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Legrado

El legrado es una intervención sencilla que se suele realizar tras un


aborto espontáneo, pero que también se emplea en otros casos. Te
explicamos cuándo está indicada, en qué consiste, y sus posibles
complicaciones.
El legrado consta de dos partes: la dilatación y el curetaje.

La dilatación consiste en ampliar la entrada al útero para poder meter en su


interior los instrumentos necesarios para realizar el curetaje. Para ello, el
ginecólogo introduce pequeños cilindros metálicos a través del cuello uterino o
cérvix; estos cilindros cada vez son más anchos, de manera que agrandan el
cérvix poco a poco hasta que se consigue un tamaño adecuado para introducir
los instrumentos apropiados para el curetaje.

El curetaje consiste en introducir dentro del útero una varilla con un


mango que el ginecólogo puede agarrar desde fuera, y que tiene en su
extremo una pequeña asa delgada que permite raspar la superficie de
la cavidad uterina, extrayendo así el endometrio, que se saca poco a
poco a través del mismo cuello uterino. En la actualidad este asa tiene
dos mejoras que antiguamente no existían. En primer lugar, la varilla
tiene incorporada una cámara que, aunque no es esencial, permite
dirigir mejor el raspado haciendo que sea más efectivo y con menos
complicaciones. En segundo lugar, el asa tiene la capacidad de
calentarse, de forma que a la vez que raspa la superficie uterina
puede coagular las heridas evitando el sangrado.

Durante todo este proceso, el ginecólogo mantiene en el cérvix un


pequeño instrumento, llamado espéculo, que permite mantener el
cuello del útero abierto. En general, el proceso dura solamente 15
minutos.

¿Se necesita alguna preparación previa para


someterse a un legrado?
El legrado se puede realizar en un hospital o en una clínica, y además
la anestesia puede ser general o local dependiendo de la paciente y
sus características. En cualquier caso, la mujer que vaya a realizarse
un legrado no necesita una preparación especial.

Tan sólo sería necesaria la preparación rutinaria de las cirugías,


aunque no se trate estrictamente de una operación quirúrgica. Para
ello la paciente tendrá que:
 Realizarse un análisis de sangre previo para observar su estado
de salud general (descartar anemias, trastornos de la
coagulación, etcétera).
 Someterse a una exploración ginecológica con una ecografía
transvaginal para comprobar que el legrado podrá llevarse a cabo
sin problemas.

 No comer ni beber ocho horas antes en el caso de que se vaya a


realizar el legrado bajo anestesia general.

 No tomar medicamentos la semana de antes sin que se los haya


indicado el médico. Incluso una sola aspirina puede alterar la
coagulación de la sangre.

Tras un legrado la mujer puede volver a realizar sus actividades


cotidianas e incorporarse al trabajo tan pronto como se encuentre
bien, pudiendo ser ese mismo día incluso. Es normal que durante las
24 horas posteriores sufra algún dolor cólico abdominal, en la pelvis, o
incluso localizado en la espalda, que puede aliviarse tomando los
analgésicos habituales. También es normal tener algún sangrado
vaginal las dos semanas posteriores al legrado.

Hay que tener especial cuidado con las mujeres a las que se les
practica un legrado tras un aborto, porque el impacto emocional puede
ser demasiado intenso y pueden llegar a necesitar apoyo psicológico.

El ciclo menstrual vuelve a instaurarse con normalidad entre dos y seis


semanas después de la intervención, pero a pesar de tener sangrados
vaginales durante las dos semanas posteriores al legrado, la ovulación
puede producirse antes, y es necesario tenerlo en cuenta para usar el
método anticonceptivo que se desee.

De todas maneras, no se recomienda tener relaciones sexuales


durante los 10-14 días posteriores al legrado. Tampoco se recomienda
utilizar tampones, realizar duchas vaginales ni bañarse (sólo
ducharse) durante ese período. Se debe evitar, además, realizar
ejercicio físico intenso.

Después del legrado hay síntomas que deben alertar a la mujer de


que algo no va bien y por los que debe acudir al centro médico más
cercano cuanto antes. Los más importantes son la fiebre, los
calambres, los cólicos muy intensos, el flujo vaginal con mal olor, los
sangrados abundantes con coágulos y los mareos

Aunque el legrado es una técnica que raras veces entraña


complicaciones, hay ocasiones en las que sí suceden problemas a
raíz de realizar esta prueba. Las más importantes son:

Punción del útero: sucede cuando la varilla de curetaje incide


demasiado en la superficie uterina llegando a perforar el útero.
Sucedía con más frecuencia antiguamente, cuando no había una
cámara que permitiese ver el interior del útero, hoy en día es más raro.
Para solucionarlo se debe realizar una cirugía en quirófano; en el peor
de los casos habría que quitar el útero

Oclusión del útero por cicatrización: se conoce como el síndrome de


Asherman. Una vez realizado el legrado, las superficies uterinas deben
cicatrizar, pero en ocasiones sucede que contactan entre sí y cicatrizan
juntas. De esta forma la cavidad del útero se colapsa y no permite que
pueda desarrollarse un embarazo en él,
provocando esterilidad permanente.

Desgarro del cuello uterino: aunque raro, puede suceder que al dilatar
el cuello uterino, o en la posterior manipulación al realizar el curetaje,
éste se desgarre por alguno de los bordes. En este caso se puede
solucionar el problema en el momento cosiendo el desgarro si es
pequeño; en caso de ser demasiado grande se debe proceder a una
cirugía más profunda.

