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“El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió
y dijo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria
mía». De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta
copa
es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo
en
memoria mía». Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa,
proclamarán
la muerte del Señor hasta que Él vuelva.
Introducción Sacramentos de la Iglesia
Los sacramentos de la Nueva Ley fueron instituidos por Cristo y son siete, a saber:
Los siete sacramentos corresponden a todas las etapas y todos los momentos importantes de
la vida del cristiano: dan nacimiento y crecimiento, curación y misión a la vida
de fe de los cristianos.
En este Pequeño Manual de Catequesis, pondremos nuestra atención a hablar del
Sacramento de la Eucaristía.
La Eucaristía forma parte del grupo de los Sacramentos de Iniciación Cristiana, entre
los cuales están el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía. Mediante los
sacramentos de la iniciación cristiana, el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, se
ponen los fundamentos de toda vida cristiana. En efecto, los fieles renacidos en el Bautismo
se fortalecen con el sacramento de la Confirmación y, finalmente, son alimentados en la
Eucaristía con el manjar de la vida eterna, y, así por medio de estos sacramentos de la
iniciación cristiana, reciben cada vez con más abundancia los tesoros de la vida divina y
avanzan hacia la perfección de la caridad.
Definición de Sacramento
Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y
confiados a la Iglesia por los cuales es dispensada la vida divina. Los ritos
visibles bajo los cuales los sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias
propias de cada sacramento. Dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones
requeridas.
Los sacramentos, como "fuerzas que brotan" del Cuerpo de Cristo siempre vivo y
vivificante, y como acciones del Espíritu Santo que actúa en su Cuerpo que es la Iglesia,
son "las obras maestras de Dios" en la nueva y eterna Alianza.
La Eucaristía
La Eucaristía es "fuente y culmen de toda la vida cristiana". "Los demás sacramentos, como
también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la
Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien
espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua".
Santa Misa porque la liturgia en la que Comunión, porque por este sacramento
se realiza el misterio de salvación se nos unimos a Cristo que nos hace
termina con el envío de los fieles partícipes de su Cuerpo y de su Sangre
("missio") a fin de que cumplan la para formar un solo cuerpo.
voluntad de Dios en su vida cotidiana.
La Institución de la Eucaristía
El Señor, habiendo amado a los suyos, los amó hasta el fin. Sabiendo que había llegado la
hora de partir de este mundo para retornar a su Padre, en el transcurso de una cena, les lavó
los pies y les dio el mandamiento del amor. Para dejarles una prenda de este amor, para no
alejarse nunca de los suyos y hacerles partícipes de su Pascua, instituyó la Eucaristía como
memorial de su muerte y de su resurrección y ordenó a sus apóstoles celebrarlo hasta su
retorno, constituyéndoles entonces sacerdotes del Nuevo Testamento.
Desarrollo de la Celebración Eucarística
I. Ritos Iniciales, sirven para recibir a los fieles y son la apertura de la celebración.
Sus objetivos son los de ayudar a formar y sentirse como comunidad y preparar a
los fieles a oír y celebrar dignamente la Eucaristía. Los ritos que preceden a la
Liturgia de la Palabra, tienen el carácter de exordio, introducción y preparación.
VII. Transubstanciación, Nuestro Señor se hace presente por la conversión del pan y
el vino en su Cuerpo y Sangre. En la transubstanciación toda la substancia del pan y
toda la sustancia del vino desaparecen al convertirse en el Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad de Cristo. De tal manera que bajo cada una de las especies y bajo cada
parte cualquiera de las especies, antes de la separación y después de la separación,
se contiene Cristo entero.
XI. En la comunión, precedida por la oración del Señor y de la fracción del pan, los
fieles reciben "el pan del cielo" y "el cáliz de la salvación", el Cuerpo y la Sangre de
Cristo que se entregó "para la vida del mundo".
Conclusión
Al celebrar este sacramento de la Eucaristía, ofrecemos al Padre lo que Él mismo nos ha
dado: los dones de su Creación, el pan y el vino, convertidos por el poder del Espíritu Santo
y las palabras de Cristo, en el Cuerpo y la Sangre del mismo Cristo: así Cristo se hace real y
misteriosamente presente.