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La enseñanza debe centrarse en las dificultades personales y la fe en Dios, compartiendo experiencias cuando Él ayudó en momentos difíciles para que los demás no se sientan solos.
La enseñanza debe centrarse en las dificultades personales y la fe en Dios, compartiendo experiencias cuando Él ayudó en momentos difíciles para que los demás no se sientan solos.
La enseñanza debe centrarse en las dificultades personales y la fe en Dios, compartiendo experiencias cuando Él ayudó en momentos difíciles para que los demás no se sientan solos.
Hable de sus dificultades y de su fe. En ocasiones, las personas
que están pasando por pruebas se sienten solas. Podría resultar apropiado que, de vez en cuando, cuente una experiencia personal de una época en que haya pasado por dificultades y la manera en que el Salvador le ayudó.