La historia del método científico es inseparable de la historia de la ciencia misma. El desarrollo y la elaboración de reglas para el razonamiento científico y la investigación no ha sido algo simple. El método científico ha sido el tema de un intenso y reiterado debate a lo largo de la historia de la ciencia y diversos filósofos naturales y científicos eminentes han presentado sus argumentos para privilegiar uno u otro enfoque que lleve al establecimiento del conocimiento científico. LA PRIMERA METODOLOGÍA
Existen pocas discusiones explícitas de
las metodologías científicas en los registros que han sobrevivido de las primeras culturas. Un libro de texto Egipcio, conocido como el papiro Edwin Smith (1600 AC) aplica los componentes básicos del método científico: auscultación, diagnóstico, tratamiento y pronóstico, para el manejo de las enfermedades. El papiro Ebers (1550) también contiene evidencia del empirismo tradicional. Aunque los Babilonios y los Egipcios desarrollaron mucho conocimiento técnico, fue la antigua Grecia la que se involucró en las primeras formas de lo que ahora reconocemos como ciencia. Esto sucedió a mediados del Siglo V AC.
Platón fue un contribuyente importante en el
surgimiento de esta tradición define a la ciencia como algo que podemos aprender y que es una habilidad manual semejante a elaborar zapatos. Luego, en su diálogo llamado Protágoras, menciona la enseñanza de la aritmética, la astronomía y la geometría en las escuelas. Las ideas filosóficas de este tiempo se desentendían de las limitaciones de los fenómenos cotidianos y del sentido común. CIENCIA Y EMPIRISMO ARISTOTÉLICO
Aristóteles proporciona otro de los ingredientes
de la tradición científica: el empirismo. Para Aristóteles, las verdades universales pueden conocerse a partir de eventos particulares mediante la inducción. Así, de cierta manera, Aristóteles reconcilia el pensamiento abstracto con la observación, aunque sería un error concluir que la ciencia aristotélica fuera empírica. De hecho, Aristóteles no acepta que el conocimiento obtenido mediante la inducción pueda acertadamente considerarse como conocimiento científico. No obstante, la inducción es necesaria preliminarmente en el trabajo principal de la indagación científica, ya que proporciona las premisas requeridas para las demostraciones científicas. SURGIMIENTO DEL MÉTODO INDUCTIVO EXPERIMENTAL Durante la Edad Media (o la Edad de Oro del Islamismo), aparecen los primeros filósofos Islámicos que resultan protagonistas de los debates científicos. Los científicos Musulmanes emplearon la experimentación y la cuantificación para distinguir entre las diversas teorías científicas en controversia, dejando las bases de una orientación empírica general, como se puede ver en los trabajos de Geber (721-815) y Alkindus (801- 873) como ejemplos tempranos. Así, diversos métodos científicos surgen del mundo Musulmán medieval durante el Siglo XI, todos ellos enfatizando la experimentación así como la cuantificación, en diversos grados. Roger Bacon En su enunciado del método, Bacon describía un ciclo repetitivo de observación, hipótesis, experimentación y la necesidad de verificación independiente. Él registraba la manera en que conducía sus experimentos con todos los detalles precisos, de tal manera que otros pudieran reproducirlos e independientemente evaluar sus resultados. Decía que habían dos métodos para el conocimiento: uno mediante la argumentación y el otro basado en la Roger Bacon experiencia. La mera argumentación nunca es suficiente La ciencia experimental se distingue de las ciencias especulativas y de las artes operativas pues: A.verifica sus conclusiones con experimentos directos. B.descubre verdades que las otras nunca alcanzarán. C. investiga los secretos de la naturaleza. PRIMEROS METODÓLOGOS MODERNOS A pesar de que inicialmente se vieron como un posible reto a la ortodoxia cristiana, las ideas de Aristóteles se volvieron un marco para el debate crítico, empezando con su absorción en el currículum universitario durante la primera mitad del Siglo XIII. Contribuyeron