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MANEJO DE VÍAS

INTRAVENOSAS
CONCEPTOS GENERALES
GENERALIDADES
ZONAS DE ADMINISTRACIÓN
CUIDADOS
GABINETE PRACTICO

E.U. AVILA MATIAS. E.U. FERNÁNDEZ PABLO


VÍA INTRAVENOSA
La terapia intravenosa o terapia
I.V. es la administración
de sustancias líquidas directamente
en una vena a través de una aguja o
tubo (catéter) que se inserta en
la vena, permitiendo el acceso
inmediato al torrente sanguíneo
para suministrar líquidos y
medicamentos.
Puede ser intermitente o continua; la
administración continua es
denominada goteo intravenoso o vía
intravenosa.
Comparada con otras vías de
administración, la vía intravenosa es el
medio más rápido para transportar
soluciones (líquidos) y fármacos por el
cuerpo.
Algunos fármacos, al igual que
las transfusiones de sangre y
las inyecciones letales, solo pueden
darse por esta vía.
ADMINISTRACIÓN
Infusión
Una infusión intravenosa (IV) o endovenosa (EV) es
una disolución cuyo objetivo clínico próximo
consiste en ser inyectada en el torrente
circulatorio venoso, ya sea en forma directa o por
goteo.
Ordinariamente las infusiones son disoluciones
acuosas de algún soluto, es decir, el resultado de
diluir un soluto en agua, pero sin que ésta
contenga soluto sobrenadando, depositado en el
fondo del recipiente o flotando en algún punto de la
masa de disolvente.
El soluto será siempre la sustancia que va a ser
disuelta en el diluyente.
Forma Directa
El procedimiento más directo es la
administración del medicamento como bolo,
ya sea solo o diluido (normalmente en
una jeringa de 10 ml, con la sustancia a
inyectar y solución fisiológica).
Por lo general, su uso no es de elección
debido a ciertas complicaciones a las que
puede dar lugar, ya que en la mayoría de los
casos los fármacos necesitan un tiempo de
infusión más prolongado.
Goteo
El goteo intravenoso consiste en la canalización
de una vía venosa. Es la forma de tratamiento
empleada ante determinadas situaciones clínicas
o bien para preparar la derivación hospitalaria en
condiciones adecuadas.
Los diferentes accesos vasculares dependen del
propósito del goteo. Así, nos encontraremos con
vías arteriales y venosas, de acceso central o
periférico.
La composición del catéter utilizado debe ser lo
más biocompatible posible para evitar
complicaciones en el paciente. Los calibres del
catéter se expresan en relación con su diámetro
externo, y la elección de los diferentes tamaños se
llevará a cabo en función de las necesidades.
TIPOS DE VÍAS INTRAVENOSAS
Acceso periférico
La canalización periférica se lleva a cabo en
aquellas venas superficiales que pueden soportar con
facilidad la administración de sueros y fármacos iso-
osmolares (de una concentración similar a la sanguínea).
Las venas de elección periféricas son las venas
cefálica, basílica y media, en la extremidad superior, a la
altura del codo, las venas del antebrazo y las venas del
dorso de la mano; la vena safena en la extremidad
inferior y la pedia, con riesgo de trombosis en infusiones
prolongadas y la vena yugular externa en el cuello (esta
última utilizada solo en casos de necesidad y para
insertar un catéter venoso central). Su canalización
suele correr a cargo del personal de enfermería. La zona
de punción debe estar perfectamente limpia, utilizando
un antiséptico local como el alcohol 70º, povidona
yodada o clorhexidina.
Acceso Central
La canalización central se refiere a aquel catéter
que conecta directamente con la aurícula
derecha del corazón.
Las vías centrales permiten la administración de
mayor cantidad de flujo (por el ancho calibre de
los vasos), de elevada osmolaridad, y de varios
fármacos a la vez, con lo que son de elección en
tratamientos prolongados, nutrición parenteral y
otras perfusiones de elevada concentración
proteica que dañarían los vasos de menor calibre
(produciendo extravasaciones y flebitis).
Constituyen este tipo de accesos la vena
femoral, la vena subclavia y la vena yugular
interna.
La canalización de estos catéteres se lleva a
cabo bajo condiciones de estricta asepsia y por
personal entrenado y cualificado, puesto que
una técnica incorrecta podría llevar a
complicaciones que pusieran en riesgo la vida
del paciente (neumotórax, hemotórax,
perforación pulmonar, etc.).
El uso de catéteres venosos y centrales puede
conllevar a complicaciones diversas, las cuales
se pueden presentar en cualquier momento.
CUIDADOS
Realizar una planificación correcta y una
inserción aséptica de catéter son dos factores
determinantes para reducir los riesgos de
complicaciones potenciales relacionadas con la
inserción de catéteres intravenosos. Hay ciertos
parámetros que intervienen en estos dos aspectos:
•Conocimientos del personal sanitario
•Selección del catéter
•Sitio de inserción
•CORRECTA HIGIENE DE MANOS
•Uso de técnica aséptica (uso de guantes y
antiséptico cutáneo adecuado)
•Técnica de inserción del catéter
•Tipo de apósito
Selección del catéter
El personal sanitario encargado de la
realización de esta técnica tiene que elegir
el calibre y longitud del catéter óptimo en
función de diversos factores:
• El tipo de fluido
• Volumen de líquido que se va a administrar
• La velocidad de perfusión
• Grosor de las venas del paciente
• Duración del tratamiento
Siempre se procurará insertar el catéter de
menos calibre posible para alcanzar los
objetivos propuestos
Zona de punción
• Es imprescindible una buena elección del sitio
donde se va a insertar el catéter, ya que de ello
supone aumentar o disminuir los riesgos de
complicaciones derivadas (flebitis, infección,
extravasación, etc.).
• Antes de proceder, hay que observar y
examinar detenidamente las extremidades
superiores de paciente con tal de valorar la
región con mayor viabilidad para la realización
de la técnica en dicho paciente.
• Por ello, se evitará la punción en miembros
superiores afectados por déficit sensitivo,
cirugía, edemas, fístulas arteriovenosas (como
fístulas para la diálisis) y otras complicaciones.
• Igualmente, se tendrá que eludir (en la
medida de lo posible para cada sujeto) las
zonas de flexura del miembro (articulaciones
móviles), ya sea el codo o muñeca, ya que
eso supondría mayor riesgo de aparición de
alguna complicación.
• Las venas de elección son la basílica y
cefálica, siempre y cuando no estén
"inhabilitadas" o sea contraproducente en
cualquier caso.
• Aun así, es importante resaltar que las venas
de las manos presentan menos riesgos de
flebitis en comparación con las de la
muñeca o brazo.
Puntos a tener en cuenta, es que:
• Todo el sistema de perfusión, incluido el
catéter deben cambiarse cada 72 horas.
• Las líneas de infusión deberán ser
cambiadas después de la administración
de sangre, productos de la sangre o
emulsiones lípidas.
• Los líquidos de infusión deberán renovarse
cada 24 horas como tiempo máximo.
Las complicaciones más frecuentes son;
flebitis, hematoma, infiltración, trombosis
y celulitis.
• La flebitis superficial es la inflamación
de la vena en el trayecto tunelizado por
el catéter es la causa más frecuente de
flebitis asociadas a los accesos venosos,
causa dolor, induración local y calor de
la zona afectada, es un serio problema
que se debe tratar de inmediato. Para
ello se debe de suspender de forma
inmediata los fármacos administrados y
retirar el catéter venoso, con ello
podemos tratar el problema.

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