VOCACIÓN

“HABLA SEÑOR QUE TU SIERVO ESCUCHA”

 RAÍZ ETIMOLÓGICA DEL
CONCEPTO
LA PALABRA VOCACIÓN TIENE COMO RAÍZ UN VOCABLO LATINO: “VOCARE”.
EN ESENCIA ESTA PALABRA EN INFINITIVO SE DEFINE CON EL VERBO “LLAMAR”.
Se ha tomado como una palabra que define la realidad “relacional” entre el hombre y Dios,
donde el hombre impulsado por la animosidad de “descubrir” el sentido de su vida y la razón
última de su existencia que se enmarca en el plan salvífico de Dios, que se resume en la
construcción del Reino.
De manera que nos adentraremos a ver de manera positiva, qué es vocación, y cómo es que
podemos llegar a “reducirla”, es decir, a entenderla en un sentido que no es.
 DEFINICIÓN DE VOCACIÓN
ES UN ACONTECIMIENTO MISTERIOSO
EN EL CUAL EL HOMBRE,
DIALOGANDO CON DIOS, ADQUIERE
CONCIENCIA DE UNA MISIÓN SITUADA
HISTÓRICAMENTE Y SE COMPROMETE
EN UNA RESPUESTA CONCRETA.
ACONTECIMIENTO
No es una realidad puntual que se agota en un “momento” de la vida. La
vocación es UNA Y PERMANENTE. Es UNA, en referencia a que cada uno de
nosotros (hijos de Dios) estamos llamados por Dios, es una llamada PERSONAL
E INCOMUNICABLE.
Es PERMANENTE en cuanto a que abraza toda la vida. Desde que somos
bautizados formamos parte del “Pueblo de Dios”, de la “gran familia” de Dios.
De manera que no se refiere sólo al momento concreto de la respuesta, sino que
inclusive comporta el proceso, las circunstancias, la respuesta y la constancia.
MISTERIOSO
Este adjetivo abre el ancho horizonte de la injerencia e iniciativa divina. La
realidad mistérica no hace referencia a lo “oscuro” o “inalcanzable”, sino al
“velo” que recubre la acción del llamar, como un acontecimiento que no se
“entiende” desde una lógica humana, sino solo desde una perspectiva divina.
Desde esta perspectiva, el tema de “acto de fe” toma toda una razón y un sentido.
DIÁLOGO CON DIOS
Es la doble dimensión de la vocación: TEOLÓGICA Y ANTROPOLÓGICA. Dios y el hombre,
dos actores, uno que emite por iniciativa un mensaje y otro que recibe e intenta comprender para
responder, el resultante son otras dos dimensiones: CRISTOLÓGICA Y ECLESIOLÓGICA.
La primera desde la figura y modelo en Jesús, aquel que es “enviado” por el Padre y es
“mediador”. Esto se implica y se hace vida en la comunidad cristiana, es decir, en la IGLESIA.
De manera que esa misión a la cual todos estamos llamados a descubrir tiene como principal
destinatario la comunidad eclesial.
“TOMADO DE ENTRE LOS HOMBRE PARA LOS HOMBRES”.
CONCIENCIA DE UNA MISIÓN
HISTÓRICA
Es la capacidad que adquirimos con base en el discernimiento de
poder abonar a la obra de la construcción del Reino, desde principios
históricos: NECESIDAD SITUADA. De ahí que el nacimiento de
carismas esté muy emparentado con esta manera de ver la misión
vocacional en la vida religiosa.
De esa manera la persona descubre una necesidad a la cuál Dios le
llama a trabajar desde un itinerario vocacional: en la vida laical,
religiosa, ministerio ordenado con sus estados de vida.
COMPROMISO EN UNA RESPUESTA
Es la expresión del “querer” humano de adherirse a esta
propuesta que está centrada en una persona: CRISTO.
El hombre desde sus circunstancias quiere asumir el
proyecto y quiere llevarlo a feliz término en la FIDELIDAD
Y EN LA CARIDAD.
 CONCEPTOS REDUCTIVOS

NO ES UN EXISTE UN
NO ES UNA NO ES UNA NO ES UNA PRIVILEGIO LENGUAJE
NO ES UNA
REALIZACIÓ OPCIÓN CUESTIÓN EXCLUSIVO IMPROPIO:
PROFESIÓN
N PERSONAL ALTRUISTA DE GUSTO PARA tener o no
ALGUNOS vocación