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¿Cómo era la vida en tiempos de Jesús?

En la actualidad, Jerusalén es ciudad sagrada para cristianos, judíos y


musulmanes.

Para los Cristianos: La Basílica del Santo Sepulcro construida sobre


la colina donde Jesús fue crucificado, enterrado y desde donde
resucitó. Se entiende que bajo la alta cúpula estuvo la tumba de
Cristo.

Para los Judíos: El Muro de las Lamentaciones Con 49 metros de


largo y 18 metros de altura es todo lo que queda del gran templo
construido por el rey Salomón. Es uno de los lugares sagrados del
judaísmo.

Para los Musulmanes: La Mezquita de la Roca.También conocida


como la cúpula de la roca es el lugar donde reposa la piedra desde la
que, según la tradición, Mahoma ascendió al cielo. Asimismo, también
es venerada como el lugar sobre el que Abraham ofreció en sacrificio
a su hijo Isaac.

Resulta paradójico que, con lo grande que es el mundo, se hayan


concentrado en un terruño tantas dispares coincidencias y que, pese
a las diferencias y guerras santas, este lugar sea el epìcentro de las
tres religiones en un clima de profundo respeto entre sí.

Demos un vistazo a los factores culturales, políticos y religiosos que


regian en tiempos de Jesús.

Cruce de culturas

La influencia de tres culturas convivían en tiempos de Jesús, en la


tierra sobre la que Él propagó la Palabra.

En el año 333 a.C. los judíos son conquistados por Alejandro el


Grande, adoptando la cultura y la lengua griega, sobre la que se
fundaba los espíritus y las mentalidades.

Por encima de todo estaba el Imperio de Roma, fundada siete siglos


antes del nacimiento de Cristo. Roma se constituyó en el año 62 d.C.
en el poder político que regía el gobierno de los hombres.

Por último, imperaba en el terreno religioso la tradición basada en el


judaísmo. No todo era concordia y distensión; había demasiadas
diferencias que separaban no solo esos mundos, sino los mundos en
sí mismos.
La vida social en aquel tiempo estaba invadida por la naturaleza
religiosa de todas las cosas, algo que no parece haber cambiado con
el tiempo en esas latitudes, donde la religión interviene en la esfera
pública y privada de todas las personas que allí habitan.

En tiempos de Jesús, los judíos se diferenciaban entre los que


hablaban griego y los que hablaban arameo; y se diferenciaban entre
los que seguían dos instituciones distintas: la sinagoga y el Templo.

La sinagoga era el lugar donde se reunían para leer y estudiar las


Escrituras y quien se encargaba de inspeccionar la Ley de Dios. La
adoración cristiana guarda muchas relaciones con las prácticas de la
sinagoga: se hacían oraciones públicas y se confesaban los pecados,
por ejemplo.

En el Templo, cada mañana y cada tarde se sacrificaba un cordero a


favor del pueblo y en días de fiesta, se sacrificaban cientos. Si
existían muchas sinagogas, Templos solo existía uno. El Templo fue el
centro del culto hasta su destrucción, a manos de los romanos,
siendo luego sustituido por la sinagoga.

El griego, como idioma, era el más extendido, como decíamos, pero


el cruce de culturas se extendía, como no podía ser de otra manera, a
la cuestión idiomática. El latín, idioma oficial del Imperio Romano
convivía además con el arameo que era la lengua común en
Palestina.

Vida cotidiana

Conocemos cómo era la vida cotidiana en Jerusalén, en tiempos de


Jesús, gracias a las parábolas: a las comparaciones sencillas con las
que Cristo intentaba explicar su doctrina. En ellas aparecen cómo se
desarrollaban las labores del campo, el trabajo de los pastores o
cómo las mujeres desempeñaban las quehaceres domésticos.

Las descripciones alcanzan hasta el desarrollo del trabajo de los


tratantes de perlas. Las parábolas son un resumen de la vida normal
de las gentes de aquel tiempo, que además se podían extender a
“todos”, a pesar de las diferencias que se encuentran en el
entendimiento que demostraban ante el mismo acto de vida por las
diferencias culturales, religiosas y políticas. Las parábolas, en
cualquier caso, no fueron una creación de Jesucristo, ya que fueron
utilizadas en el Antiguo Testamento, donde también describen actos
de la vida diaria de las gentes.

