Es el sacramento por excelencia de nosotros los católicos.
Es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre. Es Jesús real y personalmente presente en el pan y el vino que el sacerdote consagra. Por la fe creemos que la presencia de Jesús en el pan y el vino no es sólo simbólica sino real; esto se llama el misterio de la transubstanciación ya que lo que cambia es la sustancia del pan y del vino; los accidentes -forma, color, sabor, etc.- permanecen iguales. ¿Sabes cuándo se instituyó la Eucaristía? Jesús instituyó la Eucaristía el día de Jueves Santo, en la Última Cena que celebró con sus discípulos. Citas bíblicas:
Mateo 26, 17-30;
Marcos 14:12-25; Juan 13, 1-15; Lucas 22, 7-20. Otras referencias son: Juan 6, 30-35; Juan 6, 48- 58; Primera Carta a los Corintios 10, 16 y 11, 23-29. Signo visible de la Eucaristía
El signo visible de la eucaristía es el pan y el vino, mezclado con
un poco de agua.
El pan representa el fruto del trabajo cotidiano.
El vino representa la plenitud de la vida y lo divino.
El agua representa a la humanidad, lo que implica que los fieles
están presentes en la ofrenda.
Una vez consagrados, pan y vino son cuerpo y sangre de Cristo.
Signo visible de la Eucaristía Jesús presente entre nosotros Todas las misas, en el momento de la Consagración se recuerda la Última Cena de Jesús.
En la parte central de la Eucaristía hay dos momentos
en que las palabras que pronuncia el sacerdote en nombre de Jesús realizan el milagro de la Eucaristía. Primer momento Ésta presencia de Jesús se hace posible cuando el sacerdote, con una oración, llama al Espíritu Santo para que, por su acción, transforme el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Después de que cantamos el “Santo”, las palabras que dice el sacerdote son:
“Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda
santidad… Por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor”. Primer momento El sacerdote, para decir esta oración, hace un gesto y pone sus manos sobre el pan y el vino y luego traza una cruz.
A este momento de la Eucaristía se le llama
“epíclesis” que quiere decir “invocación”, que es lo mismo que “llamar”. Primer momento Segundo momento La presencia del Espíritu Santo hace realmente presente a Jesús en el pan y el vino después de que el sacerdote repite las mismas palabras de Jesús en la Última Cena con sus apóstoles.
Jesús esa noche celebraba con ellos la fiesta de la pascua
judía; fue un día antes de entregar su vida muriendo en la cruz para salvarnos. Pero Jesús quiso que fuera una cena especial donde les pidió hacer aquellos mismos gestos y palabras en su memoria. Segundo momento Por eso el sacerdote ora diciendo:
“El cual, cuando iba a ser entregado a su
Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”. Segundo momento Por eso el sacerdote ora diciendo:
“Del mismo modo, acabada la cena, tomó el
cáliz, y dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo: Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”. Segundo momento Puntos a considerar Puntos a considerar Puntos a considerar Puntos a considerar
Necesariamente el encuentro con Cristo Eucaristía es una
experiencia personal e íntima, y que supone el encuentro pleno de dos que se aman.
El sacramento va dirigido a toda la comunidad de fieles. Los
bautizados y preparados pueden consumir el pan.
Si apreciáramos de veras la Presencia real de Cristo en el
sagrario, nunca lo encontraríamos solo, únicamente acompañado de la lámpara Eucarística encendida. Puntos a considerar Puntos a considerar