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Antonin Carême
En las postrimerías del siglo XVIII era una práctica corriente el abandono de niños,
que, sin recursos, formación ni recomendaciones, se veían abocados a
agotadores, insanos y apenas remunerados trabajos, o a la mendicidad o la
prostitución. Sin embargo, la fortuna sonrió a nuestro Carême: después de errar
por las calles durante todo el día, la noche le sorprendió cerca de una taberna, La
Fricassée de Lapin, en el mismo barrio de Maine. El tabernero se apiadó de él, y le
ofreció hospitalidad por esa noche. A la mañana siguiente, le sugirió que trabajara
como marmitón en la cocina de la taberna, a lo que Carême accedió encantado.
Hay que suponer que fue en ese figón donde Carême descubre y perfecciona sus
talentos e instintos para la cocina, porque a los 16 años, en 1799, entra a trabajar
de aprendiz en Chez Bailly, el pastelero más importante de París. La habilidad y
disposición del joven Carême no pasan desapercibidas para su patrón, que le
anima y autoriza para que, cuando no haya excesivo trabajo, acuda a la sección
de grabados de la Biblioteca Nacional y examiné los diseños y grabados
arquitectónicos que allí se custodiaban. Carême no sabía leer ni escribir, y
aprende solo, peleándose con los textos de las obras de Palladio y Tertio.
Carême demuestra un inusitado talento para el dibujo y la arquitectura, y los
conocimientos que adquiere los traslada a su trabajo pastelero, ejecutando
espectaculares montajes, reproduciendo en azúcar las grandes obras
arquitectónicas. Estos montajes hacen famosa la pastelería de Bailly, que recibe
encargos de todas partes, para poder admirar esas espectaculares
construcciones.
En este período, que va de los años 1803 a 1814, Carême continúa con sus
innovaciones en la pastelería, y se perfecciona de manera extraordianria en el arte
de la cocina, trabajando junto a los grandes cocineros de la época.
Aquellos a los que el propio Carême considera sus maestros son : Lannes para los
manjares fríos, Richaud para las salsas, y sobre todo, Bouchet, el cocinero de
Tayllerand y Laguipierre, cocinero de Murat.
El zar Alejandro I. Alejandro I, zar de Rusia (1801-1825). Al comienzo de su
mandato fue un liberal convencido, que redactó una constitución e instituyó la
separación de poderes. No obstante, tras la derrota de Napoleón, y asustado por
la fuerza de los movimientos revolucionarios, se convirtió en uno de los monarcas
más reaccionarios de Europa.
En 1816 Carême parte a Inglaterra, para dirigir las cocinas del principe de Gales, a
la sazón regente de Inglaterra, y que reinaría posteriormente con el nombre de
Jorge IV.
Carême escribe libros de cocina, pero escribe unas obras que suponen una
superación de los recetarios y tratados de cocina escritos hasta entonces. En sus
obras encontramos un espíritu didáctico, clasificador y sintetizador del arte de la
cocina como no se había conocido hasta entonces. Las distintas partes de su
monumental “Art de la cuisine française au XIXe siècle” se denominan “traité”, y
eso es lo que son: aunténticos tratados, que no se limitan a enunciar un rosario de
recetas, sino que analizan, clasifican y examinan todos los platos y alimentos. En
nuestros días, todavía permanece en vigor su clasificación de las salsas, o su
enciclopédico tratado de los potajes, por poner unos ejemplos.
La vida de Carême está llena de pasajes curiosos. Han llegado hasta nosotros a
través de su propia obra y de los escritos de gentes que trataron con él.
Destacaremos su especial relación con Talleyrand: Carême nunca fue un
empleado fijo de Talleyrand, pero era el cocinero favorito de este principe, (uno de
los más exquisitos gourmets de todos los tiempos) y era llamado como extra
siempre que se organizaba un banquete. El respeto y la admiración entre ambos
eran mutuos: Carême consideraba al principe el mejor de sus anfitriones y el
gastrónomo más entendido de todos los que trató, por su parte, Tayllerand
recomendaba a Carême como su cocinero favorito, que de este modo consiguió
sentar plaza en las cocinas de lo más florido de la nobleza europea.
Son numerosas las anécdotas que rodean los banquetes de Carême, la mayoría
relatadas por él mismo. Nuestra favorita es el demencial descontrol que rodeó el
Banquete de los Aliados, servido por Carême en 1815, en la llanura de Vertus.
