Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Factores de Riesgo
Presencia del Virus del Papiloma Humano
Tener muchas parejas sexuales
Inicio prematuro de las relaciones sexuales
Consumo de tabaco
Tipos
Dependiendo del origen del tumor existen dos tipos de cáncer de cérvix:
Síntomas
Casi todas las mujeres no tienen síntomas en los primeros estadios de este tipo de
cáncer. La oncóloga Isabel Bover indica que los síntomas no aparecen hasta que el
cáncer se ha extendido a otros tejidos y órganos.
Cómo Prevenir
Para evitar el cáncer de cuello uterino se recomienda a todas las mujeres que desde su
primera relación sexual se realicen los siguientes exámenes para detectar y prevenir a
tiempo la enfermedad:
Papanicolaou: Se debe realizar desde los 21 años de edad como mínimo una
vez al año. Dicha prueba permite detectar el cáncer de cuello uterino. Sin
embargo, para obtener mayor efectividad se sugiere realizar pruebas
ginecológicas complementarias.
Inspección de Ácido Acético (IVAA): Prueba simple que puede ser utilizada
desde los 30 años de edad. La prueba consiste en la aplicación de una solución
diluida de ácido acético al cuello uterino lo cual contribuye a identificar la
enfermedad en etapa temprana.
PVH Test: Una de las pruebas más precisas para diagnosticar el VPH varios
años antes que aparezcan las lesiones malignas y pre-malignas, lo que ayuda a
prevenir el cáncer a tiempo. El examen es ideal a partir de los 30 años.
Tratamiento
En función del grado de cáncer de útero del paciente, se disponen de varias opciones
de tratamiento (quimioterapia, radioterapia y distintos tipos de cirugía), que será
seleccionado por su oncólogo o especialista para obtener los mejores resultados:
Quimioterapia
Tiene distintas indicaciones según el tipo y la extensión del carcinoma.
Normalmente se emplea en estadios avanzados, o bien antes de la cirugía para
intentar reducir al máximo el tamaño del tumor y facilitar así la operación. En los
últimos años se utiliza asociada a radioterapia en casos de mal pronóstico. Ver
más sobre la quimioterapia
Radioterapia
En el cáncer de útero se usa en dos formas: externa y de contacto (también
llamada curieterapia o braquiterapia). La braquiterapia tiene por objeto la
destrucción del tumor primario, y se emplea principalmente cuando el cáncer no
se ha diseminado hacia otros órganos o hacia los ganglios linfáticos. Consiste
en colocar unos aplicadores dentro del útero, que se conectan a un recipiente
blindado que contiene cesio-137. Este tipo de radiación localizada permite un
tratamiento más individualizado y, por ello, más útil, al mismo tiempo que protege
a los órganos no afectados por el cáncer frente a la radiación.
La radioterapia externa va dirigida a la afectación ganglionar. Consiste en la
aplicación terapéutica de rayos X. Puede tener algunas complicaciones como la
formación de fístulas rectales y vesicales, y alteraciones digestivas.
Cirugía
Puede ser conservadora (conización, criocoagulación, electrodiatermia, o láser
de CO2) o radical (histerectomía). A continuación detallamos en qué consiste
cada una de estas técnicas:
Electrodiatermia
Mediante la aplicación de corrientes de alta frecuencia se destruye la zona
afectada. Este método precisa anestesia. Puede destruir hasta una
profundidad de 10 mm.
Criocoagulación
Se destruye la lesión mediante el frío. Puede llevarse a cabo sin anestesia.
La profundidad de acción es de 4 mm. Las ventajas de este método son la
rapidez, que es indoloro y que no deja secuelas.
Láser de CO2
Si se realiza adecuadamente el daño a los tejidos adyacentes es mínimo y
no presenta efectos secundarios.
Conización
Se extirpa un pedazo de cerviz en forma de cono. La base del mismo
corresponde a la zona tumoral completa.
Histerectomía
Es la extirpación del útero completo. En la mayoría de los casos se
acompaña de la extracción de los ganglios. En casos muy avanzados
puede ser necesario incluir los ovarios. Esta técnica se usa solo para casos
en los que el cáncer está muy extendido o en mujeres mayores.