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La Paradoja del Mentiroso

Si bien las paradojas son una categoría especial de expresiones que fácilmente
conducen a contradicciones lógicas, que superan nuestro sentido común porque
aparentemente son falsas y pueden ser verdaderas o de apariencia verdadera, o
porque resultan falsas aun cuando son de apariencia verdadera, entonces “La
Paradoja del Mentiroso” es un conjunto de paradojas. Esta paradoja no puede ser ni
verdadera ni falsa porque se contradice.

Muchos filósofos de la Grecia Clásica, aficionados a la lógica y a las paradojas, le han


dado infinitud de vueltas sin llegar a ninguna conclusión definitiva.

La paradoja del mentiroso es muy antigua y se debe a Eubulides de Mileto, fue


Filósofo griego, nacido en Mileto. Vivió en el siglo IV a.C. Discípulo del fundador de
la escuela de Megara, Euclides, Eubúlides fue su
sucesor en la dirección de la misma. Son famosos
sus sofismas, mediante los cuales persigue la
reducción al absurdo de los argumentos de sus
adversarios. De los siete que menciona Diógenes
Laercio, los más famosos son el del "mentiroso" y
el del "sorites". Según el primero, quien dice "yo
miento", hace una afirmación a la vez verdadera y
falsa, independientemente de que quien habla diga
la verdad o la mentira. El sofisma del sorites (de
soros, 'montón' en griego), es el siguiente: un
grano de trigo no es un montón; si le añadimos
otro, tampoco es un montón; ¿cuándo comienza a
ser un montón? Con estas dificultades lógicas, Eubúlides se opone al discurso
apodíctico., dijo:

«Un hombre afirma que está mintiendo. ¿Lo que dice es verdadero o falso?».

Si lo que dice es falso, entonces entramos en una contradicción, pues si él afirma


que está mintiendo y lo que dice es falso, entonces no miente, así que dice la verdad.
Contradice lo supuesto.

Si el hombre dice la verdad, entonces su afirmación es verdadera, pero él dice que


está mintiendo, y como dice la verdad, la afirmación confirma que él miente, por lo
tanto no dice la verdad, en contradicción con lo supuesto inicialmente.

Por consiguiente, ambas suposiciones conducen a contradicciones lógicas y no puede


afirmarse que el hombre miente o dice la verdad.
Otra versión muy difundida es la de Epiménides de Cnosos, conocida también como
paradoja del cretense o paradoja de Epiménides. En ella Epiménides, el cretense,
dice que:

«Todos los cretenses son unos mentirosos».

El resultado es el mismo: la afirmación no puede


ser verdadera porque eso significaría que hay un
cretense que no es un mentiroso, pero tampoco
puede ser falsa porque eso significaría que
Epiménides miente y eso entra en contradicción
con su afirmación.

Existen versiones más modernas de la paradoja, como la que propuso el inglés Philip
Jourdain formulada en 1913 conocida como Tarjeta de Jourdain

Este matemático concibió una tarjeta con un mensaje en ambos lados.

En uno pondría «La oración del otro lado de la tarjeta es verdadera» y en el otro «La
oración del otro lado de la tarjeta es falsa ».

Luego, si la primera oración es verdadera la


segunda también debe serlo y, por tanto, la
primera es falsa; si la primera oración es falsa,
entonces la segunda oración es falsa y, por
tanto, la primera oración no es falsa sino
verdadera. Es un bucle sin fin en el que la única
solución posible es que la primera oración sea
verdadera sólo si es falsa.

El ejemplo más simple de la misma surge al considerar la oración:

« Esta oración es falsa ».

Dado el principio del tercero excluido, dicha oración debe ser verdadera o falsa. Si
suponemos que es verdadera, entonces todo lo que la oración afirma es falso. Pero
la oración afirma que ella misma es falsa, y eso contradice nuestra suposición original
de que es verdadera. Supongamos, pues, que la oración es falsa. Luego, lo que afirma
debe ser falso. Pero esto significa que es falso que ella misma sea falsa, lo cual vuelve
a contradecir nuestra suposición anterior. De este modo, no es posible asignar un
valor de verdad a la oración sin contradecirse.
La paradoja de Pinocho es otra de las populares versiones y resulta muy
aleccionadora. Si la nariz de Pinocho crece
solamente cada vez que él miente, qué pasa si
Pinocho afirma:

“Ahora me crecerá la nariz”.

Sabemos que cuando Pinocho miente, su nariz


crece. Pero si Pinocho afirma que su nariz
crecerá y no lo hace, estaría mintiendo.
Entonces, si es mentira, ésta debería crecer.

Y de nuevo, si resulta que crece, está diciendo


la verdad y no debería hacerlo.

Conclusiones
La Paradoja del Mentiroso es en pocas palabras la paradoja de la paradoja
muy complicada ya que no puede ser verdadera ni falsa, esta inicia en el siglo
VI con Eubulides de Mileto, de a partir de ese momento surgieron más
ejemplos, todos con el mismo resultado ya que ninguno puede llegar a tener
una conclusión exacta.
Referencias Bibliográficas:
https://www.elespectador.com/opinion/la-paradoja-del-mentiroso-columna-
723736

http://lapiedradesisifo.com/2012/12/03/la-paradoja-del-mentiroso/

https://molasaber.org/2016/01/31/la-paradoja-de-pinocho/

https://es.wikipedia.org/wiki/Paradoja_del_mentiroso

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=eubulides-de-mileto

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