Aunque Roma dominaba -como provincia- el territorio de Palestina, el


Imperio no solía interferir demasiado en la vida local (de ahí la
actitud de Poncio Pilato en el momento en que se desentiende al
tomar la decisión sobre el destino de Cristo). Los romanos, eso sí, se
reservaban la capacidad en exclusiva para aplicar la pena de muerte.
Lo más importante para ellos era mantener la paz y seguir
recaudando impuestos: dinero que llegara a Roma como impuestos
directos sobre la riqueza y sobre las aduanas y el comercio. Cicerón
dejó escrito que, muchas veces, era más costoso vigilar todas las
provincias romanas que el dinero que eran capaces de generar. A
cambio del pago de los impuestos, la población recibía, de un lado,
seguridad y, de otro, servicios públicos (calzadas, acueductos) que de
otra manera, no tendrían. Generalmente los impuestos no eran
cobrados por los romanos de forma directa para no generar
tensiones. Creaban empresas comerciales pertenecientes a personas
naturales de la provincia explotada que por licitación se encargaban
de hacerlo. Esta labor se encargaba a los publicanos, como Mateo y
Saqueo.

Todo el dinero ingresado por impuestos iba camino de Roma, por lo


que para obtener ganancia, estas empresas sobrecargaban de tasas a
los contribuyentes.

El cumplimiento de la Ley.

Para cumplir con la Ley, había que observar las distintas franjas en
que se dividía la vida social y política de la época. Por ejemplo, el
gobierno romano obligaba a inscribirse en el censo, algo que María y
José hicieron con Jesús, cuyo nombre fue indicado a aquellos por Dios
y que, como todos sabemos, significa Salvador.

Los nombres con los que se denominaba a los niños era consecuencia
de los deseos de los padres, así eran corrientes los nombres como
Débora, que significa “abeja” (referida a la laboriosidad de este
insecto), Yona, que significa “paloma” o Tamar, que significa
“palmera”.

También había que cumplir con la tradición judía que, entre otras
cosas, obligaba a la circuncisión (extirpación de todo o parte del
prepucio del miembro del varón) y a la presentación de los recién
nacidos en el Templo. La Ley judía se basaba en las Escrituras. La
Torá es la voluntad revelada de Dios que, a su vez, fue revelada al
pueblo de Israel y que se transmitió de forma oral. Ofrecía una forma
de ver el mundo y una forma de vivir en él. Cristo entendió que el
significado principal de las leyes descansaban en el mandamiento
“amarás a tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda
tu fuerza y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo”
Lucas 10:27.
Siempre ha habido clases.

La estructura social judía en Jerusalén estaba perfectamente dividida


en tres estratos o clases sociales. Existía una clase superior que
era ocupada por la llamada “nobleza sacerdotal”, que vivía del
comercio del Templo y de las rentas que producían sus propiedades y
fincas. Eran grandes terratenientes y comerciantes que se podían
permitir una vida con el lujo que la época proveía. Una clase media
en que se agrupaban aquellos pequeños comerciantes, artesanos y
algunos sacerdotes (que cobraban el diezmo) y que contaban con una
posición de desahogo económico. Por último, La clase baja: los
pobres ó Anawin que, según consta, eran muchos en número. En esta
clase social se incluían los jornaleros, los esclavos, los libertos
(hombres que habían sido esclavos) y los mendigos, que solían ser
ciegos y leprosos sin medios para poder ejercer alguna actividad
laboral, avocados a la limosna. Se calcula que la población que
habitaba Palestina en aquellos tiempos no sobrepasaba las
setecientas mil personas.

Podemos decir que Jesús era de clase media debido a que:

José era carpintero.


Para su presentación en el templo, según la clase social, se
ofrecía un becerro ó tórtolas. Las Sagradas Escrituras nos dicen
que por él, se ofrecieron dos tórtolas.
Los hospedajes eran prioridad de la clase alta y José no pudo
pagar una estancia para el nacimiento.

Sectas

En el pueblo judío existían varias sectas claramente identificables, a


saber:

1. Esenios: No estaban de acuerdo con la Torá ni con la política


de su pueblo y se separaron. Para pertenecer a esta secta, los
judios entregaban sus pertenencias a los pobles, hacían un
noviciado. Tomaban votos de pobreza y de castidad y tenian
mentalidad apocalíptica: la espera de una guerra en la que los
malos mueren y los buenos serán resucitados, luego de un
juicio universal. Además, realizaban rituales de purificación
(taanit ó ayuno) durante 40 días en el desierto pero no
regresaban a predicar; de aquí que Juan el bautista era esenio
y Jesús también lo fue (esto explica su estadía en el desierto).
Sin embargo, se separan de los esenios para ir a predicar.
2. Saduceos: Era la clase sacerdotal. Existian sacerdotes de clase
alta, quienes administraban el templo: manejaban el dinero, la
carne que habría de ofrecerse en sacrificio, pués sólo se
sacrificaban animales puros, y cambiaban las monedas ya que
sólo las suyas eran puras. Los sacerdottes de sinagoga eran
más pobres y eran los que predicaban. También existían los
rabinos. Un rabí era un asistentes que se encargaban de las
lecturas. Jesús fue Rabí.

