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Trabajo.
Definición.
Mario López Larrave:
Es el conjunto de principios, instituciones y normas instrumentales que tienen
por objeto resolver los conflictos surgidos con ocasión del trabajo
(individuales y colectivos) así como las cuestiones voluntarias, organizando
para el efecto a la jurisdicción privativa de Trabajo y Previsión Social y
regulando los diversos tipos de procesos.
“No creo necesario referirme a las personas que han elaborado y sostenido
teorías relacionadas a la naturaleza jurídica del derecho procesal laboral
desde el aspecto ecléctico, por participar de las doctrinas privatistas y
doctrinas publicistas, pues la realidad es que dicha concepción ha sido
abandonada, para dar paso a criterios más solidos, más modernos, como lo
son la teoría publicista y el Derecho Social.
Derecho Social.
Estos dos nuevos estatutos son la traducción al lenguaje jurídico de la gran revolución
que estamos contemplando en los hechos y en las ideas y revelan que la distinción
entre el Derecho Público y Privado va desapareciendo. El Estado se impone a la
relación privada de producción, sujetándola a las necesidades sociales y por su parte,
la relación de trabajo se impone al Estado, obligándole a que la tome en cuenta y a
que, a su vez imponga a todos los empresarios, autoritariamente, un tipo de relación.
Cierto que ambos estatutos jurídicos se inspiran en propósitos diversos y que en
ocasiones parecen contradictorios y entran en lucha, pero cada vez más penetrando
en uno en el otro. Creando una nueva relación, que no puede ser atribuida ni al
Derecho Público ni al Privado, sino que representa un Derecho enteramente nuevo, de
un tercer tipo, el Derecho Económico y Obrero. Al fusionarse estos dos estatutos, se
habrá formado un nuevo Derecho, que será el DERECHO SOCIAL.
Principios del Derecho Procesal del
Trabajo.
El Derecho del Trabajo Sustantivo, es un derecho clasista que pretende tutelar no
los intereses de cualquier ciudadano y ni siquiera de los trabajadores
individualmente considerados, sino que ve a los trabajadores como clase, en
determinadas condiciones y con determinadas limitaciones con respecto a otras
clases sociales.
Esta característica explican y justifican que el derecho laboral le brinde una tutela
jurídica preferente a los trabajadores, para compensar la desigualdad jurídica y
cultural que los separa de los empresarios. El Derecho del Trabajo Sustantivo no
protege intereses individuales, sino que apunta a la tutela de intereses sociales o
colectivos. Siendo así, no deber extrañar que el Derecho Procesal del Trabajo, que
como fin inmediato persigue la aplicación coercitiva de las normas sustantivas
laborales, participe también de similares características y en consecuencia a través
de sus normas instrumentales se pretenda en última instancia proteger también
intereses sociales o colectivos de los trabajadores.
Precisamente, por estas características es que los intereses de la clase
trabajadora no pueden satisfacerse a través de las normas del Derecho
Procesal Civil, que generalmente protegen intereses individuales y que parte
de la premisa de la igualdad interpartes.
Principio Protector o Tutelar de los
Trabajadores.
Significa que el juzgador puede equiparar la situación desigual de los litigantes, lo
que implica el otorgamiento de los más amplios poderes directores al Juez de
trabajo a lo largo de todo el proceso, desde la decisión oficial para llenar omisiones
y corregir deficiencias por los litigantes, hasta dirigir por sí interrogatorios a las
partes, a los testigos y expertos, así como el ordenamiento y evacuación de pruebas
en auto para mejor proveer, aunque no hayan sido ofrecidas por las partes.
Podría argumentarse que el principio protector o tutelar solamente es aplicable en
el derecho Laboral Sustantivo, no así en el Adjetivo o Procesal, que están informado
por los principios de igualdad y bilateralidad de la audiencia, en cuya virtud las
partes se encuentran en un plano de igualdad de oportunidades durante el
desarrollo del proceso. Sin embargo, yo sostengo que precisamente el prerrequisito
o presupuesto para que pueda funcionar la igualdad de las partes en el proceso
laboral, estriba en que el Juez merced al principio tutelar, pueda equiparar la
situación desigual de los litigantes.
Principio de Economía Procesal.
Consiste en que el Juez esté en contacto directo y personal con las partes
durante la substanciación del procedimiento. Tal el caso de la recepción de
las pruebas, al extremo que aquellos medios probatorios que se incorporan al
proceso sin su intervención carecen de validez probatoria, de conformidad
con el primer párrafo del artículo 344 del Código de Trabajo, que establece:
“Si no hubiere avenimiento entre las partes, el juez recibirá inmediatamente
las pruebas ofrecidas”.
Principio de Concentración.
Según el cual todo proceso debe establecer una serie de formas que
garanticen la defensa de los intereses tutelados por el derecho. Al contrario
de lo que piensa Trueba Urbina sobre el principio de formalidad, aún
reconociendo que no hay proceso sin forma, éstas en el campo laboral debe
reducirse al mínimum estricto, a las rigurosamente indispensables para no
violentar las garantías de defensa en juicio, debiendo descartarse las
fórmulas sacramentales de un derecho tradicional y deformado a través de
los siglos, dando lugar al lenguaje llano, a las fórmulas lógicas y de sentido
común asequibles a cualquier persona normal, de cualesquiera condición que
sea.
Principio de Investigación o de la
Averiguación de la Verdad o Histórica.
En cuya virtud el órgano jurisdiccional tendrá facultades para producir
pruebas no ofrecidas por las partes o completar las propuestas por aquellas,
toda vez, que al Juez de trabajo no le interesa la verdad formal y dispuesta
por las partes, sino la verdad material o histórica, independientemente de la
mayor o menor eficacia con que se realice la asesoría en cuanto a
ofrecimiento, producción y fiscalización de las pruebas.
Principios de Adquisición de los Medios
de Prueba.
Consiste en que los medios de prueba diligenciados o producidos por una de
las partes, no le benefician únicamente a ella, porque se convierte en
pruebas del proceso y no de las partes, por lo que pueden eventualmente
favorecer a la contraparte o a los demás litigantes. El último párrafo del
artículo 177 del Código Procesal Civil y Mercantil, que puede ser aplicado
supletoriamente al procedimiento ordinario laboral preceptúa: “El documento
que una parte presente como prueba, siempre probará en su contra”.
Principio de la Flexibilidad en Cuanto a
la Larga Valoración de las Pruebas.
Otorgándole amplías facultades al juzgador para invertir el peso del onus
probando y para apreciar el material probatorio producido, utilizando
sistemas que puedan variar desde la sana crítica a la libre convicción, pero
descartándose en todo caso las reglas tasadas de valoración.
Principio de Congruencia de la
Sentencia.
El Diccionario Jurídico Espasa expone que congruencia de la sentencia es el
requisito que han de cumplir las sentencias sobre el fondo, consistente en la
adecuación, correlación o armonía entre las peticiones de tutela realizadas
por las partes y lo decidido en el fallo de la sentencia. En este sentido se
exige también la exhaustividad de la sentencia, esto es, que el fallo recaiga
sobre todas las pretensiones de las partes, de modo que, si no ocurre así, la
sentencia esta viciada de incongruencia por omisión de procedimiento.