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Lorenzo, un loro hambriento, le pidió a su amigo guacamayo que lo acompañara a buscar más comida, ya que sus provisiones se estaban acabando. Guacamayo dudó porque tenía que cuidar los árboles frutales del señor Tucán, pero finalmente decidió dejar ese trabajo y acompañar a Lorenzo. Después de un día encontrando sólo comida suficiente para los dos, al siguiente día descubrieron tierras con abundantes árboles frutales, los cuales pasaron a ser propiedad de Lorenzo
Lorenzo, un loro hambriento, le pidió a su amigo guacamayo que lo acompañara a buscar más comida, ya que sus provisiones se estaban acabando. Guacamayo dudó porque tenía que cuidar los árboles frutales del señor Tucán, pero finalmente decidió dejar ese trabajo y acompañar a Lorenzo. Después de un día encontrando sólo comida suficiente para los dos, al siguiente día descubrieron tierras con abundantes árboles frutales, los cuales pasaron a ser propiedad de Lorenzo
Lorenzo, un loro hambriento, le pidió a su amigo guacamayo que lo acompañara a buscar más comida, ya que sus provisiones se estaban acabando. Guacamayo dudó porque tenía que cuidar los árboles frutales del señor Tucán, pero finalmente decidió dejar ese trabajo y acompañar a Lorenzo. Después de un día encontrando sólo comida suficiente para los dos, al siguiente día descubrieron tierras con abundantes árboles frutales, los cuales pasaron a ser propiedad de Lorenzo
Lorenzo era un loro muy comelón siempre tenía hambre, él vivía
en la selva junto a su amigo el guacamayo, Lorenzo acostumbraba a tener mucha comida guarda, pero un día vio que su comida se estaba escanciando. Así que le dijo a su amigo guacamayo que iría por mas comida que si lo quería acompañar. Guacamayo le dijo a Lorenzo que no podía ir porque le tenía le cuidar los grandes frutales al señor Tucán, entonces Lorenzo le dijo que si lo acompañaba podían encontrar nuevos terrenos con muchos alimentos. Después de meditar Guacamayo decidió entregarle los frutales al señor Tucán y se fue con Lorenzo. Durante el primer día solo encontraron comida para los dos, sin embargo, al siguiente día encontraron unas tierras con árboles de mango, guayaba, semillas, peras, naranjas y muchas otras frutas. Ellos se convirtieron en los dueños de todos esos frutales.
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