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Hay que tener especial cuidado con las mujeres a las que se les
practica un legrado tras un aborto, porque el impacto emocional puede
ser demasiado intenso y pueden llegar a necesitar apoyo psicológico.
Desgarro del cuello uterino: aunque raro, puede suceder que al dilatar
el cuello uterino, o en la posterior manipulación al realizar el curetaje,
éste se desgarre por alguno de los bordes. En este caso se puede
solucionar el problema en el momento cosiendo el desgarro si es
pequeño; en caso de ser demasiado grande se debe proceder a una
cirugía más profunda.
El legrado es una operación que se realiza para raspar el revestimiento del útero. El cérvix
(cuello) del útero (matriz) se dilata con un instrumento llamado dilatador. El endometrio
(revestimiento interno del útero) se raspa suavemente con un instrumento en forma de
cuchara llamado cureta.
Que las enfermeras registren sus signos vitales, tales como la temperatura, el
pulso y la presión arterial.
Se mantiene en observación para detectar cualquier sangrado vaginal.
No debería ser necesario utilizar medicamentos para el alivio del dolor después de
la operación, aunque algunos pacientes experimentan leves calambres
abdominales. Un analgésico leve puede ser sugerido.
Usted debe ser capaz de levantarse de la cama a las pocas horas y con frecuencia
ir a su casa cuatro a seis horas después de la operación si no hay sangrado
vaginal.
Si usted ha perdido mucha sangre antes de la operación, es posible que deba
permanecer en el hospital durante la noche.
Haga arreglos para que alguien venga y la recoja de la cirugía o en el hospital, ya
que no debe conducir al menos hasta el día siguiente.
Las posibles complicaciones del legrado
Algunas de las posibles complicaciones del legrado incluyen: