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OBITUARIOS
CARLOS CALLEJA GOÑI, FOTÓGRAFO que vinieron a este mundo el mis-
mo día (eran gemelos) no podían
estar separados demasiado tiem-
Olga Brajnovic dos grados bajo cero que marca- nuestras vidas, hasta el punto que caso a la lluvia de gritos que le es- po. Patxi falleció hace tres años.
ba mi termómetro. la situación se puso muy tensa. taba cayendo y sacó las fotos clic, El lunes se fue Carlos. Ellos esta-
Todos en Diario de Navara te- Había reporteros de una emisora clic, clic, Y obtuvo, claro está las rán mirándonos con esa sonrisa
C
ARLOS Calleja se nos ha nemos mil historias para contar de televisión y para calmar la ten- mejores imágenes de los Atilanos bondadosa, pero al mismo tiem-
ido. Me he enterado, co- de los Calleja. Yo tengo una anéc- sión, decidieron apoyar la cámara yendo a juicio. Se volvió y me dijo. po bromista preguntándose por
mo el público en general, dota que creo que retrata a Carlos en el alféizar de una ventana, y en- “Eso querías, ¿no?” Y se fue a su qué lloramos si ellos están otra
por el periódico. Pero yo y la voy a contar. Es de la época en focarla disimuladamente hacia el siguiente encargo, que tenía la vez juntos. Pues sí, Carlos, llora-
en este caso no era el público ge- que me encargaba de la informa- pasillo por el que iban a pasar los mañana a tope. Así era, Cumpli- mos. Lloramos porque os echa-
neral, más de 20 años trabajando ción de tribunales. acusados. Pero llegó Carlos Calle- dor, profesional, valiente, discre- mos de menos. Echamos de me-
mano a mano con él y su hermano Estaba activa entonces la ban- ja y sin darse cuenta de la manio- to. Nunca se daba importancia y nos vuestras bromas limpias,
Pachi en Diario de Navarra, creo da de los Atilanos que había co- bra de sus compañeros ni hacer tenía un gran sentido del humor. que no herían a nadie, vuestra
que me convierten en testigo es- metido asesinatos y robos en Na- caso de las amenazas, avanzó ha- Era sobre todo un hombre bue- honradez, vuestra compañía,
pecial de la vida y la profesionali- varra. En una ocasión, tuvieron cia el pasillo con su potente en- no. vuestra amistad sincera. Nos pre-
dad de un hombre al que aprecio que ser trasladados a la antigua vergadura, se plantó ahí sin hacer Está claro que Carlos y Pachi guntamos por qué nos habéis te-
como aprecié a su hermano, que Audiencia, el edificio que hoy es el nido que dejar tan pronto. Así de
falleció hace tres años, porque Parlamento de Navarra, a un jui- egoístas somos. Nuestro único
compartimos juntos muchas ba- cio por un atraco. Sus familiares consuelo es pensar que vosotros
tallas. Por eso, al recoger el diario fueron para poder verlos fuera de ya descansáis de la interminable
del felpudo, su foto en primera pá- la cárcel y los periodistas acudi- lista de encargos a pie de calle y
gina con la noticia de su muerte mos a informar del juicio. Cuando seréis felices en el cielo, capturan-
me ha despertado de mi modorra nos vieron, los familiares empe- do imágenes de alegría.
matinal con un golpe muy duro y zaron a amenazarnos duramen-
me ha dejado más helada que los te, incluso con poner en riesgo Olga Brajnovic es periodista.
C
ARLOS y Pachi, su her- insólita en tiempos de búsqueda cabo había llegado antes aunque
mano, los Calleja, como de reconocimiento y redes socia- solo le llevara unos minutos a su
los llamábamos los cole- les. Cuántas veces después de hermano. Eran gemelos, tal vez
gas, eran dos gotas de realizar un trabajo, un pleno en el siameses camuflados. Como her-
agua que costaba identificar por Ayuntamiento de Pamplona, un manos que nacen unidos separar-
separado. Ambos eran fotógra- reportaje sobre los problemas del los puede costar al otro irrepara-
fos, periodistas, gemelos, amigos, Casco Viejo, o la fabulosa foto de bles daños. Ese fue el mal que su-
compañeros de piso…, tan pareci- la cogida de Julen Madina en el frió Carlos. La marcha de su
dos que juraría que disfrutaban encierro el 12 de julio de 2004 yo hermano le pesó como una enfer-
cuando los confundían. Hereda- les preguntaba a quién le firmo medad. Lo he visto hace unas ho-
ron de su padre Carlos Calleja las fotos. La respuesta siempre ras en el tanatorio. Lo he mirado
Sánchez la pasión por la fotogra- fue la misma: “Pon Calleja, sim- un momento. No me lo creía. Se ha-
fía. Añadieron después su entu- plemente”. En decenas de ocasio- bía dejado bigote. Como Pachi.
siasmo por la información. Los nes obtuve idéntica contestación: Idéntico al que lució su hermano.
dos estudiaron Periodismo. Los “Pon Calleja”. Pachi y Carlos eran Carlos Calleja. Lo he vuelto a observar. ¿Era Pa-
dos comenzaron a trabajar para inseparables, amables y confun- chi o era Carlos ? He imaginado
Diario de Navarra y lo hicieron dibles y no siempre sabías si ha- chi contrariaba esta tesis. Pachi seguir juntos no sería mala op- que me guiñaba un ojo y me decía
durante décadas. Ninguno tuvo bías hablado con uno o con otro. lucía bigote. Como si quisiera en ción”, escribí en mayo de 2020 “Calleja, simplemente”. Y en me-
interés por sacar el carné de con- Huían del más mínimo persona- medio de todo dejar claro que ca- cuando murió Pachi. La vida les dio de la pena, enorme, otra vez he
ducir. A cubrir noticias, en villave- lismo que hiciera a uno despun- da quien era un poco cada cual. hizo compartir camino, profesión sentido que me hacías sonreír.
sa. No importaba quién tomara la tar sobre el otro. Eran dos en uno. “Nacieron gemelos y en algún y hasta la manera de hacer humor, Descansa en paz Carlos.
foto. Carlos o Pachi. Siempre fir- Una fusión. Solo una cesión de Pa- momento debieron decidir que en privado y en las redes. Los dos Jose Murugarren es periodista
ESQUELAS
Padre Eugenio Caro Tudelilla “PADRE UGE” Doña María Pilar Bandrés Urriza
LA SEÑORA