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Resumen Del Manual de Tratamiento de Los T L P de Marsha M Linehan
Resumen Del Manual de Tratamiento de Los T L P de Marsha M Linehan
INTRODUCCION.-
Los T.L.P. tienen dificultades para regular sus emociones y sus conductas son
impulsivas. Sin tales capacidades desarrollan relaciones caóticas y causan estragos en su
vida social.
Otro aspecto que la Terapia Dialéctica Conductual (T.D.C.) tiene muy en cuenta es la
tendencia de estos pacientes a evitar las situaciones amenazantes.
Aún con todas estas dificultades en la T.D.C. existe la creencia de que el paciente
desea crecer y progresar y de que tiene una capacidad inherente de cambio; pero para
ello tiene que ser consciente de su problemática.
Para que se dé este cambio hay que partir de la aceptación de uno mismo y del mundo
tal y como son en el momento. Esta valoración de sí mismo se consigue a través de
prácticas orientales, especialmente del ZEN, adaptadas a nuestra cultura occidental.
Los TLP suelen tener respuestas reactivas y tienen problemas con la ira, así como
episodios de depresión, ansiedad e irritabilidad.
Uno de los módulos del programa se dirige a enseñar habilidades de REGULACION
DE EMOCIONES.
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LOS FORMADORES.
Para la terapia de grupo se necesitan dos monitores. La principal razón es el
agotamiento en el que pueden caer los terapeutas por la constante pasividad,
desesperanza, vulnerabilidad emocional e invalidación que se dan con frecuencia y es
imposible de manejar por una sola persona.
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Todas las semanas se revisa, uno por uno, los deberes y, los que no los hacen, tienen
que justificar en profundidad por qué ha sido así. Los monitores ayudan a analizar sus
conductas, validar sus dificultades para hacerlo y compensar su tendencia a juzgarse
negativamente y a fijarse metas imposibles y a desarrollar estrategias más efectivas
para llevar a cabo las tareas de la semana.
El miedo a las críticas, la vergüenza, el odio a uno mismo y la ira son emociones que
suelen torpedear las sesiones. La clave es saber manejar las emociones, para lo que se
necesita unas estrategias de validación y de resolución de problemas.
Si un paciente hace los deberes y las habilidades han funcionado, los monitores le
animan y apoyan. También se refuerza el que se animen unos otros. Además se da
mucha importancia a que el paciente describa con detalle su uso de las habilidades en
una situación problemática que haya tenido durante la semana. Prestan la misma
atención a los éxitos que a las dificultades de la semana. Pero, sobre todo, por la
importancia que dan los TLP a sus éxitos, hay que prestarles mucha atención cuando
los tienen.
En el caso de que alguno tenga dificultades en la tarea que ha realizado, se pide a los
compañeros que le ayuden y digan cómo han manejado situaciones semejantes.
Para los TLP es importante dedicar un tiempo al cierre de cada sesión, ya que éstas
suelen ser muy duras y dolorosas para ellos, porque se dan cuenta de los efectos
negativos de sus propios déficit de habilidades. Por lo tanto, al final se intenta regular
su afecto con prácticas de relajación, visualización, meditación o respiración.
-Los pacientes no pueden hablar de anteriores conductas parasuicidas con los otros
pacientes fuera de la sesión.
- Los pacientes que telefonean a otros para solicitar ayuda, cuando tienen tendencias
suicidas, deben estar dispuestos a aceptar esa ayuda. Así el que llama obtiene ayuda y el
que es llamado tiene la oportunidad de practicar la búsqueda de soluciones.
- La información obtenida durante las sesiones, así como los nombres deben ser
confidenciales.
- Los que van a llegar tarde a una sesión o faltar a ella deben llamar con antelación.
- Los pacientes no pueden entablar relaciones privadas entre ellos fuera de las sesiones
de formación.
- Las parejas que mantienen relaciones sexuales no pueden formar parte del mismo
grupo.
Con los TLP es muy difícil saber si son incapaces de hacer algo o si son capaces, pero
se inhiben emocionalmente, debido a su incapacidad para analizar su conducta y
habilidades.
Una forma de averiguar si una conducta está dentro de su repertorio, es crear las
circunstancias ideales para producir la conducta.
2.-MODELADO.
Los pacientes pueden aprender de los formadores, de los compañeros, de otras personas
del entorno, grabaciones de cintas, cintas de video, películas o material impreso. Es
decir, cualquier procedimiento que dé al paciente ejemplos de respuestas alternativas
apropiadas, es una forma de modelado.
Formas de modelar la conducta:
- Role playing. El formador también puede usar el diálogo consigo mismo en voz alta.
Por ejemplo, puede decir: " Bien, esto es lo que yo me diría en esta situación: " estoy
agobiado. ¿Qué es lo primero que hago cuando estoy agobiado? Divido la situación en
pasos y hago una lista. Entonces resuelvo lo primero de la lista".
- Contar anécdotas o hechos históricos para demostrar estrategias alternativas.
- Autorrevelación. Si el formador se ha encontrado con problemas vitales similares.
- Que los pacientes observen las conductas y respuestas de personas competentes en su
propio entorno.
- Otra fuente de conductas modelo son las biografías, autobiografías y novelas, acerca
de gente que ha tenido y superado problemas similares.
D) ENSAYO CONDUCTUAL.-
Es cualquier procedimiento en el que el paciente practique las respuestas que tienen que
aprender.
