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Las flores femeninas, dependiendo de la variedad y sistema de cultivo, aparecen aproximadamente a partir de los
20-25 días de la plantación, unos 10 días después que las flores masculinas, son algo más grandes y por regla
general crecen a partir de las ramas
de 2º orden.
Esta característica es importante durante la operación de poda pues el adelanto en su aparición favorecerá una
recolección más precoz. La floración suele ser escalonada para dar lugar a dos o tres cortes. En dicho proceso
de floración juega un papel importante el agua pues su reducción al principio del ciclo evita el excesivo
desarrollo vegetativo en beneficio de la floración.
Fenología del cultivo:
Dependiendo de los diferentes cultivares, el ciclo promedio de esta especie se
encuentra comprendido entre los 85 a 135 días. Durante su mismo el melón
presenta cuatro fases fenológicas.
Las semillas no presentan dormición y conservan el poder germinativo por 5
años.
Desarrollo vegetativo: La primera fase abarca desde la germinación hasta la
aparición de las primeras flores femeninas hermafroditas o perfectas. Dura
entre 20-60 días. Hay un lento crecimiento vegetativo y escasos requerimientos
hídricos.
La segunda fase o fase de "fecundación y floración" desde la aparición de
flores hasta cuajado del primer fruto. En esta fase, la planta tiene un
crecimiento vegetativo muy grande y dura de 20 a 25 días.
La tercera fase o "fase de engrosamiento y maduración de los frutos" se
inicia con la aparición de los primeros frutos hasta inicio de madurez, donde el
fruto alcanza su máximo tamaño. Esta fase dura alrededor de 30-50 días.
La cuarta fase o "fase de fructificación": En esta fase existen tres etapas. La primera, desde el
comienzo de madurez hasta cosecha, dura alrededor de 10 a 15 días. En esta etapa se verifica un
crecimiento exponencial del tamaño por que se registra gran actividad de división de células. En
la segunda etapa, que dura menos de 10 días, se verifica un crecimiento constante. La pulpa
comienza a tomar la coloración definitiva. En la tercera etapa de esta fase que dura mas o menos
20 días, comienza a disminuir la velocidad de crecimiento y al final de esta etapa finaliza la
maduración definitiva
Requerimientos del cultivo:
-Temperatura
Es una especie sensible a heladas, se desarrolla mejor en zonas con climas cálidos y alta luminosidad.
La temperatura óptima de crecimiento es entre 15 y 18ºC, con menos de 13ºC de temperatura ambiente y 8ºC de
temperatura en el suelo detiene su crecimiento.
La temperatura óptima de floración ronda entre los 20 y 24ºC, temperaturas inferiores a 15ºC complican la
polinización.
-Humedad
La Humedad Relativa óptima no debe superar el 60/70%, para evitar que se produzcan enfermedades ni
problemas de fecundación.
-Suelo
Se desarrolla sin dificultad en suelos arenosos, bien aireados y con alto contenido de materia orgánica. Si bien el
cultivo de melón se puede desarrollar en una amplia gama de suelos, no prospera en los mal drenados.
2º) De las axilas de las hojas dejadas nacen los tallos de segundo orden.
Cuando éstos tallos tienen 5-6 hojas formadas se despuntan por encima de la
4ª, 5ª ó 6ª hoja, según vigor de la planta.
3º) De las rastras de segundo orden nacerán las de tercer orden, principales
portadoras de las flores femeninas. En éstos tallos de tercer orden se efectúa
la siguiente poda:
— Los tallos que llevan fruto se despuntan dejando 1-2 hojas por encima del
fruto. Las yemas de las hojas dejadas se suprimen para evitar nuevas
brotaciones. No es aconsejable dejar más de un fruto por tallo.
— Los tallos que no lleven fruto se despuntan por encima de 4-5 hojas para
evitar su crecimiento exagerado.
b) Poda del melón entutorado.- Con la formación vertical de la planta se
consigue mayor aprovechamiento de la superficie y del espacio permitiendo
incrementar el número de plantas/ha. La poda de formación para melón
entutorado puede realizarse conformando la planta a 1-2 tallos. El sistema a 2
brazos es el más empleado en los invernaderos de la zona mediterránea para
variedades de fruto mediano y pequeño.
• Siempre que sea posible es conveniente dar un par de riegos antes de la siembra o
plantación con volúmenes que oscilen entre 250 y 300 m3/ha, situando los goteros
próximos adonde irán colocadas las plantas. Uno de los riegos antes de la siembra o
plantación se aplicará, si es posible a manta, inundando toda la parcela y que se puede
aprovechar para lavado del suelo o para aplicar el abonado de fondo.
