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8.

LIBROS OLVIDADOS

Abre la mente bien a mi dictado


y enciérralo; que no supone ciencia
.
sin retener, estar bien enterado.
'
Dante, Paraíso. V, 40-42

[... ] l\f emoria


no es pecado mientras sirva . Después
es letargo de topos, abyección
que se enmohece en sí misma ...
E. Montale, Voce gzunt.a con Le folaghe

l. LA MEMORIA MUTILADA

En el primer capítulo de este libro (en las páginas 34-35) he hablado


de las miles de fichas relacionadas con las personas desaparecidas
durante el terror estalinista y recogidas por el joven estudiante
soviético Dimitri Jurassov. Me había enterado de la noticia por dos
breves artículos en diarios aparecidos en 1989 y en 1990. En 1993
recibí un libro acompañado de un papelito con dos líneas: "Para
reflexionar sobre la memoria y el olvido. Con estima". El libro
(publicado por Corbaccio en 1993) se titula La memoria mutilada.
Rusia recuerda . Su autora es Maria Ferretti, experta en historia
soviética y colaboradora, desde Moscú, donde reside (o residía), de
"Il Messaggero", "Il Manifesto" y "Le Monde". El libro es muy bello,
y es un raro ejemplo de un cruce plenamente conseguido entre
historia política e historia de las mentalidades o de los llamados
"imaginarios colectivos". La grandísima cantidad de textos citados
en una lengua tan poco conocida lo vuelve un instrumento precioso
para quien quiera afrontar el tema de la relación que corre entre la
historia y la me111oria. Sobre todo debería ser leído por todos
aquellos intelectuales que se comportan co1no si nada hubiese
sucedido, que nunca hablan de lo que ocurrió en ese terrible y
horrendo mundo que han defendido y publicitado y admirado como
un mundo altamente civilizado, y más justo y más hun1ano que
aquel en el cual el destino (para su fortuna, pero con grande Y
noblemente sufrida insatisfacción) los había colocado.
Forzada al silencio, la sociedad soviética perdió tan1bién el
derecho a la memoria:

221
. exalt'i los e·xitos de la industrialización y las glorias de
La narrat 1vn ' . . . , . .. . ~ , .
los héroes del trabaJ0 mientras millones <le pn::.10ne1os poht1cos
• n las manos desnudas y mueren en las canteras del
tra b aJan co . h d d . ,, t."'
• - (
socia11sm0 • •··
) "Diez años sin derec o e corres pon encrn . r eroz
u b.
eufemismo para ocultar la condena a mue rte . n a 1sm~ osc~ro
, a maridos hijos, cónyuges, destruyendo afectos s1 n deJar
engu 11 0 No se tiene ' el derecho ele record ar l a propia . v 1·aa, d e hacer
huellei (... ) . . 1
con ella una reducción de la memoria colectiva.

Como resulta de muchísimas páginas de este libro, la lucha


contra el olvido, el rechazo del secreto (que es al 1nismo tiempo su
hijo y su 1nejor aliado) atraviesan toda la historia rusa después del
informe Kruschev al vigésimo segundo congreso ( 1961 ). Cuando
Sacharov vuelve del exilio y Gorbachov pronuncia su discurso en el
septuagésimo aniversario de la Revolución de Octubre, "el ru1nor
de la memoria rusa" se agranda hasta volverse un coro in1nens o que
encuentra expresión en Memorial, el movirniento nacido entre
1987 y 1988. Hay un pasaje de A. Roginskij que Ferreti ha puesto
al comienzo de su libro y arroja luz sobre la perestroika:

Hay quien intenta cambiar el n1undo con las revoluciones, con los
tiroteos, con el terror, o bien con los debates parlan1entarios. En
nuestro caso la sociedad renace gracias a la historia reencontrada,
gracias a la memoria. La perestroika no ha comenzado con disparos,
sino con recuerdos. Aún antes que las manifes taciones, antes que
las elecciones de los nuevos diputados, aparecieron numerosísimos
artículos en los diarios, salieron a la luz millones de hechos olvida-
dos. La gente ha comenzado a recordar y a pensar. Ha sido el primer
gran paso hacia el proceso de democratización. El renacimiento de
Rusia ha comenzado con el renacimiento del pasado histórico.2