Carême montó su cuartel general en una granja, y se hizo enviar desde París un
convoy de carretas con la vajilla y la mantelería, así como sendos rebaños de
vacas y corderos, fuertemente escoltados, para evitar el pillaje de las bandas de
cosacos saqueadores que pululaban por la zona. La principal preocupación de
Carême no fue, sin embargo, la precariedad de medios o la monstruosidad del
banquete, sino que los cuarenta cocineros que llevaba como ayudantes tuvieran
que dormir en la paja de un establo.
Carême ha sido nominado como “Le Dieu Carême”, “le Napoleon des fourneaux” o
“Le cuisinier des rois et le Roi des cuisiniers”, prueba suficiente de la admiración
que suscitaba entre los afortunados que disfrutaban sus creaciones. El 21 de junio
de 1894, París rindió homenaje a la memoria de Carême dando su nombre a una
de sus calles.Carême tuvo una relación muy especial con la arquitectura: desde el
temprano estudio de la sección de grabados de la biblioteca nacional, pasando por
los espléndidos y complejos grabados con que ilustró sus obras, hasta los trabajos
puramente arquitectónicos que publico, mostró un especial talento como
arquitecto. Carême dice que “las bellas artes son la pintura, la música y la
arquitectura, y la principal rama de esta última es la pastelería”. Los grabados y
diseños de Carême fueron estudiados y apreciados por los mejores arquitectos de
la época, que no dudaron del talento innato del genial cocinero para la
arquitectura.
He optado por poner las citas en un orden cronológico, de manera tal que
podemos analizar el comportamiento de la gente que escribía en relación a la
comida a través del tiempo. El seguimiento cronológico de esta página está
determinado por la fecha de deceso de la persona que pronunció “Su cita”, de esa
manera podemos verificar si alguna fue apropiada o acreeditada en épocas
posteriores por otro (lo que hoy llamamos plagio). Las “Citas” mencionadas en los
libros figuran con el año que se imprime ese libro o, en su variante, con la muerte
del autor del mismo (he optado por colocarlas de esa manera). Si a alguien se le
ocurre alguna forma de mejorarlo, humildemente gracias!!!.
Citas relacionadas
385 a.C.
“La vocación de la lengua, es la de conocer la verdad y expresarlo, y acceder a la
felicidad cuyas condiciones son la justicia y la templanza.”
Sócrates, en su respuesta a Gorgias. Gorgias es uno de los diálogos de Platón
correspondiente a su fase intermedia (388 a. C.-385 a. C.), que trata sobre la
retórica.
104
“Que tu glorioso husmo llegue a mis penates, que la leña arda en mi cocina como
en un día de fiesta. Pero mi cocinero deberá hacer uso de un montón de pimienta y
despilfarrar el falerno y el misterioso garum”.
Marco Valerio Marcial (40 - 104) con relación al jabalí.; poeta latino
S IX
“Le dio la gacela al cocinero, y le dijo: “Tómala y guísala.”
Obra Las mil y una noches (1ª a 10ª noche)
"Y Schakalik dijo ¡Oh! ¡Este dulce es una cosa soñada! ¡Cómo adora sus delicias
mi paladar! Pero se me figura que tiene demasiado almizcle.”
El anciano replicó: “¡Oh no, oh no! Yo no pienso que sea excesivo, pues no puedo
prescindir de ese perfume, como tampoco del ámbar. Y mis cocineros y reposteros
lo echan a chorros en todos mis pasteles y dulces. El almizcle y el ámbar son los
dos sostenes de mi corazón.”
Obra las mil y una noches (32ª noche)
1681
“El cocinero sin probar un bocado de los manjares que ha hecho, suele quedar
satisfecho de sólo haberlos guisado.”
Pedro Calderón de la Barca (1600 - 1681); militar y poeta español
1823
“Si alguien desea dedicarse al arte culinario debe acostumbrarse con tiempo al
orden, a la limpieza y a la puntualidad".
El Espíritu de la Gastronomía de José Koenig, Chef del verdadero autor, Carlos
Federico de Rumohr.
1826
“El descubrimiento de un nuevo plato es de más provecho para la humanidad que
el descubrimiento de una estrella”
Jean Anthelme Brillat-Savarin (1755 -1826), jurista francés
“Los animales pacen, el hombre come; pero únicamente sabe hacerlo quien tiene
talento. “
Les animaux se repaissent ; l' homme mange ; homme d' esprit seul sait manger.
Anthelme Brillat-Savarin. Les aphorismes culinatires - (éditions Champs Flammarion
p 19 et 20)
“Obligado el hombre a comer para vivir, la Naturaleza le convida por medio del
apetito y le recompensa con deleites. “
Le créateur, en obligeant l' homme à manger pour vivre, l' y invite par l' appétit, et l'
en récompense par le plaisir.
