Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Esta traducción fue realizada por el foro Midnight Dreams por favor respeten este trabajo
hecho por Fans para Fans, no pedimos dinero al realizarlas, es completamente gratis. No
quiten los créditos de quienes nos esforzamos para brindarles está historia traducida. Esta no
es una traducción realizada por una editorial o autopublicada por los mismos autores en
habla hispana. 2
Esperamos disfruten de esta historia.
Cili
Traductoras
Jazmin Andreeapaz
Kote Viera
Mae NataliCQ
Nix America_12
Rihano Cili
Tris17 3
Correctoras
Annabrch Yeeism.M
Cc_18 LOAM95
Kote Pagan
Revisión Final
Cili
Kote
Diseñadora
Cili
Indice
Staff Capitulo 15 Capitulo 31
Hannah Wells por fin ha encontrado a alguien que la enciende. Pero mientras
que podría estar confiada en cualquier otra área de su vida, ella acarrea un gran
equipaje cuando se trata de sexo y seducción. Si quiere llamar la atención de su
amor platónico, va a tener que salir de su zona de confort y hacerse notar... incluso
si esto significa dar tutoría al molesto, infantil y engreído capitán del equipo de
hockey, a cambio de una cita falsa.
Off-Campus #1
1
Hannah
Traducido por NataliCQ & Dianna’
Pero santo infierno, no hay otra manera de describir sus rasgos duros y ojos
marrones conmovedores. Lleva una gorra de béisbol hoy, pero sé lo que hay debajo
de ella: cabello grueso y oscuro, del tipo que luce sedoso al tacto y te dan ganas de
correr tus dedos a través de él.
El primero me dejó.
Sorpresa, sorpresa, el setenta por ciento de la clase tiene una C-más o menos en
el examen de mitad del semestre.
¿Yo? soy una experta en eso. Y estaría mintiendo si dijera que la grande y
roja ¡A! redondeada en la parte superior de mi examen no había llegado como una
sorpresa total. Todo lo que hice fue garabatear una corriente interminable de
mierda para tratar de llenar el folleto.
Ética Filosófica se suponía que era una brisa. El profesor que solía enseñarlo
entregó pruebas de opción múltiple descerebradas y un “examen” final que consiste
en un ensayo personal que plantea un dilema moral y preguntó cómo ibas a
reaccionar ante él.
Pero dos semanas antes del inicio del semestre, el profesor Lane cayó muerto
de un ataque al corazón. Escuché que la señora de la limpieza lo encontró en el
suelo del baño, desnudo. Pobre tipo.
Por suerte (y sí, eso es sarcasmo total) Pamela Tolbert intervino para hacerse
cargo de la clase de Lane. Es nueva en la Universidad Briar, y es el tipo de
profesora que quiere que realices conexiones y “participes” con el material. Si esto
fuera una película, ella sería la joven y ambiciosa profesora que se presenta en el
interior de la escuela de la ciudad e inspira a los malhechores, y de repente todo el
mundo está anotando sus As y recogiendo sus lápices, y en los créditos finales
aumentando para anunciar cómo todos los niños entraron en Harvard o alguna
mierda. Oscar instantáneo para Hilary Swank.
Excepto que esta no es una película, lo que significa que lo único que Tolbert
ha inspirado en sus estudiantes es odio. Y sinceramente, no parece comprender por 7
qué nadie está sobresaliendo en su clase.
He aquí una pista: es porque hace el tipo de preguntas con las que podrías
escribir una maldita tesis de postgrado.
La palabra que acaba de utilizar… ¿dispuesta? sí, claro. He oído que una
tonelada de estudiantes se quejaron con sus consejeros sobre ella, y sospecho que la
administración le está obligando a dar a todos una reivindicación. No se ve bien en
Briar cuando más de la mitad de los estudiantes de un curso están reprobando,
sobre todo cuando no son sólo los vagos. Sobresalientes estudiantes de A como
Nell, quien está enfurruñada a mi lado, también bombardeó el examen de mitad del
semestre.
—Para aquellos de ustedes que elijan tomarlo de nuevo, se promediarán las dos
notas. Si lo hacen peor la segunda vez, la primera nota se mantendrá —Termina
Tolbert.
Al segundo que Tolbert nos ignora, la sala de conferencias se hace eco con
ruidos de salgamos-malditamente-rápido-de-aquí. Portátiles se cierran de golpe,
cuadernos se deslizan en mochilas, estudiantes se arrastran lejos de sus asientos.
La voz burlona de Nell trae un rubor a mis mejillas. Me agarró babeando por
Justin en más de una ocasión, y es una de las pocas personas a las que les he
admitido mi obsesión.
El caso en cuestión, Garrett Graham, la otra estrella del deporte en esta clase.
El chico camina alrededor como si fuera dueño del lugar. Supongo que es del tipo
que lo es. Todo lo que tiene que hacer es chasquear los dedos y una niña ansiosa
aparece a su lado. O salta a su regazo. O pega su lengua en su garganta.
No luce como el Gran Hombre Del Campus hoy, sin embargo. Casi todo el
mundo se ha ido, incluyendo a Tolbert, pero Garrett permanece en su asiento, sus
puños cerrados con fuerza alrededor de los bordes de su folleto.
Debe haber fracasado también, pero no siento mucha simpatía por el chico.
Briar es conocida por dos cosas, el hockey y el fútbol, lo que no es una gran
sorpresa considerando que Massachusetts es el hogar de los Patriots y los Bruins.
Los atletas que juegan actualmente en Briar casi siempre terminan en los
profesionales, y durante sus años aquí consiguen todo en bandeja de plata,
incluyendo calificaciones.
Así que sí, a lo mejor me hace un poquito vengativa, pero me da una sensación
de triunfo saber que Tolbert no está aprobando al capitán de nuestro equipo de
hockey ganador del campeonato junto con todos los demás.
—¿Quieres agarrar algo del Coffee Hut? —pregunta Nell mientras recoge sus
9
libros.
—No puedo. Tengo ensayo en veinte minutos. —Me levanto, pero no la sigo
hasta la puerta—. Adelántate. Tengo que revisar el calendario antes de irme. No
recuerdo cuando es mi próximo tutorial.
Me gustaría ser lo suficientemente valiente como para ir tras él. Tal vez
invitarlo a tomar un café. O cenar. O a un desayuno tardío… espera, ¿la gente de
nuestra edad si quiera tiene desayunos tardíos?
Porque soy una cobarde. Sí, una total gallina de mierda cobarde. Estoy
asustada de que vaya a decir que no, pero estoy aún más aterrorizada que vaya a
decir que sí.
Cierto. Pasos de bebé. Eso fue la pieza favorita que mi terapeuta aconsejó, y no
puedo negar que la estrategia me ha ayudado mucho. Centrarme en las pequeñas
victorias, Carole siempre lo aconsejó.
Pasos de bebé.
Garrett
Fallé.
Jodidamente fallé.
Durante quince años, Timothy Lane repartió As como mentas. ¿El año
que yo tomo la clase? El corazón de Lane deja de latir, y quedo atascado con
Pamela Tolbert.
Pero no habrá más hockey si no subo esta nota. ¿Lo peor de Briar? Nuestro
decano exige excelencia, académica y atléticamente. Mientras que en otras escuelas
podrían ser más indulgentes con los atletas, Briar tiene una política de cero
tolerancia.
Maldita Tolbert. Cuando hablé con ella antes de la clase pidiendo crédito
adicional, me dijo con su voz nasal sobre asistir a las tutorías y reunirme con el
grupo de estudio. Ya estoy haciendo ambas cosas. Así que sí, a menos que contrate
algún niño prodigio que use una máscara de mi rostro y haga el examen de
reposición por mí... estoy jodido.
¿Mandy?
¿Marty?
Ella es linda, sin embargo. Un infierno mucho más bonita de lo que había
notado. Cara bonita, cabello oscuro, cuerpo ardiente, mierda, ¿cómo no he notado
ese cuerpo antes?
Gruño algo en voz baja. No estoy de humor para hablar con nadie en este
momento. 12
Una ceja oscura se eleva en mi dirección. —Lo siento, ¿eso fue inglés?
Hago una pelota com mi parcial y arrastro mi silla hacia atrás. —Dije que todo
está bien.
La dejo pasar antes de entrar al pasillo. Supongo que puedo decir que es el
caballero en mí, pero eso sería una mentira. Quiero comprobar su culo de nuevo,
porque es un culo malditamente sexy, y ahora que lo he visto no me importaría otro
vistazo. La sigo hasta la salida, de repente dándome cuenta cuan malditamente
pequeña es, estoy un paso detrás de ella pero puedo ver la parte superior de su
cabeza.
Ella da una sonrisa humilde. —Lo sé, ¿cierto? Pensé que había reprobado
seguro.
Ruedo los ojos. —No te estoy pidiendo que te quites la ropa, nena. Sólo quiero
echarle un vistazo a tu examen parcial.
13
—¿Nena? Adiós atrevido, hola presuntuoso.
—Por supuesto que no. —Ella suspira—. Es Hannah. —Luego se hace una
pausa significativa—. Garrett.
—¿Me asesorarías?
Sus ojos verdes, el tono más oscuro de verde que he visto en mi vida y rodeados
de gruesas pestañas negras, van desde sorprendidos a escépticos en cuestión de
segundos.
—Oh. Um. Bueno, sí, claro que esperaría que me pagaras. Pero... —Ella
sacude la cabeza—. Lo siento. No puedo.
Hay un latido, y entonces ella suspira. —Soy una estudiante de música, ¿de
acuerdo? Y la facultad de artes presenta dos actuaciones principales cada año, la
presentación de invierno y la de primavera. El ganador obtendrá una beca de cinco
mil dólares. Es algo así como un gran asunto, en realidad. La gente importante de
la industria vuela de todas partes del país para verlo. Agentes, productores
discográficos, buscadores de talento.... Así que, por mucho que me encantaría
ayudarte…
—No lo harás —Refunfuño—. Parece que ni siquiera quieres hablar conmigo
ahora mismo.
—¿Sabes que hay un grupo de estudio, ¿no? Te puedo dar el número para…
—Oh. Bueno, entonces no hay mucho más que pueda hacer por ti. Buena
suerte en el examen se recuperación. Nene.
Absolutamente jodido.
2
Garrett
Traducido por Rihano & Jazmín
—¡Demonios si! —canta Tuck mientras sus defensas hacen un tiro pasando al
portero de Logan y el marcador se ilumina.
—¡Ah, maldición! —Logan detiene el juego y lanza una mirada oscura hacia
mí—. ¿Qué demonios, G? Acabo de ser derrotado gracias a ti.
Por supuesto, yo no soy nadie para decirlo. No soy un monje, y tampoco lo son
Logan y Tuck. ¿Qué puedo decir? Los jugadores de hockey son hijos de puta en
celo. Cuando no estamos en el hielo, podemos ser encontrados generalmente
conectando con una o dos conejitas de hielo. O tres, si tu nombre es Tucker y es la
víspera de Año Nuevo del año pasado.
Siempre puedo decir cuan borracho está Logan basado en la gramática de sus
mensajes de texto. Y esta noche debe estarlo extremadamente, porque tuve que
volverme Sherlock para descifrar sus mensajes. Sorprs, significaba sorpresa. Ttcdv,
me había tomado más tiempo para decodificar, pero creo que significaba ¿trae tu
culo de vuelta? Pero quién sabe con Logan.
Desde su posición en el sofá, sonríe de manera tan amplia que es una maravilla
que su mandíbula no se desajuste.
Señala con su dedo pulgar hacia el techo y dice—: Ve arriba y velo por ti
mismo.
Logan suelta unas risitas. —Si te dijera, entonces no sería una sorpresa.
Tucker sonríe. —Oh, vamos, Bandit era jodidamente adorable. Él era tu regalo
de bienvenida a la universidad.
—Por el amor de dios —gime Logan—. Sólo tienes que ir arriba. Confía en mí,
nos agradecerás por ello más tarde.
Robo dos latas más de cerveza al irme. No bebo mucho durante la temporada,
pero el entrenador nos dio la semana libre para estudiar para los exámenes parciales
y todavía nos quedan dos días libres. Mis compañeros de equipo, cabrones con
suerte, parece que no tienen problemas con beberse doce cervezas y jugar como
campeones al día siguiente. ¿Yo? Incluso un mareo me da un dolor de cabeza
escandaloso a la mañana siguiente y luego patino como un niño con su primer par
de patines.
18
Una vez que volvamos al programa de prácticas de seis-días-a-la-semana, mi
consumo de alcohol se reducirá al límite usual de uno/cinco. Un trago en noches
de práctica, cinco después de un partido. Sin excepciones.
Consigo una.
Excepto que es más una emboscada visual, porque maldita sea, la chica en mi
cama parece que salió del catálogo de VictoriaSecret.
Ahora, soy un chico. No sé los nombres de la mitad de la mierda que ella está
usando. Veo encaje blanco y lazos rosados y mucha piel. Y estoy feliz.
—Te tomó bastante tiempo —Kendall me lanza una sonrisa sexy que dice; estás
a punto de tener suerte, chico grande, y mi pene reacciona en consecuencia,
engrosándose por debajo de mi cremallera—. Te estaba dando cinco minutos más
antes de irme.
Soy muy consciente de que sonamos como los personajes de una película
porno cursi. Pero vamos, ¿cuándo un hombre entra en su habitación y encuentra a
una mujer que se ve así? Él está dispuesto a recrear cualquier escena de mala
calidad que ella quiera, incluso una que lo involucre a él fingiendo repartirle
pasteles a una MMGF1.
—Pensé que podrías desear pasar un buen rato antes de que la práctica
19
comenzara de nuevo. —Dice ella, sus dedos bien cuidados jugando con el pequeño
lazo rosa en el centro de su sujetador.
—Pensaste bien.
Una sonrisa curva sus labios mientras se levanta hasta sus rodillas. Maldita sea,
sus tetas prácticamente se están saliendo de esa cosa de encaje que lleva puesto. Me
dobla un dedo.
—Ven aquí.
No pierdo el tiempo caminando hacia ella. Porque... otra vez... soy un chico.
1
MMGF: Mamá que me gustaría follar (en inglés MILF).
No, me equivoco. La lengua de Kendall entra en juego, y mierda santa, es
mucho mejor que su mano.
Las mujeres no usan ropa interior cara para tener sexo de una noche, ¿verdad?
Estoy pensando que no, y las siguientes palabras de Kendall validan mis
inquietantes pensamientos.
—Uh… —me esfuerzo por palabras, cualquier secuencia en las que no consista
el te, extrañe, y también—. He estado ocupado. Ya sabes, los exámenes parciales.
Jodeme. ¿Qué se supone que tengo que decir a eso? No voy a mentir, porque
eso sólo va a darle falsas esperanzas. Pero no quiero ser un cretino sobre eso y
admitir que ella ni siquiera se me ha pasado por la cabeza desde la última vez que
nos enganchamos.
Me levanto y voy directo hacia mis pantalones desechados. —Me preocupo por
ti —protesto—. Pero...
—Pero pensé que estábamos claros acerca de lo que era. No quiero nada serio.
—Le disparé una mirada mordaz—. Te lo dije desde el principio.
—El hockey es mi vida —le digo con voz ronca—. Practico seis días a la
semana, juego veinte juegos al año, más si hacemos la post-temporada. No tengo
tiempo para una novia, Kendall. Y tú te mereces un infierno más de lo que yo
puedo darte.
La infelicidad nubla sus ojos. —Ya no quiero una aventura ocasional. Quiero
ser tu novia.
Otra razón del porque casi sale de mi boca, pero me muerdo la lengua. Si había
demostrado algún interés en mí fuera del sentido carnal, podría creerle, pero me
hace preguntarme si la única razón por la que quiere tener una relación conmigo es
porque soy una especie de símbolo de estatus para ella.
Me trago mi frustración y le ofrezco otra torpe disculpa. —Lo siento. Pero ahí
es donde estoy en este momento.
No puedo discutir con eso, así que no lo hago. —Nos divertimos mucho, sin
embargo, ¿cierto?
—Con eso dicho... —sus ojos brillan con picardía—. Déjame saber si cambias
de opinión sobre la cosa de novia.
—Bien.
El sexo siempre despierta mi apetito, así que bajo las escaleras en busca de
alimento, y soy feliz de encontrar que todavía hay sobras de arroz y pollo frito
cortesía de Tuck, quien es nuestro chef, porque el resto de nosotros no puede hervir
agua sin quemarla. Tuck, por otro lado, creció en Texas, con una madre soltera que
le enseñó a cocinar cuando todavía estaba en pañales.
Levanta una ceja cuando me ve. —Hey. No pensé que te vería de nuevo esta
noche. Imaginé que estarías MJO.
—¿MJO? —Le pregunto entre bocado y bocado. A Logan le gusta hacer siglas
con la esperanza de que vamos a empezar a utilizarlas como jerga, pero la mitad
del tiempo no tengo ni idea de lo que está balbuceando.
Logan pone sus antebrazos en el mostrador, sus ojos azules brillando cuando
cambia de tema. —No puedo jodidamente esperar para el juego contra St. Anthony
este fin de semana. ¿Oíste? La suspensión de Braxton se ha acabado.
—Mierda —murmuro.
Así que con un suspiro, le digo a Logan sobre mi F en Ética y lo que podría
significar para el equipo.
—Mierda.
—Lo sé.
—Realmente creo que deberías cantar esa última nota en Mi mayor —Insiste
Cass. Él es como un disco rayado, arrojando la misma sugerencia irrazonable cada
vez que terminamos de ejecutar nuestro dúo.
25
Ahora, soy una pacifista. No creo en el uso de los puños para resolver tus
problemas, creo que organizar peleas es barbárico, y la idea de la guerra me
repugna.
—El tono es demasiado bajo para mí. —Mi voz es firme, pero es imposible
ocultar mi molestia.
Cass se pasa la mano frustrado por su pelo oscuro y ondulado, y se volvió hacia
Mary Jane, quien está embarazosamente inquieta en el banco del piano. —Tú sabes
que tengo razón, MJ —Le suplica a ella—. Esto ocasionará más de un choque si
Hannah y yo terminamos en el mismo tono en lugar de hacer la armonía.
Estoy lista para rasgar mi propio pelo. Sé exactamente lo que Cass está
haciendo. Él quiere terminar la canción en su nota. Ha estado tirando mierda como
ésta desde que decidimos formar un equipo para la presentación de invierno,
haciendo todo lo posible para destacar su propia voz mientras me empuja a un
segundo plano.
Si hubiera sabido lo jodido diva que era Cass, habría dicho demonios no a un
dúo, pero el imbécil decidido mostrar su verdadera cara después de que empezamos
los ensayos, y ahora ya es demasiado tarde para echarse para atrás. He invertido
mucho tiempo en este dúo, y honestamente, de verdad amo la canción. Mary Jane
escribió una pieza increíble, y una parte de mí realmente no quiere decepcionarla.
Además, sé que es un hecho que la facultad prefiere duetos a solos, porque las
últimas cuatro actuaciones ganadoras de becas han sido duetos. Los jueces se
vuelven extremadamente locos por las armonías complejas, y esta composición las
tiene en abundancia.
—Um...
—Tal vez Cass tiene razón —murmura MJ, evitando mis ojos mientras me
traiciona—. ¿Por qué no tratamos el Mi mayor, Hannah? Vamos a hacerlo una vez
y ver cuál funciona mejor.
El triunfo ilumina los ojos de Cass, pero no se queda allí mucho tiempo,
porque después de que cantamos la canción de nuevo, está claro que su sugerencia
apesta. La nota es demasiado baja para mí, y en vez de causar que la magnífica voz
de barítono de Cass se destaque, mi parte suena tan torpemente que desvía la
atención de la suya.
—Creo que Hannah debe apegarse al tono original. —Mary Jane mira a Cass y
se muerde el labio, como si tuviera miedo de su reacción.
2
BenedictArnold: Fue un general estadounidense que se pasó al bando inglés durante la guerra de
independencia norteamericana. Se utiliza para señalar que alguien es un traidor.
Afortunadamente, nuestra hora está terminada, lo que significa que el espacio
de ensayo está a punto de pertenecer a una de las clases de primer año. Con ganas
de salir de allí, rápidamente recojo mi hoja de música y la deslizo en mi chaquetón.
Cuanto menos tiempo tenga que pasar con Cass, mejor.
—No, mañana es nuestro día de las cuatro, ¿recuerdas? Yo trabajo las noches
de los martes.
Arqueo una ceja. —Lo dice el hombre que se niega a ensayar los fines de
semana. Porque da la casualidad que yo tengo libres las noches de los sábados y
domingos.
Imbécil.
27
Un profundo suspiro se hace eco detrás de mí. Me doy la vuelta y me doy
cuenta de que MJ se encuentra todavía en el piano, aún mordiéndose el labio.
—Lo siento, Hannah. —Dice en voz baja—. Cuando les pedí a los chicos que
cantaran mi canción, no me di cuenta de que Cass sería tan difícil.
—Tú eres una cantante increíble, también. Es por eso que los elegí a ustedes
dos. No podía imaginar a nadie más trayendo la canción a la vida, ¿sabes?
Le sonrío. Ella realmente es una chica dulce, por no hablar de una de las
compositoras más talentosas que he conocido. Cada pieza que es interpretada en la
presentación tiene que ser compuesta por un especializado en estudios de
composición e incluso antes de que MJ se acercara a mí, yo ya había planeado
preguntarle si podía utilizar una de sus canciones.
Le doy un ligero saludo, luego salgo de la sala del coro y me encamino hacia
afuera.
Una de mis cosas favoritas sobre Briar es el campus. Los edificios antiguos y
cubiertos con ramas de hiedra, están conectados entre sí por caminos de adoquines
bordeados de olmos llorones y bancos de hierro forjado. La universidad es una de
las más antiguas del país, y la lista de sus ex alumnos contiene decenas de personas
influyentes, entre ellas más de un presidente.
Pero lo mejor de Briar es cuan seguro es. En serio, nuestra tasa de criminalidad
es próxima a cero, lo que probablemente tiene mucho que ver con la dedicación de
Dean Farrow por la seguridad de sus estudiantes. La escuela invierte un montón de
dinero en la seguridad en forma de cámaras colocadas estratégicamente y guardias
que patrullan los jardines veinticuatro horas al día. No es que sea una prisión o
nada. Los chicos de seguridad son amables y discretos. Con toda honestidad, yo
apenas los noto cuando estoy paseando por el campus.
El espacio que comparto con Allie es más una suite que una habitación regular
de la residencia, lo que es una de las ventajas de ser alumnos de segundo año.
Tenemos dos dormitorios, una pequeña área común y una cocina aún más
pequeña. El único inconveniente es el baño común que compartimos con las otras
cuatro chicas en nuestra planta, pero por suerte ninguna de nosotras es una patán,
por lo que los baños y las duchas suelen mantenerse absolutamente limpias.
—Tuve ensayo. —Me quito los zapatos y lanzo mi abrigo en la cama, luego
procedo a desnudarme hasta mi ropa interior a pesar del hecho de que Allie se
encuentra todavía en la puerta.
Erase una vez, en que había sido demasiado tímida para desnudarme delante
de ella. Cuando compartimos una doble en el primer año, pasé las primeras
semanas cambiándome bajo mi manta o esperando hasta que Allie saliera de la
habitación. Pero la cosa acerca de la universidad es, que no hay tal cosa como la
privacidad, y tarde o temprano sólo tienes que aceptar eso. Todavía recuerdo lo
avergonzada que estaba la primera vez que vi los pechos desnudos de Allie, pero la
chica tiene cero modestia, y cuando ella me había pillado mirando, sólo guiñó un
ojo y dijo—: He conseguido que pasara, ¿eh?
Su apertura informal levantó mi guardia. He vivido con Allie por dos años.
Tiempo suficiente para saber que cuando ella comienza una oración con “Así que
escucha”, por lo general es seguido por algo que no quiero oír.
—Hay una fiesta en la casa Sigma la noche del miércoles. —Sus ojos azules
adquieren un brillo duro—. Estás viniendo conmigo.
—Sí de una manera. —Ella cruza los brazos sobre su pecho—. Los exámenes
parciales se terminaron, así que no tienes que usar eso como una excusa. Y
prometiste qué harías un esfuerzo por ser más social este año. 29
Había prometido eso, pero... aquí está la cosa. No me gustan las fiestas.
Dios, odio esa palabra. Violación. Es una de las pocas palabras en el idioma
español que tiene un efecto visceral cuando la oyes. Como una bofetada que sacude
los huesos de la cara o el frío del agua helada siendo vertida sobre tu cabeza. Es fea
y desmoralizadora, y yo intento mucho no dejar que ésta controle mi vida. He
trabajado a través de lo que me pasó. Créeme, lo he hecho.
Sé que no fue mi culpa. Sé que no le pedí eso o hice algo para incitarlo. No
robó mi capacidad de confiar en la gente o hacerme temer a todo hombre que se
cruza en mi camino. Años de terapia me ayudaron a ver que la carga de la culpa es
exclusivamente de él. Había algo mal con él. No conmigo. Nunca conmigo. Y la
lección más importante que aprendí es que no soy una víctima, soy una
sobreviviente.
—Está bien. —Me ablando, no sólo por su bien, sino el mío. Le había
prometido que sería más social, pero también me prometí a mí misma que iba a
hacer un esfuerzo para probar cosas nuevas este año. Para bajar la guardia y dejar
de ser tan malditamente miedosa a lo desconocido. Una fiesta de fraternidad no
puede ser mi idea de un buen momento, pero quién sabe, a lo mejor voy a terminar 30
disfrutándolo.
—Au, mira qué linda eres, defendiendo a un jugador de fútbol. Espera, déjame
ir afuera para ver si los cerdos están volando en el cielo.
—Ja, ja.
—Lo dice la chica que nunca ha hablado ni una sola palabra con él.
—No lo era.
—Dios mío. ¿Estás espiando sus conversaciones ahora? Eres una semejante
trepadora. —Allie exhala un suspiro—. Bueno, eso es todo. Miércoles por la noche
estás intercambiando diálogo real con el chico.
—Haré que surja. En serio. No estamos dejando esa casa de fraternidad hasta 31
que hables con Justin. No me importa si sólo le dices oye, cómo estas. Estás
hablando con él. —Clava el dedo en el aire—. ¿Capiche?
Rio disimuladamente.
—Bien. Ahora date prisa y toma una ducha para que podamos ver un par de
episodios de Mad Men antes de dormir.
—Un episodio. Estoy demasiado cansada para nada más que eso. —Le
sonrío—. ¿Capiche?
Puse mi maleta con artículos de aseo en el tocador, hurgo en el bolso hasta que
localizo mi teléfono celular, entonces analizo el mensaje en la pantalla.
Oye, es Garrett. Quería negociar los detalles: programar el horario de tutoría
Mierda. Había firmado para el grupo en el inicio del semestre, pero eso fue
antes de que con Cass decidiéramos que teníamos que ensayar los lunes y miércoles
en el momento exacto en que el grupo de estudio se reúne.
Otro mensaje aparece antes de que pueda responder, y quien dijo que no es
posible detectar el tono de una persona a través de un texto estaba totalmente
equivocado. Debido a que el tono de Garrett está lleno de mal humor.
Yo: No puedo. Tengo la gripe española. Altamente contagiosa. Acabo de salvar tu vida,
amigo.
Él: Aw, agradezco la preocupación. Pero soy inmune a las pandemias que acabaron con
40 mil prsnas de 1918 hasta 1919.
Ugh, ¿de nuevo con lo de nena? Todo bien. Está claro que es hora de poner fin
a esto antes de que llegue su coqueteo.
Yo: Por El Jodido Dios ¡¿Me acabas de enviar una foto de tu pecho?!
Yo: Ew. Anda a untar mantequilla a otra persona. PD: estoy publicando esta foto en mi-
bri.
Esta noche tengo suerte y consigo ir en coche. Tengo un acuerdo con Tracy,
una de las chicas que vive en mi piso. Ella me deja usar su coche cada vez que no lo
necesita, siempre y cuando lo devuelva con el tanque lleno de gasolina. Es un
negocio redondo, especialmente en el invierno, cuando toda la zona se convierte en
una pista de patinaje cubierta de nieve.
En serio.
—Un tutor.
—No quiero.
—En otro momento. —Se hace eco en un tono despectivo, cruzando las manos
sobre el mantel a cuadros azules y blancos.
Tiene manos grandes con dedos largos y uñas cortas, y nudillos que están un
poco rojos y agrietados. Me pregunto si ha estado en una pelea hace poco, pero
luego me doy cuenta de que los nudillos reventados son probablemente una cosa de
jugador de hockey.
—También voy a tomar una rebanada de ese pastel de nuez y un Dr. Pepper
para beber. Ah, y algunas clases.
—No está en el menú. —Digo con alegría—. Pero el resto viene directo hacia
acá.
—Síp.
—Mierda, ¿lo hizo? Quiero decir, sus labios se movían, pero no me di cuenta
que estaba hablando.
Por la forma en que Lisa jadea, podrías pensar que acabas de entregarle un
cheque por cinco millones de dólares. —¿Estás segura?
—Oh, Dios mío. —Da un paso hacia adelante, como si va a abrazarme, pero
entonces su mirada se lanza hacia Garrett y parece tener dudas sobre difundir su
alegría terriblemente injustificada—. Te debo una muy grande por esto, Han.
Quiero decirle que en realidad ella me está haciendo el favor, pero ya está
corriendo hacia el puesto en el que espera su príncipe. Observo con diversión como
la expresión de Garrett se nubla ante la aproximación de Lisa. Coge el vaso que ella
coloca frente a él, luego encuentra mi mirada e inclina la cabeza.
Que Dios me ayude, pero voy a convencer a esta chica para que me dé clases,
aunque muera en el intento.
Me está mirando como si yo fuera una celebridad o algo así, pero estoy
acostumbrado a la atención. Hecho: cuando eres el capitán de un equipo de la
División I de hockey que ha ganado dos títulos nacionales consecutivos, la gente
sabe quién eres. Y las mujeres quieren follarte.
—No, gracias. Sólo la cuenta, por favor.
Antes de que pueda irse, le hago una pregunta en forma brusca. —¿Sabes
cuándo se termina el turno de Hannah?
—Ella está en una de mis clases. Quería hablar con ella acerca de una tarea.
—Seguro que lo estás. —Me encojo de hombros—. Sólo tengo que averiguar lo
que quieres a cambio.
La sigo hasta el lado del conductor, pero ella me ignora por completo mientras
abre la puerta y tira su bolso en el asiento del pasajero.
—¿Qué tal una cita? —Ofrezco.
Eso consigue su atención. Ella se endereza como si alguien le fuera metido una
varilla metálica por la espalda, y luego gira la cabeza con asombro. —¿Qué?
—No, has conseguido mi disgusto. ¿En realidad crees que quiero salir contigo?
Tal vez debería sentirme ofendido por su respuesta, pero me gusta el sonido de
su risa. Tiene una calidad musical, un tono ronco que cosquillea mis oídos.
—Sólo por curiosidad —dice ella—, después de despertarte por la mañana, ¿te
admiras en el espejo durante una hora o dos?
—Por supuesto que no. —Sonrío—. Beso a cada uno de mis bíceps y luego
apunto al techo y agradezco al gran hombre de arriba por crear un perfecto 40
espécimen masculino.
Ella resopla. —A-ja. Bueno, siento romper tu burbuja, Sr. Perfecto, pero no
estoy interesada en salir contigo.
—Creo que estás mal interpretando, Wellsy. No estoy buscando hacer una
conexión de amor contigo. Sé que no estás interesa en mí. Si te hace sentir mejor,
yo no estoy interesado en ti tampoco.
—Imagen —Repite.
—Sí. ¿Crees que serías la primera chica que salió conmigo para impulsar su
popularidad? Pasa todo el tiempo.
—Nada. Estás perdiendo el tiempo —Ella niega con la cabeza, viéndose tan
frustrada como yo me siento—. Sabes, si tomas todo el esfuerzo que estás
utilizando en acosarme y lo canalizaras en tus estudios, obtendrías una A-más-más-
más en ese examen de mitad de semestre.
Ella empuja mi mano fuera del camino, se desliza en el asiento del conductor, y
cierra la puerta. Un segundo después, el motor ruge a la vida, y estoy bastante
seguro de que si no hubiera retrocedido a tiempo, habría pasado por encima de mi
pie.
Me pregunto si Hannah Wells era una atleta en otra vida, porque es una mujer
obstinada.
41
5
Hannah
Traducido SOS por NatalicQ & Rihano
—Está bien, esto es ridículo. Ve a bailar con Sean ya. —Tengo que gritar para
hacerme oír por encima de la música, la cual, sorprendentemente, es bastante
decente. Esperaba ritmos de baile de mierda o vulgar hip-hop, pero el que está
manejando el equipo de sonido parece tener una afinidad por el indie rock y el
punk británico.
—Ve —Le insto—. De verdad. No has visto a Sean desde que comenzaron los
exámenes parciales. Te mereces pasar algún tiempo de calidad con tu hombre.
Duda.
—Estaré bien. Katie y Shawna están justo allí… voy a pasar el rato con ellas
por un tiempo.
—¿Estás segura?
Cuando varios chicos me ven con descarado interés, tengo que maldecirme a
mí misma por permitirle a Allie elegir mi atuendo de esta noche. Mi vestido no es
indecente, por decirlo menos, sólo un vestido verde hasta la rodilla con un escote
modesto, pero abraza mis curvas con más fuerza que con la que me siento cómoda,
y los zapatos de tacón negro con los que lo emparejé hacen que mis piernas luzcan
mucho más largas de lo que realmente son. No argumenté sobre el traje porque
quería llamar la atención de Justin, pero en mi afán de meterme en su radar, no
pensé en todos los otros radares en los que podría aparecer, y la atención me está
poniendo nerviosa.
—Hola.
Volteo la cabeza cuando un chico guapo con el pelo castaño ondulado y ojos
de color azul claro se acerca furtivamente a mí. Lleva una camisa polo y sostiene
un vaso de plástico rojo en la mano, y está sonriéndome como si nos conociéramos.
—Uh. Hola —contesto.
—Oh. Cierto. —Sinceramente no recuerdo haberlo visto antes, pero hay unos
doscientos estudiantes en esa clase, por lo que todos los rostros se confunden entre
sí después de un tiempo.
Jimmy hace una pausa como si estuviera tratando de pensar en algo más que
decir. No puedo pensar en nada, porque soy muy mala en una pequeña charla. Si
fuera alguien en el que estuviera interesada, le preguntaría acerca de sus clases, o si
tiene un trabajo, o en qué tipo de música está, pero la única persona que me
importa en este momento es Justin, y él todavía no se ha dejado ver.
A mi lado, Jimmy rueda los ojos. —Jesús. La rutina del hombre grande en el
campus se hace vieja, ¿eh?
Tengo que sonreír. —Muy bien, así que esa es la línea de la casa. ¿Cuál es la
verdad?
La música aumenta, por lo que se inclina más cerca. Sus labios están a
centímetros de mi oído mientras confiesa—: No puedo soportar al tipo. Su ego es
más grande que esta casa.
Veo eso, he conocido un alma gemela. Otra persona que no es un miembro con
carnet del Equipo Garrett.
Excepto que la sonrisa cómplice que le doy está claramente tomando el camino
equivocado, porque los ojos de Jimmy se entornan. —Así que... ¿quieres bailar? —
murmura.
No. En absoluto. Pero justo cuando abro la boca para decir que no, vislumbro
un destello de color negro en la esquina de mi ojo. La camisa de Garrett es negra.
Mierda. Me vio y ahora se dirige a nuestro camino. A juzgar por su decidida
zancada, está listo para la batalla conmigo otra vez.
—¿Son amigos?
—Nop.
—¿Vive aquí con ustedes? —Dios, esta canción está siendo eterna, pero estoy
tratando de hacer conversación porque siento que tengo que terminar el baile
después de estar tan "entusiasta" al respecto.
—No, gracias a Dios —responde Jimmy—. Tiene una casa fuera del campus.
Siempre está presumiendo de ello, pero apuesto a que su padre paga su renta.
Arrugo la frente. —¿Por qué dices eso? ¿Su familia es rica o algo así?
Como no quiero que él sepa que mentí sobre el baño, sigo adelante con la farsa
de orinar saliendo de la sala de estar para merodear en la sala del frente un poco,
que es donde Allie me encuentra unos pocos minutos más tarde.
—¡Hola! ¿Estás teniendo un buen momento? —Sus ojos están brillantes y sus
mejillas sonrojadas, pero sé que ella no ha estado bebiendo. Se comprometió a
mantenerse sobria, y Allie nunca rompe sus promesas.
—Ay, no, ¡No puedes irte todavía! Acabo de verte bailando con Jim Paulson,
parecías que te estabas divirtiendo.
—Bueno, yo conozco a alguien que es tu tipo. —Allie menea las cejas antes de
bajar la voz a un susurro burlón—. Y no des la vuelta, pero acaba de entrar por la
47
puerta.
Y puesto que el vistazo que eché fue demasiado fugaz, me baso en Allie para
llenar los espacios en blanco. —¿Está solo? —murmuro.
