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INTRODUCCIÓN
La tecnología de catálisis ha demostrado ser un arma de gran
utilidad en la lucha contra la contaminación atmosférica,
especialmente en la eliminación de los NO2, pues aporta soluciones
eficaces, tanto para evitar su formación, como para transformarlos
en distancias inocuas.
Por otra parte, la gran efectividad demostrada por los cartuchos
catalíticos, para la descontaminación de los gases emitidos por los
automóviles y por os sistemas SCR (Reducción Catalítica Selectiva)
para la eliminación de los NO, emitidos por las grandes plantas de
combustión, permite prever la implantación de estos catalizadores,
“anticontaminación, en un plazo relativamente corto, pues
constituyen la solución mas eficaz, tanto desde el punto de vista
técnico como económico.
Entre los principales factores que han influido decisivamente en la implantación
técnica de estos procesos destaca el desarrollo le catalizadores de flujo paralelo,
que permiten disponer de unidades catalíticas cuyas características fluido
dinámicas apenas alteran el funcionamiento del sistema donde se instalen.
Entre los diferentes catalizadores de flujo paralelo (placas, tubos, etc.), los más
utilizados son los conformados en ‘estructuras unitarias que están atravesados
Longitudinalmente por canales paralelos’.
A este tipo de catalizadores se les conoce con el nombre de ‘monolíticos, aunque
también se utiliza la denominación de panal de abeja, honeycomb, por referencia
a la forma física de su estructura.
Esta nueva concepción en el diseño de catalizadores, constituye sin duda el
elemento innovador más importante en la catálisis moderna de contacto gas-
sólido. Sin embargo, dadas las peculiaridades características de estos materiales,
sus posibles; aplicaciones industriales permanecen en parte inexploradas.
El primer gran desarrollo de estos catalizadores se produce mediada la década de
los años setenta, en su aplicación para la descontaminación de los gases
emitidos por los automóviles, sus aplicaciones y especificaciones más
importantes desde el punto de vista comercial, fueron para decolorar los gases
de salida de las plantas de ácido nítrico y para controlar las emisiones de los
vehículos automóviles.
En el principio de la década de los años setenta, las emisiones de contaminantes,
a la biosfera producidas por los automóviles estimularon esfuerzos masivos
para desarrollar reactores catalíticos donde llevar a cabo la oxidación del
monóxido de carbono y de los hidrocarburos no quemados y la reducción
simultanea de los óxidos de nitrógeno. El gran esfuerzo de esta década aceleró
el desarrollo de los catalizadores monolíticos de forma que, alrededor de 1975
la fabricación de automóviles introdujo en su equipamiento los convertidores
catalíticos, que limitarían significativamente la emisión de contaminantes a la
atmósfera.
El uso generalizado de los monolíticos en los catalizadores para automóviles, ha
promocionado esta novedad tratando de aplicarse a otros procesos industriales.
Esta nueva concepción en el diseño de los catalizadores monolíticos,
constituye el aumento espectacular de la utilización de este tipo de
catalizadores que se ha producido en las últimas décadas, está
motivado principalmente por su aplicación a la solución de problemas
medioambientales. Aplicaciones que se recogen generalmente en la
bibliografía de patentes
MARCO TEÓRICO
El catalizador monolítico o respectivamente en forma de panal de abeja,
especialmente para purificar los gases de escape de máquina de combustión,
consistente de un soporte inerte, cerámico o metálico, atravesado por canales
conductores paralelos, una capa dispuesta sobre el mismo, de óxido metálico
promovedor de la catálisis y un componente catalíticamente activo sostenido
por el óxido metálico, caracterizado porque, la concentración del óxido
metálico promotor de la catálisis aumenta desde la periferia al eje medio del
soporte.
DISEÑO DE CATALIZADORES MONOLÍTICOS:
pequeña.
Presentan una gran superficie geométrica por unidad de peso o volumen.
El flujo de gases es muy uniforme.
Reducen las limitaciones causadas por fenómenos de transferencia de materia
Se comportan como sistemas casi adiabáticos.
La pérdida de carga que se produce en el sistema de
depuración se traduce en mayores costes de operación en
aplicaciones estacionarias y en un menor aprovechamiento de
la potencia del motor en unidades móviles. En este sentido los
catalizadores monolíticos presentan una ventaja decisiva,
puesto que la pérdida de carga que se produce en el sistema
utilizando monolitos es de aproximadamente dos órdenes de
magnitud menor que la generada por catalizadores granulares
(ver fig. 8), cuando se comparan catalizadores con una
superficie geométrica por unidad de volumen equivalente.
Los reactores monolíticos operan en la zona de flujo laminar, con un flujo
completamente desarrollado en la mayor parte del reactor (2), con lo que la
dispersión axial suele ser despreciable y se disminuye la posibilidad de formación
de canales preferentes. Asimismo, las limitaciones por transferencia de materia en
monolitos son, en general, menores que en reactores de relleno convencionales,
Ahora bien,, la dificultad que presentan los fluidos para mezclarse una vez que han
penetrado en un canal, exige que los gases estén perfectamente mezclados y bien
distribuidos antes de alcanzar el catalizador monolítico.
La transmisión de calor en estas estructuras tiene lugar sólo por conducción a través
del flujo laminar y de las paredes sólidas. Por tanto los monolitos cerámicos, que
normalmente presentan una baja conductividad térmica, se comportan
generalmente como sistemas adiabáticos.
Esta serie de factores han hecho que su uso se haya generalizado para una serie de
aplicaciones. Así, en el campo de la protección ambiental, los monolitos ocupan un
lugar destacado en los siguientes procesos:
Eliminación de contaminantes en gases de escape de automóviles (motores de
gasolina). Catalizadores
Eliminación de óxidos de nitrógeno con amoniaco en grandes calderas e