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UNIVERSIDAD CATÓLICA

LUMEN GENTIUM

FACULTAD DE TEOLOGÍA

«LA VOCACIÓN EN LA VIDA CONSAGRADA,


CAMINO DE SANTIDAD Y MISIÓN
EN VITA CONSECRATA»

Trabajo de investigación que presenta la alumna:

MAYRA LÓPEZ GONZÁLEZ

ASESOR:

LIC. ALEJANDRO ALMÁZAN DEL CASTILLO

CDMX, septiembre 2023


La vocación en la Sagrada Escritura

CAPÍTULO I. LA VOCACIÓN EN LA SAGRADA ESCRITURA

1.1. Definición de la vocación

Para poder comprender lo que es la vocación de manera general, es necesario


definir de dónde proviene la palabra vocación. En el Diccionario de la Real Academia
Española nos dice que la vocación es: «Inspiración con que Dios llama a una persona
para algún estado, especialmente al de religión»1. La palabra vocación proviene del latín
vocatio que significa, acción de llamar que determina una acción o fin que el hombre va
descubriendo a lo largo de vida.

La palabra vocación tiene un amplio contenido y perspectiva teológica en el


ámbito del llamado de la persona: «La vocación es el resultado de una llamada y una
respuesta y por más que la llamada sea lo primero y principal, no puede, sin más
identificarse vocación y llamada por eso continuamos utilizando la palabra vocación».2
Así como es una llamada y una respuesta también es un camino que, recorre durante la
vida el hombre.

El autor de la vocación es Dios: «Para un cristiano es claro que quien llama es


Dios. Sólo Dios puede entrar en la vida del hombre con una voz imperiosa, sólo él
puede arrogarse proponer al hombre un destino que afecta a toda su vida. ».3

El Papa Juan Pablo propone una gran riqueza del término vocación; durante su
pontificado nos dice que: «la vocación es siempre un don de Dios en una persona
determinada, y es también un don a la Iglesia».4

1
DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA.
2
S. DE FLORES Tullo Goffi, Nuevo Diccionario de espiritualidad, Madrid-Roma,1419.
3
S. DE FLORES Tullo Goffi, Nuevo Diccionario de espiritualidad, 1419.
4
P. JESÚS LASANTA, Vocación, En: PRINTED IN SPAIN (Ed.), Diccionario de teología y espiritualidad
de Juan Pablo II, 1250.
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La vocación en la Sagrada Escritura

Es un don dado sólo por Dios a una personal con un fin; pero este don no es
propio, sino que es también fruto de la Iglesia, se reconoce sí como un don, pero
también como una acción que procede de Dios, que toma la iniciativa de llamar al
hombre, lo llama por su nombre, porque lo conoce, lo ama y es especial; no llama de
manera colectiva, sino de una forma particular, porque cada persona forma parte del
plan de Dios para participar de su intimidad:

En el origen de la vocación hay por tanto una elección divina: en su término,


una voluntad divina que realizar. Sin embargo, la vocación añade algo a la
elección y a la misión: un llamamiento personal dirigido a la conciencia más
profunda del individuo y que modifica radicalmente su existencia, no solo en
sus condiciones exteriores, sino hasta el corazón, haciendo de él otro
hombre.5

En la Sagrada Escritura se observa que Dios menciona el nombre de aquel que


llama y consagra a Él. Esta elección divina, trasforma aquel que es llamado; llamado a
una realidad que Dios lo invita a vivir, en todos los aspectos de su vida para un bien
mayor. Lo llama por su nombre, lo elige para una misión en específico:

La vocación es un misterio que el hombre acoge y vive en lo más íntimo de


su ser […]. Se puede decir que vocación y persona se hacen una misma cosa.
Esto significa que en la iniciativa creadora de Dios entra en particular un
acto de amor para con los llamados, no sólo a la salvación, sino al misterio
de la salvación6.

Así mismo, la vocación es un misterio porque no solo implica una respuesta,


sino que Dios mismo mueve al hombre en su interior, el sentirse amado y elegido, para
emprender una aventura de amor, misión y santidad, porque quien ha probado lo infinito
es movido para hacer solo la voluntad de Dios. El Papa Juan Pablo II nos dice que la
vocación es un misterio que solo con la fe se puede comprender y la confianza puesta en
Dios, autor de toda vocación.

