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DETERMINANTES DE LA PERSONALIDAD

La conducta significa siempre una interacción compleja de la persona y la situación. Los


hechos en el ambiente (incluidos la presencia y el comportamiento de otros) influyen
sobremanera en la forma en que la gente se conduce en cualquier momento particular;
sin embargo, la gente siempre aporta algo de ella a la situación. Este “algo”, que representa
las cualidades distintivas del individuo, es la personalidad.3 Ninguna definición individual
de personalidad se acepta de manera universal. Sin embargo, una idea fundamental
afirma que la personalidad se integra con una serie de características personales que
conducen a patrones de comportamiento coherentes. Es natural que muchas
personas busquen comprender estos patrones de comportamiento en la interacción
con otros. La personalidad representa el perfil general o combinación de características
estables que capturan la naturaleza única de una persona. Por tanto, la personalidad
combina un conjunto de características físicas y mentales que reflejan la forma en que
una persona observa, piensa, actúa y siente. Esta definición contiene dos ideas
importantes.
Primero, las teorías de la personalidad a menudo describen lo que la gente tiene en
común y lo que la separa. Entonces, comprender la personalidad de un individuo
consiste en discernir tanto lo que esa persona tiene en común con los demás, como
lo que hace que sea única. Por tanto, cada empleado de una organización es singular
y puede o no responder como otros lo hacen en una situación determinada.

HERENCIA
La creencia en una base genética de la personalidad está enraizada en forma profunda
en las ideas de muchas personas. Expresiones como “Ella es igual a su padre” y
“Querido, las peculiaridades irritantes de él vienen de tu familia”, reflejan tales creencias.
Alguna gente cree que la personalidad se hereda; otros creen que las experiencias de
una persona determinan la personalidad. Nuestro pensamiento tiende al equilibrio de
ambos factores, tanto la herencia (genes) como el ambiente (experiencias) son
importantes, aunque algunas características de la personalidad pueden recibir

Fuentes de diferencias de la personalidad


Algunos expertos de la personalidad señalan que la herencia establece límites al desarrollo de las
características y sólo dentro de esos límites las fuerzas ambientales determinan las características de la
personalidad. Sin embargo, investigaciones recientes sobre la personalidad de gemelos criados por
separado, señalan que las determinaciones genéticas tal vez desempeñen un papel mayor de lo que
muchos expertos han creído. Algunos estudios de gemelos indican que tal vez hasta 50 o 55% de las
características de personalidad sean heredadas. Aún más, los rasgos de personalidad heredados parecen
explicar alrededor de 50% de la diversidad en la elección de ocupaciones. En otras palabras, es probable que
usted haya heredado algunas características que influirán sobre las decisiones de su carrera profesional.

AMBIENTE
Mucha gente cree que el ambiente desempeña una función importante en el modelado de la
personalidad; de hecho, el ambiente tiene un papel más importante que las características heredadas.
Entre los componentes ambientales están la cultura, la familia, la pertenencia a grupos y las
experiencias de la vida.

Cultura. La cultura es la forma característica en que poblaciones diferentes o sociedades humanas


organizan su vida. Los antropólogos que trabajan en diversas culturas han demostrado con claridad la
importancia del papel de la cultura en la formación de la personalidad.5 Las personas nacidas en una
sociedad dada están expuestas a los valores de la familia, de la cultura y a las normas de
comportamiento aceptables. La cultura también define cómo deben desempeñarse los diferentes
papeles en esa sociedad. Por ejemplo, la cultura de Estados Unidos por lo general recompensa a las
personas independientes y competitivas, mientras que en la cultura japonesa se recompensa
a las personas cooperativas y orientadas al grupo.

La cultura ayuda a determinar patrones amplios de similitud del comportamiento entre las personas,
pero por lo general existen diferencias en comportamiento, en ocasiones enormes, entre las
personas de una misma cultura.

