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LA EDUCACIÓN,

¿UNA COMPRA
VENTA?
EVALUACIÓN EDUCATIVA
Jaqueline Giljaba Arteaga

Beatriz Camarena Carbajal

Matemáticas 9°

26-julio-2017
Hablaré sobre este tema, porque me llamó la atención, y me ha dejado mucha
incertidumbre; sobre todo este ciclo escolar, donde he vivenciado este tipo de experiencias,
sobre esta problemática de evaluación en mi comunidad y en el instituto donde laboro.
Tengo la finalidad de reorientar y de dar solución a algunos aspectos sobre la misma, donde
discutiré sobre adolescentes de secundaria en San Pedro Coahuila. Este lugar se encuentra
al norte del país, la mayor parte de las familias son disfuncionales; me basaré en el Instituto
San Pedro de las colonias, la mayoría de estos estudiantes son hijos de personas con buenos
recursos económicos, en su vida ordinaria no sufren necesidades de ninguna índole, para
ellos su futuro está resuelto y no tienen la necesidad de estudiar para superarse y obtener un
título de alguna carrera o ser personas con una meta o un futuro establecido.

Comenzaré mi desarrollo dando un concepto de evaluación: Ruiz (2008). “Proceso de


análisis estructurado y reflexivo, que permite comprender la naturaleza del objeto de
estudio y emitir juicios de valor sobre el mismo, proporcionando información para ayudar a
mejorar y ajustar la acción educativa” (p.18)

Mateo (2009) Para llevar una buena evaluación esta debe estar ensamblada, cada uno de los
individuos que participan en ella deben estar en sintonía de un bien común, los directivos,
profesores, alumnos, y padres de familia; cuando existe esta sintonía entre los sujetos
interesados, hay buenas deducciones dentro de los resultados esperados, la motivación es
muy importante. Cuando el alumno llega al aula, y no muestra interés por la materia, se
sabe que el profesor debe poner en práctica diferentes estrategias para lograr captar su
atención y lograr un cambio con el individuo, sin embargo tal pareciera que el profesorado
remara contra corriente, ya que los adolescentes tienen varios distractores en su vida
ordinaria, tales como: el celular, los problemas intrafamiliares que son un motivo muy
fuerte en el que el adolescente termina por perder el interés o simplemente la motivación,
para una superación personal, aunando con los ruidos de la sociedad en donde habita, y lo
posterga a buscar una evaluación fácil como pagar por su calificación.
Hay que considerar las distancias que han abierto entre la realidad que vive el sujeto
en su ambiente habitual y el de los centros educativos, de tal forma que se admite
que cada vez es más habitual el sentimiento por parte del estudiante de sentirse
ajeno a todo lo que le rodea en el ámbito escolar (solo hay que constatar la creciente
dificultad por conseguir la participación del estudiantado). La propia diversidad
familiar, social y cultural en la que el sujeto se mueve y está inmerso, genera tales
diferencias entre que después no es sencillo construir en el espacio escolar un
discurso común que sea percibido como relevante para todos. (Mateo, 2009:64)

Hay alumnos que tienen la necesidad de estudiar por cuestiones de familia ya que a éstos
sus padres son los primeros motivadores de su vida, y porque tienen una formación
diferente a la mayoría de los adolescentes, y ¿qué pasa con ellos?, sus mismos compañeros
los juzgan y critican por el esfuerzo que ponen para su superación personal, cabe mencionar
que estos son perseverantes y no se dejan contaminar por las influencias de sus
compañeros.

Ahora ¿Cómo motivar a estos alumnos que aparentemente no les falta nada?, tal pareciera
que viven en un castillo o en un sueño del que algún día deben despertar. Podría el
profesorado acercarse al alumno e identificar sus habilidades y destrezas para lograr una
confianza e iniciar con una motivación, Mateo (2009). Y cuando son evaluados y se arroja
algún resultado de estos sujetos, en el cual por obvias razones no tienen buenas notas
¿Cuál es la postura que toma el padre de familia y el alumno ante esta realidad?, sabemos
que continuamente se evalúa a todos los alumnos de manera cualitativa y cuantitativa, aún
en estos términos, estamos dejando fuera su mal comportamiento faltando el respeto a
profesores, queriendo comprar una evaluación cuantitativa, por el simple hecho de sentirse
pudientes. Existe evidentemente dentro de los profesores un rotundo temor a que la
administración del Instituto y Secretaría de Educación, tomen a mal la reprobación de
dichos sujetos, que les faltan las herramientas para ingresar al grado siguiente,
respaldándose los padres de familia que tienen el conocimiento, que la SEP ordena la “cero
reprobación”, estos mismos padres de familia son o han sido profesores de escuelas
públicas y han dado información a los alumnos de la ley que los respalda; por
consecuencia tenemos el mal comportamiento y bajo rendimiento de los mismos, en
resultado tenemos que la mayoría de padres de familia toma esta postura ante la evaluación
final de su hijo. Siendo así que algunos profesores caen en el juego del alumno y vende la
calificación por recursos monetarios.

Borba y Ferry (2004) Refieren que en este contexto el alumno aprende a captar las trampas
del profesor evaluador, por consecuencia el sujeto tiene buenas razones para estudiar con el
único fin de recibir notas suficientes; en el que muchas veces este finge que aprende,
recurre a seducción y a mentiras, para alcanzar la “medida que le permita pasar”.

Creo que como lo veníamos diciendo en el salón de clases, tanto la familia, sociedad,
cultura, redes sociales y consumismo; están haciendo que las nuevas generaciones no le
tomen un valor a la educación, y den a la evaluación un precio para poder avanzar a un
nuevo grado. A modo de conclusión creo que si los padres de familia tuvieran más
acercamiento a sus hijos, y apoyaran en el acompañamiento ordinario; con el simple hecho
de estar con ellos, asistir, formarlos y hacerlos conscientes de la realidad que les ha tocado
vivir; sabiendo hacer uso adecuado de su tiempo, y empleando a conciencia las redes
sociales, aunando a esto el buen testimonio de vida, ya que “las palabras enseñan pero el
ejemplo arrastra”.

Los resultados esperados de nuestra institución serían aún mejores de lo que son ahora ya,
que todos los sujetos estarían en la misma sintonía y los resultados evaluativos de cualquier
índole cubrirían las metas esperadas.

Bibliografía

Ruiz, José M. (2008) Concepto de evaluación. En: Cómo hacer una evaluación de centros
Educativos. Madrid, España. Narcea Ediciones. PP. 11-27.
Mateo, J. (2009). La evaluación de los aprendizajes de los alumnos. En: La evaluación
educativa, su práctica y otras metáforas. México. Lukambada Editorial. Pp57-89.
Borba y Ferri, (2004). Evaluación: Contexto y perspectivas: La lógica que preside el
paradigma actual de la evaluación. En: Capetti, Isabel. (2004).
Evaluación educativa. Fundamentos y prácticas. Siglo XXI editores. P (92).

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