Hago mi mejor imitación de una persona que solo está hablando con una
amiga y no tiene de ninguna manera un enamoramiento con el tipo parado a tres
metros de distancia. Y funciona, porque Justin y sus amigos caminan justo
pasándonos a Allie y a mí, sus carcajadas tragadas rápidamente por una oleada de
música.
3
Es un juego de beber de origen norteamericano en el que los jugadores tratan de encestar desde el
extremo de una mesa, con pelotas de ping-pong en vasos llenos de cerveza.
—Estás sonrojándote. —Se burla ella.
—Lo sé. —Me quejo en voz baja—. Mierda. Este enamoramiento es tan
estúpido, A. ¿Por qué estás dejando que me avergüence a mí misma de esta
manera?
Sigo su mirada sorprendida y ahogo otro gemido cuando los ojos grises de
Garrett se encuentran con los míos.
—Más o menos, sí. Está fallando Ética, y sabe que lo hice bien en el examen de
mitad de semestre por lo que ahora está exigiendo que le dé clases. El hombre no 48
puede aceptar un no por respuesta.
Suelta una risita. —Creo que podrías ser la única chica que lo ha rechazado.
Miro por encima del hombro de Allie y reviso la habitación buscando a Justin,
y mi pulso se acelera cuando lo descubro por la mesa de billar. Está usando
pantalones negros y un suéter gris con tejido de ochos, y su pelo está desordenado,
cayendo sobre su fuerte frente. Dios, me encanta esa apariencia de acabo-de-rodar-
fuera-de-la-cama que tiene. No tiene todo el pelo levantado con gelatina como sus
amigos, ni está usando su chaqueta de fútbol como el resto de ellos.
—¡Allie, trae tu lindo culo por aquí! —grita Sean desde la mesa de Ping-Pong—
. ¡Necesito a mi pareja de pong!
Soy golpeada con otra sacudida de culpa. —Eso no es divertido. —Le digo a la
ligera—. Tienes que conseguir tomar la cerveza para jugar al pong.
—¿Qué tal esto? Me quedaré hasta dentro de media hora, pero sólo si te
permites tener un poco de diversión real. Sé que llegamos a un acuerdo en primer
año, pero ya no lo estoy manteniendo más sobre ti, A.
Quiero decir cada palabra, porque la verdad es que odio que tenga que
cuidarme cada vez que salimos. No es justo para ella. Y después de dos años en
Briar, sé que es hora de que baje mi guardia, al menos un poco.
Mi corazón se detiene.
Los ojos oscuros de Justin brillan con humor mientras coloca su mano sobre mi
brazo para mantenerme estable. En el momento en que me toca, el calor se dispara
por mi carne y da rienda suelta a un frenesí de piel de gallina.
De repente noto que ya no hay nadie más esperando para usar el baño. Somos
sólo Justin y yo en el pasillo, y Dios, él está aún mejor mirándolo de cerca.
También es mucho más alto de lo que me había dado cuenta, tengo que inclinar mi
cabeza para mirarlo a los ojos.
—Tú estás en Ética conmigo, ¿no? —pregunta en esa profunda y sexy voz suya.
Asiento.
—Soy Justin.
—Soy Hannah.
—B menos.
—Así que... —Trato de pensar en algo inteligente o interesante que decir, pero
estoy demasiado nerviosa para ser ingeniosa en el momento—. Tú juegas al fútbol,
¿eh?
—En realidad no. —Confieso con un suspiro—. He visto un partido o dos, pero
la verdad, es demasiado lento para mi gusto. Parece como que ustedes juegan por
cinco segundos, y luego alguien hace sonar un silbato y se paran durante horas
antes de que comience la siguiente jugada.
Justin se ríe. Tiene una gran carcajada. Baja y ronca, y la siento hasta los dedos
de mis pies. —Sí, he oído esa queja antes. Es diferente cuando estás jugando, sin
embargo. Mucho más intenso de lo que pensarías. Y si estás interesado en un
equipo o ciertos jugadores, captas las reglas mucho más rápido. —Inclina la
cabeza—. Debes venir a uno de nuestros juegos. Apuesto a que te divertirías.
Los dos nos volvemos cuando un gigante rubio asoma la cabeza por la puerta
de la sala de estar. Es uno de los compañeros de equipo de Justin, y está llevando
una expresión de extrema impaciencia.
—Wellsy —dice alegremente—. Eres la última persona que esperaba ver aquí
esta noche.
—Bueno, no me conoces, ¿recuerdas? Tal vez estoy de fiesta en fila griega todas
las noches.
Cruza los brazos sobre su pecho, una pose que hace que sus bíceps se flexionen.
Vislumbro la parte inferior de un tatuaje asomándose desde la manga, pero no
puedo decir lo que es, sólo que es negro y se ve complicado. ¿Llamas tal vez?
—Así que, sobre esta cosa de la tutoría... pensé que deberíamos tomar un
momento para establecer un horario.
—Nunca.
—Entonces necesitas empezar, porque no estoy dándote clases. —Estoy
distraída ahora. Justin ha vuelto a entrar en la habitación, su cuerpo largo y esbelto
moviéndose a través de la multitud mientras hace su camino hasta la mesa de billar.
Está a mitad de camino cuando una guapa morena lo intercepta. Para mi desgracia,
él se detiene a hablar con ella.
Justin se ríe de algo que la chica dice. De la misma manera en que se estaba
riendo conmigo hace un minuto. Y cuando ella toca su brazo y se inclina cerca, él
no retrocede.
Estaba tan segura de que habíamos estado, no sé, conectando, pero ahora ¿él está
coqueteando con otra persona?
—¿Cuál qué?
—¿Endurecer? —Él tiene mi atención de nuevo—. Uf. ¿Quién dice cosas así?
Mis dedos están temblorosos mientras le escribo a Allie para hacerle saber que
me estoy yendo. La contundente afirmación de Garrett, tú no eres su tipo, hace eco
en mi mente como un mantra deprimente.
—Wellsy. Espera.
Tomo los escalones del porche dos a la vez, pero Garrett es mucho más alto
que yo, lo que significa que su paso es más largo, y no pierde tiempo en atraparme.
La sacudo del hombro y doy la vuelta para mirarlo. —¿Qué? ¿Estás de humor
para insultarme un poco más?
—Bien por ti. Puedes salir con él entonces porque no estoy interesada.
—Sí, lo estás. —Él suena muy seguro de sí mismo, y lo odio por eso—. Todo lo
que estoy diciendo es, que Kohl tiene un tipo.
—No, pero me dice que pasas demasiado tiempo siguiendo el rastro de con
quién están saliendo otros tipos. 54
Él ignora la puya. —Me dice que Kohl está interesado en chicas con un cierto
estatus social.
Ruedo los ojos. —Si esto es otra oferta para hacerme popular, voy a tener que
pasar.
—Oye, si quieres llamar la atención de Kohl, tienes que hacer algo drástico. —
Hace una pausa—. Así que sí, estoy volviendo a ofrecer salir contigo.
Los ojos de Garrett se estrechan como si estuviera leyendo mi mente. —No voy
a intentar nada, Wellsy. Es sólo un viaje a casa.
—Confía en mí, a ellos no les importa una mierda donde estoy. Sólo están
interesados en encontrar una chica borracha en la que meter sus pollas.
—Nop, sólo honesto. Además, no es como que dijera que estoy buscando hacer
eso. No necesito buscar una mujer borracha para que duerma conmigo. Vienen a
mí sobrias y dispuestas.
Aunque no estoy entusiasmada con pararme fuera, sola y sin abrigo para
esperar al taxi, todavía pongo una última protesta. —¿Cuánto has bebido?
—Muy bien —Acepto—. Me puedes llevar a casa. Pero esto no quiere decir
que te estoy dando clases.
56
6
Garrett
Traducido SOS por Dianna’
—Así que, ¿Cuánto tiempo has querido fo-hacer el amor con Kohl?
—Tiene que ser una cosa bastante reciente ya que se transfirió hace dos meses.
—Aprieto mis labios—. Bueno, vamos a suponer que ha sido un mes.
Sin respuesta.
Echo un vistazo y veo que está frunciendo el ceño aún más ahora, pero incluso
con esa expresión intimidante, todavía luce caliente. Ella tiene uno de los rostros
más interesantes que he visto alguna vez, sus mejillas son un poco demasiado
redondas, su boca un poco demasiado carnosa, pero combinado con su suave piel
oliva, vivos ojos verdes, y la pequeña marca sobre su labio superior, luce casi
exótica. Y ese cuerpo... hombre, ahora que lo he notado, no puedo no-notarlo.
Como el listillo que soy, le pregunté si las personas realmente siguen utilizando
limpiador de zapatos, y él respondió con una serie de coloridos improperios antes
de irse enojado.
No exagero cuando digo que el hockey es mi vida entera, pero supongo que
está destinado a pasar cuando tu padre es una puta superestrella. El viejo tenía mi
futuro planeado cuando aún estaba en el vientre, aprender a patinar, aprender a
anotar, hacerme profesional, fin. Phil Graham tiene una reputación que mantener,
después de todo. Quiero decir, sólo piensa en lo mal que se vería en él si su único
hijo no crecía para ser un jugador de hockey profesional.
Sí, es sarcasmo lo que estás detectando. Y aquí hay una confesión: odio a mi
padre. No, lo desprecio. La ironía es, que el bastardo piensa que todo lo que he hecho
ha sido por él. El entrenamiento intenso, los moretones por todo el cuerpo,
matarme veinte horas a la semana para mejorar mi juego. Es lo suficientemente
arrogante como para creer que me someto a todo eso por él.
58
Pero se equivoca. Lo hago por mí. Y en menor medida, lo hago para vencerlo.
Para ser mejor que él.
Kohl actúa como si fuera del tipo fuerte y silencioso, pero he salido con él
suficientes veces como para ver a través del acto. Él usa esa mierda de hombre
misterioso para atraer a las chicas, y una vez que caen, enciende el encanto y las
atrae directo a sus pantalones.
Así que, ¿por qué diablos está una chica sensata, como Hannah Wells
babeando por un idiota como Kohl?
—¿Se trata sólo de una cosa física o realmente quieres salir con él? —pregunto
con curiosidad.
—Significa que pensé que eras directa. Aventada. No alguien que es demasiado
miedosa para admitir que le gusta un chico.
Suelto una risa. —Vaya, ¿Fue tan difícil? —Aflojo mi pie del acelerador cuando
nos acercamos a una señal de alto—. ¿Por qué no lo has invitado a salir, entonces?
Ella se mueve en su asiento, luciendo tan incómoda que no puedo evitar reír.
—No lo estoy —dice al instante. Luego hace una pausa—. Bueno, tal vez un
poco. Él...me pone nerviosa, ¿de acuerdo?
—Oh, lo sabe.
—Un hombre siempre sabe cuándo una mujer lo desea. Créeme, no tienes que
decirlo en voz alta para que él capte las vibraciones que estás emitiendo. —
Sonrío—. Diablos, sólo me tomo cinco segundos averiguarlo.
—Una mujer que está fuera de su alcance. La gente quiere lo que no puede
tener. —No puedo evitar sonreír—. Un buen ejemplo es, tú deseando a Kohl.
Llego a otra señal de alto, y estoy molesto al ver que ya casi estamos de vuelta
en el campus. Mierda. Necesito más tiempo para convencerla, así que conduzco un
poco más lento y espero que no se dé cuenta que voy a diez por debajo del límite.
—Uno, no lo llames así. Y dos, ¿cómo sabes dónde estará? —dice con recelo.
Muerde su labio. Me pregunto si ella sabe lo fácil que es leer sus emociones.
Molestia, enojo, vergüenza. Sus ojos revelan todo y eso me fascina. Yo trabajo muy
duro para enmascarar lo que estoy sintiendo, una lección que aprendí de la
infancia, pero la cara de Hannah es un libro abierto. Es un poco refrescante.
—Sí. —No estoy siendo arrogante, sólo veraz. Después de dos años en esta
universidad, sé el tipo de credibilidad que tengo.
Por un instante, casi le digo que lo olvide. Parece... mal que a esta chica le
importe lo que un imbécil como Kohl piense de ella. La inteligencia y aguda lengua
de Hannah se desperdiciaría con un chico como él.
Pero entonces pienso en mi equipo, y todos los chicos que cuentan conmigo, y
me obligo a hacer caso omiso de mis dudas.
—Uno, no lo llames así. Dos, deja de decirme que confíe en ti. Ni siquiera te
conozco. —Pero a pesar de las quejas, puedo ver su rendición—. Mira. No puedo
comprometerme a ayudarte por todo el semestre. Sinceramente, no tengo tiempo.
Duda.
No la culpo por dudar de mí. La verdad es que ya estoy pensando en cómo
puedo convencerla de sostener mi mano durante la duración del curso de Tolbert,
pero... una batalla a la vez.
Maldición.
—¿Y qué la gente piense que somos amigos? De ninguna manera. Envíame tu
dirección. Iré a tu casa.
63
7
Hannah
Traducido SOS por Koté & Mariela
Creo que podría ser el momento para que enfrente una triste verdad: tengo cero
sentido común cuando se trata de Justin Kohl. Anoche me fui de la fiesta con el
único propósito de olvidarme de él y en vez de hacer eso, permití que Garrett
Graham me llenara con la emoción más destructiva conocida por la humanidad,
esperanza.
Espero que Justin pueda notarme. Espero que pueda quererme. Espero
finalmente conocer a alguien que puede hacerme sentir algo.
Así que aquí está lo que sé: he salido con dos chicos desde la violación. Me
acosté con ambos. Y ninguno de ellos me hizo sentir tan caliente y adolorida como
Justin Kohl lo hace con una mirada de párpados pesados.
—Vaya, hola allí —Arrastra las palabras mientras me mira de arriba hacia
abajo—. Mi cumpleaños no es hasta la próxima semana, pero si se trata de un
regalo adelantado, estoy seguro que no me quejo, muñeca.
—Dije las ocho y cuarto. Son las ocho y cuarto. —Me quedo mirando
fríamente a Sr. GQ—. Y si estabas insinuando que soy una prostituta, entonces
llámame insultada.
—No pensé que era una prostituta, pensé que era una stripper. —replicó el
rubio, como si eso lo hiciera mejor—. Lleva un traje, por el amor de Dios.
—Me río todo el tiempo. —Me detengo—. Sobre todo de ti, sin embargo.
—¿G, esa es la tutora? —Una voz masculina le grita a medida que pasamos lo
que deduzco que es la sala de estar—. ¡Oye, tutora, entra aquí! Tenemos que tener 66
una pequeña charla.
—Así que escucha —Ojos Azules anuncia con voz severa—. Mi chico necesita
un A en ésta prueba. Es mejor hacer que eso suceda.
—¿O voy a estar muy, muy molesto. —Su mirada sensual hace un barrido
lento y deliberado de mi cuerpo, quedándose sobre mi pecho antes de viajar hacia
arriba de nuevo—. No quieres que me moleste, ¿Verdad, preciosa?
—Hannah. —Corrijo.
—¿No es eso lo que dije? —Agita una mano desdeñosa—. Está bien, vamos a
hacer esta mierda. Hasta luego, chicos.
Sigo a Garrett por la estrecha escalera hasta el segundo piso. Su habitación está
en el extremo de la sala, con la magnitud de la misma y baño privado, debe ser el
dormitorio principal.
—Eso no es divertido.
El cuarto de baño es mucho más limpio de lo que esperaba, y los rastros débiles
de loción para después de afeitar cuelgan en el aire. Rápidamente me cambio a
pantalones de yoga y un suéter negro, ato el pelo en una coleta, y meto mi uniforme
en mi bolsa.
Garrett está todavía en la cama cuando regreso. Está absorto con su teléfono, ni
siquiera levanta la vista cuando tiro una pila de libros en su cama.
—Cito tu molesto ¿estás listo para hacer esta mierda? —Le digo con sarcasmo.
La cama, será.
De mala gana me siento con las piernas cruzadas sobre el colchón. —Está bien,
así que creo que deberíamos comenzar con todas las teorías primero. Asegúrate de
que conoces los puntos importantes de cada una, y entonces podemos empezar a
aplicar la lista de los conflictos y dilemas morales.
—Suena bien.
Abro la carpeta de lecturas que Tolbert entregó al inicio del año y hojeo las
páginas hasta encontrar todo el material de Immanuel Kant. Garrett desliza su
enorme cuerpo encima de la cama y descansa su cabeza en el marco de madera,
dejando escapar un profundo suspiro mientras se resbalan las lecturas en su regazo.
—Lee. —Ordeno.
—Sí. Y una vez que hayas terminado, quiero que resumas lo que acaba de leer.
68
¿Crees que puedes manejar eso?
Hay una derrota, y luego su labio inferior se estremece. —Esto podría ser un
mal momento para decírtelo, pero... no puedo leer.
—Nop. Soy bueno con hechos. —Se encoge de hombros—. Sólo tengo un
momento difícil aplicando las teorías a las situaciones morales.
Pasamos los siguientes veinte minutos repasando los más finos puntos de vista
éticos de Kant.
—Oh, Dios mío —Estallé—. ¿Voy a tener que confiscar esa cosa?
—Nadie. 69
Nadie, mi culo. Tomo el teléfono y hago clic en el icono de mensaje. No hay
nombre, sólo un número, pero no hace falta ser un genio para entender que los
mensajes son de una mujer. A menos que haya un tipo por ahí que quiera “lamer a
Garrett por todas partes”.
Garrett se encuentra con mis ojos y se ríe tan fuerte que no puedo evitar
sonreír.
—Eso debería ser más eficaz que tu a medio déjame solo, ¿no te parece?
—Ella no es mi novia. Ella es esta conejita puck con la que conecté en el último
año y…
—¿Conejita puck? —Hago eco con horror—. Eres un cerdo. ¿Así es como
realmente llaman ustedes a las mujeres?
Después, le pregunto sobre los dos filósofos de los cuales hemos discutido esta
noche, y estoy contenta cuando contesta todo correctamente, incluso las bolas
curvas que le lanzo.
Bien. Así que tal vez Garrett Graham no es tan tonto como yo pensaba que era.
Garrett asiente. —Yo termino con la práctica a las siete. Así que ¿Qué hay de
las ocho?
—Estoy bien con eso. —Meto mis libros en mi bolsa, luego me deslizo al baño
para orinar antes de irme. Cuando salgo, me encuentro a Garrett desplazándose a
través de mi iPod.
—Creo que he perdido todo el respeto por ti. Se supone que debes ser un
comandante de la música.
Dios ayúdame.
8
Hannah
Traducido por Koté & NataliCQ
Allie llama la noche siguiente mientras me largo del edificio de música echando
humo sobre otro ensayo desastroso con Cass. 72
—Guau —dice cuando escucha mi tono cortante—. ¿Qué te pasó?
—Peor. —Estoy demasiado cabreada para repetir lo que pasó, así que no me
molesto—. Quiero matarlo mientras duerme, A. No, quiero matarlo cuando esté
despierto para que pueda ver la alegría en mi cara mientras lo hago.
—No puedo. Veré a Graham esta noche. —Otra cita que no estoy interesada en
mantener. Todo lo que quiero hacer ahora es tomar una ducha y ver televisión,
pero conociendo a Garrett, me va a perseguir y gritar si me atrevo a cancelarle.
—Todavía no puedo creer que cediste sobre la cosa de la tutoría —se maravilla
Allie—. Debe ser muy persuasivo.
No le he dicho a Allie sobre mi arreglo con Garrett, sobre todo porque quiero
retrasar sus inevitables burlas cuando se entere de lo desesperada que estoy para
conseguir que Justin se fije en mi. Sé que no voy a ser capaz de ocultar la verdad
para siempre, definitivamente va a tener preguntas cuando se entere de que voy a
una fiesta con el chico. Pero estoy segura de que puedo encontrar una buena excusa
para entonces.
Como una idiota, digo el primer número que se me viene a la mente. —Uh,
sesenta.
—¿Sesenta dólares por hora? Santo cielo. Eso es una locura. ¡Será mejor que me
lleves por un filete para cenar cuando hayan terminado!
¿Un filete de cena? Mierda. Eso es como el valor de una cena de tres platos
para mí.
Ves, es por eso qué la gente no debe mentir. Esta siempre se vuelve para
morderte en el culo.
—Claro —le digo a la ligera—. De todos modos, me tengo que ir. No tengo el
coche de Tracy esta noche, así que tengo que llamar a un taxi. Nos vemos en un par 73
de horas.
El taxi del campus me lleva donde Garrett, y hago los arreglos para que me
recoja en una hora y media. Garrett me dijo que solo entrara cuando viniera porque
nadie oía el timbre por sobre el televisor a todo volumen o el estéreo, pero la casa
está en silencio cuando entro.
—Es viernes por la noche, ¿Dónde crees que están? De fiesta. —Suena triste
mientras saca los libros de clases de la mochila en el suelo.
Lo hizo, pero realmente no le había creído. ¿Cómo es que no sale a fiestas todas
las noches? Quiero decir, mira al chico. Es extremadamente atractivo y más
popular que Bieber. Bueno, al menos antes de que Beebsse saliera de los carriles y
abandonara a su pobre mono en un país extranjero.
—No es tan complicado —murmuro cuando pierde por completo el punto por
tercera vez—. Está diciendo…
—Lo siento. —Cierro mis ojos brevemente para calmarme—. Vamos a pasar al
siguiente filósofo. Retomaremos a Foucault al final.
Garrett frunce el ceño. —No avanzaremos. No hasta que me digas por qué has 74
estado enfadada desde que llegaste. ¿Qué, Lover boy te ignoró o algo así?
—¿Estás en tu período?
—No voy a leer una maldita cosa. —Se cruza de brazos—. Mira, hay una
solución fácil para este festival de perras tuyo. Todo lo que tienes que hacer es
decirme por qué estás enojada, te aseguro que estás siendo ridícula, y luego
podemos estudiar en paz.
—¿Quieres que te enseñe cómo derribarlo? —Garrett presiona sus labios como
si estuviera tratando de no reírse.
—Estoy tentada a decir que sí. En serio, este tipo es imposible para trabajar. La
canción es fantástica, pero lo único que hace es criticar cada microscópico detalle.
El tenor, el tiempo, el arreglo, las malditas ropas que vamos a usar.
—Es… Cass quiere un coro para que nos acompañe en el último estribillo. Un
puto coro. Hemos estado ensayando esta pieza durante semanas, Garrett. Se
suponía que iba a ser sencillo y discreto, sólo nosotros dos demostrando nuestras
voces, ¿Y repentinamente quiere hacer una gran producción?
—Lo es totalmente. Estoy lista para arrancarle la cabeza. —Mi enojo es tan
visceral que recubre mi garganta y hace que mis manos tiemblen—. Y luego, si eso
no es bastante exasperante, dos minutos antes del ensayo termina decidiendo que
debemos cambiar el arreglo. 75
—¿Qué pasa con el arreglo?
—Nada. Nada está mal con el arreglo. Y Mary Jane, la chica que escribió la puta
canción, ¡Sólo se sienta ahí sin decir nada! No sé si le tiene miedo a Cass o está
enamorada de él o quién demonios sabe qué, pero no es de ayuda en absoluto. Se
calla cuando empezamos a pelear, cuando lo que debería estar haciendo es expresar
una opinión y tratar de resolver el problema.
Garrett frunce los labios. Algo así como la forma en que mi abuela hace
cuando está sumida en sus pensamientos. Es un poco adorable.
—Debido a que has estado balbuceando sobre ella desde el momento en que te
conocí.
—Bueno, quiero oírla. Si esta chica Mary Jane no tiene las pelotas para ofrecer
una crítica legítima, entonces yo voy a hacerlo. —Se encoge de hombros—. Tal vez
tu pareja de dúo, ¿Cuál es su nombre, otra vez?
—Cass.
—Tal vez Cass tiene razón y eres demasiado terca para verlo.
—Bien, entonces déjame ser el juez. Canta las dos versiones de la canción para
mí, la forma en que es ahora, y la forma en que Cass la quiere, y te voy a decir lo
que pienso. Tocas ¿no?
—Vuelvo enseguida.
76
Se escabulle de la habitación y escucho ruidos de pasos en el pasillo, seguido
por el sonido de una puerta abriéndose. Regresa con una guitarra acústica en la
mano.
—No. Sólo tengo mejores cosas que hacer. —Le doy una mirada afilada—.
Como ayudarte a pasar el examen trimestral.
—Ya casi hemos terminado con el postmodernismo. Todas las cosas difíciles
comienzan en la próxima reunión. —Su voz adquiere una nota burlona—. Vamos,
tenemos tiempo. Déjame oírla.
—Está bien —le digo—. Así es como lo estamos haciendo ahora. Imagina que
hay un chico uniéndose a mí en el primer coro, y luego canta el segundo verso.
Conozco a muchos cantantes que son demasiado tímidos para actuar frente a
extraños, pero yo nunca he tenido ese problema. Desde que era una niña, la música
siempre ha sido un escape para mí. Cuando canto, el mundo desaparece. Somos
sólo yo y la música y una profunda sensación de tranquilidad que nunca he sido
capaz de encontrar en cualquier otro lugar, no importa cuánto lo intente.
Su cara inexpresiva me perturba, así que esta vez cierro mis ojos cuando canto.
Avanzo al lugar donde Cass argumentó que debería estar, añado un segundo coro
como él insistió, y, sinceramente, no creo que sea parcial cuando digo que prefiero
el original. Esta segunda versión abruma, y el coro extra es una exageración.
Para mi sorpresa, Garrett está de acuerdo conmigo una vez que he terminado.
—Es demasiado tiempo cuando lo haces de esa manera —dice con voz ronca.
Wow. Bueno. Toda mi vida la gente me ha estado diciendo que soy talentosa,
pero aparte de mis padres, nunca nadie ha suplicado que les cante.
Así que canto. Una pieza original esta vez, pero aun así es áspera, así que
termino cambiando a otra canción. Toco "Stand By Me". Es la canción favorita de 78
mi mamá, la que le canto cada año para su cumpleaños, y el recuerdo me lleva a
ese lugar tranquilo de nuevo.
Se desliza hacia arriba en una posición sentada, su tono mezclado con gran
asombro.
Suelto una risa. —Suenas como mis padres. Solían decir que debía haber
habido una confusión en el hospital y les dieron a la niña equivocada. Todos en mi
familia no tienen sentido de la música. Todavía no pueden averiguar quién me dio
el gen de la música.
—Tengo que hacerte firmar un autógrafo para mí. De esta forma cuando estés
arrasando en los Grammy, puedo venderlo en eBay y hacer mucho dinero.
Dejo escapar un suspiro. —El negocio de la música es duro, amigo. Por lo que
sé, voy a estrellarme y arder si trato de hacer un camino en él.
Creo que Garrett podría tener razón. No sobre la cosa de los escalofríos, sino
que he cometido un error haciendo equipo con Cass. —Bueno, es demasiado tarde. 79
Ya estoy comprometida.
—Sólo estoy diciendo, si te retractas ahora, todavía tienes tiempo para hacer un
solo. Si esperas demasiado, estarás equivocándote.
—No puedo hacer eso. —Lo miro en desafío—. ¿Dejarías a tus compañeros de
equipo si estuvieran contando contigo?
Una vez más, temo que tiene razón, pero realmente es demasiado tarde para
hacer un cambio. Estoy comprometida con el dúo, y ahora tengo que seguir
adelante con él.
Cuando salgo del baño unos minutos más tarde, Garrett tiene la expresión más
inocente en el planeta. Así que por supuesto, estoy instantáneamente desconfiada.
Me quedo mirando los libros esparcidos sobre la cama, luego en el bolso que dejé
en el suelo, pero nada parece fuera de lugar.
Yo: Olvídalo.
Él: ¿Segura que no quieres volver aquí? ¿Darle a nuestras lenguas un poco de ejercicio?
4
Confusión del autocorrector entre besar (kiss en inglés) y matar (kill).
Él: Uh-huh. PD: Comprueba tu correo electrónico. Te envié un archivo zip de música.
Música real.
Estoy sonriendo para mis adentros mientras envío el mensaje, y Allie elige ese
momento exacto para pasear dentro de mi habitación.
—¿A quién estas enviando mensajes de texto? —Está bebiendo uno de sus
jugos desagradables, y la bombilla se sale de su boca cuando jadea—. ¡Mierda! ¿Es
Justin?
Vacilo. Está en la punta de mi lengua expresar una negación, pero se siente mal
cuando recuerdo que pasé las últimas dos horas contándole a Garrett sobre mis
problemas con Cass y luego le canté como un maldito trovador. Y honestamente,
tan insufrible como es, a veces, Garrett Graham no es tan malo como pensé que
era.
Así que le doy una sonrisa arrepentida y le digo—: Sí. Supongo que lo somos.
81
9
Garrett
Traducido SOS por Rihano
Greg Braxton es una bestia. Estoy hablando de uno noventa y cuatro, cien kilos
de puro poder, y el tipo de velocidad y precisión que va a hacerlo conseguir un
estupendo contrato un día con un equipo de la NHL. Bueno, sólo si la liga está
82
deseando pasar por alto todo el tiempo que pasa en el banco de castigo. Es el
segundo tiempo y Braxton ya ha tenido tres penaltis, uno de los cuales resultó en
una anotación cortesía de Logan, quién paso por la banca de castigo para lanzarle a
Braxton un pequeño gesto de suficiencia. Craso error, porque ahora Braxton está de
regreso en el hielo, y ha conseguido un objetivo para triturar.
Choco contra él golpeándome en los plexos, tan fuerte, que sacude cada hueso
de mi cuerpo, pero por suerte saqué el pase y quite la desorientación de mi cerebro
a tiempo, para ver a Tuck hacer un giro de muñeca para lanzar pasando al portero
de St. Anthony. El marcador se ilumina, y ni siquiera los gemidos y abucheos de la
multitud disminuyen la sensación de victoria que corre por mis venas. Los juegos
de visita nunca son tan estimulantes como los partidos en casa, pero me alimento
de la energía de la multitud, incluso cuando es negativa.
—¡Di Laurentis! —Le grita a Dean—. ¡Dejaste que el número treinta y cuatro
te tirara como una muñeca de trapo! Y tú… —El entrenador mira a uno de
nuestros hombres de defensa novato—. ¡Les diste dos escapadas! Tu trabajo es parar
a esos gilipollas. ¿Viste a ese que golpeo a Logan deliberadamente al inicio del
tiempo? Espero ese tipo de juego físico de ti, Renaud. No más golpes maricas.
Golpéalos como se debe, chico.
—Ese fue un golpe brutal. —Tuck me lanza una mirada de simpatía cuando
elevo mi camiseta para examinar con cuidado mi lado izquierdo.
El entrenador aplaude con su mano para indicar que es hora de volver al hielo,
y los guardias salen mientras bajamos por el túnel.
Cuando hago mi camino a la banca, puedo sentir sus ojos en mí. No lo busco,
pero sé que lo encontraré si lo hago. Mi padre, yace en su asiento habitual en la
parte superior de las gradas, su gorra de los Rangers puesta por sobre sus ojos, sus 83
labios apretados en una línea.
Sí jodidamente cierto.
Yo sé muy bien que no viene a los juegos para ver jugar a su hijo. Él viene a ver
jugar a una extensión de sí mismo.
Es lo que me recuerdo a mí mismo cada vez que giro mi cuerpo sobre esa pared
y planto mis patines sobre el hielo. Phil Graham no es nada para mí. Dejó de ser mi
padre hace mucho tiempo.
El tercer tiempo es intenso. St. Anthony está jugando por sus vidas,
desesperados por evitar ser eliminados. Simms está bajo ataque desde el primer
momento, mientras que Logan y Hollis luchan para mantener a raya a la línea de
salida de St. Anthony de avanzar hacia nuestra red.
El sudor gotea por mi cara y cuello mientras mi línea, yo, Tuck y un chico de
último año apodado Birdie, vamos a la ofensiva. La defensa de St. Anthony es una
broma. La línea de hombres de defensa están por sobre sus delanteros para marcar
y su portero para detener los disparos que con ineptitud permiten en su área. Logan
se topa con Braxton hacia nuestra red y sale victorioso. Su pase conecta con Birdie,
quien es veloz como el rayo mientras se precipita hacia la línea azul. Birdie le lanza
el disco a Tucker y los tres volamos hacia territorio enemigo, derribando a los
84
desesperados defensas que no saben que los golpeo.
Mi tiro pasa volando hacia la red y el reloj suena. Le ganamos 3-0 a St.
Anthony.
Logan se deja caer en el banco junto a mí y se inclina para desatar sus patines.
—¿Es soltera?
La pregunta me pilla con la guardia baja. Logan va por chicas que son delgadas
y más dulces que el azúcar. Con interminables curvas y completamente guapas,
Hannah no se ajusta a ninguno de esos estándares.
—¿Están juntos?
—Nah.
Me puse rígido, sólo un poco, y no creo que Logan lo note. Por suerte, Kenny
Simms, nuestro increíble portero, se acerca y pone fin a la conversación.
No estoy seguro de por qué estoy de repente en el borde. No estoy con Hannah
de esa manera, pero la idea de ella y Logan conectando me pone incómodo. Tal
vez porque sé qué tipo de sinvergüenza puede ser Logan. Ni siquiera puedo contar 85
el número de veces que he visto a una chica hacer una caminata de la vergüenza
desde su dormitorio.
Logan y Birdie están a mi lado, hablando sobre nuestra victoria, pero este
último detiene sus pasos cuando ve a mi papá.
—Está bien —Hace una pausa—. Cogió turnos extra en la fábrica, pero... —Mi
cuerpo se tensa.
—Pero, ¿Qué?
—Pero no parece que vamos a ser capaces de llegar donde la tía Nicole en
Acción de Gracias, cariño.
—Tú sabes que sólo tenía que arreglar la gotera en el techo, y nuestros ahorros
recibieron un golpe de eso —dice mamá—, no tenemos el dinero para el pasaje
aéreo.
Me muerdo el labio para mantenerr las lágrimas a raya—. Tal vez pueda... —
cálculo rápidamente la cantidad de ahorros que tengo. Definitivamente no es
suficiente para tres billetes de avión a Filadelfia. Pero es suficiente para un boleto a
Ransom.
Hay otra larga pausa. —¿Es eso lo que realmente quieres? Porque si es así,
entonces te damos la bienvenida con los brazos abiertos, lo sabes, cariño. Pero si no
estás al ciento por ciento cómoda con eso, entonces quiero que te quedes en Briar.
¿Cómoda? No estoy segura que sea posible que me sienta cómoda en Ransom
de nuevo. Yo era un paria antes de irme, y la única vez que volví a visitar a mi
padre, aterrizó en la cárcel por asalto. Así que no, volver es casi tan atractivo como
cortar mi brazo y alimentar a los lobos.
Sí, no hay razón para que haga eso en absoluto. A excepción de mis padres. Ya
sabes, las personas que me criaron, que me aman incondicionalmente, que estaban
junto a mí a través de la experiencia más horrible de mi vida.
Y que ahora están atrapados en un lugar donde todo el mundo los desprecia...
por mi culpa.
Dios, quiero que sean libres de esa ciudad. Me siento tan culpable de que yo
fuera capaz de salir, y peor aún, que los dejé atrás. Están pensando en mudarse ni
bien puedan, pero el mercado inmobiliario ha estado en una mala racha, y con la
segunda hipoteca se llevaron a fin de pagar nuestros honorarios de abogados, van a
ir a la quiebra si tratan de vender la casa ahora. Y a pesar de que las renovaciones
que papá está haciendo aumentarán el valor de la casa, también está tomando el 89
dinero de su bolsillo en el ínterin.
El hecho de que no se opone me dice que están en una posición aún peor de la
que me dejaron pensar.
¿Por qué todo el mundo piensa que es tan fácil para mí hacerlo? —Sí, quizás.
Tú me conoces, me gusta tomar las cosas con calma. —O, más bien, en absoluto.
No he ido a una sola cita desde Devon y rompí el año pasado. Cambio rápidamente
de tema. —Háblame de ese nuevo gerente del que estabas quejándote en tu último
correo electrónico. Suena como que te está volviendo loca.
—Sólo si vamos a cualquier lugar que no sea Della. —No hay nada peor que
comer en donde trabajas, sobre todo porque más de una vez, Della me hace
permanecer durante un turno.
Allie rueda los ojos. —No hay otro lugar que sirve desayunos. Pero bien.
Vamos a comer en el comedor.
—Oh, lo siento, nena. —Allie se sienta—. ¿Por qué no vienes a Nueva York
conmigo?
—No dejaría que pagaras por mí, de todos modos. —Sonrío—. Vamos a ser
artistas muertos de hambre cuando nos graduemos, ¿Recuerdas? Tenemos que
salvar todos los centavos que podamos.
Ella saca la lengua. —De ninguna manera. Vamos a ser famosas a la derecha
de la puerta. Vas a firmar un acuerdo de varios registros, y yo protagonizare una
comedia romántica junto a Ryan Gosling. Quien, por cierto, caerá perdidamente
enamorado de mí. Y luego vamos a vivir en una casa en la playa de Malibu juntos.
—¿Tú y yo?
91
—No, Ryan y yo. Puedes venir a visitarnos, sin embargo. Ya sabes, cuando no
estés saliendo con Beyoncé y Lady Gaga.
Lo espero sinceramente, sobre todo por el amor de Allie. Ella está pensando en
mudarse a Los Ángeles al segundo en que se gradúe, y honestamente, no puedo
imaginar por completo a su protagonista en una comedia romántica. Ella no es la
hermosa Angelina Jolie, pero tiene una mirada linda, rostro fresco y al momento de
comedia juega bien en esos papeles románticos extravagantes. La única cosa que
me preocupa es... bueno, es demasiado blanda. Allie Hayes es, de lejos la persona
más compasiva que he conocido. Rechazó un viaje gratis al programa de drama de
la UCLA con el fin de permanecer en la costa este, porque su padre tiene esclerosis
múltiple y quería ser capaz de llegar a Nueva York en cualquier momento si alguna
vez la necesitaba.
A veces tengo miedo de que Hollywood va a comérsela viva, pero es tan fuerte
como dulce, y también la persona más ambiciosa que he conocido, así que si
alguien puede hacer que sus sueños se hagan realidad, es Allie.
—Déjame lavarme los dientes y entonces podemos ir. —Hecho un vistazo por
encima del hombro en mi camino a la puerta—. ¿Estarás toda la noche? Estoy
dando tutoría hasta las seis, pero pensé que podíamos ver algunos capítulos de Mad
Men después.
Una sonrisa tira de mis labios. —Así que ustedes se están tomando en serio de
nuevo, ¿eh? —Allie y Sean han roto tres veces desde el primer año, pero los dos
siempre parecen terminar en los brazos del otro de nuevo.
—Creo que sí —Admite cuando me sigue a la sala común—. Los dos hemos
crecido mucho desde la última ruptura. Pero no estoy pensando en el futuro.
Estamos bien juntos en este momento, y eso es suficiente para mí. —Hace un
guiño—. Y no hace daño el sexo es-jodidamente-fantástico.
Mi vida sexual no ha sido exactamente sol y arco iris y tiaras brillantes. Ha sido
el miedo y la ira y años de terapia, y cuando estaba finalmente lista para probar mi
mano en todo el asunto del sexo, sin duda no funcionó como quería. Dos años
después de la violación, me acosté con un estudiante de primer año de universidad
que conocí en una tienda de café en Filadelfia cuando estaba visitando a mi tía.
Pasamos todo el verano juntos, pero el sexo era torpe y carente de pasión. Al
92
principio pensé que tal vez simplemente no teníamos química... hasta que sucedió
lo mismo con Devon.
Así que me dejó. No lo culpo. Debe ser un gran fracaso en su hombría cuando
tu novia no disfruta de su vida sexual.
—Hey, estás blanca como el papel. —La voz de Allie me sacude de nuevo al
presente—. ¿Estás bien?
—Es todo —dice con firmeza—. Ahora a cepillarse los dientes y hacerte
hermosa, nena. Tendré café esperando cuando vuelvas.
93
11
Garrett
Traducido SOS por Rihano
Hannah aparece alrededor de las cinco en un grueso abrigo con una capucha de
piel y mitones de color rojo brillante. La última vez que revisé, no había ni una
copo de nieve en el suelo, pero ahora me estoy preguntando si de alguna manera
94
me dormí a través de una tormenta de nieve cuando estaba tomando mi siesta.
—No puedo creer que voluntariamente hagas pasar a tu cuerpo a través de esto
—Se maravilla—. No puede ser que lo valga, ¿No?
—Lo vale. Confía en mí, unos pocos rasguños y moretones no son nada en
comparación con la emoción de estar en el hielo. —Miro hacia ella—. ¿Tú patinas?
—En realidad no. Quiero decir, he patinado. Pero por lo general sólo doy
vueltas en la pista. Nunca he tenido que sostener un palo o perseguir un disco.
Mis hombros están aún más rígidos ahora. Estoy sorprendido de que no haya
traído a mi padre a colación antes de ahora, dudo que haya alguien en Briar que no
sepa que soy el hijo de Phil Graham, pero también estoy sorprendido por cuan
perceptiva es. Nadie me ha preguntado si realmente disfruto jugando al hockey.
Simplemente asumen que debo amarlo porque mi padre jugaba.
—Me empujó a esto —confieso con voz ronca—. Estaba patinando antes de
que incluso cursara el primer grado. Pero seguí jugando porque me encanta el
deporte.
—Eso es bueno —dice en voz baja—. Creo que es importante estar haciendo lo
que amas.
Temo que ella podría hacer más preguntas acerca de mi padre, así que me
aclaro la garganta y cambio de tema. —Así que, ¿Con cuál filósofo debemos
comenzar, Hobbes o Locke?
Pero tiene razón. La siguiente hora es brutal, y no sólo a causa de las aburridas
y poco inspiradoras teorías. Estoy absolutamente muerto de hambre porque dormí
hasta el almuerzo, pero me niego a poner fin a la sesión hasta que haya dominado
el material. Cuando estudié antes para el examen, me concentré sólo en los puntos
más importantes, pero Hannah me hace examinar hasta el último detalle. También
me obliga a reformular cada teoría, lo que tengo que admitir, me da un mejor
manejo de la basura enrevesada que estamos estudiando.
Después de que nos las habíamos apañado con todo, Hannah me interroga
sobre todo lo que hemos leído en los últimos días, y cuando está satisfecha de que
conozco mis cosas, cierra la carpeta y asiente.
—Mañana vamos a empezar a aplicar las teorías a los dilemas éticos reales.
—Suena bien. —Mi estómago se queja en voz tan alta que prácticamente
sacude las paredes, y hago una mueca de dolor.
—Famélico. Tuck hace todo lo de cocinar en la casa, pero no está esta noche,
así que iba a pedir una pizza. —Dudo—. ¿Quieres quedarte? ¿Tener un par de
rebanadas y tal vez ver algo? 96
Se ve sorprendida por la invitación. Me sorprende también, pero, sinceramente,
no me importaría la compañía. Logan y los otros salieron a unirse a una fiesta, pero
yo no estaba de humor para acompañarlos. Y me las he arreglado para ponerme
por delante en todas mis lecturas del curso, así que he conseguido hacer toda la
mierda esta noche.
Hannah se pasa los dedos por el pelo. Parece reacia a quedarse, pero
igualmente reacia a irse.
Al final, me comprometo a pedir dos pizzas, una con los ingredientes muy
aburridos de Hannah, la otra cargada con carne y queso. Cubro el micrófono y la
miro. —¿Coca-Cola dietética?
—No, gracias.
Malestar parpadea en sus ojos. —No soy una gran bebedora, ¿de acuerdo?
—Ohhhh, mira quién está comiendo mi pizza aburrida. ¿Puede alguien decir
hipócrita?
—No es mi culpa que comas como un pájaro, Wellsy. No puedo dejar que los
alimentos vayan a perderse.
98
—¡Comí cuatro rebanadas!
Tengo que admitirlo —Sí, eso realmente te hace una cerda total comparada con
las chicas que conozco. Lo más que comen es la mitad de un plato de ensalada.
—Eso es porque necesitan mantenerse delgadas como rieles, así los hombres
como tú las encontrarán atractivas.
—No hay nada atractivo en una mujer que es toda piel y huesos.
—A-ja, estoy segura de que estás tan ofendido por las mujeres flacas.
Ruedo los ojos. —No. Sólo estoy diciendo que las prefiero curvilíneas. —Me
trago mi último bocado antes de llegar a otra rebanada—. A un hombre le gusta
tener algo a lo que agarrarse cuando está... tú sabes. —Arqueo las cejas hacia ella—
. Va en ambas direcciones, sin embargo. Quiero decir, ¿No te gustaría dormir con
un tipo que tiene un físico ejercitado más que con uno que es una rama?
Resopla. —¿Es esta la parte donde te felicito por tu súper caliente cuerpo?
—No, tú piensas que eres súper caliente —frunce los labios—. Pero supongo
que tienes razón. No me siento atraída por chicos escuálidos.
—Entonces creo que es una buena cosa que Loverboy tenga músculos bien
definido, ¿eh?
—¿Lo estoy?
Eso la deja perpleja. —¿Por qué no? Las relaciones pueden ser muy
satisfactorias.
Muevo mis cejas. —Oh, ¿Deseas el sexo también, Wellsy? Estoy feliz de
dártelo.
Sus mejillas se vuelven del más brillante tono de rojo que alguna vez he visto, y
me echo a reír.
—Relájate. Solo estoy bromeando. No soy tan estúpido como para acostarme
con mi tutor. Terminaré rompiendo tu corazón, y luego vas a alimentarme con
información falsa, y voy a fracasar en el examen de recuperación.
Levanto mi dedo medio, pero estoy sonriendo mientras lo hago. —¿Te marchas
ahora o debo poner el Episodio 3?
—Episodio 3. Definitivamente.
—¿Me estás tomando el pelo? Apuesto a que ellos reservaron eso para revelarlo
al final. Sin embargo, creo que Skylar va a averiguarlo pronto.
Hannah se muerde el labio y echa un vistazo al reloj despertador. Son casi las
diez. Hemos visto siete episodios sin tan siquiera un descanso para ir al baño.
Espero que anuncie que es hora para irse, pero suspira en su lugar. —¿Tienes la
segunda temporada?
—Por lo menos el de estreno —dice ella—. ¿No quieres ver lo que pasa?
—Claro.
—¿Es uno de esos para mí? —Hace un gesto a los cuencos que estoy
sosteniendo.
—Síp.
Le entrego uno, y se sienta y mete su mano dentro, entonces suelta una risita.
—No puedo comer palomitas de maíz sin pensar en Napoleón.
—Un enorme perro callejero cruzado con sopotocientas razas, pero sobre todo
parece un pastor alemán.
—¿Napoleón como palomitas de maíz? —pregunto cortésmente.
Ella sonríe. —Le encanta. Lo conseguimos cuando era un cachorro, y esa vez,
yo tenía unos diez años, mis padres me llevaron al cine, y él irrumpió en los
armarios cuando estábamos fuera y se las arregló para conseguir una caja de
paquetes de palomitas de maíz de microondas. Había como cincuenta de ellas allí.
Mi mamá es todo acerca de las rebajas, por lo que si alguna vez hay una buena
oferta en la tienda de comestibles, va a comprar todo el estante de cualquier
producto que esté en venta. Supongo que ese mes fue el de Orville Redenbacher. Te
lo juro, ese perro se comió todos y cada uno de ellos, el embalaje incluido. Estuvo
cagando granos enteros y trozos de papel durante días.
—Mi papá se estaba volviendo loco —dice ella—. Pensó que Napoleón tendría
una intoxicación alimentaria o algo así, pero el veterinario dijo que no era un gran
problema y que todo saldría eventualmente. —Hace una pausa—. ¿Tienes alguna
mascota?
—No, pero mis abuelos tenían una gata cuando yo estaba creciendo. Su
nombre era Peaches y era una mierda loca. —Empuje un puñado de palomitas en
la boca, riendo mientras mastico. —Era dulce conmigo y mi mamá, pero odiaba
jodidamente a mi padre. Lo cual no es sorprendente, supongo. Mis abuelos lo 102
odiaban también, por lo que debe haber estado siguiendo su ejemplo. Pero hombre,
aterrorizaba al viejo hijo de puta.
Estoy sonriendo tan fuerte que duele. —Peaches salta sobre la mesa como si
fuera la reina del castillo o alguna mierda, da un paseo a lo largo del borde del
mantel, y vuelca un conejo muerto en el plato de mi padre.
—El abuelo se meo de la risa, y la abuela se volvió loca porque piensa que toda
la comida en la mesa está contaminada ahora, y mi papá... —Mi humor se
desvanece cuando recuerdo la mirada en el rostro del viejo. —Vamos a decir que no
estaba contento.
A mi lado, Hannah se pone sombría también. —No voy a ver a mis padres para
Acción de Gracias.
—No, vamos a la casa de mi tía para las fiestas, pero mis padres no pueden
permitírselo este año, y yo... no puedo darme el lujo de ir a ellos.
Hay una nota falsa allí al final, pero no puedo imaginar acerca de lo que podría
estar mintiendo.
Asiento, aunque para mí, no hay vacaciones. Preferiría cortarme las venas que
ir a casa y pasar las fiestas con mi padre.
—Dale.
Esta vez me siento a su lado, pero todavía hay más de medio metro de espacio
entre nosotros. Es un desastre lo mucho que estoy disfrutando de esto. Simplemente
pasar el rato con una chica sin preocuparme por cómo voy a deshacerme de ella o
que vaya a empezar a hacer demandas sobre mí.
—Mierda, —murmuro.
—No puedo creer lo tarde que es. —Ella bosteza de nuevo, lo que desencadena
un bostezo mío, y luego estamos los dos sentados en mi dormitorio oscuro, yo ni
siquiera recuerdo apagar la luz, bostezando como dos personas que no han
dormido en meses.
—Debería irme. —Sale de la cama y pasa sus manos por su pelo. —¿Dónde
está mi teléfono? Tengo que llamar a un taxi.
—No.
Soy rápido para negar con mi cabeza. —No. Es mejor si duermes aquí.
Cosa equivocada para decir, porque su cuerpo se pone más rígido que una
tabla. —No estoy durmiendo en tu dormitorio.
—Vivo con tres jugadores de hockey, Wellsy. Quienes, por cierto, todavía no
están en casa de una noche de fiesta. No estoy diciendo que va a suceder, pero hay
una posibilidad de que uno de ellos podría tropezar su culo bebido en la sala de
estar y manosearte o algo si te encuentran en el sofá. Yo, por el contrario, no tengo
interés en manosearte. —Señalo a mi cama enorme—. En esta cosa pueden dormir
siete. Ni siquiera sabrás que estoy aquí.
—Sí. Gabinete bajo el lavamanos. —Le doy una de mis camisetas viejas, y ella
desaparece en el cuarto de baño.
Estoy demasiado cansado para hacer un comentario sarcástico, así que sólo
murmuro—: Buenas noches —y cierro los ojos de nuevo.
Soy adicto a ese momento justo antes de que me despierte, cuando las tenues
telarañas en mi cerebro se entretejen entre sí para formar una bola coherente de
conciencia. Es el momento extremo de Que Demonios. Desorientado y nublado,
106
con la mitad de mi cerebro todavía perdido en cualquier sueño que estoy teniendo.
Pero algo es diferente acerca de esta mañana. Mi cuerpo se siente más caliente
que de costumbre, y me vuelvo consiente del olor más dulce. ¿Fresas tal vez? No,
cerezas. Definitivamente cerezas. Y algo le hace cosquillas a la parte inferior de mi
barbilla, algo blando y duro al mismo tiempo. ¿Una cabeza? Síp, hay una cabeza
situada en el hueco de mi cuello. Y un delgado brazo cuelga a través de mi
estómago. Una pierna caliente enganchada sobre mi muslo y un pecho suave
apoyado en mi pectoral izquierdo.
Mis ojos se abren poco a poco y encuentro a Hannah acurrucada contra mí.
Estoy sobre mi espalda con mis dos brazos envueltos alrededor de ella, abrazándola
con fuerza a mi cuerpo. No es de extrañar que mis músculos estén tan rígidos.
¿Dormimos así toda la noche? Recuerdo estar en lados opuestos de la cama cuando
me quedé dormido, tan lejos que casi esperaba despertar y encontrar a Hannah en
el suelo.
Pero ahora estamos enredados uno en los brazos del otro. Es agradable.
Echo un vistazo al reloj despertador, el cual está puesto para sonar en cinco
minutos. Siempre me despierto antes de la alarma, como si mi cuerpo supiera que
es hora de levantarse, pero todavía la pongo como medida de precaución. Son las
siete. Sólo he conseguido cuatro horas de sueño, pero me siento extrañamente
descansado. En paz. No estoy dispuesto a dejar de lado ese sentimiento, sin
embargo, por lo que sólo me acuesto ahí con Hannah en mis brazos y escucho su
respiración constante.
—Está bien, voy a aceptar tu excusa de la biología. Ahora ¿puedes por favor
explicar por qué decidiste abrazarte conmigo en el medio de la noche?
—Yo no decidí una maldita cosa. Estaba dormido. Por lo que sé, tú fuiste la que
se arrastró encima de mí.
—No puedo creer que mi cabeza estuvo en esa cosa toda la noche.
—Mi pecho no es una cosa. —Le doy una mirada mordaz—. A otras mujeres
parece que les gusta mucho.
—No soy otras mujeres.
No, no lo es. Porque otras mujeres no me entretienen tanto como ella lo hace.
De repente me pregunto cómo he pasado a través de la vida sin las púas sarcásticas
y las quejas molestas de Hannah Wells.
Entrecierra sus ojos mientras busca su ropa. Mi camiseta cuelga hasta sus
rodillas, haciendo hincapié en lo pequeña que es.
—No quiero ser otra de tus conejitas del hielo, y no quiero que la gente piense
que lo soy, ¿entendido?
Su uso del término me hace sonreír con más fuerza. Me gusta que ella esté
recogiendo la jerga de hockey. Tal vez uno de estos días, incluso voy a convencerla
para venir a un juego. Tengo una sensación de que Hannah sería una gran
alborotadora, lo que siempre es una ventaja en los partidos en casa.
108
Aunque conociéndola, probablemente nos interrumpiría y daría al otro equipo
la ventaja.
—Bueno, si realmente no quieres que nadie piense eso, entonces te sugiero que
te vistas rápido —enarco una ceja—. A menos que quieras que mis compañeros de
equipo presencien tu caminata de la vergüenza. Que lo harán, porque tenemos
práctica en treinta minutos.
Tengo que decir que esta es la primera vez que una chica ha estado preocupada
por quedar atrapada en mi habitación. Normalmente se pavonean hacia fuera como
si acabaran de embolsarse a Brad Pitt.
Una risa de diversión se desliza mientras ella se marcha hacia el baño y cierra
la puerta.
Hannah
Estoy funcionando con cuatro horas de sueño. Mátame ahora. En el lado
positivo, nadie vio a Garrett dejarme en los dormitorios más temprano, por lo que 109
al menos mi honor sigue intacto.
Mis clases de la mañana se extendieron por siempre. Tengo una clase teórica
seguida de un seminario de historia de la música, ambos me exigen realmente que
preste atención, lo cual es difícil de hacer cuando apenas puedo mantener los ojos
abiertos. Ya me metí tres cafés hoy, pero en vez de darme un impulso de energía, la
cafeína sólo agotó la escasa energía que tenía para empezar.
Mi corazón late más rápido cuanto más me acerco. Estoy tratando de decidir si
debo decir hola o simplemente asentir en señal de saludo, pero él resuelve ese
dilema hablando primero.
—Sip. Y confía en mí, si no está lloviendo allí, entonces algo está mal. Las
botas de lluvia son una necesidad para la supervivencia cuando vives en Seattle. —
Mete el teléfono en su bolsillo, su voz adquiriendo una nota casual—. Entonces,
¿Qué te pasó el miércoles?
Eso me pilla con la guardia baja. No había pensado que alguien nos vería a
Garrett y a mí irnos juntos, pero está claro que estaba equivocada. Y al parecer el
chisme viaja más rápido que la velocidad de la luz en Briar.
Sonrío con picardía. —Hay muchas cosas que no sabes sobre mí.
Él también sonríe, y el hoyuelo más sexy que he visto alguna vez aparece en su
barbilla. —Supongo que tienes razón —hace una pausa significativa—. Tal vez
deberíamos cambiar eso.
Mierda. Está coqueteando de vuelta.
Y por mucho que odie admitirlo, estoy empezando a pensar que la teoría de
Garrett de difícil-de-conseguir en realidad funciona. Justin parece curiosamente
obsesionado con el hecho de que me fui de la fiesta con Garrett.
—Así que... —sus ojos brillan juguetonamente—. ¿Qué vas a hacer después
cla…
—¡Wellsy!
Me trago un gemido por la alegre interrupción de, quién más que, Garrett. Un
ligero ceño toca los labios de Justin cuando Garrett camina hasta nosotros, pero
luego él sonríe y asiente hacia el intruso.
—Graham —dice Justin—. Escuché que te llevaste sobre sus culos a los de St.
Anthony este fin de semana. Buena victoria.
—Dímelo a mí.
—Brutal. Tuve una prueba de química enorme esta mañana, y estuve toda una
noche estudiando para ello.
—¿Cómo lo hiciste?
Una sombra cae sobre nosotras, y lo siguiente que sé, es que Garrett se desliza
en el asiento a mi lado. —Wellsy, ¿Tienes una pluma extra?
Las cejas de Nell casi golpean el techo, y entonces me mira como si me hubiera
brotado una perilla en los últimos tres segundos. No la culpo. Hemos sido amigas
de asiento desde que comenzó la escuela, y ni una vez siquiera he mirado en
dirección de Garrett Graham, y mucho menos hablado con él.
Nell no es la única que está fascinada por esta nueva disposición de los
asientos. Cuando miro hacia el otro lado del pasillo, encuentro a Justin mirándonos
con una expresión indescifrable en su rostro.
—¿Wellsy? ¿Pluma?
—Gracias. —Ofrece esa sonrisa arrogante suya antes de abrir su portátil a una
página en blanco. Luego se inclina hacia delante y echa una mirada hacia Nell—.
Soy Garrett.
Ella abre la boca ante la mano que le está extendiendo antes de llegar a
sacudirla. —Nell —dice—. Encantada de conocerte.
Tolbert llega justo entonces, y cuando Garrett vuelve su atención al podio, Nell
me lanza otra mirada de Que Demonios. Traigo mis labios a su oreja y murmuro—
: Somos algo así como amigos ahora.
—Escuché eso —dice Garrett—. Y no hay “algo así como” al respecto. Somos
mejores amigos, Nelly. No dejes que Wellsy te diga lo contrario.
Yo solo suspiro.
—Pero quiero hablar con él —protesto—. Estoy bastante segura de que me iba
a invitar a salir antes.
Garrett sólo sigue hacia adelante, su mano como un prensa de hierro alrededor
de mi antebrazo. Tengo que correr para mantenerme al ritmo de sus largas
zancadas, y estoy molesta como el infierno cuando salimos al aire fresco de
octubre.
Estoy tentada a mirar por encima de mi hombro para ver si Justin está detrás de
nosotros, pero sé que Garrett me reprenderá si lo hago, así que me resisto a la
tentación.
Quiero discutir con él, excepto que creo que podría estar en lo cierto.
—Sí, señor —refunfuño—. Ah, y por cierto, estoy cancelándote esta noche.
Estoy agotada por nuestra maratón de anoche, y si no consigo dormir un poco voy
a ser una zombi por el resto de la semana.
—Te diré algo, te enviaré por correo electrónico una pregunta de muestra del
ensayo, algo que a Tolbert se le podría ocurrir. Date dos horas para escribirlo, y
mañana vamos a repasarlo juntos. De esa manera puedo tener una idea en que
tenemos que trabajar.
—Claro, pero tengo que estar fuera de allí para las tres por el ensayo.
Una sonrisa irónica tira de mis labios cuando lo veo irse, su chaqueta de
hockey plateada y negra pegada a su pecho mientras camina hacia el viento. No
soy la única mirando, varias mujeres también voltean sus cabezas en su dirección, y
puedo ver sus bragas prácticamente derritiéndose mientras él lanza esa sonrisa
pícara alrededor.
—Todavía podemos ensayar, sin embargo —dice MJ. Esta vez su sonrisa llega
a sus ojos—. Puede ser agradable pasar a través de la canción sin detenerse a
discutir cada cinco segundos.
—Sí, excepto que lo que sea que hagamos hoy, él simplemente lo vetará
mañana. —Me dejo caer en una silla cerca del piano y le lanzo una mirada dura—.
La idea del coro es una mierda, MJ. Tú sabes que lo es.
—Está bien —dice ella con una risa—. Sé que estás sorprendida. Yo lo estaba
también. Me preguntó antes de ensayar ese día —suspira—. Ya sabes, el día del
coro.
Pero, ¿qué se supone que debo decirle? ¿Él sólo te invitó a salir para que apoyes
todas sus ideas locas para el programa?
Me niego a ser una idiota, así que pego la sonrisa más amable que puedo reunir
y pregunto—: ¿Quieres salir con él?
Sus mejillas se vuelven aún más rojas, y entonces ella asiente.
—¿En serio? —Le digo con escepticismo—. Pero él es como una diva. Como,
ganarle a la diva Mariah Carey. Sabes eso, ¿Verdad?
¿Cuándo él quiere serlo? Lo dice como si fuera la confirmación del año, pero de
la manera en que yo lo veo, la gente debe ser agradable porque lo son, no porque
sea un movimiento calculado de su parte.
—Es sólo que no quiero tener ningún problema, ¿Sabes? —murmura, viéndose
incómoda.
Sin embargo, incluso cuando digo las palabras, sé que Mary Jane Harper no es
esa mujer. Ella es tímida y torpe, y pasa la mayor parte de su tiempo escondiéndose
detrás de un piano o acurrucada en su dormitorio escribiendo canciones de amor
acerca de chicos que no devuelven el sentimiento.
Oh, mierda. Algo se me ocurre de repente. ¿Es nuestra canción sobre Cass?
Estoy molesta ante la idea de que las letras emocionales que he estado
cantando durante meses en realidad podrían ser acerca de un tipo que detesto.
Y en ese momento, sé sin ninguna duda que va a haber un maldito coro de tres
niveles parado detrás de Cass y de mí en el programa de invierno.
13
Garrett
Traducido por Jazmín
—Le digo vete a la mierda —Tuck se detiene—. En realidad no. Pondría una
bala en su cabeza. Problema resuelto.
Gemí. —Lo sé, ¿Cierto? Pero este estúpido... —señalo el libro sobre el
mostrador— cree que el gobierno existe por una razón, y los ciudadanos necesitan
confiar en su líder y obedecer sus órdenes por el bien de la sociedad. Así que en
teoría, hay un argumento para realizar genocidio.
Tuck saca una bandeja de alas de pollo del congelador. —Pura mierda.
—No estoy diciendo que estoy de acuerdo con esa línea de pensamiento, pero
se supone que debo defender el punto de vista de este tipo. —Arrastro una frustrada
mano por mi cuero cabelludo—. Jodidamente odio esta clase, hombre.
Me animo, porque esta mañana recibí la noticia oficial del Entrenador que
definitivamente voy a estar en el hielo el viernes. Al parecer, las calificaciones del
examen de mitad de semestre no se introducen en el sistema hasta el lunes
siguiente, así que por el momento, mi promedio es aun lo que tiene que ser.
Banca. Jesús. Solo pensar sobre ello me hace marear. Todo lo que quiero hacer
es llevar a mi equipo a una nueva victoria en el Frozen Four y llegar a los
profesionales. No, quiero destacar en los profesionales. Quiero demostrarle a todos
que llegué por mi propio mérito y no porque sucede que soy hijo de un famoso
jugador de hockey. Es todo lo que siempre he querido, y me siento mal sabiendo que
mis metas, que todo lo que he trabajado tan duro, está en peligro a causa de una
estúpida clase.
—El entrenador dijo que estoy jugando —le digo a Tuck, quien me da los cinco
tan fuerte que mi palma arde.
—Mierda, si —exclama.
Logan entra en la cocina, un cigarrillo apagado colgando de la comisura de su
boca.
—Será mejor que no fumes eso aquí —advierte Tucker—. Linda perforara tu
trasero.
Logan parpadea inocentemente. —Ya sabes, Birdie, Pierre, Hollis, Niko —si es
que puede dejar de ser dominado durante el tiempo suficiente para dejar su
dormitorio— um, Rogers y Danny. Connor. Oh, Kenny, también, y...
—Y sus novias, los que tienen —Nos mira a Tuck y a mí—. Es genial, ¿verdad?
No será toda la noche ni nada.
Tuck me mira con una sonrisa. —Pobre bebé. ¿Cuándo vas a aprender a
manejar el licor como un hombre?
—Gracias, mamá —Logan hace una pausa, y luego niega con la cabeza—. En
realidad, no, tú eres la mamá —le dice a Tucker, sonriéndole a su delantal antes de
volverse hacia mí—. Supongo que eso te hace el padre. Ustedes dos son
extremadamente domésticos.
—Aw, ¿mamá y papá están molestos conmigo? —Da un jadeo ridículo—. ¿Van
a divorciarse?
120
14
Hannah
Traducido por NataliCQ
—Hola —He estado toda la noche tratando con clientes dolor-en-el-culo, así
que estoy genuinamente feliz de ver algunas caras amables—. ¿Quieren algo de
beber mientras miran el menú?
Sean levanta sus dedos índice y medio. —Dos pitillos —añade con un guiño.
Me río. —Dios, son tan dulces que me están dando dolor de muelas.
Pero estoy feliz de verlos felices. Para ser un chico de fraternidad, Sean es en
realidad bastante decente y nunca ha jodido con Allie, hasta donde sé. Sus últimas
rupturas fueron siempre decisión de ella, había pensado que eran demasiado
jóvenes para hacerlo, y Sean había sido siempre infinitamente paciente con ella.
Sean gime. —¿Otra fiesta Gosling? No sé qué es lo que las chicas le ven en ese
tipo. Es tan flacucho como la mierda.
—Es hermoso —corrige Allie antes de mirarme otra vez—. ¿Te unes?
—Depende de la hora.
—Tracy tiene clases en la tarde, pero va a estar de vuelta a las nueve. ¿Así que
alrededor de esa hora?
El rostro de Allie se nubla con decepción. —¿No puedes hacer la tutoría antes?
—Menea sus cejas como si tratara de seducirme —. Val va a hacer sangrías...
Tengo que admitirlo, estoy tentada. Ha pasado tiempo desde que he estado con
las chicas o consumido algo con alcohol. No podría beber en fiestas (y por una muy
buena razón) pero no me importaría algo de alboroto de vez en cuando.
Sean parece poco convencido, lo que apunta a ser una cosa de hombres. Dudo
que haya tipos por ahí que crean que los hombres y las mujeres puedan ser
puramente platónicos.
Dejo a Allie y a Sean y atiendo a mis otros clientes. Cuando llega mi descanso,
entro disparada a la sala del personal en la parte trasera para llamar a Garrett.
Pienso que el tono de la línea continuara para siempre antes de que finalmente
conteste, un ronco “hola” dominado por la música a todo volumen en el fondo.
Levanto mi voz para que me pueda oír mejor. —¿Podemos reunirnos más
temprano mañana? Tengo planes a las nueve, así que esperaba poder ir alrededor
de las siete. ¿Eso está bien?
—Garrett, ¡Mi cerveza! —Una voz ondea a través de la línea. A juzgar por el
débil acento de Texas, debe ser Tucker.
—¡Siete!
Sus ojos verdes brillan con diversión. —Uh... él podría haberlo olvidado.
—Oye, Graham, vamos a terminar con esto, así puedo… —Me detengo a
mitad de la frase, congelándome como un ciervo ante los faros después de abrir la
puerta. 124
Vergüenza choca contra mí cuando registro lo que estoy viendo.
Garrett está tumbado en la cama con todo su glorioso torso desnudo... mientras
una chica desnuda está montada a horcajadas en sus muslos.
—¡¿Qué demonios?!
Corre una mano por su corto cabello y sus bíceps se abultan cuando lo hace. El
aire frío hace erizar su suave y dorada piel, y mi mirada es inconscientemente
atraída por la delgada línea de pelo que se dirige de su cintura hacia su pantalón
desabrochado.
—¿En serio? —Cuestiona—. ¿Así que esperas que crea que estudias de
veinticuatro-a-siete y nunca sales con nadie?
El malestar se agita en mi estómago, y cuando no contesto, la sospecha inunda
sus ojos. —Has salido con alguien, ¿No?
Una respiración irritable escapa de mis labios. —Por supuesto que sí. Sólo... no
en algún tiempo.
—¿Cuánto tiempo?
—¿Fulana? —Hace eco—. Esa es una suposición grosera, ¿No crees? Podría ser
una erudita Rhodes, por todo lo que sabes.
—Uh-huh, estoy segura de que lo es. Vuelve con la Sra. inteligente entonces.
Me voy de aquí. 126
—¿Podemos reprogramarlo para mañana?
Me mira fijamente.
Lo miro de vuelta.
127
15
Garrett
Traducido por America_12
Me aseguro de estar en casa, y solo, cuando Hanna aparece el jueves por la 128
noche. Estaba más entretenido que avergonzado cuando nos encontró a Tiff y a mi
ayer, y oye, al menos eso no había sido sólo por dinero. El rostro de Hannah
hubiera estado cien veces más rojo si hubiera oído los gritos de orgasmo de Tiffany.
—Tú preguntaste.
—No lo hice —Se sienta con las piernas cruzadas en la cama y tira del gigante
bolso de clase—. De acuerdo, es suficiente charla. Vamos a leer tu ensayo,
a revisarlo y luego vamos a hacer unos pocos de práctica.
—Más tarde —sacudo mi dedo hacia ella—. Tú crees que soy inteligente.
—¿Pensaste? —Me abalanzo sobre su uso del tiempo pasado—. ¿Eso significa
que has visto el error en tu camino?
—Naah, todavía eres un idiota —hace una mueca—. Pero al menos eres uno
inteligente.
—Sí, eso lo resume todo —trato de empujar los recuerdos lejos, pero se
mantienen destellando a través de mi mente, apretando mi garganta—. Confía en
mí, la presión que pongo sobre mí mismo es nada comparado con lo que tenía que
hacer frente al crecer.
—Lo amo —mi voz sale ronca—. Cuando estoy en el hielo, es el único
momento en que me siento... vivo, supongo. Y créeme, voy a poner a trabajar mi
culo para llegar a donde quiero estar. Yo... joder, no puedo fallar.
—Oye, sólo estoy afirmando un hecho. Tus tetas son geniales. No sé por qué
no las alardeas más. Tú sabes, lanzar un par de tops escotados dentro de tu
armario.
—No, ruborizarte como un tomate cada vez que hago un comentario lascivo.
—Debido a que se supone que soy tu cita. ¿Me has conocido? Soy un tipo de
manos.
—Bueno, puedes mantener tus manos para ti mismo el sábado —dice ella
remilgadamente.
—Buen plan. Y luego Loverboy pensará que sólo somos amigos. O enemigos,
dependiendo de qué tan nerviosa te pongas.
—¿Quieres o no quieres que Kohl crea que estas conmigo? Porque si lo quieres,
tendrás al menos que tratar de actuar como si lo estuvieras.
—Estoy totalmente por sacar esa cosa de resoplido que haces —le digo
francamente—. Es una clase de actitud.
Inclino mi cabeza. —¿Qué crees que hago antes de un partido, Wellsy? ¿Sólo
aparecer en la pista y ponerme mis patines? Por supuesto que no. Practico seis días
a la semana para prepararme. Tiempo de hielo, sala de pesas, viendo cintas de
juego, reuniones de estrategia. Piensa en toda la preparación de antemano que va
en ello.
No, no tengo planes para detenerlo. Me gusta cuan enojada la pone. De hecho,
me gusta sacarla de sus casillas, y punto. Cada vez que Hannah se enoja, sus ojos
verdes arden y sus mejillas cambian a la sombra del más lindo rosa.
—Así que sí —dije con una inclinación de cabeza—. Si voy a estar tocándote y
besándote el sábado, creo que es imperativo que ensayemos —lamo mis labios de
nuevo—. Completamente.
Hay un picor en el tono de Hannah. —¿Por qué no? Parecía gustarte la noche
anterior.
—Fue una sola vez. Y deja de intentar cambiar el tema —le sonrío—. ¿Por qué
no quieres besarme? —Entrecierro mis ojos—. Oh, mierda. Sólo hay una
explicación que se me ocurre —Me detengo. —Eres una mala besadora.
133
Su mandíbula cae en indignación. —Ciertamente no lo soy.
Oh, hermano. Todavía puedo recordar los días, todo de hace una semana,
cuando Garrett Graham no era un fijo en mi vida. Cuando no tenía que escuchar
sus palabras arrogantes o ver sus sonrisas perversas o verlo inmerso en una batalla
de coqueteo en la que no tengo ningún interés. Excepto que Garrett pasa a ser muy,
muy bueno en una cosa en particular: tirar el guante.
Su boca se cierra de golpe, los ojos muy abiertos por la sorpresa. Ja. Así que él
no esperaba que yo aceptara su farol.
Nuestras miradas se conectan en una mirada fija que dura por siempre. Está
esperando que dé marcha atrás, pero estoy segura de que puedo esperar a que él se
arrepienta. Tal vez es infantil de mi parte, pero Garrett ya se ha salido con la suya
sobre esta cosa de la tutoría. Esta vez quiero ganar yo.
Pero lo he subestimado una vez más. Sus ojos grises se oscurecen a humeante
plata metálica, y de repente hay calor en su mirada. Calor, y un destello de
seguridad en sí mismo, como si está seguro de que no voy a seguir con esto.
Escucho esa seguridad en el tono despectivo que usa cuando por fin habla.
Vacilo.
135
Joder. No puede estar hablando en serio. Y no puedo estar realmente
considerando hacer frente a este loco desafío. No estoy atraída por Garrett, y yo no
quiero besarlo. Fin de la historia.
Su aliento se corta.
Tomo un suspiro tembloroso. —Ya está. ¿Cómo fue eso? —Estoy tratando de
no sonar afectada por lo que pasó, pero el ligero temblor en mi voz me traiciona.
Los ojos de Garrett están líquidos. —No estoy seguro. No fue suficientemente 136
largo para que juzgue correctamente. Voy a necesitar más para seguir adelante.
