LUCY Y EL ÁRBOL DE MANGO Existió una vez, un árbol de mango, el mismo estaba plantado a la orilla de la carretera. Cuando cortaron la carretera, el árbol fue derribado, y fue a parar cerca de un corral. Con el pasar los días, sus raíces se fueron adaptando a la tierra nuevamente, le nacieron nuevas ramas y hojas. LUCY Y EL ÁRBOL DE MANGO Un día, pasaba Lucy por el lugar y pudo descubrir cuan hermoso estaba creciendo el árbol de mango. Pensaba para sí misma que fuerte ha sido este arbolito. Como ha podido renacer de entre tantos escombros. Asombrada por lo que veía, ella empezó a regarlo y abonarlo diariamente. Se decía así misma que cuando el árbol creciera, ella podría disfrutar de sus sombras, pero sobre todo de sus riquísimos mangos. Un día Lucy se va de paseo a Panamá a visitar a sus primos por una semana. Al pasar los, días el árbol empezó a marchitarse: No estaba Lucy para regarlo y ponerle su abono. ¡Qué lástima! ¡Pobre arbolito! Cuando Lucy regresó a su casa se encontró al pobre árbol de mango marchitado. Preocupada, ella va y le hecha abono y agua al árbol .Uff ¡qué alivio! El árbol se recuperó: sus hojas volvieron a estar verdes y hermosas. Que alegría sintió Lucy. Ahora sí, pensó Lucy; dentro de unos cuatro o quizás cinco años el árbol de mango daría muchos frutos cuando pasaron los cinco años el árbol dio solamente un fruto. Lucy esperaba ansiosa ver el fruto maduro para saborearlo. Llegado el día en que pensaba cosechar su mango. ¡Qué sorpresa la de ella! Alguien se le había adelantado su mango ya no estaba. Lo habían cosechado. Ni siquiera pudo probar su mango. Pudo percatarse que tal vez, algunos de los chicos, al regresar de la escuela, sintió la tentación de comerse tan apetitoso mango. Se sintió triste, mas no enojada, pues pensaba para la próxima vez, el árbol daría muchos más frutos e igual podría disfrutarlos y a la vez compartirlos con los demás.
Cuentos de hadas para niños Una gran colección de fantásticos cuentos de hadas. (Vol. 6): Cuentos únicos, divertidos y relajantes antes de dormir que transmiten muchos valores y hacen que los niños se apasionen por la lectura.