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Murales de MÁximo Pacheco en la

Escuela Primaria Domingo Faustino


Sarmiento: sobreviviendo al olvido

Larissa Ivanovna Pavliukóva

Dentro del conjunto polifacético ca, Máximo Pacheco tiene triunfos


de artistas que impulsaron y deter- y derrotas; momentos de reconoci-
minaron con su obra el florecimiento miento y décadas de olvido.
del muralismo mexicano, hay uno que Su primer trabajo independiente
tuvo una trayectoria muy específi- son los frescos en la Escuela Primaria
ca, nos referimos a Máximo Pacheco Domingo Faustino Sarmiento, inau-
Miranda, pintor de origen otomí, naci- gurada en 1927 y localizada en el
do en 1905, en Huichapan, Hidalgo. interior del parque Jardín Balbuena
Después de una niñez, llena de difi- núm. 34, colonia Aeronáutica Militar,
cultades y sucesos trágicos, llega a la delegación Venustiano Carranza, en
capital, ingresa en 1918 a la Escuela México, Distrito Federal.
Nacional de Bellas Artes y pronto se Esta escuela es del tipo de expe-
incorpora al grupo de ar tistas que rimentación pedagógica, donde por
inician el movimiento muralista. primera vez en América se trataron
Pasa por diferentes etapas de de poner en práctica los principios
aprendizaje y desarrollo profesio- de la educación socialista; es también
nal: desde ser ayudante de Fermín el primer centro de enseñanza básica
Revueltas y Diego Rivera, hasta en donde se forman las cooperati-
encontrar su propio camino y lle- vas. La orientación de la escuela fue
gar a realizar más de veinte murales agropecuaria e industrial, contaba con:
en lugares privados y públicos ubica- parcelas, prados y jardines, campos
dos tanto en la Ciudad de México, de juego, baños de regadera, alber-
como en diferentes estados del país. ca, talleres de actividades manua-
Durante largos años de trabajo, mar- les, biblioteca, servicio de primeros
cados por la abnegación, la humil- auxilios y de desayunos escolares.
dad y una gran sensibilidad ar tísti- Cabe destacar que en su estructura

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Máximo Pacheco, Labores en el campo, mural en uno de los salones
de la Escuela Primaria Domingo Faustino Sarmiento, 1926–1927
Dibujo: Eliseo Mijangos de Jesús

interna la escuela, a través de una útiles y bien atendidas como ésta”


Comisión Local Agraria, un Consejo (1927).
Mixto Técnico–Escolar, una Federación Luis de Zulueta, pedagogo espa-
Deportiva y un Banco Refaccionario ñol, durante su recorrido al plantel,
Agrícola establecía los vínculos entre deja escrito: “Recuerdo de mí gratísi-
la enseñanza y la sociedad. ma impresión en la visita a la escuela
Educadores y periodistas naciona- más revolucionaria del mundo”.
les y extranjeros de la época la visita- Antonio Cortés, jefe del departa-
ron, entre ellos sobresalen: mento de Etnografía Colonial del enton-
Víctor Raúl Haya de la Torre, ces Museo Nacional de Antropología,
ideológo y político peruano, quien dio Historia y Etnografía declara: “He que-
la vuelta al mundo dictando confe- dado verdaderamente encantado de
rencias pedagógicas, en 1927 declara los progresos alcanzados en la escuela
en Moscú que la escuela más revo- Domingo F. Sarmiento y ha sido para
lucionaria del mundo es la primaria mí una revelación que en mí país haya
Domingo F. Sarmiento de la Cuidad todo lo que he visto”(1930).1
de México. La mayoría de los gobiernos de
Herminia Planes, periodista cuba- los estados designaron comisiones
na comenta: “He quedado realmen- de profesores durante algunos días,
te encantada con la Escuela Libre meses y hasta un año para que obser-
Presidente Sarmiento, que con tanto varan las actividades de este centro
entusiasmo, así como idoneidad diri- educativo ejemplar.
ge el Profr. Don Jesús de la Rosa y
sólo deseo que en un próximo futu- 1Recopilación de datos sobre la historia de
ro pueda ver en mi propia patria el la Escuela Primaria Domingo Faustino Sarmiento,
establecimiento de otras escuelas tan proporcionada por su actual Directora.

