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Este documento describe cómo Jesús sanó a unos hombres endemoniados en la región de los gerasenos, transformando sus vidas. Sin embargo, la gente local no celebró este milagro, sino que se enfocó en la pérdida de sus cerdos y pidieron a Jesús que se fuera de la región. A pesar de la liberación de estas personas del poder de Satanás, la indiferencia egoísta y los temores supersticiosos de la gente los cegó a la misericordia de Jesús.
Descripción original:
Tema 3 semana de gratitud "Yo soy Jehová tu sanador"
Este documento describe cómo Jesús sanó a unos hombres endemoniados en la región de los gerasenos, transformando sus vidas. Sin embargo, la gente local no celebró este milagro, sino que se enfocó en la pérdida de sus cerdos y pidieron a Jesús que se fuera de la región. A pesar de la liberación de estas personas del poder de Satanás, la indiferencia egoísta y los temores supersticiosos de la gente los cegó a la misericordia de Jesús.
Este documento describe cómo Jesús sanó a unos hombres endemoniados en la región de los gerasenos, transformando sus vidas. Sin embargo, la gente local no celebró este milagro, sino que se enfocó en la pérdida de sus cerdos y pidieron a Jesús que se fuera de la región. A pesar de la liberación de estas personas del poder de Satanás, la indiferencia egoísta y los temores supersticiosos de la gente los cegó a la misericordia de Jesús.
contra el poder que (Lucas enferma 8:26-39) El poder sanador contra el poder que enferma
Un cambio maravilloso se efectuó en los
endemoniados. Elena de White lo narra así: “Sus ojos brillaban de inteligencia. Sus rostros, durante tanto tiempo deformados a la imagen de Satanás, se volvieron repentinamente benignos. Se aquietaron las manos manchadas de sangre, y con alegres voces los hombres alabaron a Dios por su liberación” (El Deseado de todas las gentes, 305). El poder sanador contra el poder que enferma
Un cuadro triste (Lc. 8:37).
“Pero la gente que contemplaba esta maravillosa escena no se regocijó. La pérdida de los cerdos le parecía de mayor importancia que la liberación de esos cautivos de Satanás… Jesús deseaba quebrantar el hechizo de la indiferencia egoísta, a fin de que pudiesen aceptar su gracia. Pero el pesar y la indignación por su pérdida temporal cegaron sus ojos con respecto a la misericordia del Salvador. La manifestación del poder sobrenatural despertó las supersticiones y excitó sus temores… Ellos temían la ruina financiera, y resolvieron librarse de su presencia” (DTG 305).