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ANTROPOLOGÍA

ANTROPOLOGÍA
ANTROPOS: HOMBRE LOGOS: CONOCIMIENTOS

INTEGRANTES
• Leidy Juliana Diaz Álvarez.
• María Camila Gamboa Romero.
• James Samuel Gómez Barajas.
• Katherin Alexa Gutiérrez Pedrozo.
• Ruby Dayanna Lizarazo Fajardo.
¿ QUÉ ES LA ANTROPOLOGÍA?

Es el estudio profundo de la naturaleza, comportamiento y evolución


de la humanidad. La Antropología explora la contradicción en la
naturaleza humana, abarcando su papel como juez, imbécil,
depositario de la verdad y cloaca de incertidumbre. Este campo
reflexiona sobre la paradoja del ser humano, que es a la vez gloria y
excelencia del universo.

BLAISE PASCAL expresó la complejidad del ser humano en su cita:


"¡Qué novedad, ¡qué monstruo, qué caos...!".
EL HOMBRE COMO PROBLEMA:
Es un tema profundo y complejo que aborda el contraste entre el avance tecnológico y el
empobrecimiento en la convivencia. A medida que la ciencia y la tecnología avanzan, los
valores cambian y se prioriza el bienestar personal sobre el colectivo. El progreso material
no se traduce necesariamente en una mejor calidad de vida, ya que la miseria y la
explotación persisten. La Antropología se adentra en este problema desde diferentes
perspectivas:
1. Antropología física: Estudia al hombre como ser biológico, incluyendo su anatomía, fisiología, origen y
evolución de especies.
2. Antropología cultural: Explora los comportamientos humanos a lo largo de la historia. Incluye áreas como la
arqueología, etnología, lingüística, folclore y historia cultural.

3. Antropología filosófica: Examina al hombre como un ser personal, abordando su sentido último, libertad y
relación con la ética y la política.

La Antropología Griega
Se desarrolló a través de figuras como Sócrates, Platón y Aristóteles. Sócrates introdujo la pregunta por la naturaleza humana en la
filosofía, enfocándose en el conocimiento de uno mismo. Platón propuso la existencia de dos mundos: el de las ideas eternas y perfectas, y
el mundo físico reflejo de aquel. Consideró al alma humana como eterna y encarcelada en un cuerpo temporal, buscando recordar la verdad
del mundo suprasensible. Aristóteles, en contraste, vio la realidad en la unión de la forma y la materia, definiendo al hombre como un
compuesto inseparable de alma y cuerpo.
EDAD MEDIA: DIOS Y HOMBRE
En la Edad Media, la filosofía se centró en la
relación entre Dios, el hombre y el mundo,
especialmente en la perspectiva cristiana.
Filósofos como Agustín de Hipona y Tomás de
Aquino destacaron en esta época.

En la visión medieval, el hombre es creado a


imagen de Dios y tiene la tarea de dominar el
mundo mediante su entendimiento. La
antropología medieval ve al hombre como una
criatura orientada hacia la búsqueda de la
felicidad eterna.
Agustín de Hipona: Fusionó elementos del
pensamiento platónico y cristiano. Según él, el
hombre es un alma racional que controla un
cuerpo mortal y terrenal. La inmortalidad del
alma es esencial para buscar la felicidad en la
eternidad.

Tomás de Aquino, influido por Aristóteles,


equilibró razón y fe. Para él, el hombre es
un ser que une cuerpo y alma, ocupando
un lugar clave en lo material y espiritual. El
alma, creada por Dios, requiere del cuerpo
para expresarse. Tiene funciones
intelectuales y apetitivas.
FILOSOFIA RENACENTISTA:
Durante el Renacimiento, Francesco Petrarca desafió la tradición escolástica al criticar la idea de que los filósofos
antiguos tenían el monopolio de la verdad. Petrarca señaló que la interpretación medieval de textos clásicos
estaba sesgada.
Los críticos renacentistas notaron que las referencias medievales a los textos clásicos se basaban en lecturas
literales de comentarios, no en los originales. Lorenzo Valla y otras figuras como Nicolás de Cusa y Marsilio Ficino
contribuyeron a la crítica y reevaluación. Valla examinó tanto textos clásicos como sagrados, reformulando
argumentos escolásticos.
Nicolás de Cusa propuso una visión de Dios y el hombre como polos opuestos atractivos. Reconoció las
limitaciones humanas y promovió la "docta ignorancia". Marsilio Ficino, en cambio, afirmó que el hombre,
dotado de facultades intelectuales y espirituales, podía elevarse como un "segundo Dios", convirtiéndose en un
mejor cristiano a medida que adquiría sabiduría.

