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Persona Jurídica

Existencia - Fin
Unidad 10
Definición

Son personas jurídicas todos los entes a


los cuales el ordenamiento jurídico les
confiere aptitud para adquirir derechos y
contraer obligaciones para el
cumplimiento de su objeto y los fines de
su creación.
Comienzo de la existencia

La existencia de la persona jurídica privada


comienza desde su constitución. No necesita
autorización legal para funcionar, excepto
disposición legal en contrario. En los casos
en que se requiere autorización estatal, la
persona jurídica no puede funcionar antes de
obtenerla.
Concedida la autorización, la existencia de
aquéllas queda legitimada con efecto
retroactivo hasta el momento en que se llevó
a cabo la fundación.
Si la sociedad no llegase a constituirse definitivamente,
porque el Poder Ejecutivo le denegase la personería, o
porque los mismos socios desistieran de ella, aquellos actos
obligan personalmente a los fundadores, que responden
ante los terceros con quienes hubiesen contratado por
todas sus consecuencias.

Pero si la sociedad obtiene su personería, los fundadores


quedan desligados de su responsabilidad: los actos se
suponen hechos por la persona jurídica. Cód. Civil y
Comercial ha consagrado la buena doctrina: los directores
y fundadores son solidaria e ilimitadamente responsables
frente a terceros por las obligaciones contraídas hasta el
momento en que se obtiene la autorización para funcionar
(art. 200 Cód. Civil y Comercial); es decir, que a partir de la
inscripción, la sociedad es la única responsable.
• Sistema de concesión o autorización estatal
El poder de policía del Estado constituye un acto mixto de
autorización de la personería y aprobación de los estatutos
de la entidad. Es el caso de las asociaciones y fundaciones
(art. 45 CC y art. 169 CCyC).

• Sistema de constitución libre,


Sin perjuicio de observar ciertas formas legales, la libertad
en materia de constitución de personas jurídicas es mayor. Es
lo que ocurre con las sociedades civiles (art. 1184 CC), que
desaparecen en el CCyC, y las simples asociaciones (art. 46
CC y art. 187 CCyC).
• Sistema de disposiciones normativas o sistema de
registro.
Es un sistema intermedio, se la reglamenta en base al
cumplimiento de recaudos legales por parte de los
fundadores. Es el supuesto actual de las sociedades
comerciales, según el cual los socios fundadores pueden
elegir entre varios tipos sociales preestablecidos
legalmente, cada uno de los cuales —a su vez— tiene
requisitos esenciales tipificantes que lo caracterizan
como tal (por ejemplo, la sociedad anónima) y lo
diferencian de los otros (por ejemplo, la sociedad de
responsabilidad limitada), debiendo inscribirse además
en el registro público correspondiente
Libertad coartada: si bien hoy los sujetos de
derechos que no son personas humanas son
personas jurídicas una entidad que no
obtiene autorización estatal para funcionar
como “asociación civil” podrá hacerlo como
“simple asociación” (arg. art. 169 CCyC)
bajo un régimen jurídico distinto, sin
perjuicio de recurrir judicialmente la
decisión que deniega la autorización.
Los estatutos son las reglas básicas sobre las
cuales se estructura la organización y la vida
de las personas jurídicas.
En ellos están determinados el fin u objeto
de la entidad, su nombre y domicilio, sus
órganos de gobierno, los derechos y deberes
de los miembros, formación e inversión del
patrimonio y, finalmente, la disolución y el
destino de los bienes.
Forman la ley fundamental de las personas
jurídicas, cuyas actividades deben ajustarse
a sus disposiciones.
Personalidad diferenciada

La persona jurídica tiene una personalidad distinta de


la de sus miembros. Los miembros no responden por
las obligaciones de la persona jurídica, excepto en los
supuestos que expresamente se prevén en este Título y
lo que disponga la ley especial.

La diversa personalidad de la entidad y de sus


miembros componentes es esencial para la
comprensión del tema: cada entidad es un sujeto de
derecho independiente y, por eso, es titular exclusivo
de las relaciones jurídicas en que interviene.
Distinción y efectos .
Por su parte, en concreto, de la neta distinción entre la
personalidad del ente y la de sus miembros, surgen
importantes consecuencias prácticas, que son: a) la existencia
de distintos patrimonios: el de la entidad y el de los individuos
que con su actividad humana nutren la actividad de la
entidad; b) la distinta titularidad de derechos a que da lugar la
actividad de la entidad, de manera que los bienes
pertenecientes a ella no pertenecen a los individuos
integrantes de la misma, y viceversa; c) la diversa
responsabilidad a que da lugar la aludida actividad que, en
principio, solo compromete la de la entidad actuante; d) la
posibilidad de alterar la composición humana del núcleo sin
que se modifique la situación jurídica de la entidad; e) la
posibilidad de que la entidad rija su propio orden interno y
establezca los derechos y deberes de los individuos que
componen la persona jurídica (corporación) o que se
benefician de su actividad (fundación).
Capacidad
Las personas jurídicas tienen capacidad de
adquirir todos los derechos de que pueden
ser titulares las personas humanas, salvo los
que derivan del parentesco, matrimonio.
Derechos extrapatrimoniales: tienen derecho
a protección del estado, a estar en juicio,
tienen derecho a asociarse, pueden crear una
fundación.
El principio de la especialidad

