Está en la página 1de 8

Del estado natural al estado civil en

Hobbes y Rousseau

Alumno: José Edgar Contreras Cortés

14/11/2019

Introducción al pensamiento social, político y moderno

Profesor: Nahum Malpica Aburto

Licenciatura en Ciencias de la Comunicación

Universidad Nacional Autónoma de México


Del estado natural al estado civil en Hobbes y Rousseau

Introducción
“La transición del estado natural al estado civil produce en el hombre un cambio
muy notable, sustituyendo en su conducta la justicia al instinto y dando a sus
acciones la moralidad de que antes carecían” (Rousseau, 1992:11)

Para Hobbes y Rousseau el hombre mantiene una transición que pasa desde el
estado natural, al contrato y por ultimo estado civil, donde en el estado natural el
hombre nace en plena libertad y con la capacidad de preservar sus derechos, pero
por el miedo a las situaciones de incertidumbre para conservar su propia vida, los
hombres se plantean relaciones entre ellos para la creación de contratos, estos a
su vez son creados para la conservación del hombre y de su libertad en sociedad,
al mismo tiempo el contrato es un momento dentro del estado para formar el
diálogo que construye la soberanía para el ejercicio de la voluntad general de la
ciudadanía por el bien del pueblo o mejor llamado estado civil.

Por ello el camino que nos propondremos en este ensayo es comprender y


analizar las coincidencias y diferencias de ideas entre Hobbes y Rousseau en la
transición del hombre del estado natural al estado civil.

El estado de naturaleza del hombre y el pacto.


El estado de naturaleza sería la situación del hombre antes de instaurarse un
estado civil con normas morales, donde menciona Hobbes “La Naturaleza ha
hecho a los hombres tan iguales en las facultades del cuerpo y del espíritu”
(Hobbes, 1984:100), con ello los hombres nacen en igualdad de condiciones para
sobrevivir, para competir y progresar en su vida.

Además, la posición de igualdad entre los hombres los orilla a la esperanza de


obtener recursos que se encuentran limitados, por ello según Hobbes “de la
igualdad procede la desconfianza” (Hobbes, 1984:100), con esto un hombre que
sea dueño de tierras, de plantas o recursos que puedan favorecer su calidad de
vida se encuentra expuesto a que otro hombre pueda desposeerle e incluso
privarle de sus recursos.

A partir de ahí prevalece en los hombres una desconfianza mutua impulsada por el
miedo de perder sus recursos, es por ello que podemos mencionar que según
para Hobbes el hombre es considerado egoísta por naturaleza, por la siempre
constante lucha por los recursos naturales y por la preservación de su propia vida.

Además, que para Hobbes encontraría en la naturaleza del hombre tres


principales causas ligadas a tres beneficios que podrían poner en conflicto a los
hombres entre sí, por ejemplo:
la primera sería la competencia que es utilizada para obtener un beneficio, la
segunda sería la desconfianza que se utiliza para obtener seguridad y por último la
tercera sería la gloria para obtener reputación.

Hobbes al fijar que existen conflictos entre los hombres en su estado natural
establecería que “la condición del hombre es una condición de guerra de todos
contra todos” (Hobbes, 1984:106), en el cual cada hombre estaría moviéndose por
su propia razón y derechos, incluso sobre los derechos y los cuerpos de los
demás, de esta manera no se puede garantizar la seguridad para nadie.

También menciona la libertad y la define como “la ausencia de impedimentos


externos, impedimentos que con frecuencia reducen la parte del poder que un
hombre tiene de hacer lo que quiere” (Hobbes, 1984:106), con esto explica que los
hombres pueden ceder derechos incluso su libertad al contrario de la idea que
mantiene Rousseau sobre la libertad de los hombres y la renuncia incompatible de
ella, que veremos más adelante.

Para Hobbes el “renunciar un derecho a cierta cosa es despojarse así mismo de la


libertad” (Hobbes, 1984:109), por ello, no es igual renunciar al derecho que
transferirlo ya que al renunciar pierde la libertad de utilizar el recurso y al
transferirlo gana la esperanza de poder utilizar algún servicio o beneficio de la otra
persona, con esto nos metería de lleno a lo que él denominaría el contrato, donde
los hombres llegan con sus derechos en naturaleza y pactan entre ellos.

