atracción para Rodrigo M oya parte en sus tados en esta serie de impresiones
los artistas plásticos, pero m uy es creaciones de una gran sensibilidad sobre papel, forman parte de una
pecialm ente para los fotógrafos, personal y de una capacidad de realidad lacerante y ajena al obser
pues ellos —debido a las caracterís observación de la realidad aguda y vador en muchas ocasiones, pero
ticas de su testim onio— son los sutil {los personajes de las fotos de que sin embargo, viven y transcu
que pueden captar la realidad ins M oya rara vez descubren que una rren por los mismos lugares que
tantánea y convertirla en un docu cámara los ha detenido en el tiem éste.
mento gráfico fidelísim o. po y el espacio). A estas caracte E l pa/sa/e del hombre visto con
Esta serie fotográfica de Rod ri rísticas se aúna un deseo de per los ojos de Rodrigo M oya es una
go M oya tiene com o tema al hom fección en la realización material serie fotográfica que im pacta tanto
bre captado en situaciones angus- de la fotografía, es ta búsqueda del por su belleza com positiva, como
pre deriva de la realidad vivida por tono perfecto, del negro, de tos por su perfección técnica, com o
ttosas, pero esta angustia no siem- grises; es el oficio de fotógrafo
Digitalizado por
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ipflr
Nacional de
sentido humano.
Bellas Artes
«A C O N A C tJLT A
®
Instituto
Nacional tie IA C O N A C U L TA
Digitalizado por Bellas Artes
©
©
|| ¡ M I Instituto
lls S a. Nacionai de IA C O N ACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
©
Instituto
Nacional de IA C O N ACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
Instituto
Nacional tie (A C O N ACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
©
VIDA
CULTURAL
Y
ARTISTICA
INTERNACIONAL
E( Instituto Nacional Sm ithsoniano presenta, con m oti
vo del segundo centenario de la independencia de los
Estados Unidos, una serie de exhibiciones sobre el arte
en todas sus manifestaciones durante estos doscientos
años. Entre las muestras que forman este ciclo 'están
América como símbolo, La frontera y ta América
indígena, Et pariente americano, Símbolo en ta ciudad
americana y 1876: arte americano def centenario.
Danza
Música
Teatro
nÍÍ£ Ó K fÁ ttlL T A
Digitalizado por
©
en México. Su lectura lo apasionó ron delegados de sus respectivos no disto nada de nuestro sufri
de manera increíble. Se trataba del partidos al Congreso de la Interna miento y ¿por qué no decirlo?
primer libro en el que un com unis cional en 1935. de nuestra amargura. Cada que
ta, victim a de los procesos estali- A .L . C ierto, tuvim os un desti me encuentro con un com unista
nistas, analizaba este funesto perio no com ún, más o menos de la de los 30 —y quedan pocos— me
do. Cuando lo vo lví a ver, en mi misma generación, seguimos el mis- basta m irarlo a los ojos: son un
siguiente visita a Lecum berri, no mo cam ino de lucha. E l en Am éri pozo de tristeza, de larga e in
hablaba sino de las impresiones ca Latina, en M éxico; yo en Che creíble soledad. Queda algo im
que le había causado su lectura. Le coslovaquia prim ero, luego en Es portante: el amor que nos tene
parecía sorprendente el paralelo paña durante la guerra civil y des mos y la decisión desesperada, si
que existía entre la vida de Lon- pués en Francia. Los dos hemos lo quieres, de seguir luchando.” )
don y la suya. De la misma ge tenido que hacer frente a tos mis A. R. Con el mismo entusiasmo
neración de comunistas, los dos mos problemas, a las mismas in que manifestó ante m í les habió del
habían comenzado a m ilitar desde quietudes y com partim os igual es libro a sus compañeros de crujía. El
temprana edad, antes de los 14 peranza en el porvenir. libro pasó de mano en mano y fue
años, y a partir de esc momento se {M ientras escucho las palabras de leído con enorme interés.
habían entregado por entero a la London me viene a la mente una A. L . Siem pre me acordaré de
lucha revolucionaria. M uy jóvenes frase que mi padre escribía en una la em oción que experim enté cuan
am bos h a b ía n comenzado a de sus cartas: r,Tu relato de la do recib í la carta de un jóven
conocer también la cárcel, y en conferencia de London, te lo con mexicano, com pañero de cárcel de
uno y otro habían influido en la fieso, me hizo llorar. ¡Los co Revueltas. En ella me relataba las
form ación de su conciencia po munistas. . .! Es decir los co reacciones de los prisioneros ante
lítica las noticias referentes a munistas auténticos. Disto mucho la lectura del libro.