Infección: durante el legrado son varios los instrumentos que se


introducen dentro de la cavidad uterina. En todos los casos estos
instrumentos tienen que ser estériles para evitar el traspaso de
gérmenes hacia el interior. Sin embargo, puede darse el caso de que
los propios microbios de la vagina de la mujer se traspasen al interior
del útero y resulten nocivos para él. En tal caso se desarrollaría una
infección que daría fiebre, flujos vaginales con mal olor, etcétera. Se
trata con tratamiento antibiótico, intravenoso si es grave.
Abandonar tejido en el interior del útero: cuando se realiza un legrado
debe extraerse todo el tejido de endometrio que se ha raspado de la
superficie. Cuando una parte de este tejido se queda dentro del útero
puede pudrirse y servir de foco de infección en el futuro. Esto es
especialmente grave cuando se realiza un legrado por un aborto.

Hemorragia: como en las cirugías, una de las complicaciones más


frecuentes es el sangrado de la herida, que en este caso se forma en la
superficie uterina. Es raro que sea grave, ya que no hay arterias
grandes a ese nivel del útero, pero después o durante el propio legrado
hay que vigilar que los sangrados no sean demasiado abundantes.

El legrado es una operación que se realiza para raspar el revestimiento del útero. El cérvix
(cuello) del útero (matriz) se dilata con un instrumento llamado dilatador. El endometrio
(revestimiento interno del útero) se raspa suavemente con un instrumento en forma de
cuchara llamado cureta.

Por qué se hace un legrado uterino?


El legrado se puede utilizar como una prueba de diagnóstico o como una forma de
tratamiento para una amplia gama de condiciones. Algunos de los problemas que pueden
requerir un legrado incluyen:

 Los antecedentes de sangrado menstrual anormal, tal como sangrado abundante


(menorragia) o sangrado entre los períodos

 Los pólipos (pequeños crecimientos que sobresalen de la membrana mucosa del


útero)
 Una infección uterina
 El aborto incompleto (aborto involuntario)
 El aborto quirúrgico
 El sangrado abundante después del parto
 La sospecha de cáncer de útero
 Las investigaciones/exámenes sobre la infertilidad femenina.
Preparación de la paciente antes de realizar el legrado
 Se le aconseja que no coma o beba ningún alimento por lo menos seis a ocho
horas antes de la cirugía.
 En algunos casos, se le da una inyección de una hora antes de la operación para
que se sienta somnolienta y ayudar a secar los fluidos internos.
 En las mujeres menores de 35 años generalmente se desaconseja someterse a
un legrado, salvo que no exista otra alternativa.

Cómo se realiza el legrado uterino?


El legrado se considera como una operación relativamente menor y se puede realizar
como cirugía ambulatoria, pero por lo general se administra anestesia general.

El típico procedimiento para el legrado incluye:


 Una vez que se anestesia, el útero se examina para determinar su tamaño y
posición.
 Las paredes de la vagina se mantienen separadas por un instrumento llamado
espéculo (el mismo instrumento usado durante la prueba de Papanicolaou).
 Si usted no está bajo anestesia general, se inserta un instrumento tanto para
posicionar el cuello uterino y administrar anestesia local.
 Varillas (dilatadores) que aumentan de tamaño se introduce en el cuello uterino,
uno a la vez, para ensanchar suavemente la entrada del cuello uterino hasta
lograr el diámetro correcto.
 Una cureta en forma de cuchara se inserta a través del cuello uterino dilatado y en
el útero.
 El revestimiento del útero (endometrio) se raspa con la cureta.

Lo que sucede después depende de la condición. Por ejemplo, el procedimiento de


raspado concluye el aborto quirúrgico, mientras que las muestras de tejido se preparan y
llevan a un laboratorio para la investigación si el legrado se necesita para ayudar a
diagnosticar cáncer uterino.

Inmediatamente después de un legrado


Después de la cirugía usted puede esperar:

 Que las enfermeras registren sus signos vitales, tales como la temperatura, el
pulso y la presión arterial.
 Se mantiene en observación para detectar cualquier sangrado vaginal.
 No debería ser necesario utilizar medicamentos para el alivio del dolor después de
la operación, aunque algunos pacientes experimentan leves calambres
abdominales. Un analgésico leve puede ser sugerido.
 Usted debe ser capaz de levantarse de la cama a las pocas horas y con frecuencia
ir a su casa cuatro a seis horas después de la operación si no hay sangrado
vaginal.
 Si usted ha perdido mucha sangre antes de la operación, es posible que deba
permanecer en el hospital durante la noche.
 Haga arreglos para que alguien venga y la recoja de la cirugía o en el hospital, ya
que no debe conducir al menos hasta el día siguiente.
Las posibles complicaciones del legrado
Algunas de las posibles complicaciones del legrado incluyen:

 Las reacciones alérgicas a los medicamentos que se utilizan, como reacción


alérgica a la anestesia general
 Daño del cuello uterino debido a la dilatación o el paso de instrumentos
 Hemorragia (sangrado)
 La infección del útero u otros órganos pélvicos
 Tejido cicatricial dentro del útero, si el raspado fue excesivo.
 Punción o perforación del útero.

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