Familia. El vehículo principal para que un individuo participe socialmente en una cultura específica
es la familia inmediata. Tanto los padres como los hermanos desempeñan papeles importantes en
el desarrollo de la personalidad en la mayoría de las personas. Los integrantes de una familia grande,
abuelos, tías, tíos y primos, también pueden influir en la formación de la personalidad. En particular,
los padres (o sólo uno de ellos) afectan el desarrollo de los hijos en tres formas importantes.
Con su propio comportamiento, exponen situaciones que favorecen ciertas conductas en los hijos.
Actúan como modelos con los que con frecuencia se identifican mucho los hijos.
Premian y castigan, en forma selectiva, ciertos comportamientos.6

La situación de la familia también es una fuente importante de diferencias de personalidad. Las


influencias de la situación abarcan el tamaño de la familia, el nivel socioeconómico, la raza, la religión
y la ubicación geográfica; el orden del nacimiento dentro de la familia; el nivel educativo de los padres,
etc. Por ejemplo, una persona que se crió en una familia pobre pasa por experiencias y oportunidades
diferentes de las que tiene una persona criada en una familia rica. Ser hijo único es diferente en ciertos
aspectos fundamentales que crecer con varios hermanos y hermanas.

Pertenencia a un grupo. El primer grupo al que pertenece la mayoría de las personas es la familia.
La gente participa también en diversos grupos a lo largo de la vida, comenzando por los compañeros
de juegos de la infancia y luego los compañeros de escuela adolescentes, los equipos deportivos y los
grupos sociales, hasta el trabajo durante la edad adulta y otros grupos sociales. Los numerosos papeles
y experiencias vividos por las personas como integrantes de grupos, representan otra fuente importante
de diferencias en la personalidad. Aunque en las primeras etapas de la vida los compañeros de juego y
los grupos de la escuela tal vez representen las influencias más fuertes en la formación de la personalidad,
las experiencias sociales y de grupo en la vida posterior continúan influyendo y moldeando la
personalidad. Comprender la personalidad de alguien exige comprender los grupos (tanto anteriores
como actuales) a los que pertenece esa persona.

Experiencias vitales. La vida de cada persona también es única en términos de experiencias y


acontecimientos específicos, que actúan como determinantes importantes de la personalidad. Por
ejemplo, el desarrollo de la autoestima (una dimensión de la personalidad que se estudiará en breve)
depende de diversas experiencias que incluyen la oportunidad de lograr metas y cumplir expectativas,
las pruebas de la capacidad de influir sobre los demás y la sensación clara de ser valorado por los
otros. Por tanto, una serie compleja de acontecimientos e interacciones con otras personas ayuda a
conformar el nivel adulto de la autoestima. Por ejemplo, los empleados de Oracle han advertido un
cambio notable en la compañía como resultado del liderazgo de Ellison.

AUTOESTIMA

La autoestima es el resultado de la evaluación continua que una persona hace de sí misma.8 En


otras palabras, las personas desarrollan, mantienen y algunas veces modifican opiniones de sus
propios comportamientos, habilidades, apariencia y valor. Estas evaluaciones generales reflejan
respuestas a gente y situaciones, éxitos y fracasos, y las opiniones de los demás. Tales evaluaciones
son lo suficientemente estables como para ser consideradas como una característica o dimensión
básica de la personalidad. En el marco de los Cinco Grandes factores de la personalidad, lo más
probable es que la autoestima forme parte del factor de ajuste (véase la figura 2.2).

La autoestima afecta el comportamiento en las organizaciones y en otros medios sociales de varias


formas importantes. La autoestima se relaciona con la elección vocacional inicial. Por ejemplo,
las personas con alta autoestima asumen riesgos en la elección de empleo, se sienten atraídas
por ocupaciones de alto estatus y es muy probable que elijan empleos no convencionales o no
tradicionales (por ejemplo, guardabosques o piloto de jets), cosa que no sucede con las personas
que muestran una baja autoestima.
Figura 2.2 Los “Cinco Grandes” factores de la personalidad

Fuente: Desarrollado a partir de Hogan, R.T.,“Personality and personality


measurement” en M. D. Dunnette y L. M. Hough (eds.), Handbook of
Industrial and Organizational Psychology, 2a. ed., vol. 2. Palo Alto,
California, Consulting Psychologists Press, 1991, pp. 878-879; McRae, R.
R. y Costa, P.T.

A five-factor theory of personality, en L. A. Pervin y O. P. John (eds.),


Handbook of Personality, 2a. ed., Nueva York: Guilford, 1999, 139-153.

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