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la presión hidrostática y
la resistencia hidrodinámica.
PRESIÓN HIDROSTÁTICA
La presión hidrostática es la presión que ejerce el agua sobre los cuerpos que están sumergidos
en ella. Esta presión es directamente proporcional a la profundidad de la inmersión y a la
densidad del líquido.
En virtud del principio de Arquímedes, el peso aparente de un cuerpo sumergido es
igual al peso real menos el peso o empuje de Arquímedes.
Con esta gimnasia se mejora la movilidad activa en los casos en los que hay pocas fibras motrices. También
se facilita la circulación sanguínea de retorno en los miembros inferiores, y mejora la percepción de los
miembros debido a los estímulos producidos en la piel por la presión hidrostática.
RESISTENCIA HIDRODINÁMICA
• Centro de control térmico. Localizado en el hipotálamo (estructura del diencéfalo, sistema nervioso
central), controla el flujo sanguíneo de la piel según los cambios de la temperatura corporal.
El calentamiento excesivo produce vasodilatación cutánea y sudoración.
El enfriamiento produce vasoconstricción e interrumpe la sudoración.
• Mecanismo vasoconstrictor simpático. En las zonas más expuestas al frío y con más anastomosis (manos,
pies, nariz, orejas y labios), los impulsos nerviosos del sistema simpático, que inervan los vasos cutáneos,
disminuyen cuando aumenta la temperatura. En consecuencia, las anastomosis se dilatan, lo que provoca que
llegue mucha sangre desde el interior del cuerpo a los plexos venosos. Esto favorece una pérdida de calor del
organismo.
En la piel del resto del cuerpo, donde hay pocas anastomosis, se realiza el control a través de la
constricción de los vasos nutritivos arteriales.
• Mecanismo vasodilatador simpático. Si la temperatura es alta y se produce sudor, el flujo de sangre se
incrementa hasta tres veces más, debido a una dilatación “activa” vascular. Sólo ocurre en presencia de sudor.
REACCIÓN ANTE EL AUMENTO DE TEMPERATURA
Si la temperatura aumenta, la primera respuesta de nuestro cuerpo es la vasodilatación cutánea, que
procura que haya más sangre en la piel para poder perder calor hacia el exterior a través de ésta.
Dosis y frecuencia
Según las dolencias padecidas, se aplicarán dosis y frecuencias distintas en el
tratamiento hidroterápico
ENFERMEDADES AGUDAS.
Precisan dosis mayores y mayor frecuencia en la aplicación, igual que en
Fitoterapia o cualquier otra técnica terapéutica.
ENFERMEDADES CRÓNICAS.
Éstas, por el contrario, necesitan dosis menores y más espaciadas. En la
terapéutica preventiva se utiliza este mismo tipo de tratamiento.
FACTOR TIEMPO
Del mismo modo, hay que considerar el factor tiempo para el tratamiento de las
afecciones.
Dentro de un día o periodo de 24 horas:
•Mañanas. Es un momento propicio para provocar las máximas reacciones, las
aplicaciones más intensas. En este periodo predomina el estado vagotónico del paciente
en sus reacciones vegetativas.
•Tardes. Por el aumento de la reactividad del enfermo (reacción vegetativa
simpaticotónica), a partir del mediodía se deben aplicar más suavemente las técnicas
hidroterápicas. Se emplearán preferentemente aplicaciones locales, como duchas de pies,
baños tibios, etc.
•Noches. En este periodo el paciente se encuentra en estado vagotónico. Es posible
realizar aplicaciones intensas o frecuentes, aunque sólo si es realmente necesario, por
haber entrado en un ciclo nictemeral pasivo.
DENTRO DEL AÑO O PERIODO DE 365 DÍAS:
• Primavera. En esta época se obtiene la máxima sensibilidad
reactiva frente a los estímulos hidroterápicos. Es conveniente
en esta estación ayudar a estos estímulos con dietas semi-
líquidas y de jugos y zumos de frutas.
• Verano. Existe una buena reactividad a las aplicaciones
frías, puesto que es una estación tremendamente cálida.
• Otoño. Se inicia una estación en que la reactividad puede
ser más débil, por lo que es preciso empezar a usar aplicaciones
tibias. Es considerada la estación del equilibrio.