Sacco y Vanzetti; más tarde fue de ser un buen com unista, pero A . R S í, una carta de Echeve-
■íw'w.v
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mente por sus contenidos. A toda
hora subraya Revueltas que las
cosas "están ya en m archa” como
río com pacto e indetenible a cu
y a corriente deberán los personajes
adecuar sus actitudes. Este río lleva
en su cauce piedras y errores, azar. . .
g j g f f l S & d . «A C O N A C U LT A
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estructura artística de Los errores. nes sociales que concurren a ella. les en su vida de mi litante^comu-
La narrativa de Revueltas, con esta Objetivam ente, pues, el autor tiene nista. E l personaje antífv.da de F i
novela, habrá ascendido hacia un una jerarquía de contenido que íe del es Gregorio (uno existe por el
realismo de fondo (no de form a), sirve de base para la creación de otro ). Aunque la evolución de Gre
en el que los hechos, y no la pura una jerarquía típ ica. A l crear un gorio es distinta, su aniquilación se
subjetividad de tos personajes, tie ám bito típ ico , a! desarrollar de da desde otro punto de vista: en la
nen la palabra. manara artística un momento par medida en que siempre se aceptó
Revueltas habla aquí* todavía de ticular del d e s a rro lló le la vida como un ser interiorm ente contra
"e í partido como noción moral social, el contenido de la novela dictorio, en la medida en que no
superior, no sólo en su papel de gana en universalidad. Es así que la negó la im portancia de su vida
instrum ento p o lítico , sino como visión del mundo de Revueltas se íntim a, de sus "problem as persona
conciencia humana, como reapro nos muestra, partiendo de la novela les" ("problem as hum anos") y la
piación de la conciencia".5 No el misma, como una "jerarq uía de incidencia de éstos en la actividad
partido como instrumento p olítico tip os"; no sólo, pues, en uno u política, no sufre el aniquilam iento
para la toma del poder por el otro personaje sino en el conjunto em ocional de Fidel. M ientras que
proletariado, sino el partido como de las relaciones entre todos ellos. Fidel term ina devorado por sus
"noción moral superior". Sin em En Los días Terrenales, en estas p ro b le m a s personales, Gregorio
bargo, esta noción no constituye, relaciones hay una que tiene ma acaba organizando y dirigiendo
ni mucho menos, el elemento rec yor peso específico (tal vez en una manifestación popular por la
tor en torno ai cual habrá de tanto antagónica): la que existe que va a parar a la cárcel (una
desarrollarse la obra; por el contra entre Fidel y Gregorio. culm inación de destinos un tanto
rio, incluso se ve rebasada, negada, A lo largo de la novela, la rela paradójica, aunque internamente
por los hechos mismos que se nos ción contradictoria que existe en necesaria; un personaje —Fid el—
narran. Ahora son ellos, los he tre estos dos personajes sirve, en aparece acabado, el otro —Grego
chos, los portadores de esa nueva cierta form a, para definirlos en su rio— aparece aún como hombre de
concepción del mundo que recorre tipicidad. Políticam ente Fidel ha acción). Pero la actitud con la que
las páginas de esta novela. E l hom quedado anulado, aniquilado por Gregorio va a esa m anifestación es
bre, et m ilitante, el disidente del la irrupción de problemas persona la misma con la que se acuesta con
dogmatismo estalinista en las filas
del partido, no enfocará más su
crítica a estas prácticas esta! mistas
desde “ problem as personales".