5
X. LEÓN-DUFOUR, Vocabulario de Teología Bíblica, 962.
6
P. JESÚS LASANTa, Diccionario de teología y espiritualidad de Juan Pablo II,1250.

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La vocación en la Sagrada Escritura

1.2. La vocación en el Antiguo Testamento

La vocación en el Antiguo Testamento se entiende como una llamada de Dios


dirigida al hombre y el hombre que libremente decide responder a esta invitación a la
elección divina. «Está expresada en su Palabra a través de la creación, como Palabra que
dirigida a una persona determinada y que esta se ve expresada desde el relato de la
creación de llamar de la nada a la existencia.

La vocación en los profetas, era una realidad que se vivía con Dios para una
misión dentro del pueblo:

La vocación de los profetas de los siglos VII y VI tuvo lugar, según parece,
por medio de una alocución totalmente personal e inmediata de Dios, y esas
palabras de Dios crearon una situación absolutamente nueva a los hombres
afectados por ellas. En virtud de esas palabras cada uno de aquellos hombres
fue convocado no solamente a un cometido, limitado en el tempo, sino que
se le confío una misión que tal vez no siempre se pensó como duradera para
toda la vida, pero que sí sacó a esos hombres del ambiente en que habían
vivido hasta entonces. Al menos por un largo espacio de tiempo.7

En el Antiguo Testamento se ve que dentro del llamado va de manera {implícita


la misión y tarea que tiene el profeta; siempre esta misión va dirigida al servicio del
pueblo de Israel. Se puede observar en los relatos vocacionales del Antiguo Testamento,
Dios se manifiesta y llama al hombre, Dios es quien siempre tomará la iniciativa de salir
al encuentro, le otorga una misión con un fin y en todos los casos aparece un signo que
confirma esa elección.

El ser profeta no se presenta como elevación poderosa o una superación de la


existencia religiosa llevada hasta entonces. Ni la postura de la fe que haya
tenido desde entonces, ni cualquier otra disposición personal preparada al
que ha sido llamado por Yahvéh, para una nueva vocación. Si está dotado de
una naturaleza pacífica, tiene que amenazar y castigar, aunque con ello se le
rompa el corazón, como sucedió con Jeremías…8

La vocación del profeta es hermosa, al contribuir con el plan de Dios, pero


también es un reto que tienen al enfrentarse no solo con el pueblo, sino consigo mismo;
porque la realidad que vive la comunidad no favorece a la persona, al contario, muchas

7
G. VON RAD, Teología del Antiguo Testamento, Sígueme, Munich-Salamanca, 1980, 80.
8
G. VON RAD, Teología del Antiguo Testamento, 80.
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La vocación en la Sagrada Escritura

veces se hace pesada y con tribulaciones que tiene que enfrentarse, más la gracias de
Dios esta con ellos, en este caso lo veremos con el Profeta Jeremías quien es enviado a
anunciar y denunciar

1.3. La misión y visión de la santidad en el llamado profético en Jeremías

Se sabe muy bien sobre la época del profeta Jeremías, gracias a los libros de los
Reyes y Crónicas. Fue una época de varios cambios para el profeta como para el pueblo
judío, con diversas situaciones políticas, culturales y religiosas. «Yahvé llamó a
Jeremías para que fuese profeta ante Judá y ante todas las naciones en medio de aquellas
turbulencias políticas. Su ministerio se extendió a lo largo de cuarenta años»9

Se conoce que el profeta Jeremías nació en Anatot, pueblo de la tribu de


Benjamín, a mediados del siglo VII a.C Jeremías se conoce por los relatos de las
confesiones en las que se desahoga con Dios y su retórica predicación.

Un profeta distinguido por los otros profetas por «dar pruebas de una
sensibilidad hacía el amor de Yahvéh por su mismo pueblo, estaba obligado con
respecto a Yahvéh en virtud de los vínculos de la alianza»10 conciencia que a lo largo de
su ministerio fue descubriendo con más claridad.

