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Este documento resume las 8 etapas del desarrollo psicosocial propuestas por Erik Erikson. Cada etapa se centra en un conflicto emocional clave que se experimenta en un periodo determinado del desarrollo. La resolución exitosa de cada conflicto conduce al desarrollo de una virtud psicosocial fundamental. Las etapas progresan de forma acumulativa y abarcan desde el nacimiento hasta la edad adulta.
Este documento resume las 8 etapas del desarrollo psicosocial propuestas por Erik Erikson. Cada etapa se centra en un conflicto emocional clave que se experimenta en un periodo determinado del desarrollo. La resolución exitosa de cada conflicto conduce al desarrollo de una virtud psicosocial fundamental. Las etapas progresan de forma acumulativa y abarcan desde el nacimiento hasta la edad adulta.
Este documento resume las 8 etapas del desarrollo psicosocial propuestas por Erik Erikson. Cada etapa se centra en un conflicto emocional clave que se experimenta en un periodo determinado del desarrollo. La resolución exitosa de cada conflicto conduce al desarrollo de una virtud psicosocial fundamental. Las etapas progresan de forma acumulativa y abarcan desde el nacimiento hasta la edad adulta.
Erik Erikson Militza Lebrón Rosa Ph.D. INTRODUCCIÓN
Cada una de las etapas psicosociales propuestas por Erikson se
enfoca en una polaridad emocional o conflicto que se experimentan en ciertos periodos críticos. Las etapas progresan de un modo acumulativo. Las conductas de una etapa no desaparecen con la sucesiva. INTRODUCCIÓN
Las demandas ambientales nuevas introyectan componentes
emocionales positivos y negativos en el desarrollo de la personalidad. Ambos componentes emocionales son incorporados en alguna medida en la persona que está emergiendo, pero si el conflicto es resuelto de manera satisfactoria, el componente positivo es reflejado en un grado mayor. Si el conflicto persiste, o no es resuelto en forma adecuada, predomina el componente negativo. Etapa 1 Confianza vs. desconfianza Desde el nacimiento hasta 2 años. La actitud psicosocial básica que se debe aprender en esta etapa es si podemos confiar en el mundo o no. Se da por supuesto la importancia de que los niños desarrollen algún sentido acerca de cuánto confiar y cuándo para estar listos ante el peligro y la incomodidad. Cont. etapa 1
Si la madre reacciona adecuadamente a las necesidades físicas del
bebé y le brinda mucho afecto, amor y seguridad, el pequeño adquirirá un sentimiento de confianza, actitud que caracterizará la idea creciente de sí mismo y de los demás. De otra parte, si la madre rechaza al niño, no lo atiende y observa una conducta incongruente, el infante desarrollará una actitud de desconfianza y será suspicaz, miedoso y ansioso. Cont. etapa 1
Esta crisis no se resuelve de manera permanente durante el primer
año o los primeros dos años de vida, pero se establece una base que influye en el curso de desarrollo subsecuente. La virtud a desarrollar es esperanza: una virtud humana básica sin la cual somos incapaces de sobrevivir. La esperanza representa una convicción persistente de que nuestros deseos pueden ser satisfechos a pesar de la decepción y los fracasos. Etapa 2 Autonomía vs. vergüenza y duda Entre los 2 y los 3 años. La dualidad emocional primaria aquí es la del control sobre el cuerpo y las actividades corporales en oposición a una tendencia hacia la vergüenza y la duda. Los niños que comienzan a caminar, que están obteniendo beneficios rápidos en maduración neuromuscular, verbalización y discernimiento social, comienzan a explorar de manera independiente y a interactuar con su ambiente. Cont. etapa 2
Lo importante es que, durante esta etapa, el niño es capaz de decidir
un poco por primera vez, de sentir la fuerza de su voluntad autónoma. A pesar de que todavía depende de sus padres, empieza a verse como una persona, o una fuerza por derecho propio, y quiere poner en práctica las fortalezas recién descubiertas. Cont. etapa 2
El negativismo de los niños de dos años de edad cuya palabra
favorita es “no” es evidencia de su lucha por intentar la autonomía. Las dudas acerca de su capacidad de autocontrol pueden provocar en los niños sentimientos de inadecuación o vergüenza. La virtud a desarrollar es voluntad: Es un crecimiento natural de autonomía. Implica la decisión de ejercer el libre albedrío y la autorrestricción frente a las exigencias de la sociedad. Etapa 3 Iniciativa vs. culpa Entre los 3 y los 5 años. En este periodo, los niños están activos en su ambiente, dominan actividades y tareas nuevas. Su modalidad social dominante es el modo intruso: sus cuerpos se entrometen en forma vigorosa en el espacio y sobre otras personas. Cont. etapa 3
Las capacidades motoras y mentales siguen desarrollándose, y el
niño hace más cosas él solo. Expresa un fuerte deseo de tomar la iniciativa en muchas actividades. Si lo castigan o inhiben estas manifestaciones de iniciativa, el niño desarrollará sentimientos de culpa persistentes que influirán en sus actividades autodirigidas a lo largo de toda su vida. Cont. etapa 3