En el pacto nadie llegaría engañado, los hombres llegan voluntariamente y


racionalmente, porque saben que los hombres son egoístas, proclives a la
corrupción y por lo tanto requieren cuidarse de los unos de los otros, además el
hombre sabe lo que se da en el pacto y lo que salga de él, los hombres conocían
sus posibilidades, sus límites y sus partes débiles para firmar un acuerdo con
todos los demás.

Ahora ya teniendo las bases de las ideas de Hobbes en el estado de naturaleza


del hombre, podemos hacer un contraste comparativo con las ideas de Rousseau,
empezando por la igualdad de los hombres que es considerado como base natural
por Hobbes, al contrario, para Rousseau menciona que “el hombre ha nacido libre”
(Rousseau, 1992:3), pero eso es una libertad natural, que buscará protegerla,
incluso transformándola a una libertad civil.

Para Hobbes el hombre podría renunciar a su libertad, por el contrario, para


Rousseau el hombre no podría renunciar a su libertad, es más y citó “renunciar a
su libertad es renunciar a su condición de hombre, a los derechos de la
humanidad y aún a sus deberes” (Rousseau, 1992:6), dejando su postura clara
que el hombre al despojarse de la libertad también sería despojarse de sus
derechos, de su humanidad y de su moralidad.
Ambos autores concuerdan que existe entre los hombres una disputa por los
recursos naturales, porque todos tienen la misma libertad o igualdad, pero los
recursos son limitados.

Por otro lado, para Hobbes el miedo es un factor que genera que el hombre se
mueva para crear contratos, para Rousseau es diferente, ya que el hombre se
mueve por fuerza y por derecho, por ejemplo, por un lado menciona que “el más
fuerte no lo es jamás bastante para hacer siempre el amo o señor, si no
transforma su fuerza en derecho y obediencia” (Rousseau, 1992:5), eso lo dice
con referencia a la fuerza, ya que la fuerza no bastaría para mantener los
derechos del hombre, porque sería un sometimiento de uno hacia otro, impulsado
por la necesidad y no por la voluntad.

Por el contrario, en el derecho tiene más un sentido de deber, ya que según


menciona ”si es preciso obedecer por fuerza, no es necesario obedecer por deber,
y si la fuerza desaparece, la obligación no existe” (Rousseau, 1992:5), con esto
podríamos deducir que para la fuerza y el derecho hay una notable diferencia, ya
que al desaparecer la fuerza el deber termina en el hombre, pero si el hombre se
mueve desde el derecho y por la voluntad del beneficio lo transformaría en deber.

Otro punto de diferencia entre ambos autores es la visión acerca del hombre y
cómo lo tenían contemplado, para Hobbes el hombre era egoísta por naturaleza y
se mantenía desde la lucha por los recursos, por el contrario, para Rousseau el
hombre solamente se movía desde la libertad y contemplaba al hombre desde un
punto más positivo.

Con respecto el estado de guerra para Hobbes estaba constituida por la


desconfianza mutua entre los hombres y por competir por los recursos naturales,
para Rousseau menciona que “la relación de las cosas y no la relación de los
hombres es la que constituye la guerra” (Rousseau, 1992:7) con esto dejarían
claro qué tan bien pensaba que la guerra entre los hombres estaba constituida
por apoderamiento de los recursos limitados.

pero, ¿qué es lo que permite al hombre abandonar su estado de naturaleza según


Rousseau? tomando como referencia la idea de Hobbes donde el hombre
abandona su estado de naturaleza al querer asegurar su propiedad, sus recursos
y mantener alianzas con otros hombres impulsados desde la desconfianza para su
propia conservación, por el contrario para Rousseau lo que impide al hombre
natural son los obstáculos que impiden su conservación y que por su fuerza o
inteligencia no puede atravesar sólo, por ello requiere pactar con hombres para
atravesar en conjunto los problemas y resolverlos.