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y atestiguan que las pinturas cubrían
tanto las superficies interiores como
las exteriores.
La representación de la perspecti-
va general del patio central en uno de
los frescos, conocido como Carnaval
en la escuela, permite comprobar la
disposición de los murales. Las pare-
des y los arcos adornados con las
pinturas inspiradas en la realidad, con-
vertían el espacio escolar en un sitio
más grato, acercando así a los niños a
la belleza, al arte y la cultura.
Actualmente la distribución de
los restos de este conjunto mural
es la misma que menciona Carlos
Mérida. Las doce pinturas orientadas
Máximo Pacheco, fragmento de un mural
exterior en la Escuela Domingo Fasutino
horizontalmente decoran las paredes
Sarmiento, 1926–1927 (destruido) norte y sur de cada salón, ocupando
las partes superiores.
Actualmente una mínima par te Los numerosos personajes infan-
del área original pertenece a la escue- tiles representados por Pacheco, en la
la y sólo en algunas aulas quedan mayoría de los casos se hallan activos,
vestigios de aquellos logros pasados plenos de vida y movimiento, y muy
que se reflejaron en los frescos de rara vez permanecen estáticos, solem-
Máximo Pacheco. nes y pensativos, como por ejemplo,
Según Carlos Mérida, Pacheco algunas de las figuras alegóricas de los
inició la decoración de la escuela en murales desaparecidos que simboli-
1922, mientras se realizaba su cons- zaban la abundancia de la cosecha y
trucción: “El primer tablero estaba en transmitían un sentimiento de satisfac-
el muro exterior de uno de los edifi- ción y orgullo por los frutos obtenidos
cios; el propio Pacheco lo destruyó al a través de la ardua labor cotidiana.
iniciar la decoración formal de varias La diversidad de los temas no
aulas en 1927. Doce murales forman es impedimento para transmitir la
la decoración, hay dos en cada aula...”2 idea principal de las pinturas: captar
Las fotos publicadas en la revista
Mexican Folkways en 1927, muestran 2 Carlos Mérida. Escritos sobre arte: el
de una forma más completa el pro- muralismo. México, INBA/CENIDIAP, 1987. Pág
yecto decorativo de Máximo Pacheco 79-80.

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Máximo Pacheco, murales exteriores en la Escuela Domingo
Faustino Sarmiento, 1926–1927 (destruidos)
Dibujo: Marco Antonio Coxtinica Reyes

distintas actividades, todas las fases de cientemente independiente, origi-


la vida y la convivencia infantil, des- nal, fuerte e imaginativo para hacer
cribiendo la realidad escolar como que su trabajo valga por sus propios
un proceso de constante aprendiza- méritos”.4
je que tiene lugar no solamente en Al conocer el triste destino de
el salón de clases, sino también en la obra mural de Máximo Pacheco
el campo y en el círculo de juego. –actualmente desaparecida casi en
Escenas saturadas de color y muchos su totalidad–, y con el propósito de
detalles narrativos representan a los transmitir la preocupación por garan-
niños, alumnos de la escuela, quienes tizar la existencia misma de las pocas
crecen rodeados por la naturaleza, el pinturas que permanecen de este
amor y la atención de los adultos. único conjunto mural, creemos nece-
Para la creación de algunos mura- sario proporcionar un informe más
les Máximo se inspiró en los recuer- detallado sobre su estado general de
dos de su propia infancia.3 conservación.
A pesar de una notable semejan-
za temática y formal con la obra de 3 Frances Toor. “Máximo Pacheco”, en
Diego Rivera, el artista otomí, según Mexican Folkways, 1927, vol 3, núm. 3 Pág. 135.
las palabras de Frances Toor “es sufi- 4Íbidem. Pág. 132.

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Desde 1969 existía la amena- grietas y fisuras, que además de pro-
za de demolición del edificio de la vocar desprendimientos del apla-
Escuela Primaria Domingo Faustino nado y la formación de cámaras de
Sarmiento. Hasta 1980 se prolonga la aire, son puentes de paso de la lluvia.
lucha por evitar que los frescos sean Son fáciles de apreciar los numero-
destruidos junto con el inmueble. sos escurrimientos que se proyectan
Según el reporte técnico de con- verticalmente hasta el nivel del piso,
diciones de los murales, realizado por erosionando la película de color y los
especialistas del entonces Centro aplanados.
Nacional de Conservación de Obras Las áreas de algunos murales
de Arte (CNCOA), el estado del edi- están invadidas por cables eléctricos
ficio –cuyo proyecto original es de una y por pizarrones sobrepuestos, fijos
sola planta y techos planos–, es malo y con tornillos y taquetes que fueron
ha producido sobre las pinturas, agrie- introducidos en los frescos mismos;
tamientos que se desplazan vertical y otras pinturas están afectadas por
horizontalmente, y en algunos casos la presencia de papeles engomados,
se han desprendido partes de la obra. muchos de ellos arrancados violenta-
Las paredes son delgadas, sin aplana- mente provocando pérdidas conside-
do en el exterior, y aunque el techo rables de color. Casi todos los frescos
sobresale, la lluvia ha causado severos tienen esgrafiados, rayones, perfora-
daños en las secciones interiores de ciones y huellas de golpes. Las partes
los murales. Por otra parte, las imper- superiores e inferiores de los tableros
meabilizaciones de las azoteas de estas decorativos muestran la invasión de
aulas, se encuentran dañadas y provo- pintura vinílica, mientras que la super-
can que los murales se humedezcan. ficie restante se ve afectada por salpi-
Casi todos los frescos están atacados caduras del mismo material.5
por afloraciones de sales minerales. Renato González Mello –histo-
Existen graves daños en los riador del arte mexicano e investiga-
materiales constructivos del soporte, dor del Instituto de Investigaciones
fundamentalmente causados por la Estéticas–, recién nos comentó que
humedad. Los murales se encuentran fue en 1982 durante una visita con
limitados en sus extremos por ven- ténicos del CNCOA para conocer
tanales en mal estado que favorecen el estado que guardaban los frescos,
la trasminación de la lluvia inmediata- cuando maestras y alumnos les asegu-
mente a los frescos, los cuales absor- raron que varias de las profesoras de
ben una gran cantidad de líquido,
empezando así la acción destructiva. 5 Expediente Máximo Pacheco (1980-
También a causa de los movi- 1989), Centro Nacional de Concervación y
mientos sísmicos se han registrado Registro del Patrimonio Artístico Mueble, INBA.