Las respuestas paternas a las actividades autoiniciadas de los niños
determinan el resultado exitoso o infructuoso de esta etapa. Si la iniciativa es reforzada, la conducta de un niño se orientará cada vez más hacia el objetivo. El castigo excesivo o la desaprobación pueden conducir a sentimientos de culpa, resignación y a la creencia de que está mal ser curioso acerca del mundo e imprudente ser activo en éste. Cont. etapa 3
Grandes facultades nuevas se desarrollan en los niños en esta época
conforme comienzan a imaginar objetivos para los que sus habilidades locomotoras y cognoscitivas los han preparado. En estos años los niños están más abiertos al aprendizaje que en ningún momento de su infancia. La virtud a desarrollar es determinación: Una visión del futuro que da dirección y enfoque a nuestros esfuerzos mutuos. La determinación nos permite desarrollar con lentitud un sentido de la realidad que es definido por lo que es alcanzable. Etapa 4 Laboriosidad vs. inferioridad Entre los 6 y los 11 años. El término laboriosidad implica estar ocupado con algo, aprender a hacer algo y hacerlo bien. En esta etapa se les hacen muchas demandas a los niños. Ya no son amados tan solo por quienes son. Su capacidad para confrontar y dominar tareas de este nivel depende en gran medida de lo exitoso que haya sido su paso por las etapas precedentes. Cont. etapa 4
El niño ingresa a la escuela y entra en contacto con nuevas
influencias sociales. En teoría, aprende buenos hábitos de trabajo y de estudio, tanto en casa como en la escuela, primordialmente como un medio para conseguir el elogio y la satisfacción que se deriva de realizar una tarea con éxito. Cont. etapa 4
Las actitudes y las conductas de padres y maestros determinan en
gran parte la medida en que el niño percibe que está aprendiendo y utilizando sus habilidades debidamente. Si lo regañan, ridiculizan o rechazan, es probable que desarrolle sentimientos de inferioridad y falta de adecuación. En cambio, el elogio y el reforzamiento favorecen el sentimiento de competencia y estimulan el esfuerzo constante. Cont. etapa 4
Si los niños salen de las etapas anteriores con un sentido básico de
confianza, autonomía e iniciativa, están listos para el trabajo laborioso que presupone la escuela. Pero si su desarrollo ha dejado residuos pesados de confianza, duda y culpa, pueden tener dificultad para desempeñarse en un nivel óptimo. El riesgo durante este periodo es que se desarrollen sentimientos de inadecuación e inferioridad. Cont. etapa 4
El niño comienza a hacer comparaciones entre sí mismo y los demás
y a percibirse con una actitud que puede ser menos o más favorable. La virtud a desarrollar es competencia: La competencia implica la capacidad de usar su inteligencia y habilidades para completar tareas que son de valor en la sociedad. Etapa 5 Identidad del yo vs. confusión de roles
Entre los 12 y 18 años.
El proceso de formar una identidad del yo requiere que el individuo compare cómo se percibe a sí mismo con cuán significativo, al parecer los demás esperan que él sea. La identidad del yo da por resultado un sentido de individualidad coherente que nos permite resolver nuestros conflictos en forma adaptativa. Cont. etapa 5
La adolescencia es cuando formamos nuestra autoimagen, o sea, que
integramos lo que pensamos de nosotros mismos y lo que la gente piensa de nosotros. Si este proceso se resuelve de forma satisfactoria, el resultado será una imagen congruente y constante. La tarea de moldear y aceptar una identidad no es fácil, y a menudo constituye un periodo lleno de ansiedad. El adolescente ensaya diversos roles e ideologías tratando de seleccionar el más adecuado para él. Cont. etapa 5
Las personas que pasan esta etapa con un sólido sentido de
identidad personal están preparadas para iniciar la edad adulta con certeza y confianza. Las que no consiguen una identidad congruente –que sufren una crisis de identidad– mostrarán confusión de roles. Cont. etapa 5
El mayor peligro en esta etapa es la confusión de roles, la
incapacidad del adolescente para concebirse como un miembro productivo de su sociedad. La confusión de roles con frecuencia surge de la dificultad del adolescente para hallar una identidad ocupacional, pero también puede expresar una incapacidad general para encontrar un lugar significativo en su cultura. Cont. etapa 5
El desarrollo de una identidad positiva depende del apoyo de grupos
significativos. El adolescente que no puede encontrar un papel adulto significativo corre el riesgo de una crisis de identidad (una falla transitoria en el establecimiento de una identidad estable). Algunos jóvenes pueden retirarse de la corriente principal de la sociedad por un periodo breve. Cont. etapa 5
Otros adolescentes pueden adoptar una identidad negativa, que es
opuesta a los valores dominantes de su educación. Donde el apoyo no ha sido recibido y el ambiente no es favorable para el desarrollo de los recursos internos, una identidad negativa puede proporcionar al adolescente la única forma de demostrar dominio y libertad de elección en la cultura. Cont. etapa 5