para esto los exitosos teólogos medievales que reconciliaron la filosofía aristotélica con la teología cristiana. Con el final de la Edad Media, el rechazo del Renacimiento a las tradiciones medievales se vinculó con una extrema reverencia a las fuentes clásicas, lo que llevó al redescubrimiento de tradiciones filosóficas antiguas, especialmente las enseñanzas de Platón. Para el Siglo XVII, quienes se apegaron dogmáticamente a las enseñanzas de Aristóteles, se enfrentaron a la competencia de diversos enfoques en el estudio de la naturaleza. Galileo Galilei Aunque ya habían métodos científicos tempranos previamente, Galileo Galilei (1564-1642) es considerado como el padre del método científico. Durante el periodo de conservadurismo religioso de la Reforma y la Contra-Reforma, Galileo Galilei develó su nueva ciencia del movimiento. Ni los contenidos de la ciencia de Galileo, ni sus métodos de estudio se apegaban a las enseñanzas de Aristóteles. Mientras Aristóteles pensaba que la ciencia debía ser demostrada a partir de los primeros principios, Galileo Galileo Galilei había usado los experimentos como instrumento de investigación. No obstante, en su libro presenta su trabajo como demostraciones matemáticas, sin referirse a los resultados experimentales. Francis Bacon Bacon intentó describir un procedimiento racional para establecer la causalidad entre fenómenos basándose en la inducción. Sin embargo, esto era radicalmente diferente de la inducción empleada por los aristotélicos. En palabras de Bacon: “Debe considerarse otra forma de inducción para usarse en el descubrimiento de los primeros principios, de los axiomas menores, de los medianos y de todos. Es la inducción que procede mediante la enumeración simple”. El método de Bacon se basaba en historias (hechos) experimentales que eliminaban teorías alternativas. En este sentido, fue un precursor del falsificacionismo de Popper. Se requerirían experimentos cruciales para resolver cualquier ambigüedad restante sobre las causas de un fenómeno. René Descartes En 1619, René Descartes empezó a escribir su tratado sobre la manera adecuada del pensamiento científico y filosófico, su inconcluso texto de Reglas para Direccionar la Mente, con el que buscaba remplazar a Aristóteles y consolidarse como el único arquitecto del nuevo sistema que guiaría la investigación científica. Este trabajo fue continuado y clarificado en su tratado de 1637 sobre el Discurso del Método y luego en sus Meditaciones de 1641. Descartes ahí describe sus intrigantes y disciplinados experimentos mentales que lo llevaron a la idea que inmediatamente asociamos con él: “Pienso, luego existo”. Este descubrimiento lo condujo a progresar más allá de sus propias reflexiones y juzgar la existencia de cuerpos extensos fuera de sus propios pensamientos. Isaac Newton Tanto Bacon como Descartes quisieron proporcionar un fundamento firme al pensamiento científico que evitara las decepciones de la mente y de los sentidos. Bacon encontraba este fundamento como esencialmente empírico, mientras Descartes proveía de un fundamento metafísico para el conocimiento. Si hubiera dudas sobre la dirección que tomaría el desarrolló del método científico, diremos que descansaría en el éxito de Isaac Newton. Implícitamente rechazaba el énfasis racionalista de Descartes y se inclinaba a favor del enfoque empirista de Bacon, cuando delineó sus cuatro “reglas del razonamiento” en sus Principios. • No debemos admitir más causas para los fenómenos naturales, que las que resulten verdaderas y suficientes para explicar sus apariencias. • Por lo que, para los mismos efectos naturales, debemos, en la medida de lo posible, asignar las mismas causas. • Las características de los fenómenos, a las que no les atribuimos ni intensión ni remisión gradual, y que se encuentre que pertenecen a todos los fenómenos en lo que alcance nuestra experimentación, deberán estimarse como cualidades universales de todos los fenómenos. • En la filosofía experimental debemos ver las proposiciones que surjan de la inducción general como muy cercanas a la verdad.