• En terrenos sin acolchado de arena, a veces, es conveniente dar un riego
inmediatamente anterior a la siembra o plantación por falta de tempero de la tierra. En
éste caso hay que procurar distribuir el agua por regueras, arroyos o surcos al objeto
de que no puedan entorpecer la practica de la siembra o plantación posterior, por
encontrarse el suelo mojado. Si así ocurre es preferible aportar el agua directamente en
el hoyo abierto y depositar a continuación la planta o las semillas.
• Inmediatamente tras la plantación o siembra se deberá de dar otro riego
con poco volumen de agua, entre 0,5 y 1 litro de agua por golpe o planta.
• Distanciar los goteros unos 15 cm del tronco de la planta para evitar
mojar directamente el cuello y así prevenir algunas enfermedades
producidas por hongos de suelo.
• Comenzar los riegos en cultivo a partir de los 10-15 días de la
germinación o a la semana de la plantación con módulos iniciales entre
1,5 y 2 litros por planta, finalizando los últimos 10 12 riegos de la primera
fase del ciclo vegetativo con 2,5 litros por planta, coincidiendo estos 10-
12 riegos con el comienzo del abonado de cobertera
• Durante la floración puede ser necesario provocar un estrés hídrico para
potenciar la aparición de las flores y el cuajado de los frutos, por lo que
desde el trasplante hasta el inicio del cuaje es conveniente no excederse en
aportar humedad a la planta.
• Controlar los aportes de agua y fertilizantes sin grandes desequilibrios,
procurando entre otros aspectos que pueda darse un excesivo desarrollo
vegetativo y una escasa floración y cuajado de frutos.
Las fechas y el número total de riegos, así como el caudal, está influido por los
factores anteriormente mencionados y por el sistema de riego utilizado, pudiendo
modificarse de acuerdo con el desarrollo de la planta y la climatología; no obstante,
el volumen total puede oscilar entre 1.500 y 2.000 m3/ha y el número de riegos entre
70 y 80.
En cultivo entutorado, la densidad de plantación suele ser mayor, 10.000 – 15.000
plantas por hectárea. Con este sistema, debido a la mayor densidad de plantas, el
consumo de agua se incrementa en relación al cultivo rastrero. El volumen aportado
en el total de los riegos varía entre 2.000 y 3.000 m3/ha.
SUELOS
La planta del melón es exigente en suelos y aunque se cultiva en una amplia
diversidad prefiere los de consistencia media, de textura franco-arenosa, bien
aireados, con un buen drenaje y ricos en materia orgánica. No le van bien los suelos
muy húmedos ni tampoco los suelos arcillosos que presentan problemas de drenaje y
encharcamiento.
Las dos especies de mosca blanca son muy similares, sólo difieren en que B.
tabaci es más pequeña que T. vaporariorum y en que en esta última sus alas se
disponen paralelas sobre su cuerpo, mientras que en B. tabaci sus alas forman
un cierto ángulo.
Daños producidos
Existen tres tipos de daños causados por mosca blanca en las plantas de melón. Estos
son:
a) Los adultos y larvas se alimentan del tejido celular ocasionando más o menos daño
dependiendo, fundamentalmente, del estado fenológico de la planta y de la
infestación existente.
b) Las larvas segregan sustancias azucaradas sobre las que suelen desarrollarse
diversos hongos (negrilla), los cuales reducen la superficie útil de las hojas y la
melaza mancha los frutos, depreciándolos.
c) Tanto Bemisia tabaci como Trialeurodes vaporariorum son vectores en melón de
los virus:
• Virus del Amarilleamiento del Pepino (CuYV), transmitido al principio por T.
Vaporariorum y después, con idénticos síntomas, por B. tabaci
• Amarilleos de origen viral, transmitidos por ambas moscas
• Virus de las Venas Amarillas del Pepino (CVYV), transmitido por B. tabaci
Recomendaciones y tratamientos
a) Medidas preventivas y técnicas culturales:
• Colocación de mallas en las bandas y cumbreras de los invernaderos
• Colocación de trampas cromotrópicas amarillas
• Eliminación de restos de la cosecha anterior y las malas hierbas
Daños producidos
Comienzan los daños invadiendo los brotes tiernos y las flores del melón. Los
adultos y larvas se alimentan a partir de sus picaduras con las que inyectan su
saliva, la cual, posteriormente, succionan mezclada con los jugos celulares,
obstruyendo las células por la acción de la saliva y dejando un aspecto plateado en
los órganos afectados que posteriormente se necrosan. Estas picaduras pueden
afectar a cualquier órgano aéreo de la planta; aunque F. occidentalis se siente
atraído, preferentemente, por las flores, hojas jóvenes y ápice de la planta, donde
realiza sus puestas dentro de los tejidos vegetales.
Control biológico:
Se han empleado preferentemente los ácaros depredadores: Amblyseius barkeri, A.
cucumeris, A. swirskii, Hypoaspis miles y Macrolopus caliginosus para el control
biológico de trips, y se ha observado un control natural realizado por insectos
depredadores del género Orius: Orius laevigatus y O. majusculus, chinches
depredadoras incluidos como alternativa en los programas de control integrado.
Preparados comerciales de Heterohabditis bacteriophora y Steinernema feltiae,
organismos biológicos compuestos por millones de larvas de nematodos que parasitan
las larvas de trips.
Control químico:
Los insecticidas aconsejados para el control químico del trips en melón son los
productos fitosanitarios que contienen alguna de las siguientes materias activas:
Acrinatrin, azadiractin, malathion, fenamifos, fosalon, formetanato, spinosad,
benfuracarb.
Ácaros
En la actualidad varias especies de ácaros muy polífagos afectan al cultivo del
melón en invernadero.
• Tetranychus urticae Koch
• Tetranichus turkestani Ugarov & Nikolski
• Tetranichus ludeni Zacher
Control biológico:
En la actualidad hay fauna auxiliar depredadora para el control natural de
éstos ácaros, por ejemplo: Amblyseius californicus, Phytoseiulus persimilis,
Cyrtopeltis tenuis, Dicyphus hesperus, Feltiella acarisuga, Neoseiulus
californicus.
Además existen preparados biológicos para el control de araña roja a base de
Phytoseiulus persimilis.
Control químico:
La lucha química debe de comenzar cuando aparezcan los primeros síntomas,
dirigidos sobre todo a los focos iniciales.
Cuando se haga un tratamiento hay que procurar mojar bien el envés de las hojas.
Los acaricidas autorizados son: Abamectina, clofentezin, acrinatrin azadiractin,
piridaben, propargita, hexitiazol, azufre, bifentrin, tebufenpirad.
Larvas de lepidópteros, orugas o gusanos
Hay numerosas larvas de lepidópteros que causan daños en semilleros y en terreno
de asiento. No se consideran plagas que ocasionen graves daños al cultivo del melón.
Estas son las orugas que pueden afectar al melón:
• Spodoptera exigua (Hübner)
• Spodoptera littoralis (Boisduval)
Aunque pueden aparecer otras especies del género Plusia sp. y raramente Heliothis
sp.
Daños ocasionados
Las larvas son las causantes de los daños, al consumir las hojas durante su
alimentación, siendo los daños más graves cuando ocurren en semilleros.
Ocasionalmente pueden dañar la piel de los frutos con hendiduras superficiales.
Control biológico:
En la actualidad se han identificado la presencia de parásitos y depredadores
de estas larvas. Así mismo se esta utilizando el virus de la poliedrosis nuclear
de S. Exigua y productos biológicos a base de Bacillus thuringiensis
(Berliner) y preparados de parásitos de huevos del género Trichogramma
evanescens.
Control químico:
Para su control, además de realizar las medidas preventivas y culturales
indicadas; pueden darse tratamientos con algunas de estas materias activas
aconsejadas en melón: Alfacipermetrin, azadiractin, bifentrin, cipermetrin,
lambda cihalotrin, malathion, triclorfon.
PLAGAS DEL SUELO
Nemátodos
Los nematodos son gusanos microscópicos no segmentados de cuerpo
cilíndrico perteneciente a la familia Meloidogynidae. Esta plaga del suelo se
difunde por el agua de riego y las labores. Son parásitos sedentarios ya que
tanto las hembras como los adultos pasan la mayor parte de su ciclo
inmóviles en el interior de las raíces.
Tres especies del género Meloidogyne son las más comunes en las hortalizas
y que pueden dañar al cultivo del melón.
• Meloidogyne spp (Meloidogyne incognita)
• Meloidogyne javanaica
• Meloidogyne arenaria
Control biológico:
Se están utilizando preparados a base del hongo Arthrobotrys irregularis
Control químico:
Como métodos preventivos y en parcelas afectadas es necesario la desinfección del
suelo antes de la plantación, el control preventivo en los semilleros y evitar su
propagación en el agua de riego, aperos, etc
Con los cultivos establecidos emplear:
• Oxamilo, aplicándolo en riego localizado
• Tetratiocarbamato de sodio. Puede emplearse en presiembra, o con el cultivo ya
establecido.
Sin cultivo: Aplicar los nematicidas fumigantes siguientes: Dicloropropeno,
dazomet, etc. o con los nematicidas no fumigantes: Fenamifos, etoprofos, cadusafos,
benfuracarb, etc.
Insectos del suelo
Las continuas cosechas y los restos vegetales que se van acumulando por el
suelo son cobijo de numerosos insectos cuyas larvas ocasionan daños,
principalmente en la zona más baja de las plantas y en las raíces. Pueden
atacar, igualmente a las plántulas en semilleros. El daño lo hacen por la
noche, permaneciendo enterradas durante el día. Entre los que causan daño a
las plantas de melón están:
• Orugas del suelo o gusanos grises (Agrotis segetis)
• Gusanos blancos (Melolontha melolontha)
• Gusanos de alambre (Agriotis lineatus.)
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