Con esto Rousseau nos sumergirá al punto sobre el pacto, pero ¿cómo se daría el
pacto y para qué? mientras que para Hobbes el pacto está dirigido para limitar la
libertad natural del hombre debido a que transfiere sus derechos, para Rousseau
centra su idea hacia la conservación del hombre, para conservar su libertad y para
atravesar los obstáculos que ponen en peligro su vida ya que según menciona
“Los hombres llegados al punto en que los obstáculos que impiden su
conservación en el estado natural, superan las fuerzas que cada individuo puede
emplear para mantenerse en él. Entonces este estado primitivo no puede subsistir,
y el género humano perecería si no cambia su manera de ser” (Rousseau,
1992:9), en esencia todo lo que se diga en el pacto es para garantizar y conservar
la libertad natural.

Aquí ordenare las principales coincidencias y diferencias que tienen Hobbes y


Rousseau que mencione anteriormente:

Hobbes Rousseau

 Los hombres nacen en  La condición natural del hombre es


igualdad de condiciones nacer libre

 Los hombres luchan por los  Los hombres luchan por los recursos
recursos que se encuentran que se encuentran limitados
limitados

 El hombre se mueve por  El hombre se mueve por fuerza y


desconfianza y miedo derecho

 El hombre puede renunciar a su  El hombre no puede renunciar a su


propia libertad propia libertad

 El estado de guerra causada por  La relación de las cosas y no la de los


desconfianza mutua y por poseer hombres es la que constituye la guerra
recursos naturales

 En el pacto los hombres ceden  Los hombres buscan el pacto para


derechos y se limita la libertad atravesar los obstáculos que ponen en
natural del hombre peligro su vida y así mantener su
conservación

Contrato social y estado civil


“La mutua transferencia de derechos es lo que los hombres llamarían como
contrato” (Hobbes, 1984:109), para Hobbes el contrato se encuentra
principalmente relacionado con el cese de los derechos del hombre, con ello sólo
bastaría un pacto de manera voluntaria y racionalmente entre ellos para que
pueda llevarse a cabo.

Por el contrario, para Rousseau el contrato sería un momento permanente dentro


del estado para formar el diálogo que rodea al pacto y donde pueda conservar su
libertad, como menciona “Encontrar una forma de asociación que defienda y
proteja con la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado, y por la
cual cada uno, uniéndose a todos, no obedezca sino a sí mismo y permanezca tan
libre como antes” (Rousseau, 1992:9).

La esencia principal del contrato para Hobbes es la creación de un soberano, pero


éste no forma parte del pacto, sino sería el resultado de él, por ello menciona que
“cuando los hombres se ponen de acuerdo entre sí, para someterse a algún
hombre o asamblea de hombres voluntariamente, en confianza de ser protegidos
por ellos contra todos los demás” (Hobbes, 1984:141), además de que los
hombres transfieren sus derechos al soberano voluntariamente, dónde él hace un
ejercicio del poder que se concentra y actúa por el bien privado.

Por otro lado, para Rousseau la esencia principal del contrato es la creación de
una persona pública o una entidad pública (también llamado soberano), que como
menciona es “una asociación que convierte al instante la persona particular de
cada contratante, en un cuerpo normal y colectivo, compuesto de tantos miembros
como votos tiene la asamblea” (Rousseau, 1992:10), además de que este
soberano representaría, organizaría y orientaría a la comunidad con los valores
que ella representa, y sería la persona moral que constituye al Estado como un
ente de razón.

Pero ¿por qué el hombre en estado natural con toda su libertad natural y derechos
desearía trascender al estado civil?

Para Hobbes el fin de que el hombre trascienda del estado natural al estado civil
se encuentra asociado con su conservación y su supervivencia, que lo conlleva al
introducir restricciones sobre sí mismos para mantener la paz, el mismo menciona
“La causa final, fin o designio de los hombres al introducir esta restricción sobre sí
mismo (en la que los vemos vivir formando estados) es el cuidado de su propia
conservación y, por añadidura, el logro de una vida más armónica” (Hobbes,
1984:137).

