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Se debe tener en claro que en cualquier relación humana, sea de pareja o no, el
conflicto es algo que siempre está latente. Cada uno de nosotros es diferente y
único, y tenemos ideas propias de cómo debieran ser las cosas, además de una
percepción personal de ellas, por lo tanto, las posibilidades de que se presente
una diferencia de opinión, de forma de ver la vida, son muchísimas. Así
entonces, se debe tener siempre presente, casi como regla de vida, que en toda
relación humana existe el potencial de que surja un conflicto y cuando la
relación es de pareja, donde la intimidad es mayor, este potencial es también
mayor.
Las causas más comunes de conflicto en una pareja
son las siguientes:
Aspectos económicos.
Los hijos.
Los parientes.
Diferencias de valores y religiosas.
Tareas en el hogar.
Amigos.
Aspectos sexuales y los mitos respecto de la relación en pareja.
Dificultades propias de la comunicación.
Aquí hay una lista de los clásicos mitos que las mujeres y los hombres suelen tener frente a la vida en pareja:
• El amor durará para siempre y será suficiente para mantener una buena relación sexual
• Mi pareja siempre sabrá lo que quiero sin necesidad de decirlo
• El matrimonio será la solución para mis problemas
• Mi pareja compensará mis frustraciones pasadas
• Mi pareja siempre estará de mi parte siendo paciente y comprensiva
• Mi pareja y yo seremos inseparables y compartiremos todo, sin secretos entre nosotros
• Mi pareja me hará feliz
Las etapas del ciclo vital de la pareja son las siguientes:
Enamoramiento
Consolidación
Evolución
Crisis
Desintegración
La pareja para consolidarse necesita:
• Dar tiempo al tiempo; es el sabio compañero de viaje que ayudará a resolver situaciones conflictivas y
evitar cometer nuevos errores.
• Reconocer las actitudes positivas de la pareja será el estimulante necesario en la consolidación.
• Ponernos en el lugar de la pareja para evitar la crítica fácil y prejuicios innecesarios.
• Aceptar las carencias de la pareja sin magnificarlas, máxime cuando son asumibles.
• Aceptar que la otra persona pueda equivocarse; todos nos equivocamos.
• Aceptar disculpas. Es una acto de generosidad por parte de quien las acepta, así como un acto de
humildad de quien la solicita. Es un acto que une, no separa. En ambos casos enaltece a la pareja y crea
vínculos de unión.