2. LÍMITES DE LA IVIEMORIA

En la cultu:a swahili, los difuntos que quedan en la 1ne1noria de los


otros son v1vos-1nuertos, que sólo 1nueren del todo cuando desapa-
rece_n los últimos que estaban en condiciones de recordarlos (cfr .
aqui las Pp- 26-27). El ten1a de la desaparición no sólo de los
h on1bres sino de sus 1 . · , . . .
. ., 11en1onas esta an1 phame nte d1fund1do en
nuestra trad1c10n cultural.
El ensayo Of vicissit u de O ftlungs · (que está ause nte en la edición
de 1~~9 ,.I., Yd e 1612
de los Essays de Fra , Y en ca1n b 10
º ,
esta presente en l a e dición de 1625
,· B
neis acon) se abre con una cita d el Eclesiastés
222
(1, 10): "No hay nada nuevo sobr e la tierra" y con una remisión a
Platón, que "imaginaba que todos nuestros pensamientos no er a n
~ . . . '' .
mas que rem1n1scenc1as y se cierra con la "sensación de vértio-o"
que deriva "d~ ~lj~r dem asiado tiempo la vista en el rodar ver tigi-
nos? de las v1c1s1tud~s hum~nas". El río Leteo corre t anto por
encima co1no por debaJo de la berra. La 1nateria fluye sin detenerse
nunca y sólo las cosas que permanecen constantes e inrnutables - la
distancia entre las estrellas fijas y la perpetua regularidad del
movimiento diurno- impiden que los individuos tengan la duración
de un instante. Los diluvios y los t erremotos son grandes suda rios
que sepultan en el olvido hombres y países, mientras que conflagra-
ciones y grandes sequías no consiguen destruirlos. Sólo pocos
rústicos ignorantes que no saben tra nsmitir nada del pasado
sobreviven a los !:,Tfandcs diluvios y t erremotos. El olvido "es
completo, como si nadie hubiese sobrevivido".3
También podría ser útilmente estudiado el te ma de la duración
breve de la memoria. En El adolescente de Fiodor Dostoyevski,
encuentro escrito:

¿Sabes tú, querido joven -recomen zó, como si continuase un discur-


so interrumpido-, sabes tú que h ay un límite de la memoria en esta
tierra? El límite de la men1oria es de sólo cien años. Cien a ños
después de s u muerte tod avía vagamente lo recuerdan los nietos
que han visto su rostro, pero después el recuerdo se desvanece,
incluso si su men1oria dura aún mentalmente, porque todos aque-
llos que han visto su rostro ya están muertos. Sobre su tumba, en el
camposanto, crece la hierba, se consume la bla nca piedra que lo
recubre y todos lo olvidan, olvidan incluso su nombre, puesto que
son muy pocos los hombres de quienes queda viva la memoria; ¡por
suerte! Aunque ustedes m e olviden, mis queridos, yo los seguiré
amando desde la tumba. Oigo sus voces alegres, oigo sus pasos sobre
las queridas tun1bas de sus padres el día del cumpleaños; vivan al
sol, sean alegres, y yo rogaré por ustedes a Dios, bajaré a ustedes en
el sueño ... es lo mismo, también des pués de la muerte h ay amor.-t

3. A.Rs OBLIVIONALIS

En un ensayo publicado en 1987, Umberto Eco ha afirm~do que no


puede existir una ciencia del olvido por el simple n1otivo de que
todos los signos producen presencias y no ausencias.5 P a rece ~~a
tesis difícilmente discutible. Entre las hojas de apuntes que el vieJo

