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Arte y Parte La Controvertida Cuestion D PDF
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LA CONTROVERTIDA CUESTIÓN
DE LA INVESTIGACIÓN ARTÍSTICA
Consideraciones previas
Las reflexiones que siguen a continuación no han surgido tanto de la lectura
de bibliografía como de la observación de la realidad. Desde hace varios años me
encuentro a cargo de un curso de Metodología de la Investigación, destinado a
los estudiantes del último año de diversas licenciaturas artísticas en la Facultad
de Artes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo con sede en Mendoza.
Llegué a este cargo tras siete años de ejercer un cargo similar, pero en Me-
todología de la investigación en Filosofía, en la Facultad de Filosofía y Letras de
la misma Universidad.
A partir de ahí (de la renuncia) me sentí obligada a buscar una respuesta al-
ternativa que permitiera a los estudiantes de arte realizar investigaciones en el
campo artístico (en el cual están formados) sin transformarse en científicos. Un
modo de abordar la investigación que les permitiera reconocerse y sentirse có-
modos dentro de la carrera que han elegido y al mismo tiempo comprender que
la investigación artística no sólo es posible sino que además puede constituir, en
el mundo contemporáneo, una fuente laboral importante que hasta el momento
es desestimada (por lo general) entre los artistas. Con el deseo de ampliar esta
propuesta, de fundamentarla mejor, y de someterla a la consideración pública
es que hoy pongo por escrito mis reflexiones.
En las últimas décadas del siglo XX se inicia un proceso por el cual, las insti-
tuciones tradicionales enseñanza del arte (institutos, escuelas, academias y con-
servatorios) se transforman en facultades, incorporándose a la vida universitaria.
De formación terciaria, las artes devienen carreras universitarias. Esto no impli-
ca solamente un cambio de denominación para las instituciones, implica sobre
todo, importantes consecuencias en el desarrollo de la vida académica y en la
actividad de los docentes.
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Para conocer cómo se ha desarrollado el proceso en España y otras naciones europeas, véase el texto de
Ricardo MARÍN VIADEL, Ricardo LAIGLESIA GONZALEZ DE PEREDO, Juan Fernando TOLOSA, José‚
Luis. La investigación en Bellas Artes; Tres aproximaciones a un debate. Madrid, Grupo Editorial
Universitario, 1998.
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se requiere que domine los nuevos materiales y técnicas que han surgido
como fruto de la tecnología (filmación, grabación, informática, etc.);
Para satisfacer las demandas del nuevo mercado se elevan las viejas insti-
tuciones formadoras de artistas a la categoría de universidades y aparece la li-
cenciatura en artes como la modalidad propia para la titulación, pues ya dijimos
que la legitimación de los nuevos productores requiere de título.
gación.
Pero en el proceso que se inicia las instituciones de arte no sólo debe modi-
ficar su prácticas, también deben comenzar a reflexionar sobre su participación
en el campo de la investigación oficial y a conquistar posiciones en él.
Investigación y arte
Los docentes y artistas que se transforman en investigadores, se hacen mu-
chas preguntas y existe un profundo interés en las respuestas que pueda darse a
ellas. La investigación artística ¿existe? ¿qué es? ¿cuál es su objeto? ¿cuál es su
método? ¿hay que hacerla? ¿por qué hay que hacerla? ¿quién debe hacerla?
La investigación sobre artes, puede ser definida entonces como aquella in-
vestigación que realizan las ciencias cuando toman como objeto de estudio al
arte.
Todas las ciencias sociales toman al arte como objeto de estudio. Así por
ejemplo, dentro de las ciencias sociales encontramos a la Psicología que estudia
los procesos psíquicos del artista y del espectador (la problemática de la creati-
vidad y de la percepción), la Sociología, que estudia los públicos y el rol del ar-
tista en la sociedad, la Antropología que estudia las producciones estéticas en
sus “relaciones con el otro”, o la Historia que analiza cómo ha sido el arte en el
pasado; quiénes han sido los artistas; cuáles las obras y cuál la relación de los
hechos artísticos con los históricos y culturales, etc.
