El contrato de trabajo es aquel que regula la relación entre trabajador y
empleador, en donde el primero se obliga a prestar un servicio de manera personal bajo la constante subordinación y el segundo se obliga al pago por los servicios que se le prestan, como consecuencia de esta relación laboral; nacen derechos y obligaciones regulado en el Código Sustantivo de Trabajo Colombiano, convenios y recomendaciones de la OIT y demás normas sobre el caso en concreto.
Dentro de los principios del Derecho laboral que se encuentran en rango
constitucional en el Artículo 53, el estado Colombiano ha señalado la protección de la estabilidad laboral que posee todo trabajador inmerso en una relación laboral. Pero, hay casos particulares en donde el trabajador necesita mayor protección por razón de la indefensión, por el deterioro de salud o por la vulneración de derechos constitucionales del trabajador; a raíz de esto la Jurisprudencia colombiana ha desarrollado el concepto de Estabilidad Laboral Reforzada.
La Estabilidad Laboral Reforzada, es manejada según la normatividad
Colombiana bajo situaciones muy específicas como la mujer en estado de embarazo, los dirigentes sindicales y la persona que se encuentre en estado de indefensión por razones de salud. En el tema que nos ocupa, la Estabilidad Laboral Reforzada aplicada a los trabajadores que sufren de alguna limitación, alteración de salud u otra situación que pone en estado de indefensión al trabajador frente a otros, la corte constitucional en Sentencia C-531 de 2000 ha manifestado que: “con esa estabilidad laboral reforzada se garantiza la permanencia en el empleo del discapacitado luego de haber adquirido la respectiva limitación física, sensorial o sicológica, como medida de protección especial y en conformidad con su capacidad laboral. Para tal fin deberán adelantarse los programas de rehabilitación y capacitación necesarios que le permitan alcanzar una igualdad promocional en aras del goce efectivo de sus derechos. La legislación nacional no puede apartarse de estos propósitos en favor de los discapacitados cuando quiera que el despido o la terminación del contrato de trabajo tenga por fundamento la disminución física, mental o sicológica”
Es así, que en caso de que el trabajador se encuentre en una incapacidad o sufra
una discapacidad que no le permita realizar la actividad para la que fue contratada, no se puede despedir a dicho trabajador sin recurrir primero a la autorización debida del ministerio de trabajo. En estas situaciones, la norma colombiana ha desarrollado la posibilidad de reubicar al trabajador, gozando del mismo salario inicial antes de considerar el despido del mismo, la posibilidad de reubicar al trabajador que a raíz de una limitación no puede realizar sus actividades iniciales ha sido desarrollada en la Sentencia T-233 del 2010 así: “(…)Por otra parte, debe el Estado garantizar la igualdad de oportunidades y remover todos los obstáculos que en los ámbitos normativo, económico y social configuren efectivas desigualdades de hecho que se opongan al pleno disfrute de los derechos de estas personas, y en tal sentido, impulsar acciones positivas. En cuanto a las acciones positivas, aquellas que tienen como finalidad proteger a ciertas personas o grupos para eliminar o reducir las desigualdades de tipo social, cultural o económico que los afectan o bien, para procurar que los miembros de un grupo discriminado tengan una mayor representación en el escenario político o social, esta Corporación ha establecido que de las acciones afirmativas a favor de las personas con limitaciones físicas o mentales se deriva precisamente una estabilidad laboral reforzada, la cual, se traduce en el deber para los empleadores de ubicarlos en cargos en los cuales puedan desarrollar labores que no atenten contra su integridad y en la prohibición de desvincularlos de sus puestos de trabajo, a menos que medien causas justas y objetivas, previamente evaluadas por la Oficina de Trabajo(…)”
A pesar de lo anterior, muchos trabajadores han sido desvinculados de su trabajo
por razón de su condición; aun cuando la Corte ha manifestado la protección especial que se le presta al trabajador bajo esas condiciones. Es así que el trabajador se ha visto en la necesidad de recurrir a medios de protección judicial para salvaguardar su derecho, recurriendo a la acción de Tutela para que se le vincule nuevamente a su lugar de trabajo, bajo la misma condición salarial y en condiciones acordes a su limitación, ejemplo de esto es el caso de la señora Sirley Veloza Cicery contra Sodexo S.A, quien recurrió a acción de Tutela para ser reincorporada a su lugar de trabajo, luego de ser despedida a pesar que se encontraba bajo tratamiento médico a raíz de un accidente que sufrió el diez de septiembre de dos mil catorce, cuando se encontraba desempeñando su jornada laboral, aun cuando la empresa Sodexo S.A reporto el accidente de trabajo la Administradora de Riesgos laborales en donde se encontraba afiliada la trabajadora, el diagnostico final de la ARL Sura no fue de accidente de trabajo, sino de enfermedad de origen común, que necesitaba de un tratamiento y se emitió a favor de la trabajadora incapacidades por los dolores que esta sufría, finalmente el 9 de Junio del 2015 Sodexo S.A decidió terminar unilateralmente el contrato de trabajo, argumentando una justa causa de terminación de mismo, por unas incapacidades médicas que no cubrieron unos días laborales en el que la trabajadora no se presentó a trabajar sin contar con una incapacidad de su médico tratante, acto seguido el primera instancia fue negado el amparo por el Juzgado Tercero Penal municipal con Funciones de control de garantías de Manizales toda vez que según la entidad promotora de salud manifestó que esta podía reincorporarse a su lugar de trabajo y se determinó que el empleador se comportó de manera diligente ante este caso y fue confirmada dicha decisión en segunda instancia y procediendo la revisión por parte de la Corte Constitucional que al respecto de la sentencia T- 320/2016 manifestó que: “La Sala considera que la situación médica de la accionante al momento de la desvinculación laboral la convierte en titular de los beneficios establecidos en el artículo 26 de la Ley 361 de 1997. De allí que, para hacer efectiva la desvinculación de la trabajadora por una justa causa, la compañía Sodexo S.A. Estaba obligada a efectuar el trámite administrativo ante el Ministerio de Trabajo a fin de obtener la autorización necesaria para desvincular a un trabajador en situación de debilidad manifiesta por causa de su estado de salud. En consecuencia, al no existir autorización del Ministerio de Trabajo, la Sala concluye que la decisión de terminar el contrato de trabajo a la señora Veloza Cicery, tiene como fundamento la disminución física generada por causa de las patologías que presenta“. Finalmente la Corte revocó la sentencia de primera y segunda instancia y ordenó a la empresa Sodexo S.A, el restablecimiento del vínculo laboral. En el caso anterior se manejan dos términos como enfermedad laboral y enfermedad de origen común. La enfermedad laboral es aquella que se contrae debido a la exposición de factores de riesgo inherentes a las actividades laborales o en el medico en donde el trabador realiza su actividad, algunas veces dichas condiciones pueden causar deterioro grave en la salud del trabajador que necesita de un tratamiento en algunos casos vitalicio y en otros casos la enfermedad causa daños irreparables que pueden causar la muerte. La enfermedad de origen común, es aquella condición de salud que puede ser adquirida por hábitos dañinos, acciones o actividades que se realizan fuera del trabajo.