Ahora son otros los problemas que
interesa destacar. Problemas em i
nentemente políticos, que quedan
señalados por los hechos mismos y
no sólo por la pura conciencia
individual de los personajes.
5. Ibiú., p. IOS.
©
la prostituta enferma a fin de que estrato social equis; conform ar un
lo contagie: Gregorio va a probar, personaje típ ico equivale a marcar
cargando la cruz del sentido cris sus relaciones (externas: con oíros
tiano de expiación, la capacidad de personajes; e internas: consigo mis
sacrificio del "H o m b re". A sí, el mo) de la manera más desplegada
sentido que desde el punto de "en el supremo nivel de su real
vista ideológico guía a Gregorio a contradictoriedad" —como señala
la manifestación, es políticam ente Lukács.9 La caracterización efecti
endeble. Em pero, no sólo este ses va de un personaje parte, entonces,
go apocalíptico m anifiesta ta esca del desenvolvim iento máximo de
sa fortaleza ideológica de Gregorio, sus determ inaciones contradicto
sino que la manifiesta sobre todo rias:10 partir del "térm ino m edio"
en su concepción de la historia y desgasta y neutraliza esas contra
de las clases sociales (su concep dicciones. Revueltas parte de que
ción del hom bre), la cual explica el individuo posee, aním icam ente,
remos un poco más adelante, des una "com pleja estructura, m utabi
pués del examen de ta tensión lidad y versatilidad extraordinarias
dialéctica de la conform ación artís ( . . . ) ¡reprehensibles aún para el
tica de estos dos personajes. propio d u eñ o ".11 Y hay que lla
En su lucha individual y cons mar la atención sobre la acuciosi
tante Fidel no duda un solo mo dad y profundidad con que Re
mento: vueltas revela el cataclism o interior
de Fidel cuando se quiebra el
"E s muy distinto —se dijo Fidel amor que Ju lia tenía hacia éste. . .
para tranquilizarse—, absoluta
mente diferente, sacrificar el "Su s ojos se posaron sobre los
im perativo de hacer el Bien co senos de Ju lia con un agudo y
tidiano y concreto a pretexto opaco deseo, entre filial y se
de que se está a servicio de xual. Ju lia , No volverla a po
Dios, al hecho, ése s í real y seer. Perderla para siempre. Ha
doloroso, de dominar y reprim ir bía en este alucinante proceso
nuestras tendencias sentimenta interior, que lo indujo a aceptar
les hacia la práctica de ese mis al jarro de café después de ha
mo Bien concreto y cotidiano, berlo rechazado antes, una espe
cuando no sólo no se está al cie de miedo impreciso pero
servicio de un m ito como e! de con angustia a que Ju lia llegase
Dios, sino ante la existencia de
a no pertenecerle, llegase espan
una causa social tangible y ver
tosamente a ser de otro hom
dadera, a la cual es preciso en
bre. Un miedo que crecía y se
tregar sin regateos todo el es*
transm utaba en el momento
fuerzo y la vida. Es absoluta
mismo de sentirse, penetrándose
mente d istin to ."6
de nociones de vez en vez más
dolorosas, y que de pronto, me
Gregorio pensaba que si bien
Fidel había perdido el alma "para diante un horrible salto en el
su stitu irla por un esquema de vacío, ya no era el tem or a una
posibilidad futura de que la mu
ecuaciones",7 junto a su esquema
tismo Fidel tenía virtudes gran jer se entregase a otro, sino el
des.8 pánico a adquirir la certeza de
Pero el esquematismo de Fidel un hecho que, con sólo intuirlo,
no es tal, en realidad, en cuanto a se daba ya como precedente,
personaje de la novela, Fidel alcan como ya ocurrido e inevitable y
za una tipicidad que lo libra de ser se unía entonces a una.estúpi
un esquema desde el punto de da, agitada y deprim ente sensa
vista artístico. L o típico, en arte, ción de inferioridad cuyos tur
no representa, como comúnmente bios esfuerzos para compensarse
se cree, el "térm ino m edio", el encontraban salida apenas en
promedio de los rasgos más fre u n a cascabeleante excitación
cuentes de los individuos de un que consistía en imaginar el de-
6. Lukác», Georg, Problemas del realis 9. Lukács, Georg, Prolegóm enos. . op,
mo, p. 28. cit.. pp. 279-280.