Su gran mano agarra mi mejilla. Esta debe ser mi señal para salir.
Garrett entrelaza sus dedos por mi pelo y tira de mí más cerca, un poderoso
brazo se envuelve alrededor de mi cadera para mantenerme en el lugar. Mis pechos
ahora están aplastados contra su pecho duro como una piedra, y puedo sentir el
martilleo salvaje de su corazón. Su excitación coincide con la mía. El gemido
áspero y ronco que él libera cosquillea en mis labios y envía a mi pulso a acelerarse.
Algo me está pasando. No puedo dejar de besarlo. Es demasiado adictivo. Y a
pesar de que esto podría haber empezado conmigo de alguna manera a cargo, ya no
estoy en control.
La boca de Garrett se mueve sobre la mía con habilidad y confianza que roba el
aliento de mis pulmones. Cuando mordisquea mi labio inferior, siento un tirón de
respuesta en mis pezones, y presiono una palma contra su pecho para anclarme a
mí misma, para tratar de evitar irme flotando en una nube de placer sin sentido. Sus
labios calientes dejan los míos y viajan a lo largo de mi línea de la mandíbula,
cayendo hasta mi cuello, donde planta besos con la boca abierta que dejan
escalofríos a su paso.
—¿Es esto lo que quieres? —dice con voz gruesa, y luego sus labios encuentran
los míos, y empuja esa talentosa lengua en mi boca de nuevo.
—Ups. No quise interrumpir. —La sonrisa de Dean ocupa toda su cara, y sus
centelleantes ojos verdes hacen que mis mejillas quemen.
Vuelvo a la realidad más rápido de lo que tú puedes decir el error más grande
jamás cometido. Mierda. Acabo de ser atrapada besándome con Garrett Graham.
Y lo estaba disfrutando.
Dean parece que está luchando contra la risa. —¿No? Porque seguro que
parece como que sí.
Lo que significa que tengo que cortar sus sospechas de raíz. Tan pronto como
pueda.
—En realidad, Garrett sólo está ayudándome a ponerme al día con mis
habilidades de besos —digo a Dean en la voz más casual que puedo reunir. En este
punto, decir la verdad es mucho menos humillante que dejar que su imaginación
corra salvaje, pero la confesión suena loca cuando la pronuncio en voz alta. Sí, sólo
perfeccionando mis habilidades para besarme con el capitán del equipo de hockey.
No hay problema.
—Sí —digo con firmeza—. Tengo una cita por delante y tu amigo aquí piensa
que no tengo ningún movimiento. Confía en mí, no estamos interesados el uno en
el otro. En absoluto —me doy cuenta de que Garrett todavía no ha dicho una sola
palabra, y me dirijo a él para su confirmación—. ¿Cierto, Garrett? —pregunto con
138
intención.
—Está bien... —Los ojos de Dean brillan—. Entonces voy a tomar tu farol,
muñeca. Muéstrame tus movimientos.
—Si un médico te dice que vas a vivir diez días, te gustaría buscar una segunda
opinión, ¿no es cierto? Bueno, si tú estás preocupada por ser una besadora de
mierda, no puedes simplemente tomar la palabra de G para ello. Necesitas una
segunda opinión —sus cejas se levantan en desafío—. Déjame ver lo que tienes.
—No, él tiene un punto, —le respondo con torpeza, y mi cerebro grita, ¿Qué?
Así que me muevo hacia Dean y digo —dame una segunda opinión.
Sí, esa soy yo, sólo otra estudiante universitaria besando a un hombre después
de otro.
Sus ojos están completamente vidriosos. —Ah —Se aclara la garganta—. Ah...
139
sí... No creo que tengas nada de qué preocuparte.
—Mmm-hmmm.
Por supuesto que lo hace. ¿Una cita con Garrett Graham? Pude también haber
anunciado que me voy a casar con Chris Hemsworth.
Así que no, no culpo a Allie por verme tan atónita. La excusa de perder una
apuesta fue lo mejor a lo que pude llegar, y es mejor que nada. Ahora estoy
preguntándome si debería confesar y decirle sobre Justin.
No voy a mentir, estaba encantada de oír que le había ido bien. Pero no lo
suficientemente emocionada para iniciar una conversación real, así que
simplemente envié de vuelta una sola palabra, “bien”, y fue el único contacto que
tuvimos hasta hace veinte minutos, cuando envió un mensaje para decirme que
estaba en camino a recogerme para la fiesta.
Eso no sucedió.
—Y tú, Hannah Wells, ¿Lo estás jugando? —Niega con la cabeza, incrédula—.
¿Estás segura de que no tienes una cosa por este chico?
Argh, ¿por qué no hay un interruptor de apagado para esa parte sarcástica de tu
cerebro? Excepto que sé que eso no borrara la verdad. Sentí algo cuando nos
besamos. ¿Esos hormigueos que Justin evoca en mí? Los sentí la otra noche con
Garrett. Eran diferentes, sin embargo. Las mariposas no flotaron simplemente en
mi vientre, tomaron vuelo y se deslizaron a través de todo mi cuerpo, haciendo que
cada pulgada de mí latiera con placer.
Examina mi ropa antes de levantar una ceja. —¿Eso es lo que estarás usando?
Inclina su cabeza hacia un lado como si fuera Tim jodido Gunn a punto de
juzgar un atuendo en Project Runway. —Estoy totalmente seguro de los jeans y
botas, pero el suéter se tiene que ir.
—Es demasiado holgado. Pensé que hablamos sobre como necesitas mostrar
tus tetas de stripper.
Una tos estrangulada viene de detrás de él. —¿Tetas de stripper? —Allie hace
eco cuando entra en la habitación.
Se ríe, y luego, para mi horror ¡Benedict Arnold! está de acuerdo con él. —No
te lastimara usar algo más ceñido al cuerpo —dice discretamente.
Le frunzo el ceño.
Mueve las perchas para examinar mi armario, luego saca un top negro. —¿Qué
tal esto?
143
—De ninguna manera. Es transparente.
Buena pregunta.
Sostiene otra percha, esta vez un suéter rojo con un escote en V. —Este —dice
con un guiño—. Te ves genial de rojo.
Las cejas de Allie se alzan, y yo maldigo a Garrett por poner todas estas ideas
innecesarias en su cabeza. Pero al mismo tiempo, mi pecho va de caliente a
empalagoso, porque... ¿él piensa que me veo bien de rojo? Al igual que, ¿en
realidad se dio cuenta de lo que he usado?
Allie ríe.
Ambo son ajenos a mi enojo o solo están escogiendo ignorarlo, porque los oigo
charlando con facilidad en la sala de estar. Sospecho que Allie lo está interrogando
intensamente sobre nuestra “cita,” y espero por dios que Garrett se pegue a la
historia de la apuesta. Cuando su risa ronca flota en mi dormitorio, un escalofrío
involuntario se extiende por mi columna vertebral.
Es hora de enfocarme y recordar por qué accedí a esta farsa en primer lugar.
A partir de ahora.
Garrett
144
Beau Maxwell vive fuera del campus con cuatro de sus compañeros de equipo.
Su casa está a sólo unas pocas cuadras de la mía, pero es un infierno más grande, y
está lleno como un juego en el estadio de hockey en la noche, cuando Hannah y yo
entramos. Ensordecedoras explosiones de hip-hop desde el sistema de altavoces, y
varios calientes, cuerpos sudorosos nos empujan mientras atravesamos la casa.
Así que planto un beso suave en el lado de su garganta antes de susurrar—: Vas
a ser el centro de atención esta noche, nena. Sonríe y finge que estás disfrutando.
Le robo otro beso, esta vez en la esquina de su mandíbula, y toma aliento. Sus
ojos se abren y, o me lo estoy imaginando, o hay un rayo de calor allí.
145
Antes de que pueda interpretar lo que estoy viendo, uno de los defensas nos
interrumpe. —¡Graham! ¡Hola, es bueno verte, hombre! —Ollie Jankowitz se
inclina y golpea mi espalda, y el contacto sacude todo mi cuerpo debido a que el
tipo es un monstruo.
Lleva una mirada en blanco por un segundo. Luego su mirada cae a su pecho,
y una lenta sonrisa se extiende por su rostro barbudo. —Lo hago ahora. —Extiende
una mano carnosa—. Hola, soy Oliver.
Entrelazo mis dedos con los de Hannah y la llevo a la cocina, que está llena de
hermanos de fraternidad borrachos. No he visto a Beau todavía, pero sé que vamos
a encontrárnoslo finalmente.
No estoy muy emocionado ante la perspectiva de ver a Kohl, sin embargo.
Agarro dos vasos de plástico de la pila en la encimera de granito y camino hacia
uno de los barriles. Los chicos de fraternidad protestan, pero cuando se dan cuenta
de quien los está haciendo a un lado, se separan para mí como el mar rojo. Sólo
otra ventaja de ser el capitán del equipo de hockey venerado de Briar. Vierto dos
cervezas, entonces me alejo de la multitud y extiendo un vaso a Hannah, que
categóricamente niega con la cabeza.
—Sé que no eres una mojigata. —Meneo mis cejas—. Una mojigata no besa 146
de la forma en que lo haces.
—Esto significa que tienes una lengua atractiva y sabes cómo usarla. —Ah
mierda, lo que no debía decir. Porque ahora estoy duro. Por suerte, mis jeans son lo
suficientemente apretados para evitar que mi erección haga una tienda de campaña
como un idiota.
—A veces pienso que dices las cosas sólo para hacer que me sonroje —Me
acusa Hannah.
—Nop. Sólo estoy siendo honesto. —Una oleada de voces se oye más allá de la
cocina, y me encuentro rezando para que nadie entre. Me gusta estar a solas con
Hannah.
—En serio, ¿por qué eres tan anti-bebida? —pregunto con voz ronca.
—No.
—No me importa beber en mi habitación con Allie, pero nunca lo hago en las
fiestas.
—Oh Por Dios. ¿Así que te sientas en casa como una borracha cuando bebes?
El insulto hace que mi pique. —Por el amor de Dios, ¿crees que te drogaré?
Ella asiente. —Alguien le dio drogas en una fiesta... y, um... diremos que no
fue una buena noche para ella, ¿de acuerdo?
Hannah se ve triste. —Sí. Ella estaba bien. —Me da un gesto torpe—. Pero me
hizo desconfiar acerca de beber en público. Incluso si me sirvo yo misma... quién
sabe lo que pasará si me doy la vuelta, aunque sea por un segundo. Me niego a
correr ese riesgo.
Mi voz se vuelve ronca. —Sabes que nunca dejaría que eso te sucediera,
¿verdad?
Nos mezclamos durante un tiempo. Cada vez que la presento a alguien, se ven
sorprendidos, como si no pudieran entender por qué estoy con ella y no con una
boba chica de hermandad. Y más de un chico come con los ojos los pechos de
Hannah antes guiñarme un ojo como diciendo buen trabajo.
Le sonrío. —Te dije que soy popular. Oye, allí está Beau. Venga, vamos a
pasar y decir hola.
—G, ¡lo hiciste! Toma, prueba esto. —Él sostiene una botella de... algo. La
botella es de color negro y no tiene etiqueta, así que no tengo ni idea de lo que está
ofreciendo.
—No, gracias.
—Sí, mi hermana tenía que cantar una original —dice Beau—, ella estaba en lo
alto del grupo. ¿Joanna Maxwell? ¿La conoces?
Su cara se sorprende como un idiota, así que justifico el gesto diciendo—: Voy
a dar una vuelta. A tomar otra cerveza.
—Está bien —Inmediatamente se da vuelta a Beau y siguen charlando sobre su
hermana.
No siento ningún interés romántico por parte de ella, sin embargo, trae un poco
de alivio. La verdadera amenaza está al otro lado de la habitación y camina a
propósito en nuestra dirección al segundo que me alejo de ellos.
Intercepto a Justin antes de que pueda alcanzar al dúo hablando, dándole una
palmada ocasional en el brazo. —Kohl. Gran partido ¿eh?
—Naah, estoy bien. —Ya está pasando junto a mí, directo a donde no quiero
que vaya.
El momento que Hannah nota a Justin, sus mejillas se ponen rosas y su mirada
se sobresalta, pero ella se recupera rápidamente y lo saluda con una sonrisa 150
vacilante.
Sus labios se aplanan con disgusto. —En serio ¿Estas con una cita y eso es lo
que me dices?
Ella esta tan cabreada que está temblando. —Entonces ¿Cómo puedes explicar
eso? —Levanta un dedo en dirección a Hannah.
Fantástico. Bueno, ahora estoy jodido. No puedo insistir que esto no es una
cita, porque Kohl se supone que piensa que lo es. Pero si digo que es una cita,
Kendall podría darme una cachetada.
Bajo la voz. —Ella no es mi novia. Es una cita, sí, pero no es una cosa grave,
¿de acuerdo?
Deje escapar un suspiro. —Ni siquiera hemos tenido una conversación real,
Kendall, y nos hemos visto una docena de veces este verano. No me has
preguntado ni una sola vez sobre mi infancia, mi familia o mis clases. Mis
compañeros de equipo, mis intereses, infierno, ni siquiera sabes mi color favorito, y
ese tipo de cosas que averiguas en Conociéndote 101.
—Sí, lo sé —insiste.
Hannah mira a Kendall. —Hola. Soy Hannah. Lo siento, pero tengo que
robártelo por un segundo. La sed llama.
Una vez que estamos fuera de vista, bajo la voz y digo—: Gracias por
salvarme. Ella o estaba a punto de llorar o darme una patada en las pelotas.
—No. —La molestia se eleva por mi garganta—. Pero resulta que nuestra
separación amistosa no era tanto como lo pensé.
—Ah. Veo.
Achico mis ojos. —Así que mi color favorito es el negro ¿eh? ¿Qué te pase
pensar eso?
—Sí, ¿a menos que te quieras ir? —digo con suerte. He perdido todo el
entusiasmo por la fiesta, especialmente ahora que sé que está Kohl. Antes de que
ella responda, me esfuerzo por agregar—. Kohl mordió el anzuelo por cierto. Así
que si nos vamos ahora, vas a dejarlo queriendo más, era el plan ¿no?
—¿Pero qué?
—¿Me estás tomando el pelo? —Estallé—, ¿él está planeando una cita frente a
mí?
—Él no sabe eso. —No puedo controlar mi ira hirviendo por mis entrañas—.
Tú no vas a ir a una cita con otro hombre. Punto. Ese es una mierda de
movimiento.
La miro. —¿Te gustaría que saliera con otro tipo que me está haciendo sombra?
Ella podría estar en lo cierto, pero sé cómo piensan los chicos. Ese hijo de puta
153
está coqueteando con ella a la vista del otro chico con el que llego a la fiesta.
Idiota. Movimiento.
—Garrett… —Su voz se vuelve cautelosa—, tú sabes que ese beso no significó
nada, ¿verdad?
Alivio flota a través de sus ojos. —Bueno. De acuerdo, bueno tal vez
deberíamos irnos. Creo que nos hemos mezclado lo suficiente.
Pero…
154
18
Hannah
Traducido SOS por Jazmín
He estado descuidando a mis amigos desde que empecé la tutoría de Garrett, 155
pero ahora que él hará los exámenes trimestrales, mi tiempo libre me pertenece a
mí de nuevo. Así que la noche después de la fiesta de Beau Maxwell, me encuentro
con los sospechosos habituales en la cafetería del campus, emocionada de volver a
reconectar con todo el mundo. Y es obvio que ellos me extrañaron igual que yo.
Me río de la vívida imagen que ha pintado. —Lo sé. Soy una mierda total. Pero
tenía tutoría esta semana y eso me ha mantenido ocupada.
Stella pone los ojos en blanco de la manera más teatral. Creo que es una cosa
de los estudiantes de teatro, es como si no pudieran decir una palabra solitaria o
hacer un solo gesto sin sobreactuarlo. —Por supuesto que lo hizo. A diferencia de
ti, Allie no nos guarda secretos.
El novio de Meg, Jeremy mueve sus cejas hacia mí por encima del borde de su
taza de café. —Sabes que eso te hace el enemigo ahora, ¿cierto?
Puedo ver por sus expresiones lúdicas que es todo una buena broma. O al
menos lo es antes de que Garrett me envíe un mensaje de texto.
Garrett: Totalmente deberías haber venido a la fiesta de esta noche después del
156
juego. Una chica simplemente tiró una jarra de cerveza sobre la cabeza de Dean.
Bufe en voz alta y respondí de vuelta un rápido mensaje, porque tenía que
saber más.
Él: Hombres... termina esa frase... ¿Los hombres son impresionantes? Gracias,
cariño. Acepto este premio en nombre de todos nosotros.
Yo: ¿El premio al mayor de los idiotas? Sí, eres el portavoz perfecto.
La idea de que podría haber llegado a herir sus sentimientos provoca que la
culpa se extienda a través de mí.
Dex, que había expresado la orden en pleno auge, se dirige al grupo. —Oh,
miren, nos está prestando atención.
—Oye, ¿no adivinas a quien vimos en Ferro la otra noche? —dice Meg,
refiriéndose al restaurante italiano de la ciudad.
—Aquí vamos —Su novio suspira—. ¿No puedes estar cinco segundos sin
chismes, cariño?
—Nop. —Le da una sonrisa jovial antes de volverse hacia mí—. Cass y Mary
Jane —anuncia—. Estaban en una cita.
—Se que él la invito a salir —admito—. Pero estaba esperando que ella fuera lo
suficientemente inteligente como para decir que no. 157
No me sorprende escuchar que MJ había hecho todo lo contrario. Y ahora
estoy ciertamente sin ganas del ensayo del lunes, ¿porque si Cass y MJ son una
"pareja" ahora? Nunca voy a ganar una discusión sobre el dúo.
—¿Ese estúpido sigue causando problemas en los ensayos? —pregunta Dex con
el ceño fruncido.
La expresión de Dex se pone seria. —Bien, en realidad. Jon ha sido muy bueno
acerca de escuchar mis sugerencias. No es un demente posesivo de la canción,
¿sabes? Pero también no tiene ningún problema diciendo que no a mis ideas, que
también agradezco.
—Está bien, totalmente quiero oír más, pero tengo que tomar un café primero.
—Me paro de mi asiento y tomo mi bolso—. ¿Alguien quiere algo mientras estoy
allá?
Después de que todos sacudieran sus cabezas, me dirijo al mostrador y estoy al
final de una larga fila. La cafetería está sorprendentemente llena para un domingo
por la noche, y estoy sorprendida cuando varias personas en la fila me asienten o
saludan. No conozco a nadie, pero sonrío torpemente y asiento con la cabeza de
vuelta, luego pretendo que le llego un mensaje de texto a mi teléfono porque no
quiero tener una conversación con un extraño. ¿Tal vez me encontré con ellos en la
fiesta de Beau? Todas las presentaciones que Garrett hizo son un completo borrón
para mí, sin embargo. Los únicos nombres de personas y rostros que recuerdo son
los de Beau y Justin y algunos de los otros jugadores de fútbol.
Trato de sonar casual a pesar de que mi corazón esta acelerado. —Bien. ¿Tú?
—Estoy muy bien. Pero... tengo curiosidad acerca de algo. —Inclina la cabeza
de la manera más adorable, y cuando un mechón de pelo negro cae sobre su frente,
lucho contra el impulso de alejarlo—. ¿Qué tienes exactamente contra las fiestas? —
pregunta con una sonrisa.
158
Parpadeo. —¿Qué?
—Me he encontrado contigo en dos fiestas hasta ahora, y en ambas te has ido
temprano —Hace una pausa—. En realidad, ambas veces te fuiste con Graham.
Malestar se desliza por mi columna vertebral. —Uh, sí. Bueno, tiene un coche.
No puedo dejar pasar un paseo gratis.
Está en silencio por un momento antes de bajar su voz. —¿Sabes qué? Solo iré
directo al grano y preguntare, ¿tú y Graham son amigos, o algo más?
GARRETT GRAHAM.
Justin todavía parece dudoso. —¿Así que no estás saliendo con él?
Desde que el punto de ir a la fiesta de Beau con Garrett era para hacerme
verme deseable, me quedo con la mentira. —Nos vemos casualmente, pero no
somos exclusivos ni nada. Vemos a otras personas, también.
La fila avanza más cerca del mostrador, y nos acercamos justo en frente de él.
—¿Eso significa que tienes permitido tener una cena conmigo alguna vez? —
pregunta Justin con una leve sonrisa.
Una punzada de alarma se enciende en mi vientre. No puedo darle sentido, así 159
que decido ignorarla. —Se me permite hacer lo que quiera. Como he dicho, Garrett
y yo no estamos juntos. Solo pasamos el rato a veces.
Dios, eso sonaba vil. Se lo que los chicos piensan cuando escuchan eso.
También podría haberle dicho que: estoy durmiendo con él, sin ataduras.
Sin embargo, Justin no parece desanimarse por eso. Sus manos se mueven de
sus bolsillos a las correas de sus pantalones en una pose ligeramente incómoda.
—Mira. Hannah. Creo que eres bastante genial. —Se encoge de hombros—.
Me gustaría llegar a conocerte mejor.
No puedo evitar sonreír. —No me di cuenta que los futbolistas estaban tan
interesados en la monogamia —Bromeé.
Dios mío. Me está pidiendo salir. No café, no estudiar, sino que una cita real.
Exhalo una respiración lenta. —Claro, eso suena muy bien. ¿Cuándo?
—Bueno, estoy un poco ocupado esta semana. Tengo que escribir dos trabajos,
y luego voy a estar en Buffalo con el equipo este fin de semana. ¿Qué tal una
semana a partir de ahora? ¿El próximo domingo, tal vez?
—Genial.
160
Llegamos al mostrador, y ordeno un gran late moca, pero antes de que pueda
llegar a mi cartera, Justin viene a mi lado, pide su propia orden, y paga por los dos.
—Yo invito.
—Gracias.
A medida que avanzamos hacia el otro extremo del mostrador para esperar
nuestras ordenes, hace esa cosa linda inclinando su cabeza de nuevo. —¿Estarás
aquí, o quieres que te acompañe de vuelta a tu dormitorio? Espera, estas en los
dormitorios, ¿cierto? ¿O vives fuera del campus?
Aun así, fuerzo una sonrisa, incluso cuando doy una sacudida de mi cabeza. —
Lo haría, pero estoy aquí con los amigos.
Sus ojos brillan. —Eres una mariposa social, ¿no es así?
Me río con torpeza. —No realmente. No he visto a mis amigos desde hace
tiempo. He estado demasiado ocupada para salir.
—No demasiado ocupada para ver a Graham —señala. Hay una nota burlona
en su voz, pero también escucho algo más nítido. ¿Celos? O tal vez es
resentimiento. Pero luego vuelve a sonreír y juguetonamente toma mi teléfono de
mi mano—. Pondré mi número aquí. Envíame el tuyo cuando tengas una
oportunidad, y veremos los detalles para la próxima semana.
—No, pero podría haberlo estado haciendo. No es que me pase los días sentada
y esperando a que me llames, idiota.
Él ignora el comentario cruel. —¿Qué pasa con todas las voces? ¿Dónde estás?
—El Café Hut. Me estoy poniendo al día con algunos amigos. —Dejo de lado
la parte donde Justin me invitó a salir en una cita. Por alguna razón, no creo que
Garrett lo aprobaría, y no estoy de humor para discutir con él—. Entonces, ¿qué es
tan importante que tenías que llamarme cinco billones de veces?
—Tienes que venir —dice con firmeza—. Mis exámenes trimestrales son
mañana, ¿recuerdas? Lo que significa que voy a celebrar o sentir lástima. De
cualquier manera, te quiero ahí.
—No lo sé...
—¿Por favor?
—Está bien —Me ablando, porque por alguna razón estúpida, no puedo decirle
que no a este chico—. Iré. 162
—Maldición, sí. ¿Te recojo a las ocho?
—Claro.
Mantengo sabiamente estos detalles para mí misma mientras me reúno con mis
amigos.
19
Hannah
Traducido por Jazmín & Mae
—He oído que saliste con Garrett Graham este fin de semana —Es lo primero
que Nell me dice.
Dulce bebé Jesús. ¿No puedo estar un solo segundo sin que me recuerden al
chico?
—No hay ninguno —Me encojo de hombros—. Solo estamos pasando el rato a
veces—. Al parecer, esta es ahora mi respuesta recurrente.
—¿Qué pasa con tu otro flechazo? —Nell asiente de manera significativa hacia
el pasillo opuesto.
Garrett está atrasado, lo cual es impropio de él. Sé que estaba con sus
compañeros de equipo la noche anterior y que no tienen práctica esta mañana, pero
no hay manera de que se hubiera dormido hasta las cuatro de la tarde.
Discretamente saco mi teléfono para enviarle un mensaje, pero su mensaje me llega
primero.
Él: Estoy tratando con una emergencia. Llegare para la segunda mitad. ¿Tomas notas
para mí hasta que llegue?
Tomo muchas notas durante la clase, más en nombre de Garrett que el mío, 164
puesto que ya he leído y aprendido de memoria la última teoría. Cuando Tolbert
habla, mi mente se desvía. Pienso en mi inminente cita para cenar con Justin, y ese
inquieto malestar vuelve, trayendo una sensación de náuseas a mi estómago.
¿Por qué estoy tan nerviosa al respecto? Es solo una cena. Y eso es todo lo que
va a ser. Otras chicas pueden desnudarse en la primera cita, pero ciertamente yo no
soy una de ellas.
Pero Justin es un jugador de fútbol. Las chicas con las que él sale
probablemente se desnuden antes de que los menús incluso lleguen. ¿Y si se espera
eso de mí?
Que si él...
No, me digo firmemente a mí misma. Me niego a creer que sea el tipo de chico
que presionaría a alguien a dormir con él.
Sus labios se curvan cuando encuentra mis ojos. —¿Sigue lo del domingo?
—Sí.
—Está bien, bueno. Voy a ver si me puede dar mi examen trimestral de vuelta
ahora, en lugar de al final de la clase. Todavía estoy tratando con esa emergencia,
así que no puedo quedarme.
—Sí, tengo una identificación. Y por cierto, ¿por qué Dean está teniendo su
fiesta de cumpleaños en un lunes? ¿Hasta qué hora planean quedarse fuera?
Pongo los ojos en blanco. —¿No sería más fácil simplemente no estar con
resaca?
—Síp.
Antes de que pueda parpadear, Garrett me tira en sus brazos y el abrazo quita
aliento de mis pulmones. Lanzo mis brazos alrededor de su cuello, luego me echó a
reír cuando me levanta y me hace girar alrededor tantas veces que me mareo.
—Bien. —Entrecierro mis ojos—. Ahora asegúrate de que siga siendo así.
Con una sonrisa, me atrae para otro abrazo. —No podría haberlo hecho sin ti,
sabes. —Su voz se torna ronca, y siento su cálido aliento haciendo cosquillas en mi
sien. Se echa hacía atrás, esos magnéticos ojos grises centrándose en mi rostro, y
luego su cabeza se inclina ligeramente, y durante un angustiante segundo creo que
podría besarme.
Reviso mi teléfono y me doy cuenta que quedan sólo tres minutos antes de que
la clase comience de nuevo. —¿Puedes hacerlo más tarde? Tengo que volver a
entrar. 167
—Solo será un minuto. —Su mirada se encuentra con la mía—. ¿Confías en
mí?
Cielos, realmente lo hago. A pesar de que sólo lo conozco desde hace poco
tiempo, confío en este chico.
—Así que espera, ¿Es por eso que me invitaste a lo de Dean esta noche? —Digo
con sarcasmo—. ¿Para emborracharme?
—No creo eso en absoluto, idiota. Sólo quería asegurarme de que sabías que si
decides tomar una cerveza o dos, no tienes que preocuparte. Estoy en ello. —
Duda—. Sé que tu amiga tuvo una mala experiencia con beber en público, pero te
prometo, nunca dejaría que eso te sucediera.
Me estremezco cuando dice “tu amiga”, pero por suerte, no creo que se dé
cuenta. Una parte de mí desea nunca haberle dado esa vieja esto excusa de le sucedió
a mi amiga, pero no puedo arrepentirme. Sólo mis amigos más cercanos saben lo
que me pasó, y sí, podría confiar Garrett, pero no me siento cómoda diciéndole
acerca de la violación.
—Así que si quieres beber esta noche, te prometo que nada malo te va a pasar.
—Suena tan genuino que mi corazón se contrae por la emoción—. De todos
modos, eso es todo lo que quería decir. Sólo... piensa en ello, ¿de acuerdo?
Mi garganta está tan estrecha que apenas puedo decir una palabra. —Está bien.
—Suelto un suspiro tembloroso—. Lo pensaré.
168
Garrett
Los jugadores de hockey ocupan cada pulgada de espacio disponible en
Malone, un bar que no tiene mucho espacio para empezar. El lugar es tan pequeño
que la mayoría de las veces es sitio para quedarse de pie.
Hannah entra unos veinte minutos después de los chicos y yo. No la recogí
porque su ensayo terminaba tarde e insistió en que tomaría un taxi. Ella también
había insistido en volver a su dormitorio primero para ducharse y cambiarse, y
cuando pongo los ojos en ella, de todo corazón apoyo esa decisión. Se ve
jodidamente hermosa en sus leggings, botas de tacón alto y camiseta. Toda de
negro, por supuesto, pero a medida que se acerca, estoy en buscando su distintivo
de color y lo encuentro cuando vuelve la cabeza para saludar a Dean. Un enorme
broche amarillo con pequeñas estrellas azules recoge su pelo oscuro. La mitad de
este sigue sin recoger y enmarca su cara enrojecida.
Me quejo en voz alta. —Oh, por el amor de Dios, Wellsy. ¿Tú cediste a eso?
Está obviamente muy molesta, así que aprieto su brazo y dije—: ¿Quieres un
trago?
Veo su esbelta garganta subir y bajar mientras traga saliva. No responde por un
momento. Sólo me mira a los ojos, como si estuviera tratando de introducirse en mi
cerebro. Termino conteniendo la respiración, porque sé que algo importante está a
punto de suceder. Hannah o va a poner su confianza en mis manos, o va a
bloquearse a cal y canto, lo que sería el equivalente de un hueso roto, porque
maldita sea, quiero que confíe en mí.
Cuando finalmente contesta, su voz es tan suave que no puedo oírla sobre la
música.
—¿Qué?
Un resoplido se escapa de sus labios, y luego levanta su voz. —Dije, seguro.
—Lo juro por Dios, Wellsy, si pides licor de melocotón o algo femenino,
oficialmente dejaré de ser tu amigo.
—Pero soy una chica —protesta—. ¿Por qué no puedo tomar una bebida
femenina? Oh, ¿tal vez una piña colada?
—Oh, Dios mío, esto es tan bueno —anuncia cuando toma otro trago
profundo—. Quiero totalmente otro.
Me río. —¿Y si terminas este primero, y luego puedes hablar de una repetición?
Todo el bar se vuelve loco por la presentación de Hannah. Ella está cantando a
todo pulmón “Bad Romance” y casi todo el mundo está cantando, incluyendo a
más de uno de mis compañeros de equipo. Me encuentro sonriendo como un idiota
mientras contemplo el escenario. No hay nada lascivo sobre lo que está haciendo.
No tímida casi—desnuda, ni movimientos de baile sugerentes. Hannah echa la
cabeza hacia atrás con alegría, con las mejillas encendidas y los ojos brillantes
mientras canta, y es tan hermosa que hace que mi duela el pecho.
Joder, quiero besarla de nuevo. Quiero sentir sus labios sobre los míos. Quiero
oír ese ruido gutural que hizo la primera vez que chupé su lengua.
Maravilloso. Y ahora estoy duro como una roca, en medio de un bar lleno de
mis amigos.
—¡Ella es increíble! —grita Logan, deslizándose hacia mí. Está sonriendo
demasiado mientras observa a Hannah, pero hay un brillo extraño en sus ojos.
Parece un poco como... anhelo.
—Estudia música —es la tonta respuesta que suelto, porque estoy demasiado
distraído por su expresión.
Su expresión se ilumina cuando me ve. Sin perder el ritmo, sale del escenario
hacia mis brazos en espera, riendo de alegría mientras le doy vueltas. —¡Oh, Dios
mío, esto es tan divertido! —Exclama—. ¡Tenemos que venir aquí todo el tiempo!
Y tal vez eso me hace un bastardo arrogante, pero me encanta ser el que la
llevó a este punto. En quién confió lo suficiente para cuidar de ella de modo que
pueda permitirse dejarse ir y pasar un buen rato.
No puedo creer por que alguna vez estuve nerviosa por venir al bar esta noche,
porque santo cielo, me estoy divirtiendo. Ahora estoy metida en una cabina junto a
Garrett, y estamos involucrados en un acalorado debate con Tucker y Simms,
173
argumentando sobre la tecnología, de todas las cosas. Tucker no cambia su postura
sobre que a los niños pequeños no deberían permitirles ver más de una hora de
televisión al día. Yo estoy totalmente de acuerdo con él sobre eso, pero Garrett y
Simms no están de acuerdo, y los cuatro hemos estado discutiendo sobre eso
durante más de veinte minutos hasta ahora. Me avergüenza admitirlo, pero
sinceramente no esperaba que todos estos jugadores de hockey tuvieran opiniones
elocuentes sobre asuntos no relacionados con el hockey, pero ellos son mucho más
perspicaces del crédito que les di.
—Los niños tienen que estar fuera andando en sus bicicletas, cazando ranas y
trepando arboles —insiste Tucker, agitando su vaso de cerveza en el aire como si
marcara su punto—. No es saludable para ellos estar encerrados mirando a una
pantalla todo el día.
—Aw, vamos, Wellsy, dale a las ranas una oportunidad —protesta Tucker—.
¿Sabías que si las lames podrías drogarte?
Lo miro con horror. —No tengo ningún interés en lamer una rana.
Simms se ríe a carcajadas. —¿Ni siquiera para conseguir a un príncipe?
Graciosos quejidos sonaron. —No, ni siquiera entonces —le digo con firmeza.
Mis mejillas arden por la insinuación, pero el brillo pícaro en sus ojos me dice
que no está tratando de ser vulgar, así que le respondo con mi propia dosis de
insinuaciones.
—Naah, estoy a favor de lamer. Mientras que este lamiendo algo sabroso.
Otra ronda de gritos estalla, pero Garrett no se une a ella. Cuando lo miro, me
doy cuenta de que sus ojos están brillando con calor.
—Mierda, alguien tiene que amarrar a ese hombre así deja de acaparar la
rocola. —declara Tucker mientras aun otra canción de Black Sabbath suena a
través del bar.
Todos nos dirigimos hacia el culpable, un local con una tupida barba roja y el
ceño más malo que he visto alguna vez. En el momento en que la máquina de
karaoke se cerró por la noche, Barba Roja había corrido a la rocola y puesto diez
174
dólares en monedas en su interior, tecleando una lista de reproducción rockera que
hasta ahora había consistido de Black Sabbath, Black Sabbath, y más Black
Sabbath. Ah, y una canción de CCR con la que Simms afirmó que había perdido su
virginidad.
Me lleva al área pequeña en frente del escenario, que está completamente vacía
porque nadie más está bailando. Malestar se desplaza dentro de mí, pero cuando
Garrett me tiende su mano, dudo por un solo segundo antes de tomarla. Hey, si
quiere bailar, entonces vamos a bailar. Es lo menos que puedo hacer teniendo en
cuenta lo increíble que ha estado esta noche.
Puedes decir muchas cosas sobre Garrett Graham, pero es sin duda un hombre
de palabra. Él ha estado pegado a mi lado toda la noche, vigilando mis tragos,
esperándome fuera del baño, asegurándose de que no recibo acoso por sus amigos o
los locales que hemos conocido. Está totalmente cuidando mi espalda, y gracias a
él, tuve la oportunidad de bajar la guardia por primera vez en mucho tiempo.
Dios. No puedo creer que alguna vez pensé que no era un buen chico.
—Sabes que esta canción dura como siete minutos, ¿cierto? —Señalo a medida
que avanzamos hacia la pista de baile.
—Lo sé. —Su tono es casual. No se ve afectado. Pero tengo una extraña
sensación de que está molesto por algo.
Garrett sigue mi mirada hacia la cabina de atrás, donde Dean se intercala entre
dos rubias que están mordisqueando muy ansiosamente su cuello. —Sí. Supongo.
Hay una mirada lejana en sus ojos grises. Su tono ausente deja claro que no
está interesado en tener una conversación, así que me quedo en silencio y trato
duro en no dejar que su masculinidad abrumadora me afecte.
Pero cada vez que su mejilla roza mi cara, empeorando mi piel de gallina. Y
cada vez que su aliento sopla en mi mandíbula, una oleada de escalofríos se
extiende a través de mí. El calor de su cuerpo me abraza, su olor me rodea, y estoy
terriblemente consciente de su cálida mano sosteniendo la mía. Antes de que pueda
detenerme, froto mi pulgar sobre el centro de su palma.
Sí, tiene que ser el alcohol. No hay otra explicación para las sensaciones
extendiéndose por mi cuerpo. El dolor en mis senos, la tensión en mis muslos y el
extraño vacío en mi interior.
Puede ser que este mareada, pero no estoy borracha, y al instante noto la
tristeza irradiando de su amplio pecho.