Lorenzo Valla Marsilio Ficino Nicolas de Cusa Francesco Petrarca


RENACIMIENTO: un periodo de transición
El Renacimiento, entre el siglo XIV y XVI, fue un período de cambios radicales en la cultura occidental. Se implantó el
método científico inductivo, influyendo en el conocimiento y la vida cotidiana. El desarrollo técnico del arte introdujo la
perspectiva y tecnología en la vida diaria.
Los pensadores, artistas y políticos renacentistas adoptaron una actitud crítica hacia la herencia medieval. Aunque tenían
diferentes perspectivas, su compromiso con la crítica los llevó a no agruparse en una tendencia única. Esto impulsó la
revisión del lenguaje y la historia, reformando la teología y el cristianismo, y sentando las bases del pensamiento
científico y la filosofía moderna.
El Renacimiento tuvo un impacto político y social, con la burguesía aprovechando la crítica religiosa para limitar el poder
de la iglesia y la nobleza. Las artes prosperaron y la esfera política y cultural se volvió laica en este contexto de cambio.

HOMBRE DE VITUVRIO
Leonardo Da Vinci
EL HOMBRE COMO SER SOCIAL Y ECONÓMICO

Influencia de diferentes corrientes filosóficas en la comprensión del ser humano como


ente social y económico. Tras la era de Kant y la Ilustración, se debatía sobre el
criterio de verdad en el conocimiento, destacando el idealismo liderado por Hegel y el
positivismo de Comte. El positivismo ganó influencia debido al énfasis en el enfoque
empírico, el avance científico y la industrialización.
El desarrollo del positivismo y elementos del idealismo hegeliano condujeron al Augusto Comte
surgimiento de nuevas ciencias como la sociología y la economía. El Romanticismo
también se alzó contra las perspectivas racionales y positivistas, buscando separarse de
ellas en campos como la literatura y el arte.
El enfoque socioeconómico derivado del idealismo hegeliano influyó en la obra de
Marx, quien resaltó la naturaleza social del ser humano y el valor del trabajo en su
autorrealización. Marx consideraba que las relaciones sociales y el trabajo eran
esenciales para entender al individuo y su desarrollo en la sociedad.

Estos conceptos marxistas tuvieron un impacto significativo en la filosofía, la política,


la economía y la vida en la sociedad industrializada. La visión de Marx enfatizaba la
capacidad del ser humano para crear a través del trabajo y abogaba por una nueva Georg Hegel
sociedad donde la producción industrial contribuyera al bien común.
EL HOMBRE Y LA VIDA

En la segunda mitad del siglo XIX opuestas al positivismo, surgen posiciones filosóficas que explican
el hombre a la luz de la existencia, la vida y individualidad. Las razones de este viraje son:
•La pretensión de universalidad de la razón y el totalitarismo del Estado burgués.
•Las graves desigualdades que produjo la industrialización.
•La pérdida de la individualidad.
•El desarrollo de las ciencias históricas.

Los primeros pensadores con la tendencia vitalista enfocaron la vida en


su complejidad como el centro de la investigación filosófica,
contrastando con la visión mecanicista heredada del idealismo y el
positivismo. Destacaron figuras como Arthur Schopenhauer, Soren
Kierkegaard y Friedrich Nietzsche, quienes intentaron romper con la tradición
filosófica nihilista.

Nietzsche, en particular, se ubicó en el siglo XIX y promovió la defensa del individuo y su


existencia única frente a preocupaciones económicas o políticas de la sociedad. En su filosofía, la
naturaleza humana estaba compuesta por un elemento racional y otro desconocido,
personificados en los dioses griegos Apolo y Dionisio respectivamente.
Para Nietzsche, la vida debía ser guiada por el principio dionisíaco, que abrazaba lo
instintivo y el placer sin límites.
Nietzsche buscaba superar la decadencia moral y el nihilismo de Occidente,
responsabilizando a la metafísica platónica y cristiana. Propugnaba la creación de un
"superhombre" cuyo valor principal fuera la vida y la voluntad de poder, liberándose
de los valores tradicionales y actuando plenamente en el mundo de los sentidos. El
superhombre, según Nietzsche, debía enfrentar la vida con instintos y pasiones,
construyendo un porvenir para la humanidad y trascendiendo el mero individualismo.
EL HOMBRE: Primero la existencia

El existencialismo empieza a desarrollarse desde la segunda mitad del siglo XIX y es la más popular de las
corrientes contemporáneas, por haber permeado todos los campos de la cultura en el siglo XX, dejando una
importante huella en la literatura y las artes. Podemos decir que el existencialismo, como una forma de pensar,
ganó fuerza y vigencia tras la hecatombe de las dos guerras mundiales que dejaron al hombre inseguro y con un
gran interrogante sobre el sentido de lo vida, además de hundir los ideales de la modernidad, como el progreso y lo
ciencia, tan importante para el positivismo como la industrialización.