Anthelme Brillat-Savarin. Les aphorismes culinatires - (éditions Champs Flammarion
p 19 et 20)
“La apetencia es un acto de nuestro juicio, por cuyo intermedio preferimos las cosas
agradables. “
Anthelme Brillat-Savarin. Les aphorismes culinatires - (éditions Champs Flammarion
p 19 et 20)
“El placer de la mesa es propio de cualquier edad, clase, nación y época; puede
combinarse con todos los demás placeres y subsiste hasta lo último para
consolarnos de la pérdida de los otros. “
Le plaisir de la table est de tous les âges, de toutes les conditions, de tous les pays
et de tous les jours ; il peut s' associer à tous les autres plaisirs, et reste le dernier
pour nous consoler de leur perte.
Anthelme Brillat-Savarin. Les aphorismes culinatires - (éditions Champs Flammarion
p 19 et 20)
“Los que tienen indigestiones o los que se emborrachan no saben comer ni beber.
“
Ceux qui s' indigèrent ou qui s' enivrent ne savent ni boire ni manger.
Anthelme Brillat-Savarin. Les aphorismes culinatires - (éditions Champs Flammarion
p 19 et 20)
“El orden que debe adoptarse para los comestibles principia por los más
substanciosos y termina con los más ligeros. “
L'ordre des comestibles est des plus substantiels aux plus légers.
Anthelme Brillat-Savarin. Les aphorismes culinatires - (éditions Champs Flammarion
p 19 et 20)
“Para las bebidas, el orden que debe seguirse es comenzar por las más ligeras y
proseguir con las más fuertes y de mayor aroma. “
L' ordre des boissons est des plus tempérées aux plus fumeuses et aux plus
parfumées
Anthelme Brillat-Savarin. Les aphorismes culinatires - (éditions Champs Flammarion
p 19 et 20)
“Es herejía sostener que no debe cambiarse de vinos; tomando de una sola clase
la lengua se satura, y después de beber tres copas, aunque sea el mejor vino,
produce sensaciones obtusas. “
Prétendre qu' il ne faut pas changer de vins est une hérésie ; la langue se sature ;
et après le troisième verre, le meilleur vin n'éveille plus qu' une sensation obtuse.
Anthelme Brillat-Savarin. Les aphorismes culinatires - (éditions Champs Flammarion
p 19 et 20)
“A cocinero se puede llegar, empero con el don de asar bien, es preciso nacer. “
Anthelme Brillat-Savarin. Les aphorismes culinatires - (éditions Champs Flammarion
p 19 et 20)
“La dueña de la casa debe tener siempre la seguridad de que haya excelente café.
Y corresponde al amo cuidar que los vinos sean exquisitos. “
Anthelme Brillat-Savarin. Les aphorismes culinatires - (éditions Champs Flammarion
p 19 et 20)
1833
“Richaud duplica mi actividad hablándome del gran Feuiller, desde el primero de
enero hasta el 31 de diciembre su pastelería es exquisita”.
Marie Antoine Carême (1783 - 1833) en su obra “La pastelería real”; chef francés
“Las bellas artes son cinco, a saber, la pintura, la escultura, la poesía, la música y
la arquitectura, la cual tiene como rama principalísima, la pastelería”.
Marie Antoine Carême (1783 - 1833) en su obra “La pastelería real”; chef francés
“Lo que nosotros no supimos de Carême, era que él nos enseñó a comer”
“Se consumió, quemado a la vez por las llamas de su genio y el fuego de sus hornos”
Laurant Tailhade, en sus citas referidas a Marie Antoine Carême.
“En el horno todos nos movemos con velocidad, ni un sonido se oye, sólo el del
Chef que tiene derecho de palabra, y a ese, el sonido de su voz, todos
obedecemos”.
