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PIELONEFRITIS

Infección del tracto urinario es cualquier cuadro infeccioso que afecta a una o más partes del
tracto urinario, compuesto por los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra.
Las infecciones urinarias bajas son las que afectan a la vejiga y/o a la uretra. Las infecciones
urinarias altas se producen cuando al menos uno de los riñones está afectado.
•La infección de la vejiga recibe el nombre de cistitis.
•La infección de la uretra se denomina uretritis.
•La infección en los riñones se llama pielonefritis.
PIELONEFRITIS

 La pielonefritis es la infección bacteriana de uno o ambos riñones. La infección renal es un caso potencialmente
grave, ya que estamos hablando de la infección de un órgano vital. Es una afección que puede ser similar en
gravedad a la neumonía.
 Si no se trata a tiempo y correctamente, la pielonefritis puede provocar una sepsis y un fallo orgánico múltiple.
Afortunadamente, la gran mayoría de los casos responden bien al arsenal de antibióticos disponibles en el
mercado.
ETIOLOGÍA

La infección renal ocurre de dos maneras. La ruta principal es la ascendente, cuando las bacterias de la vejiga
alcanzan los uréteres y pueden subir hasta los riñones. Esto ocurre, típicamente, en la cistitis no tratada o tratada
inadecuadamente.
ETIOLOGÍA

 La segunda forma de infección de los riñones es a través de la sangre, cuando una bacteria que está causando una
infección en alguna parte del cuerpo viaja por el torrente sanguíneo y se aloja en uno de los riñones. Esta ruta es
mucho menos frecuente que la ruta ascendente.
 Además de la cistitis, que es el principal factor de riesgo, hay otras situaciones que pueden aumentar el riesgo de
infección de los riñones. Podemos citar el uso de catéteres vesicales, cirugías urológicas, cálculo renal,
anormalidades anatómicas del tracto urinario y enfermedades de la próstata que causan obstrucción del flujo de
la orina.
 Pacientes con sistema inmune débil, tal como en el caso de los diabéticos, insuficientes renales, cirrosis,
portadores del virus VIH o pacientes que toman medicamentos inmunosupresores, tienen un mayor riesgo de
presentar una cistitis que evoluciona para una pielonefritis.
SINTOMAS

 Los síntomas típicos de la pielonefritis son fiebre, dolor lumbar, náuseas, vómitos y una caída del estado general.
También puede haber síntomas de cistitis, como dolor al orinar y necesidad de ir al baño con frecuencia, incluso
cuando la vejiga está vacía. Otro signo común es la presencia de sangre en la orina (hematuria), que suele
presentarse como una orina del color de la Coca-Cola.
 La pielonefritis se divide clínicamente en tres categorías:
 Pielonefritis aguda no complicada.
 Pielonefritis aguda complicada.
 Pielonefritis crónica.
 Pielonefritis aguda no complicada
 Generalmente, ocurre en mujeres jóvenes sin antecedentes de enfermedades o cambios en la anatomía del sistema
urinario.
 Pielonefritis aguda complicada
 La pielonefritis complicada es la que evoluciona con absceso en los riñones o alrededor de ellos, necrosis de la
papila renal o producción de gas en el interior del riñón, una condición llamada pielonefritis enfisematosa.
 La pielonefritis complicada suele darse en personas con obstrucción de las vías urinarias, bacterias resistentes a
los antibióticos o en diabéticos.
 Pielonefritis crónica
 La pielonefritis crónica es una infección urinaria recurrente, generalmente asociada a malformaciones urinarias,
obstrucciones por cálculo renal o reflujo vesicoureteral (reflujo de orina desde la vejiga hacia el uréter y los
riñones). Generalmente lleva a la cicatrización del riñón y la insuficiencia renal crónica, especialmente en niños
con reflujo urinario.
DIAGNOSTICO

 El diagnóstico de infección renal generalmente se hace solamente con síntomas clínicos. Pruebas de laboratorio
ayudan a confirmar el diagnóstico. El hemograma presenta típicamente un conteo elevado de glóbulos blancos y
la PCR está elevada.
 En la prueba de orina son comunes los hallados de pus (leucocitos en la orina) y sangre (hematíes en la orina).
 El urocultivo debe ser siempre solicitado, ya que es capaz de identificar la bacteria causante de pielonefritis,
ayudando en la elección de los antibióticos apropiados.
 Sin embargo, como el urocultivo tarda al menos 48 horas para quedarse pronto, no debemos esperar su resultado
para iniciar el tratamiento con antibióticos.
TRATAMIENTO

 Tratamiento
 En general, se realiza el tratamiento de la pielonefritis en el hospital con antibióticos intravenosos. Si el paciente
tiene buena salud y está todavía en buenas condiciones, puede recibir la primera dosis por vía intravenosa y luego
completar el resto del tratamiento en el hogar con antibióticos orales.
 En la mayoría de los casos, sin embargo, el paciente está bien discapacitado y dos o tres días de hospitalización
terminan siendo necesarios para controlar la infección.
 En pacientes con pielonefritis crónica, es necesaria la evaluación del urólogo. A menudo, el paciente debe
someterse a una cirugía a fin de corregir las anormalidades anatómicas del sistema urinario que están perpetuando
una infección renal.
ACTIVIDADES DE ENFERMERÍA

• Evaluación exhaustiva del dolor (localización, características, inicio, duración, frecuencia, intensidad o gravedad,
factores precipitantes).
• Administración de antibióticos prescritos y analgésicos valorando su eficacia. Estimular al paciente a solicitar la
medicación antes de que el dolor resulte intenso.
• Si resulta indicado y si ello supone un alivio para el paciente ayudarle a cambiar de posición y reposo en cama.
 Evaluar el nivel de conocimiento actual relacionado con el proceso de enfermedad específico.
 Instruir al paciente sobre la necesidad de continuar el tratamiento aunque desaparezcan los síntomas ya que el microorganismo puede
persistir.
 Control de diuresis, valorar las características orina y control de peso diario.
 Hábitos higiénicos adecuados: limpiar meticulosamente región perianal, secarse delante a atrás tras la micción, limpiarse con agua y jabón
tras defecar, orinar antes y después de las relaciones sexuales, orinar con frecuencia cada 3-4h, evitar jabones fuertes, baños con burbujas y
aplicación de polvos o pulverizadores en la región perianal.
 Mantener una adecuada ingesta de líquidos
 Informar sobre la aparición de signos y síntomas de recurrencia de las infecciones (aspecto rubio, dolor, micción imperiosa, polaquiuria).
 Oservar si se producen signos precoces de shock séptico: piel caliente, enrojecida, seca, hipotensión o taquicardia, aumento del gasto
cardiaco y la temperatura.
 Valorar la ingesta y la diuresis c/6h
 Controlar el peso y la TA diariamente.
 Controlar aparición de edemas y otros signos de sobrecarga hídrica (cambios en el estado mental, ruidos respiratorios, edema periférico,
aumento brusco de peso).

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