—Nada. —Su garganta se hunde cuando traga—. Es sólo que... esa canción...
—Me trae recuerdos, eso es todo. —Hace una pausa durante tanto tiempo que
no creo que continúe, pero entonces lo que hace. —Era la canción favorita de mi 176
mamá. La tocaron en su funeral.
—Garrett…
—Mira, era o bailarla, o llorar, ¿está bien? Así que sí, gracias por el baile. —
Pasa por mi costado cuando alcanzo su brazo—. Tengo que salir. ¿Vas a estar bien
aquí durante unos minutos?
—Sí, pero...
Pongo mis hombros firmes y me apresuro hacia adelante, sólo para congelarme
cuando me encuentro cara a cara con mi ex-novio.
—¡Devon! —digo.
—Hannah... oye. —Devon esta visiblemente incómodo cuando nuestros ojos
se encuentran.
Me toma un segundo registrar que no está solo. Una alta y bonita pelirroja se
encuentra a su lado... y están tomados de la mano.
—Sé que es una mierda, pero creo que estas mejor —le digo a Devon—. Brad
te habría jodido con el tiempo. Al menos sucedió ahora, antes de que firmaras,
¿sabes?
—Eso es lo que sigo diciéndole —dice con voz chillona la pelirroja, luego se
vuelve a Devon—. Ves, alguien más está de acuerdo conmigo.
Devon se ve tan torpe como yo me siento. —Así que, uh, tienes la presentación
de invierno por venir, ¿eh?
—Sip. Estoy realizando un dúo con Cass Donovan —Suspiro—. Lo que está
178
empezando a parecer un gran error.
—De todos modos, fue bueno verte, pero estoy aquí con amigos, así que...
Asiento con la cabeza hacia la cabina donde Tucker, Simms y Logan están, lo
que trae un pliegue de confusión en la frente de Devon. —¿Desde cuando pasas el
rato con el equipo de hockey?
—Le estoy dando tutoría a uno de los jugadores, y... eh, si, pasamos el rato a
veces.
Repito rápidamente todas las razones por las que no debería estar llorando.
Ya no lo quiero.
Pero los recordatorios no logran nada, y mis ojos arden mucho más. Porque,
¿a quién mierda estoy engañando? ¿Qué posibilidades tenemos Justin y yo? Incluso
si salimos, incluso si conseguimos estar lo suficientemente cerca para tener
intimidad, ¿qué pasa cuando tengamos sexo? ¿Qué pasaría si todos los problemas
que tuve con Devon aparecen de nuevo, como un molesto sarpullido del que no
puedo deshacerme?
179
¿Y si realmente hay algo mal en mí y yo nunca puedo, tener alguna vez una
vida sexual normal, como una mujer jodidamente normal?
—¿Wellsy?
Garrett emerge del baño de hombres y frunce el ceño en cuanto me ve. —Oye
—dice con urgencia, ahuecando mi barbilla—. ¿Qué pasa?
—Nada —murmuro.
—Estoy quitando tus lágrimas ahora, Wellsy. Es decir que estás llorando.
Ahora dime lo que está mal. —Su rostro repentinamente palidece—. Oh, mierda,
¿alguien te ha acosado o algo? Sólo me fui unos minutos. Lo siento mucho...
—Oh —Se ve sorprendido—. ¿El chico con el que estuviste saliendo el año
pasado?
Alarma parpadea a través de los ojos de Garrett. —Uh. Sí. Bueno. Realmente
no lo entiendo, pero está bien.
¿Por qué alguna vez pensé que podría ser una estudiante universitaria normal?
No soy normal. Estoy rota. Sigo diciéndome que la violación no me destruyo, pero
180
lo hizo. Un pedazo de mierda me robo mi virginidad, robó mi capacidad para tener
relaciones sexuales y sentir placer como una sana, fogosa mujer.
Entonces, ¿cómo diablos podría alguna vez tener una relación real? Con
Devon, con Justin, con alguien, cuando no puedo...
—Hannah...
Marcho hacia Hannah y Dean y los separo, poniendo una firme mano sobre el
hombro de Hannah.
Como si fuera una señal, aparece una pareja femenina dispuesta como un
fantasma y lazo a Dean en sus brazos. Dean prácticamente se olvida de Hannah, lo
que me permite arrastrarla de la sala de estar sin objeciones adicionales.
—Sé que lo estás. —Cruzo mis brazos—. Estas teniendo demasiada diversión.
Sonrío. 182
—Vamos, te llevaré de vuelta a los dormitorios.
—No quiero irme. —Estira sus brazos y piernas y procede a hacer ángeles de
nieve en mi cama—. Tu cama es muy grande y cómoda.
Resopla.
—Buena chica.
—¡Garrett!
Dulce Jesús.
Aparto mi vista de ella y tropiezo hacia mi armario para encontrar algo para
que duerma. Agarro una camiseta vieja, tomo una respiración profunda, y doy la
vuelta para mirarla.
Su camiseta se ha ido.
Me congelo.
—¿Qué?
Lucho contra una oleada de malestar cuando apago la luz. ¿Está rota?
¿Qué diablos significa eso?
Cedo y acepto el trago. Los tres unimos nuestros vasos, tragando el whisky. El
alcohol quema mi garganta y calienta mi estómago, y le doy la bienvenida al
184
caliente zumbido que flota a través de mi cuerpo. Toda esta noche, he
estado... apagado. Esa estúpida canción. Las lágrimas de Hannah en el bar. La
forma confusa que me hace sentir.
Estoy a flor de piel y sobre el borde, cuando Logan me sirve otro trago, esta vez
no me opongo.
Después del tercer trago, ya no estoy pensando sobre lo confuso que me siento.
Son las dos y media de la mañana cuando por fin arrastro mi culo borracho
arriba. La fiesta casi se ha desvanecido. Solamente las conejitas de hielo de Dean
quedan, tumbadas en el sofá con él en una maraña de brazos y piernas desnudas.
Paso la cocina y descubro a Tucker dormido en el mostrador, su mano todavía
acurrucada alrededor de una botella de cerveza vacía. Logan había desaparecido en
su habitación hace un tiempo con una linda morena, y mientras camino por delante
de su habitación, oigo el tipo de gemidos y quejidos que me dicen que es algo muy
bueno.
Trato de ser lo más silencioso posible mientras me acomodo, pero el roce de las
sabanas hace que Hannah se agite. Un suave gemido ondula a través de la
oscuridad, y luego se da la vuelta y una cálida mano se presiona contra mi pecho
desnudo.
Me pongo rígido. O más bien, mi pecho lo hace. Allá abajo, estoy más suave
que el pudín. Ese es un borracho impotente, que es condenadamente triste teniendo
en cuenta que sólo tomé cinco tragos. Hombre. El alcohol y yo realmente no nos
mezclamos.
Pero al parecer, sólo hay una persona con intenciones honorables en esta cama
esta noche.
El gemido que he estado guardando retumba cuando se sube encima de mí. Sus
firmes muslos se sitúan en los míos. Su pelo cosquillea en mi clavícula cuando se
inclina hacia adelante.
Entonces me besa.
Oh maldición.
Lame mi labio inferior, luego lo muerde con la fuerza suficiente para sacar un
gruñido de mi garganta. Mierda. Mierda, mierda, mierda. Necesito hacer descarrilar
este tren de lujuria antes de que se precipite hasta el punto de no retorno.
—Me encanta tu pecho —susurra, e infierno santo, ahora está frotando sus
pechos contra mis pectorales y puedo sentir sus pezones asomándose a través de su
camiseta.
Quiero rasgar esa maldita camiseta. Quiero poner esos fruncidos pezones 186
profundamente en mi boca y chuparlos. Pero no puedo. No lo haré.
Ella acaba de pronunciar las palabras que todo chico querría escuchar; te deseo
tanto, pero maldita sea, está borracha y no puedo dejarla hacer esto.
—No podemos hacer esto —digo con voz ronca—. Confiaste en mí para
cuidarte, ¿recuerdas? Bueno, este soy yo cuidándote.
¿Realmente creé que seré capaz de dormir después de lo que acaba de suceder?
Pero no está pensando en absoluto. Nop, ella es como una luz de nuevo, y
mientras su constante respiración cosquillea en mi pezón, me trago otro gemido y
cierro mis ojos, haciendo mi mejor esfuerzo para ignorar el palpitante deseo
ardiente en mi ingle.
187
22
Hannah
Traducido por rihano
Despierto en los brazos de Garrett Graham por segunda vez en dos semanas. 188
Excepto que esta vez... quiero estar allí.
Anoche resultó ser una serie de experiencias reveladoras. Bebí en público sin
tener un ataque de pánico. Me vi obligada a aceptar que la violación me jodió
mucho más de lo que me permito admitir.
Mi intento de seducción podría haber fallado, pero no fue por falta de deseo
por parte de Garrett. Sé exactamente lo que estaba pasando por su mente, Hannah
está borracha y no piensa con claridad.
Mi cerebro estaba afilado como una tachuela anoche. Besé a Garrett porque
quería. Habría dormido con él porque yo quería.
Ahora, a la luz del día, todavía quiero. Ver a Devon me dejó asustada e
insegura. Esto me hizo cuestionar lo que pasaría si me involucraba con Justin. Me
hizo preguntarme si estoy simplemente invitando a más frustración y decepción en
mi vida.
Tan loco como suena, una prueba con Garrett podría ser justo lo que necesito
para trabajar mis asuntos. Él mismo lo dijo, no sale con chicas, duerme con ellas.
No hay riesgo de que caiga enamorado de mí o exija una relación. Y no es que no
tengamos ninguna química. Tenemos tanta que podríamos inspirar toda una
canción de R & B.
Sería el arreglo perfecto. Podría tener sexo con un chico sin empantanarme por
toda la presión de la relación. Con Devon, mis problemas sexuales se hicieron cien
veces peores debido a la presión, ya que la parte del sexo estaba enredada con la
parte del amor.
Con Garrett, puede ser sólo sobre el sexo. Tratando de poner los pedazos de mi
sexualidad de nuevo juntos sin preocuparme por decepcionar a alguien que amo.
—Garrett —murmuro.
Él no se mueve.
—¿Mmmmfhrhghd?
189
Su galimatías me hace sonreír. Me inclino y presiono mis labios a los suyos.
—No lo soñaste.
—¿Por qué?
—Porque me dio la gana. —Me siento y tomo un respiro—. ¿Estás cien por
ciento despierto? Porque hay algo muy importante que necesito preguntarte.
—¿Ahora?
—Um, no. Ahora no. —Llámame vanidosa, pero me niego a tener relaciones
sexuales con alguien cuando tengo aliento mañanero y cabello de recién levantada,
y no he afeitado las áreas pertinentes—. ¿Tal vez esta noche?
—Creo que esto podría ser una broma, pero no puedo averiguar a dónde
quieres ir con esta.
—¿Bueno? —digo.
Sus cejas oscuras se unen en un ceño. Es bastante obvio que no tiene idea de
qué hacer con mi petición.
—¿Simple? —estalla—. ¿Me estás tomando el pelo? No hay nada simple sobre
esto. —Se pasa la mano por el pelo—. ¿Te estás olvidando lo que me dijiste en la
fiesta de Maxwell? El beso no significaba nada, sólo somos amigos, bla, bla.
—No dije bla bla —me quejo.
Trago.
—¿Por qué?
—¿Así que eso significa que no estoy autorizada a dormir con un chico que me
atrae?
—Muy bien, aquí está el trato. Creo que estás atraída por mí. Quiero decir,
uno, ¿quién no lo está? Y dos, gimes como loca cada vez que mi lengua está en tu
boca.
Me cabreo.
—No lo hago.
—No —digo con rigidez—. Yo sólo... —La frustración golpea dentro de mí—.
Sólo quiero hacerlo, ¿de acuerdo? Quiero hacerlo contigo.
—No.
—No vamos a tener esta conversación nunca más. —Protesto mientras trato de
apartarme de él.
—¿De qué es esto? —dice con voz ronca—. Dime que está mal, y voy a tratar
de ayudar.
No mucha gente sabe acerca de lo que me pasó. Quiero decir, no es como que
voy por ahí anunciando que fui violada a todos los que conozco. Tengo que confiar
en alguien implícitamente con el fin de confesar algo tan monumental.
—¿Qué?
—Cuando tenía quince años, un chico con el que iba a la escuela me drogó. —
Tragué el ácido recubriendo mi tráquea—. Y entonces él me violó.
—Fue... este... bueno, mierda, estoy segura de que puedes imaginar lo horrible
que fue. —Trago de nuevo—. Pero... por favor, no sientas pena por mí, ¿De
acuerdo? Fue horrible y aterrador y me destruyó en el momento, pero trabajé para
superarlo. No tengo miedo de todos los hombres, o estoy enfadada con el mundo, o
cualquiera de esas cosas.
—No, no lo sé.
—Oh.
Cuando un sollozo ahogado sale de mi boca, intento una lucha frenética para
salir del regazo de Garrett, pero sus brazos se aprietan a mi alrededor, una mano
enredándose en mi pelo para traer a mi cabeza más cerca. Entierro mi cara en su
cuello, temblando violentamente mientras las lágrimas se deslizan por mis mejillas
en olas saladas.
—Oye, vamos, no llores —suplica él—. Rompe mi jodido corazón oírte llorar.
—Estoy rota.
Mi voz se ahoga contra su cuello, pero escucho su voz alta y clara, cuando
dice—: No estás rota, bebé. Lo prometo.
195
23
Garrett
Traducido por Cili.
La mitad de los chicos en la sala de pesas tiene una resaca de mierda, yo,
sorprendentemente, no soy uno de ellos. No, las revelaciones de esta mañana
196
echaron a la basura cualquier mareo o dolor de cabeza que podría haber sentido.
Esas tres palabras han estado corriendo por mi cabeza desde que dejé su
dormitorio, y cada vez que aparecen, explosiones rojas de furia corren a través de
mí como un tren de carga. Desearía que ella me hubiera dicho su nombre, su
número, su maldita dirección.
Quienquiera que fuese. Le pido a Dios que él page por lo que le hizo a Hannah.
Le ruego a Dios que se esté pudriendo en la cárcel en este momento. O mejor aún.
Espero que esté jodidamente muerto.
Santa madre de Dios. ¿En qué estaba pensando, aceptando esto? He querido
tenerla desnuda desde el primer beso, pero no así. No como algún tipo de
experimento sexual. No cuando estoy sintiendo esta presión a… ¿A qué? ¿Hacerlo
bien para ella? ¿No dejarla caer?
Salgo de mis pensamientos y me doy cuenta que él está esperando que deje caer
la barra en sus manos extendidas.
—Así que estoy enojado contigo. —Me dice mientras dobla sus brazos y trae la
barra hasta su pecho. Entonces el gruñe dejando escapar un suspiro.
197
—¿Qué hice ahora? —pregunté con un suspiro.
—Me dijiste que no estabas interesado en Wellsy. —Mi pecho se tensa. Pero
pretendo estar como si nada frente a él—. No estaba. Al menos, cuando lo
hablamos antes.
Logan gruñe con cada extensión de sus brazos. Los dos estamos levantando
veinte libras menos de lo habitual debido a la última noche del festival de bebida lo
cual significa que ninguno de los dos está funcionando en un cien por ciento por el
momento.
Logan no dice nada más. Mis dedos revolotean por debajo de la barra mientras
termina sus repeticiones.
—No estoy sorprendido que vieras el error a tu manera. —Dijo Logan mientras
cambiábamos lugares nuevamente—. Ella es malditamente genial. Lo supe en el
momento en que la conocí.
Pero mierda, ¿Puede que ese alguien realmente sea yo? No sé nada sobre la
etiqueta requerida para dormir con una víctima de violación. 198
—Así que de todos modos, tal vez no estoy enojado de que me vencieras. —
Dijo Logan.
Pero, al mismo tiempo, estoy bastante seguro de que no hay una oportunidad
en el infierno de que Hannah salga con Logan, sobre todo ahora que sé acerca de
sus obsesiones.
—Bien. Ahora estoy añadiendo diez libras a este hijo de puta, porque, en
realidad, G, estamos mejor que esto.
Los treinta minutos siguientes pasaron volando. La sala se vacía mientras los
otros chicos se dirigen a las duchas, pero cuando veo que Birdie todavía está
haciendo flexiones en la sala, camino hacia él.
Eché un vistazo a la puerta abierta, luego bajé la voz. —Esto tiene que
quedarse entre nosotros dos, ¿De acuerdo?
No sé por dónde empezar, pero sé que no puedo decirle la verdad, eso es algo
que solo Hannah tiene el derecho de hacer.
—Claro.
—Nat era virgen la primera vez que dormimos juntos. —Nat es en realidad
Natalie, la novia de Birdie desde primer año.
Ellos dos eran la pareja de la cual todo el mundo se burla de ser tan
asquerosamente perfectos juntos mientras secretamente envidian su relación.
Quince. Eso tenía Hannah cuando ella… de repente me pregunté si esa sería
su primera vez, y el horror rasgó mi garganta. Jesús. Perder la virginidad es
importante para algunas chicas. No puedo imaginar cómo se sentiría cuando te la
arrebatan.
—¿Por qué?, ¿Saldrás con una virgen caliente? —Se burla Birdie.
Me imagino que esta historia de la virgen es más segura que pronunciar las
palabras víctima de violación. Porque en realidad, dormir con el primero no debe de
ser tan diferente que hacerlo con el último. En ambas instancias, tienes que ser
paciente, respetuoso y minucioso, ¿Cierto?
Pienso en Hannah y toda la presión que hay debajo de ser “normal”, que es
probablemente un millón de veces peor que la presión que estoy sintiendo en este
momento, e inmediatamente sé la respuesta.
—Bajo llave, definitivamente. Creo que las velas, las rosas y los pétalos la
pondrían nerviosa.
Birdie asiente. —Entonces ve despacio y asegúrate que ella este cómoda. Ese es
el único consejo que te doy. —Se detiene—. E incluye un montón de juegos
previos, amigo. Las chicas necesitan esa mierda. ¿Lo tienes?
Me quejo en voz alta, agradecido de que no hay nadie alrededor para escuchar
mi sonido de pánico.
201
24
Hannah
Traducido por Mae y Jazmín.
Casi vomito tres veces en el camino a casa de Garrett, pero me trago los nervios
porque estoy conduciendo el auto de Tracy, y lo último que quiero hacer es pagar
para quitar mi vómito de la tapicería.
202
Sinceramente, no recuerdo un segundo de mi turno de cinco horas en Della. O
mi ensayo de una hora con Cass antes. O cómo llegué de un lugar a otro. He estado
en piloto automático desde que salí de la habitación de Garrett, cada pensamiento
consciente de lo que voy a hacer esta noche.
No debería estarlo, sin embargo. Es sólo sexo. Es sexo con un chico que me
atrae, un chico que realmente me gusta y en quien confío.
Mis manos no deberían temblar así, y mi corazón no debería latir tan rápido. Y
sin embargo, junto con el nerviosismo hay una sensación de emoción.
Anticipación. Incluso estoy llevando sujetador y bragas a juego debajo de mi
uniforme de camarera. Sí, sabes que estás a punto de tener sexo cuando usas top y
bragas de encaje, y tu piel está suave como la seda y lista para ser tocada.
Los compañeros de Garrett no están en casa cuando entro. A menos que estén
encerrados en sus habitaciones, pero no creo que lo estén porque no hay nada más
que silencio en el pasillo de arriba mientras me dirijo hacia la habitación de Garrett.
Me pregunto si Garrett les ordenó que desaparecieran. Entonces espero que no,
porque... bueno, eso es como sostener un cartel de neón anunciando lo que él y yo
haremos esta noche.
—Hola. —Dice cuando entro.
Por otra parte, es probable que no usemos ropa por mucho más tiempo.
—Hola. —Trago—. Así que... ¿Cómo quieres hacer esto? ¿Debo quitarme la
ropa? —Hago una pausa cuando algo se me ocurre—. No te atrevas a pedirme que
haga un striptease, porque estoy bastante nerviosa ya y no hay manera de que
pueda bailar ni remotamente sexy en este momento.
—Sí.
Está funcionando.
—Dime si voy demasiado rápido. —Su voz profunda roza mis labios, y luego
su lengua se lanza a través de ellos para encontrar la mía de nuevo.
Estoy sobrecargada. Me besa, apretando mis pechos, frotando suavemente mi
pezón con el pulgar, y todo lo que hace se siente tan bien que no sé en qué
sensación enfocarme.
Mi pulso se vuelve loco cuando desliza su mano por mi cuerpo. Vacila cuando
llega al dobladillo de la camiseta, y luego hace un sonido ronco y desliza sus dedos
debajo de ella.
Una risa ronca sale de su boca, y luego su mano comienza a moverse de nuevo.
Justo cuando creo que no puedo sentir nada mejor, me prueba que estoy
equivocada apartando el trozo de tela que cubre mi sexo y presionando su dedo
índice directamente sobre mi clítoris.
Mis caderas se disparan como si hubiera sido golpeada por un rayo. —Oooh.
Sigue haciendo eso.
Frota pequeños círculos alrededor de mi carne sensible, suave pero firme, antes
205
de deslizar el dedo inferior para juguetear en la humedad de mi núcleo.
El gemido que suelta recorre mi espalda. —Oh mierda. Estás tan húmeda.
Su grande espalda se estremece con risas, haciendo que el colchón vibre debajo
de nosotros. Cuando por fin habla, su voz es sibilante y rota por las carcajadas. —
¿Hombre monstruo?
—Deja de reírte de mí. Lo digo en serio —insisto—. Podría tener grandes tetas
y un culo agradable, ¿Pero has visto mis caderas? ¡Pequeñas y estrechas! Es lógico
pensar que mi canal femenino…
Levanta la cabeza y juro por Dios que hay lágrimas en sus ojos. —Creo que eso
es lo más lindo que una chica me ha dicho —suelta con voz ahogada.
Me siento con un molesto gruñido. —En serio, esta era una estúpida idea. —
Suspirando, busco en el colchón por el control remoto—. Vamos a ver el programa.
—De ninguna manera. Ya estamos en esto. —Su voz se vuelve ronca—. Dame
tu mano.
Mi garganta se cierra con risa. —Hay tantas cosas mal con esa frase que no sé
ni por dónde empezar. —Me detengo—. ¿Exactamente de cuantos años es tu pene?
—De veinte, como yo. —Contesta Garrett seriamente—. Pero es mucho más
maduro de lo que soy. ¿Qué hay sobre tu canal femenino? Es más experimentado
para sus años, o es...
No pasa mucho tiempo antes de que esté temblando de placer otra vez. La
mano de Garrett regresa a donde yo quiero que esté. De alguna manera mis bragas
desaparecen, y un largo dedo se desliza dentro de mí, haciéndome jadear. Mis
músculos internos se aprietan a su alrededor, y un rayo de calor se dispara por mi
columna vertebral.
—¿Qué está pasando, Wellsy? —Sus dedos rozan sobre mi sexo—. Sé que estás
en esto. Puedo sentirlo.
Lo hace, y, oh Dios mío, es tan bueno en eso. Cuando dos dedos se mueven
dentro de mí en un lento movimiento, cierro los ojos otra vez, pero eso no importa.
Todavía puedo sentirlo mirándome.
Pero lo hago. Los recuerdos son más nebulosos que los recuerdos normales,
pero la vista de los ojos salvajes de Aaron se ha marcado en mi cerebro. Recuerdo
yacer en la cama de los padres de Melissa, sintiendo su peso encima de mí,
sintiéndolo empujando dentro de mí, fuerte, profundo y doloroso. Pero era como si
estuviera paralizada. Mis brazos y piernas no parecían funcionar, no importaba lo
mal que quería golpearlo o darle una patada. Mis cuerdas vocales se congelaron por
lo que no podía conseguir gritar. Todo lo que podía hacer era mirar hacia esos
engreídos ojos marrones envenenados de placer y parpadeando de lujuria. 208
Los recuerdos violentos pululan en mi mente como un ataque de abejas,
robando los últimos rastros de deseo dentro de mí. Sé que Garrett siente el cambio
en mi cuerpo, que ya no estoy caliente, húmeda y flexible. Que estoy más rígida
que una tabla y más fría que el hielo.
Me incorporo, luchando con fuerza para no llorar. —Lo sé. Lo siento. Es sólo
que... tu estas... estas observándome... y...
—Lo sé. —Me muerdo el labio siendo aún más difícil el contener las lágrimas.
No puedo hablar porque estoy demasiado cerca del a-punto-de-llorar, así que
209
me conformo con asentir.
—Yo lo hago todo el tiempo. —Mis mejillas están ardiendo cuando evito sus
ojos.
—En frente de mí. —Corrige—. Hazte venir en frente de mí. —Hace una
pausa—. Y yo voy a hacerme venir delante de ti.
Oh dios mío.
Ella duda.
Sus mejillas se vuelven la sombra más dulce de color rosa. Sus labios se
separan, sólo un poco, pero lo suficiente para que si yo presionara mi boca en la
suya, pudiera deslizar mi lengua entre la carnosa unión y saborearla. Quiero tanto
besarla, pero resisto la tentación. Este momento es demasiado delicado para
arriesgarme a entrar en pánico de nuevo.
—¿Se siente bien? —Mi voz suena baja y estrangulada en mis oídos.
Hannah asiente, sus ojos verdes muy abiertos como platos. Un ruido
entrecortado se desliza fuera de su boca, y de repente me imagino esa boca envuelta
alrededor de mi polla, y estoy peligrosamente cerca de dejarme ir. Activo el modo
de masturbación de emergencia, apretando mi eje lo suficiente para obtener una
sacudida de dolor.
Hannah se frota aún más rápido, su otra mano roza su cuerpo para acunar un
firme pecho. Juega con su pezón entre los dedos y retengo un gruñido. Quiero
chupar ese brote fruncido más de lo que quiero mi próximo aliento.
—¿Qué estás pensando, Wellsy? —pregunto no sólo por su bien, sino por el
mío. Necesito una distracción. Lo más rápido posible.
Su mirada se queda pegada al movimiento perezoso de mi mano. —Estoy
pensando en ti.
Mis movimientos se vuelven más rápidos mientras mi mano toma vida propia.
Hay una mujer desnuda en mi cama y no la puedo follar. No puedo, porque esta
noche no es sobre mí. Se trata de Hannah.
Casi voy a ella y le doy lo que quiere, pero me aterra que el hechizo se rompa si
lo hago.
Su mano deja su pecho y se desplaza sobre su vientre plano, por debajo del
borde de sus caderas. Dios, es pequeña. Probablemente podría abarcar todo el
ancho de su cintura con las dos manos.
Estoy pensando en la misma maldita cosa, pero me satisface ver sus dedos. Ella
empuja dos de ellos en su coño, mientras que la otra mano sigue en su clítoris. Sus
213
mejillas están aún más sonrojadas ahora. También lo están sus pechos.
—¿Sí?
—Yo también. —Sus ojos se han vuelto nebulosos por el placer, y se mece sin
descanso en mi cama.
Los dos estamos haciendo ruido. Estoy gimiendo, ella está gimiendo,
suspirando. El aire es eléctrico y mi cuerpo está en llamas.
Parpadeo, y de repente hay una chica desnuda en mis brazos. Se lanza en mí,
sin inmutarse por la humedad en mi estómago, que ahora se adhiere a su piel.
¿No?
Es oficial. He enloquecido.
¿Un buen chico? Lo deseo. Joder, si pudiera leer mi mente y ver todas las
imágenes sucias dentro de ella, si supiera todas las cosas malas que quiero hacer
con ella, probablemente se retractaría.
Estuve de acuerdo en ayudarla no sólo porque soy su amigo, sino porque soy
un hombre. Y cuando una mujer te pide tener sexo con ella y darle un orgasmo, no
piensas en ello. Tú dices mierda, sí.
vez.
Pero en este momento, lo único que quiero es que esta chica me sonría otra
215
26
Hannah
Traducido por Jazmín
—¡Alto ahí! —Una afilada voz retumba cuando me apresuro hacia mi 216
dormitorio—. ¿A dónde crees que vas, señorita?
Jadeé.
Rio.
—Bueno, no. Quiero decir, tal vez. Envió un correo electrónico diciendo que se
desmorono por una enfermedad... —Usa comillas en el aire—... Pero no dijo cuál
era la enfermedad. Me gusta imaginar que es algo malo, sin embargo. Porque
entonces no va a ser capaz de enseñarnos por el resto del trimestre y todos
conseguiremos una A automáticamente.
—Eres una mala persona —le informo—. Y un día esa magia vudú negra tuya
se va a volver en tu contra. En serio, no vengas arrastrándote a mí cuando consigas
Ébola. De todos modos, tengo que irme. Solo vine para dejar mis cosas antes de ir
al ensayo.
—De ninguna manera, Han-Han. Vas a sentar tu lindo trasero en este sofá,
porque necesitamos tener una pequeña charla.
Buen punto.
—Bien, ¿lo quieres rápido? Qué tal esto... ¿Qué en el planeta verde de Dios está
pasando contigo y Garrett?
—Voy a preguntártelo una vez, y solo una vez, Hannah Julie Wells ¿Estás
saliendo con Garrett Graham?
—No.
Su mandíbula cae. Un segundo pasa, luego otro, y entonces sus ojos azules se
iluminan en victoria. —¡Ja! ¡Sabía que estabas encantada por él! ¡Dios mío! Sostén
mi jugo, ¡Creo que necesito estallar en un baile feliz! ¿Sabes cómo hacer correrse a
un hombre? Si es así, ¿Me puedes enseñar en este momento?
Me río.
—Oh Dios, por favor no hagas un baile feliz. Y no es una gran cosa, ¿De
acuerdo? Probablemente va a acabarse pronto.
Y doble mierda, esta es la primera vez desde el cumpleaños de Dean que Justin
incluso ha pasado por mi mente. He estado centrada totalmente en Garrett, en la
forma en que me enciende, las cosas que quiero hacer con él. Pero ahora que
recuerdo mi inminente cita, experimento un fuerte tirón de culpa.
¿Realmente puedo salir con alguien más después de lo que Garrett y yo hicimos
anoche?
—¿Te has acostado con él? Oh, por favor, ¡Di que sí! Y por favor, ¡di que fue
bueno! Sé que tú y Devon no tuvieron la química al nivel de Brangelina, pero por lo
que he oído, Garrett Graham tiene algunos movimientos importantes.
Ella se ve decepcionada.
—No está bien. Las BFF se supone que se dicen todo. Quiero decir, tú sabes
todo sobre mi vida sexual. Sabes del tiempo que Sean y yo lo intentamos anal, y
sabes cuán grande es la polla de Sean...
—Adiós, pervertida.
Lo primero que veo cuando entro a la sala del coro quince minutos más tarde
es un violonchelista.
Desde que MJ respaldó la idea del coro de Cass, he renunciado a discutir con
ellos. En este punto, pueden hacer lo que demonios quieran—ALIAS lo que sea
que demonios quiera Cass—porque simplemente no tengo la energía mental para
jugar su juego.
No me disculpo.
—Hannah, este es Kim Jae Woo —dice MJ con una sonrisa vacilante—. Va a
estar acompañándolos durante el segundo verso.
Es triste. He perdido todo el entusiasmo por esta canción. La única cosa que
me trae consuelo ahora es el conocimiento de que si no ganamos la beca gracias a
la teatralidad de Cass, voy a tener una segunda oportunidad en abril durante el
show de primavera.
A las dos en punto, Cass acaba los ensayos, y doy un suspiro de alivio mientras
me pongo mi abrigo. Cuando voy al pasillo, estoy sorprendida de encontrar a
Garrett allí de pie. Está usando su chaqueta Briar y sosteniendo dos tazas de café, y
me saluda con una sonrisa torcida que hace que mi pulso se acelere.
—Me detuve en tu habitación, pero Allie dijo que estabas ensayando, así que
pensé en venir y esperar hasta que acabaras.
—Naah, fui por algo de café y di vueltas por un rato. Ahora acabo de volver. —
Mira más allá de mi hombro a la sala de música—. ¿Terminó el ensayo?
—A ti también, Chazz.
—Es Cass.
—Así que escuché que estás cantando a dúo con mi chica —añade Garrett—.
Espero que no le estés dando ningún problema. No estoy seguro de que sepas esto,
pero mi Han-Han tiene la mala costumbre de dejar que la gente pase sobre ella. —
Arquea una ceja oscura—. Pero tú no harías eso, ¿verdad, Chazz?
—Es. Cass.
A medida que arrastra a la dulce chica rubia lejos como una pieza de equipaje,
me giro hacia Garrett con un suspiro.
En mí.
Podría haberle dicho a Allie que esta cosa entre nosotros se esfumaría, pero por
el momento, está ardiendo aún más caliente de lo que hizo anoche.
Esas dos palabras, bajas y roncas, hacen que mis muslos se aprieten tan fuerte
que me sorprende que no se salga un músculo.
Garrett se ríe.
Su ronca risa cosquillea mis labios, y luego manos fuertes cubren las mías para
detenerme de deshacer su cinturón.
—Por mucho que aprecio el entusiasmo, voy a tener que reducir la velocidad,
Wellsy.
—Testaruda.
—Naah, solo cambié el ritmo. —Sus ojos grises se vuelven líquido ardiente—.
Ahora sube a la cama para que pueda hacerte venir.
Me apresuro hacia el colchón tan rápido que eso saca otra risa de los labios de
Garrett, pero no me importa lo ansiosa que me veo. Los nervios que sentí anoche
no están causando estragos en mi estómago hoy, porque todo mi cuerpo está
temblando de deseo. En el fondo de mi mente, no se me ocurrió que tal vez no
volvería a suceder, al menos no por el toque de Garrett, pero, oh hombre, me
muero por averiguarlo.
Me incorporo solo para que él pueda quitarme la camiseta, y luego usa una
mano para desabrochar mi sujetador con el tipo de destreza de Garrett que me he
acostumbrado a esperar. Al segundo que se quita su propia camiseta, presioné mis
labios contra su pecho. No llegué a tocarlo ayer, y estoy hambrienta por saber cómo
se siente, a qué gusto sabe. Su carne es cálida bajo mis labios, y cuando mi lengua
arremete tentativamente sobre su plano pezón, un gemido ronco escapa de sus
labios. Antes de que pueda parpadear, estoy sobre mi espalda y estamos
besándonos de nuevo.
Garrett ahueca mi pecho, jugando con mi pezón entre sus dedos. Mis párpados
se cierran y en este momento, no me importa si me está mirando. Sólo me importa
lo bien que me está haciendo sentir.
Lo hacen, pero es el tipo de molestia erótica que hace que mi corazón lata.
—Naah, solo romperé tu mano si haces eso. Y sucede que me gustan tus
manos. —Con una sonrisa maliciosa, toma mi mano derecha y la coloca
directamente sobre su entrepierna.
—Oh, diablos. Mala idea. No estoy listo para que esto termine aún.
Resoplo.
—¿Esto está bien? —susurra, deslizando mis vaqueros y bragas por mis
caderas. Entonces su aliento se atrapa, y me siento un poco cohibida cuando su
mirada hambrienta se fija entre mis piernas.
—Tuck está en casa —advierte, humor bailando en sus ojos—. Así que sugiero
que usemos nuestras voces interiores.
Tengo que morderme el labio para no hacer ruido, porque lo que está
haciéndome... santa madre perla. Tan. Bueno. Rodea mi clítoris con su lengua,
luego lame en trazos suaves y lentos que me vuelven absolutamente loca de deseo.
El orgasmo es mil veces más intenso que los orgasmos que me he dado a mí
misma, tal vez porque mi cuerpo sabe que yo no fui la que lo hizo posible. Garrett
hizo esto. Garrett volvió mis extremidades gelatina y envió esta dulce ola, de
punzante satisfacción precipitarse a través de mí.
Cuando las increíbles sensaciones finalmente ceden, dejan atrás una oleada
cálida de paz y una sensación extraña agridulce. Lo que sucede después es algo que
solo he visto suceder en las películas y me avergüenza demasiado.
Me pongo a llorar.
—¿Qué está mal? —Su expresión se vuelve afligida—. Oh, mierda. ¿Te lastimé?
—Dilo —ordena.
—Di Garrett Graham, eres un dios del sexo. Has logrado lo que ningún otro
hombre ha logrado. Tú... 227
Lo golpeo en su hombro.
—Oh, dios mío, eres un idiota. Yo nunca, nunca diré esas palabras.
—Claro que lo harás. —Sonríe—. Una vez que haya terminado contigo, estarás
gritando esas palabras a los cuatro vientos.
—Se supone que las mujeres no piensan, Wellsy. Es por eso que sus cerebros
son más pequeños. La ciencia lo demuestra.
—Por Dios. Estoy bromeando. Sabes que en realidad no pienso eso. Yo venero
el santuario de la feminidad. —Pone un rostro solemne—. Está bien, dime lo que
piensas.
—Aw, gracias por notar lo engreído que soy. —Sonríe inocentemente, pero no
hay nada inocente sobre la manera en la que empuja su erección en mi mano.
Se encoge de hombros.
—Me gusta el fuego. Y pienso que las llamas lucen genial. 228
Su respuesta me divierte, pero también me impresiona.
—Nop. Estoy totalmente mintiendo. Pero te serviría bien por ponerte a juzgar
la tinta de la gente.