Marie Antoine Carême (1783 - 1833) en su obra “La pastelería real”; chef francés
1838
“Los platos sobre los que se habla parecen mejores”
Alexandre Balthazar Laurent Grimod de La Reynière (1758 - 1838); periodista y
escritor culinario
“El postre tiene que ser espectacular, porque llega cuando el gourmet ya no tiene
hambre”
Alexandre Balthazar Laurent Grimod de La Reynière (1758 - 1838); periodista y
escritor culinario
1955
“No se puede cocinar bien si no se pone en ello el corazón, dado que, por encima
de todo se trata de que reinen en torno a la mesa sentimientos de amistad y de
fraternidad”
Fernand Point (1897 - 1955); chef francés
1956
“El cemento armado es una musa honesta y útil, y quizá en manos de un arquitecto
genial sería admirable; pero cuando se desmanda y se siente atrevida, como una
cocinera lanzada a cupletista, hace tales horrores, que habría que sujetarla y llevarla
a la cárcel”
Pío Baroja (1872 - 1956); escritor español
1983
“El cocinero no es una persona aislada, que vive y trabaja sólo para dar de comer a
sus huéspedes. Un cocinero se convierte en artista cuando tiene cosas que decir a
través de sus platos, como un pintor en un cuadro”
Joan Miró i Ferrà (1893 - 1983); pintor, escultor, grabador y ceramista español
1990
“La gran protagonista es la materia prima, nuestro cometido como cocineros debe
ser no estropearla”
Alain Chapel (1937 - 1990); chef francés
2012
“El explicito y voluntarioso elogio de la creatividad acaba produciendo más cretinos
que creadores, porque pensar que la creatividad se encuentra en la radicalidad es
un error colosal”
Santi Santamaría (1957 - 2012); chef español
“Cada vez creo menos en los abusos de la tecnología y en los efectos especiales
en la cocina” Charlie Trotter
“Egiten baduk beharra jango duk ogia” (Si actúas bien, si haces el bien comerás
pan)
“El cocinero no es una persona aislada, que vive y trabaja sólo para dar de comer
a sus huéspedes. Un cocinero se convierte en artista cuando tiene cosas que
decir a través de sus platos, como un pintor en un cuadro” Joan Miró
“Es más fácil acertar si los sabores no son ni muy fuertes ni demasiado suaves. Su
justo punto”
“Las recetas no son exactas, son orientativas. Hay que adaptarlas a cada uno”
“Los alimentos no basta con que sepan a lo que son, sino que han de saber tal
cual son y, además han de preservar su textura propia” Joël Robuchon
“Los delicados son desgraciados porque nada les parece bien” Jean de la
Fontaine
“Los platos sobre los que se habla parecen mejores” Alexandre Grimod de la
Reyniere
“Nada puede causar mayor placer a los ricos de hoy, que comer como los pobres
de antaño” Michel Charasse (Ex ministro de Francia)
“No se puede cocinar bien si no se pone en ello el corazón, dado que , por
encima de todo se trata de que reinen en torno a la mesa sentimientos de
amistad y de fraternidad” Fernand Point
“Siempre tenemos que tener lamente abierta a nuevos cambios” J.M. Arzak
“Una cosa es copiar y otra aprender de las cosas buenas que hacen los
demás” J.M. Arzak
"No se puede cocinar bien si no se pone en ello el corazón,dado que, por encima
de todo se trata de que reinen en torno a la mesa sentimientos de amistad y de
fraternidad" Fernand Point
"El mejor banquete del mundo no merece ser degustado a menos que se tenga
alguien para compartirlo" (Groucho Marx)
Qu Hao:
“Siempre digo a mis jóvenes alumnos que para llegar a ser un gran cocinero
nunca hay que dejar de aprender”
“La cocina local (*) debe absorber las experiencias de otros países, pero nunca se
puede olvidar la esencia de tu propia gastronomía”
(*) en la frase original dice “cocina china”, pero lo he cambiado por local.
Gastón Acurio:
“Para mí ser cocinero implica formar parte de una sociedad que debe, por medio
de los fogones, cambiar el mundo”
“Los cocineros somos a nivel mundial un gran ejército, capaz de librar las más
hermosas batallas para hacer felices a aquellos que comen lo que cocinamos”
Guillermo Rodríguez:
“Una cocina bien hecha es aquella en el que el pescado y las carnes están en su
punto, las verduras al dente y las salsas son livianas. Es decir, que los sabores
sean puros y delicados”
Álex Atala:
Gabriel Kreuther:
“La diferencia entre los artistas del MoMA y lo que aquí hacemos los cocineros es
que nosotros volvemos a empezar cada día, y a ellos les basta ser buenos una
sola vez”
Yannick Allenó:
“La cocina española es una cocina de emociones que enamora, pues sus chefs
defienden y tratan sus productos con cariño”
Alain Dutournier:
Hermanos Pourcel:
“Un chef es alguien que va más allá de la cocina, que traslada un mensaje.