Es menester, sin embargo, establecer una diferencia


fundamental entre las personas naturales y las jurídicas en
cuanto a su capacidad: mientras que las primeras tienen
todos los campos de la actividad jurídica a su alcance, y
pueden ser al mismo tiempo profesionales, comerciantes,
filántropos, educadores, deportistas, etc., las personas
jurídicas sólo pueden realizar aquellos actos vinculados a
los fines de su institución.
Así, por ejemplo, una compañía de seguros
no puede dedicarse a operaciones de importación y
exportación, ni una asociación con fines educativos puede
Inoponibilidad de la personalidad jurídica

La actuación que esté destinada a la


consecución de fines ajenos a la persona
jurídica, constituya un recurso para violar
la ley, el orden público o la buena fe o para
frustrar derechos de cualquier persona, se
imputa a quienes a título de socios,
asociados, miembros o controlantes
directos o indirectos, la hicieron posible
quienes responderán solidaria e
ilimitadamente por los perjuicios
causados. …
Responsabilidad contractual
Las personas jurídicas son plenamente responsables por
los daños que causen quienes las dirigen o administren en
ejercicio o con ocasión de sus funciones mientras éstos
actúen dentro de los límites del mandato (art. 1763, Cód.
Civil y Comercial).
El instrumento originario de donde deriva toda
representación de las personas jurídicas son sus estatutos.
El mandato puede originarse directamente en ellos o bien
indirectamente, si surge de lo dispuesto por las asambleas,
directorios o representantes legales que lo hubieran
otorgado, de acuerdo con poderes derivados de los
estatutos.
Actuación de los administradores fuera de los
límites del mandato. Hipótesis del
enriquecimiento sin causa

Consecuencia necesaria del principio sentado en el


párrafo precedente es que si los administradores o
representantes actúan fuera de los límites de su
mandato, las personas jurídicas no tienen
responsabilidad alguna por los actos o contratos que
aquéllos hubieran celebrado.
Este principio tiene, sin embargo, una importante
limitación: si como consecuencia del acto celebrado
por el representante sin poderes suficientes para
hacerlo la persona jurídica hubiera experimentado un
enriquecimiento.
Responsabilidad del representante

Cuando el representante actúa fuera de los límites


del mandato, no es responsable la persona jurídica,
pero sí lo es él respecto del tercero con quien
contrató (art. 376 Cód. Civil y Comercial). Esta
solución legal se explica por dos razones: para no
dejar al tercero de buena fe desprovisto de toda
defensa, y para
Responsabilidad civil por hechos ilícitos
responsabilidad de las personas jurídicas y
de sus administradores.

Evolución adm…
Responsabilidad penal

El delito implica la idea de culpabilidad; por consiguiente los entes ideales,


que carecen de voluntad humana, no pueden cometerlo.

Los administradores o agentes son personas individualmente diversas


de la persona jurídica y ligados a ella por un mandato; de donde resulta que los
delitos cometidos por aquéllos no se pueden atribuir a la entidad sin violar el
principio elemental

Es necesario admitir que, en el derecho contemporáneo, el reconocimiento


de la responsabilidad penal de las personas jurídicas es posible, justo y, a veces,
indispensable. De esa responsabilidad sólo deben quedar exentos el Estado y
los órganos de la Administración Pública, puesto que es inconcebible que un
órgano del Estado cometa un delito contra el mismo Estado.

El principio general en nuestro derecho positivo es que las personas jurídicas


carecen de responsabilidad penal.
Fin de las personas jurídicas
Causales de extinción

En el artículo 163, el Cód. Civil y Comercial establece las


causales de extinción de las personas jurídicas.

Estas normas rigen para las que necesitan autorización


estatal para funcionar; las que no la necesitan se rigen por
las leyes especiales, aunque este artículo es aplicable
subsidiariamente si las leyes especiales no prevén el caso.
a) la decisión de sus miembros adoptada por
unanimidad o por la mayoría establecida por el
estatuto o disposición especial;
b) Por el cumplimento de la condición resolutoria a
la que el acto constitutivo subordinó su existencia.
c) Por haberse logrado el objeto para el cual se
constituyó o ser de imposible cumplimiento.
d) Por el vencimiento del plazo.
e) Por la declaración de quiebra.
f) Por la fusión o por la absorción a otra persona
jurídica.
g) Por la reducción a uno de sus miembros si la ley
exige pluralidad de ellos.
h) Por la denegación o revocación de la autorización
para funcionar.
i) Por elagotamiento de los bienes destinados a
sostenerla, lo que es totalmente razonable puesto
que uno de los requisitos de la personería jurídica
es la existencia de un patrimonio (art. 154, Cód.
Civil y Comercial), la conclusión de los bienes debe
tener como consecuencia necesaria el retiro de la
personería.
No es menester que se hayan concluido
absolutamente todos los bienes; basta con que no
sean suficientes para mantenerla. Por ello se ha
resuelto, con razón, que corresponde el retiro de la
personería jurídica si se ha dictado la apertura
del concurso civil.

j) Por cualquier causa prevista en el estatuto o en


otras disposiciones legales.
Destino de los bienes
Extinguida una persona jurídica, se presenta el
problema del destino de los bienes que constituían
su patrimonio. En el caso de las fundaciones el
remanente de los bienes debe destinarse a una
entidad de carácter público o a una persona de
carácter privado cuyo objeto sea de utilidad pública
o de bien común que no tenga fin de lucro y que esté
domiciliada en el país.
Si las asociaciones no persiguieran fines lucrativos,
sus bienes deben considerarse vacantes; si, por el
contrario, tuvieran fines de lucro, deben distribuirse
entre los socios, en proporción a sus respectivas
participaciones.

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