• Invierno. Se produce la mínima reactividad, así que se hace
necesario que las aplicaciones sean más intensas. Es la estación
óptima para las aplicaciones calientes.
ENFERMEDADES NO SUSCEPTIBLES DE TRATAMIENTOS HIDROTERÁPICOS
Existen ciertas afecciones que, por sus características particulares, no pueden tratarse
con Hidroterapia:
•Enfermedad de Raynaud. Se manifiesta con dolor punzante en los dedos tras la
exposición al frío y la decoloración de éstos, que aparecen blancos. Todo esto es el
resultado de determinados cambios en la circulación de las manos o los pies. La causa de
esta predisposición exagerada es desconocida.
•Arteriosclerosis. Este término se utiliza a veces genéricamente para denotar un conjunto
de lesiones arteriales diversas, acompañadas de endurecimiento y pérdida de la
elasticidad.
La Hidroterapia no puede ayudar a los pacientes afectados, precisamente por la falta de
elasticidad y el endurecimiento de sus arterias.
•Tromboangeitis obliterante Consiste en que los vasos sanguíneos de las manos y pies se
tornan muy estrechos o completamente obstruidos, debido a la inflamación y
modificaciones producidas en su revestimiento.
El tratamieno hidroterápico no es eficaz para este tipo de enfermedad por la inflamación y
obstrucción de los vasos sanguíneos (arterias y venas) de las piernas o brazos.
TÉCNICAS HIDROTERÁPICAS
LAVADOS
Consisten en aplicar sobre una parte del cuerpo un paño humedecido en agua fría y escurrido. Se trata
de un método de aplicación de frío moderado.
El agua debe encontrarse a una temperatura de entre 15 y 25ºC, tanto más elevada cuanto menos
intensa se desee la reacción.
Sólo tiene que estar descubierta la parte del cuerpo en que se realiza el lavado y hay que taparla una
vez terminado éste, a menos que se trate de lavados totales del cuerpo.
Además, debe aplicarse exclusivamente sobre regiones que estén calientes. Por ejemplo, en pacientes
antes de que se levanten de la cama, que no tengan escalofríos y que se encuentren en habitaciones
cálidas, a unos 22 ó 24ºC, donde no haya corrientes de aire.
En los casos en que se produzcan escalofríos previos a la subida de la temperatura en estados febriles,
nunca hay que realizar un lavado con agua fría; es preciso emplear agua caliente.
Si el paciente es sensible al frío o está muy debilitado, se añade al agua un vaso de vinagre por litro.
Según los efectos que se desee potenciar, es posible añadir, además, sales o infusiones de hierbas
al agua del lavado.
Los lavados se realizan preferentemente por la mañana, entre las 5 y las 7 horas. Por la noche pueden
aplicarse a la parte inferior del cuerpo o practicar lavados abdominales para favorecer el sueño.
MÉTODO DE LAVADO
Se utilizan dos recipientes de agua y tres paños:
En uno de los recipientes habrá siempre un paño enfriándose y preparado
para ser utilizado.
El segundo paño es el que se está aplicando al paciente. Se coloca bien
escurrido sobre la zona que se quiere tratar.
El tercer paño ha de estar bien seco, pues es el que va a emplearse para secar
al enfermo. Después se cubre la parte lavada con la ropa, o con las sábanas si
se encuentra en la cama, permitiendo que el organismo recupere su calor
natural.
El cuerpo debe estar caliente antes de los lavados y después; es imprescindible
abrigarlo bien una vez terminada la operación y que el paciente permanezca en
cama hasta que recupere su calor natural (entre 15 y 30 minutos).
Se puede hacer un lavado parcial o total por partes, empezando por la parte
superior y terminando por la inferior.
Indicaciones generales
La técnica de los lavados debe utilizarse, en general:
• Para estimular la circulación sanguínea en la zona tratada.
• Para bajar la temperatura en procesos de fiebre (aplicar cada 20 ó 30 minutos).
• Para tranquilizar o sedar, o en casos de insomnio.
• Después de haber sudado mucho.
• En infecciones de las vías altas respiratorias.
• En trastornos cardicirculatorios.