No por sí solo, sino que en esta época fue impactado «Bajo la influencia de su
antecesor, Oseas, insiste en que la alianza es fundamentalmente una cuestión de amor
entre Yahvéh e Israel, amor que se simboliza por la unión del hombre y la mujer en el
matrimonio».11 Para Jeremías es muy importante en su vocación, la enseñanza del
profeta Oseas ya que el precedió antes que Jeremías, sin embrago vive su vocación de
una forma plena y autentica, a pesar de las dificultades, una de ellas fue el exilio, el
mensaje religioso del profeta:

9
R. BROWN: set al. Nuevo cometario Bíblico San Jerónimo: Antiguo Testamento, Verbo
Divino, Estella, 1971.
10
R. BROWN: et al. Nuevo cometario Bíblico San Jerónimo: Antiguo Testamento, 1971.
11
R. BROWN: et al. Nuevo cometario Bíblico San Jerónimo, 1971.
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La vocación en la Sagrada Escritura

Que vive en su propia carne el drama de una fidelidad absoluta a Dios y una
absoluta solidaridad con el pueblo rebelde y desertor a quien, fiel a su
vocación profética, tiene que anunciar la catástrofe a las que le llevan sus
pecados. Su fidelidad y continuo contacto con Dios, ser llamados por el
sufrimiento, llevará a la conciencia del pueblo la necesidad de un nuevo tipo
de relación con el Señor, más íntima y personal, más enraizada en el corazón
de las personas que en una alianza jurídica y externa.12

Es un profeta, que, desde los inicios de su llamado, se muestra tal y como es, con
Yahvéh, expresando: «Soy un pobre muchacho» (Jer 1,6) que tal vez su expresión
podría resultar como, desconfianza hacía la misión que se le encomienda; el poder de
Yahvéh, es más grande, pues lo acompañará a lo largo de su ministerio en el pueblo de
Israel. Las cualidades que posee el profeta, como la sinceridad, fidelidad y confianza le
ayudarán a lo largo de su ministerio, en las grandes dificultades que encontrará en su
camino.

Sin embargo, «La vocación de Jeremías se realiza en una conversión, en la que


Yahvéh, bondadoso y también rigurosamente, vence la oposición del profeta que se
retrae ante el encargo que se le hace»13. Pues reconoce que el llamado viene de Dios,
claramente lo vemos en la Sagrada Escritura. «Me dirigió Yahvéh la palabra en estos
términos: Antes de haberte formado yo en el vientre, te conocía; te tenía destinado a las
naciones.

Yo respondí: «¡Ah, Señor Yahvéh! Mira que no se expresarme, que soy un


muchacho.» (Jer 1,5-6). En estos versículos se ve el diálogo entre Yahvéh y el joven
Jeremías; un misterio de la majestad de Dios con el hombre que se muestra débil e
incapaz pero también vemos la generosidad y apertura del propio profeta. El siguiente
versículo continua el diálogo con Yahvéh, donde alienta al profeta: «Pero Yahvé me
dijo: No digas que eres un muchacho, pues irás donde yo te envíe y dirás todo lo que te
mande. No tengas miedo, que contigo estoy para salvarte oráculo de Yahvé» (Jer 1,7-8).

12
R. Brown: et al. Nuevo cometario Bíblico San Jerónimo: Antiguo Testamento,1971.
13
G. VON RAD, Teología del Antiguo Testamento, 90.

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La vocación en la Sagrada Escritura

Cuando llama no solo le da una misión hacía una comunidad determinada, le


promete que estará con él en su caminar como profeta de su pueblo. Se puede observar
que el caminar de la vocación no son por las propias fuerzas del hombre sino con la
fuerza de aquel que envía.

En la descripción de la vocación del profeta Jeremías es destinado de una forma


oficial de sus funciones; se observa de una forma clara, la autoridad y superioridad
porque el mismo Dios lo a destinado delante de los pueblos.

1.4. La vocación en el Nuevo Testamento

Cristo mismo es el mediador de toda vocación en el Nuevo Testamento: «nunca


actúa como si fuera la causa primera de sus llamados: siempre hace referencia al Padre,
del cual ÉL mismo ha recibido su misión»14: antes de escoger a los discípulos estuvo
orando toda la noche; Dios Padre es quien llama por medio de Jesucristo, único
mediador de toda vocación.