Estas investigaciones pueden ser realizadas por los artistas, pero con cier-
tas reservas, ya que éstos tienen una formación específica en el campo del arte
y no han sido formados en los marcos teóricos disciplinares ni en el conocimiento
de las metodologías propias de las disciplinas científicas. Normalmente, quienes
con una formación inicial en el campo del arte se dedican a la investigación
científica sobre arte, pasan largos años de su vida adquiriendo las herramientas
necesarias para realizar esta tarea.
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Entendida en este contexto como el quehacer específico de la ciencia.
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Los artistas que así piensan, batallan para que su labor artística sea reivin-
dicada como investigación, y consideran que la comunidad de investigadores de-
ben reconocer su producción como resultados de investigaciones. Esperan que en
los circuitos de investigación se equipare investigación y producción de obras
porque, sostienen, vale tanto una obra como un aporte científico.
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Investigación artística:
Como alternativa ante estas dos posturas, existe una tercera, practicada
por muchos artistas, teóricos y docentes del arte y cuyas características han co-
menzado a ser objeto de reflexión. Esta es la postura que comparto plenamente.
Desde ella se asume que si investigar es producir conocimientos; la investigación
artística es aquella actividad que tiene como objeto la producción de conoci-
mientos sobre el arte y desde el arte. A esto podríamos añadir que la investi-
gación artística implica también la explicitación de los conocimientos producidos
en lenguaje verbal (discurso artístico) y su circulación en los ámbitos oficiales de
investigación.
Estos escritos han sido utilizados por la crítica de arte, por la Historia del
Arte y por la Estética como fuente (insumos) para la investigación y el análisis
histórico o filosófico del arte. Sin embargo, ninguno de estos escritos es conside-
rado en sí mismo como histórico o filosófico. Son escritos hechos por artistas, no
por filósofos o historiadores, en tal sentido no están posicionados en disciplina o
ciencia alguna. Tanto los historiadores como los filósofos y los críticos los anali-
zan, los estudian pero los consideran siempre como insumos externos a su disci-
plina, y nunca han tenido un lugar definido en ninguna disciplina constituida.
Actualmente es posible considerarlos como resultados de investigaciones artísti-
cas, es decir, de investigaciones realizadas por artistas que han reflexionado so-
bre el arte, sin abandonar su condición de artistas.
En primer lugar encontramos a los científicos y teóricos del arte que han
desestimado estos textos y han minimizado el papel que han cumplido en el
desarrollo de las ciencias, la Filosofía o la Crítica artísticas. Se ha argumentado
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En segundo lugar tenemos otros autores, que en la misma línea de los ante-
riores, consideran a los escritos artísticos como meros escritos literarios, es de-
cir, como producciones artísticas, no teóricas.
En tercer lugar y desde otras visiones, estos discursos han sido recuperados
y apreciados como fuentes por las distintas disciplinas que se ocupan del arte. Al
decir fuentes estamos diciendo que se trata de testimonios primordiales (en el
doble sentido de fundamentales y originarios), que operan como puntos de par-
tida, como insumos básicos, a partir de los cuales estas disciplinas construyen
sus saberes. Si bien no son reconocidos como estudios críticos, históricos o filo-
sóficos en sentido estricto, los científicos y teóricos del arte, recurren a ellos
para construir sus desarrollos. Desde este punto de vista, se reconoce que el dis-
curso artístico, si bien no pertenece legítimamente al campo específico de nin-
guna de las disciplinas que se ocupan del arte, tiene un destacado valor como
dato, testimonio o ilustración de lo que ha acontecido, de lo que se ha pensado
o valorado en una época determinada.
Por último, y en quinto lugar encontramos a otros autores quienes, con me-
nos reparos de erudición, definen más claramente a la Teoría del Arte y la con-
sideran como un ámbito amplio y tolerante en el que confluyen los resultados de
la estética (filosofía) de la crítica y de todas las ciencias sociales que se ocupan
del arte, como así también los aportes del propio discurso artístico. En este es-
pacio teórico más general y relajado, el discurso artístico se integra a los dis-
cursos teóricos puros.
Bibliografía:
EFLAND, Arthur. Una historia de la educación del arte. Buenos Aires: Paidós,
2002.