Primero, su personalidad; luego, su cocina. El alma de nuestra cocina es el
Mediterráneo”
“En cada país hay una cultura unida a la cocina y yo quiero, a través de ella, ser
partícipe de esa cultura de país”
Pierre Gagnaire:
“Comparo el trabajo de alta cocina con el de una figura del toreo. Cada vez te
juegas todo a cara o cruz. Pones el corazón, tu pasión y oficio pero hay
imponderables para el torero, el toro pero también el viento y el público; los
productos, un error del equipo de sala un mal día y también el público, en el
caso del chef”
Dani García:
“Hago una cocina cien por cien andaluza porque Andalucía merece la pena ser
cocinada”
Kisko García:
“Para mí, la cocina no es algo metódico, sino que tiene que ver con los
sentimientos. Es algo espiritual y artístico”
Ángel León:
Paco Roncero:
“El amor que sentimos por la cocina es lo que nos motiva a hacer cosas y
evolucionar, siempre con coherencia, que es algo que muchos han perdido por el
camino”
Pedro Subijana:
“Creo que la experiencia consiste en dar siempre un paso más allá de lo que en
ese momento tú crees que es lo mejor”
Carme Ruscalleda:
En el siglo XIX el chef Antoine Careme clasificó las salsas en cuatro categorías,
cada una de ellas la denominó salsa madre. Las cuatro salsas madre de Carême
eran:
Béchamel
Española
Holandesa
Mahonesa
Pomodoro
Velouté
Carême tenía seis años cuando tuvo lugar la Revolución Francesa. Se crió
en una familia pobre; su padre lo abandonó en la calle cuando tenía 8
años y se refugió en un restaurante en el que empezó a trabajar como
ayudante de cocina, iniciando así su carrera. En 1798 se incorporó a la
confitería del cocinero Bailly, la primera y más famosa pastelería de París.
Mientras estudiaba allí el arte de la pastelería, aprendió a leer y adquirió
un interés por la arquitectura que más tarde manifestó en sus creaciones,
ya que diseñaba y elaboraba pasteles de trazado arquitectónico con
diferentes masas o pastas, frutas en conservas, cremas y sorbetes.
Su obra gastronómica
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=careme-antoine-marie
http://angelicasoler41.blogspot.com/2011/02/historia-de-la-salsa.html
https://bocadosdecultura.wordpress.com
www.recetasalsas.com
www.historiacocina.com
9OCT
Arriba. Abajo. Al lado. O por todas partes. Para ensalzar virtudes o tapar defectos,
la historia de la gastronomía, la percepción que tenemos de platos de todo el
mundo sería radicalmente diferente sin las salsas que los acompañan.Podría
decirse que son el alma de los platos, el as en la manga que chefs de todo
tiempo y lugar han sacado para saciar la infinita curiosidad de los comensales por
conseguir nuevos estímulos, nuevos matices de un simple trozo de carne, pescado o
verdura. Hasta tal punto es así que se han erigido en verdaderos signos de
identidad de las gastronomías locales… porque, ¿sería igual la comida de
México sin sus moles, la de Japón sin su soja o la de Francia sin su
mostaza?
Son infinitas las salsas que cocineros o personas anónimas han creado (o
improvisado) en todo el mundo. Algunas no pasaron de una solución de urgencia.
Otras alcanzaron fama mundial. En esta sección que hoy inauguramos
recorreremos algunas fórmulas de éxito, cuyos usos e ingredientes nos
hablan de una forma de entender la cocina, pero también de una forma
de entender el mundo.
Pocas culturas han reflexionado tanto sobre el papel de sus salsas, sus ingredientes
o los alimentos a los que debían acompañar como la francesa. Desde la Edad
Media, sus grandes cocineros se han esmerado en elevar los platos con sus
untuosas creaciones. Pero fue en el convulso y racional Siglo de la Luces
cuando toda esa experiencia comenzó a dar sus frutos. Mientras que
algunos peleaban por acabar con los poderes divinos del monarca y otros discutían
sobre la maldad o bondad del ser humano, en las grandes cocinas francesas se
reflexionaba, y mucho, sobre sus salsas.
Sin duda, uno de los grandes precursores de esta reflexión fue el cocineroFrançois
Marin, que en pleno siglo XVIII se erigió en un verdadero defensor de las salsas
como elemento culinario base. Para él, el bouillon (caldo) de carne era el “alma de
la cocina” y la clave para un plato profundo y contundente. Eso sí: dotar de esa
alma a los platos salía por un ojo de la cara. Como comentaba con ironía por esas
mismas fechas la autora inglesa de libros de cocina Hannah Glasse, para hacer
las salsas francesas se necesitaba más carne que la que iba a acompañar. Ingleses y
franceses siempre hermanados, también en la cocina.
La herencia de Marin fue profunda en toda Francia. Pero si alguien tomó sus
enseñanzas y logró sistematizarlas ese fue el chef Antonin Carême (1784-1833),
entre cuyas muchas aportaciones habría que destacar la expuesta en su obra El
arte de la cocina francesa en el siglo XIX: la necesidad de organizar las
posibilidades que Marin había previsto, clasificando las salsas de la época en cinco
familias, cada una encabezada por una salsa básica a partir de la cual surgían
infinitas variantes.
El libro que cambió la historia de la salsas en occidente
Según Carême, había cinco salsas básicas o “madre”: la llamada salsa
española, hecha a partir de caldo pardo (vaca, ternera), roux (mezcla de harina y
una grasa) pardo y tomates; la velouté, preparada a partir de caldo blanco (pollo,
pescado) y roux amarillo; la salsa bechamel, hecha con leche y rouxblanco;
la salsa holandesa, formada por mantequilla, huevo, zumo de limón o vinagre; y
la salsa mayonesa, hecha con aceite, huevo, vinagre o zumo de limón. A partir de
estas fórmulas básicas, Carême proponía una infinidad de salsas, algunas de las
cuales alcanzaron una enorme fama dentro y fuera de Francia a lo largo del siglo
XIX y principios del XX.
Salsa española
Por ejemplo, con la base de la salsa española y distintos tipos de vino podían
prepararse salsas como labordalesa, la lionesa o laRobert. A partir de
lavelouté se creaban salsas como la alemana(añadiendo yema de huevo y setas) o
la famosasuprême (con caldo de pollo, nata y mantequilla). A partir de una
sencilla bechamel surgían salsas delicadas como la Mornay(con queso y caldo de
pescado o pollo). La salsa holandesa se transformaba en una salsa muselina al
añadirle nata montada. O la adición de pepinillos, alcaparras, mostaza y anchoas a
una buena mayonesa daba lugar a la míticasalsa rémoulade.
Carême sentaba con este sistema uno de los pilares esenciales de la cocina moderna
francesa, que contó con eminentes seguidores como Auguste Escoffier, para el
que las salsas representaban la partie capitale de la cocina patria. “Son ellas”, decía
Escoffier, “las que han creado y mantenido hasta hoy la preponderancia universal
de la cocina francesa”.
Salsa mayonesa
Paradójicamente, el reinado de las salsas que Francia extendió por medio mundo
con cucharón de plata comenzó a desmoronarse dentro de sus propias cocinas. Al
igual que escritores y cineastas se rebelaban contra sus maestros, los cocineros
franceses de los años sesenta decidieron poner fin a los excesos de una cocina
compleja, barroca y que había dejado a las salsas un papel excesivo en el plato. Por
ello, cuando en 1976 los periodistas Henri Gault y Christian Millau publicaron los
diez mandamientos de la nouvelle cuisine no se olvidaron de ellas y
concluyeron“Eliminarás las salsas pardas y blancas”. A pesar de esta
condena a muerte, Bocuse, Guérard, Troisgros y compañía no quisieron o no
pudieron darles el golpe de gracia y optaron más por la contención que por su
eliminación, empleando técnicas más ligeras como la reducción o las espumas, o el
espesado con yogur y queso fresco.
A pesar del golpe, las salsas francesas de toda la vida no habían dicho su última
palabra. La cocina popular, a veces terca y fiel a las costumbres, no ha dejado que la
clasificación de Carême caiga en el olvido y sus fórmulas siguen siendo
imprescindibles para comprender infinidad de platos del mundo occidental. Sin ir
muy lejos, ¿qué sería de los españoles sin la deliciosa bechamel de sus
croquetas o sin una buena ensaladilla rusa coronada por una brillante
capa de mayonesa?
Cocina holística: la vida y el aporte de Auguste Escoffier Por: Valentina Inglessis.
En la próxima secuencia de artículos relacionaré la cocina con temas que van desde la
tecnología, pasando por historia, arte, poesía, literatura, deportes, agricultura, geografía,
espiritualidad, arquitectura, diseño, sociología, ciencias, medios de comunicación,
economía, salud (haciendo énfasis en la visión de la tradición antigua China sobre la
alimentación) e incluyendo recetas , tips de cocina, entrevistas y muchas sorpresas más.
Este genio de la cocina es considerado el Chef de Chef y fue quien redefinió la cocina
francesa, reduciendo a elementos esenciales la estructura elaborada de la haute
cuisine heredada de Carême. La situación de su época era distinta a la de la época de
Carême, pues ya los restaurantes eran los líderes de la buena mesa. Para esta época los
grandes cocineros ya no trabajaban en casas privadas, al contrario la gente adinerada asistía
a los grandes restaurantes. Escoffier lideró las cocinas más finas en ciudades como París,
Londres, Cannes, Montecarlo y Niza.