La identificación negativa puede dar por resultado consecuencias
desafortunadas – patología social, crimen o expresiones de prejuicio. La virtud a desarrollar es la fidelidad: Ésta consiste en la capacidad para sostener lealtades juradas con libertad a pesar de las contradicciones inevitables de los sistemas de valores. Sin fidelidad, la persona joven tendrá un yo débil y sufrirá de una confusión de valores o buscará un grupo desviado para serle leal. Abarca la sinceridad, la autenticidad y un sentido del deber en las relaciones con otros. Etapa 6 Intimidad vs. aislamiento Entre los 19 y los 25 años. (19 a 35 años) La intimidad se refiere a la capacidad para desarrollar una relación cercana y significativa con otra persona. El aislamiento implica la autoabsorción y una incapacidad para desarrollar relaciones que impliquen un compromiso profundo. Habiendo crecido más allá de los comienzos del establecimiento de una identidad, el adulto joven es capaz de vencer el temor de la pérdida del yo y formar una afiliación íntima con otro individuo. Cont. etapa 6
En ella nos independizamos de nuestros padres e instituciones cuasi
paternas, como la universidad, y empezamos a funcionar con mayor autonomía como adultos maduros y responsables. Emprendemos algún tipo de trabajo productivo y establecemos relaciones íntimas: amistades estrechas y uniones sexuales. Según Erikson, la intimidad no se limita a las relaciones sexuales, sino que comprende el cariño y el compromiso. Cont. etapa 6
Quienes no logran establecer esta clase de intimidad en la adultez
temprana tendrán sentimientos de aislamiento. Evitarán el contacto social y rechazarán a la gente, incluso volviéndose agresivos. Prefieren estar solos porque tienen miedo de la intimidad como una amenaza para su identidad del yo. Cont. etapa 6
La dedicación al trabajo por parte de un individuo no debe ser tal
que pierda la capacidad de amar. La virtud a desarrollar es el amor: En la edad adulta joven el individuo es capaz de transformar el amor recibido en la infancia y comenzar a cuidar a otros. Etapa 7 Generatividad vs. estancamiento Entre los 25 y los 64 años. (36 a 55 años) La generatividad es la capacidad de ser productivo y creativo en muchas áreas de la vida, en particular aquellas que muestran una preocupación por el bienestar de las generaciones siguientes. Cont. etapa 7
Es una etapa de madurez en la cual necesitamos participar
activamente en la enseñanza y la orientación de la siguiente generación. La necesidad va más allá de la familia inmediata. Según Erikson, nuestro interés se extiende y amplía, pues abarca a las generaciones futuras y el tipo de sociedad en que vivirán. Cont. etapa 7
Cuando un individuo maduro no puede o no quiere buscar un cauce
para la generatividad, se sentirá abrumado por “el estancamiento, el aburrimiento y el empobrecimiento de sus relaciones interpersonales” Cont. etapa 7
El fracaso en esto lleva a sentimientos de estancamiento,
aburrimiento y empobrecimiento interpersonal. Un individuo que no tiene hijos puede satisfacer la generatividad trabajando con los de otras personas o ayudando a crear un mundo mejor para ellos. La virtud a desarrollar es el cuidado: El cuidado implica hacer algo por alguien. Etapa 8 Integridad del yo vs. desesperación Entre los 65 años hasta la muerte. (56 hasta la muerte) La integridad del yo implica la capacidad de reflexionar sobre la propia vida con satisfacción aunque no todos los propósitos se hayan cumplido. La muerte no es temida sino aceptada como una entre muchas facetas de la propia existencia. La desesperación implica el arrepentimiento por oportunidades perdidas e insatisfechas en un momento en que es demasiado tarde para comenzar de nuevo. Cont. etapa 8
En esta etapa recorremos nuestra existencia, pensamos en ella y
hacemos un balance final. Si al volver la vista atrás nos sentimos realizados y satisfechos, convencidos de que hemos vivido con serenidad los triunfos y los fracasos, cabe decir que poseemos la integridad de yo. Cont. etapa 8
Por el contrario, si cuando repasamos nuestra existencia nos
sentimos frustrados, enojados por las oportunidades perdidas y arrepentidos de errores que es imposible enmendar, nos invadirá la desesperación. Nos enfadaremos con nosotros mismos, despreciaremos a la gente y nos amargaremos por lo que pudo haber sido y no fue. Cont. etapa 8
La integridad del yo representa el fruto de las siete etapas que han
precedido. La virtud a desarrollar es sabiduría: Esta permite al individuo darle a su vida un cierre apropiado. Es la capacidad para mirar hacia atrás y reflexionar sobre la propia vida frente a la muerte inminente. Referencia
Engler, B. (1996). Teorías de la Personalidad. (1era ed.) México:
McGraw Hill. Schultz, D. P. y Schultz, S. E. (2010). Teorías de la Personalidad. (9na ed.) México D.F. : Cengage Learning.
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