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la parte izquierda del corazón (el ventrículo izquierdo) es el que ha sufrido algún daño, y
por eso la insuficiencia cardiaca se denomina “izquierda”. La insuficiencia cardiaca
izquierda es la forma más frecuente de insuficiencia cardiaca. Sus causas más habituales
son la enfermedad de las arterias coronarias y la hipertensión arterial, entre otras
muchas. La enfermedad de las arterias coronaria. Puede manifestarse de diferentes
formas: cardiopatía isquémica (término general que indica que el flujo de sangre que le
llega al corazón es insuficiente), angina de pecho (dolor del corazón porque no le llega
suficiente sangre), infarto de miocardio (muerte de una parte del corazón). Si el
ventrículo izquierdo no bombea bien la sangre ésta se acumula en los pulmones,
produciendo en el paciente una sensación de ahogo, que cuesta trabajo respirar; este es
el síntoma más frecuente de la insuficiencia cardiaca y se denomina “disnea”.
INSUFICIENCIA CARDIACA DERECHA:
En este caso la parte del corazón que está dañada, y que produce la insuficiencia
cardiaca, es la derecha (ventrículo derecho). Es menos frecuente que la insuficiencia
cardiaca izquierda. Como el corazón derecho no bombea bien la sangre esta se acumula
en las venas de nuestro cuerpo( cava inferior y superior), y de allí se filtra en ocasiones
hacia la piel. Produciendo que el hígado aumenta de tamaño "hepatomegalia” las venas
del cuello se hacen más prominentes( ingurgitación yugular) y las piernas se hinchan
“edemas”. La insuficiencia cardiaca derecha puede estar producida por un daño directo
del ventrículo derecho (por ejemplo, si se produce un infarto de miocardio en este
ventrículo), o más frecuentemente por la presencia de hipertensión pulmonar.
Todos los anteriores tipos de insuficiencia cardiaca se combinan entre sí, de forma que un
paciente puede ver en su informe médico, por ejemplo, el diagnóstico de “insuficiencia
cardiaca crónica sistólica izquierda”.
FISIOPATOLOGIA
La disfunción ventricular puede presentarse en forma brusca, tal como ocurre en el infarto
agudo de miocardio (IAM), o insidiosa y lenta, como en el caso de la miocardiopatía
hipertensiva, o una combinación de estas situaciones en las que hay un daño inicial
(isquémico, infeccioso, tóxico, entre otros) y posterior progresión del deterioro miocárdico
a lo largo del tiempo si la causa no se corrigiera.
FISIOPATOLOGÍA
Desde el punto de vista fisiopatológico, el síndrome de falla cardiaca puede estar causado
por 5 mecanismos: 1) fallo de la bomba, 2) obstrucción de salida, 3) flujo de
regurgitación, 4) trastornos de la conducción cardiaca (Arritmias), y 5) perdida de la
continuidad del sistema circulatorio. Cada uno de los anteriores mecanismos conduce de
una forma diferente a la falla cardiaca, no obstante, todos tienen como denominador
común la disminución del gasto cardiaco que es el resultado del volumen sistólico y la
frecuencia cardiaca. Si el corazón no es capaz de eyectar suficientemente el volumen
sanguíneo de fin de diástole, ocurre la retrógrada de la sangre hacia el sistema venoso,
lo cual conduce a un incremento en el volumen tele-diastólico y, con este, de la precarga.
Ante tal sobrecarga de presión, el corazón puede defenderse mediante el mecanismo de
Frank-Starling, donde el mayor estiramiento de las fibras miocárdicas facilita la interacción
entre la actina y la miosina logrando una mejor contractilidad del corazón, suficiente para
mantener la función cardiaca. Sin embargo, en corazones cuya contractilidad intrínseca
está comprometida o que padecen de una dilatación previa como consecuencia de un
cortocircuito de izquierda a derecha, una mayor dilatación no mejorará el gasto cardiaco y
conducirá a una disminución progresiva de la fracción de eyección.