La antropología contemporánea nos presenta una síntesis


de los planteamientos filosóficos que intentan definir al
hombre y trato de superar definitivamente los conceptos
que lo explican desde un solo punto de vista. El hombre
contemporáneo es considerado como un ser
pluridimensional que se comprende como una totalidad.
Jean-Paul Sartre (1905-1980) intentó elaborar la filosofía a partir de la
conciencia de sus propias experiencias. Para él, la conciencia del hombre
la descubre su existencia y con ello la angustia de la libertad, al
enfrentarse a la búsqueda del sentido de su que-hacer en el mundo. Para
Sartre la esencia del hombre es su misma existencia, es decir, lo que hace
y siente el hombre: por ello el hombre no sólo es libre, sino que está
condenado a la libertad, a una libertad absurda que le ha impuesto sin su
consentimiento y que además no conduce a ningún sitio.

Por su parte, Martin Heidegger (1889-1976), en su análisis de la vida


cotidiana, considera al hombre un ser arrojado al mundo y afirma que
para vivir auténticamente debe proyectarse hacia el futuro y conocer
sus posibilidades. Coincidiendo con Sartre, Heidegger encuentra que
la vida humana se basa en la nada. Al buscar su futuro, el ser
humano comprende que es mortal, lo que convierte a la muerte en
una parte esencial de su existencia. Esta conciencia de la muerte
lleva a la finitud y a la sensación de que el ser humano existe sin
razón aparente, lo que genera una angustia profunda.
LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU

La filosofía contemporánea se enmarca en una tendencia de especialización del


conocimiento que influye en todas las áreas del saber. La influencia del modelo
científico condujo a la fragmentación de la filosofía en temas especializados como
antropología, sociología y psicología. Esto surgió como respuesta a la pregunta de
cómo abordar la investigación filosófica sobre el ser humano.

Wilhelm Dilthey, a finales del siglo XIX, propuso una "ciencia del hombre" basada en el
estudio de objetos humanos, como la historia. Este enfoque buscaba comprender la
totalidad de la naturaleza humana a través de actos humanos, considerados como
componentes de su naturaleza. Las teorías de Dilthey resaltaron la relación circular
entre la historia y el conocimiento, donde los actos humanos influyen en las ideas
humanas y viceversa. Esto dio lugar al historicismo y a la formación de ciencias
humanas o ciencias del espíritu, como la sociología, antropología y psicología.
Estas nuevas disciplinas se independizaron de la filosofía al desarrollar sus propios
métodos y enfoques, convirtiéndose en disciplinas autónomas con contenidos
específicos y modos de proceder propios. En resumen, la especialización del
conocimiento y la influencia del modelo científico llevaron al surgimiento de las
ciencias del espíritu, que se desprendieron de la filosofía para. convertirse en
disciplinas autónomas.
"¿Qué somos?" es una cuestión compleja que ha sido explorada a lo largo de la historia de la filosofía.
Algunas respuestas clave incluyen:

• El hombre es un ser social, biológicamente avanzado en el reino animal.


• La conciencia, el lenguaje articulado y las herramientas diferencian al hombre de otros animales.
• El hombre no nace hecho, sino que se construye y se convierte en sí mismo a lo largo del tiempo.
• Su vida es un proceso de construcción y búsqueda de sentido.
• El hombre es un ser que se descubre y realiza a través de su libertad.
• Encontrarse a sí mismo es encontrar el propósito de la existencia.
• El hombre es una unidad pluridimensional, no una dualidad irreconciliable.
• La esencia humana se forma en las relaciones sociales y en el trabajo social.
• Los aspectos esenciales del hombre son influenciados por el régimen histórico y la sociedad en la que
vive.
El hombre es un ser diverso y complejo, con dimensiones
fundamentales que lo definen:

- Intersubjetividad: Abierto a relaciones sociales y a otros.


- Persona: Identidad única e irrepetible.
- Corporeidad: Ámbito físico para la comunicación y
realización.
- Historicidad: Evolución en el tiempo.
- Eticidad: Actos basados en principios y valores.
- Espiritualidad: Búsqueda de superación y trascendencia.
- Sexualidad: Manifestación de la identidad de género.
- Libertad: Capacidad de tomar decisiones y hacer
elecciones.

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