223
contorno de las figuras (. .. ) Esas figuras, que parecen tan simpl .
. . t 1 es,
en de fi1n1tiva son ~ ~s po:que son hechas típicas por la memoria,
pensadas por un O.Jo 1ntenor que evoca y no describe.22

La hipótesis 1ne parece verdaderamente fascinante y, coino


todas las hipótesis audaces, capaz de generar problemas. ¿Qué
quiere decir evocar sin describir? ¿Quiere decir presentar Los
rasgos esenciales? ¿Los que hacen posible reconocer sobre la base de
pocos rasgos que indican los bordes de los objetos y las figuras?
La curiosidad de Severi, que es mucha y muy aguda, no lo
impulsó hacia la fisiología y las teorías sobre el cerebro. Cuando
Lowy escribía sus páginas, se sabía sobre la visión y las imágenes
mucho menos de lo que sabemos hoy. Hoy sabemos que en el área
del cerebro deno1ninada corteza cerebral visual primaria existe un
mapa punto por punto de la retina (cada punto del espacio visto por
el ojo tiene su correspondiente en el mapa). Pero también sabemos
que en el encéfalo existen una treintena de distintas áreas visua-
les que parecen utilizarse para captar las distintas características
de la escena visual : color, profundi<lad, movimiento, etc. El mapa
primario -ha escrito un gran neurocientífico de nuestro tiempo:

hace de taller de clasificación y revisión, en el cual las informaciones


redundantes o inútiles son descartadas en masa y fuertemente
enfatizados ciertos atributos esenciales de la imagen óptica, como los
contornos. Esta es la razón por la que a un dibujante de historietas
bastan pocos trazos de pluma indicando los contornos o los bordes
para presentar al público figuras lo suficientemente vívidas; él imita
el sistema visual que se ha especializado en esta operación. 2:i

¿Puede ser verdad que la me1noria construye imágenes típicas


adaptadas a un ojo interior? ¿Es verdad, como decía Lowy, que al
lado de las imágenes presentadas al ojo existen imágenes "que
vienen a la vida sólo en nuestra mente"? ¿Es verdad que todo arte
primitivo del dibujo busca reproducir sólo estas imágenes?

6. LAS VELAS DE LA MEMORIA

Este es el título de un libro escrito por una psicoterapcuta israelí.


El libro es uno de esos que tocan cuerdas profundas Y ayudan a
comprender mejor el carácter verdaderamente enorme de la Shoah.
Porque el mal que las víctin1as han sufrido sin culpa no sólo ha

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suprimido innun1erables vidas, sino que aparece con10 destructivo
incluso en la vida de las víctimas que escaparon a la muerte, y sigue
envenenando, a través de esa destrucción que los que escaparon
llevan dentro para siempre, la vida de otros inocentes que en los
años del exterminio todavía no habían llegado al mundo.
Dina Wardi es hija de dos sionistas italianos que la llevaron a
Israel cuando tenía un año de edad. Después de un doctorado en
psicoterapia clínica, ha dedicado su vida a curar de sus angustias,
traumas y rebeliones a 1n uchos de los hijos de los sobrevivientes de
la Shoah. En el curso de una larga experiencia terapéutica ha
constatado la sistemática representación de los mismos fenóme-
nos. Muchos padres sobrevivientes -escribe- "inconscientemente
han asignado a un hijo o a una hija un rol particular, que he definido
con10 el de la vela conmemorativa" 24 • Antes de la guerra, las
familias de los sobrevivientes estaban ligadas a su propio interior
y las unas a las otras por vínculos que fueron brutal e ünprevista-
mente rotos.

La Shoah rompió estos lazos dejando un vacío. Por lo tanto, el rol de


la vela de la memoria tiene que ver tanto con las experiencias vividas
por los padres durante el exterminio como con el intento de volver a
atar esos hilos que habían ligado a los padres con sus familias
lejanas, a su comunidad. Por lo general los sobrevivientes hablan
poquísimo con sus hijos de lo que han pasado, porque el sufrimiento
es demasiado fuerte. Ellos confían a sus velas de la memoria la tarea
de infundir contenido en el vacío de sus corazones, de recomponer los
fragmentos rotos y ocultos de su mosaico interior.25

Esta tarea es gravosa, destructiva, provoca sufrimiento y dolor.


Los padres esperan que el hijo personifique la identidad familiar,
que "reconstruya para ellos o en lugar de ellos sus recuerdos tan
cruelmente malogrados"26 • Uno de los pacientes de Dina Wardi
tenía cinco nombres y cuatro apellidos, había sido elegido como
aquel que sustituía y continuaba presencias desaparecidas. Muchas
de las velas conmen1orativas, escribe Dina W ardi (y lo documenta a
través del informe de sus conversaciones), "crecen desde el naci-
miento con un sentimiento de profunda confusión semántica y de
~ompleto desmenuzamiento de la propia identidad"27 • Para todo
Jovei:i Ia const~ucción de una identidad precisa y de una personali-
dad 1ndepend1ente es una empresa difícil. En una situación como
ésta, aprender a administrar autónomamente la propia vida puede
v~lverse al mismo tiempo una empresa dolorosa y desesperada.
230
Algunos
.,
de los. infonnes de las conversaciones entre Dina Ward l·
y sus Jovenes pacientes se encuentran entre las cosas humanamen-
te más intensas y emocionantes que h e tenido la oportunidad de
leer. En muchas de sus páginas he hallado la confirmación de
cuanto me había p_arecido verdadero cuando escribí (en las páginas
34 a 36 de este hbro) que cada vez que tocamos el tema de la
memoria nos referimos también al tema del olvido. Lo escribí, a
propósito del Holocausto, no sin muchas incertidumbres. En un
ensayo de Dina \Vardi he encontrado presente este n1ismo tema:

En los años de posgue rra el sobreviviente ha sido obligado a


establecer una especie d e equilibrio interno, a menudo precario y
frágil , entre el recordar demasiado y el recordar demasiado poco.
Una parte de su ego, todavía extremadamente vulnerable, despoja-
do de cualquier coraza protectora y, en la mayoría de los casos, a
través de sentimientos de culpa, dolorosamente ligado a las imáge-
nes de los parientes perdidos, ha seguido viviendo en los campos de
exterminio, garantizando de ese modo s u propia continuidad inter-
na y evitando la fragmentación interior. Sin embargo, a l mismo
tiempo, otra parte de su ego, para esta r en condiciones de adecuarse
al nuevo mundo y funcionar adecuadamente en él, estaba luchando
por reprimir, o más bien borrar, completamente, todos los recuerdos
angustiantes. Aaron Appelfeld, escritor israelí particularmente
sensible, escribió en uno de s us libros : "Todos los que recordaban
fueron barridos , como aserrín, por el viento. Pensamientos tormen-
tosos los han hecho enloquecer, los recuerdos los han hecho enloque-
cer. Sólo aquellos que consiguieron olvidar pudieron vivir largo
tiempo. Los que poseían una memoria óptima murieron" 2 g .

Como escribí en 1992 (aquí en la página 34), citando un ensayo


fundamental de Yoseph Hayim Yerushalmi, la conciencia del
cruce-identidad entre n1emoria y olvido no puede y no debe debili-
tar la polémica contra los "asesinos de la memoria". Cuando en un
congreso sobreMemoriay memorias, que se desarrolló en Roma en
mayo de 1995, me encontré con Dina Wardi, le pregunté qué quería
decir el título de su libro, Velas de la memoria, que, entonces,
todavía no había leído, y cuáles eran las angustias de los hijos de los
sobrevivientes. Me dio una respuesta que nunca he olvidado: las
velas conmen1orativas están ligadas a emociones dolorosas Y al
mismo tiempo son una fuente de luz . Pero atribuyendo a las
personas la tarea que tienen las velas, se olvida que las velas dan
luz consumiéndose a sí ,nismas en esta tarea.

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