Además de que cree que es la única manera de elegir un poder común que sea
capaz de defenderlos contra otras invasiones extranjeras o peligros que los
rodean, también tiene presente que es la manera más efectiva de poder mantener
segura la propiedad privada de cada persona, ya que menciona “El único camino
para erigir semejante el poder común, capaz de defenderlos contra la invasión de
los extranjeros y contra las injurias ajenas, asegurándoles de tal suerte que por su
propia actividad y por los frutos de la tierra pueda nutrirse a sí mismo y vivir
satisfechos, es conferir todo su poder y fortaleza a un hombre o a una asamblea
de hombres; todos los cuales, por pluralidad de votos, puedan reducir sus
voluntades a una voluntad” (Hobbes, 1984:140).

Con ello Hobbes mostraría un concepto nuevo que es “el soberano”, donde el
hombre y el estado civil creado por él mismo recaen todos los derechos y
facultades, además de que en el poder del soberano estaría solo regido por el
consentimiento del pueblo reunido.
Por el contrario, para Rousseau la transición del estado natural al estado civil
conduciría al hombre a un cambio muy drástico, el cual estaría sustituyendo su
conducta y sus acciones, por ejemplo, el instinto lo cambiaría por la justicia, con
ello dando a sus acciones una moralidad, donde los hombres según Rousseau “Se
verían obligados a obrar basados en distintos principios, consultando a la razón
antes de prestar oído a sus inclinaciones” (Rousseau, 1992:11)

Por medio de la razón el hombre podría sustituir su rasgo de instinto que lo llevan
a obtener un beneficio individual por un rasgo diferente que estaría en conjunto
con la voluntad general y está a su vez estaría reflejado por los intereses del
público o de la ciudadanía.

Para sintetizar Rousseau creía que el hombre en el estado civil perdía o


intercambiaba su libertad natural y sus derechos donde podía obtener todo lo que
desea y podía alcanzar, para obtener libertad civil, voluntad general y derecho a
conservar su propiedad privada, a este nuevo organismo le llamó soberanía.

Y ¿cuál sería la función del soberano para Rousseau? Sería el ejercicio de la


voluntad general, donde la comunidad o figura pública que representa, está
organizado y orientado por los valores de la ciudadanía, además de que el poder
que gana el soberano sobre los ciudadanos está dirigido por la voluntad de los
hombres así que es intransferible, como menciona “No siendo la soberanía sino el
ejercicio de la voluntad general; jamás deberá enajenarse, y que el soberano, que
no es más que un colectivo, no puede ser representado sino por él mismo: el
poder se transmite pero no la voluntad” (Rousseau, 1992:14).

Pero a todo esto, ¿cuál es la función de la voluntad general? Sería según


Rousseau “la voluntad general puede únicamente dirigir las fuerzas del estado de
acuerdo con los fines de su institución que es el bien común” (Rousseau,
1992:14), con ello queda claro que la voluntad general no es la voluntad de todos
como interés privado, sino que refleja el interés público dónde debe buscar el bien
general de la comunidad.

En conclusión podemos decir en lo general, que ambos autores buscan proteger la


libertad del ser humano en su estado natural, pero para conservarlo se requiere
crear un Estado civil, que transformaría esa libertad natural a una libertad civil,
donde el hombre puede proteger sus derechos, sus libertades y su propiedad
privada, además para llegar a un estado civil se requiere que el individuo pueda
transferir poder a través del diálogo que surgiría entre ellos, con esto formaría
comunidades que serían la fuente del poder, estas comunidades enfocarán su
voluntad a la búsqueda de valores y de principios que favorezcan la voluntad
general y no individual.

Donde la voluntad general sería el principal ejercicio de la soberanía, en cuál la


comunidad estaría orientada completamente al bien común, cabe recalcar que, si
la voluntad general no se orienta en función pública y se concentra en el bien
privado, no existiría un Estado soberano.
Bibliografía

 Hobbes, Thomas. (1984). Leviathán. México, FCE. Introducción, Caps., XIII-XV


(primera parte). XVII-XVIII y XX-XXI de la segunda parte.

 Rousseau, Juan Jacobo. (1992). El contrato social. Madrid, Ed. Aguilar, 1973, 148
pp. Libro I, Libro II. Libro III, caps. 1-2, caps. 10-14

También podría gustarte