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Máximo Pacheco pintando frescos. Foto: Tina Modotti

entonces habían destruido a martilla- Sin embargo, existe ahora la


zos las pinturas, por lo que estaríamos esperanza que en un futuro no muy
frente a un auténtico caso de vanda- lejano los frescos, conocidos hasta
lismo contra el Patrimonio Artístico hoy como el único testimonio de
de México. la actividad creativa del muralista
Podemos afirmar que las obras Máximo Pacheco, sean restaurados
monumentales de Máximo Pacheco por los expertos del Centro Nacional
en la Escuela Primaria Domingo de Conser vación y Registro de
Faustino Sarmiento se encuentran Patrimonio Artístico Mueble.
actualmente en un avanzado esta- Es lo menos a lo que podemos
do de deterioro. Con el paso del aspirar para honrar la memoria del
tiempo, y sin una atención técnica ar tista, quien después de toda una
especializada, los daños causados por
la humedad y la falta de manteni- 6Orlando Suarez. Inventario del muralismo
miento, serán irreversibles. Así los Mexicano. Siglo VII a. C.-1968. México, UNAM.
datos erróneos sobre su destrucción, 1992, Pág 241; Rafael Carrillo Azpeitia. Pintura
Mural de México. La época prehispánica, el
publicados en algunos libros, se con- Virreinato y los grandes artistas de nuestro siglo.
vertirán en realidad.6 México, Panorama Editorial, 1992. Pág 147.

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vida dedicada al ar te, encontró la Pacheco, Cristina. La luz de México.
única fuente de subsistencia en el tra- Entrevistas con pintores y fotógrafos.
bajo de pepenador y quien, casi al final México, Fondo de Cultura Económica,
de su existencia, dijo en una entrevista: 1995. 637 págs.
“Ahora sería feliz si pudiera enfrentar- Secretaría de Educación Pública. Escuelas
me otra vez a un muro donde dijera Primarias 1932. México, Secretaría de
lo que siento, lo que fui, lo que he Educación Pública, 1933. 89 págs.
sido: simplemente un hombre”.7 Suárez, Orlando. Inventario del muralismo
mexicano, Siglo VII a.C.– 1968. México,
UNAM, 1972. 412 págs.
Bibliografía Toor, Frances. “Máximo Pacheco”, en
Mexican Folkways, 1927, vol. 3, núm. 3.
Charlot, Jean. El Renacimiento del mura- Págs. 132,136,154–159, 168.
lismo mexicano 1920–1925. México, Velázquez Chávez, Agustín. Índice de la pin-
Domés, 1985. 375 págs. tura mexicana contemporánea. México,
Debroise, Olivier. Figuras en el trópico. Arte Mexicano, 1935. 225 págs.
Plástica Méxicana 1920–1940. México, Zhadova, Larissa. Meksikanskaya nastenna-
Océano, 1984. 215 págs. ya zhivopis (Pintura Mural Mexicana).
Edwards, Emily. Painted Walls of México. Moscú, Iskusstvo, 1965. 135 págs.
Connecticut, University of Texas Press,
1966. 305 págs. *Las imágenes que ilustran este texto
Mérida, Carlos. Escritos de Carlos Mérida están tomadas del artículo de Frances Toor
sobre arte: el muralismo. México, publicado en el número citado de la revis-
INBA–CENIDIAP, 1987. 202 págs. ta Mexican Folkways.

7 Cristina Pacheco. La luz de México.


Entrevistas con pintores y fotógrafos. México,
Fondo de Cultura Económica, 1995. Pág 20.

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