—Oye, a veces es bueno escuchar que alguien se hizo un tatuaje solo porque le
gustó. Te estaba diciendo un cumplido, idiota. —Me inclino hacia adelante y beso
las llamas rodeando sus bíceps—. Las cuales, tengo que admitir, sí que lucen
bastante geniales.
—Diablos, sí, sigue diciéndome cumplidos entonces. —Luego se ríe
disimuladamente—. Pero asegúrate de usar tu lengua cuando lo hagas.
Ruedo los ojos, pero no detengo lo que estoy haciendo. Arrastro mi lengua
sobre las llamas negras, entonces sigo besándolo hasta llegar a su pecho. Sabe a
sopa, sal y hombre, y me encanta. Tanto que no puedo dejar de lamer cada maldito
centímetro de él.
Mi lengua toca su carne dura y sus caderas se sacuden fuera de la cama. Lamo
229
su suave e hinchada cabeza, saboreando el sabor él, aprendiendo su textura con mi
lengua. Cuando atraigo la punta en mi boca y chupo suavemente, él hace un
profundo sonido torturado en su garganta.
Naah.
Ya que es muy grande para tomarlo todo dentro de mi boca y no soy una
experta en profundidad de gargantas, envuelvo mis dedos alrededor de su base,
chupando y bombeando al unísono, mi ritmo alternando entre lento y burlón y
rápido y urgente. La respiración de Garrett se hace más y más laboriosa, sus
gemidos haciéndose más y más desesperados.
—Hannah —se atraganta y siento sus muslos apretarse y siento que está a
punto de llegar al clímax.
Nunca antes lo he tragado y no soy lo suficiente valiente para intentarlo ahora,
así que mi mano toma lugar mientras lo acaricio para que se libere. Con un gruñido
ronco, Garrett arquea su espina y la humedad chorrea en mis dedos y su estómago.
Su cara es hipnotizante y no puedo apartar mi mirada. Sus labios separados, sus
mejillas tensas. Sus ojos son un remolino brumoso de gris, como una espesa masa
de nubes reuniéndose antes de una tormenta inminente.
—Garrett Graham, eres un Dios del sexo. Has logrado lo que ningún otro
hombre ha logrado. Eres… inserte más comentarios brillantes aquí. —Levanto una
ceja—. ¿Ahora podemos tener sexo?
—Si quieres, puedes quedarte a pasar el tiempo hasta que volvamos —dice
Garrett mientras se pone su camisa—. Solamente me iré por unas pocas horas.
Dudo.
—Vamos, quédate —ruega—. Estoy seguro que Tucker estará cocinando algo
bueno para la cena, así te puedes quedar y yo te llevaré a casa después.
La idea de estar sola en su casa es… rara. Pero la idea de comer una comida
hecha en casa en lugar de asaltar el comedor suena bastante tentadora.
—Está bien —cedo finalmente—. Supongo que puedo hacer eso. Pondré una
película o algo mientras no estás. O quizás tome una siesta.
—Bien, no lo haré.
231
—Promételo…
—Lo prometo.
Devon y yo tratamos de hacer que eso pasara por ocho largos meses.
—En realidad tengo cinco minutos enteros —contesta con una risa—. Tu padre
me va a llevar al trabajo esta noche, así él tiene el honor de quitar toda la nieve del
carro.
—Lo juro por Dios, mamá. Si dices calentamiento global, voy a colgar —
advierto, porque tanto como amo a mis padres, sus discursos sobre el calentamiento
global hacen que me suba por las paredes—. Y, ¿por qué papá te va a llevar? ¿Qué
le sucedió a tu carro?
—Diez —corrige.
—Mierda —murmuro—. Aun así no creo que eso sea suficiente. Si quisiera
alimentar a veinte, ¿doblo los ingredientes, o hay una manera distinta de calcularlo?
—Puedes solo preguntar si él es mi novio mamá. No tienes que ser cursi sobre
eso.
—Nop. Quiero decir, estamos algo así como viéndonos, supongo… —¿Algo
así? ¡Él te acaba de hacer venir!—. Pero somos amigos más que nada.
—Por supuesto.
La casa huele como un restaurante italiano cuando paso por la puerta. Me 234
volteo hacia Logan, quien me lanza una mirada Que Carajo, y me encojo de
hombros como diciendo que carajo si lo sé, porque honestamente no lo sé. Me inclino
para desatar mis desgastadas botas negras, entonces sigo el aroma delicioso de la
cocina. Cuando llego a la puerta, parpadeo como que acabo de toparme con un
espejismo en el desierto.
El culo sexy de Hannah saluda a mis ojos. Ella está inclinada sobre la puerta
del horno, usando los guantes de cocina rosa de Tuck mientras saca un molde
humeante de lasaña de la parrilla del medio. Ante el sonido de mis pasos, ella echa
un vistazo por encima de su hombro y sonríe.
—¿Garrett? ¿Hola?
—Mierda, esto se ve increíble —dice Tucker mientras está de pie sobre el plato 235
de lasaña con un cuchillo y una espátula de servir.
Los cinco nos acomodamos en la mesa, lo que le dio tiempo a Hannah no sólo
para limpiar, sino para cubrirla con un mantel azul y blanco. Aparte de mi madre,
ninguna mujer ha cocinado la cena para mí antes. De alguna forma... me gusta.
—¿Así que te vas a vestir mañana? —le pregunta Tucker a Hannah mientras él
acumula un cuadrado de lasaña de tamaño modesto en su plato.
—¿Para qué?
Tuck sonríe.
—Halloween, lista.
—No voy a vestir algo tan sexy, muchas gracias. Ya es bastante malo que tenga
que quedarme repartiendo bebidas en el recorrido de dormitorio.
Me río.
—Mierda, ¿te dejaste atrapar para hacer eso? —El recorrido anual de
dormitorio de Halloween involucra a personas que irrumpen en un dormitorio,
consiguen bebidas gratis, y luego pasan al siguiente edificio. He oído que en
realidad es mucho más divertido de lo que parece.
—Lo hice el año pasado, también. Apesta. Ustedes, chicos, mejor que pasen
por la Casa Bristol si están pensando en ir.
Ella me mira.
—No —respondo.
—Sabía que debería haber triplicado la receta —dice Hannah con tristeza,
mirando maravillada los platos vacíos. Luego ella trata de levantarse para limpiar la
mesa, momento en el cual Tucker la empuja fuera de la cocina.
5
Le mostré el pájaro: Le levantó el dedo del medio de una mano.
—Mi mamá me enseñó modales, Wellsy. —Le da una mirada severa—.
Alguien cocina para ti, tú limpias. Punto. —Su cabeza gira hacia la puerta justo
cuando Logan y Dean tratan de escabullirse—. ¿A dónde van, señoras? Platos,
pendejos. G, tú consigues un pase libre ya que tienes que llevar a nuestra
encantadora cocinera a casa.
Me río.
—¿Eso significa que cada vez que te de un orgasmo me cocinarás una comida? 237
—Nop. Esta noche fue un trato de una vez. No más comidas caseras para ti —
se pone de puntillas y lleva su boca a mi oreja—. Pero sigo teniendo los orgasmos.
—Vamos, te llevaré de vuelta. Tienes una clase temprano mañana, ¿no? —Me
sorprende darme cuenta de que en realidad sé su horario.
No estoy seguro de lo que está pasando entre nosotros. Quiero decir, yo accedí
a ayudarla con su problema sexual, pero... problema resuelto, ¿no? Ella consiguió
lo que quería de mí, y ni siquiera necesitábamos tener sexo para que esto ocurriera.
Así que, técnicamente, no hay razón para que duerma conmigo. O incluso seguir
viéndome, para el caso.
Entonces, ¿por qué la idea de no pasar más tiempo con Hannah produce el más
extraño apretón de pesar en mis entrañas?
Ella trata de dar un paso por el pasillo, pero jalo con fuerza su mano y la besó
de nuevo, y esta vez no es un picotazo. La beso duro, perdiéndome en su sabor y su
calor y cada maldita cosa de ella. Nunca la esperé. A veces las personas se meten
furtivamente en ti y de repente no sabes cómo viviste sin ellas. Cómo fue tu día, y
salir con tus amigos, y follar a otras personas sin tener a esta persona importante en
tu vida.
Hannah 238
—¡Buajajajajaja! ¡Feliz Halloweeeeen!
Robo la frase distintiva de Allie al exigir—: ¿Qué criatura del planeta verde de
Dios se supone que eres?
—Porque no podía decidir si quería ser un gato o un pájaro, así que Sean me
dijo que fuera ambas cosas, y yo me dije, ¿sabes qué? Brillante idea, novio —Me
sonríe—. Estoy bastante segura de que él estaba siendo un listillo, pero decidí tratar
la sugerencia como un evangelio.
—Fantasma sexy, árbol sexy, caja de Kleenex sexy —suspira Allie—. Cielos,
vamos solo a lanzar la palabra sexy detrás de cualquier sustantivo común y ¡mira!
¡Un disfraz! Porque aquí está la cosa, si quieres vestir como una bolsa de basura,
¿por qué no vas como una bolsa de basura? ¿Sabes qué? Odio Halloween.
Resoplo.
—Entonces, ¿por qué vas a la fiesta? Deberías pasar el rato con Garrett.
—¿En serio?
Me dio la sensación más extraña anoche de que él tiene una razón más seria
para odiar Halloween en lugar de sólo “es un día de fiesta sin sentido”. Tal vez algo
terrible le sucedió hace muchas lunas en la noche de Halloween, como que él fue
molestado por gamberros cuando era un chico. Oooh, o tal vez vio Halloween y
luego estuvo plagado de pesadillas que duraron semanas, que es lo que me pasó
cuando vi mi primera y única película de Michael Myers a la edad de doce años. 239
—De todos modos, Sean me está esperando abajo, así que voy a irme ahora —
Allie salta y me da un gran beso en la mejilla—. Diviértete repartiendo bebidas con
Tracy.
—¡Ya voy! —aparece casi un minuto más tarde, pasándose con una mano el
peine por su pelo rizado de color rojo y aplicándose polvo blanco en sus mejillas
con la otra.
—Un amigo mío está teniendo una mala noche —digo torpemente—. Podría
necesitar la compañía.
Ahogo un suspiro.
—No estamos saliendo, pero sí, él es el amigo del que estoy hablando —
admito.
—Bueno, ¿por qué no empezaste con eso, ton-ton? ¡Por supuesto que voy a
dejarte salir del problema si significa que tienes que ir y follar a Garrett Graham!
Nota para ti: voy a estar viviendo indirectamente a través de ti, porque Oh. Mi.
Dios. Si ese bombón me sonriera, mis bragas probablemente se derretirían.
No quiero tocar ni una sola parte de esa respuesta, por lo que la ignoro por
completo.
—Sí, voy a estar bien —agita una mano—. Mi prima está de visita de Brown,
así que voy a reclutarla.
—Gracias por ser tan genial sobre esto —digo con gratitud.
—No hay problema. Espera un segundo. —Desaparece, luego vuelve un
momento después con las llaves del coche colgando de su dedo índice—. Oye, no
sé cómo te sientes acerca de los videos de sexo, pero si tienes la oportunidad, graba
cada cosa que hagas con ese chico esta noche.
Él: Sep.
241
29
Garrett
Traducido por Jazmín
Cuando la puerta delantera se abre, estoy un poco temeroso, porque una parte 242
de mi espera que Hannah aparezca en alguno disfraz ridículo en un intento de
difundir la alegría de Halloween y llevarme a esa fiesta.
No tengo ni idea de si soy el único que siente de esta manera, pero Hannah no
se apartó, ni tampoco se burló sobre como jodidamente noviecillo estoy actuando.
Lo tomó como un signo prometedor.
—¡Ew!
Me eché a reír.
—Estoy bromeando, nena. Si quieres saberlo, las baterías del control remoto
murieron y soy demasiado perezoso para levantarme y cambiar de canal. Estaba
viendo esta miniserie retorcidamente impresionante sobre la guerra civil antes de
que las ubres de vaca aparecieran.
—Es interesante.
243
—Algo de eso. Otras partes, no tanto. —Pone su cabeza en mi hombro y
distraídamente juego con un mechón de cabello que se salió de su cola de caballo—
. Mi mamá me desanimó esta mañana —confiesa.
—Me llamó para decirme que no podría ser capaz de dejar Ransom para
Navidad, tampoco.
—¿Debido a...?
—Chistoso.
Mi pecho se tensa.
—Supongo. —Se encoge de hombros—. Pero sí, mis padres están enterrados
bajo montañas de deudas. Es... —Se calla, y vislumbro un destello de dolor en sus
ojos verdes. 244
—¿Es que?
—No, realmente lo es. —Ahora suena triste—. Tuvieron que sacar una
segunda hipoteca para pagar mis gastos legales. El caso contra Aaron, el chico
que...
—Tu mamá suena como una mujer muy inteligente —le digo con voz ronca.
—Lo es. —La voz de Hannah tiembla—. De todos modos, Aaron fue detenido
y luego puesto en libertad bajo fianza, así que tuve que ver la cara de ese hijo de
puta en la ciudad y en la escuela...
Conmoción me atraviesa.
—Mierda.
245
—Y su padre es el cabecilla de la parroquia. —Se ríe sin humor—. Su familia
maneja más o menos la cuidad, así que sí, me sorprende que la policía lo detuviera
en primer lugar. Oí que su madre armo un escándalo cuando se presentaron en su
casa. Lo siento, su mansión —hace una pausa—. La historia corta, hubieron un
montón de audiencias preliminares y destituciones, y tuve que sentarme frente a él
en la corte y mirar su rostro de suficiencia. Después de un mes de esa mierda, el
juez finalmente decidió que no había pruebas suficientes para llevarlo a juicio, y
desestimó el caso.
Horror me golpea más fuerte que algún golpe que Greg Braxton pudiera darme.
—¿Hablas en serio?
Frunzo el ceño.
—¿Era relevante?
—Significaba que sus amigos mintieron bajo juramento y le dijeron al juez que
me drogué esa noche. Ah, y que me había estado lanzando a Aaron desde hace
meses, así que por supuesto que no podía resistirse a lo que le estaba ofreciendo. La
forma en la que actuaron, uno pensaría que yo era la más grande puta drogadicta
en el planeta. Fue humillante.
Me quejo.
—Está bien. Bueno, después de que los cargos se retiraron, toda la ciudad se 246
volvió contra mí y mis padres. Todo el mundo estaba diciendo algunas cosas
bastante horribles sobre mí. Que yo era una puta, que lo seduje, que lo incriminé,
todas esas cosas divertidas. Acabé teniendo que ser educada en casa por el resto del
semestre. Y entonces mamá alcaldesa y su esposo pastor demandaron a mi familia
Mi mandíbula se endurece.
—Mierda, no.
—Los padres de Aaron todavía viven allí. Él aun los visita cada verano. —Me
mira con una expresión impotente—. ¿Cómo se supone que voy a volver allí?
Asiente.
—Se fue detrás del hombre que dijo eso, golpeo bastante su rostro antes de que
la pelea se disolviera. Y, por supuesto, un teniente que sucede que pasaba cerca de la
tienda en ese momento, arrestó a mi papá por asalto. —Los labios de Hannah se
aprietan—. Los cargos fueron retirados cuando el dueño de la tienda de
herramientas fue y dijo que mi papá fue provocado. Supongo que al menos quedan
un par de personas honestas en Ransom. Pero sí, no he vuelto desde entonces.
Tengo miedo de que si lo hago, podría toparme con Aaron y luego... no lo sé.
Matarlo por lo que le ha hecho a mi familia.
Hannah apoya su barbilla en mi hombro, y puedo sentir las olas de tristeza que
irradian de su cuerpo.
No tengo ni idea de qué decir. Todo lo que ella describe es tan brutal, y sin
embargo... lo entiendo. Sé lo que se siente el odiar a alguien tanto, que huyes
porque tienes miedo de lo que podrías hacer si ves el rostro de esa persona. Lo que
serias capaz de hacer.
Mi voz es ronca como el infierno cuando dejó escapar—: La primera vez que
mi padre me golpeó fue el día de Halloween.
La cabeza de Hannah se alza conmocionada.
—¿Qué?
—Tenía doce años cuando ocurrió. Fue un año después de que mi madre
murió.
—Oh, dios mío. No tenía ni idea. —Sus ojos estaban grandes, no con pena,
sino con simpatía—. Tenía la sensación de que no te agradaba tu padre, he oído la
forma en que hablas de él, pero no sabía que era porque...
Los dedos de Hannah son cálidos cuando los entrelaza con los míos. Los
aprieto, necesitando una distracción física del dolor oprimiendo en mi pecho.
—Ni siquiera sé lo que hice para molestarlo esa noche. Llegué a casa de buscar 248
dulces con mis amigos, y debimos de haber hablado acerca de algo, él debe haber
gritado algo, pero no lo recuerdo. Todo lo que recuerdo es el ojo negro y nariz rota,
y estar tan aturdido de que en realidad me hubiera puesto una mano encima. —Me
río cruelmente—. Después de eso, se volvió regular. Nunca me rompió ningún
hueso, sin embargo. No, porque eso me invalidaría, y él necesitaba que pudiera
jugar hockey.
—Hasta que fui lo suficientemente mayor para defenderme. Soy suertudo, solo
duro por tres, ¿tal vez cuatro años? Mi madre lo vivió por quince años. Bueno,
suponiendo que comenzó a golpearla el día en que se conocieron. Ella nunca me
dijo cuándo realmente sucedió. ¿Honestamente, Hannah? —Me encuentro con sus
ojos, avergonzado de lo que estoy a punto de decir—. Cuando murió de cáncer de
pulmón... —Estoy enfermo del estómago ahora—… estaba aliviado. Porque
significaba que ya no tenía que sufrir.
—Él la habría matado antes de dejar que eso suceda. Nadie deja a Phil
Graham. Nadie se divorcia de él, porque eso dejaría una mancha negra en su
limpia reputación, y eso no puede suceder. —Suspiro—. Él no bebe o tiene
problemas con el abuso de sustancias, si eso es lo que te estás preguntando. Él
solo... está enfermo, supongo. Pierde los estribos de inmediato, y de la única
manera que sabe cómo resolver los problemas es con sus puños. Es un maldito
narcisista, también. Nunca he conocido a nadie que esté tan lleno de sí mismo, tan
jodidamente arrogante. Mi madre y yo éramos solo decoración para él. Esposa
trofeo, hijo trofeo. No le importa una mierda a nadie más que a sí mismo.
Pero confío en Hannah. Tengo fe en que ella no le dirá a nadie sobre esto, y
mientras mi confesión flota en el aire, es como si una carga se hubiera levantado de
mi pecho.
—No, no lo es. —Su mano libre se eleva para acariciar mi mandíbula, que está 249
cubierta de barba insipiente porque estaba demasiado perezoso para afeitarme
hoy—. ¿Pero sabes lo que mi terapeuta me decía? La mejor manera de olvidar un
mal recuerdo es sustituirlo por uno bueno.
Es sólo cuando abro mis ojos que registro donde estamos. Mis compañeros
están en una fiesta, pero tenemos una práctica matutina y un juego mañana, lo que
significa que no van a estar fuera hasta tarde esta noche. Lo que significa que
podrían entrar en la sala de estar en cualquier segundo.
Se pone de pie sin decir una palabra y extiende su mano hacia mí.
250
La tomo, y luego la llevo arriba.
Hannah
Garrett deja la luz apagada.
Todo lo que puedo ver es su oscura cabeza yaciendo a pulgadas de mis muslos,
y es un espectáculo tan erótico, tan jodidamente caliente, que casi no puedo
respirar. Cuando su boca roza la sensible protuberancia que ya está hinchada de
deseo, una descarga de placer casi debilita mis pies, y agarro la parte superior de su
cabeza para no perder el equilibrio.
Con una risa, Garrett se pone de pie y me toma en sus brazos como si pesara
absolutamente nada.
Cuando habla, es tan absurdo que soy realmente atrapada con la guardia baja. 251
—Pensé que tu nombre comenzaba con una M.
Garrett ríe.
—No, pensé que tu nombre era Mona, o Molly, o Mackenzie. Cualquiera con
una M.
—Está bien...
—Durante casi dos meses, Hannah. Pasé dos meses sin saber tu nombre.
Suspiro.
—¿Cómo pasé tanto tiempo sin notarte, maldita sea? ¿Por qué me tomó ver una
estúpida A en tu examen trimestral para hacer que te notara?
Suena tan genuinamente molesto que me acerco y lo beso.
—Lo hago —dice con fuerza, y luego se desliza abajo y captura uno de mis
pezones en su boca—. Sé que cuando hago esto... —Chupa fuerte, un gemido sale
de mi boca, y libera mi pezón con un pop—... gimes lo suficientemente fuerte como
para despertar a los muertos. Y sé que cuando hago esto, tus caderas comienzan a
balancearse, como si estuvieran buscando mi polla. —Lame mi otro pezón,
moviendo rápidamente su lengua sobre él, y por supuesto, mis caderas se balancean
involuntariamente y mi sexo se contrae en un doloroso vacío.
—Oh, mierda. —Los dedos de Garrett se clavan en mis caderas antes de que
pueda moverme—. Háblame de tu abuela otra vez.
—¿Ahora?
—¿Dónde vive?
—Gracias. Dios.
Mis pechos son aplastados contra su pecho duro como una piedra. Él es tan
masculino, tan jodidamente adictivo. Beso su cuello, y encuentro su piel caliente
bajo mis labios. Está ardiendo, su corazón latiendo violentamente contra mis
pechos, y cuando levanto mi cabeza levemente y veo su rostro, soy cautiva por su
expresión, el tenso trazo de sus rasgos y el intenso placer brillando en sus ojos.
Estoy tan enfocada en él que cuando el orgasmo me golpea, me atrapa en total
sorpresa.
Garrett apoya su mejilla en mi hombro, girando sus caderas para que su semi-
dura polla se frotara contra mi trasero. Suspira felizmente.
—Oye —dice un momento más tarde—. No trabajas los viernes por la noche,
¿cierto?
Dudo también. Siento como que estoy siendo superada. Le dije esta noche
cosas que nunca le he dicho a nadie, y estoy bastante segura de que su confesión
sobre su padre no es algo que mucha gente sabe, tampoco. No quiero que pregunte
lo que significa todo esto, sin embargo. Estoy aterrorizada de que este analizando
demasiado en esto.
Se ríe. —¿Qué fue lo que estabas diciendo sobre mi resistencia, el otro día? Qué
vergüenza. Amigo.
—Joder, sí.
255
30
Hannah
Traducido por Jazmín y NataliCQ
—No puedo creer que esto esté pasando —anuncia Dexter, por millonésima
vez, desde el asiento trasero del jeep de Garrett. 256
Junto a Dex, Stella suspira y expresa su acuerdo, también una millonésima vez.
Caray, yo no puedo creer que ella esté en él. No me sorprendió cuando Allie
saltó por la oportunidad de venir a Cambridge conmigo, ya que todavía está
buscando detalles acerca de Garrett, pero me sorprendió cuando Stella y Dex
insistieron en venir.
Todo lo que ha durado este viaje en auto, ambos me han preguntado al menos
dos veces si Garrett y yo estamos saliendo. He respondido con mi respuesta
estándar, simplemente pasamos el rato a veces. Pero cada vez es más difícil de
convencerme incluso a mí misma de ello.
Estuvimos con la música a todo volumen por el resto del camino. Dex y yo
cantamos, y nuestras armonías eran ridículamente increíbles—¿por qué no le pedí a
él que fuera un dúo conmigo, maldición? Allie y Stella no pueden mantener el tenor
sin poner en riesgo sus vidas, pero se unen en los coros, y estamos todos de muy
buen humor cuando entro en el estacionamiento del centro de hockey.
—Está bien, así que ¿Cómo funciona este juego de nuevo? —me pregunta
Dexter.
Sonrío.
—¿En serio?
—Sí, en serio. Soy un chico negro de Biloxi, Han-Han. ¿Qué coño voy a saber
de hockey?
Mientras Allie y Stella charlan sobre una de sus clases de actuación, le doy a 257
Dex un rápido resumen de lo que puede esperar. Y sin embargo, cuando los
jugadores golpean el hielo, me doy cuenta de que mi explicación no le ha hecho
justicia. Este es el primer partido de hockey que he visto en persona, y no espero el
rugido de la multitud, el estruendo ensordecedor de los altavoces, la velocidad
relámpago de los jugadores.
La camiseta de Garrett es la #44, pero no tengo que mirar el número para saber
qué jugador revestido de negro y plata es. Él es el centro de la línea de partida, y al
segundo en que el árbitro deja caer el puck, Garrett gana el cara a cara de apertura y
golpea el disco de nuevo hacia Dean, quien yo pensaba era un flanco pero
aparentemente es un defensa.
Resopló.
Por lo que he oído, nuestro equipo de fútbol está teniendo el peor récord que la
universidad ha visto en años, ganando sólo tres de los ocho partidos que han jugado
hasta ahora. Pero Sean dijo que todavía tienen la oportunidad de llegar a la
postemporada, y cito, "arreglan su mierda y empiezan a ganar algunos jodidos
juegos". Me hace sentir lástima por Beau, con quien realmente disfruté hablar en la
fiesta.
258
En el momento en que pienso en Beau, el rostro de Justin se cruza en mi
cabeza como una ráfaga de viento.
Mierda.
Garrett
A medida que los chicos y yo salimos de los vestuarios de invitados después del
partido, todavía estamos extasiados por aplastar al equipo local. A pesar de que fue
uno de nuestros estudiantes de segundo año quien lazo la última belleza de gol que
aseguró nuestra victoria, he decidido que Hannah es mi amuleto de buena suerte y
ahora debe asistir a todos nuestros juegos, porque las tres últimas veces que
jugamos contra Harvard, nos aplastaron.
Quedamos en encontrarnos fuera del campo de juego después del partido, y por
supuesto, ella está esperándome allí cuando salgo. Está con Allie, junto con una
chica de cabello oscuro que no reconozco y un enorme chico negro que estoy
sorprendido no está en el equipo de fútbol. Porque debería estarlo. Maxwell se
vendría en sus pantalones si tuviera un monstruo como ese en su línea ofensiva.
Resuelvo su dilema haciendo ambas cosas, y mientras rozo mis labios sobre los
suyos, oigo un victorioso eco de "¡Lo sabía!" en dirección de sus amigos. La
exclamación viene de la chica que no es Allie.
—Me disculpo sinceramente por eso, Wellsy. Prometo mejorar la próxima vez.
—Más te vale.
—¿Estas ocupada mañana por la noche? —El equipo tiene otro partido
mañana, pero es en la tarde, y me muero de ganas de estar a solas con Hannah otra
vez así podemos... sí—. Pensé que podríamos pasar el rato después de que vuelva
del... —Dejo de hablar cuando una sombra aparece en mi visión periférica, y mis
hombros se tensan cuando veo a mi padre descendiendo de los escalones de la
entrada del edificio.
—¿Ese...?
—¿Qué quieres?
—No, lo que vas a hacer es volver a casa. —Una mirada oscura endurece sus
facciones—. O voy a arrastrarte a casa.
—¿Por qué demonios te importa lo que hago para las vacaciones? —murmuro.
—Te necesito en casa este año. —Está hablando a través de los dientes
apretados, como si estuviera disfrutando de esto aún menos que yo—. Mi novia va
a hacer la cena, y solicitó tu presencia.
Me encuentro con sus ojos, el mismo tono de gris que los míos.
Oh, él está escupiendo el muchacho, ¿eh? Así es como siempre me llamó justo
antes de que sus puños golpearan mis entrañas, o se estrellaran con mi cara, o me
rompiera la nariz por centésima jodida vez.
262
—No voy a ir —le digo con frialdad—. Trata con eso.
Se mueve más cerca, sus ojos brillando bajo la visera de su gorra Bruins
mientras su voz baja a un silbido.
Lo que significa que tengo que quedar en deuda con él por un rato más.
Podría matar a este hombre. ¿Si supiera que podría salirme con la mía? De
hecho, lo mataría.
—¿Entendido? —repite.
Le doy una breve inclinación de cabeza, y luego me alejo sin mirar atrás.
—¿Estás seguro?
Observa a Hannah mientras ella hace su camino de regreso con sus amigos,
después, me lanza una sonrisa irónica.
—Sí, así es como usualmente es con las mujeres. Ellas tienen todas las cartas y
estamos sencillamente sin idea. —El entrenador me da una palmada en el brazo—.
Vamos, chico. El tiempo corre.
—¿Qué? —murmuro.
—Nada —dice a la ligera.
Bajo mi voz.
—¿Qué pasa?
—Me debatí en decir algo en absoluto, pero joder, G, no me gusta ver a nadie 264
pasar por un tonto, especialmente mi mejor amigo. Pensé que debería esperar hasta
después del partido, sin embargo. —Se encoge de hombros—. No quería que te
distrajeras en el hielo.
—¿Y qué?
—Él dijo que estaría saliendo con Wellsy este fin de semana.
Mi corazón se detiene.
—Tonterías.
Correcto. Trago de nuevo. Bueno, fue después del beso, pero antes de todo lo
demás. El sexo. Los secretos que compartimos el uno con el otro. Todos los abrazos.
¿Cierto?
—De todos modos, sólo pensé que deberías saberlo —dice Logan.
Yo: ¿Ahora?
Él: Sí.
Está bien, puede que sea un mensaje, pero es difícil no entender su tono. Y su
tono es definitivamente enojado.
―Hola ―lo saludo, haciendo un gesto para que entre―. ¿Qué pasa?
―Oh.
Por primera vez desde que llegó aquí, su expresión destella una emoción.
Molestia. ―¿Qué demonios significa eso?
Los ojos de Garrett arden. ―¿En verdad dijiste que sí? ¿Cuándo te lo pidió?
Su rostro se relaja. Sólo un poco. ―¿Así que fue antes de lo de Dean? ¿Antes
de que tú y yo...?
Asiento.
―Está bien. ―Toma una respiración―. Bueno. No es tan malo como pensaba.
―Pero entonces sus rasgos se vuelven de piedra de nuevo y sus fosas nasales
llamean―. Espera, ¿qué quieres decir con que no has decidido si vas a ir?
Su voz aguda hace que haga una mueca de dolor. ―¿Quién lo dice? ¿Tú?
Porque la última vez que lo comprobé, tú y yo no estamos saliendo. Sólo estamos
tonteando.
―¿Es eso lo que realmente… ―Se detiene, torciendo la boca en una mueca―.
¿Sabes qué? Supongo que estas en lo correcto. Supongo que sólo estamos
tonteando.
―Te dije que no tengo tiempo para una novia ―dispara de vuelta―. Pero
supongo que, las prioridades cambian.
Vacilo. ―¿Así que estás diciendo que quieres que sea tu novia?
268
―Sí, tal vez eso es lo que estoy diciendo.
―¿Por qué quieres eso? ―Me muerdo mi labio más fuerte―. Eres todo de una
sola pista de hockey, ¿recuerdas? Y, además, discutimos demasiado.
―Es lo mismo.
Rueda los ojos. ―No, no lo es. Debatir es divertido y afable. Discutir es…
―¿No sabes lo que es esto o adonde podría ir? Jesús, Hannah. Si tú... —Él deja
escapar un suspiro tembloroso, sus anchos hombros caídos―. Si honestamente no
lo sabes, entonces estamos perdiendo el tiempo. Porque yo sé exactamente lo que es.
Yo… ―se detiene tan abruptamente que me da un latigazo.
―Yo… ―Se detiene de nuevo. Sus ojos grises se oscurecen―. ¿Sabes qué?
Olvídalo. Supongo que estas en lo correcto. Esto fue todo sobre explorar la
atracción. ―Su voz suena cada vez más amarga―. Sólo soy su terapeuta sexual,
269
¿no? En realidad, no, yo soy tu jodido fluffer.
Garrett deja salir una risa dura. ―¿Probablemente no ibas a ir? Sí. Gracias por
eso. ―Da un paso hacia la puerta―. ¿Sabes qué? Simplemente ve a la maldita cita.
Tuviste lo que querías de mí. Supongo que Justin puede tomarlo desde aquí.
―Garrett…
Pero ya se había ido. No solo ido, sino haciendo su salida mientas cerraba de
un golpe la puerta, oyéndose por toda la habitación, cerrando de golpe la de la
salida también.
Y estoy asustada por eso porque por mi medio segundo de indecisión, lo acabo
de tirar todo por la borda.
270
32
Garrett
Traducido SOS por Vale
Gracias a la mierda que salí de allí, sin embargo. Había estado a segundos de
hacer el completo ridículo. Diciendo cosas que no debería decir, tal vez incluso
rogando. Jesús. Si eso no es un signo de algunos azotes entonces no sé lo que es.
Estoy a medio camino hacia mi jeep cuando oigo a Hannah gritar mi nombre.
—Gracias —se ve tan molesta como me siento—. ¿Qué diablos está mal
contigo, Garrett? ¡No se puede irrumpir en medio de una discusión seria!
—Apenas puedo recordar qué dije. ¿Sabes por qué? Debido a que me pillaste
totalmente con la guardia baja y ni siquiera me diste un segundo para pensar en ello.
—No estás siendo justo de nuevo. El hecho de que de repente decides que estás
listo para una relación y que debemos estar juntos no significa que voy a chillar
como una chica de las de las hermandades y decir, sííí, ¡yupii! Claramente tuviste 272
tiempo para pensar en eso y absorberlo, pero a mí no me diste ningún momento.
Sólo irrumpiste e hiciste acusaciones y saliste corriendo.
—Lo siento, no te dije acerca de la cita de Justin —dice en voz baja—. Pero yo
no voy a pedir disculpas por necesitar más de malditos cinco segundos para pensar
en la posibilidad de tú y yo siendo pareja.
Mi aliento sale en una nube blanca que rápidamente se deja llevar por el viento.
—Ciento haber corrido —admito—. Pero no lo siento por querer estar contigo.
—¿Tú sí?
Una nube negra oscurece un poco de mi felicidad. —¿Qué pasa con Justin?
—Le dijiste que irías con él —le digo, con los dientes apretados.
Asiente. 273
—¿Así que ya no estás toda caliente por él?
Y solo así, mi ansiedad se convierte en pura alegría y trae una sonrisa a mis
labios.
—¿Disculpa?
Estas últimas dos semanas de noviazgo con Garrett han sido un torbellino de
risas, caricias y sexo caliente, mezclado con los acontecimientos de la vida real,
como las clases y el estudio, ensayos y juegos de hockey. Garrett y yo forjábamos
una conexión que me tomó por sorpresa, pero a pesar de que Allie continúa
burlándose de mí por mi repentino cambio de actitud cuando se trata del tipo, no
me arrepiento de mi decisión de salir con él y ver a dónde van las cosas. Hasta
ahora, ha estado trabajando muy bien.
Pero vean, aquí está la cosa sobre la vida. ¿Cuándo es así de bueno?
—De ninguna manera —corté, mis dedos rígidos enroscándose en los brazos de
mi silla. Me quedo mirando a la hermosa mujer rubia al otro lado del escritorio, y
me pregunto cómo ella puede describir esta bomba atómica de desastre como un
inconveniente.
¿Y ella quiere que yo hable con Mary Jane?
Jode. Eso.
Porque, ¿por qué coño iba yo a hablar con la perra estúpida y descerebrada que
acaba de arruinar cualquier oportunidad que yo tenía de ganar una beca?
Todavía estoy aturdida por lo que Fiona me dijo. Mary Jane y Cass me echaron.
Ellos realmente consiguieron el permiso para echarme del dúo, así Cass puede
cantarlo como un solo.
Qué demonios.
Aprieto los dientes. —No voy a hablar con Mary Jane. Es obvio que ella tomó
una decisión sobre esto.
O más bien, que Cass la había hecho por ella, cuando la había engatusado con
hablar con nuestros respectivos asesores y lloriquear sobre cómo su composición
276
está sufriendo en su forma de dúo y que ella está sacándola de la muestra si no es
un solo. Por supuesto, Cass rápidamente había señalado que sería atroz perder una
canción perfectamente buena, y él amablemente se había ofrecido a dejarme cantarla.
En ese momento, Mary Jane insistió en que debía ser cantada por una voz
masculina.
—Entonces, ¿qué se supone que haga ahora? —Pregunto con voz tensa—. No
tengo tiempo para aprender una nueva canción y trabajar con un nuevo
compositor.
Mi mente sigue girando como un carrusel. Sí, hay algunos originales que puedo
cantar, pero ninguno de ellos incluso se acerca a estar listo para presentar.
—Mira, yo no puedo decir que apruebo lo que Cass y Mary Jane han hecho,
pero, por desgracia, este es uno de los inconvenientes de trabajar a dúo —Fiona
suspira—. Cada año hay al menos un dueto que se separa justo antes de la muestra.
¿Te acuerdas de Joanna Maxwell? ¿Ella se graduó el año pasado?
La hermana de Beau.
Asiento.
—Oh sí. Solo digamos que fue puro caos por aquí durante esos tres días.
277
Mi espíritu se levanta, sólo un poco, cuando me acuerdo de que Joanna no sólo
ganó la beca, sino que también llamó la atención de un agente que más tarde le
consiguió esa audición en Nueva York.