Escoffier eliminó por ejemplo las guarniciones exageradas que aún sobrevivían del siglo
XVIII, sustituyéndolos por vegetales cocidos de una manera simple y con un punto de
perejil, insistiendo en que TODO LO QUE SE PONE EN UN PLATO DEBE SER
COMESTIBLE. También eliminó las grandes decoraciones que buscaban sobre todo
impresionar, pues según él promulgaba la “COMIDA DEBE VERSE COMO
COMIDA”. Aborrecía el exceso de sabores y proclamaba en su lugar el perfecto balance
entre pocos pero excelsos ingredientes.
Rápidamente Escoffier se dio cuenta que su filosofía de simplificación estaban marcando
un desarrollo y no un atraso en el arte de cocina, tenía claro que una apariencia simple no
implicaba una pérdida en el valor de un plato, al contrario, pensaba que la cocina debía
evolucionar en base a la evolución de la sensibilidad a los sabores. Una de sus máximas
era: “sobre todas las cosas, manténgase simple “
El año 1902 es un año clave en la historia culinaria pues se publicó el primer libro de
Escoffier, Le Guide culinaire. Este maravilloso compendio resume cerca de 5,000 recetas y
guarniciones. Comenzando por los fondos, salsas básicas y masas, Escoffier construyó el
libro como en grandes ladrillos que forman los excelentes platos por los cuales él y sus
cocineros se hicieron famosos. Según el mismo este libro era “una herramienta y no un
libro”, no estaba previsto como una guía para la cocina privada. Escribió muchos libros más
como Le Livre des menus (1912) y Ma cuisine (1934) y participó como autor prestigioso en
la elaboración del Larousse gastronomique.
Una de las grandes innovaciones de Escoffier fue la planificación del menú: la sustitución
del servicio a la francesa, que simultaneaba todos los platos en la mesa para que los
comensales se sirviesen, por el servicio a la rusa, consistente en ofrecer consecutivamente
un plato para cada comensal siguiendo el orden prefijado en el menú. Otros aportes fueron:
La elaboración de la primera carta de un restaurante; la elaboración de normas estrictas de
manipulación e higiene de los alimentos; la reducción del número de platos que constituían
un menú; la simplificación del trabajo en la cocina, que era realizado por una brigada
dirigida por el chef, compuesta a su vez por diferentes partidas de cocineros mandadas por
un jefe y un aporte muy importante: la inclusión preferente de los alimentos en la carta
según la estación del año.
Escoffier se retiró a Monte Carlo cuando tenía 73 años para reunirse y descansar con la que
era su esposa.
A los trece años, Auguste fue mandado a Niza, donde su tío había fundado “Le
Restaurant Francais”, un lugar que perduró hasta 1910. La vida en la cocina era
muy dura en esa primera etapa y el tío de Escoffier no le otorgó ningún tratamiento
especial. Aparte de cooperar en la cocina, Auguste tuvo que ayudar en la casa,
eligiendo y comprando las provisiones y coordinando el servicio.
Cuando Escoffier tuvo diecinueve años, el propietario de “Le Petit Moulin Rouge”,
el restaurante de moda de París, lo conoció durante una visita a Niza y le ofreció
incorporarse a su equipo. Allí permaneció el joven Escoffier hasta que fue
reclamado para la guerra entre Francia y Prusia, donde ejerció como jefe de
cocina.
Fueron esos días de guerra los que obligaron a Escoffier a investigar muy
seriamente sobre la necesidad de preparar comida preenvasada. Era el primer
cocinero en estudiar en profundidad la técnica de envasar carne, vegetales y
salsas. Después de la guerra, regresó a “Le Petit Moulin Rouge” donde conservó
su cargo hasta 1870. Continuó con importantes trabajos desde el “Palais Royal”
hasta “La Maison Maire”, ambos en París y en 1880, contrajo matrimonio con
Delphine Daffis, la hija de un editor de quien tuvo dos hijos y una hija. A ella le
debemos la inclinación literaria de Escoffier, ya que él le escribía poesía, ella
contribuyó en la primera publicación de él, “Le Traité sur L'art de Travailler les
Fleurs en Cire “(Tratado sobre el Arte de Trabajar las Flores en Cera) en 1886, a
pesar de las veces que tuvieron que vivir separados en la distancia, ellos
mantuvieron un profundo amor el uno al otro hasta su verdadero fin, más de medio
siglo después.
George Auguste Escoffier.
Desde 1886 hasta 1934, Escoffier escribió y publicó una media docena de libros
cuya temática era la cocina. No cabe duda que este trabajo escrito refleja la una
identidad vanguardista de una persona adelantada a su propio tiempo.
En 1884 paso a ser el director de cocina del Grand Hotel en Monte Carlo y durante
los futuros seis años repartió su tiempo entre el Grand Hotel en invierno y el Hotel
Nacional en Lucerna, Suiza, durante el verano. Fue allí donde Escoffier se
relacionó con César Ritz quién era natural de un pequeño pueblo en los Alpes
suizos. Ritz había iniciado su carrera como ayudante en un hotel y muy
rápidamente subió la escalera hacía el Hotel Management. La complicidad y
trabajo en equipo entre Ritz y Escoffier traería como consecuencia los cambios
más significativos en el desarrollo moderno de la industria hotelera.
En 1890, Ritz y Escoffier fueron reclamados por el Hotel Savoy en Londres como
gerente general y gerente de restaurante respectivamente. El éxito fue más allá de
lo que podía esperarse. De esta simbiosis entre ambos personajes surgieron
hoteles en todas partes del mundo, incluyendo el Savoy y Carlton en Londres, los
hoteles Ritz en París, Londres, New York, Montreal, Philadelphia y muchos otros.
Inmediatamente los nombres Ritz y Carlton se convirtieron en sinónimos de
calidad y altos niveles de lujo.
Cesar Ritz
Escoffier también fue responsable en la simplificación del menú en vez del extenso
arreglo de platos servidos todos al mismo tiempo. Los escritos culinarios de
Escoffier son trabajos de autoridad. Los más conocidos son Le Guide culinaire
(1903) y Le Livre des menus (1912), ambos escritos en colaboración con Philéas
Gilbert y Émile Fétu, y Ma cuisine (1934). Otros trabajos incluyen Le Riz (1927), La
Morue (1929), el magazine Le Carnet d'Epicure (1911) y Les Fleurs en cire (1910,
esta era una nueva edición de Le Traité sus l'art de travailler les fleurs en cire,
1886).
Se retiró de la cocina definitivamente en 1921, tenía entonces setenta y cinco años
y había ejercido su arte por sesenta y dos años. En toda la historia de la cocina,
no hay otro modelo de tan larga carrera profesional. Murió el 12 de Febrero de
1935 a los ochenta y nueve años de edad, en su casa La Villa Fernand, 8 bis
Avenue de la Costa en Montecarlo, pocos días después de su esposa. Fue
enterrado en el panteón familiar en Villeneuve-Loubet.
Uno de sus antiguos alumnos, Joseph Donon, apuntó la idea de convertir la casa
natal de Escoffier en un museo de las artes culinarias, esta idea fue llevada a cabo
y el Museo de Arte Culinarias Auguste Escoffier de inaguró al público el 2 de Mayo
de 1966.
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La gastronomía de Francia está considerada como una de las más importantes
del mundo. Está caracterizada por su variedad, fruto de la diversidad
regional francesa, tanto cultural como de materias primas, pero también por su
refinamiento.1 2 Su influencia se deja sentir en casi todas las cocinas del mundo
occidental, que han ido incorporando a sus bases conocimientos técnicos de la
cocina francesa. Varios chefs franceses tienen una gran reputación internacional,
como es el caso de Taillevent, La Varenne, Carême, Escoffier, Ducasse o Bocuse.
Es una de las cuatro gastronomías incluida en la lista del Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad, desde el 16 de noviembre de 2010
Béchamel
salsa española
Holandesa
Mahonesa
Pomodoro
Velouté
intro
Con este término se define en general todo tipo de preparación líquida empleada para
sazonar los alimentos.En la cocina francesa existen innumerables preparaciones de este
tipo, muydiferentes unas de otras, no sólo en gusto y apariencia, sino en la forma en que
se preparan: jugos de las carnes asadas; vinagretas y sus derivados; holandesa,
mayonesa, bearnesa, jugo trabajado con harina, con fécula de papa o de maíz, con sangre,
etc.Actualmente el repertorio francés incluye como básicas casí 200 recetas desalsas,
oscuras y blancas; frias y calientes.En los cursos de cocina tradicionales constituyen parte
del primer capítulo, yaque se considera que la primera habilidad de todo cocinerodebe ser
la elaboración desalsas. Las cualidades especiales de una salsa elaborada reflejan las
habilidades delcocinero. Las salsas admiten muchas categorías: por temperatura(frías o
calientes), porsabor(dulces, picantes, agrias, etc.), por
contenido(emulsionantes, ligazón, etc.), porestabilidad, etc. A pesar de todo ello, en la
actualidad las salsas se venden en conservay se encuentran disponibles en
cualquier supermercado. Enla alta cocinaexisten cocineros dentro de la organización de la
cocinaqueestán especializados en las tareas de elaboración de las diferentes salsas que se
empleanen los platos. Se denominan del francés «
saucier
» (salsero). En este tipo de cocina seemplea la salsa a veces como un elemento decorativoen
la presentación del fondo dealgunos platos.