El ensayo se realiza con los formadores o con los compañeros en situaciones simuladas
o en vivo. Por ejemplo, se representan situaciones problemáticas y se ensaya la
respuesta adecuada. También practican ejercicios de relajación para aprender a controlar
respuestas fisiológicas.
Otra forma son las fichas, donde escriben las respuestas para después compartirlas con
el grupo.
E) REFUERZO DE RESPUESTAS.-
El refuerzo positivo de los terapeutas puede modificar la imagen que tienen de sí
mismos, incrementando el uso de sus conductas adaptativas y aumentar su sensación de
que pueden controlar su vida. Además la terapia grupal puede ser muy efectiva cuando
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los miembros del grupo se acostumbran a reforzarse las conductas adecuadas lo unos a
los otros.
G) EMANCIPACION PROGRESIVA.-
Se pretende que el paciente ponga en acción sus nuevas conductas en su medio habitual
sin depender de que el terapeuta le refuerce o no. Se deberán ir abandonando
paulatinamente todos esos procedimientos, especialmente las instrucciones y el refuerzo
para que el paciente se dé los suyos propios.
La habilidad de los monitores para estar unidos, aunque desempeñen diferentes roles es
esencial para que se dé el aprendizaje.
La función del "tipo bueno" es mantener al paciente en la terapia, mientras éste resuelve
sus conflictos con el "tipo malo". La mayoría de los TLP no tienen la experiencia de
permanecer en una relación dolorosa como para trabajar el conflicto y
experimentar el refuerzo de la resolución del mismo.
Dependerá de la habilidad de los terapeutas mantener esas relaciones
equilibradas, lo cual permitirá a los pacientes aprender a hacer lo mismo. Se trata de que
éstos asistan al establecimiento de un equilibrio, mediante el cual aprenderán a
equilibrarse.
La primera parte de las sesiones consiste en que cada sujeto comparta con el grupo
cómo le ha ido con las habilidades particulares que ha usado durante la semana anterior,
así como las situaciones en la que las ha usado.
La primera tarea del formador es hacer que describa, paso a paso, las conductas y el
ambiente que han conducido a la situación problemática. Tal descripción requiere que
el paciente sea capaz de observarse. Los TLP tienen grandes dificultades para describir
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lo que sucedió, pero la práctica y el refuerzo constantes suelen dar sus frutos y su
capacidad de observación y descripción tienden a mejorar. Una descripción de un
minuto servirá al formador para ver si el paciente ha usado las habilidades
apropiadamente. Si éste ha tenido éxito, su descripción servirá de modelo a los
compañeros en situaciones similares. Después se puede dedicar algún tiempo a que los
otros miembros aporten ejemplos de problemas similares.
Es importante que el formador logre que el paciente lleve a cabo este análisis
conductual sin que haya juicios peyorativos.
ESTRATEGIAS DIDACTICAS.
Cuando se enseñen las habilidades se intentará vincular cada habilidad a su resultado
potencial. Si se enseña relajación, por ejemplo, los formadores deberán describir no sólo
cómo funciona, sino cuándo se aplica, por qué y para qué. También es útil hablar de
cuándo no funciona y cómo hacer que funcione cuando parece no funcionar.
Cuanto mejor se puedan predecir los problemas futuros, más probabilidad habrá para
que aprendan la habilidad.
ESTRATEGIAS DE VALIDACION.
1.- La primera tarea para validar a los pacientes es ayudarles a observar y
describir con precisión sus propias emociones, pensamientos y pautas de conducta. Las
habilidades básicas de conciencia están dirigidas a ello.
2.- Los formadores se comunican con los pacientes con empatía, haciendo
hincapié en que entienden (aunque necesariamente no aprueben) sus creencias y
expectativas y hacen claras observaciones sobre sus pautas de conducta..
3.- En todo momento buscan los formadores la pepita de oro entre la arena.
4.- Animar constantemente a los pacientes. Las tensiones entre "No puedo/ No
haré" y " Tu puedes/ harás" pueden agotar al terapeuta más enérgico. Por ello los
formadores deben apoyarse entre sí y darse energía. También deben fomentar y reforzar
la validación que se puedan dar los pacientes entre sí.
La idea es hacer que las consecuencias inmediatas de evitar sean más desagradables
que las de no evitar.
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Por ejemplo, una pauta de evitación común es intentar no hablar en la sesión del
incidente de no haber hecho los deberes. La mejor estrategia es, sin juzgar y de manera
cálida, analizar por qué no se han hecho. Si todavía rechaza hablar del tema, el formador
deberá analizar por qué no quiere hablar. Aquí la clave es no recompensar la evitación.
Algo muy importante a tener en cuenta es que hasta el tercer año de terapia, los TLP no
pueden relacionarse de forma razonable en sesiones grupales.
Por ejemplo, Marsha Linehan, tiene miedo a las alturas, y todos los pacientes lo saben.
Ella practica, sin embargo el montañismo. Es decir, se enfrenta a los problemas de su
vida cotidiana usando las mismas habilidades que enseña.
En la segunda fase de la terapia, la familia practica las habilidades con los pacientes.
ESTRATEGIAS DE RELACION.
Los formadores de la terapia se enfrentan a tremendos silencios, falta de diligencia,
respuestas inapropiadas, y un ambiente no comunicativo y hostil.