En primer lugar, la disminución del llenado arterial causa aumento del tono simpático
(SNS) mediado por baro-receptores, con un incremento en las concentraciones de
noradrenalina (NA). Si bien este neurotransmisor pudiera incrementar el gasto cardiaco a
través de sus efectos cronotrópicos e inotrópicos positivos mediados por el receptor β1
adrenérgico, se ha observado que en la falla cardiaca hay una regulación a la baja de
estos receptores o una alteración en los mecanismos de transducción de señal, lo que
disminuye tales efectos benéficos de la NA. Por otro lado, la NA tiene efectos tóxicos
directos para las células cardiacas, lo cual puede deberse a sobrecarga de calcio y a la
inducción de apoptosis, situación que junto con la posible hipertrofia mediada por
receptores tanto β como α conduce a remodelación de la arquitectura cardiaca de una
forma tal que empeora su función de bomba. En adición a esto, la NA ocasiona
vasoconstricción arterial y venoconstricción, lo cual incrementa tanto la precarga como la
poscarga, a la vez que activa el sistema renina angiotensina aldosterona,(SRAA) el
cual es el segundo sistema neurohormonal importante en la fisiopatología de la
insuficiencia cardiaca. Tanto la vasoconstricción renal como la disminución del volumen
efectivo de filtración conducen a la liberación de renina, enzima que incrementa la
producción de angiotensina II y de aldosterona. Estas hormonas incrementan la retención
de sodio y agua a nivel renal, lo cual aumenta el volumen plasmático del individuo,
empeorando de tal forma el estado congestivo y la magnitud de los edemas. Además de
estos efectos hemodinámicos, se ha demostrado que la aldosterona causa remodelación
directa de la arquitectura cardiaca, lo cual explica los buenos resultados del uso de IECA
y espironolactona en la falla cardiaca. Por último, el tercer mecanismo neurohormonal
comprometido en la falla cardiaca es la liberación del péptido natriurético atrial (o
cerebral (BNP), el cual ha sido objeto de numerosas publicaciones en los últimos años
debido a que altas concentraciones de este se correlacionan con un peor pronóstico. En
conclusión, cualquiera que sea su causa, la insuficiencia cardiaca se caracteriza por un
gasto cardiaco disminuido (fracaso retrógrado), o por el fracaso retrogrado de sangre del
sistema venoso o por ambos.
EXAMENES COMPLEMENTARIOS.
Los objetivos del tratamiento de la ICC son: mejorar la sobrevida de los pacientes,
disminuir la morbilidad, aumentar la capacidad de esfuerzo, mejorar la calidad de vida,
disminuir las alteraciones neurohormonales, disminuir la progresión de la ICC y mejorar
los signos y síntomas.
TRATAMIENTO NO FARMACOLOGICO:
Educación del paciente, restricción de líquidos < 1500 ml/dia, restricción de sodio < 4
gr/dia, evitar esfuerzo físico importante, recomendar ejercicio moderado regular y
periódico.
FARMACOS VASODILATADORES
Actúan bloqueando la acción de la angiotensina II sobre los receptores AT1, que tienen
una acción vasoconstrictora y proliferativa. Provocan una vasodilatación arteriovenosa
con los mismos beneficios de los IECA, tienen una acción neurohormonal disminuyendo
los niveles de aldosterona aunque aumentan los niveles de angiotensina II y renina. Su
administración también aumenta la sobrevida de los pacientes con ICC.
- HIDRALAZINA:
- DERIVADOS NITRADOS:
INHIBIDORES DE LA ALDOSTERONA.
.- Los que tienen acción simpático mimética intrínseca como el oxprenolol, acebutolol y
celiprolol no se aconsejan en ICC. Todos los demás y particularmente los
cardioselectivos Beta 1, tienen un efecto beneficioso en el manejo de la ICC, como el
atenolol, metoprolol, bisoprolol. Sin embargo los que además tienen un efecto
bloqueador alfa-1, como el Carvedilol, es el mas aconsejado en el tratamiento de la ICC.
Los BB mejoran la sobrevida e los pacientes con ICC. Inhiben la cardiotoxicidad de la
catecolaminas, disminuyen la activación neurohormonal, disminuyen la Frec. Cardiaca,
tienen un efecto antihipertensivo y antianginoso, tienen efecto antiarrítmico, antioxidante y
antiproliferativo. Su mayor beneficio se logra en pacientes con una FE del VI menor a
40% .
DIURETICOS
DIGITALICOS:
- DIGOXINA:
Aumento del Vol. Minuto, de la fracción de eyección del VI, de la tolerancia al ejercicio y
de la nutriereis; disminuye la presión diastólica final del VI y la activación neurohormonal.
Los efectos neurohormonales de la digoxina son: Disminuye la noradrenalina plasmática,
disminuye la actividad nerviosa simpática periférica, disminuye la actividad del SRAA,
aumenta el tono vagal, normaliza la acción de los baroreceptores arteriales.
- Arritmias supraventriculares (Ext SV, TSVP, TAP con bloqueo 2/1, taquicardia
bidireccional)