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VASCULARES Y TERAPIA
INTRAVENOSA TUM-I, TAMP, AUX.ENF., TEC, GESTIÓN DE
RIESGOS Y RPOTECCIÓN CIVIL, EST. LIC. ENFE
OFELIA CRUZ LARA
REGLAS DE CAPACITACIÓN
Los diferentes accesos vasculares dependen del propósito del goteo. Así, nos
encontraremos con vías arteriales y venosas, de acceso central o periférico.
La composición del catéter utilizado debe ser lo más biocompatible posible para evitar
complicaciones en el paciente (existen en el mercado multitud de polímeros diferentes con
este fin). Los calibres del catéter se expresan en relación a su diámetro externo, y la
elección de los diferentes tamaños se llevará a cabo en función de las necesidades.
ACCESO CENTRAL
La canalización central se refiere a aquel catéter que conecta directamente con la aurícula derecha del corazón. Las vías centrales permiten la administración de mayor
cantidad de flujo (por el ancho calibre de los vasos), de elevada osmolaridad, y de varios fármacos a la vez, con lo que son de elección en tratamientos prolongados,
nutrición parenteral y otras perfusiones de elevada concentración proteica que dañarían los vasos de menor calibre (produciendo extravasaciones y flebitis).
Constituyen este tipo de accesos la vena femoral, la vena subclavia y la vena yugular interna. La canalización de estos catéteres se lleva a cabo bajo condiciones de
estricta asepsia y por personal entrenado y cualificado, puesto que una técnica incorrecta podría llevar a complicaciones que pusieran en riesgo la vida del paciente
(neumotórax, hemotórax, perforación pulmonar, etc.).
El uso de catéteres venosos y centrales puede conllevar a complicaciones diversas, las cuales se pueden presentar en cualquier momento por lo tanto se pueden definir
como:
Conjunto de complicaciones objetivas y subjetivas durante la instalación uso o retiro de dispositivos intravasculares. Se clasifican según:
Tiempo
Inmediatas (que es desde la instalación hasta 72 h después de esta)
Mediatas (a partir de las 72 h)
Tardías (de 6 meses a 1 año)
Mecánicas
Relacionadas con su naturaleza
ACCESO PERIFÉRICO
La canalización periférica se lleva a cabo en aquellas venas superficiales que pueden soportar
con facilidad la administración de sueros y fármacos iso-osmolares (de una concentración similar
a la sanguínea).
Las venas de elección periféricas son las venas cefálica, basílica y media, en la extremidad
superior, a la altura del codo, las venas del antebrazo y las venas del dorso de la mano; la vena
safena en la extremidad inferior y la pedia, con riesgo de trombosis en infusiones prolongadas y
la vena yugular externa en el cuello (esta última utilizada solo en casos de necesidad y para
insertar un catéter venoso central). Su canalización suele correr a cargo del personal de
enfermería. La zona de punción debe estar perfectamente limpia, utilizando un antiséptico local
como el alcohol 70º, povidona yodada (Betadine ®) o clorhexidina (Hibiscrub ®).
Existen diferentes tipos de vía central de acceso periférico, denominado drum (tambor), ya en
desuso, a favor de la utilización de los llamados PICC, catéteres centrales de inserción periférica.
Se escoge una vena periférica de gran calibre (generalmente en el brazo) y se va introduciendo
un catéter que llega hasta la aurícula derecha. Es muy utilizado en unidades de cuidados
intensivos y de reanimación, así como en unidades de larga estancia y de oncología médica.
Actualmente, las técnicas eco-guiadas son las que más éxito en la punción ofrecen.
Realizar una planificación correcta y una inserción aséptica de catéter son dos factores
determinantes para reducir los riesgos de complicaciones potenciales relacionadas con la
inserción de catéteres intravenosos. Hay ciertos parámetros que intervienen en estos dos
aspectos: