Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Batalla de Cien Años. Tomo 3 (1925-1985) (Élisabeth Roudinesco) PDF
La Batalla de Cien Años. Tomo 3 (1925-1985) (Élisabeth Roudinesco) PDF
LA BATALLA DE
CIEN AÑOS
HISTORIA DEL PSTCOANALISIS ' .
seriepsicoanálisis
y psicoterapia
degrupo
TíruJo original: LAbatailledeCe11t
ans.Histoiredela psycbanalyse
en Fra11ce.
Volumen 2 {1940-1985)
© E<!itionsdu Seuil1986. 27 RueJaco b, París. Francia
© Editorul Fundtmeotos, 1993.en lengua española pan el mundo entero.
Caracas, 15. 28010 Madrid. España. Teléfono 3199619. Fax 319 5584.
LS.B.N.: 84.245-0645-6
Depósito Legal:M • ••366 .93
Impresión:
Printedin Spain
COLECCION CIENCIA
SERIE PSICOANALISIS Y PSICOTERAPIA DE GRUPO
Dirigida por Nicolás Caparros
TERCERA PARTE
MARCELPROUST
•
CAPÍTU LO l.
La Escuela Freudiana de París: la reconquista
7
La Francia freudiana en todos sus estados
mente imposible hablar de Freud sin refer irse a Lacan. Y cuando los discursos
filosóficos, literarios y psicoanalít icos reinantes soslayan la obra lacaniana, esa
evitación remite a ta presencia permanente del lacanismo en el corazón de la cultura
francesa. En virtud de este principio, ta Escuela Freudiana de París, desde su creación,
está condenada al gigantismo puesto que prueba, por su existencia misma, el progreso
actuante del relevo ortodoxo elabo rado por Lacan. Ahora bien, este progreso tiende a
representar el conjunto de un proceso expansionista que afecta a las otras Soc iedades,
aunque éstas quieran resistirse para preservar su fachada unita.-ia o corporativ ista. De
modo que, desde 1964, la historia del psicoanál isis en Francia depende de la del
lacanismo, como síntoma de una última implantación del freudismo en suelo nacional .
Esto no quiere decir que tas sociedades no lacan ianas no posean su historia espec ífica
e interna; pero esa historia especifica e interna se descifra a través de la del movimiento
lacaniano que ocupa ahora una posición motriz, a partir de la cual están obligados a
definirse los demás movimientos, a veces al precio del silencio .
En pleno proceso expansionista, que llega hasta fines de los años setenta, surge
la protesta estudiant il de mayo de 1968. Anuncia la decadencia del estructuralismo al
mismo tie mpo que favorece la nueva edad de oro de una forma francesa del freudismo
y del antifreudis mo por la vía del fem inismo, de la antipsiquiatría, del freudo-marxismo
y un maoísmo libertario . Esta ola de protesta no impide que el expans ionismo prosiga:
por el contra rio: abre nuevas puertas al psicoanálisis en la Universidad . Pero al
atravesar tanto al movimiento lacaniano como a las demás instituciones psicoanalíticas,
provoca una situac ión de crisis que culmina en la división genera lizada de los reinos
freudianos con redistribución de los territorios de ocupación: disoluc ión y dispersión de
la EFP, conflictos y explosiones defensivas en las otras sociedades .
Durante los cuatro años que precedieron a las barricadas de la calle G~y-Lussac,
el sol de Austerlitz sigue brillando en una Francia freudiana entregada a su triunfo. Pero
durante los doce años que suceden a este acontecim iento se perfila sobre un horizonte
en expansión la triste llanura de un Waterloo del psicoanálisis que la trágica agonía de
Lacan y su escuela hacen más sombría aún.
Expulsada del movimiento psicoanalítico internacional, la obra lacan iana va a
ocupar un lugar central en la aventura francesa del estructural ismo. Diez años después
del momento fecu ndo de su elaboración, el retorno a Freud sale al encuentro de las
preocupaciones de una especie de "filosofía" estructuralista que nace al interrogar a la
lingüística saussuriana y se convierte ella misma en punta de lanza de una rebelión
antifenomenológ ica. La efervescencia doctrinal de los años sesenta, que se concreta
en torno a los trabajos de Louis Althusser, Roland Barthes, Michel Foucault, Jacques
Derrida, y que toma como objeto de estudio la primacía de la lengua, el antihuman ismo,
la descontrucción o la arqueología, se parece en algunos aspectos a la explosión
surrealista de la entreguerra. Pero en vez de situarse de entrada en el marco
vanguardista de las revistas literarias, toma cuerpo en el interior de la instit ución
universitaria, que prepara el terreno para la rebelión estudiantil de mayo de 1968.
El pensamiento estructural ista no tiene verdadera unidad sino que constituye un
movimiento de ideas. En Francia, Lévi-Strauss, Lacan, Benveniste y Dumézil son los
primeros, por la edad y por la fecha de sus publicaciones , en inspirarse en el método
estructural. Aunque se refiere continuamente a la antropolog ía lévi-strauss iana lacan
utiliza la lingüística de manera más directa que Lévi-Strauss que sólo saca de' ella un
modelo. Después de ellos , Foucault, Dernda y Althusser emplean igualmente las
9
La Francia fraudiana en todos sus astados
nociones de signo, lengua , sistema y estru ctura, pero de manera muy diferente. Asi que
se puede resu mir la historia del estructura lismo francés a part ir de dos momentos
teóricos fecundos. En una primera etapa, la lingüist ica sirve de ciencia piloto en el
campo del psicoanális is y la etnol og ía, y en una segunda etapa surgen un conju nto de
trabajos muy diferen tes ent re sí pero que tienen en común e l eva luar filosóf icamente,
la condición de las ciencias llamadas humanas y plantear la prima cía del lenguaje sobre
el pensamiento , del sistema sobre lo viv ido, de la forma sob re el contenido , del signo
o la letra sobre el sujeto y la sincron ía inconscien te sobre la diacron ía actuante . Dentro
de esta segunda conf iguración en la que se concreta el fenó meno estructuralista, la
doctrina lacan iana aparece como una apertura cient ífica al descubr imiento freud iano :
"E l punto de ruptura-escr ibe Foucault-q ued6 situado el día en que Lévi-Strauss por
lo q ue se refiere a las sociedades y Lacan al inconsc iente nos mostraron que el 'se ntido'
probab lemente no era más que un efecto de supertic ie, un espejismo, una espuma , y
que lo que nos reco rría por den tro, lo que estaba antes que nosotros , lo que nos
sostenía en el tiempo y el espac io, era el sistema 1:
Ciertamente no es por cas ua li da d si, en e l centro de este alboroto
antifenomeno lógico, el interés prestado a l lacanis mo proviene primero del pensamiento
marxista, representado por Louis Althusser . Filósofo de cultura católica, comienza a
descubr ir la obra freud iana al fina lizar la guer ra, después de cinco años pasados en
cautiverio. En la misma época, se adh iere al Partido Comun ista y conoce a Héléne
Ritmann, una mujer jud ía de origen ruso. Tiene ocho años más que él y se convierte en
su compañera. Viven juntos en la École Normale Supérieure. Él es catedrático pasante ,
ella soció loga.
Héléne part icipó en la res istencia con el apellido Legotien. Por un oscuro asunto de
medias de seda y caprichos de Eisa , Aragon la exp ulsó del Partido. Durante la ocupación ,
en Niza, conoció a Lacan y le contó su vida baj o las palmeras del Paseo de los Ingleses. Él
quiso convencer la de que se hiciera psicoanalista . Ella rechazó la oferta2 . • .
Mientras que en las filas del movimi ento comun ista la campaña antifreud iana está
en su apogeo , Louis Althusser cruza la aventura del psicoanálisis en el espejo de su
locura. A veces sufre depres iones y a veces es presa de una febril exaltación . Para
curarse, acude a Pierre M~le que lo hace internar en Sainte-A nne con un diagnóstico
de demencia precoz. Burlando todas las vigilanc ias, Héléne va a visitarlo : está
acostumbrada a las prácticas clandest inas . Al cabo de algunos dlas , Ajuriaguerra
contradice el discurso de MA!e y habla por primera vez de psicos is maniaco-depresiva.
Althusser sigue un tratamiento de electrochoq ues y luego inicia un narcoanális is que
durará doce años. Durante veinte años deberá enfrentar la saga del gran encierro , de
Sainte:Anne a M~udon, de Saint-Mandé a Épinay, de la Vallée-aux-Loups a Soisy .
Inyecciones, medicamentos y túnicas blancas: rutina o ritornelo3: " En nuestra memoria
filosófica -scribe a propósito de la Jdanovchtchina - ese tiempo permanece como
e! de los intelectuales armados , persiguiendo el error por todos lados , el de los filósofos
sin obras que ~r~mos, pero que hacían política con todas las obras , y que cortaban el
mundo con el unico f1lo, artes, literaturas, filosofías y cienc ias, del despiadado corte de
clases, el tiempo que, como caricatura , aún resume una palabra , alta bandera
flameando en el vacío: 'ciencia burguesa , ciencia proletaria '•.'
Contemporá~eas del proceso de desestal inización abierto por la era kruchevia na,
las ob_rasde Louis_Althusser y sus discípulos se enmarcan en la controversia sino-
soviética Y la d1V1s1ón del movimiento comun ista en dos campos. Según el filósofo,
10
La Escuela Freudiana de Parls : la reconquista
alumno de Ba?he lard , la obra de Marx constituye un descub rimiento sin precedentes .
Abre al conocim iento humano un nuevo co ntinente : el contine nte historia . Para captar
el sent ido de este descubrim iento , hay que elaborar una lectura síntoma! de los textos
de Marx que permita extraer el carácter intraducib le o no pensado. La noción de lectura
sintomal se emparenta a la vez con la distanc iación brechtiana y la clínica freud iana.
Opera u_na selec_':'ón d ialéctica dentro de un conj unto estructu ral siemp re incumplido.
Denunc ia la 1lus1on de la esencia , la profund idad o la completud en beneficio de la
realidad del recorte, la ruptura o la madurac ión. Por esta razón , se opone a la lectura
literal que pretende ser inocente o libre de opinió n formada, y a su coro lario, la lec tura
interpretativa o hermenéutica , que pretende desc ubrir la esenc ia escond ida de un texto,
su "subconsc iente·. De modo que Louis A lthusse r se aparta del fetichismo de la letra
y de la magia de la f irma, forma moder na de l culto a la personal idad .
Hay pues una ana log ía eviden te entre e l retomo a Freud que Lacan teorizó en los
años cincuen ta y la lectura alt husser iana de Marx ela borada diez años más tarde . Cada
uno en su reino, estos dos renova dores mantie nen con las nociones de padre simból ico
y texto fundado r una re lación apas io nada. Los dos ocupa n un lugar particular dentro de
un movimien to internac ionalista : un lugar que va de la integrac ión al apartamie nto y de
la soledad a la disidencia . El encuentro entre el paso althuseriano y la avanzada
lacaniana se produce en el momen to en que ésta a lcanza el umbral extremo de su
madurez. Se produce ent re dos maestros y por intermedio de los discípu los y, desde
un punto de vista anecdótic o, pod ría resumirse así : un psiqu iatra envejecido, excluido
y aislad o encuent ra refugio y algu ien nuevo que lo escucha en un filósofo comunista,
que educa detrás de las rejas de la mayor escuela de Francia a la élite intelectual de
la nación. La cues tió n es muy extraña y la singularidad de este cruce de destinos
merece se r co ntada.
Tratando de salir de l vac ío teór ico en el cual se ha encerrado el comunismo
francés, Louis A lthusse r renueva de manera crítica el gesto po litzeriano .
Siguiendo la huella del húngaro, tom a como blanco la "lamentable historia de la
filosofía francesas: pero contra él sitúa el descub rimiento freudiano en el centro del
continente histór ico abie rto por Marx. De ahí ese juicio en pretérito indefinido que se
emparenta exacta mente co n el que Lacan profirió veinte a ños antes: "Esta es la
realidad que tuvimos que aprender a deletrear, y a deletrear completamente solos .
Solos pues no tuvi mos aqu í, en filosofía marxista, verdaderos y grand_es maestro s para
guiar nuest ros pasos. Politze r que hubiera podido ser_uno, s1no hub iera sacrificado ~a
gran obra filosófica que lleva ba en él a tareas económicas más urgentes, no nos hab1a
dejado sino los e rrores geniales d e su Crítica de los fundamentos de la ps,cologfa .
Había muerto ases inado por los nazis. No teníamos maestros6 . " _ _
Algunos años después de la creación de la SF P, Althusser descub re los pnnc1pales
artículos de Lacan en diferentes números de La Psychanalyse . Paralelamente, lee los
textos de los discípulos de Freud y, dur~nte el año 1962-19~3, hace trabaja r a :'u_s
alumnos sobre Los orígenes del pensamiento 1:structuraltsta. El m,smo_habla de Lev,-
Strauss, Foucault y Montesq uieu; Jacques -Alam M1ller de la arqueolog1a _del s~ber en
Descartes, y Pierre Mache rey de los orígenes del leng_ua¡e. Jacques Ranc1ére. Etaenne
Balibar y Jean-C laude Milner participan en este sernmano en el que ya se preve _que
Michel Tort presen te una ponenc ia sobre_Lacan. Parale lamente, M1lle( sigue con M1lner
el seminar io de Roland Barthes en la Ecole Pratique des Hautes El udes en el que
escuchan una conferenc ia de André Green sobre Lacan 7 .
11
La Francia freudiana en todos sus estados
E p·n·ón de Althusser la obra lacaniana ocupa una posición estra tég ica de
primer: ~~~rtanc ia. No sólo permite operar una crít ica_de la visión .~~vlov 1ana a travé~
de la cual el movim iento comunista denunció al freudis mo como c1enc1aburguesa ,
sino que impugna también los ideales adaptativos de la escuela estadounidense._ Ahora
bien, ese dob le combate encaja con el proyecto althusse nano de una reno~ac1ón_del
pensam iento marxista, capaz de tomar en cuenta un_anoción de su Jeto no ps1cológ1co.
Es por ello por lo que, hacia la primave ra de 1963, el filóso fo sigue ~e cerca la evol ución
del movimiento psicoana lítico francés. Está al corriente de las d1f1cultades de Lacan y
piensa seriamente en proponerle traslada r su seminario a una sala de !ª ENS d onde
los jóve nes que preparan los concursos de opos1c1ónpudiera n benef1c1a rse con su
enseñanza. Para prepara r un encuent ro, publica u n artícu lo e n la Revue de
/'enseignement philos ophique, en el que hace un primer elogio de la obra lacan iana:
"Marx basó su teor ía en el rechazo al homooeconomicus, -escr ibe-y Freud basó la
suya en el rechazo al hamo psychologícus. Lacan vióy com prend ió la ruptura liberadora
de Freud. La comprendió en el sentido pleno del término, tomá ndo la al pie de la letra
de su rigor y forzándola a producir, sin tregua ni concesiones, sus propias consecuencias.
Puede equivocarse como cualquiera en cuestiones de detalle, incluso en la elecci ón de
referencias filosóficas: le debemos /o esenciafl."
Esta frase no cae en saco roto. De modo que Su Majestad se apres ura a invitar a
almorzar al "caimán". Lacan lleg a al restaurante con un cigarro entre los labios y
Althusser murmura: "Así que lo arrolló usted9." Los dos hombres se reúnen varias
veces, pero no dicen nada respecto al posible traslad o del semin ario a la ENS. Lacan
no ha sido excluido aún de la S FP y el otro espera el momento oport uno. Sin embargo,
aquel capta las intenciones de éste ; en octubre de 1963, cuando la ruptura con la IPA
se define, le pide que encuentre una solución a su proble ma. Conocemos el resto ...
Desde el principio del año escolar, Althusser pone en el progra ma de su curso la
obra de Lacan y propone a los alu mnos de la ENS ocuparse del tema de los
fundame ntos del psicoaná lisis. Asi, por p rimera vez, los textos lacan ianos son leídos
en una perspecti va filosófica que excede ampliamente el marco de la clínica. Se elige
a Michel Tort para inaugurar est~ serie de conferencias porque ya tiene una formac ión
freud iana. En 1962, siguió con Et ienne Balibar el curso de Laplanche y participó en el
grupo de traducció n animado por André Bourgu ignon. Durante las vacac iones, hizo un
trabajo que le confió Althuse r sobre el primer número de La Psychanalyse.
Tort hab la varias veces ante sus compañeros . Expone los principales conceptos
freud ianos, critica los idea les del psicoaná lisis llamado "estadounidense · y explica las
innovaciones lacanianas 10. Por su parte, Étienne Baliba r hace un estudio del seminario
sobre las psicosis comparando los conceptos freudia nos y lacan ianos. Yves Duroux
estudia las diferentes definiciones de la palabra "estructura " en los textos de Husserl,
Lacan y Merleau-Ponty. Por último, Jean Mosconi dedica su conferenc ia a las
relaciones entre el psicoaná lisis y la antropología. A su vez Louis Althusse r habla en una
prim~r~. oportu nidad de _la concepción lacaniana del deseo y en una segunda de la
cond 1cion de la ps1colog1afrente a la revolución freudiana " .
La ponencia más sinto mática d e esa época teo ricista es la de J acques-Aluin Miller
Más j oven que sus compañe ros, este hijo de un médico judío polaco, tiene entonces
diecinueve años Y no ha leído ni una línea de Lacan : " Lo leí -d irá veinte años más
tarde-por invitac ión de Althusse r. [ ...] No había leído ni una línea de Lacan por aquella
fecha , setiemb re de 1963, y pensaba asistir a ese seminario única mente corno oyente.
12
La EscuBla FrBudíana dB Par(s : la rBconquista
13
La Francia freudiana en todos sus estados
movil ización que supera ampliamente e l ma rco de la ENS, Lacan le debe todo a
Althusser. · · d
Mientras que Lacan , a partir de l 15 de ene ro de 1964, torna cona~ncia _eeste
cambio de perspectiva , Louis A lthusser redacta a toda ve loc idad un articulo titu lado
" Freud y Laca n• en el q ue desarrolla sus posic iones . Se muestran las cart as_al empezar
el juego. El autor denuncia a la vez el revisionismo de 1~ escuela estadoun idense, que
sirvió a la exp lotación de que fue objeto el psicoanálls 1s, Y a los sos tened~ res del
jda nov ismo, que resu ltaron víctimas de la ideología que rechazaban al confund ir a ésta
con el descub rimiento fre udiano. Luego evoca la figura de los tres grandes mald itos del
fina l del siglo X IX: Freud, Marx y Nietzsche, con dena?os a la so ledad , la locura o la
miseria por haber inventado de cabo a rabo unas teonas q~e vio laban las normas de
la filiac ión lega l: "Pues cuando quiso [Freud] pensar, es de~1r ~xpresar con la for_ ma de
un sistema riguroso de concep tos abstractos, el descubn m1ento extraord1nano que
encon trab a cada día en la cita con su práctica, por más que buscó precedentes teóri cos,
padres de teoría, prácticamente no encontró. Tuvo que soporta r y acond icionar la
situac ión teó rica siguiente: ser un padre para sí mísmo, constru ir con sus manos de
artesano el espacio teórico en donde situar su descubrim iento, tejer con h ilos que pidió
prestados a diestra y siniestra al tuntún. la gran red e n la que coger , en las profundi-
dades de la exper iencia ciega, el pez redundante del inconscient e, que los hombres
llaman mudo porque habla incluso cuando duer men14." El resto del art ículo está de-
dicado al retorno lacaniano a Freud . A Althusser no le bas ta con mostra r que Lacan es
el único que inauguró una elucidac ión epistemológ ica real de la obra freudiana , sino que
rinde un vibrante homenaj e a su personaje, como si él mismo quisiera identificarse con
la soledad spinoziana de un hombre exclu ido de su co munidad . En vez de estar
'1ascinado " por la seducción de este maestro, er ige un retrato de él en el que la
comprensión de las debilidades y el sufr imi ento del hombre excede a la evaluación de
su "carisma": "De ahí la pasió n contenida -escr ibe- la contención apas ionada del
lenguaje de Lacan, que sólo puede vivir y subs istir en el estado de alerta y prevención:
lenguaje de un hombre sitiado y condenado de antemano por la fue rza aplastante de
las estructuras y las corporaciones a menazadas, a adelantarse a sus golpes , a fingir
al menos devolverlos antes de haberlos recibido , desalentando así al adversario a
aplastar lo bajo los suyos[ ...] Al tener que enseñar la teoría de l inconsciente a méd icos,
analistas o analizados, Lacan les da, en la retórica de su palabra, el equivalente imitado
del lenguaje del inconsc iente que es, como todos sabemos, en su esenc ia última, Wítz,
retruécano, metáfora fallida o lograda ,s:
Sin duda Louis Althusser está más protegido que los demás de los efectos
devastadores de una relación neurót ica con la persona de Lacan. En las diversas
oportunidades en que los dos _hombres se encuentran, el maestro no despliega ante él
su habitual arsenal de adu laciones y demandas. No le propone asist ir a su seminar io,
ni entrar en aná lisis con él, ni cambiar de técn ica terap éutica. Encuentra una especie
de límite a la omnipotencia de su reinado en la alte ridad radical que ofrece a su mirada
un hombre que supo discernir la verdad humana de su persona je.
Para marcar claramente la ruptura con el período jdanov iano, Althusser decide
publicar su artíc ulo en _L~nouvelle critique. Se lo da a Jacques A rnaud que lo acepta.
y el texto aparece en d1c1embrede 1964, un año después de haber sido redactado . En
el momento, no encuentra ningún eco dentro del Partido en la medida en que el
abandono de la Jdanovchtchina se fue haciendo pausadamente desde 1956 y no
14
.
La Escuela Freudiana de París : la reconqu ista
generó ningún mo vimiento crítico , sobre tod o con re lación al ps icoanálisis. El mismo
afio Louis A lthuss er dedica su sem inario de la ENS a realizar una lectura co lectiva de
El Capital eí! la que part icipan sus a lum nos Roger Estab le!, Pier re Macherey, Jacques
Ranc ie re y Etien ne Bali ba r. Con ellos elabor a la noción de lectura síntoma! y separa ,
valiéndose del concepto bach elard iano de corte epistemológico, un Ma rx maduro,
plenamente marx ista , y u n joven Marx aún hegel iano . Este trabajo se publica en 1965
con el títu lo Leer El Capital simul tán eamente, con e l pr imer libro de Althusser , una
selecc ión de a rticu las, t itu lado Pour Marx. Estas dos obras sirven de frontón a la
apertura de la co lección ''Théo rie" en la ed itora de Fran9ois Maspero. Desde entonces
los trabajos althuss e rianos se hacen céleb res y pasan a integrar e l corazón de la
concepc ió n est ructural ista. Así los percibe un amp lio púb lico intelectual que los
relaciona con los de Ro land Ba rthes , Claude Lév i-Strauss, Michel Foucau lt y pronto con
los de Ja cques Lacan .
Ese año , Louis Althusser cambia de método terapéutico. Abandona su tratam iento
por narcoaná lisis y em p ieza una cura con René Diatkine, ex anal izando de Lacan y
representa nte, con Serge Lebovic i, del ps icoaná lisis méd ico . Con esta opc ión, el
filósofo sella una separac ión ent re su cond ición de ana lizado y su compromiso teórico .
Por un lado , critica los ideales adaptat ivos del psicoaná lisis, y por el otro permanece fie l,
igual que en política, a un orden instituc ional reinante .
Desde 1963 , dentro del Part ido las posiciones althusser ianas son objeto de una
viole nta crítica por parte de los filósofos oficiales Guy Besse y Rogar Garaudy. Pero,
con la pub licac ión de los dos libros de la colecc ión ''Théorie ", las cosas se vuelven más
evidentes. El interés que presta Althusser a un lenin ismo clás ico y sobre todo a las tesis
de Mao Zedong refe ridas ala dialéc tica , los comun istas ortodoxos lo sienten j danoviano ,
en un mom ento en que el Partido sufre las consecuencias de la ruptura sino-soviét ica
y se prepara pa ra en la reunión del Comité Centra l de Argenteu il de 1966 parir una carta
que garantice la libertad de exp res ión a los inves tigado res y escri tores . A la vez que se
mantiene ligado a los ideales humanistas de un marxismo soviético , el PCF se orienta
hacia un liberal ismo de tipo prag mático sin intentar realiza r una crít ica "teó rica" al
stalin ismo y el jdanov ismo . Ahora bien, en esta perspect iva, las posic iones althusserianas
parecen tanto más peligrosas cuanto que dan un ava l teór ico al mao ísmo y amenazan
con influir en un sector de la juventud estudiantil.
Hacia 1963- 1964 , va rias cor rientes recorren la Un ión de Estudiantes Comunistas
{UEC), una de las cua les, la tendencia "ital iana •, se inspira en el semanario Rinascita.
Med iante el periódico Clarté, trata de abr irse a los grandes problemas de l momento: la
"liberac ión" sexual , la anticoncepción, los viajes y los nuevos modos de comun icación
entre los jóvenes. Entre los dirigentes de esta tendenc ia figu ran Yves _Buin y Pierre
Kahn, quienes van a estar relacionados con la_aventura freud rana . El pnmero se hará
psiquiatra y escritor y pub licará un hermoso hbr~ sobre ~ . Re1,chy el segundo será
psicoana lista y miembro de la EFP . Fren te a los Italianos , el circulo UEC de la ca lle
de ULM, dirigido por el grupo althusser iano, bajo la ég ida de Robert Lin~art, se opone
a esta apertura "burguesa " y sostiene la pnondad de una formac ión teórica sólida: "La
intervenció n del delegado de Ulm en el V II Co ngreso de la UEC celeb rado en marzo de
1964 -escribe Jacques Ranciere- que señaló la entrada de los althusse rianos en la
batalla política, lo expresó en términos sabiamente _sopesados: la UEC tiene su práctica
propia en el medio estudiantil . No tiene que d rscutrr acerca de la bomba atómica O del
conflicto sino-soviético. Primero tiene que sentar las bases que perm itan discuti r sus
15
La Francia freudiana en todos sus 9Stados
problemas. Ten íamos que apoyar las posiciones del Part_ido, pero n_oteníamos nece-
sidad de basar ese apoyo en análisis apresurados. Primero hab1a que adquirir la
formación teórica.( ...] De ahí el esfuerzo que el círculo hizo dedicar al per iódico Clarté.
La moción que el congreso votó a iniciativa suya exigió que el periódico dedicara
secc iones regulares al comentario de los grandes textos Y a los prob lemas teóricos
actuales . Para eso , Clarté debía recurrir ·a los camaradas competentes en las esferas
especializadas'. Por supuesto , éramos nosotros esos camaradas 16 ." En una primera
etapa pues, el círculo althusser iano de la calle de Ulm apoya a la dirección del Partido
cuando en 1965 se produce inevitab lemente el apartamiento de la tendencia italiana.
Pero un año más tarde, Waldeck Roche! dirige sus ataques cont ra la refundición
althusseriana vinculando el antihuman ismo teó rico con el sectar ismo chino. Impugna
la idea de que el descubrimiento marxista supuestamente tiene un carácter de
cientific idad y se queda con la defin ición tradicional del marxismo filosófico como
ideología humanista , centrada en la noción de persona o suje to pleno 17.
Atacado por el Partido, Althusser empieza a ser c riticado por sus alumnos que le
reprochan su fidelidad política , si no teór ica, a lo que ahora se llama revisionismo. Este
término , que forma parte de la historia del vocabulario marxista , designa la doctrina
elaborada por E. Bernstein después de la muerte de Engels . Ésta toma nota de la
legal izació n del comunismo en las democracias europeas y critica en varios puntos el
marxismo original para desembocar, en mater ia po lítica, en una estrategia reformista.
Refuta do por Lenin, el revisio nismo fue tachado de oportunismo y pragmatismo por su
abandono de los princip ios fundadores y su adaptación a la coyuntura del momento. La
utilización del térm ino que Mao Zedong aplicara a la situación soviética desemboca , en
los años sesenta, en una cr ítica generalizada de los partidos occidentales, acusados
a la vez de comprometerse con la democracia burguesa y quedar subordinados a una
orientación krucheviana, considerada tamb ié n como una revisión del marxismo . Contra
este revisionismo, el maoísmo reivindica no sólo la herencia del marxismo- leninismo
sino también la del stalinismo . En Francia , el maoísmo toma cuerpo a partir de ese
postulado y la palabra "revisionismo" tiende a simbolizar de manera general el
abandono de los principios teóricos en beneficio de una adaptación pragmática a la
realidad del mundo. Ahora bien, para los jóvenes lectores de la obra lacaniana,
fogueados en la enseñanza althusseriana, el freud ismo "estadounidense· y más en
general el psicoanálisis "adaptativo " son comparables a un revis ionismo porque se
apartan del descubrim iento freud iano para asimilarlo a los ideales de la medicina Y la
psicología . Por su parte Lacan empleó la palabra desviación para catalogar las
posiciones doctrinales del neofreudismo. Así que su relevo ortodoxo puede parecer, en
vísperas de la revolución cultural china, un antirrevisionismo rad ical. Y, por consiguiente,
puede empezar a producirse un encuentro ·~eórico", en la coyuntura francesa del
estructuralismo, entre el lacan ismo y los principios del maoísmo , incluso si ese
maoísmo sirve de vehículo, en materia de artes y ciencias humanas, a los ideales
sectarios del antiguo jdanovismo.
Dentro de la vanguard ia teórica se forja pues un consenso antirrev isionista QL•e
entre 1965 y 1966 da como resultado la creación de tres revistas impresas en
multicopiadora en la misma editorial y centradas en torno a la enseñanza de tres
maestros: Charles Bette lhe im en los Études de planification socialiste. Louis Althusser
en Les cahiers marxistes·léninistes y por último Jacques Lacan en los Cahiers pour
ranalyse. Naturalmente , cada una de estas revistas posee su orien tación espec ifica.
16
d
•
La Escuela Freudíana de París: la reconquísta
pero las tres tienen en común , pese a sus divergencias, un retorno a los principios
fundadores del combate teórico: la econom ía la primera , el marxismo político-filosófíco
la segunda y la ciencia y la lógica la tercera . '
En junio de 1964, la mayor ía de los alumnos de Althusser se adhieren a la Escuela
Freudiana de París para formar allí un cartel sobre "la teoria del discurso" Entre los
miembros más act ivos se encuentran Jacques -Alain Miller , Jean-C laude Milner e Yves
Duroux. Losdemás, ,ausentes de Par ís, partic ipan sin regu laridad y componen un grupo
de ocho personas: Etienne Balibar , Alain Grosrichard, Pierre Macherey , Jean Mathiot,
Jean Mosco ni, Jacques Rancie re, Fran9ois Regnault y Jean-Mar ie Villeg ier. Temiendo
la seducción de Lacan, Michel Tort no ent ra en la EFP e intenta obtene r un diploma bajo
la direcc ión de Lagache. Un día que se reúne con el viejo maest ro para almo rzar le lleva
su tesis, pero olvida dejársela. Anal izado por Granoff, permanecerá sin ser ni verdade -
ramente althusser iano ni verdaderamente lacan iano por rechazo al teoric ismo marxista
y el logicismo lacan iano 18• En diciembre de 1964, en el momen to en que A lthusser
empieza su curso sobre El Capital, Lacan ofrece una conferencia ante el círculo res-
tringido de los alumnos de la calle de Ulm, haciendo notar así la importanc ia que asigna,
fuera de su seminar io público, al trabajo sobre sus textos. Ese día elige comentar la
fórmula cartesiana de l Pienso, luego existo, que reescribe Pienso: luego existo 1s.
En abril de 1966, con el comienzo de la revolución cultural , sobreviene una escis ión
prochina dentro del círculo ulmiano de la UEC, que resulta en la creac ión de la Unión
de las Juven tudes Comunistas Marxistas-leninistas (UJCML) . Esta ruptura dispersa a
los alumnos de Althusser en varias tendencias. Unos eligen la vía maoís ta de un
combate "proletario", otros se quedan en el Partido para proseguir la lucha teórica y por
último hay algunos, que pa rticiparon en la fundación de los Cahiers pour ranalyse, que
no dejan de ser miembros de la UJCML . Muchos de los adherentes de esta agrupación
se encontrarán después de los acontecimientos de 1968 en las filas de la Izquierda
Proletaria.
Los alumnos de Althusser no son los únicos que durante los buenos años
estructuralistas abordaron la obra freud iana desde su refundición lacaniana. Antes que
ellos y por una vía más tercermund ista y menos teoricista, el filósofo Lucien Sebag,
discípulo de Lévi-Strauss, descubre la aventura del inconsciente en los textos publica-
dos en Les Temps Modernesy en La Psychanalyse. Nacido en 1933, pertenece a una
generación anterior a la de los círculos marxistas-len inistas y los Cahíers pourl'analyse.
Antes de la creación de la UEC, parti cipó en el nacimiento de la oposición comunista,
lo expulsaron del Partido y después se vinculó a diferentes movimientos de extrema
izquierda. En 1961, se va a vivir con los guayaki del Paraguay y los ayoreo de Bolivia.
A su regreso, sueña con operar una vasta síntesis teórica ent_re u~a. histor ia _de las
sociedades dirigida por la infraestructura económica y una h,_stona1nd1v1dual regida por
la determinación inconsciente. Soslayando el freudo-marx1smo, en 1964 publica un
libro conmovedor Marxisme et Structuralisme, que empieza con estas palabras: "Sólo
el primer paso es' decisivo: er.tre el discurso o la violencia, entre el caos efectivo n la
razón ¿qué debo elegir? Una vez resuelta esta pregu11tainicia l -y lo está puesto que
es~ribo- lo que se despren~e se deja pen~ar. ciar.amente: para mí no hay ahora
existencia posible sin conformidad con la razon. El libro es!á dedicado a Ju d1th20.
Desde hace algunos años, Sebag se analiza con_Lacan. Este mantiene con el jóven
etnólogo una relación privilegiada. Aprecia sus cualidades intelectuales y cuenta con
él para dar un nuevo hálito a su doctrina. Pero en enero de 1965 se produce el drama:
17
1
La Francia freudíana en todos sus est d
ª os
Sebag se suic ida disparándose una bala de revólver _en la cara. Sobre la mesa , deja una
misiva personal y el número de teléfono de una amiga de larga dat~ que lo albergó en
su casa durante un episod io depres iv?. Conster~ado por la violenc ia de este acto que
no pudo impedir , Jacques Lacan conf1a su aflicción a sus am igos. A u~os les pide que
no cuenten nada y a otros les explica que hizo todo _lo ~os1ble para evitar. ese gesto21_
"Sin él -escribe Lév i-Strauss a propósito de su d1sc1pulo- la etnolog1a no será la
misma22." No sólo la etnología. Si Lucien Sebag hub iera viv ido, el lacanismo sin duda
hubiera tenido un destino diferen te .
Durante este período en el cual la filosofía interroga al psicoaná lisis por un sesgo
estructural , la obra freudiana es igualmente aprehendida fuera de su lectura lacaniana.
En 1965, Jacques Derrida, profesor de la ENS, pero más joven que Louis Althusser,
publica en la revista Critique un artículo que dará lugar a un libro : De /agrammatotogie?J.
El térm ino, que pertenece a Littré, designa el tratado de las letras, el alfabeto, la
silabación, la lectura y la escritura . Derrida lo utiliza para definir el pos ible surgimiento
de una "cienc ia de la letra" cuya verdad habría sido reprimida por el togos occidental,
desde Plató n, a través de la primacía dada a una mística de la palabra plena o la
escritura fonética. En esta perspectiva , existiría un logocentr ismo como "rebajamiento"
de la escritura que, hasta la linguist ica saussur iana, servi ría para oculta r la presencia
de la letra. Ante esta descripción, Derrida propone reemp lazar semiología por
gran1atologfa en el Curso de linguistica general . Esta sustitución permitiría liberar el
proyectosem iológico del reinado de una linguist ica basada en el legos o el fonologismo.
Esta concepción constituye para la histor ia del estructu ral ismo francés, y dentro de
la configuración creada por él, la primera impugnac ión filosóf ica de la utilización de la
linguist ica en las ciencias llamadas humanas: "Cuando me refería a Sa ussure o Lacan
-óestaca Derrida- no criticaba tanto sus textos como el papel que esos textos
desempeñaban en el escenario intelectua l francés24.• Sin embargo, esta crítica se
opera desde la linguistica puesto que Derrida toma el descub rimiento saussuriano
como punto de referenc ia de su rechazo al fono logismo . Por tant o, no hay verdadera
discontinuidad entre lo que enuncia y la totalidad de un dis curso centrado en la alusión
saussuriana. Sin embargo, esta falta de discontin uidad no impide que se produzca un
cambio total de problemática en el corazó n de un consenso segú n el cual el sujeto
queda sometido a la ley de la e structura: significante, letra o sím bolo. El proyecto
derridiano combate la etnología lévi-strauss iana a causa del apego de ésta a una
concepción rousseauls ta del origen del leng uaje . Efect ivamen te, en Rousseau el
lenguaje provie ne del grito o la palabra. Pero Derr ida tamb ién critica implicitamente la
lectura lacaniana de Freud por su adhes ión a una primac ía del significante sentido
como ".t~fos de la palabra plena_".En la segunda parte de su libro, explica largame~te
su pos1c1ónrespecto a los trabajos de Lévi-Strauss, como lo había hecho dos anos
antes a propósito de L'Histoire de la Folie d e Mic hel Foucau lt. A l primero le reprocha
el etnocentr ismo, asimilado a un fonocen trismo, y al segundo le habla criticado una
25
interpretación demasiado restrictiva, incluso demas iado racional, del Cog~o cartesian° ·
Sobre la obra de Lacan, Derrida no dice nada.
Sin embargo, en una nota, objeta la noción de primacía del significante: "La
'primacía' o prio ridad del significante -escr ibe- sería una pos ición insostenible _Y
absu rda de fom,ul~ rs~. ilógicamente en la lógica misma que quiere, legítimamente sui
duda, destru ir. El significante ¡amás precederá lícitamen te al significado, so pena de no
ser más sign ificante y el significante 'significan te' ya no tendrla ningún significado. El
18
La Escuela Freudisna de Psrls : la reconquista
pensamiento que se anuncia en esta fórmu la imposible sin logra r aloj arse en ella debe
pues enunc i~rse ~e -otro m~do : no podrá sin duda hacer lo si no desconf ía de la idea
rnisma de ~igno, signo de que queda rá siemp re ligada a ello aunque aquí se lo
irnpugne26 - En ~sta fecha , Jacq ues Derrida ha leído varias veces La instancia de la
letra, per~ los articu los de ~acan no están reun idos en un libro y el filósofo se abst iene
de polemizar con una teo ri a que ~lteriormente impugna rá. Por lo demás, habrá que
esperar la publicación_ de los Escrttos, y luego los acontec imientos de mayo de 1968,
para qu~ la obra lacan,ana sea a la vez tomada en cuenta y criticada por la total idad del
pensamiento francés._ En este sentido, Althusser habrá sido un pionero.
Consciente de la 1mportanc 1ade l momento est ructuralista, y para abrir la SPP a las
ideas modernas, André Green decide ded icar un sem inario anual a los trabajos de
Michel Serres , René Girard y Jean -Pierre Vernant. Dentro de este plan, invita tambié n
a Jacques Derrida a da r una conferenc ia sobre Freud en la biblioteca del Instituto de
Psicoanálisis. En estas reuniones partic ipan algunos médicos, as í como varias per-
sonalidades externas a l movimiento. Serres hab la de la traducción, Girard del Edipo y
Vernant de las soc iedades antig uas. En cuanto a Derrida, en marzo de 1966 expone
sobre su lectura del descubrimiento freud iano a la luz de la gramatologJa: "Nuestra
ambición es muy limitada -dic e- : reconocer en el texto de Freud algunos puntos de
referencia y a isla r, e n e l umbral de una reflexión organizada , lo que del psicoaná lisis se
dej a contener mal dent ro del cerco logocént rico tal como limita no sólo la histor ia de la
filosofía, sino el movimiento de las 'ciencias humanas ', espeeialmentecierta l[ngulstica.
Si el e nfoque freudiano tiene una origina lidad histórica , no la extrae de la coexistenc ia
pacífica o la complejidad con esta Iingu istica , al menos en su fonologismo congénito2 7 ."
Nunca hasta ese día se había desarrollado en los locales de la SPP un debate teó rico
tan brillante. Phil ippe So llers y Serge Leclaire asisten a la confe rencia y Marguerite
Derrida, esposa del filósofo, está presente . Está haciendo su formación didáctica en el
Instituto y emp ieza a traducir las obras de Mélanie Klein.
En vez de interp reta r el inconscien te con la categor ía de significante , Derrida se
basa en la noción de facilitación para pensar la oposición cons ciente/i nconsc iente en
términos de diferencia y archihue/la borrada. En 1895, en su Esbozo de una psicologla
cientftica26,Freud e mplea e l vocab lo facilitación para designar el lugar de paso de una
neurona a otra cuando la excitación consigue dismin uir la resistencia. Hay "facílitac ión"
en la medida en que la exc itación prefiere seguir la vía trazada y no otra29 • Treinta años
más tarde, en una nota divert ida , Freud se ocupa de una pequeña invención que
anticipa la era de la informática : la pizarra mágica (Wunderblock) . Es un objeto
encartonado compuesto de un table ro de cera recubierto a su vez con una capa de
papel de ce luloide. Sob re esa superfic ie se puede escribir y luego borrar, pero el objeto
mantiene a la vez una permanencia invisib le del trazo Y una virgin idad de la superficie
receptora . Freud compara la pizarra mágica con el aparato ps íquico . En efecto, éste
recibe trazos sin guardarlos y los guarda a la vez q ue los borra. La hoja d_ecelulo ide
representa el sistema preconsc iente y e l tablero de cera el sistema consc ,ente3o.
Partiendo de la facilitación y del Wunderblock, Derrida muestra que la estruct,;ra
del aparato psíquico está representada por una especie de escritura cuyo emp leo
metafórico aclara el sent ido de la huella en genera l. Por cons 1gu1ente, el inconsciente
depende de una escritura jeroglífica , no verbal y no de lenguaje, que devuelve med iante
una diferencia {0 diferancia) una archihuella anterior a 1~ palabra pe~oborrada por lo que
respecta a su origen histórico: "Es con una grafe mát1ca por venir más que con una
19
La Francia freudiana en todos sus estados
rn
1 uística dominada por un viejo fonologismo con lo q~e el psicoaná lisis se ve llamado
g I b ar31 • La posición derridiana se opone aqu1 rad icalmente a la perspectiva
ª co ~ or · t blec·en ·ingunadiferenciaentreunsignificantellamado"fonológico•
1acamana,quenoes a . d
y una letra denominada "arcaica". Para Lacan, la huel la s1em~re es Y~ . e lenguaje en
la medida en que la distinción lengua/palabra se plantea a p_art1r de la d1v1s1ón
del s~jeto
según una concepción heideggeriana de la verdad . En cierto plano, Derrida dirigea
ia versión lacaniana del significante una crítica cercana a la de Lapl.anche, pero que
sobre la precedente tiene la ventaja de abrir la prob lemát ica freud1ana a un nuevo
campo de investigación: el devenir literario de lo literal: "Porque a pesar de algunos
intentos de Freud y algunos de sus sucesores - señ~ la De_rrida-a~n ~~ ha empezado
un psicoaná lisis con la literatura respetuoso de la or1g1nal1dad d~I .s1gn1ftcante
ltterario,
y sin duda no es una casualidad. Hasta ahora se ha hecho.el análisis de los s1gnif1cados
literarios. es decir no literarios. Pero tales asuntos remiten a toda la h1stona de las
formas literarias en sí y de todo lo que en ellas estaba precisamente destinado a
autor izar esta equivocac ión32."
Comparada al relevo ortodoxo inaug urado por Lacan y a la lectura síntoma/que
propone Althusser , la posic ión de Derr ida se def ine como un discurso de la
desconstrucción.Desconstrucción de la filosofía en general y de la teoría freud iana en
particu lar, puesto que procura tanto identificar en ellas las huellas de un supuesto
fono logismo o logocentrismo como limitar las amenazas que éstos represen tan para
ellas. Esta lectura desconst ructiva tiene como objet ivo desplazar el discurso filosófico
hacia el texto literario, a riesgo de borrar sus fronteras recíprocas . Defiende la
duplicidad del sentido , su equívoco o su diseminación en contra del imperialismo del
comentario único.
Para la historia del psicoaná lisis en Francia, el proyecto derridiano viene a renovar
en parte la gesta surreal ista . En efecto, hemos visto que, frente a la institución
psicoanalítica, los surrealistas habían introducido el descubri miento freudiano por una
vía filosófico- literaria en la que se mezclaban, especial mente en Breton, un hegelianismo
secreto y una visión nocturna del inconsc iente. Esta prob lemát ica existe en Derrida
pero de manera distinta , y resurge en una época en la que el surrealismo activo ha
desaparecido del escena rio intelectua l francés . Breton buscaba sus referencias por el
lado de Flournoy apartándose del ideal hereditarista, mie ntras que Derrida parece
encontrar la fuente ginebrina a través de una interpre tac ión del inconsciente freudiano
en términos de "huella.' Sin embargo no ha leído las obras de Flournoy y no bebe de
ninguna fuente surrealis ta. Pero todo ocurre como si su proyecto vin iera a ocupar, en
sus interrogaciones transversales, el lugar que la protesta surreal ista habia dejado
vacante. De ahí esta otra analogía con la posición de Breton, que cons iste en evitar la
vía del junguismo . Efectivamente, en el joven filósofo la concepc ión de un inconsciente
en forma de "cripta· no tiene su origen en un terreno epistemológ ico anterior al
descubrimiento freudiano. Poreí contrario, toma cuerpo en un debate con el pensamiento
de Husserl y Heidegger planteando a la filosofía la pregunta de la literatu ra y, más en
general, de la escritura . Por consiguiente, el inconsciente freudiano enunc iado bajo la
categoría de una mitografía permite sostener la existencia de una filosofía de la huella
sin sujeto o de la escritura sin consc iencia. El discurso de la desconstrucción abre pues
la vía a tres tipos de interrogac iones "posestructuralistas." La primera atraviesa la
institución psicoanalítica para desembocar en una nueva aprehensión del síntoma
hipnótico: de la cripta a la telepatía pasando por las "má rgenes " de la obra freudiana;
20
...
La EscuelaFreudiana de París: la reconquista
la segunda pone de nuevo en el tapete el debate sobre el objeto literario a partir de sus
formas s1gnif1cantes; en cuanto a la terce ra, da como resultado una crítica generalizada
del logocentr ismo con una reivindicación de tipo feminista como apénd ice orientada
contra un "falocentrismo " del pensamiento vienés. '
A propós ito del objeto literario, Jacques Derrida pone el dedo en un problema
crucial de los años estructu ralistas : el del enfoque crítico de los textos. Antes de la
guerra, los escntores Y los poetas se habían apoderado del descubrimiento freudiano
fuerad~I discurso universitar io y por las revistas literarias , mientras que los psicoanalistas
se hab1an acantonado, en tomo a René Laforgue y Marie Bonaparte, en un proyecto
psicobiográfico . Por el lado de la crítica clásica y a excepc ión del artículo de A lbert
Thibaudet, la noción de inconsciente había sido objeto de la misma resistenc ia que en
el ámbito méd ico. Sin embargo, en el período posterior, las tesis freudianas se
implantan progres ivamente y conducen a una nueva aprehensión de los textos. Hacia
los años sesenta, la antigua configuración se encuentra pues modificada. Con el
advenimiento de una inter rogación generalizada sobre el lenguaje , los prácticos del
inconsciente, for mados o no en el lacan ismo, empiezan a impug nar la sacrosanta
psicobiografía heredada de los fu ndadores . Respecto a esto, la obra que más marca
a la tercera generación analítica es el estudio deJean Laplanche sobre HolderlinJJ. Otras
posiciones aparecen por la plun,a de Pontalis, Anzieu , Octave Mannoni, Rosolato y
Green. En cuanto a la crít ica literar ia, se transforma igualmente a medida que el
psicoanálisis va penetrando en la Univers idad. De allí se deriva una situación compleja
en la que coexisten la antigua psicobiografía, la nueva interpretación psicoana lítica de
los textos y otros dos métodos inaugurales: la psicocrítica y el análisis estructural .
Es en 1938 cuando Cha rles Mauron empieza a construir, a partir de una lectura de
Mallam1é, la noción de metáfora obses ionante. Dieciséis años más tarde, a propósito
de Racine , formu la la hipó tesis de un mito personal propio de cada escritor y objetiva-
mente defin ible: la psicocrítica ha nacido . No dejará casi descendencia después de la
muerte de su autor, pero, paradó j icamente, habrá dado a la lectura psicobiográf ica un
impulso nuevo . Este método se dedica al estudio de los textos fuera de toda referenc ia
a la neurosis o a la "psiquis " de l autor. Se separa también de la vía junguiana, ilustrada
por los trabajos de l ginebrino Char les Baudoin, pues no se propone tanto identificar una
mitología co lectiva como aclarar la especificidad de una escritu ra individual 34 . Consiste
en hacer aparecer redes de imágenes cuya combinación resulta en el reconoc imiento
de un mito personal propio de cada autor. Luego se interpreta éste como la expresión
de una persona lidad inconsc iente y se lo confronta, en el fondo, con los datos de la
biografía. vemos pues que , pese a su originalidad, la psicocrítica perpetúa los
principios de la psícobiografía pero "al revés". En un caso se tr_a t a de reconstr uí~,a partir
de la obra, un yo mít ico e inconsciente, y en el otro descubrir en ella un refle¡o de las
representac iones del yo. En este sentido , toda la crítica de inspirac ión psicoanalítica
participa de un proyecto no confesado: constr uir_una estética en la que la figura del
35 .
"doble" hiciera las veces de teor ía de lo 1rnag1nano
Completamente distinta es la perspect iva estructural que desde 1953 inau g•Jra
Roland Barthes con El grado cero de la escritura y que siete años más tarde vuelve a
presentarse en el célebre Sobre Racíne3 6• Aunq ue reconoce su deuda con Mauron.
Barthes utiliza la lengua freudiana en una perspect iva tan ajena a la psicobiogra fía
como a la psicocrí tica. Abandonando una y otra, evita el remitir del homb re a la obra y
de la obra al hombre para situa rse dentro de un "mundo racin iano" mítico, forma l e
21
La Francia freudiana en todos sus estados
11.lntermezzo
22
La Escuela Freudiana de Parfs: la reconquista
confió el "secreto · a Wei~inger. la historia se volvió delirio y casi tennina ante los
tribunales. Pero Fr_eud tenia bastante sentido del humor y no estaba tan loco como para
contundir el plagio , como práct ica deliberada de la imitación fraud ulenta , con el
tantas'.11ªde robo de ideas, como fenónemo derivado de la creenc ia en una sup uesta
posesión de los pensamie~tos .. Como buen sabio material ista, no ignoraba que las
ideas no pertenecen ª. nadie . Sin embargo, en su posic ión de innovador , ese tema lo
obses1onab_a Y se sentia culpable de un deseo inconscie nte de aprop iarse de 10que no
le pertenec1a.
. El Lacan de la madu rez no siente ninguna culpabilidad de esta índole; parece que
tenia más b1~n te~denc1a a to m_arse contin _uamente por el propietario de sus ideas .
S1nt1éndose1nvest1dode una m1s1ón, mantie ne con su propio discurso una relación
ambivalente. Cuanto n1ás demuestra que el sujeto no es amo en su morada más cree
que sus ideas le pertenecen. To n1a presta dos conceptos pertenec ientes a distintos
corpus, siempre sin citar las fuentes, pero brinda su enseñanza en la plaza pública,
arriesgándose así a que otros la utilicen como fuente de inspiración y alimento . Cuando
se interesa en alguien, lo inv ita a su seminario como a una mesa abierta, porque tiene
necesidad de ser mirado y escuchado . Mientras distribuye su palabra a diestra y
siniestra , se muest ra feroz si tiene la impresión de que le hurtan alguna "primicia" . Así,
siembra su obra quer iendo a la vez ponerla en conserva . En realidad , Lacan no es
capaz de afrontar, en la soledad, la inev itable hosti lidad de sus semejantes. Es un ser
frágil que capta gen ialmente el inconsciente de los demás , pero se vive equivocando
respecto a las intenc iones manifiestas . No puede prescindir del reconocimiento público
y, para granjeárse lo, está dispuesto a ejercer todas las seducciones, sin perjuicio de dar
pruebas, si se desengaña, de la más viva mala fe.
Hemos mostrado que en el Coloq uio de Bonneval, celebrado en 1960, j uega la
carta de la unidad de su grupo y evita discutir el contenido de las conferenc ias
presentadas . En cambio , se bate en privado con sus adversar ios de la SPP y no vacila
en emplear el insulto . Descontento con las posiciones de Merleau-Ponty respecto a su
relevo estructu ralista, busca desesperadame nte otro apoyo filosófico. Para eso se
dirige a Pau l Ricoeur, creyendo o fing iendo creer que el trabajo de éste y el suyo
convergen.
Alumno de Dalbiez, este filóso fo es todo lo contra rio de Laca n. Es un univers itario
que no bromea con Dios ni con la religión. Su probidad intelectual se sitúa enteramente
en una obediencia infinita a la ética protestante. Esgrime el espíritu de la Reforma como
Lacan el de la Reconquista . Nac idp en 1913, descubr ió la obra treudiana antes de la
guerra y en el pensamiento de este judío ateo encontró un terreno de elecció n al que
se confonnó durante varios años42. En la época en que emp ieza a redactar su libro
sobre Freud, goza de un gran prestigio . Es uno de los ~ocos profesor~s de la Sorbona
que acepta dirigir tes is sobre Marx y Freud y son conocidas sus pos1c1onesen favor de
la independencia argelina . En 1960, Paul R1~eur es un hombre re:petado por s u
tolerancia, su cora je político y su elevada integndad moral. En el Cotoqu10de B~nnev~I ,
expone su tesis central sobre la obra freudiana que se mantendrá igual cinco anos n1as
tarde cuando se publica su libro De J'interprétatior/4:. . .
Defendiendo la opinión contraria de la de Dalb1ez, R1coeur se mega a separar la
doctrina vienesa del método y cons idera a Freud un pensador de la "sospecha ' como
Marx y Nietzsche . Desde la perspectiva de una "ant ropol ~g!a filosófica: inspirada en
gran parte por la fenomenolog ía poshege liana, propone definir el 1nconsc1entecorno un
23
La Francia freudiana en todos sus estados
objeto constituido por el conju nto de_ posiciones hen:nen~uticas que lo descifran.
Ricoeur asocia pues una tradición cristiana del desciframiento de textos con una
moderna filosofía de la existencia, dando por ~entado qu~_la hermenéu~ica no_es una
"lectura" o un "retorno" a los textos, sino un in_tentode ,nterpretar l~s . Segun esta
postura, el inconsciente no es una real idad que piensa en lugar del yo, s,no un lugar que
pertenece a una interpretación totahzante. Ésta es de naturaleza dual. por una parte
mira hacia nuevos símbo los y por otra hacia el resurgim iento ~e si_mbolos arcaicos. La
dia léctica de estas dos hermenéut icas permite aclarar, segun R1coeur, otro proceso
dialéctico: el de la conciencia y el inconsciente. En apariencia, a c_adauna de estas
entidades le corresponde una hermenéutica, una de las cua les exp lica la parte diurna
del hombre y la otra su parte nocturna . Pero, en real idad , ambas son la misma cosa:
una simbólica del hombre o una semántica del deseo .
El proced imiento de Ricoeur consiste en vincular a Freud Y Hegel sin sumarlos, a
fin de superar , porla hermenéutica , el realismo 1netaps icológ1co y la fenomeno logíade
la consc iencia: "La concienc ia -escribe· de la que el incons ciente es el otro, no es la
presenc ia en sí, la percepción de un contenido, sino la apt itud para rehacer el recorrido
de las figuras del espíritu. La hermenéutica de estas figuras, a través de los símbolos
en las que se originan , se nos aparece como la que enfrenta verdaderamente la
hermenéutica progresiva de la fenomenología del espíritu. El inconsciente se descubre
ahora como otro de su otro, es decir como destino , opuesto a la historia progresiva
orientada hacia la totalidad por venir del espír itu. Lo que queda en duda es la identidad
básica de estas dos hermenéuticas, identidad que nos hace decir : una fenomenología
del espíritu y una arqueología del inconsc iente hab lan no de dos mitades del hombre
sino que cada una lo hace de la totalidad del hombre44 "
En el Coloquio de Bonneval , Ricoeur propone pues una interpretación del in-
consciente freudiano que va en sentido contrar io no sólo al relevo lacaniano , sino al
conjunto de la avanzada estructural ista de los años 1960- 1965. Para el filósofo
hermeneuta, el descubr imiento freudiano pertenece a una fenomenolog ía que no es de
la conc iencia. El inconscien te sigue siendo interpre table como un otro de/otro y no corno
un lugar de extraneza radical. De modo que Ricoeur sólo toma en cuenta a medias la
primacía del descentram iento freudiano. Si bien, para hablar de Freud, emplea el
discurso de una fenomeno logía cristiana, convoca al mismo tie mpo al de la lingüística
estructural a título ilustrativo. De ahí las continuas referencias a las nociones de
"cadena significante", "significante ', "significante para el otro ' o "significan tes claves del
inconsciente ". Con estos términos, Ricoeur evoca una realidad conceptua l que no tiene
nada que ver con e l trabajo de Lacan, Barthes o Foucau lt, pero que evidencia
simplemente un clima intelectua l en el cual se desarrolla la aprehens ión del
estructuralismo en categor ías fenomenológ icas.
En 1960, los filósofos y los psicoanalistas lacan ianos leen los mismos textos de
lingüística para inspirarse en ellos de manera diferente. Pero Lacan es el único que ya
efectuó, para el corpus freudiano, una lectura fecunda e innovadora . En este sentido,
Ricoeur no lee el mismo Freud que Lacan , no le debe nada a su enseñanza y prefiere
leer a Benveniste antes que a Saussure y Jakobson . El proyecto hermenéu tico forma
parte de una superación de la fenomenolog ía y no de un relevo del freudismo.
Sin embargo, en Bonneval, y por razones estratég icas, Lacan tiene la impresión,
o aparenta tenerla , de qu~ la posic ión de Ricoeu r y la suya tienden hacia una m,sm~
reevaluac 1ón del descubnm 1ento freudiano. Como busca un reconoci miento, va ª
24
La Escuela Freudíana de París: la reconquista
encuentro~el filósofo Y le anunc ~a que por fin ha encontrado un discurso que se adecua
.ª
a su ensenanza. L~ l~~va Pans en su automóv il, lo invita a cenar y le propone que
asista a su seminario · Ricoeur acepta tanto más encantado cuanto que está prepa-
rando su gran libro sobre Freud Y piensa poder sacar benef icio de esa enseñanza . Sin
leer ~ingún te,xto de Lacan , emp ieza cada semana a ir a escuchar su palabra . Durante
el mismo periodo , _con Yves Berthera t, un psiquiatra católico, alumno de Ey y Lacan,
sigue la presentac ión de enfermos e_nSainte-Anne. Paralelamente, pide a los del otro
bando, Serge Lebov 1c 1Y René D1atkine , que le expliquen la técn ica psicoana lítica. En
una palabra, ~e sumerge por completo en la aventura freudia na. Pese al esfue rzo q ue
hace, no entiende ni u na sola palabra de lo que dice Lacan . Encuentra su habla
"inútilmente difíc il Y perversamente suspensiva4S." Sin emba rgo, con toda la buena
voluntad que lo caracteriza, sigue frecuentando el seminario y pide a sus amigos
cristianos, Alphonse de Waelhens y Antoine Vergote, que también son feno menólogos
pero igualmente lacanianos, que le expliquen el discurso lacaniano . En varias opor-
tunidades, Moustapha Safouan se integra a la partida, pero no hay caso: Ricoeur
permanece cerrado a esta enseñanza que considera hermética .
Por su parte, Lacan despliega su seducción con el filóso fo y cree a pie juntil las en
su entusiasmo. Espera ver figurar su enseñanza en buen lugar en la próxima obra que
a su parecer obtendrá un gran éx ito . Ricoeur es reconocido y Lacan no lo es aún.
Durante los dos o tres años en que se mant iene esta curiosa situación de buscarse
mutuamente sin encontrarse, el malentendido entre los dos hombres es total. Ricoeur
no sabe qué decirle a Lacan y Lacan está persuadido de que Ricoeur le entiende lo que
dice. Pronto, el filósofo asiste al seminario acompañado de su hijo. Jean-Pau l Ricoeur
está haciendo sus estudios de med icina . Desdequeoye a Lacan, reacciona a la inversa
de su padre. Ya empezó a leer a Freud, comprende el mensaje y con bastante rapidez
decide orienta rse hacia un diván lacan iano para comp letar su formación. A la sal ida de
cada seminario, discute con su padre. Sin manifesta r aún desacuerdos precisos,
encuentra en la palabra de Lacan la vía de acceso a una reflex ión personal sobre el
psicoanálisis. Como a todos los de su generación, el relevo estructuralista le apasiona.
Jean-Paul escucha, Paul res iste y Jacques espera ...
En los oídos de los dos protagonistas de esta historia desfilan probablemente
algunos trozos de tres seminarios: La Transferencia, la Angustia y la Identificación. Tres
momentos claves para la elaboración del pensamiento lacan iano . A la vez que asiste
al espectáculo, Ricoeu r continúa trabajando en su libro. Sin duda le cuesta aceptar la
evolución de su hijo, que se interesa cada vez más en la e_nseñanzade Lacan y en un
Freud distinto del suyo. En el otoño de 1961, el padre dicta tres conferenc 1~s e n la
Universidad de Yale con el título de las Terry Lecturas, y en 1962 va a Lova1na para
pronunciar una ser ie de ocho conferencias consagradas a Freud. Parale lamente
prosigue su curso en la Sorbona. Finalmente, en 1964, s~ libro está conc luido. Entrega
el manuscrito a Fran 9ois Wahl que dirige con él,_en las Editions du Seuil, la colección
"L'ordre philosophique". Ese año, Jean-Paul se instala en Mar_sella y prepara su CES
de psiquiatría. cuatro años más tarde emp 1eza~u pnmer a_nális1s con Jenny Aubry , que
acaba de estab lecerse en la región. No tardara en ser miembro de la EFP.
A fines de 1963 Paul Ricoeur se apresta a participar en un cong reso que organ iza
e~ Roma el profeso; Enrice castelli. Al volver de una enésima sesió_nde seminar io, se
dice de una vez que no entiende nada de lo que habla Lacan. En el instante en que se
está haciendo esa reflexión, suena el teléfono y Lacan pregunta:" ¿Qué opina querido
25
La Francia freudiana en todos sus estados
de lo que enuncié hoy?" Ricoeur responde sin vaci lar: "Justamen te estaba pensando
que encuentro impenetrable lo que dice ". Furioso , Lacan cuelga. Se da cue nta de que
se ha equivocado respecto al otro , en el momento en que acaba de sufrir, ante la IPA
su más ruda derrota. Reacciona como una mujer engañada por su amante. '
El co loqu io se celebra entre el 7 y el 12 de ~nero de 1964. El tema es "Técnica y
casuística ". Antes de concurrir, Ricoeur lee porpnmera vez el D,scursode Roma . Lacan
tamb ién ha sido invitado . En un tiempo glacial, vuelve a encontrarse con esta ciudad
extranjera en ta que se siente tan a gusto: la ciudad de Bernini Y la Reconquista. Va al
hote l Hassler. Sin duda no ha preparado nada de tan ocupado que está redactando para
el 15 de enero su famosa ponenc ia sobre la "La excomunión". Le anuncia a Castelli que
no dictará su conferencia sobre "El Trieb de Freud" por miedo a que Ricoeur le "robe
las ideas" Más tarde escr ibirá: "Evitamos entregar allí (en el coloquio] demasiado
pronto a una difusión que no hubiera sido contro lable lo,que articu lamos después sobre
la pulsión en nuestras conferencias dictadas en la Ecole Normale Supé rieure que
comenzaron algunos días más tarde47 ."
De manera que en Roma Lacan no presen ta ninguna ponencia pero interviene en
el debate . Ricoeur quiere saber en qué medida el deseo del ps icoanal ista hace entrar
la técnica psicoana lítica en el mundo de la técn ica. Lacan responde que son dos
ámbitos heterogéneos. Ricoeu r vuelve a la carga interrogando a su inter locutor sobre
la metáfora , la metoni mia, la barra y la distinción entre significado y significante. Luego
habla de la violencia de las operaciones de lenguaje . Lacan rep lica que no son violentas
sino características. El debate se empantana . Ricoeur evoca las relaciones de fuerza
en el lenguaje y Lacan las relaciones de persuas ión . Por último, anuncia que no se
puede invocar lo esotérico de una experiencia, puesto que todo enfoque está relacionado
con una división48. ¿Malente ndido o diálogo significa tivo? En todo caso, los dos
hombres intercamb ian algunas hermosas palabras sobre sus situac iones recíprocas.
Como en el Coloquio de Bonneval, Lacan resume poste riormente sus intervenciones.
t
Al conju nto le pone el nombre de Del Tríeb' de Freud y el deseo del psicoanalista En
Roma, un chiste recor re la sa la de conferenc ias:" ¿Se sabrá alguna vez cuál es el deseo
del psicoana lista?"
Una noche, Lacan le dice a Ricoeur y a su muj er: "Vengan, vamos a divertirnos."
Toman un taxi y se van a ce nar al T rastévere. El lugar es más bien siniestro. Al final de
la velada, Lacan excla ma: " Le toca pagar Ricoeur; ¿no se acuerda que después de
Bonneva l lo invité a ir a un restauran te de 'maricas'?" . Ricoeur está espantado pero
obedece, después de haber pagado el tax i. Otro coche, otra parada: Lacan hace bajar
a la parej a a orillas del Tíber anunciando que él debe ir a visitar a una vieja amiga. El
filósofo y su esposa esperan después de haber pagado otra vez el tax i. Lacan regresa
y dec ide ir a pie hasta el hotel . Al día siguiente, reconoce ante Simone Ricoe ur que se
comportó como un grosero. Y es poco dec ir. ..
En mayo de 1965 se publica De J'interprétation . El libro obtiene ensegu ida un éxito
rotundo. Es a la vez bien rec ibido, porque se trata de la primer obra de ese tipo. Y
fuertemente crit icado ya que la fenomeno log ía está pasada de moda. Tiene quinientas
veintiocho páginas y se divide en tres libros sucesivos: problemát ica. analítica Y
dialéctica . El prime ro está dedicado a la situación de Freud, es dec ir a la definición de
la hermenéutica, el segundo a una lectura más neut ra del corpus freudiano y el tercer~
a una interpretación del freudismo. Todos los temas ya desa rrollados en Bonneva
están presentes sin modificaciones de orden teór ico. La epistemología freudiana es
26 e
La Escuela Freudíana ds París: la reconquista
cara.eterizada como 1~ unidad de una hermenéut ica del sentido y una energética de las
puls1ones. El autor afirma 9~e se trata de un ensayo sobre Freud al que le faltan dos
cosas: la experiencia ana htica Y la consideración de las escuelas posfreud ianas. La
evaluación de la enseñanza de Lacan estará pues ausente de la obra pero Ricoeur no
se priva habl~r de las tes_is lacanianas sobre el lenguaje. '
~ propósito de Func,ó~ Y campo de la palabra y el lenguaje, Ricoeur subraya que
su cnt_1caa las refo~mulac 1ones behav ioristas es muy cercana a las que Lacan ha
enu~c1_ado.Luego afirma que éste "elim ina la ene rgética en beneficio de la lingüíst ica.•
Po: ultimo c ita la Instancia de 1~letra y Acerca de la causalidad psíquica . Más adelante ,
atribuye a Lacan Y los lacarnanos una "concepc ión lingüística del inconscien te ", y
discute en forma bastante extensa el artíc ulo de Benven iste publ icado en el primer
número de La Psychana lyse49 . Es evidente que sabe leer ese artícu lo así como sabe
interpretar as~ manera la ?bra freud iana o las tes is de la Ego Psychology . Pero no capta
bien lo esencia l de la pos1c1ón lacarnana. Si hubiera podido comp rende r la utilización
que hace Lacan de la conceptual idad estructura l, jamás hubiera escrito que éste
"eliminaba la energética en benefic io de la lingüística" o que proponía una "concepción
lingüística del inconsciente·. En cambio , sin compre nderla, puede afirmar perfectamente
que su propia cr ítica del behav ior ismo se acerca a la de Laca n puesto que en efecto una
observac ión así no procede de una lectura seria de los textos, sino del "sentido común"
o la "se nsación ". Por lo que respecta a la utilización de la lingüística, Lacan no hace nada
de lo que anuncia Ricoeu r: em plea ciertos conceptos de la lingüística para operar una
refundic ión del tex to freud iano, pero jamás pone en acto ta menor "concepció n
lingüíst ica del inconsc iente" . En cuan to a la "eliminació n de la energética ·, no fonna
parte del proyec to lacaniano puesto que éste no se ocupa de la energética , ni de la
lingüística como tal, ni de ninguna "eliminación" . Ricoeur no sólo no "roba las ideas· de
Lacan s ino que las "roba" tan poco que las entiende pésimamente. Inventa a un Lacan
que no supo leer y con e l que intenta en vano confronta rse.
Por su parte , Lacan está decepc ionado . Cuando to ma conocimien to del libro entra
en un verdadero estado de furia. Espe raba ser glorificado y es mal comprendido por un
filósofo de renomb re que siguió su sem inario. Ya en Roma le hizo pagar cuentas , ahora
se pondrá od ioso y se quejará con los que lo rodean diciendo ser la victima de un
"plagiario". De resu ltas de esto corre el "rumor": algu nos discípulos crédulos cree n a
pies juntillas que Ricoeur le ha robado las ideas a Lacan: prueba de ello es que lo vieron
en el seminarioso .
La discus ión se enve nena cua ndo Valabrega publ ica de motu propio , en la revis ta
Critique, un articulo en el que sub raya que Ricoeur no da al César 1 ?_que es del c~ ,sar,
cuando como buen cristiano daa Dios lo que es de Dios. Valabrega utiliza ta palabra pla-
gio' para acusar a ciertos ex discípulos de Laca_nde parafrasear el e_stilo de su maestro .
Pero a Ricoeu r le reprocha simp lemente_no dec1rq~e Lacan fue e l prime ro en Franc 1a,;n
introduc ir el estudio de l lenguaje en las 1nvest 1gac1ones treud 1anas.Luego agrega : Al
proceder así el sr. Ricoeurtiaoesuyas muchas ideas que nole pertenece n originalmente .
Hace creer que todas las tesis que desprende de~u lectura son fruto_de su,r: llexión soli-
taria, lo que seria sin luga r a dudas inmenso y admirable. pero no es ciertos .
En vez de hacer notar que existe un parentesco por lo que respecta a la
interrogación entre el discurso de Ricoeury el de_Lacan, Valabregas _upo~e que Ricoeur
se ha nutrido sin decir lo de la ensel"ianza lacarnana 52• No ve que s1el filósofo hubiera
comprendido realmente e l sen tido de la refundició n lacan iana, seguramente no habría
27
La Francia fr9udiana 9n todos sus 6 1
sados
escr ito el mismo libro . Todo este asunto de fantasma de _robo de ideas y de "no plagio'
debe ser interrogado por el revés : es la mala comprens ión de l_ a obra lacaniana en 1
libro de Ricoeur lo que crea el prob lema y no lasupuest~presenc1ade un supuesto rob~
En otros términos, hay que preguntarse por qué la asistenc ia regular al seminario d ·
Lacan no modificó la posición de Ricoeur: ni su_lectura de Freud ya adquirida en 196~
ni su aprehensión del texto lacaniano. Hay r:s,stenc,a Y n~ e1e:11entos prestados.Por
lo tanto se trata de un debate que no atane a la f!losoha sino a lo vivido por los
protagonistas de la histor ia.
Aunque no sea acusado de plagio , Paul Ricoeur se indigna por el artículo de
.ª
Valabrega. En una respuesta publicada por Crit!que, petición de Michel Foucault,da
rienda suelta a su cólera . Recalca que es 1ncre1ble que un psicoanalista haga
semejantes declaraciones y luego recuerda que su proyecto de interpretac ión de Freud
estaba terminado antes de leer a Lacan y asistir a su seminario . Sobre esta asistencia
y esta lectura, no dice nada más que lo que ya está consignado en su libro . Termina con
estas palabras : "¡Qué mental idad de prop ietar io! ¿Freud no dice también cosas
import antes sobre tener y devorar, sobre el dinero y los excreme ntos? ¿Acaso las ideas
son cosas definidas que pueden poseerse y ser robadas ? Como si lo importante no
fuera el pensamiento que las aplica y del que nadie puede decir que 'lo tiene'53.'
En el momento en que Ricoeur publica su respuesta en Critique se publica en Les
TempsModernesunlargo artículo de Michel Tort sobre Del'ínterprétatíof154 . Es un ataque
mordaz y pertectame nte documentado, que sitúa la discus ión en el terreno filosófico.
Tort no conoce a Ricoeur . Ignora que éste asist ió al seminario; no sabe nada acerca de
los fantas mas de Lacan y no leyó el artícu lo de Valabregass. Critica el contenido del libro
que juzga oscurantista, reaccionario y clerical. Michel Tort forma parte de aquella
generación "radica l" de los años sesenta que descubrió la obra de Lacan bajo el
estandarte del materialismo . Da el artícu lo a J.-8. Ponta lis, quien no plantea ninguna
dificultad para pub licar lo e incluso se muestra bastante satisfecho . Tort opone lectura
e interpretacióny muestra que la hermenéutica de inspiración cristiana y fenomenológica
no aporta nada a la captación de los textos porque es obso leta. Sin invocar la temática
del "robo de ideas", en la que no piensa, observa la existenc ia de un parentesco entre
el trabajo de Ricoeur y el de Laca n. Luego subraya que Lacan sacó el psicoanálisis de
los pantanos concep tuales en los que lo habían encerrado los psicólogos y los filósofos:
"Así -escri be- cuando Paul Ricoeur declara que se podría extraer del Informede Roma
una crítica muy cercana a la que él desarrolla para situar el lugar y el objeto del
psicoanális is, se queda, hay que decirlo aquí, un poco más acá de la verdad, e incluso
mucho. Pues, él no tendriasin duda ninguna dificultad en admiti rlo, es un acto de justicia
con respecto al psicoaná lisis mismo el observar que todos los conceptos sin excepción,
que le sirven a Ricoeur para def\nir la problemát ica propia del freudismo, de que no hay
nada que repetir , son conceptos elaborados desde ese Informe de J . Lacan. [ ...] Y se
medirá entonces hasta qué punto el carecer de esos puntos de referencia seguros
hubiera comprometido el aná lisis de P. Ricoeur, teniend o en la otra mano un ejemplar
de los capítulos escritos por él en Le Volontaire et f'lnvotontaire (1950) sobre el in-
consciente freudiano . En efecto, no parece que entonces haya estado en condiciones
de sacar de su propio pecu lio con qué dibujar con tanta seguridad como en De
l'interprétation el campo del psicoanális is en relación a la psico logía. puesto que, sin
enredarse en sutilezas, no vaci laba en escribir: 'El inconsc iente significa en mí que no
sólo mi cuerpo sino mi psiquismo se presta a efectuar un tratamiento objetivo: hay una
28
La Escuela Freudiana de París: la reconquista
29
La Francia fraudíana en todos sus estados
evitar le ser objeto de las revisiones del tipo que sufrío la de Freud. En esta perspectiva
de "cientifizac ión", procede a una refundic ión de su propia doctrina refiriéndose
implícitamente a los traba jos del círculo de epistemolog ía. De modo que invita a Yves
Duroux y Jacques-Alain Millar a presentar una pone ncia cada uno en su seminario
sobre los fu ndamentos de la lógica fregea na. En la misma época , y a pedido de los
alumnos de la ENS, Serge Leclaire dedica un seminar io en la calle de Ulm a la relación
de la exper iencia analítica con su teo rización. Gracias a ese intercamb io, se crean
vincules entre la sala Dussane, el círculo de epistemología y la EFP naciente. Siempre
fiel a su puesto de prime r lacaniano de la historia, Leclaire olvida lentamente su terr ible
derrota para lanzarse con ardor en la nueva orientación teórica. Traba am istad con los
f ilósofos de la ENS que ahora forman parte de la familia lacaniana .
Para entender el viraje que se produce en el pensamiento lacania no entre el
invierno de 1964 y el del año siguiente, y que repercute en la organ ización de la EFP,
hay que cotejar dos conferenc ias de Lacan pronunciadas en el seminario y las
ponencias de Duroux y Miller, también pronunciadas en el seminario . La primera
conferencia de Lacan se refiere a Chomsky y abre el seminario sobre los Problemas
cruciales ; la seg unda se titula "La ciencia y la verdad" y sirve de sesión inaugural al
sem inario de 1965-1966 sobre El objeto del psi coanálisis. En cuanto a las dos po-
nencias de los alumnos , se pronuncian en febrero de 1965 y se reproducen, como "La
ciencia y la verdad ," en el primer número de los Cahiers pour J'analyse5 1•
Contemporáneo de Freud, el matemático y filósofo alemán Gottlob Frege trabaja
so lo durante treinta años antes de que Bertrand Russell lo reconozca como el fundador
de la lógica simbólica moderna. Contrariamente a Leibniz, no procura construir una
lengua que represente el pensamiento sino una escritura que pueda ser la base de la
representac ión . Traza las líneas esenciales de una ideografía, es decir de una lengua
lóg ica independ iente del lenguaje hablado. Propone esta noción en su primer obra, Die
Begriffschift, que pasa casi inadvertidaG2por sus contemporáneos. Luego, con Los
fundamentos de la aritmética , publicados en 1884, critica los prejuicios empiristas y
psicolog istas de los pensadores de su época. En su mente, la construcción de una
lengua simból ica debe permitir basar la aritmética en nociones puramente lógicas,
purificándola de los llamamien tos a la intuición, es decir a un sujeto de la conciencia
inmediata. De ahí esta definición: "Es lógico lo que es pensado o construido fuera de
toda intui ción ; es lógico lo que es gene ral hasta el punto de pertenecer a todo lenguaje
y tal que no se puede concebi r un lenguaje que no lo tenga63.'
Mientras que los aritméticos no habían llevado sus investigaciones más allá del
número ordina l y se hab ían inspirado en la idea intuitiva del número, Frege se propone
def inir el número cardinal más allá de la expe riencia, como extensión de concepto : lo
que equiva le a sustraer el concepto de número de su determinación psicológica . Esta
reducción de lo psicológico se opera en dos etapas. Frege empieza por separar dos
tipos de representac iones. De un lado coloca las representaciones subjetivas y del otro
las que pertenecen a la objetividad. La operación tiene como finalidad bor rar cualql ,ier
referencia a un sujeto y tratar las representac iones objetivas como fenómenos lógicos.
En la segunda etapa, Frege compara el número con una operación de representación
objetiva , es decír con el concepto. La diversidad de las numeraciones se convierte así
en el í~dice de una substitución de los con?eptos sobre los que descansa el número .
Los num~ro~ están referidos a una relación de identidad que permite ordenar de
manera b1un1vocaobJetos o conceptos. Por esta relación de ident'idad , sed eterm1nan ·
31
La Francia freudiana en todos sus 951 ,,
avos
.,2
d
La Escuela Freudiana de París : la reconquista
66
- Furiously sleep ideas green colorless (furiosamente dorm ir ideas ve,~deincol oro ) •
Si bien la empresa chomskyana represen ta en la histor ia de la lingu 1st1ca e l primer
intento de vincu lar lo gra matical y lo agramatica l a partir de la o pos ición del se nt ido Y
del sinsent ido, corre dos riesgos ser ios. El primero co nsiste en "amo rdaza r" la me táfora
67
y el segundo reav ivar la noción del sujet o psicológ ico por la vía d el innatismo - .
Desde 1959, Ja kobson d irige a Chomsky una crítica bastante d ura . Con relación
al eje mplo de las "incolo ras ideas verdes", muestra que "el verde incoloro" es sinónimo
de "verd e cla ro" y que las ideas de alguien pueden perfectamente estar "emb otadas "
en un "frenesí de sueño." En resumid as cu entas , reproc ha a su alumno olvidar e l poder
metafór ico del le ngu aje y califica Synta ctic Struc tures de prueba por el absurdo d e la
imposibi lidad de constr uir una teoría no semántica de la estructura gram atica l. Frente
a esa posición , propo ne limitarl a noción de agramaticalidad a los casos e n los que hay a
desapa recido tod a posibilidad de infor mación semánticaGS.
En dicie mbre de 1964 , cuando hace él el comentario d el eje mplo chomskyano 69 ,
Lacan hace suya la crítica de Jakobson. Como digno heredero del surrealismo , subraya
que toda fras e gramatica l está obligatoriamente dotada de "cualquier" significac ió n, que
escapa a la con ciencia del sujeto . Asi el eje mplo puede dar acceso a la imagen misma
d el inconsc iente : "Unos pensam ientos cuya verdu ra se ha extenuado duerm en un
sueñ o acompañado de furor. ·
Criticar la posic ión chomsk yana para Lacan equivale a evitar la vía de un recha zo
puro y simple al est ructura lismo. Pero la interrogac ión p lanteada a la n ueva lingüística
de la sintaxis está a su vez inspi rada en una necesidad de reaf irmar la p resencia del
sujeto del inconsciente en la cadena de lenguaje . Lacan opone pues una teor ía formal
del sign ificante a un modelo grama tical. Y al hacer eso reprocha a la formalización
cho mskyana el olvidar el "ser" y la "hendidura " en beneficio de un encer ra miento del
sujeto en la gramát ica. En su ma, contra el riesgo de un retorno al intuicionismo , Lacan
j uega la carta de la lógica fregeanacuy a importancia acaba de descubrir . Gra cias a ésta
va a poder definir una cond ición "excentrada " del sujeto en su relació n ya no con la
conciencia, sino con la ciencia . Este paso de una teoría del significante a la lógica de
éste se opera para él a través de la ponencia de J.-A. Miller.
Duroux y Miller se quemaron juntos las pestañas con Los fundamentos de la arit-
mética en alemán. Ambos percibieron el beneficio que podía sacar de esa obra la teor ia
freudiana y ambos vieron tamb ién oómo la doctrina lacaniana pod ía a su vez utilizar la
para reforza r su lucha antips icologista. Pero, mientras que Duroux se conforma con
exponer las tesis de Frege, Miller piensa de nuevo la teoría lacaniana del significante
a la luz de la lógica fregeana . Antes , hace una declarac ión provocadora respecto a los
oyentes del seminario. Como ferviente fregeano , se coloca, ante los psicoanalistas , en
la posición de sujeto excentrado que osa hablar de "la cosa " sin haber pasado por el
div án. De este modo indirecto , interroga a los discípu los de Lacan sob re la situac ión d e
ellos en el mov imiento: " No tiene derecho a entromet erse en psicoanál isis q uie n no
haya adqu irido, con un aná lisis persona l, esas nociones precisas que sólo éste es
capaz de proporcionar . Del rigor de esta prohibic ión, pronunc iada por Freud e n sus
Nuevas confe rencias sobre p_sicoaná lísís, son ustede s'.s_e ñoras y seño res , sin ningu na
duda, muy respetuosos( ...) S1,transgred iendo las proh1b1c1ones , es de psicoanálisi s de
lo que voy a hablar , escuchando a alguien que ustedes saben es incapaz de present ar
el título que autorizaría su crédito , ¿qué hacen aquf? O bien , si mi tema no es de
psicoanálisis, ustedes que encaminan tan fielmente sus pasos hacia esta sala para
33
La Francia freudiana en todos sus estados
escucharse conversar sobre los prob lemas relativos al campo freudiano, ¿qué hacen
pues aquf?10." .
Después de esta introducc ión, Miller articula la concepción fregeana del cero y sus
suceso res con ta teoría lacaniana del signifi cante. Llama sutura a la relación del sujeto
con ta cadena y ag rega que el suje to fig ura allí en el lugar del cero como ocupando91
lugar de una falta. Al pasar, seña la que ese concepto de sutura no está presente como
tal en la doctrina lacani ana. Pero enseguida afirma que Lacan, como Frege , excluye la
conc iencia de toda def inición de l sujeto. Esta interp retación milleriana de la teoría del
significante conduce a una refundición de l lacanismo que tiene dos consecue ncias
inmedia tas: una teórica y otra polít ica.
En et pla·no teó rico, consiste en hacer de l lacan ismo el mode lo por excelencia de
un freudismo capaz de escapar en sf a los idea les de la psicolog ía: como si, gracias a
los beneficios de la lógica, una teoría cualquie ra pud iera log rar no verse sometida a las
co ntingencias de un medio, una histor ia o un modo de implantación po r el hecho de su
cientificidad comp leta . En el plano político , esta refundición perm ite designar a unos
adve rsarios calificados de desviacionistas con relación a una doctrina que representa
la normalización científ ica en su singularidad omn ipotente . Y por lo demás Miller no
tiene ningún problema en poner en acto la teoría lacaniana correg ida de este modo por
la lógica fregeana. Se refiere cortésmente a un artículo de PieraAulagnie r publicado en
el último número de La Psychanalyse11y le atribuye una "desviación lagachiana del
lacanis mo." Lacan, que hab ía aprobado este texto en el momento de su publicación,
propone entonces a Piara que responda a Mille r en la sesión siguiente. Pero aquella se
abstiene por considerar que la acusación no tiene ningún fundamento dínicq. El ataque
será retirado en la versión de la ponencia sobre la sutura publicada en los Cahierspour
l'analyse.
En el artículo "Freud y Lacan· de 1964, Althussercal ificaba de revisionismola escuela
llamada "americana · y mostraba que la posición lacaniana inauguraba una lectura del
freudismo capaz de sacar el psicoaná lisis de los ideales de la psicolog ía. En ningún
momento se definía ese revisionismo , en la concepción althusseriana de la ciencia,
como un desviacionismo. Para los althusserianos, el teoricismo resu lta en una lucha
antirrevis ionista, pero para los lacanianos de los Cahiers pour r 'analise, ysobre todo
para Millar, tiene tendencia a desembocar en una utilización de la lógica y la ciencia en
términos de antidesviacionismo . Las dos palabras no son idénticas, aunque pertenezcan,
en la coyuntura de los años sesenta, al mismo zócalo . La desviación siempre supone
la existencia de una patología en relación a una norma, mientras que la revisión designa
un proceso siempre presente en el seno de una doctrina sujeta a transformaciones
constantes. Desde la época de su relevo barroco, Lacan escogió preferentemente el
!é~ i~~ d~sviación para ~ituar el neofreudismo frente a su teoría que él llama
c1ent1ftca, creyendo as í evitar que sea "revisada" como lo fue la de Freud. En la techa
de la ponencia de Millar, jamás ha calificado de desviación la manera en la que sus
discípulos aplican s~ doctrina: Más bien les reprocha , igua l que a otros, el utilizar su
ensen_anza.Y es Anika Lemaire, como hemos visto , quien desempeñará el papel de
guardiana del dogma en relación a Laplanche.
En 1965, el discurso de Miller radicaliza el de Lacan. En teoría este discurso
pretend~ ~er ~strictamente_lacaniano, pero en la práctica aporta al lac~nismo el hálito
de un mrlita,:itrsm~ c~mbat,ente. En este sentido existe pues, desde esa techa, ~na
representación miller,ana del lacanismo que no es la simple traducción de la doctnna
34
La Escuela Freudiana de Parfs: la reconquis ta
lacani ana . Mientras que Lacan produce conceptos que pu eden ado~ecer de cierta
"equivoc idad', Millert iene tendencia a aclarar o racionalizar la concep tualldad lacaniana,
para hacer la más uniforme y a veces más coherente. El desliza miento es tanto más
difíci l de capta r cua nto que muy a menudo los dos ho mbres no lo perciben como tal .
Miller sigue afirmando ser el fiel com entador del maestro y Lacan no se da cuenta d~
que a veces toma prestada s de esta último algunas refo rmulaciones elabo radas a partir
de su propia doctri na. Entre el estilo de este joven brillante, deseoso de actuar , Y la
palabra del viejo maest ro, sujeta a múltiples interpretaciones , se produce una ósmos is
tan fuerte que se tiene la impresión de que el primero renuncia a su escritura para
someterse a la verba del segundo , y el segundo repite enunc iados del primero creyendo
que son los suyo s. Con Miller, Lacan halla a ese lector, espejo y adversar io de sí mismo,
que buscó du rante toda su vida: una mezcla de Rodrigo y de Saint-Jusi.
En esos años , el joven normalista piensa en La légende des siec/es.Se identif ica
con e l perso naje de Ayme rillot. La historia es he rmosa . Tie ne valo r de pred icción. Es
así: Carlomagno estaba triste volviendo de Roncesvalles. Había perdido a Rolando y
que ri a conquistar Na rbona. Se dirigió a sus barones , viejos compañeros de lucha , pero
ninguno quería aceptar el desafío. Todos estaban conster nados y no levantaban los
ojos del suelo. Repent iname nte, Aymerillot salió de la fila . Estaba pál ido y déb il : "Vengo
a ped irle lo que nad ie quiere, el hono r de ser, ¡oh rey mío!, si Dios no me abandona, el
homb re del cual se d irá : él es quien tomó Narbona (...). Entraré en Narbona y venceré .
Después castigaré a los burlones, si quedan.' Más radiante que el arcángel , Carlomagno
dice a Ayme rillot: "Serás conde palatino.' Al día sig uiente, el joven tomó la ciudad72_
En efecto , Millar "to mará Narbona' y los barones perderán su reino.
Si Laca n e ncuentra en Miller al hombre de acción que necesita su teor ía, Millar
encuent ra en el lacanismo la teoría de su política. Su interpretación lógica de la doctr ina
lacaniana tiene varias func iones . En primer lugar, sirve de punto de apoyo a la posición
de mando que ocupa Lacan en su escuela . A través de ella, éste t rata de evitar los
errores del neotreudis mo propon iendo un modo de enseñanza en el cual la referencia
a la ciencia corregir ía el prag matismo ins titucional. Ademá s, da cuenta del
descen tram iento del seminario tue ra del medio psiquiatro-psicoana lítico y por lo tanto
de la política expansiva de Lacan . Por último, sitúa el lugar de extraterritorialidad de
Miller que se entroniza é l mismo, por la sutura y trente a los prácticos del inconsciente ,
como sujeto "de afuera del diván", es decir como portavoz en jefe de una verdad
"cient íf ica· del lacanismo. El joven conservará ese lugar durante más de diez años
antes de convert irse, por el diván , en heredero legitimo del gran jete . Ante esta
orientación lógica, los psicoana listas reaccionan igual que PieraAulagn ier. Se compor-
tan como "notables ·, se niegan a debat ir y reciben con fria ldad la entrada en escena de
este "ag itado r" que hace intrusión en el cenáculo de ellos para dictarles la ley del
maestro. Para ellos , el desconocido es un aguafiestas . Están tanto más celosos de él
cuanto que no entienden demasiado el nuevo discurso lógico del que temen el lile y
envid ian el rigor. Ellos son terapeu tas y acusados de ignorancia , él es f ilósofo y
desp reciado por su arroganc ia y su inexpe riencia clínica. Así que se insta la una
desconfianza recíproca en el seminario y la EFP, entre el clan de los nonna lista s sin
diván y la banda de terape_utas bruscamente despoj ados de un maestro y una doct rina .
Una desconfian za pernic iosa para todos, puesto que amenaza con conduc ir a una
separación cada vez más gi:ande en_tr~el teoricismo de unos y el pragma tismo de otros.
Por ahora , Serge Lecla1rees el unrco que acepta la confrontación directa y personal
35
La Francia freudiana en todos sus 8 t
s ados
36
La Escuela Freudiana de Parls: la reconquista
de incompletud , ciencia del sujeto caído, ciencia del corre lato no suturado; en suma_.es
ciencia del sujeto de la ciencia. Escucha las utura sin suturar , escucha al sujeto paranoico ,
abandonado por la d iv isión cartesiana, y para la oreja ante el sujeto "excentrado" de la
moderna civ ilización científica .
Contra el domin io liso y llano de una lógica lógica, Lacan juega aqu í la paradoja de
una lógica del poder simbólico. Y por esto, en vez de convocar el corte freud iano como
lo había hecho hasta ese momento , reivindica el cientificismo del padre fundador. Este
llamamiento al cientific ismo le perm ite reactualizar un ideal de cientific idad , es decir un
universalismo , que él conv ierte en lógica del significante o en ciencia de la causalidad
estructural. Por consiguien te, el psicoaná lisis tiene por objeto el sujeto de la ciencia ,
efecto él m ismo del sign ificante . Respecto a esto, recusa la magia por una parte Y la
religión por otra. La primera porque incluye al sujeto en el orden natura l excluyéndolo
de la cienc ia, y la seg unda porque obl iga a referir a Dios la causa de su deseo. Ambas
conducen al oscuran tismo .
En nombre de este idea l de cient ificidad , Lacan pretende combatir toda refund ición
psico logista del psicoaná lisis en térm inos de cienc ia humana. Pero reafirma tamb ién su
hostilidad a lo que hemos llamado el sínton1a hipnótico, es decir ese lugar originario
hacia donde puede inclina rse la experiencia del inconsci ente cuando no se articula a
la primac ía de una teo ría74 . En consecuencia, propone la consti tución de un saber
transmis ible, basado en la lógica, y capaz de respetar la d ivisión del sujeto . Ese saber
deberá articularse a un modo de formación que, en vez de calcarse de los modelos
institucionales reinantes , reunirá , en un mismo equilibrio, los modos de enseñanza
surgidos de la cura y los que la ciencia ha construido .
Este texto programático anuncia la gran operac ión "limpieza " a la que va a
dedicarse Lacan. Primero en su escuela, mediante la introducción del pase como
principio "lógico" de una formac ión comple ta. En segundo lugar en su doctr ina,
med iante la entronizac ión de un materna del psicoanál isis capaz de trans mitir un saber
clín ico con lacategor ialeibniziana de una leng ua universal. Vemos aquí de qué manera
Lacan utiliza , al mismo tiempo que los rectifica, los conceptos aportados por los trabajos
del círcu lo de epistemo logía y especialmente por Miller. La noción lacan iana de sujeto
de la ciencia revisa en parte la concepción milleriana de la sutura en el sentido de la
evitación de una lógica integral. Se puede hacerla hipótesis de que esa revisión traduce
una voluntad más o menos consciente de impedir la división de la EF P en una tendencia
teo ricista, representada por epistemólogos sin diván, y una tendencia pragmatista,
transmitida por terapeutas presas de la fascinac ión "oscurantista· de la pura relación
transferencia!. Lacan va a hacer todo lo posible para mantener en torno a él ese
equilibrio dialéctico entre una búsqueda teórica indispensable y una praxis a la que
acecha cont inuamente el peligro de la magia. No lo logrará porque él mismo quedará
atrapado en el quimérico ideal de cientificidad que convocó. Pero la experiencia
aplicada habrá trazado al psicoanál isis la única vía que permite justificar la existencia
de ese combate.
Unos meses después de la publicación del primer número de Cahiers pour l'analyse,
en el que se han reunido los textos del relevo lógico, Lacan es invitado a ir a Baltimore
37
La Francia freudisna en todos sus estados
para partic ipar en una fiesta estruct uralista . René_Girard, que d~ clases en la prestigiosa
Joh ns Hopkins University, es el iniciador del fest1ncon Eugenio Donato, profesor de la
Universidad de Montrea l y especialis ta en cie ncias humana s. Richard Macksey, que
publicó obras sobre la teo ría de los números y la literatur a fr_ancesay americana , forma
parte junto con otros del Sponso ring Commitee. El simposio _se celebra en octubre de
1966 bajo los auspicios del Centro de Human idades de la_Un1vers 1dad Johns Hopkins.
Para los universitarios estadounidenses , e l acontec1m1ento es importan te. Es la
primera vez que allende el Atlántico se considera el pensa miento estructural ista como
un fenóm eno interdisciplinario. Por eso , los organizado res tratan de comparar los
problemas que incumben a dicho pensam iento y los q ue incumben a otros campos de
estudio . De modo que invitan a representantes de todos las esferas del saber: Jean
Hyppolite para la fenomenologí a, Lucien Goldmann y Georges Poulet para la crítica
literaria sociológica y por último a Roland Barthes, Tzvetan Todorov y Nicolas Ruwet
para el estructuralismo. Jacques Derrida, cuyo traba j o sobre Lév i-Strauss interesa a
Girard , tamb ién es invitado, así como Guy Rosolato por sus artícu los literarios. En este
contexto, Jacques Lacan es invitado a causa de su refund ición estructura l de la obra
freud iana y no como representante de un movim iento psicoanalítico. Por lo demás, en
Estados Unidos , las universidades no se "mezc lan" con las sociedades psicoanalíticas
y la implantación del freudismo , por amplia que sea, no atraviesa los camp us como tal.
Los universitarios del Nuevo Mundo tienen del psicoaná lisis la imagen que éste ha
dado de si en el continente : para ellos , el descubr imiento freudiano pertenece a un
ámb ito médico y terapéutico separado del pensamiento filosófico. Por ello es por lo que
en el simposio de Baltimore, Lacan afronta a un púb lico que no es el suyo en Francia
y al que, encima, la IPA desconoce. Ningún psicoanalista estadoun idense es invitado
al coloq uio y ningún psicoanalista francés participa en calidad de tal. Allá es cuestión
de interroga r el estructuralismo en su relación con la filosofía y la literatura.
Ahora bien, Lacan va por primera vez en su vida a Estados Unidos en un momento
en que, expulsado de la IPA, empieza a ser célebre en Franc ia fuera del ambiente
psicoanalít ico. Este reconocim iento concedido por el exterior repite el que le otorgaron
treinta años antes los surrea listas. El destino del viejo maest ro se parece al de aquel
joven seductor de antaño celebrado por su re lación pas ional con la locura de Aimée.
Pero Baltimore no es Sainte-Anne , ni Roma , y Su Majestad empre nde el viaje
basándose en cierto malentendido. Siempre incómodo en tie rra extranjera, y más aún
en un país tan alejado de la cultura latina , Lacan viaja ese día en una terrib le soledad.
Ni fami lia, ni amante, ni cortesanos: nuestro héroe debe arreglárse las solo en el
corazón de un mundo cuya lengua oral ignora. En Baltimore es impos ible hacer la
jugada del seminario . Sin embargo, piensa en elle. Y en el jet que lo lleva por encima
del océano se acuerda sin duda de la frase conf iaoa por Jung cuya mitología él mismo
difundió. Lamentab lemente, la peste no concurrirá a la cita. En Baltimore, Lacan será
uno de los campeones reconocidos del escenario estructuralista parisino. Es poco Yes
mucho, pero todavía es élemasiado poco. Este maestro adu lado por los suyos
necesitará más para olvidar la humillante de rrota de Estoco lmo o borrar la triste
caminata por un castillo sueco.
En esta fecha, en Francia, la publicación de la obra Les mots y les chosesde Michel
Foucault 75 le acaba de dar un nuevo rostro al estructuralismo. Hasta ese momento, ~I
estructuralismo se definía por su método, pero la evaluación de su sign ificación seguia
siendo cosa de especialistas. Desde abril de 1966, por el contrario, la prensa se adueña
38
d
La Escuela Fraudíana da Par{s: fa reconquista
del fenó meno co mo si se tratara de una moda a la vez temib le y frívola. Para asombro
genera l, Les mots et les choses constituye un best -se/fer. Todos se ponen a diserta r
sobre la muerte de l hombre, el autor y sus pompas, ayudados por la polémica que se
extiende en la Univer sidad de Letras entre los partidarios de Barthes y los adeptos a
Picart . Por un aso mbroso pase mágico ideológico, la revolución cu ltural ch ina tamb ién
se convie rte en objeto de una moda period ística sin gran relación con su cont enido real,
y como res ultado de esto la pre nsa se interesa tanto en el corte bachelardo -althusse riano
como en la interdicc ión de La Religiosa o en el asunto Ben Barka.
En este caso el pelig ro es que el poder de los medios de comunicac ión, más
influyente que antes gracias al desarrollo del sistema audiovisual , interv iene en las
discusionés de l est ructuralismo . Esta entr ada en escena de los medios de co municación
en los dom inios de la t eoría es un fenómeno nuevo para la época , que no sólo firma la
sentencia de muerte del estr ucturalismo "heroico· sino que an uncia una transfor mación
radica l de la condición del pensam iento, que se va a ver progresivamen te ob ligada a
plegarse a las nonn as que impone el gran festiva l de las co municaciones. Pronto , y por
mucho t iempo , los periodistas se creen con derecho a as imilar a los pensadores
estructu ralistas a "estre llas carismáticas" a fin de glorificar o estigmatizar la comp lejid ad
de su lengua ca lificada de todas formas de "esotérica": en una palabra, no apta para la
sacrosanta "comunicac ión". En efecto , vale más compara r a Foucau lt co n un profeta ,
Derrida con un papa , Lacan co n un gu rú, Althusser con un ídolo y Barthes con un brujo
que interrogar el lugar específico que tiene la lengua en la obra hablada o escrita de
ellos. As í se ab re la vía de lo que más tarde se llamará el fenómeno de la nueva fifosoffa,
que consag rará la victoria de la ignorancia de los medios de comunicación sobre el
sabe r unive rsitario . Victor ia obtenida gracias al apoyo que los propios filósofos del
postestructura lismo dará n a la liquidac ión de su pensamiento .
Este paso del estructu ralismo a su triste car icatura explica en parte la importancia
que para Estados Unidos y Francia tiene el simposio de Baltimore. De un lado del
océano, se mira con interés un método ya conocido, pero bruscamen te celebrado como
fenómeno folklórico , y del otro se observa un mundo hasta entonces poco abierto al
pensamiento llamado "continenta l", espe rando establecer contactos y hacer fructificar
los intercamb ios . De esta época data el comienzo de una migración que conducirá a un
número cada vez mayor de filósofos franceses a enseñar en los departamentos de las
univers idades estadounidenses . En ese torneo internacional, Derrida y Aicoeur ten-
drán más éxito que Lacan .
Este último comp rende perfectamen te la mutación interna del estructuralismo que
se produce en Francia. Por lo demás, la conferencia inaugu ral sobre "La ciencia y la
verdad " es tanto el signo precursor como el desfile defensivo. En el momento de partir
rumbo a Baltimore, espera con impacienc ia la publicación de sus Escritos en las Éditions
du Seuil. Furioso por el éxito incuest ionable que obtuvo el libro de Ricoeu r y siempre
presa de su creenc ia en el "robo de ideas ', piensa que la reunión de la mayor parte de
su obra podrá "fijar" su doctrina e impedi r que sufra la revisión de que fue objeto la de
Freud. Esta volun tad de obstaculizar por adelantado las "desviaciones " se hace paten te
en el relevo lógico ya que Lacan convoca un ideal de cientific idad, a la vez por
fascinación con respecto a la historia de las matemáticas , en la que se plant ean
problemas idénticos , y para dar a su movimiento una base unitaria. Pero además, sigue
sufrtendo , y con razón, por no ser lo suficientemen te reconocido como pensador de
gran envergadura: por los maestros que admira y de los que ha tomado elementos
39
•
La Francia freudiana en todos sus estados
40
La Escuela Freudiana de Parls: la reconquista
enfermo a causa de las vacunas pero no lo aflige ninguna soledad, nin~ún sentimiento
de rechazo . Entiende inglés y no le tiene miedo a los viajes. Para él, la 1nv1tac16n es un
homenaje tributado a su pensam iento en plena efervescencia . A su llegada , queda muy
asombrado al enterarse por G irard de que Lacan ha pedido que se le reserve una li nda
hab itación en un hote l. Agotado por la diferenc ia de ho rario, deposita las male tas en el
suelo y oye al viejo maestro que le a nuncia: "¡Ah, había que ven ir aquí pa ra po r fi n
encontrarlo !" Al día sigu iente, en lacena ofrecida por los organizadores, Derr ida plan tea
las preguntas que le interesan mucho sobre el sujeto cartesiano, la subs tancia Y el
significa nte . Mientras saborea de pie una ensa lada dulce de repollo, Lacan replica que
el sujeto de él es el mismo que el que su interlocutor opo ne a la teo ría de l suj eto. En sí,
la observac ión no es falsa , pero Lacan se apresura a agrega r: "Usted no soporta que
yo ya haya dicho lo que usted tiene ganas de decir". Ot ra vez la temática de l robo de
ideas , otra vez e l fantasma de la prop iedad de los conceptos, otra vez el na rcisismo de
la primacía . Ya es demasiado . Derrida no entra en el juego y responde sin vacilar: "Ese
no es mi problema ." Laca n quedará pagando. Más tarde en esa velada , se ace rca al
filósofo y le pone amablemente la ma no en el hombro: "¡Ah, Derrida, te nemos que
hab lar, tene mos que hablar!" No hablarán7s...
Un año después de Baltimore se ofrece otra ce na e n París : en casa de Jean Pie l.
Lacan estrecha ca lurosamente entre sus palmas ate rciopeladas la mano de Derrida y
le pregunta en qué está trabajando . Platón , Sócrates , el pharmakon, la letra, el origen,
el logos , el mythos:e l fi lósofo prepara un texto para Te/ Que/. En esta revista en1piezan
a mezc larse, bajo la ta lentosa batuta de Philippe Sollers, los grandes temas del antiguo
estructu ral ismo rev istos y correg idos a la luz de la '1extualidad ' . Derrida acaba de entra r
a la redacción de la revista Critique pub lica ndo su Grammatologie. Lacan es director de
colecc ión en las Éditions du Seu il desde que saliero n sus Escritos. Una -vez más
anunc ia, cosa rara, que él ya ha bló de los mismos temas. Sus alumnos pueden
testificar. Para ev itar la po lém ica, Derrida se dirige al psicoanal ista y le cuenta la
anécdota s igu iente: Una noche, cuando su hijo Pedro empieza ad ormi rse en presencia
de Marga rita, pregun ta a s u pad re por qué lo mira:
"Porque eres bon ito."
Enseguida e l niño reacciona afi rman do que el cu mplido le da ganas de morir .
Algo inqu ieto, Derrida trata de averiguar lo que significa esta historia:
"No me quiero -d ice e l niño- .
- ¿Desde cuá ndo?
- Desde qui~ hablo."
Margarita lo toma en sus brazos :
"No te preocupes , nosotros te quere mos".
Entonces Ped ro larga la ca rcajada :
"No, todo esto no es cierto, soy un gran tra mposo 79. •
Lacan no dij o ni pío. Tiempo más ta rde. Derrida queda estupefacto al encon trar 1a
anécdota en boca de su inter loc utor, en una conferenc ia pronu nciada en diciemb re de
1967 en el Instituto Fra ncés de Nápo les . Lacan la cuenta así: "Soy un gran tramposo
-dice un niño de cuatro af\os acurr ucá ndose en los brazos de su proge nito ra ante su
padre que acaba de responderle: 'Eres bonito' a su preg unta: '¿Po r qué me miras?' y
el padre no reconoce e_nesto (ni siqu iera ~n que el niñ~ en el inte rva lo lo haya engaña do
diciéndole habe r pe rdido el gusto por s, m,smo el d1a en que habló} el impás que él
41
1
La Francia freudiana en todos sus estados
10
mismo juega sobre el Otro mostrando sus cartas . El padre que me dijo sabrá si esto
le incumbe o no8º ."
Un padre que trabaja sobre la metafísica de la palabra plena , un hijo que juega con
la palab ra del padre y la suya , un maestro que se toma por e_l gran Otro Y se vale
anónimamente de una anécdota para acusar a un filósofo recalc itrante de no plegarse
a su just icia imaginar ia: 1qué lio ! En este asunto , Lacan no hace un ~uen pape l Y Derrida
se siente herido. se comprende. Quizá Lacan está_trata ndo aqu1 de aiustar cuentas
inco nscientes con el nombre del padre o más sencillamente con todos los Alfred del
mundo. sea como fuere esta historia pone fin a las relaciones entre los dos hombres.
¡Qué lástima para el historiador!
En Baltimore, la lengua francesa domina el simpos io. Los ame ricanos se alegran
con el sabo r galo de las palabras intercambiadas y los invitados franceses se sienten
orgullosos de estar en primer plano. La fiesta estr uctu ralista sig ue siendo latina: una
disputa continental en forma de pelícu la del oeste , dirá la prensa loca l. Se inventará
incluso, allende el Atlántico, la noción desconocida en Francia de "postestr ucturalismos•·
para des ignar el fenómeno surgido del banq uete . Sin trata r de adap tarse al terreno,
Lacan habla en Balti more como en su seminario, cuando e l públ ico no es al que él está
acostumbrado. Pero a esto agrega una nota descabellada pronunc iando su d is curso en
inglés. Como todos los invita dos hablan francés y él, Lacan no sabe emplear la lengua
inglesa, los organizadores queda n desconcertados. As í que , para af inar su estilo, le
traen a un joven fi lósofo llamado Antony Wilden. El hombre se inte resa en el lacanismo
1 y posteriormente traducirá varios textos&2. Pero por el momen to está literalmente
molido por el ajet reo de este príncipe del Renaci miento a l que debe serv ir de intérprete,
guía , profesor de dicción y cortesano. Desp ués de un incend io inferna l regado con
chistes de sala de guardia y entrecorta do co n varias mesas y cómodas revueltas, la
confe renc ia porfín queda lista. Leyéndo la, es una obr ita de arte , pero escuc hándola es
otro cantar. En primer lugar, lleva un títu lo extravagan te : Of Structure asan /nmixing of
an Otherness Prerequisite to any Subject Whatever, lo que lite ralmente sign ifica: "De
la estr uctur a a lo q ue tiene que ver con el otro como protagónico a cua lquier idea de
sujeto&3...• Se comp rende el gr ito de dolo r de W ilden que se ca lifica a s i mis mo, en pleno
simpos io, de "desdic hado traducto r· . En segundo luga r, el autor dicta esta confe rencia,
que se anuncia más bíen cort a, en una lengua que queda a med io camino entre el
franco -inglés y el ang lo -francés, que hace que al aud ito rio le parezca de una largura
interminable .
Decididamente, cuando Lacan habla gratui tamen te alarga la d uració n de las
sesiones, y cuando se le paga para que escuch e no cesa de acortarlas. i Demonio de
hombre! Conduce sus automóviles en sen tido inve rso a sus discursos y a la misma
velocidad que sus curas: según el pum pum efela interp retación vercfacfera. Aunq ue no
siemp re logre evitar el accicfente, nunca resulta hericfo y salva milag rosamente a 10s
pasajeros. Siempre que puede, se mete a tocia ve loc idad entre el ca mión que aparece
fn:~te a él Y el vehículo al que acaba de pasar, sin preocupa rse por saber si éstos
utilizarán _sus fren_os. Así va para él el tiempo lógico: el prisione ro no bien ha
comprendido el enigma debe decidirse. Toda la vida privada y pública de Laca n esª
42
La Escuela Fraudiana da París : la reconquista
imagen de su doctr ina que no renuncia a nada y arrasa con todo: la rapidez del águi la
unida a la lenta obstinación de la hormiga.
De modo que en Baltimore , Lacan se enunc ia tal como ha llegado a se r. Este
hombre de genio, que dedicó tre inta y cinco años de labor encarn izada en el movim iento
psicoanal ítico , ve llegar el triunfo demasiado tarde . Es cierto que todav ía goza de buena
salud, pero , sobre todo desde Bonneval , siente como una injustic ia el haber esperado
tanto el reconocimiento y segu ir esperándolo. Gastado por los conflictos de laS PP, que
lo afectaron en su madure z, vencido luego en su negociación con la IPA, se recupera
mal de los comba tes y, aunque su escuela le brinde numerosas satisfacciones , tiene
cada vez más tendencia a dejar de lado a los verdaderos fieles y rodearse de
cortesanos . El viejo mona rca es frágil y esa fragilidad se trans luce en sus caprichos a
medida que avanza hacia la gloria , pero también hacia la muerte. En el simposio, los
franceses conocen, al menos por cuentos , las costumbres de l maestro , pero los
americanos , que han leído atentamenta los textos, encuentran muy extraña el habla
lacaniana . La confe rencia dura tanto que Rosolato se ve obligado a pospone r la suya
para el día siguiente. Unico discípulo presente en tierra americana, difíc ilmente puede
afro ntar a su analista en tales circunstanci as.
Dos secuenc ias retienen la atención. A propósito del sujeto, Lacan cuenta que
desde el alba estuvo mirando por la ve ntana las luces de neón y el tránsito que le
hicieron pensar en el Dasein, es decir en ese espectácu lo intermitente y borroso del
"pensamien to que se piensa sin saber". Y de golpe enuncia esta frase surrealista: "La
imagen más sintét ica que puedo darles del inconsciente es Baltimore al amanecer .·
Segundo gran momento: Laca n habla de su próximo seminario sobre La lógica del
fantasma y dice: "Estoy atrasado en todas las cosas que debo desarrollar antes de
desapa recer yo mismo y me cuesta avanzari¾.• ¡Siempre el tiempo!
Con sciente del efecto que produce la palabra de Lacan en esta asamb lea erudita,
Wilden se apresura a socorrer lo. Nota que abordando su doctrina bajo el aspecto de la
noción de desconocimiento, el orador ha sumido a sus oyentes en el desconocimiento .
Pero ens eguida agrega que los amer icanos deberían leer a Freud para comprender que
Lacan no lo desconoce . Después de una interesante discusión en la que intervienen
Goldmann y Poulet , Richard Macksey aborda a Lacan sobre su utilización de la lógica
fregeana . Expresa que le molesta que el teorema de Godel sea interpretado en La cieneia
y la verdad como una simple limitación al poder del simbolismo . Luego agrega que una
posición así corre el riesgo de cond ucir al conferenciante a la vía de un estructuralismo
nomina lista o conceptualista, puesto que, en vez de unir los números entre sí, tiende
a plantear una equiva lencia entre los números y las entidades . Lacan replica de
inmediato que nunca negó el aspecto estructural de los números. En efecto: su relevo
lógico se mant iene estructu ral, aunque se exponga al nominalismo o al logicismo. La
pregunta de Macksey es pertinente , pero lamentab lemente el debate no prosigue.
Lacan nunca habrá tenido un auditorio tan interesado por las interroga ciones "verda-
deras" ...
El viaje estadounidense de 1966 no le perm ite, y con razón, tornarse el desq uite
de la IPA . Pero, paradójicamen te, su discurso es mejor comprend ido en Baltimore que
en París en la med ida en que los universitar ios del coloquio , que no son ni psicoanalistas
ni jóvenes lacanianos , son expertos en debates teóricos y no se dejan fascin ar por el
habla extraña de su invitado. Discuten y critican el contenido de una obra . Sin embargo,
el malentendido persiste, ya que en suelo amer icano el lacanismo es considerado como
43
La Francia freudian a en todos sus 8s
t
lldos
una doctrina estructuralista típ icame nte fran_cesa. S~guir~ siéndolo por mucho tiempo
en ciertas univers idades y para algunas fe minis tas sin rec1b1r real_mente el rótulo de u
mov imiento psicoanalít ico cualqui era. Dic~o de otra forma, el lacanisrno no se implantar;
de l otro lado del Atlá ntico con la categon a de una esc ue la o un relevo del freudism0
No hay Far West para el doctor Lacan : simplemente ca~p~s. Regreso a París... ·
Pese a la presión ejercida por Fran9o is Wahl des_de¡un10_de 1963, Lacan se hace
rogar para aceptar reunír la total idad de su ob ra escrita. Es Cterto que qu iere "fijar' su
doctrina y hacer la existir para un público amplio, pero_le hace ascos a lo que más tarde
llamará la "poubellication". No obstante , la calurosa 1ns1stenc1a de Wahl produce sus
efectos y el éxito recog ido por el libro de Ricoeur provoca la dec isión final. Filósofo de
formac ión, Wahl piensa que la enseñanza de Lacan ocupa e l lugar de lo "real" para la
nueva generación. En su opinión, el maestro debe actuar como el anal ista de la cultura
contemporánea . Cuando le pidió que reuniera sus textos , Lacan propuso a varios de
sus discípu los para que efectua ran el trabajo . Pero no resu ltó nada.
Desde el final del invierno de 1966 , Wahl se pone a trabajar con ahínco y toma un
mes de licenc ia para leer, clasificar y puntuar de nuevo los textos. Cua ndo no entiende
el sentido de algunas frases, almuerza en casa de Calvet con el maestro que responde
a todas sus preguntas y pule su estilo. Gigantesca empresa editorial, notable colaboración.
Wah l no tarda en decidi r la supres ión del texto sobre la fami lia por no encontrarlo
"lacan iano " y Lacan elige poner e n primer lugar el Seminariosobre la cartarobada.Wahl
no está de acuerdo. Lacan insiste y no cede . Fina lmente , el editor pide al autor que
redacte una continuac ión a ese famoso semina rio para exp licar retroactivamente su
función de aperturass. Lacan escribe entonces" Paréntesis de los paréntes is", verdadera
reformu lación lógica de su exposic ión. A cont inuac ión pone un .capitulo titulado ' De
nuest ros antecedentes·, en el que se representa a sí mismo la h istoria de su itinerano.
Habla allí de la acogida que recibió su tesis entre los su rrealistas , reivindica la
en~eñanza de Clérarnba ult olv idando que hab ía vaci lado por Claude, y sitúa ellugar de
L 'Evolution Psychiatriqueporque allí tuvo quie n lo escuchara. No menciona el nombre
de Henri Ey, pero le envía un ejemplar con ded icator ia: "A Renée, a Henri, a esa
juventud que aún nos une." Natural mente no menciona a Wallon ni a Kojeve Y se
presenta como el inventor de la noción de estadio del espejo. Es el momento de la
batalla antips icologista y La can, tan celoso cuando se trata de su derecho a la primacía,
ev ita evoca r a un precu rsor cuyo nombre queda ligado al campo de la psico logía Y a un
filósofo cuya enseñanza hegel iana está fuera de moda en esos años estructuralistas.
Además co menta sus Escritosen futuro perfecto y propone a sus lectores estudiar
su doctr ina corno una totalidad cuya histo ria ser ía interna a si misma. Por lo que
respecta a la representación de su gran obra, sigue pues el sentido de su relevo lógico.
Interpreta la historia pasada de sus textos a la luz de su doct rina actual, y les impone
retroactivamente una concepc ión de la historia que las sobredeterm inan: "Sucede -
escribe- que a nuestros alumnos les sirve de señuelo en nuestros escritos encontrar'Yª
ahí' aque llo a lo que nuest ra enseñanza nos llevó después. Pero, ¿no es suficiente qve
lo que está ahí no haya obstru ido el cam inQ86?"Con esta amb igua f rase, Lacan rei-
vindica el señuelo del ''ya ahí": una obra debe leerse a la luz de su ulterior devenir. En
suma, la presentación de los Escritos incita a l lector de 1966 a leer al Lacan d~
· C/8
anteguerra a la luz del Discursode Roma, y el del Discursode Romaa la luz de Lac,en .
y la verdad. Esta concepción de la historia se adapta a la manera en la que trab1ª
Lacan, pero resultará desastrosa para el mov imiento lacaniano, que basándose en el a,
44
La Escvela Frevdíana de París: la reconquista
tendrá tendencia a olvidar los elementos que Lacan sacó de otros , leer a Freud sin
separarlo jamás de Lacan , y por último imputar a ese mismo Freud una lectura
anticipada de los Escritos por obra y gracia de una linterna mág ica. Además, validará
la entrada en escena en la historia del lacanismo de un impres ionante rebuscam iento
en el lenguaj e: no entre los f ilósofos del circu lo de epistemolog ía cuyos trabajos se
mantendrán orig inales , sino entre los psicoanalistas de las nuevas generaciones,
demasiado ignorantes para segu ir al maestro en /a ciencia y de masiado fanáticos para
evitar segu irlo. Mediante el rebuscam iento en la expresión , se privarán de su esti lo, en
el caso que lo tuvieran, no sólo para imitar la persona de Lacan, sino para fus ionarse
con el estilo de los Escritos por "retroacc ión" hacia el anonimato. En consecuencia ,
tendrán tendencia a comp lacerse en no firmar más sus textos o utilizar seudón imos.
Si bien en esta operac ión editorial Lacan es al principio secundado por Wahl, Miller
toma la posta y se encarga de la redacción de un índice razonado. Se basa en la
conferencia dictada en 1963 en la ENS y confirma la presentación en futuro perfecto que
propone Lacan . Más que situar los conceptos en la historia de su aparición inaugural ,
y luego espec ificar sus transformac iones sucesivas, define el lugar estructural de cada
uno de ellos en su relac ión con el conjunto. Procede así por retroacción a partir del
último estado de la teoría y divide el corpus en cinco órdenes. Por último subraya que
ciertos textos más densos escapan al fraccionam iento, a la vez que expresa que esta
organ izac ión del libro constituye su propia interpretac ión del lacan ismo. Por lo demás ,
Miller lo invoca en nomb re de una mejor comp rensión de los Escritos: "Según el con-
cepto que tenemos de estos Escritos, se gana estudiándo los como si se formaran en
sistema a pesa r de la elipsis del esti lo necesa rio -según Lacan- para la formación de
los anal istas. Por nuestra parte, al no tener que preocuparnos de la eficacia de la teoría
en ese campo, alenta mos al lector adelantando que no tiene fímite externo (es decir que
no produzca el funcionamiento del pensam iento bajo el peso de su estructura) para la
expansión de la fo rmalización en el terreno del discu rso, por el hecho de que no hay
ningún fugar en el que su poder falte de lo que no pueda delimitar los alrededores, y
reduc ir el agujero, camb iando de sintaxis. A riesgo de ver en otra parte fonnarse de
nuevo su negativo. Recurrimos a Boole, Camap y los estudios del Sr. Guérolllt sobre
Berkeleys1. •
Esta interpretación de fa doct rina corresponde a la visión lacaniana de 1966,
aunque la radical iza por la vía de esta formalización integral que Lacan había
rechazado invocando el teorema de Godel. Habla rectificado la noción de sutura en el
sent ido de una menor formalización y Miller a su vez fa reinterpreta en un juego de
báscula en el que separa el campo de la formac ión cli nica del campo del discu rso.
Desde que aparecen los Escritos, en noviemb re, Lacan recibe la consagración
tanto tiempo espe rada. Se convierte ensegu ida en uno de los grandes pensado res de
la era estructural ista justo cuando acaba de inicia r su relevo lógico. El libro arranca bien
y crea un "acontec imiento.• El 30 de noviembre, Le Nouvel Observateuranuncia en un
suelto que el editor está reimprimiendo "a toda veloc idad las novecientas páginas de
los Escritos de Lacan que cuestan cincuen ta francos y de los que se vendieron cinco
mil ejemplares incluso antes de que la prensa hubiera informado acerca de ellos." En
realidad, la obra no constituye un best-seller inmed iato como Les Mots et les Choses
y, durante cierto tiempo, se vende menos que la de Ricoeur . Pero, progresivamente, la
curva se va invirtiendo. Treinta y seis mil seiscientos cuarenta y tres volúmenes serán
45
1
La Francia freudiana en todos sus estados
46
Ls Escuela Frsudisna dB París: Is rsconquista
El acta de fundación que Lacan pronunc ia el día del verano de 196496 se parece
a un verdadero discurso ~el 18 de junio. El tono es maj estuoso , el estilo espléndido y
la legislación impecab le. Lacan habla en prime ra persona, denuncia las "desv iaciones ..
y "componendas• y se presenta como el jefe absoluto del gran mov imiento de
reconquista. Recuperando de golpe su verba barroca, moviliza los signif icantes de su
47
1
La Francia frsudiana sn todos sus astados
cultura y afirma ser el salvador de una Francia freudiana que entró en decadencia N
está solo , por supuesto , pero la evocación de su "soledad" en su relación con la cau o
ps icoanalítica funciona de manera simbólica . Contrariamente a Freud, Lacan acep~ª
ser un maestro que ocupa jurídica y políticamente el lugar de un maestro. ¿Soberanoª
emperador o papa? Diremos más bien legislador o padre fundador . Frente al imperio'
yergue la cabeza para venga r al antepasado y restablecer el poder de la causa
cartaginesa , símbolo de esta situación anibaliana del ps!coanál isis soñada por Freud.
El mando no lo quiso, pero la derrota de 1963 lo obligó a asum irlo : no tiene otra
alternativa .
También , para evitar que en su escuela se produzcan los errores del pasado
intenta lo imposib le . En vez de rechaza r la noción errónea de "jefe carismático", com~
hace la IPA, la desvía e inviste en la categor ía de una reconciliac ión afirmada entre la
func ión de iniciación propia de la enseñanza del psicoaná lisis y la función directriz
prop ia de toda instituc ión. Será a la vez el director de su escue la, el maestro por lo que
atañe a su doctrina y el legislador de un nuevo modo de formación. Por la vía indirecta
de su seminario y la reducc ión de la duración de sus sesiones, será también el analista
de todos.
Apoyándose en las tesis enunciadas en La Psicología de las Masas, actualiza un
modo de poder original basado en la preeminenc ia de la noción de Gran Hombre. La
referenc ia al sistema gaull iano es evide nte, y sin duda Lacan se acuerda, cuando
pronuncia su llamamie nto del 2 1 de ju nio, del horror que le inspiró, un cuarto de siglo
antes, el desastre del ejé rcito francé s Odio visceral al pétainismo, repugnancia
respecto a una democracia que faltó a sus compromisos y, por fin, culto al hombre
prov idencia l: en 1964, Lacan no es un dictador sino más bien una especie de monarca
esclarecido que trata de restau rar los riesgos de una repúbl ica freudia na: la políticadel
inconsc iente y del deseo contra la política instituc ional , el "hombre • contra los "partidos".
Para evita r la constitución de oligarquías, en un primer momento asume todos los
poderes. Él mismo nombra a las élites, integ ra todos los jurados y exige obediencia de
los suyos, como un desquite sobre el pasado. Tres discípu los siguen siendo sus
"preferidos " : Serge Leclaire, a quien sigue amando con pas ión, Moustapha Safouan,a
quien cons idera un magnífico clínico y cuya direcc ión da cada vez que aconseja una
cura a un prój imo y Solange Faladé , que es su conf idente . Un judío, un árabe Y una
afr icana: esta elección ilustra bien el universalis mo lacaniano.
El lugar de Lacan en la EFP es desde un principio muy extraño. Siendo un monarca,
mant iene con cada uno, es decir con su pueblo y sus cortesanos, una relación
privi leg iada que escapa a la jerarquía instituc ional. Por consiguiente, y pese al
funcionamiento autocrático de su poder, también desempeña el papel de un viejo sabio
liberal que todos pueden veni r a consultar en el secreto de su alcoba, para orientarse
hacia un trabajo o una car rrera. Durante cas i todo el tiempo que duró la EF P, la puerta
de la calle de Lille está abierta para cualquiera y sin cita: para los miembros y los no
105
miembros, para los ana lizandos y los "enfe rmos", para los ladrones, los pillos,
ps icót icos y los agitados. Lacan nunca tiene miedo de nada y da consejos inteligenies
a todos. En suma, cualquier persona puede irrumpir en su domici lio para ha~Jar de
cualqu ier cosa . No hay gua rdia pretor iana que proteja al Doctor, no hay servicio d~
orden ni secretaria que separen al monarca de su pueb lo . Sólo Glo ria González, la fie
espal'lola, recibe a los visitantes sin imped irles encontrarse con su intertocutor.
48
La Escuela Freudiana de París: la reconquista
Así se va establec iendo entre Lacan y sus "súbditos· una espe cie de mo narquía
directa en la que la serv idumbre vol untaria se mezcia con el ejerc icio de las libertades
individuales . Este funcionamiento del pod er tiende a transformar la práctica de Lacan .
Desde el mom ento e n que crea su escuela, no se ejerce ning ún control más sobre la
duración de las sesiones ni sobre el número de sus ana lizando s cuyas h ueste s
aumen_tan a ojos vistas . Los viejos , formados en la SFP, siguen vinie ndo y los j óvenes,
de la cuarta Y sobr e todo de la q uinta generació n, afluyen en masa, de tanto q ue la
aventura del lacanismo respond e a sus aspiraciones a la vez teóricas y antiinstrtuciona les.
Muy pronto Lacan adq uiere la costumbre de no dar cita a una hora fija. No sabe rechaza r
a nadie y todos pueden ir a sus sesiones según su capricho o necesidades . La casa del
Doctor es un inmenso as ilo donde se circula libremente, con todas las puertas abiertas
de la mañ ana a la noche, entre ediciones originales, cuadros de pintores famosos y
cantidades de manusc ritos .
Liberado de las obligac iones institucionales, Lacan durante dieciséis años lleva a
la práctica un verdade ro lab oratorio de psicoaná lisis. Le dedica su vida entera, su
energ ía, su amor , sin jamás ped ir desca nso. Mezcla todos los géne ros y reduce a la
nada todas las nonnas del uso clásico con un gen io de la intervención raramen te
igualado en la histor ia del freud ismo . Como un gran libertino, explora con refinamiento
todas las figuras posib les de la cura, el control, el pase, e l seminario y la presentación
de enfennos, como si sie mpre quisiera saber más sobre los misterios de la relación
transfere ncia!, el aná lisis interminab le, el "paso" o la identificación. Juega con las más
extremas post uras del tiempo , el espacio y el obj eto. Así, por ejemplo, es capaz de
tomar en aná lisis a un pacie nte que sig ue un trabajo de diván con otro terapeuta , u otro
paciente de quien co ntrola la práctica e n relación a un caso cuya práctica tamb ién
supervisa simu ltáneamente. Hace variar hasta el infinito la duración de las sesiones y
su espac iam iento en el tie mpo: de un minuto a una hora o de una sesió n por semana
a diez por d ía . Hay que hace r mover al ana lizando del sillón al diván y luego de una pieza
a la otra camb iando cada vez el cuadro simbólico de su palabra. Se diría que actúa sin
cesar contra su teoría, como para ponerla a prueba de sus fallas . Cuanto más denu ncia
la omnipotenc ia del yo, más afirma en la cura la preeminencia de su ego. Cuanto más
se burla de las utopías filantró picas, más ayuda a todos con sus consejos humanitarios .
De manera gene ral, la duració n de las sesiones tiende a acortarse y, cuando ése
no es el caso , el tiempo depe nde de la relación que se estab lece entre el maestro y el
analizando. Lacan siempre lleva prisa, como si la muerte le pisara los talones . No se
sienta en el sillón , ca mina arriba y abajo, da la espalda al pacie nte, come , bebe y ri a a
la vez q ue presta una fabulosa escucha a ciertos significante s del discurso . No analiza
la transferencia de sus pacientes respect o a él y, aunque intervie ne para darles
direct rices , los deja fabricar sus propias interpretaciones sobre su actitud . En conse -
cuencia , hace jugar permanenteme nte la "lib_ertad" de cada uno para servirlo, recha -
zarlo, quere rlo o proseguir realmente un anális is. A l final de su vida, estando enfermo,
sigue su práctica y se mues tra d esfalle~iente sin ocultar el estado de su cuerpo y de su
espíritu. A lgunos perciben sus ause ncias, otros no ven nada y conservan de él una
imagen flamígera. Otros aún lo acompañan en su agon ía con ternura y vio lencia.
Por lo que respecta al dinero , con el paso de los años Lacan se vuelve cada vez
más goloso. Pero si bien las exigencia~ so_n _amenudo exorbit~nt~s, nadie está obligado
a ceder . Tambíén en eso eie rce e l prmc1p10de la monarqu1a directa, la servidumb re
voluntaria O la experimentac ión. Por lo general Lacan sólo explota a los ricos o a los que
49
La Francia freudiana en todos sus estados
quieren dejarse expl otar . Se muestra diferente con cada paciente, siempre múltiple
siempre diversificado al compás de una escucha nunca 1dént1ca para todos. '
Convertido en jefe de escue la y maestro de l pensam iento, aho~a se enfrenta con
su "personaje ". Numerosos militantes, drogados, delincuent es o su 1c1dasvienen aé l en
busca de un padre o un salvador. No se niega '.3-las demandas de _e Uos y no rechaza
jamás su posición de "gran jefe ". Por el contrario, lo acepta Y perm1t1rá a una tracción
de la j uventud izquierd ista no hundirse en el terrorismo , la m~erte o la locura. Sólo una
vez lo atacarán físicamente. Como Charco! en la Sa lpiHnére y como Freud en la
soc iedad vienesa , a partir de 1969 se convierte en el doctor iconoc lasta de una sociedad
enferma de sus síntomas , sus costumbres y su modernidad, Y asume sus miserias y sus
esp lendo res. No hay duda de que a veces forma rá terapeutas que parecen más
me rcaderes que psicoana listas. Pero de darse el caso, no son numerosos y también
ex isten en las instituciones dirigidas de otra manera. La historia de las sociedades
psicoana líticas no se reduce jamás a la de sus minorías y, miráQdolo bien, la aventura
lacaniana es más interesante para la cultura que las de más experienc ias de la Francia
freudiana . A cont inuación presento algunos testimonios de la práctica de Lacan
posterior a 196497.
Francis Hofstein: "Empecé mi anál isis en 1964. Durante mis estud ios de medicina,
realizados en Estrasburgo, había leído a Freud , y eso me dio ganas de hacerme
analista. Además creía, con algo de ingenu idad , que la psiqu iatría y el psicoanálisis
eran la misma cosa. Cuando llegué a París, llamé por teléfono a la única persona que
conocía para co nseguir la direcc ión de un ana lista. Me dio la de Lacan, sin más
expl icaciones. Así que llamé a Lacan que me propuso una cita para ocho días más
tarde . Como sólo iba a queda rme tres días, le pedí que me recibiera antes. Aceptó y,
durante dos horas, le conté mi vida . Me escuchaba con mucha atención y me aconsejó
que viera tamb ién a otros analistas . Como yo no conocía otros, no hice nada y volví a
Estrasburgo. Cuando volví a París en enero de 1965, llamé de nuevo a Lacan y fui a
verlo , pero nuevamente me dijo que proba ra en otra parte . Me negué. Y como no
entendía por qué no se decidía a tomarme en anális is, insis tí y le pedi explicaciones:
se iba por las ramas y luego tenminó por ceder. Las sesiones duraban entre quince Y
treinta minutos y oon frecuenc ia me parec ían largas. Sólo una vez, al principio, me dejó
olvidado en la biblioteca y, cuando fina lmente fui a go lpear a la puerta de su escritorio,
estaba muy contrar iado y me regañó cas i por no haberme manifestado antes. Terminé
por organizarme yo mismo las citas para no esperar más. Sólo dos veces quiso mezclar
los géneros. Un día , le cuento una pelícu la y me pide que escriba lo que digo. L~ hice,
le entregué el manuscrito pero nunca me lo devolvió. Otra vez me negué , y le d11eque
cuando escribiera lo har ía para mi. Mucho más tarde, iba a ser yo quien le pidiera q~e
verif icara si, en un artícu lo que yo acababa de escribir sobre la música, no habia
empleado al revés alguno de sus conceptos. A la vez que me dice que la música no es
su fuerte, acepta , pero al recupe rar mi texto , compruebo que se equivocó en u~a
corrección . Lo llamo por teléfono , le leo lo que escr ibió y le digo lo que pienso: se ne
Y reconoc~ s_uerror . ?e mane ra general , tuve la impresión de hacer con él un análi~!
corriente. El mterven1a, puntuaba e interpretaba mis sueños . Nunca lo tomó a mal. 1
esfumaba ante mi palab_ray no obstacu lizaba el análisis. Descubrí que estaba e~i8y
momento de la publicación de los Escritos. Todo el mundo se puso a hablar de
50
La Escuela Freudiana de París: la reconquista
.
escuché cosas sobre su práctica que no correspond ían con lo que yo viv ía en el diván.
Le hablaba de eso y un día le conté una histor ia part icularmente venenosa sobre él. ' Eso
no es verdad' , dijo. Saqué ante él la conclusión de que había algo cierto en lo que se
decía. Cuando yo no ced ía sobre ciertas cosas , no insist ía. Era el ana lista quien estaba
presente y no el ¡e' de Lacan. Y se lo pod ía obligar a mantener su lugar de analista
cuando se salía de él. Es algo que aprendí con él. Como una técn ica. Eso y tener una
posición ana lítica distante de sí mismo . Cuando se me ocurría manejar conceptos de
Freud en mi cura, me daba su opinión. Pero jamás me propuso un contro l ni que fuera
a su seminario . Term iné mi análisis en 1972. Estaba menos presente, como si, como
analista, yo lo hubiera gastado. Me dejó part ir sin realmente retenerme •
Gérard Pommier:"Cuando me decid í a pedir le una cita a Jacques Lacan, pensaba
no obstante haber terminado mi anál isis. Ya había cerrado un recorr ido que creía
relativamente completo con Raymonde Bargues, que era miembro de la EFP pero yo
entonces no lo sabía. Estaba terminando mi CES de psiquiatría. Había conseguido los
Escritos, claro está, pero el est ilo de los textos me parecía oscuro . Y luego un día, a
despecho de la ant ipsiquiatrfami litanteque tenía en aquella época, fui ala presentación
de enfe rmos de Sa inte-Anne. La presenc ia de Lacan, su esti lo, me imp resionaron
mucho . Fui a su seminar io y luego le pedí una cita . En aquel momento yo estaba en
control con Piera Au lagn ier, y los problemas que podía encontrar con los pacientes me
hicieron pensa r que debía ins istir en mi prop io análisis .
Cuando lo pienso de nuevo, sigo sorprend ido por la diferenc ia que percib í entre el
hombre público, orado r brillante y algo distante , y el analista, el hombre tan próximo que
se dirigía de manera tan individua lizada, casi violenta al que ven ía a verlo, y descubría,
en la apa rienc ia misma, el punto de apoyo de la transferenc ia: '¿Sabe -me dice en una
de las primeras ent revistas- sabe que se parece al Galo herido?' Esta proximidad era
también lo que permitía hab larle, quiero decir que este compromiso, este apego lo
exponía a él mismo, lo ponía al descub ierto . Por ejemplo, él no estaba a salvo de actos
fallidos como el de dar me en dos oportunidades cita a una hora en la que era notorio
que iba a estar en otra parte, sin perju icio de env iarme un telegra ma a la hora siguiente
o exclamar por teléfono : 'Pero ¡dónde diablos tengo la cabeza!'
Fui así durante varios meses y proseguí esas entrevistas que me parecían muy
largas, de una largura morta l y de una lentitud que contrastó con lo que se produ jo
cuando cornenzó el aná lisis propiamente dicho. Que las sesiones eran cortas es poco
dec ir, eran fu lgurantes, algunas veces no más de un minuto . Recuerdo que n1e suced ió
tener que conta r en tres ses iones un solo sueño, especialmente importante, y que
t rabajé con una intens idad que sin duda no hubiera permitido una ses ión llamada
corriente. Había allí una expe riencia implacable que daba a la tarea analizan te una
extensión que repercutía en toda la existencia. Me enseñó sin duda, para mi prop ia
práctica, que el tiempo es sólo una variable de la transferenc ia, cuya duración por tanto
no puede dec idirse. Y que, por cons iguiente, exige que el analista corra un riesgo
respecto a ella. Lo peo r era quizá que con esa intens idad . ocasionada por la forn1a,ten ía
la sensación de que lo que decía no era escuchado, que hab laba a un sordo n1uy
ocupado en esc ribir, leer o cortar rodajas de pan. Y luego. de repente, a propósito de
un detalle incongruente, murmurado apenas, venían algunas palabras allí donde no las
esperaba en absoluto, palabras que volvían de muy lejos, por ejemplo condensando
una frase pronunciada sin prestarle mucha atención durante las entrevistas prelimina res:
'Es el odio a la mujer maternal' , palab ras que bruscamente se ubicaban en relación a
51
.
La Francia freudiana en lodos sus
estados
un síntoma que aparentemente no tenia nada q~e _ver, Y_quedaba revelado de golpe
En 1974• aprovechando una sesión en ta que tenia 1ntenc1ones
· á t·
de decir que el anál' . ·
IS1s
verdaderamente me alcanzaba para orientarme en m1 pr _c1cay. que no me Podic1
imaginar qué podría agregar un control, Laca~ no me deJó terminar la frase y me
anunció que, por supuesto, el control comen~ana la semana ~1gu1ente. Así fue 061110
comenzó con él ese tipo de trabajo , que deb1adurar hasta ¡uho de 1981. Hacia 1978
pensaba entrar en el procedimiento llamado d_et 'pase', pero lltu~eaba ..Un día, cuand¿
le estaba hablando de otra cosa, de un sueno referido a m1h1¡a nacida hacia poco
describía una secuencia en la que debla pasar una pu_e0ª· Basándose en est~
secuencia, que sólo con posterioridad probó ser pertinente, 1nic1é esa experiencia. Ese
nuevo trabajo duró mucho tiempo, dos años, y puedo afirmar que aporta un materia l
irremplazable para un anatista. El jurado que iba a deliberar sobre mi trabajoteniaque
reunirse el 8 de enero de 1980. La disolución de la Escuela se produjo et 5."
Antoinette Fouque: "Antes de 1968, quería hacer un análisis con Lacan. Eralectora
de Seuil y había leído a Lacan antes que a Freud. Era la pasión por el análisis. Luego
vino Psychanalyserde Serge Leclaire. Allí había técnica, cosas concretas. Finalmente,
Franc;ois Wahl me aconsejó a René Tostain. Era un excelente analista, pero no lo que
yo quería. No encontraba allí mi transferencia con Lacan de modo que a principios de
1969fui a vera Lacan. Por teléfono me dijo: '¿Quién es usted?' Le contesté que notenía
la recomendaciónde nadie y le expliqué cuáles eran mis actividades. 'Venga mañana',
dijo. Estuve doce minutos. Luego seguí yendo durante cinco años, a veces con
regularidad, a veces no. Las sesiones no duraban jamás más de un cuarto de horay
no eran fijas. Desde el momento en que uno se encontraba en el campo de su mirada
•
o escucha era todo suyo. El lo llevaba, lo sostenía. No reclutaba, sino que impulsaba
a trabajar. Nunca intervino con respecto a mi enfermedad orgánica y no tuve que
presentarle las pruebas, pero sin este análisis hubiera quedado paralitica antes. Lacan
no cedía a ninguna ideología y me permitió no ceder a la ilusión feminista. Me libróde
la idea de que una mujer no puede ser sino un hombre fallado. Permitía criticar a Sartre
y Beauvoir . Le preguntaba sin cesar por qué decía que la que no existía tenia que
volverse histérica y por qué hacía lo real posible en la vida a ta vez que enunciabaque
to real es lo imposible. Le decía también: 'Usted dice que la histérica busca a un hombre
que sepa hacer el amor, pero eso no existe, así que sólo puede ser una mujer', y 'Para
usted el falo hace tropezar. Una vez que se afloja y que usted pierde todo el semen¿qué
es lo que pasa, de eso no está enterado?' Lacan soltaba la risa. A veces aprobabaY
a veces no estaba de acuerdo. Pero estoy segura de que cambió su relación con ta
histeria a partir de la pregunta del MLF. Paralelamente, yo hacia un tramo con Luc:€
lrigaray. Lacan lo sabia. Yo quería hacer la investigación de las parejas fantasmáticas
ligadasa la infancia. Un dfa llegúe muy agresiva a la sesión. con un cuchillito escondido,
Yno dejé mi capa en el perchero como de costumbre. Lacan apenas me vio me atr<1JO
hacia él Yme dijo: 'Nose s:1c61acapa, pasa algo ... ' Me la quitó y fue él mismo a colgarla
Después, le d1¡eque habra escondido el cuchillito. Tomó sobre sí toda la agresividad.
Detuve el análisis en 1975 Se estaba quedando sordo. arrastraba la pierna Y 19
empezaban a interesar sobre todo sus cubos y sus cuerditas. Por mi parte, mt:!costaba
cam~n~ por los adoquines del patio y subir las escaleras. De 1978 a 1982, hice un
análisis ~n Befa Grunberger. No quería terminar mi vida analítica sin probar un diván
no lacamano. En la casa habla olor a albahaca, humor, sabiduría y ortodoxia.
52
La Escuela Freudiana de Parfs : la reconquista
Grunbe rgerera muy misógino y las sesiones cronometradas. Jamás expresó host ilidad
alguna con respecto a Lacan. Me ayudó a desp render me de mi transferenc ia a Lacan
y sin od io me perm itió comprender por dónde corría el lacanismo . Lacan era mi abuelo
que se llamaba Jacques, y Grunberger mi analista freudiano Mi padre se llamaba
Alexis Grugnardi Y era pastor• Cuando leí Las bucólicas, por el bello Alexis se me había
planteado la pregunta acerca de la homosexualidad de mi padre . Fui a ver a Grunberger
Y le dije : 'Mi padre se llamaba Alexis, usted es Bela el bello Alexis , usted es 'Grü n' y usted
es Berger, así que es usted '. Se rió y dijo: 'Yo también soy pastor '."
Rotand Castro: "Empecé mi anál isis con Lacan en 1972 después de la disolución
de Vive fa révolution . Yo era un jefe político y quer ía ver a un jefe. Brassens y Ferré
habían enve jec ido y Pompidou estaba en el poder. Godard estaba afásico y Sartre
había fallado . Estaba fasc inado por mayo del 68 y por lo tanto era ineficaz. En este
ent reve ro, só lo Lacan seguía pensando . Era snob, avaro y mundano, pero pensaba .
'Aguardo pero no espero nada' -había dicho- y : 'La revolución se hace para mantener
el orden. ' El concepto de proletar iado se derrumbaba y Lacan era una verdad que se
mantenía a flo te. A fines de 197 1, el mov imiento declinaba y se radicalizaba. Se
planteaba la cuestión de fo rzar al dest ino, la cuestión del terrorismo. El discurso de
Lacan, que andaba por ah í, me tiró un salvavidas. Era la droga, el diván o el su icidio ;
el cinismo todav ía no. Me precipité sobre el ídolo, y luego fui progres ivamente
laicizando mi relación con el pensam iento de Lacan. Cuando fui a su casa me había
drogado con LSD. En la primera sesión me dijo: 'No llegaremos en una sola vez.' Yo
estaba comp letamente loco. Había dejado la arqu itectura y quería reanudarla. Uno de
los primeros descubrimientos fue que el análisis excluye al artista. El prec io de las
sesiones era astronóm ico. Protesté pero acabé por pagar . Lacan hacía intervenciones
sobre palabras y lo que decía daba como para pasar la noche . No tuve tiempo de hacer
un análisis 'pipí-caca-popó ', pero con Lacan era una clase de filosofía , una vuelta por
un saber que yo me prohibía. Dejé de querer suic idarme todos los días y de sent irme
mal. Tuve la sensación de una esp iral con retorno a la casilla de partida pero en un punto
más alto. Soporté que Lacan anduviera mal, y cuando murió Heidegger le dije que hab ía
perdido a su último interlocuto r. Sabía que lo había llevado a trescientos kilómetros por
hora. Interrumpí porque estaba harto de pagar e hice un tramo más adípico con una
mujer laca niana en el que pude hablar de culo y papá-mamá."
53
1
La Francia freudiana en todos sus est
ados
54
La Escuela Freudiana de París: fa reconquista
el estat ismo de la provocac ión: lo que me d ivertía era encontrarme al día sigu iente en
la primera página de los d iarios, con una fotografía de nuestra última 'acci.ón'. En 1973,
sufrí un grave accidente de automóvi l. No podía cam inar y yo sab I a que no iba a soportar
esa discapacítac ión. Desde entonces no pensaba más que en el suicidio , cuando se
impuso la idea de que Lacan era la única persona con la que pod ía hablar. Tenía que
hablar con un persona je histórico que respo ndiera a la dimens ió n histérica del
izquierd ismo. El poder simbólico de este hombre ·contrarrestaba el carácter mortífe ro
del izquierd ismo. le escrib í una larga carta : ten ía que escucharme, era vita l. Lacan me
recibió inmediatamen te, sin de mora . La primera vez que fui a verlo, todavía no podía
mantenerme en pie. Le comun iqué la idea que ya tenía de hacerme analista. Durante
una hora habló poco, pero hizo notar una fobia q ue yo tenía, dicie ndo: 'Es un hecho: los
animales • que llevan su nombre no le hacen gracia.' Me interrogaba haciéndo me
repetir deliberadamente mis frases varias veces. Durante algunas semanas, me hizo
litera lmente gritar mi pedido de análisis, como si tuv iera q ue encontrar allí mi tono de
las AG izquierdistas . Es cierto que Lacan nunca me hizo paga r sumas exorbitantes : me
hacía dar voz y poco dinero. Por supuesto, progresivamente me dejó ir recupe rando el
tono de confidencia . 1ba dos o tres veces por semana a su casa, a la hora que yo elegía
el día mismo. De hech o , había tomado la costumbre de ir tarde en la noche y, durante
varios años , fui e l último paciente del día . Las sesiones duraban entre un minuto y una
hora, co n un promed io de diez minutos. Podía habla r sentado o incluso de pie . Cuando
estaba en su escr itorio, Lacan me daba la espalda y leía, escribía, cos ía fajos de billetes
con grapas o hacía nud os borromeanos. Era capaz de cambia r bruscamente de marco
simbó lico. Por ejem plo, hablába mos de un problema editorial o universi tario. Luego,
con una palabra , pasaba a la sesió n: 'Ahora, voy a escucharlo.' Le hab laba de mis
am igos : suic idados , psicóticos o presos comunes, resultado de nuestra fascinac ión por
el terrorismo. Al permitirme elevar mi actividad política al rango de mater ial analí tico y
por lo tanto def inirla en tér minos de patología, me alentó mucho a cortar muy rápido los
lazos co n ese cap ítulo. Hay que d ecir, de manera más general, q ue la impacie ncia de
Lacan y la violencia de sus sesio nes cortas favorec ían el progreso del discu rso . Lacan
no vac ilaba e n suspe nde r definitiva mente la narració n de un sueño en un sign if icante,
disc utir una asoc ia ción 'libre', rectificar una falta de gramática -por ser esta exigenc ia
de 'deci r bien ' q ue se deduce de una ética del psicoanál isis tan est imulante como la
pasión por la verdad que induce esta concepción de la cura-. Lacan tampoco vac ilaba
en hablar conm igo cuando nos encon trábamos en alguna velada o en casa de a migos.
As í como no t ibubeó en asist ir -sin avisar- a la defensa de mi tes is dirigida por Julia
Kristeva. Lo que había sido tanto más inesperado cuanto que la defensa se prod ucía
en un momento en que él por lo general recibía muchos pacientes. Cuando le dije que
su presencia me había co mplacido mucho, me respond ió : '¡ Por eso fue que lo hice! '
Sie mpre pensé que , en mi caso , esos encuentros fuera del marco ana lítico eran muy
positivos para mi aná lisis. Mi ruptura oon el izq uierdismo se real izó en tres etapas:
primero el sentimiento de haber me salvado por un pelo, luego el aná lisis de su resorte
neurótico , y por último la puesta en evidenc ia del fantasma en base al cual se había
sostenido mi act ivismo. En cuanto a las sesiones cortas, puedo distingu ir tres moda-
lidades. La primera, cuyo obje tivo es la verdad del síntoma, hace un corte interpret~tivo
prop iamente dicho . La segunda regulada basándose en el goce (el objeto fuera del
SS
.
La Francía freudiana en todos sus est
ªdos
56
La [:scuela Freudiana de París: la reconquista
"escueta• remite a la filosofía aristotélica , y catól ica porque la EFP está organizada
como un monaster io, surrealista en la medida en que el grupo deb e agitar ideas nuevas.
En todos los nive les de j erarqu ía, los sujetos lacanianos están llamados, por una
transferencia de trabaío,a elevars e hacia la cima del ps icoanál isis puro. Cada miembro
de la EFP es militante de una caus a y representante de una política f reud iana del
inconsciente . Puede también encontrar en su grupo los significantes de su historia y de
su identidad Los cristianos encuentran al!Junas prácticas de ejerc icios espiritua les, los
marxistas la estruc tura ce lular de un partido y la obediencia a una doctrina, los médicos
una reva lorización de la clínica, los ateos una cienc ia, los jud íos una diáspora o una
tradición talmúd ica de l estud io de los textos, los extranjeros un antie tnocent rismo , los
franceses una francesidad gaulliana y los libertar ios el hálito de una protesta . En este
sent ido , la EFP es una escuela de su época: respon de a todas las ambic iones de
identidad de l escenario intelectua l de los años sesenta -setenta.
Lacan escr ibió el acta de fundac ión antes de l discurso del 21 de j unio, con Lecla ire,
pero es durante el verano cuando organ iza las estructuras de la EFP. Muy rápidament e
redacta una Nota Adjunta en la que define la noción de psicoanális is didáctico , y un
Preámbulo en el que anuncia que ha guardado reserva sobre el nombre del nuevo
grupo. La EFP conserva su sigla, pero en vez de llamarse Escuela Francesa de
Psicoaná lisis, to ma el nombre de Escuela Freudiana de París: "Pasemos el lugar -
escr ibe Lacan - del que recoge mos no sin razón de hacerlo, con el escudo de origen ,
el desafío que lo lleva, ya saludado por Freud: la Escuela se afirma primero freudiana
porque -si hay una ve rdad que sin duda se soporta con una presenc ia paciente en
reiterarla , pe ro que por este efecto se conv irtió en conciencia corno del área francesa -
el mensa je freudiano supera de lejos, en su radica lidad, el uso que de él hacen los
prácticos de obedienc ia anglófona9s.'
El primer titulo era inadecuado y encerra ba demasiadas similitudes con la difunta
Sociedad Francesa de Psicoaná lisis. Hemos visto que la sigla SFP había sido escog ida
más o menos conscientemente con la finalidad de favorecer a la provincia contra París
y la identidad "nacional ' contra la internacional. Sabemos también que una sociedad
perteneciente a la IPA no se :lamó jamás "escuela" y nunca osó reivind icar el nombre
de Freud puesto que la IPA misma es una creación del padre fundador. Pero los
térm inos "sociedad" o "asociac ión" son térm inos tipo que remiten menos a una doctrina
que a un orden inst ituciona l y convienen más a grupos de notables que a un modo de
formación psicoana lítica.
Así pues, al inventar el nombre de Escuela Freudiana de París, Lacan expresa en
u:1adenominación ju rídica su ruptura doctrinal con ta IPA. No sólo osa titular'1reud iana"
una soc iedad que se convierte en "escue la", ratificando asi el principio de su relevo
barroco , sino que retoma -una go londrina no hace verano- a los orígenes de la historia
francesa del ps icoaná lisis. No juega exactamente París contra la provincia, sino el exil io
centralizador contra la frances idad fede rativa: 1926 contra 1953. El primer grupo
francés que Freud reconoc ió había reivind icado Paris como lugar originario de su
existencia legal. Fundado por un alsac iano de lengua alemana, aquel grupo era muy
poco "francés": judíos emigrados, suizos , una princesa de Grecia y un mau rrasiano tan
"francés" que fue vencido por esta misma francesidad. Conocemos el destino de esa
palabra en el destino '1rancés" del psicoanál isis. El París de 1964 que Lacan reivindica
es el Paris de 1926, el lugar de los pioneros, la ciudad de los surrea listas , el asilo de
la novela de juventud. En la calle de Lille, Lacan organiza una nueva diáspora: la EFP
57
La Francia treudiana en todos sus estados
58
La Escuela Freudiana de París: la reconquista
enca rar la cosa e n el caso de q ue enca ráramos j untos la cons titución de un organismo
de reflexió n de to dos los prob le mas p lanteados por el psicoaná lisis, lo suf iciente mente
heterogéneo com o para que pueda e ntablarse una verdade ra discus ión."
Leye ndo e sta carta , el histor iador no puede evita r pensar que la comis ión T urquet
hubiera tenido que inte rrogar a Henri Ey para sabe r de qué se compone la pos ición de
maest ro .
Lacan no tiene en cuenta la adve rten .ia de su amigo. Buscando apoyos por todas
partes, se dirige hac ia la SPP y so licita a Bela Grunberger, alto dignata rio ortodoxo , q ue
particip: en la creació n de su esc uela . J udío húngaro de origen, éste abandonó
Trans ílvania en 19 18 cuando ésta fue anex ionada a Rumanía, luego huyó del nazismo
a t ravés de Suiza antes de llegar en 1939 a Francia, donde recibió su fo rmación en el
diván de Nacht. Du rante la ocupación, vivió en Lyon con documen tos fa lsos y pasó a
menudo por de lante del f uerte de Monluc, tristemen te célebre. Cuando Lacan le pide
que se una a él, Grunberger está en conflicto con Nacht a quien le repro cha el
autor ita ris mo. Pero pese a ésto , no tiene muc has ganas de participar en esta aven tura
y rechaza la propuesta i oo. Por lo demá s , Lacan no cons igue obte ner el menor apoyo
por ese lado . En 1964, su enseña nza es reconocida por nume rosos miembros de la
SPP, pero su escue la no atrae a ninguno de los dignata rios que, para segu irlo, se verían
obligados a irse de la IPA. Así que el maestro está solo con sus compañe ros de camino
y los rec ién llegados de c uarta generación. Por ello es por lo que cuenta mucho con los
no ana listas q ue nunca tuvieron que afrontar las cr isis de las sociedades.
Para romper con la j erarquía habitua l de las instituciones psicoanalíticas, Lacan
redactó un reglamento interno que define prolijamente los grados y modos de perte-
nencia. Quedan sup rimidas las catego rías de afiliados, asoc iados, titulares y cursillistas,
así como las diversas comis iones, en beneficio de una estructura compleja de tres
nive les que ref lej a las aspi racio nes culturales del movimiento y remite al carácter
ternar io de la doctrina. El simple miem ,,rc-de la EFP, o ME, es el equivalente del alumno
para las demás socieda des . Puede ser analista o analizando, pero también puede no
ser lo uno ni lo otro . Esta es l.¼primera innovació n de la EFP en la que son admitidos
como miembro s con pleno d ·recho los alumnos o personas ajenas a la corporació n.
Para ser miembro, hay que hacer una visita a Lacan y pasar ante una comisión de
enlace llamada •car do" (en lati n, clav ija de articulación). Si el candidato es aceptado ,
en ningún caso se lo reconooe como anal ista, cualquiera sea su actividad profesional.
Pero tiene derecho de voto y se compromete por un contrato de tra bajo con la Escuela
participando en un cartel. Este térmi no designa la célula de base de la EFP. Compre nde
tres m iembros como m inimo y cinco como máximo y se agrega un más uno encarga do
de dirigir los deba tes y seleccionar los temas de !rabajo. .
Al lado de la simple calidad de ME, hay dos t1tulos reservados a los miembros de
la EFP reconocidos como analistas : analista miembro de la Escuela o AM E, y analista
de la Escuela , o AE . Aqu í Lacan opera una segunda ruptura con la organizac ión
tradicional. Anula lisa y llanamen te la distinción entre el análisis llamado "didácti co· y
el anális is llamado "terapéutico·, salvando así la noción de análisis personal. En efecto ,
la obtención de los títulos de AE y AME no se deriva, como en las otras sociedades , de
un paso obligado ante una comisión de preselección . Cada miembro tiene derec ho a
iniciar una cura con el analista que prefiera y ninguna comisión tiene por qué conoce r
ese contrato que se mantiene privado. En la EFP, no existe ninguna "lista• d e titulares
que se enca rguen de la orientación preselectiva . El miembro que quiera obtener el tftulo
59
1
La Francia freudiana en todos sus estados
60
....
La Escuela FrBudiana de París : la reconquista
psicoana lítico, articulación con las ciencias afines, ética del psicoanál isis como praxis
de su teo ría.
En la cima de esta inmensa pirámide, simbolizada por la cifra tres, Lacan dispone
de todos los poderes . Anuncia el cariz desde el acta de fundación , sin tener en cuenta
a su futuro directorio: "Al princip io la admisión será dec idida por mí sin tener en cuenta
las posiciones tomadas en el pasado por quienqu iera que sea con respecto a mi
persona , seguro como estoy de que con los que me abandonaron, no soy yo que quien
está enojado, son ellos los que estarán cada vez más enojados conmigo de no poder
liberarse 102: Lacan no sólo hace fusionar aquí su doctrina y su persona , sino que habla
como un padre abandonado por sus hijos a los que lanza , en fonna denegativa , un
terrib le anatema.
Pese a este programa que Freud nunca hubie ra osado pergeña r, el autocratismo
de Lacan en su escue la es contrarrestado de entrada por el hecho mismo de sus
excesos. Atr ibuyéndose un poder tan absoluto , el maest ro se condena a no ejercerlo
y uno puede preguntarse paradój icame nte si no lo habrá hecho a propós ito. Los
verdaderos dictadores son los que oprimen al pueb lo mediante una policía y un ejérc ito.
Pero Lacan no actúa así. Temiendo la rebelión de la que resultó víctima en la SFP,
transforma a los marqueses en cortesa nos y a los notab les en lacayos . Pero como es
un monarca moderno, que supo retener la lección de Maquiave lo o de Gaulle , sabe que
un verdadero príncipe no es nada sin el pueblo al que gobierna. Por ello es por lo que,
en su esc uela, no es un "dictador · sino para los cortesanos que qu ieren serv irle: nunca
para los otros.
As í pues , en la EFP, desde el origen, el poder de los barones queda reducido
mientras que el poder del pueblo es reval orizado. Este pueblo es rep resentado por la
masa de los miembros simp les. Aunque a estos miembros los elija Lacan desp ués de
una entrevista, en el transcurso de una cu ra o a causa de un trabajo cualquiera,
administ ran sus carteles como lo desean nombrando ellos mismos su más-uno.No tienen
cuentas que rendir a nadie, pueden eleg ir libremente un analista o no hacerse un
análisis. Además, tienen derecho a ser ana listas sin ve rse ob ligados a reclamarle a la
Escuela una garantía sobre su práctica . Son reconoc idos como miembros sólo por un
trabajo querido por ellos . De ese modo, goza n de una gran libertad, a la vez que
disponen como mínimo de una pertenencia. En las demás sociedades psicoanalí ticas,
la noción de simp le miemb ro no existe puesto que sólo se avala una práctica analítica.
Por eso, el alumno cursillista no es nada y se ve obligado, para ser alguien, a entrar en
la compe tencia. En la EFP, por el contrario, el simple miemb ro es todo a condición de
renunciar a las formas instituidas de promoción. Si quiere títu los, corre el riesgo de
ocupar una función de lacayo o cortesano , pero si acep ta permanecer como miembro
con pleno derecho, sigue siendo simplemente un sujeto compro metido con la aven tura
del lacan ismo . Por tanto, la EFP tiene la ventaja sobre las demás sociedades de
preservar la total libertad de cada uno , a la vez que traba los diversos intentos de
constituir jefaturas. En este sentido, es la única instituc ión fundada sobre una verdadera
politica freudiana del inconsciente, el deseo y la libertad. La contrad icción entre la
tempestad autocrát ica que sopla en las alturas y el viento libertario que se extiende en
la base refleja la situación histórica de la EFP. Ésta ha nacido, en efecto , del encuentro
de un viejo maestro con la juventud intelectua l de su país. Excluido por algunos alumnos
convertidos en notables, Lacan luega contra sus propios cortesanos la carta de su
nuevo pueblo: esta es la significación profunda de su acta de fundación.
61
La Francia freudiana en todos sus estados
Si bien en la teo ría Lacan organ iza la EFP de esta manera, en la prácti?a las cos as
son diferentes . La realidad no se pliega jamás al deseo de un maest ro. Asi que, desde
su fundac ión, la EFP es un lugar de conflictos. En vísperas d~ su di~olución, la SF P
comp rendía ciento ochenta y dos miembros, sin distinción de ¡erarqu ias . Desp_ués de
la esc isión, veintisé is fueron a dar a la APF, seguidos por sus alumnos, treinta se
dispersaron en la naturaleza y un centenar siguió a Lacan. Al f unda rse, l_a EFP no es
pues , por su compos ición, una sociedad nueva . Comprende ciento treinta Y cuatro
miembros , solamente un tercio de los cuales nunca frecuentaron las ! 1la s de la SFP.
Entre los nuevos, además del grupo de la ENS, encontramos un numero bastante
considerable de sacerdotes y pasto res, filósof os, psiquiatras y psicólogos. Unos son
analistas otros no. Anotemos -en desorden los nomb res de los que ultenormente
desemp~ñaron un papel importante en la histo ria por su obra o su situac ión: Fran~o!s
Roustang , Michel de Certeau , Catherine Backés-C lément, Cornéhus Castonad 1s, Félix
Guattari, Yves Bertherat, Luce lrigaray, Michéle Montrelay , Paul Math 1s. Sa lvo este
último, todos son simples miembros.
Por su herencia sociológica, la EFP se ve motivada a mantener la rutina y las
costumbres antiguas. Así, Lacan nombra a los A E y los AME no en func ión del nuevo
reglamento interno, sino según su voluntad y partiendo de la j erarquía anter ior. Todos
los antiguos titulares de la SFP reciben automáticame nte el títu lo de AE 103 . La mayo ría
de los antiguos asociados son promovi dos igualmente a la catego ría A E (B. T his, O. y
M. Mannoni, X. Audouard, P. Aulagnier, J . Clavr eul y G. Rosolato) así como varios
cursillistas (Paul Duquenne, René Bargues, Lucien Israe l, Louis Beirnaert , Jacq ues
Schotte y J.-P. Valabrega}. A esta promoc ión se agregan los nombres de dos
analizandas de Lacan, devotas de su persona: Solange Faladé e Irene Roublef , la ex
mujer de Perrier. Eran alumnas de la SFP. Son los únicos alumnos que se conv irtieron
directamente en AE. Ambas son médicas. Por el lado de los AME, los nombramientos
toman idéntico giro. En general, se mantienen los tltulos de la SF P. Entre los AME
designados por Lacanf iguran hombres y mujere s de la cuarta gene ración psicoana lítica
francesa, que van a desempeñar , con los nuevos miembros, un pape l que en la SFP
desempeñó la tercera. Entre los más notorios están : Charles Melman , Resine Lefort ,
Claude Dumézil (el hijo de Georges), Claude Conté y Christian Simatos.
Esta distribución muestra que los AE y los AME, que son los "cuadro s· de ta EFP,
en su mayoría recibieron la formación según los criterios vigentes en la SFP . Además ,
mientras que la Escuela tiende a valorizar el principio del psicoaná lisis laico, con la
cre~~ión de 1~ ~acción d_ e psico~nálisis puro, la gestión materia l no acompai'la las
dec1 10nespohllcas. De ciento treinta y cuat ro miembros , sólo cuarenta y nueve no son
7
méd!cos. Es una buena proporción, pero no se nota ningún progreso de los laicos en
las filas de los AE y AME. De manera general, la EFP está en con tradicc ión con la
organ ización de su enseñanza: reactual iza lo q ue se propone combat ir. Por eso es por
lo que, dura nte más dq un año, los j urados no ven llegar ningún cand idato el direct orio
juega a la rebelión y los ~iemb ros simples no buscan ninguna pr~moción . Se
acanton~n en sus ~arteles: all1, no tienen qu~ afrontar un poder instituciona l del que no
captan bien el func1onam1ento y que no refle¡a la realidad de la Escue la. Si los simples
mi~mbros no quieren ha_cerme AME, los_~ME no tratan de alcanzar la titu laridad : en
setiembre de 1966 se registró una sola sohc1tudde const itución de jurado de aceptaci ón.
En _cuanto a la afluencia masiya de nuevos miembros, es contemporáneo del relevo
lógico y la publicación de los Esa,tos:entresetiemb re de 1966 y enero de 1967, la EFP
62
La i;scv9/a Fr9vdiana d9 Parls: la r9conqvis ta
acepta en sus filas ochen ta nuevos adhe rentes. En esta fecha, se su pera la barre ra de
los doscientos miembros, sin que se registre un aumento nota ble del número de los AE
y los AME. La Escuela empieza entonces su avance hacia el giga ntism o a partir de una
"base· cada vez más inflada y una "cúp ula" cada vez más inmóvi1104. Estas cifras
prueban que una parte mayo ritaria de la cuarta generació n psicoa nalítica fra ncesa se
une a la Escuela de Lacan sin adhe rir a la sociedad de sus barones. Frente a la tercera
y en parte contra la fracc ión de la cuarta sit uada e n e l poder, va a poblar las filas de un
movimiento que, en su o pinión, representa el freud ismo auté ntico . No encuentr a allí el
autocratismo de un maestro, sino el eno rme imp ulso de una avent ura cultural. En ene ro
de 1967, el desq uite de Laca n es confirma do, de hecho, por la leva en masa de la
juventud psicoana lítica fr ancesa.
La cuarta gene ració n psi coanalítica francesa, sin dist inción d e ten dencias, es
mucho más difici l de d elimitar que la tercera. Nacida entre 1930 y 1940, se topa
directamente con la cuest ión d e la d escolonización, atraviesa la crisis del mov imiento
comunista y participa en el aug e del lacan ismo. Para ella, los asunt os de la SFP, y má s
aún los que ata ñen a la primera escis ión, pertenecen al pasado . Para esta generación,
Lacan es un padre fundador o un teór ico de gran envergadu ra, a la vez cercano por lo
que respecta a su persona y mejor conocido por lo que respecta a su doctr ina. Si bien
su práctica sigue siendo criticada , ya no está somet ida a los mismos riesgos que antes.
Se la puede rechazar sin que el conjunto de una enseñanza sufra las consecuenc ias .
La nueva generaci ó n se preocupa menos de la IPA, reivindica más su marginalidad y
no se avergü enza de su aislamiento francés . Es de todas maneras cosmopo lita y
abierta a las doctr inas extranj eras. Ya sea que se dirija hacia la SP P, símbolo de
tradición, o hacia la EFP, es internacio nalista por amor a los viajes, protestad ora por
obra de las barricadas y "lacan iana " por la fuerza de las cosas : Lacan para ella se ha
convert ido en un monumento .
Dado el gigantismo q ue afecta al conjunto de la comu nidad psicoana lít ica frances a
después de 1965, esta cuarta generación se define primero por su anon imato. Con su
adveni miento, el psicoaná lisis se convierte real mente en una práctica de masas y ya
no es asunto de u na red de persona lidades notorias. En esta nueva saga , el historiador
ya no se ocupa más de una minoría , cogida en el gran movimiento de una lucha de
ideas , sino que toma en cuenta las dispu tas instituciona les, j urídicas y esta tutari~s
nacidas de la expans ión masiva del psicoanálisis . Progres iva mente, éstas van
recubriendo los temas teóricos o los d isimulan para hacer1os aparecer con nuevas
formas. Durante estos años, a las tres sociedades existentes no les es fácil resolver los
problemas de sus luchas internas y su organización. Pese a algunas buenas producciones
teóricas, se hunden en confl ictos administrativos que son consecuencia directa de la
expansión. Experimentan las mismas dificultades, vinculadas a la selección , la formación
y la organizac ión de un movimiento de masas donde predom ina el anonima to.
En la EFP, surgen varias orientaciones dentro de la cuarta generac ión. En prin1er
lugar está la fracción de los que hicieron cursos en el GEP y partic iparon en la esc isió n .
Cursillistas o invitados de la SFP, van convirt iéndose progresivam ente en los cuadros
de la nueva escuela al alcanzar con mucha rapidez la condició n de AME y con menos
la de AE. Entre ellos se recluta la "guard ia personal " de Lacan , nombrada por él e n todos
los cargos importantes a medida que se van retirando los protestado res de la tercera
generación. Por su edad , están bastante próxi~os a ella, aunque la consideren mayo r.
Al no haber estado al frente de la batalla por la integración al imperio, miran la derr ota
63
La Francia freudiana en todos sus estados
de los viejos como una victoria de Lacan. De modo que cargan a ".'errier Y Lecl_aire ~on
toda la responsabilidad , olvida ndo que Lacan no sólo apoyó la poli_t1ca de la tro ika,_smo
que fue el principal iniciador. Al mismo tiempo , se representan la historia del lacamsmo
bajo el aspecto de una hagiografía, y transforman al maestro en ~éroe 1ncorrupt 1ble,
víctima de una horrible traición. Además , para favo recer su poht1ca de expansió n,
Lacan deja sobrevolar la duda respecto a su real papel en la batalla pasada . Le gusta
dar la impresión de un hombre intransigente que no aceptó nunca la más_mínima
negociación. Adula a sus nuevos cortesanos desaprobando con frecuencia a sus
verdaderos fieles . Y como los cortesanos no quieren saber nada de la derrota del
maestro, se sienten investidos contra los viejos de una gran misión de reco nquista.
De manera·general, esta fracción de la cuarta generación se caracteriza por un
sectarismo que va a repercutir mucho en el futuro de la EFP. La mayoría de sus
representantes son anónimos en todos los sentidos del témino. No tienen ninguna obra
escrita, ningún pensamiento original y oscilan entre la desgracia de la serv idumbre
voluntar ia y la omnipotencia que les confieren sus nuevas funciones. Apoyan las
decisiones del maestro sin discutirlas e imitan sus modales y estilo. Es llamativo el
comprobar que la casi totalidad de los libros publicados en la colección del "Cha mp
freudien", abierta en Seuil antes de la publicación de los Escrítos, emana, no de esta
amplia fracción de la cuarta generación, sino de la tercera y la segunda . La mayoría de
los nombres que encontramos alli son los de quienes fueron persona lidades destacadas
de la SFP: Fran9oise Dolto, Octave y Maud Mannoni, Moustapha Safouan, Serge
Leclaire, Jean Clavreul, Ginette Raimbault, etc.
Así pues, esta fracción es sacrif icada por ade lantado a la política de expansión. Si
bien entre 1967 y 1977 sus miembros ocupan los mejores lugares, tamb íén·son las
primeras victimas de aquel a quien sirven. En efecto, al final Lacan los desaprobará
para apoyar el avance de una quinta generación, nacida después de la guerra . ésta
encontrará su senda, en parte, a través de la reconquista de la EFP que efectuó
Jacques-Alain Millar desde la Universidad de Vincennes .
.Charles Melman_essin duda el representante más brillante y más auténtico de esta
corriente, en la medida en que acepta de entrada encarna r los ideales teóricos del
dogmatismo. Por esta opción, lleva a la práctica en la EFP un programa de ensefíanza
colectiva que_d_esembocaráen un intento abortado de elaborar un d iccionario lacanlano
<;leps1coanáhs1scapaz de hacer frente al de Laplanche y Pontalls.
Su padre, Max Melma~, ~ra un ebanista ju_dío que había tenido que huir de Polonia
en 1_929 a caus~ de su actw1dad revolucionaria. Refugiado en Francia y miembro del
Partido Comunista, part1c1p6en la construcción de la 1 ·oven r , bl' · d' d 1
s· b"d' · epu ,ca JU 1a e
,ro I Janorganizando la partida hacía ese territorio de numerosas familias venidas de
todos los rincones del mundo . Vivió y trabajó en Moscú y luego host' I I t 1· ·
vol ·6 a F · á d • , 1 a s a ,nismo,
v1 . rancia n~g n ose a 1a vez a publicar sus recuerdos de viaje Ya había decid ido
combat
. ir .el hrtlerismo y no quería
. dar prendas al ant·,comunismo.
· · Integrante de la
resistenc ia en Lyon donde residía su familia abandonó el p rt'd
soviéticos entraron en Budapest Más t d ' . a I o cuando los tanques
L T · ar e• emigró a Israel donde se encontró con
eopold repper que era su amigo de la infancia . Si uió si · .
educado a su hijo según una tradición laica. g endo soaahsta tras haber
El joven Charles comienza sus estudios de medicina n ·
la guerra de Arge lia. Prepara e l internado con Jean L 1e 1948 Y es co~unista hasta
diván de Lacan . Permanece con él durant . ap anche que lo orienta hacia el
e vanos afíos Y no efectúa ningún control. Lee
64
La Escuela Fraudiana da París: la reconquista
íntegramente la obra freudiana , partic ipa en e l GEP y traba am istad con Conté, Dumézi l
y Simatos , a quien llaman "la cinta de Moebius · . En la EFP, es nombrado AMEy luego
muy rápidamente AE , por una decisión de Lacan : "No me sitúo como dogmático -dice-
pero no estoy en contra. He representado esa corr iente para mostrar que los conceptos
lacanianos deben ser tomados en serioios :
Al fin de cuentas , los representantes de esta corriente no son peo res clín icos que
sus colegas de las otras sociedades . Médicos o psicólogos, están apegados a sus
títu los, sus diplomas y sus prer rogativas . Pract ican el anális is como los no lacanianos
salvo que no ace ptan la durac ión de la sesión crono metra da en cuarenta y cinco
minutos. Así que deshacen el trato con la c liente la y la formación haciéndose enem igos
por todos lados . Sus sesiones duran entre d iez y veintic inco m inutos y sus prec ios son
menos elevados. De modo que tienen una mayor libertad de elección para el abanico
soc iológico de sus ana lizandos . Respecto a esto, la EFP abre sus puertas, no a las
clases desfavorec idas, q ue se con forman con las instituc iones , s ino a una clase med ia
en el seno de la cua l se reclutan los terapeutas del mañana. Dirigida por un monarca,
la repúbl ica freudia na de Lacan tie ne pues tendencia a ser más popu lar que las otras
dos sociedades. Pero en lo demás, los rituales se parecen. Una vez desaparecidos los
pioneros, los psicoana listas se vuelven hombres de corporación, con los códigos, tics
y costumbres prop ias de todas las sociedades anón imas . Como en todas las otras
profes iones liberales, están los buenos y los mejores, las excepc iones y los peores: en
la EFP o en otras partes. Sin embargo, los cuadros dogmá ticos de la EFP, cuarta
generación, están presos de una terrib le contrad icc ión. Como sus vec inos, const ituyen
en torno a ellos pequeños c lanes. Pero como, para obedecer al maes tro , no cesan de
ridicul izar a las figuras de la jefat ura, está n condenados a reírse de aquello en lo que
se han conve rtido ellos mismos. De ahí la apa rición progresiva de cierto número de ritos
particula res del lacan ismo secta rio: sesiones crono metradas en diez min utos, similares
en simetría inversa a las de la SPP , silencio rayano en el mutismo, la costumbre de no
dar los vueltos en nombre de una interpretac ión, o de exigir el pago de la tota lidad de
las ses iones perdidas, etc.
Por e l lado de las normas de la ét ica, estos lacanianos se parecen a sus hermanos.
Con la extensión del anoni mato y la normalización de las durac iones , los nuevos notables
ya no actúan como los viejos de la segunda y la tercera generación . Tienden a ser más
respe tuosos con las normas de abstinenc ia, mezc lan menos la cama y el diván y tratan de
evitar analizar a sus amantes , o a los m iemb ros de una mis ma fa milia . Pero como no
siempre lo logran y la repres ión en este ámbito no tiene ningún sentido , el resultado a veces
es med iocre. A larg o plazo, la buena marcha de una soc iedad depende más de la
reactivación de l debate teór ico quede la vigilancia de sus m iemb ros. En este sent ido, la
EFP en expansión es una sociedad más libre, más mode rna y más interesante que sus
vecinas. Al no conceder a sus miembros ninguna garantí a por ade lantado, dejándoles a la
vez la libre elección de una práctica, enfrenta las desv iaciones y transgresiones de manera
directa, en vez de esqu ivarlas con normas inef icaces . Así que acepta en su sen o a los te-
rapeutas psicó ticos y a veces homosexua les a los que las otras cierran sus puertas. Pero
no por eso les extiende siempre el título . Pero , al concede rles un derecho de escuc ha pri-
vilegiado de la locura , corre el riesgo de dar validez inst itucional a una verdadera práctica
no psiquiátrica de la psicos is o la "patolog ía", confo rme, hay que deci rlo, a la trayec toria
lacaniana. Por esta razón, es la única de la corporac ión psicoanalítica que escucha el
mensaje de Foucault y más tarde el de la antips iquiatría.
65
La Francia treudiana en todos sus estados
Desde 1966, la política de refundición por la base, institu ida por Lacan , da frutos
y desemboca en una crisis que acarreará la partida de una part~ de los ex compañeros
de la tercera generación. Pero al mismo tiempo , otra onentac1on se abre paso con la
entrada en escena de una nueva tendencia, más joven, de la cuarta generación. Está
está for mada por la masa en expansión de los simples miemb ro~ Y ~arios AME.
Contrariamente a los dogmáticos, estos miembros no ocupan ningun cargo de
dirección y no obtendrán jamás en la EFP la más mínima pa rcela de poder: excepto por
la fuerza anónima de sus trabajos y la vitalidad de sus carte les. De mane'.a general ,
cumplen su formación en la Escuela, frecuentemente por tra mos suces ivos y con
múltiples controles colectivos o individuales . Invocan a Lacan, Dolto_.Lecla1re o Aubry,
la psicosis, el psicoanálisis de niños y las instituciones de los hospita les. Al no haber
conocido nada de las luchas anteriores y al no tener nada que esperar de las funciones
honoríficas que desdeñan, son la punta de lanza del lacanismo anónimo , sus más
destacados exponentes, su escuela más notable, su más incuestionab le triunfo.
Apasionados por el freudismo, ardientes terapeutas de inst ituciones, grandes
devoradores de diván, abrazan por la mitad de l cuerpo la epopeya entera del
psicoanálisis y se muestran capaces de entusiasmarse, ser honestos , autónomos y
auténticos. Dan a su escuela su mejor imagen porque saben darle lo mejor de ellos
mismos. De Marsella a París y de Estrasburgo a Montpellier, son hoy en día, en la
disidencia o el exilio interior, los verdaderos herederos de la historia del lacan ismo. Son
los más heroico que ha producido esa historia. Heridos por el pase, rechazados por
todos los títulos, atravesados por las barricadas, sens ibles a todas las formas de
rebelión y generosidad, vivirán la decadencia de Lacan y la disolución de su movimiento
como una tragedia personal. Asi, realizada la desunión, se dispersarán sin saber
adónde dirigir sus miradas de niños abandonados. A esta tendencia anón ima, muy
amplia y mayoritaria durante varios años, están vincu lados el gnupo fundador de
L 'Ordinaire du psychanafyste así como una parte muy importante de los miembros de
la quinta generación.
A esta separación en dos tendencias expansivas que se da en la EFP se agrega
la que se crea por la existencia de los Cahíers pour f'anafyse, que representan la co-
rriente lógica, teoricista y extra-analítica. Con el paso de los años, grac ias a la política
de Miller y el apoyo que te brinda Lacan, también la revista cobra amplitud . Ésta
implanta sus act1v1dadesen el corazón de la Escueta y funciona durante la crisis de
1967-1969 como revelador.delas_luchasinternas. Prosiguiendo su batallaantipsicologista
y pregonando el relevo lógico, M1llerda a los Cahiers un hermoso vuelo teórico. Durante
tres años, diez entregas sucesivas salen de la prensa, y en ellas se ven reunidas las
pre~tigiosas firmas de los grandes pensadores contemporáneos : Georges cangui them,
Lou1sAlthusser, JaCX;lues Derrida, Georges Dumézil y por supues to Jacques Lacan. A
es!o se agregan art1culos ~u_yinteresantes así como debates y algunos textos de
psicoanalistas . Por esta act1v1dad, Jacques-Atain Miller, secundado por Judith y un
equipo ampliado, se revela_como un editor excelente . Después del décimo número y
sin avisar a tos lectores, interrumpe la publicación para lanza rse en ta aventura
clandestina de la Izquierda Proletaria, en la que no ocupa ningún lugar dirigente .
Volverá públicamenteª. la labor de edición, a la EFP y a la política freudiana a partir de
1974, preparando la salida de una nueva revista, Ornicar? , en la que los psicoanalist as
de la cuarta y la quinta generación tend rán un lugar mayor.
Mientras que Leclaire se interesa por los jóvenes teóricos de la ENS, Piera
66
La Escuela Freudiana de Parfs : la reconqui sta
Aulagnier no se que da inactiva en el ámbito de la ed ición. Con Jean Clav reul, en las
PUF, publica una revista titulada L'lnconscient . Por su maq ueta y su esti lo, es la
continuación de La Psychanalyse . El primer número sale a la calle en el invierno de
1967 con un tema de actualidad: la tran sgres ión. Decididos a mantener el espíritu
pluralista que reinaba en la SFP, los redact ores pidieron a Conrad Stein que formara
parte del consejo edit orial, con Lucio Covell o en la secretaría. Así que la S PP está
representada en la revista, que publicará artículos de André Green, Francis Pasche,
Michel Neyraut, Robert Barande, Jean-Luc Donnet, Dominique Geahchan, Joyce Mac
Dougall, Serge Vider man y Michel de M'Uzan . La mayor parte de estos auto res, tercera
o cuarta generac ión, forman parte de la corriente "liberal" de la SPP: fre nte a la política
de Lebovici, tratan de reformar las estructu ras del instituto para adecuarlo a un
funcionamiento democrático. Por otra parte, si bien critican la práctica de Lacan, no son
hostiles a su doctrina y quieren estab lecer contactos con una escuela que tiende a
volverse mayoritaria en el país.
Se publican ocho números de L'lnconscientsobre temas ded icados a la clínica, la
perversión, la identificación , la paternidad y la enseñanza del psicoanálisis. Pero, al
cabo de un año , la cris is que se prod uce en la EFP por el pase interrumpe este trabajo
pluralista. En octub re de 1968, la revista cesa sus actividades debido a la discordia que
surge entre Piera Aulagn ier y Jean Clavreul. Al mismo tiempo, los liberales de la SPP
se ven privados de un lugar de publicación exterior al movimiento donde podían
codearse con sus colegas de l otro grupo. La interrupción de L'lnconscientdeja pues la
vía abierta a nuevas iniciativas que no dejarán de producirse, con la crisis institucional
genera lizada de los años setenta.
El primer directorio nombrado por Lacan está compuesto por los elementos más
brillantes de la SFP , tercera generac ión . En él figuran dos ex integrantes de la troika ,
Leclaire y Perríer, así como Valabrega, Aulagnier, Rosolato y Clavreul. Desde las
primeras reuniones , estallan conflictos y empiezan las críticas. Leclaire casi no se
interesa en las reuniones y pasa a dedicarse a otras aventuras. Perrier impugna la
autoridad del maestro , Rosolato y Valabrega encuentran "dictatoriales" sus decisiones
y Piera Aulagn ier tiende más bien a calmar los ánimos. En cuanto a Clavreul, está
abrumado de trabajo. Sobre este episodio del primer directorio, los testimon ios
divergen según las orientaciones de cada uno. A veces invitado al banquete, Charles
Melman manifiesta su impresión : "Estaba aterrado , pues las reuniones se desarrolla-
ban en una atmósfera de sarcasmos y hostilidad respecto a Lacan. Me daba la
sensación de estar entre galopines que peleaban con el profesor. Salía de ahí
aplastado. Había una especie de sublevación espontánea 106 •-
Lo cierto es que Lacan quiere imponer sin discusión las promociones a los títulos
de AE y AME que elevan a ia notoriedad a los miembros de su guardia personal. De ::ihí
la confusión que traba el funciona miento de la EFP. En efecto, cuanto más es uno solo
el que concede los nombramientos , menos influencia tiene el directorio. Pero, por otra
parte, cuanto más fuerte es el directorio como organismo, menos posibilidades de
funcionar tienen los jurados puesto que ellos son quienes deben ocuparse del ascenso
de los candidatos . Sea cual sea el resultado, el funcionamiento de la EFP está
bloqueado en todos los niveles, salvo ~n la base. Para evitar esta situación , hubiera sido
67
La Francia frevdiana en todos svs estados
68
La Escuela Freudiana de Parfs: la reconquista ,
organismo colectivo . El procedimiento es el siguiente : "El ca ndidato presen ta al directo r
una solicitud de adhesió n con cop ia para la secretari a. Esta gest ión no implica ninguna
09
participación particular en una experiencia psicoanalítica, pero tampoco la excluye 1 . •
La circular anu ncia ademá s la cr eación de un nuevo tít ulo, analista prácti co o AP, que
estipula que el simple miembro puede, si lo solicita, inscribirse en una lista en la que se
indique su activida d de psic oanalista . Naturalmente, la pertenenc ia a esa lista no
significa que la Escue la otorgue a los AP alguna garan tía: les da el derecho a declararse
prácticos o más bien los autoriza a autorizarse ellos mismos a ser psicoanal istas. Esta
fórmula aún no se emp lea , pero está impl ícita y Lacan la introduc irá diez meses más
tarde.
Este nuevo título y la su presión evidente de la func ión del Cardo t ienen como
consecuenc ia inmediata menoscab ar aún más el poder de los cuadros y los jurados .
No sólo la adhesión depende aho ra únicamente de Lacan y su abnegado secretar io,
sino que a la noción de ME (miembro simple} se le agrega una distinción que la hace
contradictoria con el proyecto inicial. Al princip io, Lacan quería que la Escue la estuviera
compuesta por dos categor ías de individuos : los analistas y los no ana listas. Sin el t itulo
de AP , esta divis ión era respetada y sólo los analistas reconoc idos por la EFP eran
objeto de una jera rquización (AME -A E}. Por su_parte , fueran o no ana listas , entre los
ME no existían diferencias. Por el contrario, con el títu lo de AP, estos miembros simples
tienen derecho a hacer valer su práct ica y autoconcede rse un titu lo suplementa rio que
"antic ipa• el de AME y corroe de hecho el poder de los jurados . A causa de esto , los no
analistas quedan marginados y la condición de ME se rompe desde adentro. 41ventaja
de esta innovac ión es que la noción de AP vuelve a introducir la competenc ia en las fi las
de los ME que no desean quedarse en la base. Pasan a ser algo así como "af iliados".
Pero el inconven iente es que tiende, como en las demás sociedades, a hace r inclinar
hacia la didáct ica el principio del análisis personal. Antes éste estaba preservado por
la indistinc ión de los ME, aho ra corre el riesgo de que se lo adm ita por ade lantado como
didáctico , puesto que la clave está en la autoat ribución de un títu lo. La introducc ión de
la categoría AP es pues la primera respuesta que da Lacan a la crisis que afecta a su
escuela: una respuesta pragmática y no teórica. Instaura una ''falsa· garantía que
func iona como un ''verdadero• autorreconocimiento y confirma la idea de una autori-
zación por sí misma de la práctica analítica. Esta react ivación de la competencia, en la
base, va a dar sus frutos: con el transcurso de los ai'ios, todos los ME analistas se
anotarán en la lista de los AP tanto para obtener una ''falsa" garantía, o un titulo
"verdadero ", como para diferenc iarse de los no analistas .
Durante todo el mes de diciembre , la Escue la está en ebullición. Prepara para el
inicio del ai'io siguiente su primera asamblea genera l que debe ratificar la nueva
organ ización. Se fija la fecha del 13 de enero para su celebración. Pero entre tanto,
también Jean - Paul Valabrega dimite del directorio criticando el carácter "dictator ial" de
las decis iones de Lacan : "El directorio -escr ibirá más tarde- es una ficción. Su historia
muestra que es elegido o modificado con la intención de que ninguna voz discordante
se haga oir. Está en estado de crisis permanente y sus miembros no tienen otra
posibilidad que la de partir uno tras otro. El organ ismo de estudio llamado ' cartel devenir
analist se ha convertido en un objeto de burla y de risa entre los miembros de la
Escuela t 10 ."
La asamblea general que se reúne el 13 de enero hace patente el apoyo absoluto
que la base brinda a las decisiones de Lacan. Hay que decir que esta asamblea general
69
La Francia freudiana en todos sus estados
desempeña un curioso papel. Al no haber sido jamás "cons tituyente ', no puede
rechazar las propuestas que se le someten puesto que no t iene nada que proponer.
Está allí para aprobar, y Lacan gana. Como la masa de los nuevos ME se adh irió durante
el año 1966 para apoyar la aventura lacaniana , y como los barones tampoco tie nen
nada que proponer, no hay motivos para que la AG se oponga a decis iones que le
parecen conformes a las razones de su participación en la Escue la. De momento, la
discordia se juega "en las alturas', entre los miembros del directorio, tercera genera-
ción , el director y su guard ia persona l. De modo que la asamb lea va a votar todas las
modificaciones estructura les decididas por el maestro.
El conse jo de admin istrac ión cuenta ahora con dos AE más, Jean Clavreul y
So lange Faladé, que son respectivamen te secretar io y tesorera de la asociación . En lo
suces ivo , este CA será elegido en la AG , basándose en una lista propuesta por el
director y compuesta por diferentes categorías de miembros {AE, AME, AP , ME). Su
función consiste en crear departamentos de investigaciones o estudios cuyos res-
ponsables son nombrados por el director. Además de la secretaría , los departamentos
son cinco: enseñanza es atribuido a Piera Au lagnier, coordinación de los trabajos e
investigaciones a Serge Leclaire, boletfn y publicaciones a Claude Conté y finanzas a
So lange Faladé. El departamento de formación de analistas no se asigna a nadie
puesto que hay que esperar, para designar un equipo de responsables , que una nueva
asamblea pueda tomar una resoluc ión ace rca de un nuevo reglamento interno . A estos
efectos, el CA {es dec ir Lacan) crea u na comisión para estudiar el problema. En cuanto
al segundo directo rio, integ rado mayoritar iamente por la guardia nueva, tiene ahora la
función de definir las orientaciones de cada departamento. El director lo convoca cada
tres meses y es obligatorio que participen el secretario y los responsab les de cada
departamento: Conté , Faladé, Clavreul , Aulagnier, Lecla ire y Simatos como secretario
adjunto. Además Lacan tiene derecho a convocar a las reuniones de su directorio a los
miembros de la Escuela cuya presenc ia juzga necesaria para examinar los asuntos
anotados en el orden del día. De este modo, obtiene todos los poderes según el
principio de la monarqu ia directa: puede pasar a su antojo por la "base' para reducir
todas las formas de jefatu ra. Por lo demás éstas son reducidas de facto por la dimisión
de Perrier, luego la partida de Valabrega, y la entrada en el CA y el directorio de
miembros totalmente adictos a la persona del maestro . Rosolato se alejó, Leclaire y
Aulagnier conservan funciones honorificas y Clavreul se va separando progresivamente
de sus amigos del grupo de perversiones para llevar a la práctica la nueva política
institucional.
Además, Lacan propone que se estudie a corto plazo un cambio de categoría
juridica que permita obtener el reconocimiento de utilidad pública. La EFP ahora tiene
derecho a solicitarlo en la medida en que reúne las cuatro condiciones necesarias : más
de tres años de existencia , más de doscientos miembros, capacidad de constitu ir una
dotación, realizaciones apreciables en los ámbitos que le son específicos 111. Por eso
es por lo que pide a Solange Faladé que redacte los nuevos estatutos, destinado s a
obtener ese reconocimiento. Tras numerosas gest iones, éste será negado.
Así , la asamblea general del 13 de enero de 1967 anuncia la muerte de la Escuela
freudiana, luga r de la victoria y paraíso de los amores conflictivos. Queda aún por
elaborar un modo de formación de los analistas que no repita los criterios de la IPA Y
sea capaz de hacer frente al ascenso del gigantismo : es la propuesta del pase ... En una
carta dirigida al cártel sobre el devenir analista, Octave Mannoni da cuenta de la situa·
70
La EscUBla Freudiana de París: la reconquista
ción al filo del año nuevo: "Ant igua mente , se pon ía tal vez la carreta de lante de los
bueyes: antes de dec idir si un anál isis iba a ser o no didáctico, se procedía silenciosament e
a consultar el Orden de l Mundo . Actualmente, por suerte hemos p uesto los bu eyes en
su sitio ... El hecho de que se consulte e l o rden de l mund o al f inal en vez d e consu ltar
al princ ipio aporta un cambio apreciable , per o también nuevos problemas 112."
71
La Francia freudiana en todos sus estados
su opinión , crear eso conduci ría a repetir los antiguos errores y hace r que la Escuela
se parezca a la SPP con un inst ituto de for mación autónomo. Pero ensegu ida propone
de todos modos que se cree un co leg io dest inado a la formac ión y que tenga sus leyes
de funcionam iento propias. Este organismo tend ría la clínica como vocac ión113.
Esta propuesta es inte resante pues muestra la fa lta de imaginación de que adolece
su autor. Perrier se conforma con querer mejorar el sistema vige nte en las sociedades
rec onocidas por la IPA . Si bien rechaza la noción de instituto autónomo, mantiene los
princ ipios de la jerarquía clásica y la cooptac ión porlos pares. En efecto, la creación del
colegio tend ría por objetivo dar a los AE la plenitud de ese poder oligárquico que Lacan
les niega. Por esto, llevaría a poner de nuevo en funcionam iento el orden antiguo. El
hecho mismo de reservar la reunión del 12 de abril para los AE es muestra de esta
voluntad pasista.
En vistas de la crisis y ante la incapac idad de los hombres de la tercera generación
de reflex ionar acerca de las condiciones "reales" de un nuevo modo de formac ión,
Lacan pone manos a la obra . Durante el verano, elabora un fabu loso proyecto de
renovac ión cuyo contenido da a conocer en un discu rso que pronuncia el 9 de octubre
de 1967 : "Lo que hay que hacer -esc ribe- es funda r en un estatuto lo bastante durable
como para que sea somet ido a la expe riencia, las garantías con las que nuestra Escuela
podrá autor izar la formación de un psicoanalista, y desde entonces responder de ella.
Para introducir mis propuestas , ya está mi acta de fundación y el preámbulo del anuario.
La autonomía de la inic iativa del psicoaná lisis está planteada allí en un principio que
entre nosotros no debe sufrir retroceso114 :
El texto de la propuesta se compone de dos partes desiguales. En la primera, muy
larga, Lacan sitúa su proyecto dentro de una histor ia que va desde la fundació n de la
IPA hasta la ex istencia de los campos de concentrac ión, y en la segunda, más corta,
expone el principio de un nuevo reglamento interno para la EFP. El conjunto es de una
belleza singu lar y demuestra una vez más el talento de su auto r. Invocando la mirada
de la ciencia, Lacan reafirma las grandes líneas de su relevo lógico . Pero en vez de
apoyarse únicamente en Frege, toma del positiv ismo lógico los térm inos intensión y
extensión para aplicarlos al psicoanál isis. Distingue así el psicoanálisis en intensión del
psicoanálisis en extensión . El primer término designa la experienc ia psicoanalítica
misma en su función conceptual, lo que traduce el enunciado lógico : todas las man-
zanas son rojas, y el segundo toma nota del va lor cuantitat ivo del mov imiento, remi-
tiendo al enunciado: una manzana, más una manzana, más una manzana ... Por estas
formulaciones, Lacan articula lo conceptual a lo empírico, intentando dar a la relación
de lo uno con lo otro un rostro inverso al que se le atribuyó trad icionalmente . En efecto,
las sociedades psicoana líticas tienen, desde siempre, la costu mbre de responder a la
pregunta de su expansión por medios pragmát iCJS o socio lógicos. De ese modo, se
calcan de los modelos existentes sin tratar de construir un tipo de sociedad más
conforme a la enseñanza freudiana. Ahora bien, Lacan invierte el proceso. En vez de
ahogar toda experiencia conceptual en una soc iología cuantitat iva , hace depender el
psicoanálisis en extensión del psicoanális is en Intensión. En otras palabras, piensa de
nuevo el orden institucional en función de una primacía acordada al orden teórico. Y
deduce ese orden teórico de la experienc ia de la cura en la medida en que ésta es paso
por la castración y por el mito edípico: "Partimos de que la raíz de la experiencia del
campo del psicoanálisis planteado en su extensión, única base pos ible para motivar
una escuela, debe encontrarse en la experiencia psicoanalít ica misma, queremos decir
72
La Escuela Freudiana de París: la reconquista
tomada en intensión: sola razón justa que puede formularse de la neces idad de un
psicoanálisis introductivo para operar en este campo . En lo que, pues , estamos de
acuerdo de hecho con la condición adm itida por todas partes del psicoanál isis llamado
didáctico 115 ."
Lacan reivind ica pues la noc ión ultraortodoxa de psicoanálisis didáctico . Pero emp lea
el término en un sentido inédito. Más que introduc ir de nuevo la idea de una
prese lección, con lista, garantía y titularidad , define el psicoaná lisis d idáct ico a part ir de
una vis ión teorizada del aná lisis personal. Uno y otro se articulan en torno a la
trans ferencia y ambos tienen un princip io y un fin. Pero la cura didáct ica pone en el paso
del psicoana lisando a l psicoanal ista, y éste es el paso que Lacan se propone aislar para
convertirlo en el mo mento fecundo y teor izable de una pos ible terminación de la
formación didáctica . Freud y sus sucesores se habían inter rogado a menudo sobre ese
paso sin proponer una ve rdadera conceptualizacion del proceso y sin tratar de elaborar
un procedimiento capaz de t raducir lo instituciona lmente. Pero Lacan intenta darte un
contenido teórico. ¿Cómo dar cuenta del paso por una prueba que sea capaz de
autentificar una posición de didáctico a part ir de una cura persona l? Esa es la pregunta
planteada en octubre de 1967 11 6. Para responde r a esto, Lacan se basa en su ense-
ñanza. Recue rda que en 1956 él mismo criticó los mode los je rárqu icos vigentes en la
IPA. En efecto, en esa fecha se había entretenido en componer, en estilo surreal ista,
una sátira feroz de las sociedades psicoanalít icas . Había atribuido a sus miembros
cuatro pos iciones jerá rquicas denom inadas de esta form a : las Su ficiencias, los Zapatitos,
los Muy Necesar ios y las Beatitudes 117 . Pero once años más tarde ya no es hora de
burlas y Lacan camb ia de tono. Compa rando la cura a un tratado de ajedrez y su
term inación a un "final del partido", redistribuye sus propios conceptos en la situación
contemporánea del psicoaná lisis . El paso partic ipa de una pos ición depresiva, a través
de la que el analista es situado por el ana lizando del lado de un deserpara ser colocado
él mismo en situac ión de destituc ión subjetiva. El terapeuta es progres ivamente situado
como un resto o como una especie de part icipio pasivo a medida que la cura hace su
evo lución dialéctica. Es esa caída del sujeto que se supone que sabe lo que Laca n
opo ne a la noción de liquidación de la trans ferencia . En la perspect iva en efecto en la
que el término de yo es rechazado con el de identificación con el "yo fuerte" del ana lista,
no se responde nunca nada en la cura , se "pasa", como suj eto, de una posición a otra,
sin supe ración, anulación o liquidac ión.
Lacan no se contenta con teorizar esta noción de paso, sino que reinteg ra su
teorización en la histor ia del mov imiento psicoanalítico, mostrando as í que su relevo .
lógico funciona como el espejo del psicoanál isis en extensió n.
Hay tres puntos de referencia, d istruibuidos en los tres reg istros de lo simból ico,
lo imaginario y lo real, que permiten da r cuerpo a esta histor ia en su "desconstrucc ión"
critica. En el primer plano se sitúa el mito edípico, único lugar fundad or de las
sociedades modernas. Su papel en la economía del pensamiento psicoanalít ico es el
de evita rle hundirse en un delírio estilo Schreber. Luego viene la función freudiana de
la ident ificación, tal como queda énunc iada en Aná lisis de/yo y Psicología de las masas .
Plantea la cuestión del límite que Freud qu iso dar a su mensaje al constituir las
sociedades psicoanalit icas siguiendo el mode lo del ejército y la Iglesia . Por último, en
este siglo se produce el advenim iento del sujeto de ta ciencia, fenómeno fundamen tal,
según Lacan , del cual el nazismo mostró la irrupción: "El ascenso-escribe- de un mundo
organizado basándose en todas las formas de seg regac ión, es a lo que el psicoanálisis
73
La Francia freudiana en todos sus estados
se mostró aún más sensible, no dejando ni a uno de sus miembr os reconocidos en los
campos de exterminio. Pero ello es en virtud de la segregació n pa rticular en la que aquel
mismo se sostiene, en la medida en que la IPA se prese nta en esa extrate rritorialidad
cientlfíca que nosotros hemos acentuado y que es bien diferente a la de las asociaciones
análogas de otras profes iones. Más exactamente la adquisición de una garantía de
encont rar una acog ida, una solidaridad contra la amenaza de los campos que se
extendía a uno de sus secto res [ ...] . La solidar idad de las tres principales fu ncion es que
acabamos de trazar enc uent ra su punto de confluenc ia en la existenc ia de los judíos.
Lo que no es de asombrar cuando se conoce la importancia de su presenc ia en todo
su movimiento. Es imposib le saldar la segregación const itut iva de esta etnia con las
cons ide raciones de Marx , y menos con las de Sartre. Por ello es por lo que,
especia lmente por lo que, la religión de judíos deber ser debatida en nuestro seno11s.•
Aunque Lacan en su razonam iento no tome en cuenta la situación alemana del
psicoanálisis entre 1933 y 1945, la visión que propone de la historia del movimiento
mantiene una exactitud ejempla r. Se sitúa en la línea recta de l Moisés y renueva su
ademán. Hemos visto, en efecto , que ese hermoso texto en forma de testa men to tenía
por objetivo poner al descubierto las raíces inconscientes del antisem itismo por una
crítica de la noción de pueblo elegido. Const ituía para aquella época una respuesta
teórica a la cuestión de la judeidad que atravesaba la histor ia de la IPA desde su
creación. Si bien Freud y Jones no lograron preservar el movimiento psicoana lítico
alemán de una colaboración efectiva con el nazismo, la existencia de la IPA permitió
sin embargo a cas i todos los grandes pione ros de la Mitteleuropa escapar a los campos
de extermin io. Y se puede dec ir incluso que la ausenc ia de colaboracionismo , entre los
psicoanalistas franceses, fue la consecuencia del triunfo en la SPP de la corriente
ortodoxa contra la línea patriotera. Hemos mostrado aquí de qué manera funcionó la
noción de jude idad en la histor ia de l movimiento francés e inte rnacional para dar la
razón a Lacan en este punto: la IPA siempre constituyó para la comunidad psicoana lítica
una considerab le garantía contra la amenaza de los campos y más en genera l contra
la de la segregación. Si fueran necesarias las pruebas de esto, recordemos la difícil
acogida y no obstante esplénd ida que brindó América a todos los perseguidos de la
vieja Europa 119 . Pero esta protección tuvo por consecuencia solidificar el movimiento
según el principio de una normal ización o una asimilación a ultranza, de la que fue
víctima el lacanismo durante los diez af'ios de la SFP. Salvando al movim iento , por
migraciones sucesivas, esa rigidización no obstante lo tomó conforme a ciertos ideales
que quería combatir.
De fortaleza sitiada, la IPA se convirtió en un imperio segregac ionista: Aníbal
perdió la batalla y Cartago quedó subordinada a un nuevo imperio romano. El
movimiento convirt ió la persecución de la que había sido víctima en una "persecución "
de otro tipo: la norma lización, la exclusión de los locos , los marginales y los no
conformistas. La libre diáspora devoró a los suyos para constituirse en sinagoga según
el modelo estadounidense de la adaptación.
En 1963, en el momento en que Lacan actúa su "exc omun ión ", compara a la
comunidad neofreudiana con una Iglesia. Seis meses más tarde , llama freudiana a su
escuela e intenta la aventura de un nuevo universalismo que denomina Reconqu ista.
Por último, en 1967, contra el poder segregador de la ciencia que permitió al genocidio
tomar semejante amplitud, y contra los ideales de la normalización, en la que se hundió
Cartago, Juega la carta de una "ciencia' conforme a la universalidad "lógica" del
74
La Escu9/a Fr9udiana de Parfs: la reconquista
75
La Fra.ncíatreudiana en todos sus estados
legislación de 1949 siempre ha afirmado: el orden psicoana lítico deber ser diferente al
orden instituc ional. Pero va aún más lejos: aparta todo principio jerárquico del ámb ito
de la didáctica , para preferir un título que provenga exclusivamente de la formac ión, es
decir del paso . En cuanto a la fórmu la: "El psicoanalista sólo es autor izado por sí
mismo · , es la traducc ión de la abolición de la preselección ya estipulada en el acta de
fundación. No significa que cualquiera puede ser un analista autorizado, sino simplemente
que, para ser un analista autorizado no se necesita ninguna cooptación por parte de sus
pares . La fórmula "es autor izado por sí mismo" es la consecuencia lógica de la
sup resión de la jerarqu ía en beneficio del grado . Respeta el aná lisis personal aboliendo
a la vez e l régimen de la autorización previa. Tras haber borrado , en un primer tiempo ,
la falsa sepa ración entre la cura llamada "terapéutica " o personal y la formació n llamada
"didáct ica" , Lacan opera, en un seg undo tiempo, un relevo ortodoxo del psicoanálisis
didáctico . A éste lo llama psicoanálisis puro y lo sanciona con la prueba del pase. Hay
as í una cohe renc ia notab le entre dos momentos de una doctrina. Hacia 1950, el relevo
barroco va con traco rriente del revisionismo neofreudia no; diecis iete años más tarde, la
introducción del proced imiento del pase restituye e n todo su esp lendor una perspectiva
didáctica desgastada por la rutina administrat iva. Pero devolver el valor a esta
"ortod ox ia" pasa primero por abolir la separación artificial entre la cura "terapéutica · y
la cura "profes ional". La didáct ica, tal como la concibe Lacan en este relevo, ya no tiene
nada que ver con lo que se enuncia bajo ese nombre en las sociedades ipistas .
La propuesta de octubre constituye sin duda uno de los actos más innovador es de
la historia del psicoaná lisis en materia de formación. Con ella se procura separar la
didáctica de los modelos de enseñanza que siempre recubrieron el famo so proceso del
paso propio de la cura. Lacan quiere así volver a introducir lo que enseña o transmite
el diván como único principio de acceso a una func ión que hasta entonces tend ía a no
tener más nada en común con la especificidad del psicoaná lisis. Respe cto a esto, el
proc edimiento permite poner en acto otro lugar del anális is, que no sea ni el control ni
el diván. Aunque Lacan no emp lee este término, se trata en el fondo de instituc ionalizar
un tercer lugar del psicoanál isis que no dep ende de un examen en el sentido univer-
sitario ni de un doctorado o cualquier otro diploma, si no de una poi itica específicamente
freudiana de la formación. Después de las barricadas, Lacan dirá que hizo en su
escuela un mayo de 1968 por anticipado 122.
Con respecto a esto, no es impos ible que el autor del proced imiento se haya
inspirado en parte en un acontecimiento ajeno a la historia del freudismo : la revo lución
cultural china. En el momento en que Lacan intenta dar una respuesta psicoana lítica
a la crisis institucional que afecta a su escue la, los efectos de esta revo lución empiezan
a hacerse sentir en el escenario inte lectual parisino y espec ialmente entre los alumnos
de la ENS . Ahora bien, éstos desempeñan un papel de "referente simból ico" en la cris is:
los psicoanalistas tienden a acusarlos de constituir una "red· alrededo r de Lacan, una
red "ajena" ala profesión. Y hemos vistos que la idea de introduc ir en la EFP a mie mbros
no psicoanalis tas había sido, si no rech azada, al men os viv ida con dificu ltad por t 111
número considerab le de terapeutas . Por supuesto que Lacan no es maoísta, ni
marxista, ni lenin ista, ni libertar io, y sin duda no piensa siquiera en China cuando
elabora su propuesta. Pero hay cierta analogía entre los principios que enuncia Mao
Zedong y los que articula Lacan. En ambos casos, la cuestión es provocar, en la base,
una revolución que organizará la cúpu la bajo la égida doctrinal de un gran timone l. La
operación tiene como finalidad romper las rutinas y obligar a los cuadros a hacerse una
76
La Escuela Freudiana de París: la reconquista
autocr ítica y un examen de su función. En este sentido , l aca n tendrá razón al decir que
su procedim iento prefiguraba las barricadas , pero siem pre y cuando se agregue que el
mismo no tiene ningún carácter libertar io . Se trata efec tiva mente de produc ir una
movilización general e n la base, pero la ope rac ión no se orig ina en el espontaneísmo,
dado que la organ iza el propio maestro. También se puede pensar que Lacan ha sacado
las conc lusiones de la experiencia de la comis ión Tu rquet. En efecto , es med iante
testimon ios como la mencionada comis ión pudoo ir, por primera vez en la histor ia, cierto
proceso de paso . Ante los ingleses, que func ionaban a la vez como pasado res y como
jurado, alg unos terapeutas durante su formac ión realizaron una inte rrogac ión sobre el
fin del aná lisis que transfo rmó sus curas . Y ta l vez Lacan captó, en esa oportun idad, el
punto de partida de una reflexión sobre el paso .
Por fuerte que sea la propuesta , con tiene alg unas incoherencias. En efecto , no
queda claro por qué el hecho de q ue un pasando obtenga el titu lo de AE deba acarrea r
automát icamente e l nombram iento de su analista a un grado s uperior. Si bien los títulos
de AE y AME corresponden a func iones heterogéneas hasta e l punto de soporta r un
cúmu lo, no hay ninguna razón para mezcla rlos nombrando , por ejemplo, AME a un AP
cuyo pasando se co nv irtiera en AE. Por otra parte, si los miembros son libres de
presentarse al pase, hay una incohe renc ia en querer que los pasadores sean obliga-
to riamente des ignados por los AE . Se ría prefer ible que la condició n de los pasadores
se asimilara a la de los pasandos y que ta mbién ello s fueran libres de presenta rse a esa
función, cualquie ra sea el titulo de su anal ista . Por último, se mantie ne una ambigüedad ,
en el texto de Lacan, respecto al concepto de pase. Si el paso o el momento del pase
existe en toda cu ra, desde e l momen to en que se plantea el problema de llegar a ser
anal ista, ¿cómo hacer para q ue el proced imie nto que se refiere al paso no conduzca
a ocultarlo, por una es pec ie de redob lamie nto? El pase es una cosa.y for ma parte de
la cura, pero el procedimiento del pasees ot ra: es la traducció n institucio nalizada de una
experienc ia concre ta y, por esta razón, corre el riesgo de anu larla. De ahí que algunos
propongan la idea de no otorgar un título al pasa ndo aceptado , para que el proced imiento
se ajuste mejor al pase original . Jacques -Alain Miller será el primero que, en un art ículo
escrito en 1977, hará nota r la existenc ia de esta proble mática no analizada por Lacan.
Sin impugnar el pr incipio de la atr ibución del título, llamará doble pase a l conjun to que
constituyen el pase por un lado y el procedim iento por el otro 123_
No bien se enunc ia, la propues ta produce el efecto de una bomba. Como Lacan teme
la oposic ión de los miembros de su primer directo rio y como quie re tantear a los cuadros de
su escuela, pide a cada uno que dé s u opinió n. Luego prom ueve una votación de sondeo
reservada a los AE y AME. Propone tres fonnas de expresarse : Plaoet, non Placet et plaoet
juxtamodum. La última opción d ebe permit ir indica r las modificacio nes que pueden pre-
verse según las reservas exp resadas. Las urnas dan ala propuesta una confortab le ma-
yoría: de setenta votantes, cuare nta y uno están a favor sin discusión , cinco se abs tienen,
catorce presentan reservas y cinco están radica lmente en contra . La oposición est á re-
presentada por Fran9ois Pe rrier , Natha lie Zaltzman -Perrier, Piara Aulagn ier. Guy
Rosolatoy Jean -Pau l Va!abrega. Las modificacio nes son solicitadas por Louis Beirnaert,
Jean Clavreul, Luce lriga ray, Lucien Israe l, Andrée Lehmann, Moustap ha Safouan ,
Bernard This y algunos otros 124 • Pese a esta mayor ía y aunque sepa que la asamblea
general le será favorable, Lacan decide aplazar el sometimiento a votac ión de su proyecto .
Quiere conservar en su escuela a los oposi tores y vac ilantes que son, junto con algunos
nuevos, sus antiguos compal'\eros de la SF P.
77
La Francía freudíana en todos sus estados
Pronto las bocas se abren mediante textos escri tos . Al día siguien te de la reunión
Fran~ is Perrier envía una carta abierta a Lacan para protestar contr a las lagunas que
•
presentan los estatutos de la EF P. De nuncia la carencia de un aparato de formación y
propone una nueva redacción 12s. Esta carta que está dirigida a " Mi querido Maestro",
no se ajusta a la situac ión actual. Perrier no discu te la propuesta de octubre·y no aporta
ninguna solución positiva a la crisis de la Escuela . Jea n-Paul Va labrega , por el
contrario , redacta un largo manifiesto en el qu e se opone al procedimiento criticando
a la vez la est ructura monocrática de la EFP y el poder dictatorial de su pres idente.
Califica d e ''ficción" al directorio, y recusa punto por p unto la argum entación de Lacan.
Según él, con el pase se corre el riesgo de introducir a no analistas en el centro de la
práct ica y en la dirección de la Escuela. En cuanto a la fórm ula "es autorizado por sí
mis mo ", según él conduce a auto rizar a cua lquiera a ser analista. Vala brega rechaza
ade más el principio del sorteo que trata de "igualitarismo falacioso", y luego impugna
la idea del paso directo a la condición de AE para subrayar que el cont ro l es la única
mane ra de hablar del análisis de uno: "Es impos ible hablar del aná lisis d e uno a alg uien
que está des ignado para esa función. Por otra parte , es por eso por lo que las
comis iones de estud ios siempre fracasa ron fatalmente en esa tarea que se convirtió en
una pura ficc ión o una broma en otro lenguaj e. La única manera de hab lar del análisis
de uno , es en relación a un tercer objeto. Y la situación totalmente indicada para oir algo
sobre eso ex.iste: es el control.· Valabrega también acusa a Lacan de mantener con la
calle de Ulm una "red " cuya actividad demostró ser pelig rosa para la Escue la . Por último
propone como solución a la crisis democ ratizar la EFP creando un coleg io de A E: "Creo
por lo tanto que todo proyecto sob re la formación deber ía estar respa ldado si no por
unanimidad, cosa imposib le, al menos por una amp lia mayor ía que debe definirse, y
estar además exe nto de cua lquier objeción importa nte12s. •
Por su parte , Guy Rosolato no expresa op inión y dimite de la EFP en noviembre
de 1967 sin haber participado en ninguna discusión sob re la natu raleza del pase. Se
conforma con criticar, por su acto, el carácter "dictatorial" de las decis iones de Lacan121.
En enero de 1968, se une a las filas de la AP F donde queda integrado como miembro
titu lar, y espe ra crear, con su partida, un movimiento de dimisión co lectiva. Se equivoca
de escis ión y de época: nadie lo seguirá .
En cuanto a Piera Aulagn ier, no redacta ningún texto crítico, pero dimite del
directorio el 4 de diciembre para marcar su oposició n al procedim iento 128.Enseguida
la reemplazan en el cargo Irene Roublef y Charles Melman. El segundo d irectorio se
convierte realmente en una ficción , ya que lo compone exclusiva mente la guardia de
Lacan. Aunque está a favor del pase, Leclaire no tarda en dimitir también de ese
organismo inco loro. Ultimo representante de la tercera generación , Jean Clavreul se
sigue manteniendo en su puesto. Contrar iamente a Perrier, Va labrega y Au lagnier,
apoya el proyecto después de haber elegido votar con reservas. Para expresar su
pos ición , env ía un largo infonme a los miembros de la EFP, donde hace una historia
completa de la cris is, proporcionándo le así al historiador futuro un texto apasionante
sobre los acontecimientos de la época . Clavreul encuentr a inaplicab le el proyecto de
octubre y propone, sin dar plazo, prolongar la duración de l mandato de los miembros
del j urado de aceptación. Adamás , crit ica la noción de pasador, pero no propone ningún
remedio al mal que denuncia l29_
A~te _los crití~~nes y los vacilantes , Lacan sigue sin querer que la asamblea general
lo pleb1sc1te. Movilizará a la base aprovechando los acontecimientos de mayo , pero por
78
.
La Escuela Freudiana de París: la reconquista
et momento responde a los con testatar ios en un discurso pronunc iado en la EFP el 6
de diciembre de 1967 . A todas luces , está molesto y su conferenci a, que Solange
Faladé transcribirá y luego él escribirá de nuevo, testimo nia a la vez su decep ción y su
fastid io. El discurso es oscuro e inútilmente agresivo. Para responde r a Valabrega,
Lacan llama a su "red" "un trozo de ulm" y anuncia que ninguno de sus miembros se halla
en su diván . Luego, con tono insultante , evoca el pasado para tratar a Pierre Turquet
de "puerco • y ensegu ida de "pav o". En la versión escrita, dejará el segundo calificativo :
pavo en inglés se dice turkey. De golpe sus epígonos olvidarán el origen angev ino de
este ex mayor que Lacan llamaba "mi amigo " y creerán a pies junt illas que este homb re,
en el seno de la com isión , no fue nunc a el defensor de la política francesa. Nueva
manera con que el maest ro deja que se cierna una duda respecto a su partic ipac ión en
1~negociación con Leclaire. Sin embargo, anunc ia dos cosas: la publicac ión en las
Editions du Seu il de una revista interna de la Escueta y la decis ión de no imponer el
procedimiento del pase a fin de prosegu ir los debates1,o_
En feb rero de 1968 , se estab lecen las instituc iones de confor midad con el antiguo
reglamento interno. El nuevo ju rado de aceptac ión es elegido por sorteo y Lacan
recupera allí una voz preponderante. Se designan cuatro miembros : Clavreu l, Hesnard,
Aubry y Roso lato. Como éste último hace dos meses que dimitió, es reemp lazado de
inmediato por Octave Mannoni. Por otra parte, el director io se modifica por la dimis ión
de Leclaire. Clavreu l anunc ia su intenc ión de irse para no acumu lar tres funciones, pero ,
a petición de Lacan, se queda a la vez en el jurado de aceptación, en el cmrecepc ión
y en el director io. En consecuenc ia, este tercer directorio de la EFP pasa a estar bajo
el contro l abso luto de Lacan que gobierna con su guardia: Clav reul, Si matos, Roub lef,
Faladé, Melman y Conté. Solamente Solange Fatadé se anima a criticar al maestro en
privado. Es lo que sue len hacer las mujeres de la Escuela. El carácte r difícil de Melman,
su intoleranc ia con respecto a los demás y su estilo hacen más comp licada aún la
gestión de l directo rio. Sin embargo Lacan lo aprec ia y to defiende cuando sus colegas
se quejan de él. La compos ición del jurado de recepción es netamente más matizada .
Ade más de Clavreu l, encontramos a Dolto y algunos representantes de la tercera
generación: Beimaert y Safouan 131.
Lacan le pide a cada uno que exp rese su opinión y vuelve a surgir la crisis: "Si et
jurado de aceptación -escribe Piera Aulagn ier- debe consistir pura y simplemente en
pronunc iar un sí o un no, te confieso que no podría menos que negarme a integrarlo :
en efecto, de cinco nomb res salidos por sorteo y a menos que a este último se le ocurra
hacer una de sus jugarretas siempre posibles pero raras, es seguro que habrá al menos
dos colegas para los cuales la opinión de usted será la referencia única y exhaustiva .
En ese caso, el papel del jurado se toma puramente forma l y no le veo ninguna
utilidad1,2_• Para remed iar esa situación, Piera propone tres soluciones: en primer
lugar, el postulante al titulo de AE deberá ya ser AME ; en segundo lugar tendrá que
presentar ante el jurado textos publicados o inéditos, y por último aceptará una
entrevista personal con un miembro del jurado . Piera agrega que estas cláusu las
deberán ser sometidas , por votación, a la aprobación de los AE.
Las soluciones preconizadas en esta carta van en el mismo sentido que las de
Valabrega y Perrier: crítica del poder personal, revalorización de la jerarqu ía contra el
grado, contro l de la EFP por los AE "titulares " y sobre todo opos ición a una "base "
resentida por considerarla carente de calificaciones clínicas y peligrosa para et futuro
en la medida en que podria tener acceso directo a un titu lo supremo. Piara no es la única
79
La Francia freudiana en todos sus estados
desconfiada, puesto que Clavreul también prop one que el candidato al pase ya sea
AME. Quiere además que el último AE nombrado pase a se r automática mente miembro
del j urado de aceptación 133. Por su parte, Moustapha Safo uan inte nta definir la condi-
ción de AM E, que sufre una transformación al introducirse el pase. Subraya con razón
que el acceso al titu lo de A ME no depende del pase, pero enseguida agrega que debe
reservarse para los que completaron la formación con un A E o un AME . Esta cláusula
no figura en el antiguo regla mento que, recordémoslo, perm ite a todo s los miembros,
sea cual sea el diván , recibir el título de AM E. Para lo demás, Safouan no exige ninguna
modificación notable. En caso qu e no se adopte el procedimiento del pase, propone
restaura r los métodos de formación vigentes en la IPA de anteguerra: "En consecue ncia
1
-dice- todo AME que haya formado a otro AME se conv ierte en AE 34."
Pese a las posiciones dive rgentes de cada uno respecto al pase, las criticas van
todas en el mismo sentido. No sólo están atrás respecto a los principios de 1964, sino
que manifiestan la vo luntad de los "seniors· de recuperar el poder que Lacan les ha
quitado. El monarca ha puesto en marcha una insurrecc ión psicoanalít ica y los
príncipes le oponen una reforma que los convert iría en los verdaderos dirigentes de la
Escuela . Si bien el pase es un proyecto genial, por lo que atañe a la formación, las
cond iciones que rigen su instauración no permiten que funcione se renamen te. Piera
Au lagn ier t iene razón al subrayar que , pese al sorteo, la mayor ía de los miembros del
jurado de acep tación siempre está a favor de la op inión de Lacan , aunque no sea más
que por el advenimiento de la cuarta generac ión transf ormó totalmente la situac ión de
la Escue la. Lacan lo sabe tan bien que propuso que su op inión en las deliberaciones
sólo sea consu lt iva . Pero como hizo fund ir su posición de maest ro del pensar con su
lugar de directo r de la esc uela, no puede evitar que su presenc ia en el jurado de
aceptac ión impida a éste func ionar normalmente. Para que el jurad o de aceptación
pueda oir los testi monios de pase en caso de adoptarse el procedimiento , sería
necesa rio com o mlnimo que Lacan no lo integ rara obligatoriamente . Y esto tanto más
cuanto que son sus jóvenes anal izandos los que se ofrecerán mayoritariamente a pasar
la prueba . Sin embargo , atrapado en su prop ia leg islación , Lacan se conduce en este
asunto según la posición multidimens ional que él mismo se asignó . Cuando es
monarca, psicoanalista, legislador y didáctico, se arroga ta mbién el derecho a compartir
la suerte de sus notables, y se r un AE "como todo el mundo", con el privilegio de librarse
del sorteo . Esta actitud es contrar ia a la famosa monar quía directa que rige la Escuela
y permite al soberano mantener con cada sú bdito una relación privilegiada . La
contradicc ión se plantea asi: o Lacan es un monarca , un inic iador , un psicoanalista Y
un didáctico , y debe renunciar a integra r el jurado para conservar su posición de
maestro , o es simplemente AE y debe se r elegido por so rteo, pese a su lugar de director.
Ahora bien, Lacan escoge una extraña vía media que le perm ite a la vez librarse de la
posición de AE común y no tener op inión preponderante . En resum idas cuentas , se
condena a aparentar que no dec ide nada, manteniendo a la vez hasta el infinito la
pemamencia de una mirada decis iva. Con semej ante sistema, el pase no puede
funcionar según un proceso psicoanalí tico .
Frente a tal estado de cosas , los opositores al pase no logran llevar a la práctica
u~ proyecto constructivo . En opinión de ellos, para salir de la crisis habría que operar
primero una transformación democrática de la EFP, que permitiera luego exa minar las
nuevas modalidades de un reglamento interno. En el invierno de 1968, la situación pues
está bloqueada por todos lados : Lacan quie re a los que se resisten pero no puede
80
La Escuela Freudiana de París: la reconquista
81
La Francia freudiana en todos sus estado:
82
La éscuala Fraudiana da Parfs: la raconquista
convoca una reun ión en casa de Paul y Gennie _Lemoine, una pareja a su disposición,
en la que no_pasa nada . Luego , desde el comienzo de las clases , impulsa al grupo
Lander a em1t1 r una_contrapr o puesta destinada a hacer pasar la suya . Está decidido a
abando nar a los diside ntes y apoyarse en la turbu lenta juventu d para poner en marcha,
cueste lo _qu_ecu este, su reforma in~tit_uciona L Ya pre~e, antes que nadie , los efectos
de posteno ndad de mayo en el mov1m1ento ps1coanalitico: el retorno de los ideales de
la herencia, el _ascenso del rac is':'?· el llamado a la segregación y a la restau ración, por
la farmaco log1a, de todo s los v1e1 o s conservadurismos. Juega pues la carta de una
"revo lución en o rden· . Ante e l espíritu libertario que amenaza con arrastrar a la
comunidad psicoana lítica hacia el naufragio, y ante los arcaísmos que trajeron su
desnatura lizació n, q uiere imponer una estructura d e formación que sea capaz de
mantene r lo esenc ial del mensaj e freudiano en el próximo decenio.
Así , en el otoñ o de 1968, el debate sobre el pase es reactivado por lo alto desde
la base . Reun ido el 19 de diciembre con el directorio y el jurado de recepción, Lacan
redact a e l texto del nuevo reglamento interno que va a someter a la asamblea general
de la EF P en sus sesiones de los días 11, 12, 25 y 26 de e nero de 1969 . Introd uce
algunas modificac iones importantes a su proyecto inicial. Visiblemente tuvo en cuenta
las objec iones de Piera Aulagn ier sobre el sorteo , pero no integró las de Safou an y
Clavreul. El primero quería que el título de AME se reserva ra a los candidatos formados
por un AE o AME , y e l segu ndo que los pasandos ya fueran A ME. Para no democratizar
demasiado el proced imiento y con forma r a la vez a los barones y a la base, Lacan
suprime del ju rado de aceptación a los pasadores y a la vez permite a sus mie mbros
presentarse libremente a la elección en AG. Esos miembros ahora son seis y el director
es el séptimo . La cláusula absurda que perm itía al analista de un pasando aceptado
para obtener el títu lo de AE queda supr imida, pero se la reemplaza con otra igualmente
absurda : los AME elegidos para el jurado de aceptación pasan automáticamente a ser
AE. Esta cláusula con tradice el principio del proced imiento, puesto que el pase tiene
como obj eto, no el hacer sub ir a un individuo en la jerarquia, sino dar testimonio de un
paso especif ico al convert irse en analista. En estas condiciones, no se consigue
entender por qué un AME tendr ía que "pasar· a AE con el simp le pretexto de haber sido
elegido para integrar el jura do de aceptación. O el pase es una verdadera exper iencia
format iva o no lo es. Como los elegidos para el jurado siempre serán, en un futuro, AE,
esta cláusula ridícu la nunca será aplicada.
En el nuevo reglamento, e l jurado es elegido por la AG para tres años y es
renovab le por terc ios, lo que , en un futuro , permitirá que los pasandos nombrados lo
integren y reemplacen así a los miembros que nunca hicieron el p_ase. Por lo demás ,
Lacan mant iene la designación de los pasadores por los AE Y d1st1ngue radicalmente
el titulo de AME del de AE . La atribuc ión del primero se hace sin la intervenc ión del
candidato basándose en la op inión de sus controladores y su ana lista , cualesqu iera
sean sus títulos . La cond ición de AME es de natura le:z:asocial: estipula el reconocimiento
profesiona l de una competenc ia clínica para afuera de la EFP. Por el contrari_ o , el de AE
es específicamente interno a la comunidad y de orden d1dáct1co. La sepa rac1on de estos
dos tltulos permite a la ve:z:acumu larlos y no acumularlos . Un miembro , si es "recibido"
en el pase , podrá ser AE sin haber sido nunca AME Y viceve rsa un miembro podrá
acumular los dos títu los. Sobre este punto , el nuevo reglamento es pertecta rnent e
coherente con la lógica del psicoaná lisis en extensión e intens ión: hay "bo rdes " y
fronteras , pero también una "cinta de Moebius " con continuidad en exterior idad
83
La Francia freudíana en todos sus estados
84
La Escuela Freudiana de Parfs : la reconquista
85
La Francia freudiana en todos sus es tados
la partida de Perrier re presenta un desastre . A_~uncia el cre púscu lo d e cierta idea del
lacanismo. Con la dimisión de ese turb ulento rimo gra nde desapa rece del movimiento
un romanticismo de los orígenes q ue será recubierto para siempre por e l ava nce del
dogmat ismo: "El giro qu~ han tomado_las re uniones de la Escuela y la o rga~ización que
de ellas se deriva -escrib en los d1m1s1on a nos- por e l voto de un pr~ced 1m1 ento que
condenamos, acaba ron por instau rar aparato s Y mod os de des1gnac1ón y pron1oción
analíticos que juzga mos inco mpatibles con las gara ntías neces ar ias para una actividad
psicoanal ítica rigurosa ( ...] . No son necesarias largas fra ses pa ra expresa rle la tristeza
que sentimos al tomar esta decisió n 145." _ _ _
Desde el punto de vista de Lacan , la elecció n de un modo de escrut inio preferencial
tiene como objetivo poner en evidencia una coherencia de_las preferencias individua-
les, no reductible a una coherencia colectiva, tal co mo va implicada en el voto mayo-
ritario. En otras palabras, si el proyecto A hubiera sido p uesto a votación según una
modal idad clásica (sí-no-abstención), hubiera sido ado ptado por una aplastante
mayoría y sin más impugnación que la de algunos dimisionario s. Se ve pues que Lacan
quiso hacer aparece r las opiniones minoritarias : de ahí la idea de l voto preferencial y
la trans formación de las "críticas" en propues tas. Pero empleando esos métodos,
favorece una división en la Escuela y señala por ade lantado una indecisión: el pase
pod rá ser un fracaso, un triunfo o las dos cosas a la vez. En cuanto a la oposición, es
susc itada por el voto y expresada en abstenciones que no se cuent an.
Para la reunión del hotel Lutétia, se desplaza ron para votar a lrede dor de doscientos
miembros de un tota l de aproximadamen te doscien tos tre inta. Ahora bien, de esos
doscientos miembros , sólo ciento diecisiete participan en la votac ión: los descontentos
de todas las posiciones se abstienen . Con ciento d iecisiete votantes , el proyecto A es
preferido ciento noventa y ocho veces , el B ciento siete y el e cua renta y seis. Si se
convierten estas cifras en térm inos de voto por mayo ría, se percibe que el texto del 19
de d iciembre es adoptado por una mayor ía de noventa y tres votantes sobre ciento
diecis iete con alrededor de ochenta abste nciones, lo que quiere dec ir que los oposi-
tores y los abstencionistas son casi tan numerosos co mo los que lo apoyan 146 . En el
mo mento en que se adopta el proyecto A, la mitad de los miembros de la EFP lo rechaza
abiertamente o le pone reparos , y la otra mitad no sabe muy bien si ha votado por Lacan
o por el pase. Lacan impone su procedimiento gracias a una curiosa arbitrariedad que
salva a la Escuela de una muerte lenta, a la vez que favorece su división. Sin este gran
cañoneo inverna l, la EFP se habría hundido en conflictos institucionales parecidos a los
de las sociedades ipistas. Hubiese parecido que existía , probab lemente nunca habría
sido disue lta, y no habría innovado nada en materia de for mación ana lítica . Pero las
con? iciones en las que el pase se lleva a la práctica ponen en evidencia el riesgo de su
posib le fracaso: queda por saber si no se gastó pólvora en salvas .
Desde el 9 de febrero, el jurado de aceptac ión dirige a los miembros de la Escuela
una_c_,~cu lar que ha recibido la sanc ión del Directo rio. En ella se estab lece la absoluta
flex1b1hda?. c?n la que se ha adoptado el proced imiento . Se agrega n tres cláusulas que
pueden difici lmente anexarse a los textos estatu tarios pue sto q ue no fueron votadas en
la ~samblea General . En primer lugar , el AE puede no preven ir al pasador de su
designación Yen consecuencia éste puede declina r el ofrecimiento que se le hace. Aclo
seguido , el pasando debe tener la auto rización de su ana lista. y por últi mo, vuelve ª
plantearse la idea de que un analista cuyo pasando es nombrado se convierte
automáticamente en AE. Esta propuesta absurda había sido reti rada del texto de
86
La Escuela Freud iana de París : la reconquista
diciembre de 19 69. Estas cláusulas no son reglamentarias, pero como ningún miembro
de la Escuela, incluidos los del jurado de aceptación, conoce el ten or exacto de los
textos legales, dura nte diez años nadie sabrá j amás có mo funciona el pase. De modo
que el jurado siem pre titubea rá para determinar si el analista de un pasando aceptado
debe convertirse en A E. Igual mente, nunca sabrá a ciencia cierta si el pase está o no
reservado a los miembros de la Escuela y no resolverá el asunto de selecc ionar los
candidatos para la prueba. T ampoco dirá si los pasandos deben estar en el pase en el
momento de la cand idatura o si por el contrar io pueden presentarse después. Nadie
sabrá espec ificar cuá l es la situación de los segundos tramos en el proceso de l pase.
Por consiguiente, el jurado acepta rá cualquier candidatura, desde las más estrambót icas
hasta las más serias . Se comprende entonces por qué nombrará a tan poca gente.
De las decenas de ejemplos que hemos encontrado , todos igualmente incoherentes ,
t?memos. Un di ade 1971, Laurence Bataille 148discute sobre teoría con Jacques Lacan .
Este le aconseja hacer el pase. Sorprend ida, aquella responde que no sabe cómo
hacerlo. Sin embargo, aconsej ada por él, pide cita con Clavreul para presentar su
candidatura. En aque lla época , aún no es miembro de la Escuela. Un poco molesto,
Clavreul se muest ra interesado en saber cuál será el título del analista de la cand idata
si éste resulta nomb rada. ¿Conrad Ste in podrá convert irse en AE siendo titular de la
SPP? Sobre este punto los textos legales son claros, pero la confus ión que introduce
la circula r de febre ro es tal que ni un miembro del j urado sabe a qué atenerse . Clavreul
le propone entonces a Laurence afiliarse a la EFP, sin decir le con precisión si una
persona ajena a la Escue la puede o no hacer el pase. Ignora que Laurence es la hijastra
de Lacan y le dice que va a pedirle información al jurado , de l cual él mismo forma parte ,
para saber si la ca ndida tura puede ser acep tada. Laurence no se siente madura para
ent rar en la Escue la. Pero la secretaria le envia su afiliación. Aquella la rechaza y
comunica a Simatos que prefiere reflexionar duran te un tiempo. En el umbral de la
puerta, éste le aconsej a que se apres ure pues el próximo anuario está por salir.
Finalmen te, Laurence hace el pase sin habe r toma do una decisión. No la aceptan . Pooo
después , se siente preparada para afiliarse a la Escuela, pero le hacen saber que
espe ró demas iado . Acabará por ser miembro. Mucho tiempo después , en el transcurso
de un segundo tramo realizado con un miembro del jurado, es designada pasadora y
se encuentra ante una cand idata no miembro de la Escuela que desea sencillamente
ingresar en la comunidad de los AE. Desconcertada, Laurence igual oye el testimonio
y lo trans mite. El jurado rechaza a la paciente sin preguntarse si tendría qu e haberse
hecho una se lección para impedir que se presenten ese tipo de cand idaturas que to rna
ridículo el propio procedi miento . Por lo demás, no se ve oómo hubiera podido
efectua rse esa se lecc ión , bajo la égida de un j urado pendiente de las dec isiones de
Lacan e incapaz de aplicar textos legales .
87
l
. bros y cuatro catego rías de títulos: los ME (no ana listas o no analiza dos ), los AP
m1em
los AME y los AE. con la evolució n de la Escue Ia h ac1 ·a e 1g1
·ga nt·1s~o , e 1numero
• de ME'
tiende a reduc irse mientras que las filas de los AP engrosan a o¡os vistas . La EFP solicita
su reconocimiento de utilidad pública, tan anhe lada por Lacan , que tiene el peligro de
colocarla bajo el control de los poderes públicos, p~ro que puede P:rm itirle recibir
legados y donaciones . Se amplía el Conseio de.Adm1n1strac1ón y, do~ anos despu és de
la crisis del pase, la EFP es capaz. no sólo .de rivali zar con la SPP , sino de convertirse
en punto de partida de una nueva 1nte~nac1onal. No va n a tarda r e n cre~ rse pequeños
grupos de obediencia lacaniana en pa1sesd~ cul tura latina: Italia, Espana y Argentina.
Lacan ha ganado su batalla de la imp lantación francesa . Sin emba rgo, le queda por
tomarse un desquite : la reconquis ta del mundo a~gloa merica~o. Tiene setenta años y
la tarea es demasiado difícil: una segunda traves1a del At lántico re alizada en 1975 no
produc irá efectos respecto a ese punto. En j ulio de 1971, la EFP se muda a un
verdadero local , pequeño pero agradab le, situado en la planta baja d e un lujoso edificio
situa do en la calle Claude-Bernard. Fue adquirido grac ias al dine ro de los miembros
más acaudalados de la Escuela, con importantes contribuciones de Melma n, Lacan y
Dolto. Con el número de miemb ros duplicado (doscientos seten ta y siete), la Escuela
brilla con todo su esplendor en el escenar io intelectual paris ino y provinc ial donde
celebra sus congresos . Tras pasar cinco años en el hospital des Enfan ts-Malades,
Jenny Aubry se instaló en Aix-en-Provence , y así forma en la región muchos terapeutas
lacanianos. En Estrasburgo , siguen siendo Lucien Israel y Moustapha Safouan los que
mantiene n la presencia del lacanismo en las fronteras con Aleman ia, mientras que en
Montpellier Jean Faure y Pierre hacen lo propio.
Pese a esta excelente implantación y pese a la fachada de unidad , la EFP se ha
convertido en una institución fragmentada deb ido a su expansión , al contrago lpe de
mayo y a las modalidades de instauración del pase. Con el transcu rso de los años, los
pasadores , designados siempre por los AE, sienten un malestar constante ante el
j urado de aceptación , que juzga candidaturas cada vez más importan tes , a través del
testimon io de quienes ha designado y que con frec uencia llegan a ser pasandos . La
mayoría de los pasandos. nombrados provienen del divá n de Lacan, quien toma en
anális is cada vez más miembros de su escuela . De los cinco primeros candidatos
aceptados , tres son analizados del maestro y los otros dos al menos sus controlados .
A medida que se desarrollan los crecientes pases anónimos, los nombram ientos se
hacen basándose en un modelo idéntico: un jurado prácticamente mudo bajo la mirada
omn ipresente de Lacan que asiente con la cabeza o suelta una interpretac ión, que
permite a los demás formar~e una opinión . La gran mayo rla de los candidatos
aceptados sale de,la calle de L1lle, lo que no quiere decir que todos los analizandos de
Lacan reaban el !1tulo. Muy por el contrario, también son suspendidos mas ivamente.
Al cabo de ocho anos d.efuncionam iento constante, habrá habido en la EF P más de cien
pases y más de dosc,entos pasadores en actividad para solamente nueve nombra-
m1ent?s. Después de 1?77, y una crisis grave , con el suicidio de una pasante habrá
toda~1a ocho nombra mientos antes de la disolución de 19SO, sobre un total de casi
doscientos pases en trece años. Con estas cifras la EFP á la
asociación más selectiva de Francia por 10 ue res' se man!~ndr c?mo
especia lista en la didáctica del psicoanál isis q . pecta a la obtenc1on del titulo de
88
La Escuela Freudiana de París: la reconquista
sobre la marchad~ la ins tituc ión 14 9. Democ rática, selectiva, fragmen tada, monárquica,
anón ima Y libertaria: tal es el aspect o contradictorio de esta escuela fuera de lo común
en el apog eo de su histor ia.
Estas cifras Y e l ejerc icio del pase demu estran que lo que éste significa , con e l
trancurso del tiempo Y lo sepan o no sus protagon istas, es la puesta a prueba de esa famosa
práctica fo rma t iva de Lél:can, que fue e l luga r central de todos los con flictos dela historia
francesa del psicoanálisis. Por lo demá s, p0demos preguntamos si Lacan no inventó este
proced imiento par a da rse a sí mismo el esp<;etáculo de los límites de su poder didáctico . En
caso af1rmat 1vo, habrá te~1_do a l menos el coraje de interro garse , mejo r que todas lasco -
m1s1on~s, sobre la autent1c1dadde su ser analista, y de la misma forma intentar dilucida r el
gran_emgmade la tr? nsmisión y el pase. Pero es demasiado pronto para saber1o, pues los
a~c~1vo~ del pase aun son secretos y la pregunta sigue abierta . Sin emba rgo, si un día esta
h1potes 1sde mostrara ser exacta, se comprenderá mejor porq ué, en trece años de fun-
ciona miento , el jurado de aceptación nomb ró tan pocos candidatos y se mostró incapaz de
dar cuenta ante la Escue la de los criterios espec íficamente psicoanal íticos que presidieron
el rechazo y la aceptación de los can didatos1so.
Desde 1970, e l pr ime r informe del jurado de aceptac ión expuesto por René Tosta in
en el Congreso de París es testimonio del malestar que crea la aplicación del
procedim iento. El autor empieza anunc iando que el j urado "no es un tr ibunal supremo
parapetado detrás de lo incomunicab le de su exper iencia" y enseguida dec lara que un
verdadero ana lista, según el pase , es un sujeto que soporta ser "nadie, cua lquiera o
incluso una másca ra o un pronombre indefinido 15 1." Fantástica denegación para un
desastroso balance provisiona l. En esta perspect iva, el pase no otra cosa, en opinión
del jurado , que la aceptación por cada cand idato de su caída en el anonimato , la cual
no tiene nada que ver con la destituc ión subj etiva, la reducció n del yo o la puesta en tela
de juicio del sujeto que cree saber. Pero si el jurado se hace del pase semejante
representación , eso sign ifica que é l mismo func iona con la modalidad de un anonimato
a part ir del cual só lo Lacan tiene derecho a tene r un nombre . Operando bajo la mirada
multidimensional de un maestro que de hecho sigue siendo e l analista de todos y cada
uno, los miembros del jurado rio pueden ni oír en el postulante un "paso" que la func ión
de ellos les impide dilucidar ri negarse a oír el mencionado "paso" que se les ofrece y
los remite a la situación de sujeto no identificado . En tales condiciones es imposible
captar e l sentido de la term inación de una cura_o reso lver acerca de e~? famoso des-
ser. El funcionamiento del pase en la EFP tiene como efecto rem1t1ra todos los
protagonistas de la gran escena lacan iana a la relación imag_ inaria que cada uno
mantiene con un padre fundador. En consecuenc ia, los nom~r~m1_entos no se basan en
ninguno de los criterios definidos por el proced1m1ento, q_ue m s1qu1era los responsab les
aplican correctamente , actuando como apre~d1_ces de bru¡o. Pero guardan una constancia
ejemplar en el tiempo, como si el jura?º s1nt1erala n,e~es1dad, en el trancu '.so de los
al\os, de renovar el número de AE segun una cuota m1mma; cuatro nombramientos por
publicación de anuario, diecisiete en trece años para un _numero de miembros qu~ en
1980 llegará a seiscientos nueve, entre los cuales hay treinta y ~.choAE y ~1ento trein ta
y siete AME no AE . En total , ciento setenta y cinco _analistas con título . Con e~tas
cifras, la EFP seguirá siendo la asociación más select iva a la vez que más democrat1ca
de la historia francesa del psicoanál 1s1s. . .
En cuanto a los rechazos, tan poco motivados como las a_ce~~ac,one~, se vuelven
cada vez más masivos a medida que crece la EFP y la promoción normal de los AM E.
89
La Francia fraudiana an todos sus astados
Es de creer que los miembros del jurado de aceptac ión se consideran, tras la máscara
de su anonimato, los únicos poseedores del títu lo de AE, cuando la mayor ía de ellos,
fanáticos partidarios del proced imiento, no se arr iesgan jamás a someterse a él, por
haber obten ido el títu lo antes de su instaurac ión. Inventado por Lacan, el pase no puede
tuncionar sin él, pero con él no puede 1uncionar: esta es la prirl'lera lección que hay que
extraer de la marcha del proced imie nto que habrá perm1t1do a toda la Escuela
reflexionar, con o sin jurado , acerca de las cond iciones inst ituc iona les reales de un
verdadero hacerse ana lista. En este sentido, este proced imiento "1allido" hab rá tenido
efectos a la vez regeneradores y desastrosos sobre el movimie nto lacaniano. Un
balance de 1racaso puede ser así el testimo nio por la negati va de un triunfo .
La posición de anonimato tiene alguna relación con el procedimiento del pase.
Pero en lugar de reivindicar el valor psicoanalítico de una especie de "despersona lización",
como hace Tostain en 1970 , es más intere sante mostrar cómo el significa nte de la
destitución subjetiva, es decir del pase, circula en la institución fracc ionada en que se
ha convert ido la Escuela freudiana en expans ión. El anonimato bajo todas sus formas
atraviesa en gran parte todas las empresas edito riales elaboradas colect ivamente por
los miembros de la EFP . Entre ellas, podemos señalart res : la revista Sci/icet, cuyo primer
número aparece en el otoño de 1968, el proyecto de un Diccionario que se concreta
hac ia 1970y por último la revista L'Ordinaire du psychana/yste , cuya edición se propone
después de la cris is y que saldrá a luz en 1973. Estas tres empresas osc ilan entre una
sum isión dogmática al anonimato , que roza la despersonal ización colect iva, y una
reivind icación de la no firma que tiende a devolverle el valor a la función creadora de
la escritu ra plural.
Lacan preparó la publicac ión de Scilicet en las Édit ions du Seu il durante un año:
"Puedes saber -escribe en la presentac ión- ése es el sent ido de este título . Puedes
saber ahora que fracasé en una enseñanza que durante doce ai'los sólo se dirigió a los
psicoana listas y que, debido a ellos, desde hace cuatro años, encontró aquello a lo que,
en diciembre de 1967 en la ENS donde hablo, rend í homenaje. En uno y otro de estos
períodos no logré romper el malvado encanto del orden vigente que se ejerce en las
sociedades psicoanalíticas existentes y en su producción teórica, solidarias ambas 152."
Scilicet aparece con una confesión de fracaso tras los acontecimientos de mayo
y en la víspera de aquella escisión al revés de enero de 1969. Se dirige a un público de
"bachilleres", es decir a "alumnos" de todas las opiniones. Para Lacan, el bache/ora la
inglesa simboliza al que aún no se ha casado con ninguna sociedad psicoanalítica y que
se siente atraído por la EFP. Pero la revista hace patente la relación especifica que se
ha establecido en la Escuela entre el maestro y su pueblo. Reve la en particu lar la
progres iva desaprobación de Lacan respecto a los viejos de la SFP, a la vez que
concreta la entrada en el movim iento de una base recor rida por var ias corrientes.
Inspirada en el espíritu "Bourbaki", Scilicetfunc iona de hecho co mo la radiogra fía ideal
de la EFP para los ai'los setenta: sólo Lacan tiene derecho a una escr itura frente a los
anónimos cuyo único deber, para recibir el consentimiento del soberano ~s comentar
su doctrina . Para exhibir su soledad , Lacan decidió que los artícu los n~ se firmara n,
salvo si emanaban de su propia pluma. Al princip io , se plantearon varias ideas. Lacan
subraya que un ~rabajoteó rico no procede de un autor , sino de una enseñanza. Por otra
parte: quiere estimu lar la publicación de casos sin atentar cont ra el secreto de las curas.
Por ultimo, desea que ciertos analistas procedentes de otras sociedades puedan
asociarse a la empresa. La argumentación es interesante, pero los artículos no serán
90
'
La Escuela Freudiana de Parfs: la reconquista
"clfnicos" y los autores sólo pertenecerán al feudo lacaniano. Por eso los textos tendrán
el aspecto de es_quelassin identificac ió~ . Laca n quería además que la revista no fuese
real'.'1ent~anó~1ma y, en el segundo numero, publie;a,una lista de colaboradores para
dar md1c1os. Sin embargo, despu és del segundo numero, deja el traba jo a cargo de
Charles Melman y desde entonces la famosa lista desaparece del suma rio.
. "Scilicet no está cerrada a nadie -escr ib~ Lacan en el prime r número- pero
quienquieraque no haya figurado en ella n >podna ser reconocidocomo alumnom/o.1s3
·con esta declaración liminar, Lacan no :,8 contenta con imponer el anonimato a sus
discípulos, sino que quiere establecer el catálogo de sus fie les. Pero como en esa techa
el número de miembros de la EFP asc iende a dosc ientos treinta aproximadamente, y
como todos se cons ideran alumnos del gran hombre , es materialmente imposible que
todos figuren en la revista. Por consiguiente , la Escuela está condenada, detrás de una
tachada de unidad, a una división perma nente entre , por un lado, la primacía de un
discurso dogmát ico y, por el otro , una reiv indicac ión de tipo "libertario", a través de la
cual la doctrina lacan iana ya no es la "única" referencia. Lo es tanto menos para unos
cuanto que el dogmatis mo de los otros se hace más opresivo . Esta frag mentación de
la EFP en dos grandes tende ncias antagó nicas, que se produce después de la crisis
del pase, es favorec ida por la protesta que viene de atue ra . A partir de 1970, los
terapeutas lacan ianos de la cuarta generació n empiezan a descubrir, oon un tiempo de
retraso respecto a las demás soc iedades, ta existencia de doctrinas a las que hasta
entonces habían permanecido insens ibles: la obra de D.W. Winnicott, por ejemplo,
traducida en Francia en esa época , aporta una representació n de la olíni ca que puede
servir de contrapeso al lacanismo dogmático, en el preciso momento en que una
apert ura generalizada hacia e l pluralismo dom ina el escena rio psicoanalítico francés.
Ante este estado de cosas , Sci/icetinsta la durante ocho años, en el corazón de la EFP,
una situac ión de anon imato permanente que sirve de reve lador al fracaso del pase y
al avance del dogma tismo en las filas dAI mov imiento. Con et transcurso de los años,
la revista se convierte en e l símbolo de este "laca nismo en lenguaje rebuscado " que
será el haz merreír de toda un 3. inteflígentsiacada vez más host il a su mensaje orig inal.
El proyecto de un Diccíc iario razonado y crítico del psicoanálisis proviene direc-
tamente de ese dogmatis mo anónimo y espontáneo que Scilicet indujo en el momento
en que la exper iencia del pase empieza a hace r circular en la EFP un comple jo
genera lizado de destitución subjetiva . Al principio, la idea es excelente. Emana de
Fran~ is Wah l que hizo publ icar en Se uil, bajo la dirección de Oswa ld Ducrot y Tzvetan
Todorov un dicc ionario de las cie ncias del lenguaje así como una exce lente obra
' .
colectiva sobre el estructural ismo 154. El proyecto es confiado a Melman y apoyado por
Lacan. Inspirándose en Scilicet, Melman también quie re dirigirse a l bachelor, es decir
hacer leíble, para un amplio públ ico, la doctnna _lacamana . Pero tamb ién d_eseahacer
trabajar j untos a los miemb ros de la Escue la, a fin de _mantenerlos en la unidad de una
causa común. De hecho, se quiere opo ner al D1cc1onanode L<!-ptanchey Pontalls.
juzgado "ecléc tico· , una "lect ura lacaniana" de la obra treudiana . E~ta debe demostra'.
que el punto de vista lacaniano es interno al texto de Freud . Ahora bien, una lectura as,
de Freud a la luz de un lacanismo ya const ituido, es dogmática por exce lenc ia. pu€'sto
que tiend~ a anular la historia progresiva del relevo operado por Lacan, para sust ituirla
con una ilusión según la cua l Freud ya sería lacan iano por la magia de un teléfo no rojo
transcultural. La lectura propuesta , por muy honesta que sea, no es más que un intento
de anular la diferencia entre los dos corpus .
91
La Francia freudiana en todos sus estados
Melman se rodea de varios fieles entre los que f iguran Re né Bailly, Claude Conté
Claude Dumé zil y Thérése Parisot. Moustapha S~fouan participa tamb ién en 1~
empresa . Se elabora un plan en siete partes y se lo env1a a.los miembros de la EFP junto
con una sol icitud para que redacten a rtículos y se inscnba~ en uno de los registros
def inidos. Este plan no propone nada menos que evaluar la totali dad de los conocimientos
humanos desde el descubrimiento freudi~no El di?cionar io debe ~sí empezar por
descr ibir el estado de la ciencia, la ideo log1a y la pol1t1ca a fines de l sig lo XIX y seguir
con un "Libro compañero de Freud" que inc luya un recuen to de los principales artículos
delfundador , para culminar porf in con una historia mundial del 1nov imiento psicoanalítico
desde el primer círculo vienés . A esto se añaden tres ámbitos de exploración: un "Libro
compañero de Lacan", un léxico genera l de los conceptos psicoana líticos (según una
"lectura lacaniana ") y una evaluación de las "fronteras · que co mprendería estudios
profundos de filosofía , lingüística , matemá ticas, histor ia, crítica literaria y religión. Si se
mira de cerca este plan maravilloso , se comprende por qué el lacan ismo dogmático no
logra construir el edificio capaz de garantizar su unidad. Ni los faraones hub ieran osado
desaf iar a los d ioses con semej antes sueños. Pues para hacer existir semejante
mausoleo la EFP hubiera necesitado tener cien años de existenc ia y sus miembros una
product ividad casi del irante. Así que tanto ruido está condenado a produc ir pocas
nueces, pero las nueces encie rran una mina de informac iones sobre la manera en la
que la corriente dogmática encara las relaciones del freud ismo con el lacan ismo en los
años setenta1ss.
El capítu lo "Léxico " se divide en tres partes. La primera, titulada "El significante (la
estructura)" tiene por objeto la cienc ia de los sueños , la psicopato logía de la vida
cot idiana y tos chistes . La segunda , bajo la rúbrica de "El sujeto (clínica )" define trece
nociones sacadas unas del corpus freudiano y otras del corpus lacan iano . Por último,
la tercera trata de "La práctica · y también mezcla los dos corpus . En la parte sobre "El
significante" se encuentran casi todos los conceptos freudianos relat ivos a la ciencia de
los sueños. Pero en vez de ser rem itidos a su luga r de origen y luego examinados según
el efecto de posterior idad de una lectura lacaniana , éstos son def inidos de entrada
como si el corpus freudiano jamás hubiera ex istido. Por ejemp lo, la "otra escena ' recibe
la definición siguiente: "Luga r en el que el significante ejerce su func ión en la producción
de las signif icaciones que permanecen no conquistadas por el sujeto y de las que éste
demuest ra estar separado por una barrera de resis tencia" . Todos los de más conceptos
freudianos que se esca lonan en el léxico están igualmente marcadas por ese sello
lacaniano de rebuscamiento , que anu la la diferenc ia ent re los dos co rpus.
En vez de favorece r la unidad de la EF P, el proyecto diccionario reve la su división.
No sólo no conduce a nada el trabajo realmente producido , sino que los discípulos se
pelean entre ellos, ante una base que no entiende bien el papel que se espe ra de ella.
Por su parte , Jacques-Alain Miller , que en esa época sioue militando en la Izquierda
Proletaria y ~e sitú_aen.una relativa lejan ía con respecto a la EFP, encuentra que el
proyecto es 1mpos1ble: Las bases me parecían falsas ; mi d iferencia con Melman se
remonta a esa fecha. Propuse un libro compañero de Freud y él aoregó un libro
compal\ero de Lacan 1 ss: ~
Para comprender la continuación de la historia y las razones por las que el proyecto
no puede más que resultar un fracaso , hay que comparar este dogmatismo espontá·
neo,Interno de_la EFP. con la lectura miler iana de la doctrina lacaniana de la que hemos
hablado anteriormente . Hemos visto que esta lectura aportaba al lacanismo una
92
La EscuelaFraudiana da París: la reconquista
93
La Francia freudiana en todos sus est d
~ os
94
d
La Escuela Freudiana de Par Is: la reconquista
ruptura tranqu ila co n la EFP. Desde e l mes de febrero de 1969, durante una sesión en
el Pabellón de Ermenonv1lle, se toma la decisión de fundar una cuarta organ ización. El
17 de marzo, se depositan los esta tutos e¡, la Prefectu ra de París con los nombres de
Perrier para la presidencia, Aulagn ier para la secretaría, Gasque;es para la secre tar ía
científica, Moreigne para la admin istración y Dorey para la tesoreria . Al mismo tiempo ,
se el_abora un r~glamen to inte rno pa~a la formac ión , la gestión y las relaciones
exteriores. La sociedad com prende dos tipos de miembros, los titulares y los adherentes
así como una estructura instituc _ional repart ida en tres lugares de poder: un consejo d~
adm1rnstrac1ón, u~a Junta e¡ecut1va y asa m bleas generales ordinarias y extraordinarias.
Sólo los titulares tienen derecho a voto y gozan de todas las prerrogativas instituc ionales ,
fre nte a los adherentes cuya cond ición sigue siendo desdib ujada. Son miembros no
reconocidos como anal istas pero deben , para obtener el titulo , invocar un diván . En
consecuencia, son "observadores • en situación de "solicitante · . Por lo que respecta a
los princip ios de la formac ión, los fundadores (es decir los titul ares) preconizan un
sistema flex ible: ni pase, ni comis ión, ni prese lección , sino una noció n de psicoanálisis
pturirreterenciat. La cura permanece secreta y no la j uzga ningún j urado, el didáct ico es
mantenido al margen de todas las deliberaciones y el postulante a titular puede provenir
de un diván ajeno a la soc iedad: será habilitado con apoyo en el control : "El térm ino de
análisis plurirreferenc ial puede conven ir- subraya Perrier- para descr ibir una de las
situaciones claves del proceso de formación, una vez que éste no se reduce al
academicismo de un currícu lum. En efecto , desde que un cand idato llega a tomar un
primer paciente , ya no es sólo el contrato didáctico, sino tambié n la clin ica, con sus
incógnitas , lo que rige la relación del sujeto con el inconsciente. El paciente, del que sólo
se habla en difer ido, rem ite entonces a tres analistas a lo parcial (en sus dos sentidos )
de su saber: está el neófito que ensaya una maestría , pero tamb ién está el control y el
didáctico( ... ]. Ya no es cuestión de un solo sillón posib le para dos deseos , o de un solo
deseo a la vez entre dos suj etos confrontados en espej o a una misma posición. Hay tres
sillones y un inconsciente cuarto , cuyo lenguaje no se expresa totalmente en los
dialec tos conoc idos . El paso de la 'cura' a la 'dialéct ica' ya no se ejecuta a dúo, es
obertura sobre la polifonía de las est ructuras clin icas 164 . .. •
A partir de esta polifon fa, en la que prima el principio del control "continuo ", el
postulante es llevado a suma rse al grupo como adherente. Durante su recorrido de
formación , redacta una tesis y discute "en grupito· con los titu lares. El "grupito' está
compuesto por los controladores y un conseíero de estudios, elegido también entre los
titulares . Después de la sesiones psicoanalíticas y la redacción definitiva de una tes is,
el adherente puede pasar a ser titu lar por cooptac ión, luego de una votación de la AG.
En 1969, el Cuarto Grupo procede a realizar una amalgama entre un modelo ipista,
una referencia culturaJista y una herencia lacaniana. Torna de las sociedades tradicionales
la jerarquia, el programa de estudios y la coopta? ión; de la psicolog ía soc ial extra~ la
temática de las minorías actuantes ; y del lacan1smo saca la idea de una formac ión
continua en térm inos de cinta de Moebius . Si Lacan inventa, con e l pase, un "tercer
lugar" del psicoanálisis, los fundado res de la OP LF subs tituyen este tercer lugar por un
"cuarto lugar" que corresponde a la posición histórica del g~upo, pero tam bién a la
primacía concedida a la psicologia "creadora" del grupo. Alh donde la EFP toma en
cuenta la cifra tres y la trilogía adíp ica, la OPLF hac_ee~tallar esta estructura y pasa de
la "famil ia" al grupo: ya no más padre fundador rn cifra impar, sino un grupo de traba Jo
basado en el mode lo del cártel ampliado . As í, el Cuarto Grupo es llevar al acto una
95
La Francia freudiana en todos sus astados
96
Ls Escuela Freudíana de Psrfs : la reconqu ista
97
La Francia freudiana en todos sus estados
98
d
.
La Escuela Freudiana de París: la reconquista
99
CAP ÍTULO 11
Sunset Bou/evard: miserias y esp lendores
del mov imiento de pro testa
Dos corr ientes de pensam iento atrav iesan la rebe lión de mayo para desarrollarse
e~ el corazón del .proc_esode rea¡ust~ que sucede a este acontecimiento paradójico. La
~nmera, matenahsta, invoca el marxismo, versión izquierdista u ortodoxa, y la segunda,
libertaria, se appoy~- en _diversas fuentes que van del surrealismo al anarquismo
pasando por el esp1ntuahsmo. Esta segunda corriente acentúa la temática de una
posible liberación de lo imaginario, del deseo y del goce, mientras que la primera se
queda más próxima a una concepción de la revoluc ión en términos de lucha de ciases.
Ya sea que uno se vuelva hacia un lado o hacia el otro, el espíritu de mayo está jalonado
por un volunta rismo de la igualdad o de la diferencia , que pregona la rebelión contra los
grandes aparatos de la ideología do minante: la familia, la salud, la Iglesia, el Ejército,
o más sencillamen te, el Estado . Se impugnan las normas, ya sea en beneficio de otras
normas, ya sea para favorecer una abol ición de la noción misma de norma. Pero tras
el frágil telón de esta auténtica ruptura, ya aparece una readaptación del pensamiento
moderno en un espacio pragmático, en el que la civilización del libro y la escritura se
ve subvertida por los ideales de una transparencia comunicativa. La prioridad dada a
lo vivido y lo no verbal va a imponerse de una manera tan potente que el movimiento
será devorado por los mismos que fueron sus artesanos.
Cuando se producen las barricadas de la calle Gay- Lussac, el ·movimiento·
estructuralista, en sus dive rsas or ientaciones, se encuentra en el apogeo de su fama .
Al mismo tiempo, brilla con sus últimos fu lgores, de tan equívoca que se vuelve su
situación. En efecto, jamás propuso un modelo inspirado en el Ideal de la liberación,
puesto que, por el contrario, continúa defendiendo la pree~inencia de la función
simbólica sobre el reinado de lo imaginario. Sin embargo, es indudab le que tamb ién
toma como blanco, y desde tiempo atrás, los aparatos de la ideología dominante. 1 Así
que se produce un verdadero encuen tro entre la temática del movimiento de protesta
Y la de un estructuralismo que ya funciona en el registro _de u~a su?versión . Dicho
encuentro atraviesa el movimiento de las mujeres y las revistas líteranas llamadas de
"vanguardia". Se perfila un "frente rojo" que tiende a defini r una nueva condición de la
&scrituraa part ir de la refundición estructralista: escrito "sexuado" para el MLF, escritura
llamadaiextual" para los escritores y poetas de la revista Te/ Que/. El Partido Co-
101
La Francia freudíana en todos su
s estados
munista Francés tamb ién es atravesado por la gra~ marea roja, en la medida en u
con el congreso de Argenteuil de 1966, la cu~s.t1on_ de la libertad de invetigaci¿ne,
creación se convierte en punto ~lave de u_napolit1ca liberal que desembo a, en 19
7 ,¿
en la firma de un programa comun de gobierno. _Elpro blema de l ps1coaná hsis está •
1
orden del día y se impone una "revi~ión" a medida que numerosos psiquiatras en~
a formar parte de l Partido. Se despliegan dos vías de 1mplantac1ón: una es !iteran
toma cuerpo a partir de los lazos que se establ ecen ent re la vanguardia intelee1ual; {
fortaleza obrera; la otra es "politzer iana· y se ce ntra en la disputa acerca del humanisma
Las doctr inas surgidas antes de mayo guardan, pues , durante cierto tiempo, todo 8 °·
prestigio, mientras que la nueva izqu ierda surgida de_la calle .no logra encontrar s~
unidad ni traducir sus aspi raciones a t ravés de_unmov1m1entopolit1co. En consecuencia,
el escenario inte lecua l francés no tarda en inclinarse hac ia una restauración de los
valores que fueron más criticados. A partir de 1975, el frente rojo se divide despuésde
haber tomado los caminos de un maoísmo a la francesa , mientras que el Partido
Comunista evoluciona hacia un rebrote de sectarismo . Reina un nuevo orden interno
en la Universidad donde se imp lanta el psicoaná lisis, a través del laca nismo por una
parte y de la psico logía por la otra.
Durante los diez años que siguen a la revuel ta de mayo el lacanismo , como forma
francesa de la aventu ra freudiana , domina el escenario con un brillo que no recobrará
más. Pero la restaurac ión de los viejos valores ya empieza a producir efectos
desastrosos. En el umbra l de los años ochenta reaparece , por primera vez desde
Auschwitz, la vieja cantilena de la heredo -degeneración y el desigua litarismo. Se
desarrolla en un terreno político minado por el racismo y en un campo ideológico
marcado por el retorno triunfante del biologismo , el oscurantismo y el ideal religioso.
Siempre adelantado respecto a su época, Lacan pronuncia , desde 1974, este enuncia-
do profético: "Si con eso Dios recupera fuerzas va acabar por ex-sistir, y eso no presagia
nada mejor que un retorno de su pasado funesto2."
En diez años, la situación sociológica de l psicoanálisis se mod ifica completamente.
Pese a la aventura lacaniana, que da a la juventud, du rante cierto tiempo, el gustode
un auténtico freudismo, la llegada masiva de la cuarta y la quinta generación finmael
acta de defunción de la última época heroica del psicoaná lisis, una época en laque éste
tenia todavía un carácter elitista, si no confidencial. Los hombres de las tres primeras
. generaciones eran marginales, aventureros , autodidactas o burgueses cultos. Incluso
si, para ellos, el oficio de psicoanalista se emparentaba, en la escala social, oon las
demás profesiones liberales, hasta 1960 elegir esa vía era aún dar pruebas de no
conformismo, originalidad, cultura, o, en todo caso, singularidad. Hasta la tercera
generación, y pese a la violencia de los conflictos , los miembros de la comunidad se
conocían Y frecuentaban. Tenían una historia con.ún, vinculada a la batalla ipista Yse
sustentaban en un mismo saber psicoanalítico. Pertenecían a un mismo mundo. Ante
la adve~idad,_podían, cuando la ocasión se prese,,taba , favorecer alianzas o repartirs:
una nutrida d1entela. Más allá de las divergencias doctrinales, estab lecían entre ello
relaciones personales.
Por el contrario, las dos nuevas generaciones, que alcanzan la madurez después
de mayo de 1968, afrontan un peligroso anonimato, ligado tanto a la expansión de la
profesión como al tabicado de las sociedades. La cuarta generación analítica Yla ~ui~:
pertenecen a una época en que el psicoanálisis y su ensenanza se han democratiza
Los hombres Y mujeres que las integran ya no tienen las mismas aspiraciones quesus
102
sunset Bov/11vard:miserias Y 11sp
l11ndor11s
da/ movimi ento da protesta
103
La Francia freudiana en todos sus estad
Os
Todo lo contra rio de Freud : "Gané sin duda -esc ribe en 19i'.6, para el prefacio de un
número de orn ica(? sobre la escisión de 1953- pues~o que h!ce 0 1r lo que pensaba del
inconscie nte, princip io de la práctica. No voy a decirlo aqu 1. Porque todo 1~ que se
publica aquí, especia lmente de m1pluma, me hor roriza Hasta e l p unto que cre1haberto
olvidado , de lo cual atestigua rá quien me edita . N~ quere .r pens ar más en ello no es
olvidar, lamentab lemen te. El imbéci l sometido al ps1coanáhs1s siem pre se convierte en
un canalla . Que se sepa 4 .'
Para la histor ia f rancesa del psicoaná lisis , las barricadas de mayo desempe ñan el
pape l del advenim iento del cine hab lado en el gran escenario hollywoodense : Sunset
Boulevard ...
Por el lado del saber psiquiátrico , la rebelión estudiant il tiene como efecto
inmed iato no só lo imponer las reformas que la corporación reclamaba desde 1965, sino
derrotar , por una especie de aceleración histórica, toda una tradición representada por
Ey en lo que atañe al dinamis mo y Daumézon a la psicote rapia inst itucional. La
progresiva derro ta sigue a la victo ria apa rente a med ida que se van implantando en
Francia los temas de la anti psiquiatría por una parte y de un reichismo difuso por la otra.
En un primer momen to , la introducción de esta dob le p roblemática no modifica la
organización del saber psiquiá trico , pero la referenc ia a la figura m ítica de Reich,
psicoanal ista perseguido y encima loco , sirve de punto nodal a una impugnac ión global
del movimiento psiquiatro-psicoanalitico . A través del "esquizo" de los ant ipsiquiatras,
el g ran delirio reich ino es reivindicado como símbo lo poderoso de una revolución
recobrada.
No es casualidad si la revista Arguments es la pr imer a, en la Francia de postguerra,
en hab lar del treudo-marxismo y la disidenc ia re ichiana, treinta años después de la
pub licac ión en las ESI del famoso tex to expurgados . Creada en 1956 por KostasAxe los,
Edgar Morin, Roland Bart hes, Frarn,ois Fejto, Pierre Fougeyro llas y algunos otros, esta
publicación aparece en el momen to en que se efectúa el proceso de desestalin ización
que señala, para el PCF, el fin de la cruzada jdanov iana contra el psicoanálisis y las
ciencias llamadas "bu rguesas ". Aho ra bien , los fundado res de la revista, y especial·
mente Edgar Morin, integran sus trabajos en un vasto movimiento de revisión del
marxismo en un sentido humanista . De ahí una nueva interrogación de los saberes
constituidos, en un modo a la vez libertario y antropo logista . Entre 1956 y 1962, la
revis ta hace conocer en Francia el pensamiento de Heidegger, Marcuse y Jakobson,
y a la vez abre el camino a una reflexión sobre la dis idencia, diferente a la de Temps
modernes. Los temas planteados atravesarán la ·evuelta de mayo. La revista deja de
salir, P?r falta de suficiente. éxito , c~_ando ~n el horizonte se perfila un movimiento
contr~no en ~I que se anuncia una critica radica l del humanismo y el rev isionismo cuya
!emática se ¡u~tará tamb!én con la r~vuelta de mayo. En 1983, Edgar Mo~n uarna
nuev~ he.lada inte lectual a la explosión estructuralista que, según él, puso t1na una
expen~nc1a de la que lo menos que se puede decir es que no es ajena a la menc ionada
explosión, aunque más no sea por la publicación de las obras de Jakobson: "Lo que rne
!lama la atención ~oy en día .-dice- es la brutalidad y la rapidez de la nueva helada
1~telectual producid~ al comienzo de los atios sesenta. Todas las grandes interroga-
c iones de las que fuimos portado res fueron barridas. El marxismo se reconst ituyó en
104
...
Sunset Bou/evard: miserias Y esplend ores del movimiento de protesta
una de sus formas más rlgidas , más autoritarias, la forma althusser iana ¡...) El siglo
entraba en u~ nuevo tunel oscurantista hasta la explosión de mayo de 1968."6 IA cada
uno sus barncadas !
En un número de Arguments de 1960 dedicado al Homme problema y que como
subtitulo llevaba Anthropologie, marxisme et psychanalyse, encontramos un artículo
~e Kostas Axelo_s sobre el "Males.tare n la civilización', otro de Joseph Gabel sobre la
Cns1s d_elma rx1~f!lº en su relación con la _psicología" y otro más sobre "Reich y la
econom1asexua l . En estos tres artículos se intenta recapitular el sentido de la doctrina
reichia~a-más que la histor ia de la do_bleexclusión de la que su autor fue victima. Y es
a una visión antropolog1sta del freud ismo a lo que apela la revista en su crítica de un
marxismo staliniano y _deuna ortodoxia psicoana lítica. un cuarto artículo firmado por
Herbert Marcuse contiene lo,stemas que el autor desarrolló en un seminario que se
realizó el año anterior en la Ecole Pratique des Hautes Études1.
Contrariamente a Reich , Marcuse no es un clínico y su obra no pertenece a la
historia interna del movimiento psicoana lítico. No obstante, la trayectoria geográfica del
hombre participa de la misma migración de este a oeste que condujo a los terapeutas
europeos a instalarse en los territorios del Nuevo Mundo. Judío alemán, Marcuse
colaboró en los trabajos de la Escuela de Francfort antes de huir del nazismo en 1933.
En los Estados Unidos, se integ ró a las Universidades de Columbia, Harvard y San
Diego. Si bien Marcuse no es reichiano en sentido estricto, su reivindicación de la
herencia treudo -marxista lo conduce a una crítica radical de ese revisionismo que en
la misma época Lacan sienta en el banquillo de los acusados. Pero Marcuse no opera
ningún relevo ortodoxo del freudismo: por el contrario, propone una nueva "revis ión" de
la doctrina vienesa que , en simetría inversa, sea capaz de oponerse al antiguo
revisionismo, tachado de adaptativo . Para esto , se ataca sobre todo el cultural ismo en
un libro inaugural publicado en 1955 y titulado Eros y Civílización. Igual que Reich, pone
en tela de juicio la noción de pulsión de muerte, reprocha a Freud su pesimismo y abre
el camino para los años setenta a toda una temática libertaria centrada en la
preeminencia de lo imaginario. En 1964, Eros y Civilización es traducido al francés .
Cuatro años más tarde aparece igualmente El hombre unidimensional, escrito en el
momento en que se traduce el libro anter ior8. Las dos obras cosechan un éxito con-
siderable, y permite a la Francia intelectua l descubrir, con cuarenta años de atraso,
la epopeya antigua del treudo-marxismo: en pocos añ~s las p~incipales obras ~e
Wilhelm Reich son no solo traducidas sino comentadas e 1ntroduc1das,fuera de la v1a
abierta antaño por Víctor F ay y al margen del psicoanálisis "ofic ial:, lacaniano u
ortodoxo. La efervescenc ia será seguida muy pronto por un nuevo entierro .
Así como las soc iedades psicoanalíticas en expansión sufren crisis institucionales
ligadas al aumento de l número de clínicos, el movimiento psiquiátrico francés,_desde
1950 se halla en una situacion de malesta r permanente debido a la espec1ahzac16n
cada.vez más viva de los diversos campos del saber médico. La llegada del chaleco
quimico, el desarrollo progres ivo de las terapéuticas ~omunitarias surgidas de las
experiencias de Bonneval y Saint-Alban, y la extensión ~da vez mayo~ de las
repercusiones del psicoanálisis conducen a una fragmentac16~ en profundidad. del
antiguo edificio dinámico. La historia francesa de esa fragmentación es larga. Empieza
105
La Francia frsud iana sn todos sus •s .._
"'dos
en 1949 con la creación de la ent idad · neurops iquiát rica• y se prolonga en 1969 co
abolición de esa misma ent i~a~. Entre estas _do~fechas, la sect~rizació n llega a:~1
!ª
punto culminante y la contrad1cc1óne~tre p~1qu1atrl~, la neu_rol?g ,a y el psicoanálisis
se acentúa a medida qu e una práct ica mstrtuaonal obhga al ps 1qu1atrade oficio, privad
o público, a definir su ident idad. 0
En 1949 , los poderes públicos reclama n por intermedio de la Seg uridad Soeial un
def inición especia lizada de la f unción psiquiátr ica para procede r al reembolso de :
1
atención en ese campo. En respuest a a ese pedido , la corporación , contra la opinión
del grupo de la EP, inventa el térm ino de "neurops iquiatría". A través de él la psiquiatría
que hasta entonces era un campo ma rginal, aunq ue médico , recibe un reconocimient~
oficial. Pero al mismo tiempo se encuen tra su bordinada a esa neurologla de la que se
habla separado en el transcu rso de su largo combate por el reconocim iento de la
autonomí a de las enf ermedades llamadas mentales frente a las llamadas nerviosas.
Éstas a veces pertenecían al ámbito del psicoanális is, y a veces al de la neurología.
Diez años después de la creación de la especia lización neuropsíquiátrica se produce
la reforma del campo de la medicina que unifica la enseñanza universi taria y la clínica
con la creación de centros hospita lo-universitarios (CHU}. En esta reforma , la psiquiatría
como tal es olvidada puesto que queda integ rada en la neurologla. Por lo tanto no es
acreedora a una enseñanza autónoma ni a una especialidad distinta9. Obligada a
defender su autonomía frente a la neuro logía , es además amenazada por la expansión
del psicoanálisis, médico por una parte y laico por otra. Ahora bien , esta amenaza
ocurre en el momento en que los progresos de la farmacología demuestran el vinculo
que une el hecho mental y la organización físico-química , es decir en el instante en que,
por lógica, la psiquiatría deber ía acercarse a la neurolog ía para no confundirse con un
saber psicoanalítico que tiende a separar rigurosamente lo orgánico de lo psíquico. De
ahl esta paradoja: para obtener una posición y un poder institucional, la psiquiatría debe
separarse de un ámbito hacia el cual es atraída pero que la domina, sin poder acercarse
verdaderamente a otro que la pone en peligro. La crisis es inevitable y va a conducir a
la disolución de esa famosa tradición dinámica que sirvió de terreno a la implantación
del psicoanálisis.
El único sitio donde persiste esa tradición es el de la sectorización. Desde la circular
de marzo de 1960, los poderes públicos aplicaron la política de la división geográfica,
que concreta el fin del alienismo y la salida de un universo de segregación. Pero como
se hizo con extrema lentitud y no fue seguida por una reforma de los estudios
psiquiátricos capaz de sacar del Juego la dominante neurológica, produce pocos
efectos. Cuando los produce, hace evolucionar la psiquiatría hacia una nueva forma de
poder seg regador , puesto que tiene como consecuencia promover la extensión de un
sistema médico-administrativo en el cual la locura se convierte. en objeto sistemático de
atención obligatoria a través del diagnóstico precoz o la prevención.
Frente a esta situación de persistente malestar , el grupo de la EP, presidido por
Henri Ey, decide ded icar varias jornadas anuales a una redefinición general del campo
de la psiquiatría En la agenda se inscriben tres grandes temas: la formación de los
psiquiatras , la reforma de la ley de · 1838 y del peritaje, y por último el problema de la
separación de la neurolog ía y la psiquiatr ía con posible redefinición del campode la
psiquiatr ía infantil . Todos los principales personajes del movimiento participan en este
concilio , sin distinción de tendencias: Georges Daumézon, Lucien Bonnafé, Jean
Ayme , Roger Mises , Serge Leclaire, André Green, y muchos más . Se presentan
106
..
Sunsst Boufsvard: missrias y ssp/sndorss ds/ mov·im,sn,o
· , d e protesta
tres volúmenes10_
J:,
siguiente. En 1967 se celebran las jornadas pa as,t Y la discusión prosigue al año
reúnen todos los documentos en un Livre blanc ex raer _conclusiones. Entonces se
apsych,atne fran9aisepublicado en
Paralelamente, Henri Ey redacta un Plan d'o¡; a · ·
en el que propone una serie de reformas uegr:i:S~t,on ducha"!pde l~p sychiatrie 11
dinamismo, defiende la integración del psicoiná lisis
que uno y otra sean continuamente vi T d
=~ªt
ª.
su doctrina. Fiel al ?r_gano-
medicina con la cond1c1ónde
Enfocada desde este ángulo, la integra~:¿~~::e
en un dogmatismo de escuela y a la med· .
~=~~;r
ª i5u~ relacio~es recíprocas.
a psicoanálisis no naufragar
concepción órgano-d inámica, esta prime~~~~t:; r~~u¿~a~ la con;ición del sujeto . En la
tenimiento de un vínculo entre la psiqu iatría Y la neurologi~ ~e e sepa~arse del man-
la creación de la espec!ali~ad neuropsiq uiátrica, Ey siempr~ af~~t1: ~~º=~~=~~!~~¡~~
de no separar la ps1qu1at~1a_de la neurología. En esta etapa de su reflexión, está pues
atrapado en una c_ontrad1cc1ón entre una posición teó rica que pregona la integración y
un p~nto de vista 1nst1tuc1onal que la rechaza. Por ello es por lo que, en 1966, intenta
por ultima vez salvar la unidad . En nomb re del órgano-dinamismo, propone a la vez
integrar el ps1coanáhs 1s en una medici na renovada - tanto por lo que respecta a la
formac,ó~ de los terape_utas como al saber enseñad~ y mantener el vínculo entre la
ps1qu1atn a y la neu rol~g1a. _Dem~do ~ue plantea el problema de manera epistemológica,
aunqu? sabe que la h1stona 1_nst1tuc1ona l- incluso doctrinal- de esas especialidades
evolucio na hacia e l sepa ratismo. Así están las cosas para él cuando se celebran
durante tres años , las jo rnadas del Livre bfanc . '
En el seno de la EP se exp resan var ias tendenc ias, de las cuales lo menos que se
puede decir es q ue favorece n la reflex ión en torno a lo organizativo en detrimento de
la dilucidación teó rica. Con esta posició n, el grupo muestra que él mismo evolucionó
hacia la perspectiva de la fragmentac ión impuesta por la situación institucional de la
psiquiat ría. Unos preco nizan un separatismo simple y llano, mientras que los otros se
muestran partidarios de un acondicionam iento de la neuropsiquiatría. Otros se conforman
con tomar nota de la división del campo de la psiquiatría sin proponer soluciones. Todos
están de acue rdo en dos puntos: la neces idad de una autonom ía de la psiquiatría, tanto
por lo que respecta a la for mación de los terapeutas como a la conquista de los
bastiones univers itarios , y la supresión de la ley de 1838 a la cual el paso de un
alienismo seg rega dor a una psiq uiatría "abierta" hacía tiempo se había vuelto caduca .
En los deba tes, nad ie se inte resa en el plano teórico por el psicoanál isis, salvo Serge
Leclaire que propone a los psiq uiatras, con algo de humor, reflexionar en una
cientificidad posible de l saber de ellos basá ndose en el modelo que alienta Lacan en
relación a la enseñanza freudiana 12 .
Se comprende por qué , e n el momento en q ue publica su plan, Henri Ey es atacado
por todos los lados. Por los psicoanal istas de la SPP por una parte, que, como Nacht,
Mises o Green, lo acusan de que rer liquidar el psicoanálisis, y por el viejo profesor
Heuyer por la otra, que le reprocha en cambio favorece rlo demasiado 13 . De hecho , es
el edificio entero de l órgano -dinam ismo el que está en quiebra . Cuando aporta su
conclusión a las jornadas del Livre bfanc , Henri Ey da pues marcha atrás y renuncia a
sus proyectos unitarios, que tanto la realidad institucional como la división de las
doctrinas contradicen : "Mis contac tos inter naciona les -de clara- me han mostrado
que una corriente que yo creía irresistib le va hacia la separación práctica de estas dos
107
La Francia freudiana en todos sus estados
108
...
sunset Boulevard: miserias Y esp lendores del movim iento de protesta
postergando. Por _último , su~raya que los ps¡~uiatras se van de la EP, precisamente
cuando se h_a dupl!cado su numero en el pa1s: ¿No será el momento oportuno para que
nuestra sociedad intente aclarar y elevar el debate , para que intente hacer que la crisis
actual de la pl_siquia~ría_exprese toda _la fecundidad de la que es portadora y no
evolucione hacia la m1senay el descrédito de la psiquiatria 1s1· La elevación de debate
no se producirá: el movimiento dinámico está al borde de la tumba .
En vísperas de los años ochenta está pues abierta en Francia la puerta para una
orientación, ya pujante en Estados Unidos, que tiende por una parte a acercar la
psiquiatría a la biologia y las "neurociencias ·. para hacerla científica , y por la otra a
liquidar la nosología freudo -bleuleriana para reemplaza rla por una clas ificación
conductista apoyada en la informática y en un enfoque exclusivamente farmacológico.
La liquidación definitiva del solar dinámico , que permitió la implantación del psicoanálisis,
ocurre en 1983 con la traducción al francés del Manuel diagnostique et statistique des
troubles mentaux, más conoc ido con el nombre de DSM 111.Aquel año, en el Congreso
Mundial de Psiquiatría, que se celebra en Viena en julio, se rinde un singular homenaje
a Freud por boca de un terapeuta alemán que anuncia que el papel histórico del
psicoanálisis ahora se tenninó : "El DSM 111-escr ibe Marc Leclarc desp ués del
Congreso- no es un desafío , es una guerra no declarada a Europa y a la invención
extraordinaria que ésta ha hecho por la voz, la pluma y la carne del representante de
uno de sus países de ultura más elevada, el Imperio austro-húngaro, desmantelado en
vida de Freud. Esta invención, el psicoaná lisis, respetuosa en grado máximo del
hombre, de su calidad y su especificidad, siemp re ha sido desvirtuada por Estados
Unidos del cual cabe recordar que Freud no esperaba nada 18. • No se podría decir nada
mejor...
Henri Ey no se equívoca al llamar "libro negro· el famoso Libro blanco y hoy ya
queda lejano el tiempo en que podía escribir: "Lo que la psiquiatria le debe al
psicoanálisis, es el haber recuperado, gracias a Freud, el sentido de su propia
existencia [...) el de l hombre vuelto a su naturaleza imaginaria 11:
Amenazada "desde la derecha" por nuevas alianzas y la atomización, la herencia
dinámica también es sacudida "a la izquierda" por la protesta antipsiquiátrica cuyos
efectos se hacen sentir a partir de la rebelió n de mayo.
Ya en 1961, L'Histoire de la Folie firma la sentencia de muerte de la epopeya
moderna del saber psiqu iátrico denunciando las ilusiones del humanismo de las luces
y la noción de "prog reso": "Este libro ~scribe Foucault- no ha querido hacer la
historia de los locos al lado de la ge nte razonable, frente a ellos, ni la historia de la
oposición a la locura. Se trataba de hacer la historia de su reparto incesante pero
siempre modificado( ...] No es la medic ina laque definió los límites entre razón y locura,
pero, desde el siglo XIX, se enca rgó a los médicos que vigilaran la frontera y montaran
guardia. Marcaron 'enfer medad me ntal', indicación que equivale a interdicción 1S."
Desde la publicación de la obra, Henri Ey oye el mensaje, y durante varios años
medita sobre ese libro al que trata de •·psiquiatricida". No se equivoca: Michel Foucault
declara la guerra a los fundamentos de un saber al que Ey ha ?edicado su vida. Para
él se produce algo terrible . Ey sigue siendo ante todo un_chn~co, un _conductor de
hombres, un organ izador y un jefe de escuela . No es m un ~1stonador,m un teórico en
sentido estricto, y su "tomismo" se traduce por u~a _adhesión al orden natura l de las
cosas. Defiende una concepción demasiado continu1sta de la h1stona, cercana a la de
Ellenberger,y es esa la razón por la cual la posición de Foucau lt choca de fre nte su
109
La Francia freudiana en todos sus estados
110
..
sunset Boulovard: misorias Y osplondoros del movimionto de protesta
111
La Francia freudian a en todos sus es tados
totalízació n, la dial écti ca y la relación con el otro. Los dos a migos envian la obra aJ
filósofo que apoya la empresa y dice estar convencido de que el esfue rzo inglés dará
a la ps iquiatria un ros tro más humano. Así, e n el mo _men to en que el escenario
intelectual francés recusa la fi losofía sartriana en benef 1c10de un estr uctura lismo más
bien anti humanista, el movim iento psiqu iát rico inglés se inspi ra en él para rechazar una
trad ición estructura l que const ituyó la época de oro de la psiqu iatría human ista . Y, para
colmo de la parado ja, no es por un camino sartr iano por donde la an ti psiqu iatría va a
hacerse conocer en Francia en 1967, sino por la vía lacanianazi.
En t 965, Cooper fund a con Laing y Este rson la Philadelph ia Ass oc iation . Finan-
ciada gracias a unos filánt ropos estadounidenses, anuncia un progra ma libertario que
tiene por objetivo emancipar la locu ra, no sólo del manicomio , cosa que se ha hecho,
sino de la ps iquiatría misma y por lo tanto de la enfe rme dad . Para rec ibir la nueva locura
destrabada , deben crearse sitios específicos en todos los rincon es del mundo. Contra
la ps iqu iatria, la antipsiqu iatría no quiere "sectoriza rse ·, s ino perm itir a los locos que
vivan su locura . Ese mismo año, en Londres , abre sus puertas el Kingsley Hall. Situada
en un barrio obrero, esta construcción de ladrillos castaños y dos pisos fue antiguamen-
te un cent ro de investigac iones y actividades sociales . En 193 1 Gandh i vivió allí en el
mom ento en que negociaba la independenc ia de la India con el gob ierno británico.
Treinta y tres años más tarde, Ronald Laing se encuentra allí con sus amigos, para
albergar esquizofrénicos. Pronto Kingsley Hall se conv ierte en el s ímbolo de una
verdade ra revolució n anti psiquiátr ica. Ade más de albergue, la casa es lugar de paso
dond e se celebran difere ntes seminar ios. Se practica tejido , yoga y danzas indias . Se
representan obras de teatr o y se proyectan películas . Muy pron to afluyen visitantes de
todos los pa íses y aprenden a compartir la vida de la com unidad: se inician al mismo
tiempo en el viaje de los esqu izofrén icos24.
Dos años d espués de la creación de Kingsley Hall , los antipsiquiatras organizan
un Congreso inter nacional de dia léctica y liberación , destinado a poner en evidencia la
manera como progresa el infierno en el m und o. El coloquio dura dieciséis días e incluye
el movimiento dentro de la aventura libertar ia. Reúne negros estadoun idenses,
"provocadores · de Amste rdam, estud iantes de Berlín Oeste y representan tes de todos
los movim ientos terce rm undistas. Gregory Bateson , Stoke ley Carmichael y Herbert
Marcuse participan en los debates: así, la locura des trabada ofrece una nueva bandera
a todos los oprimidos de l mundo . Sólo falta agregar a este mov imiento la disidencia
soviética para sacud ir todo el edif icio de la psiquiatr ía clás ica . La unión se produce en
1971, cuando la experienc ia de Kingsley Hall ha finalizado y se pub lica, simultáneamente
en varias leng uas, el libro de Wlad imir Boukovski : Une nouvelle maladie menta/een
URSS: l'opposition2s.
El movimiento anti psiqu iátr ico no se imp lanta como ta l en Francia, sino que cniza
la histor ia de la psiquiatr ía y el psicoanálisis por la vía lacan iana . En 1967, Maud
Mannoni dec ide ded icar unas jornadas de estudios a las psicos is infant iles. Acornpa·
ñada por Ginette Raimbault , que conoce tan bien como ella el ter reno británico , va a ver
a Donald_Winnicott para invitarlo a participar en el Congreso. Lacan tiene gran interés
en la ven1~ade este gran terapeuta inglés, que antaño dirigiera la primera comisión de
1nvest1gac16n enV1adapor la IPA. Las relac iones entre los dos hombres siempre fueron
compli<:adas debido a sus respectivas posiciones en lo atinente a la IPA.
Orientado por Jones en 1923, Winnicott pasa diez años en el diván de James
Strachey antes de proseguir una segunda cura con Joan Aiviére. Durante la entreguerra,
112
..
Sunset Boule verd: miserias y esp lendore s del movimiento de protesta
asiste a la_s _ispu ta~ que oponen a los kle inianos y los anna -freud ianos en el terreno del
psicoanális is de ninos. Negándose a tomar partido, desarrolla marg·inalmente ·
· · 11 · 1
· t d · s u propia
experre~cia c ~ ca , cen ra a en e 1¡uego, el falso Se/f y el objeto transici onal . Ante el
dogmatismo reinante en los d?s grupos , s igue afi rmando u na independencia que le vale
ser .tachado d~ . no con for mista . Y'. como consec uenc ia, queda apartado de toda
pos1c1ón honori fica dentr o de la Bnt 1sh Soci ety. Como en Inglaterra n d
· · · · t w· . o se pro uce
ningun proceso esc1s1on1sa, 1nn 1cott acep ta som eterse "oficia lmente" a las
· ·d · t á . norm as
adm1t1 as m1e~ ras q ue su pr c_ '~ª
1 de las curas no se adecúa a los criterios impuestos .
En Gran Bret ana, una obed 1enc1a 'for ma l" cuenta más que una confesión de insum isió n.
P~reso es por lo que e n 1?53, s in dej ar de c apta r la importanc ia de los trabajos de Dolto ,
Winnico~ represe nta" el Juego d e la_normalización : le reprocha a su interloc utora el
~sp~cto .caris mático de s u p_ers_ona ¡e . Aunq ue desap rueb e "oficial mente· el supuesto
carisma d_elos m aestros , W 1nn1cott , dentro de su propia Sociedad, se convierte en un
verdadero Jefe de e scu ela. Muy pronto, se interes a en la o bra de Laca n, y éste en la
suya :_~n lazo une sus respec t ivos trabajos y se ref iere a la relación objetal: objeto
trans1c1onéiipara el inglés , ob¡eto a para el franc és . Si n embargo, Wi nnicott q ueda
perplejo ante la prosa d e Lacan , cuyo sen tido no comprende. En agosto de 1967 , le
comun ica sus incertidumbres resp e cto a un a rticulo de La Psychana/yse sobre el
simbolismo de Jones . En esa ocasión , lo invita a ir a Londres, pero el viaje se atrasa a
causa del co loquio de Ams terd am sobre la sex ualidad fe menina y el encue ntro de
Bonneval. Tiempo m ás tarde la co misió n T urque t emp ieza sus interrogatorios26.
Cuando Ginette Ra imbault y Maud Manno ni llegan a Londres , la esc isión de 1963
ha produc ido sus desastrosos efectos en las relaciones entre los ipistas y los
lacanianos. Ya viejo y enferm o, W innicott acaba de ser nombrado por primera vez en
su vida presiden te de la British Society. Esta distinción es importante para é l pues
confiere a sus trabajos un reconoc im iento "of icial" no desdeñable. Éstos no tardarán en
ser traducidos al francés y produc ir un efe cto importa nte en las filas de las tres
sociedades: EFP,SP P, AP F. Winn icott recibe pues a las dos mujeres con mucho afecto,
pero dec lina el ofrecim iento que se le hac e y al que , en un primer momento, habla
respondido favorablemen t e. En su posic ión de pres idente, no quiere correr el riesgo de
dar la impresión , por su presenc ia física , de respa ldar un mov imiento rech azado por la
IPA: ¡formalismo obl iga121 No obstante , acepta con mucho gusto entregarles un texto
que podrá ser leído en el coloquio y const ituir un test imonio. Malicios ament e, prop one
a las visitantes tomar contacto con sus jóvenes alumnos de la Socied ad y en espec ial
con Ronald Laing. Así es como Maud Mannon i va a Kingsley Hall y conoce a Mary
Barnes en e l momento en que ésta cubre de excrementos las paredes de su cuarto. Se
acordará durante mucho tiempo de una frase asombrosa de ~aing, que com entaba así
la exposic ión de mierda: "Queda bonito , pero le faltan colores. Maud hizo un control con
Winn icott y va a trabar amistad con Laing 28 .
El coloquio sobre las psicos is infantiles se celebra en octub r_e de 1967 _en Paris .
Winnicott envía el texto prorile t ido sobre la esq~ 1zofrenia y anunc ia por escn!o que se
ha visto obl igado a modif icar su primera dec 1s~ón de esta r pres_ente en las 1nrnad as .
Fran90is Tosquelles, Laing y Cooper son los unicos confe renc iantes que no for~~n
parte de la casa lacan iana, y con los dos últimos se entab la una primera confron tac,on
en la que se oponen el punto de vis to estructura l fr_ancés. y las conoepc1ones
existenciales inglesas. Están representadas todas las cornentes internas al lacan 1smo.
Fran90ise Dolto , Jenny Aubry, Resine Lefort , G1nette Ra,mbault, René Tostain , Anne-
113
La Francia freudiana en todos sus estados
u se Ste rn y Maud Manno ni por lo que conc!erne al ps_icoaná li~i~ de_niñ_os así como
Ginette Michau d y Jean Oury en lo que se refiere a la ps 1coterap1a 1nst1tuc1ona 1surgida
del castillo de La Bord e. Los trabajos so n publ icados con el título Enfan ce alíénée en
dos volúmenes de la revista Recherches. Serán reedit ado s de spués de que se agoten
sucesivas existenc ias .
Si b ien en est a reun ión no partic ipa ningu no de los pe rsonajes importan tes de las
sociedades no lacanianas , aquella logra un éxito considerable entre los jóvenes terapeutas
de todas las tendencias. Descubren en esta oca sión la antipsiqu iatríay exp resan suma-
lestar ante la psiquia tría . Este aco ntecimien to oficia de pre lud io a la protesta de mayo.
Es durante estas jornadas cuando Fran9oise Dolto exp one las doce sesiones de
la te rapia de un niño de catorc e a ños. En una posic ión con traria a la de la cura del
pequeño Hans, analizado por Fre ud a través de la pala bra d e su padre , Fran9oise
transm ite con exact itud las palabr as y las frases de Dom inique. El caso se hará célebre.
El niño es fób ico. T iene miedo de las bicicletas y los tiov ivos. Habla con voz gangosa
o amanerada , nunca ríe delante de los demás e igno ra la masturbación . Su madre,
educada en Africa por monjas, según un es píritu colonial, no conoce la existencia de
esa práctica. Dej ó durante mucho tiempo que su h ij o durmiera en su cama. En cuanto
al pad re, homb re de negoc ios, viaja mucho . Cree que en vez de una psicoterapia sería
preferib le una operación quirúrgica para solucio nar los prob lemas de Dominique.
Apragmático , marcado por un penoso fracaso esco lar, el niño no sabe conta r. Le teme
a las tablar de multiplicar: no puede "contar con nadíe". Cuenta su historia valiéndose
de un fantástico bestiar io en el que se mezclan los perros , las vacas, los bueyes, los
peces y las chivas .
Aunque no utiliza ningún enfoque antipsiqu iátrico, Fran9o ise Dolto le reconoce a
Oominique , desde la primera sesión , el derecho a estar "tocado ". Le dice que desvaría
porque tiene miedo de que lo regañen . Para la fami lia, pronuncia un diagnóstico de
psicos is empleando la palabra locura . La madre queda a liviada . Ningún médico se
había an)mado a usar esa palabra. Se mencionaba un retraso , inc luso debilidad mental.
Le decían que "yase le iba a pasar". Durante un año, ent re la doctora y el niño se entabla
un diálogo fabuloso en el que la sexua lidad, la transferencia , el Edipo y las ident~ieaciones
son simbolizadas en una lengua llena de imágenes. En la cuarta sesión , Oominique
explica que la vaca sueña con ser un buey y que el buey con el que sueña , sueña a ~u
vez con ser una vaca . Frany0ise le pregunta entonces al paciente si conoce la diferencia
entre los bueyes y los toros. Según é l, los toros son "más malos" y la vaca es una •vaca
que se cree un buey sagrado". Y Fran9oise que dice bruscamen te: "Creo que el buey
sagrado o la vaca sagrada, es quizás porque estás enamorado de la Sra. Dolto; quieres
hacerla sagrada ." Dominique se pone colorado hasta las orejas y ag rega: "Sí. .. eso si.'
• .. ~n ,1a_oct~va sesión , el niño empieza a saber contar. F ran9oise le hab la_de mamas,
p1¡as, 'pitos , penes , senos. Progresivamente las narraciones de Dom1rnquese van
haciendo menos delirantes. El niño logra ev~ca r los idea les rac istas de su familia
materna Y luego recuperar su derecho a la agresividad . El retraso esco lar se disipa.
Pe~oa la d~ima primera sesión , el pad re se opone a la continuación del tratamiento
Y sigue quenendo confiar el caso a la cirug ía. Aunque el niño tiene deseos de seguir,
obedece con el acuerdo de Dolto Y anuncia su intención de volver cuando sea grand ª
Y pueda pagar_el tratamien to: "Dominique sólo está curado de su regresión psicót_i~,
sel'iala Fran901se._~stá en curso un~ !laboración tardía de los componentes del Ed1P~
Su sexo es rehabilitado por su naras,smo , su propio cuerpo en su calidad de human
114
suns9 t Bou/9vard: mis9rias Y esplendores del movimiento de protesta
115
La Francía freudíana en todos sus estados
116
svns 9t Bou/9vard: misarías y asp/9ncJores da/ movimi ento de protesta
118
sunset Boulevard: miserias y esplendores del movimiento de protesta
119
La Francia freudiana en todos sus estados
En 1976 los autores del Anti-Oedipe anunc ian : "Ya no hablamos mucho de psi-
coanálisis, y sin embargo segu imos hablando de ello , y demas iado. Ya nada Pasa
por ah í. Estábamos profundamentecans~dos, pe_ro incapaces de detenemos enseguida.
Los psicoanal istas, y sobre todo los psicoanalizados, nos aburren demasiado . Esta
materia, que nos atrasaba, ten_ia'.11os que precipitar l_apor nuestracuenta-:-sin_ h~cernos
ilusiones sob re el alcance ob¡et1vode esa operación--, teníamos que 1mpnm1rle una
velocidad artific ial capaz de llevarla a la ruptura o a la des inteligencia por nosotros. Se
acabó , ya no hablaremos en absoluto de psicoanális is des pués de este libro. Nadie
sufrirá , ni ellos ni nosotros 41 . • Después de esta magnif ica declarac ión, Félix Guattari va
a cont inuar no obstante practicando el psicoanál isis y ejerciendo sus funciones de
terape uta en el castillo de La Borde.
• Palabra rusa que significa el conjunto de medios empleados en la unión Soviética para
difundir obras prohibidas por la censura. (N. de la T.}
120
s unset Bou/evard: miserias Y esplendores del movimien to de protesta
de libertad o multas : En resu n:iidas cue_ n tas, eso q uiere decir que la ley prohibe y castiga
toda forma d e opos1c1ón po lítica a l régimen . La segu nda serie de artículos utilizada por
105 expertos correspo~de apr oximada ment e _al artícu lo 64 del Código Pe nal francés y
a la ley de 1838: define la s1tuac1ón d e la irres ponsabi lidad y las modalídades del
internamiento. Estos a rtículos estipulan que un sujeto puede quedar libre de toda
responsabilidad pena l, desde el momento q ue es reconocido irresponsab le de sus
actos a causa de una afecc ión menta l En ese caso , puede ser sometido a un
tratamiento forzoso o voluntario en un ~,ospital psiquiátrico especial. Los primeros
artículos están en flagrante cont radicció n con la constitución soviética, que garantiza
las libertades democrát icas de los ciudadanos .
El peritaje hecho en el Instituto Serbsk i utiliza el procedimiento penal sobre la
irresponsabilida d y formu la en la persona del genera l Grigorenko un doble diagnóstico
de paranoia y arter ioesc leros is de los vasos sangu íneos. En este caso, ya no se puede
condenar al acusado por activ idades ant isoviéticas pero es j uzgado "loco· por razones
a la vez psíquicas y orgán icas. Por lo tanto debe "atenderse". En marzo de 1965,
Grigorenko es examinado de nuevo en un hospital de Leningrado. La comis ión oonfinna
las conclusiones del peritaj e efectuado en Moscú para indicar de inmed iato que el
general está "curado ", no só lo de la esc lerosis de su cerebro, lo cual es insensato si ésta
existiera, sino de su estado "parano ide". Grigorenko es liberado , y luego puesto bajo la
vigilancia de un dispensar io cercano a su dom icilio. Desde que queda en libertad, sigue
redactando, reproduc iendo y d ifundiendo documentos en los que se den igra el régimen
político de su país. Como está "curado " de su paranoia y su esclerosis, vuelve a ser
pasible de los procesos pena les previstos en los artícu los del código . En marzo de 1966,
participa en una manifestación silenciosa contra la rehab ilitación de Stalin. Algunas
semanas más tarde, difunde entre los electores de su circunscr ipción una carta en la
que explica las razones por las cuales no votará por Kossyguin en las próximas
elecciones. En enero de 1968, hace circu lar una petición en la que se exige que el
proceso de Gu inzbourg sea público, de conformidad con la ley. Luego, en noviembre
del mismo año , pronuncia un resonante d iscurso en las exequ ias de Kosterin, un viejo
bolchevique, compañero de Le nin . Por último , en marzo de 1969, distribuye un volante
en el que reclama la retirada de las tropas sov iéticas de Checos lovaquia .
Algunas semanas más tarde, parte para Tashkent a fin de defender a los tártaros
de Crimea. No bien llega , es deten ido por la KGB. En el mes de agosto, es sometido
a un nuevo peritaje en el dispensario psiquiátrico de Tashken. Es entonces cuando
sobreviene lo inesperado: el peritaje dirigido por los médicos de este dispensario
invalida el que pronunciara el Inst ituto Serbsk i. Sin embargo, se confi rma el diagnóst ico
de Leningrado: así que se juzga a Grigo renko plenamente responsable de sus actos.
El peritaje establece que está en perfecta salud física , que no presenta ningún signo de
paranoia y que su empecinamiento en querer hacer triunfa r sus ideas evidenc ia la
firmeza y originalidad de su carácter. Los médicos de Tashken agregan esta frase : "No
se excluye la posibilidad de que Grigorenko , bajo la influencia de la situación psicológica
desagradable en la que se encontró situado en 1964, dados sus orig inales rasgos de
carácter, haya ten ido una reacc ión enferm iza , apreciada en el Instituto Serbsk1como
un desarrollo parano icc42." ..
Reconocido responsable de sus actos , Grigorenko sigue estando en condicio~es
de ser sometido a los tribunales . Por ello es por lo que , en oct~bre de 1969, en el precis~
momento en que el psiquiatra Semion Gluzman hace circu lar sobre su caso u
121
La Francia freud iana en todos sus est ,,
avos
122
svnset Bovlavard: miserias y esplendores del movimiento da protes t.1.
IPA. Los miembros de las sociedades const ituyentes se mues tran más preocupadas
por el turismo que po r los bri llant~s intercambios teó ricos , como fue el caso en 1950 _
Están repres_entada~ . cuatro so?1edades francesas : la évo lution Psych iatrique, la
soc iedad Ps1coana llt1ca de Pans, la Soc iedad médico -psicológ ica y por último la
sociedad Francesa de Psicopatología de la Expresión.
Las revelaciones de Bukovsk i no pueden sino poner en un apr ieto a las sociedades
constituyentes de la WPA. En efecto, los p ffitajes de los psiqu iatras sov iéticos hubieran
podid~ ser redactados palab ra por p~lab,a y ~e la misma manera por sus colegas de
los pa1sesdemocrát icos s1éstos hubieran podido exa minar el caso Grigo renko. EN los
documentos presentados po r Buk'ovski se encuentran una lenguaj e y unas contra-
dicciones que son las de la psiquiatría forense desde que ésta ex iste. Todos los asuntos
criminales siempre fueron , desde hace un siglo, teatro de un combate en el que los
peritajes son tan insensatos como los oontraper itajes . S i se exa mina la historia mundia l
del peritaje psiquiátrico hay que admit ir que el discurso psiqu iátrico es tan abus ivo en
el Oeste como en el Este. Dicho de otro modo , las revelac iones hechas por Bukovsk i
se refieren menos a la pervers ión de l saber psiquiátrico en la Unión Sov ietica que la
condición de un saber que ha permit ido la existenc ia de esa pervers ión.
En las democrac ias occ identa les donde se desarrolló el gran impulso del alienismo ,
y luego del dinamismo , la psiquiatría libra contra la justicia una batalla que cuyo objetivo
es definir las fronteras de la razón y la sinrazón: se intenta , entre otras cosas, proteger
a los locos criminales de la cárcel y la pena de muerte. En Francia, desde 1810, el
artículo 64 perm ite "atende r" a los locos en vez de "castigar los". Pero.al mismo tiempo
deshumaniza al criminal haciéndolo irresponsablede sus actos: "No hay crimen ni delito
cuando el acusado estaba en estado de deme ncia en el momento de la acción o cuando
lo obligó una fuerza a la que no pudo resisti r4S."Aunque haya permitido una real pro-
tección de los criminales, este art ícu lo es absurdo puesto que anula el acto al mismo
tiempo que el delito, y de ahí proviene la noción de irresponsab ilidad.
los artesanos de la refund icié,n dinámica afirmaban que el loco sólo podía
recuperar su lugar en la sociedad si lo reconoc ían como enfermo . Pero con la crisis del
dinamismo, que surge alredE lor de los años 1960- 1965, la cuestió n de la condic ión de
la locura se plantea de otro , nodo : reconocer a un individuo como enfermo, significa
admitir primero que es un sujeto . En este terreno, los análisis estructurales freud ianos
y lacanianos se juntan con las tesis exis tencia les de los antipsiquiat ras: cualquier
persona, loca o no, deber ser reconoc ida como sujeto de derecho. En consecuenc ia,
el artfoulo64 está viciado de absurd idad puesto que no reconoce el crimen como verdad
de la looura4s.
los documentos presentados por Bukovski muestran los lí_mites?e un saber que
ya no es capaz de designar su objeto. En este sentido , la term1nolog1aempleada por
los soviéticos no es dist inta de la que utilizan los expertos occidenta les. En un lado y
en otro, el saber sobre la locura se define por la mane ra como se establece la frontera
incesante entre la razón y la sin1az6n. De la del imitación de esta fro_ntera se ded_uceun
sistema de vigilancia, atención y represión que se basa en las relaaones que la 1_ust1c 1a
mantiene con la psiquiat ría. A partir de los años sesenta , el con¡unto de este sistema
es condenado con vigor en los pa íses democráticos por todos los part idarios de la
loeura destrabada. En su opinión, la cuestión de saber si la psiq uiatría es abus iva ya
no se plantea puesto que la psiqu íatria es en sf un_~buso de p~der. . . ,
Sin embargo, si se estudian los aspectos espec1f1cosde la h1stonade la ps1qu1at na,
123
b
La Francia freudíana en todos sus estados
según sus modos de implan tación diferenciados,_ la cuest ión que plantea Bukovski
rebasa el problema de la def1n1c 1ón de la cond1c1ón_de la l?cura . En los países
democráticos , donde se desar rolló el mov1m1ento d1nám1co, n1ngon tribuna l de expertos
hubiera tenido que decidir sobre el caso _G'.1gorenko. Pues, en esos países , sólo los
actos criminales son sometidos a un peritaie ps 1qu1 átrico, y co mo la oposición no es
considerada una enfermedad_ mental ~i _un crimen, no_puede caber le un peritaje,
excepto si hay terro rismo, V1olenc1af1s1ca o destrucción material. En los países
democráticos, la oposic ión pertenece al mundo de la razón: se expresa a través de
sindicatos, partidos, diversas publícac iones , etc. En la Unión Soviét ica , por el contrario,
el Código Penal reconoce como delitos actos que , en las democrac ias pertenecen al
mundo de la razón. Siendo delitos , esos actos pueden entonces ser objeto de un
peritaje psiquiátrico, al cabo del cual el acusado será pasado de la cárce l al manicomio,
de la "responsabil idad" a la "irresponsab ilidad ".
Si se mira la situación soviética de la psiquiatría , desde la época del triunfo del
"pavlovismo mitchuriano·, se puede comprender cómo pudo desarrollarse un movimiento
que corre en sentido contrar io al del mundo democ rático, a la vez que le devuelve,
especularmente, la imagen de sus propias modalidades segregado ras.
La generalizac ión del emp leo abusivo del peritaje es contemporánea del proceso
de desesta linización y del paso progres ivo de una politica de deportación masiva a una
forma más sutil de rep resión. La hicieron posib le la ex istencia de los hospitales
psiquiátricos especiales y el manten imiento del patrón pavloviano en el centro del saber
psiqu iátrico. Por último, la teori za el profesor Andrei Wladimirov ich Snejnevski , conver-
tido en director del Instituto de Investigac iones Psiquiátricas de la Academia de
Medic ina. Ex combatiente de la batalla pavloviana , este psiquiatra es el fundado r de una
nueva teoría de la esqu izofrenia llamada "tórp ida" o "re mitente · , la cual , en nombre del
organicismo , permite hacer entrar en el registro de la locura todos los síntomas
vinculados a la disidencia. Por lo demás, esta invención es contemporánea del
nacimiento del movimiento disidente: es la respuesta política que aporta la psiquiatría
a la nueva situación. Pero se apoya en una configu ración antigua vinculada a la
existencia del patrón pavloviano . A partir de éste, la locura es definida según una
oscilación permanente entre una referencia orgánica y una referencia social. A veces
el loco debe ser atendido según la ciencia, y a veces debe ser "rehabilitado" según las
normas de la sociedad soviética. En ambos casos se puede recurrir al peritaje, ya que
todos los actos de oposición merecen ser sometidos a la psiquiatrla o los tribunales.
Aunque la ensei'lanza de la psiqíatría en la Unión Soviética esté dominada por esta
concepción de la locura, la mayor ía de los psíquíatras permanece hostil a semejante
percepción de la dísídencia, y esa es la razón por la cual los opositores son sometidos
a tratamientos y peritajes en hospitales especiales. El asunto Gr igorenko demuestra
que, incluso en estos hospitales, los diagnósticos son cont radictorios. La generaliza·
ción del peritaje afecta pues a una ínfima minoría de la población que imparte atención
médica Y que la recibe, pero esta marginalidad traduce una sítuacíón de conjunto de la
psiquiatria .
. Para obstacu lizar toda resistencia por el lado del cuerpo médico, el Presidium del
s~v1et supremo en marzo de 1971 hace aprobar un decreto que define el juramento de
H1pócr~tes del médico soviético y obliga a cada terapeuta a basar sus actos en los
p~1~c1p1os de la mora l comunista. En adelante, el psiqu iatra que no considere la
d1s1denc1a como una locura merecerá él mismo ser sometido a los tribunales Y el
124
sunset Boulevard : miserias y esplendores del movimiento de protesta
peritaje.
El luga r de peritaje para disidentes más conocido es el Instituto Serbski de Moscú.
Desde 19~0,_ este hospital espec ial es dir igido por Dan iil Romanov ich Luntz, un
terapeuta Judio , coronel de la_KGB . En todos los centros, a los internados se los trata
a la vez como a los pres idianos de l siglo pasado y a los locos de la época moderna .
Sufren m~los tratos corporale _s Y se los obl iga a tomar un número impres ionant e de
neurolépticos , ca lmantes Yant1de_pres ivos. Con seme j antes tratamientos pueden pasar
por lo~os tanto en la Unión Sov1ét1ca como en las sociedades democráticas que utilízan
los mismo? med icamentos. Se hace pues difici l para las sociedades constituyentes de
la WPA, victimas ellas m ismas de la invas ión de la farmaco log ía saber si Grigorenko
es más loco que Snejnevski. '
Algunas semanas antes de la salida de l libro de Bukovsk i, Henr i Ey env ía a los
respons_ables de las cuatro soc1~dades francesas afiliadas a la WPA un proyecto de
reso lu_c1ó_nen el que d~nunc1a s imu ltáneamente los peligros de la campaña
ant1ps1qu1átncay la ut 1hzac 1ónabusiva de la psiqu iatr ía para fines políticos. Les pide que
sometan a votación esta moción en el Cong reso de México. Luego envía el texto al
secretario genera l _de la WPA. Ya quebrantado por su enfermedad cardíaca, Ey no
puede hacer e l v 1a¡e. Su moC1ón no alude sólo a la Unión Soviét ica sino a todos los
reglmenes dictatoriales en donde la psiquiatría sirve a los intereses de l poder , entre
ellos Sudáfrica4 7.
Por valiente que sea, esta moc ió n contiene un error muy grave. Sin duda hay que
atribuirla a la exasperación que siente un hombre viejo que ve derrumbarse los valores
por los que luchó. Ey comete el error de poner en el mismo plano la antipsiquiatria y los
abusos observados en los paises de regí menes dictatoriales. Si bien la antipsiquiatría
impugna la noción de enfermedad mental , y por lo ta nto la herencia dinámica, sus
experiencias no son en nada comparab les a los casos polic iales provenientes del Este
o de otras partes. Henri Ey lo sabe bie n, puesto que no vacila en dedicar un número de
L'évolution Psychiatrique a las tesis anglosajonas . Por lo demás, para esta ocasión
invtta a algunos representantes franceses del movimiento , que no se dignarán molestarse.
En el transcurso de las discusiones da muest ras de una gran prudencia y una extrema
tolerancia: critica duramente la ant i psiquiatr ía pero no la "oonde na·. ¿A qué se deb ió
entonces esa moción errónea48?
En México,naturalmente, los miembros de las soc iedades constituyentes no se
plantean este tipo de problemas. Desde hace ya mucho tiempo, la WPA se parece más
a una agencia de turismo que a una asociación c~entífica. _Ningún grupo quiere ser
responsable de que se le nieguen los viajes por terntono soV1ét1co.Este razonam iento
es tanto más rid ículo cuanto que la votación de una condena no impediría los
intercambios científicos, muy al contrario . Los soviético~ no son im~ciles ... Lo cierto
es que la mesa del congreso invoca cláusu las estatutarias para evitar toda d1scus1ón
sobre los abusos. Pese a la oposición de la delegación sov1ét1ca,se crea una comis ión
de ética para elaborar unos principos universales referentes_ a la relación médico-
enfermo y la condición de los tratamientos. No tardará en producir un texto conoc ido con
49
el nombre de Declaración de Hawai.
Los disidentes fundaban grandes esperanzas en una reacción favorable del
Occidente. Antes y después del Congreso gozan de un relativo respiro en su pa ís. Pero
~ actitud contemporizadora de la WP~ ti~ne como _consecuenc~ainm~dí~ta que se
intensifique la represión en la Un ión Soviética. La dec1s1óndtl Méx ico no 1mp1de que se
125
La Fran cia freudiana en todos sus estados
organ icen com ités naciona les en diferentes países : En mayo d~ 1_9 72 se crea un
"Comité de psiquiatras franceses contra la ut1hzac1ónde la ps 1qu 1atría para fines
polfticos· . Reúne representan tes de la EP, ~el s1nd1cato naciona l de psiquiatras
privados, del sind icato de psiqiatras de los hosp itales y del ~el sind icato de psiquiatras
franceses . Entre sus miembros encontramos a Gasten Ferd1ere,Jean Ayme, Jean-Paui
Descombey, Charles Brisset, Cyrille _Koupernik y'Géra rd Bles. De estos cuatro grupos,
la única que es una sociedad constituyente de la WPA es la EP. De modo que en el
f uturo el co mité corre el peligro no sólo de no estar representado en el Congreso sino
de encontrarse en contrad icción fla grante con las posic iones demasiado moderadas de
los demás grupos representados. Tras cuatro años de luchas llevadas adelante junto
con los disidentes , la Liga de los derechos humanos y Amnesty lnternational, el comité
dirige una carta a las cuatro sociedades psicoana líticas francesas . Les exige un apoyo
financiero, moral y político a fin de obtener que el próximo cong reso de la WPA condene
los desvíos abus ivos de la psiquiatría en la Unión Soviét ica y en los demás palses
dictatoria les. Las cuatro sociedades responden favorab leme nte y cada una toma
iniciativas . La EFP privilegia la lucha en el continente latinoamericano donde se
implanta el lacanismo, mientras que la APF organ iza una comisión de ayuda para los
refugiados . Por su parte, la SPP envía un texto al genera l Videla, en el que le pide
cuentas sobre la suerte de los "desaparecidos ". Luego recuerda su hostilidad a los
asilos especiales de la Unión Soviéticaso.
Durante este tiempo, el Royal College of Psychiatrists de Gran Bretatia invita a la
WPA a toma r posición contra los inte rnamientos abusivos que ocurren en la Unión
Soviética ... La sigue de cerca el Royal College of Psychiatrists de Nueva Zelanda, que
propone una moción más amplia referente a todos los países dictatoria les. Por último,
la poderosa American Psychiatric Association so mete a la consideración de la WPAuna
tercera moción que se propone instituir una com isión de investigación sobre la
utilización abusiva de la psiquiatría. Todas estas mociones tienen un carácter estric-
tamente técnico y jamás se abordó la cuestión de la cond ición de la locura en la época
moderna. De hecho, la psiquiatría dinám ica ya no tiene existencia histórica. En cuanto
a la protesta antipsiquiá trica, pasó al olvido. Sin embargo, la batalla perdida que los
disidentes perdieron en México tiene grandes posib ilidades de ser ganada en Honolulu
en agosto de 1977 donde debe ce lebrarse el próximo congreso. En seis anos se
acentuó la represión y nuevos testimonios de violaciones de derechos humanos se
amontonan en los escritorios de todas las asociaciones psiquiátricas afiliadas o no a la
WPA . El combate se ha vuelto político y los disidentes son considerados, con razón,
oposit?res políti~s - Pero este paso de una lucha a otra permite abandonar las
discusiones teóncas sobre la condición de la locura. Las asociaciones de los países
demo_cr~licospu~e_n entonces salir del paso fáci lmente respecto a sus propios abusos
psiqu1átncos esgnm1endocontra el fascismo y el stalin ismo la bandera estrellada de la
libertad. Los disidentes más conocidos emigraron al Oeste. Estarán presentes en el
Congreso a fines del mes de agosto de 1977 y la pres idencia será ejercida por un
francés, el profesor Pierre Pichot, futuro defensor acérrimo del DSM fil.
E~18 de dic!e.mbre de 1~~6, la Unión Soviética y Chile canjean, en el aeródr?(l'l()
de _Zunch, dos pnsioneros pohticos: Wladimir Bukovski y Luis Corvalán. El primero tiene
treinta y cuatro atio~. ~asó más de diez años en campos de concentración y fue vfcttrna
de los tam,osos penta~es. El segundo es un comunista histórico, víctima también él de
una sangrienta represión . Tiene sesenta atios. El canje fue propuesto originalmente peí
126
sun~t Boufavard: misarías y asplandoras da/ movimíanto da protasta
127
La Francia freudíana en todos sus estados
11.Hístorías de mujeres
En una ponencia titu lada " La fa se precoz del desarrollo de la sexua lidad femenina •
Y presentada en 1927 en el Cong reso de lnn_sbruck ,_t~rnesttJone~ res u me lofesencial
d debate que divide a la comunidad ps1coana111ca in ernac,ona 1. 8 e re ,ere a la
p!r~~pción de la sex ualidad llamada fe~enina 56 . Desde 1905_1acorriente "vienesa", de
inspiración estrictamente freudiana , sostiene la tes is de un mo~1smosexuli, y u_na ª!e ncía
"masculina• de la libido humana. Está representada por tres mui eres enérgicas y una
princesa: Jeanne Lampl de Groot, Hélene Deuts_ch, Ru~h Mack -Brunsw ick y Marie
Bonaparte57. Esta tesis se deriva de la ob~ei:vac 1ón clín1c~ hecha po r Freud de las
teorías sexuales infanti les. No tiene como ob¡et,vo ni describir la d1ferenaa de los sexos
a partir de la anatom ía ni zanjar la cuest ión de la condición femenina en la historia de
las sociedades. Trata el problema de la sexualidad desde el punto de vista de su
organizac ión psíquica , es decir a partir de sus representaciones inconsc ientes. En la
perspectiva del mon ismo y la libido única, Freud muestra que en el estadio infantil la
niña ignora la existencia de la vagina y hace desempeñar al c lítoris el papel de un
homó logo del pene. Por su parte, el niño reconoce ta mb ién e l pene como el órgano
eréct il por excelencia . De modo que la niña tiene la im presión de ser portadora de un
órgano castrado. En función de esta dis imetría , que evo luciona en torno a un polo único
de representac ión, el complejo de castración no se organ iza de la misma manera para
los dos sexos . El destino de cada uno de ellos es diferente no sólo por la anatomía sino
a causa de las representaciones ligadas a la existenc ia de esa anatom ía . En la
pubertad, la vag ina aparece para los dos sexos: el muchacho ve en la penetración un
fin de su sexualidad y la chica reprime su sexua lidad ctitorid iana. Pero antes , cuando
se da cuenta de que la niña no se parece a él, el varón interpreta la ausenc ia de pene
en aquella como una amenaza de castración para é l mismo. En el momento del Edipo,
se separa de la madre y elige un objeto del m ismo sexo: e l Ed ipo masculino es pues
una formación primaria.
. Al contrario del var?n, la niña no teme ser castrada puesto que percibe que lo es.
Sin embargo, su sexualidad se organiza en torno al falicismo: quiere ser un varón. En
el mome_ntodel E~ipo, desea un hijo del padre, y este nuevo objeto está investido de
valor f~lico. El h1¡0 desea~o es un sustituto de l órgano peniano que no existe.
Contranamente al var?n, la rnñadebe separarse de un objeto del mismo sexo, la madre,
por otr_ode un sexo diferente . No hay pues paralelismo entre el Ed ipo masculino Y el
femenino: un~ es del orden de una formación primaria y el otro de una formaci ón
secundana. Sin embargo, subsiste una simetría , puesto que, para los dos sexos , el
apegoª la madre es el elemento común y primero. Si bienFreud es partidar io de un
monismo ~exual Y un~ teor ía ~e la libido única, considera errónea toda argumentación
¿~e ú~e;ef,era ~ una naturalidad" instintiva de la sexualidad. El deseo de l niño est~
•nJtural~z~g!~izad? en to'.'rlo al falicismo, pero no existe ni "instinto maternal' , ni
raza femenina. La procreación es una cosa, el deseo es otra 58.
128
Sunset Boulevard: miserias Y esplendores del movimiento de protesta
129
La Francia freudiana en todos sus estad~
130
sunset Boulevard: miserias y esplendores del movimiento de protesta
Su critica de Freud se just ifica tanto más cuanto que la ent rada en escena d
lo · , por 1a v1a
arcaico · kle1n1ana,
· · prue b a la preeminencia de una serie dee 1o materna
ó l
Y 'd t·d d · -d I en menos
vinculados a 1a I en I a que 1nva1I an el dogma de l fa licismo primario. El p bl
·d · • . . ro emaen
este asunto es que 1a ev, enc 1ac11nrcatodav1a se parece a Monsieur Hom · • s·
81S • 1 1a
·
cienci_ase atuvter~ a e ª·.
JI ·,
segu 1rra pensando que la Tierra es el centro del mundo y la
histeria una cuest ión de utero.
La fuerza de la teoría freud iana res ide en su renunc ia a las aparienc ias. Construye
un sistema general de_la sexual idad ~~ el q ~e el polo feme nino y el polo masculino se
oponen en una re laetón a la vez d 1s1métrrca y articu lada lógicamente. Pese a su
falocentrismo, que se debe a que Freud no podía no emplear un vocabu lario marcado
por el ideal patema lista, esta teoría es mucho más innovadora que la de la escuela
inglesa. Pero como toda novedad supone una pérd ida: tie ne el defecto de descu idar
demasiado el valor de realidad que va ligado a los mitos de la femin idad.
Hay que seña lar pese a todo que el devenir histórico del movim iento femin ista da
más bien la razón a Freud. En efecto , desde el momento en que las mujeres adquieren
derechos que las convierten en las iguales de los hombres, ponen de manifiesto el
prodigioso fal icismo del que están rep letas. Como resultado de esto, queda liberada la
feminidad de los varones. En 1938 , Lacan llamaba a este fenómeno "decadencia de ras
imagos paternas•. Se podrá segu ir objetando que este falicismo es cultura l y que la
protesta "vir il" de las mujeres atestiguas u ident ificación con los ideales de una sociedad
masculina. Es así, y no por eso es me nos cierto que este falicismo autoriza a las mujeres
a exigir la igualdad. F reud no era pues tan misógino como parecía y tal vez era necesaria
cierta dosis de misogin ia para elaborar una doctrina de la sexualidad femen ina que,
evitando las apariencias, aportara a las mujeres una de las armas más importantes para
su libertad.
Ante la afirmada primac ía del fal icismo, la doctrina llamada inglesa tiene el defecto
de sus cualidades. Como se atiene a la evidencia clínica, aporta la puaba, via la relación
precoz con la madre, de que el sentim iento de la vagina no está tan ausente como cree
Freud. Paras u demostrac ión, Jones hace refere ncia acasos de homosexualidad en los
que la fijación infan til a la madre desempeña un papel preponderante. Todo lleva a creer
que Freud se equivocó sobre este punto. En_su posic ión d_e padre f~ndador y
escuchador de la histeria , privileg ió el carácter fálico de la sexualtdad femenina. Por lo
demás, está rodeado de mujeres más aptas para llevar su blasón que p~ra interroga rse
sobre los misterios de su sentim iento vaginal. La terrible cura de Mane Bonaparte lo
prueba. Las tesis que ésta elaboró durante s~ larga relación pasional con Freud y las
operaciones quirúrgicas que se hizo pract,car-60tr8:2an una eslle<:1e de reverso
caricaturesco del fracaso de Freud en pensar la cuestión de la sexuahdad f_emenrna.
¿Cómo no pudo impedir que Mar ia fuera _a buscar.en las profund idades del b1010.g1smo
la respuesta a esa idea mít ica de la feminidad segun la cual la capacidad orgásm,ca del
clítoris podría transmitirse a la vagina? Si Freud no pudo hacer nada, tal vez fuera
porque su teoría no era satisfactoria: por lo demás, tuvo la honestidad de decirlo.
Pero la 1· · 1 co es todopoderosa. De manera que, cuando la escuela
c 1nrca ampo .. · t -t · t
inglesa se opone a la doctrina vienesa, no escapa a un pre¡u,ao na ura 1is_a qu~ cons,s e
en meter de nuevo la sexualidad femenina en el canasto de las m1tolog1~s de la
feminidad. En la perspectiva jonesiana, la muj~r es mu¡er desde toda l_aeternidad. Se
le ha asignado un pape l ancestral de diosa realizada, y no se puede decir que ese papel
131
La Francia freudiana en todos sus estados
sea particularmente prop icio a los ideales iguali ta rios que parecen serv irle de funda-
mento s1.
El asunto es tanto más complicado cuanto qu e el de bate sobre el tema se
desarrolla en la IPA en una época en que se impon e la dominación de la zona
angloame ricana sob re el viejo mundo de la Mitteleuro p~, de l Occ iden.te vencedor sobre
el Or iente vencido. Ahora bien, los ideales que atraVJesan las tesis inglesas deben
ponerse en relación con el magnífico triunfo _de_l mov imiento femin ista en un país
puritano de tradición victoriana . En Gran _Bretan a igua l qu e ?n los Estados Unidos las
mujeres se emanc ipan mucho más rápido que en los pa1ses latinos _Y de manera
diferente. Las inglesas obti enen el derecho al voto desde 1918 y diez anos más tarde
se convierten en electoras plenas. En cuanto a las estadoun idenses, su movimiento
está ligado al antiesclavis mo, y también cons igu ieron el derecho al voto después de la
Primera Guerra Mundial. En otras palabras, la valori zación de la omn ipotenc ia de la
feminidad en las tesis jones ianas no es sólo fruto de un debate interno de la IPA sobre
la cuestión kleiniana de la precocidad vaginal. Traduce asimismo una situación
ideo lógica en la que se vincula el falicismo de las mujeres a las apa riencias de lo eterno
femen ino. Un mecanis mo idéntico funciona en la manera en la que las tes is de Karen
Horney encuent ran un terreno de imp lantac ión favorable en el cont inente americano.
En Francia, las cosas ocu rren de manera dife rente . No sólo el sufragis mo de la
entreguerra es una pálida copia del angloame ricano y no promueve un debate sobre
la naturaleza de la sexua lidad femenina, sino que el movimiento psicoanalít ico, debido
a su atraso específíco , desconoce la discusión que tiene lugar entre Viena y Londres.
Entre 1927 y 1939, no se traduce en la RFPninguno de los grandes textos de la época.
Además, la discus ión no puede surg ir de modo sereno, ya que Marie Bonaparte
funciona como la única poseedora de una verdad freudiana completamente encubierta.
El falicismo que ostenta toma el aspecto de un delirio y no de una teoría. Frente a ella,
Édouard Pichon encarna valores igualmente extravagantes . Aunque haya percibídoel
falicismo que opera en el movimiento fem inista, tratándolo de "homb rista •, defiende los
ideales maurrass ianos del matrimonio, la familia , la virginidad y el patriarcado , de una
manera absolutamente rid ícula. Así que la SPP sírve de fortaleza a unas ordalías que
oponen un general de faldas a un inquisido r salido del fondo de la histor ia. Como la
generala dice ser freudiana y el inquis idor defiende , contra Viena , los principios de la
francesidad , nadie tiene oportunidad, en el corazón de esta cruzada, de comprender el
sentido del debate angloaustríaco. Por lo tanto , no es casual si, en las columnas de la
RFP, la cuestión de la sexualidad femen ina es abordada unas veces a partir de estudios
clínicos sobre la homosexualidad y otras en ocas ión de artículos criminológicos. De
hecho, los fundadores de la SPP captan mejor la fem inidad por el lado de sus
"desbordes · que por el de su "normal idad ". De este modo indirecto participan en la
edificación de es~ figura exacerbada de la feminidad que según vimos era preponderante
tanto en los pnmeros textos de Lacan como en la literatura de Jouve o de los
surrealistas . La discus ión sobre la sexualidad femenina no está pues completamente
ausente del suelo francés de entreguerra, pero se desarrolla en un terreno delimitado
por las condiciones específicas de la implantación del discu rso freud iano en este país.
E~ semejant~ context?, el prim~r libro coherente que tomara como objet?. la
sexualidad femenina no pod 1aser escrito por un miembro de la comunidad psicoanahtica
francesa: es obra de una mujer, novelista y filósofa. Cuando Simone de seauvoir
publica El Segundo Sexo, en junio de 1949, anuncia de entrada que el feminismo es
132
suns6t Boul6vard : mis 6rias Y 6spfendores d6/ movimi6nto de protesta
asunto conclu ido. ¿Qu izás ~o se equ i~oca a l cer rar así el debate? Pues, para poder
hablar de sexualidad femenina , 1nrned1atame nte después de una guerra que perm itió
ª.las muieres fran~e~as obtener ~I derec~o al voto, seguramente hab ía que torna r
d1stanc1ade un movimien to que casi no hab 1acontribuido a d ilucida r el misterio . Simone
de Beauvo ir t~I vez no sa?e que actúa como Freud, que quiso desc onoce r una realidad
paradescubnr otr a. Pero 1g_nora más aún que su libro va a estar en e l orige n, en Estados
Unidos pnmero Y en Fra ncia despué s, de una transformación radical de los ideales del
!emi~ismo. Ha~ta ~al punto lo ig~ora que en 1968 se sub irá al t ren para defender ese
'femin ismo radical de l que ha b1a s ido, con El Segundo Sexo, la prim era insp iradora.
No b1~n se publica ,_la _ob ra produce un escándalo al m ismo tiempo que obtiene un
prod1~1oso éxito ed 1tona l Bea uvo 1r rec ibe sartas de inj urias dignas de las que se
prof1neron contra Fre ud du rante los años ve inte: osa reve lar los m iste rios del fa moso
sentimiento vag inal Y por esa razón es tratada de "fríg ida" "ninfómana• "lesbi ana " o
"mal follada ". ¡Qué país! ' '
Durante toda la primera mit ad del s iglo, el movimiento de mujeres como tal se
quedó al margen de las inter rogaciones freudianas sobre la sexual idad femenina .
Recíprocamente , la comu nidad psicoana lítica se m antuvo a distancia de los grandes
temas de la emancipac ión. Sin emba rgo, como hemos visto, esta falta de lazos
concertados no prueba que los dos terrenos se hayan mante nido imper meables uno
respecto al otro. Respecto a esto , y para Fra nc ia, Simone de Beauvo ir es la primera en
vincular la cuest ión sexua l a la de la emanc ipac ión. Po r el lo es por lo que toma en c uenta
las disputas internas del mov imiento ps icoanal ítico. Se muestra además tan interesada
en el prob lema que un año antes de publicar su libro llama por teléf ono a Ja cques Lacan
para pedir le consejos. Halagado , éste anunc ia que se neces itar ían cinco o se is meses
de entrevistas para desentrañar la cosa . Si mone no tie ne ganas de ded icar tanto tie mpo
a escuchar a Lacan, , para una obra ya sól idame nte documentada . Le propone pues
cuatro entrevistas . El no aceptas2.
Afirmando la existencia de un "segundo sexo ", Beauvoir toma el partido de la
escuela inglesa. Le reprocha a Freud el calca r el destino femenino del mascu lino
apenas modificado. Pero se separa ta mb ién del punto de v ista britán ico pues se apoya
en el existencialis mo sartriano para denunc iar el prejuicio natura lista: "Muje r uno no
nace, se hace ". Beauvoir aplica pues a la dilucidac ión de la sexual idad femenina un
enfoque no estructural, que será el que ut ilicen los antipsiqu iatras con relación a la
locura . As í como para Sartre , el ant isemitismo no es un problema¡udío, para Beauvo ir
la cuestión femen ina es un asunto de hombres pues to que las muieres son cultu ralme nte
las esclavas de los idea les masculinos. Esta argumentac ión evidentemente no aporta
ninguna solución n i a la cuestión ju día ni a la de la fem inidad, pero Simo ne de Beauvo ir
hace conocer por primera vez en Francia el debate de anteguer ra. Sos laya el_punto de
vista vienés y la posic ión inglesa y v ierte de nu~vo toda la problem_át1ca_de la 1dent 1dad
sexual en el terreno cultural : "sexualiza" el fem 1mn1smo .. Para la s1t_uac1ón de los años
cincuenta, hay pues tres pos iciones sobre la mesa: elf al1c1smo freud iano, el natu ralismo
jones iano y el cultu ralismo beauvoiriano ¿Dónde se encuent ra la espec 1f1c1dad de la
identidad sexual femen ina?
Durante diez años , la comun idad psicoana lítica francesa permanece ta n sorda al
beauvoirismo como al debate anglovienés de anteguer ra. En 1_958, Jacques Lacan es
el primero en romper el silencio, en oportunid~_d de un sem1nan? anual de la SFP
dedicado al examen de las teorías psicoanal1t1cas de la sexualidad femenina. La
133
La Francia freudiana en todos sus 8 srados
decisión de poner esta cuestión en el orden del día fue tomada colectivame nte, de tan
que se hace sentir entre los psicoana listas la neces idad de hablar por fin de la fam to
cont rovers ia. Hay que decir que con la ex pansión del mov imiento el número de mujeosa
terapeutas está en constante aumento . Y así como Janes en 1927 introducía un fa~es
diferencia l en la aprehens ión del fen óme no •. en Franc~a, en los años sesenta, :
crecim iento de l número de mujeres en la profesión no es a¡ena a la nueva 1nterrogació
de la ident idad sexua l femen ina. En los divanes , las señoras en formación hablan dn
su sexual idad de manera distinta a las simp les "clientas•: no sólo hace_nteoría, sinoqu:
no pueden dejar de enco ntrar raro el dogma freud 1an~ de_la ausencia de sentimiento
vaginal. Asi que el terreno está maduro para la actualizac ión de un debate en el que
una vez más, la clínica está reñid a con la doctrina. Por otra parte, el temperament~
persona l de los principales representantes de la SFP desempeña un papel en esta
actua lizac ión. La mayoría de los hombres del movim iento mantienen con las mujeres
y con la propia fem inidad de ellos una relac ión tota lme nte particu lar que se debe al lugar
maternal que Lacan ocupa respecto a sus disc ípulos va rones . Con los hombres el
maestro se comporta como una madre abusona y con las mujeres como un don Juan
o un padre protector. Con todos , exhibe su feminidad . La enseñanza que Franr;:o ise
Dello difunde con respecto de la sexua lidad infantil promueve igualmente una nueva
interrogación de lo arca ico en el ámbito de la ident idad sexua l. En otras palabras, en
la forma en que la co rriente lacan iana mira la sexua lidad femen ina, interviene una
problemática parec ida a la que antaño había hecho posible el debate entre Londres y
Viena.
En las filas de la SFP se va perfilando entonces el proyecto de organizar. fuera de
los órganos de la IPA, un coloqu io internacional sobre la sex ualidad femenina. Se
establecen contactos entre el grupo francés y los holandeses con el objetivo de lograr
la participación de algunos liberales de l imperio, entre ellos Franz Alexander, que
entonces tiene ochenta años . El encuentro se produce en setiembre de 1960 en
Amsterdam . Cuando Lacan vuelve a ver a aquel cuyas tesis tanto criticó diez años
antes, exdama delante de Granoff: "El que está alumbrado por una verdadera llama,
no envejece63."
Dos años antes de esa fecha, los principa les persona jes del movim iento empiezan
a disertar sobre la sexua lidad femenina. Lacan ofrece un bosquejo indicando sus
Propos directifs pour un congres sur la sexualité féminine:"Tal vez usted sabe-escribe
a Winnicott- que este año celeb ramos un pequef\o congreso en Amsterdam sobre la
sexualidad femenina. Otro tema descu idado desde Jones que cre i tener que traer de
nuevo al orden del día. Me abstengo esta vez de presentar un informe . Abriré el
Congreso y me preocuparé menos en intervenir que en ve r lo que darán de sí los que
he formad 0 64 .' Por su parte, Lagache redacta también sus directr ices antes de escnbir
un articu lo de cinco páginas titulado "Dialectique phallocent rique et sexualité féminine·,
cuya versión dactllografiada se perderá. En cuanto a Granoff y Perrier, trabajan junios
en un texto sobre la perversión femenina, mientras que Franc,oise Dolto se enca'.g~ de
elaborar un informe a partir de su exper iencia de la sexua lidad infant il. Por ultir'.1°·
Camille Laurin, un psicoanalista de Ouebec , se ocupa de hacer la presentación
histór ica del debatess.
En la manera francesa de situar la cuestión femen ina. puede verse cómo s;
actualiza, con atraso y desplazam iento , el gran debate de la entreguerra. En u
escenano de la SFP, Lacan ocupa el lugar de un Freud que hubiera integrado a 5
134
svnset Bovlevard : miserias y esplendores del mo vimiento de prot esta
136
svnset Bovlevard: mise rias y esplendores del mo vimiento de prote sta
tos artículos de Marie Bona parte. ~ero por otra pa rte tambié n piensa que sus colegas
"influidos· por e l laca n 1smo, Ste1n y Green , adopta n posiciones falocentristas y
conservadoras respect o a la fe minidad . Así q ue cree que ha llegado et momento de
combatir el catec ismo vienés y hablar de otra mane ra de ta sexu alidad femenina se.
Las Nouv elles Recherches p~oduc i~as por ta SPP cump len sus p romesas. Todos
tos textos po~en ~n eV1denc 1a las 1nsuf1c1enc1as de ta doctri na vienesa para corregir las
con tos traba¡os ingleses . Los autores cons ervan el fatocentrismo freud iano especi fi-
cando que hay q_ue _d_ese mbar azarlo de toda refe rencia a l ó rgano peniano . Para ellos
el falo no es un s1gn1f1cante sino el lugar de designación de los idea les q ue se vinculan
a él y re~iten al lugar ocup~do por el ó rgano mascu lino. As í que las hipótesis inglesas
sobre lo innato de la fem ine idad son apartadas de a teo ría sin eliminarlas de la clínica.
Por ello es por lo que los auto res de las Nouvelles Recherches proponen una operac ión
absolutamente contraria a l relevo tacaniano que no conocen . Más que dejar abierta ta
contradicción entre las dos escue las e introducir un suplementario sobre to femen ino,
intentan superar simultánea mente a Viena y Londres para hacer complementarias las
dos hipótes is: una sería la verdad clínica a la que todo terapeuta debe referirse y la otra
es una necesidad teór ica con la que conv iene no dogmatiza r la enseñanza . La adopc ión
de esta actitud se adecua a la evo lución del movimiento psicoana lítico internac ional
puesto que los ipistas se reparten et imperio con los kteinianos por un lado y tos anna-
freudianos por el otro. Conc reta pues para ta SPP de tos años sesenta la entrada en
escena de ta clín ica anglosajo na sobre un terreno que antaño ocupaban tas tesis de
Nacht, Bouvet y Marie Bonapa rte. La introducc ión de esta clínica aparece tamb ién
como ta respuesta espontánea q ue ta SPP da a un lacanismo triunfante y a las antiguas
tesis francesas caídas en desuso .
Las Nouvelles Recherchesob tienen un magnífico éxito editorial. Ell ibroes traducido
en los Estados Unidos e Inglaterra , donde primero lo publica un editor fem inista. En
Francia, encien de una polémica en la revista de Planificación Familiar, en ta que
Geneviéve Texier lo acusa de serv ir de vehículo a una posic ión hostil a las feministas .
Janine Chasseguet -Sm irge t contes ta con mucho sentido común: "Si se piensa que la
situación de la mujer en el mundo y los conflictos _entre lo~ sex~s tienen ralees en ~I
inconsciente, ¿cómo minimizar , en esta perspect iva, las 1nvest1gac1ones de los psi-
coanalistas como Jones que, tachando resuelta mente de falsas ciertas opiniones de
Freud, concluyen , como resultado de observac iones clí nicas y reflexiones teóricas muy
elaboradas que la mujer no es un homb re frustrado , Y muestran cómo Y por qué los
conflictos p~ofundos de los dos sexos pueden hacer tan predomi nante cierta visión de
la muja~?" . .
Desde la revuelta de mayo, et feminismo ! rancé_sse rad1cahz_a_y se vuelve
mayoritariamente beauvoir iano , cuando no se hab1a nutndo d~I beauvo,ns mo como_su
colega estadounidense el women 's Lib. Así es como se efect ua una unión, favorec ida
par las barricadas entre la lucha por ta liberación sexual, que era el ob¡et1vo del
Segundo sexo, y ' un co mbate político más marxist~ que antes en favor de . un
igualitarismo completo. Simone de Beauvoir se convierte entonces _e~ la _principal
referenciadel feminismo francés, tanto por su persona como por su pos1c1on simbóli ca.
Por su parte, se integra en una luch_a militante q ue antes no había sido suya . _El
feminismo "radical" del postmayo se d1st1ng_ue pues del t en:11nismo reformista ante rior
en la medida en que se apoya, sin d1st1nc1ó n de ten dencias, en una doctnna de la
sexualidad femenina y ya no sólo en los principios políticos del igual itar ismo. Por lo
137
La Francia frt1udíana t1n todos sus
1
9 sados
demás , uno de los temas principales de este fe minismo contempo ráneo gira en to
al "cuerpo · de las mujeres: derecho al aborto , anticoncepc ión y separac ión d: ~o
sexual idad y la procreac ión. A través ~e este combate, toda l_ a cuestión suscitada po~
El Segundo Sexo en 1949 y por el ps1coanálls1sdesde comienzos de siglo vuelve
emerger "espontáneamente ' en el discurso público de las mujeres. Y en consecuenciaª
el falocentrismo fre udiano e~ vil ipendi_adode la manar~ más violenta sin que se aborde~
los debates internos del ps1coanális1sque ya lo hab 1an pues~o en tela de j uicio. En
adelante se designa ese fal?centns mo con el término falocrat,smo . Por esto, los psi-
coanalistas rechazan el feminismo exagerado que no hace sino react uallzar, desdeun
ángulo negativista, una temática de la sexualidad ya debatida en la historia del
freudismo. Si las feministas radicales son beauvo irianas cuando afirman que uno "se
hace mujer", son tamb ién jonesianas cuando sostienen el carácter innato de una
segunda libido . Vemos pues que, más allá de sus divergencias teóricas y políticas, el
femin ismo del postmayo def iende una teoría de la sexualidad que oscila entre un
culturalismo beauvoir iano y un natura lismo jo nes iano. Esto dem uestra que,
innegablemente , la historia del fem inismo y la de las doctrinas psicoanalíticas en
materia de sexualidad están muy entretejidas. En su percepción del problema, las
mujeres en lucha no están más adelantadas que los prácticos del inconsciente, aunque
afirmen lo contrario . Y sin embargo, durante diez años , la existencia del movimientode
mujeres va a servir para imp lantar masivamente las doctrinas de la sexualidad
femen ina nacidas del descubrimiento freudiano.
Hacia 1970, los medios de comunicación popu larizan la sigla MLF para designar
el movimiento de liberación de las mujeres surgido de la revuelta de mayo. El aíio
anterior, el 8 de marzo se había convertido ofic ialmente en Día Internacional de la Mujer.
Entre esa fecha, en la que emergen los grandes temas de la lucha antisexista, y el
mo mento en que Simone Veil hace votar en el Parlamento la ley que autoriza la
interrupción voluntaria del embarazo, transcurren se is años de combate durante los
cuales el MLF se divide en múltiples tendencias , tan violentas unas respecto a las otras
como los grupúsculos izqu ierdistas. Luego, a partir de 1975, una temática de reflexión
toma la delantera a la acción extremista justo cuando se celebra el Año Internacional
de la Mujer. Desde entonces, el feminismo se pone a reflexionar sobre su historia, ala
vez que encuentra en el beauvoirismo la forma más acabada de una modernidad
reconquistada. Se publican muchís imos libros que dan cuenta tanto de la lucha pasada
y presente como de las teo rias sexuales que las atraviesan.
Si bien el beauvoirismo domina el escenario francés del postmayo , es al mismo
tiempo criticado dentro del movimiento de mujeres. En todo caso no es la única vía por
la cual progresa el debate sobre la sexualidad femenina. En el corazón de la
luminosidad primavera l se despliega una corriente minoritaria hostil a la palabra
feminismo. Ese ténnino parece ligado al Women 's Lib y a una actitud de idealización
negativa del sexo mase,ulino. Al principio, esta corriente dice no ser feminista en
abso luto: rechaza la palabra y toma el nombre de "Movimiento de Liberación de tas
Mujeres•, de donde provienen los ulteriores conflictos por la atribución de 'a sigla.
Contra el existencia lismo beauvoir iano, juzgado superfic ial, prefreudiano y pasatista,
este movimiento se apoya en la conf iguración estructural ista de los aíios sesenta Yen
un marxismo libertario . Desde 1968, es fundado por tres mujeres: Antoinette fouque,
Monique Wittig y Josiane Chanel. Muy pronto surgen oposiciones en ta medida en que
Wittig es ma rcusiana , mientras que Antoinette Fouque dice ser lacaniana.
138 ..
sunset Bou/evard : miserias y esplendores d8 1 . .
mov,m,ento de protesta
• nombre con que se conocía a Jules Muraire, un acto r có mico fra ncés (N.de T.)
•• n~mbre dado a unas mujeres que, según se dice, durante la Comuna de 187 1 hablan
vertido petróleo sobre algunos ed ificios para apresu rar los ince ndios . (N. de la T.)
139
1
histor iador sea difícil evalua r la primacía real de ese discu rso oral y captar su verdad
repercus ión en el escenar io intelectual del post mayo. Pues todo el arte del MLF era
promueve Antoinette reside _enuna manar~ particular de hace~ vibrar los ~ignifica~~:
del estructura lismo, el freud ismo y el lacan1smo, de hace r surg ir una 1nscnpción plu al
de la lengua dentro de una multit ud de vo lantes , c_onsignas, carte les, boletin~s
multicop iados de todo tipo. En una palabra, ~ste mov1m1ento p~ne en ~cto, para la
conf iguración de los años setenta, una nueva m1tologla de la fem inidad articulada aun
doctrina de la sexua ~idad. No se pr~pone solam~nte luchar por l_ a emancip_aciónO reun~
los archivos del continente negro, s1noque tamb ién intenta esc nb1r, traducir e interpretar
la historia de la-sexua lidad de las muj eres a partir de una escritura marcada tambiéncon
el sello de la diferencia de los sexos . Y es para hacer surg ir la huella de esa segunda
libido, inscrita en el órgano uterino, por lo que Antoinette Y su grupo crean en 1974las
Éditions des Femmes. Están dest inadas a publicar libros capaces de testimoniar81
surgi miento de esta escr itura sexuada . En cuanto a la empresa, es financiada al
principio por una heredera de la familia Schlumberger. Esta referencia quizás no
carezca de importancia puesto que este apellido ya está inscrito en la historia ooi
psicoaná lisis como significante de un lugar particular concedido a las mujeres, En
efecto, Marc Schlumberger afirmaba que el futuro del psicoaná lisis se apoyaba sobre
los hombros de las mujeres.
Este surg imiento de una concepc ión sexuada de la escritura no podía producirse
sin una ruptura con el existencia lismo beauvoiriano y sin una reactua lización del debate
freudiano. Ahora bien , esta reactualización y esta ruptura se hicieron posibles antesde
mayo por el relevo lacaniano por un lado y la desconstrucc ión derrid iana por el otro.
Vemos cómo vuelven a insertarse , en la historia del movim iento de las mujeres, las
batallas filosóficas internas de,l estructura lismo. Entre 1965 y 1969, Antoinette Fouque
es lectora de italiano en las Editions du Seuil. Por Frarn;:ois Wahl , que la empuja a
trabajar , lee a Lacan sin conocer a Freud y se inicia en las tareas de la revista Te/Que/.
Planea incluso elaborar una tesis sobre el tema y en 1967 descubre L 'écriture et la
Différence. Paralelamente, redacta artículos para La Quínzaine littéraíre y frecuentaa
Blanche Reverchon y Pierre -Jean Jouve . Después de la publicación de los Escritos,
piensa en emprender una cura, vacila entre Leclaire y Lacan , y f inalmente va a parar
al diván de este último, cuyo seminario sigue desde 1969. Al mismo tiempo, entra en
análisis con Luce lrigaray, quien a su vez es analizada por Lecla ire y está marcadapor
la ensel'ianza de Derrida11.
La doctrina de la sexualidad femenina en la que se apoyan las acciones Y
reflexiones del grupo Psychanalyse et Politique es pues elabo rada colectivamente,
durante varios años , con el impulso de una mujer "conqu istada" por el psicoanálisis.La
corriente que representa es, por lo demás , la única que interroga realmente el dis~rso
freudiano sin rechazar1o de entrada poniéndo le la etiqueta de un puro Y simple
1
falocratismo. Por ello es por lo que, más que otras, traba lazos privilegiad~s con ~
comunidad psicoanalítica y en especial con los lacanianos. No sólo las mu¡eresde
grupo van a los divanes, sino que las psicoanalistas son interrogadas por un discurso
que las remite a su propia posición en la historia de su comunidad ... Cuando no se
vuelven sencillamente fem imistas, proclaman el surgimiento de una palabra O una
escritura específicamente femeninas. Esto da como resultado un sinf ín de reuniones.
·En español fue traducida con el titulo "El arrebato de Lo/ V. Steín ". ( N. de T)
140
sv nset Bovlevard: miser ias y esplendo res del mov1m1ent
. . o de pro testa
arguen·1e ouras, Le
ponencia e t da en 1 minario de Lacan sobre la novela de M
· L ¡ev se
s · • .
Rav,ssemen e o . te,n, publicada un año antes73.
Este libro obtiene un gran éxito entre los psicoanalistas y en especial los
lacan1~nos. C~ando .Marguente Duras lo escribe, ignora que se va a convertir en una
especie de o.b¡eto fetiche . N~ sabe tampoco que toda su obra va a ser entendida desde
el punto de Vista~e un fem 1~1sm.oliterar io, como emblema de una ·escritura• del cuerpo
de l~s mu¡eres . Lol V. Ste1n -di.ce en 1979- es alguien que pide que se hable por ella
continuamente puesto que no tiene voz. Es de ella de quien hablé y es a ella a q uien
conozco menos. Cuando Lol V. Stein gritó, me di cuenta de que era yo la que gritaba,
Sólo puedo mostra r a Lol V. Ste in escond ida, como un perro muerto en la playa7•."
No es de extrañar que en el discurso del feminismo literario del postmayo se
reactualice la temática duras iana ya que la autora es mujer y los personajes femeninos
ocupan en su obra un luga r particular. Sumergidas en el corazón de un ocio infernal,
las heroinas duras iana s son conde nadas, locas o malditas. Son siempre captadas en
el instante de una crisis que evi dencia su universo de campo de concentración .
Además, por lo general son judias y esa judeidad les confiere una identidad desgra-
ciada que se expresa en el horror, el vacío o la nada. Por eso, se convierten en
portadoras "nega tivas· de un siglo de opres ión, verdaderos símbolos incompletos del
goce y la muerte . Los personajes mascul inos de las novelas durasianas son confrontados
a este circuito huec o de la feminidad75. Por ello es por lo que la mitología femenina
surgida de la obra de Duras pue de o ponerse a la figura beauvo iriana de un feminismo
militante triunfal y fálico: por un lado et "suplemento· , vivido en la locura o el
arrobamiento , y por el otro la liberación igualitarista con su cortejo de p rejuicios
culturalistas o natu ralistas.
El ravissementcuenta la histor ia de una mujer judía, Lola Valérie Stein, y se sitúa
en un país de sueño y pesa dilla. La noche del baile en que se celebr~ su novi.azgo. Lola
es abandonada por otra muje r, Anne-Mane Stretter. Su novio, M1chael R1chardson ,
baila con ésta. Lola mira a la pareja . No q uiere más a M1chael desde que percibe a la
otra mujer. Al día siguiente de esta escena, ~e hun de en la postración y se v~elve loca.
Se atribuye entonces el nombre de Lol V. Stein como para 1nd1car la amputac ión sufrida .
Luego se casa y se va de s. T ahla, su ciudad natal. La h1sto~1a del abandono cae en el
olvido. Pero, die z años más tarde, Lol regresa a S.Ta hla. AIII se encuentra con Tat1ana
KarJ,una amiga de la infancia , que se había quedado con ella la noche del baile. Se
encuentra también con Jacques Hold, el narrador , que se hace amante de Tatiana.
Acostada en un campo de centeno , observa el abrazo de la pareja en el hotel des Bois.
141
La Francia freud iana en todos sus 851
ados
Mira pero no ve. No obstante , el episod io de la noche de l baile vue lve a _s _u memoria.
Recuerda , habla y revive la crisis. Hace el amor con Jacques Hold en el s1t10 donde se
había celebrado el baile. El dolor desaparece. Pero cuando el amante retorna al hotel
des Bois a reunirse con Tatiana, Lol yase encuentra en el ~mpo ..de cent~no, dormida
y fatigada por el viaje. Durm iendo está encantada, loca quizás Y ~uerta . El relato no
dice nada más . Está escrito con frases cortas , ~ la _manera de u_nsue_no c_omolos lugares
de los que habla . No contiene ninguna descripc ión clln1ca n1explicación psicológica:
abarca los contornos con una circulac ión de la mirada.
En 1965, Michéle Montrelay no habla aún de una esc~itura que se parezca al goce
o al cuerpo de una mujer. Pero señala que Lol es la imagen de una deca dencia
escond ida en la so mbra, que es una parte sin la cual el inconsciente no puede existir:
"Ahora -escribe- para que los amantes se amen, será prec iso que la cosa Lol, mezclada
con el centeno , les clave la mirada de pupilas muy ab iertas 76 ."
Una narrac ión as í no podía no interesa r a Lacan. Sin ser la histor ia de un caso
clínico co mo la Nadja de Breton, restituye, por el lado de la nada, del horror, o de la
"página en blanco", esa dimensión de la locura femen ina que opera en la historia de
A imée . Pero, a diferencia de los surreal istas, Marguerite Duras no se inspira en ninguna
fuente freud iana o psiquiátr ica. Desconoce rad icalmente los discursos "clínicos· sobre
la locura, y tal vez sea por esta razón por lo que los ps icoanal istas de los años sesenta
quedan "arrobados" con este relato y por la extraña proxim idad de un decir que habla
de la locura hecha mujer sin la menor alusión a algun a nosología.
Miché le Montrelay le da a leer el libro a Lacan , que se cae de espaldas. Siempre
obnubi lado po r sí mismo, cree encontrar allí su enseñanza. Como Marguer ite Duras no
es filósofa y no hay ningún peligro de que haya "robado las ideas de Su Majestad',
Lacan se precipita a su teléfono y convoca a la señora a una cita de medianoche en el
subsuelo de un café de la ca lle Bernard-Pal issy. Durant e dos horas le habla de Lol de
una manera inolvidab le, y trata de saber más sobre ella. Hab rá perdido el tiempo.
Marguerite Duras le responde que no sabe de dónde le viene Lol. Tendría que haberlo
sospechado, él que supo observar magist ralmente que las mujeres no saben decir nada
de su goce. Sin embargo, cuatro mes es más tarde , publ ica un "Homena je hecho a
Marguerite Duras del 'Ravissement de Lol V. Stein' •_El artículo no es de lo mejor: Lacan
se conforma con enunciar grandes trivia lidades . Primero recuerda que los artistas
precedieron a Freud en el descubr imiento del inconsciente y que po r lo tanto Duras
precedió a Lacanen los asuntos de Lola . Luego subraya que el número tres desempeña
un papel importante en la historia para afirmar por último que Lola no es una mirona:
mira sin ver, y así es "realizada" por el circuito de la mirada . El texto de Lacan está
aderezado con un sinnúmero de reverencias y adulac iones inútiles .n
Aunque le parecieron inolvidables las palabras nocturnas del maestro, Duras le
responde dieciséis años más tarde de manera "feminista": "No me interesa -le expresa
a Suzanne Lamy- cuando Lacan dice : 'Ella sabe, esa mujer sa be .. .' No sé cuál es su
frase ... Es una palabra de hombre, de maestro ... Es de todas man eras una palabra de
ho~bre de poder, es evidente. La referenc ia es él. 'Lo que yo enseño, ella, esta pobre
mu¡erc1ta,lo sabe . Es un homenaje enorme, pe ro es un homenaje que rebota sobre él.
Podría decirlo que se enseña en general , ella lo sabe de entrada, pero es lo que enseño
yo lo que cuenta7S."
En 1967, Mont relay encuent ra deslumbrante el inform e que Granoff y Perríer
presentan siete años antes en Amsterdam. Y cuando lee las Nouvelles RechercheS,
142
..
suns 8 t Bou/Bvard: mísBrias y Bsplendores del rñov,m,ent
. . o de protes ta
Durante este tiempo, Lacan es presa de la hoguera femenina: Desde 1970 anuncia
que la identificación sexual no consiste en creerse hombre o mu¡er, que la muier es la
verdad del hombre, que no hay relaci_ón sexu~I puesto que la relación es la palabra
. , . que "la muier· no existe. Al ano s1gu1ente,como parte de su segundo
misma y por u111mo ·ó d t 1972
relevo lógico, elabora unas fórmulas de la sexuac1 n'.luego uran e -1973, dedica
todo su seminario a la reanudación del debate. Lo titula Otra vez, recalcando así que
está siempre presente, él, el maestro, y que las mu¡eres siempre quieren m~s: "No
tienen más que ir a Roma a ver la estatua de Bern1ni para comprender enseguida que
Santa Teresa goza, de eso no hay duda. ¿Y de qué goza? Es claro que el testimonio
esencial de los místicos es justamente decir que lo experimentan pero que no saben
nadas2: Este seminario es abracadabrante. Es sintomático del último retorno, en el
escenario francés, del gran Lacan barroco de la madurez romana y de la visita frustrada
al Papa. Pero también es un homenaje _al Bataill~ de Madame Edwarda, ,ª_la figura
absoluta del odio y el amor a Dios. iHab1aque animarse a pensar en la m1st1caen el
momentoen que las mujeres claman por su liberación y habla que saber enunciarlo sin
ninguna beatería!
Enel plano teórico, Lacan no renuncia a ningún punto de su doctrina anterior.Pero
el tono de su discurso es diferente. Ha escuchado el mensaje de Antoinette y, si bien
no adopta ninguna de sus afirmaciones, se muestra sensible a la nueva retórica de la
escritura femenina. Reafirma la primacía del falocentrismo, define una vez más la
suplementaridady denuncia el error del prejuicio naturalista: la mujer sólo existe si se
tacha el "la". En otras palabras, hay mujeres y un goce específicamente femenino del
cual la mística revela lo imposible de decir. Pero la mujer no existe , puesto que su
naturalezano es su término genérico, ni la anatomía su destino. Del mismo modo, la
relación sexual no es una relación sino la no relación entre dos monólogos. No hay pues
relación sexual. Ambas fórmulas harán correr mucha tinta y Lacan cuenta cómo, en
Italia, el carácter equívoco de su palabra provocó un malentendido: "(...] había dado
este título absolutamente loco a una conferencia que dicté para los milaneses, que
nuncaoyeron hablar de esto, El psicoanálisis en su referencia a la relación sexual. Son
muy inteligentes. Tan bien entendieron que enseguida, esa noche misma, en el diario,
decía: 'Para el doctor Lacan, las damas, le donne, no existen.' Es cierto, qué quieren,
si la relación sexual no existe, no hay damas. Había [...] una dama del MLF de allá.
Estaba realmente... Le dije: 'Venga mañana por la mañana y le explicaré de qué se
trata83."
En 1974, Luce lrigaray publica un libro titulado Speculum , de /'autre temme queva
a_levantar mu<:~ªpolvareda84 ·?pera una unión entre la temática igualitaria d~Itemi-
nis~? beauvoinanoy la de la hbera<; ión de una escritura llamada femenina. Estaes
definidacomo específica: es capaz, según la autora, de subvertir el lenguaje opresivo
de l~s varones. La obra de _lrigara~está atravesada de parte a parte por el resplandor
surgido del MLF. Per?, a d1feren~1ade Antoinette, en la que se inspira directamente,
Lu~ ~echazalaensenanzalacamanapara criticarla a partir de una posición derridiana.
~s1m1lael fa_loc;1ntrismofreudiano a un logocentrismo y propone una lectura
desconstruct1va ~el continentenegro: al emerger lo que tiene reprimido, la mujerpasa
a_seruna y pareas1su alteridadradical: "Lo que está en juego en este momento en que
v1v1mos -dedara Luce- es el lenguaje negado a nuestro cuerpo de mujeres•
L . Un af\oémástarde, HéleneCixousY Catherine Clément publican una ob;a bicéfala,
a ¡eune n e, que va en el mismo sentido y obtiene un gran éxito. Una opone una
144
suns 9 t Boulevard: miserias y esplendores del movimiento
. . de protesta
145
La Franc ía freudi ana en todos sus esta-'
vos
146
sunsst Boulsvard: miserias y esplendores del . .
mov1m1entode protesta
147
La Francia frsudiana sn todos sus
1
8 sados
gustan mucho. los repartos de te~rit orio; desconfía . Sabe que la revista concede tant
importanc ia, s1no más , a las tesis de Barthes y Derrida como a las .suyas. a
Por lo demás, el artículo que Jean-Lo u1sBaudry publica en el 1nv1emode 196a
. 96" n .d . h con
el títu lo de " Freud y la creac ión !iteran~ pone e ev 1 enc 1a asta qué punto la
desconstrucció n der ridiana es más nutritiva. para cierto~ escritores del grupo que el
relevo lacaniano . En este texto, el autor explica las _posiciones de Freud con respecto
a la lite ratura basándose exclus ivamente en la ensena n za de Dernda. Emplea sin ces
las nociones de huella, facilitac ión y f ractura y no cita ni una sola vez el nombre :
Lacan. El inte rés que Te/ Que/pone en el lacanis ~_oes sin d~da imp?rta nte, pero varí!
según la situació n política de l momento. A l pnnc1p10, las tesis dernd1anas dominanlos
traba jos telque lianos, y además Derrida pub lica una parte de su obra en la revista y en
las Éditions du Seuil. Sollers mantiene con él una verdadera relación de amistad. Pero
atrapado en sus estrategias, juega entre Lacan y De rrida un d ifícil partido que terminará
en un fracaso magis tral con uno y una ruptura con el otro. En esta historia, las pasiones
personales se mezclan con los asuntos conceptuales.
El desplazamiento de la configurac ión estructu ralista en el escenario de la
vanguardia literaria emp ieza en el otoño de 1967 con la pub licacion en Te/ Que/deun
llameante manifi esto de terrorismo intelectual. Se titula "Progra ma· y lo redactó Philippe
Sollers. En este texto encontramos un arte de la hinchazón verba l parecido al de
Proletkulty caracter ístico de la época q ue antecede a la explos ión de mayo. Los temas
abordados son idénticos a los que dan origen al fem inismo literario . Sollers fabrica una
amalgama erudita va liéndose de los conceptos elaborados por la refundición
estructuralista. De Foucault saca la pareja razón/locu ra para hacer de ella el lugarde
surgimiento de una "ruptura textua l". De Derrida la idea de una "archihuella' para
transformarla en una posible escritura "reprimida ". De Lacan extrae esencialmente una
manera de integrar el discurso freudia no al conjunto del proyecto . Por último, por el lado
de Althusser confecciona la noc ión bache lardiana de corte epistemológico, que le
permite situar la histor ia de la tex tualidad en el mater ialismo dialéctico . A partir de esta
mezcla que dice ser explos iva, la historia de la literatura es pensada como una serie de
rupturas textuales sucesivas, captables en las obras de Sade , Bataille, Artaud, etc.
Éstas definen una discontinuidad de la práctica textual , de la que la noción de autores
barrida por "burguesa· y "sacra lizante" para ser reemp lazada por la de "ciencia del
sujeto ". La escritura no es un objeto de estudio puesto que la teoría que la piensa es
ya una escritura. Toda revolución pasa pues por un camb io tota l de la escritura, es decir
por una "teoría de conjunto· elaborada como una práctica de escritura . Gracias a ella,
el telquelismo puede pensarse como el movimiento mismo de una vanguardia del
proletariado. As í, durante algunos años va a imponer una lectura particular del
estructura lismo del que ha nac ido, y arrastrará en su estela no sólo a los teóricos a los
que recurre sino a un número considerable de univers itarios en busca de una nueva
"cientificidad" para abordar los textos . Después d~ mayo, se creará una UER de
ciencias de los textos y documentos en la que Ju lia Kristeva difundirá su enseñanza
Para la histor ia conjugada de la literatura y el psicoanálisis , la aventura telquehan~
5
no tiene ni la fuerza innovado ra ni el efecto del surrea lismo de cuya medalla dice ~3
el _rever~o. En s~ versión convu lsa de los años candentes , no mantiene co~ca
ps1qu1atnadinámica la misma relación que el surrealismo. Se desp liega en una ép 'ó/l
en la que el di~~mismo está en el ocaso, en la que e l terreno que permitió la_implantacian
del ps1coanáhs1sse encuentra en plena disolución. Los escritores surrealistas 0stab
148
sun~t Boulevard: miserias Y esplendores del movimiento de protesta
tanmarca_dos por el dinamismo Y eran tan eruditos en mater ia de clínica como ajenos
a esa tradición s~ mantuvo el_te lquehsmo. Los surrealistas fabricaban poemas, ficción
y collages a p_artirde una clínica . El te lquelismo busca una cientificidad desprovista de
toda referencia a una nos?logia. Por esta r~ón, los escritores del grupo no producen
ninguna ~bra que _esté directamente 1nsp1rad a en el descub rimie nto freudiano. Su
aprehensión del psicoanális is no pasa de ser puramente teoricista. Se hace mediante
comentar~osintele?'uales ~obre la cond ición de la esc ritura y no desemboca jamás en
una Cfeac1ónlíterana O poética Además, todo ocurre como si la refundición estructuralista
ya hubiera ocupado , en Francia, el lugar de un nuevo surrealismo . En consecuencia,
la experiencia telqueliana se pres enta con carácter de imitación: repite la saga de un
relevo que ya se produjo. Así , pare un frente rojo formalista, en el que se revela, en
forma de carnaval repetitivo, la mitología de las grandes noches y el fervor desteñido
de los días qu e suceden a la revo luc ión. Cuando los surrealistas se adhieren al Partido
Comunista en los años treinta, sueñan con un bolchevismo que ya no existe. Piensan
en Lenin, en la toma del Palacio de Invierno o en una nueva conspiración en la plaza
Roja y tienen ante ellos las locuras de l stalin ismo. Todos se van retirando entonces en
silencio, con \'::-lenc ia, en su icidio. Pero cuando los escritores telquelistas se acercan
al mismo partido , cuarenta años más tard e, las apuestas están hechas por partida
doble. No só lo está sepultado Octubre , sino que con él toda la saga de las vanguardias.
El surrealismo pon ía en escena un sueño, el telque lismo pr;cipita a la tumba 1~puesta
en escena del sueño . De ahí el vira je exa ltado hacia el mao1smo,como t1gura ultima de
una revolución desaparecida y luego la readaptación a los ideales cristianos de una
Europa anticuada: "Cuando la revo lución marxista latinoameric_anaestá a las puertas
de los Estados Unidos -escribe Ju lia Kristeva en 1983- me siento más cerca de la
verdad y la libertad cuando traba jo en el espac io de ese gigante impugnado que tal vez
está a punto de convert irse en un David trente al Gohat creciente de_ l Tercer Mundo.
Sueño con que nuestros hijos vayan más bien a unirse con ese David, sus errores Y
callejones sin salida , armados con nuestras divagac iones ligados a la idea, al Logos,
a la Forma· en suma a la viej a Europa 97 ."
El telq~el ismo s~ca pues su fue rza ideo lógica de tres lados. Por una parte, cruza
momento de particular efervescencia,
la historia del PCF y sus revistas cu ltura les e~ u~ic ión estructura lista, Barthes, Derrida
por otra se apoy~ en tres mae st ros de r: ~~a reactual ización de la discusión de las
ª 1
y Foucault, y por ultimo sirve de plataform~ ·t ·al ligado a la implantación del grupo en
vanguardias. A esto se agrega un poder e I ori
las Éditions du Seuil. . . freudia no las tesis surrealistas eran pro-
En su relación con el descubri miento de TeÍ Que/no lo son. Aunque el grupo
I
ductoras de creación literaria, mientras qufe asan tan·o el de Breton en su imitación de
.. ls'ón" que uera . .
recupera un arte de la convu ! • Éstas provienen de escritores que , a titulo
la histeria, no da origen a obras importan tes. partir las opciones de la revista o, por el
individual pueden, en un momen~o dado, ~º~a ues atravesado por la situación más
contrario, rechazarlas. El te lque_h smo se e !es1rrolla durante veinte años, entre 19~0
general de la modern idad literaria , que ~ ·tas una temática presente en la teona
rteranas escn -
Y 1980, y hace surgir en las ob ras 1. d esta temática, a través del estructura 11smo,
lacaniana. Que Lacan se haya nutri~o e ·mporta poco con respecto al fenómeno
s 1
oquela modernidad se nutra de ell~ ,n sabe~~ ~ste período transmite una inscripción
en si. Más allá del telquelismo, la hteratu~a bjeto y de lo "real impos ible" del que la
del sujeto dividido, del goce, del deseo, eI 0
149
..
doct rina lacaniana da una espec ie de vertiente conceptua l. Y s in duda Laca n_teníaque
ser ciego a esta modernida~. como Freud al s urreahs mo, para que se r~ahzara esta
fusión a distancia entre el meior momento de una avanzada teó rica.Y e l meior momento
de una modernidad literaria atravesada por ella. Co n referencia a esto, hay que
distinguir la historia política e ideo lóg1c_a de la aventura telque hana en su relación
específica con el psicoanál isis, de la _h 1stona de_la~ obras prod~c1das durante ese
período y de las que la aventura telqueha~a no seria sino la expresión 1m1tada o lúdica.
Algunos grandes libros dan test1momo de la apanc1ón de una temát ica lacaniana
en la literatura entre 1962 y 1981: La Vedle, de Roge r Laporte, en el que el narrador
después de Maurice Blanchot, to ma como objeto de su_relato la esc'.itura imposible:
compact, de Maurice Roche, que expresa en bruto la d1v1s1ón de un su¡eto desmayado
en seis reparticiones entremezc ladas; L 'Hom me qui dort de Georges Pérec , en el que
el autor se dirige en segunda pe;so na a un héroe ausente de sí mismo, durmiendo su
vida, como en una cura; Éden, Eden, Éden , de Pierre Guyotat , principa l exponente de
una lengua del sexo; Louve basse, de Den is Roche , que describe e l cadáver de un
narrador reduc ido a disfrutar de sus desechos infant iles; Paradis, por último, de Philippe
Sollers, texto interminable y sin puntuación , const ruido como el soliloquio de una
escritura cuyas asoc iaciones significantes sólo pueden surgir de una lectura oral. Entre
el desarrollo de estas producc iones lite rarias y el impacto teórico que firma su posible
surgimiento , se desp liega el contrago lpe francés del descubrimiento freud iano, revisado
y corregido por Lacan, a través de la rejilla de un estructural ismo desbordado a su vez
por todos lados por sus efectos significantes98.
Desde 1956 y después de la publ icación del articu lo de Lou is Althusser , la actitud
de los intelectuales comun istas respecto al psicoanális is se fue modificando sin dar
origen a una crítica profunda de las divagac iones del pasado. El aumento del número
de los psiquiatras comprometidos en el Partido, su adhesión a la corriente dinámicaY
al serv icio público , así como la polít ica de alianzas practicada por Henri Ey por medio
de su amistad sin desmayos con Lucien Bonnafé, perm iten borrar los recuerdos
desastrosos del período jdanoviano. Los jóvenes terapeutas comunistas concurren
cada vez más a los divanes , sin saber nada del pasado. Se adhie ren a un partido
"nuevo" y descubren un psicoaná lisis freudiano contemporáneo de sus interrogantes.
En 1964, el artícu lo de Althusser no recibe ningún eco inmediato y el althusserismo es
criticado a causa de su antihuman ismo teórico. Pero progresivamente, este texto
señero se convierte en el punto de partida de una ref lexión parcia l sobre el pasado,Y
espe~ial~~nte sobre la psicología concreta. Althusser muestra que el relevo lacaniano
permite criticar a la vez las revis iones estadounidenses y la ideolog ía jdanoviana . Ahora
bien, desde 1953, Laca~ había previsto que su doctrina podía ser entendida en las filas
del. Partido. No se equivocaba. En var ias oportunidades había rendido hornenaJe ª
Pohtzer Y su presenc ia en la ENS había aportado un hálito nuevo a las discusiones
0
sobre el marxismo .. Naturalmente, Lacan no entra jamás en ninguna batalla políUCS
electoral, Y su medio fam1harestá más bien marcado por una hostilidad de izqu1erd ª
respec to al PCF . En contra de la línea comunista, Laurence participó en las redes de
ayuda _alFLN. En cu_antoa Jacques-A lain y Judith, se integran en 1968 en las masde
la Izquierda Proletaria, que preconiza la lucha a muerte contra el revisionismo. En esta
9
coyuntura, Lacan no siente más simpatla por las formas izquierdistas de la 1uc/1
150
sunset Boulevard: miserias y esplendores del movimiento de protesta
militante que por el aparato del Partido. No obstante, el PCF es una institución poderosa
st
y el viejo maestro pre a mucha atención a las transformac iones que experimenta y a
la manera en que rea be su doctnna. Su sever idad con respecto al modelo estadounidense
! 0
y su simpatía .por. s "errores• de. Politzer le hacen escribir en 1964: "Por tanto,
consideramo~ Justificada la pre~ención que el psicoaná lisis encuentra en el Este. A él
99
le correspondia no merecerla · Después del Congreso de Argenteuil de 1966, queda
abierta la senda para reahzar una nueva evaluac ión crítica de las tesis politzerianas así
como para proceder a un rechazo más comp leto del jdanov ismo. Esta apertura se
despliega d~ var ias mane ras e~ las filas d.el Partido en donde la captac ión de la doctrina
1acan1anasirve para redescubri r un freud ismo auténtico. Los "literarios• no se interesan
en el mismo Freud y en el mismo Lacan que los filósofos y los psiquiatras. En los
primeros, las tesis lacanianas son entendidas a partir de un debate en torno a la
lingüística y a la condición de la esc ritura. En consecuenc ia, las relaciones que se
establecen en nov iembre de 1967 entre la revista Te/ Que/ y La Nouvel/e Crivque
desempeñan un papel motor. Por el lado de los filósofos, las tesis lacanianas son objeto
de otro tipo de discusión, en la medida en que se implantan por la vía del antihumanismo
althusseriano . Así que ocupan un lugar importa nte dentro de una coyuntura en la que
se reivindica el althusser ismo como un medio de criticar las díferentes ramas de la
psicología. En esta época, un alumn o de Alt husser, el f ilósofo Michel Pécheux, to~a la
decisión de dar la batalla con tra la psico logía en el interior mismo de sus bastiones
universitarios y comunistas. a partir de una posición althussero-lacaniana, capaz. de
integrar los trabajos de Cangui lhe m y de la lingüística moderna. Pubhca en los Cah,ers
pour l'analyse var ios artícu los en este sentido, con el seudónimo de Thon:ias Herbert.
Pécheux arrastra en su estela a alguno s am igos, y en especial a dos 1~~e t1gadores del
CNRS Paul Henry y Miche l Pion. A uno le interesa la lógica y la hngu1st1c 7 a y al otro la
políli~ y la teo ría de los j uegos. Lacan les escrib irá cartas o les propondrá hablar en
su seminariotoo. .. · · d
Sin emba rgo dent ro del Part ido el althusse rismo es criticado.por lo~ part1danos _e
'
una corriente humanista que se apoya, por e1contrario ' en la la ps1colog1a y de
publicación la herencia
la obra
l'tz . S b I d'scusión
1 en este terreno con
po I enana. e a re a · . Théorie de la personnalité, que será tra-
monumental de Luc1en Séve, Ma~x,sme et . . t as leen otro Lacan, oscilando
101
ducida a quince idiomas .. Por ultimo •. los Pi~~ ~~~umanismoteórico . Acomienzos
también ellos entre un humanismo ~ohtzen~n~ire d'Ét udes et de Recherches Marxistas
del ano 1967, se reúnen en el ámb~to del e t aba'ar colectivamente sobre el tema
(CERM) con algunos filósofos~ ps!cólogos Pi:ªa~teslen el debate no son lacanianos,
general "Marx ismo y psicoanáhs is · Los part ~ encia constante en sus discusiones
pero la doctrina lacaniana sirve de ,punto dr re ~r que acepta entusiastamente hablar
SObreel freudismo. Una confrontaaón c~n !~fn~s de 1968. Dos años más tarde, los
en el CERM, cierra el ciclo ~e confe ren~iaso cuadernos impresos en mutticopiadora
textos son reunidos y pubhcados en a~c encuentran varios artículos, dos de los
titulados Marxisme et Psychanalyse . Alli se . de descentramiento del su¡eto en la
6
cuales están enteramente dedicados a la noci nrtaun hálito nuevo a la evaluación del
obra lacaniana. se trata de most rar que éSt a apo el tema del lenguaje es el efecto de
problema de la personalidad humana. Para ~no;~ su historia; para otros, es articulable
un proceso en el cual el hombre es descen tra Jean Ayme participa en los debates con
a una antropología fundada en el marx ismo. 1 El conju nto es de un excelente nivel
unaponencia sobre la psicoterapia inSt ituciona ·
151
'
La Francia freudíana en todos sus estad
Os
' 102 .
t e Óneo ál. · 1 • •
Para la historia de la implan tación del psicoan 1s1sen e mov1m1ento comunista
después de 1956 , el filósofo Lucien Séve ocupa un lugar comparable al de Lagach~
para la comunidad psicoanalít ica . Nacido en 1926 , alumno de la ENS después de la
guerra, se presenta al concurso de_opos 1c1ón a una cátedr~ en 1949 y se a~hiere al
Partido al año siguiente . Decepcionado por la ps1colog1a qu~ se ense na en la
Universidad , se interroga sobre las noc iones d,e persona Y personalidad_leyendo la obra
de Politzer : "Con lo que Politzer destru ía, as, como con lo que anunciaba, estaba de
acuerdo. Respecto a eso el psicoanál isis, pese a que p_arecíacontene r un fuerte núcleo
de verdad, me interesaba menos que la obra malquerida de Janet que, a pesar de sus
numerosos límites , me entusiasmaba por su sent ido de la act ividad psicológ ica y del
carácter histórico-socia l de la personal idad 103 ."
En 1952, Luc ien Séve seña la púb licamente su desacuerdo con la utilización que
se hace del pavlovismo en La Raison. Y, en esta perspectiva , prosigue sus investi-
gaciones sobre la noc ión de personalidad , que debe serv ir de base a la reanudac ión del
proyecto politze riano . Así, cuando la pub licación de las obras de Althusser hace
aparecer una crít ica a las tesis politzer ianas que cor re en sent ido inverso de su posición,
Séve opone al antihuma nis mo teór ico una psicolog ía concreta de ins piración marxista
que espera sea capaz de exponer la esencia de la persona lidad humana. A través de
Politzer, vuelve a e legir a Jan et contra Freud , la "pe rsona • contra el "sujeto". El debate
sobre el freudis mo que se desarro lla en el Pa rtido toma entonces e l aspecto de una
disputa en torno al humanis mo y la psicolog ía. Para la co rriente seviana, la psicología
concreta de la persona debe ser articu lada al materia lismo histó rico en el marco de un
programa liberal de socia lismo científico, mient ras que , en la perspectiva althusseriana,
el relevo del ma rxismo pasa por una lucha rad ical contra todas las for mas de psicología
y por lo tanto por una eva luación lacaniana del freud ismo. La opos ición que se despliega
entre las dos tendencias transpone a te rreno comunista algunas div isiones que ya
operan en la situación francesa del psicoanális is. Respecto a esto , la diferencia
existente entre las posiciones sev ianas y las tesis a lth usserianas reactua liza, en la
categoría de un patrón politzeriano, la oposic ión entre la vía lagachiana y la linea
lacan iana .
Tanto de un lado como del otro, el debate sobre las re laciones entre e l marxismo
y el psicoanál isis se reanuda sin orig inar un treudo -marx ismo, ya que ese ámbito está
investido por el movimiento izquierdista y actua lizado por e l Anti-Oedipe.Tampoco
desemboca en una crítica de la psiquiatría soviética . En cuanto a las líneas de
demarcación que trazan las fronteras ent re las dos corrientes dentro del Partido, rara
vez son evidentes y la masa de intelectuales comunistas no las vive como tales. son
muchos los que se muestran a la vez sevianos, althusserianos lacanianos , telquelistas
Y feministas según las alianzas del momento o los intere ses .edi toria les en juego. La
efervesce,ncia que se vive en el PCF, entre e l Cong reso de A rgenteuil y la elección de
G1scard ~ Esta1ng en 1974 a la presidencia de la Repúb lica, es tan loca que las mezclas
son tan import~nte~ como las diferencias o las hostilidades recíprocas . Todos los
m1htantesde la 1ntelhgents1acom unistapub lican sus artículos en los órganos de prensa
del_'.art1do, desde Les LettresFranqaiseshasta L 'Humanité pasando por La Nouvell~
Cnt,que,FranceN~uvelleo La Pensée.Todos se reúnen en setiembre para la fiesta 0
el p~r~ue panorámico de La Co~rneu~e y en marzo en la Semana del Libro Marx1
Participan en numerosos coloquios, diversas reun iones O comisiones en las que tod
s:~
152
d
sunset Boufevard: míserias y esplendores del . .
mov1m1entode protesta
153
La Francia fraudiana an todos sus est
ados
influencia , y para los representantes de la línea _oficial del PCF , autor iza la continuaCión
del combate sobre el terr eno del psicoanálisis , contra un althussensmo que no
adecúa a la 1inea de alianza con la socialdemocrac ia . En consec uencia , la lucha OOnt~!
el antihumanismo teórico se revela más importan te , en los debates, que la evaluació
real de las relaciones entre el m~rxis mo y el psicoanálisis . Para que el lacanis_mo PUed~
dar un rostro aceptable del freudismo en el marco de un renac1m 1ento ~ohtzeriano, tiene
que liberarse de todos sus lazos con el althussensmo y ~I ant 1human!smo teórico. Así
que las discus iones de los años setenta sobr~ el marxismo y el psicoanális is están
conden adas a ser víct imas de cierto malen tend ido, ya que el ob¡et 1vo de éstas es borrar
un pasado jdanov iano incomprendido y neutralizar la repres entación althusserianadel
freudismo. Sin embargo, como un acontecimiento no queda jamás oc ulto en cuantose
conv ierte en elemento crucial de una lucha de implantac ión, estas disc usio nes también
perm iten a los comun istas y psicoana listas tene r acceso, de ma nera defomiada, a la
histor ia de un pasado común. El fa moso debate sobre psicoaná lisis y marxismo queno
se había producido alrededor de los años treinta , y luego de los cincue nta, ocurre pues
con retraso durante los años sesenta y cinco a setenta y cinco, en circunstancias
políticas prec isas . No se desarro lla como en la Unión Soviética bajo el estandarte de
un patrón pavloviano, sino bajo el de un patrón politzeriano. Esto no tiene nada de raro
cuando sabe mos el papel que desempeñó la obra y la persona de Politzer en la historia
conjugada de la s ituación fran cesa del psicoaná lisis y el movi miento comunista. El
prime r Politzer es el artíf ice de una psicologia concreta, el segundo es el feroz
adversario de un "psicoanál isis francés " y el tercero se conv ierte en el furioso artífice
de un marx ismo antifre udiano. A través de las tres modalidades de este patrón politzeriano
se enunc ian tres vías pos ibles de implantac ión del psicoanálisis en el movimiento
comunista francés. La primera toma el aspecto de un pavlovismo ciego a si mismo, la
segunda el de una psicología concreta revisada y correg ida por la antropo logia marxista
y la tercera el de un antihumanismo teórico hostil a todas las fo rmas de integración
psicológica. Cada una de estas vías puede volverse dominante según la situación
histór ica del momento. Por su antipsicologismo, la te rcera vía es evidentemente la más
favorable al relevo lacaniano . Así se exp lica la existencia de la configuración althussero-
lacaniana en la histo ria contemporánea del marxismo y el psicoanálisis .
Dos años después del debate de La Nouvelle Critique y gracias a la firma del
programa común, Lucien Seve, que se ha convertido en e l director de las Éditions
Sociales, decide publicar un libro colectivo sobre el tema y ofic ializar as! las investi-
gaciones surgidas de los trabajos comun istas . Para esta emp resa editoria l, solicita la
colaboración de Catherine Clément y Pierre Bruno, un psicólogo de Toulouse en
~ormac1óncon Maud Mannoni. El libro colectivo es pues redactado por dos autores ~ue
invocan el relevo lacaniano y por Lucían Seve que lleva a cabo una evaluaetón
globalmente positiva de la herencia politzeriana. La obra lleva un titu lo increible: pour
une critiqu~ marxíste de la théorie psychanalytique1os. Catherine abre la obra con un
larg~ estudi_o,muy erudito, sobre la hi~toria del psicoaná lisis, desde el descu~nrnien:~
del inconsciente hasta el relevo lacaniano. Pierre Bruno se dedica a la cuestión de a
antropología Y la teoría del sujeto y toma partido netamente contra Althusser en un
1
nota s~bilina referente al artículo de 1964. En cuanto a Lucien seve, utiliza ª:i
expresion~s althuss~rianas para convertirlas en lo contrario y justificar, co~tra 5
antlhumanismo, la ps1cologla cona-eta del prime r Politzer Así recusa sin expllcarfO·
los "de 11 . " antifreudianos del último Politzer y los errores
nos . ' texto de 1949·· ·ASI
del
154
sunset Bou/evard:miserias y esplendores del movímiento de protesta
"ciencia de la textual idad " posible, y hay que des~artar _toda idea de "linea única· en
mater ia de literatura. Según las circunstanc ias, sete1enallanzastáct 1cascontra Te/Que¡
entre Change y Action Poétique. .. .
En la primave ra de 1968, La Nouvelle_Cr1t1queorga_n1zaun coloq_ uio sobre la
lingüíst ica en la abadía de Cluny al que son 1nv1tadoslos escritores de la revista Te/Que/
la secc ión lingüística del CERM y el Grupo de Estud ios e lnves tigac ione'
lnterdiscip linarias Vaugirard. Los debates son apas ionados Y el lenguaje oscuro s
gusto . Julia Kristeva habla del análisis est ructura l de los textos, Philip~ Sollers de 10:
"metap lasmas ·, Jean- Louis Baudry de ·la estructuración de la escritura y Marcelin
Pleynet de la estructura y la signif icación en la obra de Borges. Al final del ciclo 81
alcalde de Cluny hace el elogio de su municipalidad: "Esta ciudad, como ustedes sa~n
fue grande. Grande por su influenc ia religiosa, intelectual, artlstica y en definitiv~
humana, hasta el punto de merecer el apodo de segunda Roma 109,"
Dos meses más tarde , con el titul o "La revo lución aqu i Y ahora•, Sollers anuncia
la creación de un "Grupo de Estudios Teór icos· que funciona una vez por semana en
un local de la calle de Rennes, situado frente a la iglesia Saint-Germain-des -Prés. Es
cuestión de construi r una teoría de conjunto a partir del psicoaná lisis, la lingüística,la
serniologia y el marxismo-leninismo110. Durante un año el grupo atrae a las masas.
Toda la intelligentsía parisina se apiña en medio de los estudiantes para oír contarla
ciencia del inconsc iente, la "diferanc ia•, la muerte del autor y la revolución por la
escritura. Barthes , Derrida , Klossowski y muchos otros participan en estas reuniones
teat rales. Lacan hace una aparición algo titubeante en el borde de una sala repleta.
Regoc ijándose del éxito cosechado por sus operaciones, Sollers prepara la salida
de un manua l colectivo titulado Théoríed'ensemble, que ilustra la historia de Te/Que/
a través de los textos de sus principales colaborado res. Foucault, que ya publicó
artículos en la revista, da su ava l a esta alegre emp resa de agitación y propaganda
sacando a luz un texto en homenaje a Sollers. Barthes da un trabajo ya aparecidoen
Critiquecuyo tema central es Drame. En cuanto a Derrida, se hace presente mediante
una conferenc ia, "La différance·, pronunciada unos meses antes en la Sociedad
Francesa de Filosofía.
Durante el invierno de 1969, una muy viva polémica opone Te/ Que/a Jean-Pierre
Faye en las columnas de L'Human ité . Entre las líneas de un artículo titulado "Camarade
Mallarmé•. Faye ataca las tes is de Derrida sobre el rebajamiento de la escritura Y las
compara con el lenguaje de la extrema derecha alemana. En una puntualización que
exige el diario, Faye aclara su pensamiento 11, y su relación con las tesis de Derrida.
Éste evita participar en la polém ica. No obstante, percibe las amalgamas que haoeTel
Que/a propósito de sus trabajos y no dice nada. Por esta razón , decide no avanzar más
d
sobre el campo de batalla del Partido en esas condiciones. No participará en el seguo o
8
Coloquio de Cluny celebrado en la primave ra de 1970 sobre el tema "Literaturas
ideolog ías·.
. ·s'
Mientras tanto, ocurre un hecho que vaa hacer trastabillar las alianzas "planeta~ª
dentro del frente rojo telqueliano. En marzo de 1969 Lacan recibe de Robert Flaoeliér&,
director de la ENS, una carta en la que le anuncia que le retiran la sala oussane Y no
9518
podrá dictar su seminario allí el afio siguiente. Flaceliére no da ningún motivo para
156
Sunset Bou/evard: miserias y esplendores del movimien to de protesta
expulsió_n, pero invoca la reo rganizac ión de los estudios en la ENS y la reci ente ley de
orientación de Edgar Faure . Este es pecialista d e la pa·idof·iii·a el m · .
· d L " Y a or griego piensa
que el discurs o e ac an es mt1nd a~ o· Y no se ade cua a las buenas cost umbres de la
umversi~ad. ~de más, se q ue¡a de oi r hab lar sin ce sar de falo, a la vez que se irrita por
el excesivo numer o de hermoso s a utomó viles estacionados en la ace ra de su escu ela
a la hora del almue rzo .
La~an ~uarda laca rtade_ex clus ión Ye spe ra el 26 de junio, fecha de la última ses ión
del s_em1nano, para hac e rla public a . Ese día la lee delan te de su aud itorio y luego la hace
d1stnbu1ren num erosos e¡e mp la res. Aco mpaña la lectura con comenta rios capciosos
en los que se burla d e l nomb re d el d irector . Éste es tratado de "Flatulenc iera·
"franciscan~ " Y"n~ se la aga rren dem asiado con la flaceliere 112". En rea lidad Lacan esté
loco de ~ab1a, hen do, ave rgonzado Y humillado , porque atribuye gran importancia al
reconoc1m1ento de la Un iversidad. La e ntr ada en la ENS produc ida e n 1964 represent ó
para él un enorme desquite , y, durante se is años , la conquista de ese bastión dio a su
enseñanza la oportun idad de renace : y a él la de hacerse célebre . y de repe nte , por una
carta 1mbéc1 l, rev ive las horas sombnas de su "excomun ión". De nuevo es tratado como
una oveja negra y expulsado de una poderosa instituc ión en la que consigu ió hacer oir
su palabra. Con esta expu lsión se pa rece a una especie de Sócrates acusado de
pervertir a la juventud de l país en el preciso momento en que se efectúa, en la
Universidad , el proceso de norma lización . Respec to a eso , la op inión común no le es
favorable. El año anterior , Flace liere ya hab ía querido expulsarlo, pero hab ía tenido que
renunciar a su decisión deb ido a la presión que sob re él eje rcieron Althusser y Derrida.
En enero de 1969, el lingü ista Georges Mounin echó leña al fuego publicando un
artículo contra é l en la NRF: "[Su ] est ilo no prepara la curiosidad sanamen te o rientada
por la lingü ística: respecto a esto, es de dep lorar que la école Norma le, en donde por
prioridad hubiera debido produc irse un agg iornamento ling üístico de alta ca lidad, haya
perdido en parte a causa de Lacan unos diez o quince años difíciles de recupe rar
hoy113."
No bien Lacan termina de leer la carta de expuls ión , la muchedu mbre del seminario
se pone de p ie y decide ocupar el escr itorio de Robert Flacel iere. Entre los primeros en
llegar figuran Jean-Jacques Lebe l, Antoinette Fouque , Laurence Bataille, Philipp~
Sollers, Julia Kristeva y muchos otros más. Durante dos horas permanecen all ,
tranquilamente antes de ser evacuados por la guardia móvil. La prensa se apode ra del
asunto y se muestra moderada respecto a Lacan. No obsta_nte, numerosos i.ntelectua les
finnan una petición en su favo r. e uando F ran9ois Wah l le pide a c.1au_de Lévi -Stauss que
agregue su nombre, éste se niega, y reca lca que una pers_ona invitada a un salón no
debe armarlío. Por su parte, Pie rre Daix va a la calle de_L1llepara lleva rle a Lacan el
testimonio de solidaridad de A ragon y de Lettres Franga,ses. Interrogada por el diario
Le Monde la "dirección " de la ENS responde que el seminario de Lacan es mundano
YPococie~tífico. Al día sigu iente , bajo la presión ~e Derrida y Althusser que amenazan
contomar posic ión públicamente, Flaceliere califica de provocac ión la opinión de la
"dirección". Luego agrega: "S i bien esa dec la ración es totalmente falsa, lo que en
C8mbio es cierto es que los oyentes del Sr. Lacan , que el miérco les ocupa ron m1
• P&labra
rusa, que designa una casa de campo situada en los alrededo res de una gran
Ciudad.
(N. de la T.)
157
La Francia freudiana en todos sus estados
escritor io, se comportaron como discípu l?s poco d ignos de tal maes tro puesto que
escr ibieron all í gratt itis obscenos y cometie ro n depredac iones y vanos robos 114:
Esa semana , abre sus puertas el Salón de la Pintu raJove~ . El vis),tantepuede Ver
allí un inmenso cuadro realista cuya leyenda no da lugar a equ ivocas : Lou1sAlthusser
vac ilando en entrar en la datcha* de Claude Lév i-St rauss donde están reu_nidos Jacques
Lacan , Miche l Foucault y Roland Barthes, en el mo mento en que ~arad io anuncia que
los estud iantes decid ieron abandonar a legremente su pasado . En e l catá logo, la
datchaes cal ificada de "residencia sec undaria y pe rmanen te, en la que , con un marco
particu larmente rebuscado , la ple nitu d de una naturaleza excepciona l favorece la
creación de las estruc tur as."
Lacan se siente muy solo. Está convencido de que se ha fo rmado un "complot>
contra él y da a entende r a Sollers que Derrida y Althusser no imp id ie ron que Flaceliére
actuara. Sabe que la dec isión es irrevocab le. Todos los días se e ncue ntra con Sollers
para hacer un balance de la situación, y trata por todos los medios de que se hable de
él. En el d iario L'Express, almuerza en compañia de Fran9oise Giroud el escritor y
Antonella Guara ldi, una joven fi lósofa italiana , muy bella, que lo acompaña a todas
partes. Le pide a Giroud que escriba un artícu lo sobre su expulsión. Ella lo redacta y
recoge el val iente tes timonio de Gilles Deleuz e: "E l doc tor Lacan -dec lara éste-es
uno de los maes tros del pensamiento actual. Sería sumamente lamentabl e e inquietan-
te que se lo prive de un lugar de enseñanza pública 115." Después del almuerzo en
L'Express, Lacan declara a So llers: "A la Univers idad, usted sabe, no hay queseguir1e
el juego 11s:
Sin embargo, sigue . A su mane ra ... Después de varias gestiones obtiene un
anfiteatro en la Facultad de Derecho, cerca del Panteón, para prosegu ir su seminario
en el ámb ito de la EPHE . El luga r es inmenso y desde el primer día la multitud se
aglomera, más densa que en la ENS. Por lo demás , e l seminar io de este primer año de
emig ración está ded icado a L'envers de la psychanalyse, es dec ir al lugar que ocupa
el discu rso univers itario entre el psicoanál is is, el maest ro y la histérica: en total, cuatro
discursos esca lonados en maternas. Desde la sesión inaugu ral, Lacan anuncia su
intención de aparecerse en la Universidad de Vincennes para representar allí cuatro
improvisaciones: lo inv itó la UER de filosofía. Una vez más, ha transformado una
derrota en victor ia, insta lando a sus oyentes en un espacio mucho más amplio Y
proponiendo llevar la lucha al corazón del bastión universitario más contestatar io de
Francia.
El segundo Coloqu io de Cluny se celebra en la pr imavera de 1970. Durante tres
días entre los muros de la abadia y en med io de un gran número de universitar ios, que
concurrieron simplemente para hablar de literatura, la polém ica entre Te/ Que/y sus
adversarios llega a su apogeo. Una sola ponencia, la de Catherine Clément, se
concentra realmente e~ una lectura de Freud y Lacan en la perspectiva marxista: Por
lo _demás, los enfrentam;entos se producen entre las revistas Te/Que/y Action Poét1que.
Mitsou Ronat impugna la utilización que Julia Kristeva hace de la lingüística, mientras
que Henri Delu~ ataca el revo lucionar ismo telqueliano y vanguard ista. Por último, yo
misma ataco vivamente las tesis de Derr ida. La finalidad es demostrar que e5táfl
vinculadas a una vis ión heidegger iana de la arca icidad y son incompat ibles con 1as de
Lacan111.
El ~egun~ dí~, bajo la pres ión de Sollers, que amenaza con retirar sus tropas d~
1
Co oquio, la direcx:ión de la NCdec1de censurar a Mitsou Ronat por polemizar en forfTl
158
sunSet Boulevard: miserias y esplendores del movi·m,en
· to de protesta
159
La Francia fraudiana en todos sus estados
ministro del cuento de Poe: fue ~a legatar ia francesa de la autoridad freud iana, y gracias
a esa posición desv ió la ensenanza de aque l, robó .,su carta. Fren!e a ~lla, Lacan se
considera el rep resentan te de la verdadera o de la recta doctrina . Se identifica con
Dupin: "Quiere -e scribe Derrida- con la ex plosión pasiona l cuyos signos hemo
señalad o, encontrar de nuevo el rumbo,. rectific ar, endere~ar, pone~ _denuevo en e~
camino recto, lo que no ha sido recla mado , es decir la co mun idad anal1t1ca en la medida
en que se organiza como una "lista de cor reos que guarda sellada e l poder amenazante
de una here ncia 120:
Derrida hub iera podido agregar, pero no lo hace, que Lacan , diez años después
de la publicac ión de ese famoso seminario , tendrá la ilusión de poder evitar que su
propia doctrina esté sometida a des.viacio nes . Si bien el maestro se cons idera el único
poseedor de la "ve rdadera· verdad freud iana, no está a cubierto de las alteraciones que
padece su escritura. Al fin al de l relato, el caba llero Augusto Dupin cuenta al narrador
cómo le hizo una mala pasada a l Ministro. En el lugar de la carta recuperada y devuelta
a la reina, deslizó otra en la cua l copió de su puño y letra unos versos sacados del Atreo
de Créb illon padre: "(...) des ignio tan funesto / Si no es digno de Atreo / es digno de
Tiestes ". Como el Ministro conoce la letra de Dupin , sabrá descubrir quién es el autor
del pase mágico. El caballe ro firma así su fechor ía, pone su marca a su "designio". En
suma , traza un nombre sobre la resolución del enigma. Ahora bien, Derrida observa
que, al redactar , Lacan emp lea dos de cada tres veces la palabra destino en vez de
designio 121. Probablemente se trate de una errata: en la primera versión publicada en
La Psychanalyse, Lacan escribe una vez designio y una vez destino. Luego este error
es copiado en los Escritos . Pero en la versión pronunc iada oralmente por Lacan y
transcrita dos años después de la publicac ión del " Facteu r de la vérité", Jacqu~s-Alain
Millar escribe designio y no destino. En esta conferencia Lacan no evoca más que una
sola vez la cita de Crébillon 1 zi. Para afirmar que Lacan "fue rza dos de cada tres veces
el designio en destino·, Derrida se basa en el prefac io de la edición de bolsillo de los
Escritos, en la que el autor vuelve sobre la carta robada y habla de un "destino tan
funesto", cometiendo esta vez una alterac ión que no puede ser una errata 123• De ahí
deduce Derrida que Lacan transforma el cuento de Poe para imponerle una verdad
exterior según la cual una carta siempre llega a dest ino. En otras palabras, muestraque
en la escritura misma de Lacan se urde u na operación de ficción en la que el autor se
reexpide a sí mismo la indivis ibilidad de la carta (letra) , es decir el "todo" o el · uno' de
su doctrina.
Vemos aquí cómo funciona el procedimiento de la desconstrucción. Derrida hace
aparecer en el texto mismo fallas y desplazamientos. Sobre todo pone el acento en un
punto esencial de la enseñanza lacaniana que va a resultar ser determinante para la
continuación de la historia y que afecta al destino del conjunto del seminario : ¿se trata
de un "todo", de un "no todo", de una herencia, de una carta que ya llegó al destinatano,
de una pala~ra '.'voladora" o _deuna transmisión íntegra!? En 1975 el artículo de Dernd:
no suscita mngun comentano de parte de los lacanianos. Pero , dos años más tarde,5
reanuda el debate , en el marco de Confrontat ion, después de la pub licac ión del librode
Fran901sRoustang, Un destin sí tuneste 124. El mismo año, en los Estados Unidos, sirve
de punto de referenciá a una discusión sobre el ps icoanális is y la literatura en 1 ª
Universidad de Ya1e1:25. ·
_Enel momento ~n que los escritores de la revista Promesse se entreviStan :~
Derrida, están ellos mismos embarcados en la ruptura de Te!Que/con el Partido. De
160
svnset Bovlevsrd: miserias y esplendores del mo v,m,ento
. . de pro testa
161
La Francia freudiana en todos sus
8 sados
1
pode " y Muriel Drazien se instala en Roma para represendt~r al maestro. f'.ero Pronto
.all an las disputas. Los fundadores se echan en cara sus 1ve_rgenc 1as y_nvalidades.
. ) Musotto y contri pasan a se r miembros de la_EFP,con s~ ,rg10F1nz 1y Virginia Finzi-
'· que animan en Milán un grupo de tendencia marxista,_ la Pratica Freudianai2.a _.
::::atolicismo y marx ismo son los dos ingred1e_ntes a pa rtir de los cua les se creaun
,so lacanismo ital iano, folk lórico o sectario, implantado en los márgenes de un
·dad psicoanalít ica oficia l en crisis Este la~anis~o se desplieg_a en un rnar~
,ógico dominado desde hace liempo por el ¡ungu 1smo Y la Iglesia romana. Los
.-,ntes n1ovimientos anti psiquiátricos lo impugnan y toda la comunidad intelectual
rna lo vive como algo "par isino".
Afortunada mente , Armando Verdigl ione no es el único rep resentante del rnoVi-
-,nto lacan iano en Italia. Pero es su figura más sombr ia y la más paradójicamente
trisina. Nacido en 1940, este extraño professore es de origen ca labrés. Educado por
,s ¡esuitas, luego estudi ante en la Universidad del Padre Gemell i, hac ia 1968 se hace
niaoísta ", entre dos sesiones en el diván de Lacan. El hombre es una combinación de
1estigo de Jehová y padrino de opereta. Se toma por Dante, sueña con funda r un nuevo
esperanto freudiano y persigue con sus furiosas imprecaciones a los dos "demonios'
que según él perturban el mundo moderno: el junguismo y el marxismo. Así que ve por
todos lados agentes de la KGB y esp ías del Opus Dei. Verd iglione habla una especie
de lengua funda mental en la que se mezclan la glosolalia de los verdaderos locos
literarios y la pomposa verborragia de las sectas esotéricas. Durante los diez años de
un reinado que se extiende de 1973 a 1983, construye en Italia un fabuloso imperio
editor ial compuesto de múlti ples grupos y rev istas. Atrae en torno suyo a los grandes
nombres de la literatura, la filosofía y el psicoaná lisis me diante suntuosos coloquios,
con todos los gastos pagos, de Nueva York a Tok io y de Milán a París. Verdiglione
qu iere llevar la peste al unive rso . Naturalmente, las celebr idades transportadas a sus
co loquios igno ran de donde viene el dinero. No es asunto de ellos. Y después
Verdiglione traduce sus libros, publica las ponencias, paga las facturas según una
rigurosa j erarquía del "toma y daca ", a cambio de una buena pizca de publicidad en la
prensa parisina.
La res istible ascensión de Armando Verdigl ione empieza en Milán, en un coloquio
celebrado en diciembre de 1973 sobre el tema "Psicoanálisis y politica·, en el que se
reúnen el grupo Te/ Ouel, con Sollers y Kristeva, los representantes de L'Anti -Oed1p~,
con Guattari y Oury, Serge Leclaire y varios italianos entre los que figuran Sergio Finzi,
Elvio Fachinelli y Gian Franco Minguzz i. En este encuentro también participa unajoven
terapeuta francesa , Marie-Claire Boons, alumna de la SPP . Pertenece a la corriente
llamada "Yenan" 129 , que conduce Alain Badiou. Dicha corr iente recusa a la vez el
lacanismo , el deleuzismo y el telquelismo. Octave y Maud Mannon i no se tomare~la
molestia de ir, pero enviaron una contribución escrita . En cuanto a Lacan, anuncio ~u
ida pero desiste en el último momento: no quiere ni desaprobar ni apoyar esta operacion
dudosa en la que_se enfrentan los hijos de Marx, Mao y Su Majestad. Así que decid:
quedarse en Pans. Siempre adoptará esta actitud de no desaprobación y no apoy '
ta~to respecto a Verdiglione, que será violentamente expulsado de la EFP sin jamás ser
miembro de ella, como respecto a las empresas telque lianas o maoístas .
. En Milán, los deba!es son cómicos, ininte ligibles, delirantes o sectarios. _Cada un;
defiende su mer~adena creyendo reconstruir el mundo y an iquilar el st~llmsrn°~
fasasmo y el totalitarismo. Sollers se reve la como el mejo r acto r de esta s1n1estrafa 8
162
.
sunsetBcvfevard: miserias Y esplendores del movimiento de protesta
seguía hasta 1974 y cuyo genio,barroco me conmueve cada _vez _comouna verdadera
sesión de psicoanálísis, no hab1a s_a b1do liberarse de las obligaciones que le imponia
su medio para acompañarnos a China co'?1 o habla deseado. Desde a~uel período, rne
pareció descubrir en él los signos de la ve¡ez y en su escuela los de la impostura. Evité
pues seguirlo en su penoso fin133 ." . . . . .
Mientras que Lacan decide anular su Vla¡e a China, Verd1ghoneprosigue, con el
apoyo de Te/ Que/, su febril movilización de la intelligentsia parisina. Cada año los
coloquios son más vastos, más suntuosos y más delirantes. Sexo y lenguaje, cultura
e inconsciente, alucinaciones, locuras, arte, peste Y apariencia: el emperadorno resiste
a nada y nada se le resiste. Viaja por el mundo entero, telefoneando sin cesar a sus
diferentesoficinas milanesas y soportando con dificultad el extrañamiento y la privación
de spaghettis. Una día decide adelgazar, se interna en una clínica y resurgetotalmente
nuevo con treinta kilos menos. Luego, siempre apoyado por Sollers, vuelve a recobrar
el peso y la actividad. Hacia 1980, planta en París una rama de su imperio, despuésde
un coloquio abracadabrante dedicado a "La Verdad". En abril de 1981, se paga una
página entera del diario Le Monde en la que publica noticias cortas sobre su obray su
persona. Las redactan una pléyade de psicoanalistas, escritores y celebridadesdel
momento. Entre ellos figuran Philippe Sollers, Franc;oisPerrier, Octave Mannoni, Jean
Oury, Philippe Nemo, Marek Halter y Alain de Benoist. Todos alaban sus méritos134 .
Pero, para hacerse propaganda, éste utilizó cartas personales o fragmentosde criticas
que reprodujo en la página de Le Monde sin avisar a los interesados. Así que empieza
a tener algunos procesos encima por abuso de escrituras y apellidos.
Eso no le impide hacerse accionista del diario La Quinzaine Littéraire , queandacon
las finanzas desequilibradas. Embriagado de poder, enseguida quiere obligar a los
redactores a publicar de favor artículos dedicados a su persona y sus empresas. Como
éstos se niegan rotundamente, Verdiglione amenaza con hundir el periódico liquidando
sus acciones. Finalmente, la Quinzaine es salvada de la derrota mediante una gran
suscripción: el profeta aparece entonces tal cual es. La intelligentsia parisinalo des-
aprueba, Sollers lo abandona, sus amigos se apartan de él. Tras doce años de intenso
tole tole el imperio se derrumba de veras. En julio de 1985, la prensa italianacuentala
epopeya tragicómica de este mafioso de la cultura. Su fundación es sometidaa una
investigación judicial por captación abusiva de fondos. un esquizofrénico, en análisis
con un colaboradordel professore, pagó a la FundaciónVerdiglionedoscientosmillones
de liras, en varios cheques, algunos de los cuales, sin fondos, fueron devueltos a la
familia del signatario. Ésta presentó una demanda y el fiscal hizo verificar las cuentas
de Verdiglioney requisar su domicilio. Luego, el asunto pasó a ser penal a medida que
se multiplicaron las demandas135 . En su congreso de julio, Verdiglione hace un ve_ r·
dadero happening. Ya no se toma por Dante sino por el capitán Dreyius y acus~a ltal:
enterade habersevuelto raasta . La prensafrancesa no informa sobreel acontec1m1~ 1;
Los espías del asunto Greenpeace ocupan las mentes. El trente rojo y los ~n~o
can~entes hace tiempo que han sido olvidados. Dos meses más tarde, en un artic~a
publicado en El Express, firmado por Jacques Derogy y Jean-Marie Pontaut,se d
cuenta de que el agente de la DGSE Dominique Prieur lee en su celda en Aucklan
Les flls
· de Freud sont tatigués, de Catherine
' Clément. Esta ·tona
• vez, se trata de una his
planetaria y de un verdadero espía1Js.
164
CAPÍTULO 111.
Reinos divididos
t. Psicoanállsis en ta Universidad .
168
d
Reinosdivididos
escr ibe a Lapla nche para participar le su inquietud respecto al empleo del térrni
"doctorado". Según él, se presta a confusión . A lo que Laplanche responde con t~º
razón que la palabra "doctorado" remite a la inves tig~ció~ te órica Y.no a la medicina~
a cualquier ca lificación de médico : "Fuera de la_penpec,a -e scribe-- "¿cuál es no
obstante el fondo? El fo ndo es que esta hab,hta CJ ó n de un doctorado de psicoanális'
. , á IS
viene a culminar algo perfectame nt~ nuevo e_nF rancia y qu1z s en el mundo: la
presencia en la Universidad de un equipo de analist as, que hab lan como tales- no bajo
el manto de otra disciplina, psicología, let ras o filosofía- del análisis , de manera
autorizada , en la Universidad7 ."
El DEA de psicoaná lisis se define de la manera siguiente: se prepara en un afio
no tiene ningún valor profes ional y constituye la primera etapa del doctorado de terce;
ciclo en psicoanális is. Éste no es tampoco un diploma profes ional y no confiere pues
ninguna capac idad para el ejercicio de la profes ión de psicó logo o psicoanalista. Sólo
se puede hacer valer el título de doctor de tercer ciclo para postu lar a una carrera de
doc encia o investigación. Dicho de ot ro modo, los estudiantes que quieren ser
psicólogos clínicos son encam inados al diploma de estudios super iores especializados
(DESS , diplome d'études supérieures spécialisées } para poder tener acceso a los
establec imientos de at ención sanitaria , mientras que los que prefieren el psicoanálisis
son orientados preferente mente hacia los divanes . Para el año 1983- 1984, la UER de
ciencias humanas clínicas imparte su enseñanza a alrededor de dos mil quinientos
estud iantes. Comp rende ciento sesenta encargados de cursos , trece asistentes,
diecisiete profesores asistentes , nueve profesores y profesores de conferencias)' dos
profesores honorarios. Para estas cuat ro últimas categor ias , só lo cuatro docentes no
pasaron nunca por un divánª .Desde entonces , el Laborator io tomó el nombre de
"Centro de Investigaciones para el psicoaná lisis y la psicopato logia".
En 1979, Laplanche suma otro piso a su reino editoria l creando en las PUF una
colección , "Voies nouvel les pour la psychanalyse •. En ella publica tesis dirigidas por él
o libros de sus alumnos. Por último , hoy en día le corresponde a él junto con André
Bourguignon y Pierre Cottet la tarea de unificar los conceptos freudianos en franoés
para la tan esperada publicación de las obras completas: una magn ífica carrera para
un alumno que no se ha dejado mandar por sus maestros.
170
RBinos
divididos
172
Reinos divididos
contrarrevo lución, hace frente a su~ adve~~arios y les respon de con malicia: "El
verdadero criterio de una empresa ps1coanallt1case encuentra siempre en cierta forrn
de denegación apasionada que la recibe. Hoy en día, ya no se refiere a nuestra práctic:
0
nuestros conceptos sino a nuest ra ex 1stenc1a. ~o por ello es meno: cierto que pasa
lo mismo, en cierta forma , por lo que respecta al pens amiento Justo que los guía por
ahora. Provoca por 10 menos algunas res istencias y no encuen tra más que un auditorio
muy aristocrático . !Mucho mej or ! Es seña l de_que participa de un poco d_everdad y para
el psicoanalista que soy es una razón suf 1c1ente pa ra saber que sigue siendo de
1
ustedes , filósofos, de quienes me siento más cerca 2."
En jun io, las elecciones se producen en circunstancias dramáticas. Los izquierdistas
hostiles a la participación realizan operaciones de comando en el campus, armados con
vergajos y tubos metál icos. Enseguida los participacionistas reaccionan, apoyados por
las fue rzas de choque de la CGT. Los militantes de la IP hacen c~rrer el rumor de que
el Partido Comunista se apresta a tomar por asalto el centro experimental. Se levantan
barricadas y la Universidad no tarda en parecerse a un campo atrincherado .
En vísperas de las vacaciones se elige un nuevo consejo de ad ministración, pero,
desde el com ienzo de las clases, se reanudan los disturbios sin imped ir la continuación
de los cu rsos . A fines de setiembre, el departamento func iona mientras que Lacan se
dispone a anunciar su ida a Vincennes para efectuar cuatro improvisaciones. Declinó
la inv itación hecha po r el departa mento para acepta r un ofrecim iento de la UER de
filosofía . En una circular, Leclaire anunc ia que siguieron los seminarios ochocientos
estudiantes y se distribuye ron doscientas tre inta unidades de va lor. Se tienen que crear
tres nuevos cargos y para el año sigu iente se inscr iben qu inientos ochenta y cinco
estud iantes 13.
Es entonces cuando esta lla el asunto tragicómic o de la pub licación pirata del
sem inario de Leclaire . Una revista titulada La lettre infáme saca a luz, con una tapa
plateada adornada con letras rojas, la transcr ipc ión de l cu rso dictado por Leclaire
durante el año 1969. En él se abordan varios temas: la función de l padre, el incesto, lo
prohibido , el cuerpo erógeno, la articu lación de lo psicoanalít ico a otros campos del
saber . El conjunto es sub rayado po r una presentación de casos clínicos y una nota en
relieve aclara que la transcr ipc ión proviene de grabaciones debidamente revisadas Y
correg idas por el autor 14 . Pero Leclaire no dió su autor ización pa ra realizar esta
publicación pirata que se ampara en su nomb re. Incluso se siente molesto porque se
incluyen análisis de casos de uso reserva do. El asunto no es muy grave. También los
seminarios de Lacan y los artícu los inédi tos de Freud se publican mediante actos de
pirater ía y los usuar ios no se quejan. Pero Lacan no soporta la competenc ia que
involuntar iamente le hace Leclaire. No só lo quiere ser el único en reinar por la palabra,
sino que aprovecha la ocasión_para echar leña al fu ego y desestabilizar la experiencia
de Vincennes. Empujado por él, el director io de la EFP convoca a Leclaire acusándolo
de haber autorizado la publ icación de sus cursos sin pasar por el aparato institucional
de la EFP.
Mientras tanto : do~ acontecim ientos hacen más dif ícil aún la gestión del depar-
tamento: la 1mprov 1sac1ónde Lacan y la publicación en el diar io L'Express de una
entr~v ,sta a Jud ith. A principios del mes de dic iembre, Lacan se apa rece en Vinoennes
prov isto de su 1mpres 1onante poder verbal. Siemp re majestuoso, llega con su corte_en
medio _deun camp_u~desenfrenado donde la dirección del centro puso a su disposición
105
un anfiteatro. El Vle¡o maes tro está en el apogeo de su reinado y aún no padece
174
..
ReínOSdividídos
175
La Francia freudiana en todos sus 9
Slados
importante es hacer penetra~ la '_'subvers ión lac aniana" _dentro C:e la Universida
cediendo a exigencias adm1nistrat1vas ¡uzgadas secund arias. Por ello es por lo d
ace pta el principio de la parti cipación y distribuye U V a los estud iantes. Los izquierdi~ue
y la mayoría del grupo de Vincennes, que se somete a la dec isión de Lacan de sabot as
la empres a, condenan su actitud. En vera no, después de una segunda improvisaci~ar
Lacan cons igue cambi_ar la relación de !ue rza a su favor. La situación se hac:
insos ten ible para Lecla1re, que d1m1te y de}a su puesto a Jean Clavreul. Un año más
tarde , es elegid~ para el ju rado de aceptación de la EFP. D_uran!e casi cuatro años, un
equipo va a adm1n1strar el departa mento obed eciendo las d1rectnces de la calle de Lille
Lacan guarda si~encio pero participa en reunio_nes del grupo de Vincennes afirmand~
que la experiencia debe prosegu ir. Ante la d1m1s1ón de Lecla1re, los docentes reaccionan
de manera diferent e según sean univers itarios o miemb ros de la guard ia. Para la
generación joven de los unive rsitarios , el con flicto entre Laca n y Lecla ire aparece como
un ajuste de cuentas interno de la EFP , mientras que, para los otros , el apoyo a la
política lacaniana es una cuest ión de sumis ión 17. Sin embargo, se sigue la "línea•
def inida por Leclaire. El departamento acepta programas que reflejan la situación
dividida de la EFP, con todas sus corr ientes contradicto rias, representadas por
Mont relay , Roustang, Pat rick Guyo mard , etc. Permanece abierto a todas las expresio-
nes del lacanismo: as í, por ejemplo, Anto inette Fouque partic ipa en un seminario sobre
la sexualidad femenina.
Después de su expu lsión de la ENS, Lacan tras lada su sem inar io a la Facultad de
Derecho. All í, frente al Panteón, elabora durante cuatro años una última refundiciónde
su doct rina 1s que le va a permi tir a la vez sa lir de l estructu ralismo, sin superarlo, y pasar
de un rechazo de la enseñanza un iversitaria a su contra rio. El relevo lógico de 1965
nació de l descubrimiento que hiciera Lacan de la obra de Frege y de la confrontación
con las tesis de los Cahiers po ur /'analyse. Giraba en torno de la problemática del sujeto
de la ciencia , la sutura y el teo rema de Gode l. El relevo que se anunc ia a partir de
nov iembre de 1969 es la cont inuación lógica . Y, respecto a esto, la ENS y los Cahiers
siguen desempeñando un pape l importante: reconquista en 1965, dispersión y expulsión
cuatro años más tarde. El último número de los Cahiers sa le de la imprenta cuandoel
grupo ya está disuelto por haber entrado algunos de sus fundado res en las filas de la
IP. T rata sob re la formalizac ión y acentúa el vínculo con el logic ismo. Encontramosalli
un largo estudio de Jacques Bouveresse sobre Ludwig Wittgenstein y la traducciónde
textos de Cantor, Boo le, Godel y Bertrand Russel l. A través de estos artículos, Frege
ya no es la única referenc ia a la lógica y lo que sirve de punto nodal a una reflexión
colectiva conducida por el grupo de Cahierses toda una problemática ligada al empirismo
lógico y a los trabajos del Círculo de Viena. El psicoanális is como tal está ausente_de
este número , salvo en lo que atañe a un texto de Ala in Badiou, que compara la lógica
millero -lacaniana de l signif icante con una metafísica.19
Por lo tanto no es por casua lidad si se vuelve a produci r una ósmos is, en esta fecha,
entre la enseñanza de Lacan y las act ividades de su "pandilla " de normalistas. El pnmer
sem inario que pronuncia Lacan en la Facultad de Derecho lleva como título El reverso
105
del psicoanálisis. Está atravesado enteramente por la lectura fecunda de uno de_
5
principa les libros dedicados a la filosofía del lenguaje , el Tractatuslogico-philosophiCIJ_
de Ludwig Wittgenste in, publ icado en 1921. Sin duda Lacan ~a conoc ía desde h~~~
tiempo el nomb re de este otro ¡udío vienés de comienzos de siglo que desempei'I, ·ca
papel tan importante en el desarrollo del positivismo lógico y la filosofía analilí
176
Reinos divididos
La cinta de Moebius , sin derec ho ni revés, da la imagen del sujeto del inconscie
as í como el toro o cámara de aire designa el agujero , la falta o el hiato , es decir un lunte
constituyente que sin embargo no existe. A _estasdos figuras , Lacan agrega el ero~~'.
cap O gorro cruzado , que perm ite cerrar la c,~_tade Moeb1us, y la botella de Klein, que
representa una superf icie cóncava. Lacan ut1hza to~as estas f1gu~asen cada etapa de
la elaboración de su doctrina. Pero durante veinte anos la topolog1a es un elemento d
ilustrac ión de la enseñanza lacaniana que no desemboca en un relevo fecundo de i8
teoría .23 y es la lectura de Wittgens tein, asoc iada ~- esta vieja reflexión sobre ta!
matemát icas , lo que en 197_0 va a l~evar a la _creac,~n de una nueva terminología
destinada a pensar l_ a cond1c1ó_nde l_discurso ps1coanal1~1co en su _relación con otros y
en espec ial con el discurso un1vers1tano . Para pensar dicha cond1c1ón hay que poder
pasar del decir al mostrar, es decir alentar a cada suj eto oyente, y al propio Lacan, a
hacer ejercicios q ue ya no atañen al discurso sino a la demostración.
Si bien Lacan está fascinado por los aforismos del Tractatus , no concluye como
Wittge nstein el necesa rio manten imiento de los inco mpatibles. Por el contrario, intenta
pensar el ámb ito de lo inefab le integrá ndo le el "no todo". Sabe que el discurso
psicoanalí tico sigue estando marcado por sus orígenes hipnóticos y siempre corre el
riesgo de caer en la religión de la transferencia , es decir en la religión a secas. Cuando
el psicoaná lisis se reduce a una terapéu tica o a la tra nsferenc ia, tiende a la magia y lo
no enseñab le: se conv ierte en una práctica relig iosa . Pero cuando evoluciona haciael
dogma también se convierte en una relig ión, una Igles ia o un sabe r universitario; en este
sentido, para Lacan el cristianismo es la "ve rdadera" relig ión, la peor , puesto que la
t rinidad es uno en tres y no hay más que un solo Dios: el cristianis mo dice el todo de
la verdad. Para evitar el aspecto de lo inefab le, la magia o lo religioso, sin caer en el
dogma de la verdad, es necesario que el discu rso psicoana lítico sea capaz de
enseña rse, es dec ir reduc ir al mínimo el ámbito de lo inefable. Con el riesgo, siempre
presente en el lacanismo, de cree r en la ilusión de la "doctrina única ·, no "desviada".Se
puede decir pues que el recurrir a la for malización y el saber matemá tico es para el
lacanis mo el último intento de salvar el psicoa nálisis de su síntoma hipnótico, pero
tamb ién, en e l otro ext remo de la cadena , de la escue la, en una sociedad donde aquella
t iende a reemplaza r a la Iglesia.
Inspirándose en la noción de grupo cuaternario, y a través de la enseñanza de
Guilbaud, de la Edad Media latina, Lacan construye un objeto matemático at que
bautiza cuadrípodos. éstos se originan en dos tipos de inversiones destinadas a
mostra r la organizac ión de lo mismo en lo difere nte, de la mu ltiplicidad en la unidad.
Luego , en su álgebra cotid iana, Lacan define cuat ro términos : la S 1 , o significante
primordial, la S o sabe r inconsc iente , la 6 o sujeto tachado o indec ible y por último la
2
a, objeto, falla. búsqueda, resto o falta. Los cuatro térm inos son colocados sucesiva·
mente en cuatro posiciones: agente o apa riencia, trabajo o goce, verdad, basta de
gozar. En primera posición, un primer cuatr ípodo define el discurso del amo como una
reformu lación de ladia :éctica hegeliana del amo y el esclavo . Lacan le agrega l~lección
marx ista puesto que ese d ;scurso es tamb ién el del capital ismo. S 1 está en posición de
agente, S2 en posic ión de trabajo , 6 en posición de verdad y a en posic ión d& basta de
gozar. Dos inversiones sucesivas de los cuatro términos permite n des ignar el discurso
histérico y el discurso psicoanalftico, en los que cada uno de los términos oc~Pª
entonces la po~ición que era del otro en el discurso anter ior. Para el discurso /Ji sté 11~ ·
2
6 está en pos1c1ónde agente , S 1 en posición de tra bajo, a en el lugar de la verdad Y
178
Reinosdivid idos
puede entonces enseñar el_ps_icoaná lisis en la Univers idad, corno un materna, sin
reducirlo al discurso univers1tano . .
Paralelamente, Lacan prosigue sus investigac iones matemát icas valiéndose de
un verdadero objeto matemático que le hizo conocer G~orges Gu 1lbaud : el nudo O los
nudos borromeanos. En feb rero de 1972 habla p_or pni:nera vez de este término en
público.26Acaba de descubr ir, en una cena , la ex 1stenc1a del escudo de armas de la
familia Borromeo, cuando desde hace mucho t iempo , en compañía de Guilbaud, trenza
y hace nudos de todos tipos con sumo placer . Pero: esa noche, se produce un clic en
el momento en que Lacan oye la historia de la fam ilia Borrorneo o al menos algunos
fragme ntos de ella. El escudo de armas de _esta dinasUa rnUanesa e~tá constituido por
t res círculos en forma de trébol que simbolizan una trip le alianza . S1uno de los anillos
se retira, los otros dos quedan lib res . Cada círculo represe nta el poder de una de las
tres ramas de la familia. Uno de sus más ilustres represen tantes , san Cartos Borrorneo
fue un héroe de la Contrarreforma . Sobrino de Pío IV, vivió en el siglo XVI y, gracias~
su función en la Curia romana , reformó las costumbres del clero dándoles una mayor
disciplina. Durante la epidemia de peste de 1576, se destacó por su caridad y en el
momento de su muerte el protestant ismo se había alejado del norte de Ital ia. En cuanto
a las famosas Islas Borromeas, situadas en el lago Mayor, fueron conquistadas un siglo
más tarde por un conde Borromeo que les dio el nombre e hizo de ellas uno de los
paisajes más cé lebres de Italia.
Por este encuentro con el escudo de armas de la familia Borromeo, Lacan vuelve
a hallar los principales sign ificantes de su itinerario intelectual: la Iglesia Católica
Romana, la reconqu ista, la lucha contra un psicoaná lisis "bastardead o", asimilado a su
vez a un reformismo y a una zona "protestan te•, la peste al fin ... ¿Por qué, antes de esa
techa, no había establecido ningún vínculo entre la figura matemática del nudo
borrorneano y el escudo de la familia? No sabe mos nada. Lo cierto es que fab ricaba
desde hac ía tiempo esos nudos, en privado, antes de llamar los públicamente
borromeanos y utilizartos de manera fecunda en su doctrina. Contrariamente al
materna, el nudo borromeano no es un térm ino inventado por Lacan . Forma parte de
la historia de la topología desde 1892, con el rótulo de estructura bruniana o nudo
bruniano., según el nombre de su inven tor. Pero el térm ino Borromeen rings se emplea
a menudo para designar una estructura en la cual tres anillos están unidos entre ellos
sin estarto de a dos, de manera que si uno se separa, los otros quedan libres.
Se comprende el interés que Lacan puede tener en el borromean ismo y la teoría
de los nudos en genera l. Su práctica depende primero de una demostración y de la
posibilidad de equivoca rse para poner el dedo en su error y corregirlo. A través de ella,
es manipulable en el espacio una estructu ra, vinculada al lenguaje: a lo que puede ser
dicho y al "no todo" del decir. Además, Lacan vuelve a encontrar aquí su famosa
triangu lación de lo Simbólico, lo Imaginario y lo Real, que se ha convertido en RSI,
verdadero trébol borromeano dominado por el peso de lo Real. El nudo muestra lo que
transmite el materna y desde entonces todo discurso sólo tiene sent ido por otro
discurso, mientras que el "aquello de lo que no se puede habla r· de Wittgenstein se
contunde con la a minúscu la, el resto . El materna se ensena como escritu ra de lo uno,
com~ lo enseñable arrancado de lo inefab le, y el nudo no hace sino demostrar: en este
sentido es también lo contrario del materna, pues no se transcribe. se fabrica a 1 ª
manera en que la obrera teje un encaje. Disuelve hace ver desconstruye los dogmas
0
en un juego infinito de meandros y aberturas. E~ la me táf~ra del hecho de que tod
180 ...
Reinos divididos
La palabra del seminario tiene varios modos de rea lizac ión. ~stán en primer lugar
los apuntes manuscr itos de Lacan , a part1r_de los cua les 1_mprov1sa. _Después está e/
origina/constituido por las diferentes grabac iones y las vers iones taqu1gráf1casfruto del
traba jo de los taquígrafos . En la medida en q ue el ma~netófono represen!~ a p_art ir de
los años 1965-1968 el principal instrumento del test1moni?o_ral, tanto para los h1stonadores
como para los oyentes , se puede afirmar que la con_d1c1on de lo escnto en general se
encuentra alterada. En efecto, desde med iados de siglo lo esenio ya no tiene la fuerza
de ley que tenía antaño y el propio tes~imonio ora l se c?nv irtió en el lugar de una
inscripción original. ¿Qué hubiera sido sin la_radio la part1da_de Charles de Gaulle a
Londres y qué hubiera resultado la resistencia sin los mensa Jes cif rados de la BBC?
Respecto a esto, el seminario de Lacan no tiene la misma cond 1c16n que los de
saussure o Kojéve . En la época en que estos dos pensadores enseñaban , las
máquinas no existían y era imp osible conservar un or ig inal. Eran entonces los apuntes
de los oyentes los que tenian valor de origina l: Char les Bally Y Albert Sechehaye con
respecto a Saussure, Queneau a Kojéve . En el caso de Lacan, la inscripción original
existe : en las versiones taqu igráficas a partir de 1953 y en mú ltiples cintas de grabación
después de 1968. En e l momento en que Miller decide tra nscribir e l seminario, varias
personas se dan cuenta de la importanc ia que tendría mostra r a Laca n improvisando.
Philipp e Sollers intenta en vano conven cer a un cineasta de la telev isión de instalar sus
cámaras en la Facultad de Derec ho. Con un punto de vista simila r, los belgas triunfan
donde los franceses fracasa ron. En 1972, la televis ión de aque l país realiza un
exce lente documento, dura nte una conferencia de Lacan d ictada en la Universidad de
Lovaina. Al lí vemos al rnaest ro en libertad, con una blusa camisera tipo Chanel,
enfrentándose con un joven izq uierdista que le espeta dectaraciones insurrecc ionares.
Lacan lo calma con suavidad y continúa hablando sin mirar los apuntes. Es el único
documento que muestra la palabra lacaniana tal como se expresa en el seminario.
Frente a estas d iferentes moda lidades de inscr ipción, Lacan adopta varias
ac1itudes difere ntes según las circunstancias histór icas .
Desde 1953, encarga a una taquígrafa que transcr iba su seminar io. Las versiones
taquigráficas son entregadas a Granoff, que se ocu pa de la biblioteca, y son amplia·
mente accesibles a todos los miemb ros de la SFP . Tres años más tarde , y hasta 1959,
J.-B . Pontalis realiza, con el acuerdo de Lacan, excelentes resú n1enes de La relación
de objeto, Las Formaciones del inconsciente y El deseo y su interpretación, que son
publicados en el Bulletin de psychologie. En la misma fec ha So lange Faladé le ofrece
a Lacan los servicios de su secretar ia para garant izar una mejor taquigr afía . Piensa
además en una grabación en magnetó fono, que se realiz a a part ir de 1962. Por su parte,
Moustapha Safouan se encarga de transcribi r el seminario sobre La ética. El trabajo no
será publicado. Por otra parte, Lacan rega la versiones taqu igráficas a algunos discí-
pulos Y a las mujeres. Comienza así a constituirse un verdadero culto de la palabra
sagrada del maestro . En el mo men to de la escisión , en un gesto de mal humor, él mismo
retira las vers iones taquig ráficas de la biblioteca de la SFP con la intenci ón de privar de
su enseñanza a los discípu los que lo abandonaron . Desde la creación de la EFP,
emp_¡ezaa desconfiar de los "ladrones de ideas". No deja sus versiones taqu igráficas
en ninguna parte, pero son muchas las que circu lan ent re los miembros de la tribu, que
las estudian co~o si fueran versíc~los del Talmud. También apa recen en las librerías
algunos textos pirateados. Lacan piensa cada vez más en hacer transc ribi r de veras su
enseñanza. Le propone el eje rcicio a Michéle Montre lay, quien pronto se percata de que
182
Reinos divididos
184
d
flBinosdiVídidos
186
d
Reinos divididos
188
Reinosdivididos
0
es más que un filósofo de treinta años de ed d
;n universitarios externos ala EFP y en algunos ª. que se apoya casi exclusivamente
además de su eficacia, acaba de anota rse dos ~ i~mb_rosdelaguardiapersonal. Pero,
seminario y la toma de l poder en la Universidad .nos importantes: la transcripción del
Miller juega una partida difícil. Antes que él en .
1
éllohace, de ponerse al serv icio de un maes tro' a ~ Escuela, nadie fue capaz, como
editorialeso políticas que no sean desastrosas. f 1
;a ograr en su nombre operaciones
de Lacan. El diccionario no pasa de ser una ficciise ~s _unfracaso, en parte a causa
publicaciones, fuera de algunas brillantes excepcion~~ dzihcet es una _catástrofe. Las
buenas.Redactadas en lenguaje rebuscado, dan una ima =~lores confirmados, n_oso n
st
Hay que decir tamb ién que la colección "Champ Freudie~" n:esa ros~ del lacan1srno.
dirigidas por miembros de la IPA, con el aporte de textosse dbenFef
1c1ad,
coEmo ot'.as
· d F · w e reu . n vanas
oportunida es , . ran90 1s ah l Y Lacan tratan de publicar trabajos inéditos de Freud
pero ¡amás obtienen respuesta
.. de los respo nsables de los arch·1vos. p or o ra parte'
1
comoLacan tolera con dificultad la autonomía de sus discípulos, Serge Leclaire, 81rná;
viej~ de ellos , ya no tiene ganas de secundarlo . Se va separando de a poco de toda
función en la EFP. Los otros hombres de la terce ra generación adoran a Lacan lo sirven
mal, o se quedan la vida entera en su diván, sin saber hacerle frente. En cu~nto a las
generaciones jóvenes , o se dispersan con ganas de respirar otro aire; o evolucionan
hacia un terrib le sectarismo . En 197 4, Miller es pues por segunda vez el hombre de la
situación. Ha ganado en años y seg uridad. Sin temor a las suciedades del poder, le
propone a Lacan soluc iones conc retas, acepta sus desafíos y logra convencerlo.
Gracias a este joven , Lacan no está descontento con hacer pagar a sus discípulos su
servidumbre vo luntar ia y su deseo abortado de rebeldía . Encima, aquel se ha casado
consu hija prefer ida por la que siente verdadera adoración . A Millar, que tiene el apoyo
del maestro, la comun idad lacaniana no lo soporta pues ve en él a una especie de
Gloucester que ha venido a usurpa r el territorio. Tenninará odiándolo, por no haber
sabido apartar lo del poder.
En su "Discurso de Roma " centrado en el materna, Millar coloca a Lacan en las
cuatro esquinas de los cuat ríp;dos: amo, analista, universitario e histérico. Además,
utiliza a su manera la noción de talangue elaborada por Lacan en 1971. Le d~ un
contenido teórico menos borroso y más radical, confirmando así el aporte del m1llensrno
al lacanismo Lacan había propuesto el térm ino a partir de un juego de pal_abras sobre
el Vocabulai;ede Lalande para designar un sabe r que s~ sa~e sin~~ ~;~;;:;, ~o~~ie~
yse revela por el psicoaná lisis, y luego "es capaz de mue
1
°; 1
1
s ~terna· malentendido y
sos~eneque la doctrina de /a/~ng~e es inseparabl~ ~si~a~a1:1 principio lacaniano de
equivoco por un lado, transm1s1ón i ntegra por el otr 'ón leibniziana de no anfibología:
1
~ no totalización a la vez que la agrega 1~;;~ ntendido, del cual vive, del cual se
Mientras que Jalangue no se basa sino en_e. n sobre los sonidos, el matena, por el
nutre porque los sentidos cruzan _y se mu ltiph~a anfibología ni equivocación', para
contr~rio, puede transmitirse íntegramente h si~ de letras sin significación42." En la
r~t~r los términos de Leibniz, po~que eSt á ~~eºde la concepción lacaniana. Lacan
P0S1ctónmilleriana, el materna ~,tiere leve rneseñab le O 10 inefable podían convertirse
anunciaba a partir de Wittgenstein q_ue10no ~n a retroactiva y política, que le permite
enmaterna Miller saca una conclusión leibniz ian '·dad hosti l· "Si hay un materna del
llaentarsu ·reinado en el corazón de una oo~~~~as puede~ contribuir en los debates
Pllcoanálisis-dice- quienes no sean psicoa
189
La Francia freudíana en todos sus
estados
de la comunidad que apoya la experiencia analítica . Es porque la teo ría del materna
constituye el basamento de la EFP por lo que , desde su ongen, los no analistas ce
·t· • rno
yo, los 'que no están comprometid os en_e 1acto ana l 11cáo _como me echaba en cara uno
de esos que tienen demasiada tendencia a tomar e 1an 11s1spor una renta de situac·ó
" 1 1 I n
los no ana lizandos, tuvieron desde su fundac 1on un ugar en a escue la freudiana. M~
parece que segu irán teniéndolo mientras la escuela freud1anasea fiel a su orientaciór¡4 3•
Luego Miller anuncia que él mismo cont inuará su_enseñan za en Vincennes y, si PUed~,
en la Escue la Freudiana. Está todo dicho : simbólicamente, el yerno ha tomado el Pod
en las barbas de la guardia vieja. A ésta le correspondía_ ahora decid irse. De noch::
después d~ este discurso de Roma, ~acan cena en fam ilia con Fran9ois Wahl. Muy
contento , felicita a M1ller, lo que no le 1mp1de estar , los días subs1gu1entes,absoluta-
mente furioso y dec ir a las personas más allegadas a él que tiene la impres ión de que
acaban de pronunc iar su elogio fúnebre . Espera no obstante qlJ'e la experiencia de
Vincennes estimule el trabajo dentro de la EFP . Por esta época, Miller escoge el diván
de Charles Melman para hacer s u formación . Estos dos hombres , muy disímiles, se
parecen en algunos puntos . Ambos son judíos e hijos de emigrados polacos, ambos
están marcados por la historia del marxismo y de sus disidencias , ambos encaman los
valores de un lacan ismo autor itario, ateo , raciona lista . No diremos más nada. La
histor ia de esta cura, fue ra de lo común, terminará en un terr ible conflicto cuya
s ignificación profu nda perte nece a la odisea íntima de cada uno de los participantes.
Después del Congreso , los aconte cimientos se prec ipitan en el campus de
Vincennes . El 9 de noviembre , Claude Frioux, presidente com unista de la Universidad
y gran espec ialista de la lengua y literatura rusas, le pide a Lacan que dirija un curso:
"Q uiero decirle -escribe- cuán to aprec iaría nuest ra Universidad vuestra presencia
en ella•• ." Lacan está en sus g lorias. Diez años después de una entrada triunfal en la
ENS y c inco años después de una expu lsión infamante, es reintegrado una segunda
vez por la puerta grande, en un bastión univers itar io, g racias al apoyo de un intelectual
comunista . No estaba errado en 1953 al aposta r a la vez a la Iglesia y el PCF. Enseguida
inv ita a Frioux a cenar un memorable manjar de caviar y pan con manteq uilla y después
responde oficia lmente al ofrec imiento para entroniza r a Miller: "Me s iento muy conmovido
por el honor que representa para mí el llamado que me hace -escribe-- . La
conside ración que usted me demuestra no sólo me reconforta, sino que me devuelve
a mi trabajo. A l punto que querría aquí reconocer mi deuda. ¿Puedo rogarle que parlo
que atañe al departamento llamado actua lmente de psicoanálisis en Vincennes se
contente con mi consejo científico? Esto hay que admitir que sólo es posible si Jacques·
Alain Millar garantiza que va a sust ituinne en el consejo administrativo. Todo eso por
dos años . Siento mucho , mucho no dar en París VI II más 'presenc ia', de acuerdoasu
expresión. La que me comprometo a brindar ya me retendrá bastante. No habrá durante
dos años enseñanza cuya compete ncia no tenga que ser cubierta por mi estimaciónde
la práctica de la que proviene4 5 •"El 15 de nov iembre, Claude Frioux comu nica a los
1
docentes del departamento la designación oficial de Miller como responsab le de ª
exper ienc ia. Falta someter a la votac ión de la asamb lea genera l el nuevo programa.
Los docentes declaran ilega l el procedimiento y solicitan una reunió n con fnoux
Y Merlin , e l vicepresidente . Miller obtiene el derecho a asisti r a la entrevista, en la_que
participan Fran9ois Baudry y Claude Morali. Ante todas estas divergenc ias, fnoux
propone una reunión del departamento en su presencia a fin de decidi r cuál es su
verdadero responsab le, ya que los oposito res habían elegido para ese cargo a MoraJi .
190
Reinosdivididos
192
ReinOSdívídidos
y contra la herenc ia de la psicología clín ica, Laca~ elige una vez m~s el asilo y el
recuerdo de los años treinta. Cuando muere Hen~1Ey, Orn,car? le nnde homena·e
publicando un texto inédi to esc rito por él para elogiar a Cléra mbault: hablando de~
lo que se prete nde es pregonar el culto de Lacan que fue el discípulo del maestro d!
la Enfermer ía especia 1ss_
Por supuesto que Lacan apoya la creac ión de la secc ión clínica, deja ndo cada vez
más la gestión de los asuntos de Vincennes en manos de su yerno . E_n octubre, Solange
Faladé le propone a éste trabaJar en la EFP. con los_ps1coanahstas. Le pide que
reflex ione sobre los algoritmos de Lacan, y M1ller prefiere la, palabra "materna". La
reunión tomará el nombre de "Jornadas de los mate rnas·. El mismo hace en esa
oportunidad una brillante expos ición sobre la enseñanza de la presentación de
enfermos , efectuando así una patente intrus ión en un ámbito hasta entonces reservado
a los terapeutas ss. Interpe la duramente a Maud Mannoni por sus posiciones
anti psiqui átricas, y ésta se apresura a responde rle que e l psicoanálisis pronto estará
en pel igro de serv ir de mu leta a una psiquiatr ía liberada de la tutela neurológica . No se
equivoca, pero ya está todo terminado: la antips iquiatría y la psiquiat ría clásica en laque
el psicoaná lisis ya no sirve para nada. El mate rna no aportará ningú n remedio a esa
situación histór ica, aunque se arriesgue a transmiti r íntegramente , en una clínica
. enseñab le, el lenguaje de la locura. Y, mientr as que los jóvenes lacan ianos, formados
en la p ráct ica de las sesiones cortas , se apoderan del mate rna para poner en ecuación
las curas de sus pacientes , Lacan anunc ia que está buscando el materna que fuera
capaz de aportar una solución substitutiva del discurso psiquiátr ico permitiendo al sabio
hab lar el mismo lengua je que el loco.
Desde la Jornada de los maternas, Miller y Faladé proyectan cont inuar trabajando
jun tos en la EFP . Miller propone que se celebre un Congreso sobre la ''tradición· del
psicoaná lisis. Faladé prefiere la palabra ''transmis ión". Somete e l proyecto al directorio,
y Lacan acepta y elige ''transmis ión". Pero los miembros del directorio, furiosos de que
Milla r des~rnpeñe de ese modo funciones en la Escuela , se empeñan en sabotear la
empresa . Este se cansa y se desinte resa de la sit uación y del Congreso , que se celebra
sin él. .. Sin embargo , por sus otras activ idades , no cesa de forta lecer su posición Y
cuando vue lva a estas cuestiones, en 1979, será el primer beneficiario de su trabajo Y
de los fracasos de un director io y de unos jurados que habrán quebrado57. Pero la base
de la EFP no lo aceptará jamás y se verá obligado a apoyarse en tuer zas ajenas al reino.
Al final, incluso con el apoyo de Lacan , term inará por tener la mayoría de la Escuelaen
contra: de ahí lt,s horrores de la disolución.
Hoy en día , el departamento de psicoanálisis está instalado en Saint -Denis. Tiene
menos peso que la U E R de ciencias humanas clínicas, pero no transige con la psicología.
Cuenta con un profesor, tres maestros de conferencias, dos profesores asistentes, tres
asistentes , dos as istentes asociados , siete titulares habilitados como directores de in-
vestigación en el marco del doctorado de psicoanálisis, treinta y siete encargados de
cursos y dieciocho conferenciantes . En función del golpe de Estado de noviembre de 1974,
bo~ró sus or_lg ,enes sin poder camb iar de nombre . Se sigue llamando "departamentod~
ps1coanáhs1s , pero en el folleto que presenta la lista de profesores , se puede leere st0·
"D esde que Lacan lo creó , e l departamento de psicoanálisis de París VIII se dedicóª
transmitir un saber sobre el psicoaná lisis, etc.se• De este modo, los estudiantes ignoranque
Serge Leclaire fue el primer fundado r de la experiencia.
194
R8 ínos divídidos
....
tlhlstonado
•
rlasreconstruye. Los actores
de la h1stona
195
La Francia freudiana en todos sus estados
Hay una diferenc ia considerab le entre , por un lado la APF y la E'.P, y por el otro
la SPP. La APF y la EFP tienen un mismo origen 1nst1tuc1onal e histór ico. Ambas
tuvieron que hacer una opción: o Lacan o la IPA, un maestro o un grupo. Están por lo
~ª
tanto profundamente ancladas en la hist~ria de l lacanismo Y su relevo . • SPP, por 81
contrario , nunca tuvo que efectuar tal eleeetón puesto que unos rebeldes la abandonaron•
en 1953. De ma nera que no mantiene con la histor ia de l lacan ismo la misma relación
que sus compet idoras. .
A part ir de 1969, cuatro grandes co mponentes freud ianas se reparten el territorio
de la comun idad psicoana litica francesa: la APF , la EFP, la OPLF (Cuarto Grupo}y la
SPP Las tres primeras se reparte n tamb ién la historia de l lacan ismo, mientras que la
última es la que queda más ajena a ella. Esto no qu iere decir, por supuesto , que la
historia del lacanismo esté ausente de los conf lictos de la SPP. Pero allí no funciona de
la misma manera que en otros lados por la sencilla razón de que la filiación transferencia!
directa con Lacan se rompió desde 1953. Para la cuarta y quinta generación de la SPP,
for madas ent re la primera escisión y los años setenta, Lacan no está presente como
clínico. Ningún miembro de las jóvenes generac iones sale de su diván y los de la tercera
que hayan sido formados por él son escas ísimos. Así que a las jóvenes generaciones
no les interesa la persona de Lacan aunque a veces sigan su seminar io. Formadas
fue ra del lacanis mo activo, lo consideran una doctrina cualquiera. Y al mismo tiempo
están profundamente ligadas a su propia Soc iedad que les garantiza una competencia
profesional y una identidad. Respecto a esto, sigue exist iendo una impresionante larga
duración del poder burocrático que se opone en todas las épocas a l extraordinario
fulgor de los verdade ros relevos teóricos: la revolución es antes que nada una sesión
corta, incluso si su gestación requiere sig los .
Si no hay ningún maestro del pensam iento que sea el soporte de una doctrina o
política inst ituciona l, cada individuo de la colec tividad puede convertirse en un maestrito,
con mayor o meno r ta lento. Cada uno puede producir obras sin tener que definirse sin
cesar con respect o a una enseñanza omnip resente. La relación con la palabra viva de
un maestro es entonces histor iada, pero no se perfi la nada que pueda entrañar
colect ivamente una aventura psicoana lítica. Los miembros de este tipo de colectividad
freudiana están destinados, en este caso, a produci r alumnos de acuerdo a criterios
inmutables y perfectamen te defin idos . Y por eso están obligados a formar en tomo a
ellos pequeños reinos transferenciales basados no en la relación directa con la persona
de un soberano sino en la pertenencia inst itucional. No se identifican con un maestro
y su causa sino con la instituc ión misma que les garantiza una identidad y administra
sus ambiciones. Esta identificación puede tornarse positiva o negativa según las
relac iones de fuerza o los conflictos del momento . Puede incluso desembocar en una
relación persecuto ria con la cosa institucional cuando la ·casa se niega a otorgar un
verdadero reconocim iento a sus minorías . ··
En la SPP, después de 1953, no es posible que se opere ninguna escisión_rnás
porque la escisión yase produjo , al induc ir por antic ipado una opción entre el lacanisrno
y la IPA. Los miembros de la SPP están pues condenados, para la época contern~o-
ránea, a vivir bajo el mismo techo, es dec ir a destrozarse dentro de una entidad cornun.
Toda ruptura real con la sociedad nut ricia acarrearía ensegu ida la pérdida de una
pertene~cia a una i~entidad supranacional considerada el origen de todo treudismº;
Ahora bien, la h1ston? muestra que, para arriesgarse a sufrir esa pérdida , h~Y que ~ i
no sólo un creador sino un auténtico funda dor: sobe rano, jefe político o le91slad0r-
196
1
Reinosdivididos
curas didáct icas . Su nombram iento se hace po r cooptación en la forma de unae lec .
· ¡· t Clón
en una asamblea de t itulares. Los adheren tes son ps icoana ,~ _ascuya práctica fue
sancionada por la Soc iedad después de redactar una tes is. En d1c1embre de 196 6 p
hace r frente al gigantismo y no seguir engrosando las filas de los alumnos, se to~ ~a
decisión de int roducir la categoría de af~iado además de la de corresponsal. En vi!!
de esta modificación, el afiliado se convierte en un miembr o pleno no bien la comisió
de enseñanza del Instituto declara term inado su cursus . En marzo de 1967 el camb·º
es ratif icado mediante una votac ión, y se eligen de golpe setenta afiliados. Conque~~
esa fecha la S PP está en vías de transformación cua nt1tat1va.
La Sociedad no recibe , como la EFP, miembros simp les o miemb ros no analistas.
No da ningún derecho a los alumnos del Instituto, que pagan por su formac ión y carecen
de estatuto . La administra un colegio administrativo compuesto por titulares y adherentes
elegidos por titulares. Ese colegio elige a tos nuevos adherentes después de ser
escuchados por una com isión de candidaturas ad hoc. También elige todos los años
una jun ta compuesta por cinco tit ulares y tres adherentes que funcionan como
consejeros. En consecuenc ia, a la Sociedad la gobiernan exclusivamente los titulares.
Hasta 1973 , el lnstituo es administrado basándose en el mode lo de la Sociedad por
un Consejo de Administrac ión compuesto por derecho por los titulares de la Sociedad.
Este consejo es constituido por cooptación y somet ido a la aprobac ión de una asamblea
general en la qu e sólo los tit ulares tienen voz de libe rativa . El CA elige una junta
presidida por un director y toma el nombre de comisión de enseñanza. Así, el poder
administrativo se confunde con la función docente. Los miembros de la comisión son
llamados comisarioss9. La función docente está def inida en un reglamento de estudios,
que determina las modalidades del cursus. El candieato al t ítul o de estudiante del
Inst ituto debe formular por escrito una solicitud de inscripción con currículum vitae,
copia de los certificados univers itarios y trabajos efectuados . Se compromete a no
considerarse alumno hasta que la comisión de enseñanza no lo haya liberado de ese
comprom iso . Aquella se info rma sobre la personalidad det candidato y, tras una
deliberación, le hace saber si existe una objeción impo rtante a que sea estudiante del
Instituto. Este proced imiento se llama preselección y conduce a hacer "análisis por
encargo". Si el candidato es preseleccionado, queda autorizado a elegir librementea
su psicoanalista basándose en una lista de titulares, que son los únicos habilitados para
ejercer la formación didáctica. Inicia as i un análisis personal que no queda a salvo del
control administrat ivo. Debe comunicar a la comisión la fecha en que comenzará la cura
y el nombre de su didáctico, que proporciona los mismos datos a la comisión. El
candidato se convierte entonces en estudiante del Instituto. Para elegir a sus
controladores , sigue un procedim iento idéntico. Se necesitan dos controles, uno de
ellos colectivo, con dos titulares que no sean el didáctico : de este modo se completa el
cursus y el estudiante puede pasar las etapas que van de la afi liación a la titularidad.
A fin de proteger el análisis personal , en un sistema en el que todo está controlado de
antemano, Nacht hizo agregar un artículo a las moda lidades del cursus en el que se
estipula que el didáctico no interviene en las de liberaciones de la comisión acerca~e
su alumno y que, rec íprocamente, la comisión no toma posición sobre la duración Y ª
terminación de la cura . En el n1omento en que se crea la nueva categoría de afiliado,
la mayoría de los miembros de la SPP empieza a impugnar seriamente ese modo~:
formación selectivo. Se agrega con respecto al cursus otro artículo además del 8
Nacht , que se propone reducir el "de antemano" del análisis por encargo. Establece qu
198 d
¡¡sínosdiVídídos
200
RBinosdivididos
202
Reínosdivididos
miembros de la asoc iación . En este último caso , el nú mero de so licitudes debe alean
la mayo ría simple por lo menos dos de cada tres colegios . Esta modificación consi~fr
en dividir la AG en tres coleg ios , cada u~o de los cuales tendrá una representativida~
igua l, a pesar de la desigualdad cuant1tat1va.Queda pues quebrantada la soberanía d
la AG. Una cláusula agrega que , para someter a votación una modif icac ión estatutari:
debe obtene rse para cada coleg io una mayoría de dos terc ios de los miembros10. '
Sin darse cuenta, el Com ité de Dirección de l Instituto redactó unos estatutos
verdaderamente delirantes. Para hacer fre nte al aumento demog ráfico de los afiliados
volv ió impos ible toda modif icación estatu taria. En efecto, ten iendo en cuenta lare lació~
de fue rza existente en la asoc iacion, queda descartado que se pueda lograr una
mayor ía de dos terc ios por coleg io en el caso en que se planteara el problema de una
eventual modificac ión estatuta ria. Las posiciones res pect ivas de los tres colegios
impiden de antema no la existe ncia de seme j ante consenso . Siempre habrá de cada
tres colegios uno opuesto a los dos restantes o votos que falten en alguno de los tres.
Ese año, el cursussuf re algu nas mod ificaciones. Las visitas ya no son obligatorias,
sino "deseadas• . El expediente ya no se abre antes de entra r en anál isis y desaparece
la prese lección . Pero se mantiene el principio de la lista de los titulares habilitados y,
de hecho , son los únicos autor izados a conduci r las cu ras llamadas "didácticas•, a las
que sin embargo se les dice "perso nales". Un artícu lo 9 legaliza la noción de
posterioridad, ya introducida en una modificación anterior. Estipula que , cuando surge
un deseo de formació n como consec uencia de un aná lisis emp rendido sin considerar
ese proyec to y efectuado por un no titular, el ca ndidato podrá solicitar, a título de
excepción, que se examine su situación 71. Aparentemente este artículo parece resolver
el esp inoso problema de la lista pero, en realidad, puede incitar a la mentira puesto que
permite al ca ndidato eludir la ley y escoger por antic ipado a un no tit ular para Iuego hacer
ava lar su cura. El Instituto tropieza aquí co n ese problema inso luble al que sólo Lacan
intentó dar una respuesta frente a las normas ipistas : o un análisis es un análisis,
forzosamente persona l, y el paciente opera un primer paso hacia la didáctica autori·
zándose a sí mismo y luego un segundo transmitiendo el conten ido del paso o un
análisis es didácticamente autorizado con ante rioridad o poste rioridad por comisiones
y no es un anál isis. Que esta propos ición sea teór icamente cierta no impide que se
puedan desarrolla r auténticos análisis en cualqu ier situación institucional . Con respecto
a esto , el catecis mo del "se autoriza a sí mismo " es tan desas troso como el evangelio
de las comisiones .
Así pues, a principios de 1973 de la protesta resu ltó una refo rma.
Las barr icadas que atraviesan la SPP, tamb ién la dividen singular mente. En marzo
de 1969, Bela Grunberge r y Janine Chasseguet -Smirgel publ ican con el seudónimo de
André Stéphane un libro temible titulado L 'Univers contestationnaire y subtitulado Les
Nouveaux Chrétiens 72 .El mero títu lo ya const ituye un trozo de antolog ía. Da a entender,
y la_acusac ión_es grave, que la protesta se parece a un ca mpo de concentración,
105
stahnista o nazi. En cuanto al subtítulo, es aún más grave puesto que insinúa que
"campos de conce_ntración' de 1~ protesta son fabr icados por "nuevos cristianos·. L~
que equiva le a decir que en opinión de los dos titula res de la SPP los agitados de rnaY
son adeptos al nazismo o com isarios de la KGB. André Stéphane invoca abiertamente
204
P,eínosdivididos
una "estructur a protestad ora•, esa estructura no se modifica por usar una consign
modo que los rebe ldes son igualmente antisemitas cuando gritan "Somos todos jid~e
alemanes" . En efecto, en su inconscien te , prot~stan contra el padre y, como el judío~!
el proto tipo del padre, protestan contra el 1ud10. En co,nsecuenc1a, son antisemn .
"somos todos j udíos alem~nes· _no es otra cosa, segun Stép~ane, que un desa~
lanzado al padre7s_Esta af1r~ac1ón permite al aut~r bo rrar el ~1mbolo principal por el
cual la rebelión de mayo se 1dent1f1~ó con ~I extran¡ero, la ¡udeidad en exilio y el ideat
de la diáspora. Brecht contaba un d1a,a guisa de ch iste, que un parlamento que ya no
es que rido por el pueblo debe diso lv~r al pueblo. And ré Stéphane comprendió la
lección . Disolvió los hechos que se resisten a su argumentación.
Exilado en Londres, Freud duda si publ icar el Moisés . Luego se decide. Hemos
visto que esta obra describe la novela fa miliar de l pueblo judío y la manera en la que
ese pueblo se toma por el elegido de Dios, ya que se obstina, ante los cristianos que
lo acusan de deicida , en negar el asesinato del padre 76. Ahora bien, Freud define
también su propia jude idad en relación con un descubrim iento que quiso desjudeizar
para hacer lo universa l. Si no hay pueblo elegido el psicoaná lisis puede universalizarse
puesto que su objeto, el inconsciente , es universal. Renunciar a la circuncisión , es decir
a la marca material de una diferencia, es tener acceso a una simbólica de la castración
según la cua l una cu ltura no es superior ni infer ior a otra, ya que todos los hombres están
sometidos a la misma ley, pese a sus diferencias .
L 'Univers contestationnaire invierte esta posición para hacer del psicoanálisis una
especie de "ciencia jud ía" reservada a los elegidos. En nombre de l genocidio, los dos
titulares de la SPP se permiten transformar a los protestadores en cristianos, los
cristianos en antisemitas y los malos ju díos en malos freud ianos. Judaízan el freudismo
para hacerlo funciona r basándose en el modelo de la elecc ión y, en consecuencia, lo
insertan de nuevo en un idea l des igualitarista. Por ese gesto , hacen de su propia
judeida~ el instrumento de una persecus ión con respecto a toda pertenencia j udía o no
j ud ía.
Esta obra es única en los anales de la histor ia francesa del psicoaná lisisn .Nadie
· más en este pa ís osó dar a entender de esta forma que sólo los jud íos podían ser los
verdaderos artesanos del pensamiento freudiano , fren te a unos cristianos "cismáticos"
y llenos de analidad . Felizmente , pues si así fuera, no habr ía cas i diferencia entre los
viejos "defenes trado res" de la "ciencia alemana" y los modernos protectores de la
"ciencia eleg ida ". Lacan no se equivocaba cuando quería que los miembros de su
escuela estudiaran la cuestión judía : en 1969 ésta se halla presente dentro de la SPP
en una fonma de la cual L 'Univers contestationnaireno es sino el síntoma caricaturesco.
En cuanto es publicado, el libro provoca la indignac ión de la casi tota lidad de los
miembros de la S PP. Algunos lo apodan "l'univers con et stationnaire "(el universo tonto
y estacionario ). Pero como los autores son veteranos titula res , gozan de un
sobreseim iento: no se entab la ninguna discusión sobre la obra y no se publica ningún
artículo en la RFP relativo a ella. Mutis y boca cerrada. En un Coloqu io organizado en
febre ro de 1972 en la Sociedad Su iza de Psicoaná lisis , N. Nicola'idis interpe la a Jean·
Luc Donne t sobre este asunto , y califica el libro de escandaloso. Sin responder sobre
la cuestión j udía , Donnet piensa sobre todo en el carácter reaccionario y seudofreudiano
de la obra . Recuerda que la SPP no ha dicho ni una pa labra sobre el tema: "Puede
haberse pensado -dice- que este libro no era de la incumbencia de la SPP. Ah0 '.ª
10
bien, de hecho, le incumbe en el más alto grado y lo que he podido oir fuera del med
206
fleinOSdivídidos
En enero de 1973, resurge la crisis institucional con la elecc ión de René Ma·o
la dirección del Instituto . Este hombre pertenece a la cuarta generac ión psicoana/·/ a
francesa . De Quebec y bilingüe , fue educado en la tradición cató lica de la qu~ '~ª
desvinculó para volverse ateo. e
Hacia 1959 , cuando concluye sus estudios de medicina en Montreal, tiene
elegir entre Inglaterra , Francia o Estados Unidos para hacer su for mación . Sintiénd¿~:
más francés, escribe a los representantes de la SFP Y la_SPP , Serge Leclaire y Claude
Fain respectivamente , para preguntar les en qué cond 1c1ones puede embarcarse en 1
aventura del psicoaná lisis. Piensa pasar un año en París g~ac(as a un intercambio d:
internos entre los dos países . As í es como va a parar a ps1qu1atna en el servicio de Jean
Delay. Pasa sus equiva lencias. Las respuestas de l Instituto le parecen más alentadoras
que las de la SFP. Elige pues un diván de la calle Sa int-Jacques sin renunciar a
participar en las actividades de la casa rival. En el Cong reso de Bonneval, sigue con
interés los debates y saca cantidad de apuntes con la impresión de descubrir un siglo
de luces. Se hace am igo de Conrad Ste in e inicia una cura didáct ica en el diván de
Grunberger que, en esa época está cons iderado como "libera l". Un cursusde los más
clásicos lo lleva a control con Pasche, Marty y Luquet-Parat. Adhere nte en 1967, es
elegido titular en 197 1 sin haber participado en la rebelión de la base. Secretario del
Instituto al año siguiente, trabaja con Green en la mod ificac ión de los estatutos y piensa
que hay que ir más lejos en la senda de la democrat izac ión . Por ello es por lo que,
cuando llega a la direcc ión, decide hacer aproba r una nueva mod ificación destinadaa
poner a los tres colegas en pie de igua ldad en materia de rep resen tatividad. Pero para
introduc ir esa modif icación, según el art ículo 15 hay que disponer de una mayoría de
dos tercios en cada co legio. Pero hemos visto que esa mayor ía es inalcanzable.
René Major no es un teór ico del psicoanális is, sino un auténtico demócrata, al que
le gus ta va lerse legal mente de las normas del ej ecutivo para favorecer las reformas.Al
haber eleg ido la SP P para no enfre ntarse al poder de un maestro, pone toda su
ambición al servicio de su ideal reformado r. Valiente, impertinente, derrochador para
sus am igos, se chocará sin embargo contra la buroc rac ia ipista sin logra r transforma~a.
Cruza primero el desas tre de un prurito institucional, para luego encontrar los efectos
pe rsecutor ios de ese desastre. Así es que se conv ierte en un notable agitador en el seno
de la Sociedad. El papel cuadra perfectamente a su temperamento de jugador.
Desde su elección, reduce los gastos presupues tarios, propone disminuir a la
mitad las cotizaciones y desp ide a algunas secreta rias contratadas para no hacer nada.
Enfrenta el Instituto con la Inspecc ión de l Trabajo. un incidente pronto cambia el curso
de los acontecim ientos. Una secretaria comunica a la Prefectura de Policía la lista de
los miembros de l nuevo com ité de dirección, y agrega con láp iz bajo el nombre de Major
la mención "naciona lidad extranjeras2: Cinco meses más tarde, un empleado de .1 ª
Prefectura envia al Instituto una misiva oficial para sol icitarle que regu larice la situacion
de la asociac ión. Según el artículo 26 del título IV de la ley de 190 1, una asociación
francesa no puede ser administ rada por un individuo de nacional idad extranjera93. 1 !
prob lema ya se había plan!"lado a propós ito de la secre taría científ ica que en 1911
dirigía la neoze landesaJoyce Mac Douga ll. El conse j o j urídico de SVP, interrogado por
Serge Lebovici, no había puesto objeción a la presencia de un admin istrador extran¡ero.
No sucede lo mismo en 1973 cuando se trata del nuevo director . Tres semanas ant~s,
Major ha presentado una solicitud de natura lización ante el Minister io de la Población
18
Y ha puesto al corriente de su gestión a sus colegas titulares. El 17 de mayo,
208
(?,inosdivididos
que aparecen tres te ndencias . Los conserva dores, repr esent_ados por Lebovici, Diatkin
8
y Chass eguet-S mirgel, no se an iman a . defend er abierta mente la causa
afrancesamiento pero se niegan a tomar part ido por el pas o a la cond ición de Socia:e i
ext ran¡·era. Man ifiestan un t emor muy vivo a ver apa recer a los gendar mes en la 1d
. t b . 1 t
ª
ca1e
Saint-Jacqu es en caso de que el lnst1tu_o pas ara a¡o e con rol administrativo del
Ministerio. Así que propon en una transacci ón d~ tr~te menudo entre el afrancesamiento
y ia identidad extranje ra. La segund a tendenc1~,.liberal, apoy a una moción de Michel
. de M'Uzan en la que se solicita el paso a la cond1c1ón de sociedad extra njera . Por último
la ter cera cons iste en un pantano incapaz_de elegir entre las demás soluc iones. Mictiel
de M'Uzan hace una notab le intervenc1~n que eleva el debate a su mejor nivel.
Recuerda que el psicoaná lisis no tiene pat na n1frontera Y todos sus prácticos deberían
invocar un lema célebre: "Somos todos psicoana listas extranjeros · . Luego destacaque
la SPP fue f undada por Loewenst ein y Saussu re, para terminar afirmando que la
ejecuc ión de los judios le costó caro en otro tiempo a la Asoc iación Psicoanalítica de
Berlín. El momento es dramático y la votación sec reta da un resultado equívoco:
diecinueve votos a favor de la moción de M' Uzan, once en cont ra y ocho en blanco. En
consecuenc ia, el voto del directo r es preponde rante . Ahora bien, Major se niega a
usufruc tuar esa rega lía, con lo que hace inclinar la balanza en favor de los conserva-
doresss. Después de la reunión, durante una cena ofrecida en casa de Jo Goldenberg,
sus ·amigos lo nombran "judío de honoras."
Para la reunión del 22 de enero de 197 4 se proponen tres soluciones. La primera
cons iste en modif icar el art ículo 5 con miras a garantiza r la identidad puramente
francesa del Instituto. La segunda preconiza una t ransacc ión que permita reclamar en
el Ministe rio una derogac ión a título personal cada vez que un extranjero ocupe un
cargo administrat ivo. La tercera repite los términos de la moción de M'Uzan87. Después
del debate , se adopta senci llamente la segun da porque permite a la vez no cambiar
nada en los estatutos y eliminar los temores a los gendarmes. Obtiene pues una
aplastante mayor ía: treinta y siete votos en cuarenta y cuatro . La tercera reooge seis
votos. Conscien te del carácte r patriotero de la primera opc ión, Évelyne Kestemberg
solicitó que no se la sometiera a votación . Se declara favorable a la segunda junto con
Lebovici, Chasseguet -Smirgel y Green . Joyce Mac Douga ll, a quien este asunto
incumbe directamente, no se molestó en ir a vota r. En cuanto a M'Uzan , insiste en que
no conste en actas su apoyo firme y definitivo a la tercera propuesta . Sin duda piensa
en el ju icio de la histo ria y sin duda tiene razón . Hab rá sido el prime ro y el último en
rechazar cualquier transacción con cualqu ier forma de xenofob ia cualquiera sea la
consecuencia de ta l opc ión. La histo ria ten la la obligación de saludar su ooraje e
intransigenciass .
Mientras la Sociedad se destroza, Serge Lebovici prepara activamente el X~VIII
Congreso Internacional de la IPA que debe celebrarse en jul io en Paris. Él mismo
propuso escoge r la cap ital francesa. Pronto se organiza un encuen tro entre la SPPY
la APF, y la mayoría de los titulares de las dos sociedades optan por esa soluc~n.
Lebovic i pide entonces a Widlocher que sea su secre tario en el comité de organización.
Halagado , éste acepta y comparte esa func ión con René Major. André Green se
185
encarga de la organ ización material de las comunicac iones científicas, Mises de
r_elacionescon los organismos públicos y Rosola to de mantener contacto con la
Eve lyne Kestemberg y J.-8. Pontalis apoyan a Lebovici en el comité de organiza
pre:~
La SPP y la APF están así representadas por partes iguales en ese Congreso quecteb8
210
Reinosdivididos
húngaro entre ellos y permanecen muy vinculados a ~aliteratura de su país. Desde esta
é oca, Abraham empieza a traducir y comenta r el L1vre de Jonas, ~oem a que escribió
e~ pocas semanas Mihaly Babits, en cuanto se _ent~ró de que sutr,a una enferrnectact
incurable9 1. Autobiografía lírica, el texto de Bab,ts ~,gue bastante de ce~ca la historia
bíblica de ese profeta rebelde a la vo luntad de su ~ ,os. Pac,f,sta, ant,naz , y víctima del
terror bajo la dictadura de Horthy, Babits está hab1ta_d o po r esa parábo la de Jo nás que
simboliza el lugar hecho al poeta en el seno de la ciudad. Abraham la va repitiendo a
10 largo de su itinerario intelectua l. _Por esa época , orga,n,za en su casa, calle de
Vézelay , unos sem inarios de ps 1co log ia fenomeno 1091ca cent _rados en una
reinterpretación de la obra de Husser l. Respecto a esto, la v,a que él sigue es singular
en la historia del psicoaná lisis. Es "aj ena· en todos los sentidos del término a la
fenomenología francesa. Es por ello por lo que Abraham , aunque sigue algunos de los
seminarios de la SFP, no se orienta hacia ese lado . Ignora voluntariamente la obra de
Lacan, y cuando en Sainte-Anne descubre la palabra de ese maestro , lo repele el
carácter hipnótico de la relación que éste mantiene con sus alumnos . En una palabra,
no sitúa el relevo lacaniano en un lugar preponderan te para el psicoanális is92.
A veces rechaza los efectos de fascinación ligados a una persona y a veces no
acepta , por razones teóricas, la posición estructu ralista de la obra escrita. También es
sens ible al hecho de que Lacan no se interesa en la literatura como tal. No obstante,
le reconoce una cualidad muy gra nde: la de hacer leer a sus discípulos a Freud en
vers ión original. Elige hacer su formación en la SPP . Tras una primera cura, comienza
un aná lisis personal en el diván de otro emigrado húnga ro: Bela Grunberger. Maria
Torok elige el mismo lugar. En 1959, a diez años de Cerisy , conoce a Jacques Derrida
de quien se hace fiel amigo93. Ambos tienen en común un interés parecido por la
filosofía husserliana y la literatura, y cierta percepc ión crítica del estructura lismo. Pero
hay otra cosa que los une: una posición marginal con respecto al discurso filosófico
dominante y una sintaxis casi idéntica. A mbos conciben la lectu ra de los textos desde
el enfoque de una producción significante dividida, polimorfa , hecha de equívocos y
anfibolog ías. Mientras que Derrida se enfrenta al relevo estructu ralista y a la obra
lacan iana, Ab raham elabora una lectura particu lar de l descubrimiento freudiano,
centrado en torno a algunas palabras claves: la transfenomeno logía, el símbolo, la
anasemia , la incorporación, la corteza , el núcleo y el fantasma94. Part iendo de la noción
de trauma tismo, sacada de Ferenczi , y de la de introyección, Ab raham deduce una
tipolog ía de sím_bolos primeros a los que llama transfenomenología. Reactualiza del
lado del lengua¡e lo que Ferenczi sitúa del lado de la biolog ía. El trau matismo es
preverbal y la escena del trauma tismo es "criptada" según una sign ificación simbólica
de la que el ps,coanáhs,s debe "traduci r" el contenido sin reduc irlo a una significación
~ní~oca. Debe ~ues o~nvert_irse en una travesía de las apar ienc ias para llegar al
ant,semant,smo del nucleo inconsc iente.
En 1968, en un artículo ded icado al "Diccionar io de ps icoanál isis"9s, Abraha m define
su postura . Al arrancar las pal_~brasde su sent ido cor riente, Freud opera un ascens_o
a la fuente ~e una denom 1nac1~n propia. Según Ab raham , esta empresa de exége_s ,s
debe ser leida como el enunc iado de un discurso "anasém ico'· en el cual el sentido
desaparece para quedar red~cido al núcleo de sus contradicciones y sus lagunas.
Desde_este enfoque , no es posible rea lizar ningún relevo del freudismo puesto que toda
refund,c,ón_seconfunde con la ascens ión hacia la anasemia original de la que procede
el descubnm,ento del inconsciente. Es con Le Verbier de /'Homme aux Loups,
212
Reinosdivididos
Lacan se conte nta una vez más con cons ide rarse el propietar io de las idea s comunes·
"Hay un a cos a que me asombra aún _más que la d1fus1ón que sabemo s se hace de 1 ¿
que da n en llama r mi enseñanza o mis ideas , en esa cosa que camin a con el nombr
de instituto de psicoanál isis y que es el otr o ext rem o de las agru?a cion es analíticas. L~
qu e me asombra aún más es _que el llamado Jacques Dernd a haya hecho a ese
balbuceo verbier un prólogo ferv iente y entusia sta [ ...]. No enc uent ro, debo decirlo, pese
a que encaminé las cos as por esa senda, qu e ni el libro ni el prólogo sean de muy buen
tono. En el género delirio, es un extremo. Y estoy espa ntado de sentirme más o menos
respon sab le de haber abiert o las esclusas98" ~u e el Ve:bier sea_tamb ién un delirio es
posible , pero ¿por qué ten dría qu e esta r el delirio excl uido de l discurso psicoanalítico
en nom bre del "buen tono "?
Después de la famosa reun ión de la Sociedad , Nico lás Abraham le dice a René
Major que si se le niega la calidad de adhe rente, es porque su an alista debe haber
escr ito y enviado a la Comisión de Enseñanza una carta respecto a eso. Así pues,
Abraham t iene la intuición de una verdad que puede exp licar la manera como se lo trata.
Para decir lo claramente , piensa qu e Bela Grunb erger interv ino cont ra él en su cursus
violando en forma flagrante el artícu lo introdu cido por Nacht. Intrigado por esa
observac ión de rigurosa lógica, a Major le vienen ganas de sacarse la duda. Cuando
se convierte en director de l Instituto, consulta los archivos y encuen t ra dos cartas que
conf irman la intuición de Abraham. La primera, escr ita a máqu ina, no está firmada
aunque es perfecta mente identificable. Est á fechad a el 15 de diciemb re de 1958 y
dirigida al pres idente de la Comisión de Enseñanza . El auto r explica que la estructura
de su paciente es un impedimento para ejercer el psicoanál isis y en consecuencia
declina toda responsab ilidad en lo que conc ierne a una validac ión didáctica de esta
cura. La segunda es de l 9 de mayo de 1959 . Es manuscrita , firmada y hecha en papel
con membrete. Se relaciona con el mismo asunto . En aquella época , la Comisión de
Enseñanza no tuvo en cuenta estas dos advertenc ias puesto que Abraham fue elegido
afiliado , es decir reconoc ido como práctico del anál isis. Sin embargo , la mitología del
secreto desempeñó su pape l en ocasión de la votación negativa de diciembre de 1972
cuando un adherente invocó un·"secreto" que había que mantener "en secreto". En todo
caso , Abraham estaba en lo cierto . Y como Major se da cuenta de que la existencia de
ese mensa je supuesto tiene efectos nefastos sobre su comportam iento , decide decirle
la verdad contándole el descubrimiento. Enseguida Abraham se siente aliviado: su
intuición no era deli rante99.
Majo r no tiene ganas de callar este tem ible asunto que no hace más que demostrar
las locuras burocrát icas de un sistema. A la muerte de Abraham en un homena¡e
' '
colectivo que le rinde la revista Etudes Freudiennes, publica un texto cifrado titulado · La
lettre sous le manteatf [La carta bajo cuerda]. Relata toda la historia , en el estilo de
Edgar Poe , de l Wo lfman , de1·seminariosobrela Carta robada y de l "Facteur de la vérité'
[(El cartero de la verdad] , para desemboca r en la cripta y el fantasma . As í, la teoría viene
a ilustrar la función persegu idora y de lirante de la institución psicoana lítica. Maior
descubre el secreto de un "balbuceo policia l". Habla del comisar io Désieux [se
pronunc ia como des yeux - unos ojos], de su patrón Delouis [de /'oui'e- del oído), de
las calles Sa1nt-Jacques y Claude-Bernard , en suma un panóptico con ojos y 01do5
situado entre el callejón sin salida del Inst ituto y las alamedas de la EFP. A esto agrega
"con_traseñas· ..cita trozos de las dos cartas y se pone, como narrador, en el lugar de
Dup1nque defiende a la señora que el Ministro dominaba: la llama Anna-Lyse 100-
214
. divididos
f/9/P05
216
Reinosdivididos
. Duranteel año 1973 -197 4 se reúne, en los locales del Instituto, un grupode trabajo
animadopor Ma¡or en el cual los part1c1pantesson invitados a hablar de los textos
psicoanalíticoscontemporáneos franceses y extranjeros y discutir sobre el aportede
éstos a la doctrina freudiana. Al año siguiente, el seminario torna el nombre de
·confrontati ons" . Lo animan Major nuevamente y Dominique Geahchan. Estos dos
hombresapenas se ajustan al ideal del "buen-judío-no-anal-y-no-cristiano·definidopor
los autores de L'Univers Contestationnaire. Uno es un libertarioen vías de naturali-
zación y el otro un católico practicante de origen libanés. La historia no dice si
resolvieron bien o mal su complejo de Edipo. Lo cierto es queestosdos hombrescrean,
ese año, una "disidencia" muy poco cristiana en el seno de un institutodirigido por
conservadores. Invitan para hablar de sus obras a algunos de los autores _más
interesantesde la literatura psicoanalítica francesa: entre ellos, Guy Rosolato, Michel
Neyraut, Michel de M'Uzan, Nicolas Abraham y Maria Torok. "Confrontations• nación e~
singularpero se escribe en plural a causa de un error t,pográfl~- La.idea estabae en
ambientepero de ahí en adelante el nombre queda inscritoen lah1stona.L_oencontraro
. ., t· El primer año es 1nv1tadosólo un
en el transcurso de una d1scus1onco1ec_iv~. . 'rantes de la troika se
n ...... · · 1 SPP ¡ año s1gu1entelos ex 1n1eg
,,.. ,1c1pante a¡eno a a , pero a . ire es el rirnerlacaniano que
encuentranallí después de un largo eclipse. Serge Lfclªde la calie Saint-Jacquescon
apoyala aventura. ~sí que se_encuentra en los_loe~ esmuchos otros más. Pronto se
los amigos de antano: Pontalis, _Aulagrner,Sm,r~fasyortodoxiasde todas las tiendas,
amontonagente, saltan los cerro¡os, se impugna . bro de su sociedad de origen.
pero,elemento nuevo, cada cual permanece mie_món n·, una escuela sino un lugar
·eo ·
nfrontations" no es ni un grupo, ni una asoaac1f 'dismos vienen a• hablar de sus
abiertodonde los representantes de _losdiferen:e!s~fidirse . Islote donde se respiraa
dramas,sus conflictos y sus obras s,n tener qu P f ecuentadoporlaAPF, perodesde
plenopulmón, el Jugares primero interno a la SP Y r s despistados por el maternaY
1976se beneficia con la afluencia de los Jacanian _~eriana. Llegan allí por diversas
decepcionadospor la nueva orientación 1acano-_m 1 mo "traidores"a los viejos que
razonesy aprenden a conocer su pasado Yª no mirardceo scubren la saga de la edadde
...___ ·res nuevos,
_,donaron al maestro. Atentos a 1os ª'
217
La Francia freudiana en todos sus est
ados
218
..
¡?eíflOSdivididos
220 ..
. divididos
f/8,n 05
222
.• 05 divididos
¡¡s,,,
ntreellos figuran Ste in, Viderman, Major , Geahchan ·
E Ma¡or tornan como abogado a Roland Dumas ' Neyraut y Barande A .
dela dis~lución de la EF P que se desar rolla en ~I:e defiende los interes~s ~:t~sos
en comunidades psicoanalít icas más fuertes de Fismo momento. En esa fecha ~an
dost·c ia de su pais, dando una imagen desasa tros dranc1ase destrozan pues an1eª1s
iusi t d I SPP a e sí misma s· a
iempre,10sasun os e a permanecen más seer s. 1n embargo, como
:mpliamente comentadas en la pr_ensa. etas que las de la EFP, que son
cuando es emplazado, el lnst 1tuo solicita en el .
· ' mismo proced·1 ·
deStein, Major y V1derman por no pago de las cotiza . · m1ento, la condena
1
pasea la audienci~, el Instit uto acepta proceder a~~;t~~ Pero·antes que el asunto
modificación del articulo 4 . Por su parte, Ste in y Vide de las dispos1c1ones de
s~uacióny pagan las cotizaciones atrasad as. Major q u~;:; · tansados, regularizélnsu
final.El 17 de jun io de 1981, el tr ibuna l pronuncia su sentenc:~ ~:~a~istaparael_torneo
de laspartes12 1. Considera , por un lado, que los documentos pres!i~fón a n;g una
susamigos no establecen que el Instituto haya violado a sabiendas sus e~:;i;os ;~;;;
el otro, que la demanda del Inst ituto es inadmis ible en la forma pue.sto q e
. · t · , u no se
aplicaron1os proce d _ 1m1en os previstos en los estatutos . En otros términos, el tribunal
se muestra equ 1tat1vo: desest ima las demandas por daños y perjuicios de todos los
demandantes.Con una sabiduría digna del rey Salomón, llama a las dos partes a
entendersede conformidad con el espír itu asociat ivo previsto por la ley de 1901. Este
emplazamiento recíproco es corno arar en el mar o, si se prefiere, como desatar la
guerranuclear para apode rarse de l peñón de Mónaco.
Del segundo statu quo resu ltó una restaurac ión.
Naturalmente, René Major sigue sin paga r sus cotizaciones y pide ser escuchado,
sobreeste asunto, de conformidad con el artícu lo 4. Por su parte, el Instituto sigue
queriendo modificar el art ículo 4 para poder excluír1osin que puedaexplicar las razones
de su acto.
El 3 de noviembre de 1980 veintinueve personas reunidas en el d_omicilio de
Fran90isRoustang fundan un "C~legio de psicoanalistas". La inici~tiva es ~nteres~?te
1
Y hace patente la situación de división que reina en la comunidad p5,co~na;;~:
francesa:disoluc ión en la EFP, conflict _o b~rocrático en la :~~;;b~!ª;;~i~~~~ ~s:ein,
1
comofundadores a tres titulares no d1m1s1onano_sde ª hante los tribunales, y dos
Geahchan y Viderman) que emplazaron a su in st1tuto t n y Anne Levallois que
ta
~iembros de la EFP en vías de ext inción, Franºois. Rous gJacquesLacan, n°ueve
firmaronuna providencia en la jurisdicción voluntaria con r
mesesantes. . nece a ningún grupo constituido:
Se une a ellos un psicoanalista que no perteó 1s Perner Y
I diván de Franc;:0
JaoquesSédat. Ex alumno de los jesuitas , se for~ ;~e~e invocar a Raymond Aron Y
Pasó los controles en las tilas de la OP LF Y la EF · oras a un tiempo, reactuahza, ~n
Tooqueville.Por sus opiniones liberales Y conservadé , del psicoanálisis que h~bia
el seno del Colegio, un componente bien ''fra~c ;or el corporativismo Y el esp'.~1t u
O
~aparecido desde la muerte de Pichon. Fasc ina ma de defensa de la profesion,
mtergrupo•de los años 197Q.-1980, aplica un progdraconoce bien todos los asp~ctdos
ante las .
del o~hgaciones !iscales impuestas P.
or el Esta º· ¡ e se irá haeten
. guno de ellos. As qu d" lución de la
°
. movimiento psiooanalítico Y no es hostil a nin . . de la SPP y de la iso
llllernbr0 d
EFp . . e numerosos grupos surg1 °.
·d s de la cnsis
• •nd1nándosepreferentemente hacia un
c1· o
antimillerismo a iv ·
223
La Francia freudiana en todos sus estados
Después de habe r part icipado en reuniones prep_aratorias, Serge Lecia ire, Michéle
Montrelay, René Major y Maria To rok se niegan , por diversas razones , a ser fundadores
del Colegio . Este nuevo grupo part icipa del mismo efecto de desconstrucción que
confronta/ion , pero se constituye en verd~dera s~c,ed _ad y no. se bas_a en ningún
espíritu libertar io. Cierra 10 que C~nfrontat,on ha?.'ª a~1ertoy sintoma t1za el primer
regreso al orden de toda una comunidad ps1coanallt 1ca v 1ct1ma de la frag mentación por
un lado y de la burocracia por el otro . El Cole~,o es_ pues una asociac ión de
circunsta ncia, razo nable y competen te, lo que no 1mped 1rá qu e sus fundado res se
destrocen entre ellos desde el primer año de func iona miento . Su princ ipal innovación
consiste en aceptar miembros pertenec ientes a otras corporaciones. No tiene instituto
y func iona según la norma de la cooptación. Limitada pr ime ro a cinco años, la duración
de la asociac ión será prorrogada luego sin limitación. Se compone de miembros activos
y miembr os asociados . Los primeros son los profesiona les, que tienen el poder
exc lusivo de decid ir acerca de las orientaciones del grupo. Los segundos son personas
capaces de serle útiles. La adm isión de los miembros activos depende de la cooptación
hecha por tres miembros de la asociación hab ilitados para pronunciarla. Se necesitan
diez años de práctica para ser habi litado como miembro act ivo por un Consejo de
Cooptación forma do por el conj unto de los miembros ya habi litados para cooptar1:22.
Un año después de la creación del Coleg io, Dominique Geahchan saca un boletín
de la asociación titulado Psychanalystes, con Jean Cournut y Menique Schneider en el
consejo de redacción. Dos años más tarde , en abri l de 1983 , muere de un ataque al
corazón, agotado por sus actividades. La misa de difuntos es celebrada en la Iglesia de
la Inmac ulada Concepción de Boulogne -Billancourt. Por esa época, Major decide poner
fin a la experiencia de Confrontationesperando días mej ores. Sigue dirig iendo la revista
y la colección en las Éditions Aub ier-Monta igne. Mientras tanto, obtuvo por fin la
natura lizaciónt23_ Pronto será autor izado a anotarse como psiquiatra en la Orden de
Médicos . En suma, a fines de 1983, tras diez años de acosos xenófobos, este hombre
es un hombre libre: canadiense de nacimiento, francés de corazón, naturalizado por
decreto, "ext ranjero · en su propia Sociedad , médico por sus diplomas, internacio nalista
de cultura y tercerm undista por elección ideológica.
La rueda gira y la IPA permanece idé ntica a si misma, cada vez más burocrática.
En el Congreso de Helsinki, celebrado en julio de 1981, su dirección encarga a una
"comisión de visita· que averigua las dificu ltades de la sección francesa , aquejada de
una patologla. Así pues, la SP P se encuentra en una s ituación análoga a la de la ex SFP,
salvo que no solicitó ella misma esa injerencia en sus asuntos internos. Considerando
que la Soc iedad y el Instituto no lograron introducir las reformas necesarias, la Comisión
propone una moratoria de seis meses para elaborar nuevos estatutos124. En definitiva,
se trata de disolver el Instituto, incluir la formación en una sola asociación y liquidar la
cláusula 9 ~el reglamento interno, referente a la posterioridad, juzgada no conform~ a
las normas 1p1stas. _Pesea_algunas protestas, se instala el proc ed imiento de vigilancia,
que no permite ni reduc ir el malestar , ni cambiar los estatutos ni modificar las
~edificaciones p~evistas en la cláusula 9. Durante este perío do, el ,:caso Major" sigue
siendo problemático . No paga las cotizac iones e invoca el artículo 4 de los estatutos del
Instituto para que el colegio de titulares lo escuche.
En vez de invitarlo a explicarse, el CA convoca una AG extraordinaria a fin de
modificar _el artícu lo 4 del Instituto ajustándolo al artículo 4 de la Sociedad. La
1ntroducc 1ón de una nueva cláusula debe permitir distinguir la exclusión por una taita
224
. 05 d íVid1·¡Jos
f/8111
Sn,¡rgel c~n:
. Despuésde la lectura de esta acusación, t~est,tu t a Major para afirmar que no
, André Green y Serge Lebovic i, intervien~n la más violenta. Enseguida,
toleranque se los trate de nazis. Chasseguet·Sn:iirge ~·stas de la Sociedad alemana
~ro titular judío, Conrad Stein , replica que los psici:;:s' "corno nosotros·. Pese ª _ 10
0
eran nazis sino unos buenos pequeños burg ·ntiéndose tachados de nazis.
~certado de esa intervención los tres titulares sigue~ s~ción de Michel de M'Uzan,
i° habían reaccionado así 'trente a la misma dec ~onuncia, corno siempre· cont~a
~~~da once anos antes. La votación qu~ sia~et~~l~res se rnuestr~ fav~r~~~es:br:
1111,,~~'fiGación estatutaria. Sólo el colegio m a burocrática se cierra ª
-v¡,uón de la nueva cláusula . No obstante· 1 tra p ª 22
5
La Francia fraudíana an todos sus
99 lado8
226
flsinOSdivididos
227
La Franci a freudiana en todos sus 8 t
s ados
Fundada en secreto un mes antes que la EFP Y en plen a bata lla por la afiliació
0
la Asoc iación Psicoana lítica de Franc ia no se parece ni a una institución lacaniana :
a una soc iedad ipista común . Su histo ria es la de un grupo de individuos , cada uno'd:
los cuales tiene una trayector ia particu lar. Sus miemb ~os no for m~n "ci~nes " como en
la SPP, no tienen maestro como en la EFP y no se s1tuan ~n un~ onda lacanianade
la misma mane ra que la OP LF. La APF es un grupo cuya 1dent1dad hay que definir a
parti r del itinerario de cada uno de sus miembros. Aunque dice ser de Francia, es
esenc ialmente parisi na y sin expansión provinc ial. Frente a sus dos hermanas gigantes
es realmente una asociación y no una soc iedad o una escue la. En 1964, reún~
elementos heterogé neos: por un lado, ex "sen iors " de la SFP, divididos entre ellos. Por
el otro, los "mocionarios", que difieren po r sus respec tivas persona lidades, pero están
ligados ent re ellos por un pacto de abandono de l padre . En el co razó n del "gran juego•,
acep t aron excluir a Lacan y al mismo tiempo desaproba ron una práctica que hizo de
ellos unos didáct icos compete ntes. De ah i una voluntad , que irá afirmándose, de
instaura r nuevas normas destinadas a preservar el anál isis persona l de toda ingerencia
burocrát ica. Al grupo de los mociona rios se agregan Didie r Anzieu y Wladimir Granoff,
dos hombres que se respetan pero no tienen nada en común . Romp ieron con Lacanen
cond iciones diferentes a las de los anteriores . Uno encarna los valores de la tradición
universi taria francesa , el otro es cosmopo lita sin ataduras institucionales. Por razones
que de rivan de su estilo y su historia no serán j amás presidentes de la APF, que
terminará siendo siempre dirigida "al centro", por los ex mociona rios. Sin embargo,
Granoff y Anzieu conservarán en el seno del grupo importantes funciones de enseñanza.
Los fundado res comentan sin cesa r el trastorno de ident idad que padece la
Asociación desde su nacimiento, con lo que confiesan públicamente sus conflictoso
sus debilidades sin ocultar los como ocurre en la SPP. Por lo que respecta a eso, laAPF
es una soc iedad sana , capaz de mirarse en un espejo y toma r la medida de su historia,
aunque no llegue nunca a publicar las huellas: "Hay una cosa que me parece notable
-subraya Laplanche en 1980- : esta asociac ión quiere ignorar su identidad; y la
mane ra más categórica de ignorar su ident idad es rechazar su historia. [...] La
asociación nunca recopi 16 y publicó los documentos referentes a su fundación, es decir
la escisión de 1963-1964. Deja que se constituya una historia perfectamente tendenciosa
acreditada tanto por los lacanianos (L'Excommunication)como por un libro como el de
Barande. Segundo ejemplo: la mayoría de nuestros miembros , sobretodo los asociados
y los alumnos , igno ran, incluso en sus grandes líneas, lo que se jugó en torno a la
formación en los años 1969 -1971, que desemboca en nuest ro cu rsus actual. También
en esto, esa ignorancia lleva a acreditar la idea de que nuestro modo de selección no
difiere esencialmente del de la SPP (Baranda), o al menos que nos situemos en una
posición de término medio entre la SPP y la Escue la Freud iana i 33,•
En el momento de su fundación, que se produce el 25 de mayo de 1964, la APF
comprende veintiséis personas. En sus estatutos inic iales , preve tres categorías ~e
miembros: los titulares, los asociadosy los miembros de honor. Esta última categona
estará siempre reducida a ct:irc. En consecuencia, son los titulares y los asociado:
quienes se encargan de la gestión de la sociedad. El inst ituto de formac ión est
in!egrado en ésta y tiene dos S87ciones: el comité de selección, compuesto por oc~
miembros , encargado de se leccionar los cand idatos a la formación, mientras que
228
d
Rsínosdivididos
bastan para su apetito y no necesitan un jefe supre_mo. Por este efecto de íefatura
colectiva, la APF es una escuela d~ hombres en el _mismo sentido en que la OPLFes
una escuela de mujeres. Sale del V1~ntrede Lacan 1gual_que el Cu~rto Grupo sale del
de Leclaire: una por filiación masculina, la otra por fll1ac1ó~ femenina.
Las mujeres no tienen posición de carrera o ?e creación dentro de esta sociedad
de hombres, en donde están representadas en cahda~ de e~posas. Sólo JulietteFavez.
Boutonier adquirió notoriedad personal fu~ra del matnmon10pero sólo Marie MoscoVici
será la fundadora de una revista titulada L 'Ecrit du Temps137 . Las demás mujerespueden
tener en la sociedad cierto papel, pero siempre será secundario con respecto al de los
hombres Ninguna de ellas será nunca presidenta. En 1964 , la APF comprendeseis
mujeres qe veintiséis miembros y, en 1983, diecinueve de cincue_nta.Son notoriamente
más numerosas en las filas de los asociados que en las de los titulares. Sin embargo,
la distribución es más equitativa que en la SPP, donde la población femeninase
amontona en las filas de los afiliados. Por otra parte, la APF es la menos médicalizada
de las cuatro integrantesfrancesas, tanto por el número de médicos como por el espilitu
universitario que aplica.
230
R•ínOS
divididos
232
Reinosdivididos
Ya hostiles a Granoff, los Favez lo serán aún más al descubr ir la famosa carta
olvidada por Leclaire . Gracias a ésta, tienen simbó licamente a su adversar io en las
mall as de un saber de l cual igno ra todo. Cuando se ente re de la verdad , habrá dejado
de interesarse por la presidencia . Por su parte, Lagache no sabrá jamás que los Favez
poseen la misiva comprometedora , pero se las arregla , después de Amsterdam, para
apartar a Granoff del poder . Por lo demás , éste le da la oportun idad co mportándose
según la lógica de su personaje . Para la IPA, él represe nta un valo r seguro en el ámbito
de la información. Conoce al dedillo la historia del psicoanálisis y Van der Leeuw le ha
pedido que sea asesor en los asuntos franc eses. Pero, después de Amsterdam , ya no
se adecua al nuevo orden interno. En la recepc ión del Hilton , Solms le sugiere que ceda
el lugar. La batalla ha ter minado y la paz requiere j efes tranqui los que no sean
guerreros. El ex integ rante de la troika deja pues que aque llos a quienes sirvió lo
despidan cortésmente. Espantado por la ceremonia de clausu ra con zuecos y delan-
tales azules, vuelve a París muy abat ido y anuncia a Lagache su intenc ión de retirarse:
"A través de peripecias demasiado largas de contar[ ...] -escribe-, con la ayuda de
Dios al fin y al cabo, conduje este barco a buen puerto [ ...J. En buen puerto y sin que
haya sufrido daños, se lo entrego ahora. Hay todavía mucho por hacer [ ...] Cuando
comiencen las clases pondré al corriente al Consej o. Penmítame ahora que tome un
largo descanso. Cuando vue lva, podremos discutir acerca de las pos ibles modalidades
y la oportun idad de los servic ios que en caso necesario pueda brindara laasocí ación1,ie•_
En su discurso presidencial de octubre de 1965, Lagache toma nota de la actitud
de Granoff . Lo pone en órbita afirmando que éste no desea otra cosa que ocuparse de
un grupo europeo, lugar maravilloso para hacer fruct ificar sus talentos de hombre de
comunicación. Distribuye alabanzas a todos los responsables de la sociedad y hace un
vibrante elogio de Georges Favez, hombre sólido , lúcido, bondadoso, poco conversador
y buen campesino de Vaud. 149 Al año siguiente, Favez se conv ierte en presidente de
laAPF.
¡Adiós Volodia! Tu papel será en adelante el del samura i, que contempla la aldea
victoriosa, en la amargura o la parodia ...
234
Reinos
divididos
por 1a ausenc .ia d e ag ·itac·ión O de tomas de pos. ició n incen d iarias. La revista
. administra
ópfma mente los intereses de la cultura freud 1ana pasada Y presente sin ceder jamás
a l~s extrem ismos de una época. Sus únicas competidoras por lo que atañe al volumen
d e vent aS y a la reperc usión fuera de las aldeas analit 1cas serán Orn1car? y los Cahiers
¡ 1 · 1 d ·
Controntatíon. Naturalmente , tarevis ta pu blicaart cu osaJenos_a or en ps1coana11tico,
a cond ición de que adopten el estilo elegante de (ª plaz_aDauph i ne~ la calle S_ébastien-
Bottin : ni demasiado tacania no, ni demasiado ant1lacan1ano, ni marxista, ni ant 1marxista,
ni feminista ni antifem inista, ni estruct uralista, etc. En pocas ~alabras, se diria que
Gallima rd, Pontalis y la APF nacie ron para en~ej~cer Y morir Juntos. En el catálogo
destinado a los libre ros, la revistase presenta a s1mis ma como hb_rede toda pertenencia
a una instituc ión psicoana lítica o univers itaria así como de todo Juramento de fidelidad
a la pa labra de un maest ro. Quiere obedecer a un~ sola exigenc ia_:"hace_r perce~tible,
sin borrarl o, hacer inteligible, sin pretende r do minar lo, el trabaJo del inconscie nte.
Desea que sus lectores reconozcan en el movim iento de pe nsamiento que le es propio
algo de ese gesto, flexible y decidido, que fue , y sigue sie ndo, e l de la Gradíva,54.'
El contenido de la revista y los títulos adop tados cor ren parejas con esa voluntad
afirmada de flexib ilidad y moderación : nada de conceptos rígidos ni teor ías rimbombantes.
La NRPse pone po r norma no eleg ir jamás como tema de ref lexión una noción que ya
tenga una situac ión definida en la teoria psicoana lít ica. De ahí la idea deto rnar palabras
de la lengua corriente para titu lar cada número: objetos de l · fetichismo, poderes,
domin io, luga res de l cuerpo , efectos y fonmas de la ilusi ón, etc . Después de algunos
años , Pontalis hace entrar a dos asistentes al co nsejo editor ial: Fran9o is Gant heret,
miembro de la APF , y Miche l Schne ider , un autor de su colecc ión que frecuentó tas
ala medas de L 'Ordínaíre du Psychanatyste.
En 1977, Pontalis decide interesa rse en la historia . Por eso crea dentro de su
colección una serie titulada "La psychanalyse d ans son histo ire·. Publica en ésta
exce lentes docu mentos dedicados a la saga freud iana y , entre ellos, tas famosas actas,
en tres volúmenes, de la Soc iedad Psicoanalitica Vienesa . En la presentación, expone
una concepc ión de la histo ria que refleja muy bien el prob lema de identidad propio de
la AP F: no ha llegado el moment o -dice- de esc ribir una historia de l psicoanálisis
porque es secreta y nadie sabe po r qué se decide o evita una escisión. No obstante,
Pontalis anuncia su intención de abrir ese campo a los inves tigadores y añade que la
iniciativa no tiene equivalente en otros edito res. Y as! es. Luego, a principios del a/lo
1980, publica en la "Collection blanche" una nove la a la manera de Paul Bourget en la
que cuenta sus amo res de j uventud . La prensa lo consagra como escritor 1ss. El mismo
año funda una revista anual muy seria, Le Temps de ta Réflexion, destinada a acoger
a los autores de Gallimard y la NRP a los que se suman Jean-Pierre Vemant y Michel
Deg~y en el con~ejo _de redac~ión. Cada volumen debe comprender cuat ro grandes
secciones: reflexión, 1nvest1gac1ón, cr ítica y lectura . Está ab ierta a las ciencias exactas
Y las reseñas de libros. Respecto a este punto af irma esta r exenta de los favores que
suelen hacerse entre colegas. Lamentablemen te, desde el primer número no escapa
a las leyes del género. De los ocho títulos franceses comen tados, ocho son valores
ultra ~reconoc 1dos , cuatro son libros Gall imard y otros dos, de diferente editorial,
provie _nen ya sea de un autor d~ la casa , ya sea de una co lecc ión dirigida por uno de
tos m1_embrosdel conse10 ed 1tona l. En su presentación, sumamente inteligente ,
Pontahs adopta por una vez un tono po lémico. Denuncia lo que ta APF y los mocionari 0_5
sie mpre estuvieron den unciando: el cesar ismo de los maestros en la intellígents1a
236
. osdiVídidos
Retn
sa. A ello opone e l espíritu asocia tívo de .
france · · su propia s · d
uítatívade los conoc 1m1entos entre rep resentante d . ocie ad: distribución
eq cuatro años más tarde, en la serie "H isto ire" d s e difere_ntesdisciplinas 156.
bradeunjovenfi lósofoinglés: Lelangageauxong · es~ colección, Pontalis publica la
~edeclara así abierto a la juventud y a los investiga~:~:s ~ la psychanalyse. Este campo
forrester, es el traductor de algunos se minarios de La ~la actualidad. El autor, John
cjedicadoa Freud, el lenguaje y la histo ria en laactuariª~ - ero en su libro, aunque está
francés. Sobre esta omisión vo luntaria de un nom~r! ':i~~aelnombredelmaestro
oculto de la obra, se expHca en su conc lusión donde c~lific nlc1ona_ como el _resorte
•prosaembriagadora · e ''inefables amb igüedades" Luego agªreeª~·áslis 1s lacan1ano de
b 1 1 ó d · ga. e puede ver en la
prese_nte O ra os pro l eg _men?s e un enfoque más dírecto de la escuela analítíca
iacamana, la que en os· ¡anos ] E cincuenta se
. remitía a una lectura de Freud para1e1a a la
tesisque expongo aqu1 ... notros térm inos . , si leemos a Freud como lo hagoaqu ·1,esa
leClurapued e ayu d arnos a comprende r como Lacan puede constuir su teoría sítuán-
dola bajo el signo de un retorno a Freud157."
En la contrat~pa, e l r~sponsable de la publicación explica las intenciones del libro
y en consecuencia también las de la ser ie "Histo ire": "En Francia -escribe- toda
reflexión sobre las relac iones del lenguaje y el psicoanál isis es inmediatamente y con
razón asociada al nombre de Lacan . Sin duda se neces itaba una mirada alejada y
singularmenteescrutadora como la de John Forrester, jove n universitario anglosajón,
paraabordar la cuestión como investigador y no como epígono . Si la deuda con Lacan
alcual, por decis ión, apenas se hace referenc ia explícita no se disimula, no hay jamás
sometimientoa fórmulas". Cu riosa manera por parte de Pontalis de abordar por primera
vez a Lacan y su historia en la serie de una colección dedicada a la historia: hablar de
ellosin hablar, a part ir de Inglaterra, pues hab lar de ello en Francia podría llevar a caer
enel servilismo o se r un epígono. iOuéobsesión! Hay una extraordinaria analogía entre
laconcepción de la historia que se expresa en toda la empresa editorial de Pontalis y
la historia misma de la APF, que no cesa de rechazar su historia confesando su
problema respecto a un maestro al que ha expu lsado. Recíprocamente, existe una
asombrosacontigüidad entre la concepción de la ~istoria pres~nte en.la _EFP,en la que
se muestra a Lacan como un gran timone l traicionado por malos h1¡os, Y el lugar
omnipresente de un maestro obsesionado por la temática del abandono. A través de
estasfiguras en espejo se tejen dos mane ras de escribir la h1stona. En un caso se la
rechaza y conf iesa al mismo tiempo para que sea perdonada; en el otro es inventada
denuevo, como una leyenda.
En 1985, tras quince años de gloria no enturb_iada ~~r ~:n: ;:~a
0 ··
:~~~~~
paisajeintelectual francés, la NRP decide proseguir -~u ~~ Pontalis se otorga un
·0
d 1
~a
238
. IJSdiVididos
Rem
orde un banquete del Renacimiento . Gra . .
el sab d. d I d. c1asal tinanc ·1 .
tadounidense, 1spone e mero necesario pa am1ento de un mecenas
65
mbrede "Asociación para el estudio de las cie~ª -crear una sociedad que tomaría el
~oAPF. Exploró los te rrenos de Neuilly y comp~~ashumana~" Y que podría alojar a
ª oyectatransformar en comunidad intelectual co una ma_nsión desvencijada que
P~gimnasio, una piscina, unas galerías y una ·bibl~o~nes~acio central abierto al cielo,
ucolectiva de tipo libertar io o frate rna l. Pronto emp· eca. iensa en una organización
. 1eza a reunir a -
piezasdisponibles y cada uno hab la de su trabajo L . . sus amigos en las
manda erigir un ba ldaqu ino , compra unos ven·rn~1ir°· en¡unio, ~aceunai ~vitación,
corderosenteros asados . Vest ido todo de blanco recib~saysor~an_izauna fiesta con
deun amo de casa un poco retirado. Los alumnos ~stán invita~i;nv, tados, a t~ manera
interpelan a Pujol sobre el asunto del secreto de los exped· . Dturante la d1scus16n,
1en es. Los candidatos
é 1
quierensaber por qu se os acepta o se los_rechaza y cuál es el sentido del deber de
reserva.Al fina l de l verano, Granoff renunc ia a su sueño de dar un 1 APF
·• 1 • d L ugar a 1a y
modif1c~ra segun sus es;os . os fuegos artificiales quedarán grabados en las
mamonascon el nombre de Campament_odel tisú de oro". A muchos les hace acordar
a las recepciones en Gu1trancourt. De ah, la desconfianza que inspira el ex de la troika
quequiere, según creen, tomar el poder y fabricar un Vincennes en miniatura•62.
El proyecto reformador de Berge y Anzieu fue enterrado pero gracias al mes de
mayose produjeron numerosas discusiones. Se formaron grupos, se trabaron relacio-
nesentre algunos miembros de la APF y la com isión animada por Jean-Luc Oonnet.
Todaslas opiniones convergen : hay que introducir serias reformas en el cursus de las
dosintegrantes francesas de la IPA. Se avecina la rebelión por todas partes en el seno
del imperio: en Suecia, en Ho landa, en Austria ...
A partir de 1969, Jean Laplanche asume la dirección de un proyecto de reformaque
vaenel mismo sentido que su enseñanza del psicoanálisis en la Universidad. Vaa darle
a la APF esa ident idad inst ituciona l que le falta f rente a la Escuela FreudianaY la SPP.
Según Laplanche, esos dos grupos hacen depender el análisis. personal de una
adhesión a los idea les de la institución. Para establecer una diferencia con ese
funcionamiento, propone llevar a cabo una extraterritorialidad de la cura, conform_eal
espíritude colegial idad que reina en la APF. El proyect_oconsiste pues en abohr e;
sistema de la preselección a fin de preservar el anáhs1s personal, q~e deberá se
· · · · ·ntervención de la institución. La
validadopostertormente como format ivo sin ninguna 1 . . d.1
1 e sigue siendo el urnco me 0
autortdadde ésta se ejerce entonces sobre el contro • qu t nt'd
I
que luego es
de 1 • · d t n proyecto en es e se o
. se ecc1onar candidatos . 8 e re ac a u ta múltiples discusiones, la
difundido a todos los miembros. Tras una larga encu~s tlrinstitucionalganaterreno
mayoríade los miembros lo rechaza. No ob stante, _ei;a :~cerrar la tienda. La reforma
Ylos_compañeros por un instante piensan en es_?n ~~s tarde, a impulsos de Pontalis,
terminaráde todos modos por imponerse . Dos ano! adoptado durante una Asamblea
se vuelve a proponer el proyecto que por fin ser
Generalcelebrada en junio de 1972 163 - onen aunque sometiéndose a
Tres titulares, y no de los menos irnportantes,~e ':fcu. El primero, cercano a los
ladecisión de la mayoría: Widlócher, Anz ieu Y ra lásico el segundo teme una
ór""n
.,...,os de la IPA se mantiene part 1dano
. . del sistema sociedad
C ' •
se convierta en un
a
I
ª
flexlbilización exc~siva y el tercero se_ni~ga,. queué~ de habernos adentrado ,en el
ISociación serta Y demasiado universitaria. Desp cargar con menos peso ,nut1I-
ltrlálisis de los sujetos de la manera que nos parece
239
La Francia freudiana en todos sus es tados
.b mo s a tratar de ree m plaza r la int rus ión de lo arbit rar io en s us vidas, por 10
escn e- va d. , · 1 a t 1
tanto en la n uestra . Y para eso , más bien _,na ,ne uso . um e n ar e _peso de una
asoci ació n que no ha sido ja más , y es jus to, s ino la pa rod ia de ~na 1nstit uc1ón, y Sólo
. f un lastre vamos a trata r de crea r real men te una 1nst1tuc 1ón . No queremos
1a paro d 1a ue , . . ó ? • 164
segu ir siendo malos bromi stas . <.,Tend remos raz n ·
Unos mes es después d e la votació n, G ranoff expr es a s~ am argu ra en una carta
de spreciativa y lúc ida que env ía a Geor g es Fa ve z a P.~opós1to de las _Entrev 1st~s de
v auc resson y un Colo quio ce leb rado en el hotel PLM. As i q_ueprote gió usted bien a
la APF para q ue no fuera co m ida por los cerd itos {lacani°:nos ma l arrepentidos ,
experto s en astuc ias pe ligros as)( ...] Esa APF que usted p rotegi ó con t ra l~s ten tadores
cuyo peso pu ede hoy apreciar [ ...] ahora va a cant ar secreta m ente al un isono con su
verdade ra herm ana mayor , la SPP. Ese cong resito PLM , es tilo inme,diata postguerra,
será un digno prelud io al Congreso internac iona l ( ...] Por lo que a m 1respecta , desde
mi último intento, que me abr ió def initiva me nte los OJOS sobre lo que rea lmente me
interesa en la actualidad de este m edio, tan bien ent re nado para preservarse de toda
contam inación peligrosa, me vo lví a m is queridos estud ios . 165 " Granoff sabe ahora lo
que se sab e de él y que no se qu iso saber duran te la negoc iación: Juliette le devolvió
la carta ... Despu és de todo ese tiempo pasado en la guerra y después en la parodia de
la guer ra, emprende un in menso se minario sobre la historia del psicoanál isis, encon-
trá ndose as í con la novela de sus orígenes: "Me gus tar ía ser aque l de quien se diga:
'es el que cuenta histo rias '. Una hiso ria. Su historia. ¿Se cuenta alguna vez otra cosa
que la histor ia de uno? " De esa palabra de gran extensión saldrá un libro, Filiations, y
luego otro, La Pensée et le Féminin .166 _
La reforma per mite a la APF dotarse de una ident idad jur ídico-admin istrativa
conforme a sus idea les de individualis mo y elitismo. Los estatutos , enteramente
concebidos y redactados por Jea n Laplanche , se adecuan a los particular ismos de esta
asociación. Son los más cop iosos de toda la historia francesa del psicoaná lisis: treinta
y s iete artícu los para la gestión jur ídica y cincuenta y cuatro para el reglamento interno.
Un verdadero trabajo de benedictino . En 1972, la A PF se conv ierte pues estatutariamente
en lo que siemp re fue: una sociedad no expansiva, poco burocrática, sin patologia
excesiva y semidemocrática. En una pa labra, se parece a una escuela de jefes, de
hermanos y de viejos compañeros.
Ahora está compuesta por cuatro categorías de miembros dos de las cuales sola-
mente tienen existencia real: los titulares y los asociados. Los afiliados y los miembros de
honor existen juríd icamente pero no hay personas que concreten su presencia en el grupo.
Los alumnos tienen la misma posición que en la SPP o la OPLF: pagan cotizaciones pero
n~ s_onmi_embros_ y no tienen ningún estatuto. La AP F está dirigida por un Consejo deAd-
m1nist~c1ón elegido por la AG y compuesto por seis miembros obligatoriamente titulares.
L~AG tiene pues un peso real pero la igualdad entre las dos categor ías de miembros ter-
mina donde empieza el ejercicio del poder. Los asociados no tienen más derecho que eldel
voto. Sólo l?s titulares pueden integrar el Consejo repart iéndose los cargos entre ellos.
Además, ehgen a los nuevos titulares de entre los asoc iados que también fueron elegidos
par ~ 110 ~- De modo que los asociados no tienen ninguna influencia sobre la marcha de la
rnslltuc1?n ~alvo en asamblea general.
st ituto de formación está integrado en la Asociación pero goza de cierta
El rn_
autono~,a con respecto a la sociedad, que delega en él su autoridad. Lo dirige ya sea
el presidente de la APF, ya sea un director elegido por el Consejo. Comprende dos
240
. divididos
Retn05
. nes. la comisión del Instituto que se en
secc10 . . . . , carga de 1 •
nterenc1as o las reun iones cient íficas y la com . . a ensenanza los semi·na .
185Co . d 1 ·6 o· . ·
alviejo comité e se ecc1 n. inge la selección de los e o_rmac,ón
,s, 6n de~ . ' nos,
, quereemplaza
dtterentes etapas del c~rsus . Está c~mpuesto por nueve ~¡°d1datos Y el acceso a los
re los titulares 1nscntos en una hsta de anai·ist embroselegidos por la AG
ent t . as seleccion d
titUlares . Entre eso~ erapeutas f1gu ran algunos asoci a .os ª.su vez por los
estatutaria:un candidato puede elegír libremente su divá~d~s.All1_radicala novedad
titUlares inscritos en el Instituto de Formación. Pero ue e una hstad~ asociados 0
despuésde haber hecho su cursus con un psicoanaltt de también sohc1tar controles
5
formaciónserá validada con posteriorídad. a miembrode otra sociedad. Su
Quedansuprimidas las nociones de especialistas e . .
1
Elcandidato que quiere ser formado en la APF debe dirinirª didáct:caY preselee<:ión.
secretariode la comisión de formación. Éste le propgo neuna stoltcitudpor escrito al
· · b . . en onces celebrar una
entrevistacon tres m1em ros de la com1s1ón:el candidato los el· é
. 1ge. 0 espu s de un
informe,hay tres respuestas posibles: autorización para emprenderuna
· 1 1 r1· · cura super-
viSada,seguir as e ases Y pa 1c1par en las actividades cientlficas; rechazo de la
solicitud;o aplaza_m 1ento: El rechazo no va acompañado de ningún comentario.Si el
candida to es adm1t1_~0, elige a su controlador de la lista de analistas en ejercicio en el
Institutode Formac1on.Las sesiones de control son individualesy semanalesy tienen
obligator iamente por objeto la cura de un neurótico adulto. El primer control dura
alrededorde tres años durante los cuales puede o no seguirse el análisispersonal. Lo
validadespués una comisión de tres analistas designadospor el comité de formación.
Éstosrecogenla opinión del contro lador y mantienenalgunaentrevistaconel candidato
si lo consideranútil. La comis ión pronuncia entonces la validación del primer control,
queequivalea la admisión a un segundo control en las mismascondiciones.Segui·
damente,después de redactar una tesis, el candidato puedepresentarsu candidatura
a la categoría de asociado. Este sistema tiene la ventaja de preservarenteramenteel
análisis personal de toda injerenc ia institucional y hacer dependerla selecc,ónde los
controles.Suprime la horrible noción de "caso especial" que causó t~n!osestragosen
laSPPy ~limina completamente la idea de "cura forzada". Tiene_asimismo la ven!aJa
.
de 1mped .r el desarrollo patológico de una mito
1 . 1og1• del secretosiempretransgredido.
a . . d
. áfcos tiene el inconvenien te e
.Pero,debidoa los estatutos insuf icientemente democr 1 ' s hasta una edad
ª
lllfantilizara los terapeutas manteniéndolos en el eStado ~e ur:~ t~craciaque afecta
1
En los años siguientes , la reforma no aporta ninguna soluc ión a ese espinoso
problema. Por ello es por lo que, ante la gerontoc rac 1a de los unos y la burocracia de
los otros, los jóvenes pref ieren los divanes de la onda lacan 1ana: EFP y OPLF. Pero
como lo sub raya Donnet, tienen sobre tod o tendenc ia a vagar por todas las sociedades'.
cura en un lado, contro l en otro, segund~ tram_oen otr,a pa rte , etc. De ahí que surja, por
lo que respecta a la qu inta generac 1on ps_ 1coana l1t1
ca f~ancesa, una reacción de
hostilidad hacia todas las sociedades const 1tu1das, reacción de la que se beneficia
amp liamente Confrontation: "El éx ito que obt iene n algunas man ifestaciones
extrainst itucionales (como por eje mp lo Confrontation) -s ubraya Smirnoff en 1977-
denota una insat isfacción , por no deci r enojo , de una gran parte de los miembros y los
analis tas en formación . Que un núme ro creciente de miembros descatectice en forma
relativa la instituc ión, no puede tener , en nuestra opinión, nada de alentador y menos
de env idiable 168."
En 1976, pese a las intensas actividades científ icas y ed itoriales , la APF sigue sin
poder frenar su crisis de estancam iento. Padece del mal del que siemp re quiso curarse:
ser un apéndice entre dos gigantes , sin ident idad de finida. En junio , el presidente
observa que se desarrolla un ausent ismo crónico entre los miembros y que existe cierto
autodidactismo. Pronto una "minicrisis" revela los inconv en ientes del funcio namiento
autárqu ico. Una cand idata cuyo cursus fue validado no resultó admit ida para el título
de asociada a causa de un voto negativo del co legio de los titulares. Contrarios a esta
decisión, ocho co mpañeros furiosos se van en seña l de protesta . Después de esto, todo
nombramiento interno será imposib le. Un año más tarde , el presidente comprueba con
amargura que la APF no ha registrado ninguna promoción para el año en curso.
Esgrime nuevamente la amenaza de extinción y envejec imiento, compara las costumbres
de su asociación con la práctica de los cambios ministeria les y explica que el grupo
funciona según el lema: ponemos a los mismos y em peza mos de nuevo. Para poner
f in a esa situac ión de bloqueo, pide que el Consejo de Administración sea represen-
tativo de las diversas corrientes y tende ncias teóricas que cohabitan en el seno de la
sociedad. Exige también que se garantice cierta continuidad cuando se renueve el
Consejo a fin de que en éste haya miembros que tengan conocimiento de los asuntos
tratados anter iormente 169.
A l año sigu iente, laAP F adopta una modificación estatutar iadestinadaa flexibilizar
el modo de elección de los asociados y dar a éstos un poco más de poder en las
actividades de formac ión. En adelante el quórum reque rido será de dos tercios en vez
de tres cuartos para la elección de los miembros , asociados O titulares. Se introduceuna
distinción entre la elección de los asociados y la de los titu lares . Para los primeros basta
la mayoría absolu ta, mientras que para los segundos se necesita la de dos tercios. Si
no se llega al quórum, la elección se realiza en las mismas cond iciones sea cual sea
el número de los presentes 170.Se introducen dos modificac iones al reg lamento interno
sobre las modal idades de func ionamient o de la comisión de formac ión . Una se refiere
a la validación del cursus y la otra a las dispos iciones en caso de que el candidato
fracase. Para la validación del cursus, ya no se exige el voto de l colegio de titulares
cuand_ono se contradice _formalmente la opinión del relator. Equ ivale entonces a 1 ª
admisión. En caso contrano, se necesita el voto favorable de la mayor ía de dos tercios.
Por 1~que atañe al fracaso de un candidato, se estab lece un complicado sistema que
permite crear una categor ía de invitados . Con ciertas cond iciones, éstos pueden ser
aceptados para participar en los trabajos de la Asociac ión.
242
Reinosdivididos
243
CAPÍTULO IV.
La Escuela Freudiana de París: la catástrofe
1.Ultimocanto
248
vela Freudiana de París: la catástrofe
L8 f;sC
250
11
a Frevdiana de París : la catástrofe
is fscuel
tte Raimbault me pidió que le pid iera a Saf
Gi~~char a mis _pasadores) que tuvie ra la bon~~~n (ausente el 9 de febrero ara
es lución. Sohc1to al Jurado de aceptación que 1 de 01rme a fin de tomar p
,eso d . orne not d . una
. encíatardía e un so 1o miembro del jurado de a e m1 negativa Est
etig - d . . sconoce qu · a
e es justamente sa 1ir e 1circu ito de la demanda M . e uno de los efectos del
P~!rnbro del jurado haya comet ido la lige reza de e~p ~ siento consternada de que un
ª
rn~stardea la demanda. Esta actitud y la ce nfusión g UJar un candidato nueve meses
rn aquí mi negativa sería dem asiado 14." eneral demuestran queargumen-
1ar . .
Jean Clavreu 11nterv1ene entonc es para anunciar .
1
tieneintenciones de discuti r sus criterios: "Sé bien que~: : Jurado de aceptación no
experiencia que ya cuenta tantos años que propo _spera que de los frutos de
Su · ' rcione una teoría del pa
presentadaa una maest na . Pe ro sob re este punto tamb·é . se
podrán quedar dece'ópcion ados Y1además bien .
dispuestos a isancasree1
"
nmagincta
con
n _óque
us1 n
sólo
que el
·¡uradode acep t ac1 n no cump e su func 1ón1s. Cuatro años más t d
. ." . ar e, agregará lo
siguiente. Más impo rta nte ~ara nos otros es tomar nota de lo que fue nuestro silencio,
esdecir nuestro consent1m1ento, nuestra complic idad ante el silencio cada vez más
pesadode Lacan, no sólo en su sem inario sino también en las reuniones del directorio
y de los jurados 16 ."
A guisa de conclusión , Lacan exc lama: "Está clarísimo, es un fracaso completo
estepase17." Así desaprueba él mis mo al jurado de aceptación que presidió durante
diez años. La vía del poder queda ahora abierta a otra juventud lacaniana y al
representante de ésta que más insta lado está dentro del grupo de allegados: Jacques-
AlainMiller. Entre tanto , en la asamblea general de julio, Michéle Montrelay y Fran9oise
Doltoson elegidas para integrar el jurado en el lugar de Leciaire y Conté. Durante un
añovan a intentar transfonmar el funciona miento del procedimiento.
ya se perfila el enc uentro del narrador con la Histor ia. En med io de este museo Gré .
todo de oro y púrpura, Claude Rabant y René Tosta in llevan la seda de un traje~;
marqués. Son hermosos y bien hechos . Con su v:st 1do de a rlequln que se adapta a la
colorac ión de sus humores, Franc,ois Roustang 1nte~ta _hacer u n pas de deux. Tomó
clases previendo el baile. Disfrazado a la antigua , Chnst1an_S 1matos recupe ra de golpe
su ident idad griega y parece haber aprend ido el papel con Richard B~rton en Pompeya.
En cuanto a Serge Leclaire, es el único que se animó a traves tirse luciendo los perifollos
de una marquesa de Pompadour . Su muier Ge nev1éve lo acompaf\a vestida de
marinero . Tarde en la noche, con un sombrero neg ro , René Major se une a los invitados.
No sintió neces idad de disfrazarse. Esa noche, Jacques Lacan no acudió a la cita.
Había prometido ir, pero a último momento des istió . Su Majes tad no abrirá el baile del
crepúscu lo ...19.
Durante el vera no, y ante el hundimiento de la gran temática estruct ural de los atios
sesenta, los idea les des igua litaristas del saber maur rassiano resurgen de manera
rutilante al aparecer en los medios de comunicación una corriente llamada de la "nueva
derecha " cuyos valo res habíanse mante nido en letargo desde el genocidio. Apoyándo-
se en el libro de un dinosa urio del antifre udismo, Pierre Debray-Ritzen , publicado en
1972 con e l título de La scho/astique freudienne20-e l f ilósofo Alain de Beno ist reinventa
la vieja polém ica contra la "ciencia alemana" y traduce al discu rso teó rico lo que sólo
era el arsenal habitua l de un organicismo caído en desuso. Aho ra bien, en el contexto
de la decadencia de la psiquiatría, el resurg imiento de la temática del desigua litarismo
toma el aspecto de un debate cientificista que tiene por func ión delim itar las condiciones
de un antiu niversalismo en el que el freudis mo es vertido de nuevo en su regionalismo
cultura l. En consecue ncia, aparece como una cienc ia verg onzosa, portadora de todas
las taras atribuidas a un j udeo-cristianismo opues to a su vez a un supuesto paganismo
nietzscheano. Ya en 1977 , Alain de Benoist se apoderó de las tesis de Debray-Ritzen
para mezclarlas con las de Marthe Robe rt y hace r de Freud el inventor judío de una
doctrina judía21. Pero, para d iferenc iarse de los oríge nes del saber maurrassiano y no
dar la impresión de estar salvando del naufrag io los temas propios de la Action
Fran9c1ise,Beno ist prefiere la Kultur a la civilización, la Aleman ia filosófica a la Francia
positiv ista, la diferencia cultural contra los universa les de la frances idad22. Todo eso
para afirmar que cada paradigma de la cultura humana demuestra una desigualdad
innata entre las razas : de ahí la necesidad que tiene Occidente de fab ricar élites gracias
a los progresos de la biologia . Viejo debate, nuevo impulso . Duran te todo el verano, se
dedican a las tesis de la nueva derec ha trescientos art ículos de prensa y varias
emisiones de radio, ya sea para denuncia r el peligr o político de aquellas, ya sea para
hacerlas existir ante la opinión pública . Demás está deci r que en el movimiento
psicoanalí tico esta corriente no se implan ta puesto que los ideales de la raza ya no
están presentes. Pero la existencia de esa temá tica, fue ra del movimiento, reaviva por
primera vez en Francia la vieja disputa de la heredo -degenerac ión, la "ciencia j udía" Y
la "ciencia alemana" . Además, la apertu ra de este campo del saber no tardará en dar
sus frutos con la publicación, seis años más tarde, de una obra monumen tal sobre
Freud, en la que puede leerse lo siguiente : "Dom inando el todo mi carácter anal es
indu~ab le . Tenía _una abue la de Saint-F lour. Es sabido que /udíos y auvemeses
nvahza~ en m~tena _de avaricia y no hay que aso mbra rse si vi en el judío Freud_un
competidor rol\ 1ca23 . Como para que se estre mezca de hor ror el llorado Pichon, quien,
pese a su adhesión a la Action Franc,aise, jamás co merá de ese pan.
252
18Freudiana de París: la catástrofe
LBEsct)B
oespués de la nueva derecha, emp ieza h
·p·ios del otoño , sale a luz un libro cuyo autorª acerse oír la nueva . .
nno1 é es un¡ov 1zqu1erda A
P depoé/&4. En ste, elautorhablacon humor f enprofesordefi losof' L ·
'y/1.U b d . Y erocidad d 1a: 'effet
ialascostum res e un med io vícti ma de eLacanytoslaca .
oenUnc . su mayo . . manos
nguajerebuscado . Fran90 1s George no se destaca r crisis, su esoterismo Y s .
18 acidad de teórico. Busca la fa cilidad tos ch ·ist por su talento de narrador u
caP . . . . ' es y se qued o su
sascorno un polem ista sa lido directamente de l sal . .ª en la superficie de las
rd
coesdice ser desmitificador en un pe ríodo en qu onl Ve unn. Pero el libro hace mal
pu · · e e nuevo ord 1-
a¡ustarcuentas con e1v1e¡o est ructura lismo acusado de " ; n 110:ól ico íntenta
L'ef/et'yau de poéle es un doble cómico de l Destin si funesgou/ag·. En cierto sentido,
súbitamente esa expresión nueva que perm itía a quien hab laba con él, sabrán qué
hacer con la miserable anécdota de F. George 27 ."
Mientras tanto, un verdadero hipnotizador desp laza sin saber lo hacia el Este lo que
estaba en j uego en el movimiento psicoana lítico francés. Judío de origen ruso, Léon
Chertok se formó antes de 1953 en el diván de Lacan y luego fue contro lado por Bouvet
y Schlumberger . Nunca será miernbro de una sociedad psico.anaHtíca. Su principal
mérito es el de haber sido un auténtico héroe de la lucha ant1naz1 en el seno de la
legendaria MO i. Cuando Gilles Perrault lo encue ntra por primera vez, en ocasión de su
larga invest igac ión sob re Leopo ld Trepper , espera ver un señor viejo, de barba y con
lentes negros. Para su gran sorpresa , se encuentra con un bue n mozo que rebosa de
energía, con la constituc ión de un pilar de rugby , la mirada chispeante y una risa
estentórea 28 . Léon Chertok ded ica toda su energía a promover la técnica de la hipnosis
en el tratamiento de las enfermedades llamadas psicoso máticas. Alejado durante
mucho t iempo de l mov imiento freudia no, va a emerger nueva mente en el escenario
psicoana lítico a medida que se va reactualizando el fenómeno del síntoma hipnótico
deb ido a la crisis de l lacanismo.
Hacia 1975, el psicólogo georgiano Serge Tzo uladzé, que hizo sus estudios de
psiquiat ría en París y se formó en un diván francés, toma la iniciativa de organizar en
la Unión Soviética un coloqu io sobre el inconsc iente. Heredero de la escuela de
psicología represen tada por los trabaj os de Dimitri Ouznadzé, reúne en torno a él a los
liberales opuestos a la psiquiatría repres iva y deseosos de establecer lazos con el
psicoaná lisis de Occidente. Tzou ladzé muere antes de rea lizar su proyecto, que es
asum ido en Francia por Léon Chertok y en la Unión Sov iética por el profesor Philippe
Bassine, autor de un libro sobre el problema del inconsciente, publicado en francés en
1973 . La tes is central de Bassine es caracte rística de la era postpav loviana surgida de
la Jdanovchtchína. Se trata de rehabil itar "polít icamente" el inconscie nte freudiano a fin
de criticarlo o refutarlo en nombre de los conocimientos de la psicología . Respecto a
eso, Bassine toma en cons ideración los trabajos de Lacan para de mostrar hasta qué
punto la lingü ística, la cibernét ica y la lógica permiten alejarse de un freudismo juzgado
nefasto: util ización muy asombrosa y muy "sov iética" del lacan ismo29.
Después de múltiples peripecias y la opos ición sin tregua del temíble Snejnevski,
el simposio tiene lugar en Georgia del 1 al 5 de octubre de 1979 . Desde luego, en el
momento en que los psicó logos intentan rehabi litar un inconsc iente menos freudiano
que genético o conductis ta, el psicoanálisis sigue estando ofic ialmente proh ibido en la
Unión Soviética y las obras de Freud no son reeditadas . En cuanto a los internamientos
abusivos, fueron condenados en el Congreso de Honolu lú en las cond iciones que
conocemos. A los inv itados se les plantea entonces la pregunta de boicotearon~ un
simposio cuyos organizadores re¡:>resentan una corriente hosti l a la psiq uiatria abusiva,
pero incapaz, Y con razón, de expresar públ icamente sus opin iones. Según las
opciones individuales y lo que está en juego vinculado a la situac ión francesa .del
psicoanálisis se dan tres respuestas. La primera cons iste en rechazar toda participa·
ción en un congreso soviético a fin de no avalar el sistema en si mediante algún tipo de
presencia . La segunda equivale a aceptar la regla del juego del debate llamado
"científico" , tal como la fijaron los organizadores. La terce ra se propone part icipar en el
254
..
~ A',,,¡8 Freudiana da París: la catástrofe
LS¡:;So~ v
256
L~Escuela Freudíana de Pa rís: la catástrofe
formac iones invaden la sala para impugnar a las supuestas ladronas de distintivos
acusadas de todas las infamias. Un millar de personas part icipa en esta tremenda
bataho la crepuscu lar, entre ellas un número impresionante de miembros de la EFP
Hosti les a Antoinette , Catherine Clément y Jacqu es Nassi f se negaron a asistir. E~
cuanto a René Majar , en seña l de oposición , no sube al estrado. Solo con una mujer
del MLF , Serge Leclaire afronta la salvaje protesta contra la protesta . Subraya que las
histéricas inventa ron el psicoanál isis y que , cuando la reserva de sus cuerpos
secuestrados se agotó , el MLF tomó la posta de lo que era un no movimiento
psicoanalítico . Al final de este interminable to rneo atiborrado de injurias, Víctor
Feinberg condena violentamente a los congresistas por apoya r el goulag destacando
que la KGB es de una lealtad ejemplar con las mujeres ya que las interna en igualdad
con los hombres39_
11.Dísolución
258
La Escuela Freudiana de París: la catástrofe
el único que puede disolver: tal es la ley simbó lica Y no j ur ídica de esta escue la que no
se parece a ninguna otra. . . .
En consecuenc ia, la cuest ión de saber quién pronunc ia esa pa labra o firma esa
acta reviste una importancia cap ital, al lado de la cual la diso lución j urídica es una gota
de agua en un océano . Y no es casua lidad si esa cuest ión se conv ierte en un terna
cruc ial de los conflictos que atraviesan la comun idad lacan,ana en el umbral de su
derrumbamiento f inal. Desde el incidente de l comienzo de las clases de 1978, es público
y notorio en la Escuela, el seminar io y la prensa que Lacan habla poco y esc ribe cada
vez menos. Ahora bien, ese mutismo y ese retiro son el reflejo mismo de la degradación
que se instala en la casa común, puesto que ésta se halla estructu rada en torno a la
palab ra de un maestro y su relación privilegiada con cada suj eto. Si Lacan no habla más
y delega su poder a una junta o un intérprete, la Escue la ya no es la Escuela: se
convierte en una sociedad común y corriente , pa recida a los demás grupos
psicoana líticos, con clanes e indiv iduos que se enfrentan con ext rema violencia, según
las alianzas del momento. En setiemb re de 1979, la Escue la de la reco nquista ya está
disue lta por la histor ia. Queda por saber quién enca rnará la ley de la disolución frente
a la historia: ¿Lacan o sus allegados? ¿Lacan solo? ¿Lacan con sus allegados? ¿Los
allegados sin Lacan ? No responde remos a la pregunta , pero mostraremos , a través de
los testimonios de los principales protagonistas del drama , cómo el mismo movimiento
de la histor ia puede dar respuesta con la suficiente comp lej idad corno para que la
histo ria no sea nunca arrastrada hacia el manique ísmo , el odio o la toma de partido40.
En febrero de 1979, la corriente milleriana experimenta un fortaleci miento en las
márgenes y en los órganos de la Escuela con la creación de una asociac ión de la
"Fondation du Champ Freudien• cuya j unta está const ituida por Lacan y su hija Judith,
as í como un "departamento de las agrupaciones " dirigido por Jac ques -Alain Millar y Éric
Laurent , un jov en ana lista, alumno del maestro y ex asistente al seminario de Deleuze
con un brillante porveni r grac ias al apoyo de Solange Faladé . Hasta ese momento las
agrupaciones no depend ían de ningún departamento y func ionaban de acuerdo a un
espíritu libertario. En adelante , serán manejados desde arriba con un encuadre sólido.
En julio, Miller organ iza en la UNESCO un importante coloquio de Ornicar? , con la idea
de introduc ir un caballo de Troya en la EFP para reorgan izarla desde adentro a partir
de una posición alternat iva. Ese día reúne un gran número de jóvenes lacanianos
salidos de Vincennes o favo rab les a la nueva linea del materna o los nudos : Michel
Silvest re, Jean Allouch, Philippe Ju lien, Érik Porge o Guy Le Gaufey. Apoyan la
iniciativa Charles Melman y Solange Faladé . Las condic iones de participación son
draconianas y se conmina a todos los participantes a no hablar más de un cuarto de
hora, lo que contrasta con las viejas costumbres según las cuales los oradores se
explayaban durante horas 41 . A l mismo tiempo Miller y Laurent entran en el directorio.
En la misma época, Denis Vasse, el vicepresiden te de la EFP, partic ipa con
Michéle Montre lay en unas jornadas de Confrontation sob re el terna "Le corps et le
poli~que". Sin querer desencadena un tremendo jaleo. En efecto, Lacan , que jamás
ha?'ª tomado posición pública sobre la participac ión de los suyos en el escenario
abierto por Major, se siente ofendido por la de Denis Vasse y le comunica su decisión
de sacarto de su cargo de vicepresidente. Durante una reun ión de l CA, Franc;oise Oolto
asume su defensa leyendo una carta de él. Reca lca que numerosos barones de la
Escuela fueron a Confrontation sin recib ir invectivas. A lo que Melman responde que
Vasse tend ría que haber respetado una obligación de reserva debido a su función.
260
LBEscuela Freudiana de Parfs : la catástrofe
Jacques -Alain Millar: "Los problemas que el directorio nos había procurado a
Solange Faladé y a mí, durante el Congreso de la transmisión que no obstante nos
había confiado Lacan, me habían convencido de que era mejor tomar distancia, por
decirlo así. Iba perdiendo interés en la Escuela. En el momento preciso en que reunía
el primer coloquio d~ Ornicar? üunio de 1979), Lacan me hizo volver a la institución,
nomb rándome, con Eric Laurent, miembro del directorio . A part ir de ahí ¿qué hacer?
1) Refrenar el sectarismo brutal de Melman. 2) Sacudir el inmobilismo de Si matos. 3)
Destejer la red invisible que tend ía Clavreul. 4) Despertar el impulso de 1964. Pero era
demasiado tarde. Ya no había vuelta, como lo demostró la asamb lea del 30 de
setiembre. Ahora había que dejar correr, o invertir el tablero del juego. El domingo
siguiente a esa asamblea , la consigna de disolución se formó por primera vez entre
Lacan y yo. Le expliqué que a mi entender, tal como iban las cosas, pronto sólo le
quedaría escoger entre dimitir o disolver . ¿La dimisión? ' Ni hablar', me respondió.
¿Disolver? Se rió: 'Hay algo que probar antes.' ¿Ya había pensado en eso? Sólo
quedaba lograr que se expusieran abiertamente las quejas, luego pasartas por el tamiz,
por último reformar, induso inventar, canalizando las ambiciones. El trimestre siguiente
fue muy agitado: mi primer viaje a América Latina donde fue concebido con Diana
Rabinovich el encuentro internacional de 1980; al regreso, la invención de L 'Ane; la
262
la Freudiana de Parí s: la catástrofe
LaEscU9
264
--~la Freudiana de París: la catástrofe
La/;Sov v
El 17 de enero por la mañana , caen e n . el dom icilio ~e. Jacqu~s Lacan dos
alguac iles, portadores de una citac ión urgente firmada por ve1nt1ocho_miembros de la
E FP. Gloria Gonzá lez los recibe y f irma el acta en calidad de secretaria. El anciano es
convocado a la audienc ia de las 14 horas el 21 de enero ante el tribunal presid ido por
la Sra. Rozesss. No irá. Su abogado, Roland Dumas , irá a defenderlo en compañia de
Jacques-A lain Miller . La citación menciona todas las transgres iones en el cumpli miento
de las forma lidaades adm inistrat ivas desde la creac ión de la EFP. Son numerosas pero
carentes de importancia para la historia real de esta escuela. Sin emba rgo, el acta
misma permite a la opos ición movil izar sus tropas trente a una mayor ía muy bien
organ izada y sostenida por la presencia de Lacan . Entre los signatarios se encuentran
los nomb res de Miché le Montrelay , Fran9o is Roustang , Miche l de Certeau, Claude
Rabant , Xav ier Audouard , Anne Levallois, Thémouraz Abdoucheli , Lucien Mélése y
Radmi lla Zy9our is: todo el esp íritu "libertario" de la EFP. Cada uno de ellos desempeñó
en la Escue la un papel importante en algún momento dado de su historia , con relación
al pase, a Vincennes, a L'Ordinaire du psychanalyste, etc. Ahora, representan legal-
mente el partido del no a la diso lución. No obstante, están lejos de estar de acuerdo
entre ellos y su desun ión se manifiesta en la presencia a sus flancos de dos abogados
d iferentes. A Michéle Montrelay y la mayor ía del grupo los defiende Claude Crinen
mientras que a Claude Rabant y una minorla los asesora Dan iel Soulez- Lariviére , un
amigo de Jul iette Labin, antiguo defensor de Leopold Trepper.
Tres d ías después de la citación urgente, durante una reunión ag itada , el CA
decide convocar una asamb lea gene ral de d isolución. Lacan no dice ni una palabra
salvo para leer un texto y pronuncia r un fanioso ''Delenda est " que servirá de lema a un
folleto de la corr iente milleriana. ¡Qué historia rara ! ¿Qué pensar de este maestro que
resucitó una visión anibaliana del psicoanális is, a partir de la Roma de la reconquista,
y que ahora se sitúa bajo el estandarte de un temib le Caton que red ama la destrucción
de Cartago , es decir de su propio reino tan romano como semita, tan cristiano como
judlo , tan materialista como espiritualista, tan maoista como libertar io? Después de
'
esta lectura, Eric Laurent toma la palabra como secretario para hacer un largo informe
de la situación de la Escuela y las viejas anomalías denunciadas . Las actas son
transmitidas a los abogados de la parte opositoras9. Después de Éric Laurent, Millar
ataca violentamente a Fran9oise Dotto, que no comprende el odio que provoca. Pinta
un cuadro aterrador de la situación de una escuela regida por un adm inistrador y luego
reprocha a Clavreut el artículo que publicó en Le Monde. Jenny Aubry asume la defensa
de éste, pero Milter la acusa de difundir rumores sobre la salud de Lacan ... En efecto,
circula un rumor, que se le atribuye equ ivocadamente, según et cual Lacan tiene que
ser internado u operado de un tumor cerebral 60 . Jenny desmiente ser la responsable
de lo que se le acusa y que no es, por cierto, más que puro fantasma vinculado al clima
mismo de la disolución. Melman apoya a Millar con Nass if y Pierre Martín. Contra
Clavreul, Éric Laurent anuncia que el discurso universitario se daba más en el seminario
de éste que en la Universidad. Para calmar los ánimos, Frani;:ois Dolto p ide que se vote
un agradecimiento a Simatos. Todo el mundo aprueba. Es el único momento de
distensión en esa reun ión. Enseguida se vuelve a las injurias con renovados bríoss1.Cinco
días más tarde, Le Monde publica una carta finnada por Lacan, en la que desaprueba
a Clavreul y hace el elogio de Millar, que si hubo alguién que lo leyó fue él62.
El 25 de enero, se hace público el mandato judicial de recurso de urgencia. Las dos
partes se felicitan por la victoria. En efecto, e l tribunal concede a los demandantes un
266
" -~la Freudíana de París: la catástrof e
L8¡;SCV~
en el papel para defender la causa de Lacan. El abogado Zécr i convoca una asamblea
gene ral pa ra el 16 de marzo a f in de someter a votac ión la modificación estatutaria que
había sido escamoteada en la AG del 30 de setiembre.
En set iembre de 1964, Lacan enviaba a la Prefec tura los esta tutos de la EFP que
había fundado en j unio . Se tomaba el trabaj o de espec ificar la compos ición de un
Consejo de Administración , presidido por él, y anunciar la convocatoria en el plazo de
un año de una asamb lea soberana encargada de proceder a la elecc ión de ese mismo
CA . Con la mod ificac ión esta tutaria de 1969, ratificada en 1971, la EFP se convertía en
una organ ización democ rát ica en la que Lacan seguía ej erc iendo todos los pode res con
el acuerdo de todos. Elegido por la AG de todos los miembros , el CA ad ministraba la
Escuela y elegía una junta compuesta por un pres idente , un vicepresidente, un tesorero
y un secretar io. El direc torio estaba co mpuesto por la Junta del CA y los responsables
de los departamentos, nombrados por el presidente y ratificados por la AG . La adhesión
pasaba por dos mie mbros del director io y debía ser aceptada por el CA . Por lo que
respec ta a los títu los , los def inía un reglamento interno. El Consejo "administraba" y el
director io "dir igía" , pero ambos organ ismos func ionaban en una perfecta armonía
ju rídica que reflejaba el principio de la monarquía directa prop ia de la Escuela.
Los esta tutos de la Causa Freudiana , redactados apresuradamente y a título
provisional, definen un rnodo de poder radica lmente contrario al de la EFP6ó.La aso-
ciac ión es dirig ida por Jacques Laca n, con la colaboración de su secretar ia personal,
Glor ia Gonzá lez , que hasta el momento no había ejercido ninguna función oficial en el
movimiento lacan iano. El director preside la asociac ión, secundado por un Consejo
elegido por él y con un mandato de dos años otorgado por una AG de la que se ignora
todo. El mismo directo r es elegido por la AG por un plazo de cinco años . Puede elegir
el Consejo sin ser miembro de él. En cuanto a la Junta, la elige la AG por cinco años
basándose en nombres presentados por el director . Está invest ida del cargo supremo.
Contiene la secretar ía sin que sea posible decir si es o no emanación del Consejo. Pero
concentra todos los poderes y debe recurrir al mencionado Consejo que no tiene
ninguna función prec isa, salvo la de asistir al director. Por lo demás , no comprende más
miembros que Glo ria González por un período de un año, al térm ino del cual debe
reun irse una AG deliberativa. En consecuencia , la Causa Freudiana es administrada
por una junta compuesta por una secrataria que no tiene ningún título de los que se
requ ieren para rep resentar una sociedad psicoanalít ica . El director está presente en
todo lados, pero puede estar ausente de todos lados : de l Consejo, del cual no está
obligado a ser miembro , y de la Ju nta por las mismas razones. Por otra parte, las
adhesiones se presentan al director y él las acepta. Pero la única forma que tiene de
hacer las ratificar es mediante su secretaría. Además , como no se define ninguna
categoría de miembro antes del plazo de un año previsto para la constitución de un
regla mento interno, no se entiende qu ién puede ser miembro y según qué criterios.
En febre ro de 1980, la nueva escue la fundada por Lacan y administrada por su
secretaria persona l es pues el mayor mutante juríd ico ja más imaginado en toda la
historia francesa de l psicoaná lisis. Legaliza el reinado de lo arbitrario y del anonimato.
Sin duda es un testimonio de la lenta transformac ión que provocó en el movimiento
lacaniano el trabajo de la diso lución.
El 15 de marzo, en la sala Onyx del hote l PLM Saint-Jacques , se celebra una
reunión a la que son convocados los miembros de la EFP partidarios de la disolución.
Se presentan trescientos ocho participantes provistos de una invitación. En la entrada.
268
d
" uefa Freudiana de París: la catástrofe
LS ¡;:SC
boletín, Entre-temps, que es simétrico a Delenday recoge los testimonios de los adalides
del manten imiento de la Escuela ._En una reumón _ce lebradaen el hotel Lutétia, en la que
part icipa Serge Leclaire , Fran901se Dolto anunC1aque se presenta al CA en la listad
la oposic ión y que no votará la disolución. Sin en,bargo, autentifica el acta del 5 de
enero: "El retiro de Lacan es un benefic io para él -:--dice-:- . ~~ 'd'.suelvo la escuela' e:
un deseo de él, al que, si accediéramos en la realidad, s1grnf1cana que aba ndonarnos
la continuación de su obra inscrita en esa real idad, la de nuestra histo ria personal y la
del psicoanál isis vivo11."
La asamb lea del 27 de abr il marca un n,omento importante de la historia de la EFP
Por primera vez compiten dos listas para la elección del CA . Incluso antes de 1~
votación, los de la mayoría saben que ganaron . En efecto, basta con una mayoría
simple para eleg ir la lista presentada por Lacan. Los debates son agitados . Miembro del
CA en la lista de la mayoría, Louis Beirnaert exp lica que el acto del 5 de enero es
liberador y tal vez los opositores están aún más ligados por una transferencia a Lacan
que los partida rios de la disoluc ión. Luego agrega : "Apoyaré el trabajo tal corno fue
emprend ido, sin anatema contra nadie[ ...] Algo más. En relac ión con Moisés salvado
de las aguas, Freud escr ibía: 'La forma de desembarazarse del niño se transforma en
la fo rma de sa lvar lo.' El acto de Lacan sólo nos pierde como miembros de la escuela
para salvarnos com o anal istas j untos. Tene mos una pos ibilidad, depende de nosotros
el ap rovechar 1a12." Louis Beirnaert menc iona también una pregunta que le hizo la
oposición: "¿Se co mpro mete usted ., en caso de ser eleg ido a qu e no se admita ningún
miembro antes de la asamblea de disoluc ión?" Responde que el problema ni siquiera
se p latea pa ra él. En efecto, la oposición teme que e l CA nombre nuevos miembros a
la ligera para o btene r los votos que le faltan para la disolución . No sucederá eso. Desde
el 22 de enero, Si matos y Laurent hiciero n llegar al abogad o Sou lez- Lariviére la lista de
las siete últimas personas adm itidas en la EFP e n la asamblea general del 30 de
setiemb re . Éstas se agrega n a los miembros nom brados desde 1977 cuyos nombres
se mencionan en parte en el nuevo anuari o de 1980, que nunca se hará público73.En
el mo mento en q ue se inic ia el proceso de d isolució n, la EFP cuenta con seiscientos
nueve miemb ros. En dos años, aumen tó pues en sesen ta y cinco personas. Este
descabellado g igan tismo no carece de relación co n su división .
Por la oposic ión, Fran9oise Dolto llama a votar contra los "comandos" que se han
pues to al servic io del maes tro . Luego agrega que jamás identificó la EFP con Lacan,
de quien sigue siendo amiga. Por último, des taca que la Escue la p uede continuar sin
él, rem itiéndo se a su obra.
En la noch e del 27 de a bril, la EFP dejó de ex istir. La simbólica de la disolución
introdujo una esc isión de hech o en sus filas. A hora, la sit uación es idént ica a la de la
SFP en el invierno de 1964. Por un lado , los q ue compo nen la mayo ría tienen las riendas
del pode r, unidos aú n por unos meses, y por el otro los q ue están en minoría intentan
salvar la situación, pese a la divis ión que se instala en sus filas. Esta mayoría necesitará
dos asamb leas más para oti tener la d isolució n jurídica de la EFP . Desde el final d_e1~
reunión, Jacques-A lain Milla r asu me la d irecció n de un "departamen to de la disolución
que tendrá su primera reunión un mes más tarde . En cua nto a Éric Lauren t, expresa su
satisfacc ión en una carta circula r: "E l CA se felicita de que se haya cer rado el d_~bate
juríd ico. La misión del man data rio ha conclu ido . Está instalado el CA. Su eleccion _se
real izó en cond iciones inc uestionables[ ...] En e stas cond iciones, no queda otra salida
que la separación . Ésta tiene q ue se r pos ible en forma amistosa, so bre bases claras,
270
La fscvela Freudiana de Parfs: la catástrofe
del 5 de julio, Miché le Montrelay llama a los oposito res a mant~.ner has!.~.el fin el no a
la disolución. Cita una frase de la última carta de Laca~ sobre el acabar . ~Qué deseo
de destruir -{J ice- atormenta al que se expresa as 1? No impu gnamos su deseo de
fundar en otra parte de desaprobar a quien quiera. Está en su derecho y lo respeta mos.
Pero ¿por qué Jacqu es Lacan no soporta que aque llo_de lo que se _separa siga con
vida?7a" Ese día , no se obtiene la mayoría de dos terc ios. Se depos itaron en la urna
veinte papeletas en blanco . De cuatrocientos setenta votan tes, doscientos noventa y
cuatro son favorables a la disolución y ciento cuarenta y cinco se oponen. La Escuela
todavía aparenta existir gracias a las abstenciones: Los minor itarios pierden ter reno. El
cansancio y las divisiones acechan a los dos partidos.
En Caracas , muy fatigado por su viaje en Concorde, Lacan lla ma a los "lacano-
amer icanos" a reunirse en torno a él: "Vengo aqui a imp ulsar mi causa freudiana . Como
ven, me interesa este adjet ivo. Es asunto de ustedes ser lacanianos si lo desean. Yo
soy freud iano79." Pese a esta manifestación de poderío , el grupo selecto ya emp ieza
a resque brajars e. Solange Faladé no hizo el viaje: "Desde mayo -{Jice- a Lacan ya
no le interes aba lo que pasaba y había que discut ir todo con Miller8°."
En el bando de los partidarios de la disolución, aún no se manifiesta la oposic ión
a Miller. Con el mandato de disolver la Escuela y deseosos de permanece r fieles al acto
del 5 de enero , los miembros del CA no consiguen disociar la corriente milleriana de la
persona de Lacan . Si lo hicieran , le negarían autent icidad al acto de disoluc ión querido
por Lacan y podrían hace rle el juego a la parte adversa . Por ello es por lo que, hasta
el 27 de setiembre, fecha en la cual se fijó la AG extraord inaria que debe tomar una
resolución sobre la suerte de la Escuela, forman bloque con la corr iente milleriana . Sin
embargo, el día de la votación, Solange Faladé por un momento piensa en no apoyar
más a Millar y ab rir la asamb lea con una censu ra. Se abst ienes1. Del lado de la opo-
sición, se van def iniendo fracturas , en espec ial en tas filas de los signatarios del
proced imiento de urgencia. Claude Rabant empieza a cambiar de op inión mientras que
Michéle Montrelay quiere proseguir la lucha por mantener la Escuela . Entre los dos
partidos, ya subterránea mente divididos, el malentendido pasa a ser un diálogo de
sordos. Roland Dumas y Daniel So~lez-Lariviére llevan adelante negociaciones para
llegar a una separación am istosa . Estas terminan en fracasos2. Los partidarios de la
disolución la exigen de común acuerdo mientras que los adversar ios piden un reparto
sin disolución y que se vayan quienes lo deseen. El 26 de setiembre Claude Rabant
cambia de camisa. Hace saber a Laca n que votará la disolución y pide que lo anoten
en la Causa Freud iana. Como hasta ese momento una parte considerab le de los
votantes de la oposición lo siguen a él, este somet imiento voluntario asesta un golpe
muy duro a los minoritar ios . En la noche del 27 de setiembre, se vota la disoluc ión por
algunos votos de mayoría . Solange Faladé y René Bailly son no mbrados liquidadores83.
En la recepc ión que se real iza en la Maison de I'Amérique Latina para cororonar
la victoria, Millarle anuncia a Lacan el resu ltado de la votac ión : "Lacan-escribe Claude
Dorge~ille-vagamente sonriente, aparentemente indiferente, no dio ninguna muestra
de satisfacción al recibir la noticia. Parecía lejano, estrechando maquinalmente las
manos que le tendían, y dando la impresión de que no siempre reconocía a los que se
1~ acercaban. Un breve Consejo de Administración, el último, se celebró en el primer
piso, donde se redactó el comunicado en el que se anunciaba que la EFP ya no existía.
Lacan partió sin haber pronunciado una sola palabra. La Causa Freud iana tenia el
campo libre84:
272
La fscuels Freudisns de Psrfs: la catástrofe
organismos del movimiento . Se preve una reunión del directorio para el 6 _de noviembre
y otra, llamada "extrao rdinaria", para el 22. En privado, Solange Fala_deexp~esa sus
desacuerdos con Miller. Le reprocha no querer que la Causa Freud1ana eniugue el
pasivo de la EFP . Piensa asimismo que laAG de la nueva asoc iación debe ser ampliada
con todos los que han pagado su cotización y no limitarse a determ inado número.
Solange se abst iene sin razón de toda objeción públ ica. . .
El pasivo de la EFP asc iende a 140.000 francos. M1ller sostiene que la Causa
Freud iana no tiene obligación ninguna de pagar seme jante suma. Así que propone que
la nueva organ ización salga como comprador de los bienes de la EFP para ayudar a
los liquidadores a equilibrar el déficit. Se produce una discusión de negoc ios en la que
cada uno defiende su punto de vista. Discrepando de Miller , los liquidadores le
reprochan querer recuperar los bienes de la EFP por una suma ridícula. No se
equ ivocan, pero, en vez de exponer públicamente sus divergencias , prefie ren guardarlas
en secreto para luego acusar al adversario de no cump lir sus comprom isos.
Mediante un comun icado enviado por correo el 30 de octubre, M iller, secretar io del
directorio, anuncia además que la Causa Freudiana ha efectuado una solicitud de
alqui ler a René Bailly, gerente de la SCI de la calle Claude -Bernard , a fin de recuperar
el local que se le había alqu ilado a la EFP. Ese lugar, como sabemos , había sido
comprado por unos ciento veinte miembros de la EFP que se habían const ituido en SCI,
poniendo así a dispos ición de todos, mediante el pago de un alquiler , el local del cual
eran prop ietarios. Entre los principa les accionistas figuran: Lacan (50) , Melman (50),
Dolto {25), Bailly (25), Clavreul (12), Aubry , Martín, Safouan , Simatos, Oury y Roublef
(1 O).
En este asunto , Melman comete un grave error. Más ade lante lo reconocerá
Aconseja a Miller efectuar esa solicitud de alquiler. Para apoyarla, se hace nombrar
cogerente de la SCI ju nto con Bailly. Por lo demás, es con Lacan el principal accionista
junto con Lacan. Ahora bien, a partir del momento en que se pronuncia la disolución,
los acc ionistas que se opusieron a ella no tienen ninguna razón, aunque sean
minoritarios, para aceptar alquilar su local a una causa cuyas orientaciones no
comparten. La única solución que puede encararse a esas alturas es sencillamente del
inmueb le, con restitución del capital a cada uno. Pero las cosas no ocurren así. Melman
y Bailly , que están integrados a la Causa Freudiana , apr ueban el principio de este
absurdo alquiler. Apoyan la solicitud sin preocupa rse de la opinión minoritaria de los
poseedores de participaciones hostiles a la Causa Freudiana y partida rios de la venta
inmediata. Por ello es por lo que, en la primera AG de la SC I, celebrada el 14 de
noviembre, los mayoritar ios, integrados a la Causa, ratifican con una votació n masiva
el principio de un alquiler que en ningún caso tendría que haberse planteados?.
Mientras tanto, en las dos reuniones del director io, se agudizan los conflictos en
torno al pasivo. Sin embargo , no se hacen públicos y todas las discus iones se refieren
a la instalación de los organismos de la Causa Freudiana . Miller explica las disposiciones
estatutar ias que él propone, en base a indicaciones someras de Lacan, que --<lice-
desea lo siguiente : hacerse cargo de la presidencia de la ca usa sin tener que
administrar la actividad dA ésta, airear la gestión sin poner en peligro su cont inuación,
establecer un basamento que perm ita renova r la gest ión sin afecta r la orientación
general, y por último hacer que las asambleas no sean un lugar de confus ión sino de
intercambio sensato. A continuación , Miller expone el plan previsto para los diferentes
organ ismos de la asociación . Agrega que los estatutos no están destinados a definir en
274
,, uela Freudíana de París: la catástrofe
Lac:sC
.
talleel funcionamiento de la Sociedad. Están ..
de En la reunión extraordinaria del 22 de n P_ara encuadrarla'.
an el informe del directorio es presentadooviembre, celebrada en el anfiteatro
Mªgn '
. tegrantesde la EFP. CIaude Conté explica que ante L una asamblea compuestapor ex
1n • acan"espe t d
ynadade las personas . 1o que contradice todos 10 . . ra o o del funcionamien-
1
:asan,por el contrario, en la relación privilegiada ; principios del lacanismo, que se
Luego Miller , .
habla sobre la gestión Marce! R·tt
' 1 ere sobre
un maestrocon sus súbditos.
las 1 •
provincias, Ene Laurent sobre las agrupaciones Y Michel . re ac1ones _con las
st
CharlesMelman hac_euna alocución sobre la enseñanz ~ilve re sobre la biblioteca.
1
la creaciónde una "Ecole de la Cause" interna a la aso~·e ~orma a la asambleasobre
testimonios del pase. Luego se produce una anima~:cdi n Y destinadaa recib~r los
"I , en e pazo
I de un ano, - de una asamblea ad iscusi 6
celebrac1on . . n y . se anuncia la
. m1nistrat1va que puede
autoe legirse sobre la base de las personas presentesel 22 de . b
· • · d 1 1 •• nov1em r~
Comoe1pnnc1p10 e a ocac,on está admitido Miller propone M 1 •
. d • ' a e man,el 24 de
noviembre, que se re acte un contrato. Actua en calidadde "secretario de Lacan•. El
contratoencierraunas cláusulas pertectamentediscutibles. Se prevé por e·em 1
· el arrendador p_ued e resc1
solo ·nd.ir e 1contrato. El alquilerdebeser fijado ' º·
porJun P que
experto
~nos~ menciona ninguna_clase de indexación. Ta_ l como está,este contratoes pues
madm1s1ble. Pero nada obliga a Merman y Ba1llya firmarlo. Si no estánconformes con
laspropuestasdel candidato locatario, pueden modificar el contrato,rechazarloo hacer
quese redacte otro. Los accionistas mayoritarios de la SCI los han comisionadopara
ello. Envez de discutir, como se acostumbra hacer en estos tipos de negocios,van a
acusar , por anticipado, al arrendador de querer engañarlos, cuandoéstesimplemente
propusoun contrato inaceptable. Al mismo tiempo, van a mezclarvariosproblemas:el
contrato,los estatutos de la Causa Freudiana y las circulares firmadas por Lacanen
1980.EsBailly quien empuja a Melman a actuar. Entoncesésteva máslejos quelo que
queriasu colega. Acusa a Miller de usar "textos apócrifos" con relacióna los estatutos
y lascircularesy le imputa la intención de haber queridohacerfirmar a losdosgerentes
dela SCI un contrato que los hubiera llevadoa ser demandadosellosmismospor~buso
deunbiensocial. Pero omite aclarar que nada obligabaa los mencionadosasociad~!
a avalarsemejante contrato Esto constituye una ruptura de la alianzapor parte
Melman,en la que lo que v~rdaderarnente se jugaba era el repartode los poderes
dentrode la nueva Causa. . . ntosmiembrosdela ex EFP
A principiosde diciembre, Melman envaa puesª tres~~~ºel mundopodíaver, y las
unaCartaen la que revela las ausencias de Lacan,que . d la Prefectura· "La
, t t tos deposita os en ·
a~omahas que encierran el contrato Y los es a u 'vie·os' se tornela libertadde decir
srtuac1ón actual-escribe- merece que uno d~ los re!ultó presentar, desde la cuna,
Cómo van las cosas. En efecto, la Causa_Fr~udianade acabarcon ella o de convertirse
unamalfonmaciónque tiene grandes posi~ihdades decidey se inscribeen nombre de
enmonstruosidad. ¿Por qué? Porque alh todo s~lo articipa en las medidas que.:e
Lacancuando es conveniente saber que éSte s p n hecho doloroso. Ytambien
t=~ . át· a Estees u
V"l(lnmect1ante una firma que ya es autom ic · e ti·enen los alumnosde ver
df11·
cil de percibir de tanto que lo disimula la es
peranzaqu
d. ran invocar con honor. in
s·
a La · a que pu ie · L can
can construir una organización nuev Freudiana se hace sin ª '
ernbargoestamos obligados a entenderlo: la causa Esta ausenciadebidaa la edad
;unquet~ngamosla suerte de tenerlo entre ~os~~~ide su firma, y hasta de su voz, Y
tafatigadeja así el campo libre a los que disp
275
La Francia freudiana en todos sus estados
276
ela Frevdiana de Parfs: la catás trofe
LS fsc t.!
278
scuelaFreudíana de París: la catástrofe
LaE
280
La Escuela Freud iana de Par ís: la catástro fe
'
282
LaEscuela Freudíana de París: la catástrofe
Mientras tanto los d imisionar ios de la EC F siguen reun iéndos e sob re la base de
una violenta opos ición a la política institucional de Miller. No es posible real iza r ningu na
unidad entre est as diferentes ten dencias del lacan ,smo representadas ya sea por
alg unos viejos, ya sea por las gen eraciones más j óve ne~. _La primera in iciativa de
funda r un grupo emana de una agrupación com pue~ta por c1_1 n1cos que atravesar~n por
diferentes razon es la experienci a del pase. Reun e a D1ane Chauve lot, Chnst ,an
Simatos, Claude Dumézil, Je an Allouch y And ré Rond ep ierre a qu ienes pronto se une
Claude Cont é . El 12 de febre ro , envían una ca rta púb lica 107en la que se llama a la
creació n de "Carte ls constituants· . El interés de esta iniciativa es most rar que , con
posterio ridad a la ruptura, sólo es posib le crear una organ ización co lect iva, en la que
nad ie pueda invocar una posición de maest ro. Por ello es por lo que se prefiere la noción
de agrupación a la de asociación , escue la o soc iedad. El grupo recupe ra así un
elemento importan te de la concepc ión lacan iana de l lazo soc ia l. Esta creac ión tiene
también la ventaj a de no ser una fabr icación antimilleriana apresurada.
Frente a esta iniciativa , Melman, Clavreu l y Faladé reacc ionan en sentido contrario
fundando , e l 7 de ma rzo, un Centro de estudios e invest igaciones freud ianos [Centre
d'études et de recherches freudiennes (CERF)J, que estalla rá un año más tarde por
habe r sido conceb ido sobre la base de un aj uste de cuen tas antim illeriano . De esta
alian za contra natura entre tres barones incapaces de entenderse , nacerán tres
asociaciones dist intas centradas en sus respectivas personas y que cong regan~ una
parte de sus alumnos : la "Associat ion Freudienne " de Cha rles Melman, la "Ecole
Freudienne • de Solange Faladé y la "Convent ion Psychanalyt ique • de Jean Clavreul
con Moustapha Safouan y algunos otros oofundado res .
Mient ras que las diferentes tendenc ias surgidas de la Causa se atom izan cada vez
más , la ECF no pierde su tiempo. En el plano editorial, la emp resa mille riana cobra el
aspecto de una potencia expansiva basada en el predom inio de una gest ión familiar :
los tres Miller , Jud ith, Jacq ues-Alain y Gérard, son los jefes indiscutidos , aunque la
noción de jefatura esté exclu ida en nombre de las de "causa • o "red ' . En abril aparece
una magnífica revista , la primera en su género, cuyo objetivo es poner a prueba la
interpretación freud iana en el ámb ito de la cultura de los medios de info rmac ión: mirar
la actual idad bajo una luz nueva y segú n una pers pectiva de desc if ram iento de sus
sign ificantes. La revista se llama L 'Jne y su nomb re fue forjado a parti r de un juego de
palabras : lana alistes . Gérard y Judith son sus princ ipales responsables y demuestran
poseer en este asunto un asomb roso talento period ístico. Desde el primer número , bajo
el titulo "Ephémérides· , Catherine Clémen t explica de qué manera concibe su modo de
intervención en la revista. Originalmente, la idea de esta crónica pertenece a Jean
Laplanche, que deseaba verla en Psychanatyse al'uni versité. Pero como el consejo de
redacción de dicha revista prefirió que se trataran sobre todo los trabajos del grupo,
Catherine trasladó la experiencia a las colu mnas de L'Ane camb iando tota lmente la
perspectiva . Hará una crónica de todas las actividades del mundo psicoanalít ico
excluyendo las que pertene<..6na la ECF y sus representantes 1oe
Con esta iniciativa , Jacques -Alain Millar y sus segu idores están ahora a la cabeza
de u~ imperio orientado hacia cuatro ejes : implan tación editorial , sociedad psicoanalítica ,
bastión universitario , organización con objetivos inte rnacionalis tas. En vísperas de su
muerte, Lacan habrá ido pues estableciendo progresivamente el instrumento temible
de su mayor desquite contra los que lo hab ían desterrado y humillado. Pero el precio
que hay que pagar es elevado cuando sabemos lo que ocurre con el poder imperial en
284
/a freudiana de Parfs: la catástrofe
LSf5CtJ6
286
Epílogo
amigos de Sylvia: Michel y Louise Lei~s'. ~uzanne M~r leau-P_onty: Por los allegados :
una simp le delegación de la ECF. N1 v1e¡os companeros,_ n1 amigos pe rsona les, n1
personal idades notor ias de la saga freudiana. Marc-Fran90 1s no se desplazó para ese
adiós laico donde se encuentran los miembros de la familia en pleno : Laurence Bataille,
Judith y Jacques-Ala in Millet, Thibaut y Sibylle Lacan. De lante de l ata_úd, Th ibaut hace
un breve elogio de su padre mientras que Jud1th, muy p_állda, anuncia que el hombre
ente rrado allí es su padre. Un periodista de Mantes -la-.Johe saca algunas fotos. Sa ndra,
la hija de Laurence , rompe en sollo zos. Lentamente, el_cortejo sube hac ia_lo alto del
cementerio donde una lápida de piedra gris cub re para sie mpre _c1nc~enta anos de una
fab ulosa historia . Todos tiran una última flor y se dispersan en s1lenc10. Sobre la tumba
que se orienta hacia la col ina y domina el pueb lo , unas simp les palabras están inscritas
en letras de oro: Jacques Lacan, 13 de abri l de 1901 - 9 de setiemb re de 1981 .
Libération y L 'Humanité son los únicos dia rios q ue ded ican la pr imera página
entera a la muerte del maestro. Ju nto con Jack Lang, Ministro de Cultura, Georges
Marcha is es el único dirigente de u.n partido que manda a la fam ilia un telegrama de
condolencia: "Con él se apaga un gran pensador conte mporáneo. Su nombre queda
ligado a la profund izació n de la teoría psicoanalít ica . Sus tra bajos, q ue influyeron en
toda una generac ión de intelectuales, favorecieron así un verdadero auge de esa
disc iplina en nuest ro país y más en general marcaron todo el movi miento de las ideas.
Más allá de las controvers ias que suscitó, perma nece el aporte de una obra que
cont ribuyó a l renombre del pensam iento francés . Por esta razó n, venero la memoria de
Jacques Lacan• .'En el informe que publica L'Humanité , Lucien Bonnafé rinde home-
naj e a quien fuera para él un val ioso interlocuto r después de la liberación. Por su parte,
Jean -Pierre Léonard ini compa ra el estilo de Lacan con e l de Mallar mé y menciona el
nombre de Louis Althusser con respecto al episod io del hote l PLM Saint -Jacques .
Si el dia rio d el PCF hace un elogio grandioso de quien no fue jamás favorab le a su
política, Libération elabora un número especial explosivo . El título es lacaniano a más
no poder, admi rable por el humor y eltalento per iodístico: 'T out fou Lacan"." Bajo este
lema adaptado a los años ochenta, una fotografía represen ta a l maest ro de perfil, con
el mentó n apoyado en la palma de la mano. Da la impres ión de estar contempla ndo con
curiosidad un gran bochinche de protestadores. Aden tro, múltip les crón icas recuerdan
la aventura surrealista, las escisiones, Víncennes y mayo de 1968. u na ser ie de juegos
de palabras van puntuando el informe : "Lacan tait le mort comme tout le monde . Lacan
n'estplus, queLacanméme. Lacann'estplus, queLacanm'aime . Lacann'estplus, que
la quand méme. ••
S~ hab l~ de Gloria González, de psicoaná lisis y de Pierre Go ldmanns. Libération
es el un1co d1ano que da cuenta del carácter barroco del personaje, su doctrina y su
288
€¡)109°
1
los adeptos de l neopositiv ismo a lafra ncesa 11. El Lacan de Gauchet se parece de a hora
en ade lante a un pensador esotér ico portador de un heideggerian ismo dudoso ,
asimilado por su parte a una filosofía llamada despect ivamente "a lemana ". De paso es
comparado con un buscó n de clientela, medio stalinista medio maoista , digno de figurar
en el mismo grupo de Jau res y Moulin: una especie en vías de extinción .
En 1939 , en vísperas de la guerra , la muerte de Freud era celebrada en la prensa
francesa con un hatajo de tonte rías . Sólo Marie Bonaparte , rep resentante oficial del
psicoaná lisis para la opinión pública, defendía la memor ia del sabio j udío y austr íaco
perseguido por los nazis 12. Con la muerte de Lacan , ocu rrida cua renta y dos años más
tarde, la sit uación se ha invertido. Francia se ha vuelto fr eudiana por la izquie rda, la
literatu ra, el comun ismo y el izqu ierdismo. A l mismo tiempo se h izo lacan iana. El hatajo
de tonter ías prov iene menos de la prensa escrita q ue de una intellig ents ia que de nuevo
se ha vue lto antifreud iana o de psicoa nalistas empec inados en destruir el lacanismo.
De manera genera l, los periodistas cumplen correctamente con su traba j o. En cambio,
y salvo pocas excepciones , los testimonios de los intelectua les y los terapeu tas son
lamen tables . Los grandes nombres de la saga, tercera generación , brillan por su
ausenc ia, los epígonos por su fanat ismo, los nuevos pensadores por su simplismo y los
adversa rios de siemp re por sus vocife raciones . Prueba de ello, si fue ra necesa rio, lo
constituye esta pasmosa respuesta que da Paul Racamier, presidente en ejercicio de
la SPP , a un periodista de Libération : "El presidente no puede ser molestado. No se
puede tratar a los psicoa nalistas como si fueran garaj istas, aunque sea por la muerte
de Lacanu.·
Visto desde Estados Unidos, el acontecim iento ocupa unas líneas del New York
Times. Inmed iatamente desp ués de la muerte de Laca n. e l lacanismo ha ganado pues
"su" batalla de la implantac ión francesa del freudis mo. Le falta conq uistar el mundo.
290
Cien años de psicoaná lisis: balance
292
-
05 de psícoanálisís: balance
ciBnsn
Durante los meses que siguen, el rumor toma un vuelo extrao rdinario. En
noviembre de 198 1, Jean Cournut le sale al paso en un texto introdu ctor io a un debate
relativo al primer número de la revista Psychanalystes:" Un chisme , un rumor, inquietud
y fascinación: el mundo de los analistas, dub itativo pero más bien en contra, se interroga
sobre la eventua l regla mentación media nte la cual, como puede llenar le e l ojo , ya se
ve destru ido. Se habl aba de esto desde hace años, desde que el ant iguo régimen,
olfateando la veta fisca l, empeza ra a someter al IVA a los no médicos no psicólogos y
a contro lar intensivamente a los otros . Más recientemente se preguntan si un gobierno
s~cia lista no será capaz de tomarse a pecho , y como prima, el moral izar un ejercicio
cuya reputación por ser demas iado liberal como dicen , puede convertirse en silvestre ,
y unas asociac iones acerca de tas cuales las mismas malas lenguas afirman q ue
lanzándose a nate mas, se olvidan de verificar si su f unciona miento es realmente ...
¿cómo se dice?: democrát ico3 ."
En esa época , y aunque el gob ierno social ista tie ne otras cosas de qué ocuparse ,
e l rumo r se acentúa aún más , e n ocas ión de una asombrosa broma de la que participa
Jean -Paul More igne env iando a cinco personal idades distintas del mov imiento , entre
ellas Va labrega , Donnet , Sédat y Major , un docume nto redactado por él. Intenta alertar
al medio sobre el peligro del Estado. Ahora bien, el texto es lo sufic ientemente ambiguo
como para hacer creer que habría una negoc iación en curso entre su auto r y unos
hipotéticos "poderes públicos " con miras a concretar la famosa regla mentación . Como
More igne es m iembro del CERES , todos se imag inan entonces que los "socialo-
comunistas " quieren apoderarse de las sociedadesfre udianas. El documento comprende
cuat ro pa rtes: una carta de presen tación, una propuesta de ley refere nte al psicoaná lisis
en Franc ia, un proyecto de decreto de aplicación relativo a un "co nsejo superior del
psicoanális is", que por supuesto carece en absoluto de existencia, y un cuestionario
que las asociac iones deben llena r para solicitar el reconoci miento ministerial4 •
More igne envía este docu mento en enero de 1982, e n e l mome nto en que sale el
libro de Ctaude Dorgeuille, La Seconde Mort de Jacques Lacan, que cont iene la carta
de Melman . El rumor se encuent ra en su apogeo y empieza a obsesionar las mentes
a la manera de la ballena blanca del capitán Achab. Se opera una confusión entre reales
problemas tributarios y fenómenos alucinatorios. Esta confus ión puede además llevar
a las asociaciones ps icoan~lít icas a ade lantarse a las exige ncias imaginarias de un
Estado identif icado con un ogro y reclamar ellas mismas la conces ión de un reglamento .
En efecto , no es extraño ver a Guigno l llama ndo ansiosamente al comisar io cua ndo el
comisario no quiere dar le una tunda .
Asi están las cosas cuando sale a luz un proyecto completamente real . En marzo
de 1982' Jean -Pierre Chevénement , ministro de Estado encargado de Investigación. Y
Tecnología, confía a Maurice Gode lier, un etnó lo_gomarxista , una misión de estudios
sobre las cienc ias humanas. Gérard Mendel , miembro del CERES y de la SPP, se
encarga del sector psicoanálisis . Se procura operar reformas de est ructu ra en lo que
se refiere a una posible introducción de la inves tigación psico_~nalítica en et_CNRS . Se
preven tres partes . La primera tiene como ob¡et1vo la creac 1on de mslit uc1ones para
y
psicóticos, la segunda se re!ie re a la Univers idad la ~ercera, _másindef inida, tiene -
según paree&- el objetivo de financia r 1nv~shgaciones vinculadas con algun~s
asociaciones psicoanalít icas. Un proyecto as1 no tiene nada que ver con ningun
reglamento pero impl ica, de tacto que el Estado reconoce algunos grupos más sólidos
en detrimento de otros. En consecuenc ia la ballena blanca surge una vez más del
294
, de psicoanálisis: balance
c;en 05
811
o y todos consideran el proyecto un . t
oeéan . b 1n ente de · .
·coanálisis. Sin em argo, se abre el debate más in¡erencia del Estado
psi , d. . serenam en el
. teresadasse reunen para iscut1r. Todavía no ha . ente Y las distintas part
1n Aunqueeste 1n · tento h aya mostrado que el Est dsalido a Iuz nada concretos es
· ,· a o no pe b ·
comunidadps1co~na11t1ca francesa durante d _ nsa a fijar un reglamento
1ªspantapájaros favonto. En mayo de 1984 la re . ots anos más sigue agitando su'
e 1 . ál' . , vis a Le Bébatd d'
ei·ercicio de ps1coan 1s1s en Francia. Con la I e 1ca varias páginas
al . l r1· . .
blancavue1ve asa l1ra a supe 1c1e. Sin apoyarse e . .
p urna de Robert eastel, la ballena
másmínima prueba, el autor anuncia que los "pod n nin~un do~umentoni aportar la
¡amoso estatuto. No dice qué "poderes públicos" e;es pubhcos están elaborando el
Luegopintaun cuadro apocalíptico de la situació: fr~~::s fehcita de _la _feliz iniciativa.
segúnél de una multitud de groupies, desempleados t ª del movim1ento,_tormada
autor ización,cuya eliminación desea en beneficio de 10; h~i -f~u~asª la denvao sin
no lacanianos. Castel atribuye el malestar que percibe a1c1aª os, prefe f re~temente
. . usas pro es1onales o
sociológicas sin ver que es temporal y proviene del nuevo reparto d 1 . .
· d · J '6 d I E . . e os terntonos
surg 1do_s de la is~ uc1 n e a FP. La r_ ev1sta invitó a los principalesinteresadosa dar
suop1rnón. Lebov1c1aprovecha la ocasión para denunciar las prácticas lacanianas, a
lavez que rechaza el pnnc1p10 mismo de un reglamento. Por su parte,Jacques-Alain
Millerdestacaque todo este asunto es un verdadero bluf. Hacenotar que el psicoaná-
lisis marcha bien y que es reconocido en todos lados: "El problemadel psicoanálisis-
escribe- no es con el poder, es con la sociedad. Me pregunto: ¿cómohacerpara que
loreconozcano el Estado sino el pueblo?G"
La proliferación del rumor en torno al reglamento es contemporánea con la
organizac ión de diversas Sociedades surgidas de la disolución de la EFP. Comienza
conlacrisis de la Causa Freudiana y cesa a principios de 1985 cuando los gruposdel
postlacan ismo recuperan una situación de relativa estabilidad. Du~anteesteperíodoel
medio esvíctima de un malestar mezclado con agitación. Hoy en d1a, la notadominante
seríamásbien el retomo a un equilibrio de fuerzas con reparto de losterntonos~ntre
losquedicen ser estrictamente lacan ianos y los que se van abriendo pasohaCtalas
demásintegrantesdel movimiento, más preparadas para escucharlos desdela muerte
delmaestro. " . • SPP APF OPLF) funcionanotras
. Ademásde las tres asociac iones clásicas ( ' '. otras los a rupan
d!ezSociedades. Algunas tienen por objetivo forma_r-~~~~:~síadisolución:ta sea
1
simplementepor cooptación ..Nueve de ellas se han or~~división del cERF. Por orden
directamente, ya sea por esas 16n de la ECF, ya sea P ECF tenemosla Associat1on
I
Cfonol_ógico,además del Collége du PsychanalYstes ~ ªde 1982, centre de Formati_o n
Freuct1enne (AF), fundada por Charles Melman en l~~~ or Maud Mannoni y Patnck
et de Recherches Psychanalytiques (CFRP), ere . pt de l'Analyse Freudienne
Guyomardun mes más tarde, los ca rtels co:~~ u;: 1! cuartageneración,la École
(CCAF), legalizadasen enero de 1983 en tornoª e F I dé la Fédérat1on Espaces
~reudienne (EF), fundada el mismo año por Solan~eE:rr!-t~mps Y reúne en un pnn-
Cis~chan~lytiques (FEP), que se origina_enel bolet;nencía reunidos en una Collect~
ép10a viejos signatarios de proced1m1en to ~e upg chanalytique (CP), dec1d1da ~
Vénernent Psychanalyse (CEP)] la Convent1on sy comodirinentes,Errata,creada
mayod ' ha Safouan " Lacanienne e
. . e 1983con Jean Clavreul y MoustªP or último la Eco1_e llevar el
80
" IUhodel mismo afio a partir del CERF, Y p de 1985)Y pnmera en
r-sy""' . (marzo
" anatyse(ELP), la última en el tiempo
11
Z95
Cion años do psicoanálisis: balan~
nombre 7 • Pres idida por Jean Allouch, reúne a los fundadores de la revista Littoraly la
corriente vinculada a ésta.
A estas diez soc iedades se agregan otras tres surg idas también de la disolución,
que se parecen más a círculos de estudios que a asoc iaciones: el Cercie Freudie n, con
la revista Patio, el CoOt Freud ien y el Gro upe Régional de Psychana lyse (GRP). Las dos
primeras son minúsculas y esencialme nte parisinas . La tercera, marselle sa, constituye
la primera iniciativa de ese tipo en la medida en que no depende en absoluto de la
capital. Es obra de ex miemb ros de la EFP como Jean- Paul Rícoeur, Genev ieve
Baurand y Paul Alérini. Al lado de la ECF, bien organizada en la región, este GRP
represen ta una fuerza importante. Frente a estas dos integrant es del lacanismo, la APF
y la SPP ya no tienen casi oyentes en las orillas del Mediterráneo , salvo a través de
algunas persona lidades locales.
Si se cuentan los trece grupos surgidos de la crisis generalizada de 1980-1981, y
se suman las tres integ rantes "clásicas·, asciende a diec iséis el número de instituciones
freud ianas e n Franc ia. Esta cifra sin duda no es exhaustiva, pero el período de
multipl icación ya está terminado. Algunas personalidades del lacanismo como Fran90ise
Dolto, Jenny Aubry, Miché le Montrelay, Serge Leclaire o Pierre Legendre no pertene-
cen a ninguna sociedad. Mientras que Leclaire se dedica primero a implantar el
psicoaná lisis en la televisión, Dolto se ocupa activamente de un albergue, la Maison
Verte, donde se rec iben niños menores de tres años con sus padres. Además desplíega
su enseñanza en libros, que son vendidos por miles de ejemplares y traducidos a todos
los idiomas salvo el inglés.
La mayo ría de los ex AE de la EFPfundaron su grupo. Pero, por otra parte, hay otro
elemento que caracteriza la situación de los años ochenta. Desde Confrontation y la
creación del Colegio, los psicoana l islas tienen tendencia a hacerse miembros de varias
instituc iones a la vez. De modo que es difícil calcu lar los efectivos reales de cada grupo.
Existen dos tendencias sobre el terreno. En genera l, los miembros de la ECF viven en
autarquía. No se mezc lan con sus colegas de las otras asociaciones, ni en los coloquios
ni en la formac ión ni en los contro les ni en las curas . Por el contrario, los otros grupos
surgidos de la disolución son más permeables a sus vecinos. Casi no frecuentan las
reun iones de la SPP o la APF , que siguen siendo sociedades cerradas . Pero los
miembros de éstas se acercan prudentemente hacia ellos. Esta situación tiene efectos
en la práctica de cada uno. Los millerianos tienen tendencia a tomar por su cuenta la
técnica de Lacan: sesiones cortas, intervenciones activas , mezcla de registros. No
obstante, no se dicta ninguna norma en este sentido y cada uno es libre de actuar como
le parezca. En los otros grupos la tendencia es diferente . La ausencia de autarquía
conduce a la cohabitación de ''1das las moda lidades técn icas, desde la sesión
relámpago practicada en algunos casos o por algur os, hasta las de duración muy larga
y sobre todo muy variab le. En genera l, los terapeutas de estos grupos dan sus atas
cada media hora mientras que los millerianos las dan más bien cada cuarto de hora Y
a veces funcionan sin cita.
En la fecha en que se termina esta bata lla, la ECF es la única institución de la que
se puede esbozar la historia presente. De esa historia se pertilan tres e¡es: un oonfhcto
interno con una dimisión Importante , la de Laurence Bataille, un proce~o de
internacionalización del que ya hemos hablado, y el nacimiento ~e una polémica en
tomo a la transcripción que hizo Jacques-Alain Milier del semlna_node Lacan.
El libro 111
del seminario, dedicado a las psicosis, sale de la imprenta dos meses
296
cíenañosds psicoanálisis: balance
supuesta mente f iel pod ía rest ituirla. Por lo demás , esperar?n que Laca ~ se muriera
para hacer estallar la polémica. Entre 1973 y 19~ 1,_las Édit1ons du Seu 1I pu_bhcaron
cuatro seminar ios elabo rados po r Miller. Pero ningun integrante de la EFP em itió Jamás
la menor protesta públ ica contra el trabajo del yern o de Lacan. Por el contr~no , este
trabajo fue glorificado por los mismos que h?Y son sus más fe roces adversarios. 8 1_ :e
hubieran presentado antes verdaderas cnt1cas , se hub iera cambiado la s1tuac1on
presente. una vez más , como con respecto a ot ras actividades, las corr ientes hostiles
a la lectura mill eriana de la ob ra lacan iana jamás f ueron capaces de imponers e frente
a las decis iones de l maestro .
El semina rio sobre las psicosis es pub licado en el momento en que la ECF se
encuent ra en plena expans ión y cua ndo, por el contrario, los ?tres grupos originados
en la crisis aún no se han constitu ido en instituciones. Las polem1cas toman entonces
un cariz insensa to y Miller es acusado de falsificar la ob ra entera de Lacan . Sin
embargo , salvo algunos detalles, enunciados por él, el método utilizado para el
Séminair e fil no varió nada. Lo que camb ió es que aho ra el ant imillerismo pasa por un
combate cont ra la transcripción que había sido ace ptada por todos du rante siete años.
La primera impugnac ión emana del diario que fundó Char les Melman en octubre
de 1981, Le Discours Psychanalytique. En el sépt imo número , de j unio de 1983 , hay un
artículo redactado anónimamente con la forma de una carta que Elie Hirsh escribe a su
hermano Hyacinthe . Con tono venenoso , el autor señala algunas faltas y algunos giros
de frase discutibles, pero no vac ila en decir que la transcr ipción miller íana es --€n su
opinión- un "resu men", una "eliminació n" incluso , de la versión taqu igráf ica origina l.
El art ículo cont iene varios insultos inútiles9. Nueve meses más tarde , Maud Mannon i
publica la reseña de un libro de uno de sus partidarios dedicado a una bibliografía de
los trabajos de Lacan . Anuncia que este tra bajo menc iona las pone ncias que viejos
compañeros de Lacan hicieron en el seminario y que Mille r no retuvo para la
publicación. Pero omite simplemente decir que si bien el transc riptor no pub licó todas
estas ponenc ias, en pocos casos se olvidó de mencionar su existencia en el texto , con
riesgo a veces de dejar un blanco para que el lector se diera cuenta . Maud Mannoni
agrega que, por suerte , la grabación de la obra oral de Lacan se libró de la "destrucc ión"
y la "censu ra"'º · As í da a entender que Miller hubiera podido tirar al fuego una obra que
fue reproducida en decenas de ejemplares y que hoy todos pueden consegu ir si lo
desean.
Muy distinto es el tono del número especia l de Littoral de juni o de 1984 dedicado
al tema. Allí se encuentran varios artículos documentados sobre la doble cues tión de
la traducción de Freud y la transcr ipción de Lacan. Jean Allouch hace observaciones
justificadas con relación a la elección que hace Millar de los títulos del sem inario. Pero
sobre todo intenta poner en el mismo plano la intervención de la taqu ígrafa y la del
transcnptor para demostrar que, en ambos casos , parece habe r intervenc ión de un
tercero. Luego agrega que sin duda Lacan, en vida, no verificó en detalle el trabajo de
su yerno: "Lo prueba el transcriptor --€scribe- cuando relata que Lacan Je propuso
firmartos [los seminarios] con él. Agrega que se negó, lo que deja intacta la pregunta
de saber por qué Lacan aprobó ese rechazo y retiró su propuesta . Ésta gua rda no
obstante un valor de enseñanza por sí misma: aparentemente Lacan no se considera
el único autor de lo que dejaba publicar en su nombre 11:
Es d_ifícil segu_ir aAllouch e~ este terreno. En efecto no se puede poner en el mismo
plano la 1ntervenc1ónde la taqu 1grafa y la de Millar . La primera da el reflejo exacto de
298
. , de psícoanálisís: bal ance
05
C/6naJ1
habla del acontecimiento, con lo que convierten la polémica en una cuest ión abierta
para el futuro . Según su estrategia del momento, Sollers def i_ende con brillantez la
causa de Stécríture, mientras que Roland Dumas toma partido por los herederos
legltimos. Por su parte, Laurence Batail le atest igua en fav or de Stécriture sin criticar la
transcripc ión de Miller.
En el momento en que Miller empieza a ser atacado de todos lados por los que en
vida de Lacan no habían dicho una palabra, la ECF procede a real izar su última revisión
estatutaria . Tiene lugar en mayo de 1982 13. La modificac ión consiste en reemplazar la
categoría de miembro corresponsa l por la de miembro asociado y en supr imir la
categoría de miembro del consejo estat utar io. Ade más, mej ora el func ionamiento del
procedimiento del pase que se pondrá en marc ha un año más tarde. No aparece
ninguna forma de democrat ización , pero la fa lta de ésta es compe nsada por el hecho
de que todo miembro tiene derecho a impartir enseña nza en la ECFR. En los estatutos
se recom ienda correr ese riesgo y no hay jurisdicción prev ista para prohibirlo.
Desde la publicación del prime r anuario, emp ieza a sentirse un malestar, que
conduce a una d imisión importante , la de Laurence Bataille. En 1982, la hijastra de
Lacan dirige a Colette Soler, Jacques-Ala in Miller, Pierre Martín y Pau l Lemo ine una
carta en la que impug na la publicac ión, a título ofic ial, de los textos firmados por Lacan
a partir de 1980 y su ubicación al lado de los que éste redac tó antes. En efecto, el
anuar io pone en el mismo plano el acta de fundac ión de la EFP, la prop uesta de octubre
de 1967 , la carta de disolución y un conj unto de circu lares , que llevan la marca del
maestro y se refiere n a los acontecim ientos ocurr idos e ntre febrero de 1980 y marzo de
1981 : "la utilización de los textos firmados por Lacan a partir de 1980 -escribe
Laure nce--ta l vez haya sido útil durante un tiempo. Cont inúa con la publicació n de los
mismos en el anuario. ¿Aquellos a quienes la Escuela imparte su fo rmació n serán
incapaces de sostenerse sin esa comodidad ? En ese caso serán incapaces de haoer
frente a su título de anal ista, laca niano se entiende. Es una contradicción que ya no
puedo asumir. No podría ocupar más el lugar de un anal ista si s iguiera aceptándo la. Por
esta razón, dimito de la Escue la de la Causa Freudiana 14 . • En las filas de la ECF casi
no se entenderá el sentido de esta dimisión, pero , para el año 1985, el anuario y los
textos estatutarios será n publicados sin el agregado de ningún texto de Lacan: ni los
viejos , ni los posteriores a 1980.
Pese al malestar interno, del que esta carta es un eco, la ECF sigue siendo hoy la
primera integrante francesa del lacanismo dividido. Gracias a la acción de los tres Miller
y sus amigos, esta integran te es la más pujante por lo que respecta a su implantac ión
editorial y universitaria, así como por su dinámica internacionalista. Para sus congresos
o reuniones moviliza alrededor de dos mil personas. De las surgidas de la disolución
es la única que recog ió en sus filas un número elevado de ex miembros de la EFP, que
forman parte de la base anónima: noventa en un tota l de dosc ientos setenta y tres
miembros . Algunos son hoy en día.los dirigentes de su escuela . Esto tende ría a probar
que la corriente milleriana en el momento de la crisis final fue más segu ida que los otros
grupos, que se atomizaron y actualmente tienen en sus filas, sin distinc ión de
tendencias, alrededor de cíento treinta miembros de la ex EFP. De manera genera l, en
las diez sociedades surgidas de la disolución no se encuentra el número total de
miembros de la EFP. De los seiscientos nueve miembros que la componian en 1980,
alrededor de doscientos cincuenta están inscri1os en los diversos lugares existentes.
Los demás , es decir la mayoría de los miembros de la EFP no quisieron saber de nada
300
• .;; 05 de psícoaná/í sís: balance
c,en.,,
.eonuna escuela miller iana ni con una escue l d
~ tercera parte de la po blació n actua l de cada ~neO ~a rones. En consecuencia más de
Frente a la EC F Y en rivalidad abso luta c e los grupos lacanianos e~ nueva
. on ella el CFRP .
·nt""rante del 1acan1smo de los añ os ochenta C • es la segunda gran
1 ~,, M · p · reado en ¡· · d
Mannoni, Octave an noni y atrick Guyomard unio e 1982 por Maud
noventa miembros 15 la may oría de los cuales pa~uenta_con alrededor de trescientos
voto. En ~parie_ncia, el CFRP es un grupo más ~1:::tc iones sin tener derecho a
funcionamientointer no , lo es más bien menos E t que la ECF, pero, por su
ª
quela extrema democracia que reinaba en la ÉF~ comprob~ción tenderla a mostrar
su caída, fue abandonada por los dos grupos má{ fqu~ en ciertos aspectos, acarreó
reacción aotidemoc rática vincu lada a la desaparic i~~ ;~ e~ beneficio de una vasta
st
directa. Fuerte por su cantidad de miembros , el CFRP e e s~ ema de la monarquía
10
su implantación edito rial, univers itaria e internaciona listasppore por que r~specta a
É ·· o "1 ch b' · osee una colección en las
d1~ons eno e qu~ ma~ · ª iet, pero ~t relevo doctr inal aún no está asegurado. Sin
em a~go, gra ct1asa pdrofes1odn _a 1smo e¡emplar de Maud Mannoni, ocupa un lugar
es~ 1a1en e 1 erreno e 1 reu 1smo francés, tanto por lo que respecta a sus múltiples
act1v1dades como por su apertu ra a las corrientes no lacanianas.
. Los_estatutos elaborados por Maud ~annon i dan una buena imagaen de las
onentac1onesdel CFRP . Salvo una reterenaa doctrinal general, el Centro no conservó
nada del aporte lacan iano en materia de formación de terapeutas. Hostiles al pase
desde1967, Mannoni no lo mantuvo al fundar su grupo. La asociación está compuesta
por seis categorías de miembros: los fundadores , los miembros de honor, los bene-
factores, los psicoanal istas, los adherentes y los oyentes libres1s. La categoría de los
psicoanalistasse divide en dos subcategorías: los miembros activos y los miembros
asociados.Los primeros co rresponden a los viejos AE de la EFP o a los titulares de las
sociedadesipistas. Se ded ican al trabajo doctrinal. Los segundos se parecen más bien
a los viejos AME de la EFP y a los asociados de las sociedades ipistas. Et Centro los
reconocecomo analistas. Só lo los activos y los asociados, es decir los psicoanalistas,
tienenvoz deliberativa. Forman una comunidad de cincuenta y nueve miembros, de los
cualestreinta y uno pertEJnecian a la EFP. Tienen un derec~o a voto que le es negado
a todaslas demás categorías de miembros. En consecuenaa, la masa de los auditores
libres y adherentes (trescientos treinta y un miembros) paga ~ot~zaaon~ssin ten:r
I t
ningún derecho de fiscalización sobre la marcha de la asoaa~ión. As que eS s
miembrosse parecen a los afiliados de la SPP con menos poder aun. ResfrpectdoesEto
ele .. d mocrática de la Francia eu 1ana. n
ª ,
FRP es la sociedad psicoanal 1t1camenos e ifica si tienen algún otro derecho
cuantoa los benefactores, en los estatutos nos~ espec I cotización de los miembros
apartedel de dar a la institución por lo menos diez veces ª
activos. eutas el CFRP conserva un modelo
_Por lo que respecta a la formación de los tarafe el c~ntrol. El análisis personal es
clásico: todo el peso de la selección recae sob nto una posición cercana a la de
?reservado. Patrick Guyomard adopta ~obre :~te ~~ la institución en la cual se proteja
JeanL~_lanche: el Centro debe constr~ir una. ti~ "Para esto -escr ibe- había que
el anál1s1sde tener que servir a la institución. di miento institucional. Una de las
renunciaral pase . No corno concepto sino c_omoproc~e él mismo denunció. Quiso ser
i
Vlrtuctesde Lacan fue la de asumir las ant1nom1as a esa ley ya que quería, en su
8nalistaY jefe de escuela 1...1El pase _n?ernás~lláde la institución Y sus efectos de
l>rocedim lento a la vez Interrogar al análisis
' 301
Cien años de psicoanálisis: balance
repr es ión y, en cierto sentido , contra ella y recuperar ese acto y esa palabra al servicio
de la institución para tortalecer1a11.•
Al CFRP lo dirige un CA eleg ido por unaAG compuesta exclus iva mente por activos
y asoc iados . El Centro reconoce a analistas pero nunca a didáct icos . La admisión a la
cond ición de adherente debe ser ratifica da por el CA. El candidato pasa ante una
comisión de adm isión que so licita la op inión de los controladores y puede, en ciertas
circunstanc ias, ped irle al analista que confi rme si aquel efectivamente ha iniciado una
cura. Esta cláusula es bastante curiosa y única en la historia . Demuestra que la
instituc ión puede negarse de ante mano a creer en la palabra de un cand itato sin por eso
que rer solicitar la opinión del psicoanalista que lo formó . Para llegar a ser asociado, el
adheren te debe habe r pasado un año en el CFRP y haber efectuado por lo menos dos
controles . Cons tituye entonces un jurado de asociación que comprende cuatro psi-
coanalistas: a dos los elige él entre los miembros activos del CFRP, uno de los cuales
puede ser ajeno a la Sociedad, con el acue rdo del CA. Los otros dos son elegidos por
sorteo de la lista de los activos. El tra bajo del j urado y el candidato se refiere al campo
abierto por la formac ión de éste: su práctica , sus obras, sus intervenc iones, etc.
El asocia do pasa a ser miembro activo según el cursus propio de las sociedades
ps icoana líticas clásicas . Después de pasar tres años en las filas del CFRP, se presenta
ante una comisión de enseñanza. El CA ratifica el nombram iento cuando el candidato
expon e un trabajo ante el sem inario de los miemb ros activos .
Por su reg lamento interno y sus estatutos , el CFRP mantiene un modo de
func ionamiento, nombramiento y fo rmac ión calcado de los proced imientos de tipo
liberal que adoptaron la APF después de 1968 y el Cuarto Grupo en 1969. Lleva sin
duda la marca de la herencia lacaniana pero se separa radicalmente de sus aspectos
más innovadores en materia de formac ión psicoanalítica. Constituye en adelante un
lugar perfectamente aceptable para las otras tres integrantes del freudismo francés,
dos de las cuales también están ma rcadas por la historia de l lacanisrno. Por lo demás,
el CFRP es el único grupo surgido de la diso lución que tendió lazos orgánicos
importan tes con la APF, la OPLF y la SPP. Por intermedio de Jacques Sédat, que es
miembro de su CA, está tamb ién vincu lado al College des Psychanalystes. A corto
plazo y por alianzas puntuales , podr ía pasar bajo la influencia ipista en el marco de la
lucha contra el lacanismo mille riano. Después de la esc isión de 1963, Maud Mannoni
siguió siendo miembro de la IPA a través de la Sociedad Belga de Psicoanálisis.
Muy diferente es la situación de las otras soc iedades surgidas de la disolución que
siguen invocando la legislación lacaniana en mater ia de for mación, es decir del
procedimiento del pase . Son los Cartels Constituants de l'Ana lyse Freudienne (CCAF),
la Convention PsychanalY1ique(CP}, la Assoc iation Freudienne (AF}, la École Freudienne
(EF} y la École Lacanienne de Psychana lyse (E LP).
los CCAF y la CP se parecen mucho. Ambas poseen estatutos ultrademocráticos,
con una AG soberana compuesta por una sola categoría de miembros, que están
encargados de elegir los organismos de dirección y formac ión. Cosa asombrosa, las
dos tienen el mismo número de miemb ros: dosc ientos doce , con veintinueve ex
integrantes de la EFP en los CCAF y cuarenta en la CP . Tienen además, como el CFRP,
el mismo número de ex AE de la EFP: cinco en cada una contra cuatro en la ECF Ydos
en la ELP: Los Carte ls ya instalaro_nsus órganos de funciona miento !& mientras que':
CP está aun por hacerlo. La redacción de sus estatutos sigue inconclusa. Esta soe1eda
está notablemente bien implantada en las provinc ias y su sede social fue fijada en
302
Cien81105 de psicoanálisis: balance
ésta, Lacan ya no era freudiano, y, para extrae r la consecuencia de esa ruptura del
maest ro con el corpus del antepasado , sus discípulos deben confesarse lacaníanos
aunque tengan que leer a Freud e incluso trad ucirlo val iéndose de los conceptos
lacan ianos .
Congregados primero en torno a la revista Littoral, estos lacanianos e~tán ahora
reunidos en una peq ueña escuela de cuarenta y cinco miembros , que debido al gran
éxito que obtiene tendrá que agrandarse. Sus actividades de autoed ición son impor-
tantes y originales y sus coloquios muy seguidos. En cuanto a sus estatutos, son
perfectame nte democráticos: una AG soberana compuesta por una sola categor ía de
miembros , encargados de elegir un CA. Se sortea entre los miembros un grupo de
admisión. El proced imiento del pase está en trám ite de instalac ión a partir de una
propuesta llamada del "17 de noviembre de 1985 ", considerada una tra nspos ición o una
transcr ipción de la de octubre de 1967 22 .
Entre las instituciones del lacanismo dividido, hay que colocar dos lugares muy
diferentes que no reactualizaron el procedimiento del pase . Uno es un grupúsculo,
salido del desmembramiento del CERF, que se llamó "Errata", haciendo referencia a
la noción de "correcc ión al margen". Está compuesta por varios ex AME de la EFP y
funciona por cooptac ión. Antes de morir, Louis Beimaert revisó los estatutos. El se-
gundo lugar reúne a ex integrantes de L'Ordinaire du Psychanalyste a lgunos de los
cuales firmaron el procedimiento de urgencia de febrero de 1980 y después transitaron
por el boletín Entre-temps. Es la Fedération Espaces Psychanalytiques , que reúne tres
grupos: la Association des Atel iers de Psychanalyse , el Collectif Événement
Psychanalyse y el Collect if Journa l. Esta federa ción afirma esta r abierta a diversos
grupos que quisieran unirse le. No tiene ningún objetivo de formación y funciona según
un espíritu libertario23. Los miembros no act ivos de la Asociac ión de Tallere s no tienen
derecho a voto pero no pagan cotizac iones.
La implantación editorial del freudismo francés es muy interesan te de observar . En
genera l, cuando un nuevo grupo se independ iza, empieza creando un boletín o una
revista para expresar sus opiniones. Luego, cuando gana fue rza, o bien inicia un
proceso de autoedición, o bien lo cobija una edito rial, que puede aceptar una revista,
una colección o una serie de libros. Respecto a esto, existe una lógica editorial del
psicoanálisis que refleja su lógica expans iva y su modo de repartirse el territorio . Tres
grandes potencias editoriales francesas, Gallimard, las PUF y Payot, se reparten la
publicación de las obras de Freud al mismo tiempo que son dominadas por las
sociedades ipistas: APF para Gallimard, SPP para Payot, las dos juntas para las PUF
donde también reside Topique, la revista del Quatr iéme Groupe. Por el contrario , entre
1965y 1981, el lacanis mo se desarrolla exclusivamente en las Éditions du Seuil con la
colección del "Champ Freudien· y luego la difusión de Nava rin. Por lo demás, el aspecto
~ Seuilse modificó después de la muerte de Lacan y la div isión de la EFP puesto que
Miller heredó la colección del "Champ Freudien·. Los autores de la casa que no
comparten su orientación tienen tendencia a desperdigarse un poco. Mientra¡¡ que
Moustapha Safouan y Franc;;oiseDolto siguen publicando sus obras bajo el mismo
!echo, Maud Mannoni se apartó . En la actua lidad dirige en Denoel una colección,
~space Analytique ·, que repr~se_nta su propia escuela y, al mismo tiempo, pu~lica en
8
divasus textos_.En_efect~, s1 bien es frecuente ver varios autores de op1n1ones
argentes v1v1rba¡o el mismo techo, es raro en cambio ver cohabitar dentro de las
mismas paredes varias escuelas rivales. Según esta lógica, las sociedades ipistas
304
- d9 psicoanálisis: balance
Cie ll ¡¡/10 5
que , aunque esta asociac ión no desee eman ar directamen te de la AP I (como de ningún
otro grupo ) para estar en cond iciones de recluta r histor iadores de todas las tendenc ias
y de todas las formaciones , desea mos sin emba rgo establecer u na relación privilegiada
y durable con la AP I, que durante más de setenta y cinco años hace Y sigue hacie ndo
la Historia del Psicoaná lisis, al cual simboliza en el mundo tal como lo ha demostrado
el Congreso de Hamburgo2s.• Cuando se sabe cómo se trató la histor ia de l período nazi
en el citado Cong reso, hay razones para inqu ietarse sobre et futuro de una asociación
que se felicita así de los métodos ipistas en mater ia de historia.
Otras dos asociaciones más demuestran la transformación ligada a la finalización
de la saga lacan iana. Éstas son la "École Propédeutíque a
la connaissance de
l'inconscient· (EPCI), fundada por Gérard Bonnet , un miembro de la APF, y la
"Expér ience Freudienne et Recherche Scientif ique• (EFERS), creada por Jean -Michel
Louka. Ambas tienen vocación de enseñanza y for mación fuera de las instituciones
oficiales. Dan cuen ta de un movimiento de descent ralización y un espíritu de disidencia
propios de la situación de los años ochenta.
306
-~osde Psicoanálisis: balance
Cien"''
307
Abreviaturas
SPP: Société Psychanalytique de Paris.
IP: lnstitut de Psychanalyse.
IPAoAPI: lnternational Psychoanalytical Association o Asociación Psicoanalítica
1nternacional.
EP: Évolution Psychiatrique.
RFP: Revue Franr;aise de Psychanalyse.
SASDLR : Le Surréalisme au service de la révolution.
NRF: Nouvelle Revue Franr;aise.
ESI: Éditions Sociales lnternationales.
PCF: Partido Comunista Francés.
GP [IP]: Gauche Prolétarienne {Izquierda Proletaria].
APA: American Psychiatric Association.
APA: American Psychoanalytic Association.
SFP: Société Frani;;aisede Psychanalyse.
APF: Association Psychanalytique de France.
EFP: École Freudienne de Paris.
OPLF : (Quatriéme Groupe [Cuarto Grupo]) Organisation
Psychanalytique de Langue Fran~aise.
NRP: Nouvelle Revue de Psychanalyse.
WPA: Wo rld Psychiatric Association.
TM: Temps Modernes.
NC: Nouvelle Critique.
D PG: Deutsche Psychoanalytischye Gesellschaft.
AÁGP: Allgemeine "Arztliche Gesellschaft für Psychotherapie".
DPV: Deutsche Psychoanalytische Veireiningung.
SBP: Société Beige de Psychanalyse.
GEP: Groupe d'études de la Psychanalyse.
TO: Te/ Que!.
AME: Analista Miembro de la Escuela (EFP).
AE: Analista de la Escuela (EFP).
AP: Analista Práctico (EFP).
ME: Miembro simple o Miembro de la Escuela (EFP).
ECF: École de la Cause Freudienne.
CERF: Centre d'Études et de Recherches Freudiennes.
AF: Association Freudienne .
CFRP: Centre de Formation et de Recherches Psychanalytiques.
CCAF: Cartels Constituants de l'Analyse Fre~•dienne.
EF: École Freudienne.
FEP: Fédération Espaces Psychanalytiques
310
CEP: Collectif événement Psychanalyse.
AAP: Association des Ateliers de Psychanalyse.
cP: Convention Psychana lytique.
GRP: Groupe Régiona l de Psychanalyse.
ELP: École Lacanienne de Psychanalyse.
sIHPp: So~iété lnternation ale d'Histoire de la Psychiatrie etde la Psychanalyse.
EPCI: a
Ecole Propédeutique la Connaissance de l'lnconscient. .
EFERS: Expérience Freudienne et recherche scientifique.
AIHP: Assoc iation lnternationale d'Histoirede la Psychanalyse.
DSM 111: Manuel diagnostique et statistique des troubles mentaux (APA).
MLF: Mouvement de Libération des Femmes.
UER: Unité d'Enseignement et de Recherche.
UV: Unité de Valeur.
SHC: Sciences Humaines Cliniques.
EMP: Externat Médioo-Pédagogique.
IMP: lnternat Médico-Pédagogique.
CMPP: Centre Médico-Psycho-Pédagogique._ . ..
UJCML:Union des Jeunesses Communistes Marx,stes-Lemms tes.
RHLF : Revue d 'Histoire Littéraire de la France.
PRINCIPALES ARCHIVOS
311
Notas Bioliográficas
TERCERA PARTE :
LA FRANCIA FREUDIANA EN TODOS SUS ESTADOS
314
NotasBibliográficas
316
Bibliográficas
N<JISS
318
Bibliográficas
Notas
320
NotasBibliográficas
54
1971-19 72, inédito, Séminaire XX, Encere, París, Seuil, 1975 , P· -
83 . Séminaire XX, ibid. , M ·1 1984
84 . Luce lrigaray, Speculum , de l'autre femme, Pans, inui, ·
85 . Libération del 26-11-74.
86. C. Clément y H. Cixous, La Jeune Née, París, 10/1 8, 1975.
87. L'Arc , 58, 1974.
88. L'Arc, 61, 1975.
89 . L'Arc, 58, 1974, nota inicial, p. l.
90 . lbid ., p. 45. . p , .
91 . T. Todorov , Théorie de la littérature. Textes des forma hstes russes, ans, Seu1I,
1966. É .
92. M. Pleynet, Lautréamont, París, Seuil, colección· crivains de tou¡ou rs", 1967.
93 . TO, 19, 1964.
94. J. Kristeva , ' Mémoire·. L'l nfini, 1, invierno 1983, p.41 .
95. Entrevista con P. Sollers .
96 . TO, 32, 1968.
97. J. Kristeva , L'lnfini , 1, op. cit. Véase P. Sollers, en Log iques, París, Seuil , 1968.
98. R. Laporte , La Veille, París, Gallimard, 1963. G. Paree, L'homme qu i do rt, París,
Denoel, 1967. M. Roche, Compact, París, Seuil, 1966. P. Guyotat , Éden, Éden, Éden, París,
Gallimard, 1970. D. Roche Louve basse, París, Seuil, 1976. P. Sollers, Parad is, París, Seuil,
1981. Continuación en vías de realización. Georges Paree hizo un aná lisis, entre 1971 y
1975, con un miembro de la APF. Véase Penser/Classer, París, Hachette, 1985 . Igual que
para los escritores de la entreguerra, hay que separar aquí la exper iencia de la cura con fines
persona les de la influencia de la problemática fre udiana en una obra. Una y ot ra pueden o no
cruzarse .
99. J. Lacan, Écrits, op. cit., p. 833.
100. Michel Pion, La Théorie des jeux: une politique imagi naire , París, Maspe ro, 1977.
Paul Henry , Le Mauvais Outil, París, Klincksieck, 1977.
101. L. Séve, Marxisme et Théorie de la personnalité, París, Éditions sociales, 1969,
tres edic iones sucesivas.
102. Cahiers du CERM, 5 volúmenes, 81 a 85, 1970. R. Roelens , 'Prob lemas de
structure et de décentrement du sujet dans l'oeuvre de Lacan·. T. Goldberg, 'Notes et
réflexions sur Jacques Lacan·.
103. Marxisme et Théorie de la personnalité, op. cit., p. 7.
104. Uno acaba de publicar Un oeil en trop, París, Minuit, 1969, y el otro
Psychanalyser, op. cit.
105. N~ , 37, octubre de 1970, pp . 22-34. Véase tamb ién C. Clément, 'Les beaux jours",
Magazine httera1re,166, noviembre de 1980, p. 19.
106. Pour un_ecritique marxista de la théorie psyc hana lylique, París, Édttions sociales,
1973. Vease_también Europa, especial Freud, op . cit.
107
- lbid., p. 264 - Véase también Une psych iatrie différente diles -vous? ediciones de la
NC , suplemento del No. 63 y J .p Ruma p h' · · '
• · · n, syc 1atr1es quest ,ons actuelles, suplem ento del
No. 83, 1975.
108. Action poétique, 41-42, 1968 .
109. NC, número especial Lingüistique et Littérature sin fech 176
11O. TO, 34, verano de 1970, p. 3-4. Théorie d'e ' ~· p. .·
111. L'Humanité de los días .g.. nsemble, Pans. Seu1I, 1968 .
12 69 12 10 69
112 J Lacen D'un Autr · I' t Y • • - TQ, 39 Y 40, 1969 y 1970.
. . . e a au re 1968-1969 in. d't .. d 1 6-69
113 Citado por p Daix L • , e I o, ses,on e 26- .
114: lbid. · ' e11res 1ran~aises del 2-7-69.
322
NotasBibliográficas
111.
Reinos divididos
· • assassmee,
1. Pierre Merlín, L'Univers1te · · p aris · . Ramsay • 1980· Y René Rémond, La
Regleet le Consentemen t, op. cit.
2. Véase M. W inock, op . cit.
3. Entrevista con J. Favez -Bou to nier.
4. Entrevista con Jacques Gagey.
5. Entrevista con Claude Prévost.
6. Entrevista con J. Laplanc he . . .. t setiembre de 1981, p. 559. Y carta
6 24
7. J. Laplanche, Psychanalyse á l'Uni~ers~tel. · ' '
de R. Cahn a Laplanche del 28-10-80 · Ar:hivo · · C Prévost.
8. Archivos de la UER de SHC, fac1htados por ·
9. Entrevista con Jacques Derr ida . d Leclaire a Foucau!t. Archivos de J.-A.
10. Carta de Leclaire a Millar de l 9-7-69 Y e
Millery S. L.
11. Circular del 26-3-69, archivo S.L: S L
12. AG de filosofía del 18-4-6 9 , archivo · · chivo S.L. ·embre
13. Circulares del 20-9-69 y del 13-1 -~1 9 ¡_:\ettre infáme, París, F. Gruyer. seti
14. "Vincennes, psychanalyse, Lecla ire ' _
23
de 1969. Y entrevista con S. Leclaire. . Lacan. 121. febrero 1~77· p. alizada en noviem-
15. Magazine littéraire número especia 1 . s¿u ·11 1970 . EntrevtSla re
' . . ? Pans 9 '
lirl 16. Les professeurs pour quoi faire •
de 1969, L'Express, 16-22 de marzo de 1970 ·
323
Notas Bibliográficas
17. Entrevista con Patrick Guyomard . Véase también J. Clavreul, 'les éléves de
Lacan", Te rtulia, enero de 1982.
18. Los conceptos elaborados para esta refundi~i~ n _se e~cuentran en lo~ seminarios
siguientes : L'Envers de la psychanalyse , 1969-1970, medito. D un ~1scours qui _ne serait pas
du semblant, 1970-1971, inédito. Le Savoir du psychanaly ste , seminario de Sa1nte-Anne,
1971-1972, inédito . Ou pire, 1971-1972 , inédito. Les non-dupas errent, 1973-1974 , inédito.
Séminaire XX, Encore, op. cit. L'Étourdit, en Scilicet, 4, 1973. Véase también los fragmentos
de seminario publicados por Ornica r? a partir del año 1975.
20. Sobre W ittgenstein, véase volumen l. Tractatus, París, Gallimard, 1961, traducción
al francés de P. Klossowski. D. Lecourt , L'Ordre et les Jeux , París, Grasset, 1981. Antonia
Soulez, Manifeste du cercle de Vienne, París, PUF, 1985. Jacq ues Bouve resse, La Parola
malheu reuse, Paris, Minuit, 1971. Freud. Jugemen ts et témo ignages , textos presentados por
R. Jaccard , París, PUF, ' Perspectivas", 1976.
21. J. Lacan , L'Envers ..., op. cit.
22. Entrevista con G.-Th. Guilbaud.
23. Sobre la topología, véase J.-C. Pont, La Topo logie algébr ique, París. PUF. F.
Tingry, Recherches logiques et linguistiques pour la psychana lyse. Nom propre et topologie
des surfaces. tesis de 3er. ciclo, UER de SHC, 1983. Littoral , 5 y 6, mayo de 1982, Abords
topologiques. G.-Th. Guilbaud, Le9ons d'a peu pres, París, Bou rgois , 1985. J.-C. Milner, Les
noms indistincls, París, Seuil, 1984. Y E. Roudinesco , entrev ista con J.-C. Milner, Action
poétique, 72, diciembre de 1977.
24. Véase J.-C. Milner. De l'école, París, Seuil. 1985.
25. J. Lacan, Le Savoir ..., op. cit ., sesión del 21-11-71 .
26. J. Lacan. Ou pire, op. cit., sesión del 9-2-72.
27. Entrevista oon J.-A. Millar.
28. Lettres de l'EFP, 1 a 5, 1967-1968.
, . ~9._Stécri.ture, 1984, boletín interno. Por lo que respecta a la crono log ía de los semina-
rios med1to:, vease Marcelle Marini. Lacan . París, Belfond, 1986.
30. Vease Robert Linhart, L'Établi, París, Minuit, 1978.
31. Dedicatoria _de_La_ca n , ejemplar facilitado por J. Aubry.
32. J. Lacan, Semma1re 111 , op. cit .
33. J. Lacan, Séminaire XI, op. cit., p. 251.
34. lbid., p. 249.
35. Para este período, utilicé los archivos de J.-A . Millar p Guyomard y F Baudry
completados con entrevistas por separado con los t ' · · '
36. Circular de setiembre de 1974 . arch·ivo p . Gres.uyomar d .
3 7. C arta de Clavreul_a Morali, del 15-10-74 , arch ivo J.-A. M.
38. J. Clavreu l, Bullet1nde la Convention h .
Véase también Tertulia op ·¡ psyc analytique, 8, enero de 1986, p. 38.
, . Cf .
39. Carta de Millar a Rabantdel 15_1074 , arch·IVO J ,• A. M
· ª
40 C rta d e Baudry a Lacan de1 13- 1o-74 Y respuesta de· Lacan del 16-10-74, archivo
Baudry.
324
NotasBibliográficas
325
Notas Bibliográficas
91. Nico las Abraham , Jonas, París, Aubier- Flammar ion, 1981.
92. Entrevista con Maria Torok y Nicholas Rand.
93. N. Abraham, en Structure et Morphoge nése, Parls, Mouton, 1965 .
94. N. Abraham , Rythmes, París , Flammarion, 1985.
95. N. Ab raham, en Crit ique, 249 , feb re ro de 1968 , reproduc ido en L' Écorce et le
Noyau, París , Aubier-F lamm arion, 1978 .
96. N. Abraham y M. T orok, Le Verbier de l'homme aux loups , París, Aub ier-
Flamma rion , 1976. The Woltm an by the Woltman, Nueva York, Basic Books, lnc., 1971,
traducido al francés en Ga llimard, París, 1981 . Y Karin Hobho lze r, Entretien avec l'homme
aux loups, ibid .
97. Entrevista con J. Derrida que oyó la cinta y transcrib ió el co ntenido.
98. Ornicar?, 14, 1978, p. 8-9.
99. Entrevista con R. Majar.
100 . Études freud iennes, 13-14, 1978. Rep roducido en L'Agon ie du jour , París, Aubier-
Montaigne, 1979.
101. Cartas proporcio nadas por Nata Mi nar.
a
102 . Serge Viderman , ' Préamb ule un projet de cursus", en La Formation du
Psychana lyste, op. cit. (Monog raphic s de l'IPA) , p. 287 .
103. S. Viderman, La Construclio n de l'espace analytique, Par ís, Denoel, 1970.
104 . Actas del 6-5-74, archivo IP, fuentes privadas .
105. Actas del 7-5-74, ibid .
106. AG extraordinaria del 15-5-74, ibid .
107. Actas del 11-6-74 , ibid.
108. Carta del 30-4-76, archivo R.M.
109. J. Derrida. Glas, París, Galilée, 1974.
11O. J. Derrida , La Carta postale, op . cit., pp. 536 y 538 .
111. S. Leclaire, Rompre les charmes, París , lnter-Éditions, 198 1, p. 26.
112. lbid., p. 198.
113. Estatutos depositados el 13-6-77, archivo R. M.
114. Rompre les charmes, op . cit., p. 20 1.
115. lbid., p. 202-203.
116. Circular del 9- 1-75, archivo IP, fuentes privadas .
117. Carta circular a A. Green , archivo IP, fuentes privadas.
118. Actas del 4-3-75, ibid .
119. Documento del tribunal de instancia superior de Parls, 22-3-75, archivo R. M.
120. Estatutos de la'SPP de junio de 1977 , archivo SPP .
121 . Sentencia del tribunal de instancia superior de París, 5a. sala, 1a. sección, 17-6-
81 , archivo R. M.
12.2 . Arch ivo del Collége des Psychana lystes, J. Sédat. Véase tam bién Tribuna (boletín
de los Cartels constituants de l'analyse freudienne), 1, L'lnstiM ion en question, París, 1985.
123. Decreto del 22-2-82 , archivo R. M.
124. Carta circular de la IPA, octubre de 1981 , archivo SPP-IP, fuentes privadas.
125. Circular del 14- 12-83, ibid.
126. Documen to inédito facilitado por R. Majo r.
127. Les Années brunas, op . cit.
128. Carta de Limentani del 21-5-84, archivo SPP-IP fuentes privadas .
129. IPA, ~ria de ~onografías , 4: Les Changemen~ intervenus chez les analystes et
dans leur for_mation,pubhcado ba¡o la direcció n de R. WaJlersteín MD, 1985.
130. Circular del 3-7-84, archivo SPP-IP, fuentes privadas.
131. Documentos del Seminario de Zurich. y J. Rousseau-Dujard in, "Sauve r la
326
Bibliográficas
f,/Ot85
327
Notas Bibliográficas
_36. Ponencia
3 , primavera publicada en Libération, op . cit., y reproducido en Cah iers Confrontation.
de 1980.
328
Bíbliográficas
fiot8S
330
f,iotBSBibliográficas
EPÍLOGO
1. Fuentes privadas .
2. Le Monde de l 15-9-8 1.
3. Testimo nio de J. Aubry.
4 . L'Human ité de l 11-9-81 .
5. Libération de l 11-9-81
6. Le Matin del 11-9 -81 .
7. Le Fígaro de l 11-9-81.
7 . Le Fígaro de l 11-9-81.
8. Le Quotid ien de l 11-9-81 .
9. Le Monde de l 11-9-8 1.
10. Le Monde del 16-9 -8 1.
11. L' Express de l 18-24 de set iembre de 1981 . .
Pensée68, París. Gallima rd, 1985 . · · Vease también A. Renaut y L. Ferry, La
12. V_é~se _Epílogo del vo lume n l . y R. Major , Le Monde del 28-10-81
13. Liberat1on de l 11-9-81. ·
1. Véanse Anexos .
2. La Seconde Mort ..., op . cit. , p. 55 .
3. Psychana lystes, 1, noviembre de 1981. Ese número contiene además un informe
sobreel IVA presentado por An ne Leva llo is.
4. Documento proporcionado por J.-P. Moreign e.
5. Véase informe de L'Ane, mayo- ju nio de 1982 . Y Psychanalystes, 2, marzo de 1982.
_6. Le Débat , Par ís, Gallima rd, 30, mayo de 1984, y continuación 32, noviembre de
1984
7. Véanse Anexos. Existe una •éco le lacan ienne de psychosomatique· cuyos fundado-
res no han formado parte anteriormente de ninguna asociació~ existente.
8- Véase F. Ansermet "Entrevista con J.-A. Millar", loe. cit.
9. Le Discours psychana ' lytique, junio de 1983. . É .,
M 1O.Joil Dor, Bibliog ra ph ie des travaux de Jacques Lacan, Pans, lnter- d1t1ons. 1984.
1984
aUdMannoni, Qu inza ine litté raire, 412, 1-15 de marzo de ·,. 'ón del Seminario véase
11- Littoral, 13, 1984, p . 11 o. Sob re la cues tión de la transcnpci '
3a.parte• cap,·tu1o 111 . . r Daniéle Arnoux . Sentencia
. 12- Documentos sobre el proceso proporc ionados po
PUbhcadaen Ornicar? 35 ¡nv ierno de 1985- 1986 -
13. Anuario· y textos
.' · de la ECF • 1982 _1 _ , archivo L. B. Laurence
'estatutarios
125 1 82
8a . Laurence Bataille, carta a Colette Soler de
14 - muerte.
lailleleyó Y corrigió el manuscrito de este hbro antes de su
; 5- Cifras reales no comun icadas , véanse Ane~?~~ur fascículo interno 1986-
6- CFRP, Adm inistration, statuts, reglemen t in en '
331
Notas Bibliográficas
17. lbid ., p. 4 .
18. Véase Trib una (boletín de los CCAF), 1.
19. Documento interno de la AF , setiembre de 1982 .
17. lbid., p. 4 .
18 . Véase Tribuna (boletín de las CCAF), 1.
19. Docume nto interno de la AF, setiemb re de 1982 .
20. Entrevista con Conta rdo Calligaris.
21. Véase Jean Allouch, Lettre pour lettre, Toulouse, Érés, 1984. F. Dupré , la So lution
a a
du passage l'acte, op. cit. P. Julien, Le Retour Freud de Jacques lacan, Tou louse, Éres,
1985.
22 . ELP, fascículo interno, 1986.
23. AAP , boletín, O, 1986.
24. Todas estas obras ya fueron citadas.
25. Asociació n Psicoanalítica Internacional, Lettre d'l nformat ion, 110I. XVIII, 1, enero de
1986. circular interna , p. 7.
332
Anexos
Sentencía de puesta en libertad
en el proceso Laforgue
,
contrario. fue confoone al espúitu nacional. y altamente favorable a sus compatno-
......
334
,
..', ..
eses en situación difícil (heridos en 1940, refractario d .
111sfraJtC . .d s urante la ocupación
a Jos extranjeros persegu, os por los alcn1anes)
e ¡¡,clusO ·
Considerando que el doctor LAFORGUE reconoce h be . f
. . Berlín· pero lo
· f
explica undan1entando que era el único
ª 1 e ectuado un
mcdi
, 1a¡ea ' . . . .. · o que se le
ofrecíaparair a A1sac1aa visitar a su fanüha.
Considerando que las maniobras del doctor LAFORGUE en esas
condicionesno presentan ningún carácter antinacional .
PORESTOS MOTIVO~
La Comjsión ordena que se archive el expediente .
Presidente
de la Sección de Depuración de los
Médicos de la Regiónde Paiís
(Consejo Regional)
P.JANVIER
335
Una página de "La Interpretación de tos suefios ''
traducida por Moustapha Safouan
'V L,t;.;
•· · t;i5:, ¡J'""'
~ '"'..
-'-i" ./ í.,;i -'-i" J! ._;,,.u,;i1 _;;\.¡JJ ;_w.. 1 ,.\.. ; \; J'- ..wÍyli _;:i,IJ
[tr'.Y' .si] J-1,..J ! ~_,,..;.:,~ .:,i J- ~ ¡ 1.:.,./ '11r:_Á '/ ~ ; J_,.J,
~ ~.;, J J i _,.;SJI J:~1 J' .:,\5' ..IÁ.Ó• jj ./ ;;_f..:.,~ l,. ¡,")W -½.b;-
!J" i J0 '-:'i.:S'¡,t;J ~ -4,JI ~..I>- fo dJ 0 ~
. 1 <:;_,l,lr.--)'~ ;_J a· :ll C:.
.j_.,JII J' ..;.,L..,Lai ~,,_:..,L:1 ;_,_¡._J. ¡ ;_,.l:J\.:•"; 11~ ;-;i .:..Jj t.J
0 ,_,:.J.: 4
336
. lesa
Textos previstos para inc luir en la ed.1c16n mg
d e Ias obras de los miembros de la SFP
Sununary
• Acknowledgements, by W. Granoff.
, Preface, by M. Balint.
• Iotroduction .
337
École freudienne de París: 1964-1980
Crecim iento comparativo
1975 401 miembros:+ 125 con respecto a 1971; + 267 con respecto a 1965
30 AE en total (2 AE no AME; 28 AE y AME)
130 AME -> 102 no AE
1 murió, 4 pases
132 psicoanalistas reconocidos
338
.
Ecole freudlenne de París: 1964-1980
Crecim iento comparativo
(continuación)
1980 609 miemb ros (diciembre de 1979): + 468 con respecto a 1965
ningún miemb ro admitido para el año 1980, ningún nombramiento interno
5 de enero: disolución Lacan
27 de set iemb re: disol ución jurídica
38 AE en total (5 AE no AME ; 33 AE-AME}
170 A ME - 137 no AE
4 pase s
175 psicoana listas reconoc idos
339
Aumento de l número de mujeres
en las cuatro integ rantes del freudismo
francés : 1964-1983
EF P 134 46 34%
APF 26 6 27%
SPP 83 25 30%
Estas cifras no incluyen a los alumnos o los contribuyentes de la SPP , APF y OPLF.
340
Cien allos de pslcoanállsls: Situación en 1985
(•grupo o publicaciónque dejó de luncionar•¡
SPP+IP 1926 si 1•.sociedad Revw franplse depsychanaly,. PUF. Payot 418+ alumnos
1 IPA FEP1 Psych/atr/6 de /'én/anr Clancier-Guénaud 1Universidad1
EIUdes lreudlennes 'Oenoiil
BellasLenies
· rchou. Mlnuft
"Efl'
f<)ndatlon du
1964•1980 .,
(p-.e
SFP •L'lncons
cient Seuíl Navartn 609
(esclsiO
n ·scilicer Mlnuit 1Universidad1
Cha.mptreudien 1969) 1963-1964) ·t ·Ord/nairB du psychana/y$/e
1980 •C..hl•rspour ranalyse
•tenre, de l'EFP
Omlca1?
le Coqhéron
Analyt/ca
Asoc::iaciones Fecha Formación Origen Revista o boletln inlarrno Implantación Autoedición Miembros
1901 editorial
·contronta
don 1977-1983 no SPP Cahifl'S 204 (lnso~tos)
Auble
r-MontaJgne Confro ntatlon
(dlskfencla) COn/r
ontallon "Vert et nolr"
Con~ lntem,11
on,1de
phllo,ophle
Asociaciones Fecha Formación Origen Revistao boletín interrno Implantación Autoedición Miembros
1901 editorial
CoOt 20/611983 no ECF
freudien (secesión) <- Evel->
Argentina
Ateneo Freudiano de Mendoza
Ateneo Psicoanalítico de Córdoba
Centro de Estu~ios Psic~analítícos Sigmund Freud de Tucumán
Escuela Argen)1na de Ps1coaná1ísis(Buenos Aires)
Escuela Freud1ana de Buenos Aíres
Escue~a de _Psicoanálisis Sigmund Freud (Rosario)
Esp9:c1~Ps1coana1itico (Rosario)
Mayeutica (Buenos Aires)
S~mína~io Lacaniano (Buenos Aires)
S1mpos10del Campo Freudiano {Buenos Aires}
Bélgica
École de la Cause freudienne en Belgique
Brasil
Biblioteca Freudiana Brasiieíra {Sao Paulo)
Clínica Freudiana (Bahía)
Grupo Psicanalltico de Curitíba
Letra Freudiana (Río de Janeiro)
Maileutica - Porto Alegre
España
Ambito Madrilef'lo de Psicoanálisis {Madrid}
Asociación de Psicoanálisis {Barcelona)
Biblioteca de Estudios Freudianos de Bilbao
Biblioteca Freudiana de Málaga
BibliotecaGallega de Estudios Freudianos (Vigo)
Pacto Pslcoanalltico de Barcelona
Estados Unidos
New York Lacan Study Group
Francia
École de la Cause Freudienne
Gran Bretana
Cultural Center for Freudian Studies and Research {Londres)
Italia
Agalma. Centro Studi di Psícanalisi (Turín}
Centro Studi di Clínica Psicanalitlca (Milan)
Circolo Psicanalltico di Bologna
Japón . 1·. d T k'
Sociedadde Investigaciones Psicoena 1ticas e o 10
México · · (M ex1co
fundación Mexicana de Asistencia Psicoterapeutica · · )
"-rú
Centro Freudiano de Lima
Uruguay .
Escuela freudi11nade Montevideo
Venezuela
e.a,ela del Campo Freudiano de Caracas
Yugoalavla teórico en y ugos1av1a
Sociedadparael psiooanálisis · (L'1ubl'1ana)
345
IPA: Congresos y p res identes
Luga r Presidente
Año
346
IPA: 1985
Dist ri buc ión m und ial
Miembros
A so ciación regional
Estados Un idos American Psychoana lytic Association
2100
35 soci edades afiliadas
4 gru pos de estudios
27 institutos
Sociedades integrantes
Canadá Can~dian Psychoa nalytic Society 270
(Socie dad Canadiense de Psicoanálisis)
6 secciones: CPS - Montreal - Toronto -
Ottawa -Alberta - Ontario
México Asociació n Psicoan alítica Mexicana 124
Argen ti na Asoc iación Psicoa nalítica Argentina 420
Asociació n Psicoa nalítica de Buenos Aires 160
Asociación Psicoanalítica de Mendoza 12
Brasil Sociedade Brasileira de Psicanalise do Rio de Janeiro 150
Sociedade Psicanalitica do Rio de Janeiro 140
vigilada
Soc iedade Brasileira de Psicanalise de Sao Paulo 200
Sociedade Psicanalitica de Porto Alegre 30
Asoc iación Psicoa nalítica Chilena 30
Chile
Soc iedad Colomb iana de Psiooanálisis 45
Colomb ia
Asoc iación Psicoanalítica del Uruguay 46
Uruguay
Asoc iación Venezo lana de Psicoanálisis 64
Venezuela
vigilada
/
Be lgische Vereniging voor Psychoanalyse
Bélgica 50
(Sociedad Belga de Psicoanálisis)
378
Gran Bretaf\a British Psychoanaly1ical Society
26
Dansk Psykoana lytisk Selskat
Dinamarca 164
Nede rlandse Vereniging voor Psychoanalyse
Holand a 84
Suome n Psykoanalyyttinen Yhd¡stys
Finlandia
Finlands Psykoanaly1iska Forening
347
IPA:1985
Dist rib ució n en el mu nd o
con t in uac ión
M lembroli
348
Indice Alfabético
-
Indice Alfabético
A
Barthea, Roland: 9, 11, 15, 2 1, 22, 24, 38 39
40, 104, 146 , 148 , 149, 156, 158, 163,273 . '
Baaaglla, Franco: 110, 115.
Abdouchell, Thémouraz: 84, 85, 246, 266.
Baaalne, Phlllppe: 254, 257.
Abraham, Karl: 246 .
Baa11n, Pierre: 283 .
Abraham, Nlcolaa: 293 .
Batallle, Georgea: 237 , 238, 247 .
Adaml, Valerlo: 169.
Batallle, Laurence: 87, 144, 145, 146, 192 263
Adler, Allred: 46, 205. 288, 296, 300. ' '
Almée (caao): 38, 110, 145, 161,287 .
Bateaon, Gregory: 110, 111, 112.
Ajurlague,ra, J. de: 1O,200.
Albertlnl, Marle: 282.
Baudoln, Charlea: 21 .
Alby, Jean -Marc: 127.
Baudry, Fra~a: 172 , 186, 188, 190, 191.
Baudry, Jean -Loula: 146, 148, 155, 156.
Alérlnl, Paul: 296.
Alexander,Franz: 134. Bauer, Jean-Plerre: 193, 280 , 283.
Algalarrondo, Hervé: 273 . Baurand, G•nevl.,,e: 296.
Allen, Pierre: 82 , 85. Baudelalre, Charlea: 159.
AlthuNer, Loula: 9 , 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, Beauvolr, Slmone de: 52, 132, 133, 171.
17, 18, 19, 20, 22 , 30, 34, 39, 47, 66, 150, Beckett, Samuel: 117.
151,1 52,153 , 157, 158, 245 , 269,273,288. Belrnaert, Loula: 62 , 78, 79, 270 , 282, 304 .
Alllot, Mlchel: 166. Benamou, J .. n-Marc: 289 .
Allouch, Jean: 260 , 282, 284 , 285 , 296 , 2.98, Senda, Jullen: 22.
303 . Benolat, Alaln de: 164, 252.
Anna, O (caao): 110. Benott, Guy : 253.
Anzleu, Dldler: 21, 46, 147, 166, 167, 169, 235, Benoll, Pierre: 84, 85, 94 .
238, 239, 255, 291. Benvenlate, Émlle: 9, 25, 47, 146, 147, 1n .
Aragon, Loula: 157. Berge, André: 238, 239.
Arbou.-Baatlde, Paul: 168, 169. Bergaon, Henrl: 116, 117.
Arnaud, Jacquea: 14. Berkeley, George: 45.
Arnoux, O.ni.le: 53, 303. Bernateln, Édouard: 16.
Aron, Raymond: 205 . Bertherat, Yvea: 25, 62.
Arr<YW,K.J.: 85. Bertln, Célla: 305.
Artaud,Antonln: 117,146 , 148. ee.... Guy: 15.
Atllé, Joaeph: 85 . Bettelhelm, Bruno: 116 , 235 .
Aubry, Jenny: 26, 66, 79, 81, 82, 113, 119, 184, Bettelhelm, Charlea: 16.
193,256,266 , 274, 296. Blnawanger, Ludwig: 122.
Audouard, Xavler:62, 266. Blon, Wllfrled: 195.
Aulagnl•r, Pl•ra: 35 , 3 , 51, 62, 67. 68, 70, 78, Blanchot, Maurlce: 150.
79, 80,83,85 , 94, 95,96 ,98. 171. Blff, Gérard: 126, 127.
Avron, Ophélla: 168. Bleuler, Manlred : 118, 122.
Axeloa, Koataa: 104. Blondin, Marle-Lou lae: 287 .
Ayme, J.. n, 106, 116, 126, 127, 151. Bonapart•, Marle: 21, 128, 131,132 ,1 59,200,
294 , 305 .
Bonllaurl, Bernard: 289.
Bonnafé, Luclen: 106, 108, 150,288 .
B
Back••Clemént, Catherlne: 62.
Bonnet, Gérard: 306 .
Boole, George: 45 , 176 .
Boona, Marle-Clal re: 162, 163.
Bachelard, Gaaton: 11.
Borgea, Jorge Lula: 156.
Badlou,Alaln: 117,162,173,176 .
Ballly,R..,., 92,272, 277 . Borromeo(tamllla): 180.
Borromeo,san Cartoa: 180.
Ballbar, Étlenne:11, 12, 15, 17.
Boukovakl, Wlad lmlr: 112, 122, 123, 124, 125.
Bally, Charlea: 182.
Barande, IIM: 305, 126, 127, 128.
Bourdleu, Plerr•: 273 .
Barande, R~ 67, 201 , 202, 305.
Bllfvuea, Mlch•I•: 81.
Bourget, Pau l: 236 .
Barguea, Raymonde: 51, 81. Bourgulgnon, André: 12, 170,255,256,305.
BargUM,R..,.,
62, 81, eouv.r
.... , Jacquea: 176 .
Barka, Ben: 39. Bouvet, Maurlce: 146, 195,254,
Boyer, Phlllppe: 155.
350
...
Indice Alfabétic o
e
Cangullhem, Georges: 3 0, 40 , 6 6 , 115 15 1
166, 18 1. ' '
D
Dalx, Pierre: 46 , 157, 289 .
Dalblez, Roland : 23, 29.
Dalf, Salvador : 161 .
Canto<, Georg: 176 , 179 . Dante, Allghlerl: 146, 152.
Carmlchael, Stokeley: 112 . Daum6zon, Georgeo: 103 , 104, 106, 108 .
Casanova, Antolna: 153 , 155, 159, 16 1. Davtd , Cathertna: 25 1, 256.
Castel, Robart 184, 185. Debray-Rltz en, Pierre: 252.
Caatelll, Enrlco: 26 . Dabu&ay, Claude: 117 .
Caatorladla, Corn6llua : 62. Deguy, Mlchel: 236 .
Castro, Fldal : 163 . Dela campagne , Chrlallcan:289 .
Ca&ttro, Roland: 53. Det. y, Jean: 167.
Cattan, Nlcola: 183 . Oelauze, Glllea : 40 , 1 16, 117 , 118, 119, 145,
c.r- u, Mlche l de: 6 2, 172, 262, 266 . 158, 17 1, 19 1,246 , 273.
Clxoua, ~= 144,289 . Oeluy, Hanrl: 155.
Cla-. Maryae:
Claucle,Hanrl: 44.
2n . Derogy, Jacquea: 164.
Derrida, Jacquea: 9, 18, 19, 20, 21, 22 , 38 , 39,
Clevraul, Jean: 62 , 64 , 68, 70, 78, 79 , 80, 83,
40 , 4 1, 42 , 66 , 117,146 , 147, 148, 149, 150,
85, 87, 93, 172, 176 , 186, 187, 188, 191,246, 15 1, 152 , 154, 155, 156 , 166, 246,293 .
246 , 251 , 252, 255, 256, 264 , 266,272 , 274, Derrida, Marguarlta: 19 .
o..cartaa, ReM: 11, 36.
281,283 . 294 . Daacombey, Jean-Paul: 126.
Cl6ma nt, Catharlna: 144 , 145 , 153, 154, 158,
Deutach, Hél'ne: 128.
164, 256, 258. 284. oaveraux,Georgea : 93 , 200.
Cl«ambault, Qaftan Gatlan de: 44 , 194 ..
otamanU&, Ir..,., 250 .
Cohn-Bandlt, Daniel: 8 1, 205 . Olatklna, ReM : 15, 25 , 200 .
Coluche: 273 . Okller·Well, Alaln: 289.
CollM, Mlchel: 289. Dolto, Fran,;olae: 64, 66, 79 , 88, 113, 114, 16,
Collomb, Hanrl: 93 . 134 , 145 , 246, 250, 251,258 , 260, 261, 262,
Confuclo: 163. 264,266, 270,274, 289,296, 303.
Cont, , Claude: 62, 65 , 70, 79, 92 , 186 , 188, Domlnlqua (caso): 114.
247,246, 26 1, 27y, 279,280,283,284 , 293, Qonato, Eugenio: 38 .
Contri, Glacomo: 16 1. Oonnet, Jean-Luc: 67 , 200,201 , 202 , 203,239 ,
eoo,,.,,David: 110 , 111, 1 12, 113, 115. 242, 294,
Corvalin, Lula: 126 , 127 . Doray,Gal)rlella: 94, 95.
C-, PlarN: 170. OorgaUllla,Claucle:272, 294 .
Cournut,JNn: 202, 294. l)orOII, Roge, : 168,
Cowlo , Ludo: f!J7. 203. Orazian,Murlel: 162.
C>tll•on (padre): 160. 245 . Oreyfu&,Alfred: 306 .
Orayfua,Sra.: 58 .
~ """'' 161. Or01t, Roger-Pol: 191.
Crtnon,Qa,,de • 266.
Culoll, Anlolne: 168. l)ubul -. Paulatta: 94.
~ .... .._._,303 , QucrOt, ()awalcl: 91 .
Chapaal. MIMtlelne: 17!5. l)uchanlp, Marce!:175.
0woot, .,_, Ma,tln: 50. 291. 3{J1.
351
Indic e Altab . .
e,co
1
Fougeyrollaa, Pierre: 104.
Duftoa, Huguette: 145. Fouque, Anto nl ette: 52 , 144 , 150, 157,
176
Dumas, Roland: 266, 272 •300· 5 188 257, 258, 289. •
Dumézll , Cla ude: 15, 62,102 . 172. 18 ' ' Fralsse, Pau l : 166, 167, 168 .
282. 284. Frege, Gottlob: 32, 33, 34, 36, 72 .
Duméz ll, Georges: 40, 47, 65 , 66. Frelne t, Céleatln: 116.
Dupln, Augusto: 160. Freud, Arma: 195 , 256 .
Duqu enne, Paul: 62. Freud, Slgmund: 8 , 9. 11, 12, 13, 14, 18, 19,
Duras, Marguerlte: 147. 20
22 , 23 , 24. 25, 26 , 27, 28, 29, 3 1, 33, 34, 35°
Duroux, Yvea: 18, 23, 37, 39. 39, 43 , 45 , 46, 47 , 48, 49, 50, 51, 55, 56,57:
60. 72, 73, 74, 90, 91, 99, 104, 105, 109, 112,
113, 117, 122 , 123, 124, 126, 128, 129, 140,
1G ,1 43 , 1e, 146 , 147, 1~150, 1~1-
E
Ellenll<lrger, Henrl F.: 109.
164, 169, 172, 180, 183, 184. 195, 196, 200,
230 , 232, 247 , 248, 249, 250. 259,265 , 268,
286, 287, 293, 294, 299, 300, 301.
Espaze, André: 322. Frledman-L.awrence, Huguette: 82, 85 .
Eateraon, Aaron: 110, 112. Fr loux , Claude: 190, 191, 192.
Ey, Henrl: 8, 25, 44, 58, 59, 103, 104, 107, 108 ,
109, 110, 115 ,1 22, 125,1 50,194 , 255.
Ey, Henry: 106.
G
Gagey, Jacquea: 167 , 168, 169.
F
Fachlnelll, Elvlo: 162.
Galllmard, Gastón: 235, 236.
Gandhl, Mahatma: 111, 112.
Faladé, Solange: 48, 62 , 70, 79, 82, 182, 183, Gandlllac, Maurlce de: 117.
193, 194,300 , 302, 303,312,3 14,316 , 317, Gantheret, Franc¡ola: 136.
319, 322,324,333 , 341. Garaudy, Roger: 15.
Fanon, Franz: 202. Gaaquerea, ~velyne-Anne: 94, 95.
Faure, Edgar: 157, 165, 166, 168, 171. Gauchet, Marcel: 289, 290.
Faure, Henrl: 167. Gaulle, Charles de: 47, 61, 166,1 82, 231.
Faure, Jean: 88. Geahchan, Oomlnlque: 67 .
Favez, Georges: 167, 233 , 240. Gemelll, Agostlno: 162.
Favez-Boutonler, Jullette: 166, 167, 168, 169, Genet, Jean: 119.
230, 133, 240. Genette, Gérard: 147.
Favreau, Jean: 199, 203. George, Fra90la: 253, 254, 264.
Favret-Saada, Jeanne: 248, 249. Georgln, Robert: 181.
Fay, Víctor: 205. Glrard, René: 19, 38, 41 .
Faye, Jean-Plerre: 155, 156. Glraud (general): 231.
Fédlda, Pierre: 116, 167,168 , 169. Glroud, Fra90la: 158.
Felnberg, Vfctor: 122, 258. Glaaelbrecht, André: 155.
FeJto, Franc¡ola:104. Gltelaon, Maxwell: 230, 231 .
Felman, Soahana: 145. Glouzman, Semlon: 121.
Ferdlere, Gaston: 126. Godard, Jean -Luc: 53, 105.
Ferenczl, Sandor: 206 . Godel , Kurt: 36, 43, 45, 177.
Ferré, Leo: 53 . Godeller, Maurlce: 294 .
Flnzl, Sergio: 162. Goldmann, Pierre: 253 , 288.
Flnzl· Ghlal, Virginia: 162. Goldateln, Kurt: 115 .
Flazlewlcz, Pierre: 82. Gonz"ez, Gloria: 48 , 266,268,277 . 287, 288-
Fl-llere , Robert: 156, 157, 158. Gorog, Jean.Jacques: 191.
Flleaa, Robert: 22.
Goaset, Renaude: 82 , 85.
232
Flournoy, Théodore: 20, 161. Granoff, Wladlmlr: 17 . 34,182 , 230, 23 1• ·
Fontalne, André: 253. 233, 238 , 239 , 240, 253, 255, 256, 29l, 3()5.
Forreater, John: 237.
Gratlot-Alphand6ry, Hél6ne: 58, 168 . 3,
Foucault, Mlchel: 9, 1O, 11, 15, 18, 28, 38 , 39 , 7 15
GrHn, André: 11, 19, 21, 67, 106 , 10 '
40, 47, 65, 99, 109, 119, 122, 148, 149, 156,
202,203,235,255 , 289 , 293-
158, 171, 235, 245, 273.
Grlgorenko (general): 120, 121, 124.
352
Indice Alfabético
H
Halter, Marek: 164.
Kloaaowakl, Pierre: 156.
KoJeve,Alexandre: 44, 182, 299.
Kouygu ln, AJekae'i:121.
Halle, Morrla: 32 . Koaterln: 121.
Hana (caao de l pequeño): 114. Koupernlk, Cyrllle: 126.
Hegel, G.W.F.: 24, 46, 299. Koyré, Alexand re: 36.
Heidegger, Martln: 20, 104. Krloteva, Juli a: 55, 146, 147, 148, 149, 156, 157,
Henry, Paul: 151. 158, 159, 161, 162.
Herbert, Thomas: 15 1.
Heanard, Ange lo: 79, 103.
Heuyer, Georgea: 107.
Hlpóerateo: 124.
Hlrsh, Élle: 298.
Hlrah, Hyaclnthe: 298.
L
L.abln, Ju llette : 246, 247, 248, 249, 266, 267.
Hofoteln, Francia: 50, 82, 85. L.acan, Jacquea: 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15,
Hlllde rlln, Frledrlch: 2 1. 16, 17, 18, 19, 20, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 30,
Horney, Karen: 46, 130, 134. 32, 33, 34, 35, 37, 38, 39, 40,41 , 42, 43, 44,
Houdeblne, Jean-Louls: 155, 159, 161. 45, 46, 47, 48, 49, 50. 5 1,52,53, 54, 55, 56.
Huoaerl, Edmund: 12, 20. 57. 58,60,62 . 63, 64, 65,66,67 , 68, 69, 70,
Hyppollte, Jean: 38, 253 . 7 1. 72, 73, 74, 75, 76, n. 78. 80, 81, 82, 84,
85,86,87,88 , 89, 90,9 1,92,93 , 94, 95. 96,
98, 99, 102 , 105, 110. 112, 114 , 114, 116 ,
117, 122, 132, 134, 135. 136, 148, 147, 148,
1
lrlgaray, Luce: 52, 62, 78, 144, 145, 172, 187,
149, 150, 151, 152, 153, 156, 157, 158, 159,
160, 161, 162, 163, 164, 171, 173, 174, 175,
116. 1n, 178, 179, 180. 181, 182. 183, 184,
185, 186. 187, 188, 189, 190, 191, 192, 193,
191. 194, 195, 196, 197, 198, 199, 202, 230,231 ,
lsralll, Luclen: 62 , 72, 82 , 283 .
312,233 , 235 ,2 37, 238, 239,240,241 , 242,
243,244 , 245,246 , 247 , 248,249,251,252,
253, 254,255,256,257,258 , 259, 260, 261,
262 , 263.264 , 265,266,267,268,269 , 270,
J
Jaccard, Roland : 253 , 289. 305 .
271, 272,274 , 276,278 , 279, 281,282,283 ,
284, 285, 287,288,298 , 299,300,302 .
Lacan, Judit (ver Mlller): 47, 66, 150, 171, 172,
Jacquot, Benolt: 181.
Jakobaon, Roman: 25 , 32 , 33 , 44, 104, 253 ,
174,175 , 260,284 , 288.
Lacan, Marc-Fran~ls: 287 .
256. Lacan, Slbylle: 288.
Janet, Pierre: 152, 161, 168.
Lacan, Sylvla: 288.
Jau•••. Jean: 290 .
Lalorgue, Ren6: 2 1, 305 .
JNnglrard, Ctaude: 85, 119.
Lagache, Danie l: 8 , 103 , 134 , 152 , 165 , 166 ,
Jonea, Erneat: 74, 112, 113, 128, 131, 134, 195 .
167, 169, 230 , 231, 232,233 .
Joaeph, Edward: 256
353
Indice Alfabé tico
N
Nacht, Sacha: 8, 59, 103, 107, 194,196,23 1.
Prleur , Domlnlque : 164.
Prouat, Marce l: 116.
Pu)ol, Robert : 239, 249.
Naaall, Jacquea: 172, 183, 256, 258, 266.
Nemo, Phlllppe: 164.
IMyraut, Mlchel: 67 . .
Nleoud, Gérard: 273.
Nietzsche, Frledrlch: 14, 23, 116.
Nlmler, Nadlne: 256.
Q
Oueneau , Raymond: 82, 177, 182.
Nobécourt, Jaeques: 256.
R
o
On19uea, Edmond: 93.
On19uea M.ari.-~Ue: 93.
Ral>ant, Claude: 172, 184, 185, 186,1 89,252 ,
262, 264, 266, 272.
Ral>lnovleh, Diana: 262.
Racamler, Paul: 290 .
Oury, J~an: 82, 84, 114, 118, 119, 162, 164,
Raelne, Jean: 21. 22.
183,274. Ralnbault, Glnette: 64, 112, 113, 248, 249, 250,
Ouznedz,, Dtmltrl: 254.
256.
Ranclere , Jacqu ea: 11. 15. 17.
Rank, Otto: 46, 205.
p
Parlaot, TIIM•ae: 92, 282-
Regnault, Fran~ola: 17, 30.
Regnaut, M.aurlee: 155.
Releh, Wllhelm: 15, 46, 114, 115, 118, 145, 305.
Revel, Jean-Fran90la: 46.
Paaehe, Franela: 67.
Rey, Jean-Mlehel: 253.
Pkhew<, Mlchel: 152,256.
Rlt>ettea, Jean-Mlchel: 54.
Npln, Nlcole: 250.
Rlcoeur , Jean-Paul: 25,296.
f>trec, o.o,gea: 150.
355
Indi ca Alfabético
s
Sacher-Maaoch, Leopold von: 116 .
Sacie, D.A.F., marqué, de: 146, 148.
Toaquellea, Fran~la: 113 .
To ataln , René: 52 , 89, 90, 1 13 , 172 , 186, 187,
188, 191, 252.
Trenet, Charlea: 117.
Trepper, Leopold: 64 , 254 , 266.
Salouan, Mouatapha: 25, 48, 64, 78, 79, 83, 88, Trotakl, l.éon: 263 .
92 , 182, 248 , 249, 25 1, 274 , 277 , 283 , 264, Turquet, Pierre: 59, 77, 79, 113, 230 . 231, 232,
295,304 . 233 .
Sarajov, Andrel: 125. Tzouladzé, Serge: 254 .
Saprlel, Guy: 282 .
Sartr e, Jean Paul: 46, 47, 52, 53, 74, 119, 145,
171, 237.
Sauaaure, Raymoncldo: 18 , 25, 32, 47, 202.
Scarpetta, Guy: 159.
Schlumberger, Marc: 103 , 195, 254.
V
Valabrega , Jean-Paul: 27 , 28, 62, 67. 68, 69,
Schnelder, Mlchel: 236.
70, 78, 79 , 85 , 94.96 , 97 , 98, 171.255 , 294-
Schneldermann, Stuart: 191.
Van der LMuw, Plewr J.: 230 , 23 1.
Schotte, Jacquea : 62.
Vaaaa, Denla: 193,260,261.
Schr-r (caao): 73 .
Sebag, Luclen: 17, 18. Verdlgllone, Armando: 16 1, 162, 163 , 164, 256-
Vergote, Antolne: 25 .
Sachehaye, Albert: 182.
Sédat, Jacquea: 294, 302. Vernant, .lean-Pierre: 19, 236 .
Seilé : 172. Vldela (general); 126.
Sempé, JMn-Claude : 201, 202. Vlderman, Serge : 67, 200, 202.
Serrea, Mlchel: 19 . Vlllegler,Jean-Ma r le: 17.
Séve, Luclen: 151, 152, 153, 154, 256 _ Vine!, Leonardo da: 163.
Sllveatre, Mlchel: 260 , 271, 276, 279 _
Slmatos, Chrlatlan: 62, 65, 70 , 79 , 87 , 186 203
2 52,26l , 262, 263 , 266, 270, 274, 282, 284 . .
356
Indice Alfabf!lico
357
Indice Temático
INDICE
Capít ulo 11 Sunset Bou levard : m iserias y esplendores del movimie nto de protesta 101
l. El gran ocaso de la psiquiatría dinámica 101
11. Histor ias de mujeres 128
. Frente Rojo y anos candentes
111 146
287
Epílogo
291
Cien anos de psiCoanálisis: balance
310
Abrev iaturas
313
Notas bibl iográficas
334
Anexos
349
Indice Alfabét ico
368
Indice Temático
Elisabeth Roudinesco
LA BATALLADE CIEN AÑOS
Historia del psicoanális is en Francia. Vo l. 1 (1885-1939).
Historia del psicoanálisis en Francia. Vo l. 11 (1939-1981).
"La batalla de cien años " se lee como una novela histór ica de múltip les tramas y
en la cual la dens idad de inform ación es excepcional. Los psicoa nalistas y psi-
quiatras no tienen siempre el rol pr incipal . Se cruzan también los escritores y los
personajes de nove las. Como si un trabajo nove lesco hub iera sido ind ispensa ble
para dar a los arch ivos una forma v iabl e. No es por casual idad si esta histor ia está
com o se dice "bien escrita". La transparenc ia y la pr ecisión de estilo, adem ás del
placer del texto que propor cio nan, parecen ind isociables, en la trayectoria de
Roud inesco , de una manera de escribir la histor ia que no la encierra sobre ella
misma.
Al té rm ino de esta monumenta l encuesta sobre los avatares de un ma lentendido
se entiende qu e si el "ps icoanálisis a la frances a" ha ten ido necesidad de "una
vuelta a Freud" tal como la intentaba Lacan, es por que Freud había sido siempre
para él, en el sentido fuerte del térmi no, un extr año. A su manera lo que ha inten -
tado Roudinesco es una vu elta a los orígenes y se le puede estar agradecidos po r
haber desentrañado un ov il lo tan denso . " La batalla de cien años" es un tour de
force".
Catherine David
Le Nouvel Observateur
"El t rabajo de E. Roudinesco constituye una mag istral histor ia de la introd ucció n
del psicoanál isis en Francia y por lo mismo una contribución totalmen te inédita a
la histor ia de las ciencias humanas".
Arnau d Spire
L'Humanité
"Su estilo vivo y co lorista se empa reja muy bien con la ciencia in nata de los me-
canismos que vue lven tan cautivadora esta novela fam iliar.
Jacques Nobecourt
Le Mond e
_,..____________________________ ______
.
colección@TII]s~@Tifil
seriePSICOLOGIA
EDITORIAL
FUNDAMENTOS