• Para mejorar la reactividad de la piel.
• Para aumentar la resistencia general del organismo mediante los baños totales.
Los lavados de la parte superior del cuerpo están indicados en enfermedades de las
vías respiratorias: resfriados, faringitis, bronquitis, neumonías, etc.
Los lavados de la parte inferior del cuerpo se aplican a personas afectadas de
trastornos circulatorios de las piernas.
Los lavados totales del cuerpo están indicados en enfermedades infecciosas, estados
febriles, como sedante en personas nerviosas o con insomnio, en pacientes que tienen
que pasar largo tiempo en la cama, etc.
FROTACIONES
Las frotaciones son un tipo de lavado en el que se envuelve la parte del
cuerpo que se va a tratar con una tela mojada, sobre la cual se frota con la
mano hasta lograr que se caliente.
Se utiliza agua fría, entre 12 y 15ºC. El cuerpo debe estar tapado, excepto
la zona que se va a tratar.
Se emplean en estados febriles y para activar la circulación sanguínea, la
actividad cardiaca y la respiratoria.
ENVOLTURAS
Consiste en envolver una parte o todo el cuerpo, excepto la cara, con paños
de lino o lana. Pueden ser secas, húmedas,
calientes o frías.
Hay que distinguirlas de las compresas, fomentos y cataplasmas, que
no “envuelven”.
PROCEDIMIENTO
En contacto con el cuerpo se pone una tela de sábana o de lino humedecida. Encima una tela algo mayor (2 cm
más a cada lado), que cubra la anterior y esté seca. Y por encima de ésta, una cubierta de lana o franela seca y
gruesa para evitar que el enfermo se enfríe.
La envoltura debe ajustarse bien al cuerpo o a la zona de que se trate, sin formar arrugas o bolsas de aire, ni
moverse.
El afectado tiene que reposar unos 15 ó 20 minutos después de quitársela. Si suda aún al apartársela, se le va
aflojando poco a poco, sin que entre aire en ella. Si el paciente sigue sudando una vez separada la envoltura, hay
que realizar un suave lavado con un paño frío, retirando después el exceso de agua y dejando algo húmeda la
piel.
Las envolturas deben aplicarse por la mañana, en ayunas, o una vez hecha la digestión de las comidas.
La duración del mantenimiento de la envoltura depende de si es fría o caliente y de los efectos terapéuticos que
se persigan. En general, puede mantenerse entre 10 y 90 minutos.
Si la envoltura es de cuerpo o si el enfermo se encuentra debilitado, tiene que permanecer acostado y bien
abrigado mientras se conserve la envoltura. Si se duerme mientras está envuelto, es preferible no despertarle.
Hay que tomar la precaución de acudir antes al servicio, para no tener que levantarse e interrumpir el
tratamiento.
Al agua en que se empapó la primera envoltura se le puede añadir:
• Sal (una cucharadita sopera por litro de agua) para acelerar o estimular
la erupción cutánea.
• Arcilla para los casos de envolturas antiinflamatorias (flebitis, psoriasis,
eccemas, faringitis aguda, etc.). Debe formarse una pasta que cubra el
primer paño y envolver con ello al paciente.
• Vinagre para favorecer la reacción vascular de la piel (un vaso de
vinagre por litro de agua).
• Manzanilla (un puñado por litro de agua), también de efectos
antiinflamatorios.
• Cualquier otra infusión de hierbas, cortezas o flores que creamos
adecuada.
TIPOS DE ENVOLTURAS SEGÚN LA ZONA QUE SE VAYA A TRATAR
C o m p re s a s fría s s o b re e l c o ra zó n
A c tú a n sed and o la e x c ita c ió n
c a r d ia c a o la s a lte ra c io n e s a rrítm ic a s
a c e le r a d a s .
S in e m b a r g o , s i s e p a d e c e u n a
a n g in a d e p e c h o d e b e e m p le a rs e
lo c o n tr a rio ; e s d e c ir, c o m p r e s a s
c a lie n te s .
COMPRESAS FRÍAS REFRIGERANTES
Se aplican en casos de inflamaciones locales, apendicitis,
meningitis, peritonitis...; también en los casos de dislocación o
contusiones articulares.
