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La Eucaristía

Arquidiócesis de San José


Parroquia Nuestra Señora de los
Desamparados
¡ Cada vez que comemos este pan y bebemos este cáliz
anunciamos tu muerte Señor hasta que vuelvas !
La Institución de la Eucaristía
según san Lucas
Y les dijo: Intensamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer;
porque os digo que nunca más volveré a comerla hasta que se cumpla en el reino de
Dios.

Y habiendo tomado una copa, después de haber dado gracias, dijo: Tomad esto y
repartidlo entre vosotros; porque os digo que de ahora en adelante no beberé del fruto
de la vid, hasta que venga el reino de Dios.

Y habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo partió, y se los dio, diciendo:
Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el
nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros. (Lc 22, 15-20).
«Nuestro Salvador, en la Última Cena, instituyó el
sacrificio eucarístico de su Cuerpo y de su Sangre, con
el cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su retorno,
el sacrificio de la cruz y a confiar así a su Esposa, la
Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección».
«Cuantas veces se celebra el memorial de este
sacrificio se realiza la obra de nuestra redención».
Esto se encuentra acertada y cuidadosamente
expresado en las Plegarias Eucarísticas; pues en éstas
el sacerdote, se dirige a Dios en nombre también de
todo el pueblo, le da gracias y le ofrece el sacrificio
vivo y santo, es decir, la ofrenda de la Iglesia y la
víctima por cuya inmolación el mismo Dios quiso
devolvernos su amistad; y ora para que el Cuerpo y
la Sangre de Cristo sean sacrificio agradable al Padre
y salvación para todo el mundo.
Y es el mismo sacrificio que
Cristo, el Señor, instituyó en la
última cena y que mandó
celebrar a los apóstoles en
El sacrificio, excepto por la conmemoración suya, por lo
forma distinta como se ofrece, es cual la Misa es al mismo tiempo
uno e igual en cuanto sacrificio sacrificio de alabanza, de
de la cruz y en cuanto a su acción de gracias, propiciatorio
renovación sacramental en la y satisfactorio.
Misa.
La presencia real
de Jesucristo
en las especies
“Este es mi cuerpo, esta es mi sangre”.

consagradas
También el admirable misterio de la presencia real
del Señor bajo las especies eucarísticas, confirmado
por el Concilio Vaticano II y por otros documentos
del Magisterio de la Iglesia, es manifestado en la
celebración de la Misa, no sólo por las palabras de
la consagración, por las cuales, Cristo, por la
transubstanciación, se hace presente, sino también
por la disposición de ánimo y la manifestación de
suma reverencia y adoración que tienen lugar en la
Liturgia Eucarística. Por esta misma razón se
exhorta al pueblo cristiano a que el Jueves Santo en
la Cena del Señor y en la Solemnidad del Santísimo
Cuerpo y de la Santísima Sangre de Cristo, honre
con peculiar culto de adoración este admirable
Sacramento.
L D
ectio ivina
Lectura de la primera carta del
apóstol san Pablo a los Corintios
11, 23-26
Hermanos:

Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la
acción de gracias, lo partió y dijo:

-”Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros . Haced esto en memoria mía.”
Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo:

-”Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en
memoria mía.”

Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta
que vuelva.

Palabra de Dios.

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