7. Revuelta*, |osé, Los días terrenales, 10. Cf, ibíd., p, 291.
op. cit., p. 412.
8. fbíd,, p. 487. fóiiilHÑÉM"4'
f e M foffSiaide «A C O N A C U LT A
L °s d !
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lante—. Conmigo puedes estar no y no un hombre que sea no como una singularidad indeter
tranquilo, mi viejo —dijo hacia nomás bestia. Haremos una vida minada (con lo que Mario Cobián
el chófer i Y o no soy ningún nueva, mi Luque, y >'a verá qué se percibiría como un individuo
chiva! " 20 feliz será conm igo.” aislado), sino como una singulari
(...) dad inscrita en un contexto social
“ L a mirada delirante de Lu En esta cita se nota am pliam en y determ inada por éste, en esa
crecia, más allá del pánico, no te el carácter contradictorio que medida Cobián tendrá un lugar
podía apartarse de la figura de define la tipicidad de uno de los particular dentro de la obra y sus
Mario Cobián, ahí, sentado a personajes de Los errores. Este car actos serán necesarios para lograr
rácter contradictorio es el propio
los pies de la cama, en la sata la expresión artística de un mo-
de M ario Cobián (su amor a Lucre
de la cruz roja, que le acaricia mentó particular de la vida social.
cia y su deseo de matarla, etc.)
ba suavemente los muslos por El personaje típ ico se hace en
pero es, ai mismo tiem po, aquí, el
encima de la colcha. la obra, se crea en ella partiendo,
de la contradicción del estrato so
u—¿Y a lo ve, mi Luque? Lo cial al que pertenece Cobián (y claro está, de una cierta tipicidad
que sea de cada quien. H abía que la cita de Marx que se anotó objetiva; pero el contenido típ ico
de hacérsenos la nuestra. arriba expone desde el punto de vis que el autor ha elaborado sólo
“ Ex trajo de la bolsa de su ta de la lucha p o lítica). E l personaje culminará en una obra artística (en
saco una tarjeta a la que cruza de Revueltas no va retrasado respec un objeto sensible) tras de una
ban de un extremo a otro los to de la generalidad —por así decir dación de forma adecuada a ese
colores nacionales. lo— que encarna (el lum penprole co n te n id o . Revueltas no quiso
" —M ire, mi Luque: me hicieron tariado); el personaje de Revueltas mostrarnos un modelo general de
ag en te de la reservada. Ora es un miembro de ese estrato so padrote, no quiso mostrarnos a “ el
ya no seré un Don Cualquiera,' cial pero es, sobre todo, M ario P a d ro te ” , sino que quiso crear a
ya no volveré a ser E l Muñeco Cobián, un miembro singular de Mario Cobián, a u n sujeto determ i
de otros tiempos; soy alguien, ese estrato social. En la medida en nado, a un sujeto cuya determina-
soy gente, me reconocen, me que esa singularidad de Cobián sea ción fuera tal que lo hiciera capaz
necesitan, me tratan como lo dotada por el novelista de conteni de actuar dentro de las situaciones
que debe ser: un hombre huma do propio; es decir, en ia medida de la novela y actuar de tal forma
en que esa singularidad aparezca para que esta novela expresara, de
20. Revueltas, José, Los errores, op, manera intensiva, un momento de
c it., pp. 115-116. 21. Ibid., p. 351. term inado de la realidad.
