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lahizo EN EL RECUERDO
Los hechos y la gente, de verdad y de
ficción, que pueblan nuestra memoria
PoR
Fernando vivas
contáctEnos fvivas@comercio.com.pe
el escritor en el laberinto
C
fotos: ARchiVo fotogRáfico DE EL coMERcio
uando evocaba la tem- Además, la edición masiva de “El
porada gloriosa de “Esta mundo...” en la colección Popu-
es su vida”, la del verano libros y su flamante militancia
y otoño del 61, a Pablo de Mada- en Acción Popular lo tenían en el
lengoitia se le venían a la cabeza candelero.
dos recuerdos peleados: el gri-
to ululante de Johnny ‘Tarzán’ ¡no era mi máquina!
Weissmuller en la edición dedi- En su minuciosa biografía, Dora
cada a Walter Ledgard y la cara de Varona no consigna nada del pro-
palo de Ciro Alegría cuando fue grama que, además del barullo
prácticamente arrastrado, hace sensiblero que hastió a Alegría,
50 años redondos, en la noche incluyó un mensaje escrito de
del viernes 14 de abril, a recibir Carl Sandburg y un saludo gra-
el homenaje que tanto trabajo ha- bado por Rómulo Gallegos.
bía costado. La llamé para preguntarle
Años después, Pablo, entre por su personal recuerdo de esa
molesto y sarcástico, me contó noche. Me contó que no fue al ca-
que bautizó a esa edición como: nal porque, además de que pro-
“!esta es tu muerte, Ciro Ale- bablemente Ciro no lo hubiera
gría!”. “¡Ni siquiera se emocio- querido, estaba embarazada del
nó cuando le enseñé la máquina pequeño Ciro (nació a las pocas
de escribir con la que escribió ‘El semanas y le siguieron Gonzalo
mundo es ancho y ajeno’!”, me y Diego, sumándose a Cecilia,
contaba como si le durara la pica quien se convirtió –ironías de los
en 1998, cuando ya ni estaba en Alegría– en parlanchina conduc-
la tele. Me dijo, además, que creía tora y hoy es la zalamera ‘Doctora
que Alegría se había tomado una Amor’ en la TV de EE.UU.).
fuerte dosis de sedantes porque, “Ciro era sobrio –me cuenta
a pesar de que había puesto como Dora Varona–y no era de emocio-
condición que no tocaran su vida narse hasta las lágrimas. Le mo-
privada, temía que el libreto de lestó mucho lo falso que resultó
Juan Gonzalo Rose lo obligara a todo. Cuando llegó a casa,le dije,
evocar su primer matrimonio o, homenaje a presión. Pablo de Madalengoitia solía recordar que trabajó mucho para las pocas sonrisas que obtuvo de ciro Alegría. haciéndome la distraída, ‘te vi en
la televisión’ y recién se soltó y me
ferencia de José María, Ciro no dijo: ‘Imagínate que me querían
eldeenei
aprendió quechua pues no se ha- hacer creer que esa era mi máqui-
blaba en su entorno y fue llevado na, no me atreví a decirles que no
bazán
nombre: ciro alegría a temprana edad a Trujillo, a pro- lo era, me daba pena”.
profesión: escritor seguir su educación formal. Su En rigor, no podía serlo pues
ertad el
edad: nació en la lib radical militancia aprista lo em- Ciro escribió su opus magna en
4/11/ 1909 pujó muy joven a un martirio car- cuartillas, a mano, mientras con-
<<<<falleció celario en Lima que recrudeció valecía de tuberculosis en Chile y
observaciones<<<<<
1967 sus males pulmonares,pero tan- los doctores le prohibieron el tra-
en chaclacayo el 17/2/
<<<< <<<<<<<<<< tas peripecias lo alentaron más jín de tipear. Era Rosalía quien ti-
<<<<<<<<<<<<<<
tarde a escribir dramas del ande peaba lo que él redactaba y la má-
que denunciaban el dolor de sus quina que usó había sido vendida
peor aun, que su primera esposa criaturas y reivindicaban su pa- mucho tiempo atrás.
Rosalía Amézquita apareciera ciencia ancestral y su esperanza Lo que sí emocionó al ho-
bajo los reflectores, llorosa y em- de justicia, como la del alcalde menajeado renuente, recuer-
perifollada, lista para llenarlo de al vuelo. El amigo Mariano de Rumi, Rosendo Maqui,en “El da Dora, fue la aparición de sus
besos o para rendirle viejas cuen- Alcántara le destapó un retrato. mundo es ancho y ajeno”, de una amigos,el chileno Enrique Espi-
tas de alimentos. forma tal que desbordó las lectu- noza y el librero Juan Mejía Ba-
Pablo no estaba desencami- imagínate que ras indigenistas, y ganó difusión ca. Tras contarme esto, Dora me
nado, como lo he comprobado universal en una época en la que promete consultar con Genaro
tras leer “Ciro Alegría y su som- me querían hacer Europa y Estados Unidos empe- Llanqui, quien fue chofer de Ale-
bra” (Planeta, Lima, 2008), una creer que esa era mi zaban a leer con curiosidad a los gría en sus últimos días y maneja
biografía que me sorprendió escritores tercermundistas. el archivo de su vida y obra, para
por sincera y descarnada, pues
máquina, no me atreví En 1961, 20 años después de confirmar si Ciro dejó un recuer-
la escribe nada menos que la a decirles que no lo recibir en Nueva York el premio do escrito sobre aquella noche.
cubana Dora Varona, tercera y que convirtió a “El mundo...” en Vuelvo a llamar y Dora me con-
última esposa de Alegría, y se teclas ajenas. Alegría le aseguró luego a Dora Varona que no
era, me daba pena best seller y motivó reediciones firma que no han encontrado
las arregla para hacer un retrato escribió “El mundo es ancho y ajeno” en esta máquina de escribir. de “La serpiente de oro” y “Los pe- información adicional y antes de
tan creíble que hasta describe las rros hambrientos”, el boom, Var- despedirse me cuenta que está
muecas y manías de este genio monios de Ciro y otorga razones el precario equilibrio –bastante sierra de La Libertad, nieto de un gas Llosa y Arguedas estaban a casada con Genaro. Tras colgar,
atormentado por enfermedades a sus antecesoras Rosalía y Ligia para un hombre que había huido gamonal abusivo que les hizo la punto de hacerlo envejecer drás- intuyo en este amor la serena pro-
y depresiones, lleno de defectos Marchand, pero también descri- de tantos compromisos– con la vida difícil a sus padres. Hasta se ticamente; pero cuando Pablo lo longación de lo que fue la difícil
y desafectos hacia su entorno be la relación que en los últimos joven Dora, a quien desposó en puede trazar un paralelo con lo empujó al set de Panamericana, armonía en torno a un cabezón
de pocos amigos, pero amante y años de su vida el escritor man- Santiago de Cuba en 1957, cuan- que vivió José María Arguedas en gozaba de una fama casi oficial, brillante interrumpida en 1967
responsable en última instancia. tuvo con sus mayores hijos Ciro do ella tenía 27 y él 48. la sierra del sur, también inclina- pues desde su vuelta al Perú en en Chaclacayo, lejos de la hume-
Por cierto, Dora no se ahorra de- y Alonso (el conocido dramatur- Dora narra el doloroso perio- do a mitigar sus penas intimando 1957, tras su largo destierro, reci- dad que le mataba los pulmones
talles de los dos primeros matri- go), mientras lograba preservar do formativo del escritor en la con la cultura andina, pero, a di- bió todos los honores culturales. y de la falsía de la tele. π