La culpa calienta mis mejillas. Sip. No puedo negarlo. Ella me había dicho de
sus preocupaciones sobre el proyecto desde el principio, pero yo había permitido
que Cass me convenciera de que seríamos juntos una potencia.
—Vas a tener todo lo que necesites para prepararte —añade ella—. Vamos a
reorganizar el calendario así tendrás acceso a la sala de ensayo siempre que lo
necesites, y si requieres acompañamiento, cualquier número de estudiantes de la
orquesta puede ayudarte. ¿Hay algo más que creas que podrías necesitar? —una
pequeña sonrisa tira de los labios—. Confía en mí, el asesor de Cass no está
contento con esto tampoco, así que si hay algo que quieras, dímelo ahora y
probablemente puedo hacer que suceda para ti.-
Estoy a punto de negar con mi cabeza, pero entonces algo se me ocurre. —En
realidad, hay algo que quiero. Quiero a Jae. Quiero decir, Kim Jae Woo.
Fiona frunce el ceño. —¿A quién?
Garrett
—¡No puedo creer que él hizo eso! —Allie suena lívida de su lado de la cabina,
con los ojos azules ardiendo mientras ella mira a Hannah.
Logan suelta unas risitas. —¿Imbecilardo? Estoy robando esa frase por
completo.
—Ella va a estar bien —dice Allie con confianza—. Los originales de Hannah
son impresionantes. Ella no necesita a Cass.
279
—Nadie necesita a Cass —está de acuerdo Dex—. Él es como el equivalente
humano de la sífilis.
6
Imbecilardo: Imbécil y bastardo.
Ella lo mira con una mirada severa. —¿Sabes cuanta azúcar hay en un refresco?
280
34
Hannah
Traducido por Mae & Jazmin
Él: Razón de más para que esta sea una llamada para sexo.
La simpatía revolotea en mi vientre. Garrett había llamado antes para decir que
perdieron el juego, y al parecer se había dado algunos golpes brutales esta noche.
La última vez que hablamos, ponía hielo en todo su torso.
Soy demasiado perezosa para escribir, así que marco su número Y responde a
la primera llamada.
—Está bien. Sólo hay un rasguño que quiero que beses, y suenas demasiado
distraída para eso —hace una pausa—. Estoy hablando de mi polla, por cierto.
—Eso creo. La que canté para ti el mes pasado cuando estudiábamos. ¿Lo
recuerdas?
Se ríe. —Mi pecho se siente como si hubiera sido atropellado por un camión.
Necesito una distracción.
—Está bien —aprieto el botón del altavoz y tomo mi guitarra—. Siéntete libre
de colgar si te aburres.
—Cariño, podría verte observar la pintura secarse, y seguiría sin estar aburrido.
Repito la canción tres veces, hasta que mi voz se torna ronca y, finalmente,
tengo que parar para tomar la botella de agua sobre mi mesita de noche.
Sonrío, aunque él no puede verme. —Tengo que averiguar qué hacer con ese
último estribillo. ¿Termino en alto o bajo en la última nota? Oooh, y tal vez debería
cambiar la parte central también. ¿Sabes qué? Tengo una idea. Colgare ahora para
poder averiguarlo, y tú tienes que irte a dormir. Buenas noches, amigo.
Soy recibida por la pausa más larga de todos los tiempos. —¿Garrett? ¿Estás
ahí?
—Uh, sí. Lo siento. Sigo aquí —una respiración pesada resonó a través de la
línea—. ¿Quieres venir a mi casa para Acción de Gracias?
Otra pausa, incluso más larga que la primera. Casi esperaba que anulara la
invitación. Y no creo que estaría molesta si lo hacía. Sabiendo lo que se sobre el
padre de Garrett, no estoy segura de sí me puedo sentar en una mesa con ese
hombre sin estirarme para estrangularlo.
¿Qué clase de hombre golpea a su propio hijo? A su hijo de doce años de edad. —
No puedo volver allí solo, Hannah. ¿Vendrás?
La casa del padre de Garrett no es la mansión que esperaba que fuera, más bien
una casa de piedra rojiza en Beacon Hill, que supongo es el equivalente Bostoniano
de vivir en una mansión. Sin embargo el área es preciosa. He estado en Boston
284
varias veces, pero nunca en esta parte lujosa de la ciudad y no puedo evitar sino
admirar las hermosas casas adosadas del siglo XIX, las aceras de ladrillo y lámparas
de gas pintorescas que bordean las estrechas calles.
Garrett apenas dijo una palabra durante el viaje de dos horas por la ciudad. La
tensión ha estado recorriendo su cuerpo enternado en oleadas palpables y
constantes, lo cual solo lograba ponerme más nerviosa. Y sí, dije enternado, porque
está vistiendo pantalones negros, una camisa de vestir blanca impecable y una
chaqueta negra y corbata. El caro material se ajusta a su cuerpo musculoso como
un sueño, e incluso su ceño permanentemente fruncido no le quita nada a su
increíble atractivo.
Somos recibidos en la puerta delantera no por el padre de Garrett, sino por una
linda rubia en un vestido de cóctel rojo que revoloteaba alrededor de sus tobillos.
Ella también lleva una capa negra de encaje, lo que me parece extraño porque
hacen como un millón de grados dentro de la casa. En serio, hace calor aquí, y yo
no pierden el tiempo quitándome el chaquetón en la elegante recepción.
Ella parece estar en sus treinta y tantos años, pero es difícil de juzgar pues tiene
lo que yo llamo "ojos viejos". Esos profundos y sabios ojos que revelan que una
persona ha vivido varias vidas ya. No estoy segura de por qué me da esa sensación.
Nada acerca de su elegante atuendo o su sonrisa perfecta insinúa que ella ha visto
tiempos difíciles, pero la sobreviviente en mí siente de inmediato una extraña
afinidad con ella.
Garrett contesta con una voz áspera pero educada ―¿Es un placer conocerte a
ti también…?
Él lo deja en el aire, y los ojos azul pálido de ella parpadean con tristeza, como
si se hubiese dado cuenta de que el padre de Garrett no le había dicho a su hijo el
nombre de la mujer con la que estaba saliendo.
Su sonrisa flaqueó por un momento antes de volverse estable otra vez. ―Cindy
―completa ella―. Y tú debes ser la novia de Garrett.
Pero el interior de la casa era mucho más amplio de lo que se veía desde afuera.
Pasamos delante de dos habitaciones, una sala de estar e incluso otra sala de estar
antes de llegar a la sala de estar. Que lucía como...otra sala de estar. Pienso en la
acogedora casa de dos niveles de mis padres en Ransom y como esa mísera casa
con tres habitaciones los ha dejado casi en la quiebra, y me envuelve una ráfaga de
melancolía. No parece justo que un hombre como Phil Graham debiese tener todas
esas habitaciones y el dinero para amueblarlas, mientras que gente buena como mis
padres están trabajando tan duro para mantener un techo sobre sus cabezas.
El asiente en mi dirección.
―Ustedes dos, tomen asiento ―Cindy hace un gesto hacia el sofá de cuero
cerca a la chimenea eléctrica.
Me siento.
Me froto las manos húmedas sobre las rodillas y trato de sonreír, pero siento
que en realidad podría ser una mueca. ―¿Así que…no hay fútbol? ―digo
ligeramente, mirando hacia la pantalla plana montada en la pared―. Pensé que era
una tradición de acción de gracias ―Dios sabe que eso es todo lo que mi familia
hace cuando vamos a casa de tía Nicole para las fiestas. Mi tío Mark es un fanático
apasionado del fútbol americano, y a pesar de que el resto de nosotros preferimos el
hockey, aun así nos la pasamos bien viendo el juego todo el día en la tele.
Garrett, sin embargo, se negó a aparecer más temprano de lo que debía, por lo
que los juegos de la tarde ya se han ganado y perdido. Aunque estoy bastante
segura de que el juego de Dallas está recién empezando.
―Oh ―digo.
Silencio.
Sip, soy una novia terrible. Las situaciones incómodas me ponen nerviosa y
ansiosa, y por mucho que quiero permanecer al lado de Garrett y ayudarle a
sobrevivir esta noche infernal, no puedo soportar la idea de estar atrapado en una
habitación con dos hombres cuya animosidad está contaminando todo el oxígeno
287
en la habitación.
Se voltea con una sonrisa tímida. ―Lo hice. Me encanta cocinar, pero Phil rara
vez me da la oportunidad de hacerlo. Él prefiere comer afuera.
Cindy se pone un par de guantes afelpados antes de abrir la puerta del horno.
―¿Entonces, cuánto tiempo hace desde que tú y Garrett se están viendo?
―pregunta familiarmente, colocando la enorme olla con pavo en la estufa.
―Un poco más de un año ―su espalda vuelta hacia mí, por lo que no puedo
ver su expresión, pero algo en su tono hizo que levantara mi guardia―. Nos
conocimos en un evento de caridad que yo organizaba.
―Oh. ¿Es planificadora de eventos?
Ella colocó un termómetro en el área de la pechuga del pavo, luego las piernas
y sus hombros se relajan visiblemente. ―Está listo ―murmura―. Y para responder
a tu pregunta, era una planificadora de eventos, pero vendí mi compañía hace unos
meses. Phil dijo que me extraña demasiado cuando estoy en el trabajo.
Um. ¿Qué?
―Oh. Eso es... genial ―hice un gesto hacia el mostrador―. ¿Quiere que le
ayude a calentar todo? ¿O no comeremos de inmediato?
―Phil espera comer el momento en que el pavo está listo ―se ríe, pero suena
forzada―. Cuando crea un habito, espera que todos la sigan ―Cindy apunta al
tazón grande por el microondas―. Puedes comenzar a calentar las patatas. Todavía
necesito hacer la salsa ―sostiene un paquete de mezcla de salsa―. Por lo general la
hago desde el principio con los jugos del pavo, pero no tenemos el tiempo, así que
esto tendrá que servir.
Sus brazos bajan y las mangas cubren sus antebrazos, y decido que el encaje
negro engañó a mis ojos.
―¿Vive aquí con el señor Graham o tiene su propio lugar? ―pregunto mientras
espero que el puré de papas termine de calentarse.
―Me mudé con Phil unas dos semanas después de que nos conocimos
―admite.
Tengo que estar imaginando cosas, porque no hay manera de que ese acorde en
su voz sea amargura, ¿verdad?
―No. No lo hacíamos.
289
36
Garrett
Traducido SOS por Jazmín
Él la golpea. 290
El hijo de puta la golpea.
Sólo tarde media hora en compañía de Cindy para llegar a esa conclusión. Para
ver las señales. Lo veo en la forma en que se estremece cada vez que él la toca. Sólo
un poco, y probablemente imperceptible para cualquier otra persona, pero es la
misma forma en que mi madre respondía cada vez que él se le acercaba. Era casi
como si estuviera anticipando la próxima llegada de su puño, o la palma de su
mano, o su jodido pie.
—Así que sí —está diciendo Hannah—. Ahora estoy cantando un solo, que es
lo que debería haber hecho en primer lugar. 291
Cindy hace un ruido simpático con su lengua. —Este chico suena como un
estúpido.
Ahí está otra vez, se estremece. El débil "Lo siento" debería ser lo siguiente,
pero para mi sorpresa, no se disculpa.
—¿No estás de acuerdo, Phil? Imagina que todavía estás jugando para los
Rangers y tu arquero te tumba justo antes del primer juego de la serie de la Copa
Stanley.
Yo también, porque sé lo que él está pensando. No, lo que está esperando. Que
esta cosa con Hannah sea sólo una aventura. Que va a esfumarse más temprano
que tarde y luego podré volver a centrarme exclusivamente en el hockey.
—Una vez dijo que su programa será cada vez más agitado. Me imagino que el
tuyo también lo hará. —Mi padre frunce sus labios—. ¿Dónde te ves después de la 292
graduación? ¿Broadway? ¿Grabando un disco?
Me he dado cuenta de que su plato está vacío. Terminó toda su comida, pero
no ha pedido más. Tampoco lo he hecho yo, aunque no puedo negar que la comida
de Cindy es jodidamente fantástica. No he comido un pavo tan jugoso en años.
—Bueno, en la industria de la música hay que hacer arduo trabajo para poder
entrar. Se requiere de mucho trabajo duro y perseverancia —mi padre se detiene—.
Y una increíble cantidad de enfoque.
—Soy muy consciente de eso —los labios de Hannah forman una línea
apretada, como si tuviera un millón de cosas más que decir, pero se obliga a no
hacerlo.
Mi estómago se agita ante la idea de gastar un segundo más en esta casa. —En
realidad, Hannah y yo nos tenemos que ir —le digo bruscamente—. El tiempo dijo
que esta noche nevaría por lo que queremos regresar antes de que los caminos se
pongan mal.
La cabeza de Cindy gira a la ventana en el otro lado del comedor. Más allá del
vidrio, no hay ni una mota de blanco en el aire o en el suelo.
Pero dios la bendiga, ella no hace comentarios sobre el estado libre de nieve de
la calle. En todo caso, se ve casi aliviada de que esta incómoda noche está a punto
de llegar a su fin.
Entonces se va.
—Me importa una mierda el postre. Tenemos que hablar de esa chica.
—¿Esa chica? —me río duramente—. ¿Te refieres a Hannah? Porque ella no es
sólo una chica. Es mi novia.
—¿El número dos? —está gritando ahora, sus manos formando puños
apretados mientras da un paso hacia mí—. ¿Y estas feliz con ser el número dos? ¡Te
forme para ser el número uno, pedazo de mierda!
Nunca olvidaré la mirada en sus ojos la primera vez que me defendí. Su puño
había estado viniendo hacia mi cara, y en un momento de lucidez, me di cuenta de
que podía bloquearlo. Que ya no tenía que pararme ahí y recibir el abuso. Podía
propinárselo a él de vuelta.
Esa fue la última vez que levanto una mano hacia mí. 294
—¿Qué vas a hacer? —me burlo, señalando sus puños—. ¿Golpearme? ¿Qué,
estás cansado de desquitarte con esa buena mujer ahí afuera?
Niego con la cabeza. —¿Puedes ir a esperar en el auto? Tengo que hablar con
Cindy por un momento.
En lugar de salir de la cocina, Hannah regresa donde Cindy, vacila, para luego
darle a la mujer un cálido abrazo. —Muchas gracias por la cena. Feliz día de
Acción de Gracias.
295
—Feliz día de Acción de Gracias —murmura Cindy con una sonrisa tensa.
—No voy a lastimarte —mi voz se quiebra como un jodido huevo. Me siento
mal al incluso tener que asegurarle eso.
Pánico inunda sus ojos. —¿Qué? Oh, cariño, no. No creo que...
—Sí, lo hiciste —le digo en voz baja—. Está bien. No lo estoy tomando como
algo personal. Sé lo que se siente al... —trago—. Mira, no tengo mucho tiempo,
porque tengo que salir de esta casa antes de que haga algo que pudiera lamentar,
pero sólo necesito que sepas algo.
—No te molestes. Eso fue una pesadilla de principio a fin —mis dedos se
aprietan alrededor del volante con tanta fuerza que mis nudillos se vuelven
blancos—. Él la golpea.
La revelación envía un flujo fresco de ira a través de mí. Maldición. Una parte
de mí todavía tenía la esperanza de que pudiera estar equivocado sobre de Cindy.
Ella pregunta si estoy bien con que ponga música, y cuando asiento, conecta su
iPod y pone una lista de reproducción que me hace sonreír. Es el rock clásico que le
envié por correo electrónico cuando nos conocimos, aunque me doy cuenta de que
no comienza desde la primera canción. Porque la primera canción pasa a ser la
favorita de mi madre, y estoy bastante seguro de que si lo oigo ahora, voy a llorar.
Lo que sólo sirve para demostrar que Hannah Wells es... increíble. Esta tan
jodidamente en sintonía conmigo, con mis estados de ánimo, mi dolor. Nunca he
estado con nadie que me pueda leer tan bien.
Una hora pasa. Sé que es una hora porque esa es la duración de la lista de
reproducción, y cuando termina, Hannah pone una mezcla diferente, lo que me
hace sonreír demasiado, ya que consiste en una gran cantidad de Rat Pack,
Motown y Bruno Mars.
Estoy tranquilo ahora. Bueno, más tranquilo. Cada vez que siento que estoy
relajándome, recuerdo los ojos de temor de Cindy y la presión aprieta mi pecho de
nuevo. Como un remolino de incertidumbre en mis entrañas, me obligo a no
insistir en la pregunta que sigue estando en mi cerebro, pero cuando acelero a la
pista de salida y conduzco hacia la carretera de dos carriles que nos llevará a
Hastings, la pregunta aparece de nuevo y esta vez no puedo alejarla.
—¿Que si soy capaz de lastimar a alguien? —le pregunto con voz ronca—. 298
¿Que si soy como él?
Toma mi mano y entrelaza sus dedos con los míos. —Y es por eso que no eres
como él. Tienes esa fuerza de voluntad, y eso significa que no tienes su
temperamento. Porque él no puede controlar el suyo. Deja que la ira se alimente de
él, llevándolo a lastimar a las personas a su alrededor, a personas que son más
débiles que él —su agarre en mi mano se aprieta—. ¿Qué harías si te molesto en
este momento?
Suspira. —No estoy diciendo que eres incapaz de la violencia. Todos son
capaces de ello. Estoy diciendo que no le harías daño a alguien que amas. Por lo
menos no intencionalmente.
Ruego a Dios que este en lo cierto. Pero cuando heredas tu ADN de un hombre
que les hace daño a las personas que ama, quién demonios sabe.
—Porque quiero besarte, y no puedo hacer eso cuando tus ojos están en la
carretera.
Una sonrisa involuntaria aparece en mis labios. Nunca nadie me había pedido
que me detuviera antes para así poder besarme, y aunque estoy agotado y enojado y
triste, y quién sabe qué más, la idea de besar a Hannah ahora suena como el jodido
cielo puro.
Sin decir una palabra, me salgo del arcén, moviendo la palanca de cambios
para aparcar, y las luces de emergencia parpadean.
Ella se desliza más cerca y agarra mi barbilla. Sus delicados dedos acarician mi
rastrojo, y luego se inclina y me besa. Sólo el toque fugaz de sus labios, antes de
alejarse y susurrar—: No eres como él. Nunca vas a ser como él —sus labios rozan
mi nariz antes de besar la punta—. Eres una buena persona —pone un pequeño
beso en mi mejilla—. Eres honesto, amable y compasivo —ligeramente muerde mi
labio inferior—. Quiero decir, no me malinterpretes, eres un completo idiota a
veces, pero eres una especie de idiota tolerable.
—No eres como él —repite, más firme esta vez—. Lo único que ustedes dos
tienen en común es que ambos son dotados jugadores de hockey. Eso es lo que es.
Tú no eres como él.
Jesús, necesitaba escuchar eso. Sus palabras penetran en ese aterrorizado lugar
en mi corazón, y la presión en mi pecho se disipa, ahueco la parte posterior de su
cabeza y la beso fuerte. Mi lengua se desliza dentro de su boca y gimo felizmente,
porque sabe cómo arándanos y huele como a cerezas y jodidamente me encanta.
Quiero besarla toda la noche, por el resto de mi jodida vida, pero no he olvidado
dónde estamos en este momento.
—¿Que estás haciendo? —gimo, luego gimo de nuevo cuando frota mi polla
adolorida sobre mis pantalones.
—¿Qué crees?
300
Agarro su mano aun moviéndose. —No sé si eres consciente de ello, pero
estamos sentados en el coche junto a la carretera.
La ahueco sobre sus bragas y gimo cuando siento el material húmedo contra mi
palma. Esta mojada. Realmente mojada.
De alguna manera me las arreglé para alejar mi mano. —No podemos hacer
esto.
—¿Porque no? —un guiño pícaro baila en sus ojos, lo que no me sorprende,
porque estoy descubriendo rápidamente que Hannah es aventurera como el infierno
una vez que se permite bajar la guardia y confiar en alguien.
—Demonios, si vamos a hacer esto, bien podríamos hacerlo bien —le respondo
con un suspiro—. Todo o nada, ¿recuerdas?
Hannah resopla. —Ya veo. ¿Ese es tu tipo, entonces? ¿Rubias tetonas con
curvas de sobra?
Cubro su cuerpo con el mío y apoyo mis codos a cada lado de ella. —Naah,
prefiero morenas tetonas —entierro mi cara en su cuello y acaricio su piel—. Una
en particular. Quien, por cierto, también tiene curvas de sobra —mis manos se
deslizan por su cintura—. Y diminutas caderas —deslizo mis manos debajo de ella
y aprieto su trasero redondo—. Y un culo agarrable —pongo una mano entre sus
piernas—. Y el coño más apretado en el planeta.
Su aliento se atrapa. —Sí. Lo hago —sus ojos verdes brillan hacia mí—. Te
amo.
Empiezo a moverme, yendo despacio y haciendo que dure, pero soy muy
consciente de lo que nos rodea. Un buen samaritano, o peor aún, un policía, podría
ver el Jeep y pensar que necesitamos ayuda en la carretera, y si deciden acercarse a
nosotros, obtendrán una mirada de mi desnudo trasero, viendo mi movimiento de
caderas y los brazos de Hannah agarrando mi espalda. 302
Además, en esta posición, es difícil moverse. Todo lo que puedo manejar es
movimientos rápidos y poco profundos, pero a Hannah no parece importarle. Hace
los ruidos más sexys mientras me muevo dentro de ella, suspiros entrecortados y
gemidos temblorosos, y cuando golpeo este lugar determinado dentro de ella, gime
tan fuerte que tengo que apretar las mejillas de mi culo para detenerme de venirme.
Puedo sentir el orgasmo precipitarse hacia mí, pero quiero que se venga, también.
Quiero oírla gritar y succionarme mientras su coño se tensa a mí alrededor.
Sus ojos se aprietan con fuerza, subiendo sus caderas para encontrar mis
empujes apresurados, y entonces grita de placer, y me vengo con tanta fuerza que
mi visión vacila y mi mente se fragmenta en mil pedazos.
Hace una pausa, y luego deja escapar un gran suspiro. —Porque me gusta One
Direction. Ya está. Lo dije.
Hannah sonríe. —Tienes suerte de que te amé. Porque eres un completo idiota y
no hay muchas chicas que podrían con eso.
303
37
Hannah
Traducido por Mae
—No me gusta esto —declaro—. Lo digo en serio, cariño, mis piernas están
empezando a doler. Te lo dije, no soy flexible. 304
La risa de Garrett vibra a través de mi cuerpo. Mi cuerpo desnudo, debo
agregar, porque estamos en medio de tener sexo. Lo que confesé no estar
disfrutando.
Pero sabes qué, no me importa. Aun así veto esta posición. Garrett se arrodilla
delante de mí, y mis tobillos están en sus hombros. Y tal vez si no fuera un gran
jugador de hockey, mis piernas no se sentirían como si estuvieran descansando en
la parte superior del maldito Empire State y estar muriendo por los calambres.
Sin dejar de reír, Garrett se inclina hacia adelante y mis músculos sueltan un
suspiro de alivio cuando deslizo mis piernas hacia abajo y las engancho alrededor
de su culo. Inmediatamente, el ángulo cambia, y un gemido se desliza fuera de mi
boca.
—¿Por qué siempre tienes mucha más energía después del sexo? —refunfuña.
—No lo sé. No importa —dejo besos por todo su cuerpo, hasta que se está
riendo de alegría. Sé que le gusta la atención, y es algo bueno porque no puedo
dejar de dársela. Por alguna razón, me convierto en un monstruo de afecto cuando
estoy a su alrededor.
—Siento interrumpir, chicos y chicas —dice Logan en voz alta—, pero es hora
de guardar sus p y v. Me tengo que ir, G.
Disparo a Garrett una mirada en blanco. —¿P y V? —la mitad del tiempo
apenas puedo encontrar sentido a las siglas y abreviaturas creadas por Logan.
Garrett me sonríe. —Oh, vamos, ¿en serio? Incluso yo tengo uno. Es una
mierda de escuela primaria.
—Sí, pero no creo llegar antes del segundo período. Argh. Para el momento en
que llegue a la arena, probablemente estaré de pie.
—Gracias.
306
Entro al baño, me refresco, y salgo para encontrar a Garrett en el borde de la
cama, inclinándose para ponerse un par de calcetines. Mi corazón da un vuelco al
verlo. El pelo desordenado, bíceps flexionados, manchas rojas en el cuello de donde
lo mordisqueé. Es jodidamente precioso.
Cinco minutos más tarde, salimos de su casa y vamos por caminos separados.
Tengo el auto de Tracy, así que conduzco de regreso a la escuela para el ensayo.
Ahora que Cass no está, por fin puedo disfrutar cantar de nuevo.
—Seriamente. Es un gran tipo, pero es tan intenso cuando se trata del hockey.
Apenas bebe, no se pone serio con nadie. No es saludable estar así de centrado en
algo, ¿sabes?
El padre de Garrett.
—Lo siento. No estaba viendo donde… —la disculpa muere en mis labios
cuando me doy cuenta de con quien choqué.
308
Rob Delaney parece tan aturdido como me siento.
Giro la cabeza.
No puedo respirar.
Supongo que estoy pálida, también. Supongo que me veo como Rob. Supongo
que ambos hemos visto a un fantasma.
—¿Que está pasando? ¿Quién es ese tipo? —siguió mi mirada, y ahora está
mirando a Rob con desconfianza visible.
—Hannah.
—No es que nadie, Garrett. Por favor. —Le doy la espalda a la puerta, lo que
elimina efectivamente cualquier tentación de ver en dirección a Rob.
309
Garrett se detiene. Observa mi cara. Luego aspira una bocanada de aire. —Oh
mierda. ¿Es...? —su pregunta horrorizada cuelga entre nosotros.
—Rob —las náuseas circundan mi vientre como una estela de tiburones—. Rob
Delaney.
La mirada de Garrett se mueve más allá de mi hombro, lo que me dice que Rob
todavía está aquí. Maldita sea, ¿por qué no se va ya?
Mi sangre ruge en mis oídos. Escucho a Hannah gritar detrás de mí pero no 310
puedo dejar de moverme. Es como que estoy observando al mundo a través de una
niebla roja. Me he puesto en piloto automático, convirtiéndome en un misil
buscador de imbéciles que viaja en un camino directo hacia Rob Delaney.
El hijo de puta que ayudó al violador de Hannah a salir sin mucho más que
una palmada en la muñeca.
—Delaney —grito.
Sus hombros se tensan. Varias personas miran en nuestra dirección, pero solo
hay una persona en la que estoy interesado en el momento. Él se voltea, los ojos
oscuros parpadeando momentáneamente parpadeando con pánico cuando me nota.
Me vio hablando con Hannah. Probablemente imaginó lo que ella me dijo.
—¿En serio? ¿Jódete? ¿Eso es todo lo que tienes que decir? Supongo que tiene
sentido —trago el ácido cubriendo mi garganta—. Eres un jodido cobarde que no
pudo defender a una chica inocente. ¿Así que porque tendrías las bolas para
defenderte?
—Garrett.
Oh mierda.
No puedo recordar la última vez que alcancé este nivel de cansancio intenso.
En lugar de una celebración después del juego con mi equipo esta noche, me senté
en la oficina del Entrenador por más de una hora y lo escuché gritarme por
comenzar una pelea en propiedad de la escuela. Lo cual, por cierto, me valió la
suspensión de un juego. Para ser honesto, estoy sorprendido de que el castigo no
fuera más rígido, pero después de que el entrenador y unos pocos oficiales de Briar
consiguieran toda la historia de mí, ellos decidieron ponérmelo fácil. Hannah me
había dado permiso para decirles acerca de su historia con Delaney, insistiendo que
ella no quería que ellos pensaran que yo era algún psicópata que iba por ahí
atacando a fanáticos del hockey al azar sin ninguna buena razón, pero aún me
sentía como una mierda por compartir su trauma con mi entrenador.
Logan estaba ahí, sin embargo, esperando por mí afuera, y nunca he estado
más avergonzado en mi vida mientras me disculpaba con mi mejor amigo por
golpearlo. Pero Hannah también me había dado el visto bueno para compartir la
verdad con Logan, y después de decirle quien era Rob y porque fui tras él, Logan
estaba listo para ir detrás de Rob él mismo, y entonces él se disculpó conmigo por
apartarme del hijo de puta. Ahí fue cuando me di cuenta de cuanto quería al tipo.
Podría estar enamorado de mi novia, pero todavía era el mejor amigo que alguna
vez he tenido. Y demonios, no puedo culparlo por la parte del enamoramiento de
mi novia porque ¿por qué no querría estar con alguien tan increíble cómo Hannah?
Estoy nervioso como el demonio cuando ella abre la puerta para dejarme
entrar, pero me sorprende inmediatamente lanzando sus brazos alrededor mío. —
¿Estás bien? —dice con urgencia.
—Estoy bien —esto suena como que estoy hablando a través de un montón de
grava, así que aclaro mi garganta antes de continuar—. Lo siento. Lo siento
jodidamente tanto, bebé.
—Si —dejo salir un suspiro—. Demasiado rollo lidiar con la policía, supongo.
Probablemente solo quería regresar a cualquier hoyo en el que arrastrarse y
pretender que esto nunca pasó. Justo como pretendió que su mejor amigo nunca te
313
lastimó —la bilis burbujea en mi garganta—. ¿Cómo demonios es eso justo,
Hannah? ¿Por qué no estás más molesta? ¿Por qué no estás furiosa de que tu
violador esté caminando libre? Y sus babosos amigos son los que lo ayudaron a salir.
Ella suspira. —No es justo. Y estoy furiosa. Pero… bueno, la vida no es siempre
justa, nene. Quiero decir, mira a tu padre, él es tanto un criminal como lo es Aaron,
y tampoco está en la cárcel. Si es algo, es que él aún es reverenciado por cada
fanático de hockey en este país.
—Lo sé —lágrimas pican mis ojos. Mierda. La última vez que yo lloré fue en el
funeral de mi mamá, cuando tenía doce años. Estoy avergonzado de que Hannah
esté presenciándolo, pero al mismo tiempo, quiero que ella comprenda porque lo
hice, incluso si eso significa desmoronarme en frente de ella—. ¿No lo entiendes? El
pensamiento de alguien lastimándote me desgarra —parpadeo rápidamente,
peleando con las lágrimas—. No me di cuenta hasta esta noche, pero… creo que
estaba roto, también.
—Pero no lo hiciste.
Nos quedamos de esta forma por un rato, con sus dedos en mi cabello y mi
cabeza en su regazo. Eventualmente me convenció de meterme en la cama y me
deslice entre las sábanas completamente vestido. Estamos abrazados ahora, excepto
que ella es la que está sosteniéndome y estoy demasiado jodidamente cansado y
avergonzado para moverme.
315
39
Hannah
Traducido por Jazmín
Pero sé que Garrett está molesto por lo que hizo, y sé que voy a tener que
trabajar duro para hacerle ver que no es el monstruo que piensa que es.
Pero tampoco puedo faltar al trabajo, así que la Operación Consolar tendrá que
esperar.
Una vez que estoy vestida y lista para salir, me siento en el borde de la cama y
toco la mejilla de Garrett. —Tengo que ir a trabajar —le susurro.
—¿Mmmmttelle... vo?
—Hola, Hannah —su voz es tan fría como el aire de diciembre fuera del
restaurante—. Tenemos que hablar.
¿Tenemos? 317
Mierda. ¿Por qué tengo la sensación de que sé exactamente de lo que quiere
hablar?
—Puedo esperar.
Doble mierda. Eran sólo las diez y yo no salgo hasta las cinco. ¿Realmente va a
sentarse y esperar durante siete horas? No voy a ser capaz de terminar mi turno si
está en la cafetería, mirándome todo el tiempo.
Mete sus manos en los bolsillos de su largo abrigo negro, y se parece tanto a
Garrett que en realidad es un poco molesto. Pero no suena como Garrett, porque la
voz de Garrett no es dura, y los ojos de Garrett definitivamente no llevan tanta
hostilidad.
—He estado con muchas mujeres, Hannah —el señor Graham se ríe, pero sin
una pizca de humor o de calidez—. ¿Crees que no sé qué el ego de una mujer se
alza cuando tiene a dos hombres peleándose por ella?
¿Eso lo que piensa que sucedió anoche? ¿Qué Garrett y Rob estaban peleando
por mi amor? Jesús.
Sus labios se curvan en una mueca de desprecio. —¿Oh enserio? ¿Así que la
pelea no tenía nada que ver contigo? —cuando no contesto, se ríe de nuevo—. Es lo
que pensaba.
—Quiero que dejes de distraer a mi hijo —dice bruscamente—. ¿Te das cuenta
de que está suspendido por un partido por esa treta? Gracias a ti, Hannah. Porque
en vez de concentrarse en ganar partidos, está jadeando sobre ti como un cachorro
y peleando en tu nombre.
—Pensé que ibas a decir eso. Está bien. Estoy seguro de que puedo hacerte
cambiar de opinión —esos fríos ojos grises se clavaron en mi rostro—. ¿Te
preocupas por Garrett?
No tengo idea de a dónde va con esto, pero sé que lo odio por ello.
—¿Quieres saber porque tiene éxito en este momento? ¿Lo que le permite hacer
eso? —el señor Graham sonríe—. Es debido a mí. Porque mi firma está en los
cheques de colegiatura que envió a Briar. Él va a la universidad debido a mí.
Compra sus libros de texto y paga por sus tragos por mí. ¿Su coche? ¿Seguros?
¿Quién crees que hace los pagos por eso? ¿Y su equipo? El chico ni siquiera tiene un 319
trabajo, ¿Cómo crees que él es capaz de vivir? Es debido a mí.
—Yo generosamente le permito esos lujos porque sé que sus metas se alinean
con las mías. Sé lo que quiere lograr, y sé que es capaz de lograrlo —su mandíbula
se endurece—. Pero nos hemos topado con un impedimento, ¿cierto?
Mierda.
Mi cerebro lo encripta para mantenerse al día. Garrett debe tener créditos, sin
embargo. Algún tipo de ingresos. Me dijo que trabajo durante el verano.
—¿Sabes cuánto cuesta la educación en Ivy League? ¿Crees que él podría pagar
ese tipo de matrículas con un trabajo de medio tiempo? —el padre de Garrett niega
con la cabeza—. No, tendría que trabajar a tiempo completo con el fin de hacer eso.
Podría ser capaz de seguir asistiendo a la escuela, pero tendría que dejar el hockey,
¿cierto? ¿Y cómo será feliz entonces? —Su sonrisa me hiela hasta los huesos—. O
supongamos que puede hacer malabares con todo: trabajo a tiempo completo, la
universidad y el hockey... no habrá mucho tiempo para ti, ¿lo habrá, Hannah?
Siento como que podría vomitar. Sé que no está jodiendo. Él dejara a Garrett si
no hago lo que dice.
También sé que si Garrett se entera de la amenaza de su padre, le dirá que se
vaya a la mierda. Me escogerá a mi sobre el dinero, pero eso sólo me hace sentir
más enferma, porque el señor Graham tiene razón. Garrett tendría que abandonar
o trabajar como loco, lo que quiere decir que o bien no hay hockey completamente,
o no hay tiempo para centrarse en el hockey. Y quiero que se concentre en eso,
maldita sea. Es su sueño.
Lagrimas aparecen en mis ojos. —Es su hijo... —me ahogo con las palabras—.
¿Cómo puede ser tan cruel?
Me estremezco en repulsión.
No necesito ser un miembro de Mensa7 para saber que es por la forma en que
fui después de Delaney. Esa es la única razón que se me ocurre de por qué ella
podría estar molesta conmigo, y no estoy seguro de que la culpe. No debería haber
golpeado al chico. Sobre todo en la arena frente a cientos de testigos.
Me mata.
No estoy seguro de que Allie lo compró. Quiero decir, las chicas hablan, por lo
que es lógico pensar que Hannah le dijo a su mejor amiga que le está molestando.
7
Asociación internacional de superdotados
Como espero, Hannah no parece feliz de verme en la puerta. No se ve
cabreada, o bien, lo que me inquieta, sobre todo cuando me doy cuenta del atisbo
de arrepentimiento en sus ojos.
Mierda.
—Hola —su garganta se menea cuando traga—. ¿Qué estás haciendo aquí?
Supongo que puedo fingir que todo está bien, que dejé de ver a mi chica
favorita, pero eso no es lo que Hannah y yo somos. Nunca hemos ido de puntillas
alrededor de la verdad antes, y no voy a empezar ahora.
Ella suspira.
Eso es. Un suspiro. Cuatro días de cero contacto físico y mínimos mensajes de
texto y todo lo que obtengo de ella es un suspiro.
Mierda. Ella está rompiendo conmigo. Porque nadie comienza una oración con
“Sólo he estado pensando...” sin terminar la frase con, “y creo que no deberíamos
seguirnos viendo más.”
Ella se apresura cuando se da cuenta de mi expresión. —Es sólo que... las cosas
se están moviendo demasiado rápido, Garrett. Apenas han pasado dos meses y ya
estamos la etapa del te amo, y es tan súper serio de repente, y... —se ve cansada y
suena molesta.
—Dijiste que no me odias por perder los estribos con Delaney, pero eso es de lo
que todo esto se trata, ¿no? Te asustó. Hizo que me vieras como alguno temerario
cavernícola que no pueden controlar sus impulsos violentos, ¿verdad?