Es preciso mantenerlas durante unos 15 minutos, 30 ó 60 como
máximo.
COMPRESAS ABDOMINALES
Se aplican en frío, desde las últimas costillas a la cadera, en
inflamaciones, fiebre intestinal o abdominal, gases, espasmos
intestinales, etc.
Si hay exceso de gases que produzcan malestar, latidos cardiacos
anormales e irregulares, dolor o pinchazos en la región del corazón
(complejo sintomático gastrocardíaco de Roemheld), deben ser
calientes.
DUCHAS Y CHORROS
En las duchas y chorros el agua es proyectada a presión, con fuerza suficiente y riego
continuo, con lo que se unen los efectos térmicos de la terapia a los mecánicos.
La diferencia entre ducha y chorro es que la presión en la primera es más elevada que
en el segundo.
Duchas y chorros pueden ser de agua caliente, fría o de temperatura alternante (de 38-
42ºC a 10-15ºC). La duración depende del tiempo que tarde en aparecer la reacción
cutánea (enrojecimiento y calor).
Hay que evitar la aplicación tanto si el paciente se encuentra en ayunas como si acaba
de comer, o en estados de gran agotamiento.
Existen diferentes tipos. Las vemos a continuación.
DUCHA DE KNEIPP
Se proyecta un chorro de agua fría en el lado derecho del
cuerpo y en la parte más inferior de la región que se va a
tratar. A continuación, se va subiendo lentamente hasta la
zona en cuestión, donde se deja caer el agua en forma de
manta durante unos segundos (un minuto como máximo).
Finalmente, se hace descender el chorro por el otro lado.
Es muy importante no utilizar mucha presión y un caudal
abundante.
Una vez terminada la ducha, el paciente tiene que guardar
cama durante unos 30 minutos, envuelto en mantas. De esta
manera, aprovecha al máximo la hiperemia secundaria, lo
que produce sensación de calor y bienestar. Si esta
hiperemia secundaria no se produce, la aplicación no ha sido
correcta.
Tanto el enfermo como la habitación en que va a realizarse
el tratamiento tienen que estar calientes antes de su inicio.
DUCHA ESCOCESA
Se trata de una ducha de agua caliente, seguida sin transición de otra ducha de agua fría.
Es imprescindible controlar tanto la temperatura como la presión del agua.
BAÑOS DE BURBUJAS
Producen una relajación total del paciente. Su
duración debe ser de 15 a 20 minutos antes del
baño subacuático.
BAÑOS DE YODO
Se emplean como antiinfecciosos o antisépticos
y como antiinflamatorios, incluso en micosis
(infección por hongos) de la piel.
Es preciso mezclar 10 g de yodo, 20 g de ioduro
potásico y 250 cc de agua, añadiendo esta
mezcla al agua del baño.
Baños de espuma
La espuma de estos baños se produce por una corriente de aire u oxígeno que circula a
través del agua, a la que se ha añadido saponina (nombre que se da a sustancias de
vegetales solubles en agua que forman espuma).
Generalmente se combinan con extractos de plantas, como flores del heno, pino, romero,
melisa, valeriana, manzanilla, corteza de roble... Éstos ayudan a mejorar la penetración de
estos extractos.
• Los baños de bromo, valeriana o melisa son tranquilizantes o sedantes. Se usan en estados
de agitación mental, excitación, insomnio... El más suave es el de melisa.
Se usan a una temperatura de 35 ó 36ºC para que penetren bien en la piel. El efecto
tranquilizante aumenta si se utiliza el método de los baños descendentes. Después siempre hay
que hacer un reposo prolongado.
• Los baños de flores de heno tonifican el sistema neurovegetativo, aumentando el
metabolismo en general. Utilizan heno y diversas plantas que ayudan a mantener el calor. Están
indicados para enfermos reumáticos, metabólicos y en caso de dolor por insuficiencia
ligamentosa (pies planos, por ejemplo).
• Los baños de pino poseen un efecto estimulante para las defensas, además de fortificar el
sistema nervioso. Las agujas del pino y los piñones contienen aceites útiles para el tratamiento
de enfermedades del aparato respiratorio, por lo que se recomiendan para enfermos
bronquíticos, neumonías, reumáticos, etc.