El trabajo de Newton se volvió un modelo para otras ciencias y su
enfoque inductivo fue la base de la mayor parte de la filosofía natural del Siglo XVIII y principios del XIX. INTEGRACIÓN DEL MÉTODO DEDUCTIVO Y EL INDUCTIVO Los intentos por sistematizar el método científico se confrontaron a mediados del Siglo XVIII con el problema de la inducción, una formulación del positivismo lógico que, en pocas palabras, decía que nada se puede saber con certeza excepto lo que se observa actualmente. David Hume tomó al empiricismo llevándolo a un extremo escéptico. Su enfoque indicaba que no había necesidad lógica de que el futuro se pareciera al pasado , por lo que no podemos justificar el razonamiento inductivo apelando a un pasado exitoso. Hans Christian Oersted (1777-1851) Fue influenciado grandemente por Kant, sobretodo por su libro Fundamentos Metafísicos de la Ciencia Natural. El libro de Hans titulado Primera Introducción a la Física General (publicado en Danés) ejemplificaba los pasos del método científico como: • observación, • hipótesis, • deducción y • experimentación. William Whewell (1794-1866) Produjo su libro titulado Historia de las Ciencias Inductivas, de el principio a la actualidad (1837), haciendo de el una introducción a su siguiente obra, Filosofía de las Ciencias Inductivas (1840) donde intentó seguir a Bacon y desarrollar un arte del descubrimiento. Le puso por nombre el de Método Hipotético- Deductivo (que la Enciclopedia Británica acreditó a Newton). Whewell también acuñó el nombre de ‘científico’. Whewell examinaba las ideas e intentaba construir ciencia uniendo ideas con hechos. Él analizaba la inducción en tres pasos: • selección de la idea fundamental • determinación más específica de la idea • cuantificación de sus magnitudes John Stuart Mill (1806-1873) Publicó su libro Un Sistema de Lógica (1843) después de leer a Whewell. John puede considerarse como el exponente final de la escuela empírica de filosofía iniciada por John Locke, cuya característica fundamental es la tarea impuesta a los pensadores de investigar por sí mismos, en lugar de aceptar la autoridad de otros. El conocimiento debía basarse en la experiencia. William Stanley Jevons en su libro Los Principios de la Ciencia, un tratado sobre la lógica y el método científico (1873, 1877) y especialmente en el texto del Capítulo XII “El Método Inductivo o Inverso”, propone que hay tres pasos en el proceso de la inducción: • Tomar alguna hipótesis como si fuera una ley general • Deducir algunas consecuencias de tal ley • Observar si las consecuencias concuerdan con las tareas particulares bajo consideración Jevons luego maneja estos pasos en términos de probabilidades, que luego aplica a las leyes de la economía. Ernest Nagel nota que Jevons y Whewell no fueron los primeros escritores que argumentaron a favor del papel central del método hipotético deductivo en la lógica de la ciencia. Charles Sanders Peirce Al final del Siglo XIX, propuso un esquema que vendría a tener una influencia considerable en el desarrollo del método científico. En su ensayo titulado “Cómo aclarar nuestras ideas” (1878), Peirce esbozó un método objetivo y verificable para evaluar la veracidad de supuestos conocimientos de una manera que iba más allá de las meras alternativas fundacionales, enfocándose tanto en la deducción como en la inducción, haciendo de estos procesos algo complementario y no competitivo. En segundo lugar y de mayor importancia para el método científico, Pierce propuso el esquema básico para la evaluación de hipótesis, que prevalece hasta nuestros días. Pierce examinó y articuló las tres formas fundamentales de razonamiento, que juegan un papel en la indagación científica actual: la abducción, la deducción y la inducción. Karl Popper (1902-1994) Se le acredita como el proveedor de las mayores mejorías al método científico en la segunda mitad del Siglo XX. En 1934 publicó su libro La Lógica del Descubrimiento Científico que repudiaba el enfoque clásico observacional-inductivista y proponía la falibilidad empírica, como criterio para distinguir la teoría científica de lo que no era la ciencia. De acuerdo con Popper, la teoría científica debía hacer predicciones (de preferencia predicciones que no pudiera hacer la teoría en competencia), mismas que pudieran evaluarse, dando la oportunidad de rechazar la teoría si estas predicciones se mostraban como incorrectas. Thomas Kuhn Los críticos de Popper, principalmente Thomas Kuhn, Paul Feyerabend e Irme Lakatos, rechazaron la idea de que existiera un solo método aplicable a todas las ciencias y que pudiera medir su progreso. En 1962 Kuhn publica su influyente libro La Estructura de las Revoluciones Científicas, que sugiere que los científicos trabajan en una serie de paradigmas y que hay muy poca evidencia de que estos trabajen en realidad siguiendo una metodología falibalista. En palabras de Kuhn, “una nueva verdad científica no triunfa por convencer a sus oponentes y hacerlos ver la luz, sino porque sus oponentes eventualmente mueren y crece una nueva generación que se familiariza con ella”. La consecuencia de esto es que, no hay una sola visión a favor de un acuerdo en lo que constituye el “método científico”, aunque se mantienen ciertos principios centrales que dan fundamento a la indagación científica contemporánea.