La convicción en su voz me hace flaquear. Es tan fácil para mí leer a esta chica,
y cuando busco sus ojos, no puedo encontrar ni siquiera un indicio de que podría
estar mintiendo. Pero... joder. Si ella no está enojada acerca de Delaney, entonces
¿por qué diablos está haciendo esto?
Todo lo que puedo hacer es mirarla. Tengo miedo de lo que podría salir de mi
boca si trato de hablar.
—Quiero decir, he tenido sólo una relación seria antes de ti, Garrett. ¿Cómo
puedo saber qué es el amor? ¿Qué pasa si hay algo más por ahí... alguien... algo...
mejor, supongo?
Dulce Jesús. Ella sólo sigue torciendo el cuchillo más y más profundo.
—La universidad tiene que ver con la exploración de tus opciones, ¿no? —Está
hablando tan rápido ahora que es difícil mantenerse al día—. Se supone que debo
estar conociendo gente y yendo a citas y descubriendo quién soy y todo eso, o al
menos eso es lo que estaba esperando para hacer este año. No esperaba que tú y yo
estuviéramos juntos, y realmente no esperaba volverlo tan serio, tan rápido —se
encoge de hombros sin poder hacer nada—. Estoy confundida, ¿de acuerdo? Y creo
que lo que necesito ahora es algún tiempo para... ya sabes... pensar —termina
débilmente.
Me muerdo el interior de la mejilla hasta que pruebo sangre en mi boca.
Entonces doy un largo, inestable suspiro y cruzo mis brazos. —Muy bien, así que
vamos a ver si lo entiendo, y siéntete libre de corregirme si me equivoco. Te
enamoraste de mí y no lo esperabas, por lo que ahora quieres salir con otras
personas y follar a otros chicos, lo siento, quieres explorar, sólo en la remota
posibilidad de que conozcas a alguien mejor que yo.
—¿Es eso lo que estás diciendo? —mi voz es lo suficientemente fría para
congelar todo al sur del Ecuador.
Tomo las escaleras de dos en dos y estalló en la habitación de Logan sin llamar.
Afortunadamente, él no está en el medio de un algún deshuesado conejito sin
nombre. No me hubiera importado si lo estuviera. Soy un hombre con una misión,
y el armario de Logan es la misión.
—¿Qué demonios estás haciendo? —exige cuando abro la puerta del armario y
trato de alcanzar el estante superior.
—Tomando tu whisky.
—¿Por qué?
¿Tal vez porque mi pecho se siente como si alguien raspó con una hoja de
afeitar por los últimos diez años? Y entonces tomaron esa hoja de afeitar y lo
metieron en mi garganta por lo que sería romper mi tráquea y triturar mi interior. Y
a continuación, añadir sal a la herida, arrancaron mi corazón y lo tiraron en el hielo
por lo que todo un equipo de hockey podría acuchillarlo con sus patines.
Perdón. Mi exnovia.
—¿Qué pasó?
Sabía que iba a ser un caso perdido el resto del semestre, pero no me esperaba
que fuera a causa del hueco en mi pecho que era utilizado para sostener a mi
corazón.
327
No he visto ni hablado con Garrett en una semana. Una semana no es mucho
tiempo. Me he dado cuenta de que a medida que crezco, el tiempo parece avanzar a
una híper-velocidad. Parpadeas, y una semana ha pasado. Parpadeas otra vez, y un
año se ido.
Pero desde que rompí con Garrett, el tiempo ha vuelto a ser como cuando era
pequeña. Cuando un año escolar se sentía como siempre, y un verano nunca
parecía tener un final. El tiempo se ha ralentizado, y es insoportable. Estos últimos
siete días pueden ser también siete años. Siete décadas.
Extraño a mi novio.
Deseas explorar, sólo por la remota posibilidad de conocer a alguien que sea mejor que
yo.
No hay nadie mejor que él. Garrett es el mejor hombre que he conocido. Y no
sólo porque es inteligente y sexy y divertido y mucho más dulce de lo que jamás le
di el crédito correspondiente. Él me hace sentir viva. Sí, discutimos, y seguro, su
arrogancia me vuelve loca a veces, pero cuando estoy con él, me siento completa.
Siento que puedo bajar la guardia por completo y no tener que preocuparme por ser
lastimada o que se aprovechen de mi o tener miedo, porque Garrett Graham
siempre estará ahí para amarme y protegerme.
El único aspecto positivo de este terrible desastre es que el equipo está ganando
de nuevo. Perdieron el juego que Garrett se perdió gracias a su suspensión, pero
han jugado dos más desde entonces, incluyendo uno contra Eastwood, su rival de
liga, y ganaron ambos. Si siguen yendo por el camino que van, Garrett obtendrá lo
que quiere, llevara a Briar a los campeonatos en su primer año como capitán.
—Oh dios. Por favor, no me digas que eso es lo que usaras esta noche. —Allie
entra en mi dormitorio y le frunce el ceño a mi vestimenta—. No. Lo prohíbo.
Miro hacia abajo a mis pantalones a cuadros y sudadera con el cuello cortado.
—¿Qué? No. —Señalo a la bolsa de ropa que cuelga del gancho detrás de mi
puerta—. Usare eso. 328
—Ooooh. Déjame ver.
Estoy demasiado deprimida como para darle la misma excusa de mierda que le
dije hace una semana. No le he confesado a Allie o a mis amigos la verdadera
razón por la que terminé las cosas con Garrett. No quiero que ellos sepan sobre su
estúpido padre. No quiero pensar en su estúpido padre.
Así que les dije, y cito “no funcionó”. Dos miserables palabras, y ellos no han
conseguido sacarme ni un solo detalle desde entonces.
Aunque, por curiosidad, ¿cómo se hace exactamente para cantar una sincera
balada cuando tu corazón se ha vuelto polvo?
El área detrás del escenario del auditorio principal es caótica cuando entro. Los
estudiantes apresuradamente me pasan, algunos llevan instrumentos, todos vestidos
para impresionar. Voces de pánico y órdenes enérgicas hacen eco a mi alrededor,
pero apenas las registro. 329
El primer rostro que veo pertenece a Cass. Nuestras miradas se encuentran de
golpe y entonces él se acerca, viéndose como de un millón de dólares en una
chaqueta de traje negra y una camisa de vestir de color salmón con el cuello arriba.
Su pelo oscuro arreglado a la perfección. Sus ojos azules no ofrecen ningún rastro
de remordimiento o disculpa.
—¿Nerviosa?
No estoy nerviosa porque no me importa. Nunca pensé que yo sería una de esas
chicas debiluchas que deambulan como un zombi después de una ruptura y que
lloran ante incluso el recordatorio más pequeño de su verdadero amor, pero lo
suficientemente deprimente, lo soy totalmente.
—Bueno, rómpete una pierna —dice Cass una vez que se da cuenta de que no
estoy interesada en tener una conversación.
Esos ojos azules se oscurecen. —Eres una verdadera perra, ¿lo sabes?
Cass me frunce el ceño. —¿Qué?, ¿quieres que me disculpe por hablar con mi
asesor? Porque no voy a hacerlo. Ambos sabemos que el dúo no estaba
funcionando. Solo tuve las pelotas para hacer algo al respecto.
Entro en los vestuarios en busca de Jae, pero no está en ningún lado. Espero
que mi violonchelista no me haya abandonado, pero si lo hizo... bueno... no me
importa.
Ahogo un suspiro. Mierda. No estoy de humor para hablar con Mary Jane en
este momento.
Pero la pequeña rubia aparece antes de que pueda escaparme, atrapándome en
la puerta del vestidor a la que estaba a punto de entrar. —¿Podemos hablar? —
espeta.
Dejo escapar un suspiro. —No tengo tiempo para eso ahora. Estoy buscando a
Jae.
Dolor destella en sus ojos. —Por favor, no digas eso. Porque realmente lo
siento. Lamento mucho, mucho lo que hice. No debería haber dejado que Cass me
convenciera de ello.
—No bromees.
—Yo... solo no pude decirle que no. —Un acorde desamparado se tambalea en
su voz—. Me gustaba mucho, y él era tan atento y alentador, e insistió en que la
canción era para un solo intérprete y que él era el único que podía hacerle justicia.
331
—Todo el rostro de Mary Jane se derrumba—. No debería haberlo hecho a tus
espaldas. No debería haberte hecho eso. Yo... lo siento mucho.
Evita mis ojos, sus dientes hundiéndose en su labio inferior. —Justo después de
tener el solo.
Ella niega con la cabeza. —No. Sé que tenías razón. Y sé que fui estúpida.
Quería creer que alguien como él estaba realmente interesado en alguien como yo.
Quería que fuera real tan desesperadamente, que estropee mi amistad contigo.
—No somos amigas, MJ. —Sé que estoy siendo dura, pero creo que mi filtro
de sutileza se rompió al mismo tiempo que lo hizo mi corazón, porque no me
molesté en suavizar mi tono o censurar mis palabras—. Yo nunca jodería a una
amiga así. Especialmente por un chico.
—Sé que lo haces. —Le ofrezco una sonrisa triste—. Mira, estoy segura de que
eventualmente seré capaz de hablar contigo sin pensar en toda esta mierda, tal vez
incluso confié en ti de nuevo, pero no aun.
Localizo a Jae y pasamos el rato detrás del escenario hasta que comienza el
espectáculo. Después de semanas de no parar de ensayar, nos hemos convertido en
amigos, aunque Jae sigue siendo tan tímido como siempre y teme hasta de su
propia sombra. Pero sólo es un estudiante de primer año, así que estoy esperando a
que salga de su caparazón una vez que se adapte a su vida universitaria.
Los estudiantes de primer año y segundo año van primero. Jae y yo estamos de 332
pie en las bambalinas, la izquierda del escenario, viendo presentación tras
presentación tomar el escenario, pero tengo problemas para concentrarme en lo que
estoy escuchando y viendo.
No estoy de humor para cantar esta noche. Todo lo que puedo pensar es en
Garrett, y la agonía en sus ojos cuando rompí con él, la caída de sus hombros
cuando se fue de mi dormitorio.
Tengo que recordarme a mí misma que lo hice por él, para que pueda
permanecer en Briar y jugar el deporte que ama sin tener que preocuparse por el
dinero. Si le hubiera dicho acerca de las amenazas de su padre, Garrett habría
elegido nuestra relación por sobre su futuro, pero yo no quiero que trabaje a tiempo
completo, maldita sea. No quiero que abandone, o renuncie al hockey, o se estresé
por tener los pagos del alquiler o del coche. Quiero que se vuelva profesional y les
muestre a todos lo talentoso que es. Que le demuestre al mundo que él está en el
hielo porque pertenece allí, y no porque su padre lo puso allí.
—Esos podríamos a ver sido nosotros. —Le sonrío a Jae mientras observamos
al coro ponerse en posición en el oscuro escenario—. El ejército de secuaces de
Cass.
—Yo también.
Cuando el programa se pone en marcha de nuevo, esta vez le estoy dando toda
mi atención, porque el prodigio Cassidy Donovan ha aparecido en el escenario.
Cuando el pianista toca los acordes iniciales de la canción de MJ, experimento una
punzada de celos. Maldita sea, es una gran canción. Me muerdo el labio,
preocupada de que mi pequeña y sencilla balada se quede corta en comparación
con la bella composición de Mary Jane.
No puedo mentir. Cass canta malditamente bien la canción. Cada nota, cada
pista, cada maldita pausa, es la perfección absoluta. Él se ve muy bien ahí, pero
suena aún mejor, y cuando el coro se une y se vuelve toda una actuación sobre el
lugar, la presentación cambia a algo completamente nuevo.
Sólo hay una cosa que falta, emoción. Cuando MJ tocó por primera vez la 333
canción para mi, lo sentí. Sentí su conexión con la letra y el dolor detrás de ella.
Esta noche, no siento nada, aunque no estoy segura si es debido a un error por
parte de Cass, o si dejar a Garrett me robo la capacidad de sentir emociones.
Pero estoy muy segura de que estoy sintiendo algo cuando me acomodo detrás
del piano treinta minutos más tarde. A medida que el compás del chelo de Jae llena
el escenario, es como si una presa se rompiera dentro de mí. Garrett es la primera
persona a la que le canté esta canción, cuando era esbozada y variable y en ninguna
parte cerca de pulida. Y Garrett era el que me escuchaba ensayarla y pulirla y
perfeccionarla.
—Eso fue espectacular —Una voz estalla, y me vuelvo para ver a Fiona
caminando hacia mi. Me acerca a sus brazos y me abraza—. Fue impresionante,
Hannah. La mejor presentación de la noche.
Ninguno de los dos habla. Él está usando pantalones negros y una camisa azul
abotonada que se extiende a través de sus amplios hombros. Su expresión es una
mezcla de brillante asombro y dolor interminable.
Mi corazón hace un feliz salto mortal, y tengo que recordarme a mí misma que
esta no es una ocasión feliz, que aun hemos roto.
—Hola.
—¿Dónde mierda más iba a estar? —Pero no suena enojado, solo triste.
Entonces su voz se espesa y murmura—: ¿Cuántos?
Eso me toma por sorpresa. —Ninguno —dejo escapar antes de que pueda
detenerme.
—Garrett...
—Aquí está la cosa, Wellsy —interrumpe—. He tenido siete días enteros para
pensar acerca de esta ruptura. ¿La primera noche? Me emborrache. Realmente
estaba borracho.
Las tres veces, me entró el pánico, espeté alguna excusa por llegar tarde, y corrí
como una cobarde.
Supongo que podría pedirle una cita a alguien. Ir a una cita muy pública así
Garrett, sin duda, escuchará y convenceré al chico que amo de que he seguido
adelante. Pero la idea de estar con nadie más que Garrett me da ganas de vomitar.
Me subo al avión, y por primera vez desde que el padre de Garrett emitió su
ultimátum, por fin soy capaz de respirar.
Ver a mis padres es justo lo que necesitaba. No me malinterpreten, todavía
pienso en Garrett sin parar, pero es mucho más fácil distraerme del dolor cuando
estoy horneando galletas de Navidad con mi papá o siendo arrastrada a la ciudad
para un día de compras con mi madre y mi tía.
No estoy deseando volver a Briar en tres días, donde Garrett está, sin duda
planeando su propia no-tan-encubierta Operación Para Hacer Que Hannah Admita
Que Mintió. Sólo sé que él va a tratar de recuperarme.
También sé que no tomará mucho esfuerzo de su parte. Todo lo que tiene que
hacer es mirarme con esos hermosos ojos grises, mostrar esa sonrisa torcida suya, y
yo voy a romper en llanto, tirar mis brazos a su alrededor, y decírselo todo.
Le extraño. 337
—Oye, cariño, ¿vienes a ver la caída de la bola con nosotros? — Mamá aparece
en la puerta y sostiene un tazón de palomitas tentadoramente, y recuerdo de la
primera vez que pasé la noche en Garrett, cuando nos rellenamos de palomitas de
maíz y vimos la televisión por horas.
—Sí, estaré abajo pronto —respondo—. Sólo quiero ponerme ropa cómoda.
Voy a pasar la víspera de Año Nuevo con tres parejas de mediana edad.
Fies-ta.
Me siento ruborizar. —No es nada de prestigio. Quiero decir, ellos las dan cada
año durante las presentaciones de invierno y primavera. Pero sí, gané.
Ahora soy cinco mil dólares más rica, y mis padres pueden tomar un respiro,
porque voy a ser capaz de pagar mis gastos de residencia y de comida por mi cuenta
este próximo semestre.
A las diez para la medianoche, el tío Mark pone fin a nuestra charla para
ponerle sonido a la televisión y así poder ver la celebración en Times Square. Tía
Nicole reparte matracas de cartón con serpentinas de color rosa mientras mi madre
les da puñados de confeti a todos. Mi familia es cursi, pero no los cambiaría por
nada en el mundo.
Mis ojos están sorprendentemente brumosos cuando todos contamos junto con
el locutor de la TV. Por otra parte, tal vez las lágrimas no son sorpresivas, ya que
cuando el reloj llega a cero y todo el mundo grita “¡FELIZ AÑO NUEVO!”
recuerdo que la llegada de la medianoche no sólo indica el inicio de un nuevo año.
Al menos tiene la decencia de parecer culpable. —Me preguntó por qué estabas
triste. No podía decirle que no.
Hay tantas otras cosas que quiero decirle. Te quiero. Te echo de menos. Odio a tu
padre. Pero aplaco el impulso y no digo nada en absoluto.
—Algunos.
—Impresionante. Espero que te traten bien. Ya sabes, abriendo puertas para ti,
poniendo su chaqueta en el suelo para que puedas pasar sobre los charcos, ese tipo
de cosas.
—Es bueno saberlo. —Hace una pausa—. Te veré en unos pocos días. Me
puedes decir todo.
Maldición. ¿Por qué hace esto? ¿Por qué no puede simplemente aceptar que
todo ha terminado entre nosotros y enfocarse en su estúpido equipo de hockey?
¿Y cómo demonios voy a convencerlo de que no quiero estar con él cuando ni
siquiera puedo convencerme a mí misma?
340
43
Hannah
Traducido por Koté
Corregido Annabrch
Ya está alejándose de mí. Jesús, ¿por qué parece tan aterrorizado? ¿Cree que
voy a acuchillarlo o algo?
—Oh. —Está pulgadas más lejos—. Uh. Gracias por la oferta, pero... uh, sí, yo
no bebo café.
Sigue mi mirada y traga. —Lo siento, me tengo que ir. Estoy... encontrándome
con alguien... todo el camino al otro lado del campus y es... uh, lejos, así que estoy
un poco apurado.
¿Es esta la vergüenza que sufren los Amish cuando han sido rechazados?
Porque todo el mundo está mirando a través de mí, y no me gusta.
Y tampoco lo entiendo.
Me acerco a Bristol justo cuando la oportunidad numero dos sale del edificio
de al lado. Es Justin, y a diferencia del resto del mundo, realmente levanta su mano
para saludar.
Saludo de vuelta, sobre todo por alivio de que alguien parece feliz de verme.
—Oye, extraña —Me llama, haciendo su camino hacia mí.
—Bien. No llueve mucho en Seattle en esta época del año, así que me tuve que
conformar con un montón de nieve de mierda en su lugar. Fuimos a hacer
snowboard, esquí, jacuzzi. Momentos divertidos. —Los hoyuelos de Justin saltan
hacia fuera, y no me causan nada.
Pero... infiernos, es el único tipo que siquiera miró hacia mi camino hoy. Los
mendigos no pueden elegir, ¿verdad?
No.
No puedo ir allí. No con este chico. Garrett me ayudó a poner a Justin celoso
343
en octubre. Cancelé una cita con él cuando me di cuenta de que quería estar con
Garrett. Y sé lo mucho que a Garrett le desagrada Justin.
No hay manera de que pueda abrirle esta puerta Justin, no sólo porque mis
sentimientos hacia él sean inexistentes, sino porque sería como meter un cuchillo
en el pecho de Garrett.
—Así que hola —termino—. Sí... Sólo vine a decir hola. —Sostengo mi taza de
chocolate caliente como si fuera de alguna manera una parte de esta
conversación—. Voy dentro a beber esto. Me alegro de verte.
Una sonrisa irónica juega en sus labios. —Bueno, yo no quería decirlo, pero...
—Sí, supongo. Él... se coló en mí. —Me encuentro con sus ojos, con la
esperanza de que pueda ver el genuino arrepentimiento que estoy sintiendo—. Pero
estaba interesada en ti. Nunca mentí sobre eso.
—Lo siento —le digo de nuevo—. Estoy... maldita sea, soy un desastre, y
todavía estoy enamorada de Garrett, pero si alguna vez quieres volver a empezar,
como amigos, estoy al cien por ciento a bordo. Podemos hablar de Hemingway a
veces.
Le doy una leve sonrisa. —Um. Bueno, puede que haya hecho algún
reconocimiento cuando me gustabas. ¿Ves? No estaba mintiendo acerca de eso.
En lugar de hacer una cruz con sus manos y gritar ¡Acosadora!, se ríe en voz
baja. —Huh. Supongo que no. Es bueno saberlo, por lo menos.
—Oye. Es Hannah.
—Oh, está bien. —Titubeo—. Así que, escucha, sé que Allie aún no ha vuelto
de donde su padre, pero me preguntaba si... —Me voy desvaneciendo, luego lo dejo
escapar—. ¿Qué estás haciendo esta noche? ¿Quieres salir?
El novio de mi mejor amiga se queda en silencio. No lo culpo. Nunca lo he
llamado para pasar el rato sin Allie antes. Por lo demás, nunca lo he llamado,
punto.
—Te das cuenta de que esto es raro, ¿no? —dice Sean con franqueza.
Suspiro. —Sí.
—¿Que está pasando? ¿Sólo estás aburrida o algo así? ¿O es un jodido golpe-a-
tu-amigo-novio algo así? Espera, ¿Allie está escuchando? —Sean levanta la voz—.
Allie, si estás ahí, te amo. Yo nunca, nunca te engañaría con tu mejor amiga.
—Preferiría que lo hicieras. —Mi sospecha corre a toda marcha—. Oh, Dios
mío. —Jadeo—. ¿Sabes por qué todos los chicos en la escuela están de repente
tratándome como tuviera una ETS?
Y entonces lo hace.
Veinte minutos más tarde, irrumpo a través de las puertas del estadio de hockey
de Briar. El aire frío golpea inmediatamente mis mejillas, pero no logra enfriar el
fuego que arde dentro de mí. Son las cinco y media, lo que significa Garrett y el
equipo acaban de terminar la práctica, así que paso por alto las puertas de la pista y
marcho derecho a los vestuarios en la parte trasera del edificio. Estoy tan cabreada
que todo mi cuerpo está temblando por la fuerza de mi ira.
Llego a la puerta del vestuario cuando uno de los jugadores se pasea fuera de
él.
Irrumpo en el vestuario y…
¡Penes!
Dulce Jesús.
346
Penes por todas partes.
—Pene… Logan —dejo escapar—. Hola. —Hago lo que puedo para evitar
hacer contacto visual con los hombres medio desnudos esparcidos en la habitación,
todos los cuales sonríen en diversión o en señal de alarma—. Estoy buscando a
Garrett.
Con una sonrisa apenas contenida, Logan apunta su pulgar hacia una puerta en
la parte trasera, que supongo conduce a las duchas de vapor porque éste está
rodando fuera de él.
—Gracias. —Le disparó una mirada de agradecimiento y me dirijo en esa
dirección, justo cuando alguien sale del espacio de vapor.
Sigo hacia adelante, debatiendo si debería cerrar los ojos, pero por suerte todas
las duchas tienen puertas de tipo salón y están divididas por tabiques. Cuando
marcho por el suelo de baldosas, cabezas giran a mi camino. Una de las cabezas
pertenece a Birdie, cuyos ojos se abren cuando camino por delante de él.
—¿Hannah? —chilla.
Lo ignoro y sigo caminando hasta que diviso una espalda familiar. Mi mirada
lleva a cabo un rápido doble chequeo, y sí, piel dorada, tatuajes, pelo oscuro. Es
Garrett, todo bien.
Acecho a la media puerta, nivelándolo con de mi ceño más humilde, y grito—: 347
¿Cuál es el problema contigo?
44
Garrett
Traducido por Koté
Estoy sonriendo como el tonto del pueblo. Y ahora no es el momento de estar 348
sonriendo como el tonto del pueblo, no cuando estoy completamente desnudo en
una habitación llena de tipos duchándose y mi novia está apuñalándome con la
mirada. Pero estoy tan feliz de verla que no puedo controlar mis músculos faciales.
Mis ojos se comen la vista de ella. Su hermoso rostro. Su pelo oscuro recogido
en una cola de caballo con una banda para el pelo rosa. Ojos verdes enfurecidos.
Ahogo una risa, que se termina liberando cuando mis compañeros de equipo
rompieron la atención como si hubieran sido una orden emitida por un sargento de
instrucción. Duchas se apagan y toallas salen, y un momento después, Hannah y yo
estamos solos.
Cierro el grifo y me doy la vuelta. La puerta de la ducha hace un buen trabajo
ocultando mi área de la planta baja, pero todo lo que Hannah tiene que hacer es
echar un vistazo y va a obtener una mirada de mi rápidamente endurecida polla,
quien está increíblemente feliz de verla.
—Oh Dios mío. Eres increíble. —Sacude la cabeza con incredulidad—. ¿Quién
hace eso, Garrett? ¡No puedes ir por ahí y decirle a todos los chicos de esta escuela
que no se les permite a tocarme o les patearás el culo!
—No le dije a todos los chicos. ¿Me veo como si tuviera esa clase de tiempo? —
Destello una sonrisa—. Le dije a unas pocas personas clave y me aseguré de
corrieran la voz.
—Porque tú estás enamorada de mí, y no quieres salir con nadie más. Pero
mira, tenía miedo de que con tu obstinación intentarías hacerlo sólo para sostener
la cubierta de tu historia, así que tuve que tomar algunas medidas preventivas. —
Apoyo mis antebrazos en la puerta de la ducha—. Sabía que si salías con cualquier
otro terminarías lamentándolo, y entonces te sentirías como un culo cuando
finalmente volvieras a tus sentidos, y, bueno, quería evitarte todo ese dolor y
sufrimiento. De nada.
—Está bien, entonces sí, es lo que parece. Pero lo prometo, todo es muy GP8.
Bueno, excepto por el hecho de que estoy desnudo. Pero no te preocupes, ninguna
mierda pervertida va a suceder. —Le sonrío—. Estoy tratando de ganarla de vuelta.
—Vine aquí para gritarte —balbucea, su mirada inmersa en sus pies—. Y ahora
he terminado de gritarte, así que...
Grita cuando mi mano mojada ahueca sus mejillas para obligarla a mirarme.
—Genial que hayas terminado de gritar. Ahora quiero que hables conmigo, y no vas
a irte hasta que lo hagas. 350
—No quiero hablar.
—Ya te dije…
8
Parents Guide: Guía parental en español, clasificación de contenidos para TV que significa que el
programa puede ser inadecuado para menores de 10 años sin la guía de un padre.
que nos dejan sin aliento. Ella no se apartó. Sólo me devuelve el beso con la misma
pasión desenfrenada, sus manos aferrándose a mis hombros mojados como si
estuviera perdida en el mar y yo fuera su salvavidas.
Así es como sé que todavía me ama. Así es como sé que me echaba de menos
tanto como yo lo hacía. Y es por eso que tuerzo mi boca y susurro —¿Por qué
rompiste conmigo?
Levanto mi mano para hacerla callar. Estoy demasiado aturdido para escuchar.
Demasiado enfurecido para moverme. Me obligo a respirar. Respiraciones largas y 351
calmantes que ayudan a mantener mi tambaleante equilibrio y aclaro mí nublada
cabeza. Entonces exhalo lentamente y corro una mano por mi pelo húmedo.
Hannah
Garrett no dice ni una palabra mientras le cuento todo lo que pasó entre su
padre y yo. Estamos en mi habitación porque la arena está más cerca de los
dormitorios que de la casa de Garrett, y él estaba en demasiado apurado de tener
esta conversación. Pero todo lo que ha hecho hasta ahora es cernirse sobre mí con
los brazos cruzados y el ceño fruncido, escuchando atentamente mientras mi
confesión se derrama de mi boca como confeti.
Sus ojos grises se fijan en mi cara. No puedo decir si está enojado o irritado,
decepcionado o molesto. Todas esas emociones tendrían sentido para mí.
Garrett se echa a reír. Profundos, estruendos roncos que me hacen fruncir los
labios. Su frente se relaja y sus brazos caen a los costados mientras se hunde en la
cama a mi lado, sus anchos hombros temblando de alegría.
—Esto. —Hace un gesto entre nosotros—. Tú y yo. Todo el puto mes perdido.
—Deja escapar un profundo suspiro—. ¿Por qué no me lo dijiste?
Otra risa sale de su boca. —Dudo mucho de eso, pero está bien, sígueme la
corriente. ¿Qué hubiera dicho?
Garrett asiente. —Síp, vas por buen camino hasta ahora. ¿Qué otra cosa?
—Entonces le habrías dicho que te preocupas por mí más que por su estúpido
dinero.
—Síp.
—Y tendrías que dejar que te desherede.
—Hubieras tenido que limpiar tu cuenta de ahorros para pagar la matrícula del
próximo año, y... ¿y luego qué? Los dos sabemos que no puedes permitirte el
alquiler, gastos y los pagos del coche cuando no estás trabajando, lo que significa
que necesitarías conseguir un trabajo y…
—Te voy a parar allí, bebé. —La sonrisa que me da es infinitamente tierna—.
Así que... vamos a retroceder. Dejo que mi padre me desheredare. Pregúntame qué
diría después.
Garrett se inclina más cerca y corre sus dedos por mi mejilla. —Diría: No te
preocupes, nena, estoy cumpliendo veintiuno en algunas semanas, y mis abuelos me dejaron
un fondo fiduciario al que puedo acceder el 2 de enero. 353
Aspiro un aliento de sorpresa. —Espera… ¿qué?
Suspira de nuevo. —Lo sé, y confía en mí, esa es la única razón por la que no
estoy cabreado contigo en este momento. Quiero decir, estoy molesto como la
mierda de que sólo no hablaras conmigo sobre esto, pero entiendo por qué no lo
hiciste —Sus ojos relampaguean—. Ese imbécil no tenía derecho a hacer eso. Te lo
juro, voy a… —Se detiene y expulsa un suspiro—. En realidad, no voy a hacer
absolutamente nada. No vale la pena mi tiempo y energía, ¿recuerdas?
—Síp. Al parecer, ella empacó sus maletas una semana después de Acción de
Gracias y nunca miró hacia atrás. Esa era otra razón por la que él estaba tan
cabreado por teléfono. Piensa que dijimos algo para que se fuera. —Las mejillas de
Garrett se ahuecan con ira—. El hijo de puta todavía no puede asumir la
responsabilidad de todo lo que hace. No puede entender cómo podría ser su culpa
que ella se fuera.
—Lo siento —digo en voz baja—. Lo siento mucho, Garrett. Por todo.
—No te atrevas a pedir disculpas. No tienes nada que lamentar. Yo soy la que
trató de ser toda heroica y rompí contigo por tu propio bien. —Me quejo—. Dios,
no puedo ni siquiera ser desinteresada sin echarlo a perder.
Él suelta una risita. —Está bien. Al menos eres caliente. Y no me refiero a tus
tetas de stripper.
Chillo cuando de repente soba mis pechos sobre mi suéter y les da un caluroso
apretón.
Una risa sale volando. —¿En serio? ¿Vas directamente a la segunda base
cuando aún no hemos vuelto oficialmente?
Sus labios se adhieren a mi cuello, y su lengua envía dardos cuando lame. —En
lo que a mí respecta, nosotros nunca rompimos. —Luego me mordisquea el lóbulo
de la oreja, provocando una oleada de escalofríos—. Así que de la manera en que
yo lo veo, podríamos abrazarnos, besarnos y llorar, lo cual tomará unos, ¿qué?,
¿veinte minutos? Y luego veinte minutos más donde te perdono y me juras amor
eterno. Tal vez diez minutos de ti dándome una mamada para compensar todo el
tiempo que hemos perdido...
Mis labios tiemblan con diversión. —¿Y qué es exactamente la parte buena? 355
Antes de que pueda parpadear, estoy sobre mi espalda con el delicioso peso del
cuerpo de Garrett encima de mí. Destella su sonrisa marca registrada, esa sexy
sonrisa torcida que nunca deja de hacer latir a mi corazón, y luego su boca cubre la
mía en un beso hambriento.
Marzo
—¿Por qué tu ex-amor está en mi salón? —Garrett deja caer la susurrada
acusación en mi oído mientras viene a mi lado. 356
Mi mirada se desplaza a Justin, que está en el sofá jugando un videojuego de
tiro de aspecto complicado con Tucker. Entonces me giro hacia Garrett, que parece
más divertido que molesto. —Porque es mi amigo, y lo invité. Lidia con ello.
—¿No crees que es grosero invitarlo? Quiero decir, el equipo de fútbol estuvo
terrible toda esta temporada, y ¿ahora tiene que venir a celebrar con el grupo de
hockey por llegar a las semifinales? ¿Y tiene que estar cerca del perfecto espécimen
de hombre que te robó? —Los ojos grises de Garrett brillan—. Eres una persona
terrible.
—Oh, cálmate. Está feliz de que vayan a Frozen Four. —Acerco mis labios a
su oreja—. Y no le digas a nadie esto o te voy a matar, pero ha estado saliendo con
Stella desde el mes pasado.
Este semestre ha sido un año muy ocupado para nosotros. Estoy ensayando
una vez más, esta vez para la presentación de primavera, y esta vez es un dueto con
Dexter, y los dos trabajamos bien juntos. Garrett y el equipo han estado geniales en
la postemporada. El campeonato es la semana que viene, y el lugar para eso no es
otro que el Wells Fargo Center, hogar de los Flyers de Filadelfia, lo que significa
que, síp, iré al partido final en vivo, y me quedaré en casa de tía Nicole los tres días
que el equipo esté en Filadelfia.
Sus rostros están ruborizados y sus expresiones son secretas, sin dejar duda en
cuanto a por qué llegan tarde a la fiesta. Le doy a Nat un abrazo de saludo, luego le
sonrío a Birdie, que responde a la provocación de Garrett con una mirada
defensiva.
—Oye, ya te dije que estoy en contra de esta fiesta. Es mala suerte celebrar
antes de haber ganado.
Natalie gime con buen humor, pero Birdie, para mi sorpresa, sólo asiente en
señal de aprobación.
Birdie y Nat van a decir hola a todos, pero Garrett y yo nos quedamos en
nuestro pequeño rincón. Me acerca hacia él y me besa, y aunque soy anti-muestras
de afecto, es imposible pensar en una etiqueta social cuando Garrett Graham me
está besando.
Sus labios son cálidos y firmes, su lengua caliente y húmeda mientras se desliza
en mi boca por una probada fugaz. Separo mis labios con entusiasmo, con ganas de
más, pero se ríe y ajusta un mechón de mi cabello.
—No me vengas con ese truco de niño pequeño. —Lo golpeo en el pecho—.
Ya no funciona en mí.
—¿Niño pequeño? —repite. Una malvada sonrisa curva su boca mientras gira
su cuerpo por lo que está de espaldas a la habitación. Entonces toma mi mano y la
coloca directamente sobre su erección—. ¿Esto se siente pequeño o aniñado para ti?
Dejo caer su mano como una papa caliente y frunzo ceño profundamente. —
Eres como un burla vaginas.
359
Epílogo
Garrett
Traducido por Cili
Mi padre esperaba fuera de la arena cuando el equipo salio por las puertas
traseras, Dean de alguna manera había conseguido un equipo de la vieja escuela, el 360
cual tiene apoyado en su hombro mientras We Are The Champions de Queen
explota fuera de los altavoces. No había nadie alrededor para oír el canto de
victoria además de nosotros, y la familia y los amigos quienes vinieron de filadelfia
para vernos jugar. Una horda de aplausos estalla mientras paseamos como los
campeones que somos, y varios de mis estúpidos compañeros de equipo forman un
arco antes de ir a saludar a la gente que vino a vernos.
Maldita sea lo hice. Quiero decir, fue un esfuerzo en equipo. No, una
dominación de equipo, porque por primera vez en años, el juego de Frozen Four
championship fue el cierre. Simms no dejó que nuestros oponentes marcaran. Ni
siquiera una vez. Y parece apropiado ya que los tres faroles de nuestro lado
vinieron hacia mí, Tuck, y Birdie, respectivamente.
—¡Oh por Dios! ¡Ese fue el mejor juego de la historia! —Declara antes de
besarme con tanta fuerza que mis labios se sienten magullados.
Por el rabillo de mi ojo, veo a mi padre al acecho cerca del autobús, pero no
hago contacto visual con él. De hecho, me doy cuenta que nadie lo está mirando.
Ni yo, ni Hannah, ni ninguno de mis compañeros de equipo. Hace unos meses, les
dije a los chicos la verdad sobre mi papa, porque la conversación que tuve con
Hannah acerca de la vida no siento justa y mi padre todavía siendo venerado.
Entonces después de año nuevo, cuando uno de nuestros estudiantes de segundo
me preguntó si podía conseguirle un autógrafo de Phil Graham, ya no lo podía
aguantar. Senté a los chicos abajo, incluso el entrenador estaba allí y les dije todo.
—También Te amo.
El universitario John Logan puede conseguir a cualquier chica que quiera. Para
esta estrella del hockey, la vida es un desfile de fiestas y sexo, pero detrás de sus
sonrisas asesinas y el encanto fácil, se esconde la creciente desesperación por el
camino sin salida que es forzado a caminar después de la graduación. Un sexy
encuentro con la estudiante de primer año Grace Ivers es justo la distracción que
necesita, pero cuando un desconsiderado error la empuja lejos, Logan planea pasar
su último año demostrandole a ella que es digno de una segunda oportunidad.
Elle actualmente escribe para varias editoriales. A ella le encantan las heroínas
fuertes y sexys héroes alfa, ¡Y suficiente calor y peligro para mantener las cosas
interesantes!
363
¡Visitanos!
364