Llama. Pero esta mediación reviste aquí una amplitud que los hagiógrafos
del Antiguo testamento no pudieron ni siquiera imaginar. Mientras que antes
«el conocimiento de Yahvéh» aparecía como la condición de toda vocación,
ahora el requisito previo es el conocimiento de Cristo, entendiendo no como
una iluminación repentina, sino como experiencia continua, vital humanas.
Recuérdense la vocación de Juan y de Andrés, de Pedro y del mismo Pablo;
en los momentos críticos esto será el motivo de su perseverancia.15

En el Nuevo Testamento hay una gama de llamados a contribuir con la extensión


del Reino; el autor de estas vocaciones es Cristo mismo, quien llama, ama y envía: «No
es extraño, por tanto, que todas las vocaciones del Nuevo Testamento prefiguran la
vocación de Cristo»16 Es este caso veremos a Pedro, que tendrá que reproducir los
rasgos de Cristo para dar testimonio auténtico. Pedro ha sido una figura muy importante
dentro de la Iglesia ya que a él mismo Jesús se la encomienda.

14
M. GARRONE: set al, Estudios sobre la vocación, 36.
15
M. GARRONE: set al, Estudios sobre la vocación, 46.
16
M. GARRONE: set al, Estudios sobre la vocación, 36.
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La vocación en la Sagrada Escritura

En todo llamado en el Nuevo Testamento es Jesucristo mediador del Padre; en


este caso, la mirada va dirigida en el evangelio de San Marcos, donde se mueve en una
línea que se entrecruza en varios momentos con la identidad de Jesús e identidad de sus
discípulos. Los llamados a seguir y conocer a Jesús: «Pueden aceptar o rehusar la
llamada, pero siempre es Jesús quien toma la iniciativa y quien escoge a los que
llama.»17.Pues el mismo le da la identidad de apóstoles y amigos, quienes serán los que
complicarán la voluntad de Dios en medio de sus limitaciones.

Jesús llama con el poder de Dios. Con él no estudiarán las Sagradas


Escrituras. El lazo de unión será Jesús mismo, que tiene como mensaje su
conducta. El llamamiento de Jesús es completamente gratuito. Jesús no los
llama ni por sabios ni por valientes ni por piadosos. Son gente sin
disposición o preparación espiritual extraordinaria. Jesús llama aún a quienes
volvían impuro a todo el que trataba con ellos, poque para él no hay
proscritos (2,14-17). Lo que cuenta no son las cualidades de los llamados,
sino la iniciativa de Jesús18.

Jesús llama a los discípulos para que caminen junto con él, y mostrarles el
camino de Dios, hasta dónde llega el amor de Dios, los llama para enseñarles no las
Escrituras sino el amor con obras; que el mismo Jesús les mostrará y enseñará a largo de
su vida apostólica con el fin de contribuir con el anuncio del Reino de Dios.

Esta experiencia vocacional en el Nuevo Testamento, marca la vida de los


discípulos, sólo una mira, una sola palabra, para dejar todo y seguirlo; su vocación es
consecuencia de una elección y una misión, lo siguieron para una misión que el mismo
Jesús les invitaba a contribuir en la extensión del Reino de Dios.

El evangelio de marco se centra en un primer momento en la vocación de los


discípulos: «Jesús llama a sus discípulos a caminar por el camino de Dios. Siguiendo a
Jesús, conocerán hasta dónde llega el amor de Dios, cuál es su poder y cómo se
manifiesta»19

17
F. CONTRERAS MOLINA: et al, Comentario al Nuevo Testamento, 132.
18
J. CÁRDENAS PALLARES, San Marcos las albricias desconcertantes, San Pablo, México, 2002, 48.
19
J. CÁRDENAS PALLARES, San Marcos las albricias desconcertantes, 48.
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La vocación en la Sagrada Escritura

1.4.1. La vocación de Pedro

El llamado de Jesús implica un abandono de las propias ocupaciones y una


ruptura de los lazos familiares para estar junto a Él y que este seguimiento sea dado en
una mayor plenitud; sin embargo, no sólo implica esta separación sino también les
obliga estar en relación con la muchedumbre. En el evangelio de San Marcos vemos el
llamado de Pedro: “Bordeando en el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano
de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid
conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres» (Mc 1,16-17) Jesús dice en el
relato que los vio, y no fue ajeno a lo que estaban haciendo, pues les habla en un
lenguaje comprensible ya que eran simples pescadores:

Siendo una tarea mencionada en el primer relato de la vocación, modelo de


toda vocación cristiana, no puede ser concebida como tarea exclusiva de
Pedro y Andrés o como tarea especifica del grupo de los Doce. Pedro y
Andrés son en este momento representantes de todo discípulo, de todo
creyente20

En el Evangelio de Marcos, la vocación de Pedro esta unido con la de su


hermano Andrés, que da inició en la orilla del mar de Galilea. Siendo hombres
pescadore, Jesús los llama a la aventura del amor que es el seguimiento de las huellas
del maestro:

Más esclarecedor resulta el contexto evangélico en que la imagen aparece,


respondiendo probablemente a la profesión que ejercen los llamados por
Jesús: si antes eran pescadores de peces, en el futuro serán pescadores de
hombres, es decir “reunirán” y “congregarán” los que se encuentran
dispersos21.

Está será la misión de los apóstoles, en este caso nos centraremos en Pedro,
donde el evangelio, muestra a Pedro como un hombre decidido, aguerrido, apasionado y
entregado, quien deja todo y sigue al maestro. Donde a lo largo de la vida pública de
Jesús será su acompañante asiduo, así como también los apóstoles.

20
S. GUIJARRO: et al, Comentario al Nuevo Testamento,133.
21
S. GUIJARRO: et al, Comentario al Nuevo Testamento, 133.

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La vocación en la Sagrada Escritura

1.4.2. La misión de Pedro

De ser pescadores los llama Jesús a ser pescadores de hombres, la pesca es una
imagen para contribuir con la acción de Dios que es la extensión de su propio Reino y la
salvación de las almas, llama a aquel que era pescador y para esa época eran hombres de
una clase baja y Jesús mismo lo llama para algo grande : «El resto del evangelio dirá en
qué consiste esta actividad: serán testigos de los hechos y de las luchas de Jesús , y
serán enviados por Jesús a prolongar su mensaje y su obra salvadora, en medio de toda
clase de rechazos»22

Pedro se encuentra con la figura de Jesús que es: «Un maestro muy especial,
salido de entre pobres e ignorantes, dedicada su actividad precisamente a esta clase de
gente»23 él se convence que es el maestro y el mesías que más adelante pronunciará con
plena confianza quien es Jesús.

Jesús revela progresivamente su ministerio de su vocación: «Jesús les da nombre


nuevo a Simón y a los hijos de Zebedeo, con la diferencia de que Pedro es nombre
propio, y el nombre dado a los hermanos es para ambos y no les quita el nombre
antiguo»24. En el Antiguo Testamento solo Dios cambiaba el nombre a aquellos que los
llama para una misión en especial y aquellos que serán fieles.

Jesús al instituir a los doce y llamo a los que quiso nos dice el evangelio:
«Instituyo Doce, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar con poder de
expulsar demonios. Instituyo Doce y puso a simón el nombre de Pedro» (Mc 3,14-7). Es
muy claro el evangelio la llamada de Jesús y en que consistía la mirada de Jesús: «San
Marcos no explica el significado de Pedro [ Petros,” piedra” en griego], pero el de Is 28,
16 y sobre todo de Is 51,1, se puede deducir que este nuevo nombre tiene que ver con la
solidez y la firmeza de un fundamento»25fundamento que tendrá que dar la Iglesia y
firmeza para seguir contribuyendo con la evangelización y extensión del Reino.