3. Fariseos: Eran los que ocupaban el primer lugar en el templo.


Compraban los puestos. Usaban Filacterias (tipo de estola), con
bordes de oro, los mandamientos impresos y flecos que
mostraban su santidad (correspondían al 10% de la población y
sabían leer). Eran la clase media ya descrita.

4. Zelotes: Era un grupo guerrillero que vivía en Galilea. Portaban


una Zica (puñal) en el cinto, con el que degollaban a los
romanos. La palabra sicario, se deriva de Zica, lo que significa
que son hombres que matan a espaldas o mansalva.

Tenían mucho celo por la Torá, ya que argumentaban que el


amor de Dios sólo les había sido dado a ellos como pueblo
elegido. Recordemos que eran Galileos como Jesús y Barrabás
era su jefe. Así que Galilea era como el Caguan y sus
habitantes, tildados de guerrilleros. De ahí la prevención con
Jesús.

Estas guerrillas vivían en la meseta de Masara (por un lado


tenía climas helados y por el otro, el mar con temperaturas de
hasta 60 grados. Eso les dificultaba a los romanos y sus
enemigos, capturarlos.

Si analizamos brevemente la situación de Jesús con la de


Barrabás, entendemos que los dos eran vistos como mesías por
su pueblo. Uno, que prometía la libertad a sangre y espada y
otro, que ofrecía la salvación exponiendo la otra mejilla al
agresor. ¿Por quien se hubiera decidido usted si estuviera allí?.

Resumiendo sobre estas sectas, podemos decir que los Esenios


eran los místicos, los Saduceos eran la clase alta, los Fariseos
eran los intelectuales, mientras que las masas ó guerrillas eran
los Zelotes. Por eso Jesús comparaba a los Fariseos con los
hipócritas. Mientras los Zelotes predicaban la guerra, Jesús
predicaba el amor y lo señalaban de loco ó apasionado.

La autoridad

La máxima autoridad era el procurador (romano), seguido del sumo


sacerdote (Judío). El sanedrín era presidido por el sumo sacerdote y
conformado por 70 saduceos entre los que se contaban los ancianos,
los escribas (Fariseos letrados) encargados de redactar las
escrituras) y los negociantes. En el sanedrín se emitian las leyes del
pueblo Judío como compromiso con los romanos, de mantener
calmado al pueblo. Es de anotar que tras tantas guerras y
persecuciones por los otros pueblos, los judíos negociaron la
autoridad con los romanos, ya que éstos se hicieron muy fuertes. Se
les pagaba impuestos a cambio de seguridad, no esclavitud, libertad
religiosa y servicios públicos.

El castigo impuesto por el Sanedrín, consistía en vendar al reo,


abofetearlo y amarrarlo a una columna donde recibía 40 menos un
azotes como escarnio público. De aquí que Pilatos mandó a azotar a
Jesús.

La muerte era potestad del procurador romano y por ello llevaron a


Jesús ante el procurador.

Existían 4 poderes:

Legislativo: Emitía las leyes.


Judicial: Juzgaba y aplicaba las leyes.
Ejecutivo: Hace cumplir la ley.
Religioso: Hace cumplir la ley de Dios.

Impuestos:

Se aplicaban según fueran:


Directos: A quienes tenían propiedades.
Indirectos: A los comerciantes.

La responsabilidad del cobro era del sacerdote quien nombraba


cobradores. Si no tenían con qué pagar, les confizcaban los bienes,
pudiéndose convertir en Anawin: Pobres miserables, quienes tenían
que dejar su hogar y vivir en las afueras de los muros de la ciudad.

Lo adquirido de manera ilícita debía ser devuelto y ofrecer un


sacrificio adicional. No había perdón sino una vez al año y cada
séptimo año (Jubileo), en el cuál se perdonaban todas las deudas y
se liberaban a los esclavos.

La mujer no tiene ningún valor. Sin voz ni voto. El primer dueño es el


padre y el segundo el esposo. Al dueño se le conocía como Baal ó
señor.

Mapas de pureza

Para los Judíos la pureza era muy importante. La palabra mácula


significa impureza ó algo a lo que se le está dando mal uso, o que
está fuera de función.Así, la mácula se le aplica a las personas
pecadoras que no han cumplido su vocación, la cuál es la voluntad de
Dios.

