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AT
1. En los orígenes de la creencia. El antiguo Oriente daba un rostro personal a las
mil fuerzas oscuras, cuya presencia se sospecha por detrás de los males que
asaltan al hombre. La religión babilónica tenía una demonología complicada y en
ella se practicaban numerosos exorcismos para librar a las personas, a las cosas,
a los lugares hechizados; estos ritos esencialmente mágicos constituían una parte
impor tante de la medicina, ya que toda enfermedad se atribuía a la acción de algún
espíritu maligno.
Pero después del exilio se establece mejor la separación entre el mundo angélico
y el mundo diabólico. El libro de Tobías sabe que son los demonios los que
atormentan al hombre Tob 6,8 y que los ángeles tienen la misión de
combatirlos Tob 8,3.
Sin embargo, para presentar al peor de ellos, al que mata, el autor no tiene reparo
en recurrir todavía al folklore persa, dándole así el nombre de Asmodeo Tob 3,8 6,14.
Se ve que el AT, tan tajante acerca de la existencia y la acción de los espíritus
malignos como de la de los ángeles, no tuvo durante mucho tiempo sino una idea
bastante flotante de su naturaleza y de sus relaciones con Dios.
2. Los demonios divinizados.
Ahora bien, para los paganos era una tentación constante tratar de granjearse a
estos espíritus elementales tributándoles un culto sacrificial, en una palabra,
haciendo de ellos dioses. Israel no estaba al abrigo de la tentación. Abandonando
a su creador, se volvía también hacia los «otros dioses» Dt 13,3.7.14 o, dicho con otras
palabras, hacia demonios Dt 32,17, llegando hasta a ofrecerles sacrificios
humanos Sal 106,37. Se prostituía a los sátiros Lev 17,7, que merodeaban sus altos
lugares ilegales 2Par 11,15. Los traductores griegos de la Biblia sistematizaron esta
interpretación demoníaca de la idolatría, identificando formalmente con los
demonios a los dioses paganos Sal 96,5 Bar 4,7, introduciéndolos incluso en los
contextos en que el original hebreo no hablaba de ellos Sal 91,6 Is 13,21 65,3. Así el
mundo de los demonios se convertía en un universo rival de Dios.
3. El ejército satánico.
NT
1. Jesús, vencedor de Satán.
2. El combate de la Iglesia.