22
J. CÁRDENAS PALLARES, San Marcos las albricias desconcertantes, 49
23
J. CÁRDENAS PALLARES, San Marcos las albricias desconcertantes, 49
24
J. CÁRDENAS PALLARES, San Marcos las albricias desconcertantes, 105
25
J. CÁRDENAS PALLARES, San Marcos las albricias desconcertantes, 106
9
La vocación en la Sagrada Escritura

«A lo largo de todo este evangelio, Pedro aparece como una figura relevante.
Es el primero de los pocos que acompañan a Jesús en hechos revelatorios
(5,37; 9,2; 13,3; 14,33). Es el que expresa las inquietudes y extrañezas de los
demás discípulos (10,28). A Pedro le da la reprimenda más severa y
necesaria (8,33)»26

Se ve en los relatos que Pedro era de temperamento primario, impulsivo por


naturaleza. Al mismo tiempo es una persona generosa, entregada en el seguimiento de
Jesucristo, con una capacidad de guiar a los demás, se alegra de hacer el bien, de
caminar a lado del maestro con los más necesitados. Sin embargo, a lo largo de su
vocación encontrará en muchas situaciones que él mismo no comprenderá, pero dirá te
seguiré señor a donde vallas y así seguirá su camino de santidad.

1.4.3. La respuesta de Pedro camino de santidad

Pedro es el único en seguir a Jesús al que expresamente reprocha Jesús por


no acompañarlo en su oración agónico en Getsemaní. Fue el único en seguir
a Jesús preso, pero también el único en renegar públicamente de él, y el
único en llorar su apostasía. A él, a pesar de ser la roca que se desmoronó, le
manda decir Jesús resucitado que quiere encontrarlo en compañía de los
demás discípulos (16,7) Pedro vale el perdón de Jesús y por el encargo que
éste le ha encomendado27

Pedro sigue respondiendo su llamado con generosidad y entrega, no obstante,


nunca deja a un lado su humanidad pedro dice, Maestro te seguiré a donde quieras
vallas, con firmeza le dice, nunca te voy a abandonar. En el evangelio nos dice que:
«Jesús le dice Yo te aseguro: hoy, esta misma noche, antes de el gallo cante dos veces,
tú me habrás negado tres.» (Mc 14, 30) En realidad, Pedro no se conocía, era impulsado
por sus emociones, en el momento de la hora niega al mismo amor que su maestro a
aquel que le enseño su intimidad, su verdad y el mismo rostro de Dios.

26
J. CÁRDENAS PALLARES, San Marcos la albricias desconcertante, 106
27
J. CÁRDENAS PALLARES, San Marcos la albricias desconcertante, 106
10
La vocación en la Sagrada Escritura

Es un episodio que, enraizado en la historia, sirve al evangelista para ofrecer


una reflexión crítica sobre la condición del verdadero discípulo. Si las
acusaciones contra Pedro subrayan toda la vinculación que él tiene con
Jesús, las palabras que expresan su negación repetida- no sé, no entiendo, no
conozco28.

Se puede pensar que en ese momento Pedro recuerda las palabras de su maestro,
al mismo tiempo cruzan miradas, una mirada de dolor y amor, en ese momento surge
una separación total de aquel que lo ama, el dolor de Pedro era inmenso a haber
traicionado a aquel que le dio identidad, firmeza, seguridad y confianza. La traición de
Pedro le dará un giro de noventa grados, su amor por Jesús será más grande con mayor
libertad y sin temor de perder la vida por el Maestro.

Pedro se encuentra en un momento de prueba difícil, está al límite es un


momento de purificación del espíritu, se encuentra en una experiencia profunda de la
divinidad que sólo Jesús le devolverá la confianza, después de la resurrección: «Pero id
a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí me le veréis,
como os dijo.» (Mc 16, 7) Jesús seguía contando con Pedro a pesar de su traición
porque lo conoce y sabe que su misión ahora en adelante será capaz de darlo todo.

En el evangelio de San Marcos de manera inmediata nos evoca a las apariciones


de Jesús resucitado y su mandato misionero: «Y les dijo: Id por todo el mundo y
proclamad la Buena Nueva a toda creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el
que no crea se condenará. Estos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi
nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas.» (Mc 16,15-17)

La exaltación del resucitado indica su entronización junto a Dios como


Señor y la consecuencia inmediata para los suyos es el lanzamiento a la
misión recibida. En esta misión nada tienen que temer. Cuentan con la
asistencia, eternamente presente, de Cristo resucitado. El no puede fallar. Su
eterno presente asegura que la proclamación del evangelio no se
interrumpirá a pesar de la continuas interrupciones y defecciones de los
hombres.29

28
S. GUIJARRO: et al, Comentario al Nuevo Testamento,179
29
S. GUIJARRO: et al, Comentario al Nuevo Testamento,184
11

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