Existen 5 tipos de mapas:

1. De tiempo: El tiempo es determinado por Dios. Ver Eclesiastés


capítulo 3.
Los Judíos empiezan el Sabbat el viernes a las 6 pm y lo
terminan el sábado a las 6 pm..
Leer: Mt 12:9-14, Mc 3:1-6, Lc 6:1-11.

2. Lugares: Existía un sitio conocido como el abismo. Era el sitio


donde se abandonaban a los crucificados ya que no se les
permitía echarles tierra encima ya que hacerlo representaba
una bendición, mientras que los que morían así, era porque
estaban contra la ley. Jesús murió bajo estas circunstancias y
por ello no fue enterrado. Se consideraba un maldito de dios.
Leer Mt 21:12, Mc 11:15-16, Lc 19:45-46.

Los samarios y su tierra eran considerados impuros ya que eran


judíos cruzados con paganos, y por ello contaminaron la
sangre. Los perros y los cerdos son considerados impuros ya
que comían estos restos humanos y cualquier porquería.

3. Comidas: Los Judíos deben lavarse las manos antes de comer.


Además, sólo comparten la comida con aquellos de sus mismas
ideas o valores, es decir, de la misma clase social. Los rabinos
son especialistas en preparaciones de alimentos con sustancias
puras. De allí que son muy cotizados en restaurantes
internacionales. Leer Mt 9:11, Mc 2:15, Lc 10:7-8, Lc 5:29-
30.
4. Cosas: Entre lo impuro están las monedas de los pueblos
paganos. Por ello, los sacerdotes las cambiaban para los
sacrificios en el templo (lógicamente con ganancias), lo que los
convirtió en mercaderes y el templo, en cueva de ladrones.
Leer Mt 15:2, Mc 7:5, Lc 11:37-38.

5. Personas: Es un pueblo muy cerrado. Como pueblo elegido por


Dios, no permiten a losa pueblos paganos. Los llaman cizaña.
Llamaban fe a la lealtad social del amigo y odio a quien se
desvincule del grupo al cuál pertenece. Leer Mt 8:3, Mt 9:25,
Mc 1:41, Mc 5:41.

Sepultura

Ningún Judío es enterrado fuera de tierra santa. Los que viven en el


exterior, transportan la tierra para enterrar a sus muertos ya que
creen que si no se cubren con la tierra de la promesa, no van a
resucitar.

Crucifixión

La crucifixión era un pena que se reservaba a los esclavos y para los


delitos más graves y como ya dijimos, la autoridad para su ejecución
era Roma. Se consideraba como la forma de muerte más dolorosa y
tenía un valor ejemplificante, de castigo público. Por esa razón solía
desarrollarse en un lugar que fuera bien visible y se dejaba al reo
durante varios días, incluso cuando éste había fallecido.

El que iba a ser ajusticiado, era acompañado por un heraldo (una


especie de correo) que de cuando en cuando leía en voz alta el
motivo, la condena, por la que se le iba a crucificar. A su alrededor,
les acompañaban cuatro soldados y, al mando, un oficial de segunda
categoría, que era el encargado de la ejecución.

Aunque, según las Sagradas Escrituras, Jesús cargó con la cruz


camino del calvario, no era lo habitual. Lo normal era que el que iba a
ser crucificado solo cargara con el palo trasversal (patibulum),
estando clavado, en el lugar donde se les daría muerte, el palo
vertical.

Sobre el cuello se les solía colgar una tablilla de madera en la que


figuraba escrito el nombre del reo y el motivo por el que se le daba
muerte. En ese escrito se resumía el acta oficial que más tarde se
enviaría a los archivos del Tribunal del César romano.Sobre la tablilla
que colgaba del cuello de Cristo se escribió en las tres lenguas
(arameo, griego y latín) el título “Jesús Nazareno, Rey de los Judíos”.
Los judíos protestaron al procurador Poncio Pilato porque, según
argumentaban por las palabras de Jesús, debería constar “Yo soy el
Rey de los Judíos”, pero Pilato les reprendió diciendo que “lo escrito,
escrito está”.

En la crucifixión se utilizaban largos clavos de carpintero que, como


las imágenes evocadoras nos han dejado, se hundían sobre la carne
de pies y manos. Se izaba al reo con una polea y, para evitar
desgarros, en la base, incrustado, se fijaba una apoyadura, que venía
en llamarse “sedile”. Durante varios cientos de años se evitó la
representación de Cristo sobre la cruz dada la crudeza que sugería la
escenificación.

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