LOS ERRORES La novela de Revueltas patentiza,
prim ordial mente, un fuerte desen
canto hacia la realidad vital y so
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andrajos humanos, prostitutas, en su máxima expresión, pero es leit dad herméticas. La belleza poética
tes primarios, primigenios, en los motiv de toda su obra: desde Los de Revueltas, com o era de esperar
que Revueltas sabía ver la luz bri muros de agua hasta Dormir en se, no se fincaba en el uso de
llantísim a de la existencia misma; tierra, y alcanza uno de sus mo “ palabras bellas” o de “ ritmos no
y esto surgió como otro gran tema mentos culminantes en Ef ¡uto hu bles” , sino que surgía por s í mis
recurrente de Revueltas -al igual mano. La otra parte de su tem áti ma como resultado del contenido,
que Lo w ry y, otra vez, Dostoievs* ca es la externa, la social, la p o líti de los conceptos y las situaciones,
ki : la lucha de la luz contra la ca, que también es esencial en él y que eran de una gran transparencia
oscuridad, de la conciencia en su que también recorre toda su obra, —aun en sus profundidades más
estado incipiente pero ya luminosa desde el principio y el final. Revuel terribles— y su im portancia para
contra lo desconocido, lo instinti tas pasa por las fases de ía guerra nuestra existencia era lo que los
vo, lo inconsciente. Por tal m otivo cristcra, las prisiones, los proble hacía hermosos, poéticos.
a Revueltas siempre le preocupó el mas campesinos, las luchas popula La obra literaria de Revueltas
Caos y la Muerte, pues sólo de res, Ía explotación en las urbes y siempre estuvo en relación estrecha
ellos podía surgir el orden y la la problem ática de los partidos co con sus ideas filosóficas, sus con
vida. La extrema religiosidad de munistas, y aquí, como siempre, vicciones políticas y su propia m i
Revuelta -que en la vida externa buscó ver las cosas con la mayor litancia. Revueltas siempre se con
se canalizó a través de la fe comu claridad posible para plantear su sideró marxista, y lo era, pero
nista- lo llevó, siempre, a la in visión crítica de la realidad sin también era algo más que eso,
trospección, al deambular literaria lim itaciones de ninguna especie, pues sus ideas —que eran de un
mente por aquellos espacios ‘‘fuera aunque se las impusieran sus mis hegelianismo to tal— no eran repeti
de Lodo mapa” en los que siempre mos compañeros de m ilitancia. En ciones o elaboraciones de tesis de
se halló mejor orientado que cual ambos temas Revueltas manejó his Marx, sino que incluían sus pro
quier otro narrador latinoam erica torias, personajes, al igual que la pias aportaciones personales, obte
no, a excepción, quizá, de Borges. más alta y profunda abstracción; nidas a través de una observación
En sus últim os libros, Ei materia/ su lenguaje resultó —cuando, no era m inuciosa, rigurosa, del tiem po
de ios sueños y Ei apando, esta coloquial por exigencias del con histórico que vivió, y éste, natural
rama de su obra literaria alcanza texto— de una belleza y una densi- mente, disponía ya de fuentes de
in fo rm ació n que Marx hubiera
querido tener. Sus obras básicas en
este sentido son México, una de
mocracia bárbara y El ensayo so
bre un proletariado sin cabeza, pero
igualmente im portante —o m ás-
son las tesis f ilosó flco-pofíticas
que Revueltas planteó en ensayos,
artículos, entrevistas, conferencias
y anotaciones poco antes de su
muerte; Revueltas, para entonces,
había reflexionado profundamente
en sus ideas anteriores y las veía
ya desde un punto de vista con
ceptual y em pírico mucho más ri
co. Me refiero concretam ente a sus
¡deas acerca de la necesidad de una
democracia socialista, en los parti
dos y en los países, al requerim ien
to de una desm itifjcación y desa-
cralización de las ideas revolucio
narias, para quitarles la pasión reli
giosa y dejarlas en el plano objeti
vo que les corresponde. Revueltas
nunca fue ni sectario ni dogmáti
co, pero tampoco un m ilitante
abúlico o influenciable, y en esa
form a no sólo navegó contra la
corriente p olítica del país sino
contra la misma corriente de la
m ilitancia com unista. E l que hayan
privado como fundamentales sus
propias convicciones por encima
de la religiosidad acrítrca de sus
camaradas, y esto se tradujo en su