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Tema 4 - Sal 2017
Tema 4 - Sal 2017
La sal
TEMA 4. LA SAL
Es un producto natural que se encuentra en forma de cristales (sal gema) o en el agua del
mar (sal marina). Se compone de cloro y sodio (cloruro sódico) y tiene propiedades
higroscópicas (absorbe humedad) y antisépticas.
Obtención
La sal se obtiene del agua de mar, de salmueras naturales y de minas sal gema.
La sal marina se obtiene por evaporación del agua que, tras un proceso de refinación y
depuración, está lista para su comercialización. El agua del mar tiene una concentración
promedio de 27 gramos de sal por litro de agua.
La sal de minas o sal gema es el vestigio de los mares que desaparecieron hace millones de
años, quedando en forma de roca en las profundidades terrestres. Se obtiene de dos formas
diferentes. La primera es la extracción de bloques en estado sólido. La segunda opción es
perforar hasta el manto salino y se introduce una tubería por donde se inyecta agua hasta
obtener una salmuera saturada, es decir, disolviendo primero y bombeando después, pasando
a varios depósitos donde se sedimentan las impurezas y arena. Más tarde se calienta la
salmuera evaporándose el agua hasta que la sal precipita en gránulos, luego se seca y se
termina clasificando por el grado de finura.
Historia de su uso
No cabe duda que la primera vez que se empleó sal en el pan fue cuando algún panadero
panificó con agua de mar. Pudo observar que la masa, aumentaba de fuerza y tenacidad y el
sabor del pan se potenciaba.
La dosificación de la sal ha pasado por varias etapas a lo largo de la historia de la
panificación. En un principio ni siquiera formaba parte de la fórmula básica. La razón es que
las masas fermentaban con levaduras salvajes, que no soportan bien la presencia de sal.
Además el pan producido ya tenía suficiente sabor por sí mismo, por lo que no se echaba en
falta. Con la mecanización del proceso de panificación y el uso general de levaduras
“comerciales”, las masas eran más difíciles de trabajar y el pan obtenido resultaba insípido,
por lo que empezó a añadirse sal a las formulaciones.
En la actualidad, solo el pan “sin sal” prescinde de este ingrediente. La dosificación se ha
estandarizado al 2% en relación al peso de harina o lo que es lo mismo, 20 gramos de sal por
cada kilo de harina. Se puede aumentar un 0,2% en el caso de masas muy hidratadas
(chapata, gallego), muy mecanizadas, destinadas a la congelación o preparadas con harinas
muy flojas que no desarrollen bien el gluten. Se puede reducir un 0,2 % si lo que buscamos es
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Materias Primas y Procesos en Panadería, Pastelería y Repostería
una corteza más gruesa, un pan con menos color o nos encontramos en un clima muy
húmedo (la sal es higroscópica y absorbe humedad ambiente)
Las recomendaciones de los organismos de salud han reducido el contenido en sal de las
masas, al estar asociadas las dietas altas en sal a problemas de hipertensión.
La sal que se emplee en la panadería debe ser limpia y sin sustancias insolubles que se
depositan en el fondo. Es frecuente en algunos panaderos el uso de sal gorda, práctica poco
aconsejable ya que si no se disuelve bien aparecerán manchas oscuras sobre la corteza. Lo
ideal es utilizar sal fina fácil de disolver, para asegurar su correcta disolución
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Tema 4. La sal
del amasado la masa experimenta una oxidación mayor, la miga del pan se vuelve
blanca y carente de sabor. Por el contrario cuando se incorpora al principio del
amasado frena el blanqueamiento, potenciando el aroma y el sabor.
• Produce una corteza más fina, crujiente y con más color. La sal favorece el colorido de
la corteza y le confiere un aspecto más atractivo, de tal forma que el pan sin sal es
siempre más pálido y de peor aspecto en comparación con el que sí lleva sal.
• Aumenta la conservación del pan. La sal en el pan tiene la capacidad de aumentar la
retención de humedad de la miga, prolongándose la conservación del pan. Retrasa la
aparición de mohos. Pero también en los días lluviosos o climas húmedos las dosis
elevadas de sal tienden a revenir el pan debido a su carácter higroscópico.
• Y, por supuesto, da gusto y sabor al pan. Junto con algunas reacciones que se
producen durante la fermentación y cocción, la sal mejora el aroma y el sabor del pan.